I.

OPINIÓN

¿Por qué seguimos tolerando tanta violencia? En estos últimos tiempos hemos sido
testigos del incremento de violencia que se genera día a día en nuestra sociedad,
involucrando a niños, jóvenes, adultos y ancianos de condiciones sociales e ideas
políticas diferentes. Afecta a ricos y pobres. Observamos las noticias que nos muestran
la maldad con que se realizan actos de violencia, desde agresiones verbales, físicas,
hasta en muchos casos llevando a la muerte a personas inocentes.

La violencia es el daño que nos causamos entre seres humanos, se pierden poco a poco
los valores y se destruyen los hogares. Nos impide progresar como sociedad y para poder
avanzar en contra de la violencia debemos asumir responsabilidades, unirnos cada vez
más y no quedarnos callados frente a un acto de agresión. Luchemos contra este
obstáculo que nos compromete a todos y lleguemos a conseguir la justicia que todas las
victimas esperan.

II. ARGUMENTACIÓN

La violencia es una terrible realidad que evidenciamos en nuestro país. En lo que va del
presente año se han reportado más de 95 mil denuncias por casos de violencia, de las
cuales el 15% son varones las víctimas y en mujeres el 85%. Los números marean, sin
duda, pero lo que debería movernos como sociedad es el pensamiento de Mahatma
Gandhi: “No me asusta la maldad de los malos, me aterroriza la indiferencia de los
buenos”.

En el Perú, la tasa de inseguridad ciudadana es tan alta; que origina preocupación entre
la población. A diario nos enteramos de violencia sexual y feminicidios, los cuales ocupan
los más altos índices de crueldad, mostrándonos el indignante machismo por el que pasa
la sociedad de nuestro país.

Esta problemática exige que el Estado asuma una responsabilidad en donde aplique con
firmeza deberes constitucionales de defensa y respeto a los derechos mencionados en
los artículos 1, 2 y 43 de la Carta Magna. Se debe brindar una buena preparación de
instituciones, y funcionarios para que hagan funcionar correctamente la protección a los
ciudadanos. La violencia está poniendo en duda nuestra capacidad para ser un Estado
donde el derecho defienda a los ciudadanos y se admita la defensa a los derechos
humanos.