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Parte Sexta
De Éfeso a Corinto,
pasando por Macedonia
(20,1-5)
Francisco Martinez A.
Junio 2010
1 Cuando hubo cesado el tumulto,
Pablo mandó llamar a los
discípulos, los animó, se despidió
de ellos y salió camino de
Macedonia.
5 Estos se adelantaron
y nos esperaron en
Tróada.
Tróade (20, 6-12)
En el versículo 9 se da un
hecho taumatúrgico, como es la
resurrección del mismo; lo
curioso es que esta
resurrección se cuenta con
brevedad: “no os inquietéis,
pues su alma está en él”.
En el versículo 11, Pablo
oficia la eucaristía nocturna
, permaneciendo charlando
con sus hermanos en la fe
hasta el amanecer.
En el versículo 12 la
escena se cierra con la
aparición del muerto
Eutico: “trajeron al
muchacho vivo y se
consolaron no poco”.
Mileto ( 20,13-38 )
20 cómo no me acobardé
cuando en algo podía seros útil;
os predicaba y enseñaba en
público y por las casas,
21 dando testimonio tanto a
judíos como a griegos para que
se convirtieran a Dios y
creyeran en nuestro Señor
Jesús.
37 Rompieron entonces
todos a llorar y arrojándose
al cuello de Pablo, le
besaban,
En el versículo 22 se observa
la incertidumbre de Pablo en
cuanto a los sucesos que
podría afrontar en Jerusalén.
Pablo se enfrenta en una
situación de enorme
inseguridad; su propio futuro
no esta en sus manos, sino en
las del mismo Dios y el
ministerio que este le ha
encomendado
En el versículo 25, encomienda
a los presbíteros que deben
teber cuidado de toda la grey y
que deben protejerlos de los
herejes que surgirán en su
seno, así como de los
perversos que surgirán entre
sus propias filas.
En el 28 aparecen algunos
aspectos relevantes de índole
teológica, pues en ellas
resuenan los ecos de la
continuidad apostólica en el
seno de la iglesia.
En el 32 encomienda los
presbíteros a Dios y a la palabra
de su gracia, ya que el Evangelio
tiene es una fuerza capaz de
estimular a los fieles en la senda
de la vida cristiana y la salvación.
8 Al siguiente partimos y
llegamos a Cesarea; entramos
en casa de Felipe, el
evangelista, que era uno de los
Siete, y nos hospedamos en su
casa.
11 se acercó a nosotros,
tomó el cinturón de Pablo,
se ató sus pies y sus
manos y dijo: "Esto dice el
Espíritu Santo: Así atarán
los judíos en Jerusalén al
hombre de quien es este
cinturón. Y le entregarán en
manos de los gentiles."
12 Al oír esto nosotros y los de
aquel lugar le rogamos que no
subiera a Jerusalén.
Ninguna de la múltiples
súplicas y profecías logran
persuadir a Pablo de su
viaje a Jerusalén. Pablo
está convencido de que su
proyecto es conforme a la
voluntad de Dios, y por Él
está dispuesto a dar hasta
la propia vida.
15 Transcurridos estos días y hechos
los preparativos de viaje, subimos a
Jerusalén.