Tras el realismo llegó la experiencia del Modernismo el cual se conoce
principalmente por ser el inicio de las vanguardias, lleno de estilos personales y experimentación literaria. Después del Modernismo y la guerra civil, nació la literatura contemporánea; esta convivió con la guerra Europea y la ocupación nazi en Francia, así como con los exilios a Latinoamérica. Tiene tres etapas. La primera de 1940 a 1950, la segunda de 1950 a 1970 y por último, las últimas generaciones de 1970 hasta la actualidad. La poesía de la primera etapa se dividió en dos vertientes: La poesía arraigada y la poesía desarraigada. La poesía arraigada, debe su nombre a la conmemoración del cuarto centenario de la muerte de Garcilaso de la Vega, llevada a cabo en 1936, los poetas pertenecientes a esta época son llamados poetas Garcilasistas. La poesía desarraigada que concluyó con la primera etapa del contemporáneo, apareciendo paralelamente a la arraigada; abandonaba los clasicismos y observaba violentamente los problemas del ser humano ante el mundo: Las guerra, los sentimientos, Dios… Contexto Histórico Segunda etapa: Una etapa literaria mucho más social en la que se caracterizaban los problemas concienciando al hombre de las injusticias, defendiendo a los débiles de la sociedad de entonces, así cobraron vida corrientes mucho más realistas. Tercera Etapa: Con la mejora del aspecto socio- económico y con el nuevo poder de la democracia, surgió la literatura urbana; la cual fortalecía la cultura y aislaba el escepticismo de los cambios. Caracteristicas Rendir culto a la novedad y a la sorpresa.Los poetas Vanguardistas cambian la estrucura formal del poema. Renovar completamente los recursos expresivos. Exploración de lo irracional Introducir referencias de vida moderna y al desarrollo Representantes Martin adan Juan parra del rio Cesar moro Xavier abril Cesar vallejo Alberto hidalgo Carlos oquendo de amat Emilio adolfo westphalen MASA Al fin de la batalla, y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre y le dijo: «¡No mueras, te amo tanto!» Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. Se le acercaron dos y repitiéronle: «¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!» Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil, clamando «¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!» Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. Le rodearon millones de individuos, con un ruego común: «¡Quédate hermano!» Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. Entonces todos los hombres de la tierra le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado; incorporóse lentamente, abrazó al primer hombre; echóse a andar... Hay un lugar que yo me sé Mas el lugar que yo me sé, en este mundo, nada menos, en este mundo, nada menos, adonde nunca llegaremos. hombreado va con los reversos. Donde, aun si nuestro pie ?Cerrad aquella puerta que llegase a dar por un instante está entreabierta en las entrañas será, en verdad, como no estarse. de ese espejo. ?¿Está?? No; su hermana. Es ese sitio que se ve a cada rato en esta vida, ?No se puede cerrar. No se andando, andando de uno en fila. puede llegar nunca a aquel sitio do van en rama los pestillos. Más acá de mí mismo y de mi par de yemas, lo he entrevisto Tal es el lugar que yo me sé. siempre lejos de los destinos. Ya podéis iros a pie o a puro sentimiento en pelo, que a él no arriban ni los sellos. El horizonte color té se muere por colonizarle para su gran Cualquiera parte.