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¡La universidad para todos!

¡La Universidad para todos!

Tema: DEFINICION DE LAS OBLIGACIONES


Docente: Mag. Elmer Fernando ÑAUPARI ALVARO

Periodo académico: 2018-1


Escuela Profesional Semestre: 1
DERECHO Unidad: 1
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TEORIA GENERAL DE LAS OBLIGACIONES

GENERALIDADES
La importancia de las obligaciones radica en que todas las personas cualquiera
fuese la situación de su vida diaria, están sujetas a ellas; en realidad es
consustancial con la vida misma, ya que ésta oscila entre los
derechos por un lado y las obligaciones por otro.
Para que hayan obligaciones se requieren
derechos; no pueden existir sin éstos. Como
contrapartida los derechos carecerían de utilidad si
no hubiese obligaciones. Quizás por esto
mismo, la Teoría de las Obligaciones, viene a
constituirse en la rama fundamental de toda la teoría
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jurídica.

Ahora bien, las obligaciones requieren de una comunidad de personas. Un conjunto


de personas, que por el hecho de vivir en comunidad se relacionan entre ellas. Una clase
o tipo de relaciones son las de carácter jurídico, porque puede haber también de
naturaleza moral, ética o social. Aún más, en el concepto de obligaciones, podemos señalar
dos criterios: uno lato y otro restrictivo. En el primero se comprenden todas aquellas
relaciones que se basan en el hecho de vivir en comunidad. En el segundo sólo se
considera la que se refiere a las nacidas de las relaciones jurídicas.
La obligación, en fin de cuentas, es un deber jurídico, en su significación restrictiva
y debe diferenciarse del deber moral. Requiere luego, de un tipo especial de relaciones,
en virtud de las cuales, una persona va a tener facultades para compeler a otra a
efectuar una determinada prestación. Está prestación representa el contenido
económico o patrimonial, pues no hay obligación sin contenido patrimonial.

La doctrina reconoce que la persona humana tiene dos clases fundamentales de


derechos:

1) derechos extrapatrimoniales, como los llamados de las personas y los de la


familia; y
2) los derechos patrimoniales, que se refieren a todos los bienes que requieren
para la satisfacción de sus necesidades. En estos últimos, establece una
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subdivisión:

a). los derechos reales que vincula a la persona con los bienes en general; y
b). los derechos de obligación que la vincula con sus semejantes, ya sea para exigir de
otra el cumplimiento de algo o ya sea para que ella misma deba cumplir con la otra, es
decir, que esa vinculación la ubicará como persona acreedora o deudora,
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respectivamente.
También debemos mencionar que, se indica a POTHIER como el creador de la
teoría obligacional contemporánea, influenciado es verdad, por la teoría del Derecho
romano, pero existen quienes mencionan también a DOMAT, quienes en el Código Civil
francés estructuran los esquemas fundamentales de la teoría y ya sabemos que este
código fue el modelo de todas las demás codificaciones. De cualquier modo no se
puede descartar la influencia romana. Es que, en realidad el derecho romano es la base
utilizada para erigir el gran edificio de esta teoría, sin desconocer, la influencia
posterior de la corriente germana.

Tampoco debemos olvidar las dos corrientes fundamentales en la Teoría General


de las Obligaciones:
1) subjetivista; y
2) objetivista.
La primera proveniente de Roma señala como lo más importante de la
relación obligacional al vínculo. La segunda (francesa), sostiene que la prestación, como
objeto de la obligación, es lo primordial. Según la primera noción no se admitía el cambio
de la persona del deudor ni la representación. Con la segunda todo aquello es posible.

CONCEPTO DE OBLIGACION.

Debe quedar perfectamente establecido que la obligación procede sólo entre


personas; son las personas quienes se vinculan jurídicamente, en virtud de lo que
llamamos obligación, pero ¿qué es la obligación? Es una relación jurídica, que se da entre
dos o más personas, que, permite a una o más de ellas adquirir la facultad de exigir a otra u
otras, el cumplimiento de una prestación determinada. Todo esto, entendido como un
conjunto o unidad, es lo que debe entenderse por obligación.
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Tratándose de una relación, ésta, lógicamente tiene dos extremos, porque es


relación entre dos personas, por lo menos. Entonces, los extremos o los lados están
ocupados por quienes tienen la facultad de exigencia, que son los acreedores, por un
lado; y por el otro lado, aquellos que deben cumplir con la prestación, que son los deudores.
El primero es el lado activo mientras que el segundo es el lado pasivo, por eso, la doctrina
denomina al acreedor, sujeto activo, mientras que al deudor, lo denomina sujeto pasivo.

La concurrencia de ambos sujetos es indispensable, ya que, en virtud de esa


relación jurídica, emerge para ellos un nexo, una interdependencia, porque siempre será
necesario, para un deudor, que haya un acreedor, y de la
misma manera, para que haya acreedor, es requisito, que ahaya
deudor.

Tenemos entonces que el obligado es el deudor, está

ligado, limitado, constreñido, sometido en suma, a


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cumplir una prestación. Esta prestación tiene un valor


económico. Y para cumplir con esta prestación el deudor
deberá desarrollar un determinado comportamiento, una actividad casi siempre y a
veces una abstención.
Así como el deudor resulta obligado, al acreedor le corresponde un poder, una
facultad, una pretensión a la prestación. Este poder del acreedor hace que, en caso de
incumplimiento por el deudor, pueda utilizar las vías coactivas pertinentes a fin de
obtener aquello a que tiene derecho en virtud del vínculo obligacional. Puede en esta
forma, forzadamente, lograr que el deudor ejecute la prestación debida o
supletoriamente, obtener el resarcimiento por los daños y perjuicios, en el supuesto
que la prestación debida no sea ya posible.

Sostiene la doctrina que, el fundamento que legitima la potestad del


acreedor, de afectar el patrimonio del deudor, en caso de incumplimiento o
inejecución, radica en lo que se conoce como «prenda común» o «garantía colectiva»,
esto es, que para hacerse pago, para cubrir su crédito, aquel está facultado para gravar
cualquier bien integrante del patrimonio del deudor, no se trata de un bien individualizado
o determinado específicamente sino de cualquiera de los que existan al momento de la
ejecución.
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ORIGEN HISTORICO DE LAS OBLIGACIONES.


En el antiguo derecho romano, no se concibe la obligación como se conoce en el
derecho moderno. Se ignora el elemento temporal, lo que quiere decir que las obligaciones
se realizan al contado. El tiempo o plazo ingresa en los negocios jurídicos muchos después.
El deudor, a quien se le llama obligatus, pierde sus bienes, su libertad y su propio
cuerpo, de tal manera que el acreedor puede disponer a su antojo, no sólo de sus bienes
sino también de su persona: puede reducirlo a la esclavitud y también venderlo,
matarlo o regalarlo. Obviamente su responsabilidad es tanto patrimonial como personal.

Debe recordarse la Ley de las XII Tablas, en


cuanto acoge la llamada «Ley del Talión», esto es,
ojo por ojo y diente por diente, con lo que se
legalizaba la venganza; el agresor sufría la venganza
por parte de la víctima. Esta situación, denigrante a
todas luces, se va a morigerar con la Lex Poetelia
Papiria el año 457 a.C. A partir de entonces, el
obligatus estará siempre sometido al acreedor,
pero la responsabilidad no será ya personal, sino
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dirigirse contra los bienes del deudor. La persona


humana es excluida de sus consecuencias: no se
responderá más ni con la vida ni con la libertad
personal.
El cambio operado es notable, si tenemos en cuenta que originariamente no
había distingo alguno entre responsabilidad civil y penal, de tal suerte que recibían el
mismo trato, tanto el ladrón vulgar como aquel que había obtenido un préstamo de
dinero; ambos estaban obligados con su propio cuerpo, con su persona, que podía ser
reducido a la esclavitud. Se llegó a decir, que en esa época el objeto de la obligación
era en realidad el propio cuerpo del deudor. Constituyó por eso, un gran avance, derivar
la obligación a una responsabilidad exclusivamente patrimonial. Ya no habrá prisión
por deudas.

FUENTES DE LAS OBLIGACIONES.


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¿Qué vienen a ser en realidad las fuentes


de la obligación?. Fuente es el origen, pero un
origen legítimo y justificatorio, que hace válido

determinada prestación a favor del acreedor.


Entonces, al tratar de las fuentes ¿no se está en
verdad tratando de las causas? Las causas que
hacen posible la relación obligatoria.

En el derecho moderno, sostienen


algunos juristas que la clasificación más

conveniente radica en la siguiente distinción: la


que fluye de la voluntad del deudor, por cuya
razón la denominan voluntarias, y la que emerge
de la voluntad de la ley, por la cual la llaman legales.

Se tienen como fuentes modernas de toda obligación, tanto a la voluntad


(contratos) como a la ley, esto es, voluntarias y legales. Las primeras están dadas por
los contratos y la voluntad unilateral. Las segundas, por los hechos ilícitos, dolosos y
culposos, así como cualquier hecho idóneo para producir una obligación de acuerdo con
el ordenamiento jurídico. Sostiene la doctrina que las obligaciones existentes entre
padres e hijos, tienen como fuente autónoma y directa a la ley.
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DIFERENCIAS ENTRE LOS DERECHOS REALES Y LOS DERECHOS DE

OBLIGAClON.

Hay que mencionar en primer lugar, que la doctrina general del derecho civil,
reconoce dos grandes sectores de derechos:
1) Los derechos extrapatrimoniales; y
2) Los derechos patrimoniales.

Los primeros son todos aquellos que no tienen un contenido patrimonial o económico,
que no pueden evaluarse en una suma de dinero, aún cuando su transgresión si lo permite
como por ejemplo, el derecho al nombre, a la integridad física, a la voz, a la imagen, al
domicilio, etc. Los segundos sí son susceptibles de una valoración económica
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fundamentalmente, tienen directo contenido patrimonial, porque se trata de bienes que el


hombre necesita para su subsistencia y beneficio.

Los derechos patrimoniales, se polarizan en dos especies:

1) los derechos reales; y

2) los derechos de obligación.

Tenemos entonces, que ambas ramas del derecho civil, tienen un cordón que los
unifica, y es la de ser eminentemente patrimoniales. De manera que es siempre de
interés jurídico, señalar cuáles son sus diferencias sustanciales.

En todo derecho real, encontramos dos elementos esenciales: el titular y la cosa; se


trata de una relación jurídica entre el sujeto y el objeto, en virtud de la cual, aquel
deviene en titular del derecho que recae sobre éste; mientras que en los derechos de
obligación, tres son los elementos componentes; los sujetos, la prestación y el vínculo
jurídico, de donde los primeros son, los acreedores y deudores; la prestación
consiste en un dar, hacer o no hacer y el vínculo es el nexo que armoniza los otros
elementos.
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Tenemos también que los derechos reales, son absolutos, porque se hacen
valer contra cualquiera que quisiera entorpecer o perturbar al titular, por eso, dice la
doctrina, tiene eficacia erga omnes; y los derechos de obligación, en cambio son
relativos, porque se hacen valer y tienen eficacia sólo contra determinadas personas
que son los deudores.

También es de observar que los derechos reales se encuentran debidamente


establecidos por la ley, de tal manera, que no es posible a las personas la libre creación de
ellas, mediante acto jurídico. Este es el sistema que se conoce como numerus clausus,
es decir, que no hay más derechos reales que los expresamente reconocidos por la
ley. Los derechos de obligación, empero, son ilimitados, corresponden a la libre
creación de las partes que los celebran.
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ETIMOLOGIA DEL TERMINO OBLIGACION.


El haberse designado a esta institución
jurídica con la denominación, admitida casi
unánimemente por la doctrina moderna, de
obligación, tiene una explicación etimológica ya
que demuestra además una situación real del
principal sujeto que interviene en su celebración,
pues, de los dos sujetos que la integran, el
acreedor y el deudor, éste último es el que no

puede faltar para que la obligación se


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constituya, lo cual, obviamente, significa que
puede haber obligación sin sujeto acreedor, por
lo menos, en la fase de su nacimiento.

El término obligación proviene del latín


«obligatio», que es una variante de «obligare». Esta palabra a su vez se deriva de dos
vocablos: 1) Ob, que significa alrededor y 2) ligare, que debe entenderse como
ligamen, atadura. Este segundo vocablo precisa con toda cabalidad el concepto
fundamental porque la obligación consiste en un sometimiento del deudor, en una
restricción o limitación de su actividad.

Otro contenido conceptual de «obligare» es el de ligar con cuerdas y cepos,


porque el obligado (ob-ligatus) era el ciudadano su¡ iuris que trabajaba como esclavo,
cargado de cadenas en casa de otro. La situación jurídica contraria a «obligare», era
el de «solvere», esto es, liberación de las cuerdas o cadenas. El «solvere», es decir, el
solvente, es el que paga y por ende el que se libera. El pago supone la liberación del
deudor. Se libera de su acreedor, mas precisamente, del sometimiento.

DIVERSAS ACEPCIONES DE OBLIGACION.


No obstante la etimología, el derecho moderno, le reconoce a la palabra «obligación»,
diversas acepciones, que es conveniente precisar.
La definición más corriente y generalizada, es la que considera a la obligación como
un vínculo jurídico o también como una relación jurídica, en virtud del cual una persona
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determinada debe cumplir con un deber en provecho de otra.

Empero si adoptamos la perspectiva del sujeto pasivo, del deudor, obligación


significa deuda. El deudor debe, él es el obligado, para él la obligación es;
“Obligación de cumplir determinada prestación”. Y sólo al deudor corresponde la
obligación. Se dijo ya anteriormente que, si no hay sujeto deudor, simplemente, no
hay obligación.

Pero si por el contrario adoptamos la perspectiva del acreedor, que es el sujeto


activo, para éste no es obligación, él a nada está obligado, porque el acreedor tiene una
facultad, un poder de exigencia para que el deudor cumpla para él.

consecuencia, para el acreedor se trata de un crédito, por eso también, algunos juristas,
denominan a la obligación como derecho de crédito o de derecho crediticio
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¡Gracias!

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