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Sustentantes:

Michelle - 2016-0963
Wendy - 2016-0882
Elizabeth - 2016-1123
Walrry - 2016-1064
El día que Colón cayó en
desgracia
 Colón había pedido un juez para
poner orden en La Española, donde la
situación se le había ido de las manos.
Los reyes mandaron a Francisco de
Bobadilla. No podía imaginar el
almirante cómo iba a acabar todo
aquello.

 Los reyes habían recibido la carta de


Colón pidiendo que se le enviara a
alguien capaz de ayudarle a impartir
justicia. Isabel y Fernando tenían al
hombre adecuado: Francisco de
Bobadilla, aragonés, freire de la Orden
de Calatrava, hombre con fama de
honrado y religioso, llano y humilde,
inasequible a la codicia y colmado de
las más dignas virtudes del caballero.
Bobadilla no era un militar.
Pesquisidor de las Indias

 En 1480 se le designó comendador de la


Orden de Calatrava en diversas poblaciones
que habían entrado en desobediencia. Por
ejemplo, Auñón, en Cuenca. Su actuación allí
fue tan dura que los vecinos quisieron
matarle. No lo consiguieron, evidentemente.
Eran los años en los que Isabel y Fernando
empezaban a someter a los señores feudales,
lo cual incluía los feudos de la órdenes
militares como Calatrava. Después Bobadilla
ocupó el mismo cargo en Berninches y El
Condado, en Guadalajara: nadie le amó por
aquello, pero cumplió a plena satisfacción la
misión encargada por los reyes. Y nadie
mejor que él para poner orden ahora en La
Española. Los reyes nombraron a Bobadilla
juez (pesquisidor) en las Indias en marzo de
1499.
Orden en el caos
 El 23 de agosto de 1500 llegaron a Santo Domingo los barcos de
Bobadilla. Lo primero que vio nada más bajar a tierra fueron siete
cadáveres de españoles colgando de la horca. Preguntó por
Cristóbal Colón; no estaba. Preguntó por Bartolomé; tampoco
estaba. Allí sólo estaba Diego Colón, el otro hermano. El almirante
y Bartolomé –refirió Diego– se hallaban en el interior, sofocando
revueltas… de españoles. Los ahorcados –siguió el menor de los
Colón– eran rebeldes; otros cinco aguardaban en la mazmorra
para ser ejecutados al día siguiente. Bobadilla debió de sentirse
como si hubiera entrado en una casa de locos.
Cuerda de presos
 Quedaba un Colón libre: Bartolomé.
Cuando se enteró de lo que estaba
pasando, marchó con una hueste
armada hacia Santo Domingo para
liberar a sus hermanos. Pero no
hubo lucha porque el almirante, que
sabía que Bobadilla venía con
instrucciones precisas de los reyes,
terció para que Bartolomé se
entregara: lo último que podía
convenirle en aquel momento era
alzarse en armas contra un enviado
de la Corona. Así Bartolomé quedó
también preso. Y no sólo él, porque
enseguida Bobadilla se dirigió contra
el principal factor de caos de aquella
casa de locos: el rebelde Francisco
Roldán, al que también hizo preso.
Los lamentos del almirante
 Colón no iba a ser gobernador porque los reyes ya habían
pensado en otra persona: Nicolás de Ovando, caballero de la
orden de Alcántara y funcionario de plena confianza. Él
tomaría el relevo del pesquisidor Bobadilla, que mientras
tanto completaba su tarea en La Española. Ovando llegó a la
isla en abril de 1502. Llevaba consigo a fray Bartolomé de las
Casas y a un agente del propio Colón: Alonso Sánchez de
Carvajal, encargado de que los derechos económicos del
descubridor fueran respetados.

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