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SESION I
1. Aproximación lingüística
3. Derechos naturales.
El uso del término “derechos naturales”, se identifica con
una posición iusnaturalista. Libertades innatas al ser
humano, con dimensión jurídica.
La expresión “derechos naturales”, supone:
5. Libertades públicas.
Frente al espíritu, sin fuerza, las libertades
públicas expresan un espíritu, una moralidad
apoyada por la fuerza del Derecho positivo.
Expresión de la libertad pública, soportada por el Derecho
positivo.
Más tarde, a partir del tránsito a la modernidad,
“libertades” extiende su uso para referirse a derechos
individuales.
DERECHOS HUMANOS
6. Derechos morales.
Derechos previos al Estado y a su Derecho, que son triunfos frente al Estado. Se trata de un concepto
de derechos que se pueden esgrimir frente al poder, incluso frente al poder democrático, que
sobrevive a las leyes y sentencias contrarias. R. Dworkin, resume su teoría diciendo:
“…Nuestro sistema constitucional descansa sobre una determinada teoría moral, a
saber, que los hombres tienen derechos morales en contra del Estado…El Derecho
constitucional no podrá hacer auténticos avances mientras no aísle el problema de
los derechos en contra del Estado. Ello requiere una fusión del Derecho
constitucional y la teoría de la ética, una vinculación que, por increíble que parezca,
todavía está por establecerse…”
El fenómeno de los derechos humanos está más próximo a la idea de un Derecho moralizado, es
decir, al que se incorporan dimensiones de moralidad, la moralidad legalizada, que a la de una moral
que usa conceptos construidos por el Derecho sin querer dejar el ámbito de la moral, como las que
podían desprenderse del uso de la expresión.
DERECHOS HUMANOS
Por ello, regulan la legitimidad de los sistemas políticos y de los ordenamientos jurídicos. La
noción de derechos humanos en sí misma está sujeta de manera permanente a la tentación de
manipularla. El Tribunal Constitucional, como supremo intérprete de la Constitución, considera
conveniente realizar una aproximación al tema desde la dogmática constitucional que permita su
comprensión.
Sobre ellos es posible predicar que son tributarios de los principios de universalidad,
imprescriptibilidad, irrenunciabilidad e inalienabilidad, inviolabilidad, eficacia, trascendencia,
interdependencia y complementariedad, igualdad, progresividad e irreversibilidad y
corresponsabilidad. Estos principios deben integrarse a la concepción de derechos
fundamentales planteados en la Constitución, que a su vez son resultado de las exigencias de
los valores que coexisten en una sociedad política organizada, cuya plasmación normativa se
encuentra en el derecho positivo. Mas, esta formulación constitucional no puede ser entendida
restrictivamente como una positivización formalista de los derechos humanos, sino con el criterio
de la inclusión de los instrumentos normativos de positivización, así como de las técnicas de su
protección y garantía.
Los derechos humanos son “un conjunto de facultades e instituciones que, en cada
momento histórico, concretan las exigencias de la dignidad, la libertad y la igualdad
humana, las cuales deben ser reconocidas positivamente por los ordenamientos jurídicos
en el ámbito nacional e internacional” (Pérez Luño, 2010:48).
DERECHOS HUMANOS
7.1.1. Análisis tridimensional:
Dimensión axiológica (Concerniente a valores que son inherentes a todo ser humano, como la
dignidad, libertad e igualdad, los mismos que son interdependientes.
Dimensión fáctica (Alude a la evolución histórica y cultural de la noción de Derechos
Humanos).
Dimensión normativa (Enuncia la necesidad de que los atributos inherentes al ser humano
sean concretadas en normas jurídicas que no solo prescriban conductas socialmente
deseables, sino que también atribuyan responsabilidades e institucionalicen mecanismos de
sanción para los transgresores.
Dimensión axiológica
“Para la perspectiva de los derechos es esencial la diversidad cultural, pero nunca por debajo de un
mínimo que se considera válido universalmente (nadie puede matar o afectar la integridad física
argumentando razones culturales” – Ernesto de la Jara.
“Constituyen el “mínimo moral” en el que deben basarse las diversas culturas y sociedades políticas para
DERECHOS HUMANOS
8. Titularidad.
Deber de protección • Es el deber del Estado de luchar contra las violaciones de derechos humanos y
generar mecanismos eficaces para su amparo o protección.
Deber de garantizar el
• El Estado se encuentra en la obligación de implementar mecanismos para el
ejercicio y goce de los
efectivo disfrute de los ciudadanos respecto a sus derechos humanos.
derechos humanos
• Se hace referencia al “derecho a la justicia”, que prescribe la obligación del Estado de
Deber de investigar, investigar, juzgar y sancionar; constituyendo la tutela procesal efectiva la garantía de
derecho a la verdad que corresponde a la víctima y su familia en una dimensión individual
procesar y sancionar a los y a toda la sociedad, en su dimensión colectiva.
violadores de derechos • La obligación de sancionar es el complemento al deber de respeto y garantía que
humanos asumen los Estados, de modo que las conductas que importen violación de derechos
humanos deben estar contempladas en los ordenamientos penales con sus respectivas
respuestas punitivas.
Para dar efectividad a las disposiciones de la Convención y de los demás tratados suscritos en la
materia, se ha generado la institución de garantía, conocida como control de convencionalidad, en
la que el juez nacional debe inaplicar la norma interna cuando se oponga a la CADH o a su
interpretación por la CIDH.
Bloque de convencionalidad.
DERECHOS HUMANOS
11. IUS COGENS.
Este término y concepto es propio del Derecho Internacional General, cuya característica es ser
imperativa (no se admite acuerdo en contrario). Es la expresión de los intereses superiores de la
comunidad internacional, desconociendo límites geográficos en su aplicación, mostrando una vocación
universal.
Las afirmaciones del ius cogens son erga omnes.
Las normas ius cogens son resolutivas, poseen un valor ético o superior, y que su descarte es
inaceptable bajo cualquier circunstancia.
Es nulo todo tratado que, en el momento de su celebración, esté en oposición con una norma
imperativa de derecho internacional general. Para los efectos de la presente Convención, una norma
imperativa de derecho internacional general es una norma aceptada y reconocida por la comunidad
internacional de Estados en su conjunto como norma que no admite acuerdo en contrario y que solo
puede ser modificada por una norma ulterior de derecho internacional general que tenga el mismo
carácter. Artículo 53° de la Convención de Viena de 23 de mayo de 1969 sobre el Derecho de los
Tratados.
Si surge una nueva norma imperativa de derecho internacional general, todo tratado existente que esté
en oposición con esa norma se convertirá en nulo y terminará.
Artículo 64° de la Convención de Viena de 23 de mayo de 1969 sobre el Derecho de los Tratados.