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Los medios materiales influyen en los campos magnéticos por la presencia de dipolos
magnéticos.
Existen dos formas de modelar un dipolo magnético.
a.- Modelo de Gilbert
Considera cada dipolo como formado por dos cargas magnéticas, conocidas como polo
norte y polo sur, respectivamente. El campo magnético de un dipolo sale por su polo norte
y entra por el sur. Al acercar dos polos del mismo signo se repelen y dos de signo opuesto
se atraen.
b.- Modelo de Ampère
Considera cada dipolo magnético como una pequeña espira de corriente, con un momento
magnético dado por la regla de la mano derecha.
Ninguno de los dos modelos es “el correcto”. La mecánica cuántica describe las
propiedades de los átomos y sus partículas y podemos imaginar que las cargas dan vueltas
en torno al núcleo, con lo que se comportan como pequeñas espiras, siguiendo a Ampère,
pero también las partículas elementales poseen un momento propio, no asociado a
órbitas, como diría Gilbert.
En el modelo atómico de Bohr podemos imaginar cada electrón orbitando alrededor del
núcleo. Esto equivaldría a una espira microscópica de corriente con un momento magnético
orbital.
Además de este momento magnético orbital las partículas poseen un momento magnético
intrínseco asociado a una propiedad fundamental de la materia conocida como espín.
• La combinación de estos dos efectos, unido al hecho de que los dipolos atómicos interactúan
entre sí y con los campos aplicados provoca que éstos se vean afectados de diferentes
formas por la presencia de materiales.
Como en el caso de los dipolos eléctricos, hay dos tipos de dipolos magnéticos en la materia:
Permanentes
• debidos a las propiedades cuánticas de las partículas y moléculas, y que existen incluso en
ausencia de campo aplicado
Inducidos
• provocados por la acción del campo magnético sobre las cargas. Este campo, al hacer que las
cargas sigan una órbita circular (o modificar una que ya tengan) lo que equivale a una
corriente en una espira y por tanto a un momento magnético orbital.
Existe, no obstante, una diferencia esencial con el caso eléctrico.
siendo μr la permeabilidad relativa del material, una constante de proporcionalidad adimensional cuyo
valor para el hierro puede estar en torno a 100 (depende de la pureza del material y de sus defectos),
esto quiere decir que en presencia del hierro el campo magnético se multiplica por cien. Si el campo
aplicado procede de una corriente eléctrica se dice entonces que tenemos un electroimán.