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LA LITERATURA DEL BARROCO

• La literatura del barroco es la manifestación literaria que se llevó a cabo en Europa justo
después del Renacimiento y coincidiendo con el llamado Siglo de Oro español. Es allí, en
España, donde esta tendencia tuvo su mayor esplendor y desarrollo.
• La literatura barroca se supedita al movimiento general que le da
nombre (Barroco) y que cobija no solo a las letras, sino a un amplio
compendio de manifestaciones artísticas. Esta expresión literaria
coincide también con la llamada Contrarreforma católica, y en cierta
manera le sirve de pilar en su aparato discursivo.
• Los temas comunes de la literatura del Romanticismo solían ser la
vida y su constante cambio, lo fugaz del ser humano, el dolor y el
sufrimiento. El hombre y su existencia, su repercusión en los demás
seres y cosas, es el epicentro de las obras de los autores más
representativos.
• La literatura del Barroco se considera, en parte, un estilo
sobrecargado, ostentoso, abusivo en el uso de recursos literarios
como la metáfora o la antítesis. Este movimiento surge en un
momento de muchas tensiones sociales, políticas, económicas y
existenciales.
• Esta situación caótica arrastró a los autores a expresarse, a hablar
sobre la pesadumbre de las miserias, de la peste, la desigualdad entre
clases, y el alivio que significa la religiosidad.
• Es posible decir que no se pudo haber tenido un mejor entorno,
mejores condiciones para el desarrollo de esta corriente literaria. Esas
temáticas de las que se valieron los escritores fueron el caldo de
cultivo de centenares de obras, las bases sólidas que permitieron la
argumentación clara del movimiento Barroco.
• El barroco fue un período de la historia de la cultura en Occidente,
que abarcó todo el siglo XVII y principios del XVIII, extendiéndose más
o menos dependiendo del proceso histórico particular de cada país.
Este período se caracterizó por un cambio en la manera de concebir
el arte (el “estilo barroco”), lo cual tuvo impacto en numerosas áreas
de la cultura y del saber, como las letras, la arquitectura, las bellas
artes e incluso la filosofía.
• Surgido en una época de tensiones entre los países católicos y
protestantes, entre las monarquías absolutistas y las
parlamentarias, el barroco se dio en la Europa occidental y en algunas
de sus colonias, como Latinoamérica, y constituyó el peldaño
intermedio entre el manierismo y el rococó-
• Su origen, sin embargo, se ubica en Italia, durante el período
conocido como seicento, y su nombre durante mucho tiempo fue
empleado de manera despectiva, para referir algo recargado,
caprichoso, engañoso.
• Luego del siglo XIX, el término “barroco” se revalorizó y actualmente
se emplea no sólo para referir a este período, sino para cualquier
manifestación artística que vaya en contra de los valores del
clasicismo.
• El período barroco suele clasificarse en tres momentos
diferentes: primitivo (1580 a 1630), pleno (1630 a 1680) y tardío
(1680 a 1750). A lo largo ellos el arte ganó en refinamiento y en
ornato, cultivando un gusto por lo anecdótico y lo sorprendente, por
el efectismo y las ilusiones. A menudo ello se interpreta como una
mayor crudeza en el enfrentamiento entre artista y realidad.
• Posteriormente se lo apreció como una forma “degenerada”
(según Jackob Burckhardt) del renacentismo, para terminar siendo
considerado la negación de lo clásico: donde este último es
masculino, racional y apolíneo, el barroco era femenino, irracional y
dionisíaco. Se trata de dos formas opuestas de concebir el arte y
la cultura.
• El barroco, entonces, cambió radicalmente el modo de hacer arte y de
pensar la cultura, expresándose principalmente por dos grandes vías:

Énfasis en la realidad. Se presta atención al aspecto mundano de la


vida, a la cotidianidad y lo efímero, lo cual condujo a la “vulgarización”
o mundialización del imaginario religioso en los países católicos

Visión grandilocuente. Se exaltaron los conceptos de lo nacional y lo


religioso como expresiones del poder político, produciendo así obras
monumentales, fastuosas y recargadas, a menudo con cierto contenido
propagandístico a favor de la aristocracia y del clero.
• El barroco fue así una cultura de la imagen, que aspiraba a generar la
obra de arte total: una que pusiera en escena el poder
dominante (la Iglesia y la monarquía), pero a través de engaños y
artificios que se resumían en la frase theatrum mundi (“El mundo es
un teatro”).
• El nombre “barroco” según algunas teorías proviene de la palabra en
portugués usada para las perlas que tenían alguna deformidad o
irregularidad (equivalente al “barruecas” en español). De allí que
inicialmente el nombre se empleara para referir a cierto estilo
artístico recargado, grandilocuente, excesivo.

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