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FACULTAD DE DERECHO
DERECHO PROCESAL DEL TRABAJO Y
DE LA SEGURIDAD SOCIAL
PRINCIPIOS RECTORES DEL
DERECHO PROCESAL
LABORAL EN PARTICULAR
1. PRINCIPIO DE LA TITULACIÓN
Anterior Art. 48 del Código Procesal del trabajo: “El juez dirigirá el proceso en
forma que garantice su rápido adelantamiento sin perjuicio de la defensa de las
partes”. El artículo 7 de la Ley 1149 de 2007 modificó el texto de ese artículo así:
“El juez asumirá la dirección del proceso adoptando las medidas necesarias para
garantizar el respeto de los derechos fundamentales y el equilibrio entre las partes,
la agilidad y rapidez en su trámite”.
Este principio prevé la continuidad del proceso no obstante: - El ddo. no conteste la demanda, no
concurra a la primera audiencia, no concurra el demandante, o no concurran ambas partes.
-No habrá posibilidad de paralización del proceso por inactividad de las partes, como sucede en el
proceso civil. El proceso laboral continuará impulsado por el juez quien dictará sentencia, de
acuerdo con el material probatorio que obre en autos, en razón del principio de impulso procesal
oficioso característico del Procedimiento Laboral.
- No hay lugar entonces, en virtud de dicho principio, a la perención o paralización del proceso.
La contumacia o rebeldía de una de las partes, no descarta a la otra de la obligación de probar, ni revierte
la carga de la prueba, pero constituye una actuación contraria al principio de la lealtad procesal que rige el
comportamiento de las partes en el proceso laboral (Art. 49 del C.P.L.) y pone de presente un contenido de
mala fe de la conducta de la parte renuente, que más tarde el juzgador habrá de calificar para efectos tan
importantes como el de la libre apreciación de las pruebas (Art. 61 del C.P.L.) y el de la buena y mala fe en
las condenas.
La falta de contestación de la demanda se tiene como indicio en contra del demandado. Además
de que éste pierde la oportunidad de pedir y aportar pruebas, provocar la intervención de terceros y
ejercer adecuadamente su derecho de defensa.
9. PRINCIPIO DE LIBERTAD
Está consagrado en el artículo 40 del C.P.L., así: “Los actos del proceso para los cuales las
leyes no prescriban una forma determinada los realizará el juez o dispondrá que se lleven a
cabo, de manera adecuada al logro de su finalidad”.
Este artículo consagra el principio de libertad formal, en virtud del cual cuando no exista una
forma determinada prescrita por la ley, de procedimiento laboral o civil, para realizar un
acto específico, el juzgador del trabajo puede realizarlo u ordenar que se realice como lo
estime conveniente.
Este principio constituye una innovación en materia procesal laboral porque faculta al juez
para la realización de todos los actos procesales que sean necesarios para el
adelantamiento y culminación del proceso en forma tal que garantice la realización de la
finalidad propia de los procesos laborales.
Este principio también es conocido como el de la libertad de las formas procesales y se
acogió en materia procesal laboral en contraposición al principio de la “obligatoriedad de
las formas procesales” establecido en el artículo 6º del C.P.C. para los procesos de esta
naturaleza.
Tal y como los clasifica el doctor Hernando Devis Echandía, en su obra “Compendio de
Derecho Procesal”, los actos procesales pueden clasificarse así:
Actos introductorios
Actos de impulso procesal
Actos probatorios
Actos decisorios (Autos interlocutorios y sentencias).
Actos para la terminación del proceso
Todos los actos del proceso laboral, cualquiera sea la finalidad que se persiga, mientras no
estén sujetos a una forma determinada, podrá realizarlos libremente el juez y/o las partes
sin sujeción a formalidad o requisito y atendiendo únicamente a la finalidad perseguida en
los procesos laborales. Así por ejemplo, las audiencias, las alegaciones, etc.
10. PRINCIPIO DE LA EVENTUALIDAD O
PRECLUSIÓN
En virtud de este principio los actos del proceso deberán efectuarse dentro de
los términos y en las oportunidades establecidas por la ley, con el objeto, no
solamente, de darle orden del mismo, sino también seguridad a las partes
quienes deberán comportarse con lealtad.
La eventualidad tiene qué ver con las etapas y el orden que debe
imprimírsele a los actos procesales, y la preclusión hace relación a las
oportunidades o términos que tienen, tanto el juez como las partes, para
realizar dichos actos.
1. Fallo ha sido dictado con base en documentos o declaraciones que hayan sido declarados falsos por el
juez penal;
2. Fallo se ha dictado determinado por un hecho delictivo del juez y así lo declare la justicia penal; y
3. Cuando alguno de los apoderados judiciales incurra en infidelidad de los deberes profesionales.
El término para interponer este recurso es de 6 meses contados a partir de la ejecutoria de la sentencia
penal, o desde la fecha de la conciliación, sin que pueda proponerse cuando hayan transcurrido 5 años
desde el fallo laboral o la conciliación.
13. PRINCIPIO DE CONCENTRACIÓN DE LA PRUEBA
Este principio también conocido como el de la libre apreciación de las pruebas, está consagrado en el artículo 61
del C.P.T.S.S..
En virtud de este principio el Juez puede formar libremente su convencimiento y proferir su decisión
basándose en las pruebas regular y oportunamente aportadas al proceso que le merezcan toda su convicción.
Este principio surgió en contraposición al de la “tarifa legal” del anterior Código Judicial.
Esta libertad no es arbitraria, sino que tiene que ejercerse dentro del criterio lógico “persuasión racional”, de
acuerdo con los principios científicos que informan la crítica de la prueba, Así, si el fallador prefiere la
declaración de un solo testigo a la de varios que le sean contrarios, la preferencia deberá estar soportada en
consideraciones racionales de que ese testimonio sea más completo, más exacto, que ofrezca mayor
credibilidad por las condiciones morales, intelectuales y sociales del testigo, etc, y no por el capricho o arbitrio
del juez.
Para la Corte, la libre apreciación no autoriza al juzgador para desechar o desestimar elementos que arrojen una
evidencia indudable acerca de los hechos que se traten de demostrar, en términos que el convencimiento del
juzgador llegue a ser contrario a la realidad de los hechos (Cas. Julio 15 de 1949)
En control de los excesos y arbitrariedades, el juzgador deberá explicar en la parte motiva de la sentencia las
razones que orientaron y causaron su convencimiento.
En remedio contra el exceso de dicha facultad mediante el recurso de apelación para la primera instancia, y la
casación en el cual es posible acusar la equivocada apreciación probatoria del juez por la vía del error de hecho
o de derecho para la sentencia de segunda instancia.
16. PRINCIPIO DE LA PRIMACÍA DE LA REALIDAD
Este principio, propio del Derecho Procesal Laboral, permite al Juez Laboral
proferir condenas distintas o mayores a las solicitadas en la demanda, por lo
que puede afirmarse que en los procesos laborales la demanda no condiciona
la sentencia. Tal facultad tiene su razón de ser en la naturaleza irrenunciable
de los derechos sociales y en el principio de la economía procesal,
característico del Derecho del Trabajo, que conlleva buscar por todos los
medios dicho objetivo.