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Cuál Era La Visión Política de La Ciudad de Dios
Cuál Era La Visión Política de La Ciudad de Dios
VISIÓN POLÍTICA
DE LA CIUDAD DE
DIOS?
Noelia P. Liz Amancio
10143482
26/02/22
SAN AGUSTÍN DE HIPONA
“PADRE DE LA IGLESIA”
San Agustín de Hipona (Aurelio Agustino, 354-430 EC) fue el primer pensador importante de la era cristiana.
Fue el obispo de Hippo Regius en Numidia durante los últimos años del Imperio Romano. Agustín nació en el
354 EC en la ciudad de Tageste, Numidia (actual Argelia), y asistió a la escuela tanto en Madaura como en
Cartago , donde estudió gramática y retórica. Sus obras más importantes son La Ciudad de Dios, Confesiones
y Reconsideraciones.
EL SAQUEO DE ROMA EN 410
E.C
El saqueo de Roma del 24 de agosto de 410 fue una acción de rapiña
llevada a cabo por los visigodos, comandados por Alarico I, tras expugnar
los muros de la Urbe. Los godos, un grupo de extranjeros, de "bárbaros"
procedentes del norte del Danubio que, paradójicamente, querían formar
parte de aquello que estaban destruyendo —"Vivir con los romanos para
que los hombres creyeran que todos eran una sola familia o pueblo" es lo
que supuestamente planteó Alarico al césar—, entraron en Roma por la
puerta Salaria y se desató el caos.
La catástrofe de Roma es una intervención divina. Dios es un médico que
corta la carne podrida de nuestra civilización. Este mundo es un horno
en que la paja arde al fuego; el oro, en cambio, sale purificado y
ennoblecido. Es una prensa que separa el aceite del deshecho sin valor;
el deshecho es negro y tiene que desaguar por el canal. (San Agustín. La
Ciudad de Dios, Madrid, BAC, 1958)
San Agustín escribió: “Aunque aplastado por el enemigo, no pusiste freno a la inmoralidad, no aprendiste lecciones de la calamidad; en las
profundidades de los dolores todavía te revuelcas en el pecado. ... En la ciudad del mundo tanto los gobernantes dominan como las personas a las
que dominan están dominadas por el ansia de dominar, mientras que en la Ciudad de Dios todos los ciudadanos se sirven unos a otros con
caridad”. (Gochberg, 630-631)
Confesiones: Se escribió entre 397 y 398 E.C. Esta obra está compuesta por 13 libros, y la mayoría de ellos son relatos autobiográficos.
San Agustín decidió nombrar a su obra Confesiones no solo por eso, sino por el significado religioso del acto de confesarse. La obra se
compone de reflexiones de San Agustín sobre su propia vida, tomando como referencia el libro bíblico del génesis.
Aborda temas como las contradicciones entre su pasado y las posiciones de autoridad posteriores como obispo. También habla sobre la
naturaleza del pecado y la redención, lo que dejan ver la influencia del obispo San Ambrosio en el pensamiento de Agustín, así como las
doctrinas de Platón.
Reconsideraciones: Reconsideraciones fue escrita en sus últimos años de vida, y ofrece una visión retrospectiva sobre la carrera de San
Agustín. Se compone de varios de sus escritos anteriores e incluye comentarios sobre las circunstancias en las que fueron escritos, así
como rectificaciones o ratificaciones de lo dicho. Se trata de una obra que expresa de manera profunda el pensamiento y la vida de este
filósofo. Debe su título precisamente al ejercicio de autoanálisis que San Agustín realiza.
Después de su muerte y la caída del Imperio Romano Occidental, Europa entraría en lo que se llama, según Petrarca, la "Edad Media".
Sin embargo, este período también vio el nacimiento de la religión organizada, y la teología de Agustín fue una parte integral del
desarrollo no solo del cristianismo sino también del pensamiento intelectual occidental.
IDEA DE JUSTICIA PARA SAN
AGUSTÍN
San Agustín parte de la interpretación platónica de “dar a cada cual lo
suyo”, pero San Agustín emulsiona la justicia con la cristiandad, hasta el
punto de utilizar los dos termines, es decir “justicia” y “cristianismo” casi
como sinónimos.
Para San Agustín, no hay verdadera justicia más que en la República de la
que Cristo es fundador y jefe (haciendo referencia a la Ciudad de Dios). Para
San Agustín la justicia es el único fundamento y única garantica de la paz.
Agustín también revisó y estudió los escritos de Plotinus con los cuales quedó impresionado.
Esta filosofía la vimos en el apartado del filósofo quien postulaba que la realidad era una sola, y
que para llegar a la ''entidad'' máxima debería seguirse una procesión específica que consistía en
Alma, Inteligencia y El Uno. El Uno está en todas partes pero a al vez no está en ninguna, pues
sería ininteligible para nosotros. Por lo tanto, la realidad es una y está impregnada de esta última
presencia. Plotinus
Las ideas del neoplatonismo incrementaron la influencia en cuanto al desprecio al cuerpo y el
amor al alma. Esta idea de los maniqueos y los neoplatónicos lo llevó a aceptar la idea de
rechazar la sexualidad.
Para San Agustín, al igual que para Platón, la totalidad de la existencia tiene un origen divino.
Ambos se acogerán a la idea de la existencia de un “mundo de las ideas”, pero que San Agustín
contemplará de un modo diferente: en relación con la creación divina. Dios creó todas las cosas
que existen previamente en su espíritu y las ideas son los modelos pensados por Dios para dar
forma a dichas cosas. Platón
LEGADO DE SAN AGUSTÍN
San Agustín fue el primer pensador cristiano. Agustín, no solo fue un buen cristiano, sino también, celoso obispo, fino teólogo, noble
filósofo, cuidadoso exegeta, Padre Doctor de la Iglesia. La influencia de San Agustín fue enorme durante toda la Edad Media. En términos
filosóficos, uno de los legados más importantes de San Agustín fue haber unido la fe y la razón, en una mezcla de justificación para el
cristianismo.
Aportó grandes pensamientos sobre el lenguaje humano, haciendo referencia a la manera en que los niños aprenden a hablar por medio del
entorno y la asociación.
Así mismo, aseguró que mediante el habla solo se busca enseñar, porque al preguntar incluso por algo desconocido, se le permite a la persona
que tiene la respuesta reflexionar sobre lo que dirá y exponer su punto de vista libremente.
También recalcó que la oración era un método de comunicación que se mantenía en el alma, y que servía solo para comunicarse con Dios de
manera directa, para calmar preocupaciones y avivar esperanzas.
GRACIAS
POR SU
ATENCIÓN.