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CATEQUESIS KERIGMÁTICAS

CATEQUESIS 1ª :
¡HEMOS ENCONTRADO AL MESÍAS!
Objetivo…
Descubrir en los encuentros con
Jesús, el llamado a emprender el
camino de un proceso de conversión.
Textos… JUAN 1,35-42
 Al día siguiente, estaba Juan otra vez allí con dos de sus discípulos y,
mirando a Jesús que pasaba, dijo: "Este es el Cordero de Dios". Los dos
discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús. Él se dio vuelta y,
viendo que lo seguían, les preguntó: "¿Qué quieren?" Ellos le
respondieron: "Rabbí (que traducido significa Maestro), ¿dónde vives?".
"Vengan y lo verán", les dijo. Fueron, vieron donde vivía y se quedaron
con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde. Uno de los dos que
oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano
de Simón Pedro. Al primero que encontró fue a su propio hermano
Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías", que traducido significa
Cristo. Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo:
"Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas", que traducido
significa Pedro. PALABRA DE DIOS.
La fe cristiana es, ante todo, conversión a Jesucristo, adhesión plena y
sincera a su persona y decisión de caminar en su seguimiento. La fe es un
encuentro personal con Jesucristo, es hacerse discípulo suyo. Esto exige el
compromiso permanente de pensar como El, de juzgar como El y de vivir
como El lo hizo. Así, el creyente se une a la comunidad de los discípulos y
hace suya la fe de la Iglesia. (Directorio General para la Catequesis, núm.
53).
Andrés, tras haber conversado con
Jesús y aprendido su doctrina, no
la reservó para sí como un tesoro,
sino que acudió corriendo a casa
de su hermano para hacerle
partícipe de los bienes que había
recibido.
Contemplamos…
Los Encuentros con Jesús en los
Evangelios
Los evangelios nos relatan numerosos encuentros de Jesús
con hombres y mujeres de su tiempo. Esos encuentros
tienen una fuerza transformadora que hace que aquellas
personas se abran a un auténtico proceso de
CONVERSIÓN, DE COMUNIÓN Y DE
SOLIDARIDAD. Todos los que quisieron encontrarse con
el Señor, recibieron de una o de otra forma la Salvación.
Jesús siempre toma la iniciativa; sale al encuentro de la gente necesitada.
Las personas que se encuentran con Él, se sienten felices porque
experimentan su amor y su amistad. Los que aceptan su mensaje, poco a
poco se van viendo entre ellos como hermanos, van aprendiendo a invocar
a Dios como Padre y se van comprometiendo con el Señor a seguirlo con
su cruz.
¿Y la gente? ¿Cómo se
acerca a Jesús?

Veamos algunos casos…

Por ejemplo: la Samaritana (Jn 4,5-42).


Después de escuchar a Jesús, ella abre su
corazón y hace preguntas y el Señor le
explica su mensaje y ella queda
transformada y va corriendo con la gente de
su pueblo a pedirles que acudan con Jesús,
que lo escuchen, porque sin duda que Él es
el Mesías esperado. La Samaritana se ha
convertido en catequista.
Otros como Zaqueo
(Lc 19,1-10), se acerca
a Jesús, al principio,
movido por la
curiosidad.
Zaqueo está desesperadamente anhelante por ver a Cristo. Y en
este apasionado deseo suyo de ver a Cristo cara a cara se
encuentra con la dificultad de que es un hombre de poca estatura,
por cuya razón tiene que buscar el medio de VER al Señor: tendrá
que trepar a un árbol… pero este medio lo puede convertir en
objeto de irrisión. Y en realidad: recibió más de lo que esperaba…
¡Recibió al Señor en su propia casa!
Cuando Cristo entra en casa de Zaqueo, es recibido con alegría; esta
alegría es su verdadera conversión, que significa una dirección
completamente nueva en su vida. Zaqueo rompe con su pasado. Está
dispuesto a corregir lo torcido, anhela comenzar una vida nueva, libre del
pasado, en un acto de confianza en Dios, en un acto de fe. Por eso «fue
día de salvación para aquella casa».
Los Encuentros con Jesús,
hoy
1.- En la Oración

También nosotros hoy 2.- En la Vida cotidiana


en día, nos podemos
encontrar con Cristo 3.- En la Comunidad de creyentes
y experimentar su
salvación. ¿Dónde 4.- En la Biblia

podemos tener ese 5.- En cada uno de los Sacramentos (de


Encuentro con Jesús? manera especial en la Eucaristía).

6.- En cada ser humano y de forma


privilegiada en los más pobres.
Hoy en día, como en los tiempos mismos de Jesús, el
hombre que quiera encontrarse con el Señor y
seguirlo, tiene que estar dispuesto a dejarlo todo: «Si
alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo,
tome su cruz de cada día y sígame» (Lc 9,23-24).
El Reino consiste en
dejarse envolver por
la Palabra y por la
Vida de Cristo: vivir
con Él, aceptar sin
reservas la voluntad
de Dios y ser hermano
para los demás.
Para entrar a ese Reino de Cristo, ya no es suficiente con Amar a
los demás como a sí mismo… se debe asumir la vivencia de un
amor más generoso y radical… estar dispuesto a darse y gastarse
por los demás… incluso, entregando su propia vida.
Consecuencias del
Encuentro con Jesús

Primero que nada, Él nos descubre


la esencia misma de su Padre
amoroso y de esa forma, vemos al
mundo de manera diferente.
El encuentro con Jesús nos ha hecho comprender que somos hijos de Dios. El
encuentro con Jesús nos lleva a un cambio en las relaciones con los demás…
ya no podemos ver al otro como a un rival o un competidor, sino como a un
auténtico hermano y que por lo mismo, debemos evitar toda acción que lo
lastime: chismes, críticas, etc.
Confrontamos…
 ¿Dónde puedo encontrarme
hoy con Cristo?
 ¿En qué momentos me he
encontrado verdaderamente
con el Señor?
 ¿Por qué algunos cristianos
tienen dificultades para
encontrarse con Jesús?
 ¿Qué obstáculos descubres en
tu vida y en las de los demás
que impidan un encuentro con
el Señor?
¿Hemos encontrado nosotros también a
nuestro mesías? ¿Reconocemos la
bendición que significa ser un hijo de
Dios? ¿Reconocemos cuáles son las tareas
que como cristianos, seguidores de Jesús se
nos invita a realizar? Al igual que los
discípulos, quien se moviliza buscando a
Jesús, lo busca, va tras él, puede vivir
plenamente esa bendición en sus vidas.
Expresamos Nuestra
Fe…

Jesús nos toma muy en serio. Él


siempre sale a nuestro encuentro y
nos anima para que perseveremos en
el camino del bien que hemos ya
emprendido. Eso debe de provocar
en nosotros un sentimiento de eterna
gratitud.
Contemplo esta imagen
por un momento…
1) Hago una oración
mental.
2) Hago ahora una
oración por escrito.
3) Baso mi oración
mental y escrita,
pensando en lo que más
me fascina y me atrae de
Jesús… en lo que más me
desconcierta… en las
dudas que puedo tener de
Él… Me pregunto: ¿a
qué me está invitando
ahorita? ¿qué estoy
dispuesto a hacer por Él?
Te doy gracias Señor, porque te puedo encontrar día con día en mi
comunidad parroquial…
Te doy gracias porque te encuentro en mi familia…
Te doy gracias porque puedo encontrarte en los sacramentos…
Te doy gracias Señor, porque te haces presente en mi vida en la
Eucaristía…
Te doy gracias porque te encuentras conmigo en la oración…
Te doy gracias por todos los momentos y oportunidades que
aprovechas para salir a mi encuentro…

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