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LESIONES DEL

MUSLO
■ as lesiones musculares en el muslo son frecuentes debido a las contusiones y a
las distensiones del músculo en los esprints extremos y la aceleración. Debido
a que el fútbol combina esprints extremos con el contacto frecuente entre
jugadores, no resulta sorprendente que el 30 % de todas las lesiones en el
fútbol sean lesiones musculares del muslo. Los datos de las ligas profesionales
de Inglaterra, Islandia y Noruega muestran que las distensiones de los
isquiotibiales son el tipo de lesión más frecuente en el fútbol masculino y
representan entre el 13 y el 17 % del total de lesiones agudas.
■ Según nuestras observaciones (datos no publicados del FC Barcelona) en
jugadores jóvenes, la lesión muscular más común es el desgarro del músculo
recto femoral, mientras que en futbolistas profesionales es la lesión de los
tendones isquiotibiales.
■ Las distensiones de los músculos isquiotibiales ocurren más a menudo
durante los esprints extremos. Este mecanismo de lesión recibe el nombre
de mecanismo de «carrera a alta velocidad». También se ha descrito un
segundo tipo de lesión. Esta se conoce como una lesión de
«estiramiento». Se produce durante los movimientos que conducen a un
gran alargamiento de los isquiotibiales, como las patadas altas, las entradas
y los desdoblamientos sagitales. La distinción es importante, ya que la
lesión de «estiramiento» puede tener una recuperación más lenta.2 
Historial

• ¿Ha sufrido el jugador lesiones similares con anterioridad? (algunas lesiones


musculares tienen un alto índice de recidiva) 
• ¿Es propenso a lesionarse? 
• ¿Está tomando el paciente algún medicamento? 
Mecanismo de lesion

• ¿Cuál fue el mecanismo de lesión? (¿un traumatismo directo, un esprint


extremo o un chute de pelota?) 
• ¿Durante la jornada laboral, un momento de ocio, un entrenamiento o una
competición? 
• ¿Cuándo comenzó?  Fecha y relación con la actividad deportiva (al principio,
a mitad o al final de la sesión) 
• ¿Cómo comenzó? (de manera repentina, gradual o progresiva) 
• ¿Se produjo un chasquido audible o una sensación de crujido con la
aparición del dolor?  
Progreso de la lesión

• ¿Pudo continuar el jugador o tuvo que detenerse? 


• ¿Cómo se trató al paciente inmediatamente después de lesionarse? 
• ¿Cómo ha progresado el dolor con el tiempo? 
Factores de riesgo

■ Historial de lesiones ( 7 veces mayor propenso a volver a lesionarse)


■ Edad (22-30)
■ Poca fuerza
■ Desequilibrio de fuerzas
■ Calentamiento insuficiente
■ Fatiga
■ Poca flexibilidad
■ Entrenamiento intensos
■ Estabilidad lumbopelvica imperfecta
■ Aspectos biomecánicos y antropométricos
■ «Se han identificado marcadores genéticos que pueden influir en las lesiones de los
músculos isquiotibiales. Algunos individuos pueden tener más tendencia a lesionarse y a
tener una recuperación más lenta. Los jugadores que presentan polimorfismos
específicos, IGF2 y CCL2 (específicamente su forma alélica GG) pueden ser más
vulnerables a las lesiones graves. Es posible que en el futuro pueda realizarse un cribado
genético para identificar a las personas con riesgo de lesiones y aplicar de este modo
programas de prevención específicos».
■ Cuando un deportista ha recibido una contusión en el cuádriceps, una flexión de más de
90° en la articulación de la rodilla indica una lesión menor con un período más corto de
rehabilitación, mientras que una flexión de entre 45 y 90° indica lesiones moderadas y
una flexión de menos de 90° indica una lesión grave con un largo período de
recuperación».
■ Las ecografías son mucho más económicas que las IRM, pero el resultado depende en gran medida del
operador. Si bien se trata de una prueba más costosa, la IRM visualiza los músculos más profundos con
mayor precisión y es más sensible. La IRM también ha demostrado ser útil para ayudar a predecir los
tiempos de vuelta al juego, aunque las pruebas son limitadas.7 Algunos de los resultados de las IRM que
están asociados a los tiempos de vuelta al juego son8: 
• una IRM positiva (con pruebas radiológicas de una lesión muscular diferenciada); 9
• la duración total de la lesión;
• la distancia entre el extremo de origen (tuberosidad isquiática en el caso de los isquiotibiales o espina ilíaca
anteroinferior/borde del acetábulo en el caso del recto femoral) y el extremo distal del desgarro muscular;
• área transversal del músculo afectado.10
■ En general, una lesión más grande (o más larga) se asocia a una vuelta al juego más tardía. En el FC
Barcelona no se realizan ecografías hasta que han transcurrido 48 horas desde el momento de la lesión, ya
que se considera que, si se realizan antes, no son tan precisas. Sin embargo, pensamos que la IRM se
puede realizar en cualquier momento.
■ Lesión del
bíceps crural:
imagen axial
■ Aumento de la
señal/el edema
en el bíceps
crural izquierdo
■ Lesión del bíceps crural:
imagen frontal
■ Observe el edema que se
extiende alrededor de 10 cm
■ Lesión del
isquiotibial proximal
■ En esta ecografía
aparece un desgarro
del músculo del
muslo en negro (área
hipoecoica)
Rehabilitación

■ Los objetivos del tratamiento y la rehabilitación son restaurar la amplitud de


movimiento sin dolor y alcanzar un nivel de rendimiento que permita al
jugador participar en un programa de rehabilitación funcional. 
Fase aguda

■ Reestablecer el movimiento sin dolor


– Reposo
– Bandas de compresión
– Fisioterapia
■ Ejerccicios de ADM e isométricos
■ La rehabilitación de lesiones menores debería empezar a los 2-3 días de la lesión

■ AINE
■ Inyecciones de esteroides
■ Containdicadas en fase aguda
■ Hacen más suceptible al jugador a lesionarse a corto plazo
■ PRP
■ Proporciona factores de crecimiento
Fase subaguda
Fase funcional

■ Ejercicios de estabilización lumbo-pelvica


La vuelta al juego se define como el proceso de toma de decisiones que cond

■ lgunos factores que se deben tener en cuenta a la hora de tomar decisiones relacionadas con la
vuelta al juego son los siguientes:
• Los isquiotibiales son un grupo de músculos heterogéneo y, por ello, es necesario crear
subgrupos de músculos lesionados con diferentes tiempos de «baja» y de recuperación.
• Para garantizar un diagnóstico preciso, tenemos en cuenta en primer lugar los resultados de la
ecografía y el diagnóstico clínico y, en segundo lugar, la información que proporciona la IRM.
• La decisión de la vuelta al juego puede individualizarse no solo en función del tipo y de la
ubicación de la lesión, sino también según la posición en el campo del jugador y las
características anatómicas individuales del mismo.
■ uce a devolver al deportista lesionado o enfermo a la competición. 
1. En relación con el tipo y la ubicación de la lesión, es obligatorio seguir el tiempo de progresión biológico.
2. Para volver al fútbol no debe haber síntomas clínicos y deben realizarse ecografías estáticas y pruebas
dinámicas que demuestren que hay una curación del tejido de buena calidad.
3. Debe demostrarse la fortaleza excéntrica altamente explosiva de manera específica para el deporte en
cuestión, así como relevante para la lesión que se ha tratado. Por ejemplo, se recomienda el H-test de Askling
para una lesión de estiramiento, mientras que una carrera a alta velocidad sin síntomas podría ser apropiada
para las lesiones de tipo esprint.
4. Durante la recuperación se debe trabajar con la musculatura lumbopélvica y la propiocepción hasta que se
logren las habilidades objetivo. Por lo general, se trata de al menos el 70 % del tiempo de rehabilitación.
5. Normalmente se hace una evaluación con GPS. Esta debe mostrar un equilibrio normal al andar, parámetros
específicos del deporte sin síntomas y picos de velocidad individualizados (idealmente derivados de los datos de
los partidos existentes anteriores a la lesión). Por ejemplo, un deportista debe ser capaz de correr a >21 km/h
sin síntomas, acelerar a 3-4 m/s2 y tener una total tolerancia al frenado/la desaceleración.
6. Idealmente, el jugador debería participar en por lo menos 5-6 sesiones de entrenamiento normales con el
equipo (por lo general, tres días que comprendan dos ciclos de entrenamiento) en las que los parámetros de
GPS muestren resultados satisfactorios en comparación con los datos previos a la lesión.
■ Hay una serie de sistemas de clasificación utilizados para definir las lesiones musculares. Estos se
basan normalmente en los hallazgos clínicos, los estudios radiológicos o en ambos. Estos sistemas no
suelen describir la lesión bien, y tienen poco que ver con el tratamiento óptimo y el pronóstico de la
lesión. El sistema ideal debería ser simple de aplicar, ser reproducible, tener relevancia para el
tratamiento prescrito y proporcionar una indicación del pronóstico.
■ Pensamos que una clasificación de las lesiones musculares debe describir y catalogar la lesión
basándose en el mecanismo de lesión, la evaluación clínica, los factores de pronóstico, la descripción
que aportan las pruebas diagnósticas por imagen y la relación con la unión de los músculos con los
tendones, los daños en el tejido conectivo y la progresión en el tiempo (existencia de nueva lesión o
no).
■ En función de estos factores hemos desarrollado el siguiente modelo. Las lesiones se clasifican según
el mecanismo de lesión (M), la localización (L), el grado de lesión según los resultados de las pruebas
diagnósticas por imagen y la existencia o no de una recidiva en la lesión (R). Utilizando este sistema
«MLG-R», debería ser posible clasificar las lesiones musculares en grupos con grados de insuficiencia
funcional y pronósticos similares.

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