You are on page 1of 9

GENGIS KAN

Area: Cultura
Integrante:
Stefany Barrios 31.147.364
Seccion 40
Fue un guerrero mongol, que en el transcurso de dos décadas dirigió a su
despiadado ejercito de tribus nómadas a la conquista de extensiones de Asia.
estaba llamado a forjar el más vasto imperio que ha conocido la
humanidad nació en las desoladas estepas de Mongolia, allí donde el frío
y el viento hacen a los hombres duros como el diamante, insensibles
como las piedras y tenaces como la hierba áspera que crece bajo la
nieve helada.
Corría el año 1196, y entre los mongoles corrió la voz de que había
llegado el momento de elegir un nuevo rey de los mongoles entre los
jefes de los campamentos. Cuando el chamán declaró que el Eterno
Cielo Azul había destinado a Temujin para tal cargo nadie se opuso, y la
elección del nuevo kan, que entonces contaba con veintiocho años de
edad, fue celebrada con gran esplendor. Temujin se preocupó ante todo
de fortalecer su propia tribu, de constituir un verdadero ejército y
también de estar informado de cuanto acaecía en sus tribus vasallas.
En el 1206, Año de la Pantera, cuando ya todas las tribus de la Alta
Mongolia estaban bajo su dominio, Temujin se hizo nombrar Gran Kan,
o emperador de emperadores, con el hombre de Gengis. En el curso de
una importante asamblea de jefes, Temujin expuso su idea de que el
interés general exigía nombrar un kan supremo, capaz de reunir toda la
fuerza nómada y lanzarla a la conquista de ciudades fabulosas, de
llanuras salpicadas de prósperas casas de labranza y de puertos
riquísimos donde atracaban los navíos extranjeros. Ante la enumeración
de estas posibilidades, los mongoles se estremecieron de codicia.
Gengis Kan dejó en manos de su general Muqali la dominación sistemática de
este territorio, y al año siguiente regresó a Mongolia para sofocar algunas
rebeliones de tribus mongoles disidentes que se hablan refugiado en los
confines occidentales, junto a algunas tribus turcas. Desde allí inició la
conquista del gran imperio musulmán del Karhezm, gobernado por el sultán
Mohamed, que se extendía desde el mar Caspio hasta la región de Bajará, y
desde los Urales hasta la meseta persa. En 1220 el sultán moría destronado a
manos de los mongoles, que invadieron entonces Azerbaidyán y penetraron
en la Rusia meridional, atravesaron el río Dniéper, bordearon el mar de Azov y
llegaron hasta Bulgaria, al mando de Subitai. Cuando ya todo el continente
europeo temblaba ante las hordas invasoras, éstas regresaron a Mongolia. Allí
Gengis Kan preparaba el último y definitivo ataque contra China. Mientras
tanto, otros ejércitos mongoles habían sometido Corea, arrasado el Jurasán y
penetrado en los territorios de Afganistán, Gazni, Harat y Merv.
La táctica desplegada por Gengis Kan era siempre un modelo de
precisión. Colocaba a sus tropas en cinco órdenes, con las unidades
separadas por anchos espacios. Delante, las tropas de choque,
formidablemente armadas
con sables, lanzas y mazas. A retaguardia, los arqueros montados. Éstos
avanzaban al galope por los espacios que quedaban entre las unidades
más adelantadas, disparando una lluvia de flechas. Cuando llegaban
cerca del enemigo desmontaban, empuñaban los arcos más pesados y
soltaban una granizada de dardos con punta de acero. Luego era el
turno de las tropas de asalto. Tras la legión romana y la falange
macedónica, la caballería tártara se erigió en ejemplo señero del arte
militar.
Un imperio en herencia
Tal fue la extraordinaria máquina militar con que Gengis Kan conquistó
el mundo. En el invierno de 1227, las tropas mongoles, acompañadas
por todos los hijos y nietos de Gengis Kan, emprendieron la marcha
hacia el este, para invadir el reino tangut, en China. Cuando ya nada
podía salvar a las poblaciones del fuego y de la espada, el viejo Kan se
sintió próximo a su fin. Ninguna enfermedad se había manifestado en él,
pero su instinto certero para la muerte le advirtió de que estaba cerca, y
reunió a sus hijos para repartir los territorios de su vasto imperio: para
el mayor, Yuci, fueron las estepas del Aral y del Caspio; a Yagatay le
correspondió la región entre Samarcanda y Tufán; a Ogodei le fue
otorgada la región situada al este del lago Baikal; para el hijo menor,
Tuli, fueron los territorios primitivos, cerca del Onón.

You might also like