You are on page 1of 27

Temas de fe católica

Es un programa de La Tele en el que se abordan


las principales verdades de la fe cristiana
con los textos del libro
«Síntesis de la fe católica»
del sitio web del Opus Dei:
https://opusdei.org/

P. Juan María Gallardo


Tema 7. La libertad humana
1.- Dios creó al hombre libre
2.- Las dimensiones de la libertad humana
3.- La esencia de la libertad
4.- La libertad desde el punto de vista
histórico-salvífico
5.- La libertad y el bien moral
6- El respeto de la libertad

Autor: Ángel Rodríguez


Luño
1.- Dios creó al hombre libre
La libertad es signo de
la imagen divina en
el hombre.
Dios ha querido correr el
riesgo de la libertad humana.
La Sagrada Escritura

dice
que Dios creó al hombre
libre.
Si 15, 14-18:
«le dejó en manos
de su propio albedrío...
Ante los hombres
está la vida y la
muerte,
lo que prefiera cada
cual,
se le dará»

(Cfr. también Dt 30,


15-19)

La Iglesia enseña por qué y


para qué se nos dio la
Gaudium et spes, n. 17:

«… para que así busque


espontáneamente a su Creador
y, adhiriéndose libremente a
éste, alcance la plena y
bienaventurada perfección».

Para que los hombres puedan


adherirse libremente a
Dios…
Si no fuese verdaderamente
libre, no podría participar en
la felicidad divina.

2. Las dimensiones
de la libertad
humana

1.- La libertad de coacción:


permite realizar lo que se
ha decidido, sin imposición
o impedimentos.
Ejemplo:
la libertad en el ámbito del
derecho y de la política:

así se habla
de libertad de expresión,
de libertad de reunión, etc.

Carecen de esta
libertad, los presos y
prisioneros.
2.- La libertad de elección
o libertad psicológica:
se refiere a la posibilidad
de decidir
autónomamente,

Es capacidad de
autodeterminación.

Pueden privar total


o parcialmente de
la libertad psicológica:
Enfermedades mentales
agudas, drogas o un estado de
mucha agitación …ante un
incendio, por ejemplo.

3.- La libertad moral:


la goza quien no está
esclavizado por las malas
pasiones, por los vicios o
el pecado.
3. La esencia de la libertad

El acto por excelencia de la


libertad es el amor al bien.

Libertad y amor están


unidos: -no hay amor
verdadero
que no sea libre,
-ni verdadera libertad
que no se ejercite como
amor.
Para una buena madre
no amar a su hijo no se
presenta como una
alternativa posible,
pero no por eso
el amor a su hijo
deja de ser
una elección libre.
Tampoco el sacrificio
que ese amor puede
comportar disminuye
su libertad.
El sacrificio y la entrega a
lo que se ama son
expresión de la libertad,
porque son sacrificio y
entrega que nacen del
amor, y el amor no puede
no ser libre.
En la oración
en el huerto de los olivos,
Cristo cargó con los pecados
humanos y afrontó su
Pasión;
así Cristo entregó
libremente su
vida:
Jn 10, 17-18:

«… doy mi vida
para tomarla de
nuevo.
Nadie me la quita,
sino que yo la doy
libremente».
En nosotros,
la inclinación al mal
debida al pecado
puede hacer más costosa
la libre adhesión al bien.

Como decía san


Josemaría: la libertad y la
entrega
no se contradicen; se
sostienen
mutuamente.
La libertad sólo
puede entregarse
por amor.

4. La libertad desde el
punto de vista histórico-
salvífico

Enseña el
catecismo (nn.
1739-1740):
A causa de la primera
caída, la libertad que el
hombre había recibido de
Dios

quedó sometida a la
esclavitud del pecado,
aunque no se
corrompió por
completo.

Cada pecado humano


es un acto libre.
De lo contrario
no serían pecados.

Y sin la gracia de
Dios no se consigue
evitar el pecado.
Cristo nos rescató
del pecado
que nos tenía
sometidos
a esclavitud.
Con la gracia de
Cristo los hombres
pueden evitar el
pecado.

Catecismo, n. 1742: «para


ser libres nos liberó
Cristo».

La posibilidad de que
el hombre pecara no
hizo
que Dios renunciase
a crearlo libre.
El modo en el que se ha
llevado a cabo la redención
mediante la sangre de
Cristo, confirma el valor
que Dios da a la libertad
humana.

Nuestra libertad es
verdadera libertad,
su ejercicio tiene un gran
valor, positivo o negativo, y
comporta responsabilidad.
5. La libertad y el bien

moral Como se ha dicho,


la libertad está dirigida
al bien moral y su
posesión hace feliz al
hombre.

La ley moral permite


discernir lo bueno y lo
malo.
La ley moral es como una
luz para facilitar la elección
de lo bueno y evitar lo
malo.

Lo que se opone a la ley


moral es el pecado.

La ley indica que es necesario


corregir las acciones pecaminosas
como: deseos de venganza,
de violencia, de robar…
La indicación moral
no se opone a la libertad,
ni supone tampoco una
coacción.

«Obrar mal no es una


liberación, sino una esclavitud
[...] no es verdadera libertad.

No existe ningún caso


en el que sea bueno
realizar acciones
malas:
robo, adulterio,
homicidio deliberado…
El hombre puede usar mal
de su libertad… la conciencia
puede equivocarse y considera
como bueno lo que en realidad
es malo, o como malo lo que
en realidad no es malo.

De ahí la importancia de
formarla…
Para evitar errores de juicio
(por la ignorancia,
superficialidad
o vicio).

6. El respeto de la

libertad La libertad es
un gran don de Dios,
que comporta una
enorme responsabilidad
personal.
El respeto de la libertad ajena
no significa pensar que es
bueno
todo lo que otras personas
hacen.
Proponer o enseñar a otros
lo que es verdaderamente
bueno
no es un atentado contra
la libertad ajena.
mediante la
violencia
Lo que nofísica o hacer
se debe
psicológica.
es imponer la verdad…
Bibliografía básica
—Catecismo de la
Iglesia Católica,
1730-1748.
—San Josemaría, homilía La libertad, don de
Lecturas recomendadas
Dios, en Amigos de Dios, 23-38.
—Fernando Ocáriz, Carta pastoral, 9-I-2018.
—E. Colom, A. Rodríguez Luño, Elegidos en Cristo para ser santos.
P. Juan María Gallardo

You might also like