Professional Documents
Culture Documents
2º Semana
2º Semana
todo el mundo decía que vivía una bruja muy mala, muy
mala. Nunca nadie se había atrevido a entrar. Un día
mientras recogía hojas para un trabajo de su escuela, un
chico se acercó a la cabaña. La curiosidad le llevó a
entrar al jardín, y luego se acercó a una de las ventanas,
pero no pudo ver nada. Como quería saber lo que había
dentro, pensó que no le pasaría nada, y entró en la casa.
Parecía que estaba vacía, que no había nadie. Pero al
fondo divisó una viejecita que removía la cuchara junto
al fuego. Se acercó con mucho cuidado, y la tocó en el
hombro. -Buenas tardes, señora. - Hola muchacho -
respondió ella. ¿No tienes miedo de mí ? La pobre
anciana estaba muy arrugada y no tenía dientes. El
muchacho dijo que no. La anciana se puso muy contenta
e invitó al muchacho a merendar. Le contó que de joven
había sido un hada buena, pero cuando se había hecho
mayor todo el mundo creyó que era una bruja, y no podía
ir a la ciudad. Ya se había acostumbrado a vivir sola en
aquella cabaña, pero siempre le gustaba pensar que
algún día alguien entraría a verla. Y así fue.
Como el muchacho fue tan amable con ella, le dijo que
le pidiera un deseo, pues se lo concedería. Y el
muchacho de buen corazón, viendo a la anciana tan
contenta por su visita, le pidió que su jardín se
convirtiera en un parque infantil para niños. Y así fue,
todos los niños jugaban allí, y la anciana les hacia la
merienda, siendo muy feliz, muy feliz al saber que la
gente ya no le tenía miedo. Y todo el mundo la llamaba
cariñosamente la bruja cocinera.
Consejo: “No hables mal de otros niños sin
conocerlos”.
Ce cebra
Ci cisne