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Clase 2 Educacion para El Movimiento El Niño Ciego
Clase 2 Educacion para El Movimiento El Niño Ciego
Poco a poco, el universo del niño se puebla de seres y
objetos que van tomando una significación más
precisa. El espacio sobrepasa los límites de la cuna y la
díada madre-hijo, volviéndose más social
Tiempo
Durante los primeros 4 años de vida, el niño ciego, al igual que los
otros niños, adquiere poco a poco conciencia del tiempo y del
espacio, nociones que se hallan muy estrechamente ligadas a sus
progresos afectivos (siempre vinculados a su relación con la madre
primero y ampliados luego a los otros), motores y sensoriales.
Tiempo personal
El niño establece progresivamente el sentido del tiempo por medio
de los ritmos vivenciados: hambre y saciedad, sueño y vigilia,
silencio y ambiente sonoro, luz y oscuridad (si son percibidas).
El espacio
La noción de espacio, al igual que la del tiempo, no es
innata. El niño, a través de las primeras percepciones
de su cuerpo y de los cambios que ocurren con el
tiempo, como el crecimiento, el aumento de peso y
estatura, el desarrollo neurológico, los progresos
motores y sensoriales, etc., va tomando lentamente
conciencia del espacio.
http://abc.gob.ar/especial/sites/default/files/5-_anexo_4_-
_orientacion_y_movilidad.pdf
O y M en la primera infancia Al pensar el área de O y M con niños pequeños es importante analizar y valorar aspectos
tales como: edad, entorno, barreras para la participación y apoyos naturales. Las estrategias de O y M deben iniciarse
de manera temprana para que el niño posea una conciencia y un uso adecuado de su cuerpo en el espacio;
autoiniciando pequeños desplazamientos con propósito hacia objetos o espacios que les permitan a edades mayores
movilizarse con o sin ayuda y con niveles cada vez más altos de independencia y eficacia. Cuando no se ofrece el
andamiaje apropiado para que el niño explore, juegue, inicie movimientos, cambie posturas, entre otros; la lentitud en
el ritmo de adquisición de los patrones de desarrollo se hará más evidente. Perla (1991), por su parte, piensa que las
técnicas de orientación y movilidad le permiten al menor sin visión construir o descubrir su entorno. Los profesores
deben construir e implementar estrategias para que el bebé ciego o con baja visión interactúe con su entorno y así
pueda desarrollar conceptos sobre las cosas que lo rodean, dando significado a las cosas que le permitirán calcular
pequeñas distancias, iniciar los primeros desplazamientos con propósito y por ende, desarrollar mapas cognitivos para
una movilidad cada día más independiente. Al momento de plantear secuencias en el área de O y M con niños, resulta
importante llevar a cabo las valoraciones del desarrollo pertinentes, incluyendo los distintos entornos, las actividades
que realiza en su hogar para, de esta forma, poder lograr el desarrollo de mayores niveles de autonomía. Las
investigaciones efectuadas sobre la adquisición de los patrones de desarrollo por parte de niños con discapacidad visual
indican que es importante facilitar la locomoción autoiniciada como arrastrarse, gatear y caminar sin ayuda (Bigelow,
1992; Millar, 1988; Fraiberg, 1968). Hay dos aspectos centrales referidos a las implicancias de la baja visión o ceguera en
el desarrollo. En primer lugar, es importante incorporar al tacto y al movimiento como una forma primaria de
conocimiento, ya que generalmente suele considerarse únicamente a la audición como sustituta de la visión para
comprender el espacio. Las últimas investigaciones dan cuenta de que la información obtenida por el tacto y el
movimiento es más relevante y valiosa para la comprensión espacial. El segundo aspecto se encuentra relacionado a la
noción de permanencia del objeto. Los bebés con discapacidad visual, después de perder el contacto con un objeto,
tienen la idea de que este deja de existir. Por tal motivo los niños con ceguera adquieren la noción de permanencia del
objeto de manera más tardía y los niños con baja visión comienzan a hacerlo de manera esporádica (Ebern y Corn 2008;
Millar 1988). La importancia en el desarrollo psicomotor radica en que no intentarán desplazarse de manera autónoma
hasta no desarrollar esta noción. Se debe considerar, en esta etapa, la importancia de disponer de un entorno adecuado
para que los objetos del mundo tengan significado para el niño con discapacidad visual, permitiendo de esta manera
desplazamientos espontáneos. Es importante, también, recordar que en el bebé ciego la interacción con otros se
encuentra presente, pero a través del tacto, del movimiento y de la audición. Estas modalidades serán la base para
desarrollar su encuentro con el mundo, la atención conjunta táctil, la referencia social, entre otros.
Trabajo Práctico
Lea atentamente el texto Acompañando al bebé ciego ya a su familia cuando hay trastornos
sensoriales de Ana María Fiondella
Lea el capitulo II PARTE CAPITULO 5 PRIMER ABORDAJE EN EL TRABAJO CON BEBÉS CON
DÉFICIT VISUAL. EL PRIMER AÑO DE VIDA DEL BEBÉ CIEGO Y DE BAJA VISIÓN Por Mercé
Leonhardt
Pensando en el cuadro el trabajo Práctico Anterior para cada etapa, desarrolle algunas
sugerencias para el ambiente o actividades que podían ofrecerse para acompañar a las
familias en estas etapas. Recuerde tener en cuenta las posibles características visuales de
las/los estudiantes con discapacidad visual.