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DOLOR ABDOMINAL

Dr. Edgar Tejerina Tejerina


MEDICINA INTERNA
EMERGENCIAS HAI TARIJA CNS
Definición
• El   dolor   abdominal   es   un   síntoma inespecífico, común a multitud
de procesos que, si bien puede originarse por causas intraabdominales,
también puede deberse a procesos extraabdominales o a
enfermedades sistémicas. 
• El abdomen agudo se define como un síndrome que engloba todo dolor
abdominal de instauración reciente, con carácter de síntoma
importante, que requiere un diagnóstico rápido y preciso ante la
posibilidad de que se requiera tratamiento quirúrgico urgente. Si no se
trata de forma adecuada y precoz, puede originar: peritonitis, sepsis,
shock, insuficiencia renal agua e insuficiencia respiratoria, con una
elevada mortalidad.
TIPOS
• El dolor abdominal adopta con gran frecuencia alguna de las
siguientes formas clínicas:
TIPOS
Tipo peritoneal puro. Siempre presente, es intenso y continuo. Es característico
de la perforación de víscera hueca. Se acompaña de contractura muscular
involuntaria de la pared abdominal (vientre “en tabla”).
Tipo oclusivo puro. Carácter intermitente, acompañado de náuseas, vómitos,
meteorismo y ausencia de expulsión de gases, Puede ser mecánico (peristaltismo
y ruidos abdominales aumentados) o funcional (dolor continuo y silencio en la
auscultación abdominal).
Tipo mixto. Presenta síntomas y signos del tipo peritoneal y del oclusivo.
Tipo vascular. Es un dolor de inicio brusco, muy intenso, acompañado de
sudoración y frialdad.
ETIOLOGÍA
• La mayoría de las enfermedades que tienen repercusión sistémica cursan con
dolor abdominal agudo en algún momento de su evolución.
• Las causas quirúrgicas que cursan con abdomen agudo tienen siempre una
localización intraabdominal, las causas de origen médico pueden originarse en el
interior del abdomen o fuera de él.
Requieren tratamiento quirúrgico lesiones
• Parietales: abscesos y traumatismos
• Abdominales: colecistitis aguda, apendicitis aguda, diverticulitis, perforación de víscera
hueca, rotura de víscera maciza, obstrucción intestinal mecánica
• Retroperitoneales: disección aórtica, hemorragia retroperitoneal
• Torácicas: neumotórax, rotura esofágica
• Vasculares: isquemia mesentérica, rotura vascular, hernia estrangulada
• Genitourinarias: embarazo ectópico, torsión de quiste ovárico, perforación uterina, rotura
vesical.
CAUSAS NO QUIRÚRGICAS DE DOLOR ABDOMINAL
EVALUACIÓN DEL DOLOR
ABDOMINAL
Historial: determinar si el dolor es agudo o crónico y una descripción detallada del
dolor y los síntomas asociados, que deben interpretarse con otros aspectos del
historial médico. La sensibilidad general y la especificidad de la historia y el examen
físico en el diagnóstico de las diferentes causas de dolor abdominal es deficiente,
particularmente para afecciones benignas.
DESCRIPCIÓN
Ubicación y radiación
Ayudan a reducir el diagnóstico diferencial, ya que los diferentes síndromes de
dolor suelen tener ubicaciones características.

Por ejemplo, el dolor que afecta al hígado o al árbol biliar generalmente se


encuentra en el cuadrante superior derecho, pero puede irradiarse hacia la espalda
o el epigastrio.

La irradiación del dolor también es importante: el dolor de la pancreatitis


generalmente se produce en la espalda, mientras que el cólico renal se irradia a la
ingle.
Elementos temporales: el inicio, la frecuencia y la duración del dolor
son características útiles. El dolor de la pancreatitis puede ser gradual
y constante, mientras que la perforación y la peritonitis resultante
comienzan de repente y son máximas desde el inicio.

Calidad: la calidad del dolor incluye determinar si el dolor es urente,


como es típico del reflujo gastroesofágico y la enfermedad de úlcera
péptica, o cólico, como en el dolor de calambres de gastroenteritis u
obstrucción intestinal.
Gravedad 
• La gravedad del dolor generalmente está relacionada con la gravedad
del trastorno, especialmente si es de inicio agudo.
• Por ejemplo, el dolor del cólico biliar o renal o la isquemia
mesentérica aguda es de alta intensidad, mientras que el dolor de la
gastroenteritis es menos marcado.
• La edad y la salud general pueden afectar la presentación clínica del
paciente.
• Un paciente que toma corticosteroides puede tener un
enmascaramiento significativo del dolor, y los pacientes adultos
mayores a menudo presentan dolor menos intenso.
• Precipitantes o paliativos
• Determinar qué precipita o alivia el dolor puede ayudar a reducir el diferencial.
• El dolor de la isquemia mesentérica crónica generalmente comienza dentro de
una hora de comer, mientras que el dolor de las úlceras duodenales puede
aliviarse al comer y reaparecer varias horas después de una comida.
• El dolor de la pancreatitis se alivia clásicamente al sentarse e inclinarse hacia
adelante.
• La peritonitis a menudo hace que los pacientes se acuesten inmóviles sobre sus
espaldas porque cualquier movimiento causa dolor.
• Obtener un historial de dolor en relación con el consumo de alimentos que
contienen lactosa o gluten puede ser útil para identificar las sensibilidades a
estos constituyentes de los alimentos.
SÍNTOMAS ASOCIADOS
Síntomas gastrointestinales:
• Preguntamos sobre náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, hematoquecia, melena y
cambios asociados en las heces.
• En pacientes con dolor en el cuadrante superior derecho o sospecha de enfermedad
hepática, preguntamos sobre ictericia y cambios en el color de la orina y las heces.
• El hábito intestinal es una parte importante de la historia del dolor abdominal crónico.
• Si bien muchas lesiones orgánicas pueden provocar diarrea crónica, el síndrome del
intestino irritable (SII) a menudo se presenta con oscilaciones entre la diarrea y el
estreñimiento, un patrón que es mucho menos probable con la enfermedad orgánica.
Síntomas genitourinarios: los pacientes con síntomas como disuria, frecuencia y
hematuria tienen más probabilidades de tener una causa genitourinaria para su dolor
abdominal.
Síntomas constitucionales: los síntomas como fiebre, escalofríos, fatiga, pérdida de peso y
anorexia podrían ser preocupantes por infección, malignidad o enfermedades sistémicas
(p. ej.,EII).

Síntomas cardiopulmonares: los síntomas como tos, dificultad para respirar, ortopnea y


disnea de esfuerzo sugieren una etiología pulmonar o cardíaca. La hipotensión ortostática
puede indicar shock temprano o estar asociada con insuficiencia suprarrenal.
Otros: los pacientes con cetoacidosis diabética tendrán síntomas de poliuria y sed. Se
debe preguntar a los pacientes con sospecha de EII sobre manifestaciones
extraintestinales.
Preguntas específicas para mujeres
• Las mujeres deben ser examinadas para detectar enfermedades de
transmisión sexual y riesgos de enfermedad inflamatoria pélvica (p.
Ej., Parejas nuevas o múltiples).
• Se debe preguntar a las mujeres premenopáusicas sobre su historial
menstrual (último período menstrual, último período menstrual
normal, período menstrual anterior, duración del ciclo), el uso de
anticonceptivos; de existir amenorrea y metrorragia, el diagnóstico
presumible es el de embarazo extrauterino.
• También se les debe preguntar sobre flujo vaginal o sangrado,
dispareunia o dismenorrea, ya que estos síntomas sugieren una
patología pélvica.
• Historial médico anterior 
• Debe obtenerse un historial de cirugías y procedimientos
para evaluar el riesgo de diferentes etiologías (por ejemplo,
un historial de cirugía abdominal es un factor de riesgo de
obstrucción).
• Una historia de enfermedad cardiovascular (ECV) o
múltiples factores de riesgo de ECV en un paciente con
dolor epigástrico aumenta la preocupación por una
isquemia miocárdica.
• Medicamentos
• Se debe obtener una lista completa de medicamentos, ya que esto
puede informar el diferencial.
• Por ejemplo, los pacientes que toman altas dosis de medicamentos
antiinflamatorios no esteroideos (AINE) tienen riesgo de gastropatía y
enfermedad por úlcera péptica.
• Los pacientes con uso reciente de antibióticos u hospitalización están
en riesgo de Clostridioides (anteriormente Clostridium difficile).
• Los pacientes con esteroides crónicos corren el riesgo de insuficiencia
suprarrenal y pueden ser inmunodeprimidos con presentaciones
atípicas de dolor abdominal.
Alcohol: es importante preguntar sobre el consumo de alcohol para evaluar la
posibilidad de enfermedad hepática y pancreatitis.

Historial familiar: el historial familiar debe preguntarse según corresponda en


función de otro historial. Por ejemplo, a los pacientes con antecedentes
relacionados con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) o cáncer también se les
debe preguntar sobre los antecedentes familiares.

Historial de viaje: es importante obtener un historial de viaje en pacientes con


síntomas consistentes con gastroenteritis o colitis (por ejemplo, náuseas, vómitos y
diarrea) para considerar etiologías infecciosas.
Forma de instauración: 
• En general, el dolor abdominal de más de 6 horas de evolución, especialmente si
es continuo y progresivo, debe considerarse quirúrgico mientras no se
demuestre lo contrario.
• Brusco. Tarda segundos en alcanzar su máxima intensidad. El paciente suele
recordar el momento exacto en que se inició el dolor y señalar su situación «a
punta de dedo». Este tipo de inicio es característico de la irritación peritoneal o
de la isquemia intestinal aguda.
• Rápidamente progresivo. Tarda minutos en alcanzar su acmé. El paciente suele
localizarlo bien y se debe a una distensión de la fibra muscular lisa. Esta forma
de instauración es característica del cólico biliar.
• Lentamente progresivo. Tarda horas en instaurarse. Es impreciso, referido por el
enfermo como incomodidad, pesadez y malestar, y es de localización difusa. Es
característico de procesos inflamatorios localizados, como la colecistitis aguda.
Irradiaciones: propagaciones del dolor, sin modificación del
asentamiento inicial. Es muy característico de los dolores producidos
por distensión de fibra lisa por procesos inflamatorios.

Cambios progresivos en la naturaleza del dolor: cuando un dolor de


tipo cólico se convierte en continuo y fijo debe interpretarse como una
complicación grave que generalmente requiere tratamiento quirúrgico.
Hay tres procesos que lo cumple: apendicitis aguda, colecistitis aguda
después de un cólico biliar y la oclusión completa de la arteria
mesentérica después de un período de oclusión completa.
Actitud antiálgica: la actitud del paciente con dolor abdominal es de
interés diagnóstico.
Puede encontrarse:
• Inmóvil. Típico de irritación peritoneal brusca o isquemia intestinal.
• Agitado. Orienta hacia la distensión de la fibra muscular lisa (cólico
biliar o nefrítico).
• En posición antiálgica. Es característica la actitud de decúbito prono
o en posición fetal en la pancreatitis aguda, o con la cadera y rodilla
flexionadas en apendicitis retrocecal.
Vómitos.
• Precede al dolor: suele observarse en las primeras fases de la gastroenteritis aguda.
• Sigue al dolor: es común en procesos abdominales agudos quirúrgicos, en ejemplo:
apendicitis aguda, colecistitis u obstrucción intestinal.
• Modifica la intensidad del dolor: esto se da cuando el origen es la distensión de la
fibra muscular lisa, o empeora cuando es un proceso inflamatorio intestinal.
• Frecuencia. Vómitos repetidos, independiente de su volumen, orientan hacia
obstrucción intestinal alta, cólico biliar o pancreatitis; los vómitos más espaciados y
de mayor volumen son característicos de la obstrucción intestinal baja y de la
peritonitis aguda difusa.
• Aspecto. Bilioso, por lo general en cólico por distensión de la fibra muscular lisa;
hemático, es un signo excepcional en el abdomen agudo, debe interpretarse como el
resultado de una situación hiperemética que ha causado lesiones orgánicas en la
mucosa de la unión gastroesofágica o gástrica; fecaloide, característico de la
obstrucción intestinal.
• Hipo. Cuando es de corta duración se considera el equivalente del vómito; si es de
larga evolución, debe sospecharse irritación frénica por peritonitis, colecistitis,
absceso subfrénico, etc.
Modificación del tránsito intestinal.
El estreñimiento es habitual en todos los casos de abdomen agudo
quirúrgico, se habla de oclusión total, cuando la expulsión de gases y
heces está totalmente ausente durante por lo menos 24 horas; la
diarrea es infrecuente en el abdomen quirúrgico, si bien puede
presentarse en la apendicitis retrocecal. En principio, el dolor que
acompaña a la diarrea se interpreta como secundario a la contracción
de la musculatura lisa.
EXAMEN FÍSICO
Fascies.
Puede sugerir la gravedad del cuadro clínico; la fascies hipocrática, caracterizada por nariz afilada,
ojos hundidos, palidez y mirada sin brillo, es característica de la fase terminal de una peritonitis o
una obstrucción intestinal evolucionada.

Fiebre.
 En dependencia de su momento de aparición:
• Si es temprana, elevada y mantenida, orienta a procesos supurativos localizados en zonas muy
vascularizadas (vesícula biliar, pelvis menor, etc.).
• Si es leve, tardía y con distorsión axilorrectal de un grado o más, orienta a una apendicitis aguda
o procesos inflamatorios localizados (colecistitis, plastrón apendicular, etc.).
• Si es persistente, moderada y de presencia tardía, puede deberse a procesos primariamente no
infecciosos, como pancreatitis, hemoperitoneo, etc.
Sistema cardiovascular. Inicialmente descartar la presencia de shock (taquicardia,
hipotensión, palidez, frialdad, diaforesis). En presencia concomitante de shock y
dolor abdominal, hay que pensar en la posibilidad de peritonitis, sepsis,
pancreatitis aguda. Si el shock se acompaña de hipovolemia y cifras de
hemoglobina baja, sin signos de hemorragia externa, debe pensarse en
hemoperitoneo.

Aparato respiratorio. Es frecuente que patologías como: neumonía, neumotórax o


pleuritis, cursen con dolor abdominal referido a nivel de hemiabdomen superior.
Como norma general, una temperatura >39° C con dolor abdominal agudo sugiere,
inicialmente, afección extraabdominal (neumonía, infección urinaria, etc.).

Sistema Nervioso. Es importante detectar la arreflexia patelar o la abolición del


reflejo fotomotor en las crisis abdominales tabéticas.
EXAMEN ABDOMINAL
Inspección.
Se toma en cuenta apariencia general y nivel de comodidad o
incomodidad. Atención a la posición asumida por el paciente
cuando tiene dolor; La inmovilidad estricta es típica de un
paciente con peritonitis, mientras que los pacientes con cólico
biliar o renal se  retuercen  en  agonía. Los pacientes con
peritonitis tendrán un empeoramiento del dolor cuando el
examinador golpee ligeramente la camilla. La presencia de
lesiones cutáneas, como equimosis periumbilical (signo de
Cullen) o en los flancos (signos de Grey-Turner), indican
hemorragia peritoneal, debida a procesos como la pancreatitis
hemorrágica, aunque son de aparición tardía.
Auscultación.
debe auscultarse los ruidos intestinales por lo menos durante 1 minuto. Es un
hallazgo físico útil, particularmente en la detección de íleo. Los ruidos intestinales
anormales son altamente predictivos de una obstrucción del intestino delgado en
pacientes con dolor abdominal agudo. Los ruidos intestinales de tono agudo
anormalmente activos son una característica de la obstrucción intestinal temprana,
mientras que se puede escuchar un roce de fricción en el área apropiada en un
paciente con un infarto esplénico.
Percusión. 
Comenzamos con una percusión suave (en lugar de una palpación). Los
pacientes con peritonitis tendrán dolor con percusión suave. La
percusión también se usa para identificar ascitis y hepatomegalia. El
timpanismo indica un intestino distendido, mientras que la matidez
puede significar una masa. La matidez cambiante es una señal confiable
y bastante precisa para la detección de ascitis.
Palpación.
Se usa para evaluar la sensibilidad del abdomen y para organomegalias
o masas. Comenzamos examinando el cuadrante del abdomen donde el
paciente experimenta menos dolor. Ante un abdomen blando y
doloroso en una determinada zona, que persiste después de repetidas
exploraciones, incluso en ausencia de defensa muscular, hay que
sospechar que el cuadro es quirúrgico.
• Si se palpa una masa o tumoración abdominal hay que diferenciar, en
primer lugar, si es extraabdominal o intraabdominal, para lo cual se
incorpora al enfermo en la cama; si la masa se hace más aparente,
corresponde a una tumoración de la pared abdominal; si desaparece,
hay que pensar en una localización intraabdominal.

• La contractura abdominal involuntaria es una respuesta muscular refleja


causada por la irritación del peritoneo parietal. Puede ser generalizada
(abdomen «en tabla») en la peritonitis generalizada, o parcial en la
localizada.

• Aun en presencia de enfermedad, la contractura muscular puede no


detectarse en ancianos, multíparas, pacientes con hemorragias
peritoneales, infartos mesentéricos, perforaciones cubiertas, apendicitis
retrocecales, o en pacientes que reciben tratamiento con corticoides.
Signo de Murphy: se coloca las puntas de los dedos en el hipocondrio derecho y se
ordena al paciente que realice una inspiración profunda con el objeto de que descienda el
diafragma y con este el hígado y la vesícula. Si la vesícula se encuentra inflamada
(colecistitis aguda) se provoca dolor intenso (Murphy positivo), al chocar con los dedos del
explorador.
Signo de Blumberg: se suelta súbitamente los dedos de la mano exploradora después de
la compresión sobre una determinada zona del abdomen. Si hay un proceso inflamatorio
en dicha zona, se provoca un dolor intenso. Es un signo de irritación peritoneal. Si es
positivo en el punto de Mac Burney (FID) es sugestivo de apendicitis aguda.
Signo de Rovsing: en la apendicitis aguda, la presión sobre un punto simétrico al de Mac
Burney en el lado izquierdo provoca dolor en el lado derecho.
Signo del obturador: colocando el muslo del paciente en ángulo recto se le hace rotar
internamente y externamente; aparece dolor si hay un proceso inflamatorio relacionado
con el músculo obturador interno.
Signo del psoas: el explorador coloca su mano sobre una de las fosas ilíacas y ordena al
paciente que levante en extensión la extremidad inferior homolateral. Si existe un proceso
inflamatorio en contacto con el músculo psoas, al contraerse este, el órgano afectado
queda pinzado entre la mano exploradora y el propio músculo, lo que provoca dolor. Es un
signo muy útil en la apendicitis aguda. Una variante de este signo consiste en ordenar al
paciente que flexione el muslo mientras el explorador se opone al movimiento.
• Tacto rectal. a mayoría de los pacientes con dolor abdominal deben
realizarse un examen rectal. La impactación fecal podría ser la explicación
de los signos y síntomas de obstrucción en adultos mayores, mientras
que la sensibilidad en el examen rectal puede ser el único hallazgo
anormal en un paciente con apendicitis retrocecal. Sin embargo, algunos
pacientes con dolor localizado en el abdomen superior (p. Ej., Dolor en el
cuadrante superior derecho) o dolor abdominal que probablemente sea
por una causa no gastrointestinal (p. Ej., Sospecha de cistitis o globo
vesical) pueden no requerir un examen rectal.
EXÁMENES COMPLEMENTARIOS
• Biometría hemática. La presencia de hematocrito bajo sin sangrado
externo, orienta a patologías como pancreatitis necrosante o
hemoperitoneo (rotura de embarazo ectópico, rotura de aneurisma,
etc.). La leucocitosis con desviación a la izquierda suele deberse a
procesos sépticos. Una biometría hemática dentro de parámetros
normales, por sí sola, no descarta el origen quirúrgico de un dolor
abdominal.
• Química sanguínea. Es útil en la sospecha de patologías como
pancreatitis aguda, en la que la amilasemia confirmaría diagnóstico. El
embarazo debe descartarse en toda mujer en edad fértil. Asimismo,
debe solicitarse glucosa, úrea, creatinina, electrolitos, perfil hepático
(TGO, TGP, bilirrubina, FA, GGT). Si el dolor se localiza en
hemiabdomen superior, en presencia de alteraciones
electrocardiográficas, se debe realizar enzimas cardíacas (troponinas).
De sospecharse en patología séptica, se solicitará Proteína C reactiva y
procalcitonina.
• Examen de orina. Se realiza en todo caso de dolor abdominal agudo,
la presencia de microhematuria orienta al diagnóstico de cólico
nefrítico; la piuria indica infección de vías urinarias.
• Radiología. Constituye la prueba de imagen diagnóstica inicial en
sospecha de perforación de víscera hueca, obstrucción intestinal o
ingesta de cuerpo extraño. No representa gran utilidad ante sospecha
de apendicitis, diverticulitis, pancreatitis, pielonefritis.
• Electrocardiograma. Se debe realizar si el paciente refiere dolor en
hemiabdomen superior para descartar síndrome coronario agudo.
• Ecografía abdominal. Se indica de manera urgente en todos los procesos de abdomen
agudo que implique repercusión en constantes vitales del paciente, por lo tanto, se
debe realizar en: sospecha de colecistitis aguda con cuadro de sepsis, en cuadros de
dolor abdominal e hipovolemia ante sospecha de rotura visceral (esplénica, hepática)
o embarazo ectópico, ante la sospecha de aneurisma disecante de aorta y en dolor
abdominal que presente signos de irritación peritoneal.
• Tomografía computarizada abdominal. Es la prueba de imagen con
mayor sensibilidad y especificidad para el diagnóstico de las causas de
abdomen agudo. Su utilidad destaca en traumatismos abdominales
con estabilidad hemodinámica, hemorragia digestiva baja activa,
diverticulitis aguda, apendicitis aguda con ecografía no concluyente,
sospecha de disección aórtica y en pancreatitis aguda con criterios de
gravedad.
CRITERIOS DE INGRESO
• Los pacientes con dolor abdominal agudo sin repercusión
hemodinámica en los que, después del estudio inicial en el servicio de
urgencias (incluida la valoración por el cirujano), no pueda
determinarse si existe una causa quirúrgica, deben ingresar en el área
de observación para completar el estudio y reevaluar.
• Hay que tener especial precaución con aquellos pacientes que están
bajo los efectos del alcohol o de otras drogas, en tratamiento con
esteroides o inmunodeprimidos, ya que los signos diagnósticos clave
pueden estar enmascarados.
MANEJO DEL DOLOR ABDOMINAL
AGUDO EN URGENCIAS
• Medidas generales
• Nada por vía oral.
• Vía venosa periférica y administración de solución glucosalina a razón de
2500- 3000 ml/24 h. El volumen y tipo de solución se modifican según la
situación clínica del paciente.
• Descompresión gastrointestinal, si es necesaria, con sonda nasogástrica con
aspiración continua en los casos de obstrucción del intestino delgado o de
dilatación gástrica aguda.
• Administración de antieméticos, como metoclopramida (ampollas con 10 mg),
en dosis de 10 mg/8 h por vía intramuscular o intravenosa, si la sonda
nasogástrica no está indicada.
• Tratamiento analgésico. En la actualidad existe evidencia científica de que los
analgésicos pueden ayudar al diagnóstico, facilitando la anamnesis y la
exploración física, al reducir la ansiedad del paciente y relajar la musculatura
abdominal. Además, se ha demostrado que la analgesia no enmascara los
hallazgos exploratorios ni conlleva un aumento de la morbimortalidad.
• Metamizol 2 g EV cada 6horas
• Paracetamol 1g EV cada 6 horas
• Dexketoprofeno 50 mg EV cada 8 horas
• Si no sede le dolor considere Tramadol en dosis de hasta 100 mg/6 h por vía
intravenosa, diluyendo el contenido de 1 ampolla en 100 ml de solución
salina fisiológica e infundiendo en 20 minutos. Asimismo, puede
administrarse en infusión intravenosa continua en dosis de 12-24 mg/h, para
lo cual se diluyen 3 ampollas en 500 ml de solución glucosada al 5%, y se
infunde a una velocidad de 7-14 gotas/min (21-42 ml/h).
• Tratamiento antibiótico
• A iniciarse una vez establecida la causa quirúrgica del dolor abdominal
(colecistitis aguda, apendicitis aguda, etc.) y antes de la intervención.
• Se puede administrar como pauta:
• Triple terapia: clindamicina o metronidazol mas aminoglucocido y
mas ampicilina o penicilina g sódica
• Cefepima mas aminoglucido
• Carbapemico en monoterapia
• Tratamiento quirúrgico
• En pacientes con signos inequívocos de abdomen agudo quirúrgico se
debe practicar una laparoscopia o laparotomía inmediata después de
su reanimación y preparación. Asimismo, son candidatos a cirugía de
urgencia los pacientes con neumoperitoneo por perforación de
víscera hueca, los que presentan dolor abdominal y signos de sepsis
que no pueden ser explicados por otros hallazgos, los que tienen
repercusión hemodinámica refractaria a las medidas de reanimación
sin otro origen que lo justifique, y en los que se sospeche isquemia
mesentérica, entre otros procesos quirúrgicos.
• Recomendaciones al momento del alta del servicio de urgencias
• Una vez evaluado el paciente en urgencias, cuando el diagnóstico es de
dolor abdominal inespecífico, es necesario que un médico reevalúe al
paciente en las 8-10 horas siguientes.
• El paciente debe volver a consultar al servicio de urgencias si presenta
alguna de las siguientes circunstancias:
• Focalización, empeoramiento del dolor al toser o estornudar, o ausencia de
mejoría de este en las siguientes 24 horas.
• Intolerancia oral, especialmente si hay disminución de la diuresis.
• Síncope.
• Sangre en vómitos o en heces.
• Fiebre elevada o escalofríos.
• Distensión abdominal.
• Cualquier síntoma nuevo o agravamiento de otro ya existente.
• Gracias …………………………..

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