el capítulo 17 del Génesis, debido a que incluye el
pacto de Dios con Abraham. El cumplimiento de las
promesas de Dios en ese pacto es vital para el desarrollo del propósito redentor divino en la historia, y para la historia misma de los pueblos de la tierra. Leamos el versículo 8 para ver los detalles:
"Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la
tierra de tus peregrinaciones, toda la tierra de Canaán como posesión perpetua; y yo seré tu Dios." Las promesas de Dios se refieren a dos aspectos: la muy numerosa descendencia de Abraham y la posesión de una tierra. Además, se recalca que el pacto no es temporal, sino eterno. Y la fe de Abraham se apoyó en su tiempo en la misma seguridad que la fe de los creyentes de todos los tiempos. Se fundamentó en la certeza de que lo que Dios promete, lo cumple. La circuncisión, señal del pacto Y para ello vamos a leer los versículos 9 al 12: "Dijo además Dios a Abraham: Tu, pues, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti, por sus generaciones. Este es mi pacto que guardaréis, entre yo y vosotros y tu descendencia después de ti: Todo varón de entre vosotros será circuncidado. Seréis circuncidados en la carne de vuestro prepucio, y esto será la señal de mi pacto con vosotros. A la edad de ocho días será circuncidado entre vosotros todo varón por vuestras generaciones; asimismo el siervo nacido en tu casa, o que sea comprado con dinero a cualquier extranjero, que no sea de tu descendencia."