You are on page 1of 36

Teoría Sistémica y Familia

SITB

Gustavo Valiño
Jun’21
Teoría General de los Sistemas (TGS)
• Desde que Von Bertalanffy formuló en 1968 la Teoría
General de Sistemas (TGS), ésta teoría ha sido
ampliamente divulgada.
• Surgió con la finalidad de dar explicación a los
principios sobre la organización de muchos
fenómenos naturales y en la actualidad es aplicada al
conocimiento de muchas otras realidades, tanto
naturales como ecológicas, medioambientales,
sociales, pedagógicas, psicológicas o tecnológicas.
• Los trabajos iniciales que surgen en terapia familiar
son de las Escuelas de Palo Alto y Milán las que basan
en la TGS sus propuestas de intervención.
TGS - aplicación
• Posteriormente, el modelo evoluciona contrastando sus resultados
con la experiencia clínica y con la investigación empírica de
laboratorio, al tiempo que incorpora elementos de otras teorías
psicológicas, como el Constructivismo, la Gestalt, el Psicoanálisis, el
modelo Cognitivo-Comportamental, la teoría de Aprendizaje Social
o la Psicología del Desarrollo, dejando de manifiesto la flexibilidad y
la capacidad integradora del modelo.
• Los trabajos mencionados consideran a la familia un sistema, al que
le son aplicables los principios propios de los Sistemas Generales, y
también otras características relevantes, que facilitan su
comprensión y que son específicas de los sistemas familiares.
• Bronfenbrenner (1987) aplicó la TGS al sistema familiar,
considerando que la familia es el sistema que define y configura en
mayor medida el desarrollo de la persona desde su concepción.
Paradigma sistémico
• El nuevo paradigma sistémico enfatiza el no aislar los
elementos sino relacionarlos entre ellos con el fin de
comprenderlos en su interacción contextual y consigo
mismos.
• Este nuevo paradigma sistémico de la ciencia ofrece una
concepción armónica en lugar de la concepción lineal y
unidireccional tradicional.
• La nueva manera circular o multicausal de observar los
fenómenos, apunta, que en el caso de los sistemas vivos, no
se pueden establecer marcadores lineales, ya que dentro de
una familia, por ejemplo, los miembros actúan y reaccionan
unos sobre otros de maneras impredecibles porque cada
acción y reacción cambia continuamente la naturaleza del
contexto.
Familia y sociedad
• La familia, como sistema abierto, significa que está en
continua interacción con otros sistemas.
• Existe, por lo tanto, una vinculación dialéctica
respecto a las relaciones que tienen lugar en el
interior de la familia y el conjunto de relaciones
sociales; aquellas están condicionadas por los valores
y normas de la sociedad de la cual la familia forma
parte.
• El modelo sistémico nos permite pues observar cómo
cada grupo familiar se inserta dentro de una red
social más amplia, y desde ésta despliega su energía
para alcanzar su propia autonomía, como un todo.
Sistemas: la familia y sus contextos
• Pero a la vez nos permite analizar cómo cada microsistema permite integrar la
energía de los demás miembros del sistema, bien sean estos individuos, bien
sean subsistemas. En nuestro caso, el microsistema de referencia es la familia, y
la pareja y la constelación fraterna son los dos subsistemas de obligada
referencia.
• El mesosistema familiar, como conjunto de sistemas con los que la familia
guarda relación y con los que mantiene intercambios directos, es una
dimensión importante en los informes de valoración familiar. En cada etapa de
ciclo familiar, suele haber unos sistemas de interacción más frecuentes, que
todo informe de valoración debe considerar: la escuela, la pandilla, el club
deportivo, el partido político o la asociación de vecinos, son algunos ejemplos.
• El macrosistema, entendido como el conjunto de valores culturales, ideologías,
creencias y políticas, da forma a la organización de las instituciones sociales. En
nuestro caso, la cultura predominante en el entorno familiar es también una
dimensión a comparar con la cultura de origen de cada familia. En los casos en
que la divergencia entre ambas sea alta, como en el caso de familias
musulmanas que emigran a un país católico, las demandas de cambio que
derivan del entorno constituyen una fuente de presión nada fácil de asimilar.
Presión externa y capacidad de adaptación

• Los cambios sociales acaecidos en nuestro entorno social,


económicos, tecnológicos, sociales e ideológicos, acentuados por
la globalización, la inmigración, los medios de comunicación, el
feminismo, el reconocimiento universal de los derechos humanos,
la democratización, el laicismo etc., están demandando a la familia,
sobre todo en la cultura occidental, cambios sustanciales y rápidos
en su composición y en su organización interna.
• Se demandan cambios que, por su amplitud y rapidez, son
generadores de desorientación y estrés, y para los que las familias
no siempre tienen posibilidad de dar respuesta, ni tienen suficiente
capacidad de adaptación, por lo que las familias se ven a menudo
atrapadas en una escalada de conflictos y crisis que las llevan a la
angustia, a la patología y a la ruptura.
Cambio y estabilidad
• En primer lugar, la familia se puede considerar como un sistema en
constante transformación, lo que significa que es capaz de adaptarse
a las exigencias del desarrollo individual de sus miembros y a las
exigencias del entorno; esta adaptación asegura la continuidad y a la
vez el crecimiento psicosocial de los miembros (Lila et al., 2000), si
bien es un proceso que ocurre debido al equilibrio entre las dos
fuerzas que prevalecen en todo sistema: por un lado la tendencia
hacia la homeostasis o morfostasis, es decir la tendencia a mantener
estable el sistema adaptándose a los cambios, y por otro, la
capacidad de desarrollo y de cambio, o morfogénesis (Ochoa de Alda,
1995), entendida como transformación.
• Los sistemas como entidades dinámicas, que responden al juego
recíproco de las dos grandes fuerzas:
– Una morfogenética vinculada con el cambio, el crecimiento y el desarrollo.
– Una morfoestática (homeostasis), conceptualizada como un conjunto de
mecanismos reguladores útiles para mantener la estabilidad, el orden y el
control de los sistemas en funcionamiento.
Desequilibrio y disfuncionalidad
• Esta característica podría explicar la facilidad con que los hijos se
adaptan a las nuevas demandas sociales, mientras que los
padres presentan una mayor dificultad para adaptarse o
entender las mismas.
• Por esta razón podemos encontrar familias disfuncionales, o con
grandes desequilibrios desde nuestra perspectiva de normalidad
en función de la concepción que tenemos de nuestro propio
sistema familiar, pero que en cambio han hecho de la
disfuncionalidad una forma de equilibrio y de permanecer
como sistema relativamente estable dentro del contexto donde
están inmersas, en muchas ocasiones también disfuncional.
• Existen familias en las que imperan la violencia y los abusos pero
que, a pesar del sufrimiento, mantienen durante décadas la
misma estructura interna.
El juego de la estabilidad del cambio
• En cuanto a la familia, esto significa que siempre existe un vaivén entre el
deseo de mantener la estabilidad y el de cambiar y crecer.
• En alguna familia, la necesidad de estabilidad parece ser la que triunfa, y el
cambio sólo se produce en respuesta a tremendas presiones.
• En tales familias, los mecanismos morfoestáticos ejercen un control tiránico,
comprimen las aspiraciones de desarrollo hasta que no es posible contenerlas
y entonces estallan, a menudo en forma de una gran crisis de la familia.
• En otras familias parecen ocurrir constantes alteraciones y cambios, descritas
a menudo como caóticas, estas familias parecen desorganizadas, no reguladas
o descontroladas.
• La familia “sana” es la que ha desarrollado un adecuado equilibrio entre
morfogénesis y la morfostasis, siendo la clave una adaptación coherente de los
mecanismos reguladores y los temas de desarrollo.
• Así, el concepto de sistema familiar se utiliza para hacer referencia a un grupo
de personas que interactúan como un todo funcional. Ni los problemas, ni las
personas existen en el vacío. Ambos están ligados a sistemas recíprocos más
amplios de los cuales el principal es la familia.
El concepto de organización
• La esencia del enfoque sistémico es la atención a la
organización, es decir, a la relación entre las partes a una
concentración en las relaciones circulares, antes que las
lineales, y a una consideración de los hechos en el contexto en
el cual se dan, y no aislados de su ambiente.
• El concepto de organización se encuentra en el centro de los
principios abrazados por la teoría de sistemas, cuyo concepto
más importante es el que las características de la organización
del sistema produce UN TODO MAYOR QUE LA SUMA DE
TODAS SUS PARTES.
• Es decir, que las coincidencias de los elementos del sistema, la
pauta con que se unen las partes, produce algo que no es
posible predecir a partir de un conocimiento de las
características de cada una de las partes componentes.
La familia como organización
• En el caso de la familia, no es posible predecir las
propiedades conductuales de una familia con el simple
conocimiento de las personalidades del marido, la esposa y
los hijos.
• A la inversa, se afirma que ningún sistema se puede
entender de manera adecuada o explicar por completo una
vez que se ha reducido a sus partes componentes.
• Aún mas, no es posible pensar un elemento o subgrupo de
elementos como si se actuase de manera independiente.
• Por el contrario, se propone una entidad organizada en la
cual “el estado de cada unidad es limitado por el de otras
unidades, o condicionado por el, o depende de ese estado”
(Miller, 1965).
Interacción familiar
• “La familia es un conjunto organizado e
interdependiente de personas en constante
interacción, que se regula por unas reglas y por
funciones dinámicas que existen entre sí y con el
exterior”, (Minuchín, 1986, Andolfi, 1993; Musitu et
al., 1994, Rodrigo y Palacios, 1998).

• Esta totalidad se construye mediante un sistema de


valores y creencias compartidos, por las experiencias
vividas a lo largo de la vida, y por los rituales y
costumbres que se transmiten generacionalmente.
Reglas de interacción
• Lo mismo que cualquier sistema, la familia lleva consigo
una estructura, una organización de la vida cotidiana que
incluye unas reglas de interacción y una jerarquización de
las relaciones entre sus componentes; también incluye
unas reglas que regulan las relaciones entre los familiares
y las relaciones con el exterior y que indican quién
pertenece y quién queda excluido del grupo familiar.
• Las reglas de funcionamiento rígidas e incuestionables se
manifiestan en el propio repliegue de la familia hacia sí
misma, pues cualquier cambio se percibe como una
traición, como una amenaza o intromisión, hasta el punto
de rechazar cualquier intervención guiada desde el
exterior, como sucede con la terapia.
Funcionamiento familiar
• También en la familia, los cambios en una parte del sistema
repercuten en otras partes del mismo.
• Además, las interacciones y las relaciones familiares tienden a ser
altamente recíprocas, pautadas y reiterativas
• Una falla (por ejemplo: irresponsabilidad) en una parte de la familia
puede complementarse en exceso: responsabilidad en otra parte de
la familia.
• Dicho concepto, supone que ningún hecho o comportamiento
aislado ocasiona otro, sino que cada uno está vinculado en forma
circular a muchos otros hechos y comportamientos aislados.
• Estos hechos y comportamientos forman con el tiempo patrones
persistentes y recurrentes que operan para equilibrar a la familia y
permitirle pasar de una etapa evolutiva a la siguiente.
• Toda conducta, incluso la sintomática, establece y mantiene estos
patrones.
Roles familiares
• La estructura familiar supone que existe una o unas figuras que asumen
el liderazgo, por tanto, ellas ejercen una mayor influencia en la
elaboración y mantenimiento de las normas familiares, y también en las
sanciones que pueden derivarse de su incumplimiento.
• ¿Qué sucede cuando ese liderazgo es ejercido, por ejemplo, desde el
manejo de la enfermedad; o es ejercido desde la culpa y la manipulación?
• El liderazgo familiar ejerce también una mayor influencia en el modo de
pensar, sentir y comportarse de los miembros de la familia.
• La estructura familiar es asimétrica y la funcionalidad del sistema
requiere que así lo sea, siendo esperable que el liderazgo recaiga en los
adultos (Beavers y Hampson, 1990).
• La funcionalidad del sistema también es mayor cuando el liderazgo es
democrático o existe una autoridad flexible (Minuchin, 1984), mientras
las familias caóticas, en primer lugar, y las rígidamente autoritarias luego,
generan modelos familiares con más carencias para el desarrollo y con
menos satisfacción entre sus miembros.
Subsistemas en la familia nuclear
• Aunque son muchos los subsistemas estructurales o funcionales que
pueden darse dentro de la familia, como las diferentes familias
nucleares que se diferencian en la familia extensa, en el sistema
familiar nuclear, que es el referente predominante en nuestra cultura,
encontramos dos subsistemas estructurales básicos y bien
diferenciados: la constelación fraterna y la pareja, si bien aparecen
altamente relacionados entre sí como se demuestra, no sólo a nivel
científico, sino en la misma vida cotidiana.
• Cada uno de estos dos subsistemas tiene sus propias normas y
relaciones que se definen en su interior, aunque, naturalmente, en
algunos aspectos vitales de la convivencia reciben influencia mutua
uno del otro, mucho más intensa cuando hablamos de la educación
de los hijos.
• El divorcio ha facilitado la aparición de un número creciente de
familias monoparentales, en las que no tiene sentido hablar de la
pareja como subsistema.
El subsistema de la pareja
• Los vínculos entre la pareja son múltiples, y con manifestaciones propias
de este subsistema.
• La sexualidad, la comunicación, el poder, los vínculos emocionales, las
expectativas de los roles a desempeñar son algunas de las dimensiones
relacionales que son básicas para analizar la pareja.
• Cada dimensión de la relación tiene sus propias reglas y sus propios
límites.
• La tarea de armonización no resulta siempre fácil y es creciente el número
de parejas que se rompen, aunque los arquetipos sociales siguen
creyendo en la pareja, pues se cree en la pareja aunque no tengamos la
misma pareja para toda la vida.
• La vida va más deprisa y las relaciones exigen gratificaciones inmediatas
(Alberdi, 1999). Las parejas sufren el ritmo acelerado de vida, el poco
tiempo dedicado a reflexionar sobre lo que se hace, por qué y para qué se
hace; siendo limitados tanto el tiempo dedicado al encuentro con uno
mismo, como el tiempo dedicado al encuentro y reencuentro con el otro
(Feliu y Guel, 1992).
Desafíos para la pareja
• Tenemos altas exigencias y altas expectativas
puestas en la pareja y tenemos la necesidad de
armonizar los proyectos individuales entre si y con
el proyecto de pareja.
• Pero la armonía lograda en un momento sirve de
poco si no nos adaptamos a los nuevos retos
individuales y sociales que se nos plantean.
• Por lo que, además, se exige a la pareja un cambio
sincronizado y una actitud positiva hacia el
cambio, so pena de que las personas o la relación
se destruyan.
La fratría o constelación fraterna
• La interacción entre los hermanos está influenciada
por las relaciones de éstos con los padres; mientras
que las relaciones entre los progenitores muchas
veces son mediadas por la interacción con los hijos
(Arranz, 1989 y Arranz y Olabarrieta, 1998).
• Sabemos que, además de ser hermano mayor o
menor, hombre o mujer, cada uno de los hermanos
nace en un momento específico del ciclo vital de la
familia, y que también éste ha de influir en la
determinación del comportamiento de sus padres
hacia ellos y de las expectativas que respecto a él se
generen.
Resiliencia

• Es la capacidad del ser humano de sobreponerse a sus dificultades,


aprender de sus errores y lograron derrotar a la adversidad.
• Normalmente esta resiliencia se atribuyó a rasgos de personalidad
y estrategias de superación que posibilitan a un niño o adulto
superar ciertas experiencias vitales afligentes.
• Si bien se advierte cada vez más que la resiliencia es el fruto de una
interacción entre lo innato y lo adquirido, pocos han pensado que
la familia es una fuente potencial de resiliencia o sea un recurso.
• Resiliencia aplicándola a la familia como sistema.
– Este enfoque se funda en la convicción de que tanto el crecimiento del
individuo como el de la familia, pueden alcanzarse a través de la
colaboración ante la adversidad.
– Las investigaciones sobre resiliencia familiar destacan la influencia
decisiva de las relaciones y del apoyo social; desplazando el foco de los
rasgos individuales a los procesos de interacción que deben ser
comprendidos en su contexto ecológico y evolutivo.
Características de la resiliencia
1. Introspección: Es el arte de preguntarse a sí mismo y darse una respuesta honesta.
2. Independencia: Se define como el saber fijar límites entre uno y el medio problemático, la
capacidad de mantener distancia emocional y física sin caer en el aislamiento.
3. Capacidad de relacionarse: Habilidad para establecer lazos e intimidad con otras personas,
para balancear la propia necesidad de afecto con la actitud de brindarse a otros.
4. Iniciativa: Significa el gusto de exigirse y ponerse a prueba en tareas progresivamente más
exigentes.
5. Humor: Aprender a encontrar lo cómico en la propia tragedia.
6. Creatividad: Capacidad de crear, orden belleza, y finalidad a partir del caos y el desorden.
7. Moralidad: Consecuencia para extender el deseo personal de bienestar a toda la
humanidad y la capacidad de comprometerse con valores. Este elemento ya es importante
desde la infancia, pero sobre todo al pasar los 10 años.
8. Autoestima consistente: Es la base de los demás pilares y es el fruto del cuidado afectivo
consecuente del niño o adolescente por un adulto significativo.
9. Ética: Conciencia y compromiso con uno mismo y la humanidad en la concreción de
valores.
• Sintetizando: La resiliencia es un llamado al cambio; de la pobreza, la depresión, la
autoestima deteriorada, la ausencia de expectativas. No la construye el sujeto por sí solo
sino que se da en un contexto. La resiliencia es encontrar sentido de vida en cada
circunstancia.
Resiliencia familiar en tiempos de crisis
• Kotliarenco: “… la resiliencia es un fenómeno
habitual; y que en familias con niños en
infancia temprana, la calidad de las relaciones,
la organización de las rutinas, y la
incorporación de tiempo y espacios lúdicos de
calidad son procesos fundamentales para el
logro de resiliencia familiar.”
Recuperar el valor de lo individual
• Desde la perspectiva sistémica se ha olvidado a menudo al
sujeto psicológico en aras de la relevancia concedida a la
interacción.
• No obstante, la psicología familiar y la psicología del
desarrollo han retomado su papel dentro de la familia como
sujeto activo con capacidad de modificar el sistema y de
cambiar las metas y los procedimientos internos, sin que el
sujeto quede reducido a un mero producto de la globalidad.
• La principal crítica dirigida hacia el olvido del sujeto
psicológico surge de la terapia familiar, al ver los sentimientos
de culpa que se generan en la familia cuando se le asigna al
sistema la responsabilidad de la patología de alguno de sus
miembros: el paciente sintomático.
• La familia se resiste a asumir toda la responsabilidad de tener
una hija anoréxica, una madre esquizofrénica o un padre con
intentos de suicidio.
Las capacidades individuales frente al
sistema
• En la misma línea de defensa del individuo, la
psicología del Desarrollo reivindica el fenómeno de la
resiliencia (Cyrulink, 2002) como un proceso de
desarrollo, que supone una resistencia individual a
los entornos adversos y devastadores, entre ellos a la
familia.
• En los casos de resiliencia la persona se desmarca de
los modelos que le ofrece la familia, buscando
referentes o tutores más allá del entorno próximo, en
los que se apoya para potenciar su desarrollo
personal y social más allá de todo pronóstico.
El modelo de la obligación recíproca
• Siempre se ha considerado a la familia como un
sistema orientado principalmente a la protección y
desarrollo de los hijos.
• Pero la protección es una meta que se hace
extensiva a todos los miembros de la familia,
especialmente a aquellos más frágiles o
vulnerables: enfermos, mujeres, ancianos...
• De modo que en las sociedades occidentales se
han ido creando leyes y sistemas de protección
orientados a que la familia proteja y vele por los
derechos de todos.
La familia como sistema en la Biblia
• Col. 3.18-21: “Casadas, estad sujetas a vuestros
maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a
vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos,
obedeced a vuestros padres en todo, porque esto
agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos,
para que no se desalienten.”
• En una familia, todos tenemos derechos y
responsabilidades.
• “La ética cristiana es una ética de obligación
recíproca. Nunca es una ética en la que todos los
deberes están de un solo lado. Según Pablo, la
obligación de los maridos es tan importante como la
de las mujeres; los padres están tan ligados por sus
deberes como los hijos; los amos tienen tantas
responsabilidades como los esclavos.” (W. Barclay)
Terapia sistémica
• Las terapias sistémicas procuran:
– cambiar el sistema familiar, más que a los
miembros designados como enfermos - pacientes
sintomáticos- y
– reestructurar las interacciones que implican a
todos, adultos y niños, enfermos y sanos,
dominantes y dominados…
– Donde todos contribuyen a configurar el sistema.
Disfunciones familiares (1)
• Cismogénesis
• Es el distanciamiento progresivo entre las interacciones de
los miembros familiares.
• En ocasiones surge porque determinadas relaciones de
simetría derivan en competitividad, otras veces como
resultado de la toma de conciencia de uno de los
miembros acerca de las grandes diferencias con el otro, lo
que genera en el mismo un alto grado de insatisfacción.
• La falta de interés y desconocimiento de los otros unas
veces, el descubrimiento de diferencias a las que se
responde con intolerancia otras, y la existencia de todo
tipo de emociones negativas, son las que alejan
progresivamente a los miembros de la familia.
Disfunciones familiares (2)
• La Intrincación.
• Este término hace referencia a las relaciones que se
caracterizan por una excesiva proximidad entre sus miembros,
llegándose a anular el yo de cada uno de los miembros, no
respetándose ni la intimidad ni la autonomía de cada uno de
ellos.
• Las relaciones de fusión son el ejemplo más significativo.
• La rigidez.
• Hace referencia a aquellas relaciones, distribución de roles o
normas establecidas, que son inamovibles y en ocasiones
incuestionables, rechazando cualquier propuesta que suponga
un cambio, principalmente inaceptable por quien de manera
implícita o manifiesta ostenta la máxima autoridad en la
familia.
Disfunciones familiares (3)
• Sobreprotección.
• En este sentido podríamos hablar de un tipo de interacción que lleva a ahogar
las demandas de autonomía de la persona protegida, generando sentimientos
de baja competencia y desvalimiento.
• En cierta medida es una relación de dependencia mutua, tanto desde el que
tiene la necesidad de sobreproteger como del que necesita ser protegido,
ambos dependen altamente del otro para dar sentido a su vida.
• La negación.
• Supone no reconocer o huir de las relaciones conflictivas, lo que en
consecuencia lleva a no abordar la resolución de los conflictos existentes.
• Aunque se refieran a aspectos relevantes de la vida familiar, se ocultan ante los
ojos ajenos y ante los propios, se niega vehementemente su existencia con
engaño y autoengaño.
• Otras veces se responde restándoles la importancia que merecen o buscando
atribuciones externas, eludiendo con ello la responsabilidad de cada miembro,
tanto en su génesis como en su resolución.
• La familia en estos casos gasta su energía en ocultar el conflicto más que en
encontrar una solución satisfactoria.
Disfunciones familiares (4)
• El enmascaramiento.
• Consiste en una grave distorsión de la realidad por medio de
pensamientos irracionales tendientes a la satisfacción de las propias
necesidades.
• Sucede cuando por ejemplo por inseguridad personal, necesidad de
afecto, para sentirse útil o para esconder la insatisfacción personal y
familiar se enmascaran éstas con obsesiones por la limpieza y el
orden, y se asume un rol de máximo interés por la familia, pero
sabemos que detrás de la preocupación se esconde el rechazo y con
frecuencia la intención de hacerles sentir culpables.
• Un tipo de enmascaramiento que con frecuencia aparece en las
familias con patologías es el denominado doble vínculo; se refiere a
las relaciones diádicas, y es una ocultación de intensas emociones
negativas hacia el otro, aunque con apariencia de afecto y protección,
a las que se suma el mensaje implícito de no clarificar la contradicción
establecida.
Técnicas de intervención (1)
• Establecimiento de límites.
• Un claro establecimiento de los límites en las relaciones intrafamiliares aleja al
sistema de dos posibles problemas, por una parte evita la intrincación y por otro lado
la desvinculación de alguno de los miembros.
• Representación.
• Consiste en una puesta en escena de determinados guiones previamente estudiados
por el asesor familiar, de cuya representación van a surgir los patrones disfuncionales
instaurados en la familia, con el fin de hacerlos explícitos, cuestionarlos y rechazarlos
como solución habitual.
• Desequilibrio.
• Debe dotar de una mayor autoridad, aunque tan sólo sea provisional, a uno de los
componentes de la unidad familiar, con el fin de hacer el sistema más estable y
funcional para todos.
• Reencuadre.
• Es la aportación del experto familiar en el diagnóstico de la situación, ofreciendo una
nueva visión de la realidad, de forma que se puedan ver o experimentar nuevos tipos
de interacción más enriquecedores para cada uno de los miembros y para todo el
sistema, ayudando así a una nueva reconstrucción personal del sistema.
Técnicas de intervención (2)
• Búsqueda de competencia.
• Con esta técnica lo que se pretende es activar y generar recursos en los componentes
de la familia, ya que el incremento de los recursos personales puede tener una
proyección intrafamiliar y a su vez una mejora en la calidad global del sistema.
• Variaciones de intensidad.
• Es evidente que en muchas ocasiones las familias disfuncionales presentan una
resistencia al cambio, para vencer dicha resistencia se incrementaría la intensidad de
los mensajes emitidos por el asesor familiar.
• La paradoja.
• En esta técnica el terapeuta no trata de modificar abierta ni directamente el sistema,
sino que lo apoya, respeta la lógica afectiva interna con que se desenvuelve, forzando
a la familia a argumentar contra las demandas de su propia verdad.
• La paradoja es una técnica compleja que a veces pide que se incrementen los
comportamientos no deseables con objeto de hacer evidente la posibilidad de control
sobre ellos, control que siempre niegan los miembros de la familia.
• Otras veces la paradoja introduce expresiones sorprendentes con objeto de
contribuir al distanciamiento del problema. ¿Hoy ha traído usted la depresión
consigo? ¿Dónde la lleva? Es sin duda la técnica más compleja de aplicar.

You might also like