PSICOSOCIOLOGÍA DEL

ENTENDIMIENTO ESCOLAR
Dora Laino
 En las relaciones de Enseñanza y Aprendizaje, nos vamos
a encontrar “siempre” con este panorama:
◈ La palabra del docente produce efecto siempre
que sea reconocida y digna de crédito.
◈ Su eficacia y poder, dependerá de la autoridad del
educador, y su fuente es exterior.
◈ El poder de las palabras reside en el hecho de que
quien las pronuncia no lo hace a título personal,
ya que es sólo su "portador".
◈ El docente es depositario de un mandato y enseña
a aquellos que aceptan que se les enseñe.
◈ Actúa como una especie de mediador entre los
conocimientos construidos socialmente y los
estudiantes que procurarán reconstruirlos y
apropiarse de los mismos.
La magia de las palabras pone en juego los esquemas y los
hábitus previamente construidos
◈ El sistema de creencias de lxs estudiantes,
preexistente a la ejecución de las prácticas
de enseñanza-aprendizaje, constituye una
condición fundamental de la eficacia
simbólico-cognoscente.
◈ El éxito de los procesos educativos reside
en el sistema de relaciones psicosociales,
constitutivas de tales procesos.
◈ El aprendizaje no depende sólo del
reconocimiento y comprensión de las
palabras constitutivas del mensaje
didáctico; dependerá también de en qué
medida aquello que se enseña se
corresponde con las posibilidades
intelectuales de los destinatarios y con la
identidad psicosocial de su grupo de
pertenencia.
 Las relaciones educativas psicológicamente discordantes

◈ Son las relaciones inarmónicas entre los nuevos

contenidos por aprender, el docente y el educando.
◈ Generalmente actuamos por una disposición adquirida
que nos orienta de acuerdo a pautas, potencialidades y
limitaciones.
◈ Los hábitus predisponen para valorar ciertos datos del
espacio social y no otros, lo cual determinará el
interés.
◈ El resultado de sus aprendizajes dependerá así de la
illusio existente.
◈ Este interés surgirá del reconocimiento, consciente o
inconsciente, del valor de aquello que se quiere
enseñar.
◈ En tal sentido, los hábitus potenciarán o desdibujarán
los resultados de los aprendizajes que los requieran
como condición previa.
Si existe tal discordancia, se perturbarán tres aspectos:
• El interés (illusio) necesario en el
plano social, se refiere al hecho de
“estar involucrado”, de “estar atrapado en
el juego y por el juego”.

• La relación transferencial con su carga

de libido, en el plano subjetivo, o sea,
el tipo de vínculo docente-alumnx, la
posibilidad de trabajar con una
transferencia positiva, que permita que
entre ambos fluya una corriente de
afectos que haga posible la aceptación
de lo que el docente ofrece.

• La posibilidad de la equilibración del

plano cognoscente, es decir, que en los
esquemas de representación que los
sujetos traen, exista la posibilidad de
asimilar y acomodar, logrando así la
equilibración (Piaget).
Cuando hay discordancia, esos tres aspectos no estarán articulados y
no permitirán efectivizar aprendizajes armónicos
1. En el plano de la illusio, el sujeto no
llega a estar involucrado con
significaciones, dado que le resultan
ajenas, con lo cual no puede
experimentar el interés de participar en
un “juego” en el que no existen los
soportes identificatorios que le permitan
integrarse. En consecuencia, al no
existir el reconocimiento del valor de las
propuestas educativas en ese campo de
relaciones, el joven queda al margen de
una interacción que lo implique.
La discordancia… (continuación)
2. Por otra parte, la relación
transferencial, en términos de la
vinculación intersubjetiva necesaria
para mediatizar -por triangulación-
la relación con el objeto de
conocimiento, queda vulnerada por
el impacto de la imposibilidad de
significar: el otro, como
acompañante imaginario (el
docente), aparece como extraño,
ajeno, desconocido. Se opera una
desconexión transferencial en la
medida en que el sentimiento de
extrañamiento perdure.
 La discordancia… (continuación)
3. Es factible que estas discordancias provoquen perplejidad y resten posibilidades
equilibradoras en los esquemas. En el aprendizaje son las mismas acomodaciones
las que quedarán perturbadas por el hecho de no llegar a producirse las
asimilaciones indispensables que las habiliten. En el caso del aprendizaje, al no
existir las asimilaciones correspondientes, es la significación la que se verá alterada.
Los tres pilares del
aprendizaje
BOURDIEU – FREUD - PIAGET
1. La teoría del campo social de Pierre Bourdieu
Dice Pierre Bourdieu:
Llamo desconocimiento al hecho de reconocer una violencia que
se ejerce precisamente en la medida en que se desconozca como
violencia; de considerar el mundo como autoevidente, encontrarlo
natural porque le aplican estructuras cognoscitivas surgidas de las
estructuras mismas de dicho mundo.
Por esta razón, el análisis de la aceptación dóxica del mundo
que resulta del acuerdo inmediato de las estructuras objetivas
con las estructuras cognoscitivas, es el verdadero fundamento
de una teoría realista de la dominación y la política. De todas
las formas de “persuasión clandestina”, la más implacable es la
ejercida simplemente por el orden de las cosas.
(Bourdieu,1995)
2. El Psicoanálisis y la Transferencia
La clínica psicopedagógica llevó a Sara Paín a
analizar la interacción entre el conocimiento que se
construye en relación con la realidad y el saber
inconsciente que el propio sujeto ignora, pero
cuyos efectos inciden en el pensamiento concreto
Para Enrique Pichon Riviére el sujeto se constituye
en función de una relación dialéctica que se da
entre la estructura social -en cuya cotidianeidad
está inmerso- y su fantasía inconsciente -Es un
sujeto producido en la praxis que se da en sus
grupos de pertenencia, un emergente de la compleja
trama de relaciones y vínculos sociales que se da en
su existencia.
3. Psicología Genética de Piaget

La construcción de todo conocimiento supone la

reorganización de esquemas previos. El aprendizaje
implica sucesivas y continuas equilibraciones de los
procesos de asimilación/acomodación y de las
estructuras cognoscentes cuya capacidad de
autorregulación permite orientar y reorientar las
acciones y operaciones del sujeto para compensar las
perturbaciones provocadas por los cambios.
La equilibración intelectual no consiste en volver a un
estado anterior del conocimiento, sino a superarlo
mediante una reflexión reorganizadora que resuelva
las contradicciones y lagunas. Esto da lugar a una
equilibración que se traduce en un progreso y una
evolución de los esquemas previos.