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INSTITUTIONES SAECULARIUM LITTERARUM. LAS SIETE ARTES LIBER ALES FLAVIO MAGNO AURELIO CASIODORO TRADUCCION DE MARI CRUZ RAMOS TORRES & La hoja del monte ONIVERSTDAD : KN ENTER [feovcowens ie RTE PERG DAT AC ANT | Instivutiones saeculasiurm litteraram Flavio Magno Aurelio Casiodoro ‘Traduecién: Mari Craz Ramos Torres Euditorial La Hoja del Monte C/ Rio Duss, 25 28210 Valdemonsio. hojadelmonte@wanadoo.es ‘wonr lehojadelmonte.es ISBN: 978-84-613-0258-1 Depésito legal M-20923-2009 Impresion: Composiciones Tipogrificas Alba, S.A. INDICE Introduccién Institaciones profanas Prefacio.. u 7 De la Gramética 3 De la Ret6rica 8 De la Dialéctica a 31 De la Matematica . 60 De la Asitinética De la Miisica nu sstunnennnnein TS De la Geometria. De la Astronomia, Sea Bl Anexo De la cosmografia. De la Medicina... Aadice de autores citados ... Indice de obras citadas. Casiodoro habla con la Geometria. Resulta un poco incongruente esta represen- tacién de Casiodoro en animada conversacién con la Geometcia ya que esta disciplina teci- bio una tratamiento muy pobre en sus Insite ones INTRODUCCION Casiodoro Senador Nacido hacia el 490, Flavio Magno Aurelio Casiodoro Senador entr6 al servicio de Teodori- co, creador del reino ostrogodo de Italia. Ocupé diferentes cargos en la administraci6n del reino y fue consejezo seal hasta el 540, afio en el que, tras la llegada des los bizantinos a Italia, se retir6 a las ticrras familiares en Squilache donde fund6 el monasterio de Vivaridin en el que cred una importante biblioteca y un taller de copistas y traductores. Desdichadamente, tanto el monas- terio como su biblioteca desaparecieron poco después de su muerte ocurrida ‘iacia el 586. Las siete artes liberales Los primeros ctistianos mantuvieron ante la cultura clisica una actitad que oscilaba entre la indiferencia y la hostilidad declarada, Sin embar- go, esta actitud se transformé cuando los Padres de la Iglesia teconocieron Ia necesidad de armo- nizar el bagaje filoséfico y cientifico clésicos con el contenido de las Escrituras, Esta nueva postura queda bien reflejada en el deseo de San Agustin, expuesto en De docinina cristiana, de que se hiciera, para uso de los cris- tianos, un compendio de todos los conocimien- tos necesarios para una mejor comprensién de has Escricutas, Estos conocimicntos bisicos se encontraban en las astes liberales cuyo nimero habla termi- nado por fijarse en sicte y que se distribuian en- wwe el Trivium (Gramatice, Retirica y Dialectica) y el Cuadtivium (Aritmética, Geometria, Astronomia y Misica). Fueron varios los escritores cristianos, entre ellos el propio San Agustin, que eseribieron ma- nuales sobre algunas de las disciplinas citadas, Peto seria Casiodozo el que acertase a compo. ner, dentro de sus Institutiones divinarum et saecularium litterarum, wn tratado completo sobre todas ellas, creando un manual que, a pe- sar de sus limitaciones, estaba destinado a ejer- cer un papel fundamental en la historia de la cul- tura de Europa occidental Jnstitutiones divinarum et saecutarium Hitterarum Con esta obra, Casiodoro trata de compensat él fracaso de su proyecto de abrir en Roma una escucla de Teologia, Esta intencién pedagégica ¢s la que le hace derivar fiberalis no de liber bre, sino de fiber = libro, con Io que, ademas de destacar la capacidad del libro como substituto del maestro, se desmarca de la interpretacién de Jos autores griegos y latinos. La obta, escrita con un estilo directo y conciso propio de su carcter prictico, esta dividida en dos libros. El primero de ellos, Institutiones divinarum, dividido en 33 capitulos, esta dedi- cado al estudio de la teologia y de las Sagradas Escrituras y proporciona una extensa bibliogra- fia sobre los libros religiosos y los autores cris tianos que se encontraban en la biblioteca del monasterio, El segundo libro, Institutiones saecularium liuerarum, es ua. compendio-gufa de las sicte artes liberales que seciben un ‘ratamicnto muy desigual ya que la Retérica y Dialéctica ocupan mis de la mitad del texto, circunstancia esta que podria deberse a la formacién romana del autor. La Gramética onigen y fiundancento de los eseritas iberales se basa en la obra de Donato. La Rev6ri- ca, mecesaria.y honorable on euestionesciiles, utiliza el De inventione de Cicerén y los comentarios de Mario Victorino y Fortunatiano. La Dialéctica, que separa las verdades de las falsedades, contiene anotaciones de las Lsagggae de Porfirio y las Cate gorias y Perihermensias de Axist6tcles. También maneja las Peribermencias de Apuleyo de Madaura y algunos capitulos de los Tépica de Cicerén, La Atitética, dlscplina de la cantidad numerabl, pesenta una visiGn superficial de la obra de Ni- cémaco recogida por Boecio. La Miisica, gue abla de los mimeros relacionadas con los somides, toca todos los puntos principales de los griegos. La Geometiia, disaplina de la medida inalterable y do las formas, esti basada en Buclides, Apolonio y Ar- quimedes. La Astronomia, discplina def curso de los attros celestes, se reduce a una visién de los siete climas y a unas definiciones de los principales conceptos. La originalidad de Ia obra estiba en su carictet de guia didactica que offece, junto a los concep- tos bisicos de cada una de las disciplinas, la bi- bliografia.necesaria el estudio de las mismas, Difusion de la obra Parece que Casiodoro comenzé a redactar esta obra hacia cl 550 y que nunca la dio por termi- nada ya que acometié sucesivas ampliaciones de Ja misma hasta el momento de su muerte. El compendio de las artes liberales comenzé a ircular muy pronto como una obra indepen- diente bajo el titulo de De artibus ac discipl- vis liberalium licerurum y alcanz6 gran difu- sién como lo demuestra el elevado ntimero de copias y comentarios que se hicieron de ella Una de estas copias Hlegaria a Isidoro de Sevilla que la integré dentro de sus Etimologias. Notas de la presente edicién Se ha manejado la versi6n del cédice St. Gallen 855. Este cédice —del siglo IX y escrito en letra carolingia— contiene, ademas d? la segunda par- te de las Instituciones de Casiodoro, fragmentos de las Graméticas de Donato y Aleuino y un frag- mento del De natura rerun de Isidoto de Sevilla, Jo que pacece demostrar su carécter de manual de consulta. Como texto de apoyo se ha utilizado la ver- sién de Institutions of Divine and Secular Learning de James W. Halpom y Mark Vessey Giverpool university press) que ha permitido corregir los errores de trascripcién y las omisio- nes detectadas en el manuscrito manejado. El texto est sefialado, al margen, con la pagi- nacién del cédice utilizado del que, igualmente, proceden las ilustraciones integeadas en el texto. Las imagenes que cierran cada capitulo proceden de unas representaciones de las siete artes del si- glo XI. En un Anexo se han incluide los eapitulos de- dicados a la Cosmografia y la Medicina que for- man parte de las Institutiones divinarum y que a partir del siglo XI comenzarlan a pasar a for- mar parte de las artes liberales. prodine fappleteisnugy: : Byarircassiopoarsena renissacculacateelins. ‘sanuLasenstconmys _PRATRAR CMBR Ne. - Sv MEADERDHO PRAY - Cédice St. Gallen 855. Pig 187 PREFACIO || libro anterior, acebado gracias al 187 Dios poderoso, contiene doctrina de Iecturas sin duda divinas. Comprende cinta y tes titulos, nimero que se comprucba acomodado a la edad del Sefior cuando aseguré la vida eterna a un mundo consumido por los pecados y concedié premios 188 sin fin a los creyentes. Ahora es el momento de deszrtollar con otros siete tinulos, el presente libro de lecturas profa- nas. Pero este niimero se extende totalmente hasta el limite de todo el universo, retrocediendo continuamente sobre sf mismo a través de sep- timanas que se suceden unas a otras. Hay que saber esto porque todo 1o que la Sagrada Esctituza quicre que sca compreadida como continuo y perpetuo esti contenido fre- cuentemente en este mimero, Tal como dice David: siete veces al dia te he alabado (Salmos 118, 189 164], aunque en otra parte declasa: bendeciré al Seiior en todo momento, siempre su alabanza em mi bo- 190 191 «a [Salmos 33, 2]; y Salomén a sabidurta se hi edie Gicado su case lari sus set colunnas,Prox. 9, 1} En el Exodo tambien dijo el Sefior 2 Moisés: fabrica- 78 sate Limparas y las pondras sobre un candelabro pa. 72 que brilles de frente (Exodo 25, 37]. El Apoca- lipsis menciona también este mimero en diver. sos hechos. Con todo, este niimeto nos atrastra hhacia la eternidad, que no puede desaparecer; por lo que es mencionado siempre alli donde se ‘manifiesta el tiempo perpetao, Asi pues la ciencia aritmética fue dotada de gran renombre, porque Dios, artifice de todas las cosas, estableci6 sus disposiciones en el mi- mero como cantidad de peso y medida, Salomén dice: todo 10 has hecho on raxén del niimero, de la me. ida, del peso (Sabidutia 9, 21}; pues se reconoce la creacién de Dios hecha en razén del mimero, cuando El mismo dice en el Evangelio: todos ls cables de muestra cabeza estn contados (Mateo 10, 30}, Asi mismo la creacién de Dios esti fijada en la medida, como El mismo atestigua en el Evange- lio: 55 que vive deseando no lo necesario, sino lo suntuaso y cas- ‘aso, dvido de placeres ¢ inclinado a la lascivia, Tales cosas definen a un Iujurioso, Este tipo de defini- cién es mas propia de los retores que de los dia- lécticos, porque presenta una gran amplitud, ya que esta comparaci6n se apoya tanto en cosas buenas como en malas. El quinto tipo de definicién es el que en grie- go se llama cata antifexin y nosotros en latin lo llamamos adverbium, Este tipo define una palabra que queremos conocer, con otra expresién Gnica ¥ distinta. Especifica con otro vocablo el signifi- cado de una palabra. Por ejemplo: enndecer es calla, 0 cuando decimos que tirmino es fin, 0 comptendemos que a‘oladas es devastadas, 254 EI sexto tipo de definicién es el que los grie- gos denominan cata diaphoran y nosotros lo ilamamos per differentiam. Por ejemplo, cuando se busca en qué se distinguen un rey y un titano, se define qué es uno y qué es otro, estableciendo la diferencia. Asi: ef rey es moderado y equilibrado; el ano en cambio impio y eruel El séptimo tipo de definicién e! que los grie- gos llaman Cata metaphoran y los latinos Per translationem, como Cicerén en los Tépicos [Lop. 32}: BY ftoral es ef lugar donde se burla a las 47 255 256 olas. Este puede ser tratado diversamente: Para provocar por ejemplo: Ja cabeza es la defensa del ‘cuerpo, Pata censurar, como : las riquezas som el lar- &0 vittco de una vida breve, Para alabar, como: la ‘adolescenca es la flor dela vida. El octavo tipo de definicién es el que los grie- 0s laman Cata apheresin tu enantia y los la- tinos per privantiam contraari, como es bueno lo que 10 es malo 0 es justo lo que no es injusto y otxas cosas parecidas. Esto se asocia de forma natural, pues- to que con la comprensién de un solo conoci- miento se afiade necesariamente la de otro. De- bemos servienos de este tipo de definicion cuando lo contrario es ya conocido, pues nadie prueba lo cierto a partir de lo incierto, Dentro de este tipo estén esta definiciones: la sustancia es Jo que no es calidad, ni cantidad, ni ningin ofro acc- dente. Con este tipo de definicién Dios puede ser definido, ya que, como de ningun modo tene- mos poder para conocer qué es Dios, la abstrac- cién de todo lo existente, que los griegos llaman onta {las cosas que existen] nos aproximari al conocimiento de Dios, a partir de un conoci- miento preciso y obtenido de lo ya admitido. Como si decimos: Dios es lo que no es cuerpo, ni al ‘Bin otro elemento, ni animal, ni mente, ni sentido, wi in- teleco, ni algo que se desprenda de estas cosas. Ein efee- to, supsimidas estas y otras cosas parecidas, po- dra definirse lo que es Dios. El noveno tipo de definicién es el que los grie- g0s llaman Cata typosin y los latinos per quandant imaginationem, como: Eneas es ef vinaulo de Venus y Anguises. Se aplica siempre a individuos, y los griegos la denominan dtoma También sucede en esta forma.de expresiGn: cuando referirse a algo implica pudor 0 miedo, como Cicerén: porgue sin duda me sealan aguellosscarias, El décimo tipo de definicién es el que los griegos llaman Os typos, y los latinos ya hemos dicho que elu [cémo]. Por ejemplo si se pre- gunta por algin animal, y se responde ef hombre. No se dice manifiestamente que el hombre sea el nico animal, porque hay muchos més; pero cuando decimos hombre, del mismo modo animal designa al propio hombre, aunque muchos otros estén subordinados a este nombre. Asi pues el cjemplo anterior pone de manifiesto el asunto preguntado. Es propio de la definicién expresar qué es aquello que se pregunta. El undécimo tipo es el que los griegos llaman Cata ellipes oloclera homogenus y \os latinos ‘ber indegentiam pleni exc codem genere {por lo que a una ‘cosa le falta para estar completa]. Como si se pre- ‘gunta qué es un cuarto, y se responde: a Jb que falta um dodrante para ser una sided. Al duodécimo tipo de definicién lo Ilaman los gtiegos Cata epenon y los latinos per laudem, co- mo hace Tuli en Pro Cluentio {146}: da ky es la mente, el esprit, el consejo y el parcer de las cidadanas, y otra la pag es la libertad tranquil. —49— 257 258 259 A veces se xealiza también mediante la censu- 1a, que los griegos llaman Psdgon [yogon}: la es clavitud es el peor de todos los males, tan rechazable no silo como la guerra, sina incluso como la muerte, El decimotercer tipo de definicién es el que los griegos llaman cata analogian y los latinos juxta rationem [por semejanza]. En ella, con la denominacién de algo mayor, se define algo in- ferior, como esto: el hombre es un mundo me- nox. Cicerén se sirve de esta definicién asi: dicen que el edicto es una ley anual. El decimocuarto tipo es el que los griegos de- signan cata ton pros diy los latinos ad aliguid [por relacin]. Como esto: er padre ell que tiene un bij, seftor el que tiene un esclave, y Cicerén en su retdrica [De inv. 1,42}: género es aguello que engloba mibiples partes, 0 esto otto: parte es aguello que esté englobado en el ginero El decimoquinto tipo de definicién es el que los griegos llaman cata etiologiam y los latinos rei rationem (segsin la disposicién de algo]. Como: dia 4s esol sobre las tirras; noche es el sol bajo las terres Debemos tener presente que los tipos de defi- niciones mencionados antes estin razonablemen- te relacionados con los tSpicos, puesto que apare- cen incluidos entre algunos de los argumentos y vuelven a mencionarse en determinados lugares de los Tépicos. Pasemos pucs ahora a ocuparnos de los tépicos, que son base de los argumentos, fuente de las ideas y origen de las palabras. —s0— Divisién de los tépicos, de los lugares de don- de se extraen los argumentos: —Unos se encuentran en Jo mismo que se est cosas del mismo tipo. — Otros son tomados de hechos exteriores. Argumentos que se encuentran en lo mismo que se esté tratando: —A parti de un todo ~A partir de las partes ~A partir de un rasgo. El argumento derivado de un todo se da cuando la definicién es aplicada a lo que se esti examinando, como dice Cicerén [Marcell. 26]: Ja gloria es el elogio de lo becho justamsente y la fanwa de in. (portantes mérios en la repsblica. El argumento derivado de las partes se da cuando quien defiende, o bien niega el hecho, o bien sostiene que lo ha realizado conforme a la ley. El argumento derivado de un rasgo se da cuando éste se extrac de la fuerza de la palabra, sii 261 262 263 como Cicerén [Pis. 19]: yo buseaba un cinsul, xn insu, digo, al cual no podia encontrar en este cerdo. Son llamados Efielos los argumentos que deri- van de algunas cosas del mismo tipo: —De ke analogia — De los antecedentes — Del género — De los consiguientes —De la forma del género ~ De lo incompatible —De la similitud —De las causas — Dela diferencia — Delos efectos — Delo contrario —De la comparaciéa, —De has cireunstancias que es hecha de ma- accesorias yor a menor, de me- nor a mayor o de igual a igual El argumento derivado de Ja analogia se da cuando a partir de un sustantivo se crea un ver- bo, como cuando Cicerén dice que Verres barrié la provincia [bars en el sentido de saguear, for- mado sobre Verres/everrere}; 0 bien cuando a partir de un verbo se crea un sustantive, como de saltear, se dice salteador, 0 cuando de un nom- bre se forma otto, como Texencio: el propitsito es de dementes, no de amantes [Andr. 218}. Es suficien- te que el final de una de las palabras sea diferen- tea la formada en otra flexién del vocablo. ~2— El argumento derivado del género es cuando sobre ese mismo género se expresa una opinién, como dice Virgilio: Ja mujer sienpre es vluble ¢ in- constante (Eneida, 4569}, El argumento derivado de Ia especie cs cuando la especie apoya a la cuestion general: no penetra a caso ast el pastor frigio en Tacedemonia (Eneida. 7363]. El argumento derivado de Ia similitud es cuando se presentan hechos similares a otros, 264 como Virgilio: proporciéname davies: no lanzaré mi diesira instilmente ninguno contra hs ritulos, como no Janzé tampoco on vano las que se clararon en el cuerpo de Jos griegos en los campos de lin {Eneida 10,333-35]. El argumento derivado de la diferencia se da cuando se aparta algo por diferencia, como hhace Virgilio: na distingues los cabellos de Diomedes ni el carro de Aguiles (Eneida 10,581]Se considera argumento derivado de Jos contrarios cuando se contraponen dos cosas opuestas. Como Vir~ gilio: joan a permitir los dioses que sean inmortales naves construidas por naves moertzles? go que Eneas afronte peligros inseguros? (Eneida 9,95-98]. El argumento derivado de los consecuentes se da cuando algo es consecuencia de un hecho establecido, asi Virgilio: no hay tanta siolencia en nues- tro énimo, ni tanta soberbia en unas hombres vencides 265, [Eneida 1,525]. ~53— 266 267 Los argumentos derivados de los antece- dentes se dan cuando se prueba algo, partiendo de hechos anteriores. Como Cicerén en defensa de Milén: evando no ba dudado en manifestar lo que piensa spodéis dudar de lo que hizo? (Mil. 44). El argumento derivado de las incompatibi- lidades se da cuando lo que se propone, resulta refurado por alguna oposicién, como Cicerdn: ges posible que éste, a quien Bbraste de tal peligro y enri- queciste con mayor honor, haya queride asesinarte en tw propia casa? [Deiot. 15}. El argumento que deriva de las cicunstan- cias accesorias presenta comparativamente lo que podria ocurrir 2 partir de un hecho dado: si ograran excpulsarnos, estén comvencidos de que nada les impediria someter toda la Hesperia bajo su yugo (Enei- da 8147-48]. El atgumento derivado de las causas se da cuando algo es tratado segin la costumbre co- min, como Tesencio: have tiempo que temo de Hi, Davo, que hagas lo que acostuncbra la mayoria de las e5- claves: que te burles de mi (And, 582-83}. El argumento derivado de los efectos es cuando se prueba algo 2 partir de lo que se ha hecho, como Virgilio: E/ temor pone en evidencia es- iritus indignos (Eneida. 4,13). Se considera aggumento por comparacién cuando el razonamiento de Ia idea se hace como recriminacién, mediante la confrontacién de petsonas 0 causas, como Virgilio: Ti puedes arre- atar a Eneas de manos de los gregos zes abominable que nosotros prestemos -algina ayuda a los. ritulos? [Eneida 10,81 y 84). Son considerados angumentos extrinsecos aquellos que los griegos lamar. atechnos [atec- nous/atéchnoi] es decir desprovists de arte, como es el Jestimonio. El testimonio consiste en un hecho concreto: — Derivado de una persona —Derivado de la autoridad de la naturaleza — Detivado de la autoridad del momento, que costa de ocho ° tipos: ai — Que deriva del ingenio — Que deriva de las riquezas — Que deriva de la edad — Que deriva de la suerte = Que deriva del arte — Que deriva de la costumbre — Que deriva de la necesidad ~ Que deriva de la concurrencia de hechos fortuitos. — Derivads de los dichos y hechos de los antepasados — Derivado de la tortura. Es Testimonio todo lo que se toma de un 268 hecho exterior con el fin de perswadir. Saar asl 269 En cuanto a la Persona, no es cualquiera la que tiene peso para inspirar confianza con su testimonio, sino la que es digna de alabanza por Ja probidad de sus costumbres. La autoridad de la Naturaleza radica funda- mentalmente en Ja vireud. Son muchos los testimonios que proporcio- nan la autoridad del momento. cl ingenio, las riquezas, la edad, la suerte, cl arte, la costumbre, la necesidad y la concurrencia de fortaitos. Se busca confianza en los dichos y hechos de Jos antepasados cuando se evocan palabras y acciones de nuestros antecesores. ‘También se sacan pruebas de la tortura, pues no se cree que nadie ante ella quicra mentir. ‘Los argumentos que se basan en circunstan- cias temporales no precisan explicacién, pues son evidentes por sus propios nombres. Hay que tener también en cuenta que los Té- Picos proporcionan argumentos por igual a ora- dores, dialécticos, poetas y jusisperitos. Cuando prueban algo concreto, conciernen a los rétores, poetas y jurisperitos, y cuando argumentan de manera general, es evidente que atafien a los filé- sofos. Este tipo de obra en verdad admirable ha sido capaz de reunir en una sola todo cuanto la agudeza y variedad de la mente humana puede descubrir buscando sensaciones por procedimien- ie aay tos diferentes, ha concentrado todo el entendi- miento libre y voluntario. Pues es necesatio que se exponga el talento humano adondequiera que mire, en cualquier especulaciéa que aborde, en alguno de los puntos mencionados antes. Por otra parte hemos decidido recapitular bre- vemente aquello que compete a los que con su trabajo hayan hecho Iegar esto 2 la clocuencia latina, para que no desaparezcs a gloria de sus autores y se nos dé a conocer Ia absoluta verdad. El orador Victorino tradujo Isagoge. Bl ilustre Boecio edité el proyecto de este en cinco libros. Asimismo Victorino tradujo las Categorias. Bl mismo le dio forma a su proyecto en ocho li- bros. El mencionado Victorno tradujo Pe- sihermenias al latin. El patticio Boecio se acu- 6 minuciosamente del proyec:o de éste en seis libros. Por otra parte, Apuleyo de Madaura ex- puso brevemente los silogismos hipotéticos. También el mismo Mario Victorino cxpuso los quince tipos de definiciones. Cicerén tradujo al latin los Tépicos de Aristételes. Victorino, pro- veedor y amigo de los latinos, expuso en cuatro libros las ideas de aquél. Por mi parte, he reunido Ia qutoridad de estos libros en un solo cédice, tal vez no incompeten- temente, para que todo lo que conciere a la dia- léctica esté recogido en un solo conjunto. He re- suelto que las exposiciones de los distintos y ‘umerosos libros sean escritas scparadamente en. 57 270 on 272 273 274 cédices. Los he dejado, Dios mediante, para vo- sotros en una sola biblioteca. ‘Asi pues, en cuanto que hemos determinado li brarnos de los ignorantes, se ha contado esto so- bre las artes liberales para que tal vez algunos os vedis en la obligacién, por asi decitlo, de acercaros con deseo a la iniciacion de estas disciplinas. Pues, aunque con ciertas dificultades se intente penetrar en ellas y en su estudio, tienen un trabajo de aprendizaje bastante largo hasta que se descubre su atractivo. Pero, porque la perfeccién persigue a los estudiosos, cada uno considera agradable so- portar hasta el fin las molestias de su esfucrzo. Es el momento de entrar también en las muy firmes divisiones de estas, sobre las que se con- sidera, no inmerecidamente, que Grecia aventaja a la lengua latina, Intentaremos no tanto desarrollarlas, como indicarlas con brevedad. @Por qué, por asi decielo, habrla que tratar de manera notoria y més extensamente lo que se encuentea separada y claramente en las obras de los propios autores? Hay que considerar, porque la ocasién lo pi- de, lo que ya se trat en el apartado de ret6rica: qué diferencia hay entre arte y disciplina, para no confundirlas al mezclar los dos nombres. Platon y Aristétcles, conjeturables maestros de das letras profanas, quisiezon delimitar la diferen- cia existente entre arte y disciplina, diciendo que existe arte en las cosas que se presentan de una ~ 58 — manera determinada, pero podian también pre- sentarse de otra; la disciplina, er. cambio, se re- fiere a aquellas cosas que no pueden ser de otra manera. Pero se tuvo por cietto que esto se habia dicho de las cosas mundanas, ya que las le- tras divinas son las dinicas que no saben engafiar porque tienen un autor fiel a la verdad, Hemos ofdo que también Félix Capella habia escrito algunas cosas acerca de las disciplinas, de tal manera que en tales letras no quedara aban- donada y desconocida la sinceridad de los her- ‘manos; sin embargo éstas no han llegado todavia a nuestras manos. Pero es mejor que aquellas no se pierdan nunca para vosotros, y que éstas, aunque exiguas, sean ofrecidas prontamente a los que las desean ‘Ahora pues vayamos @ los fundamentos de la matemiatica. —s9— 25 276 27 SOBRE LA MATEMATICA 2 Matemitica, a la que cn latin po- demos lamar doctrinal, es la ciencia que se ocupa de la cantidad abstracta. Se considera cantidad abstracta a aquella que, mediante el intelecto, se- paramos de la materia o de otros accidentes (como par ¢ impez), o bien cuando la analizamos en la simple especulacién, al margen de otros elementos singulares. Asi se divide ésta: ee PF or ——. ‘Aritmética Musica Geometria Astronomia La Aritmética es la disciplina de la cantidad numerable considerada en si misma. La Miisica es la disciplina que habla de los mimeros relacionados con los sonidos. La Geometeia es la disciplina de la medida in- alterable y de las formas. La Astronomia es Ja disciplina del curso de los astros celestes. Contempla todas sus figuras y explica con método investigador Ja posicién de las estrellas en si mismas y alrededor de la Tierra. Nos referiremos a todas alas en su momento y con mayor amplitud, para poder comprender conscientemente los principios de las mismas. Ahora hablemos sobre el nombe «diseiplinan. Son «diseiplinany aquellas que, como ya se ha di- cho, nunca contradicen a as suposiciones, y se les da tal nombre porque observan reglas nece- sarias, Estas ni crecen a voluntad, ni merman calculadamente, ni cambian con ciertas variacio- nes, sino que guardan en firmemente sus re- glas permanentes. Mientras las desarrollamos re- flexivamente, estimulan nuestra percepcion y descubren el lodo de Ia ignorancia ¢ incluso, concediéndolo Dios, llevan a cierta atencién es- peculativa, si es favorable e! entendimiento de la mente. Por otra parte debemos saber que cl muy doc- to José de los hebreos, en el primer libro de las Antigiiedades, titulo noveno, dice que Abraham transmitié de los egipcios la aritmética y la as- tronomia, y que tomando las semillas de ahi, hombres de muy agudo talento cultivaron las distintas disciplinas con mas extensi6n, Nuestros Santos Padzes convencen de que han de ser lefdas por hombres muy estudiosos, porque a través de ellas nuestro apetito se aleja 61 278 79 €n gran medida de lo carnal. Y nos hacen desear lo que, Dios mediante, s6lo podemos contem- plar con el coraz6n. Asi pues ¢s el momento de hablar sobre ellas tuna por una y con brevedad. reo SOBRE LA ARITMETICA scritores de temas profanos defen- dieron que Ja Aritmética ocupara la primacia entre todas las disciplinas matematicas, porque la Miisica, la Geometria y la Astronomia, que le siguen, necesitan de la Aritmética para poder explicar sus cualidades: por ejemplo, simple jun- to a doble, que es propio de la miisica, necesita de la Aritmética. La Geometria necesita también de la Aritmética porque se preocupa del tiiangu- lo, el cuadrilétero y otros. Incluso la Astronomia necesita de la Aritmética porque se ocupa de los nameros de puntos en el movimiento de los as- tzos. Sin embargo se sabe que la Aritmética no tiene necesidad de la Misica, de la Geometria, ni de la Astronomia para existir. Por eso la Aritmé- tica ee considerada fuente y madre de aquellas. Es manifiesto que Pitigoras ensalzé esta dis- ciplina hasta el punto de recordar que todo habia sido creado por Dios con mimero y medi- da, alegando que algunas cosas habian sido crea- das en movimiento y otras en reposo, para que -68— 280 281 282 ninguna de ellas se apoderara de la esencia por encima de las ottas. Creo, alargando este co- mienzo, que muchos filésofos actuaron partien- do de aquella sentencia profética que dice que Dios habia dispuesto todo con medida, nimero ¥ peso. Se basa en la cantidad discernida, que engen- dra tipos asociados de ntimetos sin aingiin tér- mino comiin entre ellos, asi pues 5 junto a 10, 6 junto a 4,7 junto a 3; unos y otros no relaciona- dos entre si, ni asociados pot ningiin término comin, La Aritmética est presente ¢ todo lo que con- cierne alos ntimeros. ¥ el niimero es una plura- lidad compuesta de unidades, como 3, 5, 10, 20 y los demis. La intenciéa de la Axitmética es en- sefiarnos la naturaleza del mimero abstracto y lo que le acontece, como por ejemplo: paridad o imparidad, Por otra parte el niimero se divide en: Pares: —Igualmente par ~ Igualmente impar — Desigualmente par Impares: —Primo o simple — Segundo 0 compuesto = Tercero o intermedio, el cual en cierto modo es primo y simple y por otro Ja- do es segundo 0 compuesto. Niimero par es el que puede ser dividido en dos partes iguales, como 2, 4, 6, 8, 10, etc. Nie mero impar es el que de ninguna manera puede ser dividido en dos partes iguales, como 3, 5, 7, 9, 11, ete. Zgualmente par es un niimero cuya divisi6n en partes iguales puede Hevarse hasta la unidad, como por ejemplo 64: se divide en 32, 32 en 16, 16 en 8, Ben 4,4en2,y2en1y1 Igualmente impar es un nimero que sélo puc- de ser dividido en dos partes iguales, como 10 en. 5, 14 en 7, 18 en 9, etc. Desigualmente par es un niimero que puede ser dividido en partes iguales, pero no puede legar a la unidad, como por ejemplo 24: en dos veces 12, 12 en dos veces 6, pero 6 en dos veces 3, y no puede seguir més. Entre los ZImpares, Primo y simple es un niimero que no admite més divisi6n que la uni- dad, como por ejemplo: 3, 5, 7, 11, 13, 17, etc. Segundo y compuesto es el nismero qne reco ge una cantidad indivisible y también aritmética, como por ejemplo 9, 15, 21, ete. Niimero intermedio es ¢1 que parece set en cierto modo simple y primo, pero también se- gndo y compuesto, como po: ejemplo 9 junto 283 284 285 286 287 a 15 con tal que sean comparados. Son primos y simples porque no tienen un ntimero comin ex- cepto la unidad, pero si se comparan son segua- dos y compuestos porque existe un imezo co- min ademis de la unidad, es decis, un ntimero temario, ya que 3 veces 3 cuentan aueve y 3 ve~ ces 5 cuentan 15. Ota division entre pares ¢ impares: El nimeto es par o impar, o bien redundan- tes, insulicientes 0 perfectos. El atimero redundante esta entre los pares. Este parece tener partes sobrantes de su canti- dad, como 12: tiene como mitad 6, su sexta par- te es 2, su cuarta parte 3, su tercera parte 4, y su duodécima parte 1. Todas las cuales suman 16 en total (644434241=16} El mimero insuficiente ests también entre Jos pares. ste tiene la suma de las partes infe- tior a su cantidad, como 8, cuya mitad es 4, la cuarta parte 2 y Ia octava parte 1. Estas partes sumadas hacen 7 [4+2+1=7], El ntimero perfecto esti también entre los pares. Este tiene todas sus partes sumadas igua- les a €l, como 6, cuya mitad es 3, su tercera parte es 2, su sexta parte 1. Estas partes sumadas hhacen el propio ntimero senario [3+2+1=6]. 5. Tercera divisién del mimero en general ac ‘Todo ntimero se considera o bien en si mismo o bien en relaci6n con oro. Unos son iguales y otros desiguales, unos son mayores y otros son menores: — Milltiplos —Superpatticulares — Superpartientes — Maltiplos superparticulares — Miltiplos superpartientes ~Submiltiplos ~ Subsuperparticulares — Subsuperpastientes — Submiitiplos superparticulares — Submuiiltiplos superpartientes Numero considerado en si mismo es ¢ que 93 se examina sin relacidn alguna con otro, como 3, 4,5, 6 y otros. Numero considerado en relacién con otro es el que se examina comparindolo con otros, como por ejemplo cuando comparamos el 4 con el 2, aquel es considerado doble y miltiplo; el 6 con el 3. el 8 con el 4, el 10 cen el 5. Y por otra parte el 3 comparado con el 1 es considerado triple; el 6 con el 2, 9 con 3, y oxros. -9— 289 290 Niimeros iguales son considerados los que segtin su cantidad son iguales, como 2 frente 2.2, 3 ante 3, 10 para 10, 100 para 100, y otros. Niimeros desiguales son los que compara- dos entre si muestran desigualdad, como el 3 con el 2, 4 respecto a 3, 5 respecto a4, 10 con 6, y, en general, si comparamos el mayor con el ‘menor 0 el menor con el mayor, son considera dos desiguales. Niimero mayor es el que tiene en si mismo al niimero menor con él que se compara y algo ma: Por ejemplo, un niimero quinario es mayor que un avimero temnario, porque el mimero quinario contiene en si al niimero temario y otras partes mas de él, Y otros casos similares. Miiltiplo es el niimezo que contiene dos ve- ces, tres, cuatro © muchas mas a un miimero me- nor, como 2 respecto a 1 es el doble, 3 en rela- Gin con 1 es el triple, 4 el cuddruple, y otros. Por el contratio mimero submiltiplo es cl que esté contenido cn un miltiplo 2, 3, m dltiplo 2, 3, 4 0 mis veces. Por ejemplo 1 esté conteni- do dos veces en 2, tres veces en 3, cuatro veces en 4, cinco veces en 5, y asi sucesivamente, \Némero superparticular cs cl que sicndo mayor contiene un niimero menor con el que se compara, y a la vez, una parte mis de éste. Por ejemplo: 3 en relacién con 2, contiene en si al 2 y otro 1, que es media parte del 2; 4 en relacién con 3 contiene 3 més ovo 1, que es la tercera —68— Niimero el que est compren- didoenle subdivi- cileulo de Jos mice bros 0 partes de oto parte de 3; por su parte 5 en relacién con 4 con- 994 tiene un mtimero cuaternario y otra unidad que se considera l2 cuarta parte del nimero cuater- nario. Y otros semejantes. Subsuperparticular es el nimero menor que est contenido en un atimero mayor juato con otra parte suya, sea la mitad, la tercera, la cuarta © la quinta. Por ejemplo 2 en celacién con 3, 3 con 4, 4 con 5, ete, Superpartiente es el stimero que contiene en 95 sia todo el mimero inferior y ademas 2, 3, 4, 5.0 més partes de éste. Por ejemplo 5 en relacion con 3: el mimero quinatio contiene al niimero ternario y ademés otras dos pactes de éste; 7 en relacién con 4 contiene cuatro y otras tres partes de éste; 9 comparado con 5 contiene 5 y otras cuatro partes de él Subsuperpartiente es el nimero contenido en el superpartiente junto con dos, tres 0 mas partes suyas. Por ejemplo 3 que esta contenido en 5 con otras dos partes suyas; 5 en relacin con 9 con cuatro partes més. 293 Méitiplo superparticutar es 1 niimero que comparado con otro inferior a él, contiene ea si el ntimero inferior repetidas veces junto con otra parte suya. Por ejemplo 5 frente a 2 contiene a éste dos veces con una parte mas; 9 en relaci6n con 4 contiene dos veces ese cuatro y ademas una parte de él 294 295 296 Submiliplo superparticular ¢s ol mimexo que, comparado con otro mayor, est contenido en ese varias veces junto con alguna parte suya. Por ejemplo 2 en relacién con 5 esté contenido por éste dos veces junto con una parte suya més, Miltiplo supespartiente es el nimezo que comparado con otto inferior, contiene a éste va- as veces junto con otras partes suyas. Por ¢jem- plo 8 en relacién con 3 contiene en si dos veces ese tres junto con otras dos partes del mismo; 14 junto a 6 contiene en si dos veces scis junto con otras dos partes més; 16 en relacién con 7 lo contiene dos veces junto con otras dos partes su- yas; 19 comparado con 8 contiene en si dos ve- ces ocho junto con otras tres partes de éste, Subnuiltiplo superpartiente es el ntimero que comparado con otro mayor, esta contenido por éste varias veces junto con otras partes suyas. Por ejemplo 3 en relacién con 8 esti contenido dos veces junto con dos partes més; 4 junto a 15 esté contenido tres veces junto con tres partes mis. Sigue la cuarta divisin del mimero en ge- nerak Los numeros son 0 discrctos 0 continuos; li- neales, superticiales o sélidos. Discreto es el mimero que encierra unidades separadas, como por ejemplo 3 de 4, 5 de 6 y los demis. El néimero Continuo es el formado por uni- dades ligadas. Por ejemplo: un nimero ternatio €s continuo cuando se le considera en extensién, es decir en linea, en superficie 0 en volumen. Igualmente un niimeto cuaternatio o quinario. Lineal es el nimero que partiendo de la uni dad sigue linealmente hasta el infinito. Se utiliza alfa para representar las lineas porque esta letra significa 1 entre los griegos: -a, 4, a. Numero Superficial es el que esti contenido 297 no sdlo por la longitud sino también por la lati- tud, como el ntimero triangular, el nimero cua drado, el mimero pentagonal o circular, y todos Jos demas contenidos en una superficie. El mimero triangulares asi —n= 4 Numero circular es el que multiplicado por él “mismo parte de si y vuelve a si mismo. Por Seat ejemplo: 5 veces 5 es 25. 4. Numero sélido cs el que esta contenido por la y longitud, la latitud y la altura, como ocurre con las piramides, que se levantan como llamas. También con las esferas, que tienen la misma redondez por todos lados. Por otra parte esti también el ntimero esféri- 298 co que multiplicado por un nimero cizcular par- lomis- te de si mismo y en si mismo revierte. Por ejem- mosu plo: 5 veces 5 son 25; este circulo al ser multipli- cede con cado de nuevo consigo mismo, da lugar a la es- ee fera, ya que 5 veces 25 dan 125. pues6 Asi pues, tratadas estas cosas con preocupada veces 6 reflexi6n, recordad que esta disciplina se ante- - ee pone a las demas porque, como se ha dicho an- Sees tS, 20 necesita de ninguna otra para existir. Sin 216 embargo las restantes que siguen necesitan de la ciencia ariumética para existir y permanecer. Entre los griegos, Nicémaco la expuso escru- 299 pulosamente. Apuleyo de Madaura y después el ilustte varén Boecio, traduciéndola a la lengua latina, la llevaron a los romanos para poder ser lefda con atencién. Si alguien los puede utilizar con més sabiduria, cuanto esta permitido a los hombres, se le reconoce imbuido, como dicen, de un indudable talento. ‘También es evidente que nosotros vivimos en gran medida bajo la propia disciplina, ya que —n— gracias a ella sabemos las horas, levamos el computo del paso de los meses, y conocemos cuando retorna cada época del afio. Merced al niimero aprendemos a no ser engafiados. Quita- Ie al tiempo su cémputo y la ignorancia ciega se apoderaré de todo, El hombre no podtia dife- senciarse de los demas animales, que no com- prenden la magnitud del célculo. Y puesto que es reconocido como necesario para nuestra vida, ¢s tan digno de alabanza. En efecto con él se aprende nuestra esencia y se obtiene la medida de los costes. Es el ntimero el que ordena todo. Por él aprendemos qué debemos hacer primero y qué en segundo lugar. Y si profundizas en la causa de un asunto tan importante en sutileza y correccién, ni siquiera los milagros de Dios son considerados ajenos al valor del ntimero: El primero se refiere a un so- lo Dios, como se lee en el Pentateuco: Escucha, Israel, tu Sefor Dios es un solo Dios. (Deatoronomio 3,2) El segundo se refiere alos dos Testamen- tos, porque dice en (él libro) de los Reyes: E hizo en David dos querubines con la mognitud de dieg, codos. ( Reyes, 6, 23) Finalmente, el muy implacable fruto de toda nuestra esperanza esti apoyado en Ia Santa Tiinidad, 10 porque ella misma exista ba jo el nimero, sino porque manifiesta la utilidad del sémero con la fuerza de su autoridad. En esencia esté concebida como una wnidad de Divi- nidad, pero se le reconoce la winidad en. perso- nas. Asi pues se lee en la Epistola de Juan: Tres son —B- 300 301 Jas cosas que dan tstimonio, agua, sangre expiritu (Joan MUSICA 5,8) Sobre los cuatro Evangelios también se lee en Ezequiel: ¥ en relacén con éstos, la comparacion con cuatro animales (Ezequiel 1,5). El quinto ntmero se reconoce referido a los cinco libros de Moisés, cuando se lee en el Apéstol: Quiero que cinco pale bras expongan el sentir de la Iglesia (L Corintios 14, 19) 302 También el sexzo dia hizo Dios al hombre a su imagen y semejanza. Asimismo creemos septiforme al propio Espiritu Santo, Por tanto, para que se entiendan asuntos tan uy alegremente sin duda, el que importantes y todopoderosos, hay que conside- esctibe sobre misica dice que fue rar al miimero como necesario para todos. Pitigoras quien eché los cimien 4 t08 de este arte, inspirindose en Ahora nos ocuparemos de la misica, grata por Py el sonido de los martillos y de la percusién de cuerdas tensadas. Mutiano, hombre muy clocuente, lo tracujo al latin, para manifes- tar su ingenio con la calidad de la obra argumen- tada. Pero el presbitero Clemente Alejandrino, ' en el libro que publicé contra los paganos, dice que Ja misica vino de las Musas, y puso de ma- nifiesto que fue inventada gracias a las propias fi Musas. El nombre de musas, a su vez, tiene su origen en masai es decir buscar, ya que por ellas, segtin creyeron los antiguos, se buscaba la vitali- dad de los poemas y la modulacién de la voz. Encontramos también a Censorino que escribié para Quinto Cerelio sobre el nasimiento de ésta, cuando diserté sobre la disciplina de la misica | como otta parte del conocimiento que no debe set descuidada. En efecto se lee con provecho su propio nombre y valor. —4 =15— 304 305 que las cosas propias del alma se interiorizan practicindolas con frecuencia. Asi pues la disciplina de la Miisica es difundi- da con todos los actos de nuestra vida, funda- mentalmente si levamos a cabo los mandatos del Creador, y con mente pura nos ponemos al servicio de las reglas establecidas por Bi. Incluso cuando hablamos, las iotimas pulsaciones de nuestras arterias se asocian por su ritmo caden- cioso a las virtudes de la armonia, porque la mii- sica es la ciencia de modular bien. Si meditamos esto con buena disposicién, nos damos cuenta de que estamos asociados siempre a tal discipli- na. También el cielo y la tierra y todo lo que se realiza mediante la gestién superior estén vincu- lados a la disciplina musical. Asf Pitégoras decla- 1 que este mundo esti fundado en la misica y puede ser gobernado por ella. ‘También esti inserta en la propia religion, como pasa con el Deailego de diez cuerdas, el tin- tinco de Ja citara, los timpanos, la melodia del Stgano o el sonido de los cimbalos. Tampoco hay duda de que un instrumento musical ha to- mado el nombre del propio Salteri, ya que en él esti contenida la modulacién suavisima y grata de las virrudes celestiales. 4, Tratemos ahora sobre las partes de la Musica como nos han ensefiado auestros mayores. La Misica ¢s la disciplina, o bien ciencia, que habla de los niimeros relacionados con los que se en- _—%6— cuentran en los sonidos, como doble, triple, cuadruple y otros semejantes. ‘Tres son las partes de la Misica: la Armonia, la Ritmicay la Métrica, La Armonia es la ciencia musical que distin- gue el sonido agudo del grave. Ritmica es la que, con el concurso de las palabras, mide si el sonido esté adaptado bien o mal. Métrica es la que tiene en cuenta la medida de los diversos metros segiin su loable aplicacién. Por ejemplo: el heroico, el yambico, el elegiaco, y otros. Hay tses tipos de instrumentos musicales: de percusién, de cuerda y de viento. Los instrumen- tos de percusién son acetabules de cobre y pla- ta que por su dureza metilica devuelven suave- mente su tintineo al ser golpeacos. Los de cuer- da llevan fibras de cuerda ligadas con aste que pulsadas con moderacién por un plectro acati- Cian la sensibilidad de los oidos. Entre ellos es- tan los distintos tipos de citaras. Los de viento son los que llenindose de aire soplado vivifican 306 307 308 309 cl sonido de la voz, como las trompetas, las flau- tas, los Srganos, las pandoras y otros semejantes, Ahora hay que hablar sobre las sinfonias. La sinfonfa cs la combinacién arménica del soni- do grave con el agudo, o bien del agudo con el grave, produciendo una consonancia con la vo2, el soplido o la percusién. Las sinfontas son scis: — Primera: diatesarén. — Segunda: diapente. = Tercera: diapasén. = Cuarta: diapasén junto con diatesardn, = Quinta: diapasés junto con diapente. = Sexta: disdiapasén. Diatesarn es \a primera sinfonia, que de- pende de una proporcién epitrita [4 a 3)) y se hace mediante cuatro sonidos, de donde recibe el nombre. Diapente es ia segunda sinfonia, que depende de una proporcién hemiola [3 a 2] y se hace con cinco sonidos, de donde recibe el nombre. Diapasén es ta tercera sinfonia, vambién lla- mada discto. Depende de una proporcién doble. Se hace con ocho sonidos, de donde también re- cibe el nombre (bien diocto, bien digpasén) porque las antiguas eitaras constaban de ocho cuerdas 8 Asimismo se le llama diapasén porque consta de casi todos los sonidos. Diapasén junto con diatesarén es la cuasta sinfonia. Depende de la proporcién que tiene el miimero 24 con el mimero 9. Pero se hace con once sonidos. Diapasén junto con diapente es \a quinta sin- fonia, que consta de una proporcién triple. Se hace pues con doce sonidos. La sexta sinfonia es Disdiapasén, es decit diapasn doble. Consta de una proporcién cua- druple. Se hace con quince sonidos. Tono cs \a diferencia y cantidad de toda de- mostracién aménica y consiste en el acento y entonacién de la voz. Los tonos son quince: hipodorio, hipoiastio, hipofrigio, hipocolio, hi- polidio, dorio, iastio, frigio, eclio, lidio, hiper- dorio, hiperiastio, hiperfrigio, hipercolio, hiper- lidio. El tone Hipodorio que suena mis grave que todos los demés, por lo que también es conside- rado inferior. El tono Hipoiastio.que precede al hipodorio en un semitono. 310 3u 312 El tono Hipottigio que precede al hipoiastio en un semitono y al hipodorio ea un tono. El tono Hipoeolio que precede al hipoftigio en un semitono, al hipoiastio cn un tono, al hi- podosio en medio tono. El tono Hipolidio que precede al hipoeolio en uun semitono, al hipofrigio en un tono, al hipoias- tio en medio tono y al hipodorio en un ditono, El tono Dozio que precede al hipolidio en un semitono, al hipocolio en un cono, al hipofrigio en medio tono, al hipoiastio en ua ditono, al hi- podorio en dos medios tonos, es decir la sinfo- nia diatesarén. El tono Zastio que precede al dorio en un se- mitono, al hipolidio en un tono, al hipoeolio en medio tono, al hipofigio en un ditono, al hipoiastio en dos medios tonos, es decir [a sinfo- nia diatesardn, y al hipodosio en tres tonos. El tono Faigio que precede al iastio en un se- mitono, al dorio en un tono, al hipolidio en me- dic tono, al hipoeolio en un ditono, al hipofrigio en dos medios tonos, es decir la sinfonfa diatesa- r6n, al hipoiastio en tres tonos, al hipodorio en txes medios tonos, es decir la sinfonia diapente. El tono Folio, que precede al frigio en un se- mitono, al iastio en un too, al dorio en medio tono, al hipolidio en dos tonos, al hipoeolio en dos medios tonos, es decir 12 sinfonia diatesa- t6n, al hipoftigio en tres tonos, al hipoiastio en 80 — tres medios tonos, es decir la sinfonia diapente, al hipodorio en cuatro tonos. El décimo es el Lidio, que precede al eolio en un semitono, al frigio en un tone, al iastio en me- dio tono, al dorio en dos tonos, al hipotidio en dos medios tonos (sinfonia diatesarén ), al hipo- colio en tres tonos, al hipoftigio en tres medios tonos (sinfonia diapente), al hipoiastio en cuatro tonos, al hipodorio en cuatro medios tonos. El undécimo es el Hiperdorio, que precede al lidio en un semitono, al eolio en un tono, al fri- gio en medio tono, al iastio en dos tonos, al do- tio en dos medios tonos (sinfonia diatesarén), al hipolidio en tres tonos, al hipozolio en tres me- dios tonos (sinfonia diapente), al hipofrigio en cuatzo tonos, al hipoiastio en cuatro medios to- nos, al hipodorio en cinco tonos. El duodécimo es el Hiperiastio, que precede al hiperdorio en un semitono, al lidio en un to- no, al eolio en medio tono, al fiigio en dos to- ‘nos, al iastio en dos medios tonos (sinfonia dia- tesardn), al dotio en tres tonos, al hipolidio en ttes medios tonos (sinfonia diapente), al hipoeo- fio en cuatro tonos, al hipofrigio en cuatro me- dios tonos, al hipoiastio en cinco tonos, al hipo- dorio en cinco medios tonos. El décimo tercero es el Hipertrigio, que pre- cede al hipesiastio en un semitono, al hiperdorio en un tono, al lidio en medio tono, al colio en dos tonos, al frigio en dos medios tonos, esto es 81 313 315 316 (Sinfonia diatesarén, al iastio en tres tonos, al dorio en tres medios tonos, esto es sinfonia dia- pente, al hipolidio en cuatro tonos, al hipoeolio en cuatro medios tonos, al hipofrigio en cinco tonos, al hipoiastio en cinco medios tonos, al hipodorio en seis tonos, es decir Ia sinfonia dia- pasén. El décimo cuarto es el Hiperealio, que pte~ cede al hiperfrigio en un semitono, al hiperiastio en un tono, al hiperdorio en medio tono, al lidio en dos tonos, al eolio en dos medios tonos, esto es, sinfonia diatesarda, [al frigio cn tres tonos, al iastio en tres medios tonos, esto es sinfonia dia- pente], al dotio en cuatro tonos, al hipolidio en cuatro medios tonos, al hipoeolio en cinco to- nos, al hipofrigio en cinco medios tonos, al hipoiastio en seis tonos, esto es sinfonia diapa- s6n, al hipodorio en seis medios tonos. El décimo quinto es el Hiperiidio, el mis nuevo y agudo de todos, que precede al hipereo- lio en un semitono, al hiperfrigio en un tono, al hipetiastio en medio tono, al hiperdorio en dos tonos, al lidio en dos medios tonos, esto es, sin- fonia diatesatdn, al eolio en tzes tonos, al frigio €n tres medios tonos, esto es sinfonia diapente, al lastio en cuatro conos, al dorio en cuatro me- dios tonos, al hipolidio en cinco tonos, al hipo- colio en cinco medios tonos, al hipofrigio en seis tonos, esto es sinfonia diapasén, al hipoiastio en seis medios tonos, al hipodorio en siete tonos. 82 i oc ueeeneereomt isonet eer nina Por lo cual es evidente que el hiperlidio, el to- no mas agudo de todos, precede en siete tonos al hipodorio, el mas grave de todos. En ellos se pone de manifiesto (como recuerda ‘Varrén) un valor de tanta utilided que puede apa- ciguar los énimos excitados. Incluso puede atraer a los animales ( como serpientes, péjaros y delfi- nes) para oir su armonia. gCémo vamos a callar la lire de Orfeo? gy el canto fabuloso de las sienas? :qué podemos de- cir de David, el cual arrebat6 a Saul de los espiti- tus inmundos mediante la muy saludable disci- plina del arte musical, confiriendo al rey a través del oido la salud que no habian podido brindarle los médicos con los poderes de las hierbas?. También hay que recordar que Asclepiades, médico doctisimo segin el testimonio de los ma- yores, le habia devuelto la salud a cierto loco con Ja ayuda de una sinfonia de su propia creacién. Muchos son pues los hechos recogidos como milagros en personas enfermas gracias a esta disciplina. Como hemos recordado antes, se dice que el propio cielo se conmueve con el placer de Ia at- monia. Y para resumislo brevemente por entero, cualquier cosa que, tanto en asuntos sublimes como terrenos, ha sido convenientemente hecha segiin la disposicién de su Autor, no se puede considerar excluida de la nnisica, —3— 37 318 As{ pues su conocimiento es gratificante y stil en extremo, porque cleva nuestra sensibilidad 2 lo mis alto, y acaricia nuestros ofdos con su su2~ ve modulacién. Entre los griegos, la ensefiaron con estimable moderacién Alipio, Euclides, Tolomeo y otros. Entre Jos latinos, Albino, varén ilustre, redac- 16 un provechoso y breve libro sobre este asun- to. Lo ha tenido la biblioteca de Roma, y noso- tr0s lo hemos leido afanosamente. Si por azar ha desaparecido en un ataque pagano, tenéis al lati- no Gaudentio de Mutiano, que, si revisdis con atencién, os descubriré el acceso a esta ciencia. Se dice también que Apuleyo de Madaura habia ensediado en lengua latina los principios de esta obra. ‘También el padre Agustin escribi6 seis libros sobre miisica, En ellos sefialé que la voz huma- na puede tener por naturaleza sonidos ritmicos y armonia modulable entre silabas largas y breves. ‘También Censorino, al hablar sobre los acen- tos indispensables en nuestro lenguaje, expuso que pertenecen a la disciplina de la miisica. Os lo he dejado trascrito entre los demas. Ahora vamos a ocuparnos de la Geometria, que es la deseripeién especulativa de las formas, demostracién visible de los filésofos. Porque, para darse a conocer, atestiguan que Jupiter geometrizaba sus obras. Lo cual no sé si debe considerarse elogio 0 vituperio, puesto que di- cen falsamente que lo que ellos dibujan en el polvo colorado, Jupiter lo hace en el cielo. Si este parecer se aplica provechosamente al verdadero Creador y omnipotente Dios, este parecer puede tal vez estar de acuerdo con la verdad. En efecto la Santa Trinidad geometriza, si es licito decislo, cuando concede a sus pro- pias criaturas diversas formas y formulas, que atin hoy siguen existiendo. También cuando de- termina la trayectoria de las estrellas con admi- rable eficacia, y hace correr con lineas estable- cidas lo que se mueve y coloca en un lugar de- terminado lo que esta fijo. En efecto, cualquier cosa que esté bien dis- puesta y acabada puede aplicarse a las cualida- des de esta disciplina 85 — 321 GEOMETRIA 08 latinos consideran a la Geometia la medida de la tierra. Se dice que Egipto fue repartida 2 sus propios duefios a través de diversas formas de sta disciplina, como dicen algunos, Antes, los maestros de esta disciplina eran considerados medidores. Varrén, el mas profundo de los latinos, re- cuerda que la causa de este nombre se habia oti- ginado asi: existiendo antes unos limites impre- isos de las tierras, y unos pueblos en discordia, Jas mediciones de ellas habjan garantizado una paz til Después, el circulo de todo el afio se repartid en un mimero de meses, de tal manera que los propios meses miden el afio. Después de descubtir esto, los estudiosos, es- timulados por conocer lo invisible, se pusieron a investigar cuinto espacio distaba la luna de la tierra, el propio sol de Ja luna, y hasta qué dis- tancia habia hasta el vértice del cielo. Sefiala también que experimentados geémetras lo con- siguieron, Impotta asimismo que la dimensién de toda Ja tierra esté contenida en una probable propor- cién. ¥ se lleg6 a tal punto que la propia disci- plina recibid el nombre de Geemetria, el cual ha conservado por largos sigios. Censorino, en el libro que escribié para Quin- to Gelerio, desesibi6 los espacios del cielo y la Grbita de la tierra a través de un mtimero de esta- dios de precisa exactitud. Si alguien quisiera revi- sarlo, conocer con una breve lecrara muchos misterios de los filésofos. 2. La Geometria es la disciplina de la extensién inmévil y de las formas. La Geometria se divi- de en: El plano v €& —La extensién numerable — La extensién racional ¢ iracional — Las figuras sélidas Las Figuras Planas son las que estén delimi- tadas por la longitud y la Jatitud. La Extensién Numerable es la que puede ser dividida por los ntimeros de la aritmética. 322 324 Extensiones racionales son aquellas cayas medidas podemos saber; racionales, aguellas de Jas que no conocemos la cantidad de su medida, Las figuras sélidas son las que estén delimi- tadas por la longitud, la latitud y la altura, Con estas partes y divisiones de la Geometria, Ja disciplina queda tratada, y la gran cantidad de formas que hay en la tierra 0 en el cielo queda cerrada con tal exposicién. Entre los griegos, Euclides, Apolonio, Arqui- medes y otros escritores trataron esta disciplina. De entre ellos, Euclides, traducido a la lengua la- tina, fue editado por el ilustre Boecio. Si lo re~ Jeemos con cuidado, reconoceremos la claridad de su inteligencia, por haber puesto de manifies- to las divisiones antes determinadas. Nos queda la Astronomia. Si nos informamos bien sobre ella con reflexién razonable y hones- ta, también lena nuestros sentidos de gran clati- dad, como dicen los antiguos. ¢ Qué es pues su- bir a Jos cielos con ef pensamiento e intentar in- vestigar toda aquella plataforma superior, y comprender de algiin modo, con la especulativa sublimidad de la mente, el hecho de que la cubierto misterios de tan gran importancia?. Como algunos dicen, el propio mundo, concentrado en su esférica rotundidad, es tansportado encerrando en la perifrasis de su Ambito las diversas formas de las cosas. — 88 —~ Séneca escribié un libro, con la correspon 325 diente discusién de los filésofos, que tiene por titulo De forma mundi, Lo hemos dejado para que lo ledis en su totalidad. re 39 — 326 ASTRONOMIA egiin nuestra lengua, sc considera a la Astronomia la ley de los astros, ya que ellos no pueden ni mantenerse fijos ni moverse nada més que como fueron dispuestos por su Creador. Puede ser que alguna vez, por algtin milagro, cambien por albedrio de lz Divinidad: Por ejemplo Josué, cuan- do consiguié que el sol permaneciera en Gabaén. E incluso més: Cuando hizo ver en el firmament la es- rela que anunciaba nuestra salsacién (Mateo, 2, 2). También en la Pasién de Cristo esol se ensombresé die rante tres boras (Lucas, 23, 44). Y otras muchas ¢o- sas. Se consideran milagros porque sucede algo prodigioso en contra de lo habitual. Como dicen los astrénomos, hay astros que estan fijos en el cielo, pero los planetas, es decir Jos astros errantes, se mueven haciendo su reco- rida con una determinacién precisa. Asi pues la Astronomia es, como se ha dicho antes, la disciplina que examina el recorrido de los astros celestes y todas sus figuras; y.explica con cilculo investigador el comportamiento de las es- ttellas, sobre si mismas y alrededor de la tierra. Division de Ia Astronomia: — Posicion esférica — Movimiento esférico ~ Simaci6n oriental — Situacién occidental ~ Siruacién septentrional ~Siuacién austral — Hemisferio que estd sobre la tierra — Hemisferio considerado de- bajo de le tierra ~ Niimero orbital = Aumento del cémputo ~ Ablacién del c6mputo — Magnitad de! sol, de la luna y de la tierra — Eclipse y owas figuras con- tenidas en ells, Posicién estécica es aquella por la que se re- conoce Ia situacién de la esfera, cualquiera que sca. Movimiento esférico es aque por cl cual la esfera se mueve esféricamente. Posicién oviental cs el lugar donde nacen algunas estrellas. Posi- cién occidental es €l lugar donde mueren algu- as esticllis. Posiciéa septeational cs cl lugar «que cl sol alcanza en los dias més intensos. Posi- cién austral es ¢l lugac que el sol alcanza en las noches mis intensas. El hemisfecio que esté sobre a tietra es la parte del ciclo que vemos en su totalidad. El emisfecio bajo Ja tierra es cl 327 328 329 que no se puede ver, puesto que esti, como dicen, debajo de la tierra. El mimero orbital de kas estrellas es aquel por el que se expresa cuinto tempo tarda una estrella determinada en comple- tar su érbita, bien en longitud, bien en latitud. La precedencia o avance de las estrellas, 21 que los griegos aman propodimmo, consiste en que, al tiempo que una estrella parece mantener su curso acostumbrado, se adelanta algo mas de lo que es habitual. Bl reeroceso o regresién de Jas estre- Mas, a 10 que los griegos llaman ypopedismon 0 bien anapodismon, consiste en que un estrella, mante- niendo su movimiento, da la impresién de que se mueve hacia atris. La paralizacién de las estre- Has es lo que los griegos llarnan stirignon, porque, aunque la estrella se mueva siempre, parece estar inmévil en algunos lugares. Varrén, en el bro que esctibi6 sobre Astrologia, menciona que las estrdllas reciben su nombre de estar. Aumento del cémputo es cuando los astr6nomos, segin las reglas astronémicas, afaden un cémputo al com- puto. Ablacién del cémputo es cuando los as- trénomos, calculando segin las reglas astronémi- cas, consideran que hay que quitar un cémputo del cémputo. Magnitud del sol, de Ia luna y de Ja tierra es cuando manifiestan, mediante alguna cantidad, que el sol supera con mucho a la terra, y la tierra a la luna. Se produce eclipse de sol ca- da vez que la propia Inna es visible para nosotros en la trigésima luna, y por si misma nos oscurece al sol. Se produce eclipse de Juna cada vez que ésta se coloca en la sombra de la tierra, En una y otra lengua, y de distintos autores, te- nemos obras sobre astronomia. En el mundo griego destaca Ptolomeo, que editd dos cédices sobre este asunto. A uno lo Hamé astrénomo menor yal otro mayor. En ellos establecié incluso las le- yes por las que es posible determinar el curso de los astros. Me parece que no ¢s absurdo advert, para no perturbar a los ingenuos con alguna con- fusin, que tal vez el conocimiento de los grados de latitad, de los espacios de las horas, del curso de la luna en pro de la informacién pascual, 0 del eclipse de sol, se hayan hecho con este cflculo. Los grados de latitud son, como se ha dicho, siete lineas directas desde oriente hasta occidente, Entre ellas se originan costumbres dispares de hombres y animales diversos. Estas regiones han sido denominadas a partir de algunos lugares fa- mosos. Bl primero de ellos es Merge, el segundo Siena, el tercero Catochoras, es decir Africa, el cuar- to Rodas, el quinto Hellepontus, el sexto Mesopon- tum, el septimo Boristens. ‘También los relojes, que se muestran por la cla- tidad del sol, se van adaptando, con algunas reglas distintas, a través de cada uno de los espacios de los grados de latitud. Consta que esto fue seguido utilmente con la diligencia de los més notables, y maximamente de Prolomeo. Y por otto lado, tampoco hay que desdefiar la conveniencia de todo esto, puesto que aprende- mos de ello el tiempo oportuno para navegar, el 93 — 330 331 332 333 momento de sembrar a tierra, Ja canicula del ve- ano, las veneradas lluvias de otofio. Asi pues, el Sefior concedié a cada una de sus criaturas alguna cualidad reconocida. Pero el resto de las cosas que se relacionan con el conocimien- to de los astros, como es lz notoriedad de los ord- culos, y todo lo contratio a nuestra fe, debe de ser ignorado de tal manera que parezca no haber sido escrito. BI también doctisimo padre Basilio, en el libro sexto de su Hexamerén, se refisid a esto con cauta diligencia, separando de las almas de los hombres, con santisimo juicio, las inquictudes de tal nataraleza. Esto ¢s leido en el Octateuco co- ‘mo primera fuente. ‘También el padre Agustin lo recuerda en el se- gundo libro sobre Doctrina Cristiana, cuando ive: porque es habitual que los vaticinios de los que pro- ‘nuncian fatuamente palabras mégicas, se eqpdvoguen con gran pemiciosidad, por lo tanto que se desprecie trangui- day honestamente ignorando tal creencia. También el muy escrupuloso Varrén comparé Jn figura del mundo a un volumen geométiico de redondez alargada, aproximando la forma de éste ala imagen de un huevo, redondo a lo ancho pe- 10 oblongo a lo largo. Por oma parte, es suficiente para sosotros en- tender de este asunto lo que se lee en las Sagradas Esctituras, pues es sumamente absurdo atender la opinion del hombre sobre ello, sabiendo que te- snemos lo que nos explica Ia doctrina divina. Ex- presadas pues brevemente estas cosas sobre doc- trinas profanas, se declara evidente que afiaden poca utilidad a la comprensin de la ley divina, ‘como lo indican incluso algunos Santos Padres. 95 — ANEXO Cosmogratta ‘También 0s aconsejamos, no sin razdn, que de- béis tener conocimiento de la Cosmografia, para que podais conocer claramente en qué parte del mundo estin los lugares concretos sobre los que leéis en los libros santos. Esto os aprovechard perfectamente si os apre- surdis a leer atentamente el libsito de Julio Ora- dor que os dejé, En él abarca, con una division en cuatro partes, los mares, las islas, los montes, famosos, las provincias, las civdades, los tios y las gentes. En este libro no falta casi nada que se sepa que concierne al conocimiento de la Cos- mogratia. También se debe leer con igual cuidado a Marcelino, sobre quien ya hablé. Describe con minuciosidad Ia ciudad de Constantinopla y la urbe de Jerusalén en cuatro libritos. Después, aprended el Mapa de Dionisio, re- dactado con brevedad, para que lo que habéis percibido con los oidos en el antedicho libro, podais verlo casi como si lo mirarais con los ojos. Entonces, si os encendéis con la noble inquie- mad de conocer, tenéis el cédice de Prolomeo, que expresa con tal evidencia todos los lugares que pensaréis que habia sido habitante de todas las regiones, y como resultado, vosotzos, que os encontrdis en un tinico lugar -como conviene 2 los monjes- recorreréis con el espiritu lo que el viaje de otros reuni6 con mucho esfuerzo. La Medicina Por eso aprended las propiedades de las hierbas, y tratad con mente solicita de las mezclas de las especies; pero no pongtis la esperanza en las hierbas, ni la curacién en los consejos humanos. Paes aunque se lea que la medicina ha sido insti- tuida por el Sefior, sin embargo, ha dado la salud quien sin duda ha concedido la vida. Pues esti escrito: Todo lo que hactis de palabra 0 de obra, baced- Lo en nombre det Seto Jess, dando gracias por medio de Ela quien es Dias y Padre. Y si no os resultara conocida la elocuencia del gtiego, en primer lugar tenéis el Herbario de Dioscérides, que explicé y pinté las hierbas de los campos con admirable exactitud. Después de ésta, led a Hipéerates y a Galeno, traducidos al latin, es decir, la Terapéntica de Ga- leno, destinada al fldsofo Glaueo, y un cierto anénimo que esté probado que es una recopila- cién de diversos autores. Luego cl Sobre da Medicina de Celio Aurelio, y el Sobre las Hierbas y Curas de Hipécrates y otros va- ios que tratan Sobre el arte de sanar, que os he dejado, con Ia ayuda de Dios, almacenados en Jos fondos de nuestra biblioteca. Indice de autores citados Agustin, San Albino Alipio Apolonio ‘Apuleyo de Madaura Arist6teles Acquimedes ‘Asclepiades Basilio Boecio Cadmo Capella, Felix Celio Aurelio Censorino Cicer Clemente alejandrino David Deméstenes Dionisio Dioseérides Donato Buclides Ezequiel Focas, 9,9, 14, 31, 84, 94 4 4 88 43, 51, 72, 84 32, 36, 37, 38, 44, 57, 88 8 94. 39, 57, 72, 88 3 31,59 98 13, 75, 84, 87 11, 29, 23, 25, 27, 28, 29, 35, 47, 49, 51, 52, 34,57 B 7,83 a 36 ” 13, 14, 16 84, 88 74 13 Fortunatiano Galeno Gandentio de Mutiano Heleno Hipéceates Homero Isafas Juan, San Julio Orador Lucas, San Marcelino Mateo, San Moises Motiano Nicémaco Paiemén Pitigoras Phatén Porfirio Prisciano Probo Prolomeo Quintiliano Sacerdote Saloméa Séncea Socrates Texencio Tullo Marcelo Carraginés Varrén Victorino, Mario Virailio 18, 21, 25, 30 7 4 B 97,98 u 89 B 96 90 96 8,90 8,74 5 2 13 63,75, 76 35,58 35,36 B B 84,93, 97 25 16 8 89 35, 28, D2, 94 44 40, 31, 32, 83, 86, 92, 94 25,28, 44. 57 11,53, 54, 35 — 100 — Indice de obras citadas Andria 28, $2, 54 Apocalipsis 8 Ane Retérica 25,29 Categorias 36 Corintios, carta alos 33,74 De forma mundi 89 De inventione 30, 50 De onatore De septem disciplinis Deutoronomio Doctrina Cxistiana Eneida Evangelio Exodo Ezequiel Filpences Filipicas, Genesis, libro del 9 Herbario 7 Hexamerén 94 In Catilinam 28 Instituciones 25 Isagoge 35,36,57 Los silogismos hipotéticos 44 — 101 — Octatexeo Pentateuco Perihermenias Pro Cluentio Pro Milone Proverbios, Libro de los Retoricos Reyes, libto de los Sabiduria, bro de Salmos, Libro de Sobre la medicina Sobre las hicrbas y cures ‘Terapéutica ‘Tépicos 94 B 38, 43, 57 49 28, 54 8 2B B 8 7,8,9 98 98 ” 47, 50, 56, 57 — 102 — La Hoja del Monte ‘Titulos publicades Serie Mayor. 1° De las cosas memorables de Espaiia Libri HII ‘Lucio Marineo Siculo 2° Parecer sobre la averiguacién de las vecindades de a provincia de Segovia. 1533. nan de Figueroa y Jeronimo de Solis Serie Minor 1° Viaje alrededor del globo realizado por la Escua- dra al mando de don Ignacio Maria de Alava. 1795 ~1803. Antonio Laborda 2° Viajar en la Espafa del Quijote. Antonio Laborda 3° Tewtos de Estadistica. José Marte Whatiez 4°18 Diccionario geogréfico de Esparia y sus colonias. Provincia de Granada. D.F. de P. Vidal 5° Pequeta Historia de Valdemorillo. Antonio Laborda 6° Instiuiones Saecularium Litterarum M.A. Casiodoro Lineas contadas 1° POLVO ERES... Reyes, Papas y Santos Nieves Concostrina 2° POLVO ERES...Filésofos, Escritores, Misicos y Pintores Nieves Concostina — 103 — Fuera de coleccién - Flora natural de Valdemorilio. I Plantas lenosas J. Ramén Gomer Ferndndez y Cristina Losa Araujo ~ Mis patas de gallo. Almudena Barinaga Diaz - El Aposentador cansado y otros escritos sobre Ve- Hasquez. José Alcala —104—

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