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Tales Proro wm Con motivo de i publican del libro del fotsgrfo nortesmercano Ri- chard Avedon Ports, Ed, du Chée. Miren una fotografia de Avedon: vein en accién la paradoja de todo gran arte, de todo ate de gran alcuria: el extemo into de kx imagen abr al extrema infinito de la contemplaciga, de I estupe- faccién. ;De cusntas fotos nose dice bastante tontamente que esti ‘evivass, «animadas», ete, valores mitics que son movilizados por 1a publicidad de los materiales fotogricos! Pero el arte de Avedon ‘es hacer fotos inmviles, y, desde ese momento, nagerables come ‘un objeto de fascinaign; lo que fascina est ala vez muerte y viv, ¥ por eso es fascinante, Los cuerpos que Avedon focografia son en Certo sentido cadveres, pero es0s cadveres tienen ojos vivos que ‘nos miran y que piensan este arte realist es también un ae fancis- tic. ‘De ah una producisn comprometia, que abre inmeciacamen te una eritiea socal y que, sin embargo, no cae en el esterectipo de ‘compromiso: Avedon en una parte dela ftos que he vis mani- fiesta Ia opacidad, la dureza, la tristeza involuntaia del iobsen cn norteameticano, todo To que hace del hombre que liezs x cuerpo cerrado, que le ha dado demasiado al poder y no lo saficient> a Ms LA TORRE SIFFEL rates us Andy War yl equipo de Factory, Nueva Yor, We ob de 1983. De ‘agen deca: Pan Morisey, str: So allead, actor, Candy Daring, tor Exe Eero, story Joo, tar: To Hemperta te (Grad Male, posts Via ari aa Money: Taylor Med soe pd ot sei oe Dallas Andy Warhol, ti g0ce; pero, en una segunda pare de su obra, ya veces en as mismas {ots (:por qué no?, la Historia es complicad), sin abandonar sues- tio, nos invita a micar algo muy distin: Ia pensatividad, la sevei- dda dulce, la teligenci iberada de las posturas de a inteligencia, tnleramente recopida en los ojos, ue nunca mienten. De ab que, delante de una fotografia de Avedon, nos comuniquemos siempre ‘cn el model n0 solamente nos habla, 0 mejor ain, por més des sarrador, nos quiere habla, sino que también le respondemos, que- remos responder, a tavés de la imposibilidad misma en que nos hallamos de despegarnos de esa imagen que nos retiene sn repetir- se (es por lo tanto amorosa la rela que mantenemos con estas fotos), As pasé toda una velads mirando las fotos de Avedon; la vis pera haa ido al eine, donde me habla aburido un poco, ¥ compa aba (aunque con ceria injusticia) estos dos artes, El de Avedon arrasta hacia una teria de la Fotografia, injustamente entegada hoy en dia la Teoria loreciente dl cine 0 incluso de la Historie ‘Como produccién, la Fotografia se ve sometida a dos coartadas in soportabes: tan pronto se la sublima en la especies de la «ftogra fia artsticay, que niega prcisamente Ia fotografia como arte, coma, se la virliza en las especies de la foto de reporiaj, que obtiene su Prestigio del objeto que a capturado, Pero la Fotograflanoes niuna Pintura ni... una fotografi; es un Texto, es decir, una meditacién ‘ompleja, extremadamente comple, sobre el setid. He aguf, por ejemplo, todo lo que Teo en una fotografia de Ave don os siete dones que me hace: en primer lugar, 0 verdadero, la verdad, a sensacisn de verdad, Ia exclamacion de verdad (3 vverdadero!»); luego, el earicer (la pensaivida, la rsteza, la seve Fidad, a satistaccién a agri, ec): nego, el tpo (el hombre pol- tico, el esritor el empresari}; luego, Eros, un compromiso, ya =~ 146, La Tomne s1FFEL ‘ductor, ya repulsivo, con el fect; luego, la muerte, la vocacién de «adver; lego, el pasodo, lo quel sido eaptado no puede volver, no se puede volver a toca; por iki, el séptimo sentido es preci samente el que resiste a todos los otros, es el suplemento indecibe, la evidencia de que, en la imagen, hay siempre algo mas: lo inago- table, lo inratable de a Fotografia (el deseo?) Las foros de Avedon me obligan a hacer todo este recoridoy a volver empezarlo sn deseanso; con ells nose termina nunca; om ricas y desnudas ala vez, dan Sin cesar, y sin cesar relienen; en suma, son las figuras mismas de una dialéctiea en ells, la mayor intensidad de sentido, y,finalmente, la carencia misma de sentido parte de un goce contenido, En primer lugar, los sentidos abundan, tacia esti en su apogeo: luego, conducido por una mano in- le, aunque supremamente discret, la de Avedon, el sentido se exten: del cuerpo representado no queda ningsn adjetivo seguro, ‘Creo que, si Avedon me fotografiara, yo no tendra ningunes ganss de juzgar mi propio euerpo (con cuya imagen, como cada hijo de ve- ino, mantengo relaciones espinosts) ni de encontrarme demasiado «esto, no lo bastante aguello: mi cuerpo se empefaria simplemente {en ser, en persis Ia fotografia de Avedon no juega(contariamen- te ala imagen fotogrfica): nadie es feo, nadie es belo (salvo, por ‘una excepeién que firma el resto del proyecto, los dos muchachos {esnudos dela «Factory» de Andy Wath) En resumen, srt al, len ese ta de mi cuerpo, sentra tal ver parte de la serenidad de Ios grandes sabios orientale

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