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Vitoria, Forjador del Derecho de Gentes El Derecho de Gentes de Gayo a Vitoria José pe Jests Levesma U. Profesor del Departamento de Derecho de la UIA y de Ja Facultad de Derecho de la U.N.AM, Sumanio: Aclaracién Previo, 1. Proceso formative del concepto de Derecho de Gen- tes hasta Roma. 2. Cémo yefa Vitoria Ia continuidad histérica a través del medioevo cristiano, 3, Formacién romanista de Vitoria. 4. El modelo Gayano, Bibliogratia. ACLARACION PREVIA Mucxo se ha escrito hasta ahora sobre esa lustre luminaria de] pensa- miento occidental que es Francisco de Vrrorta, mente preclara y fundadora cuya mexicanidad y americanidad nos permiten hablar de la ingenuidad de nuestra nacionalidad. Es mas, tratindose de Vrronta parece interesante hablar de su universalidad y detenerse a meditar en torno a su formacién intelectual y a la insubstituible contribucién prestada al desarrollo de la ciencia juridica, conerelamente a la delimitacién y precisién del concepto de Derecho de Gentes gracias al cual quedé claro en el pensamiento del siglo XVI la juridicidad del Derecho Internacional. Es indudable como ya se ha dicho, que la paternidad del Derecho Internacional corresponde al alavés y no a otros. Lo que hasta ahora no parece haber ocupado demasiado Ja atencién de los estudiosos, es el pro- ceso que hizo posible a Vrroria llegar al concepto moderno de Derecho de Gentes sobre el modelo transmitido a Ja posteridad en las Instituciones del célebre jurista romano del siglo II D. C.: Gayo. Podemos estar seguros de le formacién romanista y propiamente ius-romanista del maestro ¢s- pafiol, a pesar de que tampoco haya sido especial objeto de exploracién por parte de quienes se afanan en conocer més la vida y la obra del maestro. Por la iiltima razén apuntada, la bibliografia sobre el particular, sin ser muy escasa, tampoco es abundante, Ello nos ha movido ha dedicar 32 Juridica.—Anvario algunas lineas a meditar en torno a la conjuncién de la experiencia que Roma leg a la Ciencia del Derecho acerca del concepto del Derecho de Gentes con las aportaciones de Francisco Vitoria que podemos leer con delectacién en su Relectio Prior de Indiis. Han de quedar bien claros desde ahora los dos pianos de esta breve indagacién. Siempre desde una perspectiva juridica, trataremos de explicar de qué manera la experiencia romana fue conocida, aprovechada y hasta cierto punto transformada por Vitoria 2 fin de poder descubrir qué implicaciones précticas se originaron, especialmente dentro de la e:timativa juridica internacional que ain hoy trasciende a nosotros. Sera necesario para conseguir nuestro cometide, comenzar con el exa- men del concepto de Derecho de Gentes en Roma para pasar a través del Medioevo Cristiano en su asimilacién por el ilustre Dominico, hasta que quedé plasmado el concepto undnimemente aceptade como iniciador Ge la moderna ciencia ius-internacional. Roma legaba al final de su propio ciclo histérico y en él se vivié- la dominacién de las masas, el triunfo de las multitudes, pero dentro del caos que presagiaba el crepasculo del an- tguo orden y ef advenimiento de Ia Hamada Edad Media, los historiadores y pensadores se esmeraban por encontrar Jos valores perennes que no habrian de sucumbir.' Virorta es un gran renovador, entre a y sus pre- cursores dista la diferencia de un Edad completa, s6lo é con ta chispa del genio pudo contemplar en su vastedad toda a redondez de la tierra y extraer de esa nueva realidad que daba cl continente recién descubierto con sus moradores, las mas preciosa verdades para definir la axiologia del Derecho? El supo volver la vista al pasado y aprovechar la imprecedera experiencia de Roma y transmitirla a nosotros. Gracias a esa experiencia afirmé rotundamente y sin rodeos nuestra ingenuidad. Ahora que el ciclo fe repite una vez més, ahora que volvemos a la época de las multitudes. a la rebelién de las masas que con tanta agudeza veia desde 1937 ORTEGA y Gasser? tratemos de aprovechar el legado de nuestros antepasados que ijerta en el sentido mismo del devenir histérico. 1 Ver especialmente Ia trayectoria romana derivada de Cicen6w, Virctr10 y Horacio y de qué manera prosigue a través de ios siglos sucesives, e-pecialmente en las obras de Amtano Marcelino, Julio Finmtco MAteRNO, Aurelio Victor y Simmaco, 2 La obra de Vironta es en gran parte Filosofia del Derecho, por supuesto de la més pura filiacién cristiana, de Ja cual extrae el maestro importantes conclusiones para et derecho interno y externo. $ Libro tan importante no requiere de ninguna referencia especial. El comentario se impone por la fuerza de los hechos. Las predicciones que hace ya cuatro decenios hacia el profundo pensador, se han cumplido y en nuestros dias estén rebasando con wucho, los limites de lo previsto, Nos encontramos, no cabe duda, en la época de pre- Vitoria, Forjador del Derecho de Gentes 313 1, PROCESO FORMATIVO DEL CONCEPTO DE DERECHO DE GENTES. HASTA ROMA a) Expertencia Pre-romana Es indudable que cuando Roma surgié y se vio inmersa en las prdcticas vonsuetudinarias de los pueblos itdlicos, por lo que se refiere al comercio entre diversas naciones y comunidades, y a Ja guerra y los tratados de paz, ya habia corrido el mundo de Asia y Europa por un largo proceso en tales practicas de Derecho Internacional. En este sentido el Derecho In- ternacional antiguo se debe haber presentado desde que se reunieron los presupuestos Iégicos que condicionan su aparicién, Ciertamente la historia documental que nos han conservado las fuentes cuneiformes ¢ hititas prin- cipalmente,t ha sido precedida por un largo periodo de contactos mera- Mente fundados en usos y costumbres. Ei una constante de Ja Historia Juridica que a la forma escrita preceda la oral. Ha sido hasta ahora poco estudiado por los historiadores y por Jos juristas mismos, la temitica que toca propiamente hablando los origenes de las practicas de Derecho Internacional en Asia Mayor y en Enropa® y a esta escasez de material bibliogréfico se debe en parte la falta de estimulo para cmprender tales tareas. No fattan on la antigua China ni en la India que refleja la conocida legislacién que solemos atribuir a Mand, importantes rastros de Derecho Internacional, Ea China le guerra y la paz preocuparon a muchos grandes pensadores. En general la actitud China es de pacifismo, no obstante el sentido de predestinacién de la filosofia de Confucio y de Mo Tse (siglo V, A. C.). Se perfilaba asi la posibilidad de guerra justa como guerra de- fensiva encuadrada dentro de una valoracién ética. Esta valoracién encuentra un campo mas fértil en la filosofia de la antigua India dentro de las concepciones propias del brahamanismo que recoge el Cédigo de Mand (del Hf siglo A.C. al ID. C.). Sin neyar que en la vieja China existiese ya la practica de la diplomacia, dominio casi tote! de las Masas con todos tos efvetos desquiciantes que ello sxpone EL paralelo con otras ¢pocas de la Historia resulia muy aconsejable a fin de apro: vechar experiencius ya vividas, 4 Ya que en ellas, conservadas por c) clima y el ambiente en que permanccieron por muchos sigtos especialmente las estelas y las tabletas, ee aprecia un conjunto impresio- nante de derecho internucional de la guerra y de la paz plenamente documentado conforme & prdcticas antiquisimas que quizds se remonten al milenio IV A, C. 5 A pesar de la existencia de obras panordimicas muy buenas y accesibles como Jas de Nusseatot y Sramrudinaxe, 314 Juridica. Anuario ésia se desarrolla mas en la India, debido a las necesidades de buscar un equilibrio entre los yecinos con motivo de la vida de relacién. Ademas, la diplomacia debi6 ejercer un rol preponderante como instrumento de ne- gociacién y de informacién, Siendo a menudo los dignatarios diplomiticos sacerdotes, se unia a su persona y a su rango un primitivo sentido de inviolabilidad, quizés a cxcepcién de Egipto, en casi todo el mundo antigua preclisico* La aportacién més importante de Israel en la materia, se ubica en su concepeién de Ia humanidad como un ente comtin sometide a Jehova. Esta concepcién que florecera mas tarde en la filosofia griega y en el Derecho Romano, es congruente con el monoteismo, sentido y vivido por el pucblo de Israel. Todos los seres humanos como criaturas racionales procedentes del tinico Dios se encuentran sometidas a una misma voluntad y por ello son regidas por las mismas normas y acomunades por un mismo destino. De modo que aun Ios gentiles seran incluidos en el futuro Reino del Mesias. La imagen del mundo todo entero que nos trazan los profetas per- tenece a toda la humanidad. De este modo Israel realizé una valiosa aportacién para fijar los fundamentos éticos del Derecho Internacional.? La contribucién de Cartago permanece importante en ol Ambito del Derecho Comercial de la Navegacién. Su origen asiatico le llevé a realizar importantes précticas en esta materia, tales como la de que la bandera sigue al comercio y la de que es importante fijar por escrito los compromisos internacionales en materia mercantil. Cartago desarrollé su accién en una época especialmente propicia para el nacimiento del Derecho Internacional documentado.* Estas practicas que en parte fueron asimiladas por Grecia, que no siempre compartié pacificamente con Cartago el dominio del Medi- terraneo occidental ® y por Roma principal destinataria de las preocupaciones cartaginesas en materia de tratados de comercio. La contribucién griega es sin duda alguna la mas sélida en la materia, debido al florecimiento de las ideas que abi fructificaron desde el siglo V A. C, En época todavia pre-helénica, las antiguas practicas internacionales © Ver obras en la nota anterior, T Era el primer paso para entender Ia unidad de ordenacién y de exigencia de Ja que tanto se bablé en la Edad Media, La reflexién humana anterior a {srael se elevé, se ed a cabo mas bien en el plano vertical, hacia Ia divinidad, Fse pueblo sia perder tal direccién encontré el plano horizontal derivado de la otra perspectiva, ® Debido al desarrollo de Ia cultura helénica, especialmente macedénica, asi como de Ia multitud de pueblos itélicos que azomados al mediterrineo, deseaban incorporar sus pricticas al derecho maritimo, ® Reeuérdese Jas batallas de Alalia y de Himera, Vitoria, Forjador del Derecho ce Gentes 315 se cefifan al terreno de la paz, de tal modo que cuando se entraba en guerra se salia ipso facto del campo del derecho, Hubo de esperarse a las influencias del pensamiento hindé e hitita para que st emprendieran !as pri- meras regulaciones juridicas en materia de guerra, A Grecia cierlamente Je tocé recoger un derecho internacional que habia alcanzado ya cierto grado de maduracién, dentro del conespto an- tiguo, Cartago, como ya ve dijo, practicd cl comercio por toda la cuenca del Mar Mediterraneo contribuyendo decididamente a configurar una cierta unidad de costumbres entre tan vastos y variades pueblos, A través de @ comunicacién se propiciaba 1a delimitacién territorial de un ambito que més tarde quedaria comprendido en cl imperio de Roma. Cartago y Grecia fungieron asi como vehiculos transmisores de innumerables habitos que si no se uniformaron, recibieron al menos un cierto grado de homo- yeneidad. Grecia, siguiendo practicas ya localizadas mucho antes en el mundo Egipcio, puso en prictica el desarrollo de ligas y confederaciones que en vir- tud de pactos de mutua ayada se mantendrian intensamente en el mundo itélico. No se llegé aan a la practica de las embajadas permanentes que fueron desconocidas en todo el mundo antiguo, Quizis lo que falté a Gre: cia a fin de consolidar sus adelantos, es lo que estaba reservado a Roma: La existencia de centros estatales predominantes, la presencia de un espiritu de tradicién y continuidad y especialmente la conciencia de profunda reverencia por el derecho que desemboca en la habilidad para descubrir y plasmar la norma juridica como parte de la propia esencia nacional. B) La Aportacién de Roma La aportacién de Roma en Ja materia, es fundamental. A ella y a sus juristas, principalmente de la época clisica, +e debe la formulacién que serviria a Vrrorta catorce siglos mas tarde para estructurar el concepto de Derecho de Gentes adaptado a las necesidades del mundo del siglo XVI. Una de tas corrientes filos6ficas mas importantes, si no es que Ja mas. que en Ja fase precristiana modelaron el fondo ético del Derecho de Roma. fue el estoicismo con su afirmacién de la unidad y comprensividad de! género humano, Esta afirmacién claramente heredada de la cosmovision hebrea hizo posible la estructuracién de un derecho vilido para todos los hombres y por ende para todos los grupos humanos sin distincién de raza uy de cultura.t? E] estoicismo dio a esa idea un fundamento metafisico al 2 Principio integrador y ordenador de un desorden de hecho, derivados de la dispersién humana a través de los diversos continentes, 316 Juridica —Anuario afirmar la existencia de una ley universal “el logos” que rige la total ac- tividad del cosmos y de la que todos los hombres participen por su recta razén. De ese modo el cstoicismo Hegé a su concepeién cosmopolita de una ciudad comin en Ja que se diera igual cabida a todos Jos hombres, la civitas maxima en cuyo seno desaparecen todas las diferencias.! Otro aspecto muy importante del estoicismo fue el enlace que tendid de una cult mediterrénea a otra, de Ja helénica a Ja romana, Con el cstoicismo se entra de leno a Roma y a Ja filosofia profesada por cus mas ilustres juristas y pensadores, alguno de ellos preceptor de Nerén. otro precisamente cabeza del imperium mundi. Si el estoicismo representa la corriente filoséfica que une histérica ¢ ideolgicamente a Grecia con Roma, Cickx6N encarna al protagonista que Nevé a cabo tal encarnacién encargdndose también de introducir esa fi- losofia griega en el mundo del Derecho Romano, La concepeién ciceroniana del mundo ce finca en el deber de respetar el orden establecido por la naturalcza, es decir, por Dios y en la obligacién de contribuir al bien de la comunidad. Este filésofo pugna decididameme en su mejor didlogo De Offictis, porque la proteccién juridica se ex- tienda al extranjero. C1cERON, que vivid en la Roma del siglo I A. C., vein ya el ocaso de la vieja concepcién que consideraba al derecho como algo inherente a la personalidad, y acorde con la escuela romana de Ja Sioa, exigia la extensién de Ja proteccién que ofrecia el orden juridico romano del ciudadano al extranjero, por participar de una nstureleza corvin. Cuando Roma pierda su hegemonia politica, ya en visperas de la caida del imperio occidental, renacera esa vieja formula y se entraré nuovamcnte en e] terreno del Hamado estatuto personal? CiceR6N se opone en el mismo didlogo al recurso a Ia violencia y abre ef camino a Horacto, Virtuo y en cierto modo a San Agustin, cuando se ficar y legitimar al Imperio cual frmula suprema de la esmera en jus 11 Después se oristianizard la idea bajo Ia fGrmuls de la Reversio ad Deum, 32 Aunque ucemos anacrénicamente la clsica expresién bartoliana, es interesante observar cémo en el momento en que Roma resulta impotente para prosegnir haciendo evolucionar @ al menos mantener sus realizaciones, Ja tendencia natural de los invasores germanos es en el sentido de revertir las cosas a

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