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2 g i 5 | 5 : 5 g 3 2 3 Detalle de un grabado de |a Coleccién Alamiro de Avila, deposita- do en el Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Popu- lares de la Biblio- teca Nacional. INVESTIGACION PATRIMONIAL DE SIMONE MALACCHINI: Publican el ABC de la Lira Popular Un libro ricamente ilustrado explica cémo los pliegos en décimas se convirtieron en un poderoso simbolo de la identidad chilena. ROMINA DE LA SOTTA DONOSO a disefiadora Simoné Malacchini Soto, acadé- ‘mica del Departamento de Disefio de la Fa- cultad de Arquitectura y Urbanismo de la Uni- versidad de Chile, publica una completa investi- gacién sobre el valor patrimonial de la gréfica de Ia Lira Popular, que da cuenta, ademés, del con- texto social e hist6rico en el que se desarrollé esta exitosa industria editorial. “Lira Popular, Identidad gréfica de un medio ~ impreso chileno” (164 paginas, OchoLibros), con- t6.con un Fondo del Libro y cuesta $18 mil en An- tartica, Librerfa Chilena y Leo +. El volumen est4 ticamente ilustrado con pliegos de distintas colec- ciones, detalles de grabados y esquemas grdficos. ¢Qué distingue a la Lira Popular chilena de los. pliegos de México y del Nordeste de Brasil? “La décima, que por lo demés es la forma que usamos para conversar en Chile; cuando uno cuenta una historia, siempre tiende a hablar en octosflabos”, responde Malacchini. La Lira Popular estuvo vi- gente desde cerca de 1870, y su decadencia comenzé hacia 1925. Al principi dedicados alo divino y alo hu- mano, provenientes de la tradi- cién oral, pero pronto empeza- ron a ganar espacio los hechos sensacionalistas y los episodios histdricos relatados desde una mirada no oficial. “Tanto el contenido como la forma en que se usan aqui los elementos grdficos son una ex- presién directa de la identidad chilena. La Lira Popular repre- senta un momento histérico de un segmento de la poblacién; to- da esta gente que venta de los cam- pos a vivir a la ‘ciudad, con el arraigo de la Cl Mlorturs , YY cultura rural a cuestas. Y por eso la Lira Popular queda un poco entre lo oral y lo escrito, y entre lo urbanoylorural. Y efectivamente es el cuerpo del habla, de la tradicién oral”, asegura Malacchini. “El poeta popular generalmente viene del cam- po, es un cultor de la cultura oral, y es quien reali- za el pliego, que después venderdn los canillitas, por un monto estipulado previamente”, detalla. Estos niftos trabajaban mayoritariamente en las cercanfas de la Estacién Central y para ser contra- tados debfan tener padre conocido. La Lira Popular fue, por lo demés, una indus- tria editorial muy exitosa, con un peak de 63 plie- gos publicados en el afio 1894, pero con tirajes sorptendentes. Se cree que Rosa Araneda llegé a imprimir 10 mil ejemplares de uno de sus pliegos, y Juan Bautista Peralta aseguraba un tiraje sema- nal de 6 mil ejemplares para vender avisos. En la préctica, y lo confirma la exhaustiva in- vestigacién de Malacchini quien, entre otras co- sas, estudié todos los pliegos disponibles en Chile, los poetas populares eran editores y empresarios de su propia obra, y lograban vivir desuproduccién a iferencia de los poetas cultos. Junto con revelar quela com- binacién tipogrdfica de la Lira Popular, que suele percibirse co- mo propiamente chilena, es en realidad la tipografia que estaba de moda y que usaban incluso los diarios en Estados Unidos, donde fue creada, Malacchini abre una serie de nuevos campos para investigar, especialmente en lo que respecta a los lectores de la Lira Popular: “Encontré anotaciones detrés de algunos pliegos; parece ser un lector que le seguia dando vueltas al tema de la décima, y proponja una al- ternativa a la impresa”” Ale wT

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