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DE MARX -',A ,KEY'N·ES .: .:

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Traducción Eepañola-y A~~er\encia', . . .t.


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FABÍÁN~ ESTÁPÉ '


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Profesor en Ja Univer8ida~ d~ Barcelona


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1955

JosÉ }La BOSCH - EDITan - APARTADO 991 - BARGEL'OXA


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La, presente ob~d'fu~,p'u~lic~,dá',:;~,rig,f~ari~~'e(lteen inglés •


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por OxfordUniversity Press, d~"N(/w York-con e( titulo


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'ADVERTENGIJt

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.J'~;~:H. ¡;{\Lors SCHUMPETER ha .sido· uno de' los más


grandeseconomistas de todos los tiempos. Su' carrera 'cien-
, , ' .: rtífica, .desde 1'905 a 1950; ostenta el brillo" que acompaña".
.:'; a:',:,. las .grandes figuras;' .sus tareas como . docente ,en -Tas l'

~ 1Jríiyersidad~s' de Bonn y Harvard,' especialmente, han de-'.


_. , 1': .jadovimpresas huellas profundísimas-en un" número incon..,
'~ ,::-table de economistas; sus 'obras :principales (Dás ,W esen
,~,I und <der,Há'l:lptin,halt 'der th:eo1l'etischen N aiionolokonomie,
, .. ', 1908;' The.orie der 'wirtschaftlic~he-n 'Ent¡wicklung~ 1912;
, .Ebochen. "-der Dogmen-. und Methode.ngeschichte,' 1914;
'Business .Cyctes, 1939; Capiialism, Socialism, and Demo-
, .cracy ~ 194'2) coristituyen piezas maestras: en, cada uno de
'.lbS campos" afectados: ."Metodologia, Teoría del des~rro1l6
" económico, Ciclos 'E~onqmicos, Análisis de los sistemas
económicos capitalista:' Y socialista- e Historia' del ~ pen,sa-.
'miento .económico. Junto.' a 'sus obras principales. figuran.
.. '
'\ una gran cantidad' de monografías (algunas' 'de cierta' -ex-· ,
',

'tención}, "de las cuales es .necesario _destacar: rZur Soziolo-'


. gie"~4i/r "Imperialismen, 1919';' 'Die ,Í(rise d~s Sieuerstaats,
, , ÍgíS' ;>';'D~~ Grundp';inzipd:e'~ 'Verteilunsth'eorie J í9 16 ; Das.
~oz¡arproduk.t un'a' -'die 'R"ech~'ftpfe1Jn.iie': Glosen wnd : Bei-'
I

iriige» zur Geltithe.orie 7Jon ,he1!t~, 1920;. Sozialistische M ij-


glichlieiten. 7J9n he'ute-,. 1920; Die. soziale klassen im eth-,',

of the
AnVERTENCIA VII

dónde ello es posible, en la esfera de .


las
. .
motivaclo1Íd~'lnté~
. ", - .\:....... .." . . ¡. . - ~. ~~

.¡~ctuáles de otros hombres, " . , ' , ~'~, ,


, ,PQr todo- ello, y aún cuando ~actualtnel1t~'tQdb's,,),()S''éi2 ,-,
, 'peci~listas suscriben la opinión dequeelnombrede 'SCH~~M~" '¡

PETER permanecerá indisolublemente: Iigado a' las' realiza-


"tioues más espléndidas que registran.' diYers¿s'.cá,111PO,S' 'dé
, la .Ciencia Económica, 'y aún" ~de :1a,·Soci"oló;gía' (~)/":,¿re:6
que en ninguno d~ l~s numerosos ,sectore~,','~iéntí.ticó-s:·e!i.
los que dejó impresa. su .huella; .·aJ<;aniar:á'~ja al.tura' que
"indiscutiblemente levcorrespcnde en 'el" :de' Iavhistoria d:e1,,'r. ' ' '
pensamiento económico, ' , , . ' ''
Conviene decit,' además, que' contrariamente a 'una opi- \

nión bastante generalizada, las, -realizaciones en', :el "campo


de la hIstoria: del-pensamiento .científicócio -d.esm~re6e~e'n;
absoluto ante .lasque contienen auténtica creación ; t,.y.'áíÍr{ ,
cuando, es'cierto' que- en. el casode. SCHUMPETE.R no,', ~'s'~pt~-"~~·'
ciso ensalzar -este a·spectü:'de'" su contribución" a" ja'C{~tlti¿
'Económic3r ,'porque ~: en él . .Hega 'a'prbduJlrsé~:01a' irl1pf¿$'i6t(,
de" que todo-se da, 'pór'_·afiad}d~ra~.:· né):·está¡~'·dé"';:·fu~S~':p'f~~·
.. . ~ '_~. r
-"', ..
..... " . _ ~.' ." + ' . • ....." ~~ -.~_., 1: ~,l' .. ".f. _ _ .....':. Ó, "." _ .. ":',,,. - . ~~• •
.. ': ~ .: ~:~- ..... -... .... ~' ,1'":.. ,/"," , '.""..r.

'éisat., el carácter indispensableque la' historia dé úna . Cien-


",' , . . ' ~ "',' ":t.' ',',, .: -.;._;·"-i--:)~ ..1 .... ;,.~<~. ,~:,,~,~:, ~\

(.2) Lasapreciaciones::,d~ ~ 1~ "9bra ·de.JscHU~VlE~~TE!Í: han" apare~~_


cido profusamente ~.después~·de su.jnuerte.. Entre las-más Impor...-;
.tantes. "cabe ,destacar .las. "reunidas -en' et·.voltimen, Schurnpéter~
socia; ~cie:n}ist; edítado.ipor SE,y~OYR"'E1~'._ HARRrs'>- ,Haryard Vní;;. ..
versíty Príntíng Office" Cambridge, ~Massa;ch,usetts.;:Entré]os.aná-
lisis/de los aspectos ,de la' obraxíe 'S-CHUMPETEit" ;l1óestricta'mente .
-'ecorióIiiiéos~ .destacan . el del,.profesol:'.:H:~RÉER~, VON' .'B~cKERArn::'
Jpsep1h ,A~ . Sehumpeter as
aSoéiologist, -'págSI~ ,. 1.1o~i18 del .volu~
men cítado ; y ,él del hístoríador 1\BBÓTT,~ PAYSOÑ:,USHE~:';fli~tot-i~'.' r'

cal Im/plicatio'fl,S' ottfje"·TheoriJ"·o/.'.,EconO'liJ-ic D'eveloprnent;. p~S.'


125~.l2~,'íd. .íd, ,. ':::~"_,,," '.-, . . " : " . , ' ' /, ", ,: .: ,."., ' (
"'., otrocónjunto 'de ensayos , ,de elevado. mérítovenjuíclando .la',
obra deS,cHl,1'MPETER han, sido .publicados en dosvnúmerosvespe-, '
cíalesvdaJe, revista ·Economie~·A,pp'li-quée, Tomo lIt). 1950, Núme-
ros. ,3~4, 'y 'Tomo IV,'l951, . . :N~~ro,2.·En' él citado coníuntoiexa-.
minan los, . . aspectos no: estrictamente _ec~nómicos'· '. de' l~'. obr~a
.schumpeteríana. 'el epsayo· ,de ,JULES VUIiLE~N::, Les elasses so-'
ciales chez Sctuimpter etsiamsLa ,realité,,'págs. '5,71-,614 j" y '.elen~. ·
sayo de.R! ,P. ADRIEN '~AXMANS·::_' !le' «Researcn. Cenier in" Entre- ~
preneurial History»,págs.' 615.. 635.' '
vrn DIEZ GR~NDES ECONOMISTAS

cía posee para su propio desarrolló y progreso. Cualquiera


medianamente familiarizado con la reciente y apasionante
rama del saber denominada precisamente «Historia de la
Ciencia», de la venal GEORGE SARTüN es su representante
más destacado, reconocerá inmediatamente la veracidad de
tal afirmación. Y aún a riesgo de repetir un ejemplo muy'
. manoseado, conviene recordar la aportación decisiva que
significó, en orden a la formulación de 'la teoría especial
de la relativdad, el hecho de que ERNST MACH dispusiera
históricamente un análisis de la Mecánica.
Pero al margen de la función superior de la historia de
una Ciencia, que podría ser definida como la fuente de
posibles sugerencias para posteriores desarrollos teóricos,
subsisten otras igualmente importantes. Entre ellas el exa-
men de la persistencia de los problemas; el análisis de
los modos según los cuales los especialistas de todos los
tiempos y lugares se han aprestado a resolverlos; final-
mente, el conocimiento de la estructura y funcionamiento
de la mente humana,
Desgraciadamente no se pueden esperar tantas y tan
importantes consecuencias de cualquier tentativa de his-
toriar el desarrollo del pensamiento científico. Sin las con-
diciones previas, la cosecha suele ser pobre' y escuálida.
Este ha sido el caso frecuente en las historias que se
han escrito acerca del desarrollo global o de un período
o de unas - teorías particulares de la Ciencia Económica.
En parte P9T la subsistencia de la opinión mencionada
más arriba: la que sostiene que la labor es de segunda
categoría.
Por ello, como ocurre en el caso de SCHUMPETER.1 cuan..,
do encontramos a una gran figura de la Ciencia en po-
sesión de las condiciones ideales para realizar la tarea y
que- cuenta además con la energía suficiente para llevarla
a cabo, no queda otra "reacción posible que la del entu-
siasmo. y así ha sido, en realidad, desde los lejanos años
en que comenzaron a publicarse en diversas revistas al-
gunos de los ensayos biográficos incluídos en el presente
A~VERTENCIA IX

volumen, y más aún desde la aparicron de Ep ochen der


Do gmen- und JletJzodengesclzichte. Una larga tradición
intelectual ha consagrado a esta obra como la obra que es
necesario aprehender para formarse una idea adecuada del
desarrollo histórico de la Ciencia Económica.
A 10 largo de su carrera, y pese a numerosos temas. que
constantemente atrajeron su atención, SCHUMPETER no des-
cuidó jamás la labor de estudiar y penetrar en la vida y
en la obra de las grandes figuras de su tiempo. Por esta
razón se encuentran en su repertorio bibliográfico nume-
rosos artículos escritos como homenaje a algunos econo-
mistas fallecidos recientemente o para conmemorar el cen-
tenario del nacimiento de algunos de ellos. Lo importante
es tener en cuenta que en la mente de ·SCHUl\iPETER tales
artículos no fueron concebidos como piezas aisladas, con-
feccionadas apresuradamente para satisfacer las exigencias
de la dirección de cualquier revista técnica; por el con-
trario, eran hitos en el camino de- la tarea que iba reali-
zando paulatinamente a través de los años y que no era
otra que la. de ensanchar el ámbito de Epochen der Dog-
men- 1\([ eihodengeschichie, enriqueciendo su contenido para
alcanzar las contribuciones científicas de nuestro tiempo
a la vez qu.e intensificaba el análisis de todas las épocas
del desarrollo del análisis económico.
Sólo con esta perspectiva es posible valorar la micra-
tiva de algunos discípulos de SCHUMPETER al solicitar su
autorización para reunir en un volumen algunos de sus
más característicos ensayos biográficos. En el prólogo es-
crito por ELIZABETH BOODY SCHUMPETER se explican las
circunstancias que aconsejaron la elección de los ensayos
y la adaptación de algunos de los mismos (el de BOHM-
BAWERK) especialmente) a las conveniencias editoriales.
Los últimos años de la fecunda carrera científica de
SCHUMPETER fueron consagrados, casi exclusivamente, a la
tarea de redactar la historia general del' análisis económi-
co. Como es sabido, la muerte le sorprendió en plena ac-
tividad. Cuando falleció, el 8' de enero de 1950, estaba aún
x DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

lejos de haber alcanzado la cima de su obra. Muchas par-


tes de la misma permanecían inacabadas (no sólo las que
se referían a algunos instrumentos analíticos recentísimos,
tales como el Linear Programming y la Theory of Gamesí
:r algunas de ellas contaban. con, dos o más versiones alter-
nativas, sin que SCHUMPE.TER se hubiera pronunciado defi-
nitivamente por alguna de ellas. Gran parte de las dificul-
tades existentes para una ordenación lógica del material
que dejó inacabado, derivaban de un hecho importante y
nada infrecuente: como autor, SCHUMPETER había sido
vencido por la magnitud de su obra. Las proporciones de
la misma no habían dejado de crecer desde los días de
1942 en que comenzó a ordenar sus materiales. y a darles
forma escrita. Aún cuando su propósito declarado había
sido el de limitarse estrictamente a la evolución y desarro-
no del análisis econámico, una mente como la suya no
era la más afín para resistir la tentación de enriquecer su
relato con sus penetrantes observaciones acerca del medio
ambiente en el cual se habían formulado determinadas in-
terpretaciones teóricas de los fenómenos económicos, ni
tampoco para renunciar a referencias, cada vez más inten-
sas y profundas, a la evolución de los hechos políticos,
económicos o sociales.
Su interés universal, su amplio conocimiento de la His-
toria, el Arte, la Sociología, le apartaron del .camino que
le hubiera permitido, tal vez, concluir su obra. No es este
el momento de emitir un juicio acerca de la comparación
entre 10 que se ha perdido y se ha ganado en el cambio.'
Interesa reconocer tan sólo la relación 'que existe induda-
blemente entre íos ensayos incluidos en Diez grandes eco-
nomistas de ~1ARX a 'KEYNES} y su History of Ecomomic i.
Anaiysis, 1954 (3). Cada tino de los ensayos son recodos

(3) JOSEPH A. SCHUMPETER: History 01 Economic Analysis, edi-


ted from. manuscript by ELIZABETH BOODY SCHUMPETER, Oxford
Universíty Press, New York, 1954. La señOra,SCHUMPETER se con-
sagró decididamente, .a partir del fallecimiento de su esposo, a
la tarea de ordenar los materiales de la Historia, auxiliada por
ADVERTENetA . XI

\ - . ,;
en el camino que conduce a- su, .monumcntal e inacabada '
Historia del Análisis Económico. '<of. ','1':,

Este sólo hecho confiere a lo~.-~ensaYos "biográficos 'pre--


.. sentados al público de. habla .española,.. Un, valorextraor~
dinario. Para el especialista son, ununaterial indispensable;.
una guía valiosísima para, a-delantar -.ün~. major '. compren- '
sión de los avatares sufridos por la: 'Ciencia Económica en'
manos de sus más" .destacados prótagonistas. ·'·Lá.. -~fi~acia· - ,
de los ensayos no queda .agotada.: en-itan importantevmi- .
sión ; por el contrario,' han .de considerarse "como .piezas
de primera calidadparaáde-ptrársee~'el-conocimiento de,
la vida y de Ja,obradefprúpío'S~HUl\{P.~TER.,-Seha~obser-'
vado con frecuencia 'que la estructura mental de un.hom".
bre, sus gustos e: 'inclinaciones;"su. .ideología s prejuicios,
quedan puestos de.rnanifiesto "de, manera inmejorable, . cuán~
do intenta. 'analfzar,'los 'd~' otros hombres, .Con tod'a clari-
dad; ·e1 :propio:"'$CHUMPETER afirma, en c"el ensayo .sobre I{EY~
NESJ .incluído 'en el presente libro.ique .1os'Ess,aysi17;.Bio-
- grap~hY~5(atrójan m'~s Iuz.acerca de KiYNES C<?1p:OI hombre y
como intelectual qué cualquier otra de sus obras» . Creo
qué.es. perfectamente' justo, formular '-<la .misma afirmación
refiriéndola", a:ScRU:MPETER'~y, a los"Diez grandes economis-
ias, Uiiestudi6'~de< los ensayos "comprendidos .en el pre-: "
sentervolumen, j/ el iconocimicnto :de" la obra científica de
SCHUMPEítER"J puede ser .la única cofup'enSac16nposible al
hecho'que' JOAN" RO:BrNSON .registró.icon pesar: ei deique ·
SCHU~PÉTER'- no nos haya"leg~dá' "un' análisis lúcidü.-ype..·,
-netrante corno todos 'los suyos,' sobre su .propia persona 'y
"su propia obra, ' . , "

díscípuíos y; colegas . dei, "profesor ,8CHUlVIPEÍ$R:;" ~la~9mpeteneia, y


devoción ~con que fUérealiza:da, dicha- .Iabor, fueron extraordína-
rías. [)esgraciadamente, . ·ELIZABETH BOÚf>~ _s'CnUMPE~' ';nÓ pudo "
Ó.

ver coronados sus esfuerzos; agotadatpor el gran trabajó, que


había tomado-sobre. su responsabilidad y mínadaipor vuna: cruel.
enfermedad, dejó·"d~ .exístír- el',17 .de. [ulío de 19;53. ·>Fué, .entonces
el profesorWA:SSrL~ w. :L~ONTIEF. quíen <qi6'los ~~ques~.'finales ~
la preparación de Ja obra. ' ' ". -. "\
XII DIE·Z GRANDES ECONOMISTAS

Pero si todo 10 anterior es válido por 10 que respecta


al especialista en la historia (h~ nuestra ciencia y, más ge-
neralmente, para todos los economistas, no cabe duda de'
que los ensa.yos reunidos VII (,1 volumen Diez grandes eco-o
no-mistas han de resultar el" oxtraordinarío interés para
el lector culto y diligente, V nu sólo por el hecho de que
entre los «grandes economistas» l~h'gidos figuran algunos
cuya significación e importnncin dt'shordan los confines de
la Ciencia Económica para ser su.ivtos de la atención ge-
neral y universal (así ocurre l'sIH'<'iallncnte ,en los casos.
de MARX y KEYNES); otros (el "a~lo rlvstacado es el de PA-
RETO) han conseguido destacar VII 01 ras disciplinas; sino
porque en todos los ensayos aflora unn rica variedad de
observaciones sobre la vida, Hohn.' la vstructura mental,
sobre las creencias y motivaciones dv h()1tJ1rres sobresalien-
tes en el campo de sus actividade-s prorvsiol1alcs.
En su sentido más amplio, I)il';~ grctllti(IS economistas
contiene un examen y una historia <1(' los esfuerzos hu-
manos en el. campo más arriesgado y t rast'vlI<1tllltt~: el de
las actividades intelectuales. No se trntn exclusivamente
de las grandes cantidades' de saber ol't'OI)("HII it'O que ateso-
ran, los análisis de la vida y la obra de las rigtl ras más des-
tacaads de la Ciencia Económica, en un pl'rfo(\o l11UY 11n-
portante 'de la misma ; por encima de todo dvsttH'tl el pro-o
fundo contenido humano, la penetrante ]>l'rct'pt'i()l1 del me-'
· canismo mental desarrollado en las tareas cicu! íficas, en
la teorización de los fenómenos observados.
Una consideración breve del alcance y :-;jglliricado de
los diez ensayos (los tres relegados al apl:IH\icll fueron in-
cluídos a sugerencia. del profesor HAnl~RI,]O{ u-niendo en
cuenta especialmente el desconocimiento que :-;(' tiene en
los Estados Unidos de WrEsER I{NAPP y nOH'l'l~Il~\"/ICZ) de..
J

be comenzar primeramente por reconocer las 1irofu ndus di-


ferencias que existen entre ellos. Por su origen hay que
considerar aparte de los demás el. que inicia el volumen :
(,1 ensayo sobre MARX y la doctrina marxista. Este ensa-
yo, el 111ás extenso de los diez, fúé escrito C01l10 primera
ADVERTENCIA Xln

parte de la obra Caoiialism, Socialism, and Democracy J y


en realidad ha obtenido (con el resto de la obra) una di-
fusión 10 suficientemente amplia y profunda para que el
propio SClrUMPW.l~ltR se inclinara a reproducir en su lugar
el artículo J'lH~ Comrnúnist Manifesto in Sociology an.d
Economice (publicado en The [ournal of Political Econo-
'Iny J junio de 1949);, sin embargo, esta primera decisión
fué alterada, como nos cuenta ELIZABETH BOODY SCHUM-
PE'l'ltR ('1) su prólogo, en el sentido de insertar, corno he
dicho lJ1ÚS arriba, la primera parte de Capiialism., So cialism.
and Ucmocracy, No cabe duda de que el carácter del en-
sayo incluido se aproxima en mayor medida al tono me-
dio del volumen Diez grandes economistas de 10 que po-
dría haberlo hecho el, artículo conmemorativo del primer
centenario del Manifiesto suscrito por MARX y ENGELS.
~ ,

Los nueve ensayos restantes responden en su mayoría


al deseo de rendir el último homenaje a un colega desapa..
recido (así en los de WAI~RASJ MENGER) BOHM-BA,\VERJ{,
TAUSSIG FrsHER} MI'ICIIELL y KEYN:ES); otro conmemo-
J

ra el centenario del nacimiento de uno de los Diez grandes


(PARETO); finalmente, el ensayo restante se aparta de los
dos moldes anteriores: el ensayo sobre MARSHALL exam.i-
na a cincuenta años de distancia el significado y alcance
. de la m.agna obra marshallíana, sus Principies 01 Econo-
mies .
No cabe duda de que, especialmente los artículos ne-
crológicos, quedan algo afectados por' el luctuoso hecho
que les ha dado origen. En' principio el autor se siente
vencido por la. máxima de moriuis ni'hil nisi bonum ; el
respeto y en algunos casos un sincero sentimiento de pesar
(en los casos de BO:fIM··BAWERK y de TAUSSIG, especü~l-'
mente) embota las. .agudas' facultades críticas, de SC!i:UMP~­
TER.· Pero, afortunadamente, este no es un defectc -mayor
en los ensayos; SCHUMPETER se sintió siempre inclinado a
conservar las formas, a conducirse según los moldes de.
cortesía, hoy tristemente olvidados, que imprimieron su
huella en Jos hombres nacidos y educados -en las' capas su-
XIV DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

periores de la sociedad que floreció en el Imperio Austro-


Húngaro. Gracias a esa característica, el autor se man-
tiene fiel a sí l11i~1110: sabe elogiar con tino y logra ex-
pesar sus reservas d{~ tal modo, que el lector atento puede
descubrir lo que su hynce en un juicio aparentemente favo-
rnblc y cortés, 'I'odu IIJC11tC complicada goza desplegando
una amplia glll1Ul dl~ matices, y no cabe duda de ·que la
111c11te <ll' Ht'lltlM"lrl'l\l~ (11(' unn mente complicada, barroca
incluso, COlIJO 11H dicho, felizmente, el profesor HABER-
I ..HR.
1)01" esta ruzón , (,,1 estilo que domina en los ensayos
comprendidos en este VOll1111en, 110 queda excesivamente
viciado por las diversas circunstancias que les dieron ori-
gen. Para decirlo ele otro modo : C~ el SCHUMPETER de
siempre quien habla.
Otra cosa es examinar el alcance propio de cada uno
de los ensayos. Comenzando con el de MARX} basta remi-
tir al lector a' 10 mucho que se ha escrito y discutido so-
bre el mismo, ya tornado individualmente, ya como pieza
integrante del esfuerzo más vasto de análisis y diagnóstico
del sistema capitalista contenido en Capiialism, Socialism
and Democracy (4); al margen debe señalarse una, cuali-
dad que ostenta el ensayo y que suele brillar. por su ausen-
cia en las apreciaciones de la obra de MARX: el predo-
minio de la objetividad, una objetividad presidida por un
sentimiento de admiración por la obra de MARX que SCHlTM-
PETER manifestó desde los comienzos de su carrera, espe-
cialmente por el aspecto dinámico de Das Kapital que ha-
ce de esta obra. una notabilísima excepción dentro de la
literatura profesional de la época, dominada, como es sa-
bido, por una consideración, predominantemente estática;
admiración también por la gr~n habilidad con que MARX
supo fundir teoría e historia, análisis y hechos; pero ad-

(4) Vid. mi ensayo titulado El profesor scnumoeter y el por-


venir del sistema económico, publicadó en MONEDA y CRÉDITO#
núms, 33 y 36, págs. 20-6'1 y 3-51.
ADVERTENCIA xv

miración que no le privó jamás de examinar y descubrir


las deficiencias teóricas que' vician muchos rpasajes del
razonamiento marxista. Bajo tales características el aná-
lisis distingue. cuatro aspectos principales dentro de la doc-
trina marxista, con 10 cual el arco estricto del análisis eco-
nómico queda ampliamente desbordado.
Forman grupo aparte (desde un punto de vista siste-
mático) los ensayos consagrados a los dos maestros de Lau-
sana: WAI~RAS y l?ARETO. Es de lamentar la extremada
brevedad del ensayo dedicado a W AI..R AS: por el interés
intrínseco que ofrecen la vida y la obra de \VAI.RAS - el
primer gran sistematizador de la teoría económica gene-
ral - y' por el hecho de que la influencia de .WALRAS so-
bre la obra. de SCHUl\iP~TER no fué superada. por ninguna
otra. El ensayo sobre PARETO es uno de los mejores 'y más
profundos ·de1 conjunto Redactado en época relativamen-
te reciente (1949), sirvió para que SCHUMPETER analizara
la vida y la obra de VILFREDO PARETO en Economía y en
Sociología cuando la redacción de la History 01 Economic
A nalysis se encontraba 111UY adelantada. Dadas las dimen-
siones del ensayo y la. riqueza de su contenido, puede afir-
marse sin riesgo que constituye la mejor introducción bre-
ve a todo estudio que intente esclarecer la aportación de
PARETO a la teoría económica y a la Sociología. Además,
este ensayo es uno ele aquellos en los que lucen con ma-
yor esplendor las dotes psicológicas de SCHUMPETER:. con-
sidérese especialmente el análisis del medio ambiente que
rodeó a Pxnsro en la Italia recientemente unificada; las
reacciones que suscita la vida política en. "una mentalidad
predominantemente científica son analizadas con extraor-
dinaria maestría. Y aquí debe señalarse, también, que
SCHUMPETER se vió auxiliado por su propia experiencia.
Los' ensayos consagrados a les fundadores de la Escuela
I

de Viena difieren notablemente entre sí. Uno de ellos -el'


que se refiere a FRIEDRICH VON WIESER- ha sido relegado
al apéndice, y contiene poco más que una evocación perso-
nal, señalando, con todo, sus. más importantes aportacio-
nes, El ensayo, dedicado a M~NGER ~ohliene"'u~a" valoraciórr.." .
geuorosa de stt obra y signifícación.. Los ,pas~jes"'niás -reve- '; "
Iadores /05011 tt(lncl1oH que describen las.·'có~dj.¿io:nes quev'ro-
dearon Jo. obru teóríca do MENG-ER; el- exá:n1ert :de ,las'corf:'
tríbucioncs 'l"OH])CctivfiH de 1{rCA1~Do y M'E~G'É~' esvnuy no;'
tuble, TtttH (}l,)ini<.,rH,H4 do SClIUl\1PU'tER acerca ide ,1a~<pa:r.ti~i~' :';,~ '; .. ,
pución do M:HNU1Ut en su ftl1110Sa polémicaÍ:i1:~t9~oi6'g.id,~.>.·' .;
CO'11 SCltlvrOl~1'4)~1{, ~ lu ~tJ'cthodonstrei{ ~ 'se in}.~liriali á~, fa~::;
ver do 1\1:1!'NGHH. en 111lt1 proporción que inás' tard~'.;-"~ban~',,~.
donó, Cíorru C:;tCgTl1,pO da CltSUYO'S el 'segundó en
'eJt,teif~ .."
si611 en todo el volumen : es el ensayo que estudia .'la,' 'vida ;~
y la obra de BQliM:..]3A\Vl~Rl{. 1~11 virtud de laextra6rd.iriá~
ría. extensión y atendiendo a comprensibles exigenciaaedi-'.
toríales, fué reducido a una mitad .de Ia iextensiórroriginal.
por el profesor ZASSENI:rA1JS. Es 1111a pena que hayavsido' .
necesario t0111ar tal decísi ón a(111 cuando: el propio S'CHUM~' ',.J ,"
PETE~ estuviera convencido de la «necesidad» de obrar: en . \ '
,tal sentido. .El resumen del- ensayo, conserva una' buena j' " I '

parte de sus virtudes. El' original fué iescrito por ,SCi-IU-M~ '1,

PETER pocos 'años después: de mantener una, prolongada po- ' ','('-
lémica con quien había .sidc su 'ma'estro.:~ BOHM-.BAWERK.,.
Es' ll1UY notable señalar que' no persisten 'huellas aprecia- .
bIes' del disgusto. que' semejante, polémica'd(~qjódejar eri'
el ánimo de S.CHUMPETER:al extremO 'd~ que 'en el. resto " ,
de su vida 'rehusó' siempre entablar cualquier polémica
con sus colegas. "En el ensayoidestaca poderosamenfevel.
unálísís de la obra. -fundaníental de BOHl\[-B'AWER~.: Kaoi-
tttl uJnd 1'{ct1'lit;a,lzi~s~ y [untamente con los elogios; 'que 'pro- \
tlig'tl un muycrmedída que en otros casos, señala. las li-
I n~dtnc:¡JnlUH du lit tcorfu del interés de Bol:'I~r ... BAV\7~RI{.
Otro 1J.'I'n'llf)' de CnStLY't)~ 1"08,}1o-11do a la fase americana
do S~ll UMi.lr¡~/,.l'gRI n H'lIH (tilos OH Hurvard : 1081 autores ,al1a~
· liz,t'LtloH sou 'l'A UHH;, (~) l'l'lSl.n~H, )~¡ J\1:1 J'CH'lCl t]'/f l¡s curioso, ad.. .:
I

vertír qUl: ~tiÜ}H tLlJt()"~~Kt peo(lttu'h1,du un 1110d10· ambiente


que siempre f\t~ ~Ntl',td'o lt I~"k"'ll nMl'H~l\lnt, sou los que recí-:
.. .. /
ben 'L111 hOt11'.,),'1'1 tt:! U "'11 (LH' culnroso, Sin. dudu la amlstad per-;
,

sonal, profunda y durndcru, que 'ltrd6 él SC11~U;Ml?)t'tUl~ ya·


TAUSSld,>há':: ·óbra.do:~ en
el sentido' 'de", provocar 'una:,'cierta':'
. ·úsobreval~ta~fqrl» . .q.~" un autQrctiy~:'·iriflueiicia·sobre la..~tl~.).
. señanza "d.e.l~·' Economía 'en l'os:.~Estados,:·Il1?-idQs .no-puede
.:. t.Ui1J,iln.iz~rse~.·',.sín '.: embargo,. ,qon··'J\1~TCHELL~ .prescindiendo
" .de, ~,:sus>.. contactos' . personales, ·le unió el profundo interés-
·p'or:.·un
. ',.:
J
problema .que fascinócsiempre..a
. '..
.'. ,'. .
SCJIUMPETER:'
\ .
.'el.. '. ' . "',

\ :l <le, las fluctuaciones rdel. sistema económico, '~1 ,probl.em~:'·


."·d~1,~i.c~9· económico. ". S:u~,.,·e.iit~·4ues fueron icasí. si~~predi . .
',' vergentes.. y entre s'Ú.á::,·t~·~spe~tivas..concepciones. metodoló~,.'.
.gicas' 'existió ·un.,'·~abistno,·:~~;tati,',janipJi'o como elrque .separó'; .
~:a;:;MENGE~lY~~' SéHMO]~~.~R:;.I'.;p~~º' . esto-fué ta:n·'s6~o.·'.l1n·ací- .:
i. I . cate' .para .SCHUMPET)tR. i;"'~'ún~'"'::~~i~áie' . que· le' 'llevó 'a" analizar
','la' obra de. Mlj'CJIEI/I/·.p~:ira .~l'e·$ta:ekr ·elconteitid·Q.> teórico-ira-
plícito de la mi~~a,pa.t~.'á\dvé~tli' .la·ide~tidad' fundamen- .
".-' t •.•
'ta:!; deIos estudios. económicos: ··,t:a· tercera': figura . .norteame-.
--,- .. " . . .: • "'-':.' · •. ·,,1." l.'
". . lo' "''''., "','."

ricana, Iaxle l)~YING. ~ISHERJ",e$t\lvDf,,·tÍ1as· c~rqa;'.4e~:'la~.··pre~ .


.dilecciones 'fundamentai~s' .de... ·.SC~,UMPE·*~R··.';(.e.:x:~epci¿l:1~ . . he- .
cha, .. naturalmente, '. de' .losivagos ·.. .ideales' de"· ;.F:I~H·ER· corno
reformista . bien.' 'intencionado ...~~I1.~· . sociedad' .americana} _y
por ello el ensayo revela .Iavadmiración.quc 'sintió. 'por- sus
. realizaciones en el campo .'dél valor," y ·ell.'''suS aportaciones
a la corriente de. pensamientoique dehí~:desembocar·'·en
I

:1:930 eri la constitución de la 1~có1ip1ne:tri_c Society ;. .'igu"ill-.,


mente expresa 5t1 disgusto .ante el despilfarro de las ener-
~'1tlH que 11'1'Sn:HR desplegó en 5118 campañas en pro de, la'
1(.:~rttLlrlH¡;~{:lc:t61') monetaria. :U11 último rasgo' unió a los dos· ~
110Ull:>1·,cs - ul bíógrufo y al bíograñado ...:... y este no .es ." "
otro que a¡ do su mutua incapacidad para dar ,origen ·á.
aquellos grupos especiales de individuos que .aparecen en
laeséena científica y que' reciben la denominación de . «es-'·'
cuelasn.; las palabras de SC1:'IUM1)E/I~ER con respecto -a . FI'S-
HER pueden. aplicarse perfectamente al 'propio·· S-CIIÚ'M~E'~
TER ,: «Sea cual fuere la. razón, él no fornlóescuela~ Tuvo
muchos .alumnos, pero 110 discípulos. ~Eti. sús .cruzadas. jun-
té sus 'esfuerzos con muchos grupos ,e:jn~ividuos.,"En.su'
.obra _. científica estuvo casi siempre solo....Así, ,tU:vo' q,-je .
prescindir de todos 105 beneficios..que ...:~'ª~·'.;~~'cu~las", .' p'l;ote-
.\ ..,.:.....;...
"

. \
'XVIII DIEZ IGRANDES ECONOM)'81'AS

giendo, interpretando y desarrollando cada. palabra del


maestro, confieren a su protagonista. No .exísten fislrcriu-
110S en e) sentido en que han existido rícardíanos y 111:.U·8 o

hallíanos y existen keynesíanosi (5). y nó, acaba aquí (\1


interés del ensayo sobre .FrsHER: en el mismo se
encuen-
tra una descripción perfecta del ambiente hostil qu.e rodeó
en los .Estados Unidos a un cierto desarrollo de la' teoría
económica que' tendía hacia el aumento de la especulación
pura. Para decirlo brevemente: sin FisHER no sería conce-
bible SAMUELSON·.
Finalmente restan los dos ensayos dedicados a dos fi-
guras máximas ·de nuestra ciencia: MARSHALI.. y KEYNFS •.
Dos economistas de Cambridge de amplia 'trascendencia
ambos, aún. cuando de muy distinta significación. Con
MA~SHALLJ la Ciencia Económica adquiere plenamente su
status profesional ; 'los Principies educaron a diversas ge- ~
neraciones de economistas ~n todo el mundo : su influen-
cia en el sentido de movimiento codificador' de la Ciencia
Ecollólnica,. excede de cualquier elogio. . El ensayo de
SCHUl\fPETER examinando el estado actual de la obra dé·

(5) Vid, el ensayo citado en la nota anterior, especialmente


ÍI, págs·. 38 y 39, nota 155. Una consíderacíón más detenida se
encuentra en el artículo de 'GoTTFRmD HAB~RLER: Joseph Aioie
scnumoeter, 1883..1950,' en Quarterly.· ¡ournal o/ Ec,onomics, agos-
to ,de 1950, págs. 370-372, especíalmente en el anaüsís de la de-
claración de principios contenida en la alocución de despedida
· que SCHUMPETER dirigió a sus alumnos de la Universidad de
Bonn :, «No deseo afirmar nada como definitivo; mi misión, si
tengo alguna, estriba en abrir puertas, no en cerrarlas. Nuncu,
he íntentado ' la' creación de una escuela schumpeteriana. No
existe ninguna ni debe ·existir ninguna... La Economía es 111lf1
ciencia y no una, filosofía. Por ello no debe haber «escuelas» nu
nuestro campo ... Solamente en Alemania existen media d()WHJn
de economistas que se contemplan 'como' cabezas de tEtloH «('11"
cuelas», como Iuchadores en ravor de la luz absoluta cont;t'n'IIt(l
tinieblas absolutas. Pero no es necesario combatir contrn U(lllH\
jante estado de cosas; noves. necesario luchar éontru Jo fIliO lu
propia vida irá eliminando. Contrariamente a la polítlon y u JO/i
negocios, el éxito ínmedíato no debe importar en Ju cf(nu~Ja.,.
i

y~, por mi parte, acepto el juicio de las generacíonea fU~."'ltlm.


ADVERTENCIA XIX

·arte" que fueron los Principle« ~11 cumplirse el medio siglo


I

de su aparición, es uno de los más agudos de la colección..


En el mismo ec aprecia verdaderamente la ,cualidad de
SCHuMPE'rEH. ele poder disociar sus sentimientos personales
I

del sujeto examinado. Nada más lejos de la Weltanschaung


schumpeteriunu que los ideales progresistas de un radical
victoriano corno, MAl<.s¡.rALL (<<'Confieso que pocas cosas son
. para mí más irritantes que la prédica de .una moral semi-
victoriana, aderezada con benthamisrno, la prédica, en fin,
de un. esquema de valores para la clase media, que ignoran
el encanto y la pasión»), y" sin embargo, el' ensayo con-
tiene una valoración soberbia del contenido estrictamente'
científico de Jos. Principles , una valoración' incluso entu-
siástica) aún cuando 1,10 dejen de señalarse las limitaciones
inherentes al pensamiento marshalliano, Posee también
gran significación el .reproche dirigido a ;MARSHALL ¡Jor
su posición equívoca COl1 respecto al empleo. de las. Mate-
máticas en: el razonamiento económico y. también el reco-
nocimiento 'de la habilidad suprema de· MA~SHALL para
," crear instrumentos analíticos, ya que, como es sabido,
.' MARSIIL\LL. ha sido "uno .de los iool-makers (como diría JOAN,
ROBINSON) más ·destacádosque presenta la' historia de la
Ciencia Económica. El tono empleado por 'SCHUM.'PETER
para describir 1~\ inevitable superación "de los Principies 01
Economics, puede servir de ejemplo a. todo aquel que deba
. emitir juicios sobre cuestiones parecidas. .
El ensayo sobre -I{EYNES cierra el volumen, y con el de
MARX que le sirve de. inicio, constituye un conjunto ~e
posible atracción para el lector medio. Si esto es indiscu-
tible en el caso de MARX) 19' va siendo cada día 'más en
el caso de I{EYNES. Es frecuente observar comentarios no
técnicos sobre los aspectos políticos y. sociales de Ja apli-
cación de Jo que suele denominarse, muchas veces inco-
rrectamente, «política keynesianan ; la expresión {(ocupa-'
ción plena» se emplea repetidamente en periódicos, deba-
tes parlamentarios, revistas,. etc. También aquí cabe re-
conocer que el ensayo es una magnífica introducci6n para
xx DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

quienes quieran comprender los extremos- fundamentales


de la contribución keynesiana. Cualquier especialista cono-
ce el hecho de .que SCH{TMPETER mantuvo una actitud de
marcada desconfianza frente a las posibilidades de aj-Ii-
cación general de las recomendaciones prácticas formuladas
por KEYNES en su célebre -obra General Theory o] Emblov-
meni J 1nierest., and M oney; y cualquier lector podrá ad-
vertir no sólo esta desconfianza, sino las razones en las
que estuvo fundamentada. N uevamente debe señalarse el
esfuerzo de SCH{!MPETER por destacar los aspectos más fa-
vorables de la obra keyn.esiana; el intento de ofrecer una
pintura viva y atrayente de !{EYNES como uno de los hom-
bres de mayor ingenio y' aptitudes de nuestra época, al-
canza un éxito notable, no obstando para ello la profunda
.antipatía que se profesaron ambos hombres. El análisis de
la obra keynesiana arrancando en su formación en Cam-
'bridge, y lo que esto significaba, pasando por I n dian Cu-
·rrency and Finance, las Economic Consequences of ihe
Peace , el Tract on ]fonetary Rejorm y el Treatise on 310-
ne~}'} para desembocar en la consideración detenida de la
General Theorv, es el mejor que existe en la literatura pro-
fesional no keynesiana.
El conjunto de ensayos, por la categoría de los bio-
grafiados y por quien fué tI b:~,gra:o. posee el suficiente
.interés para que tanto el especialista como el lector en ge-
neral experimenten con su estudio y lectura el sentimien-
to de admiración y de agrado que han despertado siempre
los escritos de Sc.H""olPETER.

FABLL, ESTAPÉ
PROLOGO
r'
1

I' E STOS ensayos fueron escritos en el transcurso de cua-


renta años, entre 1910 y .195°; los tres más antiguos (WAL'I".
RAS, B'OHM-BA\VERK, }\iENGER) en alemán, y los restantes
.. en inglés. Con la excepción del ensayo sobre MARX) fueron
escritos para diversas revistas económicas con ocasión de la
muerte de un economista o. para' conmemorar algún aniver-
sario, tal como el cincuentenario de los Principies de
!\fARSHALI~ o 'el centenario del nacimiento de P ARETO. POi'"
el hecho de haber sido escritos apresuradamente presiona.-
do por las circunstancias, SCr1:UMPETER creyó que no me-
recía la pena su publicación en forma de libro. Pero las in-
sistentes peticiones que le Ilegaron en tal sentido -toda
vez que las revistas en que habían aparecido los ensayos
eran inencontrables- tuvieron como consecuencia que po-
cos meses antes de su muerte, acaecida en enero de 1950,
consintiera en su publicación por la Oxford University
Press.
Los diez ensayos principales son los que eligió el propio
., SCHU:M:PETER) con la sola excepción del ensayo sobre I{ARL
J\1:ARX. El había proyectado incluir el artículo «The Com-
munist Manifestó in Sociology and Econornics», escrito
para el [ournal o] Poliiicol Economy (junio de 1949), con
objeto de conmemorar, con cierto retraso, el primer cente-
nario de la publicación del Moniiiesio Comunisia. Este ar-
tículo ha sido sustituído por la primera parte de su obra

I
· ~, .
( r
/ ,<

·1.
l;>IEZ..GltA;NDES·'OOO!'iOMrSTAS...
: .... 1
, " j

Ccipitalism J Sooialism a,nd Democracy. (The Marxian Dpc~'


trine, La doctrina marxista) porqué- en
la·:niis.lTIa¡Seen·9uen~,'
tra Ul1 tratamiento l11~tS, completo de '~ARX en sus .aspectos
de profeta" sociólogo, economista y maestro.. De-se.omani-'
festar mí pro:fuurltl gratitud hacia J\1r,. CASs'CANPrÉtn y.a \
I-IAltPnn. & .1~n,(YI~l;UC,RS 1>01" su generosa autoriz~ció.t1al¡Jer­
mitírme íncluír dicho OflSCtyo e11 la presente ,Qpfi.,·:Aptove-":
cho la. OPOl'tU111.dud puru ugTl1decer a -los directbi:~,s"ye4i';',.·
, tores de Q'u,a/rt{)rJ~l~! }'oru,1-?'lJaJl 01 Economice, ,Am,erítan:, .~co-·'
.' nomic l~eviat~) i lCcolno?nín lou?"I~a,l y ECQiÚ)m~fii,c·a"pór·
haber autorlzado ln p-rlhl¡{~nci6:l'i de los artículos que' ap are.'7;'
cieron originarinmcnte (;'11 (li(~'Ul14 rovistas : la antigua ~Z,eits~'
chrift ¡'Uf Volhs'l~n>rt"'l.'1talt YH :n.o <':UdHtC. .
Los tres breves Oft/i(lYUti eCYllt(j,II'i<'lC1H en el Apéndicev.so-.
bre K.NAPP J WITtSltlt J" llol~/I'I{l'lt\Vlt~~i fueron incluidos a con-,
secuencia de una iüdicucióu dl~'11 wofWH'tl" (~Oll''l~l'fl~IED HABER-·' '
L:gR J quien creyó 011 ln (~OIIV~qd(IIl{'ill (lo BU reimpresión Ji.
en la. oportunidad de que fortunrnu Illt'llto (~"O un mismo VO"" .
lumen C011 los demás 'Cl'lSllyon 1~¡oHr(1 fl,iOH, f,OR tres fueron
.escritos para el Economic ]o'utntt',I'(·\.dnlH, <ll\ ln 'que SCliUM~·
'PE'1ER fué corresponsal Ul1RÜ·1fU.'O (\t'IH\t' '1 q~,() II '['<J26, Y CO~
rresponsal alemán desde 3:927 n IC':~~;, ntlo 1(\11 ,~ll c'\'I(;11 aban.. ·
o' donó la Universidad de nonti ,!lIt'fU ll'H!\llldul'n(\ H Tlurvard.
Puede apreciarse la existcneln d(\ "1I1i('~¡t n'('IHl conexión
l' .e'ntreel .autor .y los eC0110'llliH.tfLH cuvn l,tOJ'jllllln HO traza en, <:
estos ensayos. No s610 admiró H'l'H\ (~l,rHn, ~dllo qu,v. 0011 una..
sola excepción, les conoció pCrHO-ltH'htll'lll(1 (1), (1 ill(~'ltlHO' sin-
tió hacia varios de ellos una c{lHdn IUIlf!,tncl. Nuvvruucnte la
excepción se refiere "a I{AnJ'f M'AHX, q\ti'llt Itltlf 1(, {'11 1883,
el año en el cual nacieron SClll1'Ml ' lt'I'It H v 1, 1~\'NI(nl el t11á5.
joven, <10' los diez. Con MAltX tuvo 11 ti"
(¡II:~H t '11 eotuún : Q o'

uun esnccic de visión del r)1'Ol~t'HO ""OIlC'tllll'IIL 11~1I HU pro-


])ia 'rhot1'rj! 01 J~r.onomi() .7)c'Uol('1nHI~'1I1 ('('(ttU r., d('1 d('iK~nvo.J.:.· '"

O) :t{~ILo 1\0 nllHon n lOH b:~d¡tv'1c':I'lHHI (~lit,tlffhHltlN ti.,


hltl <'1101. en..·
,/1H!~10" P¡'1IH'IUltl('/II'trll) (H1Hlrl;() n l(m 'Lt '(\tl l\(,(II Hlll lt " h 1ti ('flllllH'Oudldos.. >

OH (\1 !\ll('!ult,,(\ (~Ilhn t'h'(!h' (flH~(I'~ <HHHwhi !ttlIV 1,111 1l It WlllllJ'IIJlt" y-


l:woIHt'llh~lttfilll,(l (·t11t1,ó 'PllllOnhtlh\lrLo Imn I(N"PI~ ,V Itfllt'l'lttllIWla~1

,-.,-..
' ,
r '"
<,
'1" '

. t :

virniento económico), SCI-IUMPETER intenta. - formular «una.


teoría' económica pura del .cambio . económico que' 'no' se
apoye exclusivamente en factores 'externos para: impulsar.
, , ~1 '. 'sistema económico desde un equilibrio \ ,~'otro». E~. ~l .:
1" prefacio a la edición japonesa de dicha obra' -afirma: ( En
un 'principio 110' advertí con, claridad lo. que tal vez el t'ec~
tor considerará COlt1.0 evidente, es decir,' que.' esta 'idea, y,
esta fínalídad (las del propio S'CI{UM:eETER)~on .exactamén-.'
te' la misma idea y la l11ís111a finalidad que .subyacen. en',
las doctrinas económicas de l{ARr~ 1\fARX. En' efecto, .lo que
1e distingue de los economistas de su época y de aquellos , "

que le precedieron fuá precísamente una visión de la evo-.


t

lución económica considerada corno un proceso diferencia.. . ."


do, generado por el mismo sistema eC0116111ico.· En los de-
más aspectos se Iimit6 a' e}flplear y adaptar los conceptos
y 'las \proposiciones de la economía ricardíana, pero el' con-
cepto de la evolución económica, que' formuló rodeándolo ,
d~ un ropaje hegeliano superfluo le pertenece completa-
mente. E-s, 111UY probable que se deba 11 este' hecho el 'que-:
una igeneración de economistas tras otra se dirija. hacia su .
obra, aun cuando sean muchas las COSLtS que se pueden cri-
ticarde la misma». Nuevamente en el manuscrito de la
. Hisiorv of Economic llnal;ysis encontramos : «Dentro del
esquema general 'ele su pensamiento '01 desarrollo 110 ,es un
apéndice de la ccouomíu cstática, como ocurre' con los de . .
más economistas de HU época, sino el terna central. Y él,
concentró su capacidad unnlítica en la tarea de demostrar'
cómo el procesoecot16:rl'dcQ; variando ell virtud de su ló-
gica inherente,altertL Incesantemente la estructura" social,
y en realidad toda la sociedad). Ambos poseían en común ,
esta' visión pero llegaron a resultados ll1UY diferentes:' 'MA~:x:
llegó a 'la condena del capitalismo y SCHUMPETER 'fué un'
"ardiente sostenedor del ln ismo'. . ,
-- 'Para SCHUMPETER el progreso de 'la Ecónomía vcomo
1" ,ciepcia 'dependía de la visión y' de 'la' técnica. 'D'el mismo ''
modo queadmiraba a MARX por su·visiól;l del .proceso 'ecb->"
nómico, admir6 a WAt~AS) con quien ise reunió 'u~'a sola"
" '

"

, 4,
1.__ ~
4 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS.

vez, por su tecría pura. En la Hisiory ~¡' Economic A nd-


l:vsis dice sobre éste últirno : «. . .1a Econ'onlÍ~ es un autobús
que contiene muchos pasajeros con intereses y capacidades
inconmensnrnblcs, Sin ernhnrgo, en. cuanto se' rejiere 'a .la
ieoria jn,tl/ta.., WJ\I;'I~A~ es, en mi opinión, el más grande .de
todos los cconmuistns. Hu sistemn del equilibrio económico
reuniendo, corno 'lo hn(..~(j,lll cualidad ele creación «revolucio-
naria» canta cunlidud de :4fntl..:sis clásica, es, laúnica" obra'
debida a un CCOIH)IIIÍMtn que puede resistir una comparación
con las realizaciones de 1(\ ~FfHicn teórica» o

l\1ARX y WALH.AH ¡IHJI'on p610s contrapuestos:' el pri~ \


mero intentó dar una cxplicnción ]()g'ica elel cambio eC0-
nómico ; el segundo 1'108 <'116 «un upurato teórico ~ue 'por
vez primera, en la historia (1(: nuestrn ciencia, comprendió
efectivamente la lógica pura d(~ ln Tntcrdcpendencia .entre
cantidades económicas». '
Fué una característica de S~ITnMPH'.I'KR (2) que admirara .
y encontrara' útiles tanto la Historin coruo Ju 'I'eoría pura,
. tanto la Econometría corno las frl ':'lIHl c H compiluciones de
material empírico, tanto la Sociolonlu COllI() la Estadística ;
y la amplitud de sus intereses se rcf'loin en estos ensayos
biográficos.
Conoció a MENGER, BoI-IM-BA\VltH'K y WlgSIU{ durante
su época 'de estudiante en Viena. M:J:4:NnHH, que con f:US dos
discípulos B'OHM-BA\VERK y WIESHH.IH'Iüdc S(:I' considerado
uno de los fundadores de la escuela AustrIncn o Vienesa,
se había retirado ya: .de la enseñanza activa, y SCHUI\/fPETER
se' encontró con él solamente una o dos veces. Pero, en
cambío.. el autor de estos ensayos participó nctivamente en
., los seminarios de \",\.TIESER y de B'OJ-IM-BA \\'RH:K (19°4-1906);
más tarde' sostuvo una célebre polémica acerca del tipo de

dn IIABERLER dijo. en su ensayo publicado en el QuarterZy


Jourruü 01 Economics (agosto de 1950), que fué superado' por otros /
\. economistas en sectores concretos de- la ciencia. «Pero como maes-
tro de todas las ramas deIa Economía y por la multitud universal
de sus intereses, SCHUMPETER ocupa. un puesto único entre los
economistas contempo~áneos».' '.
PRÓLOGO. \

interés con B6Hl\I-BA\VERI~ (Z eitschrijt jü', Volks-mirtschajt,


19.13) ;' Y fue uno ele los tres oradores en la' celebración del
'septuágésinlo aniversario de WIESER en 1921., .
Aun cuanelo consideró siempre corno .de gran importan-
, cia la obra de la, escuela Austríaca, en la 'cual él se había
\~) formado, mostró pronto un ~ayor interés hacia otra es-
cuela que había desatollado una teoría de 1á utilidad margi-
nal : la escuela de Lausana que creció partiendo de la
.• obra de WAI,RAS. En, ·un cierto sentido, el ve'rda~lero fun-
dador ele esta escuela fué PARETO} el brillante discípulo de
WAT.RAS; quien sucedió a 'éste.. en la cátedra de Economía
Políti'ca de Lausana. Hasta hace. relativamente P9CO tiern-
po sus obras~ eran demasiado «matemáticas» .y demasiado
«teóricas» para los economistas ingleses y norteamericanos,
quienes encontraban también difícil (e incluso una. pérdida
de tiempo) la lectura de! obras de economía escritas en otros
idiomas, Sin embargo; 'la escuela de Lausana encontró .des-
de sus. comienzos dos seguidores norteamericanos de gran
reÜeve: IRVING FISI!ER y H. I,. Mooaa, Tres de los diez
~ ensayos de este libro son dedicados a WALRAS} ,PARETO y
FISHER. En el ensayo .sobre ;F'ARETo, (nota. la, pág. 157)
SCIIUl\tIP~TER' describe una 'conversación con él, en la cual
hablando acerca de diversos. economistas PARETO mostró la
gran consideración que' le merecía IRVING FISHER: «Fué
. para mí una revelación oírle (a PAREtro) ensalzar Capital
and Incomo (ele l~~ISI-IJtn.)).
En 1906, después ele haber terminado sus estudios en
Viena, SCH·uJ\fpu~rEn. marchó a Inglaterra,. donde residió al-
gunos meses. Con tal 1110tiVO tuvo la oportunidad de expre-.
sar sus, respetos a varios economistas británicos, visitando a
l\1AR:SHALL} por vez primera, en 1907. -El encuentro está des-
crito brevemente en una nota de la reseña de los Essays in
Biography de I{EYNES que SC:HUMPETER escribió para el
..E conomic [ournal, de diciembre de 1933. Comentando iel
ensayo de KEYNES sobre l\1ARSHALL escribió: «Es exacta-
mente tal como 10 vi (a MARSI-IALr~) en .1907, 'cuandornirán-
dale a través de 'la mesa en la que almorzábamos . le dije :
}
..
,

-
:'. "

. J. '."
, DIE'Z GRANDES jE:CONOMISXAS

, «Profesor, .después de nuestra conversación (sobre niis pla-


.nes científicos) me siento exactamente como" me sentiría si
fuera. un enamorado indiscreto inclinado a un:' matrimonio
arriesgado y usted un anciano tío, lleno dé benevolencia, .
que intentara dísuadírme». Me replicó : «y, así déb-e' ser; .
Porque si existe. nlgo tlutrCtB de' todo ello ,el tío habrá pre-,
dicado en VL\1l0», l'¡~l C:llHlt;y() contenido en 'el.presente,voIU'- :
men 111Ue~t1"CL clarnrnC;tl'tU lu elevada consideración 'que -Ie
mereció 'la obrnde :~1:J\~RH:tlAl'tl",; después de'. su· publicacÚSn' l.'

en la. ./1 'l1 ¿(J


f
l~cono(lnic ,l~lyvio7.v J recibió una breve nota
fl'ic(M 1b

escrita por J\1:A:R\1' :I\1:A.:H,S:r:rl\(I,:t'. (Cnmbridge, Inglaterra, .19: de . ,,'


julio de :t94I) que dccíu : «Acabe de' recibir, la .Americam:
11 conomic 1((J~icY1,v JI he lú1('h) G()IJl grau interés 'su análisis
del cincuentenario de lC:)H .P(l"ln(;i1~los ele ~(ARSHALL. He sa-
bido siempre 10 mucho (jl1,(J uatcd apreció su obra yme sa-'
1
I

tísface que haya, ttlJ:eo,vccltndo Hutuc;jnutc ocasión, para ex-.'


l

presar su opíníón con tuntu pCI'fwúc:i6:n Y' curiño,Especia!l-


mente el último párrufo eH de tlli, muyor agorado, Comparto'
C9n usted su admiración hacíu 01 ~4'OIWt01''¡al 01 Aiired.:
]V[arshalí de 1\1"1". l{.llY'1~1tS».
Los ec0110111ista s norteumcricuuos ('l~A'tlSS:rG'" FISHE~J
MITClIEI~~.) tratados en estos, CUBt.\)I(}8, cutrnron en relación
personal con SCHUMPlt'l\nn... probublomeutc, con motivo -del
i primer viaj e de éste a los Estado~, 'tJ:u 1d OH C:I1, el año aca-
démico '1913-1914 cuando prestó ~'l1S scrvlcios C0'1110 profe...
sor austríaco de intercambio en la TJnivc"I"H'¡"lnc1 do' Columbia.
Antes' de . dicha' ocasión. conocía ya sus ul U'tlH y hab'ía ini-. '
ciado una cor-respondencia, regular con J.l~AlJHHH1i Existe .una ¡

carta que .1~ escribió este, último (Cambridge, Mass. 27 de '.. ~ .


noviembre de 1912), en Ia-icual 1~AUSSlG felicita al joven .'
economista por su inglés, y que se refiere u la, discusión de I "',

un problema teórico suscitado por SClIUMPIC'tl~R. «No tengo


: nada que objetar COl1S-U. razonamiento ; pero' 1'11i propia in-
Í'
clinación me 'lleva a abordar estas cuestiones desde' Ul1 punto .. ,.'.
de vista más realista. »'rAUSSIGpresenta después algunos, grá-
ficos de curvas de oferta y. continúaIuego : «Desde hace mu-
chotiempo reflexiono ace~~a; de -Ia .oportunidad de aplicar el .

, ..,..
P~:ÓLOGO" . 7

"
mismo, razonamiento; altr~bajoque',él "qlle'
.'., '...; " .:, ' . ,-;'
ya
ha' sidQ.á,p1i¿a,.,~'
. ' : • , 1 , " , ' .:' ',,' "
..doalcapital y a latietr~, desarrollando-así 'u~at'eorÍ'~·!del·
'r . '

trabajo ba~da en la «renta»; he bosquéjad6yalaslí~e.a~'; ..'


.""
fUlldameniales',de un artículo .extel1S0 tratando .de'.estabu~~
. tiÓ~'L',Usted'conoce', por l',supu;esto,",elnlódo' "erl qU~" razona- ,
mientes deestaespecie. hansido ya;'intentados por mi 'amigo,'
'J.B:'CLARR, ymásr~ciente'Y detenid~mentépor I:R~I!~'G ,"
~"'IS(',HER. "La última palabra ac,~rca.,'de esta cuestión.no.fia
,sido pronunciada .todavía.. No. soy lo bastante inmodesto
como >para creerqueseré yo: .quienpronuncié esa 'última IJa:..
"labra, 'pero espero' realizaralguna contribución .al respecto.»
. ):.3r li.lIlistad iniciadade este modo cQntinu6.~ask,' latilúerté .
de T Á1JS,SI? en 1940.. \El1:<realid~d;'durante"'los 'primei9$', ~ños,
,! de su' estancia ,en .Harvard '{I93~-I937),SCHu¡\rPETnRvivi6,
, con /l(AuSSIG en el .riúmeró 2 de, Scott-Street. .
~,'... Igualmente estuvo ligado' por lazos de .admiración y: .de.'.
afecto ·'con. IR V':{NG .:f\ISHER;Y W~SLEY l\1ITC~ELt~'.,Co~". FIS~.. '
HER estuvo asociado en Ia rárea de fundar ·.l.a .«Econornetric'
',.Socie ty» . CuandO'SCHlJMPETER visitaba la~' .austera. réside:n"
ci~deFISHER eh, \'New 'I}aven'(do:nde el tab'~~~I,efhl~ohol,'
'. ",.' , ' . .
el café.e.incluso creo que l~,carrre" estaban proscritos). se" bro~'
, meaba 'jovialmente a este propósito.' preparándose 'un,' café
Iespecial. para el' «depravado»' visitante. La conversación des-
arrollada en uno' de estos nueek-ends de New Haven, haaido
descrita en un artículo del profesor G. H. B01JSQUE't de, la
Universidad de Argel (R euue d' économie politique n." 3, J

., 19pO): El artículo, necrológico sobre' WRSLtty MITCHELL in-


,cluído en este volumen fué terminado" una, semana o dos
antes del fallecimiento del propio, .ScliUMP!TER. Tanto,MIT~ . . :
:,C~~ELL como SCHUMPE'tltR trabaiaronsobre el problema.de Ios
CIclos'económicos, y ambos creyeron que: un estudiofrnctífe-'
;' roide ,"este fenómeno del desarrollo capitalista requ,erí~un.á',·'
,;investígacióniempírlca muy extensa. SCHUMPETER" recopiló
sus.propios.datos laboriosamente y casi sin;.. ,a~xilj.o,:d~,:terée~,
\,' -".,

ros, porqueésteera su modo de tr~b~jar".per0'sin.ti61'~iekpie'··"


.una-gran admiración hacia eJ hombre quepudó 'organizar

/'
8 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS,

«N ational Bureau» y emplear sus recursos con eficacia y


con inteligencia.
No trabó conocimiento con I{EYNES hasta 1927, aún cuan- .
do K.EYNES era desde hacía muchos años uno de los directo-o
res del Economic [ournal, y SCHUMPETER había sido su
corresponsal en Austria desde 1920. Por alguna razón, difícil.
de explicar, la relación entre ambos jamás llegó a ser íntima.
ni personal ni profesionalmente.
La traducción de los tres c-nsnyos sobre WALRAS, MENGER
y BOHM-BAWERI{ presentó civrtns dificultades. Tal como se-
ñaló Psur, S~'IU~~hV (,"U ~,11 introducción a' Lmperialism. and
Social Classes J y an tes I lAHIO~ r,gR en su ensayo en el Quar-
terly [ournal 01 !4;r.Otl01Hir.,·, ('1 estilo del alemán de SCHUM-·
PETER ofrece l11t1('1Ja~; <1ifi"ltlta<1vs para. su traducción. HA-
BERI"ER dice al I'(':-)I)("('to: ((SU vst ilo <literario algo rebuscado
puede se-r (lvs(,J'ito "OJlI() «barroco»; estilo que permitía dar
expresión a la ('olllplvja estructuru de' su mente, Se caracte-
riza por larnos pt'ríoc1os, por l1U111CrOSas frases que expresan
modif'ic.u-inru-s y reservas, por otras que modifican a las
mismas ruodif'icucioncs, por sutiles distinciones de signifi-
cados. I.;stas cualidades de su estilo resultan más pronuncia-o
das, COIllO cabía esperar, en sus escritos en alemán, ya que
el idioma alemán ofrece mayores posibilidades para las cons-
trucciones cornplicadas.» SCHUMPETER se díó perfecta cuen-
ta de este hecho, singularmente por 10 que hace referencia
al ensayo sobre BOHl\f-BAWERK. Creía que el ensayo sobre
BoIIM-BAWERK era demasiado extenso y que era necesario
ahreviarlo y escribirlo de nuevo pensando en los lectores
de habla inglesa. No cesaba de 'repetir enfáticamente que
de otro modo dicho ensayo sería «imposible».
I.~l ensayo sobre B'QHM-BAWERK ha sido reducido a una
mitad <1(11 original. La tarea de reducción fué realizada por
HAHERr.li~U y por el traductor, el profesor HERBERT ZASSEN-
HAUS, antiguo discípulo de SCHUMPETER. Deseo expresar
aquí toda tui gratitud al profesor- HABERI"ER y a los tres
traductores (W<)J',FOANG STOLPER, HANS W. SINGER y HER-
BERT ZASSENIIAlTS) por su generoso interés y ayuda.; y tam-
PRÓLOGO 9

bién a PAUL SWEEZY, quién leyó todas las traducciones con-


.migo, auxiliándome en algunos casos en la tarea de mejorar
el inglés y en la de esclarecer el significado. Algunas' veces
he introducido ciertas modificaciones cuando la traducción
literal de algunos pasajes resultaba demasiado complicada
u oscura. Esto ocurrió singularmente en el caso del ensayo
sobre BOH~I-BA\VERK. Por 10 tanto, las deficiencias de la tra-
ducción son de mi exclusiva responsabilidad.
Los restantes ensayos, que fueron escritos en' inglés, han
sido reproducidos aquí tal como fueron. publicados. No han
sido alterados ni corregidos, exceptuando lo que se refiere
a la corrección de pequeños errores de imprenta y' a unos
cuantos cambios para asegurar la uniformidad en detalles téc-
nicos tales' como las mayúsculas, la puntuación y la disposi-
ción 'de las notas a. pie de página.
ELIZABETH BOODY SCHUMPETER

Taconic, Connecticut, 2 de febrero de 1951.


KARL MARX
1818-1883

.LA DOCTRINA MARXI8TA(*)

L A mayor ;arte de las creaciones del intelecto o de la


fantasía desaparecen para siempre después de un, período
que varía entre una hora de sobremesa y una generación.
En otras, sin. embargo, no ocurre así. Sufren eclipses. pero
vuelven otra. vez, y vuelven no como elementos índiferen-
ciados de una herencia cultural, sino con su ropaje indivi-
dual y con sus cicatrices personales. que la gente puede ver
,y tocar. Estas son las creaciones que podemos llamar gran-
des; y es una ventaja de esta definición la de que ligue la
.grandeza a la vitalidad. 'I'omada en este sentido, esta es indu-
dablemente la palabra. que hay que aplicar al mensaje de
MARX. Todavía existe una ventaja adicional al definir la
grandeza de acuerdo con la reviviscencia : la hacemos in-
dependiente de nuestro amor o de nuestro odio. No tenemos
nec.esidad de creer que una gran contribución deba nece-
sariamente ser una fuente de luz inmaculada en sus
líneas fundamentales o en sus detalles. Por el contrario

(*) [)e Capitalism, sociaiism; and Democracu, copyright 1942.


by JOSEPH A. SCHUMPETER. Reproducido con autorización de Harper
& Bros.
12 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

POc1l'IIIOS creer que se trata de una potencia de las tinieblas;


lUHlvJIIOS juzgarla fundamentalme.nte errónea o estas en des- "
m-uerdo en cualquier número de, extremos concretos. En el
caso del sistema marxista, semejante juicio negativo o in-o
cluso su refutación exacta, permiten comprender, a través.,
de su impotencia para .derríbarla de modo definitivo, la fuer-
za de la estructura.
Los últimos veinte años revelan una resurrección' -mar-
xista extremadamente interesante.
El hecho' de que el gran maestro del credo socialista 'haya
alcanzado un reconocimiento pleno en la Rusia soviética"
no tiene nada de sorprendente. Y es, solamente, caracterís-
tico de semejante proceso de canonización que exista, entre
el verdadero significado del mensaje de MARX y la práctica,
e 'ideología bolcheviques, un abisrno tan profundo, por' lo'
menos, COlTIO el que existió entre la religión de los 'humildes.
galileos y la práctica e ideología de los príncipes de la
Iglesia y de los, nobles feudales de la Edad Media.
Pero existe otro rcsuruimicnto menos fácil de explicar :
el resurgiruicnto marxista en los Estados Unidos. Este fe-
nómcuo debe su interés al hecho de que hasta la tercera.
década del I>1"CSclltC siglo 110 existía una corriente marxista
importante ni en el movimiento obrero norteamericano ni
en el pensamiento intelectual norteamericano. El marxismo
que había existido hasta entonces, fué siempre superficial,
insignificante y sin consistencia. Además, el resurgimiento
de tipo bolchevique no provocó efectos similares ,en aquellos..
países que anteriormente habían sufrido una intensa in-
fluencia marxista, Singularmente en Alemania, que poseía
entre todos los países la más fuerte tradición marxista, una
pequeña secta. ortodoxa se mantuvo activa durante el auge
socialista de la postguerra, del mismo modo que 10 había.
hecho durante la depresión precedente. Pero los líderes del
pensamiento socialista (no sólo los aliados al partido Social-
democrático, sino también aquellos que en las cuestiones
prácticas iban mucho más allá de su prudente conservadu..
rismo) mostraron lTIUY poca disposición a 'volver a las ,anti- '(
'KARL MA.RX 13

guas máximas y, mieritras adoraban la divinidad, pusieron


especial cuidado en mantenerla a distancia y en razonar
sobre cuestiones económicas exactamente 10 mismo que los
restantes economistas. Fuera. de Rusia, por 10 tanto, el fe..
nómeno norteamericano se presenta aislado. Aquí no' debe-
mos ocuparnos de las causas, pero merece la. pena estudiar
los límites y eJ significado del· mensaje que han hecho suyo
tantos americanos (r) .

.T. - MARX): ~L PROl?ETA

No h~ sido por descuido que el título de este capítulo


presente una cierta analogía con el mundo de la religión.
'Existe algo más que una analogía. En un sentido importan-o
te el marxismo es ":lna religión. Para el creyente presenta,
en primer lugar, un sistema de fines últimos que dan un
sentido a la vida Y' que son criterios absoiutos mediante los
cuales se pueden juzgar hechos Y acciones; y, en segundo
lugar, presenta una guía hacia aquellos fines que implica
un plan de salvación y la indicación de los males que deben
'Ser evitados a la Humanidad o a una porción elegida de
-ésta. Podemos concretar más aún: el socialismo marxista
pertenece a aquel subgrupo que promete el paraíso en este
1ado de la tumba. Creo que una formulación. de estas carac-
terísticas por un hierólogo abriría, la posibilidad .de clasi-
.ficaciones y comentarios susceptibles de profundizar en la
-esencia sociológica del marxismo hasta un nivel inalcanzable
por un simple economista.

(1) Llas referencias a las obras de MARX serán limitadas, yno


-daremos datos acerca de su vida. Esto nos parece innecesario,
porque el lector que desee una lista de las primeras y. un esbozo,
general de la segunda, encuentra todo cuanto necesita para nues-
tros propósitos en cualquier diccionario, y especialmente en la
Encyc;lopaedia Britannica o en la Encyclopaedia ot the Social
Sciences. Un método conveniente para estudiar a MARX consiste
en comenzar con el primer volumen de Das Kapito; (primera tra-
ducción inglesa por S. MaoRE y E. AVELLING, editada por F. ENGELS,
1886). ,A pesar de la enorme cantidad de 'trabajos más recientes
.:-¡i~o creyendo que la biografía escrita por F. MEHRING es la mejor,
por 10 menos desde el punto de vista del lector corriente.
14 DIEZ GRANDES F;CONOMISTAS.

. El punto menos importante de ese carácter religioso, es


que explica el éxito del marxismo (2). Una realización pu-
ramente científica, aun cuando hubiera sido mucho más.
perfecta de 10 que fué en el caso de. MARX, no le habría
deparado la inmortalidad, en sentido histórico, que posee.
Ni tampoco 10 habría conseguido su arsenal de slogans
propagandísticos. Parte de su éxito,. aun cuando sea una
parte muy pequeña, debe atribuirse indudablemente al cú-
mulo de frases incandescentes, de acusaciones apasionadas
y de gesticulaciones coléricas, aptas para ser empleadas en
cualquier tribuna, que (,1 puso a disposición de su grey.
Todo 10 que necesita ser dicho sobre este aspecto de la
cuestión es que esas municiones hall servido y sirven exce-
lentemente a ~l1S fines, pero que la producción de las mis-o
mas 'acarrc6 unn desvcntnja : para forjar dichas armas,
aptas para la luchu (111 la arcnn social, MARX se víó forzado
más de una vez a ulterar, () a desviarse de, las opiniones
que se desprcudc-n 1(>gica1l1cntc ele su sistema. Sin embargo,
si MARX 110 huhicru sido más que un fabricante de frases,
hace mucho tiempo que habría sido olvidado. La Humanidad
no es 1l1UY agradecida con respecto a esta clase de servicios
y olvida rápidamente los nombres de los individuos que
escriben los libretos para sus óperas políticas.
Pero fué un profeta, y para comprender la naturaleza
de su obra es preciso considerarla dentro del marco de su
tiempo. Se había alcanzado entonces el cenit de las reali-
zaciones burguesas y el nadir de la civilización burguesa,
el tiempo del materialismo mecanicista, y todo ello en un
ambiente cultural que aún no había dado la menor señal
de que en él se estuvieran gestando un nuevo arte y un
nuevo estilo de vida, y que se entregaba a la banalidad

(2) La naturaleza religiosa del marxismo explica también la


actitud característica del marxista ortodoxo hacia sus adversarios.
Para él, COIDO para cualquier creyente en una' fe, el adversario no
sólo yerra, sino que peca. Las disensiones son censuradas, no sólo
desde el punto de vista intelectual, sino también desde el punto de
vista moral. No pueden admitirse excusas una vez que el Mensaje
ha sido revelado.
ItA,U • .MAItX 15

más repelente. La fe, entendida ,en cualquier sentido real,


estaba desapareciendo rápida.mente en todas las clases so~
cia1es, y con ella se extinguió el único rayo de luz (excep-
tuando 10 que pudiera derivarse de 'las iniciativas de
Rochdale y de las 'Cajas de Ahorros) en el mundo obrero,
mientras los intelectuales se declaraban plenamente satis-
fechos con la L6gica de MiLL y la Ley de Pobres,
Entonces, para millones de corazones humanos, el ll1;en-
saj e marxista del paraíso terrestre' socialista significó un
nuevo rayo de luz y un nuevo significado de la vida. Lla-
memos ·a la religión marxista una. impostura, si se quiere,
o una caricatura de la fe - y hay mucho que podría decirse
a este respecto - , pero no debe ignorarse ni dejar de admi-
rar la magnitud de la empresa. No importa si casi todos
aquellos millones de hombres fueron incapaces de com-
prender y apreciar el mensaje en su verdadero significado.
Este es el destino de todos los mensajes, Lo importante es
que el mensaje fuera escrito y presentado de tal modo 'que
resultara aceptable al espíritu positivista de su tiempo
- que era esencialmente burgués, sin duda - , pero no es
paradójico decir que 'el marxismo es esencialmente un pro-
ducto de la mentalidad burguesa. El resultado se consiguió,
de una parte, formulando con una fuerza que no ha sido
'superada el sentimiento de ser oprimido y víctima de malos
tratos, que es la actitud auto-terapéutica de los infinitos
fracasados, y, de otra parte, afirmando que la solución so-
cialista de dichos males era una certidumbre susceptible de
probarse racionalmente.
"Obsérvese de qué manera magistral se logra. anudar las
ansias o nostalgias extrarracionales que la religión en su re-
troceso había dejado desamparadas como perro sin dueño,
y las tendencias materialistas y racionalistas de la época,
que entonces se presentaban como ineluctables, y que no
podían tolerar ningún credo desposeído de un aspecto cien-
tífico o pseudocientífico. Predicar el fin apetecido habría
sido ineficaz; un análisis del proceso social habría intere-
suelo a 11110S pocos centenares de especialistas. Pero predicar
16 ' Dmz Ql\ANDmS mOONOMíS'XAS

, .:

desde su posición. de científico' y analizar C'011 -la mirada


puesta \a las necesidades .quetodos 'sentían, intensamente, eso
·fué 10' que atrajo 'adhesiones apasionadas 'y; 10 que confirió
al marxismo' el.tsupremo .privilegio, -que consiste enIa con-
.vicción de .que .lo.vuno es jt sostiene, jamás 'podrá Ser ven-
." -cido, 'sino ~que,por .el.vcontrario, ~;debeFá conquistar la, vic-
-t6ri~ final.. Co.móes 'natural -estorno. 'd,ismii1uy~'el\vaior
de ~l~ '~portaci6ndetlVrA~it,L,á':fuerza' 'person..~l·;·Y;cí 'destello,
," 'pt~fético operan; l'ñd:ependi~n~emerite,del'co,nte1;1ido"del 'ere- .,'
( '
, ,

" t.dó. Sin .ellas 'es .ímposible revelaren formaeficaz unanueva '
. vid~: yun hu'ev9signific~'d6~de''1~ vida.r Peroaqufno debe- .
" ,.., ,'", . .": ' ' ~,
, " " " '

~'mos ocuparnos' de eso'~,


' , ,

' , .: '. ",';


.. ,~Algol deb~rriosdec'ir; "eri catÚbio:'r~specto de l~"'consis~:
.téneiavlógica . y de. la
'corrección de: la 'tentativa. de. M'AR~ 1, \ l
I

"para demostrar la. inevitabilidad del socialismo. 'Pero 'es su-,· ~.',~ ".:,
ficiente una referencia a 10 que, más arriba denominamos" I

-su-forrnuláción de los' sentimientos de 'los muchos fracasa-.: .


"dos~ No ~e trató, por, supuesto, de una 'ver~a.dera.formula- .
-cíón de sentimientos reales" conscientes o St1bCOllscü~ntes.;- \ .
'Es más acertado considerarlo, COll1Ú' una tentativa para 'reem~,
"plazar sentimientos reales por U11a revelación, verdadera ,O
'falsa, de la lógica de' la evolución. social. Al obrar de este
-'modo y mediante la atribución a las masas de su propio .lema.".' '
," de la «conciencia de clases», falsificó, sin duda, la verdadera .\
""psicología de¡ obrero (que culmina en el d.eseo de convertirse
en, un pequeño burgués y' de ser ayudado para alcanzar: .¡,

"rucho status por la fuerza política), pero a medida que .sus I

" -enseñanzas se difundieron la amplió y la ennobleció. No, .' ,',1,' '.:,

, -derrarnó .Iágrimas sobre la belleza del ideal socialista. V'· .en.


" ~ -esto consistió 11110' de sus argumen tos para proclamar" su '~',
.superioridad ,con respecto a los que denominó Socialistas '\"
1 :•
' .
. Utópicos. Ni t8¡111POqO gloríficó al obrero, presentándolo ¡

: -como un/héroe del trabajo cotidiano, corno suelen hacer los


"burgueses cuando tiemblan por sus dividendos. Estuvo per·~"· ,: ',.t,'

fectamente libre de toda tendencia, tan evidente en ,algun'os,·


",de'su:s seguidores más, débiles, a .lustrar las botas del obrero."
2rób~bleínente .poseyó una clara percepción de lo querson
1,;

, ' ....

-;"", ',

1
"f. •
,,",,<.,
.
"- "'i 'JI.•

'
'1
lCA1UJ' M'AllX . I 17

las 111aSaS y 'dirigió S~l mirada, por encima 'de' sus cabezas, <

hacia losobietivos. sociales más-allá-de 10 que pensaran o


desearan. Asimismo, jamás ,e~pusÜ'y'predicó,ideales como
si hubieran .sido .fijados por- él.Semejantevánidad 'le ftié t

completamente ,extrapa.. Pel,~is~Q: ,modo~'quetÓdQ."verda ..


dero profeta se!:" declara .humilde ,p<?'rt~,Yozde ,su,, deidad,
Mi\RX pretendió .hablar'itan ,sólo, en nombre ~de ,la, lógica.del
proceso, dialéctico 'de" la', Historia ." "Existe' ,en, .todo. esovuna. . ~'
dignidad que. compensa ,~e\'mucha~ péll,rtéñec.es ;y" vulgarida-
des, con Ias-cuales; tanto .envsu -obra como' én"suvidá; '1

formó dicha dignidad \'U~a:i: alianza"verdaderamente ~. extraña...


'Otro puntovfinalmente, debe- serconsiderado. MAi~,x .fué,
pérsona1mente;'~!un,'~6mb~é",:.demasia~o, culto para "estar, de
acuerdo, con' aquellos vulgares defensores del-socialísmo iÍ1~,
capacesde reconocer-un t~lrIplo' ¿ti~ndo lo' ti,~nen,"a':la,.'vi's't~L
Fué perfectamente .capaz de'
:compr~rtder una :'civilizaciÓt1'.·
" y él yalo;',«relatitament,e,;absoluton d~ susvalores, por muy
.separado ~d.e~ .lamisma "que' pudiera sentirse. :En -este.sentido
110 'c~ be aducir .: unaprueba ,más· conVin~erlt~. de: 13l;l amplitud'
de' mirasvque vel M á,niji'es~o' Comunista, .que,·,cotistituye" .un .
reconocimiento 'incluso elogiosode las realizaciones-del. ca-
pitalis'mo(3): ;,y:,ai 'mismo 'tiel;lpo·,qU<fptont,tnció.' su I~énte'n-'
cía de',mu~er'tepro<'.futuro);'nunca .dejó :de .recoríocersu .nece-
sidad histórica; Eo~,~upuestÓ;",:'&em.~jante,actitud" implica
, . . • ./~. U . ,_ • ." l • l ' " I .'

I '1 1( f t ~ ", •

(3) E"'to' puede :parecer' tal' vezvuna' exagerácíón. 'Pero '6onsÍ..


I dérense las cttas vsfguíentesiextraídas de la, tradúccíón- ínglesa:
(l-ta burguesía•.. ' ha. sido la' primera, én' .dePlqs,trar': l? ·que .puede.
conseguir la, .actividad. humana. 'Ha:" re~l1za.d? maravillas que', sJ1~
peran las pírámídes de Egipto, los. acueductos .romanos. y .. las cate- ,
drales góticas. "La' burguesía. '. ~ 'atrae a todas, las naciones.. ~. hacia,
la civilización..., Ha creado" 'enormes .eíudades.... ,rescatando... de', ese"
modo a una .consíderable p~rte -de .la pobíacíón'de...la '~dio-tez. (sic I), ~.'
de la vida rural.... Laburguesía,' .durante su.reínado de' apenas un
siglo" ·ha creado' fuerzas. productivás. más ,masÍv:as .y colosales que
las creadas por todas . las generaciones anteríores . reunidas». :,Ob-
sérvese que, tedasvías re'a}izaCiohés.consideradas " son' atríbuídas
a ta burguesía "solamente,' queesmásde lo que 'muchos economis-
tas netamente burgueses .se atreverían a afirmar. 'Es esto' cuanto
ha querido decir en, lw frase del texto, .10. cualdíñere notablemente
de las opíníones del .marxísrno vulgar: demuestros días. o- de Ias
neyittldes-, que arrancan de VEBLEN y que muestran muchos radí-
culos modernos no, marxistas. " "
2
18 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

muchas cosas que el propio MARX no habría estado dispuesto


a aceptar voluntariam·ente. Pero, indudablemente, se vió
apoyado por la misma, y fué más fácil para éJ adoptarlo,
gracias a aquella percepción de la lógica or-gánica de las
cosas a la cual su teor-ía de la Historia le confirió una ex-
presión. Los hechos sociales revestían para él un cierto
orden, y pese a cuanto compartiera en algunos momentos de
su vida la mentalidad del conspirador de café, su verdadera
personalidad despreciaba esas cosas. El socialismo no fué
para él una obsesión capaz de borrar todos los demás colo-
res de. la vida y de crear un odio o un desprecio insano y
enfermizo hacia otras civilizaciones. Y en esto reside, más
que en cualquier otra cosa, la justificación para el título
que reclamó para su tipo de pensamiento socialista y de
voluntad socialista, ligados entre sí por la fuerza de su po-
sición fundamental, es decir, el título de Socialismo Cíen-
tífico..

11. - MARX, SOCIÓLOGO

Tenemos que hacer, ahora, una cosa que disgusta muchí-


simo a los creyentes. Corno es natural, ellos se ofenden ante
cualquier aplicación del frío análisis a 10 que para ellos es
la auténtica fuente de la verdad. Pero una de las cosas que
más les disgustan es el que se divida la obra de MARX en
partes resueltas para discutirlas separadamente. Ante tal
proceder suelen reaccionar diciendo que ello es una prueba
evidente de la incapacidad del burgués para comprender el
resplandor del todo, cuyas- partes se complementan y expli-
can recíprocramente, de tal modo, "que el verdadero signifi-
cado desaparece tan pronto como cualquier parte o aspecto
se examina aisladamente. Sin embargo, no podemos 'obrar
de otro modo. Al cometer semejante ofensa y pasar a con-
siderar a MARX como sociólogo, después de haber tratado a
MARX como profeta, 110 quiero denegar l1i la presencia de
una unidad de visión social que consigue dar en cierta me-
dida unidad analítica a su obra, y más aún una apariencia

. . . . . . . ,' I e

,~~ ' . . •• • .... ~ • .: '.. 't :' !" . . ... -, '1 •


19

tlt~ unidad, ni el hecho de que cada parte de la misma,


por independientes que sean intrínsicamente, fué. relacio-
nada por su autor con todas las demás. Además subsiste la
suficiente independencia en cada provincia de este vasto
reino para permitir que el estudioso acepte los frutos de sus
esfuerzos en una de ellas mientras rechaza los demás. En
semejante proceso se pierde buena parte del encanto de la
fe, pero algo se gana salvando verdades importantes y esti-
mulantes que poseen por sí mismas mucho mayor valor del
que tendrían si estuvieran unidas a un naufragio sin espe-
ranza.
Esto se aplica en primer lugar a la filosofía de MARX) de
la cual podemos prescindir de }lna vez por todas, Con su
instrucción alemana y con su mentalidad especulativa no
debe sorprender que poseyera una sólida formación y
un apasionado interés por la Filosofía. La filosofía pura,
del tipo alemán fué su punto de partida y el amor de su
juventud. Durante cierto tiempo, incluso, creyó que esa era
su verdadera vocación. Fué un neohegeliano, lo cual signi-
fica aproximadamente que si bien aceptaba las opiniones
y los métodos fundamentales de su maestro, él y su grupo
eliminaban y reemplazaban, por otras opuestas, las inter-
prctaciones conservadores de la filosofía de HEGEL, deriva-
das y aceptadas por muchos de sus otros seguidores.. La
citada formación filosófica se muestra en todos sus escritos
siempre que existe un pretexto para ello. No debe sorpren-
der que sus lectores alemanes y rusos, con similar formación
e inclinación mental, tiendan a destacar primordialmente
este elemento y a convertirlo en la clave del sistema. '
Creo que esto es un error y a la vez una injusticia
hacia la capacidad científica de MARX. Es cierto que durante
toda su vida se mantuvo- fiel a su primer.amor, Le compla-
('ían ciertas analogías formales que pueden señalarse entre
~iltS razonamientos y los de HEGEL. Consideró gustoso la
posibili<lacl de dar fe de su hegelianismo adoptando la fra-
~,l 'c .1(.~~ ín.

Bml.tOTfCA Of u FACU1-TAD
DE CIENCIAS FGONf\M'C~"
'rofelOl Emériro Dr. ALfREDO L. PAlACICJS
DIEZ. GRANDES ECONOMISTAS

Pero esto es todo. En ningún momento subordinó la


cienci.a posi ti va a la metaffsica. Estas cosas las proclamó él
miS1l10 en el prefacio a. la segunda edición del volumen I de
Das Kapiiol; y 10 que allí afirmó es cierto, y no cabe encon-
trar una prueba en contrario, ya que .analizando sus razo-
namicntos puede comprobarse que siempre descansan sobre
los hechos socinlos, e iguulmente que las verdaderas fuentes
de sus proposiciones 110 residen en el dominio de. la Fi1o-
sofía. Como l~H nutural los comentarios y críticos que par-
t

tieron también del lado filosófico fueron incapaces de darse


cuenta <1l' esto, torln Vl'Z que carecían de los conocimientos
necesarios uccrcn <1<.' 'las ciencias sociales implicadas. Por
otra parte, la propl'l1sil>l1 natural del constructor de sistemas
filosóficos, les incupucitnhn para toda interpretación que no
partiera (le alg 11 pri uci pio filosófico, Por esta razón acaba-
ú

ron por encontrar filosofía incluso en la mayor parte de las


simples uf 1'1 unc-iones sobre cuestiones de pura experiencia
económica, cnrutuinnudo (le este modo la discusión por vías
erróneas y cuguñando simultáneamente a amigos y ene-
migos.
Mxnx, corno sociólogo, emprendió su tarea con 1111 equipo
intelectual que consistía principalmente en un extenso co-
nocimiento de los hechos históricos y contemporáneos. Su
conocimiento de estos últimos. fué siempre un poco anti-
cuado, debido a que era un lector voraz en extremo, por 10
cual los materiales fundamentales, no comprendidos en los
periódicos, llegaban a su conocimiento con cierto retraso.
Pero difícilmente le escapó 'ninguna. obra histórica de su
tiempo que tuviera importancia o amplitud general; aun
cuando no se pueda decir 10 mismo con respecto a buena
parte de la literatura monográfica. Si bien no es posible
alabar 10 completo de su información en este campo en la
proporción en que más adelante ensalzaremos su erudición
en el campo de la teoría económica, fué capaz de ilustrar
sus visiones sociales, no sólo mediante amplios frescos his-
tóricos, sino también con numerosos detalles, la mayor parte
de los cuales, en 10 que .respecta a su autenticidad, estuvie-

\.,'

I
I(AlfI. MAHX 21

rOI1 por encima del nivel alcanzado por otros sociólogos de


su tiempo. Estos hechos los abrazaba con una mirada que
atravesaba las irregularidades de la superficie para llegar
a la grandiosa lógica de los hechos históricos. Y en esto no
había solamente pasión, ni tampoco.. únicamente, impulso
analítico: existían ambas cosas. Y el resultado de.su tenta.-
tiva para formular aquella lógica, la llamada Interpretación
Económica de la Historia (4), es, sin duda, una de las ma-
yores contribuciones individuales de la Sociología hasta
nuestros días. Ante la misma se hunde en la insignificancia
la cuestión de si tal contribución fué o no enteramente ori- •
ginal y la de hasta qué punto deba atribuirse cierto mérito
a sus predecesores alemanes y franceses.
La Interpretación Económica de la Historia no significa
que los hombres sean, consciente o inconscientemente, im-
pulsados por. motivos económicos. Por el contrario, la ex-
plicación del papel y del mecanismo de los motivos no eco-
nómicos y el análisis de la forma en que la; realidad se
refleja en la psiquis individual es un elemento esencial de
teoría y: una de sus aportaciones más importantes. J\fARX no
sostuvo' que las religiones, metafísicas, escuelas artísticas,
ideas éticas y decisiones políticas pudieran reducirse a
motivaciones económicas o carecieron de importancia. Tan
s{)10 trató de revelar las condiciones econámicas que las ori-
ginan, informan y que cuentan en su auge y en su caída ..
] ~l conjunto de los hechos y de los argumentos expuestos
por MAX WEBER (5) encajan perfectamente en el sistema de
MARX. $

Los grupos y las clases sociales y la forma en que estos


g-rupos o clases se explican su propia existencia, situación
y conducta fueron, por supuesto, 10 que le interesó en

(4) Publicada por vez primera en él violento ataque a la obra


de PROUDHON, Philosophie de la Misere, titulado Das Elend aer
Philosophie, 1847. Otra versión fué incluída en el Manifiesto co-
munista, 1848.
(5) 'Lo anterior se refiere a las investigaciones de WEBER en
el campo de la sociología de las religiones y especialmente a su
t",moso estudio Die protestantische Ethik usui tier Geist des K api-
taUsmus, reimpreso en la edición de sus obras completas.
22 DIEZ GRANDES ECONOMIStAS

mayor grado. Frente a los historiadores que aceptaron aque-


llas a.ctitudes y sus correspondientes formulaciones verbales
(las ideologías o, como habría. dicho J>ARETO J las dérivaiionsv
en su 'valor nominal y que intentaron' interpretar la realidad
. social por medio de las mismas, adoptó una actitud de des-
precio colérico. Pero si las ideas o los valores no fueron para
él 'los primeros motores del proceso social, tampoco fueron
simple humo. Si, se me permite emplear un simil mecánico,
tenían en" el mecanismo social el papel de correas de trans-
misión. No podemos detenernos aquí considerando el inte-
.' re santísimo desarrollo de postguerra de aquellos principios'
que. nos permitirían' explicar mucho mejor toda esta cues-
tión" es decir, la Sociología del Conocimiento (6). Pero fué
necesario decir todo 10 anterior porque MARX ha sido cons-
tantemente mal interpretado a este respecto, Incluso su
amigo ENGELS J ante la tumba abierta de MARX} definió la
teoría en cuestión afirmando que precisamente quería sig-
nificar que los individuos y los grupos actúan primordial-
mente estimulados por móviles económicos, 10 cual en
varios aspectos importantes es falso y en 10' restante lamen-
.tablernente trivial.
y ya que tratamos de la cuestión podemos de pasada
defender a MARX contra otra interpretación errónea: la in-
terpretación econámica de la Historia ha sido denominada
frecuentemente ·la interpretación' materialista. El mismo
MARX la llamó de ese modo. Semejante frase aumentó lTIU-
chísimo su popularidad entre algunos, mientras motivó en
otros un aumento en su impopularidad. Pero carece por
completo de significado. La filosofía de ~AR~ no es más
materialista que la de HEGEL} y su teoría ,de la Historia no
es más materialista de cuanto pueda .serlo cualquier otra
.tentativa de explicación del proceso histórico que recurra

I ,
(.6) El. término alemán correspondiente es, Wissenssoziologie,
y los nombres más destacados a mencionar en esta conexión son
los de MAx SCHELER y KARL MANNHEIM. El artículo de este último
sobre el particular en el Diccionario alemán de Sociología
(Hanau'orterbuch 'der Soziologie) puede servir como una intro-
ducción. '
!ChaL 1Vf.I\RX 23

los medios de que dispone. la ciencia empmca. Debería


comprenderse que semejante interpretación es perfectamente
compatible desde el punto de vista lógico con cualquier
creencia metafísica. o religiosa, del mismo 'modo que 10 'es
cualquier descripción física del mundo. La misma teología
medieval ofrece' métodos mediante los cuales ,es posible es-
tablecer la citada compatibilidad (7).
Lo que la teoría dice realmente puede ser expresado con
las dos proposiciones siguientes: ,1. 0 Las formas o condicio-
nes de la .producción son los determinantes fundamentales
de, las estructuras sociales, las cuales, a su vez, originan
actitudes, acciones y civilizaciones. MARX ilustró su idea
'con su célebre frase de que el «molino de mano» creó socie-
dades feudales y el «molino de' vapor» sociedades capitalis-
tas. Esto acentúa el elemento tecnológico de manera peli-
grosa, pero puede aceptarse teniendo en' cuenta que la
simple tecnología. no lo, es todo en tal afirmación. Vulgari-
zando un poco el argumento, aun cuando debamos reconocer
que al hacerlo perdemos .buena parte del significado, pode-
mos decir que nuestro trabajo cotidiano es 10 que forma
nuestros, espíritus, .y que es nuestra situación dentro del
proceso productivo 10 que determina nuestra 'visión de las
cosas ~ o el lado que vernos de las cosas - y el espacio
social que podemos dominar. 2. 0 Las formas de producción
poseen su lógica propia; es decir, cambian de acuerdo con
necesidades inherentes a las mismas, de manera que engen-
dran sus sucesoras mediante su propia evolución. Utili-
.zando el mismo ejemplo de 'MARX} podemos decir que el
sistema caracterizado. por el «molino de mano» crea una
situación económica y social en la cual la. adopción de un
método mecánico de molienda se convierte en una necesidad
práctica. que los individuos o los grupos son impotentes para
alterar. El auge y elfuncionamiento del «molino de vapor»,

(7) He conocido a varios radicales católicos, entre ellos un


sacerdote, todos ca tólícos devotos, que adoptaban este punto de
,vista y que de hecho se declaraban marxistas en todo salvo en las
Cuestiones que afectaban a su fe.
24 ~ DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

a su vez, crea nuevas funciones y situaciones sociales, nue-


vos grupos y nuevas actitudes, que se desarrollan e influyen
mutuamente de tal modo que rebasan los' límites de su
propia estructura. Aquí tenernos, entonces; al elemento pro-
\.
pulsor que es responsable, en primer lugar,.. de todos los
cambios económicos, y COTI10 consecuencia de esto, de cual-.
quier' otro ca~bio social; un elemento propulsor cuyo' mo-
vimiento 110' requiere ningún impulso ajeno al mismo.
Es indudable que ambas proposiciones contienen una
gran parte de verdad y que son, como podremos comprobar
en diversas fases de nuestra exposición, .unas hipótesis de·
valor incalculable. La mayor parte de las objeciones co-
rrientes fallan por completo, como, por ejemplo; aquellas
que recurren a la influencia de factores éticos o religiosos,
o la que expuso EDUARDBERNSTEIN, quien con deliciosa sen-o
cillez afirmaba que «los' hombres tienen cabeza» y que, por
10 tanto, pueden obrar como quieran. Después .de 10 que-
hemos dicho más arriba apenas eSI necesario señalar la
fragilidad de semejantes argumentos: por supuesto los hom-
bres «eligen» el curso de su acción y de su obrar, el cual no,
les es impuesto por los factores objetivos que comprenda.
su medio ambiente, pero eligen, desde puntos de vista, ow-
niones y .propensiones que no forman otro conjunto inde-
pendiente de factores, sino que son modelados por los
factores obj etívos. +

Sin embargo, subsiste la cuestión de si la 'interpretación.


económica de la Historia es algo más que una aproximación
conveniente de la que cabe esperar funciones menos satis':', I

factorías "en algunos, casos de. 10 que 'pueda hacerlo en


otros. Es necesario .consíderar una limitación evidente desde-
el principio. Las estructuras soclal~s, Íos tipos. y las actitu-
· des son. monedas que una v-ez' acuñadas no se funden fácil..
mente. Una vez formadas persisten, probablemente, durante
siglos, y toda 'vez que las diferentes estructuras y tipos \
'muestran en distinto grado esta facultad de supervivencia,
'casi siempre podremos observar que la' conducta real dé
grupos y naciones se separa en mayor o en menor medida.
,I

KARL MARX
I

de cuanto, deberíamos esperar si tratásemos de deducir dicha


'conducta en la fOr111a dominante del proceso productivo.
Aun cuancio esto se aplica con carácter general, se advierte
I

con mayor claridad cuando una estructura. muy duradera se


transplanta enteramente de un país a otro. La situación
social. creada en Sícilia por la conquista de los normandos.
puede/servir de ejemplo. Msnx no .olvídó estos hechos, pero-
difícilmente llegó a comprender todas sus implicaciones.
\ Existe un caso análogo cuya significación es todavía.
más jmportante. Consideremos la aparición del tipo feudal 1 \
I •

depropiedad agraria en el reino, de


los Francos durante los
siglos VI y VII. Se trató, ciertamente, de un importante acon-
tecimiento que dió forma a la estructura social durante va-
rios rsiglos y que tamb{éninjluy6 sobre las condiciones de-
laproducci6n comprendidas las necesidades y la técnica..
J

- Pero su interpretación más simple puede encontrarse en. el


hecho de que familias e. individuos. que habían ejercido an..
teríormente funciones de mando militar, se transformaron'
_(conservando, sin embargo, las citadas funciones) en señores.
territoriales después de la conquista definitiva del nuevo-
territorio.. Estot no. encaja. muy perfectamente en el esque-·
.
ma marxista, e incluso podría ser interpretado de tal roa- .
nera que apuntara en dirección opuesta. Sin. duda. e~ posible·
solventar .105 problemas originados por hechos o fenómenos:
similares mediante hipótesis auxiliares; pero la necesidad.
de recurrir a hipótesis auxiliares suele ser habitt1~lmente el
comienzo del fin de una teoría.
Muchas otras dificultades que surgen al intentar inter-
pretaciones históricas empleando los' esquemas' marxistas.
pueden ser resueltas admitiendo, en cierta medida" la exis-'
\ tencia de' una dependencia recíproca entre la esfera de la.
i producci6n y otras esferas de la vida, social (8). Pero el
encanto de la verdad fundamental que rodea a aquel .esque-
ma depende' precisamente del rigor y sencillez de la relación'

(8) . En la última fase de su vida, ENGELS 10 .admitió' franca--


mente. YI más lejos aún, en esta dirección, negó /~LEKHANOV.

,1
26· DIEZ GRANDES EOQNOMISTAS

unilateral que proclama. Si esto. se pone en duda, la inter-


pretación económica de la Historia debe reducirse a ocupar
el papel y a alinearse juntamente, con otras proposiciones
análogas - como una de tantas verdades parciales - o si no
ceder el paso a otra que exprese 'una verdad más funda-
·mental. Sin embargo, no por esto queda disminuído ni su
categoría como obra ni su utilidad como hipótesis de
trabajo.
Por supuesto, para el creyente se trata simplemente de
la clave para todos los secretos de la Historia de la Huma-
. nidad. Y si a? veces nos sentimos inclinados a sonreír ante
-algunas aplicaciones casi ingenuas de la misma, debemos
recordar siempre a qué,'clase de argumentos sustituyó. In-
cluso la desventurada hermana de la interpretación econó-
'mica de la Historia, la Teoría Marxista de las Clases
Sociales, aparece bajo tina luz más favorable tan pronto
-como tenemos' esto en cuenta.
Una vez más, 10 primero que hemos de registrar es una
.importante contribución. Los economistas han sido extra-
ñamcnte lentos en el reconocimiento del fenómeno de las
clases sociales. Desde luego es, cierto que siempre distin-
guieron en clases diversas a las personas cuya intervención
motiva los procesos objeto de su. análisis. Pero tales clases
'no eran más que conjuntos de individuos que poseían una
determinada característica en común: así, algunos indivi-
duos fueron clasificados corno terratenientes o como obre-
. ros, porque poseían tierras o vendían los servicios de su tra-
bajo. Las. clases sociales, sin embargo, no son entes ima-
ginados por el observador en sus, clasificaciones, sino entes
vivos que existen como a tales. Y su existencia entraña
-consecuencias que son enteramente ignoradas si se recurre"
.a un esquema que contempla la sociedad cómo si fuera una
.asamblea ~ amorfa de individuos o familias. Todavía está por
decidir la importancia exacta del fenómeno de "las clases
en la investigación del campo de conocimientos de la teoría
económica pura. Sin embargo, está fuera de toda "discusión
-que tiene gran importancia para muchas aplicaciones prác-
KARL MARX 27

'ticas y para todos los aspectos más amplios del proceso so-
cial en general.
Hablando en sentido figurado, podemos decir que las
clases sociales hicieron su aparición en la famosa propo-
sición contenida en el Manijiesio Comunista) que afirmaba
que la historia de la sociedad es la historia deJa lucha de
clases. Por supuesto, esto equivale a expresar dicha propo-
sición en su .forma más radical. Pero incluso si reducimos
su alcance a la proposición de que los hechos históricos
pueden ser interpretados" frecuentemente en términos' de
intereses y'. actitudes' clasistas y de que las estructuras
de clases existente? son siempre un factor importante en la
interpretación histórica, subsiste todavía lo suficiente para
que podamos hablar de una concepción casi tan valiosa
como lo fué la propia interpretación económica de la His-
toria. 1

Claro está que el éxito en el camino de avance, abierto


por el principio de la lucha de clases, depende de la validez
"de la teoría particular de las clases que adoptemos. Nuestra
visión de la Historia y todas nuestras interpretaciones de
las formas culturales y el mecanismo del cambio social serán
distintas según elijamos, poi ejemplo, la teoría racial de
\ las clases sociales, y al igual que ,GOBINEAU reduzcamos la
'historia humana a la historia. de las luchas raciales o "la ~eo­
ría de las clases inspirada en la división del trabajo, como
hicieron SCHMOLI~ER y DURKHEIM) reduciendo el antagonismo
de las clases en antagonismos entre los intereses de los dis-
tintos grupos profesionales. Y ta111pOCO se limita el campo
de las posibles diferencias en el análisis al problema de la
naturaleza de las clases. Cualquiera que sea nuestra opinión
acerca de la cuestión, surgirán diferentes interpretaciones
a consecuencia de distintas definiciones del interés de
clases (9) y de las distintas opiniones sobre la forma en que

(9) El lector se dará. cuenta de 'que las opíniones individuales


acerca de 10 que son las clases y sobre lo que provoca su existencia
no bastan para determinar cuáles sean los intereses de esas clases .
y cómo obrará cada clase con respecto a lo que «ella» - sus diri-
gentes por ejemplo, o sus miembros - considere o sienta, a largo
28, DIEZ GRANDES ECONOMISTAS·

se manifiesta la acción clasista. La cuestión que nos, ocupa


sigue siendo un avispero de prejuicios 'Y puede decirse que
apenas ha. llegado a U11 estadio científico.
Es curioso que ]\!rAHX nunca, que nosotros sepamos, ela-
boró de manera sistemática 10 que sin duda fué 'uno de los.
pivotes de su pensamiento. Es posible que' aplazara la tarea
hasta que fné dcmasindo tarde, precisamente porque pensa-
ba tanto en tóriuinos de clase hasta el punto que no' creyó
necesario molestarse en elaborar una formulación definitiva.
Es igualmente posible que algunos' de los puntos de la mis-
TIla perrnanccierun Hin resolver en su propia mente, y que
su camino hacia una tuorín completamente desarrollada de
las clases sociales qucdnrn obstruídc pos las dificultades
creadas por 61 1111,S11 10' al insistir en una concepción del fe-
nómeno puramente económica y excesivamente simplifi-
cada. Tanto 61 C01110 sus discípulos, ofrecieron aplicaciones
de su teoría incouuilcta a Iormus particulares, de los cuales
su propia Hístoria. de la. iucha de clases en Francia es el
ejemplo ntllS destacado (r o). Aparte de esto no se ha alean-
zado ningún progreso. real. La teoría principal de sus segui-
dores, }~NGl~r.,S) pertenecía a las inspiradas en la división del
trabajo y era esencialmente no marxista en sus implicacio-·
nes. Si prescindimos de esto no quedan. más que detalles.
sueltos y apercus - algunos. de ellos de sorprendente ftler-
za y brillantez - ' diseminados en todos los escritos del
maestro, singularmente en Das Kapiial Y en el 111an,ifiesto
Comunista.

o a corto plazo, errónea o correctamente, ser su interés o intereses.


El problema del interés de grupo está de por sí plagado de espinas
y de trampas, completamente independientes de la naturaleza de
los grupos estudiados.
. (10) otro ejemplo viene dado por la teoría socialista, del. im-
perialismo, que más adelante consideramos. La interesante tenta-
tiva de o. BAUER de interpretar', los antagonismos entre las díver-
sas razas que existían en el Imperio Austro-Húngaro como una
lucha de clases entre capitalistas y obreros (Die Natiotuüitiiten-
traae, 1905), merece también ser mencionada, aun cuando la habi-
lidad del analista sólo sirve para poner de manifiesto la inadecua-
ción del instrumento. ·
KAH~ MAHX 29

La tarea de ensamblar los referidos fragmentos es deli-


cada. y no puede ser abordada aquí. Sin embargo, la idea
básica es suficientemente clara. El principio de estratifi-
cación consiste en la propiedad o en la exclusión de la. pro-
piedad, de los medios 'de producción, tales como fábricas, ma-
quinariavmaterias primas y los bienes de consumo que entran
en el presupuesto del obrero. Tenemos así, fundamentalmen-
te, dos y tan sólo dos clases sociales: los propictarios-s-capi-
talistas-y loe que no son propietarios, los cuales están obli-
gados a vender su trabajo: la clase trabajadora o proletaria-
do. La existencia de grupos intermedios, tales como son los
formados por campesinos y por artesanos qu~ emplean traba-
jadores pero que también realizan labores manuales, j or los
oficinistas o por quienes ejercen profesiones, liberales, no se
niega por supuesto; pero son tratados como anomalías que
tienden a. desaparecer en el curso del proceso capitalista. Las
dos' clases fundamentales son, gracias a la. lógica de su posi-
ción,' y con completa independencia de cualquier voluntad in-
dividual, esencialmente antagónicas. Dentro de cada clase
pueden existir escisiones, así como tienen lugar colisiones
entre los .subgrupos, susceptibles de poseer una importancia
histórica decisiva. Pero en última instancia tales escisiones
y colisiones son incidentales. El único antagonismo que no
es 'incidental, sino inherente a la estructura de la sociedad
capitalista se funda. en el dominio privado de los medios de
producción: la verdadera naturaleza de la relación entre la
clase capitalista y el proletariado es la lucha, la. guerra de
clases.
. Corno VerelTIOS en seguida, MARX trata. de demostrar
cómo en la guerra de clases los capitalistas se destruyen
unos a otros y que finalmente destruirán al sistema capita-
lista igualmente. También intenta demostrar que la posesión
de capital lleva a una mayor acumulación. Pero este tipo' de,
,razonamiento, al igual que la definición. que convierte la
posesión de algo en el carácter constitutivo de una clase
social, sirve únicamente para incrementar' la importancia
de la cuestión de la «acumulación primitiva», es decir, de la
30 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

cuestión de cómo consiguieron los ~capitalistas llegar a


serlo por vez primera o de cómo adquirieron el stock de
bienes que de acuerdo con. la doctrina marxista fueron nece-
sarios para. que pudieran iniciar su tarea de explotación.
Sobre esta cuestión MARX es mucho menos explícito (1.1).
Rechazó despectivamente la fábula infantil burguesa iKin-
derfibel) de que algunos individuos con preferencia a otros
se convirtieron, y siguen convirtiéndose, en capitalistas
merced a una inteligencia superior y a una mayor energía
en el trabajo y en el ahorro. No cabe duda de que acertó
al reírse sarcásticamente de la historia \sobre los buenos.
chicos. Porque 'es evidente que provocar una carcajada es,
sin duda, un .método excelente de eludir una verdad molesta
como sabe muy bien, cualquier político. Nadie que observe
los hechos históricos y contemporáneos con espíritu exento
de prejuicios puede dejar de observar que aquel cuento
infantil, si bien está muy lejos de contarnos la verdad en-
tera, contiene una gran parte de ella. La inteligencia y la
energía por encima de 10 normal cuentan en el éxito indus-
trial y singularmente en la creaci6n de posiciones indus-
triales, en una proporción de nueve sobre cada diez casos.
y precisamente en' las fases iniciales del capitalismo y -de
cada carrera individual en la industria; el ahorro fué y es
un elemento importante en el proceso, aun cuando su fun..
ción no coincidiera exactamente con la. que le asignaba la
economía clásica. Es cierto que generalmente nadie alcanza
el status de capitalista (patrono industrial), ahorrando de
un jornalo sueldo para equipar una fábrica con los fondos
reunidos de dicho modo. E~ grueso de la acumulación pro--
cede de los beneficios y, por 10. tanto, presupone beneficios,
siendo ésta la razón suficiente para distinguir el ahorro de
la acumulación. Los medios necesarios para poner en mar-
cha una empresa son normalmente obtenidos tomando a
préstamo los ahorros' de otras personas, cuya presencia. en
pequeñas cantidades es "muy fácil de explicar, o los depó-
(11) Vid. Das Kapital, Vol. l., Cap.. XXVI:. «El secreto de la
acumulación primitiva».
'(AlU. MAUK 31

HitO:-\ que los Bancos crean para ser usados por el empresa-
rio potencial. Sin embargo, este último debe ahorrar, como
regla general: la función de dicho ahorro es la de dispen-
sarle de la fatiga diaria para procurarse su pan cotidiano,
así como de darle un respiro para mirar a su alrededor,
desarrollar sus planes y obtener 'las colaboraciones necesa-
rias. Desde el punto de vista de la teoría económica, MARX
tenía razón - aun cuando exageró sus afirmaciones -
cuando negó al ahorro el. papel que los clásicos le habían
atribuído. En 10 que no tuvo razón fué en la inferencia
que extrajo de su proposición. Y en cuanto a la carcajada
aludida, no posee mucha mayor justificación de la que ha-
bría tenido de ser cierto la teoría clásica (12).
Sin embargo, la carcajada prestó su servicio y contribuyó
a facilitar el camino a la otra teoría de MARX, la de la. acu-
mulación primitiva. Pero esta otra teoría no es tan definida
como sería de desear. La fuerza, el robo, la subyugación
de las masas que facilita su expoliación y los resultados del
pillaje que facilitan a su vez la subyugación, todo esto, por
supuesto, estaba muy bien y encajaba admirablemente con
las ideas corrientes entre los intelectuales de todos los ti-
pos, y más aún en nuestros días que en los de MARX. Pero
evidentemente no resuelve eJ problema, que es precisamen-
te el de explicar cómo algunos individuos adquieren el poder
para subyugar y robar. La literatura popular no se ocupa de
esto, ni yo creeré jamás que deba dirigir la pregunta a los
escritos de JOHN REED. Pero aquí nos ocupamos de l\1ARX.

(12) No quiero detenerme para destacar, aun cuando deba men-


cionarlo, que la misma teoría clásica no es tan errónea como pre-
tendía J\[ARX. El' «ahorro», en su sentido más literal, ha sido,
singularmente en las primeras fases del capitalismo, un método
nada despreciable' de «acumulación originaria». Además, existió
otro método muy similar, aunque no idéntico al anterior. Muchas
fábricas, durante los siglos xvn y XVIII, no fueron más que una
barraca que un hombre podía construir con sus manos, y que
requerían un utillaje absolutamente primitivo para su funciona-
miento. En tales casos, todo cuanto era necesario se limitaba al
trabajo .maauar del capitalista futuro, más que una pequeña can-
·tldad de ahorros, y por supuesto, inteligencia.

/ '
-32 DIEZ. GRANDES ECONOMISTAS

Aquí, por 10 menos, podemos ver que se encuentra una ','··1


especie de solución gracias al carácter histórico de las teo-
rías principales de MARX. Para él, era esencial para la
.lógica del capitalismo, y no sólo corno una simple cuestión
de hecho) que el capitalismo hubiera surgido de un estado
feudal. de la sociedad. Por supuesto también en tal caso
existe el problema de las causas y el mecanismo de la es-'
tratificación social, pero MARX aceptó en lo esencial la opi-
nión burguesa de que el feudalismo fué el resultado de la
fuerza (13), en el cual la subyugación y la explotación de
las masas fueron hechos consumados. La teoría de las clases
elaborada primeramente pensando en las condiciones de la
sociedad capitalista fué extendida a su predecesora feudal
- como 10 fué gran parte ·de1 aparato conceptual de la teo-
ría económica del capitalismo (14) - Y algunos de los pro-
blemas más espinosos fueron rechazados hacia el mundo
feudal para hacerlos reaparecer en una forma fija, bajo el
aspecto de datos, en el análisis de la estructura capitalista.
El explotador feudal fué reemplazado, simplemente, por el
explotador capitalista. En aquellos casos en los cuales efec-
tivamente los señores feudales se convirtieron en industria-
les, esto podría bastar para explicar cuánto quedaba por
resolver del problema. La evidencia histórica proporciona
cierto fundamento a la 'mencionada interpretación: singu-
larmente en Alemania, muchos señores feudales construye-
ron y dirigieron fábricas, obteniendo frecuentemente los
medios necesarios de sus rentas feudales y el trabajo de la

(13) Muchos escritores socialistas, aparte de MARx, han acep-


tado ciegamente el valor interpretativo del elemento de la fuerza
y del control sobre los medios rísícos de ejercer la fuerza. FERDI-
NAND LASSALLE, por ejemplo, no encuentra más argumentos para
explicar la autoridad gubernamental más allá de los cañones y
de 'las bayonetas. Ha sido para mí siempre una fuente de asombro
que tantos individuos hayan permanecido ciegos frente a la debili- '
dad dé semejante sociología y el hecho de que sería, evidentemente,
mucho más correcto decir que el poder lleva al control de los
cañones (y sobre los hombres dispuestos a usarlos) que afirmar
que el control de los cañones origina el poder.
(14) Esta constituye una de las afinidades entre las doctrinas
de MARX y las de K. RODRERTUS.
](ARL MAllX 33

población agraria (a veces de sus siervos, pero no siempre


sucedió así) (15). En todos los casos restantes el material
histórico de que disponemos para taponar la brecha de la
teoría es notablemente inferior.. La 'única manera de expre-
sar con sinceridad la situación es la de reconocer que,
desde el punto de vista marxista, no existe una explicación
satisfactoria, es decir, una explicación que pueda prescindir
de elementos no marxistas que puedan sugerir conclusiones
no marxistas (16).
Pero esto vicia. la teoría, tanto en lo que se refiere: a su
fuente histórica como a su fuente lógica. Toda vez que la
mayor parte de los métodos de acumulación primitiva cuen-
tan también para la acumulación posterior - la acumula-
ción primitiva, como tal, continúa. durante la era capitalis-
ta - , no es posible afirmar que la teoría marxista de las
clases sociales es correcta, exceptuando las dificultades re-
ferentes a los procesos que tuvieron lugar en un, pasado re-
moto. Pero tal vez sea superfiuo insistir acerca de las limi-
taciones de una teoría que ni siquiera en las circunstancias
más favorables se aproxima al núcleo del fenómeno que
intenta explicar, y que nunca debía de haber sido tomada
seriamente. Las mencionadas circunstancias favorables se
encuentran principalmente en la fase del la evolución capi-
talista caracterizada por el predominio de empresas de di-
mensión Inedia, y dirigidas directamente por sus propieta-

(15) W. SOMBAR'f, en la primera edícíón de su obra Theorie des


moüernen. Ka,ptta.lts11tu8, trató de extraer el máximo partido de
esos casos. Pero la tentativa de basar completamente la acumula-
ción primitiva sobre la acumulación de la renta de la tierra re-
sultó infructuosa, como tuvo Que reconocer finalmente el propio
SOMBART.
(16) Esto es ci;rto aun si admitimos la rapiña o el robo hasta
el límite máximo posible, sin invadir la esfera del folklore del
intelectual. Es cierto que la rapíña jugó realmente su parte en la
creación de capital comercial en muchos tiempos y lugares. La
riqueza fenicia, al igual que la inglesa, ofrecen ejemplos: familiares
a todos.. Pero incluso entonces la interpretación marxista es in-
adecuada, porque en última instancia el robo y la rapiña arortu-
nadas descansan sobre la superioridad personal de los ladrones.
y tan pronto como admitimos esto, surge una, teoría, muy distinta
de la estratificación social.
3
34 DIEZ GRANDES ECONOMIStAS

ríos. Más allá de la zona cubierta por tales empresas se


encuentran posiciones' clasistas que si bien en muchos casos
se reflejan en más o menos correspondientes posiciones eco-
nómicas, aun cuando frecuentemente son más la causa que
el efecto de estas últimas; el éxito en los negocios no es,
evidentemente el único camino que conduce a la preemi-
.nencia social, y tanto s610 cuando 10 es puede afirmarse
que la propiedad de los' medios de producción determine
causalrnente la posición de un grupo dentro de la estructura
social. Incluso entonces, sin embargo, sería tan razonable
1

considerar dicha propiedad como el elemento definidor


como pudiera serlo definir un soldado como un hombre que
tiene un fusil. La división tajante entre personas que
(juntamente con sus descendientes) deben considerarse
corno capitalistas de una vez por todas y los individuos que
(juntamente con sus descendientes) deban considerarse como
proletarios de una vez por todas, no sólo es, como se ha
señalado frecuentemente, completamente irreal, sino que
ignora el aspecto esencial de las clases sociales, es decir:
el incesante ascenso y descenso de familias individuales ha-
cia los estratos superiores e inferiores, respectivamente,
Los hechos a los que acabo de hacer alusión son evidentes
e indiscutibles. Y si no se encuentran en la trama teórica
marxista, la razón debe buscarse únicamente en las conse-
cuencias no marxistas que derivan de los mismos,
Con todo no es superfluo detenernos a examinar el papel
que la citada teoría desempeña dentro de la estructura mar-
xista, y preguntamos cuál fué la intención analítica - apar..
te, pues, de la utilidad que pudiera tener como herramienta
dentro del utillaje del agitador ~ perseguida por I\lAR:X.
En primer lugar conviene no olvidar que para Marx la '
teoría de las Clases Sociales y la Interpretación Económica
de la Historia no fueron, como 10 son, en cambio, para nos-
otros, dos teorías independientes. Según MARX} la primera
teoría complementa la segunda de una manera singular, me ..
diante la cual restringe ---4 es decir, hace más definido - el
modus operandi de las condiciones o formas de la produc-
J(I\Uf. MAU" 35

ción, Estas determinan la estructura social, a través de la


estructura social todas las manifestaciones de la civilización
y el desarrollo de la historia, cultura y política. Pero la
estructura social es, en todas las épocas no socialistas, defi-.
nida en términos de clases, precisamente aquellas dos clases
que son las verdaderas dramatis personae y al mismo
tiempo las únicas criaturas inmediatas de la lógica del sis-
tema capitalista de producción que afecta a todo 1~. demás
por intermedio de ellas. Esto explica por qué MARX se sintió
impulsado a hacer de sus clases sociales fenómenos pura
y exclusivamente económicos, e incluso fenómenos que son
económicos en un sentido muy estrecho : de esta forma se
cerró el camino para alcanzar una concepción más profunda
de los mismos, pero dado el lugar de su sistema. analítico
en el cual los colocó no tuvo otro remedio que obrar de
semejante manera.
En segundo lugar, MARX deseaba definir el capitalismo
con el mismo rasgo que también define su división de
clases. Un instante de reflexión llevará al lector a la, convic-
ción de que esto no es necesario ni natural. Es más, en rea-
lidad fué un rasgo audaz de estrategia analítica 10 que le
permitió unir el destino del fenómeno de las clases al des-
tino del capitalismo, de tal modo que 'el socialismo (el cual,
en realidad, no tiene nada que ver con la presencia o con la
auscucin <ll clnscs social lIS) r~H111tó por definición la única
l

especie posihlc' (1l' SOl'iv(l:ul sin clases, exceptuando los gru-


pos prim it i vos. Ni IIg tilia oi rn den 11 icióu <le lns clases y del
capitalismo que 110 flll'ra la l'lvgi<1a por l\11\RX - es decir, la
definición inspirada en la 1lrO) )il'(l:ul privtuln de los medios
de producción - hahrfn podido permitir la formulación de
la 'ingeniosa tautología que ucnlxuuos de referir. Por esa razón
debían existir forzosamente dos clases únicamente, propie-
tarios y no propietarios, y por 10 mismo cualquier otro prin-
cipio de clasificación, aun cuando mucho más plausible,
debieron ser ignorados, infravalorados o reducidos al
adoptado.
36 DIEZ GltANDES ECONOMISTAS

La exageracion acerca del carácter definido y de- la im-


portancia de la Iínea divisoria entre la clase capitalista así
en tendida y el proletariado fué sobrepasada únicamente por
la. exageración acerca. del antagonismo entre las mismas,
Para cualquier mente que no esté deformada por el hábito
de recitar el rosario marxista debería ser obvio que la rela-
ción entre las citadas clases, en tiempos normales, es pri-
mordialmente una relación de cooperación, y que cualquier.
teoría opuesta debe basarse especialmente en casos patoló-
gicos pa!a ser verificada. En la. vida social tanto el anta-
gonismo corno el sinagoguismo se presentan coetáneamente
y son realidad inseparables, excepto en casos excepcionales.
Incluso siento la tentación de afirmar que existió menor
carencia de buen sentido en la vieja concepción armónica
- aun cuando estaba plagada de tonterías v-c- que en la
construcción marxista sobre la existencia de abismo in-
franqueable entre los propietarios de los instrumentos de la
producción y quienes los utilizan. Otra vez, sin embargo,
es necesario reconocer que no pudo proceder de otro modo,
y no porque deseara 11 egar a conclusiones revolucionarías
- ya que ésas podían haber sido conseguidas igualmente
empleando docenas de. otros esquemas posibles --, sino en
razón de las exigencias inherentes a su propio análisis.
Si la lucha de clases era suj eto básico d~ la Historia y tam-
bién medio para lograr el amanecer de¡ socialismo, y si
debían existir precisamente esas dos clases, la relación entre
las mismas debía ser antagónica por principio, pues de otro
modo la fuerza motriz de su sistema de dinámica social se
habría evaporado.
Ahora bien, aun cuando MARX define al capitalismo so-
ciológicamente, es decir, mediante la institución del control
privado sobre los medios de producción, la mecánica. de la
sociedad capitalista la suministra su teoría económica.
Esta teoría económica trata de de.mostrar cómo los datos
sociológicos comprendidos en conceptos tales con10 clase,
interés de clase, conducta de clase, cambio entre las clases,
operan por 1Tlcdio de valores económicos, tales como bene-
l(AHL MARX 37

ficios, salarios, inversión, etc., y 'cómo engendran precisa-


mente el proceso económico que eventualmente destruirá su
propia estructura institucional creando al mismo tiempo las
condiciones necesarias para la aparición de otro mundo so-
cial. Esta teoría particular de las clases sociales es el instru-
mento analítico que, uniendo la interpretación económica
de la Historia con los 'conceptos de la economía del benefi-
cio, ordena todos los hechos sociales y permite enfocarlos
conjuntamente. No se. trata, pues, tan sólo de una teor-ía
que intente explicar un único fenómeno; por el contrario
desempeña una función orgánica. cuya importancia es lTIUY
superior para el sistema marxista que el grado mayor o
menor en que resuelva su problema inmediato. La citada
función debe ser tenida en cuenta si se desea comprender
por qué un talento analítico corno el de MARX pudo conce-
birla y defenderla a. pesar de todos sus defectos.
Por supuesto hoy existen, y siempre han existido, algu-
unos entusiastas que admiraron la teoría marxista de las
clases sociales corno a tal. Pero son mucho más comprensi..
bles los sentimientos de aquellos que admiran la fuerza y
grandeza de la síntesis considerada en su totalidad, hasta el
punto de estar dispuestos a perdonar la mayor parte de
los defectos de las partes componentes. En el apartado IV
intcnturctuos analizar dichos defectos. Pero antes examina-
rt'l110S y Vl'rt'lI1 0S córuo el mccnnismo económico de l\1"ARX
cumple la tun-a <111<.' Sl1 plun gl'lH.'ral impone sobre el mismo.

Como economista 1l'()ri<'o, 1V11\ux fUl- por encima de todo


un hombre sumamente c-rudito. I'ucd« parecer extraño que
yo crea necesario dar tanto relieve a este elemento, tratán-
dose de un autor a quien he lluinudo un genio y un profeta.
Sin embargo, es importante considerar este aspecto. Los
genios y los profetas 110 sobresalen generalmente en sus
conocimientos profesionales, y su origina1idad,en el caso
de existir, se debe precisamente a eso mismo. Pero en las
38 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

, obras económicas de MARX no hay nada censurable que


pueda atribuirse a falta de estudio o de formación e~ la
técnica del análisis teórico. Fué un lector insaciable y un
trabajador infatigable; en consecuencia, fueron muy escasas
las contribuciones de importancia que escaparon a su aten-
ción. Y todo cuanto leía 10 digería, luchando con cada
hecho o argumento, con una pasión por el detalle extraor-
dinaria en una persona que con una. ojeada abarcaba civi-
lizaciones enteras y acontecímientosl 'Seculares. Tanto al
criticar y denegar como al aceptar y coordinar llegaba
.siempre al fondo de 'cada cuestión. La prueba, más desta-
cada de esto la ofrece su T'eoria de la Plusvalía, que cons-
tituye un monumento de ardor teórico. ~st~ esfuerzo ince-
sante para instruirse y dominar todo cuanto fuera necesario
le liberó hasta cierto punto de" prejuicios y de finalidades
extracientíficas, aun cuando ciertamente trabajó para veri-
ficar una visión, definida. Para su poderoso intelecto, el
interés en el problema por su cualidad intrínseca de pro-
blema era dominante, incluso a' pesar suyo; y por mucho
que pudiera haber deformado el valor de sus resultados
finales, mientras trabajaba se ocupaba principalmente en la
tarea de refinar los instrumentos analíticos, poseídos por la
ciencia de su tiempo,' en solucionar dificultades lógicas y' en
erigir sobre los fundamentos adquiridos con semejante pro..
ceder una. teoría que por su naturaleza e intención, fué ver-
daderamente científica cualesquiera que puedan haber sido
sus deficiencias.
No ofrece ninguna dificultad llegar a comprender la ra-
zón por la cual tanto amigos como enemigos han interpre-
tado erróneamente su contribución en el terreno puramente
económico. Para sus amigos, él estaba tan por encima de
un simple teórico profesional, que les hubiera par.ecido casi
una blasfemia insistir demasiado sobre este aspecto de su
obra. Los enemigos, que Je censuraban sus actitudes y la
formulación de sus razonamientos teóricos, encontraron casi
imposible admitir que en algunas partes de su obra. hubiera
realizado precisamente 10 que valorában tantísimo cuando
KARL lVIARX 39

procedía de otras manos. Además, el frío metal de la teoría


económica se encuentra inmerso en 'las páginas de ,M1\RX en
medio de una abundancia tal de frases incandescentes
que adquiere una temperatura absolutamente extraña y
enorme. Cualquiera que se encoja de hombros ante la pre-
tensión de MARX de ser considerado como teórico en sentido
científico, está pensando por supuesto en aquellas frases y
no en su pensamiento, en su lenguaje apasionado y en las
acusaciones ardientes de «explotación» y «miserabilización»
(ésta es, probablemente, la mejor manera de traducir la pala-
bra alemana Verelendung, aun cuando la calidad lingüísti-
ca de ambas vocablos sea igualmente ínfima en ambos idio-
mas). Sin duda, todas estas cosas y muchas otras, tales
como sus despectivas alusiones o su vulgar comentario sobre-
Lady ORKNEY (17) S01.1 partes importantes ele su obra y tuvie-
ron importancia para MARX} y la tienen en consecuen.cia
tanto para los creyentes COIllO para los incrédulos. Explican
en parte la .razón por la cual muchos individuos insisten en
ver en los teoremas de MARxalg'Ú' l11{lS, e incluso algo
fundamentalmente distinto de las proposiciones análogas de
su maestro. Pero ello no afecta a la naturaleza de su aná-
lisis.
. ¿Tuvo, entonces, un maestro MAU.X? Sí. La verdadera
comprensión de su economía C0111icllZU con el reconocirnien-
to de que; como, te6rico, fué 11n discípulo ele l~lCA)~.1)O. Y fué
un discípulo no s610 en el sentido de que su propio razona.-
miento evidentemente parte de las proposiciones de RICAR-
DO, sino también en el mucho 11'1{lS significativo de que él
aprendió el arte de teorizar del propio RICA~DO. Siempre
utilizó los instrumentos de l{lCAR.DO, y todos los problemas
teóricos se le presentaron en la fOr111a de dificultades' que le
surgieron en el transcurso ele su profundo estudio de RI-
CARDO Y de las sugerencias para ulteriores investigaciones
que encontró en sus obras. El propio MARX reconoció buena

(17) La amante de GUILLERMO 111, el rey que, tan impopular


en su propia época, se había convertido en un ídolo de la bur-
guesía inglesa.
~o DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

parte de 10 que acabamos de afirmar, aun cuando, por su-


puesto, no habría admitido que su actitud .hacia RICARDO
fuera típicamente la del alumno que acude a su maestro,
le .oye hablar varias veces con frases casi sucesivas de ex- I

ceso de .población y de población que es, excedente, y nue-


vamente de mecanización que crea un exceso de población"
y entone-es marcha a su casa intentando elaborar cuánto
ha oído. No" es difícil cornprendar que ambas partes, en la
controversia sobre MARX} hayan rehusado admitirlo.
I

La de RICARDO no' fué la única influencia que actuó


sobre las doctrinas, económicas de MARX, pero 'en un .exa-
men como e¡ presente no es necesario mencionar ninguna
otra, exceptuando la de QUESNAV, de quien MARX derivó
su concepción fundamental del proceso económico como UIl
todo. El grupo de autores ingleses que desarrollaron entre
1800 y 1840 la teoría 'del valor trabajo', es posible que le
suministraran abundantes sugerencias y detalles, pero para
nuestros propósitos nos basta con la referencia a la corriente
del pensamiento ricardiano, Varios autores, con algunos de
los cuales MARX atacó en proporción inversa- a la distancia
que los separaba y cuya obra se desarrolla en muchos pun-
tos paralelamente a la suya (SISMONDI, ROD'BERTUS, JOHN
STUART MII~r.(), no pueden ser considerados, corno tampoco
puede serlo todo aquello que no se refiera directamente al
tema fundamental, por ejemplo, la contribución, de l\1ARx a
la teoría monetaria, de calidad inferior, y con la que no llegó
a alcanzar el nivel de RICARDO. '
Procedamos ahora a un resumir sumariamente el' razo-
namiento marxista ; la brevedad nos. forzará a ser, de modo,
inevitable, injustos con muchos puntos de Das Kapiial, y en \
general con su estructura, la cual" en parte inacabada y
en parte batida por ataques certeros, todavía alza delante
de nosotros su mole ingente.
l. MJ\RX se sumó a la corriente seguida 'por 'los teó-··
ricos de su época y también de una época posterior, ha..
ciendo de una teoría del valor la piedra angular de su
estructura teórica. Su teoría del valor es la ricardiana. Creo
KAItL MARX 41'·

que una autoridad tan eminente como la del- profesor


TAUSS'IG.no estuvo de acuerdo con esta afirmación y siem-
pre procuró destacar. las diferencias. Existe, desde luego,
gra~ diferencia en la forma ele expresión, en el método de-o
.du~tivo y en -las implicaciones sociológicas, pero no hay
ninguna en el teorema en sí, y esto es 10 único que importa
al teórico de hoy en día (rS). Ambos, RICARDO y MARX..
afirman que- el valor de cuela bien es (en equilibrio perfecto'
y 'competencia perfecta) proporcional a la cantidad de tra-··
bajo contenida en la mercancía, siempre y cuando dicho
trabajo esté ele acuerdo con el tipo existente de eficiencia
productiva (la «cantidad sociulrncutc necesaria de traba-
jo»). Ambos midieron dicha cantidad en horas de trabajo y
emplearon el mismo método para red uci r las diferentes ca1i- .
dades de trabajo, a un solo tipo. Ambos encontraron las
mismas dificultades inherentes al citado enfoque de la cues.-
tión, y les hicieron frente de manera sirnilur (es decir, MARX
obró según había aprendido en la ohru ele ]~:ICARD<?). Nin-
. guno de ellos dijo nada útil acerca del monopolio o de 10 I

. que ahora llamamos competencia impcrfcctu. Arribos repli-

(18) Puede discutirse, sin embargo, si era esto todo lo que


importaba a MARX, El tué víctima do lu mtsmu ilusión que MIS-'
, TÓTELES, es decir, que el valor, aun cuando es un factor en la
determinación de los precios relativos, es, Hin embargo, algo díre-
rente e independiente de los precios relatívos o relaciones de
cambio. La proposición de que el valor de un bien. es la cantidad
de trabajo incorporado al mismo no puedo tener otro significado.
Si es así, entonces existe una dííerenclu entre 'RICARDO y MARX,.
toda vez que los valores de que trata l:'trCAnno son solamente valo-
res de cambio o precios relativos. Conviene mencionar esto, por-
que si pudiéramos aceptar esta interpretación del valor, una gran
parte de su teoría que nos parece insostenible e incluso sin sentido'
dejaría de serlo. Pero, naturalmente, no podemos hacerlo. Ni tam-
poco me] oraría la situación si, siguiendo a algunos marxistas, '
adoptáramos la opinión de, sean o no una «sustancia» distinta,
que los valores entendídos por MARX como cantidades de trabajo,"
pretenden servir sólo de instrumentos, por medio de los cuales
explicar la .división de" la renta. social total en renta del trabajo Y'
renta -del capital (en cuyo caso la teoria de los precios relativos
individuales se convertiría en una cuestíón secundaria), Y ello
o porque, como veremos en seguida, la teoría del valor de MARX
tampoco logra resolver esta tarea (incluso admitiendo que pudié..
ramos separar dicha tarea del problema de los precios índíví-
o

duales).
42· 'DIEZ GRANDE:S"ECONOMISTAS
,"

caronva.isus-críticos con los mismos argumentos, La 'd'ife:-.;


, rencia .estriba. "en que las réplicas ide "MARX fueron rnás
.agrias, .máe-prolijas y más «filosóficas», en el peor sentido .
."de.Ia,páJabra.' . " " ", -
. ' ·".·,T~do.el mundo sabe que, esta teoríadel valor es in satis-
'..factoria.iEn .la voluminosa discusión que se 'ha,. desarrollado
acerca de .la fnisma la razón 110 se encuentra, desde .lúego,
"~li:ri:n' soló lado, y sus adversarios 'han, .'rectirridO:·much~s;·
.véces. á .argumentos erróneos. La cuestión esencialmo es'"
triba en ·si el" trabajo es, o :110 la .verdadera «f~ente»'o
,o",«causa» del valor económico. Esta cuestiónpuede tener. in'.. '
terés primordial para los fi16so'Io,s sociales' que desean:' de-·
ducir de la 111i8111a derechos do naturaleza ética sobre el pro- '
" "

. dueto, 'y e~ mismo J\a:A:RX no :fué indiferenteu este aspecto


. del' problema. Pero' puru ln ICconoll1ía.,' considerada CÓmO!'
una ciencia positivn, que tlcnc por obieto la descripci6ny
la explicación de 111~O'C'CHOH rculcs, eH mucho más importante
averiguar cómo funclonu lu teorfu del valor en cuanto, illS~"
trumento annlítico, ji 'In q uc rculmcntc Importa es el reco-
conocimiento ele qnü fl1H,~'iol1fL tnuy 'l'IHlL .: ,
En prirncr :tllA'll1" ('1l1'(IC~ de utilidud cuando 110 se dé el '
supuesto de lu t~f)IIIIJ}(.,ít~tH'ltl1 icrfcctn, ltl1 segundo lugar,';
incluso en 01 snln't~t~tod~ (.\Hll1p~1:cl1'~:'¡n, perfecta nunca fun·-"
ciona sin t'l'ol)úJz()s"t\~{("'~1 )'tlunH'to~l '~I\HO' Cl1 -que el trabajo!
sea el único Jucíor de '1 )\I'(ullJCc'¡(n,1 t y además de esto, '~uando .
el trabajo, sen de 11lHt :llliA'lIltL UH'IH.'cic' ()"9). Cuando no 'se

(19,) El Oltl~€tOtiCJ'I' ]';lOOl'}f'il~\1'1,o dM ClAl¡l1¡ Hn~u1:lda hipótesis es par-


tícularmente nccívo, :I~I\ i¡Go:d u ClBl 'V ulo~' 1¡r.f1bL\j O puede ser capaz"
deconsido1't1r lttH dU'el~OJ10htLiOn. 1ft cnl1dacl del trabajo.' que de-
pendan d,el (1)~lI0tldl~H;jO (,bl~b111clt~d. (\dt1U1.l ida) : en este caso ten-
l

drían que S<91" uf1l1dlcIaS JLtB cuotas COl'1 del- trabajo


1(81)011d1el1tes

que entra en el proceAo ,del [tp~'cudlzl1jo ti cada hora de trabado


especializado de tl\l modo que 1:):\.1diél'~\nl0S_ sín abandonar el prín-.
cípío fUl1damentnl. lll\bor que una, hora, de trabajo, realizado por
un obrero especluUVJfLdo1gual a W1 múltiplo determinado de una
hora de trabajo no calificado. Pero este método fracasa, en' el
caso de diferencias «naturales» en la: calidad del trabajo- que', sean
debidas a diferencias en laJ íntelígencía, fuerza de voluntad, fuerza
física o agilidad. Entonces es necesario recurrir a la diferencia en'!
el valor de las horas trabajadas, respectivamente, por los natural-
mente inferiores y los naturalmente superiores, un valor que. 110
KARI;: :MA~" 43
, I

'.~cumplen'cualqui:era de esas dos condiciones, es .necesarío


introducir nuevos supuestos y las dificultades analíticas cre~'í."
cenhasta el . ~pun.to que pronto llegan, a ser insuperables, <Por '
(Úló" r~,zonar siguiendo las líneas de la . . teoría del. valor tra-
:'bajQequivale a razonar sobre un caso muy.'especial'desPto-
":'~vi~to. de importancia práctica, aun cu~ndo el juicio sobrela
, , .·'mis~á resulte rnenos desfavorable si s.e la interpreta C,OínQ·
'-~naa prOXi111aci611 a. las tendencias históricas. de los valores
: 'relativos. La teoría, que la reemplazó - conocidaien su
.forma primitiva, hoy pasada de moda, como teoría die la,
',::utilidad - la supera en muchos aspectos.. pero la verdadera
razón para decidirse en favor de la mismaiestribaien que
,es, mucho más general y por otra parte que puede ser
"aplicada .igualmente a los casos del rnonopolioy de la com-
t' petencia imperfecta y, además, en que permite' considerar
>

I la presencia' de otros factores de la producción y también' la


,;' , de distintas especies y calidades de trabajo. Además, si in-
troducimos 'en
esta teoría los supuestos restrictivos mencio-
':" nadas; 'la proporcionalidad' entre el valor y l~ .cantidadide
. trabajo empleado se desprende igualmente (20). Debería. ser~
.comprendido '~claramente, por tanto'. 110' s610 que fué per-
.t

resulta explícable por sí mismo atendiendo al principio del tra..


.. bajo-cantídad, En realidad, RICARDO hl~o exactamente. esto:
',á,firm6 simplemente, que aquellás diferentes calidades resultarán
: de algún modo colocadas en una reíacíón justEL entre si merced
al funcionamiento del mecanismo del mercado, de, tal modo que
en resumidas cuentas podremos decir que una hora de trabajo
. realizada por el obrero A, equivale a un múltiple definido del
'trabajo realizado por el obrero B" l:toro olvida completamente que
al razonar de ese modo recurre notro príncípío de valoración y
que." abandona el principio del trabajo"C9tlltldad, 'que así fracasa',
desde' el .comienzo, y dentro de su propio' campo, antes de haber
tenido la ocasión de fracasaren virtud de otros factores .que 'no
sean el ·tra,b~jo.'
I .
, (.20) "':Efiefecto, se desprende de la teoría de la utilidad mar-
gínalque para que exista equilibrio cada factor debe ser dístríbuído
entre sus posibles 'aplicaciones de tal modo' 'que la última unidad
.o dosis, destínadau una de dichas aplicaciones produzca el mismo ""

valor .que la. última unidad o dosis destinadas a las restantes


aplícacíones.Btno existieran otros factores que el trabaíode una
especie y calidad, .ello significaría que los valores relativos o pre-.
cíos de .todas "las- mercancías deben ser proporcíonales .af número"
de ·hdra..s-hombrecontenidas en ellas, suponiendo que exista, com-
petencia y.' movílídad perfectas. . ' . '

l ..
Dl"EZ Ol:tAN'D]tSECONOMISrAS' ;... 0< .•

fcctamente absurdo que los marxistas negaran, CO'1110 tra~' " '1'

taren de hacer, la validez. 'de 1~, teoría de' 'la u tilidad ,


marginal 'como explicación" :del'valor'''{Que es 10 que' les'.
predisponía en-contra), .: ·sitio' también ,que ,es' incorrecto, ca- ,'{ .
Iificar de «'equivoéada»' a:;'la fteorí~ ,. del valor .trabáio.' En"
-. ," •. , ' •• '.. - ."', t ":J.\, . . • .' ..' ..- .•• ,' .ÓcÓ, _ . . 11 \.,,'. - . ' JI'

cualquier' caso, está muérta ,yenterrada. ' '. '. ': ' " "" :
2. "'AU¡l cu'and~I';"parece:;',qrie~i,RICARDOci MA~x'.1leg~-~,,,
'ron a darse plena cuen:ta"'d~, toda la debilidad, de 'la posición '. .:,,":
en"lá 'que se coiocaron al adoptar .este .punto .de partida, ,
percibieron 'ca,n gran' .claridad 'parte 'de':1a .misma:' 'En -par..:"· ,"
ticular~ 'ambo~ a,bordar~n el problema-de la ',eUnlinac,i'ón··'del; r• :',',

'elemento" representadoipor los Servicios de.' los 'Agentes"


N~'tu~ales,,'lós' cuales, por supuesto, resultan privados," del
lugar ' que .Ies corresponde 'en el, proceso de 'pr¿ducción Y' ,
'·dist~ibuci,6n' P9r· una te~¡ría', del valor .que descansa tan' 5616. 1,,'

.sobre la' c~htidá.d die"trabajo, La. conocida teoría' ricárdíana.


de 'la- :r~nta' de 1~, tierra 'es, esencialmente, una tent'ativ~.~ , r _ , • I

. para realizardicha -eliminación, y la teoría marxista es' otra.. ~~,' , ~ '

Tan pronto corno logramos un aparato, analítico capaz 'de


, considerar la' .renta tan naturalmente e0111 0 10 hace con los 1

salarios,desapare~e.toda la dificultad. De ~hí qu~no' sea" ' '~ . '

necesario 'hablar más sobre los méritos o. deméritos intrín~' , "


secos de .1adoctr.ina .marxista ele la renta absoluta para dis-
I .tinguirla de la renta diferencial, 0 sobre su relación-con .la 1

de' RODBE;RTUS, '


, Pero incluso si prescindimos de todo, esto" subsiste.todavía.
la dificultad derivada de la existencia del capital en el sen-.
tído de stock de- medios de producción que son producidos
a su vez. Para 1~l:CA1~.l)O el prcblerun so presentaba en forma ,'"
bastante' sirnple: en ln ftlU10Htl sección IV' del capítulo Lde f 'o,

sus 1)'yinci1,Zes íntroducc y acepta C01'l'10 l111 hecho, sin inten-


"0 I • ~

tar someterlo fJ in vcstigación, que, en los, casos' en los '(


,

cuales los bienes de capital tales COll10' fábricas" maquinaria." , .


y materias primas son empleados en la producción de una
mercancía, dicha mercancía se venderá a un precio' que ·dé'·,
un beneficio neto al propietario .de aquellos bienes de capi- ",',', \"~I
Ir "1<
tal, Comprendió, desde luego, que este hecho estárelaci'o-~,
'1 '

\ ~

"
ItAl'lL MARX 45

.nado con "el, período, de tiempo transcurrido entre 1~ inver..


I sión y la" obtención de productos vendibles, .y.,que'. cuando
los períodos de tiempo no fueran los mismos' en', todas las
industrias ocurriría que los valores reales de tales productos
no serían ya proporcionales' a .las horas-hombre ,«contenidas>,>
'en los' mismos, incluyendo lasihoras-hombre ' que, entraron
en". Ja producción de .los ':propios .bienes, .de':."'capitaL Y,' señaló
. este hecho, tranquilarñente, como.si ,se: desprendiera, en. vez'
. de contradecirlo; ,des-u 'teorema, .fundamental, .limitándoseu ..
. 'examinar algunos problemas .secundarios :q u~ .surgen '" a: este ,
'respecto, creyendo .évide~1tem.~:;nte·.que. su teoría 'bastaba to-
.davía paradefinirel determinantebásico.delvalor. :.. '.' ,:,.
, ;'.' l\1A:RX 'introdujo. también :"ac¿ptá:ndolo\ y ".discutiéndQlo~i
I
I
el' misrno.ihecho; ,j ·:u.o' .10' 'negó . jamás.. eh cuanto a" hecho.
"Sevdió '~u~llta también ;d~'que"'et' 'mismo .parece ,dar 'un
. mentís 'a ,1~ teoría', del:'Y~10.~:.fra.1:?ajo:,. . Pero 'advirtió 1.0 in-
adecuado . d el tratamiento -que "RICARDO. dió al.iproblema, y" .
que
,~'un ,cuarid¡(y aceptó la",for~a:'en,'. RI.CARDO 'id' presentó, ·i~
.atacó seriamente.: dedicándole casi tantos centenares .de '"pá~·
..', ginas C01110 frases le 'había dedicadoRrcaano.: ' , . . .,',.~, ·
" , 3.' Al 'obrar así, .no-sólo 'de~0:sti-6·,u~a. percepción 'mu-'
, cho másvaguda-tde la .naturaleza del .problema implicado, '
sino que. también perfeccionó-eltinstrumento analítico .reci-
bidovAsí, por e:jemp'lo, reemplazó con fortuna la.' distinción '
" establecida por RrcARDóel1tte 'capital", fijo y ·circulan.te 'por
la . distinción elltre,capit~lconstante"y capital variable \{sa:-
lario) f y las nociones .rudimentarias de RICARDO sobre" la
duraciÓn de '', losvprocesos deproduc~ión' por el .concepto
mucho más i:igcirosqd.~'«éstructl1ta orgánica del capital»,
que 'giri~. alrededor de.Ja relación entre 'el' capital constante
,y el capital variable,..·"Igualinénte:.:realizó, diversas' contribu- . '
cienes importantes ~t la', teoría' del. capital. Sin' embargo; ,.
nosotros nos.'1iniitaremos· a ·.con'siderar:'; su 'explica~ióíl" del .'-
la.
rendimient~ net~, .: del-capital,' ~'s' decir, :su.:Teoií~· ,de' Ex-"
plotación. ' .
Las masas no siempre se .han sentido engañadas y explo.·
tudas. Pero los intelectuales que' formular~'~, sus opini~ne.s,
46 .

obrando en su nombre, les" han dicho que siempre' lo"fueron.:


sin querer necesariamente significar con ~P.o nada preciso.
l\1ARX no habría podido prescindir deTa frase. aun 'cuando .'
10 hubiera deseado. Su mérito y ',su,':obr~ .cons~~tetipi~cisa:~
mente en que se di6 cuenta deIadebilidad de' los diversos
argumentos con los cuales los tutores .de .la inteligencia de.
las masas ha bían i11 ten tado antes que él, lade~~()stración·l.
de C61110 5<3 produce la explotación,' y que tod~Vía.hoY' cons-
tituyel1 el bugaic del radical corriente y.. moliente, .Ninguno
'de los slo[.('ansucosttunbrados, acerca del-pcderde-negoóiar
y de enguñar le satisfizo. Lo que' él, quería demostrar er,a~
que la explotación no, había surgido ocasional 'Y accidental-o"
mente de situaciones individuales, sino que era. elresultado
de la lógica 1111.S111.U· del sistema capitalista.. de maneravin- ,"':
evitable y totalmente independiente de las intenciones . de' '
cualquier individuo,
y lo, hizo, del 1110do, siguiente. El cerebro, músculos y'
nervios de t111 trabaiador constituyen, por decirlo así, un'
fondo o sioele de trabajo potencial (A rb eitsl?'raft) traducida
habitualmente en forma 110 ll1UY satisfactoria por fuerza
trabajo). M:ARX considera dicho fondo o- stock como una. eS7 ,.
pecie de sustancia que existe en tmaccantidadidefinidavy
que en la 'sociedad capitalista es una rnercancíacomorcual-
quierotra.' Podemos alcanzarufna meiorvcomprensiónjdel
pensamiento de, MA~X .refiriéndonos al casodelaesclavitud :,'
para MARX .no existe.ninguna diferencia esencial, aun cuan-
.do~xistan muchas secundarias, .entre el-contrato desalario,
y' la compra de unesclavo; loquecompra .quien adquiere
trabajo «libre» no' es, ciertamente," como ocurre en el
caso d~ la esclavitud a Ios 'propios itrabajadorés, . sino una"
cuota definida ide.Ia .sumafotal-de-su trabajo potencial,
Ahora bien, t?da' vez; "que"· el-trabajo en ·este' sentido (no'" .
el servicio de, .trabajo oTasihoras-hombre ~fectivas)1 es una
mercancía, debe aplicárselo la ley del. valor, Lo cual equivale'.
a afirmar que en condicio~es"de equilibriory vde c~mpe-'
tencía perfecta el trabajo debe' obtener 'un salario pr:opór-'
cional al número de hora$~tr3:baj-()q'ue,entraron en su' «pro-.
47

duccién», Pero, ¿ cuál es el número de horas-trabajo, que


cnírn en la. «producción» del stock de trabajo ipotencial
uhnacenado dentro de la piel de un" trabajador ,? Pues' el .
número de horas-trabajo que" fueron y son, né,cesariaspara
criar, alimentar, vestir y 'alof~r, al trabajador (:21). Esto es
10 que constituye' ~l .valor :deaquel:.st9ck,:Y -si el trabajador
vende una parte 'delmismo, expresada ~ii días,' .semanas ,'({,'
años, recibirá, salarios .correspondientes·" ai.valor~tnibajo, de' i,

dichas partes, 'del mismo' modo que 'un'ilegréio ,q~év~~di.era'


. un esclavorecibíría.ien condiciones de' 'equiiibrio)':,dunpr~~i.o¡"
proporcional .al<número tota14eaqUéUas • horas~tr~1,>ajo ....Úe.
bemos señalar, .'una .vearnásvque J\fARx's~,in,antiene.cuida- .
dosamente apartado de todosuquellos sl(iga~$I'vulgares que
.en una' o en otra. fo~ma afirman', queen 'él' in,e~cidolcapitalista
del trabajo, el trabajadores robado o .engañado 0.que, ,en 1

vista de,su Iamentable.. debilidad, ' . se ve simplemente: com- .


pelido a .aceptar 1<i5 :condicio~~s qUe,j"s'e',l~"·,jmp:onga:n .. 'La
cosa no es
tan simple corno todo 'eso.:: 'el tt~J:)aJ~'cior recibe el'
valor pleno de' su-potencial de'trabajo: ":, lo ' , :::. •

Pero una ,vez que' los «ca,pitalistas»':ha~ .adquirjdo 'ciicho',


stock de servicios poten.ciales· se "encueritranienisituación.' ,
de. poder. obligar al trabaiadora-trabaiar un mayor 'número
de horas ~esdecir, foria~le. a rendir 'níás servicios .efectí-
vos - queüasempleadas ,p~ra producir-dicho sidc.k o un
stock potencialvEl capitalista ,pu,ede, en. este sentid6, exigir .
más horas efectivas de. tr8:b~jo: que' la.s qué' ha p.agado.Y
todavez que los productos resultantes se venden aun precio
proporcional a' las horas-hombreque .entran en suiproduc-
ción, existe una diferencia 'entre los dos valores ~brigina.da
exclusivamente en el1nodus op'~r~ndi, de la' leyma~xis~a~del.·
valor -, la 'cual necesariamente, y en' virtuddelrnecanismo .. ,

de los mercados capitalistas, va a' manos del -capitalista. ,

(21) Esta es, exceptuando ,la dístíncíón entre, '«fuerza del tra-
bn;lo». Y' trabajo, la solución que !S. BlUL.EY (A·' Oriticcü Disecurse on
1,11.0 Natur,e Measure and Causes '01 vtüue, 1825) calificó de absurda,
l
(~tun() 'ol propio MARx no dejó de señalar (Das Kapital, VoL 1,
OlqJI :x::r:X).
·48 DIEZ, GRANDES ECONOMISTAS

I~st.() es la Plusvalía (Mehrwert) (22). Al apropiarse dicha


diferencia, el capitalista. «explotan al trabajo, aun cuando
}>HgUC a los' trabajadores nada menos que el valor total de
su potencial de trabajo y reciba de los consumidores nada
más que el valor total de los productos vendidos. Nueva-
mente debemos señalar que en ello no existe ninguna refe-
rencia a cosas tales como precios injustos, restricción de la
'produccíón o engaño en los mercados en los que se venden
los productos. Como es natural, l\1ARX no intentó negar
la existencia de tales. prácticas. -Pero las colocó ·en su co-
rrecta perspectiva y, por 10 tanto, jamás las empleó como
-cimientos de sus conclusiones más importantes.
Admiremos de pasada la lección pedagógica que ello
-entraña: por lejano y especial que, pueda ser e¡ sentido que
ahora adquiere la palabra Explotación, del que le es habitual
.Y corriente, por dudoso que pueda ser el auxilio que dicho
término reciba del Derecho Natural, de la filosofía de la
Escolástica y de los escritores de la Ilustración, acaba por
entrar en. el reino de los razonamientos científicos, después
de todo, y de este modo sirve al propósito de estimular y'
alentar al discípulo dispuesto a lanzarse a la lucha.
En cuanto se refiere a los méritos de dicho razonamiento
científico debemós distinguir cuidadosamente dos aspectos
en el mismo, uno de los cuales ha sido persístenternente
.ignorado por 106 críticos. Manteniéndose en e¡ nivel ordina..
rio de la teoría de un proceso económico estacionario ·es fácil
demostrar que bajo las. propias premisas marxistas, la doc-
trina de la plusvalía es insostenible. La teoría del valor-
trabajo, incluso admitiendo que sea aplicable para las res-
tantes mercancías, '110 puede ser aplicada a, la mercancía
trabajo, porque ello implicaría que los trabajadores, al
igual que las máquinas, son producidos .con arreglo a
cálculos racionales de coste. Y toda vez que ello no es así
no existe ninguna razón para afirmar que el valor del po..
tcncial de trabajo es proporcional al número de las horas-
(22) El tipo de plusvalía (grado de explotación) es definido
CDlDO la relación entre la plusvalía y el capital variable (salario).
UI\III. !\tI\tl\: 40

Il111l1l111' qttl' e-ntraron en su «producción». Desde un punto

tll' vhita l()i-dco, MARX habría mejorado su posición si hubiera


;L('t'pta<\o la Ley de Bronce del Salario de LASSALLE o si
1r ttl.icra mantenido su razonamiento dentro de las líneas
uuilthusianas como hizo RICARDO. Pero· toda vez que se
)U'g/) sahiamente a obrar de dicha manera su teoría de la
e-xplotación se vió privada de uno de sus principales pun-
t alt 's desde el comienzo' (23).
Por otra parte, puede demostrarse fácilmente que no
pUl'(lv existir un equilibrio perfectamente competitivo en
tilia situación, en la cual todos los empresarios-capitalistas
oht l'llp;an ganancias de explotación, ya que en dicho caso
cada \1110 de ellos, intentaría individualmente aumentar su'
1iroducción, y el efecto total de esto tendería, inevitable-
mente, a elevar los salarios y a 'reducir a cero aquellas
ganancias. No cabe duda de que po-dría corregirse una parte
de los defectos de la teoría recurriendo a la teoría de la
competencia imperfecta, introduciendo las fricciones y los
obstáculos institucionales al funcionamiento de la campe..
tencia, acentuando todos los posibles impedimentos en la
esfera 'deJ dinero y del crédito y así sucesivamente. Pero
de este modo sólo se obtendría una defensa tibia de su
teoría, y no cabe duda de que MARX habría despreciado
siuccramente un resultado de tal naturaleza.
Pero existe otro aspecto de la cuestión. Basta considerar
la finalidad analítica perseguida por MARX para darnos
cuenta de que él no habría tenido necesidad de aceptar la
batalla en un terreno donde', es tan fácil batir1e. Esto es fácil
mientras vemos en la teoría de la plusvalía tan sólo una
proposición relativa al proceso económico estacionario en
equilibrio perfecto. Toda vez que 10 que MARX se propuso
nuulizar fué, no un estado de equilibrio - el cual, de
;H'llcr<1o con sus propias teorías, la sociedad capitalista es
incapaz de alcanzar - , sino, por el contrario, un proceso

(~~:I) ,M{LH adelante veremos de qué manera intentó MARX


I'pf'u'plll~ar ('HC1 puntal.
-: .' o/)
-'
,
-J
"'0": "
50 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS.'

. I J~... "

da cambio incesante' en-Iaestructura economica, una crítica


apoyada en la ~onsider~~i6tr,exp~ésta más arriba no' r~sul~
taría decisiva. La plusvalía :puede ser imposible en' un'
estado ide "equiliBti,o ::Í1erfecto, .pero .puedeiexistir ,siempre,
toda' vezqu~ o.ich?'eQl1ilibr,io' es inaJcánza.bJe.':Puede,:n~tende:r/ ~ '" _
constantementes-su- desaparición," pero seguirtsíempre ,pre~,
sentes ul 'ser, ',constatiteníénte 'cF,eadas ',de .nuevo, La:réplica ".
anterior -no basta. .para. defender. la teoría 'der,valor~trabáj~;'
,1

singularmente "c:u'ando: :se '.a plic~' a lt:l'nlerCa~cía~$' tiabaj o, 'tí!


al argumento 'de 'la explotación tal como aparece 'fo1."mulado'.
Pero la misina.nosz~peimiteu.nainterpret~cióu 'más \:favora'ble'
del' , rest*~do"aun~p.ap.do 'yná, teoríavsatisfactoria'<de ,,·la
plusvalía . la: ,'privaría,' 'de'l~ 'connotación especificarneute
marxista. Este aspecto ,~es de;considerable importancia. Sirve
I : '~y"
,paraarrojat' nueva luz, sobre .~~ras· partesdel "aparatq- analf./' I ,

tico ,deMAR~,y: además ayuda "mucho R' la', explicación-del'.


por' qué' el citado 'aparato nOI resultó' dañado de manera más~
, ,gr~ve por las críticas.. dirigidas ,con éxito sobre suspropios ...• ,. "
fundamentos. ,. .\

4'.,. Sin .embargo, 'si n~.g colocamos en el planoen 'el que


tiene lugar habitualmente la discusión de las doctrinas mar- ~' ,''-
. xistas, nosvemos envueltos' sucesivamente por' 'dificultades, '
, o mejor dicho, nos -damos euentade que, esto es Joq,ue',octtL', ,
rre a Ios creyentes"~1Jarido' intentan \s~~uir ::~.,'su~m'a:estr·o,·,;e11;
, su camino. En .primer. 'lugar" la doctrina ide la. .plusvalía ,
no. hace más fácil Iarsolución de, Iosproblemasva 10"5 .que .
hemos hecho alusión anteriormente., problemas .suscitados, '
'por lavdiscrepanoia.: entre '~a teoría; ,d~l valor-trabajo 'Y' 10:5
hechos corrientes deIa realidad económica ~Pot'el contrario,'
los .acentúav-pórque "de'a~rierd~,," 'c~'n'l~, misma, 'el 'capital" ~
constante - es -decir, "~1 .capital -que, no, es salario' ~ no i

, transmite al productounvalor superior al que .píerde en la


producción ; únicamenteel ca pi tal-salario .I>ued,ehacer esto, ,~ ,
y por ello los beneficios . obtenidos-deben variar en las-dis-.
tintas empresas de acuerdo conJas composiciones orgánicas
de St1S capitales, MARX se a1?,9Y~ en
'\la competencia entre
los capitalistas 'para que tengaJugar una redistribución 4~

J ••
I
61

In WlnUS{1» total de la plusvalía, de tal forma, q~e cada


empresa obtenga beneficios en 'pr'oporción a .su 'capital total
o que los tipos individuales de' beneficios" deban' ser izuales.
Fácilmente podemos ver, 'que' esta.' dificultad.ipertenece a' la '
clase de problemas-espúreos-que 'surgen, 'siempre Ínte'ntar al
construir una teoría po~cb,: firme:'{24},¡ mielitr~s~q'l'e'la' solu-
ci611 pertenece. a, Ja·tategorí.ade·,lii,s,r"decisibn~~s "aconsejadas ..
por la desesperación, ',Sin~'eÍnba;'go; I,MAR:){ .crefa.:"nos·61~'que ,
dicha solución" servía .para iesta biecer· la aparición de .tipos '.
iguales de beneficios' ir ,f;á. 'éxplicar. "cómo'>, a 'consecuencia. de "
l

, ,.'

la 1l1is111a, los precios 'relativos de las mercancías :se~'~~Pªiten' I

de sus valores en términos 'de trabajo (2s),'sino: tambiénque


, " ' • 1 ' •, ,,'" . ) ' , l' '., 'l'l'" f < • ., • • • I - ,¡' ~ ,/

(24) A pesar' de '


todo se encuéntraten.rélla'<un elemento-que
no e's erróneomi ínrundado- cuya percepción, .aún contusa; .' debe'
ser señalada en, f~vor' de MARx.Nó, es un hecho indiscutible, 'aun
cuando' 16 creen" Ia.mavoríá .de' los economístas, ipcluSohoY,'..que
los, medios, de .producción ,fa,bricados ríndan un .beneñcío .neto·,:', en. ", ",/,'

una economía .perfectamente estacíonaría. Si" en la práctíca parece , \


que etectívamente rrínden dicho, beneñcío.. ·ello .podría -ser debido '
al hecho de que -la economía nunca es estacionária~ ~l razona-
miento de MARX sobre. el rendimiento neto del capital puede inter~·
pretarse. como .una forma indirecta de', 'reconocer este hecno.: ',,'. ','
. ' " ,
, ,;, :
, "~
' .. " ' .'

(.25) La' solución de este' problema la formuló enIosmanuscrí-


tos con¡ los cuales su amigo ENGELS" compiló, el tercer volumen' pós-
I

tumo de D·as·Kapital. Por ello nortensmoaante nosotros lo qué


MARX hubiera;' querido decir definitivamente.' ,Sin embargo, la má-
yor parte de los críticos .no vacilaron 10 más mínimo en afirmar " '

que él había .íncurrido en una flágral1tecontradicción, -en idícho


tercer volumen con irelación a ,lo ·que ..había ,expuesto ~n ,el- pri-. '
mero. Pero' el' reproché, desde ,este punto de vista, ,carece de íus- ,
tíñcacíón. 81 nos COlocamos en el "punto de' vista del propio ,MARX,' . ,
como es nuestro deber hacerlo en' una, cuestión de ·esa índole, no
es absurdo considerar ,la -plusvalía como una «masa» .producída por
el proceso Social de. 'producción ~onsiderado'glob~l~ente,'y 'con-'
vertir el r.esto del problema 'en la cuestión' de la distribución. dedí-
cha masa.',Y . 'si éso, no es apsurdo, se puede sostener-también que .
los precios relativos de las" mercancías, tal 'corno 'se, deducen en' ,
el tercer volumen; sonuna consecuencia deIateorta del valor-tra- , ,
~'ajo expuesta en el primer volumen. :E,>o~ ,ello 'no es correcto añr.. "
mar, como lo han hecho .algunos autores' desdaLnxrs 'a'CoLE;~ .que
lo., teoría del valor de MARX .está 'completamente .dívorcíada de su
t,001'1a de los precios y que nc iccntrfbuyeven .nada a la misma.'
J?O'ljO eSI muy poco lo que sale ganando ·MAFX', al ser librado' del re-
piroclle . . decontradiccÍón. Lo que subsíste de la, acusación: 'es''.bas..
iilLtlto grave. La mejor contríbucíón al estudia de 'todo el proble-
mu, OB decir, al examen de la forma en que 'se .encuentran rela-
OJ{UHldoB entre si, dentro del sistema marxista," los valores y los
J>,'onloH., HO dGbe aL,. VON BORTKIE:WICZ, «W;~strechnung' und
]jl',(\lm'f'~htlUnB' ím Marxscnen System», en 'Archiv jür S'ozialwissen-
BU teoría ofrecía ouila explicación de"6t~~, «ley» que ocupaba
lugar destacado en 'la. teoría clásica, 'es decir, la afirrna-v:
1111
ci611 de que el tipo de beneficie-tiene una tendencia. inhe- ,; ,::,;~ <
rente-a caer.' Esto sedesprende, ,'de man\erabasf~~teplausi-'
ble, .del aumento .de la.vimportancia ~relati~a, de la parte'
constante-del.capitatfotal¡ eh las 'industti,as productoras de
bienes, de C?nSUm6"l?~ta;' 'los asalariados} si la importancia:" ,
relativa dejas 'tPcst(alaó~on~'Sy.utillaje creceen estas indus- '
trias, ," corno. sucede en> el-curso deJa evolución.. capitalista, "
,de'
y; si: el ~tipo. dé ,,'ia ':plusval.íá'¿:"e¡~ra<io- explotación. perrria- '
necen .invariados, entoncesel tipo de rendimi~nto,déltapiÚll·:', .' ,
totald~cr.ecerá en'vgeneral. 'Este razonamiento ha suscitado '.: '
i

,;n1.~chá 'admiración, 's .el .propio MARX 10 consideró ,con la'


.satisfacción que' habitualmente. experimentamos cuando una J

.tcoría propia permite explicar una 'observación "que no \habla ,


, sido' tenida ,e~,cuenta al . construiría. S-ería .interesanteidis-...
cutir dicha teoría teniendo, presentes exclusivamente sus
,méritos independientemente de los errores que' cometió
MARX: al derivarla. P'eto _n~' necesitamos discutirla, porque' .
la teoría resulta suficientemente condenada por sus propias,' "
premisasv Pero una proposición similar, auncuando no id,én-
tícavproporciona a 'la vez 'tina de las «fuerzas» más .impor-:
l,tantes de la dinámica' marxista y' el eslabón, ' 'entre 'la teoría'
de .Ia explotación.y elsector siguiente \de la estructura ana-
lítica' de ,MARX}, denominado,.habitu·ahnente Teoría .deTa.
-Acumulación. .
La. mayor parte 'del botín" obtenido rnedianteJa explota.. \
ción 'del trabajo {según algunos; de los discípulos, práctica-
-mente su" entera totalidad} ló' convierten los capitalistas 'en,
capital,' es decir ,e~:"lÍ1edios de producción. Prescindiendode " I

las implicacio~esderiv~das de 'la fraseología de MARX, estb


no es,natura.lm~nte;'másque el reconocimiento d~ un hecho
ll1UY conocido y que' sedescribe ordinariamente en términos
de ahoro y vde inversióri.i Sin. embargo, 'para ~ARX, 'este:

sohajt und Sozialpolitik, 1907, en el cual se encuentran referencias'


(1 Ias meíores intervenciones en una polémíca que no fué precisa-
mente fascinadora. ' . ' \'
68

, fihnple hecho 110 podía ser suficiente :" si el proceso. capíta-


lista debía desarrollarse siguiendo una lógica inexorable, el
citado hecho debía ser parte de dicha lógica, Q lo que esIo
mismo, que debía ser, necesario.Tampoco~ -habrfaeido . sa tis-
factoría admitir 'que .dicha 'necesidad s~ desprendiera de
psicología social ~ de' Ia vclase ca pi talistav forrnulando uma
interpretación similar a, la, de MAXWEBER',sobre la actitud
de los puritanos ,~y'la abstención .del dísfruté Iiedonístico
de los propios beneficios encaja-muy 'bien COl}.Ia- misma c->,
la cual queda convertida .en una" 'causa-determinante .deJa
conducta capitalista. ,l\1ARxno' despreció 'ningún apoyoqué
.1~udiera extraerdesemeiante método' (26);' rero' era forzoso
~.tr :
encontrar ' algo. más-consistente para un rsistema ~omoei.'
suyo, .algo queobligara a Jos capitalistas ',,~/ad{¡mular," pres-
cindiendo deo:süssenti~lientos'Yopiniones'.\io:n~'resp~cto'~1'
acto de acumulat,~'Y quefuera lobástsnte filérté para.expli.. '
. 'car por sí' ,la ·misrtia'/estructur~'psicolóiica ., Y., afortunad3:~'
111 en te existe. , ' . ,; ,., " ,o' ' •

Al examinar' la naturaléza.de:la'menciona-da compulsión


al ahorro, ~ceptáré. porcom6dida'd~~ punto 'd~ Ja.','doctrink.
de MARX'; ,es decir, 'supondr~,comQ, lohaceél.vque el ahorro.
realizado -por la clase capitalista implica ipso lacto un'á:ti~:
J"t", '
mento correspondiente' del capital' -real (27') . ES,te! . moví-
miento tendrá 'lugar siempre; euprimer término, ;e~ la ,pa~t~,
variable del capital total; 'o~s ',decir, ,'en elvcapital. salario,

(26) Por ejemplo en un pasaje (Das Kapi~al"Vo1.. 1, pág. 654 de


la edición' .Everyman) se. supera. a sí mismo en l~ retórica, pinto-
resca desplegada. sobre el tema',',negando, ,en mi, opíníón, más \all'á
, de lo que sería conveniéliteenel autor de; la ínterpretacíón eco~ ".'
, nómica de la Historia. L,a acumulacíóupuede 'Qnosér '<<MoISÉS'Y
" todos sus profetas» (!). para la clase capltalísta y salidas' de este
,:'0,/'1' "aél1ero pueden' parecernos o, no ridíc'Ul~s;," pero' en MAR4argumen-
~/:" tos de este ca~~~re y. de ese. 'estilo sugíeren siempre la ' éxístencíá.
I

:1\1,;, do alguna debüídad que se Intentan disimular. '~<


'~~;~. ".. ', (27) .' Para M~R:X; ahorrar o' aeurnúlar'"son::;la .mísma cosa que ~' j •

""'~'l :'Qol'tvertlr«plusvaUa en. capital».. No me propongo 'discutir esto, '


i' ~'\ott,li cuando las decisiones individuales de' 'ahorrar no siempre au-
; l;bCijtJ'Ut\ll automática y necesariamente el capital real. La opinión de
I¡WtX SO encuentra. a mi juicio, mucho más cercana de la verdad
o ~: ",.al c:d'terio opuesto sostenido ·por muchos de mis contemporá-
lo' ~(VOl? lo cual no creo merezca la pena díscutírla aquí. .

~~il~:,:
1 ,

:, '~c.~~~~~';~~l~'~' •.,',~,;~;~~:!;~:;
54 " DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

incluso cuando la intención sea la de incrementar la parte


constante y en particular la parte que RICARDO denominó
capital fijo: la maquinaria, principalmente.
He señalado más arriba, con ocasión' de discutir la teoría
marxista de la explotación, que ell uña economía perfecta-
mente competitiva las ganancias de explotación inducirían
a los capitalistas a aumentar "la. producción 'o a intentar
aumentarla, toda vez que obrar de ese modo equivaldría para'
cada uno de ellos a. mayores 'beneficios. Por dicha 'razón se
verían forzados, a acumular. Además, el efecto global de
tal conducta sería. el de reducir la plusvalía a causa de la
elevación de los salarios, y también de una subsiguiente re--
ducción de los precios de los productos; 10 cual constituía
de por sí un ejemplo lTIUY apropiado de las contradicciones
inherentes al capitalismo tan apreciadas por MARX. Y aque-
lla misma tendencia constituiría, también, para el capitalista
individual otra razón' por la cual se sentiría obligado a acu-
mular (28), aun cuando nuevamente ello tendría como efecto
el empeoramiento de la situación de ,la clase, capitalista, ~on­
siderada C01110 un todo. Existiría, pues, una especie de
compulsión a acumular en un proceso estacionario, el cual,
como he dicho anteriormente, no podría alcanzar un equi..
librio estable hasta que 'la. acumulación hubiera reducido la '
plusvalía a cero y destruído así al propio capitalismo (29).

, '(28) Como es natural. en la mayor parte de los casos se aho-


rrará menos de una renta pequeña que de una renta elevada.
Pero será mayor la cuota ahorrada de una renta que no se es-
tima duradera o que se teme decrecerá, 'que la. cuota que se aho-
, rraría de la misma renta si se creyera que permanecerá estable
en su cuantía actual.
(29') Hasta cierto punto MARX lo reconoce. Peto cree que si
suben los salarios Y' al hacerlo dificultan la acumulación, el tipo
de esta última disminuirá «porque el estímulo de ganancia queda
embotado» de tal modo que «el, mecanismo del proceso de la pro-
ducción capitalista elimina los mismos obstáculos que crea tem-
poralmente» (Das Kapital, Vol. 1, cap. XXV, sección 1). Ahora
bien, esta tendencia del mecanismo capitalista a autoequílíbrarse
no está por encima de toda duda, y cualquier afirmación" de la
existencia, de la misma exigirían por ']0 menos, una cualificación
cuidadosa. Pero el punto interesante reside en que si encontrá...
ramos dicha afirmación en la obra de otro economista la califica-
ríamos casi de antímarxísta, ya que mientras pueda tomarse co-'
66

Hin embargo, existe otro factor mucho más importante


y mucho más competente. En realidad, la economía capita-
Iista 110 es ni puede -ser estacionaria, ni tampoco se expan..
siona de manera uniforme. Está siendo constantemente re-
volucionada desdé dentro por la acción de nuevas empresas,
es decir, por la introducción de nuevas mercancías o de nue-
vos métodos de producción o" de' nuevas oportunidades
comerciales en la estructura. industrial existente en un mo-
mento dado. Todas las estructuras existentes y todas las
condiciones en las cuales se desenvuelven los negocios se
encuentran siempre en un continuo. proceso de cambio.
Todas las situaciones resultan alteradas antes de que hayan
,tenido "tiempo de desarroUarse plenamente. El progreso eco-
nóniico, en la sociedad capitalista, equivale a agitación.
Y, como tendremos ocasión de comprobar en la parte siguien-
te) en dicha. agitación. la competencia. opera de una manera
completamente diferente del modo como operaría en un pro-
ceso estacionario, aun cuando fuera perfectamente competiti-
vo. Las posibilidades de ganancias a adquirir m.ediante la pro-
ducción de nuevos artículos o mediante la producción de
artículos viejos con métodos más económicos, se materiali-
zan constantemente y exigen también nuevas inversiones.
Estos nuevos artículos y nuevos métodos compiten con los.
artículos antiguos y con los métodos antiguos y no en con-
diciones de igualdad, sino con una ve-ntaja. decisiva. que
puede entrañar la muerte- de los últimos. Así es como tiene
lugar el «progreso» en la sociedad capitalista. A fin de evitar
una oferta ,por un precio inferior, todas las empresas acaban I

por sentirse obligadas a hacer 10 mismo, a efectuar inver-


siones a su vez, y para poderlo hacer a invertir una parte
de sus beneficios, es decir: a acumular (30). Y de este
modo todos acumulan.

mo válida debilita grandemente la dirección fundamental del ra-


zonamíento de MARX. En este punto, como en otros muchos,
JVtAnx exhibe en proporciones sorprendentes los grilletes de la eco-
nornía burguesa de su tiempo, que él creía haber roto. .
(:U» Por supuesto éste no es el úníco sistema para financiar
,,1 pl'of~roso tecnológico. Sin embargo, es el único que práctica-
":, ,:,">~'¡,,~
, "'/;',"',,\ ,1>

',:" :''11' "


DIE:Z GRANDES ECONOMISTAS;' "~" "

Ahora bien, MARX vió este' proceso del cambio industrial


con Ultly'or claridad ycompréndióeirirnpórtancia funda~en-"'
tfil ea mayor proporción que cualquier economista de -,su .~
tiempo, Esto no equivale a afir1J.1ar., qU,e ·c9·mprendi~ra co-
rrectamente su-naturaleza o que analizaracorrectamente su. ,
mecanismo. ,Para 'él." dicho, mecanismo no-vera más, que la.
simple mecánica .de..las.masas del capital. No poseía nin- ,
, ,
guna teoría aceptable -de la empresa y. su incapacidad para' "
distinguir al capitalista delem presario ,J1.f1i·t~'tl1ente con una: .
técnica .teórica' 'd:efectuosa.;ex:pIíca).l . muchds J~as:os·de no~:'::
sequitur yrnuchos errórescPero la simplevisión, del ProgeSó·i)
fué suficientepara-rnuchos -deIos .objetivos que Í\1AR4 tenía:
ante sí. '~l,non~e.quitu~ deja deserunaobjeción fatal ,si' Io
qué 'nb ':d·eriva del razonamiento de" MARxpuede"hacerse~,': ,
.derivar: de,' otro .razonamíento. y al111 loserr~re~, crasos y:,:Jas' :
interpretaciones ·,~quivoca,da~ 'resultan' redimidos'p'~r\ la co-. '
rrección sustancial del razonamiento ensus.Iírieasgenerales;'
enel cual seproducen ;:'singularmentepuedenresultar ino-
,CUOS paraIas fasesulteriores del análisis, queparael crítico"
. i~c~:pázde comprenderresta situación paradójica 'aparecen
'. condenadas sin "remedio, .
'Antes 'hemos considerado un ejemplo 'en este sentido,
Tomada tal CÓlTIO fué: formulada la' teoría marxista de' la.'
,1

plusvalía es insoste~ible:'Pero· tod.ª.,yezque el proceso . capi-


talísta produce constantemente' ondas" dejganancias ternpo-
rales superiores' a .Ioscoete, las ~üal~s;"'aqn"cuando,""enfo~ma
netamente 110 marxista ;;puedenexp!icar otras teorías, .el.
paso .siguiente de ',,+'1:ÁR X '·COl1¡..s agrado a la acumulación no
I

resulta viciadocompletamente por. sus" errores previos. Aná.. .


lognmente MARX .no explicó "de .manera' 'satisfactoria esta" ,
obligación de acumular;" tan' esencial 'a,' su razonamiento'.'
Pero 110 puede afirmarse que ello ocasione .grandes daño-s"

monte tjUVO en cuenta ¡v.IARX. yt()da vez .que se trata de un 'síste-


nll1 HUlt.tltlll0JltO "ímportante.. podemos" seguirte en esto aquí; aun. ' ". '
cuando otros f.dstemas, especialmente el de obtenerpréstamos ban-
CU1'1.0S. O 01 do oreur depósitos, producen consecuencias propias, .y
OUYI1 1nBorc16n Borfa realmente necesaria sise 'tratara de trazar
un. bUt~dl'O conecto del proceso capitalista. .

., \
KARL 'ry.rARJC ' 57

toda .vez que, del modo que hemos indicado" es' ,posible',su..
ministrar otra explicación, en la cual, entreotras cosas, la
disminución de los beneficios queda encajada en el, lugar
Á' ' . '

que .Ie corresponde. El tipo agregado del beneficio produ-


cído por el capital total industrial no "es- ne~e~rio quedisrni-
, nuy~a' 'largo plazo ni por ' la 'razón expuesta .por 'lVIAR,X' ,:de
. ·que·.. eJ capital constante' aumenta-en 'telaci6J¡:con el capital I

',fariable (31) o por cualquier .otra.. Basta.<que~c:,comoh~mos


,"vistó', el beneficia de .cada, empresa sea constantemente ame-
.nazado p<?r la cómp~ten~iareal ,'0 potencial procedente de
, nuevas .mercáncías 'o de.nuevos rnétodos .de producción' que
antes o' después tr,ansformarán',aquél':~eneficio,;en'una' pér-
,'" dída. Aquíencontramos Iafuerza' motora .necesária e incluso-
'~una' -analogía .a ia- proposición "de MARX "d~que'el .capital
',constanQe 'no produce plusvalía' :..-', porque .ninguna unión
singular de 'bienes, de' capital ~s· una,' fuente-eterna-de plus-
'Valía 7 sin tener que 'recurrin.a aq.uellas' partes de' su, razo-
namientoque son dé dudosa'~aJid~z. ,,," , '
.,Otro ejemplo' lo su,mi"ni~t¡ra',~l', eslabón "siguieñ.t~~· 'qe.. ,la.
cadena de ,MARX, 'su. Teoría. deTa Concentración, es decir;
, su análisis, de la ',tétidencia. del-proceso capítálístaa aumen-
'tar. las dimensiones tan~o de las, inst~lacio?es .industriales

, (.31) ,' 'Según ,~,1 los beneñcíos pueden dísmínuír, por supues-
to,:por .otra causa, es decir, por la dísmínuciórrdel tipo 'de la.plus-
valía. Esto puede ser debido, a incrementos en los· tipos de los sa.;. ,
Iaríos o a reduccíones, impuestas .,por la ley; por ejemplo, de la
duración de la jornada de trabajo. ,Es"posible .aíegar, 'incl uso desde
, él punto, de vista de ,la teoría .de MARX, que ello inducirá a .los «ca-
pitalistas»' a sustituir' mano de obra por bienes. de capital que
ahorren fuerza trabajo, y que 'con ello .aumenten temporalmente
las inversiones independientemente del impacto de, nuevasmercan-
cías y, del progreso. tecnológico. Pero no podemos entrar 'en, el
examen detenido de esas cuestíones. En cambío sí es posible que
recordemos un' caso curioso.' En 1837" N ASSAV W., SENIOR ,public.-Ó
un folleto' titulado Letiers on theFf1:ctory ,Act, err-el cual intentó
demostrar que :el,proyecto de .reducír laduraci~n de Ia jornada
de trabajo daría lugar a la aniquilación de" los .beheñcíos obte- ,
nidos 'por la industria ,algodonera, ,En Das K,d,pital, ·Vol. 1, Oap: VII,'
sección 3, se, supera a sí.' mismo ~n la acritud dé sus invectivas
contra tal afirmación. El 'argumento deSENlóR es, en realidad,
casí estúpido; .pero MARX debería haber sido el último en mani-
festarlo por cuanto Se encuentra en la misma línea que su' teoría, '
de la explotación. '
.58 : DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

como de las unidades de control. Todo 10 que él ofrece como


explicación (32), una vez despojado de su retórica, se reduce
a la afirmación poco interesante de que «la batalla de la
competencia se libra 'abaratando las mercancías», 10 cual
«depende, coeieris paribus, de la productividad del traba-
jo»; que. esto depende, a 'su vez, de la. escala de la produc-
ción; y que «los capitales grandes vencen. a los peque-
ños« .(33). Todo esto se parece mucho a 10 que dicen los
manuales acerca de la' cuestión, y no es muy profundo o
admirable en. sí mismo. En particular,es inadecuado por
el énfasis exclusivo sobre la magnitud de los «capitales»
individuales, mientras en su descripción' de los efectos
MARX sé ve notablemente obstaculizado por su técnica, in-
suficiente para tratar -,~1 monopolio o el oligopolio.
Sin embargo, la admiración que muchos 'economistas
que' no pertenecen a su grey profesan por su teoría, no es
Iniustiñcada. En primer lugar, predecir el advenimiento de
las grandes empresas fué, teniendo en cuenta las condicio-
nes reinantes en los días de MARX, un éxito indiscutible.
Pero hizo más que esto. 'Con gran habilidad unió la concen-
tración con el proceso de acumulación o, mejor dicho,
consideró a la primera corno una parte del último, y no
sólo como parte de 'su estructura, sino también de su lógica.
Percibió correctamente algunas de ias consecuencias, por
ejemplo, -que «la dimensión creciente de las masas indivi-
-duales de capital se convierte en la base material de una
-revolución ininterrumpida en las formas mismas del proceso
productivo» ; otras consecuencias las señaló en forma uni-
lateral. y desfigurada. Electrizó la atmósfera que circundaba
al fenómeno sirviéndose de las dínamos de la lucha de
clases y de la política; esto tan sólo habría bastado para
.situar su exposición del mismo muy por encima de los

(32) Vid. Das Kapital? Vol. 1, Cap. XXIII, seccion 2.


(33) Esta conclusión, denominada frecuentemente la teoría de
"la expropiación, constituye según MARX la única base puramente
económica de la lucha mediante la cual los capitalistas se des-
truyen entre sí.
l{ARL MARX 59

áridos teoremas económicos implicados, singularmente para


.gente carente de imaginación propia. Y 10 que es· más im-
portante, pudo seguir avanzando, casi sin ser obstaculizado
por la motivación inadecuada de los rasgos individuales de
su exposición y por 10 que al profesional resulta ser falta
de cohesión en su razonarniento j porque después de todo
estaban surgiendo los gigantes industriales y, también la si-
tuación' social que, debían crear.
5. Dos cosas más, complementarán eJ presente bosquejo:
la teoría marxista de la' Vereleruiumg 0, para emplear el
equivalente que llle he atrevido' a adoptar, de la miserabili-
zación, y su, (y de ENGELS) teoría del ciclo económico. En
la primera parte, tanto el análisis como la visión fracasan
irremediablemente; en la segunda, presentan un aspecto
mucho más favorable .
. MARX creyó, indudablemente, que en el transcurso de la
evolución capitalista los salarios reales y el nivel de vida
de las masas descenderían en los grupos mejor retribuidos,
y no mejorarían en los peor retribuidos, y que esto tendría
lugar no por circunstancias' accidentales o derivadas del
ambiente, sino en virtud de la misma. lógica del proceso
capitalista (34). Considerada como predicción fué singular-
mente infeliz, y los marxistas de todos los tipos se han es-
forzado al máximo para defenderse de la 'evidencia clara-
mente desfavorable que tenían ante sí. Al principio, y en
algunos casos aislados.. incluso en nuestros días, desplega-

(34) E,xislte una primera línea de defensa, que los marxistas,


como la mayor parte de los apologistas, suelen construir contra la
intención crítica que se esconde detrás de cada una de aquellas
afirmaciones categóricas. Se trata de que MARX no llegó a, dejar
de ver enteramente el reverso de . la medalla y de que frecuente-
mente «reconoció» la existencia de casos de salarios crecientes y
otros por el estilo~'- como nada podía dejar de hacer' -dedu-
cíéndose de todo eso que él se antícípó completamente a cuanto
hubiera podido objetar un. crítico. Un escritor tan prólíjo que in-
tercala en sus razonamientos capas tan ricas de análisis históri-
cos da, como es natural, mayores facilidades para una 'defensa de
este tipo que cualquiera de los padres de la Iglesia. Pero, ¿ de qué
sirve «reconocer» un hecho adverso si no se .permite que influya
PO las conclusiones?
.. "
\ '

"
60 DIEZ GRANDES E,CO'NOMIS'!A$
"

1"O(1'L 'lU~ltt tenacidad notable,' al .tratar. de salvar. esa «ley»'


presentándola como una iformulación de' una tendencia.
efcctíva corroborada p~'r.Ias'estadísticáS'de salarios. Luego
se hicieron tentativas para .adjudicarle ún .significado dis-
tinto, es decir, ~firtrlando' que dicha '"ley' no .se refería al,'
nivel de los salariosreales o''a la cuota absoluta que va a la
clase asalariada, sino a la' parte relativa de las rentas de
trabajo' en ,ja~erita nacional 'total.. Aun. cuando algunos,
pasajes de MARX, .permiten interpretaciones como Iaiante-
rior, ,no se puede .negar que tales' interpretaciones se oponen
al significado de, la mayoríade"1os, mismos. Además, sería.
muy poco, 10 que. Se" ganaría aceptando aquella ·~interi)reta~'.'
cíón , porque .las principales rconolusiones de
.',MARx;'pr'esu~ I

.ponen' que :1a cuota .absoiuia per cápita .del ,trabajodebe~á~', " "~
caer.,· o' por .lounenos .no- aumentar; si realmente hubiera-
pensado en 'la:: cuota re~ativ~·. 'eso s~lamentehabríasérvi~o "
, para aumentar las dificultades, del razonamientovrnarxista.
Finalmente, 'la .misma ',p~qppsición, seguiría 'siendo errónea,
todavez.que Iaparte relativa" de 'lo:s jornales y salarioscon
respecto'a.:1a,~enta'nacionalvaria muy, poco de año en año
,y es notablemente constante en el tiempo sin que cierta-
mente revele tendencia .alguna a disminuir ~ ''', .
Sin .embargo.iparece 'q:ue'exista'otro, camino para .supe-
,rar la dificultad. Puede darse el caso .de que... en nuestras
series estadísticas, periódicas no aparezca: una tendencia ,~ y;', '
que incluso, como "O'curre en .nuestro.. caso.. muestren. ti na ,~
tendencia opuesta -- y" sin-embargo, -ser 'inherente al si~-·,'
terna estudiado' la tendencia aludida; 'porque puede haber
sido frenada por condiciones excepcionales. Ésta es" en rea-'
Iidad la línea de defensa elegida por' los" marxistas' .moder-
110(-;. Las condiciones excepcionales se encuentran en la
expansión colonial 0', .más.,: generalmente, en \ acceso .a el, , e
.\" ,",'

nuevo s países .durante, el siglo vxrx.ique según la misma


opinión habría dado lugar a unvperfodo de veda» para lR5 .. -,

víctimas de la explotación (35).: En'.1~ próxima parte ten-


(.36) Esta ídea fué sugerida por el propio
1

MARX, aunque rué


desarrollada POI' los, neomarxístas, ,
·~ARL:.MARX .: 61

., .dremos ocasión de ..referirnosa esta cuestión. M'ientras tanto'


señalemos que los hechos dan, prima' facle j cierto apoyo a'
.,,'este razonamiento, que. a la vez es inobjetable desde el punto .
.>-de -vistaJógico, y quevpor lo tanto.' podríairesolver la:'difi~ .
.cultad -si esa. tendencia estuviera correctamente fundada en -,
·.·otrp.8. respectos._' '. .
Peto !la verdadera dificultad estriba en .que. la.' estructura'.
,teórica'de MARX escualquier .. cosa menos firme 'en
estesec-'
, ·:tor:' el fundamento '. analítico, ,al' 'igual que. I ocurría.vconda
visión, es defectuoso': Las bases' de.-Ia- 'teoría ,'4'e 'l~f misera..'
,~'bilización esIa ,teoría del' «ej'ercito,.i~dustri~i' d~.":;~esét~va,»~ es'
.esdecir : la teoría deJa desocupación- originada: "por. la me- .
canizaciónJel'p~oc'~soprod~ctivo' (36). Y·'ia.:te~ría d~l. eiér-'
',cito de.Yeserva-se b~sá,"á.su v~z" e'n'~a."',dQ~triria expuesta
.en el' capítulo ~de 'R~CARl?Osobre la, maquinariavEn ningún
otro .punto -- a excepción;' n~turalment~,de la teoría del
valor ,~~, puede advertirse ~na:'.depen.d~ncla"'tári:,~omp~et~:,'~el
razonamiento de: ·,'MARX con,' respecto ·;11 dé ",RI¡<;A1tDO,. ,'sin
.agregarle:' nada esencial (3. 7). Me- estoy refiriendoj ,~por. .su-
'puesto, .a Ta. teoría del fen{)1J;1eno,solaIhen'~e..;MÁR'*~.~I,~ña~ió, '
), como "s,empre, algunos toques .secundarios, por ejemplo; la,
.felíz generalización, según la, cual la' sustitución-de' 'obreros ..
'especializados' "'p'órobreros n.o calificados ~e l,in~o;~p6t~':"'al " I

concepto de desocupación ;:" también- agregó' 'una rjqU:e~~:(·jnl.


finita .de-imágenes y de fraseología ; ')', 10 que' es,' más.jm-.
, -

" <36.) .:Este ,tip'o


de desocupaCIón', deb~ ser "·di~ti~guida,/"na.tural~:"
I • mente de-otros. En 'particular, MARX ,se' reñere aaqueUa especíede,
desocupación que . debe 'su existencia a .las varíacíones cíolícas d(f¡
. la actividad económica. 'roda vez. que ambos.no-sorr índependíen-
! tes Y. teniendo en cuentaque su' razonamíento.se .apoya ,con mayor - /
frecuencia "ene1 segundo 'típo más 'que 'en el primero, no es de' ex.. . ~
trañar que surjan díñéultades en la ínterpretacíónde las cuales
no todos los crítíoos :parecen .darse cuenta.. ' , ' .
(37) Para cualquíer 'teóríco esto debe ser obvio después de
exa-
minar no sólo ,la, sedes materiae (DásKapital, vei. .1, Cap. XV,·'
secciones 3, 4, ,5 Y 6,especialménte'(donde MARX trata de ~a. tea'!
ría de la compensación, a la que nos .referíremos más adelante),
síao también de los capítulos XXIV ,y. XXV, donde se repiten y
j;ol'nlulan .las mismas. cosas aun .cuando 'la presentación difiera,
l)(tl:cif.\lmente). '
62 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS \

portante, añadió (~1 marco impresionante. constituído por el


amplio trasfondo ele su proceso social.
RICARDO Re hnhín sentido inclinado, en principio, a com- '
partir la opin ión , 1Ir uy corriente, en todas las épocas, de que
la introducción dv máquinas en el proceso productivo no
podía dejar <1" cnut ribuir a mejorar la situación de las ma-
sas. Cuando 11('1',(") a rludnr ele esa opinión o, por 10 menos,
de su vn lidvz ",l'tlt'l al 1tl()('t (l i {) sin ambages a modificar su
t
l

posición. Ifalllhi(,tl :-.iu nmluurcs se inclinó 'al otro lado al


proceder del 111(l(10 1 ('f,·rido, Y de acuerdo con su método
habitual de- ~alJlo11t'r \lltllI.!~ cases (ejemplos salientes), ela-
boró un ejvlllJdCl 11tlllll"I ir-o , ('ol)oci<10 por todos los econo-
mistas, para dt'lJ1n~'it r.u fllll' la:; ('osas podían ocurrir al revés
de cuanto bahía t'n·íd.1 pi iuu- .uueute. Con ello no quiso
dar a ente-nder, /1ft r 1111:1 parir', €lIle' demostrara algo más
que U11a nu-ru pll~,iltilit1;lc1 :1"11 ('It:lll<lo se tratara de una
posibilidr«] 110 d('~;ftl "vi:,!;1 ell' )11 nJHlhilid:l(l{~s "- o, llar otra
parte , <]ltt' a lill,\',ft pla/,II la 11I('('illli/'il(,jcllll de-jura de reportar
un hl' ll l ' ri (' i o III·to II:lra (·1 tr:tJ,ajo il tl:LV('S ele sus efectos
ulteriores :--iOJIl'f' (,1 prcllllll't't t ot a l , 1ctS pl'{'('ios, etc.
El ejl'lIlJl1() l'~', ("tlTI'('fcl dt'lIf"t d" Ins límites de sus su-·,
puestos (jg). Los 1111··tllc1I1:-~ :lf·t":"l'~\, nl",o IlIrl~; refinados, con-
firman su rcsult.uln 11:l~1(:l (·1 pltl!fo ti" ((lit' nclmiten la posí-
bilidad que t rutú dI' t'~,t:dt1t'I'('1' l ' i}".,:t1ltlt'l1tt la opuesta;
pero van 111{íS all:i r-u ('11:111((1 (,~,t:lI)ll·(·(·t1 l:l~, condiciones. for-
males que <1l't('rttlill:111 :,i ~'(' Pl'ltclllt'ir:"l uuu II otra de las
consecuencias alttdid:l:-l. 11>, ( ( 1 (':'. Iltll ~ltqtlt(I~'lt(), todo cuanto
puede hacer la t ('orla pu in . Ita 1:l 11l1c1('r prvd('('ir los efectos
reales son lll'Cl'Sari():, d:tlrt~l ~'lll"ll'III(lltt:lri()s. l 'vro para nues-
tro prop()sito vI l'jl'll1plct <1(' 1~Il't\ln)() prl'~;l'ltta otro aspecto
interesante. lU t'()lI~;ic1l'l'ltt uun l'lllprl.'Sa qu« posee una can-
tidad dada de (':Ll'it:l1 y fltI " l'l11plca \111 uúmcro dado de
obreros, y que dl'cidv dar HU paso en el camino de la meca-

(38) , O bien puede ser convertido en correcto, sin que pierda


su propio significado. Existen unos pocos puntos dudosos en el
argumento debidos probablemente a su técnica lamentable, que
tantos economistas desearían perpetuar.
1\1\111. MI\IO\ 63

ti i/,:u'ic'Hl. De acuerdo con dicha decisión dedica un grupo


cll\ obreros a la tarea de construir una máquina que" una
vez instalada, permitirá a. la empresa prescindir de una
parte de ese grupo. Los 'beneficios pueden continuar, even-
tualmente, siendo los mismos' (después de que' la concurren-
.cía habrá operado los reajustes suficientes para eliminar toda
ganancia temporal), pero los ingresos brutos habrán, dismi-
nuído en la cantidad exacta, de los salarios pagados pre-
viamente a los obreros que ahora' han siclo «dejados en li-
bertad». La idea de MARX del reemplazo del capital varia-
ble (salarios) por el capital constante resulta casi una ré-
plica exacta. de la anterior formulación. El énfasis de RI-
CARDO sobre el subsiguiente (redundancy) exceso de la. po-
blación tiene, asitnismo, un paralelo exacto en el énfasis
puesto por MARX sobre el ~xceso (surplu$) de la población,
término que emplea cO,mo alternativo a la expresión «ejér-
cito industrial de reserva». La doctrina de RICARDO, como
puede verse, resulta, seguida. fielmente al pie de la letra.
Pero 10 que puede admitirse como aceptable cuando nos
movemos dentro de las finalidades limitadas perseguidas por
RICARDO, se convierte en totalmente insuficiente (en reali-
dad se convierte en la fuente de otro non sequiiur, que
esta vez no es redimido por una visión correcta de las con-
secuencias finales)' tan pronto corno examinamos la super-
estructura que MARX edificó sobre tan frágiles 'fundamen-
tos. Parece que en cierta medida él llegó a darse cuenta de
eso. Porque con una energía que muestra en sí algo de
desesperación se aferró al resultado pesimista obtenido por
su maestro, supuestas determinadas condiciones, y 1<?, hizo
como si el último strong case fuera el único posible, y con
'energía aún más desesperada luchó contra los autores que,
habían desarrollado las implicaciones de la observación de
RICARDO acerca de las compensaciones que la. época. de las
máquinas podía ofrecer al trabajo, incluso cuando las con-
secuencias inmediatas de la introducción ~e maquinaria fue..
ran dañinas (es decir, a los defensores de la teoría de la
64 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

compensación, que todos los marxistas consideran con gran


a versión).·
MARX tenía abundantes razones para elegir ese camino,
porque necesitaba urgentemente un fundamento firme para
su teoría del ejército industrial de reserva que debía servir
dos .propósitos de. importancia fundamental, aparte de otros
secundarios. En primer lugar, hemos visto que privó a su
teoría de la explotación de 10 que he denominado un puntal
esencial, en virtud de su' repugnancia, perfectamente com-
prensible en sí, a emplear la teoría malthusiana de la pobla-
ción. Aquel puntal o apoyo fué reemplazado por el ejér-
cito industrial de reserva., siempre presente, porque resulta
creado continuamente (38). En segundo lugar, la visión. par-
ticularmente restringida que adoptó del proceso de meca-
nización era imprescindible, puesto que tenía por finalidad
el dar pie a las frases rimbombantes del capítulo XXXII
del VOlUll1Cl1 primero de Dos Kapital, las cuales, en cierto
sentido, constituyen el final majestuoso que corona no sólo
a aquel V01UlllCn, sino a la totalidad de la obra de MARX.
Deseo citarlas literalmente - y con mayor extensión de la
requerida por el punto discutido - , a fin de dar a mis lec-
tores una impresión rápida del estilo de MARX, tan impor-
tante para explicar el entusiasmo de algunos y el desprecio
de otros. Tanto si se trata de una reunión de cosas inexactas
como si se trata del núcleo de la verdad profética, dichas
frases son las siguientes:
«Paralelamente con esta centralización del capital o ex-
propiación de muchos capitalistas por unos pocos, se des- 1 .

arrólla..; la absorción de todos los países por la red del


mercado mundial y, corno consecuencia de esto, el carácter
internacional de régimen capitalista. Conforme disminuye

(39) Es necesario, naturalmente, destacar la creación incesan..


te. En etecto : sería completamente incorrecto en relación con las
palabras y con el sentido de ~RX) imaginar. como la han hecho
algunos críticos, que él supuso que la introducción de maquina-
ria dejó sin trabajo para siempre a los individuos afectados. No
negó la reabsorción, y la crítica basada en la prueba de que cual-
quíer desocupación será reabsorbida enteramente, yerra el blanco
completamente.
65

r ,ro~~ n.sivarneutc el número de magnates capitalistas que


usurpnn y monopolizan todas las 'ventajas de este proceso
dv transformación, crece la masa de la miseria, de la opre-
sión , de la esclavitud, de la degradación y de la explota-
ción ; pero crece también la rebeldía de la clase obrera, una
clase cuyo número crece constantemente, y cada vez más
disciplinada, unida y organizada por el mecanismo del mis-
1110 proceso capitalista de producción, El monopolio del

capital Re convierte en grillete del régimen de producción,


qru- ha surgido y florecido con él y bajo él. La centralización
de los medios de producción y la socialización del trabajo
llegan u un punto en que son ya incompatibles con su en-
voltura capitalista. Esta salta hecha añicos. Suena el toque
ele agonía para la propiedad privada capitalista. Los expro-
Tiiadores son expropiados»,

6. Es muy difícil valorar la contribución de MARX en


el campo de los ciclos económicos. La parte realmente me-
ritoria consiste en docenas de observaciones y comentarios,
la mayor parte de los cuales son de naturaleza casual, que
se encuentran dispersos en la mayor parte de sus obras,
incluso ·en muchas de sus cartas. Las tentativas para re-
construir con tales membra disjecta un cuerpo que, sin
cinburgo, no aparece nunca en carne y hueso y que tal vez
no existió en la mente de MARX más que en una forma em-
hriouuria, pueden fácilmente arrojar resultados diferentes
seg(ltl las manos que las. emprendan y, además, resultar vi-
ciadas por la tendencia comprensible en el admirador de
MARX a atribuir,' mediante interpretaciones adecuadas, prác-
ticnrncnte todos los resultados. de investigaciones posteriores
aprobados por el propio admirador.
1\1 tipo común de amigos y de adversarios nunca com-
prendió, ni 10 comprende en la actualidad, la índole de la
turvn que tiene ante sí el comentarista en virtud de la natu-
rnll'za culcidoscópica de la, contribución de MARX a esa
{'l!l'stióu. 1\1 ver que MARX se pronunciaba con tanta fre-
('l\lt'IH'ill sobre la misma, y que evidentemente era esencial
JUu'" ~Hl tVJ1Ul fundamental, dieron por sentado que debía
a
6,6 DIEZ GRANQES E.cONOMIsTAS, / ,

'e~istir tina t~otÍ~madista,de.lQXpiei<?s;si~pley dará, q\ie


pudiera ser derivada: •d~l';'iestQ: 'd.e'sú)ógica del. proceso capi-.
'. talista,de~;~is1pp~no~~,com~¡];?o'r"eiewpio,)a teoría de la
" '~xplo'ta!;i6n,.~~rge~de~.1:i teorflt,d.eltrab:ajo.:·gor . 10. tanto, se
.:'4:edic#ron/ ,'~ ':;e'!l:cóntta'r'"dic~.a>~éoiía ",: Y""'" e~' :::~€Lcir)magillar 10'-'
,::q#ele~:sqcMi6;f ,.••.••••.. .,"" "",', ' : "",,'; ,; .", ',", ,',.:.' , ! " '"
",':p~r¡t1iia: "p~~t,e 'ivrA~X ',,~lÓogia ':, §t1l ,r~$etv~s'; -r;-.",a~n; ,cuando. '
,,', ,\
sinapoyarse ,e~'~ ril ()tiybsadee?ac19~ .-;.,. eltl'et1len~9' ,.p,od~t'~el'. '.
:)c~pita~is,uiQ ,: para::desa;i'F~Uat" Iá ,cápadd~'g ,.' prod U~hVá';de la:. ".'
,',

;;?2iedat'(J?9t'~:~rál:p*he,:~t1br~Ya:',~~ce,~,~telJl~~e\t~ln~~eria,'
creciente ",del~s masas. ,':' ¿No\es:lli 69~\J"lliá§". natúf~l'~'dd
, inuncdó 1Íegara'~~.co+1c1eSió'n de'queláá,cdsis'o~epresippés'
.son ae1?ida)~,f:~l"h~,ci~q!' ,dé -que ,Jas'inasas~,~xpJot~,da:~. '1i'o:~ f'Pll~dan
.adquírir' todorcuantoe'la to productivo',' siempre- ,CF~.I" para
, cíentev produceo est~ dispuesto-a producir, y que por ~:¡ta.
y otras razones que no necesitamos repetirvel -tipodelbene-
ficio desciende al nivel de la bancarrota P,De esta foirria~y:'."
'según e¡ elemento .que deseemos destacar, alca~zanlos los, !

confines de. U11a teoría del isubconsumo o de una ,teoría' de:


la superproducción del tipo 111ás despreciable.
La' interpretación marxistaha 'sido clasificada, enefecto, (,

entre teorías que explican 1as.crisis,JJór .el subconsumojaol..:


Existen dos circunstancias quepueden ser invocadasalres-,
pecto. ' En 'prim~r."lugar, ,.la .teoría:~e .la pi~lsvaiíar y:t a1tlbién ";
en otras 'c~esti?:nes,' la/,afiniciad'd<ktfinal ':ep~reMAR;%Py ."
SrsM:0 1'lW y'BODBll;l,tTP.S"éSobvia.Y, estos últimosadoptaron.
'también ~lqt~teriQdel.sÚbGop~Uino.,.No '~ra descabellado
inferir, 'pués,qtik: "MA:~x.hubi~raseguido.Ia .tPismaQdent.a~"·
ción.. EnSegülld9"lu~~r" divl:lrs~$ .pasajes: en, Ias obras-de
"MARX" singnilar.,luente ':l a 't)r~Yé'~~:xpiiq:aciQn4é las crisis con-
J

, ", ", , , ' , "': ~ ',: .i , ' ,


I ,::,,:,.,:,' ",,',':' " , , ' . " , .. '
' , ' , : " , ',' " ",.':',':1 ""',

tenida: ,en~'~l'.JY{a,nifi·~:st~I"fO'1nu'itist'a!/"~se.préstan indudable-

'. (4{), AunqUe~~~¡:·~j;J~etación'·s~h~conver~ido


da,qui~ro' _c.itar"dosl'fiÍútór¡es"~qfatnen~e~
en' una me-
úno de los .cuales es res-
ponsableidevuna .versión .modiñcada ,de la .mísma, mientras que-
el otro puede atestiguar SU~I' p.ersiste~cia:TuGAN~BARANOWSKY,." ",
TheoretischeG,rundZagen ",des:.lWdrxismus~,'1905" quien condenoJa.:
teoría de las' crisis delV(ARX-pOr'tesa Tazón; y 'M.',[)OBB,Political:' ',', 1,
Economy and Capitalism,quiel1 'muestra mayor simpatía hacia la,'
misma. ' , " , ,,' ,

" '
67

~11011te a esta interpretación, aún. cuando, algunas' afirrnacio-


fJ.AO de ENGELS se presten en 'mucha ,mayor' medida (41).
Pero todo esto carece de importap.cia,íóda'vez,que MARX,
dando dando ,pruebas de excelente; s~ntído,rech-azó expre-.
samente 'aquellas interpretaciones" (4.2). '
Lá realidad consiste en que no 'tenía una' simple teoría
de los ciclos, econórnicosv Y no 'es .posible obtener', ninguna
mediante la' derivación lógica 'de ",sus «leyes» del proceso
c~lpitalista. Incluso "si aceptamos 'su explicación 'de ¡aapa- .
rición de l~ plusvalía .yadmitimos-que la acumulación; la
mccanízaciónYaumento relativo (~elcapital'constante)" y' el
exceso de población" que "aumenta. ,de manera inexorable
la miseria de' las masas, formanpartedeunacadena lógica
que termina, en la 'catástrofe .del "sistema' capitalista, incluso
en este ,caso nos encontramos desprovistos <le un factor,
que imprima una fluctuación "cíclica al proceso yqu~'e:x.:
plíque la 'sucesi6ninn'tanenfe" de "'p~ósperidades'\Y depresio....

(41) El'punto de vista" deENGELssobre esta cuestíón ~ que es


casi un lugar común ~ encuentra sumeíor expresión en su libro
polémico Herrti Eugen' D'Ührings Umwalzungder, Wissenschatt,18-78,
en un pasaje que se .hac.onvertido en uno de los más citados de
la literatura socialista. Presenta allí una descripción muy gráfica
de la morfología de laacrísís.vque sínduda sé adapta, al estiló de
las conrerencías populares, pero donde: sería de ,esperar, una ex-
l)l1cación nos encontramos en 'Cambio cQn, la símple afirmación de
que «la expansión del. mercado no puede, desarrollarse a igual ve-
locidad que la' 'expansión de. la "produccióu»)·.También se refiere"
aprobándola, a la opinión 'dé' FOURIEReXpuesta y resumída en la
.expresión que se explica por sí .mísma ; crisé« pléthoriques.. Sinem:-
bargo, no puede' negarse que MARX escribió partedel capítulo Xy
que comparte al responsabilidad del volumen entero. " ,
Me doy 'cuenta de que' los escasos comentáríos. so1:>reE'NGELS
contenidos en el presente bosquejo son de naturaleza adversa, Es-
to es lamentable y no se debe ,en, modo alguno a ninguna ínten-
01611 de empequeñecer los méritos de ese hombre eminente. Creo,
9111 embargo, que es necesario admitir' con franqueza. que íntelec-
Icualm ente, y, especialmente C01110 teórico..,estuvo muy por debajo
do MAlUC. Ni SIquiera. podemos estar seguros de que comprendiera
n1,Ol11Pl'(~ cuanto MARX quiso decir. Por esa razón sus interpreta-
(d()110~ han de ser consíderedas siempre con graneautela,
(412) Das lrapital, V,o!. 11. pág. 476, de la. traducción inglesa, de
"unIr-.'Xt1d. sin embargo, tambíén su Theories flber den Mehrwert,
Vol. ~r:l:. oLV['. 1I1.
DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

nes (43). Sin duda .siempre tenemos a nuestra disposición


una cantidad' abundante , de accidentes e incidentes que'
pueden ser utilizados' para suplir la falta' de una explicación
fundamental. Son los cálculos erróneos, las expectativas
fallidas, y otros errores, olas de optimismo y de 'pesimismo,
. excesos especulativos y reacciones contra los excesos espe-
culativos; existiendo además' la fuente inagotable de 'los
«factores externos». De todos modos, si el proceso mecánico
de acumulación .descrito por MARX continuara. e~ proporción
uniforme - y nada demuestra, en principio, que no pueda
ser así -,' el proceso que él describe p.odría también des-
arrollarse de manera uniforme ; en cuanto se refiere a su
lógica carece esencialrnente de prosperidades y de depre-
siones. .
Por supuesto' esto no es necesariamente una desgracia.
Muchos otros teóricos han sostenido y sostienen simple-
mente que las crisis tienen, lugar siempre que, funciona mal
una pieza fundamental del sistema. Y tampoco fué una
desventaja, porque liberó a MARX, por una vez, de la es-
clavitud (1(~ su sistema y le permitió considerar los hechos
sin necesidad de forzarlos. T~~tl consecuencia, consideró una
gran variedad de elementos 111:tS o 1l1U1l0S relevantes. Por
'ejemplo, empleó de mauera alg'o superficial la. intervención,
del dinero en las transacciones de mercancías - y nada e

más - con la. finalidad de invalidar la proposición de SAY


acerca de la imposibilidad de una superproducción general;
igualmente recurrió a la liquidez ele los mercados moneta-
rios para explicar los desarrollos desproporcionados hacia
la dirección señalada p01:" inversiones masivas en bienes de
capital duraderos';' y también acudió a móviles especiales

(43) Para el hombre de la. calle resulta tan evidente lo opuesto,


que no sería. fácil probar esta .afirmación. aunque tuviéramos a
nuestra disposición todo el espacio que pudiéramos desear. El me-
jor camino para que el lector llegue a convencerse de su certeza
consiste en el estudio del razonamiento de RICARDO sobre las má-
quinas. El proceso que allí se describe puede provocar un cierto
nível de desocupación y, sin embargo, continuar indefinidamente
sin ocasionar más, trastornos que el derrumbe final del propio
sistema. MARX habría estado de acuerdo con esto.
69

la apertura de mercados o la aparición de nuevas ne-


('(tillO
(·thi<1a<1~s
sociales para explicar aumentos repentinos en la
«ncnmulación». Intentó,sin mucho éxito, convertir el au-
mento de población en un. factor causal ~e las' fluctuacio-
nes (44), Observó,· 'aun cuando no llegara realmente a
explicarlo, que la escala de la producción varía y se expande
de «improviso y a saltos» .que son «el preludio de una con-
tracción igualmente súbita», Con gran habilidad afirmó que
«la superficialidad de la Economía Política.' se 'manifiesta
en el hecho de que considera la expansión y la contracción
del crédito, que son un simple síntoma de los cambios pe ..
riódicos del ciclo industrial, COll10 la causa del mismo» (45),
y como es natural, el capítulo sobre incidentes y accidentes'
juega un' gran papel en toda su descripción del fenómeno
Todo eso 'es de sentido común y sustancialmente sólido.
Encontramos prácticamente todos los elementos que siempre
han sido tenidos en consideración en cualquier análisis serio
de los ciclos económicos, yen, conjunto un número .muy
escaso de errores, Además, no debe. olvidarse que la simple
percepción de la existencia de movimientos cíclicos fué una
gran .realización en aquella época. Muchos economistas an-
teriores a él tuvieron un presentimiento de los ciclos, Sin
embargo, concentraron su atención' sobre las bancarrotas
espectaculares que generalmente fueron denominadas «cri-
sis». Y no supieronverdichas crisisen su justa perspectiva,
es decir, bajo la luz del proceso cíclico, del cual 'son. meros
incidentes, Las consideraron, sin mirar más allá o más

(44) En esto no" fué el único, .Sin embargo;" por lo que a él


se refiere, es justo. pensar que se dió cuenta eventualmente de, la
fragilidad de este punto de vista, y también conviene eeñalar que
RUS observaciones sobre la cuestión se encuentran en el volumen
tercero y por 10 tanto, no podernos estar seguros- de que expresen
In que habría podido ser su opinión definitiva, .'
(45) Das Kapital, Vol.' 1, Caí), xxv, sección 3. Inmediatamen-
te después de este pas.aje se mueve en una dirección que es
uun bíén sumamente familiar al estudioso de las teorías modernas
<1[' los ciclos económícos : «Los erectos, a, su vez, se convierten en
(~n.ltHlLRt y 10(-; accidentes variables del proceso total, el cual siem-
J,rt! rourruluco sus propias condiciones (la cursiva es mía), adoptan
h\ rormu ele periodicidad».
10 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

abajo, como desgracias aisladas que pueden tener lugar a


consecuencia de errores, excesos, direcciones equivocadas
o del funcionamiento defectuoso del mecanismo de crédito.
'Creo que MARX fué el primer economista que, abandonó esa
tradición y que' anticipó ~ si prescindimos del complemento
estadístico - la obra de CLEMENT JUGLAR. Aun cuando,
hemos 'visto, no ofreció una explicación 'adecuada del ciclo
económico, llegó a ver con claridad el fenómeno y a com-
prender una. gran parte de su mecanismo. También, como
JUGLAR, habló sin vacilar. de un ciclo decenal «interrumpido
por fluctuaciones menores» (46). Estuvo intrigado por la
causa responsable de la duración aludida del período cíclico,
y consideró la idea de que pudiera tener alguna relación
con la duración de las máquinas empleadas en la industria
textil algodonera. Y se observan otros muchos signos de
preocupación con relación al problema de los cícloseconó-
micos, distinguiéndolos del problema de las crisis; 10 cual
basta asegurarle un puesto preeminente entre los progenito-
res de la investigación moderna sobre los ciclos econó-
micos.
Debemos recordar .otro aspecto. En la mayor parte de
los casos MARX empleó el término crisis en su sentido ordi-
nario, refiriéndose a las crisis de r825 o a la de 1847, como
hicieron otros. Pero también 10 empleó en un sentido dife-
rente. Creyendo que la evolución capitalista acabaría algún
día por quebrantare¡ marco institucional de la sociedad
capitalista pensó que antes de que tuviera lugar su
derrumbe, el capitalismo comenzaría a funcionar con fríe-

(46) ENGELS fué aún más lejos. Algunas de sus notas al vo-
lumen tercero de MARX revelan 'que sospechaba la existencia de
una oscilación más amplia. Aun. cuando se inclinó a interpretar
la debilidad relativa de los períodos de prosperidad comprados con
la intensidad relativa de los períodos de depresión, acaecidos en-
tre 1870 y 18.90, como un cambio estructural más que como el
efecto de la fase de depresión de una, onda de mayor amplitud
(exactamente igual a como obran muchos' economistas modernos
con relación a los acontecimientos de postguerra Y'. especialmente
a los del último decenio) podemos ver en ello una cierta anticipa-
ción de la obra de KONDRATIEFF sobre las ondas largas.

O."'; .• ~,~')

¡.~ \"
71

(~iO/llC5 siempre en aumento, mostrando los síntomas de


una enfermedad mortal. A esta frase, contemplada' na-
turalmente como un período histórico más o menos
prolongado, aplicó el mismo término, mostrándose dispuesto
a vincular aquellas crisis. recurrentes con esta crisis única
del orden capitalista. Incluso llegó a sugerir que las pri-
meras, en cierto sentido, podían ser consideradas como anti-
cipaciones de la catástrofe final. Teniendo en cuenta que
a muchos lectores esto podría parecer la. c1a.ve de la teoría
de MARX sobre las crisis, en sentido ordinario, es necesario
señalar que los factores que según MARX ocasionarán la
catástrofe final, no pueden, sin una buena dosis de hipótesis
adicionales, ser considerados como causantes de las depre-
siones recurrentes (47), y que dicha clave no nos lleva más
allá de la proposición trivial de que «la' expropiación de los
expropiadores» puede ser más fácil en un período' de depre-
sión que en un período de prosperidad.
7. Finalmente, la idea de que la evolución capitalista
destruirá - o superará - las instituciones de la sociedad
capitalista tZusammenbruchstheorie, o teoría de la catástrofe
inevitable) nos ofrece un último ejemplo de la combinación
de un non sequiiur con una visión profunda que ayuda a
salvar el resultado.
Toda vez que la. «deducción dialéctica» de MARX está
basada en eJ aumento de la miseria y de la opresión que
empujarán las masas a la rebelión, queda invalidada por el
non sequiiur que vicia el razonamiento llamado a demos-
trar el inevitable crecimiento de la miseria. Además, desde
hace mucho tiempo algunos marxistas, ortodoxos en otros
aspectos, comenzaron a dudar de la validez de la proposición
de que la concentración del control industrial sea necesa.-
riamente incompatible con la «envoltura capitalista»" El

(47) Si el lector quiere convencerse de ello, puede lograrlo le-


yendo nuevamente los pasajes de Das Kapital citados en las
in\v;inas 65-66,. En realidad, aun cuando' MARx' juega rrecuente-
mente con la idea, evita insistir sobre la misma, lo cual es sígníñ-
oaUvo todo, vez que no acostumbraba' perder las oportunidades pa-
ra W'f'neralizar. .

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72 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

priuiero ele ellos en expresar sus dudas mediante un razo-


naniicnto estructurado correctamente Iué RUDOLF i-IILFER-
J>1NG (48), uno de los dirigentes del importante grupo de
ncomarxistas, que realmente se ·inclinaron a la inferencia.
opuesta, es decir, que mediante la concentración el capita-
Iismo pudiera adquirir mayor estabilidad (49). Dejando para
la parte siguiente 10 que tengo que manifestar sobre esta.
cuestión, diré que creo que HILFERDING va demasiado lejos,
aun cuando no existe fundamento, como veremos, para la
creencia, actualmente corriente en los Estados Unidos, de
que las grandes empresas «se conviertan en un grillete
impuesto sobre el proceso productivo», y aun. cuando la.
conclusión de MARX no se desprende realmente de sus
premisas,
Sin embargo, e incluso en el caso en que los hechos y
los razonamientos de MARX fueran más defectuosos de cuan..
to 10 son, su' resultado podría' ser verdadero en 10 que se
refiere a su simple afirmación de que la evolución capita-
lista destruirá los fundamentos de la sociedad capitalista.
Creo que es así. V no creo que sea una exageración calificar
de profunda una visión en la cual dicha verdad apareció,
sin duda, en 1847. Hoy día es un lugar común. El primero
que la convirtió en un lugar común fué GUSTAV SCHMOLLER~

(48) Das Finanzkapital, 1910. Como es natural se habían sus-


citado muchas dudas, basadas sobre circunstancias secundarias
que habrían podido demostrar que MARX díó excesiva importancia.
a las tendencias que creyó haber comprobado y que la evolución
social era un proceso mucho más complejo y mucho menos con-
sítsente de lo que él habia afirmado. Es suficiente mencionar a.
E. BERNSTEIN; vid. Cap. XXVI. Pero el análisis de HILFERDING no
Re apoya en circunstancias atenuantes, sino que combate esa con-
clusíón por principio y sobre el propio terreno de MARx.
(49) Esta proposición ha sido confundida frecuentemente (in-
ChlHO por HU propio autor) con la proposición de que las fluctua-·
cíoncs cconómícas tienden a atenuarse con el transcurso del tiem-
po. EHto puede o no ser cierto (el período 1929-1932 no lo desmen-
ttríu), pero una mayor estabilidad del sistema capitalista, por ejem-
plo una conducto menos sensible de nuestras series temporales de:
precios y de cantidades, no implicaría necesariamente, una mayor
estabtlídnd, es decir, una mayor capacidad del orden capitalista
paru resísür los ataques al mismo, ni queda implicada por ella.
Ambas cosas estnn, desde luego, relacionadas, pero no son la.
misma cosu..,
KAIlL MAUX 73

Su Excelencia <",1 Profesor Von SCII!\10LLER, Consejero Pri-


vado y 111iUl11hro <le la Cámara de los' Pares de Prusia, no
respondía al ti po del revolucionario ni era propenso a las
actitudes del agitador. Pero con gran tranquilidad afirmó
la misma verdad: sin explicar el Porqué y el Cómo de la
misma.
* * *
No creo preciso proceder a resumir detalladamente todo
10 anterior. Aun cuando sea imperfecto nuestro bosquejo
debe bastar dejar sentado: primero, que nadie que se atenga
primordialmente al análisis puramente económico puede
hablar de éxito absoluto; segundo, que nadie que sel atenga
primordialmente a las construcciones teóricas audaces pue-
de hablar de fracaso absoluto. .
En el tribunal que juzgue, teniendo en cuenta. la técnica
<

teórica, el veredicto ha de ser necesariamente desfavorable.


Dicho tribunal podrá ,acusar justamente a MARX, conside-
rado como técnico teórico, de haber empleado un aparato
analítico que siempre había sido inadecuado y que en los
días de MARX' comenzaba a ser .anticuado ; de una larga
lista de conclusiones' que no se derivan o lo son errónea-
mente de sus premisas; de error-es que una vez corregidos
alteran inferencias esenciales, transformándolas a veces en
sus opuestas.
Pero aun en ese tribunal se hace necesario matizar el
veredicto, y ~1l0 por dos razones.
En primer lugar, aunque MARX se equivocó con fre-
cuencia - a veces sin remedio - , sus críticos estuvieron
muy lejos de acertar siempre. Y toda vez que entre ellos
hubo excelentes economistas, este hecho debe ser señalado
en su favor, singularmente porque no tuvo la oportunidad
de replicarles él miSt110.
En segundo lugar, es justo acreditar en favor de MARX
las contribuciones que realizó, críticas y positivas, a una
gran cantidad de problemas particulares. En un bosquejo
como el presente no es posible enumerarlas, y menos aún
hacerles justicia.. Sin embargo, hemos aludido a algunas
74 DIEZ GRAN.DES ECONOMISTAs

al examinar su tratamiento del ciclo económico. También


he mencionado algunas. que mejoraron nuestra teoría 'de la .
estructura del capital físico. Los esquemas que él elaboró
en este terreno, aun cuando no sean irreprochables, han
demostrado su eficacia en algunas obras recientes que en
algunas de sus partes parecen completamente marxistas.
Pero, además, un-tribunal de apelación - incluso si se ~i­
mitara solamente a cuestiones teóricas - podría sentirse in-
clinado a revocar completamente aquel veredicto. Porque
existe una contribución verdaderamente- grande que puede
ser opuesto a todas las deficiencias teóricas de JVIARx. A través
de todo.cuanto es erróneo o incluso no científico en su análi-
sis, corre una idea fundamental que no es errónea ni anticíen-
tífica . la idea de una teoría, no simplemente de un número
indefinido de moldes modelos individuales independientes
o de la lógica de las cantidades económicas en general, sino
de la continuidad real de aquellos modelos o del proceso
económico a medida que se desarrolla, a impulsos de su
propia fuerza motriz, en el tiempo histórico, \produciendo
en cada instante la situación que por sí misma determinará
la situación siguiente. De este modo, el autor de tantos
conceptos erróneos fué también el primero en percibir 10
que aún hoy sigue siendo la teoría económica del futuro,
para la cual estamos lenta y laboriosametne acumulando
ladrillos y argamasa, hechos 'estadísticos y ecuaciones fun-
cionales.
y no sólo concibió esa idea, sino que intentó llevarla
a la práctica. Todas las definiciones que desfiguran su obra
deben, en virtud del gran propósito perseguido por sus ra-
zonamientos, ser juzgadas de manera distinta, incluso
cuando, como sucede en algunos casos, no lleguen a ser
totalmente redimidas por el mismo. Existe, sin embargo,
una cosa ~e importancia fundamental para la metodología
de la Economía que él llegó a realizar completamente. Los
economistas siempre han trabajado directamente en el cam-
po de la historia económica o bien han utilizado las obras
históricas de otros. Pero los hechos de la historia econó-
KARL MARX 75

mica quedaban relegados a un compartimento separado.


y entraban en la teoría, cuando Jo hacían, simplemente
para jugar el papel de ilustraciones o posiblemente de veri-
ficacíón de resultados. Se mezclaban con la teoría de una
manera mecánica. En cambio, la mezcla obtenida por MARX
es de carácter químico, por. así' decirlo; 10 cual equivale
.a decir que introdujo los pechos histórico-económicos den..
tro del mismo razonamiento que permite alcanzar resultados.
Fué el primer economista de primera. línea que vió y enseñó
sistemáticamente cómo la teoría. económica puede ser con- .
vertida en análisis histórico y cómo la historia narrativa
puede ser convertida en histoire raisonnée (50).. El problema
análogo con respecto a la Estadística no llegó a resolverlo;
pero en cierto sentido está implicado e~ el anterior. Esto
permite también responder a. 'la pregunta. de hasta qué
punto, 'en la forma explicada al final del capítulo preceden-
te, la teoría económica de MARX consigue .complementar su
estructura sociológica. No 10. consiguió; pero al fracasar,
estableció a la vez un objetivo y un método.

IV. - MARX, EL MAESTRO

Tenemos ahora ante nuestros ojos los principales com-


ponentes de la estructura marxista. ¿ Qué diremos de la sín-
tesis imponente en su conjunto? La pregunta no es super-
flua. Si existe un caso en el cual el todo es mayor que las
partes, no es otro que el que consid.eramos. Además, la
síntesis puede haber estropeado el' trigo o haber utilizado

(50) Si como consecuencia de ello sus seguidores añrmaran


que él estableció los fines de la escuela histórica de la Economía,
esta¡ pretensión no podría ser desechada ,a la ligera, aun cuando la
obra de la escuela de SCH~OLLER rué, ciertamente, por completo
independiente de la sugerencia de MARX. Pero si llegaran a afir-
marque MARX, y tan sólo MARX, fué capaz de racionalizar la His-
toria, mientras los hombres de la escuela histórica no hicieron
más que describir hechos sin llegar a su, significado, perjudica-
rían a su propia causa. Porque los historicis.tas sabían cómo se
(':f(~ctúa el análisis. Y sí sus generalizaciones fueron menos am..
1lllltR y sus exposiciones menos parciales, todo ello habla en su
J'nvo'r.
76 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

tunto la puja, las cuales se encuentran presentes y mezcla-


dos Cl1 casi todos los pasajes" que el todo podría ser más,
verdadero o más falso que uno cualquiera de sus elementos
tornado aisladamente. Finalmente, existe e~ Mensaje que se-
desprende únicamente del todo. De este último no diremos.'
nada más. Cada uno' de nosotros debe averiguar. por sí mis-
mo 10 qué para él significa.
Nuestra época protesta constantemente contra la inexo-
rable necesidad de la especialización y en consecuencia re-
clama la síntesis, y más. que en ninguna rama del saber en
la de las ciencias sociales, en las cuales los elementos no
profesionales existen en gran cantidad (SI). Pero el sistema
de l\1~\RX ilustra a la perfección el hecho de que aun cuando
la síntesis pueda aportar nuevas luces, puede e.ntrañar tarn-
bién nuevos. grilletes.
Hemos señalado ya 'cómo se entremezclan, en el razona-
miento marxista, la Sociología y la Economía, al extremo-
de que, hasta cierto punto, no sólo' en
general.. sino también
en cuestiones de detalle llegan a fundirse. Los principales.
conceptos y .proposiciones marxistas son a la vez e~onómi.
cos y sociológicos y tornan un- mismo sentido sobre los
dos planos, admitiendo que, 'desde .nuestro punto de vista,
pudiéramos hablar de dos planos de razonamiento. Así,.
pues, la caiegoria económica «trabajo» y la clase social.
«proletariado» son, en principio, por 10 menos, congruentes,
y en la realidad idénticosv O la distribución funcional de los.
economistas, es decir: la 'explicación del proceso por el
cual surgen las rentas como retribuciones a los servicios.
productivos, prescindiendo de la clase social al la que pueda
pertenecer cualquier perceptor de dichas rentas, interviene

(51) El elemento no profesional Re encuentra representado par-


t.ícularmente por aquellos admiradores de MARX quienes, yendo
más lejos que los propios economistas marxistas, continúan acep-
umrto literalmente todo cuanto escribió. ~sto es muy significativo..
lt;n cudu grupo nacional de marxistas existe por lo menos una pro-
p()J'(~lótl do tres profanos por cada 'economista preparado e incluso
dh~h() oconomista suele serlo tan sólo en el sentido limitado que-
H" dr-Ilnló en la Introducción: es decir, adora el altar pero le
vuelve Iu (~HIHl1du. cuando realiza sus investigaciones y estudios.
KARI,j MARX 77

en el sistema marxista solamente bajo la forma de la distri-


bución entre clases sociales, y de ese modo adquiere una
connotación distinta. Otro ejemplo 10' proporciona el capital
que en el SiStC1l1U marxista sólo existe ,cuand,o se encuentra
en manos de una clase capitalista específica. En manos de
los obreros, las mismas cosas dejan de ser capital.
No puede existir ninguna duda. acerca de la corriente
de vitalidad que semejante procedimiento insufla al aná-
lisis. Los conceptos fantasmales de la teoría económica co-
mienzan a respirar; los teoremas exangües se convierten
en a.gmen, p-ul'veren~ el clamorem, y sin perder sus cualida-
des lógicas dejan . de ser una simple proposición sobre las
propiedades lógicas de un sistema. de abstracciones para con-
vertirse en uno de los elementos de la paleta que utiliza
el artista para pintar el caos de la. vida sociaí. Semejante
análisis no sólo tiene por consecuencia la de ofrecer un
significado mucho más rico de todo 10 que describe el aná-
lisis económico, sino que abarca un campo mucho más am-
plio, introduciendo en el cuadro todas y cada una de las
acciones de clase, prescindiendo de si dichas acciones de
clase se acomodan. o no a las normas ordinarias de la vida
económica. Las guerras, las revoluciones, la legislación en
general, los cambios en la" estructura de los Gobiernos,
en una palabra, todas las cosas que la economía no mar-
xista. considera' simplemente corno perturbaciones externas
encuentran su sitio al lado de las inversiones en maquina-
ria ~~ de los contratos colectivos de trabajo, por ejemplo;
todo queda. cubierto por un único .esquerna interpretativo.
.Al mismo tiempo este procedimiento tiene sus deficien-
cias. Los sistemas conceptuales que son sometidos a 'un yugo
de esa naturaleza suelen perder en eficiencia 10 que ganan
en vigor. EJ binomio trabajador-proletario puede, servir de
ejemplo significativo, aunque banal. En las doctrinas eco-
116111icas no marxistas' todas las retribuciones a los servicios
personales participan de la naturaleza de los salarios, pres-
cindicndo del hecho de que los perceptores de dichas re-
t rihuciones sean abogados destacados, estrellas de la panta-
78
,1' .. ,
lln, g'orolltes de empresas o barrenderos, Teniendo en cuenta
· ('!'elO desde el punto de vista .delvfenómeno implicado todas .1
estas retribuciones poseen, muchos ,elem,enúo'S en común,
asta generalización no es "ni útil ni estéril. Por el contrario,
puede ser reveladora, inc1u7o,sobre' el aspecto ,~oc,io16gico de
las c~sas.Pero'a~}d:ntifict~,/.trabajoy:" prQ:l.~tariad():)~'obscu,,,
recemos, 'en realidad la,~Jtm:lllamo~ completamente del cua-
dro. Del mismomodo un teorema económico valioso .puede,
en virtud de su 1ll~tamo,),"losis sociológica, resultar erróneo en
vez de adq,uirir.'un fi?rylfl~a,do.más ric~," y yieeve:-sa: :~or 10 ','
tanto, la síntesis en g~neral, Y,en particular Ia- síntesísrea-
Iizada según ,.las,dii~~ttices "marxistas, ' puede- 'desembocar
fácilmenteen unempeoramientosimultáneo dé la' Economía /,
y de 1~ Sociología. . '
t
.. , .,La .síntesís ,en general, 'es decir, la, coordinación de los
¡

métodos y.,)d,e ,los:,xesultados,' obtenidosimediante procedí-


mientes-diferentes, constituye, un .arte .muy 'difícil, que, muy ,
, pocos Rueden \realizar satisfactoriamente, Corno consecuen-
cia de ello, se intenta .rara vez, y no es de ~xtrªñarque'
su:r;j~ un clamor de losestudiantes a, quienes se 'enseña úni-
camente 'a' ver los árboles sueltos, reclamando el bosque.' No
'sé'dal1~l1e~ta de queJa dificultad se debe en parte "aun
embarras de richesse y<que '~1 bosque de," la síntesis podría. '
/ parecerse .rnucho a . un campode concentración intelectual..
/ Las'ín tesis, sobre las directrices marxistas, es d~cl~, la
coordinación '¿'el análisis económico y del" análisis socioló..
gicocon la finalidad .de encaminar todos los .elementos ~'hacia
un único propósito tiene vevidenternente .muchas probabi-. , ~ .

lidades de' tornar ·,ese aspecto.iEl vpropósitci-e-


," , \
la hisioire
saisonnée de Ia-sociedad capitalista-es amplio pero' el,
cuadro-analítico rio 10 ~s. ,Es, ciertoque los hechos políticos
y los teoremas 'económic.os .aparecen unidos ·íÍ1timam~'nte~
pero la unión ha sido tan forzada, que, ninguno de 10s ele-
meatos unidos puederespirarv Los marxistas proclaman' que
su sistema resuelve todos los grandes problemas que s,e
prCHcntall C01110 enigmas insolubles a todas las doctrinas
económicas 110 marxistas ; así es, .pero 10 logran mutilando
/
KARL MARX' 79

aquellos problemas. Conviene examinar con detallé esta.


cuestión,
. Hed~cho, hace un momentovqueIa síntesis, 'de',"MARX
comprende todos los hechos, históricos. ~ tales, como.guerras..
:'rév9luciones, .cambios legislativo~s~' y, . todas' .las-institucio..
:'11<;5J sociales - 'tales como- laprópieda'd~""las'ielacionest~'n-'
, 't.ra~tpales, las formas de "gobierno ~ .que los . economistas
• "",", ./: ". . ., " . ., - J . . """,; ,'" :"

"'no:(hiarxistas .se inclinan a 'tr~taxcomó .:factores· 'per,tllr bado- , .


iei'o como datos, 10 cual 'equivale ~', d~d;r'q~eno se pro<'
l/pOnen, explicarlos, sino tan':,s610. analizar sus modi o'p'e'~án'di
. "ysuscQ:nsecuencias.Tales', factores '. ó;.'dato$"·,son, natural.. ' "
.mente, necesarios a fin :q'edelimitar..,jos'· 'objetivos y 16s lí~"-'
I .mites de' un programa cuálq1l.iera:',de·"i~Ve~tigación~,y ' si, en',
, ".algunaiocasión .no . son .especificados /~e~piesa:rnente, 'ello~ se
debe/a -que s~espera"q~e"todó el.'m·u.ndo.sepa .loque son.
El.rasgo· peculiar delsistéma'·lnarxi~t.a':~·co~~i~teen 'que .so~
mete. estos hechos histórico? .'e:':instituc~'Ó·n~$s~9cial,es,ai.pro~.··;
.ceso explicativo. delanálisis económico, '0',' piara emplear ~la. ". '
,t~.rnli:nol~-g:íá>técnica, que los'tt~talld'co1no datos, sino ·como·'·
variables. . '" 1I ' • ': .,0 .,. ,.' "
::' '. ,.# I

Deeste modo las guerrasnapoleónicas, la" guera '. deCrí-


mea; .la guerra, civil-americana; 'la' guerra :'mundial de 1914.;.' "
'lafroncl;a 'francesa, la
gran . R evolución Francesa, las' rev<{-.. .:' , '
luciones -de '18j'oy 184.8., elJibrecambismobritánico, el mo- .
vimiento .obrero en conjunto, así como icualquiera de sus
manifestaciones 'particulares, la expansión colonial, los cam- '. .~

bios' institucionales, .la .política nacional y la de los partidos


en cada. tiempo yen cada país; .todo esto entra en el dominio
de la .eccnomfá marxista que ipretende encontrare~plica-'
cienes teóricas .en .térrninos .de lucha de clases, de inten'~' '
tos de .explotación s de, rebeliones contra 'dichos intentos,
de acumulación 'y de -cambio cualitativoen la estructura del ~
capital, decambios'enceljripordé la' plusvalía y en el' tipo
del beneficio.iEl economista tl~' debe limitarse ya a dar
respuestas técnicas a preguntas .técnicasj sumisión consís-
,I.

t'l~t~Ct en revelar 'a lá'''',I~u.inanidad el sentido . oculto de sus.


luchas, La
«política» d~j~.·.,de:.,s¿r·ti1J, factor independiente.
. ",

.1,
so , DIEZ GRANDES,' ,;ECONóMIStAS

que puede' y debe .ser ab~t~,a~c1~,¡en una investigación sobre


.,1

los fttndanlel1tos', e'~ol1~6nlú~0S'yq\1e~: cuando' aparece, ,des:· .


empeña, según "lás·\"ptefe~~:nici~á:de' cada cual el' 'papel del I

• f .,.", ,• ~. ~~
' " • • -' ' ,f~ '. ' • I . .'" i,. 11': _ , :.\ , .' , " ." f.. " ', , ",,;', I" ..- f j ., ". .' : , ' . ' I
TIlnO ,travle~~)':g~e,,1ualleJa",:tórpetn~nte,,>,una.,ll1aqul~á,' tan
prO;ntoc~moelip.kenieró:h~;vúe1to' la espalda '0 el de un .
.deus ex;m,a.chi~~en. ,virtrl'd:,de:1a", sabiduría 'misteriosa una . de
. especie "eqtLfVqc~de'ni~UIÍfei-6s'~~nori1Ína~o~'aef~renteken~
." te .(e estadistas» ..iN0;i! ~altli~n.ia 1>.011tic~' queda. .detetminada .'
"por '",la,: estructura vy'. si tuacíón ,d~r:',,,'rtoce~ol,,~~on6mico :"Y ,; se.
. convierteien. un "tratl!;'misot' de efectos,. dentro' del, campo .
.de l'a teóría'ecO-riól~~icR~::,cóinó '~uáiquiei' "compra' ó', ·~enta.,'·l
"Dig'~mos"una veztnás;.: que}1~da puede, resultar ~ás .'. · "
'··fáci1,decoln~'render·'qÚé,ia'fascinaci6n'eJercjd~ ~o;r':tiJ;i,ra~o~
'narniento .que liega atal resulfado.':y .ello ,.es:pár~'i.~uiJ~rniente,:'·.:.(. '
comprensible en 101s. jóvenes' y también.ven losvciudadanos ;
Intelectuales demuestro Inundo periodístico, ,~, 'quiene,s los". -;.
dioses parecen haber otorgado el don de .la juventud eterna. " " .'
Febrilmente .impacientes para entrar en liza, deseosos de sal-'
var 'al mundo de esto o de aquello, descorazonados .ante ,el
tediq: indescriptible que ,se desprende de los, tra tados teÓ~ri;.'
-cos, insatisfechos emocional e intelectualmente,. e' incapaces '
de alcanzar 'la 'síntesis .por su propio" esfuerzo, encuentran
todo ,'10, que'. deseabfql~.·en' ·,}IARx.... Es decir, . la" clave para" ~
.: desentrañar los 'secretos másrecónditos.i la 'varita .m·ágica<qu'e'
permite ,explicar todos 'los·hecp.o?,'grarides'y 'pequeños..'s.~
encuentranante un esCluelna."itltérpretati"Vo'qt1é'\'é~'sirp.ultá~ .
lléamente'~si$eme permite; POi' un mon~entQ~aer e~ el he-
.geliartismo,'~· ultrageneral y ultraconcreto, Ya .nc 'necesitan
'sentirse:" apartadosvdet.los grandes acontecimientos 'del 'la
vida; d.e repente pueden .ver .a.jravés-de.Iaspomposas .má-
'rionetas,de' 1~ política y de los negocios 10 que' esas no,
,podrán'. .saber jamás. ,¿'Y"quién podríaicensurarles sise
-consideran lasalternativas restantes ?
'. • ,
...... .'. ".' i ' " ~ , • ' " " \ . •

Sí, de) acuerdo; pero. aparte "de' eso, ¿én, qué, consisten .
,10s servicios prestados por la, síntesis' 'marxista? Quisiera
.-saberlo. El' humilde -economista.rquevdescribe la transición.
<le .Inglaterra al librecambio.'o..las primeras realizaciones. de'

, '\.
','

'\"
"

,
,:,,1" I
, ,
81

lit lo[~'i81uci61l inglesa, del trabajo no es probable, ni nunca 10


ftl6. que 01 vide mencionar las ~ condiciones estructurales
do la economía británica .que condujeron a las', citadas .me-
didas políticas.. Y sino lohace entun"cuts,oo,'lib!o'de teáría,
pura, eso sirve para 'que suanálisis 's'eá 'más.claroy eficiente.
La única. aportación .delmarxísta consiste eninsistir sobre- 'el
principio' y "en '::~umini~trar una teoría; : para" su iplicación'J'
singularmente estrechaty torcida. '·No\,~abedudade.qt1e'
dicha teoría.' proporciona resultados, particularmente' simples '
y definido~ .,:Pero-b-asta. a,plicaria"'sistemátic~mente a,"casos
individuales .para ,sentirnos"pronto'" carisados 'd~ la intermi-
nable repetición de palabras -sobre.. la 'lucha 'd~" .clases entre '
los. propietarios y,) los que no 'lo $6'n,',y,para . l·d~rn()os ' cuenta"
penosamente' del carácter; "inadecuado" 'O, 'per.o" aun . trivial, ,
del rnétodoj Ta "primera., reacción tiene Jugar' en-quienes no
suscriben" el .esquema.subyaceríte ;"l~",:ségund-a:""'en"quienes 10"
aceptan. : "i. ' • ,"

." Los, marxistas 'poseen el hábito' de-'destacar-triunfalmente


el éxito .conseguidc porcelidiagnósticounarxista acerca de
las tendencias económicas y" sociales que$e- suponen inhe-
rentes a "la evolución' del .capitalismo, Como, hemos visto: "án~ '",
terior,mente,' esta pretensión posee. ,:cie-rto', fundament6";",'I"~," .
]\{ARX... percibió con" "mayor claridad que. ningún otro autor '
de su tiempo la tendencia hacia las .grandes empresas, yno
sólo 'eso, sino, Jfúnbiénalg-unasde las'caracterfstícas -de Ias
situaciones ·súbsiguientes.Hem:Os visto, también, que en,
este caso lavisión avudó al ,análisis" corrigiendo y reme-
diando algunas de sus deficiencias; logrando, .una 'síntesis
final ". más verdadera en suisignificado-que Ioapropios 'ele- .
mentós .constitutivosdel análisis. Pero esto es
todovY contra',"
este acierto debe considerar -el fracaso;' 'debido 'simultánea- , f

mente aruna visión-equivocaday qun' análi sis .defectuoso,


de la.' predicción, de 'una .miseria .creciente.. sobre la-cual se I

cimentaron tantas predicciones" marxistas icon. relación, a la


evo'lución 'futu~a de los acontecimi~ntos-,sociales. 'Aquel que
confía en la síntesis global 'marxista para' poder interpretar
h'u..; sitt1acio~es' y los problemas actuales ,. sufre un 'grave
82 DIEZ GRAND,ES EOQNOMISTA:S
1 ',' .

1,

ríesg» de equivocarse totalulente (52)~ Y de esto parecen


haberse dado cuenta unuchos marxistas 'en nuestros días..
En particular -los marxistasvno itienen ningún motivo
para enorgullecerse -de la forma en' "que su síntesis permite .
interpretar la 'última década ·(i~J30:~I94o}.'Cualquie,r"período'
'1

prolongado de depresión ode recuperación incompleta, ser-:


( -, virá para · justificarcualquier predicción pesimista aparté de ..
I

la nulrxista.E;n elicasoconsiderádo se-ha .creado una' im-


presión ;contraria .el). virtud 'de los comentarios 'de' los ,bút~, '
gueses descorazonados 'y' .de. los intelectuales excitados,
un,
cuyos 't~nl0res yesperfl,u:zas sirvieron' 'para '.. ext~l):der'~ .
tinte marxista al ambiente, Peroningún 'hecho real 'justifica
:, ~ un diagnóstico específicamente marxista, y' menos iaún la:',
" inferencia de qué" 10 que 'hemos' estado contemplando no'
haya sido •una 'simple depresión," sino' los síntQm~s'de un
cambio estructural deÍ"proceso capitalista, ,~ino'a los vati-
cinados por1VIARx. Porque. como 'veremo s en' la 'parte
siguiente (N'., d.' T.), todos los f~nómenos registrados,
tales como una desocupación s~perior a la. normal, .. desaparí..
ción de las oportunidades de in versión, contracción de \los, \
valores monetarios, pérdidas, etc., cabe dentro del modelo :, ')
'conocido .de los-períodos de depresión grave, como 1905 que,'
existieron entre I870 y 1890, a los . 'cuales ENGELS' .dedicó: .'
.:
l'

,(52) 'Algunos marxistas podrían. reIJl1~al~ que los econcmístas


, no marxistas se encuentran imposibilitados de contribuir en' .l~ ,
menor medida a la comprensión de nuestro tiempo, de modo que \,
pese 'a todo el d1scipulo de MA:UX se encuentra en mejor' sítuacíón '
al respecto. tL?e3andoQ un Indo lo; cuestión dA si es preferible .ca-
ll'atr O decir alRlo equívocado, dobolnoS reohazar dicho argumento,'.
porque tanto loa ooonomistas como los soeíólogos de tendencías "
'no nlt\rxlstaB han contrl1J·u1do efectivamente a la citada compren-
síén, aun cuando geno~:almento lo hícíeron sobre aspectos parciales~·"
y menos aÚll podría baSl\llSe la réplica. marxista, en una compara-
ción entre las doctrinas de MAll.X con las del la Escuela de' Viena
o las escuelas de WALIl-AS' o MARSHALL. Los miembros de esas es':.· '
,cuelas -estuvíeron 01\ lit mayo~ parte de los casos, interesados prín-
cípalmente en la teoría económica, Por ello sus realizaciones no ,'
pueden medirse ~Ol1 la síntesis de MARx; la, única, posíbíñdad.v ' _"
reside en compararlas con el aparato teórico de MARx y en 'ese
caso la cornparacíón les resultaría netamente ventajosa, ,.,,' ~
(N. d. TJSe refiere a la segunda parte de Cttp'ita,lis1n" SoCia~ "
~. ( '.
, '
usm, ando ,Democracy, titulada Can CC!'Pitalism Surv'ive., . ,\ .

" \ ."
e8

lUHiH comentarios que deberían servir, en nuestros días, de


(!JcHI1)],o para sus fogosos discípulos..
))01; cj emplos relevantes servirán, para, ilustrar a Ia vez los
, merites y losdemé~itosde" la' síntesisunarxistaicomo ins-.
truruento analítíco para-la resolución 4!~,,"pr,QqléJ+1as~' ,,'
Examínaremos, eu jirirner lugar, la te'oria marxista del '
.fll.' PÚl":iUliSl110. Las raíces de la:'mis¡na se ',encuént~an" 'en (,
la ,
f1hru fundamental d-e MARX.,;' pero ha.. s~do".désarro4ad~ :por '
I ht cscnela neomarxista, que floreció en ~lps. dos primeros ·
(1t~(~ettiOH del presente siglo'i,',yquesi'n reríunciár-á.Ta ..comii-
Jil(Ul de ideas con 105 viejosdefensores 'de,Hi fe, cornoKanr..
,I\'1\ l1~l\Sl<:V.', modificaron "grandemente el",sistema, ·AViená.ftié
el 'hogar de dichaescuelavdeIa CU¿r,OTTo'J3A:UER" RUDOLF'
1.11J,ltlcn.l)lNG y 'MAX API.(ER 'fueron ~u's jefes. ;En' ei' campo:
su
do la teoría del Imperialismo .labor fué .continuada ~" con'
ligeras variantes, porotros muchos; ~ntre''''lbs: cualesd'esta~",:
Cl111 l~osA 'LYXEM~URG"Y"'~~ITZ :~T.~R'~~~RG."·,E{ .razonamien- . ')
to es el siguient~::, ,: ' , . ' '" ' .: , , I

¡roda vezqu,e,. po'f·una parte, la sociedad, capitalista .rio'.


",' < , '• •

tHJdríá existir' y que 'su sistema' económicono podría funcio- : ¡

nur sin la obtención dé~ 'b~l1eficiós," y .dado que, 'por otra.


pnrtc, los beneficios sonvelirninados 'consfal1teme,pte 'por-el
Jfl)Olrio ft1llcionami~nto·del.sisten1a~ ,'.el iesfuerzo incesante
pttl~(L mantener dichosbe,l1~ficibs"s,~'convierte en la,ta-rea'
p1'LII,~i'P(J.l de la socicdad.oapitalistavLa .acumulación, aco;ri-"
puJfndtL de modificaciones cualitativas ehla" composición del
c·IIPitul es, como hemos vi~to, un ¡:ell),edioqu~,si bien de
IJIO'IIH:,llto' alivia la situación ,'d~¡ capitalista, ,el :capif.al",','ce~" ' ,
,!

dlendo a la presión, derivada del ,ti:po'"d'ecreGiellte de: los


hc'Ucficios (decrecimiento ocasionado, .como se'" recordará, '", '
t U)f' dos factores': primero, el .crecimíento.del, .capital 'cons- -
tuutc 011 relación con el'capitai, variabler.ysegundo.i'porque'.
nI loH salarios tienden a. aume~.t?r,Y Jas,hora,s,·c1e trabajo
dlnIlIJ1t1lYC11, el tipo de plusvalía seireducej.tbusca salidas
tt 11 H'l\\IHlol-) en países donde exista aún mano de obra sus-
t·cllI(rt.t(~ de flor explotada y en los cuales el.proceso de meca-
IH/Ht~ltltl un eHt6 dcmnsiadc adelantado. ,As,í contemplamos
Dmz Gl:tANDESECONOMI~T~S'

'11111\ exportación de 'capitalesJlacia los" países. atrasados, que


consiste esencialmente: en,. una -"expoftáción dé bienes die'
capital o de bienes ,',,'de consumovempleadas para adquirir 'J

trabajo o' para. adquirir CQsa~'cbn" lás .cuales comprar tra-.


bajo (53-).' Pero se. .trata. ';ti,lnlbíén:"'de~xpott;ación de', capitales
en el se~tid(j:,co1'"rientede la~'.,exprésión,· 'toda vez .que las '" '
mercancíasexportadas no, serán pagadas, ~ .inmediatamente" ,
,por lo menos .~' corr-bienes.vservicios o monedaxlel país" "

importados.. y, ··la . ópeia,dón:5~. transforma 'en , colonización ,


si, "c~'rt ,la'Jirialidad" dé 'proteger, Ias inversiones .contrat lás:
reaccioneshostiles' del ,anlbiente' indígeuac-vc sise prefi~i-~" "
'cóntrá' las "r~,acdiol1esa' la, e:xplotacióny,contt~',)~:'con.cp::-:;<. '
rrencia de. otros, países .capitalístas, e1paísatrasado' queda ,'.
-reducidoul-yugo deIa dependencia ·políti~a. Esto serealiza-:'"
generalmente por medio' de .las fuerzas armadas suministra-
"das1por Jos í)r~piQs capitalistas 'colonizadores o p()relGo~
biernode supaís.ique así responde a la definición que del
mismo seda,' en,' el' Mariiji'esto' 'C'omunista:, .«el' poder ej',ecu-,
tivoien un ,Estado moderno es.... un,' Comité encargado.ide
administrar .los 'intereses. .comunes de toda la rburguesía».
Corno es natural dicha fuerza. no será utilizada únicamell~'
te para.' tareas defensi vas por e~ contrario, existirán conquis-
tas, -friccioneaentreJos-países capitalistas y guerras.fratrí- .
cidas entre las burguesías rivales, "
. Otro elernen tÓ J 'sirve para icompletar esta teoría. del .im-
". perialismo, tal como se la formula habitualmente'. Toda' vez
que la expansión colonial rresulta motivada por una dismi.."
nución deL,tipo,d~"~ehe'ficioen. los países, capitalistas, ,~ichp

(53) ,Me, .reñero a los-regalos entregados a los jefes de tribus·


a cambio de esclavos .o a cambio de bienes con los cuales, se pue-
da comprar' el trabajo .indígena. Por razón de brevedad no ,me " ,"
detendré a considerar que laexportacíón de capital en el- sentido' -,,
índícado más arriba,' surgirá en .general como, parte del comercio t, '
total entre dos. paises .que. incluye también transgccíones que no
. guardan relación .eon 'el proceso -que -estamos examinando. Estas
transacciones' facilitan, naturalmente, -Ia exportación de capital,
pera no afectan su esencía. Del mismo-modo pasaré por alto .otros
tipos de exportación ele "capítaíes, .La . teoría que estamos examí-
nando no es ni pret-ende ser una teoría general del comercio y .de .,'
la, finanza internacionales. T \
85

fenómeno debe tener lugar 'en .las últimas fases de la,:'eyo~


Iuciórrdel capitalisino':;los'rriarxistas,,:eIl efecto, se refieren
al imperialismo 'comod-eupa fqse,'prefe'r.'~ntenierite:,la'ú'i-
tima fase, del capitalismo. ""'P~r'Jo'tant6:, debería-coincidir
con un elevado grado ',:de,' control.rcapitalista sobre. la ,indu5:-- "·.1,
tria y con' ~Ii'a. ' 'd~cliilaeión', del tipode . cQ.mpetencia"~ que'
caracterizó' ~;,' Ios tiempos 'de'i~s"e#ipre~as'mediaiias'y:p'~..
queñas. El propio' MARx'·.'n,o 'insistió demasiado enTa ten- "
dencia resultarite.hacia vla restricción rnonopolíticavde la '
producción ni tampoco en la .tendencia sJl6sigui~n.te·a ,'¡a,pró~ ,
tección del coto ,dOI~.Té·stico 'd~ .caza contra -las 'incursiones"
de los cazadores furtivbs'pro~erti,ent'e's,de'. otros" países; ',Pro'~,;,,,
bablemente .fué un .economista .demasiado 'competente .pará. ,
confiar en ese tipo de razonamiento.. En .cambio.tIos néo- .
marxistas se consideraron' f~Üces al poderutilizarlo. As¡~"no~'i'
encontramos, no sólo ante otro estímulo para; '1~ 'polítíce'".':
imperialista y otra fuen te. de .'hostilidades imp~rialiStas','s.Ú).o'·,
también, corno subproducto, con' una teoría de un fenómeno.". "
que 110 es necesariamente imperialista intrínsecamente : ~ 'el
del proteccionismo moderno.
Scfialcl11oS' un lluevo 'inconveniente llamado "a .prestar
hucnoa servicios al marxista cuando deba, intentar, la apli-
t'fU'i611 d,~ dlficultndcs ulteriores. Cuando los países isubdes-
rL'l'tollluluH huyuu trillo dcsurrollndos, la exportación de capi-
tul (k'lfl VHI )\'('il' QIH, l lv l l 1n H considerado, declinará. Puede
ex h~UI't'J):lol ¡{'(Iti ti n p,q locl o dnrnute el cual la madre patria
t

y 'In. t'(ifo,t'ill J,dVI~"'lillhh'iiJ pnJ· l"jc1J1ploj prodnctos manufac-


tUtH<loH cuntru 'Jtltttlq'iuH prilll(lH •.Pl~ro u ln lurgu las expor...
íncioucs de loH l.udt'lHtl·illll~H llti.H1HU·Óll pur declinar, mientras
la concurrcncíu colonial H'- nfltHuu'(t l~;11 la propia metrópoli.
Lns tentativas para j Ct l"CtH{t1 ln upnrición de semejante estado
I 1

de cosas ocasionarán :1'H10VOH motivos do' fricción, esta vez


entre cada viejo país cupltnlistn y sus colonias, será .la
época de las guerras de indepcndeucia, etc. Pero en cual-'
quier caso las puertas, de las colonias se ,cerrarán pata '~l
capital doméstico, que se verá impotente para luchar contra,
la declinación de' los beneficios domésticos mediante el re-
\,
86 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

curso a tierras más ricas en el exterior. Entonces se podrá


,lrn>tl.o:-sticar confiadamente la falta de mercados, el exceso
<le capacidad, paralización completa, y al final una sucesión
regular de bancarrotats nacionales y otros desastres, incluso
guerras mundiales provocadas por la desesperada situación
ca pi talista. La Historia resulta sencillísima.
Esta teoría ofrece un buen ejemplo - probablemente el
mejor - del modo en que la síntesis marxista intenta re-
solver problemas, adquiriendo a la vez un mayor prestigio.
Todo el razonamiento se desarroll~ partiendo de dos premi-
sas fundamentales, firmemente insertas en los mismos ci-
mientos del sistema: la teoría de las clases y la teoría de la
acumulación. Una serie de hechos contemporáneos esen-
ciales parecen quedar perfectamente explicados. y todo el
laberinto .de la 'política internacional parece resuelto gra-
cias a una única aplicación del poderoso instrumento analí-
tico. Y vernos en él proceso por qué y cómo la acción, de cla-
se, permaneciendo siempre la misma desde el punto de vista
intrínseco, adquiere la forma de una acción política o de
una acción económica de acuerdo con las circunstancias que
determinan tan sólo los métodos tácticos y la fraseología.
Si, dados los medios y 'oportunidades a disposición de un
grupo de capitalistas, resulta más provechoso negociar un
préstamo, será negociado un préstamo. Si es más ventajoso
hacer la guerra, se hará la guerra. La última alternativa
posee los' mismos títulos que la primera para. ser incorporada
a Ia teoría económica. Incluso el simple proteccionismo se
desprende sin dificultad de la lógica inherente a la evolu-
ción del capitalismo.
Además, esta teoría aprovecha en grado' máximo una
propiedad que comparte con la mayor parte de los conceptos
marxistas en el, campo de 10 que habitualmente se denomina
econotuíu uplicada. Dicha propiedad consiste en su estrecha
alianza ('OtJ los hechos históricos y contemporáneos, Proba-
hlcl11U1JtL~ ningún lector ha examinado mi resumen sin, haber
quedado sorprendido ante 'la gran cantidad de ejemplos
históricos CIHC han acudido a su mente en 'cada fase del razo-
87

unmiento. ¿ No, ha oído hablar de ,la opresión de la mano


ele obra indígena por los europeos en muchas partes del
'Inundo O' de 10 que, por ejemplo, sufrieron los indios' de
América 'Central y del Sur á manos ,de los españoles o de la
caza y del comercio de esclavos o.. finalmente, de las condi-
ciones de vida de los 'coolíes? ¿ No ha tenido lugar siempre
la exportación de capitales en Jos países capitalistas? ¿ No
ha sido acompañada casi invariablemente por la conquista
militar que sirvió para subyugar a los nativos y para: luchar
contra otras potencias europeas? ¿ Acaso la colonización no
ha poseído siempre un elemento militar sobresaliente, inclu-
so cuando fué dirigida completamente por corporaciones
económicas tales corno la Compañía de las Indias Orientales
o la Compañía Británica de . A . fríca del Sur?' ¿Qué mejor
ejemplo podría haber deseado el propio MARX que CECIL
RHODES y la Ouerra de los. Boers? ¿ N o es obvio que las
ambiciones coloniales fueron, por' 10 menos, un factor im-
portante en los conflictos europeos a. partir de 1700? En
cuanto se refiere a nuestro tiempo, ¿ quién no ha oído ha-
blar, de una parte, sobre la «estrategia. de las materias
primas» y,' de otra parte, de las repercusiones sobre Europa
del desarrollo del capitalismo indígena en los trópicos?
y así sucesivamente. En cuanto '11 proteccionismo, bien,
no puede -ser más claro.
Pero es mejor proceder con cautela. Una verifica.ción
aparente 'por medio de casos favorables en apariencia, pero
no examinados cuidadosamente, podría llevarnos a graves
errores. Además, corno sabe muy bien cualquier abogado
o cualquier político, la insistencia enérgica sobre' hechos
conocidos contribuye de manera decisiva .a llevar a un ju-
rado o a un parlamento a aceptar también la interpretación
que se desee dar a los mismos. Los marxistas han explotado
l"sa técnica en grado máximo.' En el caso que nos ocupa,
rcsul!n particularmente eficaz, toda vez que los hechos en
('ltl'st ión gozan de la doble virtud de ser conocidos superfi-
('illll1ll'ntt' por todos y de ser comprendidos profundamente
Jau!" I1111Y pocos. Il;n realidad, y' aun cuando no podamos
8a PIEZ GRANDES ECONOMISTAS . . . . 1:.:
.~
:.{~
proceder a una discusión detenida, basta un instante de re-o . '~
flexión para llegar a la conclusión de que «no es así».
E~l1 la próxima parte (N. d. T.) haremos algunas obser-
vaciones sobre la relación en' que se halla la burguesía con
.~.
respecto al imperialismo. Ahora exaininaremos la cuestión
de si, en el supuesto de que la interpretación marxista de
la exportación de capital, colonización y proteccionismo
fuera correcta, dicha interpretación sería también adecuada.
como teoría de todos los fenómenos en los que pensamos
'cuando empleamos el término vago y equívoco de impe-
rialismo. Por supuesto, es posible definir el imperialismo de
tal modo que signifique exactamente To que implica la in ..·
terpretación marxista; y afirmar luego nuestro convencí--
miento de .que todos aquellos fenómenos deben" poderse
explicar de acuerdo con la interpretación marxista. Pero en
ese caso, el problema del imperialismo - siempre bajo el
supuesto de que la teoría sea intrínsecamente correcta
sería' «solucionado» 5910 tautológicamente (54). Todavía se-o

(N. d. 'T.) Vid. la N. d. T. anterior.


(54) El peligro de caer en tautologías merced a dicho proce-
dimiento se advierte fácilmente considerando algunos casos con-
cretos. Así, por. ejemplo, ~ancia '~o~quis~~ mílitarmente ~l~eria, I

Túnez y Marruecos, e Itaha conquistó AbISInIa, SIn que exístíeran


intereses capitaUstas en las dos naciones que las impulsaran a
ello. En' realidad, la existencia de ta1E~R intereses no rué, en los
dos casos, más que un pretexto muy' difícil de sostener, e incluso'
el desarrollo subsiguiente de tales intereses .tuvo lugar lenta, e in ..
satisfactoriamente a pesar- de la presión ejercida por los gobier-'
nos. _tJ.,.. esta objeccíón los marxistas replícarfan, indudablemente,
que dichas conquistas habían sido emprendidas :Qajo la presión.
de intereses capitalistas potenciales o antrcípados o que; en últíma
Instancia, algún interés capitalista o una, cierta necesidad obje-
tiva del capitalismo «debió» encontrarse en el fondo de aquellas
decisiones. Y entonces les bastará buscar pruebas que corrobo-
ren dicha tesis, las cuales jamás faltarán. completamente, toda vez
que los intereses capitalistas. (o: .cualquíer otra clase de intereses),
resultan arectados de manera cierta por una situación cualquie-
.ra, aprovechando las oportunidades ofrecidas por la misma, y to-o
da vez que las condiciones especíñcas del organismo capitalista
presentan siempre algún aspecto que sin caer en el absurdo, podrá.
ser relacícnado con aquellas políticas de expansión nacional. Evi..·
dentemente no puede existir, otro motivo que una convicción pre-
concebida para Impulsar a la realización de una tarea tan desespe-
rada como esta; sin semejante convicción no se"nos ocurriría em-
barcarnos en la misma. Y en realidad no vale la pena: podemos
KARL MARX 89

ría necesario considerar, si la interpretación marxista, o más


generalmente, toda interpretación puramente' económica,
podrían dar una solución que no .fuera tautológica. Sin
embargo, ~o debemos preocuparnos por tal. cuestión, toda
ve~ que el terreno cede: antes ele llegar tan lej os. ·
A primera vista, la teoría parece ajustarse bastante bien
a algunos casos. Los ejemplos más importantes son Jos rela-
tivos a las conquistas inglesas y holandesas en los trópicos.
Pero en -otros casos, tales como la. colonización de Nueva 0#

Inglaterra, no muestran. la misma adecuación. Incluso en


los casos citados anteriormente no puede afirmarse que la
teoría marxista. del imperialismo .105 explique satisfactoria-
mente, toda vez que, evidentemente, no es suficiente seña-
lar que el afán de lucro contribuyó a estimular la expansión
'colonial. (SS). Los neomarxistas no pretendieron sostener
una perogrullada. tan insignificante. Para que dichos casos
-. puedan ser tenidos en cuenta en favor de su teoría, es ne ..
. cesario, también, que la expansión colonial se haya produ-
cido en la forma; indicada, ~s decir, 'bajo la presión ejercida
por la acumulación sobre el tipo de beneficios y; por 10
tanto, corno una característica del capitalismo decadente
o, por lo menos, totalmente maduro. Pero los tiempos he-
roicos de la a.ventura colonial fueron precisamente los
tiempos de un capitalismo primitivo e inmaturo, cuando
la acumulación estaba en sus comienzos y cuando toda pre-
sión correlativa - singularmente, cualquier freno a la ex-
plotación del trabajo nacional - se hacía notar por 'su
ausencia. Es .cierto que el elemento del 1110110p01io 110 estaba
ausente; por el contrario, ~ra mucho 111ÚS evidente que en
nuestros días. Pero eso solamente sirve para subrayar 10

decir tranquilamente que «tiene que ser así», y no preocuparse


más. Este es él sentido que doy a la expresión «explicación tauto-
lógica».
(.5.5) . Ni basta tampoco insistir sobre el hecho de que cada
país ha «explotado» realmente sus colonias. Porque aquí se tra-
ta de la explotación de un país en su totalidad realizada¡ por otro
país en su "totalidad (de todas las clases por todas las clases) y
no tiene nada que ver con el tipo de explotación específicamente
marxista. .
" 90

absurdo, de una construcción te6riC:~1 que hace del monopo- ¡ .

Iio y de la conquista 'de,~errit9:~ioscoibniales las propiedades,


específicas devun capitalismoTlegado aisusrúltimas fases . ,
Por otra' parte~:~,~'il:;o-tro"'pílar.dy·l~,'t~b'ría- la lucha oc
clases --,no'.'se '-encue~~tr~ '~n, mejor' .situaciónvSería necesario
.Ilevar . ~A tiparras.para concen trar Iaat~nción~6,t>r:eeste as-
p ecto de 'la' exp~ú:~s'j'ón'colonialque difícilmente ha: desem pe- '
ñado. algo masi:qUéUIi,p~per secundario, eTnterpretar •en'
, términos de 1u:9hadecJ~s~s,tLn . fenómeno que' precisamente
, 5u11linistraalgtluo:fne !{)sejemplos másdestacadosde láco-.
operación entreIasclases. Se trató tanto'de un m:o~imiento'
oríentadoihacia. s~la~i~lllás. elevados, como, '1,9 'fu~hada .
beneficiO's,:,In~s~lt9,:p,:y' a' largo'pl~.zofavor,e-~i.ó, ciertamente
en mayor 'proporción al,proletariadó 'que, a los intereses 'ca- . '""
pitalistas, enparte corno consecuencia d~ ,'la~'ex:plotaci6n,'del
.trabajo "~,!,!,·~ígen.a. P'erono' deseo, ahora, , insistir 'sobre sus
ejecios, ~La' .cuestión esencial es la de que, sus causas han "
tenido muy-poco que ver con la 'lucha' de clases, y' qlJeno'
guardan mayor relación-con 'la estructura 'de las clasesque
'lá . .implicada ' en "la "dirección de .las tareas coloniales por' ','"-
Indivíduos.iy" gmpospe-rfenecientes a -.,la clase .capitalista ,o
'queas'getid;i~r()~."~ la .misma ien virtud de la' propia. expan..
síón 'colonial. Perosi nos desprendemos de lasuntíparras Y'"
dejarnos ,de considerar la colonización '0, '"el " imperialismo
, " '"',',",, "

C(11)o simples episodios en la,' lucharde clases; él. residuo


resultante tiene muy , poco "de '~,specíEicamentemarxis,ta',;
Cuanto dijo 'ADA1\1: ,;SMITH sobre "esta,cuest~6n,: posee igual
validez~y' eh 'realidad,' incluso, una validez superior. ,
El subproducto, es decir, la teoría'ne?marx,istade.l pro-
teccionismo moderno, sigueaún .en pie. La Iiteraturaiclási..
ca está llena de invectivas' contra 10:s «intereses siniestros» ,
,-representado en aqu-ellaépo~a, aunque no totalmente,',
por los intereses' agrarios- que.al reclamar, protección co...
111etier0'11 un crimen imperdonable desde el punto de' vista '
del bienestar colectivo. Los clásicos poseyeron, puesv.una.
teoría causal del proteccionismo bien construida ~y .r-o ~
. .; s610 una teoría de sus efectos- a la cual, si le' añadimos

f
¡
l' '
I
l-tARL MARX 91

los, intereses proteccionistas de las grandes 'empresas mo..


dernas, nos lleva todo 10 lejos que se' puede .ir, razonable-
.mentev Los economistasmodernos, simpatizantes con ',l\fÁRX, ,
deberían estar realmente ,rnej'or" enterados' .cuando 'afirma~,
que ni .siquiera en nuestrostdías ',S\15: 'é(~ll~gas:bur~ue,ses-:
ignoran la relación .e:iisténte",entre" 1~>, tendencia hacia. el'
proteccionismo y la tetl,denciahaci~la$. grandesrunidades \ I
'de control, aún icuando los. citados ·c'oi~gas'n~':~.re~n,~ete•.
.sario repetir constantementevun ,'J;1·ecl1o ' tan ev,idellte,. 'Es<?","
no quiere decir ·qu~)o$·.dáskos y susst¡cesores".~gn'· en
10 cierto ell lorque-sé te fie r e .• a( prcteccionismo-: .inter- 'su
'pretación {ué;:.,y,sigue'siendo:,; tan unilateral como lo .fué. .
la' de . MA.RX, ,.aparte·de}os frecmmtes· erróresvenvque in- ' ,
curtieron alenji:dciar,la.s'· consecuencias deL'Ienótp:~noy Ios.
. iÍlteres~saplica.dos,eniel ',tt;i;smo.' Pero-porvlo menos desde
añ?s·
'ha.ce •cincuenta ', ,han 'considera (10" el élem~~to. monopo-
lÍstico asociado-al .protl';ccionisroo .y 1¿.·han .anáÚz;¡Ldo' en la . .\
misma prcporción.vqueTo hicieron los marxistas, 10 cual·
, no tiene nada de :e~ttaño' si-sefiene en cuenta 'carácter. el
obvio-del descubrimiento. " ", ,,' ~"."""
Adé111,ás,,'y de~de" un ·Ipun~'o,.;,:de" vista.rmuy' ''import,ante",:> .
\ 'superaron la teoría marxista'. ',:C~alquiera ,qu:'e f~ese ".~1 ~v~~'"
lor de 'su doctrina económica ,~in,crl1sdl puede que' )10 fuera'
muy"elé'/ado~.se '::m~p.tuvieioni"en general..'(56); fieles al'
I launisma.vLo. cual é'il,"este'casó,'fué,una ventaja. 'La;iesi$
según la' cual 'gran.r parte "Cle" .las. tarifas protectoras deben .:
su existencia 'a' la "presiónvde. las" grandes .empresas ; que
desean, utilizarías "para . mantener lps~r~dos· iiJ.teri'or~s, .,. !l" . ,
un nivel más elevado '. del' qué:' alcanzarían ..sin -Ias: mismas, ,
:Y , -posiblemente .para.rpoder. "v~nd~r' ~,"',,~e'~p~ :Pté',c.l~' en "'el"
, t

extranjero, . ,.es: : vulgar', pero' .;éQrr.~cta, ·'aún cuandójnínguna


" " . .' :,". ' r... ' ':' ;:' , ..:. ' ",::.. : ~'
<, ~';
,,'/:, ,";; . : " '> . ..:' ,: '
<'56,} . Nosiem'pr~ 'se" "'lim'it~t~n,:>',j~"i~s" ;t~lriás;"écónómiéos. 'Pero
cuando' atravesaron Iostccnñneside 'las' dcctrfnas.reconómícas; los
resultados fueron poco -álentadcres.iAsí; por .ejempto, los escritos
puramente económicos' de J AMtSlVúLL,;': aun . _cuando' no' posean de-
masíado interés, no pueden ,serol:vidados' simplemente, porque' no
alcanzaran un .nível medio. 'Lo, realmente '. pobre,insulso ,Y banal
son sus artículos Sobre el gobierno" y, otras cuestiones análogas,
82 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS,

tarifa SG haya establecido total '0: principalmente por di ..·


ello motivo. Es 1~ síntesis marxista lo-que la- convierte en
inadecuada o erróneav.Resulta ínadecuada vsi nuestro pro-..
pósito consiste. simplemente en".comprender todas las cau..
sas e implicaciones, "políticas, "social~s .','y~.,~:ó'otnó~i,ca.sdel,
proteccionismo .moderno. 'Por' ejemplo," el '.~ónstanteapo;
yo prestado por -el pueblo, americano..a la política protec.. ·
cionista, .c~da vez 'que ,tuvo oportunidad" de iexpresar su.
opinión, se .explicai no por .inclinación a, 'las, 'grandes-em-'
presas niipor el dominio-ríe éstas, síno ipor el deseó. fer-
viente de construir y conservar un mundo propio, .sustra.. '
yéndolo a "todas Tas vicisitudes vque afectan arresto 'del.
nlundo.,';Un~síntesisque,~o tenga' enicuenta ',tales ele... ,
mentas del caso, 'no debe .figurar .en .el activó': su puesto.
está en" el ipasivo de la ciencia'..·Pero sinuest;odeseo con- ,
siste .en .re:4ucir· .todas Ias causas e' implicaciones del pr,o-",
teccionismo moderno, cualesquiera que puedan ser, al ~le··
mento monopolístico de' la industria. moderna C0I?10 única
,causa causans, y' si .formulamos, la tesis' en' este sentido,
entolri~es' ésta. se 'conv~erte' en. errónea. Las igrandes .ernpre-
sas han conseg\fido.a.pr()vechar el oséntimiento popular' t,
incluso 10 han .fomentado; pero es absurdo afirmar que lo'
han creado.' Una síntesis que lleva a' semejante' resultado:
-.:. deberíamos decir .cón mayor.:propiedad que ppstula se··
mejante resultado -->es peor que 'l~, carenciaide toda s111-'",
tesis. ~ ,
La cuestión empeora '.ipfiil.italnente .sí, 'dejando aparté.
la realidad y el sentido común, né,van~os la teoría de la.
exportación de ~apitale~' :ydé¡fi'\9ólonización a un plano,
en el cual pretenda, c6live-rtirseenla"explicac16n funda- ,
mental de la política internacional, .reducida a ~nalucb:a. '
entre los grupos monopolísticos c.apita:listasen,treSlÍ, 'dp,
una parte, y de otra u. la lucha' de cada uno de ellos ~Ol1.
su propio prOrl~tariado.Semejántesdi:vagaciones pueden
servir eficazmente al propósito de 'redactar \panfletos ro-
líticos, pero en, sustancia significan, que los cuentos de
hadas no son un monopolio de la economía burguesa. En
ltABL MARX 93

'realidad, las grandes empresas -. o las haute, fina,n,cesdesde


los FUG(~ERS a los l\foRGANS - han ejercido una influen..
cia muy escasa sobre la 'política internácional yen la, -ma-
yor parte de los casos enIos cuales-la gran, :industria como
tal, o 10's intereses .bancarios c6mQ"lta¡:e~, han tenido oca-
I

-síón ide 'intervenir, su ·diletan.ti~mo-lin.g'ent1o,les.haTlevado. '


.-a grandes fracasos." Las actitudes de 'los .grupos -capitalis-
tas hacia. la -política devsustnacioriee, .consisten principal-
-mente en la, adaptación '1l1ás'qu.e, ,"en la .influencia.ty 'esto
es más cierto -aún -en nuestros 'días. ,P6r ,"9tra. .parte.. de-
penden en una" .proporción sorprendefpte:'de: la~' considera..
a
dones a corto plazo igualmente extrañas . ·l~s' planes· cOn:>" .
. truídos detenidamente "y",de I'lo~s' intereses de ciase «obje- ,
tjVOS» -Y'definidos.. Acerca '·g.é',este punto 'el, marxismo de .. ,
.genera, en la formula'ci6n", de' supersticiones .populares {57}.
. ".Existe11 .otros ejemplos' .análogoaen -todas.Jas-partes de
la . estructura' marxista.. ;'Para~eferirnos"a.'·uno' solamente.
Ia... ·:d;~firlición· de .,1~ 11atllrá'iez'a '~le '·"los-.. gobi~ino?" contenida
en .el, l)rIanifiestoCórnJAtni$td~/citadá más' arriba; -'coiJ:tieile
ciertamente una parte de, verdad, En 'muchos casos esa. ver~
; , dad. basta~á' para explicar' éiert~s .:actitudes gubernamen-
'tales 'con' respecto' ,a lasmanifestaciones más aparent'es, de .
los antagonismos-declass. .Sin embargo, 'en la-misma pro-
.porción enqu'e .la. teoría comprendida en' dicha definición '
es verdader~,' ~s también trivl~L '~o .único .que importa ~s -

(57) Se,mejante superstícíón se' encuentra . a la' pIar. val mismo


, nivel .con la defendida por. muchas personáa.dígnas y ,de. menta-
lidad símplísta .para quienes la, hístoría moderna... se expñca mer- I

ced a la: hipótesis de que .~xiste un .comtté de judíos excepcional-


.mente inteligentes, y malévolos, 'quienes entre' bastidores controlan
la: política inteThacionalo .íncluso toda la política: 'en general, Los .
marxistas no soíl. víctimas de, "esta superstición' concreta pero ] a ,
suya no es 'mucho más elevada, ::E1s.'divertido .' señalar que siempre
.hé experimentado grandes.dtñcultades 'cuandq::he' Intentado refu-
tar una y. otra, teoría anteeus sostenedores; deiuna, manera que
me' satísracíera completamente, Esto rué deoído-no eólo.« la cir-
cunstancia de 'que. si'emprees díñcít desvirtuar .ciertas añrmacío-
nes, La principal dificultad proviene del, hecho 'de queesa gente,
prívados de un conocimiento de primera mano de los asuntos in..
ternacíonales y de sus dirigentes, carecen también de los órga-.
:t10S imprescindibles para la' percepción del -absurdo,
,
, '.

DIEZ GRANDES EICONOMISTAS

considorar el Porqué y el Cómo .en -Ia .inmensa mayoría de


l,OK CLlSO:;'en los cuales la teoría. no queda. e onfirmada por
la experiencia o. incluso cuando. rcsultavoonfirmada, fra . .·
casa en el intento .d.e· describir ·~orr.ect,amente; la" 'conducta
real de los" «C0111ités' encargados .detadniinistrarTos íntere- ; .¡, / " ,
ses comunes .de hibur:guesía'»o, .Como .es ..natural, también'
e11 este. caso eS;P9sibl~,,,'~Qrivértir' a la .:~;teQría~:n· ta'utológi-'" . ,
camentecierta o.verda4era;,·,'·toda""ez·' que" ,:1l.0 'existe, po-
.lítica -alguna (exceptuando' la'.,cle .exterrninar a' Iavburgue- .: 1

sía) .que ~lo'·"~pueda ser intérpretada como el.


p'~op6sito, :de
servir a algún intetés :~. burgués .económico-.:o.. .extraeconó-
m.iea,.: a corto,' o .la :1;'rg6: 'plazo, ..··pbr. '~O',lnenols··en'e.l .sen-
ti do' de que se ·d·ict~l:·para", prév'enirm3J~s' superiores. Sin. " .,....
embargo; 1 con .ellorno 'añadinl0s·nl.llgún valor .a .'la.. teoría.'
l

. Pero, volvamos ~ .'nuestro.' 'segundo ··ejemplq relativ6 alvva-


lor de la" síntesis, .marxista ,~QlnÓ .instrumeñto ',para, resol-!
ver"probl'e!nas 'concretos.' . ',' ,
La !.característica del . S(Y~ialis~o Científico (qUf según lr l • ';

l\lARx'. le' distingue del Socialisn1ó lTtópico) consiste, en la' '


prueba de que 'etS,ü:cialislno'·,' es inevitable almatgeQ: d~
las .decísiones o~te los deseos de la. humanidad.'. Cómo he..
.. I , ~ , " ' , " • '

. mos observadoianteriormente, "esto equivale a afirmar que


I I
. en .vittudde .su. propiaTógica, 'la evoluciónidelvcapitalis-
.mo 'tiendea·.dest"ruirla .soci edad ca pi talistav'y: 'a crear ''la .: . :,

. sociedad sociali~ta.~¿.E.n qué. 'medida h~~conseguido lVfARX:


Ia . demostración de1' d'i ch a's tendencias ?;','~' ....
sr '. ' .

En cuanto se ·.r~fi~téa, la iendénci~ .hacia la a utod es-


truccíón,yahe,m'os .dadovnuestra.. 'respuesta .. La' tesis se~·
gún la cual . 'la, economía capitalista se .derrumbará - poi ra-.
I

zones estrictamente', i: econ 6nt icas, . 'no'. fué, .démostrado por


MARX) como "10 ,prt1eb~n,poreje'~pl0, las-objecciones de
I-iILFERDING. En" efecto, PO'f una-parte,' varias de sus. pro-
posiciones acercaxle-Ia evolución-futura, que
son esencia~'
:' .

les a su razonamientooÍtodoxo~'/é~pecialmenté la que. .se:


refiere al incremento' inevitabl~' de 'la miseria 'y d~ opre- la' ,,'
alón, SOl1 insostenibles.: de otra. parte, el' derrumbamiento
dGl orden capitalista no se desprendería necesariamente de
95

"
díchas propOS1CIOll~S' .ni siquiera' en el icaso-de que' fueran
ciertas.: Pero, ~11 cambio, 'MA'RX -víó correctamente', otros
factores de la situación' ,que tienden,:~ ,pr'od~~irel'prQ.c~'so ,
capitalismo, y' lc-mismo ocurre en vcuantocal resultado fí- ,
nal, como espero poder demostrar. ':Ct;>n respecto al resul- ,
tado .-final, ,Pllede ser 'necesaria 1~' sustitución 'deli,'~exo:
marxista por. otro, y en 'tal caso el 'térmitio .cderrumba-
lnientoH' podría ~onv~rtir,seen"equívoco)'.:esp~cialmente.si~
se le 'interpreta corno un derrumbamiento: debido ',al. ira", . 1
I caso :del mecanismo :de .l~ pr~dt1~cci~n-" capitalistaj peró-. , .}
,~
esto no afecta a' la' esencia. de .Ia doctrina; 'pese 'a, las" mo-..
dificaciones "ql1e 'pueda-determinar: en; ,su, formulación y' ,. en
varias de ',
sus implicacíones." '. " " . '- "
. 'En, ';c~allto' 'se' .refi~r~ "a" la tendenciaihacia el Socialis- ' :'
roo, debemos observar ,~nprinier 'lugar," que 'se trata' 'dé
'un problema distinto. El . orden 'capitalista u otro o-rd'eh',',,'
cual(il~iera"pueden, evidentemente, derrumbarse <> ,ser'-s-q.~ , ',-.
:péradq,~por la· evolución económica' y 'social ' - "sin': que
el .ave fénix .socialista deba' necesariamente 'surgir.~,e' 'sus
,cenizas, :',Ptiede sobrevenir, el caos y,á menos" que, .defina- ,
'mas ~1. :'Soci~lismo: 'corno cualquier alternativa.ino caótica
del capitalismo, existen otras posíbilidades.. Itl 'tipo- par~,
tieu1ar .de organización social. que el marxista ortodoxo
,', /
medio iparece haber previsto - 'por 10 menos antes de la
aparición .del bolcheviquismo - 110 es más que una entre'
las' .muchas posibilidades existentes.
.' El propio ,l\IA;RX} .al propio tiempo que se abstenía pru-
dentemente de 'describir -detalladamente la sociedad socia':'
,lista, destacó las condiciones de su aparición : de una par.. ,
te, --la" presencia de, .unidades' .gigantescas de control indus- .. "'1
,ttial .~ las¡c~~les) .evidenternente, facilitarían en gran me-
dida la 'socializa'ción - y, de otra' parte, la presencia de
, í:
un ,proletaria40 oprimido, esclavizado, explotado, pero,
-también n1:UY numeroso, disciplinado, unido y organizado'.'
, Este ' plariteamien to contiene una sugerencia clara acerca
de la forma que habrá de revestir la batalla final; es de-.
.cir,. lafase aguda del conflicto secular entre las dos' cla..

'J
',\

:96 DIEZ', GRANDES ECONOMISTAS',

ses, que entonces se ,',enfre'nta,;ránl~,J)<?r' :última vez.,Tarríb,féll':"~",""


sugiere algo acercavde 19s'·:.. .acorrtccimienfos csubsiguientes.; "
sugiere la idea ,-4e,q,üe"ei'~'proi~'~a.ria_clo_ e0Ulo','tal', «asumirá'
'el mando» y~ 'm~diá~té,::s:~,:'dicta'qlit~",';p:<?:Adrá ~f.iria«la 'ex- ~
plotación d¿l.hombr~·potel··h¿1tll:>ie»,~stableQiend.() una .
sociedad.' ~iú c~a:$<;!s.)S~;':;X1'ue~tio. P~opÓ'sit<; •. . consistiera . . en'·
demostrar 'qUe, .el..,ularxÍsmo:,p..ertenéce"aJ- grupo" de.las ,cre'en-
" .. " ' , ' :,0",: .. ," """ :.: " . ' , , : . "".', ""',' ','
,o "

cias -en eladveriimientóde tin'·Í1lJlenjo";in~tidO,,,'·itos',;b·astatía '

,
.'. ,

: concibió ~}i .proceso'eomo;', uno ,de· burocra tización .p~og·r~s.,i~,


.sa, ,:,'riáciotla~li:~~,c~'ó~,~,,:':~tc' .,~: :'~q~~.' desembecaría..en:'· u~, sÓ-ei~lis':"",
.mo . . estatal, 10:, cual (nos guste o no) ·i~Yist~por lo. menos'
,, .un ',signifícadovconcreto. ,En' cambio, ""MARX ..no logra: '. COll~ i
, '. yertitl~., .posibilidádi-delvsocíalisnroien una.. ,certe~a,ni . sí: .'
.quiera si admitimos .totalmente "SU, teorí~'d'~llderrumb'e,; ',s¡":,<','",
negarnos 'su teoría .del "derrumbe, entonces el fracaso no
puede evitarse , a· fortior( .... . . ... .: .. ... · .
···'···::En.. ningún' caso,sirl<~lH,Q:lrg~ ~ta~to . si .• aceptamos el
"t'azonainientq . .de. MAlúicom·ó si aceptamos ·otfocualquie. .
:ra~se' .realízará automáticamente 'el .orden. socialista.j ill~".',
cluso:;.ep'el,'s~pl1·estó:,'4~'"qtie"Ji :,~~~luéióñ" 'del capitalismo.:
!, ;

. originara ,.. to~a~ .las ,~on.diciones n~~esa,!i;as"p~tra ello:' en· la.'


. forma .más .márxista ,~pgsibl~'~;:s~rí~",.1trtJ?re$cin~it>l,e unaiac•.
ción directa para-la :·c'OriSé~U'éi6~"p.~1,:o~r~l~n.,:citádo(58). Por
supuesto;' esto:'" está," de "ac'uerdó,
'coh ',l'as.:.:" doctrinas de.:'. MA~X'~'
La revolucióninó.vfué para él·'más;·qu,~,"'elt~p~je conque
su i~lagimldpn·.revestías{:hhejari.té·~cei61idired~,Suén-
fasis .sobre '-: la violencia". es;c~m,pren~ible,·.,'e.n alguien q tte '
había experimentado, .duranteToscañosxle
¡ ,', 4 '.,
",' ','
." ' ..
su formación, '1' '.:, .,:' ' • • C "",

(68) I{Júu KAUTSKY ha llegado a atribuir al socialismo marxís-. '


¡tu, lfi; revolución de 1905, (en 'su prefacío a la "obra 'rheorien. über ,,~
(ló11J lta. c1trwert) aun cuando es evidente .que lo único que tuvo 'de -"
J
(
lunl'xl~to, fUG la fraseología de unos cuantos 'intelectuales. . >''1 ";
, 97··

toda la agitación que' se desprendió-deIos-sucesos de ,"I848j.


y que aún siendo capaz de despreciarTa :ideología, ,revolu«-
clonaría, 110 llegó a desembarazarse completamente-de ella..
Además, la' mayor parte 'de' su auditorioino-habría.rpresta-.
(10 atención a un. lnénsaje~en'er'que:'retutnbata\el'sonido.
sagrado de las 'trompetas', del, Iuiciol.Final. -Finalmente,
aun cuando no" ·deJó de.vconsiderar 'la posibilidadvdeiuna
transición . pacífica';' por .to'. menos en 'el caso de .Inglate-
rra, es posible ;',que"no la" considerara :p,róbaOle,.:'-En su .épo-
ca . . no 'era "nada fácil, verlo;. y 'la dificultadcera unayor : tó~ J

davía debido" a ··'~uéon:cep~ióp..'4é .las dos' clases dis-


puestas en orden de ,batalla'. Su 'amigo ENGELS .llegó al ex,';'
.tremo de estudiar: táctica militar'> Pero incluso admitiendo
.qu'e la revolución ,pueda' telegarse-al' departamento ' de ':co~
sas accesorias, la .'necesidad" 'de una acción directa subsiste,'
todavía; ,
Semejante .consideración debería bastar para resolver ;el
.dilema que "ha dividido a sus discípulos : ' {révolucí6n o'
evolución? ,SI he interpretado correctamente el pensamien..
to de MARX} la respuesta no 'es difíCIl. Para él .Ia evolu- ,
ci6n .era la' madre del' socialismo. Estaba' demasiado ; iin·'
buído del .sentido dé la. i6gica 'il1hér~'nte a. 'los hechos socía- .
le? pa~a 'creé! que la revolución ·pudier.a reemplazar cual-
quier ' fase, de la, tarea .de la: .evclución. Sin embargo, en
su cuadro-surge la revolución; pero 16; hace tan sólo, para
'perm,itir que.escribá-Ia. con.cJusI·pn:, bajo' una 'seriecotripleta
de 'pre~isas. PorTortanto, "latevoluéi6n '.marxistidifiere '
enteramente, en· stÍ,n~~uralez~fy>:'~íi,su'función, de las re-
voluciones- .inspiradas 'por los radicales burgueses, y, por-los
conspiradores- socialistas. .s-: trata .de-un Jenóineno que' tie-
¡ .- "~"~o .. ' .

ne lugar en la plenitud de .10s tiempos.iEacierto que los


discípulos de MAR~ ql1,~disielntan' )de~esta'~~cQ'n'tlusión, y' 'es~
pecialmente de su' aplicación ulcaso de 'Rusia .(58) pueden
recurrir a numerosos pasajes.' en los', libros, sagrados .que.
lH.\1"CCCll desmentirla. Pero,en dichos pasajes '~es el propio
MA'RX quien contradice sus pensamientos, más profundos
y tnuduros, que se desprenden inequívocamente de la es-
98 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

tructura analítíca. de Das K apiial y -como debe ocurrir


con todo pensamiento inspirado por un sentido de la ló-
gica inherente de las cosas- que llevan a consecuencias
netamente conservadoras, a pesar del brillo fantástico de
gemas dudosas. Y, después de todo, ¿ por qué no? Ningún.
razonamiento serio ha servido jamás para apoyar incondi-
cionalmente a un «ísmo» cualquiera (59). Afirmar que
MARX, despojado de su fraseología, admite una interpre-
~tación en sentido conservador, quiere decir simplemente
. que puede ser tornado en serio.

(59) Esta tesis podría ser elaborada con mayor detalle y am-
plitud. En particular, no existe nada que sea específicamente so-
cialista en la teoría del valor-trabajo, como sabe muy bien todo.
aquel que conozca el desarrollo histórico de dicha doctrina, Pero
lo mismo puede afirmarse con respecto a la teoría de la explota-
ción, exceptuando desde luego, ·la terminología. Basta reconocer
que la existencia de plusvalías (para emplear la expresión de
:MAUX) constituye - o, por lo menos, ha constituído - una¡ condi-
ción necesaria para la aparición de todo cuanto comprendemos.
en e,l ténnínc cívñíaacíón (lo cual sería difícil negar) y ya está.
realizada la transrormacíón, Para ser socialista no es necesario,.
naturalmente, ser un marxista; pero tampoco es suficiente ser
marxista para ser socialista. lA cualquier teoría científica se le
pueden hnpl'lmlr conclusiones socialistas o revolucionarias; pero'
ninguna teoría científica las implica necesariamente. Y ninguna
bastará para mantenemos en el estado que BERNARD SHAW deno-
minó de furor sociológico, a menos que su autor abandone su ca-
mino para lograrlo
-MARIE ESPRIT LEON WALRAS(*)
1834-1910

LA sencilla grandez.a. que. reside en una entrega incondi- /\


cional a una tarea es 10 que nos impresiona hoy, cuando
7<
contemplamos esta vida científica. Su lógica. inherente,'
inevitabilidad y fuerza nos' impresionan como un fenómeno
de la Naturaleza. La meditación exclusiva sobre los pro..
blemas de la economía pura integraron su contenido. Nada
más. N ada vperturba la unidad total del cuadro. Ningún
otro elemento tiene importancia; sólo aquél nos afecta .
Lentamente, pero sin pausa, casi por su propio peso, el fruto
de una vida laboriosa llega a imprimirse sobre nosotoros.
Los acontecimientos externos de dicha vida. se cuentan
rápidamente. I~xtraig() <le la autobiografía de WALRAS (1)
el material para el modesto marco que rodea al cuadro car-
gado de significado para In. 11ístoria cien tífica. W ALRAS
JJI nació el 16 de diciembre de J834 en Evrcux, departamento
71'
del Eure, El curso de sus estudios muestra la inhabilidad'
del pensador para las cuestiones práctícas : fracasos que se

(*) Este artículo rué publicado en su versión original bajo el


título «Marie Esprit Léon Walras»', en la revista Zeitschrift tiir
VolkS1.JJirstchajt, Sozialpolitik una Verwaltung.. Vol. XIX (1910),
págs. 397-402. Fué traducido del alemán por el Doctor WOLFGANG
F. STOLPER, que rué discípulo del profesor SCHUMPETER en Bonn y
en Harvard, y 'que' actualmente desempeña la función de profesor
auxiliar de Economía en la Universidad de 'Michigan.
(1) Giornate degli Economisti, dícíembre de 1908.
pueden prever pensando .en que ',se·,prep~ró.para "la É.iorJ'
l'oljltGcl~nique estudíandoaDuscxaras y a .NEV\TTON; falta'
ele entusiasmo hacia los caminos trillados, COll10' experimenta
cada mentalidad investigadora. 'No l~gtó~ingres~.r en la E's..
cuela de 'lVIinas.-Entonces se de9.ic6.~1.',periodisnio'",trabajó
paJa varias empresas,,.~i~ellipre',,con una falta de éxito c~rac~
,~~rístico:. D;es~Í . nuertf0 ;putltQ de vi,sta! si~ ~~ba,.r.~?~ ·e~ ,
nnportante señalar. que..ya en su prrmera publicaciónven
I859.':'-tUn·jfltentó,de' .,refutación de ,¡as ideas básicas de .
PROUDHON ~""se convenció de .que la téoríaeco-;ómica podía >
ser' tratada, matemáticamente. Desd.e aquelunomento SUP9' -.. ,
lo 'que deseaba; desde' aquel momento todas sus energías se'
consagraron' '~ 'un fin.. Ahí - 'ene!' método y 'no en cuales- I

"quiera ·.problemas 'específicos -', se ~ encuent'ra ~ el origen de


suobra.iSé 'sintió impelido en.. ésta dirección, 'aun ',c.uando
'110 Se dió ~ cuenta inmediatamente de cuán .Iejos .Ilegaría por.
éste' camino.' .Entcnces también sevió privado. deJaestabi-
. Iidad vy elúciq, necesarios ; en su .autobiograffavdescribe-l,
COIl amargura 'caústica lá atniósfera de los' círculos cientí- '~ ,
fícosfranceses;' eri 'general,
t . , : . . . , . '.'
no
tuvo. éxito eri el intento' de
. •

ariái.gar allí.:' ('," i : ; • • .

l'
t.. 'Ep: 'e~ta .coyuntura.. la' suerte prestó un gran servicio 'a "
'l~ ~iel~~ia.En .I~6b~ WAI,.-RAS había' participado" eriun ',«Co.n~ ·
gres'9·t;ibUtario-;)' 'en' Lau'sa;ia .~ cuyas'. discusiones , inspira-
\ ron su segunda gr~np{lblicaclón ~;, "las relaciones que y
entabló c-ollt~11TlO'ti\ro.l~. .llevaron, .diezaños .más tarde, .a la
recién , fundada
, .
,cátedra
.' • :
de'
Ecohonl·í~.
,~'
1 ' "" '. '
' .Esto .~ignifi~óm
:., " ;:!:i- ;'..
ucho,'
tanto para' la .ciencia C01110' para' Wi\.LRA$\.-V todo aquel que ':
tenga una elevada. 'opinión de .Iaobra d'~!:WALRA$S~ sentirá:
profundamente c'onnlovido¡~nte aquella .parte de sU:. Auio-
b1:og'1"afía'J en la- cual él describ~" ne>' sirt solemnidad.' 'cómo , -"
se Clirigi6 a la, prefe,ci~''re ~paraQbten~r elpermiso (necesario -
a causa da la amenaza de .movifizacién) .para .abandcnar ~eí ..
país, y entonces enlprendi6'elYi~}~,'~17de; diciembre
C01110
d~ 1870, desde Caen hasta Lausana.tvía Angers, Poitiers,
Moulins 'y LYOll.. U'rH\ vez llegado a su, destino comenzó a:
'\

"
101

'trabajar, y continuó trabaiando hastaquelatareadé su vida


fué realizada y le faltaron' las fuerzas. " . ,
En 1892,'-se retiró de
'su cátedra.' pero conservó su rela-:
ción con la Ulliversid~d'comÜl:profe.~o'r 'Hó~Ó:rariQ. Continuó
trabajando, en su pequeño :d'ep~rt~~ento':'eri',una .casa cerca-
na aClarens, .Allimurió-ela 'de·¡éri.¡~to:d'e~~9IO""XL__ '
r , • • " . ' t . .-4 I .' " . . ~ ....... , .• . " .

y. -7. Debo. seflalar aún 'otro' 'extremo-de-su biografía :. }llSOIJ;l-'


, bra qne arrojó-sobre los, últimos treinta años ~~ .SU' vida . la
indiferencia .general hacia Ob~á escrita, S'é" tratade .una su'
,:vi~j,a historia, .El destino de la,' verdad, ~ai: igual .que 'el' d~ ,la
. belleza.ves un-triste 'destino I .
esta,''fierra.Y cuando.iade-
" ~ :". "
en ',. ' .~ ) rÓ, " ~ • _ ;

más, 'lanQvec1ad"' consistevesencialmente en ·la. manera de,


considerar . las ~cosas·.Y':no descubrimientos erinvenciones 'en
'que;.suscitan'ellÍ1t~rés,Y.1a comprensión de.círculos arnplios;
cuando, finalm~nte,la) '«vi~ión» está' tan alejada de los.' inte-
'~r~s~s de' la. profesión conl~' :10, fué e~.: caso de' 'WALRJ\S,
1 el,
·.··s~· coinpiende'~á~iiniente que,~i éxito exte(nO,no,ll~g~e,ni
con facilio.ad 'uf .con rapidez. .sr tenernos ·t(jdo·esto~.e~'cuenta,
;1JÓ' debernos sentirnos insa'tj~~<tchos, P6,r, 10 <que .realmente
.aconteció ;·tál' vez nos 'sorprenderá un . éxito iam. 'gra.nde en"
.vez de uno .ian: pequeño: 'WA,LRAS . fundó una. escuela . v. '
- "principalmente a tr'a'vés de '\MARSHAl[..~ '~ll .influencia exten- . ;
',dió .más allá .. Hacemucho ,tiemposa1:;>emos; sin duda, quien ;
fué juzgado cuando la':ll cadémie , des,' SciencesMora.les ei
'Politiques" rechazó su obra. 'Y,. sin .alharacas, IQs efectos
I profundos ~,anlpJios de su, obra continúan desarrollándose."
"
y 'creciendo! .Aunicuando durante mucho tiempo: WA,LRAS -
,careció de' defensores. vivió lovsuficierite para" entrever, .la .
época en'+a, cuat·' sus' ideas,~ó' 1iec~sitaba'n':ninguna de~ensi'
y en la que ya: habían superado el éstadiodeIamoda cien··
tífica.. Pero él. no. pens'~badeeste~ ¡no,d~rt¡' Ilegóa ,slÍper4r
nunca el recuerdo 'de
'sus 'Iuchasy fi~cá~os~ 'S'u' autobiogra- "
fía acaba con p~labras amargas' y 'parece que ihcfuso ~e
ab~111do116 a pensamientos sombríos; .co~.1o cual se extiende
una sombra de tragedia sobre una vida externamente tan
trunquiln.
t
L ~ 102 D~Z
, "
. :\,

.
GRANDES_ ECONOMI$TAS
,

P
i '1
I~ 1l La celebración de .su jubileo -enTa rPti~a:v:er:ª,',de,' 1909,;\
:[ ;
( le afectó como un rayo' de sol después de 'un ,día'lluvioso·.·
J \ Le llegaron manifestaciones :de''simpatía Y' de admiració~J ','.
:'/'f' .. "7 de Jos cuales' él' no sabía nada. Recibió bn homenaje de res,·:~'. ~
~I
,1

I~
! I peto, superior:a cuanto había llegado .a Únagina~·.' Fué el ", .'
('
" ura,n momento de su .vida: "', '
f /- -~~ La teoría 'delequílibrioecon6miéo constituye el título
r de, WALRAspata'la :i~tiÍort~lidad';est~,gran.' t'eot;íaJ~,.cuYa\'ó ' : '-:'
, idea límpida" corno un, cristal-ha iluminado 1a estructur~·de,;',·
las relácionesputamente económicas a la luz de'un ,único',
11
')
principio' fundamental, ,Elinonun~ento coniel ~ua1. 1~ 'Uni- '
¡l.
versidad de Lausana le ,hae~onr~d~)"no tiene'otrainscripcióri.' ,
i l'
que : equilibre économique. En realidad-su -idea. fundamen..
I 'taL IeJlevó a 'muchos - resultados 'de importancia práctica'..
II Nadie baabog~do con' mayor convicciónrporTa nacionali-
'zaci6n 'd~')a"",tietra, y pocas contribucionésenel,cainpo d~ -\\
t

~f.
"la política monetaria .pueden· compararse con,' la: suya.. )?'er;)
"

'todoesto no es nada al lado del-conocimiento- que nos, ·ha, .:


I ; 'proporcionado. Los tres' volúmenes en Jos .cuales sintetizó
I
, .'los .escritos de toda' su vida ((2)· pertenecen a la categoría 'dé,
J
,'.1os' libros más gt:ap~~sde nuestra' .ciencia, "pero e~ contenido '.:;
conceptual de las Secciones II-VI' del volumen primero S9n ,
I

:1'1 ,a,ere .perennius, .,


:1' ~ ,~-.>~WALR,AS' .parti6d~COURN01\ 'l\1i1y. pronto 'descubri6,i~sí
nos 10 afirmó él mismo, que la curva de' la demanda 'de
COURN0'r' ,que representa ,las cantidades como .función der-, ·
I
I~
precio, es aplicable estrictamente sólo 'al. cambio dos' de' .
l( bienes, pero, que.ofrece 'tan: sólo' una aproximación cuando ~
,~ se trata del intercambio demás dedosbienes.. .Enunprin-
cípío él se iünitó'al primer caso: yderiv6 de .manera 'exacta. . < •

,~
la curva de ''of~rtade 'yn'bien' de lacurva de de-manda del: .'.-'

r
~J

I
I :~
,. ,

"
otro' : entonces '~eiivó' Iosprecios de equilibriopara Iosdos
. bíenes del punto-de intersección de ·las dos curvas, Deestas
CU1~Vt\S, que se refieren a.Iascantidades totalesdeIos -biencs
' . ' " " " , '
r

(2') fiJZé1nants. d/économie. Politique pure,4. a .ed., .1900 (prímera


edíoíón 1874); fi't'L.tdes d'économie socuüe, 1896-; Étudesd'économié
polltique appIUa~té(Ji 1898. \ :.', .
"',,
MAlt:Qll :mSl'l\IT LEON WAL1'AS 103

'011 el mercado estudiado, derivó la: demanda 'individual 'y


las curvas de utilidad parailas cantidades de. cada unidad
económica individual," y 'así Ilegúa la .piedra fundamental
de su estructura, el coi1cepto"de1uti1idad,ma~ginal.En.este
grado de 'desarrollo, 1~ teoría fué ,'. publicada. en '187'3, y' filé
desarrollada', en; los años siguientes.. ~á 'coincidencia de sus "
1

resultddos-con los .de l\1ENGER .y 'JEvoNses: .tan, cho~ante'¡


comoIo ,s(!)n las 'diferenciaseri .sus puntos ,de ·p'artida;y. .mé- .
.todos.vSe trata de 'una' realización' de importancia .funda-. , ...
mental. contenida .en aquellos simples teoremas. . \~.
A. travé~" de una-cadena- "de razonamientos 'sin
'solució~' .'
de: continuidad se' .desprenden .otros-problemas del primero..
'En, primer .- lugar'<se desprende el" problema del cambio de,
más de: dos bienes,' ,problemas que plantea mayoreadíficul-
.tades ,para su formulación científica -de 'las' ,q~e pueda .ima- '\
ginar 'el 'profano, En .segundo lugar, W ~LRAS '~eg6 ,~l pro.. '\

blema .de,-la producción-yuxtaponiendo,


", . -'.' , ' ' l " '~;'
''J'" . ..'.
.)',
al-mercado
'. '
,.
dé .-una
. .'
cantidad dada de, bi~n~$~e, consumo, qu.e-, . hasta, .entonces·
'h~bía . c~nsiderado aisladamente, ,un mercado construido -en
j. formaaiiál~'gade l()sf~.ctor~s· 4~ la" producción; Ambos
, mercados fueron con'ectadosprím:ero m~diant~, el .erdrepre-
.... neur ~faisa.nt,ni ,bériéfice ni pe'Tte",;y"~egt~~doJ .mediante.iel
hecho" de que .10S ingresos. 'totales "obtenldosde 'l~s ~' v~ntas
de .los ' medios 'd~ .produc~16n,·d~hen~'éh"el supuesto de' 'con..
currencia .pura y de equilibrio, igualar .~1 total de los .ingre-
sos obtenidosde las 'ventas de los' bie~es'd~' consumo. Si se,
tiene. en 'cuenta, 'de' ullaparte,d~ .lacondicíón de-que la .' \
utilidad debe ser maximizada. 'P<>! 'cada .persona que participe'
en -el - cambio/ y' de' otra, de' los 'Ilamados-' coeficientes '(1'é.
producción varían, de manera" definida, 'la. 'teorí-a' dé-la, ínter-
.acción t entre «coste: 'y «utilidad),y,(~ón'·ella·,.elpi~.ncipio
fundamental .del ~'íiinci¿,naini~rtto :-'del" proceso económico,
resulta con .una sencillez brillantísiti~a': . .
,W¡ALRAS' introdujo .él problema 'de 'laca:p~t~lización ~SU~
míendo que algunos vendedores .de 'ser~icios productivos
,ahorrcl/n e invierten dichos 'ahorros en' «nuevos- bienes de
ctll)itnl», los cuales, en ra~6n de 'esa demanda, llegan al
.' 104 . D~EZ" GRAND~S. ECON0MISTAS
• I

mercado ell cantidades defin:idas;;Bt predo'dée~os'(;n~évos," .. '


bíenee de capitalu-se Formársobre. 1~ basé~e los servicios
que pueden' prestar. ·V:di~ho·pl:ecio,.·a¡ suvez, constituye la. '.'"
base de Iosvalores 'decapitalideIos «bienes de producción
'viejos», '10' cual ·r~srieJvé.~l .problema de o:ia capitalización, ,
o sea .deÍa 'derivación de' los valores. de capital de-todos 1&&' , ..
bienes, 'Esta:interpret~ción noi~stá exenta 'de.'déficietieia~'~·· .,,',' 0,

, 'Pero, si tíos'damos cuenta de"ello. es únicamente porque-la•.


. comparamos con la de ,BOHM-BA"rERK,; .Bajo algunos aspectos
.esta teófía .comparte con 'otras: .teotías~nte·riQres del 'interés ,;"~, ~
muchas culpas, sin-embargo, "bajo 9tros:"~aspecto~",difi~rede~' ,'~. " I

lasmismasventajosamente. ',La: teoría del interé~\~e"WAtR;As.' '


.podría compararse a.Iade cR~CA~:ho,áU1t.'Cuán:do'la. relación
'.
'"entre' ellas' es "la misma que existe entre,' uniedificio y<sus, .'
'cimien.'tos:- ',' . ," .: ~ .
. ,'
E~tre ·,t~"da~ -, ·l~S'.' partes 'de su· sistema )á'" que lía";sufrido . ' ,,',
,
rnayóréscarnbids
'" l" ~. ~ '1 t •
'en:e('
·curso.'·del -tiempo h~ .sído l'su
" l • • '.
teo;t~··
, ..
-. ~ . I • , . ,

del 'dinero,.ha~tá ,qt1e'ha~ido reconocida corno una d,ela.~.. ·


más" imp·ortaiit~.s:~1~~'alizac(o~és -' en' dicho campo, ,·. Una buena.
:parte .deIa obrade W~LRAS~ entre 1876 ,y 'i899,~ estuvo; COll~< "
sagr~da··a.la· teoría ,'de{ dinero. Mientras .que" ~n'l,aprimer~
~dición: de lq~ Elé~e,n~sí pa~tfó' 'todavía' 'de la «circulación
necesaria» '. (circuJdtiqn':' q, des,erpzr) "má,~' tarde :}~~~s~ru~'Q, su
, .teoría .JIlqp etaria,·
" tI,).
h,')o'
'sobre
.~
la .neeesidad
.':.....
1,.. "
Individual
'''. •
de . medios ' .
i
~.
.',
<

de pagos iencaisse: dés~r¿~)/ La. diferencia ' "es esencial. .Es ~


jmp¿'sibl~habJar. .de 'la . necesidad .ecqnqmi~ade:~uil,medio
de cambio-en... el mismo sentido en que-se hablade la .nece-
sídadque..un .hombre -síente de, pan, "Sin embargo, eldeseo "
'individual de medios .de.'.pag~. esperfectámenteanálogo ,a 'la,
demanda dé pan.; es' algoque puede.sércomprendidodentro
de la ley de 1~ utilidad marginal-decreciente. ',Entonces,d,es-'
sí-rolla brillantemente esteiprincipio, '~'Y como resultado \ se
obtiene, .'partiendo aélas'~{éc,uaéiones' deicirculación», -una........ ,'
maguíñca teoría, de la 'formacióndel precio del dinero. <;roda "
vez que 110' puedo entrar 'aquí en ,detalles, me limitaré' S\
aíírmar que el modo en que' WALRAS aborda e¡ proble-nadel
M~Altm 'ESPRIT LEON WALRAS 105',

bimetalismo no es' inferior al de los: clásicos 'y, .permanecerá


CO~~O definitivo dur~nte mucho tiempo. ,
> 'La totalidad de la economía pura se apoya" según W AI/~ '
RAs"endo~' condiciones : que' cada, unidad económica desea" '"
1

maximizar su' util~dady"que,la'd.e~anda,:de cadabien igua-".


laIaoferta.. Todos sus. ,teor~n1as sedesprendende estas dos -'\.
hipótesis. ~Í>qE'VOItTI~~BARON~'''y,otros.pueden haber com- (
pleta.,4o;su -obra ; ,PARETO .:y, otrospuedep. 'haberle superado .r
enjrlgunos ,puntos~concretos; sin embargo, el 'significado '~,
desu obra ·queda'intacto.. Todoaquel que conozca el origen
y el .desarrollo .de las 'ciep.cias, naturales exactas sabrá, tanl-'
bién, que sus' grandes re~líza~io'nes" 'SO¡'l", en, método y' en",,"
la'
~esencia;,' de mismsespecie que la,' de" WALRAs.Descubrir "
formas exactas' pata 'lQS ,fenólnenos .cuya .interdependencia
nos viene dadarpor la' experiencia, reducir dichas,' formas
'a cada una de: las -deplás, para derivar una de otras; esto
, -, "es lo que hacen .10s físicos.iy "esto es 10 que-hizo WALR~S.
YWALRAS 10 hizo' en un "nuevo campo, del conocimiento, ~",
'en~i .cual-no existía la posibilidad ,de apoyarse .en 'trabajos
'preparatorios .realizados durante varios siglos. Llevó .a la,',
práctica 'su tarea rápidamentey .con 'resultados .muy .fávo-
.. r~bles;' y 'ello a pesar . dé dificultades internas Y., externas.' . 'l.
',Trabajó~il~ ayuda y 'sin colaboradores, hasta que élimismo
íos creó, y-sin obtenérelmenor aliento, exceptuando el que, '
encontró ;en sus' propias fuerzas. Obró "d~ ese mOdo.-aÚl1;¡:, ,
, cuando sabía, "aun euandoríebf« saber, que no podía, esperar ,. Jj:.
,.e"l,.'éXitO o e.l reéonoc'imie.n.to, de 'su ,p.',roPia g"eneraci"ó.n'ni.~po"r, '
parte de los .econornistas ni por parte, de Josmatemátícos.]. '
. Recorrió" una senda' solitaria sin el apoyo morar con que,
'cuentan 'nornialniente 'tanto' el' hombre práctico eom o. el-
hombre de'.ciencia'. Por 't,odas estasrazones su retrato mues-
tra' todas las características que distinguen a. lla -rnerrte ver-
daderamente creadora de 'las .mentes que son rcreadas.. Todo,
esto se" refiere' al ' ho'Ín'bre'.·· La -obrá ·encQntrará el re~énibci­
miento debido, más pronto ÜI más tarde.
, ,!

I

, "

~
I
l'

~
-,

~ ..

.CARLMENHER (*)
1840-1921

e~NSTlTUYE
\ 1,

tina excelente prueba.paraaveriguar la fuer-


za deun argumento, la de examinar' si, puede considerarse'
como' decisivo ,por .sí PIismool~ 'si, por. el contrarío, se
"sostiene apoyado por 'una' larga cadena de argumentos sub-
",('sidiar~os. Análogamente, constituye una, excelente 'prueba
para averiguar la significación de la' obra realizada por un
, 'hombre, a: través d~~ toda su .vida intelectual, examinar si
en la rnísma se, puede apreciar -una aportación singular que'
por: 'sí misma \éhtrafiegr~ndeza, o si, ',poi el contrario, debe
se:: contemplada corno un 'mosaico formado por una, gran
cantidadide pequeñas piezas. 1\1ENQER fué.runo de aquellos
pensadores-que 'pueden e~hibituna única aportación decisi- '
va que ha
marcado época eh la historia: de la ciencia. Su .
J

"nombre' .perrnanecerátvinculado .para vsiempre a un nuevo


~ principio interpretativo, que "ha revolucionado 1~ totalidad
del campóde'1a;.teoríaecon6mica.Au'ri .cuando sea 'posible
recordar aspectos' significativos' y 'admirables de 'su carác-

Este artículo aparecio :en .su versión original' pajo el tí-


(*)
tulo «OarL'Menger» en elZeitcf¿rijt !ürVolkSiwirtschajtuna, 80-
zial'Polt'ik~ NuevaBeríe, Vól. 1 (1921), págs. ,19'7-206. Fué. traducido
por. el ,lDr. HANSW. SINGER, 'antiguo discípulo del Profesor
SOl~U'lV1PETER en la Universidad de Bonn, actualmente.' jefe .eje-
cunvo de la '(<Economic Development s ecti OU» , de las Naciones
'L)\111duB.
108 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

ter, aun cuando se puedan aducir otras aportaciones cien--


tíficas adicionales,· y aun cuando se pueda hablar de su
entrega a la enseñanza y a la investigación - todo esto
cede en importancia ante el pedestal sobre el cual se erige
esta gran' figura. Como es natural, el biógrafo de MENGER
reunirá todo este material para obtener el retrato de una
personalidad fuerte y atractiva. Pero dicho retrato deriva
toda la importancia de su gran aportación, y, por 10 .tanto,
no nos hacen _falta aquellos detalles para hacer justicia a la
fama de MENGER.
MENGER nos ha dejado, después de veinte años de, abso-
luto retiro, durante los cuales exploró gozosamente todos
aquellos campos que atraían su interés. Gracias, a esta cir-
cunstancia nos encontramos a una distancia suficiente para
considerar su obra 'como parte' de- la historia de nuestra
ciencia. Y su obra impresiona, ciertamente. El fondo del
cual emerge la personalidad científica de MENGER puede
ser bosquejado brevemente. Más allá de las preocupaciones
prácticas, y al margen de las necesidades de la política
práctica, se ha desarrollado, desde el siglo XVI, un pequeño
caudal de conocimientos en torno a las cuestiones econó-
micas; las cuestiones, de política monetaria y comercial,
desde entonces hasta 'ahora - es decir, desde que la moder-
na economía de cambio comenzó a desbordar los límites de
la economía vilicaria y del mamor - han conducido a dis-
cusiones en las cuales, y de manera primitiva, se reunían
las causas y efectos de los acontecimientos económicos más
destacados. LR tendencia pausada hacia una economía indi-
vidualizada y la libertad de comercio fué acompañada por
una corriente siempre creciente de panfletos y libros de-
dicados a autores normalmente más inclinados a resolver
los problemas económicos reales de cada día que a pensar
sobre los problemas más fundamentales. Durante el siglo
XVIII surgió una ciencia ya consolidada, con sus escuelas,
resultados, disputas; libros de textos y especialistas com-
petentes. Esta fué la primera época de nuestra ciencia, una
época que creemos culminó en ADAM SMITH. Siguió des-
CARL MENGER 109

pués un período de análisis y de especialización, durante


el cual los clásicos ingleses dominaron el terreno del cual
nos ocupamos, toda vez que es en este campo donde se en-
cuentra la realización de MENGER. RICARDO imprimió su
nombre a esta época. En su transcurso" un sistema cohe-
rente de doctrinas con pretensión de carácter científico y de
validez general dentro de amplios límites, se desarrolló ple-
namente; había aparecido la teoría económica pura.
No se podrá esclarecer jamás la razón por la cual un
éxito tan rápido tuvo que ser seguido por un desastre tan
completo. Muchas, de las mentalidades prominentes de la
nueva disciplina estaban todavía en activo; no habían su-
perado todavía, sin embargo, la fase de estudio de los pro-
blemas fundamentales; pero se podían advertir ya síntomas
de estancamiento dentro del círculo de los economistas, y
en el exterior, desconfianza, hostilidad u olvido. La res-
ponsabilidad corresponde, en parte, a los defectos inheren-
tes a cuanto había sido construido; al carácter rudimentario
de algunos de los métodos empleados, a la superficialidad
de muchos razonamientos y a la evidente inadecuación de
varios de los resultados. Todo esto, sin embargo, no debe-
ría haber sido fatal, toda vez que era susceptible de per-
feccionamiento. Pero nadie puso manos a la obra en esta
tarea de perfeccionamiento, nadie mostraba interés hacia
la estructura del nuevo edificio teórico, porque - y aquí
se encuentra otra causa deJ fracaso - la opinión pública,
al igual que los expertos, se habían alejado por diversas
razones: la nueva doctrina había sentido excesiva impa-
ciencia para intentar resolver cuestiones prácticas y para
intervenir' en la arena política en medio de las polémicas
entre partidos, apoyándose en su pretensión de validez
científica. De este modo, la derrota del liberalismo se con-
virtió en la derrota de la nueva doctrina. Fué una conse-
cuencia de ello el que en varios países - especialmente
en Alemania - donde existía un antagonismo hacia la
tl'oría social en general, y una tendencia a continuar en la
dirl'l'ci(nl murcada por la herencia intelectual de la tradi-
\
11
"

, J
110 DIEZ 'GRANDES

ciñu, histórica y filosófica, no se transmitiera a la 'genera>.


ECO~qlVl.ISTAS, .

; ~i611 sig'uiel1te poco más que la fachada' económica y social-.


de la teoría, clásica, mientras .quedaba cerrado el caluirio,': .
l'
I
~'
~ )
hacia su estructura 'intern~,~'~a ge~eración' joven se dió es.. _:. 1

ti. casamentevcuenta (~el conocimiento icientífíco ',e incluso de ; .


tI ~ las posibilidades ulteriores." que. ~e perdían al xibrar de. ta¡o":>,' "
'1"
'1 modo, Por' ello 'seexferidiÓ;la opinión de que la teoría·.,UQ.:1
.había sido más que un 'iríterludio en: ·la historia de 'las ide~q~'$, ,
'Ir}.
f' .
un intento 'de' cimentar 1~ políticaeconómica de ,un' período.', ~
, , , de transición, Fué, por' supuesto, in,evitabie' que' s~~on~eJ::Vía..·>·
,
. ran entre 10$ expertos ciertas partes de' 1~ teo~ía: En. casos", '
~

aislados" incluso tuvieron 'lugar' .aportaciones' de' importan..


l.
'l
~
"cia,per<?, esencíalmentev el campo quedó en barbecho.. LbS,
nombres, de.-THüNENyHERMANN J en Alemania, nobastan
,l.
, r para. alterar 'el veredicto.. Tan.. sólo la" teoría socialista' edi..- .'(' .:
i~
/~'.
.ficó sob·r~. ~~ndameni~,~' metodológicos clásicos, sin' petri-. ", ,,'
,Jica~se. ~ '. ". '., " ," .,' ,' " , , " ".. . "
't
~
Con -Ia autonomía, que ·'presta "la grandeza científica la '
obra ,de, MENGER se recortanítidamente sobre e,ste pallorama., \
1)
'\
Sin tcstírnulos externos, y; desde luego, sin ayuda externa"
k·!; , .. 'atacó el edificio. casi -en ruinas de lá teoría económica; Le
"1 l'
~ : movió no el interés" hacia la P?lítica econ6mica o hacia Ía
'"" historia "de las ideas, ni siquiera 'el deseo de incrementar el .
.acervo. de hechos, .sino .príncipalmente la fuerza que" mueve
al teórico nato hacia nuevos principios de conocimiento,
\
'haciamuevas herramientas para ..manejar .Ios hechos.' Y
." ' , j , ' ;: \ ' " ¡

: t,
mientras, normalmente" . 'el investigador alcanza, en el mé-,
J,

.,
ior de los casos, un ,;éxitp. parcíal. la-solución 'de unos' de
los muchos problemas singulares' de unadisciplinavMaxcnn ,
ti pertenece a ,la clase ,de "aquellos que'h,au·, demolido la es-,
t tructura preexistente' deuná ciencia y la han colocado s6-.··
t bre fundamentosvcompletamente nuevos. La vieja teoría>
fué vencida, 110 por historicistas ,Y sociólogosque la echaron ~",.,: \~~" .
a un lado, ni por los 'que llevando a la práctica decisiones ~ ..

, .de, .,po,lítica económica y soeial rechazaron sus conclusiones,'. '..


~, '.: .:

l.,', '
:1···:·,."····.·.·.····
sino por aquel que reconoció sus deficiencias órgánicasjn-
t·~

¡,-'
'.·.f.'
'c'\
ltf.V .',
. •". 'i,. '.

.:.. l"
¡).
'CARL
. ".
" ',
.: MENGER~
. . .' ,
,,- "

" " 111


.!
ternas y que "có~siguióalgo nuevo at~cá,ndol~"e~su p~'(j~~O,
terreno'.
"-: ..SIempre ~s difícil formular 'el principio fundamental de,
, qua, teoría' para un círculo amplio de investigadores, .porque
- la' formulaciÓri final .de un principio .fundamental parece
siernpre.. en cierto modo, evidente," .I~a. :tare~· intelectual de '
,-gn analista no, eonsiste veu-el contenido ele la, declaración '\ . '1
l·"'I:.;~·'
que . expresa 'él principio. fundamental; '$1UO, en saber el
'Diodo dé .hacerlo fecundo 'y cómo derivardérfnismo 'todos \
la
,

los problemas de ciencia de' que se.' trate.iSl 'se' 'dice. a :i;,
• . . . .:...

alguien que el principio .fundamental de, la "Me,cáni~~, 'viene " r-


~
"~o

~
expresado-por la proposición de que un, cuerpo está en 'eq.ui... .: 1.

, Iibriocuando no. Se mueve en' ninguna direéc{ón',el profano \ ,

; .diftéi1mente comprenderá la, .utilidad del teorema: 'o/el .es- ,


.fuerzo intelectual que fue, necesario para' formularlo. ,'Igual- . _
mente, si nosotros "decimos, qué ~ la .idea fundamental de la "
"

,"
".
teoría de .ME~GER
'·t .
. es la , deque los" individuos valoran Jos
.. " . . '

.biene'sp-orque los necesitan, po-d~m()~·comprender -que esto


. :no~ impresionará alproíano --e incluso la-mayor "parte de
, 1 ..

""los.' .economistas profesionales 'son .profanos en' cuestiones '


teóricas. LoS', críticos -de la teoría 'de, ;I.\fENGER han .afir-
, mado repetidas v-ec~s,que- nadie había-podido ignorar ,n~nca '
el fenómenode la valoración subjetiva,' Y' 'que, por, lb tanto, ,
.nada ' podría 'ser '~ásinjúst~ que considerar semejante tri.. ,
vi~lidad como una 'objeción a los .clásícosv-Péro la. réplica
'muy
es simple: .puede ser-demostrado que casi todos los'
.economistas clásicos intentaron ,partir de esta 'áfirinaciótl,
pero luego la dej aron a' 'un
lado porque no conseguían pro- ,
gresar con la misma, :ya que habían llegado ~t'cQnvenci-·,
miento de que, ·la'v'alor~cióp.\ subjetiva' 'había 'perdid()i>"én':el;'.
11leCB11isll10 de'· la economía capitalista, $U funciónrlecnotor
de la máquina. Del mismo modo, .alconsiderar él fenómeno
de la demanda, renunciaron al principio; de "la .valoráción
subj'ativu, <311 favor del fenómeno objetivo de 'los' costes,
Incluso hoy I los críticos de' la escuela de ;M:ENGER' declaran,
la
de voz ea C\lC111do,; que teoría subjetiva del' valor puede,
r
!
1.12 '
" . . ·1\"
DIEZ GRANDES, ECONOMJ;StAS

I en el meior de los Cfl:SOS, explicar, 'ios precios' de siocks fijos .'


de bienes de consumovpero nada más. '
En consecuencia, 'lo' que' importa no es el. descubrimiento
·del hecho de que -la gentecompra, ,'vende o produce' 'bien~s~ .
porquéy'en. cuánto ,los' valora .desde .elrpunto 'de vista 'dé,
j . "la satisfacción de" Iastnecesidades.rsinoiun descubrimiento
'd~~ una especie "tota1.mente: distinta:,< el',' descubrimi~nto de' \'
¡,¡J,
. ',qu~'b3:staeste,simpl~'11echo "-y. su 'fu·n'dameritq. en "las leyes - .';
-de.Jasmecesidades humanas 'para :explicar . 1.05. hechos' bási-
./ e os:, del fenóme~o complejo de ~la'moderria ecoriornía 'dé
.cambio, "y-que pese:a .las apariencias-que inclinan' a'creer
",
lo contrario: son lasinecesidades ihumanas la-fuerza propul-
slv:a'deijn~cánisn!o')econ6mico'ü1:ás allá ~de:,Já ~,col1omífl:'d;el
,tipo .Robinson. Crusoe:o econornía .sin .carnbio. 'La, cadena : \
'de pensamientovque 'lleva a-esta ..conclusión .parte del, reco- .
. nocímiento de que la' formación del precioes-Ia caracterís-
.' 'tica económica ,específica"deÚléc~nol11ía':-distinta . de' las '
restantes características socíales.Lhistóricas y .. técnicas ' -
Y , que 'todo'~ )9s,. acontecimientos específicamente económi-. '
1,
~,

. cos .pueden.rses .comprendidos dentro" ,de, '-la. formación ,.de


, .precios. ,iDe~de:,uA: .punto -devvistainetamente económico' el
.sisterna ec6:nórriioono '·es·,más.q.ue··un .sisterna de precios
dependientes ;.' .t~dos los; pro.blemas, especiales, sea cual-sea
.sudenomínacíón, no' son ~'i,no:·:.casos'espe<;iaiesdeun único
próc~so,.requf!,ente,..y Joda;slas'nornialidades~,specíficam~n-
t~ 'econól11i~as se deduceudeIasIevesde formación de' pre- ,,'.
-cios. .Yaen ,el"prefacio de la-obra d;e.~ l\1ENG~'1~<;'nCQ1~tram,os
.dichavafírmacíón comoum .supuesto 'evident~~>S'u. objetivo, -
principal. c6~siste, en descubrir .Ia ley' ',~,~: .formación-del. 'pre~ "
"
I
cío. Tan pronto ,,·com~· logró .basar .1~ solución d~l. problema
I I
-del precio, ,en los .dos aspectos xie.. «demanda». i,«~):~erta,),
.sobre un 'análisis de las necesidadeshumanas y sobre' jo .que '
Wrssun ha Ilamado el principiode l~:'«~ti1idad marginal»•. el.
-entero y complejo .mecanismo de la vida .económica ·ap~re- '
ció de repente, inesperada y'; trapsparentemente .simple,
-Todo cuanto restaba por 'h~cer era' elaborar ,Y adelantar a
: CARL "lV!~GER

·travésdel 'calnill'O de los detalles .progresivarnentevcompli-


.cados; ,,' ',~ , ", , '". . ' '. ',,' " .,'
,'La ~ obra principal, que c.ont~ene-:la·,sQhi~'l6n)4~,,:~ste:,p:r¿,'
.blem:a fundamental y que .c1aram~n~e··señ~i.á,::tÓd~, los des-. , \

.arrollos futuros, y la cu~l,."cQpjttntame:Iit~:: ;c'o~r',Jo:s:"'~s'cr~tQ.~


casi simultáneos; pero i~dependie'ntes"9:eJ~Yo~&','Y)le:W~~ '.
;:RAS,' debe considerarse corno elJund'<lni{fnt~d,e:lá:'teoría:ceco:"
,nómica moderna,: se'titul~Gr'U1t,4s,a.tze·.,df'ff:,V,oJ.k~f!t.$I~
..chafts·lehre Erster A,tlgemeiner 'TéiL ,,;Y' ¡apareció::ten".'¡rS.:7'~'.
J , 'c

'.; 'pausadamente,. confirmezaY'.c~aridad,:c()ni~l~t~mente,~ se- " '~

.guro de' su, causa, . . ela~orándo,;culdadosamente~adá'::fráse" .


·noS·.presenta la gran ;efQ¡:tD.a'd:~·i,iateoríá.del;v~lor)Lós' . . ~'I-

.admiradorésjde '. MENGER '~~ri:('>fo~p~rado,'freouentemente,


~'su realizacióncon ,lá-de ,CÓPiRNIGo.,:·; .'sus .críticos.hancidicu- .
. .Iizado .estacompataci.6n," .con ":,nia)r'~r '.frecueúcia ,. todavía.
..Hoy'; es posible formarse. .una rópinióú ,'ac~f.ca. .de'.. ~'est~'·;c\ies,-·.'··
," -tión :MENGE:R, ha' reformado una-ciencia en, Jª;,·:,ct.1al'~ei<,p.eÍl-"
samiento- 'e~a,cto, era' mucho, más': recientee~:in1p.e.rfecto'."~\lé:"
.en la-ciencia que CO~ÉRNrCQshuó:sopre,riu~vo~.'tundamen,- "
,tos.'En.'·este. 'sentido", la '~pQrtaci,9n, "té;enica.' .del. ~ltimo,f\1~
.rnucho más grande 'y difícil, .yno 'ha,ce' .faJta"'deci~que -tuvo
lugar en uncampodonde los resultados nopuedel1:,~er·,ye- ,
'rificados -por.vel .profano Yef?t'{tli",·e~vt¡~ltQs',.·e,n el. misterio,
.Pero 'e'n~'cuanto\~ 1~, naturalezaycalidad, 'la obra de, M~NGER
pertenece a launisma categoría, d~l:"in~smo.mq;dó',que, un"
jefe de ejército, qué conducé;'un·,P~9uefí9,. ej~~~i~?:' ala; vic ..
.toria en ,un olvidado t~atro,p;e'J~, guerravpuedeser.conside-,
rado eti'cl1atl t () a su realízacióri.personalvenIa categoría de '
N'APOI.(E)ÓN" 1;', AiEJ~NDRPJ" .~(jr"" rnás ;que a,is,h'''·,ciasif~cact~p.,
.pueda sorprender a quienes .desconozcau.Jas '. circunstancias,
l"as comparaciones son, IIen general, ',falac-es <y", ·propensas.,.a
provocar discusiones-estériles.. .Pero toda. :v~z .que constitu-
yen un medio para definir .la ,posiciói}" de un hombre para
nqucllos que 110 son "e-xpertos,·eh.. el,.; sentido ."ní~s .estricto
(h~ ln palabra, debemos 'intentar tina, comparaciónxle ,MEN:-
(llelt con ()t1~OS economistas. Si 10 comparamos, por' ejemplo,
"'uu ,Anl\'M R')\fl#I~l-l'J 110'$, damos cuenta inmediatamente de :qti,~
U
.~
I,"~ ,

~ .

r•
114 DIEZ GRANDES ,ECONOMISTAS '

su realización es.'mucho .máarestringida "que ia del profesor


escocés.'AD:A.~:·,SMIT~ formuló. ''l~s necesidades prácticasde
su' tiempo,,*.S~nbU1bre'está!in~epariblemeutev inculado a
l'
la política~F<)nón;lÍ!Cadesu' época..La realización de MltN-
,;~J~R ~s'!p~rªlll~!J.te"~ientífiea! .y, 'como contribu~ión científi-
,'~a,·~~flm~~t~'\'arralíti,ea. Su-obra pue~eser comparada.vtan .'
.: ; ,'$ó¡o;:'a::~n~:i)atté<tleJ las de .SM1'.l'H. S~IITH. no' fué totalrnen te
oris-in~1,~y;\1o'9ueesmás importante, en problernascientí-
f1cqsl)~sic~~f~éllot a blemente superficial.' MltNGE)Rha: éxca-
'vad:o'a .mayqi: profuudidag, 'yh.a descubierto, por sí .mismo,
, ,.y'eJ;da:~le~'<iiie~ f.ii~ron· completamente inaccesibles, a .,SMITH ~
"~"~;¡:CARPo'fuéJnás·añila 'su personalidad. Al comparar-
-1ós,'~'ósl,~~~ontJ;ainOs" finte"dos talentos teóri~os,qü'e'aun
denft?der:~eitlo'de .Iateórfa aparecen . tornó talentos funda-
,'fuentalmente 'díferéntes.. La' fertilidad 'y .agudeza-dél tat'~nto':, \:
t ;
~de"~lcARrioreside enJas .numerosas conclusiones "práctiQas '
....' "y,eu)asintulciónes qué, lo~rabápartiendo de fundamentos.
,'~,'ml1yPri~itivos La grandeza de MENG~R consiste, l!reeisa-
::',:mente,en los 'fundamentos, I:y "desde e¡ 'punto ,de vista' de ,la
·.ciencia· pura .es 'él' quien. debe 'ocupar un lugar .més elevado;
:'RICARDoe~.' un requisito 'previo 'á MENGER ~ un .requísito
\
1 I
\

'previo que MENGE:R~~ ciertamente, , no podría 'haber creado~~


Pero ~ENGE~1;eS el es el vencedor ,de 'fa.' teoría ricardiana. . .
. " Tod~ vez""qt1~, ~1ENGitR' 'y ,§u' escuela fueronconsiderados,"
'desde-un "Pt'incipiQ:,coinolo~"'único:srivales se~io~ de la 'teo- ' ,{
"ría matxij;tai'pQaemos'inteutaf'éstablecer unacomperacíón
con -, M:AR~,' .TaU;óién'aquí, debernos • . . olvidar completamente
a MARx~-e~:'cti~~t~,"sóéióiogo"Y"'~n. .cuanto .profeta, para .limi-
tamos al armazÓn puramenteteóricode-su obra. ·1V(ENGER' se
enfrenta tan sólo con un sector 'éLe:la:::~obra·deMARx. En este
sector, sin embargo, supe.raéóp~rd~~ipletne:lltéa ,MARX" tan-
to en la fuerza de su 'O:riginaiidad~,'como en el éxito. En el
campo de la teoría. pura, ~Ai~.'·f~é~n·"(iiscíp~10de RICAR.-
DO e incluso de varios de ·lo? seguidores de éste, especial-
mente <le aquellos teóricos del valor, socialistas y semi..
socialistas; que escribieron en Inglaterra en .la tercera dé..
cada del sig'lo Xl~X: lVrttNGttR 110' ha sido discípulo de nadie,
115

y 10 que ha creado, permanece. Para evitarvcualquier rnal-


entendido: ninguna sociología," económíca.o soeiología.'del
'4esarro11gecon6mico pueden, ser derivadas .de l,a 'obra de,'
M:~NGER. Tan .sólo 'realizó pequeñas contribuciones-a la his- ,
toria económica y'.'~la·"l\lcha <de clases' 'soqi?n~s:;: pe.,ro sus
teorías, del 'valor,d\-l precio y: .~le.':¡a distribución .sonr: Iás
mejores entreIas 'que' ,
poseemos
, ,
actualmente."
,',,',1" " '
"
, '
,':,
He dicho que l\1JtNGÉR' .no fué',disc'ípu1ü:, detiadi~'.'"En
realidad; tuvo un solo "precursor' 'que ya, ha bía "reconocido' la
Í111Portanciade' la 'idea" básica .enisu .significacióni-fotal, ,y
dicho pr,ecurso'r'.nq:'es,otro"qu~,~.7Ü$SEN':El éxíto deMsscsa
sirvió ,para sacarde'~u, 'p"e.numbta, ,:~¡'libr9' 'olvidadode aquel
pensador s'olitario. Aparte ·'de' esto encontramos; naturalrnen-, ,"
te, muchas huellas de" tina 'teótía'subjetivá\~ély*lor; ,e in- I

cluso dé una .teoría ,d~l,'preciob,á~adae~"'i~/h1ism,a; a-partir .:


de la ,e,S-cuela' escolástica, especialmente en,"".1~s· obras 'de"
,GENüvEsI e ;Is~ARD,y más ..tardeien ,:tás' dé varios teóricos
alemanes deIas pritner,~s' décadas' del siglo.xIx." P~r~~~ todo
esto no Importa-mucho .máaque el conjunto 'de hechos evi-
dentes al que, nos hemos' 'referido más '~rriba. 'Para llegar ',,'o", ',' ,

.a ver algo más en dichas ,'huellas eS' 'necesario haber 'ya -ela- .
borado el significado...a través 'de' la .propia obra. 'Por otra
parte, cualquier" conquista científicai és vsiempre ".la, flora-
ci6n deárbolesvieios.iDe otro-modo la" Humanidad-no sabe
qué hacer con' la .rnenciónada .floracióri, y Iasflorescaen al
suelo' .olvidadas, Peroihasta donde sea 'posible "hablar ,de
originalidad en la vida científica, 'o' en la"yid,a, humana-en
, general, la teoría 'de· .ME:N~ltR 'le .pertenece ,enteramente '~a ,
él Y a J'EVONS "Y","\VA,.I~Í{Aá~, -. ,
Esto explica .también el modo en;,~ue súaportación fué
recibida y'" su primer 'destirio'~.Sl1' aportación ·:fqé ,él fruto' 'de
su pensamiento y luchardurante la'tercera,'década '4e' su
vida, aquel período de sagrada :fe~ti~~dadq,u;e, en el caso de
enda pensador, crea 10 que, después" es subsiguientemente
elnhorado. Nacido el 23 de febrero de I84~, te~ía recién
(~HHJl)Hdos los treinta y UI1 años cuando apareció su libro.
(hl:i~rhHUti(UllcntQ, lo, escribió pensando en Viena, deseando
J.
'. ~ .
" -

\ . 116 DIEZ GRANDES' .EC~NOlVIIST~~ " ,,: ",

",,: ',' . r r',


.• , ....

mediante dicha. obra alcanzar. .laJiabilitación para la ense..


señanza .;' . .1~·ma~íiítq<l .de . su ·réaliza.cipi1 personal puede se~
-comprendidavtanéólo, si recordahib-s·én:.qu~· desierto plan-
. f6·susár.bóíes~);>ui:lotilté largo tiempo n<i habíart aparecido
.'s~~~leS'.de·,' yj4~'" en :el -campo de nuestra ~isciplina.· Es -pre-
.' •. cisoretroceder .hasta r848,cuando SON)<F;NFI;;l,s logróque 'su: '.'
ob:aJiteráe~.pr~mer"texto :ofidal,pára. é.nco~ttar.trapáj~~ .... '
de<cierta-calidad. .Cuanto 'era presentable, se importaba.. de:<;
.Alemania.iLos hombres 'que". e'~contr6',l\1E;NciI;R" cuando co-
menzó ";SU$ .tareasren -la,' Universidad ~ apenas 'podían com- .: I
pren'derrSus. ideasvnirelicampo ~ohdeélpen{'aba:hacerlas.
1 ,~ .
fértiles.. '$,us colegas .Ie -recibieron .'c,oh'4la/, 'frialdad .que' más. _
-tardenoshaireferido. ·A\·'pes~r. de- todo alcanzóuna posición' .
'establ~, .l1eg6·~': .ser ·profesor" y'. ~ltran$Curso .del tiem:po: ¡~ .:
otorgaron los .honores acostumbrados aun, hombre decien-
.cia; pero, 'jamás olvidó sus "primeras luchas.iEn Alemania,
además.. permaneciórigríorado. .• tal "vez .pqrque~· el campó. .es-
;tuvó·domi~ladq,.pOr. .la 'política. social, s, de otra .parte por:
',:e,l .ínterés '~hacia las. investigaciones- históricas. Complétarnen-
.te-solo,: sin una plataforma a, través de 'la cual su voz .pu.. .f;
diera llegar, al resto del ~undO',.' sin una esfera, de influencia . \~.
• ,.
'"
i
\ 'y sin el aparato que' tradicionalmente se encuentra á. dispo~, '
sición del. titulard e .una."cátedra .,~piilJ.ente,.' ,MENGER se 'rió.····
enfrentado a una completa falta de comprensión, que. llegó
a' transformarse en' hostilidad. ¡ , ',~, -

,'" Cualquiera . qu~l: conozca 'Já historia- .interna -deliprogreso ,: .-


'Oo,'

científico estará' familiarizado con todas las tácticas. que .se


emplean ep"':círGulb:sre~tring~dos,para. .Iograr Iavaceptación .
de .nuevas ideas. '. ".:\r~NCER no'Ilegó a saber cómo. podía.. ha . . ·
cersevy auncu.ahd¿: lohupú;ra, sabido, carecía ~e' los me M

dios necesariosepara .llevar ') a'. cabo ¡,SU·S· .campañas. Pero su


fuerza'. poderosa 'l~rUnipió' a .través de la jungla y logró la
victoria sobre todos los' ejércitos enemigos. Esto; en primer
Iugar, fué un mérito 'suyo .propio. Existe dentro, del alma
h11111Ql1tl una conexión sutil e íntima, no siempre aparente
y o. veces Imposible de' descubrir, entre' la energía intelec-
tual que permite liberarse de- las opiniones tradicionales Y'
117

])1·0,f:ulldizar independientemente en el in~eriorde los fenó- .


U1Cl10f;, y la facultad: de fundar escuelas, .aquélla particu-
lar' fascinación, que atrae y convencea los futuros pensado..
res: En el' caso, de MENGER) 1~',,~oncel1;tt"ac16n:'de' su' obra'
intelectual condujo .directamente J~ la,co~celltr~ción en la
proclamaciórrde .sus resultados.' Aun'cri~rtdánunca' volvió
a profundizaren la teoría ·del·valor;estabh~ci6~us princi-
pios sobre una' generación 'de' 'estudiantes.' Además.vcom-
, prendió. correctamente .que '10'" 'que' tec'házaba,' .Alemania. no
. era tanto-su teoría, sino casi .toda.Já teoría,) POfcll<> em-. .
I prendió la 'batf\lla: .para "estapl~cer''el puesto adecuado que :',
.correspondeaf análisis teÓrico ':,en,'cu\estiori~s' sociales, A 'esta
, 'batalla.,~' 'm~Y,cb',iioci,q.a"'c,om9i.la Met-hádenstr,eit.-:-, debe-
rnos su "obra sobré metodología de las ciencias' sociales, " én'
,1~' cual él" intentó, :',sisle:~á ticamente y 'con .: formulaciones
.que hasta . hoy-no-han $ido'a.p~nas' mejoradas; delimit~r el
, carnl?? de ,la investigación.exacta en
l' 'un:: terreno "do.mi,hadQ
por .la . confusiórrmetodológíca.vEsta 'coiitribu~i6ril,.,.tá~bién,
posee valor permanente, aúricúando 'avanCes posteriores "en.
1

la':.'teoría, del conócimientoinos hayanvpermitido adelantar


'en' algunos. aspectos. Sería il1;lju5td; con 'respeé'to .asu 'contri-
bución principal; 'prese'ntar"l' 'esta' última: obra CÚ'niOI~ igual-
mente vimportante : ,Si~l embargo; , stllin.f~ué;tléia',didáctica'
, sobre' sus cQ.i1t~~poráneos.flléin~alculfJ;Dle, 'No: tuvoninguna
. influencia fuera de/Alemania,. y en' realidad 'no era' nece-
sario 'que la, tuviera, toda vei' ,'que' fuera '9. e Alemaniav.Ias
ideas que él intentó' establecer 'babíari.eido ya: 'comúnmente'
aceptadas. 'Pero en el 1a
'desarrollo .de .ciencia .en Alemania
fué una piedra .miliar. ,~" r. ," , . '. :,':," "
i' ;'

Además, .un .destino. benignoile, favoreció; ~'eti, ,hi '" propa-'


gaciónde sus ideas, ¡con'tan'pttella,',fp,ttt\ua:"que"disfrutó de
lo .que realmente\po~osfuhdadotes' dé ·escuel~shap.podido.
, beneficiarse :un.a alianza. co:tt"dós' intelectos de. su 'categoría
. · que' pudieron continuar suobra.. marifenié~dol~al'nivel ,de,
5t1 potencia originaria, BOHM-BA\VERK Y·W1EsnR.. ~ 'Laobra y
los esfuerzos de estos dos hombres ~ esfuerzos que estaban
directamente unido: a los suyos.. yIos cualesvpese?a su pro-
, 118 D-IEZ GRANDES' ECONOMISTAS

pia jirctcnsión a una función intelectual directiva, no deja-


ron de dirigir su mirada él. ME:NGER ~ crearon la (escuela
austríaca», que lentament-e conquistó el mundo científico
de su campo concreto, gracias a sus ideas básicas. El éxito
fué lento en llegar. Apareció frecuentemente en una forma
que es psicológicamente comprensible, pero también poco
grata, y que siempre podernos encontrar en la historia de
una ciencia cuando un grupo carece de 10 que únicamente
cabe llamar los medios de publicidad científica. Las cosas
~senciales lograron aceptación, pero esta a.ceptación fué
acompañada, no por generoso reconocimiento, sino por una
negativa formal, basada en cuestiones secundarias. Esto es
16 que ocurrió en Italia. Incluso los más eminentes econo-
mistas ingleses no estuvieron completamente libres de esta
culpa. La recepción en América y también - cuando fi-
nalmente tuvo lugar - en Francia, fué mucho más cordial
y generosa, y éste fué particularmente el caso de los países
escandinavos y de I-Iolanda. Solamente cuando un éxito de
tal categoría fué logrado, se reconoció la nueva tendencia
en Alemania como un hecho consumado. Así l\1ENGER vivió
. hasta ver. sus doctrinas discutidas en los círculos científicos,
donde' florece nuestra disciplina, y para ver como sus ideas
básicas paulatina e imperceptiblemente superaban el plano
de la discusión corriente para convertirse en una parte del
instrumental indiscutido del conocimiento científico. El.
mismo fué plenamente consciente q,e esto, y aun cuando al-
guna vez _. COl11.0 todo científico verdadero - se encoleri-
zaba por cualquier alfilerazo recibido de un colega, siempre
se dió cuenta, de que había escrito historia científica y del
hecho de que su nombre nunca desaparecería de la historia
<le la ciencia.
I~n la actualidad todos sabemos que ninguna realización
científica puede ser permanente en el sentido de estar exen-
ta de modificación por el progreso de la investigación, Los
propios sucesores de ]\iENGER J y, en otra. dirección, todos los
itlvcstiga<l{)r('~; ele nuestra ciencia que siguen a WAI.¡RAS, han
realizado ya (':\1111 )i()~ en la estructura que él concibió, y sin
llit

titula continuarán haciéndolos en el futuro. En otro sentido,


:.iu embargo, su obra está colocada más allá del tiempo.
'Y ello en el sentido de que nadie- niega que logró dar un
paso enorme en el camino del conocimiento, y que su obra
permanecerá al margen de una masa de publicaciones efí-
meras, la mayor parte destinadas al olvido, y será recognos-
cible a través de generaciones.
Si su aportación principal fuera menos grande sería
oportuno considerar otras cosas: por encima. de todo, su
teoría del dinero escrita para el Hamdnuiirierbuch. der Sta-
aistoissenschaiten, sus contribuciones a la teoría del capital
y a los' problemas prácticos de la circulación monetaria.
Deberíamos recordar su labor como maestro, que está inde-
leblemente impresa en la memoria de los más viejos entre
nosotros, más allá del estrecho círculo de los especialistas,
y también la sorprendente extensión de sus intereses. Pero
todo esto cuenta' poco al lado de su teoría del valor y del
precio, que constituye, por decirlo así, la expresión de su
verdadera personalidad.
Pero nos entristece haber perdido no sólo al pensador,
sino también. al hombre admirable. Miles de recuerdos que-
ridos pasan por la mente de quienes le conocieron.
'ALFRED MAR8HALL
1842-1924

LOS «PRINCIPIOS» DE ALFRED MARSHALL


UN JUICIO OE LA OBRA EN SU
PRIMER CINCUENTENARIO (*) (1)
1 1

HACE aproximadamente quince años pronuncié una serie


de conferencias en la «London School of Economics», en
las cuales, y de manera .incidental, expresé mis respetos al
'gran vacío dejado por MARSHALL. Uno de mis oyentes me
escribió una carta' expresando una convicción, oculta bajo
la forma de una pregunta, acerca de si el mensaje de
MARSHALL llegaría a desaparecer COTIla ocurrió con. el men-.
. .

(*) Publicado en la American Economic Review, vol. XXXI,


n,s 2, junio de 1'941.
(1) Este artículo es una reconstrucción realízada sobre las
, notas utilizadas para 'Una conferencia pronunciada ante la Ame-
rican Bccmomic Associauon, el 29, de dícíembre de 1940,· en la
reunión de; Netw-Orleans. En diversos pasajes han sido añadí-
,dos varios 'comentarios extraídos de un ensayo 'todavía no !>u-
blicado, el cual, a su vez, he modificado a la luz de la informa..
cíón contenida en la «Memoír of Marshall», de KEYNES,' publi-
cada primeramente en el Economic Jourtuü e íncluída después
en los Memorials o/ Al/red Marshall. (editados por A. e'. PIGOTJ,
1925) y en los Essays in Biograp1hy (1933) de J. M. KEYNES. Deseo
expresar aquí mi deuda hacia la· Memoir, 'Que considero como
uno de los ejemplos más destacados de la literatura biográfica.
Las rererencías corresponden al volumen de 1933.
122 DIEZ GRANDES ECONOMIS'l'AS

saje de Mrr.r, o con el de .ADAM SlVIITH. -Lo que sigue a con-


tinuación quiere ser mi respuesta a dicha pregunta.
En un sentido, la economía rnarshallíana está ya supe-
rada. Su visión del proceso económico, sus métodos, sus
resultados, ya no son. los nuestros .. Podernos admirar la po-
tente estructura que, batida por el impacto del criticismo y
de las nuevas ideas, todavía se levanta majestuosa sobre el
panorama de nuestra tarea. Podernos amarla y admirarla,
-del mismo modo que amamos y admiramos una Madonna
del Perugino, reconociendo que traduce a la. perfección el
pensamiento y el sentimiento de su tiempo, pero a la vez
reconociendo cuánto nos hemos alejado del mismo.
Este es, por supuesto, el resultado inevitable de la obra
realizada durante estos cincuenta años, que habrían resul-
tal completamente estériles si los Principies, de MARSHALL}
pudieran se! para nosotros algo más que 10 que entendemos
por el término equívoco: un «clásico». Es el destino de to-
dos los clásicos en todos los. campos. Si licet. parva compo-
nere magnis, existe una analogía significativa entre la re~
lación de la teoría económica moderna y la teoría" de los
Principies, y la relación de la Física moderna a la Física
,de la última década del siglo pasado. Si no me equivoco fué
en r8q4 cuando H. A. LORENTZ afirmó que en su opinión la
Física teórica había alcanzado su perfección y que, en con-
secuencia, había cesado de atraer interés. Hoy en día dicha
creencia ha desaparecido en absoluto; también han desapa-
recido las líneas de contorno, claras y definidas. En su lu-
gar, vemos el desorden de un campo de batalla, masas sin
coordinar de hechos y piezas técnicas, sin esperanzas de
una pronta ordenación del conjunto en una estructura ar-
-quitectónica. Algo muy similar ha ocurrido en Economía. "
No me refiero a las vicisitudes del sistema capitalista y al
cambio en la actitud moral y política que. ha tenido lugar
con respecto al mismo, No son las opiniones de "MARSHALL
sobre problemas prácticos, cuestiones sociales y similares lo
que ha envejecido completamente. Puede que así sea, pero
ello 110 concierne al objetivo perseguido en el presente tra-
J\Ll"1t1'1O MAnSI-IALL 123

bajo. Lo que 1108 importa es que su aparato analítico ha


envejecido y que dicho fenómeno se habría producido aun
cuando nada hubiera ocurrido para cambiar nuestra actitud
política. Si la Historia se hubiera detenido y nada, salvo el
análisis, hubiera sufrido modificaciones, el veredicto habría
sido el mismo.
En otro sentido, en cambio, las enseñanzas de MARSI-IALL
nunca declinarán. Su influencia se mantendrá durante un
tiempo indefinido, no sólo porque un contenido doctrinal
de tanto aliento se transmite como herencia a las generacio-
nes siguientes, sino porque existe en el mismo una cualidad
peculiar que resiste con eficacia al paso del tiempo. For-
mado en una atmósfera repleta de siogans sobre el progreso
evolutivo, MARSHALL fué uno de los primeros economistas
en darse cuenta de que la Econ~)mía es una ciencia evoluti-
va (aun cuando sus críticos no sólo' han olvidado este as-
pecto de su pensamiento, sino que en diversas ocasiones han
acusado a su sistema de haber ignorado el aspecto evoluti-
vo), y, en particular, que la naturaleza humana, ,objeto
declarado de sus preocupaciones, es maleable y cambiante,
como función de la mutación del medio ambiente. Pero,
repetimos nuevamente, no es esto 10 que ahora nos interesa.
Lo importante es que él trasladó su «mente evolutiva» a su
obra teórica. No existía en ello ninguna finalidad. Contra-
riamente a MILL jamás habría afirmado que talo cual pro-
J

blema había sido ya resuelto para siempre, y que era ociosa


una ulterior explicación por él o por cualquier otro autor.
Lo cierto es que siempre se dió cuenta de que estaba cons-
truyendo una estructura esencialmente temporal. Siempre
señaló zonas y esferas, más allá de él luismo, en las cuales
no le era posible "entrar. Nuevos problemas, ideas y méto-
dos que son enemigos 'de la obra de otros hombres que llega-
ron a ser, así, aliados de. su propia obra. Dentro del vasto
campo fortificado que constituyó, existía espacio - en reali-
dad, dicho espacio había sido preparado anticipadamente -
pnra todos ellos. Aun cuando han existido y existen muchas
rebeliones contra su autoridad, la mayor parte de ellas no
124 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

hall sido 111{l~ que locales. Y alguna vez los rebeldes han
descubierto - o lo han hecho terceros - que ya MARSFiALL
huhfu anticipado su objetivo y que, por tanto, no había
razón para rebelarse.

11

Los Principies fueron el fruto de un trabajo que se ex-


'tendió durante un período de más de veinte años (2). Cuan-
do finalmente aparecieron en 1'89°" el éxito fué instantáneo'
y "Completo. No es difícil explicar las causas de dicho éxito.
El libro era una gran realización. Y dicha realización" esta-
ba presentada de la manera más 'atrayente, en perfecta con-
sonancia con 'el' espíritu de la época y las condiciones pre-
dominantes en el campo de la Economía -;- 10 cual rinde'
.homenaje no sólo al genio del autor. sino también a su buen
. sentido. .
La naturaleza exacta de dicha realización, sin embargo,
es más difícil de definir. No se hace justicia plena a la mis-
ma si nos limitamos a considerar directamente el aparato
analítico contenido en los Principies, Porque detrás, más
allá, y alrededor de dicho núcleo existe una .sociología eco-
nómica del capitalismo inglés del siglo pasado, que descansa
sobre bases históricas de extensión y solidez impresionan-'
tes. MARSHALL fué, en efecto, un historiador de la eccno..
..mía de primera fila, aun cuando no poseyera la técnica his..
tóríca en el grado habitual a un profesional. Y su dominio
de los hechos históricos y la estructura analítica. de su men..
. te no permanecieron separados el uno del otro en compartí-
mentos estancos, sino "que formaron una unión tan íntima
que el hecho vivo penetró en los teoremas y el teorema en
r
(2) Durante estos veinte, años, MARSHALL publicó varios ar-
tículos y, en colaboración con, su esposa, su Economice o/ Ituius-
tru, 18'79. En. el mismo año, y por sugerencia de HENRY SIDGWICK,
las dos famosas monograñas The· Puré Theory 01 Foreign T.rade
y The Theory o/ Domeetic Values, 'fueron impresas prívadamente
y circularon tanto en Inglaterra como en el extranjero. La ma-
yor parte de su contenido pasó a los Principtes y al apéndice J.
de Money, C1'"edit and Commerce.
ALFRED MARSHALL 125

las observaciones puramente históricas. Esto se comprueba


··con mucha mayor facilidad en 1ndustry aoui Trade que en
los Principies, en los' cuales, incluso en la introducción his-
tórica, el hecho histórico ha sido tan severamente minimi-
zado que resulta casi perdido, tanto para el s-eguidor COIno
'par el. crítico. Sin embargo) permanecen los resu1ta.dos de
. 'su incansable y comprensiva observación de la vida con-
. temporánea de los negocios, que llegó a comprender como
pocos economistas académicos. Con todo, esta realización
de l\1ARSHALL.• examinada detenidamente, sufre ciertas li-
.mitaciones, La actividad de las empresas corrientes de la
Inglaterra. de' su tiempo, absorbió un porcentaje de su aten-
ción superior al que debería haber tenido en una 'e:x;posi-
ción que pretendía ser general. Pero. dentro de estos Iími-
tes alcanzó un realismo que supera grandemente al de ADAM
SMITH - el .único término de comparación posible ~-. Aquí
se encuentra, probablemente, una de las razones por las
,cuales no surgió contra su doctrina ninguna oposición de
tipo institucionalista, en Inglaterra.
Una oposición de dicho tipo surgió, en cambio, en Amé-
rica. No es difícil comprender por qué. Una versión simpli-
ficada del sistema marshalliano, que ignoraba el trasfondo
. histórico, invadió la rutina de la enseñanza universitaria
hasta la náusea. Es natural que al separarse de MARSHALL,
que les había sido enseñado de un modo que llegó a cons-
tituir tradición, pensaran que estaban separándose del
.MARSHALL; real, y que al intentar abrir un -camino hacia la
.realidad económica ignoraran que existía en el propio
lVIARsHALL la indicación de la ruta necesaria para la realiza-
ción de su programa ..
El núcleo analítico de los Principles consiste, por su-
puesto, en una teoría de estática económica. Su originalidad
110 aparece en forma debida ante nosotros, porque debemos
considerarlo como un miembro de una familia que había
crecido o estaba creciendo en aquella época. Además, los
restantes miembros de aquella familia eran indudablemente
ill<\t')K'IUlil'ntl's de 1\1'ARSHAI..L y las costumbres de trabajo y
126 DIEZ GRA,NDES ECONOMISTAS

los métodos de publicación de este último hacen imposible


para el historiador del pensamiento económico, aceptar ple-
namente su versión, N o deseo ser interpretado errónearnen-
te. La biografía que I{EYNE~ ha escrito de su maestro da
testimonio y destaca la originalidad subjetiva de MARSHAt.L.
en un modo que me parece del todo convincente (3). El
propio MARSHALl., mantuvo un silencio lleno de dignidad
sobre esta cuestión, indicando sus sentimientos tan sólo
siendo escrupulosamente correcto frente a 10s clásicos, par-
ticularmente con respecto a RICARDO ,y a l\tIILL} y adoptan-
do una actitud de neturalídad armada con respecto a J\lEN-·
GER} ]EVONS y al más' grande de todos los teóricos: AL- ' '7
RAS. La siguiente reconstrucción 110 puede, sin embargo,
separarse mucho de la verdad.
En la biografía de MARSHALL, 110S advierte KEVNES que
no fué principalmente la curiosidad intelectual 10 que con-
dujo al campo de los economistas a su' maestro. Fué im-
pulsado por móviles éticos, por el impulso generoso de con-
tribuir a la gran tarea de aliviar la miseria y degradación
que había observado entre los ingleses indigentes. Cuando
hablaba de su preocupación solía encontrar la actitud con-
traria de algún amigo imbuído de la sabiduría económica
deIa época; fué por esta razón, por la cual se dirigió a los
Principies de MILI., en demanda de ilustración, Existen
otras indicaciones en la obra ·de. l\1ARSHAI.t que apoyan la
idea de que su primer aprendizaje de la Economía se rea- .
Iizó en dicha fuente. En 1867 su interés le llevó a RICARDO.
y aun cuando 10 ignoramos, podemos inferir fácilmente 10
que tenía que suceder cuando una mente formada matemá-
ticamente se consagrara a un estudio sistemático de dichos
dos autores: dicha mente, en primer lugar, se sorprendería
ante la. confusión y, descuido que ambos autores, pero sin-
gularmente J\1JLL·, muestran en cuanto a la coherencia de
las pruebas y a la determinación de resultados; en segun-
do lugar, comenzaría por eliminar restricciones y por ge-
"
i neralizar las proposiciones. Ello equi vale" prácticamente, a
(3) KEVNES, op, cít., págs. 180 y ss.
ALFRED MAR5HALL 127

lo que es necesario para transform.ar la estructura de MILL


en la marshalliana.
Esto sólo constituye, por sí, una realización muy im-
portante. Más de un físico teórico ha conquistado la inmor-
talidad por menos. MARSHALL reconoció correctamente su
'dependencia con respecto a COURNOT y a THÜNEN; y, des-
de luego, la influencia de ambos sobre su obra es evidente.
Las curvas de' demanda y oferta en el análisis del equili-
brio parcial, son las curvas de COURNOT (aún cuando no se
puede odvidar a FI/EEMING JENKIN) y el ,análisis' marginal,
que en todo caso surgiría a una mente matemática, es de
THÜNEN. En cuanto se refiere concretamente a la utilidad
marginal, existe el Brief ..4ccount 01 a General Mtühemaii-
cal Theory oj Political Economy de JEVONS, presentado a
la reunión de la British Associaiion, en 1862, en la que se
encuentra ya dicho concepto bajo la denominación de «coe-
ficiente de utilidad». Las dos partes de los Eléments d' éco-
nomie politique pure de WAI(RAS, fueron} publicados en
1874 Y·I877. En ellas se encuentra el esqueleto teórico del
modelo estático tratando con mayor detención que por
MARSHAI.L en sus Principies, Pero, dada su manera de ser
en 10 que a la lectura concierne, no es probable que en
aquella época fueran conocidos por MARSHAI.,L) yen, 10 que
se refiere al resto de autores a quienes pertenece la priori-
dad técnica, habían ofrecido tan sólo aportaciones fragmen-
tarias.
Esto basta para explicar la tendencia de 1iARSHAI.L a
atribuir prácticamente a MILL y a. RICARDO todo 10 que los
reformadores de la teoría económica habían dicho. Aún
cuando un admirador ardiente de W ALRAS podría ser excu-
sado por quejarse de la poca atención que se presta a éste
en los Principies (del mismo modo que admirador ardien-
te de MARSHALL es' concebible que pueda sentirse dolido
por la ausencia de una generosidad amplia por parte de
WAI.;RAS). no cabe objetar seriamente- que MARSHALI( en
cuanto al reconocimiento expreso que formula hacia otros
autores. En cambio, semejante objeción tiene fundamento
128 .DIEZ GRANDES, ;ECONOMIST~~'-

r~
'1
cuando ser efiere a 10'que e.~cribi9 y-dijo acerca de ~U' grán',,
aliado impersonal, .al'cual tanto debió': .Ias -Matemáticas..
. Sí el diagnóstico. anterior ·es . correcto.vsignifica ~. -no .
sólo que. su mentalidad matemática favoreció su' '~ol1:tribu-'" ..
ci6n en' el~c~mpo:'dé,Jatepría,;eco11ó~nica ~':que' el empleo
. efectivo: de los.vmétodos del análisis.imaternático proaujQ
dicha .: c~ntrib1:lci6n, y que: Ia .transforrnación ','del .material
d~bido a~'M:¡±H7RlCARDó-Mn.i·en, l1nme~ánism0'mo4~x~o
de investig-aci6n,dieíéilm·ente.'podría: haber. tenido .Iugarsin
aquellosmétodos. POT supuestoes posible afirmar-que -cual-
,quier·.re$ulta~o particular. o incluso,la'yisióIÍ" general. de un"
sistema rde cantidades. ·econórp.ic~s·intet'd-ep~p,die;Ite's,pudO.,
.. ser .alcanzado pormétodos no- articulados 'matemáticamente,
del' mismo modo que es posibleafirmar queandandose pue..
deJlegar'<a cualquier .sitio udonde conduzca vel ferrocarril. '. I

si
'Pero .inclusó dejarnos aparteel hecho-de queno posible 'es
,$urriinistr.ar<pr-Uebás .rigurosas si-no es'!l1e.diante 'proce<;fi.. '
mientes 'iiue son matemáticos en <esencia' (aun cuando .e~
casos 'sencillos norrequieran forzosamente 'la . forrna mate-
.mática), .subsistc t.odaví~el:he'cho' de .que aportaciones.ide .
talfipo presupo'nen prá9tícamep-.te ··un.esqu~ma mateniátic'Q~',
::y"esto~s .10: que l\fARSHAtI~'nQ.,qui;sojamás admitir. Nunca <

ó·con:ce.di'ó., plepa" ·co:n!{a'nzaa su 'fiel aliada ... Ocultó . eliinstru-


··mento querhabía .realizado 1a tarea. . . , . . ... ' .
. .Desde .iu~go'existían .excelentes razones 'para .obrar 'de ... ;.
~ este modo. Noqu~so'asustar . alptofano·,·ya q~e deseaba .'-
,- ,texti~fia .ambición.l; ~.<,(,s'ér:)eído .pór 'los hombres . de ne~ _,
.gocíos».. Temía.. icerteranlente"dár' pie' a 'que .Ios individuos'
. con formación' matemática ..llegaran a-creer ique "Io .: único .
que necesita," un economista -sonMateináticas.. 'Sin. embargo, '
hubieraisido .preíerible qU,e., suautb~ldad .hubiera , contri.."·
buído a dar .ánimos-a<quienes, parcialmente inspirados por I

.su obra, estaban .comenzando" a defender 'la causa de la


ECOllol11Ía.' No, parece.que se -dieracuenta 'de que el peligro.
do que' «las .Matemáticas nos' arrastren». .no está limitado al
CCLUll~O 'de la EC0'110111ía',' y···.que' no-ha. resultado ser 111~Y po-
derosc 011 otros campos, Ninguna ciencia podrá progresar-
ALFRE]) MAR8HALL 120

si ' no-existen des~rtores entre' sus seguidores, La ECOnOl1)ía


.no puede ser la' única.entre todasIasramas del ,cotiocimien~
-1;0 híimano, Iimitáda-a .(:uant() e~' profanoopueda compren-'
der :fácilmente. '. Además, .es '¡ndi~cu.tib~e";que el propio
. ' , , " , '," " , , " " " '" ",1:" ' ":," ,l., ,,"
"t,' , ,,"
MA~SHÁ~~:>-1io>',.puede S~r,col1lpletal1lel~te':,~ú,mprendido por
, quien-noposea 'porJo~enos;Jos'~lern'é~tó~delcálculo. No
~esirveMna bl1eria,?~u~a"~'<l~u~o:·,a,:enten,.der: que ello es
Habría "5~4o"'~::g.ran~i,b~~rF"}~~ll$""'í,~A~SHALL,:hubi era '
..posible ~"'.:
,4efendidoconresoluciop.I~,~~íaQ.e..:P#Q~i~:O':<lqe;él, el} ma- ,
-. " :YOrprOpOrCi6i¡~Ues~~~~:ie~,~~{+,'\7~;~,~~~a'al?rir.
," :l1J' "'j" lt """ ' ,

( . Cada individuo., ;~rt~R~~,i~,~~~t~·l:~~~';'fami.F~P9see


sus
"características peculiares, ;Y~lUO'~e ,.des,c¡:;lb:e plenamente la
·'ii1divldu'alidad·'1U~at.~h~Í11~1i,'a: '~~:n'd(~9~ñdQ';:i:l~, ';,:fanli¡i~ "a la .cuál
-. .... perte~.eGe.· • " .. '.... ,':,),,'.¡."(\:: ..;:,:~:'.;."< ~.: . . . . . . ' ...: ..• e .'

:k.. '. .. . ' El. primer ' aspecto qlléi:9~{)Caa:::1ºs¡~io.s.de.l teórico-es 11l '.
.,.' elegancia 'y. sencillez de·,"1~~\~¡~S~F*ctt1r'~~,;.<:,Esta's"",vi~'tudés, .tan
. relacionadas con el . éxito, :i.~.~ ',~(,'p'oh:~~':',d~l : re~i~ve' .comparando
, ¡ la exposición-de MA~Sff~~L con }~,d.e..WAI¡~A%~) ~n,é:5t(ú17 .
". timo la. exposición .discurre pesadamentec-mientras: q:t\~.: en.
.' I ~l", primero loihace .con 'f'áci~ .soltur~'. ':,Toda; .huella de.i.los
I

'.esfuerzos · previos ha"desaparec'idpd~:1~ .Iímpida . . ~u perfici e.


:Lols teoremas. son plal;lteadóscon '~' ,elegflijcia,_' ,' Las .demostra-
. -ciones son -simples Y,concisasj por Io.ménos en.
elapéndice,
-La formaciónrmatemática ,de' ',.MÁiH,ALL'·'11e~gó, a disciplinar
su
in91u~6. exposición.JiteFa1"t~,.:YrJ~;,~ís~a' razón ·exf.lica
la .encantadorat.sencillezrde: ,sus'rewe'Sé:nt.~dónes gráficas..
. .. Las ilustracionesgráficáS.·'Co#~spondiénte.sa razona-
.mi~ntosecotfóroicos· habí~:t+':sidooútilizáda~co~ ~i1Ú~i(}ri'dad~
, éspecialmenteipor ',~COV~~9T~':'~ú"" i'~ .actualidad, tn:U~ho's de
.nosotrosnos sentimos ,il1sa.tisf~choácon>el~as"porque elem-
, pleo de gráficos .de dosdimeusiones entraña-inevitablemen- I

te .una excesiva .simplificación.' Con-todo, continúan siendo


Ul1 vehículo para la expresión de "proposiciones fundamen..
tedas ele carácter elemental. Sirven, desde' luego, para ex ..
9
'\
130 DIEZ GRANDES ECONbMIS'J;'AS"

'. , .r'

plicar diversos puntos concretos; y cumplen una importan:",',' "}-' 1

te función como "auxiliares' eh la '~'nse.ñanza de la Economía,


Pues bien: práGt.ic~'nÍénté tod~s'la~reptesentaci~nesgráfi~, ,;
cas que poseen mayores 've~taJas' son obrade'¡,'MARSHAI,I,'.
En segundo,'1 ug~r, el. texto de ;lQ~'fri~ciPle~'s~giere, y el
apéndice demuestra.vque ,·MARSIL\LI~::habfa.'realizado . corn- ,
p letarnente .la i d~'del;eq uili?r1o,geileral,descubríendo C(11n
sistema-copernícano el1'ter?;:;poi,et :,cu¡\l: todos"l~eleme~ tos.' '.
del' universo . •. eeonóniico·se{wantien.efi .'. ~nsu$i tío 'póruh '. "
mutuo contrapeso ,i'p~i:~íüt~~a~ciÓh»'•(4) .P~ro·:para demos- .
.trar el funciQ,p,amieut(}, 'de' .sernejante sistérna.i 99nst~uY6Y
empleó ununodelo-diferente-mucho más fácil.:'~emanejar,
aun cuando s~'campó,ld:~:""a~:ríc,~'cr6~'era-mnchómás .limita-'. .,
~ do. En .muchos casos, especi~ín:¡e'nte en el Libro V, pensó' '
t: especialmente en 1a:s"'e~p~,e~as::d~'(4itn:~nsi6n media, q.u~
actúan' en «,industria:$~p"y' :~uya,l'~~~:fluencia no es lo" 5uficien-'
, {. t'emente&"ra,rtde,p~ra,,:in~tHtd~:"in~,J.?,er~¡,a preciable 'en el cur-
so de 'los·acop.tecimiéntos' ','en'el,,'r~sto de la economía, y en
mercancías copctetasque'absQrJ:>í~n tan 5610 una parte ;-¡é-'
queña 'del gasto .total de los "eorrtprad.ores., Este a'uáÚf;is
«parcial» o «particular: presenta .suadesventaias, 'No llegó.',
:¡'
a declárar expresamente ~talvez'ni',siquier~,llegó a darse
cuenta completamente de' ello,~ la cantidad de' fe1J;óménos:'
que' dejaban deO considerarserprocediendo 'de'~st~ 'modo y'"
cuánvpeligrosovpodía resultar en manos inexpertas r. para
algunos-de ,snsdisc'ípulos 'el énfasis absolutamente necesa-
rio 'que 'el Profe,sor)?~Gou'pon~ sobre la «pequeñez» de las
industrias consideradas, 'ha próducido,me 'atrevo a decirlo) .
sorpresa,yoitró.s 'han" aplicado convligereza las curvas /'
rnarshallianasrde demanda-yioferta a bienes'., tales como él
,1 trabajo: Pero si se reconoceq-iIe/di~hó método es esencial-
J
mente un método de aproximación ~"y' más aún si hacernos
casó omisode. fas objeciones actuales al concepto de indus-
tria -:;'; entonces. podernos disf~utar' completamente .de la
.rica cosecha de resultados que el método proporciona, y con

(4) Olfr.· KEYNES, op, cít., pág. 223.

i
:1 ..
131

respecto al cual, l\1AR8HALL J apartándose de la' corrección "


argumental, desarrolló 10 que ~ra mucho más nuevo y audaz
de cuanto sugiere su método depresentación..
Tercero, para alcanzar aquella' cos~cha~',Mi\RSlJALr.. creó
aquellos instrumentos que' todos'-cónocemos, 'i:~ies' .como .la
sustitución, el coefi ciente , de elasticidad,.. · el excedente' del
consumidor, la_rcu~si-renta,.:"Jas economías 'internas, ye~ter-.
nas, la empresa' represent~tiva;, lo's costes primarios' y suple-",
mentarios, el cortoyel largo plazo. Se'trata'·,'d'~amigos.t~n
antiguos para nosotrosvyque lían lle~gad~,'a ser .tan fami-
liares entre n.ue,stro'arsen~¡:,,·'~riaiíti~o'que.difícilménte'po-
demos darnosrcuenta. de:"etiánto'les:::', debemos.L'Comóves ,
natural, ellos, o "'¡as,.'c,os~s 'que,~":teprésentaban: ,ti6!'eran'"
absolutamente. nuevos, Peto Incluso 'aquellos, que no lo-eran
entonces se, colocaron.en 'su sitio' yresultaronútiles por-vez
primera. Como, .viejos 'amigo's,'$in,'~nibargo,: .en. .algunas '
ocasiones 'se revelaron 'traicioneros'.. Variosde ello$,.,lc~l11o"la
empresa representativa". y' l~s .economías externas.. ocultaron
más que,,réme'diaron .las dificultadesque-Iógicámente 'surgen
cuando' 'abandonamos, de una parte, los confines de ,la Es-:
tadística, y.de otrasvlos: confines, deIa .industria individuaL',
No es ,pQ-sjbl~ 'entonces salvaguardarcompletamente las cur-
vas de-costes decrecientes y de la oferta, y la: tentativa de,'
lograrlo absorbió' energíasquehllbietan sido mejor emplea- '.'
das' en, una reconstrucción radical. . ,, " , ' .: "
Cuarto, cuandoiconsideramos las razones que impulsa..,
ron a Marshall hacia el equilibrio parcial y cuando analiza-
1110S aquellos instrumentos'<tan 1n,aile jablés, · ,n o ~ podemos '
dejar de sorprendernos :~ht:e ,elreatismo ,de'~~, .pensamiento.,
teórico. El análisis delequilibrioparcial 'l?:on~ ,de· relieve los:
problemas prácticos de la Industria .individual y de la 'em-
presa individual.. Desde )uego s~tont;~11-~do.';¿s mucho más
amplió, pero en' él se' contiene tambiéri'jma ~ pase científica
para la economía de' losnegocios, Varios' de los instrumentos
eo tomaron directamente de la práctica.. 'd,e' Jos negocios" por'
eicmplo, 10's costes primarios y suplementarios;' mientras
'~tUO otrnsccmc la cuasi-renta y las economías internas y
132 DIEZ GRANDES: ECONOMISTAS

exteruus, sirven espléndidamente para percibir la realidad


variable de diversas situaciones de los negocios, así como
para formular problemas de economía de la empresa. Nada
de estas proporciones fué intentado por cualquiera de los
economistas de la categoría de MARSHALL mientras que en
J

otros aspectos no sólo fué intentado, sino incluso realizado


por ellos másperfectamente que por él. Así una elaboración
completa de la teoría del equilibrio general no habría dado
como resultado 111 ás que la repetición de la obra de
,V ALRAS; .una simple elaboración del concepto del método
del equilibrio parcial habría sido irrelevante. Pero el haber
fundido ambas ,constituyó su mérito, un mérito que no ha
de compartir con nadie.
Finalmente, y .en quinto lugar, aun cuando la teoría
que elaboró era esencialmente estática, siempre quiso dirigir
su alcance más allá. Insertó ielementos dinámicos donde le
fué posible, mu.chas veces incluso .más de cuanto era com-
patible con la lógica estática, que, sin embargo, no aban-
donó. La niebla que oscurece ciertas partes de su camino,
particularmente donde aborda fenómenos que van más allá
de su tratamiento del «elemento tiempo», proceden princi-
palmente de esta causa. Existe en algunas de sus curvas,
un carácter híbrido que el análisis posterior no tardó en
descubrir. Con todo, si no llegó. a conquistar la fortaleza
condujo sus tropas hasta el Iugar adecuado. No es esto
todo: aún ,es más significativa la consideración que se des-
prende cuando pasarnos de la distinci6n estática dinámica a
la distinci6n entre estado estacionario y .estado evolutivo.
MARSHALL J tal vez a regañadientes, reconoció la naturaleza
estática de su sistema, pero rechazó la hipótesis del estado
estacionario hasta el punto de ignorar su utilidad en algu-
nos 'casos. Su pensamiento procedía en términos de cambio
evolutivo, es decir, en términos de un proceso orgánico e
irreversible. Y algo de dicha tendencia se advierte en sus
teoremas y conceptos, y aún más en las observaciones de
hechos con las cuales los presentaba. No creo que la teoría
de la evolución que se encuentra en su trasfondo fuera sa-
AI..II 'IUlm MhRBHALL

tísfactoria . No puede existir un esquema que no vaya ll1ÚS


ullú de una automática expansión de los mercados - una
expansión motivada tan sólo 'por el incremento de la po-
blación y por el ahorro - , la cual, entonces, provoca eco-
nomías internas y externas, que a su vez dan origen a una
expansión posterior. Sin embargo; fué una teoría de la
evolución, un importante desarrollo de las sugerencias de
ADAM SMITH y muy superior a cuanto habían podido ofre-
J

cer RICARDO y MII.,L sobre la cuestión.

IV
Sin embargo, aun siendo impresionante su obra corno 10
fué, no habría podido alcanzar un éxito tan grande sin su
forma de presentación, tan afín al espíritu de su tiempo.
Fundamentalmente, MAR SHAI.,I., construyó un «mecanismo
de análisis... un rn.ecanismo de "aplicación universal en el
descubrimiento de una clase de verdades.v. no' un cuerpo de
verdad concreta, sino un. mecanismo para descubrir verda-
des concretas» (5): EJ descubrimiento de que exista un algo
que se pueda considerar corno un método general de análi-
sis económico o, para decirlo de atto modo, que los eco-
nomistas, en cuanto se .refiere a la lógica de su procedimien-
to, tanto si tratan cuestiones de comercio internacional, de
desocupación, de beneficios, de dinero o de cualquier otra
cosa, aplican siempre en sustancia el mismo esquema que
no varía al variar el obj eto particular considerado, no es, un
descubrimiento suyo. Ni siquiera fué un descubrimiento. del
grupo de economistas de quienes era la figura indiscutible.
Para convencerse de que dicha verdad fué conocida (por 10
menos desde los fisiócratas) de todos los economistas que
conocieron su oficio, basta considerar la' obra de ·RICAR.DO.
El primer .capítulo, .complementado por el segundo, consti~·
tuye evidentemente un bosquejo de dicho «mecanismo para
el descubrimiento de verdades concretas», y el resto de los
capítulos del libro ele RICARDO no son más que una serie de
(8) Tomado de la cita de KEYNES, op. cít., pág. 208.
134 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

experimentos de aquel bosquejo. Pero ningún economista,


anterior a MARSHALL logró una comprensión tan completa
J

de este concepto, ni 10 predicó con tanta energía, ni obró


en consecuencia, de manera tan consistente.
Ahora bien, de un hombre que tuvo semejante visión de
la naturaleza y función de la teoría económica, podría ha-
berse esperado un tratado muy distinto de los Principies,
un tratado que jamás hubiera disfrutado del favor popular.
Ya hemos considerado algunas. de las razones 'por las cuales
los Princibles fueron más .afortunados: la .cultura histórico-
filosófica de MARSHALL se advierte en casi cada página, su
esquema analítico está envuelto en' una estructura esplen-
dorosa que concilia y conforta al profano. El esqueleto ana-
lítico no se presenta rechinando los dientes. Está envuelto
por carne y piel, unión ésta que MARSHALI~} merced a su
observación de los hechos económicos, pudo realizar con
fácil naturalidad. Todo esto significaba mucho más que
una ilustración familiar y agradable. Significaba también
que esta. teoría «acertó» el gusto del público hasta un gra-
do que ningún otro tratado de teoría económica había al-
canzado.
Todavía. hay algo más. En otros campos más afortuna-
dos del conocimiento humano, el investigador puede reali-
zar su trabajo sin tener constantemente en cuenta ni pon-
derar a cada instante la eficacia práctica del mismo ; in-.
cluso puede prescindir impunemente de toda, aplicación
práctica, 10 cual' es una de las razones por las, cuales a.van-
za y progresa con facilidad. El economista no sólo debe lu-
char con problemas mucho menos prometedores, sino que
también se ve asaltado por peticiones constantes de resul-
tados inmediatos y «útiles», aplicables a las dificultades del
momento, y por la necesidad de expresar su simpatía hacia
el perfeccionamiento de la Huma.nidad, y, al contrario que
el físico, no puede responder que cualquier producción que
llega a un resultado 'óptimo es una producción indirecta, y
que incluso el resultado utilita.rio 'se logra mejor cuando
no se persigue directamente. Pero a MARSHALt· no le dis-
"'T,lt'ltltm MAItSHALL 136

gustaba el credo que plantea dichas exigencias, En su espí-


ritu, eminentemente anglosajón, no tenía. cabida IJart POU1"
1) arto Servir a su nación y a su tiempo; enseñar cuanto
fuera inmediatamente. útil, fué 10 que deseó hacer más que
ninguna otra cosa, N o se opuso a. ningún lugar común
cerca de .10s valores humanos y, p01:' el contrario, predicó el
evangelio de la Vida Noble.
Además, su idea de la. Vida. Noble,' sus opiniones sobre
los problemas sociales, su concepción general de la esfera
. tanto pública como privada, coincidían felizmente con las
ideas, opiniones y 'concepciones de su país. y de su tiempo.
Más aún: sus ideales y sus convicciones eran los ideales y
las convicciones, no del inglés medio de 1890, sino del in-
telectual inglés medio de 1890. Aceptó las instituciones que
le rodeaban, las empresas privadas y particularmente la
. vida hogareña de las familias inglesas, y no albergó la me-
nor duda acerca de su vitalidad o sobre la vitalidad de la
civilización que había crecido en torno a aquellas institu-
ciones. Aceptó el cristianismo entonces en boga, en su ver-
SiÓIl utilitarista y privada de su carácter teológico. Enar-
boló complacido la bandera de la justicia y no dudó acerca
de la validez de la interpretación que afirmaba la posibilidad
de conciliar por medio de la Tarea del Hombre Blanco la
oposición entre un credo rigurosamente utilitario y la. he-
rencia del Gran Mogo}. Simpatizó, a impulsos de su cora-
zón cálido, con los ideales del socialismo, y con su mente
fría alentó a los socialistas. De este modo, MARSHALL J ' es-
tuvo en situación de dar a' sus lectores exactamente 10 que
ellos deseaban - un mensaje, a la vez elevado y confor..
tante - y al mismo tiempo satisfacer la voz de su con-
ciencia.
Sin duda es Iícito poner en cuarentena la oportunidad
de las professiones jidei en, un tratado científico, aun cuan...
do MARSHAI,L después de todo, viajaba en, el mismo barco
J

que NEWTON J a este respecto '(6). Yo, por 10 menos, dudo


«(1) Me ha impresionado la que creo es una singular seme-
J1UlllU, entre estos dos grandes hombres, y frecuentemente he con..
136 DIEZ -GRANDE mCONOMISTAS

sobre dicha oportunidad. Podemos incluso no admirar el.


aludido mensaje. Confieso que pocas cosas son para mí
más irritantes que la prédica de una moral semi-victoriana,
aderezada con .bentb.amismo, la prédica, en fin, de un es- ,
quema de valores para la clase media, que ignoran el .encan-
to y la pasión. Pero aun esto no altera -el hecho de que la
mayor parte de los .Iectores de MARSHALI~ sentían de otro
modo y que acogieron con gusto un análisis que estaba'
profundamente ímbuído del espíritu que para ellos era el
único justo y decente.

v
Pero existe algo en la obra de MARSHALL- que es mucho
más grande de cuanto él efectivamente llegara a realizar,
algo que le asegura la inmortalidad -o, para decirlo de otro
modo, una vitalidad que va más allá de la. correspondiente
a cualquier realización definitiva. Más allá y por encima de
los frutos de su genio que nos ha dejado para emplearlos en
nuestro trabajo, y que inevitablemente pierden valor en
nuestras manos, existen en los Principies sutiles sugerencias
e indicaciones para ulteriores conquistas científicas que son
manifestaciones de la cualidad de dirigente' científico que
me he esforzado en definir al comienzo de estas' páginas.
Señalar algunas de dicha sugerencias,'. es fácil; interpretar
el sentido de aquella cualidad de dirigente, es difícil.
En primer lugar, era completamente natural que. una
obra de tal importancia guiara el trabajo de la generación

siderado la parte que depende de la analogía entre sus am-


bientes y la parte que depende .de la suerte. No se trata tan
sólo de la actitud de pontificar en cuestiones académicas, de
la firmeza al proclamar el credo fundamental o de la irrazo-
nable susceptibilidad frente a la crítica que ambos manifesta-
ron. Hay algo más. Ambos desarrollaron métodos sin ser pro-
pensos a su publicación. Prefirieron conservarlos para su propio
uso. Elaboraron resultados y los presentaron de tal modo, que'
era difícil 'advertir _el camino seguido para su descubrimiento, y
además los publicaron después de transcurrir mucho tiempo. Es-
pecialmente _en la época avanzada de su vida, ambos tomaron
la. act; tud de despreciar' aquellas cosas en las cuales fueron tan
arandes.

; ! .: .
...... " .'
~ -~ .' "
1, ,

" ,~ . ~ .'
ALFRED MARSHALL
137

que él adiestró. La literatura económica de los treinta años


que siguen a r890 comprende, por tanto, una gran cantidad
de desarrollos, repeticiones y corolarios, tanto de las pro-
posiciones COTIlO de la técnica marshalliana. Las obras del
discípulo y sucesor de MARSHALI~J el profesor 'PIGbu J de
ROBERTSON J LAVING'rON J SROVE y muchos otros, suminis-
tran multitud de ejemplos familiares a todos nosotros. In-
cluso una parte de las contribuciones de 'EDGEWORTH entra
dentro de esta categoría. Basta un ejemplo relativo a los
teoremas, y otro para' la técnica.
~ARSHALL fué el primero en demostrar que la concu-:
rrencia perfecta no siempre hace máximo. el producto. Esta
fué, hasta donde se· me alcanza, la primera brecha en una
muralla muy antigua, y nos ha legado la proposición de que
el producto puede ser 'incrementado más allá del máximo
competitivo, limitando las industrias suj-etas a rendimientos
decrecientes y aumentando las industrias sujetas a rendi-
mientos crecientes. PIGOU, I{AHN Y otros, siguiendo esta
sugerencia, desarrollaron 10 que posteriormente ha llegado
a ser un campo de considerable interés e importancia.
El concepto de elasticidad de la demanda es posible que
.no merezca todos los elogios que le han sido tributados.
Sin embargo, sirvió para introducir un modo de razonar en
términos de elasticidades que todos apreciamos. En la ac-
tualidad existe 'una docena. de conceptos de elasticidad. En..
tre ellos el de elasticidad de sustitución ocupa el primer
.Iugar en importancia. Aun cuando es cierto que únicamen..
te funciona con hipótesis tan restrictivas que imposibilitan
su aplicación a cualquier estructura real, sirve admirable-
mente para resolver extremos que habían sido objeto de
polémicas estériles, por ejemplo, el problema de si la intro-
ducción de maquinaria en el proceso productivo puede o no
perjudicar los intereses de los trabaiaidores. Ahora bien, el
concepto de sustitución es básico en la estructura mar-
shalliana. Su énfasis sobre el «principio de sustitución» po-
dría casi ser considerado como la principal diferencia pura-
mente teórica entre su esquema y el de WALRAS. Por ello
138 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS·

t'1 instrumento consiste enteramente de material que


111l{'VO
St ~ «ncucntra en los Principies y qne tan sólo necesita ser
re-unido.
En segundo lugar, la distinción marshalliana entre' pla-
zo corto y. plazo largo, aun cuando no expresa de manera
completamente satisfactoria 10 que MARSHAI.(L deseaba pro..
bablemente expresar con ella, señaló todavía un gran pro-
greso en la senda de} pensamiento claro y realista y merece
con toda propiedad el homenaje que se le tributó mediante
su rápida aceptación. El propio MARSHALL lo empleó pro-
fusamente, y al hacerlo dió una lección que nuestra gene-
ración aprovechó y aprovecha con avidez. Una. rama entera
de la Economía se ha desarrollado pausadamente: el análi-
sis del período breve o a corto plazo.
En tercer lugar, MARSHALL es, aún con mayor eviden-
cia, el padre de otro cuerpo relativamente reciente del pen-
samiento económico, la teoría de la. Competen.cia Irnper-
ferta. Creo que esto es cierto en general, pero aún 10 es
más en 10 que se refiere a la. versión británica de la misma.
Las ideas presentadas a. los lectores ingleses p01'" FIERO
SRAFFA en su famoso artículo de 1926, surgen - y ello' se
advierte aún con mayor claridad en Costo di produzione e
quanlita prodoiia - de una. lucha. con las dificultades lógi-
cas contenidas en. las curvas marshallianas de costes decre-
cientes. Además, se encuentran en, los Principies sugeren-
cias positivas en este sentido, en particular, observaciones
sobre mercados' particulares de las empresas individuales.
HARROD y la señora ROBINSON} al construir la estructura
que. admiramos, demostraron simplemente ser buenos mars-
hallianos y, a la vez, economistas poderosamente originales.
Admito, desde luego, que la. cuarta. reinvidicación que
estoy dispuesto a hacer sobre las sugerencias de MARSIIALL
es menos convincente. He dicho que aun cuando aprehen-
c1i6 el concepto del equilibrio general, 10 dejó de lado, co-
lf«-nudo en el primer' plano el instrumento más manejable
til'l unúlisi» parcial o particular. Sin embargo, especialmen-
t(· l'lI el libro VI, MARSHALL acomete amplias genera1izacio-
ALFRED MARSHALL 139

nes sobre el proceso económico considerado en su totalidad.


¿ Cuál es su naturaleza. si no se trata ni de análisis. general
ni de análisis particular? Bien, supongo que deberemos
admitir un tercer tipo de teoría, que en mi instrumental
denomino «agregativa». Por supuesto, no llegó a. unir el
tratamiento de tales cantidades agregadas con el dinero. Su
fracaso en conseguirlo, pese a sus muchos e' importantes
descubrimientos en teoría monetaria --. las cuales no pueden
ser citadas aquí donde sólo nos ocupamos de comentar los
Principies - , es tal vez el único criticismo fundamental que
puedo dirigirle. Pero, realmente, si partimos del análisis
parcial y entonces se desea' decir algo sobre el proceso eco-
nómico total, ¿ no es natural que, desesperando de las posibi- '
Iidades ofrecidas por el concepto tan difícil de manejar, del
equilibrio general, uno se dirija hacia la teoría agregativa?
¿ Y no es entonces cuando la teoría del dinero se convierte
automáticamente, para usar la frase de la señora' ROBIN-
SON en la teoría de la producción total y de la ocupación?
En quinto lugar, hemos señalado que MARSHALL formu-
ló una teoría bien definida de la evolución económica, la
cual, aun cuando, según su costumbre, no la sometió direc-
tamente a la atención del lector, se encuentra, sin embar-
go, en el centro de su pensamiento. N o seré sospechoso de
albergar mucha simpatía hacia dicha teoría. Pero deseo se-
ñalar que no corno una filosofía, sino como un instrumento
de investigación, ha ejercido mayor influencia de cuanto
muchos de nosotros hemos creído. Así los valores del iren.d
de H. L. MOORE} únicamente sobre las bases' de esta teoría
pueden considerarse que se aproximan a los valores de equi-
librio. En la misma encontró ,W. M. PERSONS la base teó-
rica para tratar, en el modo en que 10 hizo, los trends en
las series del barómetro de IIARVAH.D. Esto, además, nos lle-
va al extremo más importante.
En sexto lugar, MARSIIALI~ fué uno de los. factores más
influyentes en el nacimiento de la Econometría moderna.
Por numerosos que sean los puntos en que los Principies
se asemejan a la We,alth of Nations, existe uno en el cual
140 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

uquóllos son ll1UY superiores a esta. última obra, si,' elimi-


nundo el tiempo, reducimos ambas al común denominador
de la realización subjetiva condicionada por su época,
ADAM SMITH .reunió y desarrolló c~rteramente aquello que
juzga digno de ser conservado del pensamie?to de su época
y de la precedente. Pero no hizo nada para desarrollar una
de las más importantes contribuciones que habían tenido
lugar dentro de su ámbito: la «Aritmética Política» del siglo
XVII; mientras que l\1AR5HALL J quien, salvadas las debidas.
proporciones,. tenía ante sí nlenos terreno en el que apoyar.. ·
se, abrió resueltamente el camino y preparó el terreno para
una ciencia económica que fuera no sólo cuantitativa, sino
también numérica. La irnportancia de este hecho no puede.
ser sobrevalorada. La ciencia económica no tendrá.. nunca,
ni merecerá nunca, ningún prestigio mientras no pueda ex-·.
presar numéricamente sus resultados.
Es fácil ver hasta qué punto MARSHALL vió claramente
esto en su discurso The Old Generaiion. of Economists and
tite N eur (La vieja y la nueva. generación de econornís-
tas) (r897). Pero nosotros le debemos mucho más que un.
. programa; le debernos una realización concreta. Basta para
convencerse de ello considerar, una vez más, 10 que he des-
crito COlno sus «herramientas manejables». Todas son emi-
nentemente operacionales en sentido estadístico. Tan sólo
basta poner manos a la obra. en la tarea de construir, par-
tiendo del material estadístico, los modelos de una empre-
sa, de una unidad de consumo, de un mercado, para darnos
cuenta de que al obrar de esta manera abordamos dificul-
tades para cuya resolución fueron construídas dichas he-
rramientas. Ellas son ciertamente útiles aparte de este
hecho, pero no podemos valorarlas debidamente hasta que
comprobamos que, aparte de otras cualidades que pueden
tener, son, en 'primer lugar, métodos de medición - pro-
ccdimienios para facilitar las mediciones, numéricas - y
partes ele un aparato general destinado' a la medición esta-
dísticu. Tal vez 110 sean las mejores posibles, y, desde luego,
no son Jus únicas posibles. Pero fueron las primeras en _~u
ALFRED MARSHALL 141

clase, y difícilmente habría sido posible iniciar las explo-


.raciones econométricas partiendo' de cualesquiera otras.
Por ejemplo, no se trata evidentemente de una coinci-
dencia el que dichas exploraciones se dirigieran en su ma-
yor .parte, y en primer lugar, hacia la derivación de curvas
estadísticas de la demanda : la teoría de la d~manda de
MARSHALL había proporcionado una base aceptable. Habría
tenido poco sentido imponer' todas aquellas restricciones que
nos permiten definir la elasticidad en un pun to o una espe-
cie de curva de demanda, si no hubiera deseado elaborar un
método de .aproximación, susceptible, por 10 menos en mu-
chos casos, de manipulación estadística. En realidad, aque-
llas restricciones que dieron origen a tantas objeciones re-
sultan totalmente comprensibles tan sólo si las contempla-
rnos desde este punto de vista. Examinemos el concepto de
renta o excedente .del consumidor. Es cierto que se ha
. obtenido muy poco de dicha particular sugerencia. Pero si
no fué concebido como uri procedimiento para llegar a la
evaluación del bienestar cuantitativo, ¿por qué MARSHALL
no se dió por satisfecho mencionando la existencia de dicho
excedente, función de muchas variables, en vez de correr
peligro de incomprensión y de ser objetado, insistiendo,
como 10 había hecho DEPUIT antes que él, sobre esta especie
de simplificación que reducía a dos el número de variables
independientes? El 111isll10 razonamiento puede ser aplicado,
por supuesto,' a sus funciones del coste y de la oferta, y ex-
plica su adhesión a las curvas de oferta de la industria a
largo plazo, que el teórico contempla con desconfianza, pero
que, sin embargo, dan pie a ciertas posibilidades 'estadís-
ticas (7), inexistentes en otros modelos más generales y
más correctos.
Las conquistas de MARSHALL en el campo de la teoría
monetaria pueden ser citadas también. en apoyo de la tesis
de que .la visión de un aparato teórico idóneo para com-
prender los hechos estadísticos domina en toda su obra y
(7) Estas posíbüídades han sido explotadas parcialmente por
G. T. JONES en su obra sobre Rendimientos Crecientes.
142 DIEZ GItANDESI ECONOMIsTAS

n..-ultncntc constituye SU rasgo distintivo. El razonamiento


dl'Bi)lI1\f..JJAWERK es cuantitativo, sin duda. Pero la posi-
hilidad de mediciones estadísticas no parece' que llegara a
ocurrírsele, y, en consecuencia, no hizo .nada para adecuar
su teoría a dicha. finalidad. El sistema de WALRAS J 'aun
cuando no en las proporciones que creen algunos, presenta
dificultades suficientes para inducir al desánimo. Tan sólo
el magisterio de MARSHALL nos estimula. No importa que
también imponga cautela. Podemos aceptar también esto.
Estimulando o 'imponiendo cautela, sigue siendo el gran
maestro. de todos nosotros.
Situados al borde del precipicio, busca.ndo todos nos-
otros vanamente un camino seguro, le divisamos sereno en
su reposo olímpico" a salvo en la. fortaleza de sus creencias,
diciéndonos muchas cosas que conviene escuchar; nada, sin
embargo, tan instructivo como esto: «Cuanto más estudio
Economía, más pequeño me parece el conocimiento que
poseo de' ella... y ahora, después de medio siglo, me doy
cuenta que ignoro más cosas que cuando comencé». Sí, fué
un gran economista.
VILFREDO PARETO(*)
1848-1923

EN un volumen dedicado a la vida y a la obra de Pare-


to (1), el profesor BOUSQUET cuenta que el artículo necroló-
gico dedicado a PARETO por e¡ periódico socialista . 4. van ti J
le describía como el. «CARLOS MARX burgués» . No sé si se
puede llamar correctamente «burgués» a un hombre que. no
desperdició oportunidad alguna para expresar su desprecio
hacia la bourgeoisie ignorante ei láche. Pero al margen de

(*) Publicado anteriormente en el Quartely Jourtuü 01 Eco-


nomics, vol. Lxm, n.O 2, mayo de 1949.
(1) 'G. H. BOUSQUET, Vilfredo Pareto, sa vie et son oeuore (en
la «ooüectíon d'études.. de documenta et de témoígnages pour
servir a l'histoire de nostre temps», Payot, parís, 1928). Excep-
tuando las partes matemáticas de la obra de PARETO, este libro,
escrito a impulsos de un' entusiasmo generoso por un hombre
que es un economista y un sociólogo por derecho propio y ale-
jado hasta donde es posible de la mentalidad del discípulo o
del biógrafo que aspira a compartir, por' reflejo, la gloria del
maestro o del biografiado, merece .sín duda ser leido. BOUSQUET
escríbíó también un Précis de' sociologie d~apres Pareto, como in . .
troducción a los Systémes Socialistes y al. Manuel d'économie
politique, igualmente un breve ensayo crítico en inglés titulado
The Work 01 Vilfredo pareto, 1928, aparte de reservarle un lugar
de honor en su Essa.i sur l'évolution de la pensée économique.
Con respecto a otros ensayos conmemorativos, basta citar el que
puede considerarse como «oficial», debido al Profesor ALFONSO
DE P1ETRI-TONELLI, dirigido a la sección económica de la Aso-
ciación Italiana para el Progreso de las Ciencias, y publicado en
la «Rivista di Politica Económica», noviembre-diciembre de 1934
y enero de 1935, así como el artículo del profesor LUIGI AMOROSO,
en «Econométrica», enero de 19,38.
1.44 DIEZ OHANDES ECONOMISTAS

cstn cuestión I la analogía retrata a la perfección la ímpre-


:;ic'ul causada por PARETO a sus compatriotas: ellos le eleva-
]·OJl, en realidad, a una posición eminente que fué única
entre los economistas y sociólogos de su tiempo. Ningún
otro país erigió un pedestal similar para su estatua; en el'
mundo anglo-americano tanto el hombre' como el pensador
han permanecido ignorados hasta hoy. Es cierto que du-
rante un breve período PARETO estuvo de moda en los Es-
tados Unidos; período, que siguió' ~ la' traducción de su
tratado de Sociología (2). Pero 'la moda se extinguió rápi-
damente en una atmósfera indiferente. Además, en cuanto
se refiere al reducido círculo de teóricos puros, PARETO ejer-
ció una considerable influencia sobre los economistas anglo-
americanos entre 1920 y 1930, es decir, después de la pu-
blicación del Grourultoorle, del profesor BO\VLEY. Pero tanto
en Inglaterra como en los Estados Unidos, la economía
marshalliana y post-marshalliana ofrecía 10 suficiente en la
dirección en la cual sobresalió PARE'IO, para impedirle la
conquista del ambiente, incluso antes de que otrastenden-
cías le privaran de 10 que había ganado.
Esto puede parecer sorprendente si' se tiene en cuenta
que diversos desarrollos importantes de la teoría económica
actual se consideran originados en su obra. Pero no es di-
fícil encontrar una explicación satisfactoria. PARE'1'O fué un
producto de un sector de la civilización franco-italiana que
,se encuentra ll1UY distante de las corrientes de pensamiento
inglesas y americanas. Incluso dentro. de dicho .sector su'
.. eminente figura aparece aislada. PARETO resiste toda clasifi-
l' cación; no rindió culto a ningún «ismo», Ninguna creencia
.0 partido puede reclamarlo en exclusiva, aun cuando mu-

(2) [Dicha moda tuvo por representante en Harvard al emi-


nente fisiólogo ya desaparecido, profesor L. J. HENDERSON. Vid.
su trareto's General Sociology, 1935. Algunos' díscípulos de Har-
vard recordarán todavía su «semínarío» no oficial sobre PAREro,
que prácticamente consistía en una serie de monólogos a cargo
de dicho profesor, en los cuales la comprensión simpátíca y un
profundo sentido de la grandeza indiscutible del pensamiento de
PAHE'fO luchaban valien.temente con las inevitables deficiencias
técnicas.
VILFREDO PARETO 145

chas creencias y muchos partidos se hayan apropiado frag-


mentos del extenso territorio "intelectual que él dominó.
Parece, incluso, que encontró un placer singular en ir con-
tra la corriente y en desafiar a los prejuicios y s logans de
su' tiempo. Los partidarios de un laissez-jaire radical pueden
recurrir a muchos 'pasajes de sus escritos para encontrar un
apoyo a sus puntos de vista. Y, sin embargo, nada des-
'preciaba tanto COIllO la «plutoderrloCracia))o la «demagogia
plutocrática» del liberalismo. Los socialistas le deben, como
veremos, un servicio muy importante que prestó a la doc-
trina socialista, y también sus protestas contra las medidas
antisocialistas que tomáe1 Gobierno italiano en 18g8. Sin'
embargo, él fué no sólo un antisocialista, sino uno de aque-
llos cuya crítica extrae su mordacidad del desprecio. Los
católicos franceses le deben gratitud por sus ataques contra
la persecución del clero francés, q~e fué la. consecuencia

*"
poco edificante del affaire DREYFUS. Pero si atacó la polí- l'"
tica «laica» del ministro COMBES, fué porque era un caballe- --=-
ro y no porque creyera en la m.isión de la Iglesia Católica. o .
en sus enseñanzas.
Un caballero de semejante independencia y pugnacidad, \
poseyendo el hábito de asestar golpes vigorosos a argumen- ~~.
tos susceptibles de aumentar los partidarios de un partido
'*
cualquiera, tiene pocas oportunidades de hacerse popular.r/
Hoy día él es ya una figura del pasado. Pero incluso en la
época de su juventud los slogams políticos y sociales, cono-
cidos de todos, dominaban la fraseología oficial, la prensa,
los programas de los partidos y la literatura popular, com ..
prendido e¡ sector económico. La forma en la cual presentó
sus resultados estrictamente científicos, fué entonces casi
tan impopular como 10 sería hoy en día. Basta, asimilar el
espíritu que domina en cualquier manual americano y abrir
después el 1\1a'!tuel de PARETO para entender 10 que quiero
J

decir: el ingenuo amante de las creencias y de los slo gams


sociales modernos ha de sentirse como expulsado a bastona-
zos del sendero de PARI~1\O; lee en la obra 10 que está fir-
memente resuelto a no admitir como verdadero, y 10 lee en
10
146 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

una exposición en la cual abundan extraordinariamente los


ejemplos prácticos. Por ello creo que la tarea no ha de con-
sístir en explicar la razón por la cual PARETO no ha ejercido
un influjo más vasto, sino en explicar 'las razones por 'las
cuales ha llegado a ejercer la influencia por todos conocida.
Si pudiéramos .limitamos a las contribuciones de PARETO~
a la teoría pura, no sería necesario considerar al hombre y
a su medio ambiente social. Pero en todo cuanto no fué un
teorema de pura lógica económica intervinieron tanto el
hombre como las fuerzas que 10 condicionaron, y ello de
manera tan evidente, que resulta inevitable (yen mayor
proporción de la 'normalmente necesaria en una valoración
de carácter científico), adquirir una idea del hombre y de
aquellas fuerzas. Intentaré realizar .esto en primer lugar (1).
Después realizaré un breve análisis de la obra de P ARETO
en teoría pura (11). Y, finalmente, concluiré con un rápi-
do examen de su concepto de la Sociedad, tan imperfecta-
mente expresado en su General, Sociolo gy (~II) (3).

(3) Existe un repertorio bibliográfico, compilado por RoCCA


y SPINEDI, y que debe ser casi completo, y que se encuentra en
el <~Giornale degli E1conomis.ti», 1'924, pero del cual nos basta men-
cionar tan s6lo los es.critos siguientes: Oonsuierazunu sui prin-
cipi joridamentali tieüreconomia politica pura, Giornale degli Eco-
nornisti, 1892...93; cours d'économie politique pfl'ofesséal/Umiuer..
site de Lausanne, 1896...97; Résumé du cours donné a l'Ecole des
Hautes Etudes Sociales de Paris, 1901-2; Les sustemes socuüis-
tes, 1902 (reimpreso en 1926.): Manuale di economia politica, 1906
(reimpreso en 1919); Manuel tiréccmomie politique, 1909 (reim-
preso en 1927) (aun cuando se trata de una traducción de la an-
terior obra italiana, debe ser 'citado separadamente, porque el
Apéndice matemático fué completamente reelaborado) : Trattato
di sociologia qenertüe (1916), traducción francesa en 1919, la tra-
ducción inglesa, bajo el título Mind and Society, 'apareció en 1935:
L'économie mathématique, en la «Encyclopédie des scíences mat-
hématiques», 1911 (el artículo correspondiente en la edición ori-
ginal alemana de la Enciclopedia matemática puede dejarse a
Ul1 lado). Existen además otros libros e innumerables artículos
<muchos de los cuales publicó PARETO en diversos periódicos, gran
partes de los cuales no conozco), pero no contienen nada de ca-
rácter científico que no se encuentre en una o varias. de las pu-
blicaciones mencionadas.
VILFREDO PARETO 147

l. - EL HOl\1:BRE
El padre de el marqués, oriundo de Génova,
PARETO,
RAFAEL PARETO, parece haber sido un producto típico del
.Risorgimenio italiano de la primera mitad del siglo XIX, un-
seguidor ardiente de MAZZINI -- 'tal vez por razones naciona-
les más que sociales - , un enemigo irreductible de todos
los Gobiernos que cerraban el camino a la utiidad italiana
y un revolucionario en éste y tal vez en otros sentidos. De
acuerdo con sus ideales se exiló voluntariamente a París,
donde V]I~FREDO-, el héroe de esta historia) nació de madre
francesa; si el general GAI.LIENI se describió a sí mismo
como «Francese ma anche italiano», VILFREDO J?ARETO po-
dría haberse descrito corno «Italiano TIla anche francese».
Se trasladó a Italia en r858, donde siguió los estudios que
le permitieron en 1863 doctorarse en ingeniería. Se dedicó
después a la profesión de ingeniero y de director industrial,
y después de diversos empleos logró el de director general
- nosotros diríamos «presidente» - de las «Ferriere Ita-
liane». En r893 fué nombrado sucesor de WAIIRAS, en Lau-
sana, si bien· actuaba ya enteramente como economista
. unos cuantos años antes. Por tanto, el intervalo durante el
cual se ocupó especialmente en la investigación económica
se extiende de r892 a 19r2; la totalidad de su obra con-
posterioridad a esta última fecha es de naturaleza socioló-
gica. A.bandon6 su cátedra en 1906 y se retiró a su hogar,
una casa ele campo en la orilla del lago ele Ginebra, donde
se convirtió, en el transcurso <le uun vejez vigorosa y fe-
cunda, en el «pensador solitario de Céligny».
En- sustancia, esto hasta para nuestro propósito: impor-
ta más subrayar algunos ele estos hechos que añadir otros.
En primer lugar, los teóricos obscrvarún que en virtud de
su preparación corno ingeniero - y parece que cultivó los
aspectos teóricos ele la 111i5111a - adquirió muy pronto un
dominio de las Matemáticas equivalente al que pueda ejer-
cer un rr:atemático profesional (4). En segundo lugar, con-
(~). Me siento incapaz de pretcisar las propOdrCiOt~des de dicho l.,,¿,- ~.
d ommio. En una ocasión, PARETO uva que ser a ver 1 o por VOL-
148 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

viene subrayar que PARE1'O estuvo perfectamente farniliari-


zado con la práctica industrial, y ello en una medida ab-
solutamente anómala entre los economistas científicos, sien-
do dicha familiaridad de un sentido' totalmente diferente
de la especie de familiaridad que puede ser adquirida por
los medios de que pueda disponer el economista académico,
eJ funcionario público o el político. Pero, en tercer lugar,
fué su apasionado interés por las cuestiones actuales de la
'po1ítica económica y de la política en general, a las que
nos referiremos en otra ocasión, quienes hicieron de él una
especie de economista mucho antes de que iniciara su pro-
pía. labor creadora. FRANCESCO FERRARA se encontraba en-
tonces en la cúspide de su fama e influencia, y.todavía no
había caído la escarcha sobre una estructura teórica glori..
ficada por un liberalismo exento de crítica. Sus rescritos,
especialmente sus famosas introducciones (prefazíoní) a' los
clásicos, publicados en la Biblioteca, del!' economista) sirvie-
ron a PARETO tan bien, o incluso mejor, que cualquiera de
los cursos universitarios que podría haber seguido en los
años de su vida estudiantil. Sin embargo, el camino que de-
bía de llevarle a \" ALRAS le fué trazado más tarde por J\1AF-
FEO PANTAI~EoNr.
Ninguno de estos hechos basta. para. explicarnos total-
mente la visión de PARETO acerca de la sociedad y de la
política, ni tampoco sus actitudes -hacia los problemas prác-
ticos de su tiempo y de su país. Tampoco creo, ni siquiera
por un momento, que el profundo estanque que es la per-
sonalidad humana pueda ser dragado' al extremo de mostrar
10 que se' encuentra en el fondo del mismo. Pero existe el
trasfondo aristocrático (en el cual, creo que cuantos le co-
nocieron estarán de acuerdo) que significó mucho más, en
su caso de lo que pueda admitirse como normal. En par-
ticular le impidió convertirse en un hermano espiritual de
TERRA que una expresión de la forma Xdx + Ydy posee siempre
una infinidad de factores de íntegracíón.. mientras que si las va-
riables son más de dos, no es necesaria la existencia de tal
factor (Manuel, pág. 546 n.), Me parece improbable que un ver-
dadero «profesional» hubiera podido ignorar esto.
VILFREDO PARETO 149

los hombres - y en un miembro admitido sin reservas por


los diversos grupos - , ~01l los cuales la vida le puso en
contacto. Del 111islT10 modo le impidió establecer relaciones
emotivas con las creucioues de la. mentalidad burguesa, ta-
les como los gemelos llamados democracia y capitalismo.
.Actuando sobre dicho trasfondo, -su independencia económí-
ca - primeramente una simple independencia, más tarde
. casi la riqueza (5) -- contribuyó a aislarle todavía más,
mientras 10 ofrecía la posibilidad de aislarse a sí mismo.
Todavía actuando sobre el citado trasfondo, su forma-
ci6n clásica obraba en la misma dirección. No intento re-
ferirme a aquella esfera de conocimientos que compartió r
con cualquier persona educada de su tiempo, sino a la que
conquistó personahnente a través de estudios incesantes de.
los clásicos griegos y romanos en el transcurso. de sus' no- "
ches de Insomnio. El Inundo antiguo es un museo, no un
laboratorio de ciencia aplicada, y quien confía demasiado
en la sabiduría que del mismo pueda extraerse venía obli-
gado a alejarse de cualquier grupo de hombres existentes,
.ya sea en 1890, ya sea e~ 1920. El aislamiento resultó com-
pleto C0l1l0 consecuencia de los frutos de su participación
en los debates sobre las ,políticas y la política de su país
- tan' completo que decidió emigrar a Suiza, incluso antes
de haber sido llamado a Lausana ~. Y tal! aislamiento tuvo
sus' efectos - mitigados solamente -en los últimos años de
su vida por un segundo matrimonio que le deparó la paz ~
doméstica (véase la dedicatoria del Traiiaioí - sobre un
temperamento tan fiero qu-e realmente no había sido cons-
truído para ser soportado.
Pero; ¿ por qué abandonó su país airadamente, el país
que él amaba desde el fondo de su corazón y cuya resurrec-
ción nacional no sólo había anhelado, sino testificado? Es
muy probable que un observador distante se formule esta
pregunta teniendo en cuenta que el nuevo reino de- Italia

(5) !I)'icha riqueza relativa se debió a una herencia


sus actividades como hombre de negocios.
y no a '*
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. de haber prog'resado',~Jc6nÓm¡'cainerite.a: ~n ritmo .~onside:'. ;.:,"", _~-~; .


'\ ':' , rable: y de,'haber.. súp·er~ido,los,des6rden~s".finan~i'eros ~' con
; .el. pet:.miso\dé: 10's -keynesianos .~>. Italia' 4ió'- 5~S primeros
.pasos 'en ia::.legisÍaciÓh' ~oci?l~"y" se, impuso co~/éxito ·con;~·. .• . " ':'-t¡ •

,'uná, de-Ias (que, :~'entón6~s, fueron"l1~madas,'gr~~des poten- '.'" ~,~'<.',,:


.' ciás., Conú~nipland9'~)a5~ cosas': d'esde dicho.áng.~lo,' nuestro-. .' " #

~ , observador ~s,é' verá.forzado :á':sentir- un. gran respeto por ~p


régimen. .cq'lJi.o~e~:;· de AGO~'FINO ·PÉP.RE~IS.' .y, considerando
las' dificultades' inherentes a .los -comienzós del-nuevo estado ., :,':::
~a·cioll~i~.¡·: aciopfa~ia, una~'a~tit~d' comprensiva hacia"'la~ par- : ,~:' .: ,: .:'
" , tes ménoa.alegres .del' cuadro.. P'er6;,PARETO"';no dió· muestras' , ,_ ~
.de semejante' cothpr~nsión.' El no .veíamás "que i~tompeten~'" , ,
. cia y corrupción. "v con feroz'. imparcialidad .combatió los'.,..
Gobiernos -que .sucedieron se
.a otros, y fué ventonces unos..
cuando llegó a ser conocido como ultraliberalv-s- en el sen:- ' .,' .
, .tido que tenía la palabra en el siglo XIX, es decir, de defen-, ' . '
," "sor incondicional del laissez [aire ~ ,y que contribuyó a
crear. entre los Neui-Dealers (*) .alemanes de dicho! período, ."',
la. impresión 'de, que 1~ .utilidad . marginal. una trampa ( ,,' ~ era <, .::' ;,",

a
tendida los 'reformad~res (6). Probablemente esto es 'cuan- . .: ~ ~-. : <::
, tú: debe ·S~~ ,,(ij.cho acerca ':.de la. actitud :d~ :P ARETO' .en cues-. r.. .' '."'~
tienes de 'política 'ecópl)11lic~, cuya huella se encuentra -muy , '1 .'

,visibl~ enr.sus escritos .anteriores- a rooo.' Pero 'incÍuso en~"':., . " ':
, 'lances ,exi~tía algo en .su ':ultral~ber~lis~o, que apuntaba 'e~ ..: ~ .' \ .'
. una dirección diametralmente" opuestaa los.. credos y"'slógans . , ~ ..
. ··d~11iberáli.sln6<dfigiaJ~,'Es cie~to 'q~~',él ~ra,.antiétatisteJ.pero '," -: ','
'por razones políticas .más que,' económicasi- 'en contraposición ~ ,. ' ~
a los "clásicos,',ingtys:e$;::.él~~i<?'Júc1}ó.:contra.la actividad gu~er-, '
~" . ' I
~ ~
• ~'. ·:l"~"'''' "i),\¡,'>t,~~ '\'.';,~ I ',..

, ..
+.

' .. ,.'"
",',';1; ': '.' .: , " ",:. • -: .' >~.~~: . • I '.-' ~ • " ...'
• t i . • ~'. •. .• .,' t!{ )1 ~ jJ ,

• '( 6,) ..L~~< ~ríti~os . ~lemahes" no. interpretaron el: Cáurs en est~
'sentido. En. realidad"el libró ·contiene· pocos' elementóspara.' ad~
'mUir ·una 'interp:retación' distirit~.., Sin emba~go, en él' 'mismo.
se encuentra la. observación de. que 'las virtudes de la, compe-
ten'cía pura no se'. refieren 'al proc,eso económíco. real, donde "la·
competenci~ pura no p r e v a l e c e . ' ) ..
· ~ ,",.;

', .....
.,. =)
...., ..
~ I
1--

'llI ,," 151

~e;>~ih~ conti-~
nanientalpeJ,.; Ios GoDiérn6s,d;la·.democraci~
parlamentaria;' de" aquella democracia' .parlamentaria . que
"exigía, una' obeaiencia' ferviente ~ los clásicos', ingleses.. ,Con~
de
, .síderado desde -este ángulo, s'fi, 'tipo" 'laisse~-rai~e .adquiere
'0 '~nas:~: características totalmente :distintas' .~d·el· .loissez-jaire.
':'.brit;áili~o., \(. una vez nos' demos ~~u~nta."de:· -estó~\~ell,:res'tose
.~ .éntiertde,fácil~ent~; , . 'I>':'~'" "!t.'""':~.':,
.' .: ',.r

~ 'f:,' .Ha~ia. fines del sig1oxlx,~y' durante, las dos primeras" dé- "
I

" cadas del siglo xx, 'unnúmero .creciente'.de.franceses tY.de t


»tali~d16s' comenzó. a d'emo~t~ar'úria~,.jrl'satis'facci.ón¡..'que '·.\~ba · '!f<.
':',desde la snera . desilusión , al disgusto:· violento," eón .respecto..
~",' a lama~era de funcionar ~el ~cotizión de la, democracia .parla-
.- .;méritari~ y 'á' los .resultados producidos p,o,~, 130"·( rnisma .en
'\.Fran'cia~.·y en IItalia:' Tale~r'sentimientos fueron compartidos '
~"por hombres tal1~distintos:~o~o'~E.-:·,.FAGUE·T,:Y·~G.:S,OR~L,.·y
-,'í.ie; eran privativos de ,úií .. partido . . determinado. No es- éste .
:.y
,- ~l luga~. para .someterlos- '~;l' :a~áli'si; '~nien,ó:s . pari""
fo'r~ti1~r ' .
.~ .0UlJ,~ 'juicio 'sobre 195", mismos. Lo', que :n95 .importa -,es: el hecho..
de 'que . dichos sentimientos existieran :y que PA~~'f.qJ en su
I :~madurez,perma:n~cier~:extraí1o .:a esta corriente de pensá-
. .miento .tan "'~61o"porqu-es~ .aisló ide'rsus 'contemporáneosw .
" porque escribió' unk$o~io19gíil;,q'ue"'funtamentecon-las 'de'
.,.SbR~I,· y ,MOSCA; 'intent6- .racionalizar dichos "sentimientos.e.
.;,;; .Ingleses y americanos,' queJian olvidado las' circunstan.. \ .
'.,

cías únicas y particulares que jiau-permitido desarrollar en


~'sus mentes una actitud, 'ig,ualnl€nte única y particular, hacía
~ Ia-democracia parlamentaria.v.se han sorprendido ante el
'posiblé significado de 1~' actitud de' PARETO hacia el Fascís.. '
"nio. "Pero' dicha actitud no tien:~ nada de problemática.; ni
,.hace falta' ninguna. teoría. para explicarla. 1(05 acontecímien..
~ tos que tuvieron .lugar desde 'I914 a 1922, condujeron a PA-
.RETo.'á la" arena de -1? lucha política. Los análisis magístra-
.les que publicó acerca de los orígenes de la primera guerra
,munpial" sobre el fracaso ele Versallcs y sobre la inutilidad
"dé la Sociedad de Naciones, figuran entre sus más destaca-
"das contribuciones, aun cuando no encontraron. eco alguno
,f~era, de Italia. Pero lo importante es que,' él registróhorro-
,.'
-
.... . ..
. ,,-t ..
" j ¡
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-, ,"'. "'- ~.. "'..
',' ....... "
,,:.o("'I!.',,:1..- .1,
"

¡J. J >. ~'

.. -'. ~ .... '~.


'lQ2

• . . ' . ', " ,,:- , ' " . ' : , ". '1

{rjzadO la. desorganización social' 'italiana," que había ~ alc~~-'o" ". i>
,
*'*., zado unas proporciones que, exigían: setovistas para poder set:.. ' ,~, .. "
creídas, Atribuyendo-todas las'dificultades de aquellos-años.. ', -.,
a , lá "debilídad del' sistema -polí tico , de una ,qurguesía deca- "f; ,
dente, 'er,
especialista .én 'estudios d~' historia de, 'Roma Ilegó-;' ' ~ dJ
il1evitabl<:únent~ a' '; evoc~rl: 1,a',. fórtntila' .mediante la, ,cual,' en' '.j, \

''la .R'oma 'repubÚcana, el .'Se:rIaci.b, para ·jhacer·¡ frente a una' .'


o

emergencia," obligaba a ·Jos"': cónsules 'a .nombrar un rnagis-


: trado cconr-poderes- prácticamente -ilímitados, .aun : ,<;uando,,', .....;
, , temporales, ~ 'e¡ dictador :; '1)ídeant ' consules neo 'q~i(i' detrimen« ::,', ~.,'" .
1

t.i.'''es.;;publi~a~~ capia:,t~~·~ Pero. no existía ~,Ulr procedimiento-se- \~.. ::: "t.


mejanteren la .Constitúciórí "i taliana, Yo:-' 'aun, cuando hubiese .• ."
. .~ exis'tido ~ no .liabría servido 'pa~a- nada. Por .esta razón '.e¡ die- ,.: .:.,' .
, , tador tuvo- que' nombrarse á sí mismo.' Aparte .deesta-cues-' , ','
tión y prescindiendo de .su complacencia ante el 'éxito 4~:' ..".
MUSSOLINI en la' restauración delor~en,.·público;PARET'O~.....:'
'vivió desligado' de la situación, política. ,MUSSOI~INI ,honrÓ - se
:tr¿, a sí nlism'o al conferir 'el 'rango de senador al'hombré.-q:ue:, n"
• ~continuaba'" predicando la moderación y que defendió íncon- ' ',
1,

dicionalmente la libe;tad de prensa y la libertad de ens~-.'. .'


\~ ñanz~ (7). Pero hasta el' .fin ~e ,S1;1S días,- PARET'O .renuncíó' a", .''',-
'o
\ abrazar la causa
,_ de
aquel .rdsmo», -del mismo m09-9', .que ":;,,"
había': rehusado la adhesión .a. cualquier otro. No existe' el'
'y '~ I

menor motivo" para'·juzgar:"su :acci6n , o: cualquiera de' 'sus. ." ..~ . 1

actos y. sentimientóa.desde- el-punto de: vista de. la'" tradíción:


añgloamericana. ,', ,,/c. ..: ":'~~:~;'" " . " " . . ..~, ." .

?j ,TQdo.)o\·;Clemás yace, 'en, el.: f~,ri'dQ del', estanque. "~.,,¡,


<: ,.,;' :,:
v,

',"<",'." ' ' " '; " ',' , ,1 .... ' . ,


","IT• ..:.....:..·EI;: TEQRICO ) ; ', 'JI,::'" L. 'f·.- "",1. •

,".. ~cJáldpi~~ ,;::~r~:~{~~i~~; de' ;í,~',~?n~r~bU~i6n de' PAR~T~. '~. 1~ ':', ' \
~,coQ.~,tní~4eb~.~t,:e.p'.~~ }~jb~t~, :en, primer ,luga:: 'a .~~. lml?:~; <" j
. gisterio.v.Nuncajenseñó.. en, Italia ; .la Facultad Derecho.' . : d~" '1'

'de,Lausana' 'nQ';.. iV.é~ 'p~nca~,','y~n.·>1?u~p cuartel general ,'pafa, ~.,' '.':, '/y;
u~a:c~nipanf. dé·,con~.ul~ta 'intelectual; .la' ·~a~a,· ...:., (,
o

emprender
, . ' . ' .." ,,' I(.~ '1: ,~ ::. :" ,~ . '. \ ,.~l

(7) Véase con 're'~~~~~~' a este',' p~~to út obra ya cit'ada' "da',


I ,';- ..~¡
BbuSQUET, págs. ·182-l94.' :.--' ';.,' . ",': . ~ . " : o • ''', . ' . . . ' '", / ',' •

/" . \¡ . • "':1'
,VILFREPO, PARETO 153
..f -. ',"

., ."" de' ,ca:mpo' de Céligny tenía 'la ápariencia ~de 'un ·'bu?n. ,,~~
ié.t tiro· (**):.v,·sÍn embargo, éliconsiguió Jo .que WALRAS no f .,
"hábía
'JI
sido 'capaz de lograr: formó
" . ' "\
una escuela 'en' el sentido \' '
I " . ' \:

.vpleno.idc la, 'palabra. Un círculo, .restringido de,' sconomis-t'[


't~Seminentes, un círculo más a111P¡io:' de" seguidores .menos J I
.~
"" .destacados y' más allá ,una .amplia trarija' departidarios-más ¡ , ,,,"
'~o menos ~ defiilidos .emergieron poco después de '1900. .Sus .~...

.: "di~cípulos
\.
cooperaron en. . 'su labor, positiva"; >~l+ltivaron con-• ( , '

tactos personales, se -ayudaron mutuamente en las -polérni-


cas y' controversias ; reconocieron: Un' ,M~estrq, ~"y "Una ])oc,-,
trina. , ' ' ,~"" . ' .' , ,\':,

:, ,'/Esía escuela' fué específicamente italiana,' ,CornQ. ya 'he~


nios señalado fueron escasos los ,segtiido~es' extranjeros, .aun
cuando 'piezas 'separadas .de' la .doctriná ' paretiana . fueran
"aceptadas; eventualmente; tanto, en, Inglaterra -como el'! los
~st3:·dos.'V nidos. L~' escuela paretiana no llegó a' dominar 'ni
siquiera 'l~ Economía "italiana. Ninguna escuela 'logra ,domi-'
.nar ",Au'pruPlo 'país: ~as'. impresiones ep. .~~nti~o· ;c?ntrar~o;'
por. ejemplo la impresión', de que la escuela "de ~iCARDO do-
. minó en S1;l tiempo.a la' .ciericia ,e,co~~mi~a (pritáni~a,~ ,so.ti
'debidas
-" "").
'auna. ',. 'htstoriografía,alej'adk
.,,' . .. ' la- .realidad,
.'dejo. ... , Otros ' , ,

,econpmistas italianos' eminentes, .com,o~I~~uDI-!,:rege~t.ar?1;1'


," su; propia. esfera; - otros, .como- D'En", 'VECCHIO ,a:u~' 'cuando re":,
conocieron la preerninencia: de' ,Paretó,. 'JT adoptaron talo',
t • ~ . (",. - f ,

cual· parte de 'sus doctrinas, ~ pensaron y " .escribieron más


0, .menos. 'CÓll10 10' hab~íal~ hecho' de nohaber vivido PARETO~.
Con todo, 'sl1bslste el'.'hecho deque..s~rgió· un~'é~cuel~ 's¿br~
'las.'bases de una estructura.Íteórica que .era ~ inaccesible ' no
'. i' 's61o '~i" lecto'f .córriente, sino, en ~ariás de .sus .partes'-'lnás·
originales;' tambiéh'" ?' "lQS;'~stu4iartte~' de Economía; quienes,
, "además, 110' .habían-óído 111,i,vl"sto'" al·l~~estro:., , ",
, ,Pero···u~ál·:.vez ieco:11P'c~da" y, puesta ,~part~.·la cualidad, d~
,jefe dé escuela; tenemos ante nosotros' .tn' teórico que COl1- I

tinuó la obra ·de V\TAI~RAS. Nadie; por supuesto.Tlo ha ne-


gado, ni siquiera el. discípulo más fervi en te, y menos que
todos el' propio PARETÓ. La diferencia de opiniones en este
punto están confinadas a la mayor o ,111'enOr medida en que
154 DIEZ GRANDESI ECONOlVLISTAS

él superó al gran innovador y a la comparación entre las


estaturas intelectuales 'de ambos hombres.. Existen varias
razones por las cuales los discípulosno estarán de acuerdo
acerca de este punto ; ni con los extraños ni entre sí. Una
· de dichas razones merece ser tenida en cuenta. \VAI.RAS
.presentó su inmortal teoría en.la .forma de una, filosofía po-
lítica que es extracientífica por naturaleza y, además, que
no corresponde al gusto de 'cada uno. Me terno que no exís-
te mejor manera de expresar 10 que fué aquella filosofía si
'no es definiéndola como la filosofía del radicalismo peque-
ño burgués. WAI~RAS se siritió llamado a predicar l1D ideal
social que deri~a de los' escritores "franceses semísocíalistas
de la primera mitad del siglo XIX o, como podemos decir
con la misma exactitud,' del utilitarismo. Para él la' nacio...
nalización de. la tierra era un elemento esencia¡ de su doc-
trina,' y a la vez fué un reformador monetario cuyos "1)1a-
Des presentan características sorprendentemente modernas.
'Todo 'esto era hiel y ajenjo para l?ARETO. Para su gusto no
eran más que especulaciones metafísicas, y de una clase que
le era particuiarll1enteantipática. El terreno que pisaban,
en común estuvo limitado a la teoría pura y específicamente
a las' ecuaciones walrasianas del equilibrio. .Pero en todos los
demás aspectos ambos fueron tan 'distintos como puedan"
serlo dos hombres e incluso. ni su cualidad de compañeros
de lucha en la batalla en favor de la. economía matemática
, 'ni la deuda de gratitud que PARET~ tenía hacia WALRAS por
'el encargo de la cátedra de Lausana, no bastaron para col-
mar su mutua y profunda antipatía ni para evitar que la
"misma apareciera claramente en conversaciones con terce-
ros. Mientras sus teorías puras pertenecen al mismo molde,
sus 'sistemas de pensamiento, tomados globalmente, y sus
'visiones del· proceso social, difieren sustancialmente. :y~ to-
dos aquellos economistas que no están dispuestos a ignorar
-completamente la filosofía y las recomendaciones prácticas
-de un hombre, es decir; la mayor parte de los economistas,
deben tan sólo por dicha razóncorisiderar la estructura pa ..
,.retiana completamente distinta de la de \VAI.,RAS. '
Vl'LFREDO PARETO , 155

En cualquier caso - momentáneamente prescindimos de


la Sociología - fué, con una excepción, solamente en teoría
, pura donde élt es~ribió historia científica. 'S'eñalemos en
, primer lugar dicha excepción. En el Cours, y también en
ún ensayo publicado separadamente en 1896, PARETO dió
I cuenta de una realización altamente 'original en Econome-
tría, con la' cual ganó reputación. internacional y. que. bajo
el título de «Ley de ~ARETO», dió origen a una iextensa li-
teratura consagrada a su discusión crítica. Llamando ~T al
número' de perceptores de renta que perciben rentas supe-
I

riores a x, y siendo _4 . Y m dos constantes, .entonces la


«Ley» de PARETO afirma' qtte : . . . I)yt .' f~
, log N =log A + m log x ;:. 0, 4.1 t::::l ji!';. 11 1. '
El capítulo VII del Manuel contiene la .interpretación
más completa que PARET() dió a esta generalización.. Nos-
-otros debemos limitarnos a señalar las dos clases de proble-
mas qu.e plantea. En primer lugar s~ plantea la cuestión de
su aplicabilidad, Han sido realizadas numerosas investiga..
.cienes, algunas de- las cuales bastan según sus autores, ya
sea para rechazar totalmente la ley , ya sea para establecer
la superioridad de otros métodos de descripción de la ~es­
igualdad de rentas. El lector podrá observar que todo gira
alrededor de la constancia aproximada. de m. Sin embargo,
en general, puede decirse que la «Ley» ha supera-do bastan-
te bien la prueba del fuego, como 10 demuestra el hecho
de que todavía hoyes" utilizada con. cierta frecuencia por
competentes estadísticos. Pero subsiste,. en segundo lugar,
la cuestión de la interpretación. Una vez admitido que hasta.
tiempos lUUY recientes la distribución de la renta ha sido
notablemente "estable, .¿ qué consecuencias podernos inferir,
de este hecho? Este problema no ha sido nunca abordado
con éxito. Muchos. de quienes han participado en, la discu..
sión, PIGOU entre ellos, se han limitado a criticar la' propia
interpretación de PARETO - la cual, en -el meior de los
casos, ofrecía desde' el primer momento él flanco a. las ob-
[eciones - , y al igual que ha ocurrido con muchas contro..
.... ' . . . . . :,1

• 4.. ,. , : " .' " '".':',.~,'.: '" ;,.' . '.


"
O', • , • r .~ . . . __ , \

t
ECONOMIS~¡S', ~':
~ \o,.i

; 15~ '~ DIEZ GRANDES


,4 • ',. ~,~
;','/' .
<, -'\~ ., "'\
, I •~ I

" , , ,
versias entre .econbmistas,· se .ha. desvanecido antes de obte- .'
ner un ~esultado d~finitivo~ '. . .~:::; ;',-. '."
Muy' pocos eéorio·rriist~~:··tal'.v·ez'ninguno, parecen. haber-" .:' ':~(-'~
se dado, :,cue~t~,"'dé.>:las posibilidades ·(Iue" tales constantes
.ofrecen 'p~ra' el' 'iutpró-' .de n-uestr~, ciencia ,.(8). Contemplada:
'desde esté' punto-de vista,. la ,: «Ley»', de' PÁ~ETQ:.,a1?re·'lit~ral-: ,,'.' ..:'
.mente una nueva rutacaunen-el caso rle-que alfinal de'1~" r:,/,' 1,'

, misma 'liubiera"desapar~cido.su forma .original. ., " . ',~ ~.


. ,' Aprovecho' la "oportunidad para -solventar 'p:tra~cuestión. ,,~ '~ ...'
· En', el Manuel)' P~ret~,I, trata" de', su «LeY'~)1 <le Ía: Distribución '
" "de 1~ ~ehta~, en'; el ~apít'tii~" .sobre Pohlatión~ ~É;n .. lo que. se.," -~.'
.refiere 'a "'1.os :tópicó~~ .generalmente tratados bajo.dicho título, .l·,

, ,
este capítulo -·~o. contiene 'muchas .'cosa,;, .que .inerezcan. $e~'- " ,'.>..'~~
. 't.'. ' , ' " ; . o ' •

destacadas. Pero en el. mismo' sé encuentran otras, -como la: ' ' .,', M. ''..'

" ¡~'L~y», que, ~o-~e' incluyen .generalmente en teoría dé la ".,~' la


población, y', 'son precisamente :ésta's ias que' perdutarl' ~p.' '~)'/
este capítulo, y le 'imprimen su frescor y. originalidad. La~.:::, '-: y'/
teoría, de PARE'ro de la circulacián. de 'la éliie es un ej~tnp10, ~ >~ 1 ' .. .':.

de ello (vid .. 111ás adelante, sección III). Muchas' de ellas'.. ·. ,:/O.~:., .....
50'11 sociológicas en, su naturaleza, más que económicas, y'./v;,,<' 'ó''' '_'

muchas de ellas, también, ponen de manifiesto agudamente," - ~. : :.), ~~J


e' i~cluso ingenuamente, ciertos prejuicios' que ·sorpr.end~ri:'"'. ··.. '1 '

, en el gran 'analistade los prejuicios h utp.anos '(9)." .. ~.


~ En el campo de. l~ .teoría pura, ,propiamente dicho, el., < ~ .,0 . . -

pensamiento "de PARETÓ -evolucionó lentamente y conservó'. ,. ~ r .: • - :, .. ,

hasta' e'l ,finaJ c1eito~ eléin~ntos· preparetianos, Ad·emAs."d~·:o.:.:',"'" '.:~."


'láS infiuellci~s'· de~ERRARA. y .de"'OTos'o'ec¿nomistas."inglese-s:y< ,'-, ,,~ ".
4" '. -" ,..,' ',~ ,'.", "." ,'J - " '" :.. ,\ 'o'I ~ : .•

'.' : (8) ,En P-~~ticular:. nadie. 'parece haber ''':advertido que 'la .bús-
·queda' y la interpretación de constantes de este tipo, podría.' per- .,.. ,,: . ,'.
mítír el establecimiento . de las 'bases de un tipo de teoría entera- .", ... ' "',;~
mente nuevo.. " l' ' ''ot , : , •
," . f~

(9) . Por .ejemplo,· prescíndíendo . de ·10 ,que podamos pensar


acerca de su "explicación' del renómeno del 'feminismo,' es difícil ~ ,
evitar 'una
.sonrísaj'cuándo íeemos la primera. frase de su expq~ '": '" 0(,:
sición (pág., 40Q),,1 qúe . erri~ieza' ,-con las "pa,labi"as: «Le jeminisme. .
4

est 'une ·maladie~ ..»;ujl. 'g!ro" d~ expresiqn que·· no traduce dema-;,


, :siada objet~vidad.'Tantq en" lo~, que, t?e 'refi~re a l,a 'teoría' de la' : ;. , '.
población- d~ ,P.t\REXO, en, su 'sentido, .estricto, ,como 'en s,us·asp·ec~ .':. :: ,,'
'tos sociológicos, 're~ito al"lector,' al" ensayo' ·'der ,pr9fesor ',J:i, J~' .;<" "',.',~, l<

, SPENGLER, ParetO' an, e'opul'ation/ Quarterly .Jourrial. 01 Economícs, .. ' ; ,


. ':. agosto y novi€mbre de ;194~: ' ' . ! "" ,','. ,', - ' o~' '~> ¡'
;~.,
.',
~.
".;"

:_~ I 11• • " •

", ' "l.'

ti:., .lo
" .. \' " ' , ' ,"

. (,.,: ,,' ('


"
\ .
, VILFREDO' ,~ARETO 157

'irances'es del "«período clásico», .que operaron sobre él su en


fas'e: 'd~ formación, -hay que, tener en cuenta Ias ecuaciones
'de equilibrio estático de \V~ALRASJ de .las. cuales tornó el 'pun-
to de -partida, después de haber "llegado al iconvenciruiento,
'nó' sin considerable .resistencia inicial, de que eranIas.Ilaves
'imprescindibles .para seguir' adelante~~ Á.demá~ fué .estimula-
.' -do .por' "las sugerencias qué ningún .éconómista ~ competente
!,p~dO 'evitar en Ia década, comprendidaéntre iSSs' Y':I895 ,(10)'.
..r ·:~i'rÍa)lJ1~nt~, ,s~ ,di,Q, 'cuenta agudamente ..de" Ias rdeficiencias -
':téc~'icas 'y de. .otras limitaciones ,de~ '1SUS ~~pr.edecesor:es inme- ..
'. ·diatos. 'Asi su propiaobra teóri~a. 'fité 'C1~1illiita'dá -para él en
~ ...-su mayor parte por elpropio WAI,RAS (r r) ' Pero incluso sus
'prim~r~,s '"trabajos,,:,.c;omosus. ':(¡'Consiaerazio~í sui principi
-fondamentali delleconomia política pura».(Giornale degli
Economisii, 1892-3), n~ fueron más allá del" ~ánibito delimi-
~ ',t::ido por WAI,RAS: Esto es también .cierto, e' incluso sé i,ue:
:de afirnúlr' ~nfáticamente';'~o'n respecto a .su .Cowis. "Varios
.' '. 1'·...,. ,.... ;, ' • " -.
. economistas que noerau estrictamente paretianos pero que
, ~·i.esp-~tabarirt1ucho· a 'P'ARETO~ le tributaron ~l. dudoso ñome;.'
,-naje .de calificar' su' :Cours .:co'm~ su pieza maestra. Desde
(Juego se trata .de J,J una realización .sórprendente, avivada por
.J,
, -. ' . ' . ',"),"
. un vigoroso temper~·mé~ltó' que infunde-calor inclusoen 'los
.r . •

':pa~aj~s 'convencionales.. Pero ,~AR~'rb estuvo ~n 10' cierto al

,,·t
t" - •• '1 •

.. ' (10) A varias de ; dichas' sugérencías;: PARETO reaccionó en sen-'


:_ .tido .negatívo e Incluso de manera .hostíl, ,Jamás apreció a, MARS- f

- H~LL totalmente -principalmente porque él rechazaba por prín-


, . eípío el análisis. p~rcial- y no parece, que se diera cuenta d~
todo cuanto" se ocultaba- detrás de la .técnica prímítíva de los aus-
tríacos. p:ero estimó :-i\ EDGEWORTH;. y, también,' pese .a ... muchas'
objeccíones, aWlcHsTEED.. Y' su estima.por IRVING·FIsHER~del
cuál no sólo' admiraba las 'Mathématical. Inv-estigatiáns, sino tam-
bién, más tarde, ,-la; Nature 01 Capital . aaui. Income y el Rat:e 01
, tnterest, superó a cuanto se supone corrientemente. Para mí fué
una revelación oír como alababa Capital and. Income. '
(11) WALRAS 'se dió perfoota, cuenta' de ias.. simplificaciones .'
que había introducido para' completar <una 'estructura provísío-
rul.l. Jamás creyó que supuestos tales .'COn1IJ el, del carácter 'cons-
tunee de los coeñcíentes de produccíón.. de, la producción atempo..
rul, do ausencia de' igual tamaño de las empresas, pudieran o ..
doblOl tLl1 mantenerse siempre. 'N'o puede afirmarse, a este res-
1
I

JOOl;OI que PAUn:'l'O fuera totalmente jus.to con él. No' se trata
lmn 0610 co qua WAI¡UAS actuó de explorador; sino que también
h}cl1oó -:1(1 quo oru ucecsarío realizar sucesivamente. t' .
iea DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

<1~1t~n'tLf' el permiso para la reimpresión así e 0111O para' una


HCH'llllda edición. Porque en cuanto se refiere ala teoría pura.
no contenía nada específicamente paretiano Fué tan sólo
después de 1897 cuando él.se elevó a 'la cumbre por su pro--
pio esfuerzo. La primera publicación importante que ates--
tigua sus progresos· es el «Sunto di alcuni capitoli di un
nuovo trattodi economia pura: (Giorna,le degÜ Economisii,
1900) y el Résúmé de su curso de París (ra). El Momuale ,
o mejor, teniendo en cuenta. el Apéndice, el' Manuel (rcoo)
señala el punto' máximo que' alcanzó jamás.:
La estructura de la. torre que él erigió no está, en abso-·
luto, exenta de 'errores. Muchas cosas esenciales. en un tra-
tado general' recibieron ll1UY· escasa', atención No quiero
decir con e~to tan sólo que Ia obra de PARETO no pueda sos-
tener una comparación con la de MARSHALL', en lo que se
refiere a las cualidades ordinariamente .exigidas a un «ma-
uual». Es mucho más importante el hecho de que partes. ,
importantes, del organon. teórico están tratadas de modo in-
adecuado. La teoría monetaria de PA'RETO} por ejemplo, es:
en conjunto inferior a la de WALRAS. Sus. teorías del capi-
tal y del interés 'derivan todo su mérito de las de 'VAl.RAS.
En cuanto se refiere a la explicación del interés, parece ha.-
berse dado por satisfecho apoyándola en el hecho de que las.
'diversas formas del capital físico, y de ahí, sus servicios, no,
son bienes libres. Su teoría del monopolio creo que no, ,es.
susceptible de salvación, ni siquiera por medio de la. inter-. .
pretación más generosa -(13): Pero a pesar de todo esto, el
juicio adverso a que han llegado varios' críticos es comple-
tamente erróneo. Y ello porque al obrar de dicho modo no
(12) Véase más .arriba, nota 3.
(13) Con todo, posee algún mérito haber íncluído la teoría.
del monopolio en el cuerpo de la. teoría general. Igualmente su
teoría del comercio internacional no debe ser calificada, como
se suele hacer corrientemente, de simple criticismo de los costes
comparativos. En realidad, - P~RETO esbozó, aún cuando no Ile-
gara a elaborarla, una teoría. propía que consistió, en la primera,
aplicación a la teoría del comercio internacional del aparato del ('
equílíbno general. Vid, VON HABERLER, Theory 01 tnternational:
Tradc, 1936. pág. 123.
VILFREDO PARETO 159

sólo se olvidan muchas y considerables aportaciones indivi-


duales, sino, 10 cual es mucho más importante, .la esencia
de su contribución ti la ciencia. .económica. Las más impor-
, tantes de las citadas aportaciones 'individuales.,' las teorías
del valor y de la producción, serán tratadas en seguida. Pero
antes hemos de intentar la definición cl~ su contribución a
la ciencia econótuica, de cuya contribución dichas 'dos teo-
rías 110 S011 más que aplicaciones o consecuencias,
La primoru idea que viene a la mente) desde un punto
de vista purutncntc teórico, de cualquiera que haya domi-
nado el sistcurn de WAI#'RAS J es la de elevarlo" a un nivel to-
, davía 11JfLH alto eh: H'l.:neraliclad Cuando seguimos a WALRAS,
y, en l"walidlHI J n teHloH 10H teóricos de- la utilidad marginal,
en su uvunce tl tl'nv(~B (le lOH fenómenos del' cambio. de la
producción y nH( HlH'(.\HivH1JJ<"'IIt<.~t descubrimos que están in-·
tcntundo u'euulvcr prohlvlllnH que <':1'1 ,'l1tilno término ,se re-
ducen a \1110 solo : /,cu/os ~HH1 prohlciuus 0-- 110 s610 los pro-
blemas de la 111'()d\H~l'i(,1J . J ~iC)11 problemas acerca de la
transformación <.1(.: t'nl1t.idf\cI(~~l económicas, formalmente
análogos, consistiendo lun rllfcrcncius simplemente en las
distintas lirnitncioncs a lHH (~\UdCB cHt(l sometida en los di-
versos campos. SllPOllH'llIlIOH que tOllH.l1l10S la decisión de
llevar a cabo en In ]4~t~()tl()111(tl :10 que realizarnos en las
demásciencias, ~K dcclr, ~H:pal'lll'~l n<h.: 1<.:ct COTntUl a todos
los problemas económicos y (~o.IlHl1·\tir 'lita teoría de dicho
núcleo común de unu V~~ POI" todns. 11~1 1>t11'1 te de vista de
la «economía mental: (la .J)(Jn'~¡JI~01tO'lld(J de l.~. M'ACH:) justi-
ficará dicha tarea a lOH ojos de los utilituristas. Una teoría
de esta especie funciouurá con Indiccs completamente ge-
nerales, tales conlO «gustos» y «01 istáculcs», y 110 necesita
detenerse en' los significados eHI )ccffienm en te económicos que
podamos asignar a dichas palahrus. Podremos trascender de
la Economía y elevarnos u la concepci ón de un sistema'
de «cosas, indefinidas que están, simplemente, sujetas a
ciertas restricciones y entonces intentar el desarrollo de una
, lágica de los sistemas, matemática y perfectamente general,
Los economistas que durante generaciones han empleado
160 DIEZ GRANDES ECONOMI&TAS '

expedientes tan primitivos, como los .Ie nuestro venerable


amigo Crusoe, para. exponer determinadas características de
la- lógica económica, deberían conocer a 1~ perfección la
dirección apuntada por dicho procedimiento. PARETü realizó
10 mismo, sólo que a nivel mucho más elevado y sobre un
frente mucho más amplio. Pero en dichas alturas es difícil
respirar, y aún _más ganar terreno. Críticos competentes.
como el malogrado A. A. YOUNG J fueron, de la opinión de
que PARETO no llegó más que a «generalizaciones áridas».
Pero tan sólo el futuro podrá decir si esto 'es así. Ene!
interín debernos reconocer la grandeza de la. tentativa.
, Un ejemplo basta para mostrar que semejante «carrera
.hacia la; generalización» puede producir 'no sólo piedras
,lógicas" sino también pan económico, aun cuando se re . .
siente del defecto de moverse a un .nivel de .generalidad re . .
Iativamente bajo y que procede de 1':1 época del Cours,
Como es sabido, al obra. de MARX consiste en un análisis del
proceso capitalista, dispuesto de manera que ofrezca la de-
mostración de que dicho proceso desembocará en una sacie..
dad socialista, eliminando, sin embargo, cualquier tentativa
de descripción, de la economía de dicha sociedad socialista.
-También es sabido que existen diversas. contribuciones debí..
das a autores marxistas y neomarxistas, destinadas a la
solución del último problema, y que no son más que fraca..
sos completos, Corno todo' el .mundo sabe, en la actualidad
el servicio a la doctrina socialista que 1as teorías marxistas
r habían sido incapaces de prestar 10 realizó E. BARONE) cuyo
~ famoso ensayo sobre la materia (<<11 Ministro della produ..
~ zione ,n,ello stato colletivista», Giornale degli Economisii,
) 1908) ha sido. superado por los escritores modernos tan sólo
en cuestiones de deralle. Pero la idea esencia¡ del argumento
de BARONE se encuentra ya indicada en el segundo volumen
del Corso de ;PARETO (p. 94) Y en su JVIanuel (p. -362)': con-
cretamente la idea de situar el núcleo de la lógica. del pro '
ceso· económico por encima del plano' de las formas, institu..
cionales contempladas por el observador. El lector podrá
comprobar cómo-esta idea viene fácilmente a la mente, una
vez 110S colocamos en el punto de vista' de la teoría V~'C1H>
ral paretiana de gustos y obstáculos, aun cuando dicha idea
surgió también en el pensamiento de WIESER.
En este cascparticular. P AH.ETü casi ha perdido sus den
rechos a la- prioridad' - por 10 'menos entre los economis..
tas angloamericanos .-, si bien no sólo planteó 'el problema,
sino que indicó la solución. En otros casos perdió aquellos
derechos completamente porque se Iimitó a meras sugeren-
cias. Así, por ejemplo, gracias, a nuestros conocimientos. ac-
tuales, podernos discernir en el Manu.el atisbos de la econo-
mía dinámica moderna: Sin embargo" ninguno de tales atis-
bos, como su referencia a una forma' de adaptación similar
a una courbe depoursuiie (el problemadelperro y su dueño,
vid., por ejemplo, la pág. 289)0 la que trata de: la presencia
de una »ibration coniinuelle (vid, por ejemplo, la pág. 528),
fueron empleados para otro uso que no fuera el negativo de
. demostrar que la tendencia del sisten.. . l económico ha.cia
una «solución» única y estable (es decir, .un conjunto único
de soluciones que satisfagan sus condiciones) es una cues-
tión mucho más dudosa" de' 10 que' los economistas de su'
tiempo, WALRAS incluido, suponían (14). Dichos atisbos no
fueron empleados' en una tarea positiva. (15) ni tampoco
I

sugirió ningún método, para abordar dichos 'problemas. Creo, ¡


por 10 tanto, que no hemos 'de vacilar en describir la obra \
de ~ARETO CO~O una .teoría est, á,tic; y qU~~ s~~.mos, enter~m~n- i;:' ~ ~
te Justos con el al afirmar-que fue' consciente de las Iirnita-
ciones de la misma, así como de las exigencias derivadas
de los problemas que quedaban por-afrontar (I6).~

(14) Vid. por ejemplo, su discusión del equilibrio inestable


en el artículo publicado en la Encyclopédie des sciences mathé-
matiques.
(15) La estéril teoría, de las crisis (págs. 528,-38), no puede,
desde luego, ser registrada como una excepción.
(16) El propio PARETO' (pág. 147), dividió el contenído ido In
Economía pura en una estática; una dinámica que estudia lo:.;
equilibrios sucesivos y que creo equivale' una estática Connllt'
r.ttiva; y en otra dinámica que estudia el mouoemeni d'n l'luí"
nomen» économique, y que pareen refundir una din(U'uicHL r~c'
nuínu con los problemas de la evolución de una manoru 'ttl\(~' 1tn
britt rovoíndo HUH ínconvomentes de no haberse, dado 1ft (~h'(n~u~¡,
11
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.162 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS (',\ ,: <, ~"f


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f ...... 1 o .,..

_ v- ,l ,

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~~ Examinemos ,a.hOr~ , la :contribución de PARETO', en 105;,', ,


, campos del valor y' de la,
producción; recordando que en vir-. ',' ~<
tud del punto de' vista señ~ládo'más" arriba.vdichas teorías."' ~',
en
1

se resumen, 'reálm'e~t~,::r 'una única ',~e~rí~'. ' . '~


. :',,: "La' mayor; ':'parte ':'''~~'~ l~,s; :te'óri~'os,.,l~oder~os,' aun cuando . "
", .no todos;,,"·está1+"\d~'.'·acu'~,fdO"'I;en'que, la, importancia,históri~a .: .','
, 'de la: utiI1C1.a'd·;' 'd'e'''la''''teoría' la 'iitilidad: ~má:rginal, . reside ',', . ' de'
l _ '
.', :e'~el :;hech~ .de ~tl~,'·ii~.vi6. 4~ peldaño por ··el cual-los econo- . ".'
:, ;. mistas llegaron .:~~<1~, ;" concepción" del ·p;qu.il~brj:~ :'ec~n ómióo -, ,,~ '"
'g~neral,. -aun. ,cuarid<;> dicha .conccpción .fué "percibida ,c,on ,', ' ,,':, ' , ,
",'rriaY.Q.i""nitid~:z\,f d~'~áirollada"¿ol1"
, ,11', '.' ' , l·...... 't
-""l -".
mayor
,.
.'a'i~plitüd> por \\TÁ,r;-' ' ': .;.1 .
1- \', ': ~'~ I .'. (, .:"'., -, ' \.', 1' w '11 -, , I _ l o ~ I ..,

, l' RAS ',que. por los;,,,.aü$.trí~c6s':,0 '" por". JEVONS' (I7J .. En otras' ~ . ~ ~
Il,'palabt~s, r.la' utilid~4:¡ly 'la.Itéoría d'~.' '~la':,' utilidad marginal'. " ,1 '

tj , fueron una de, las posibles vías' de-acceso va '1~" 'que .real-' .' :/' ..
merite importaba, y aun .cuando ofrecía' un excelente mé-', :" '.
I

, ,. I ~ "O ~

tancia de que ambas teorías alcanzaron,' con PARETO, más que l'

un desarrollo rudímentarío. Comprendo, desde- luego, que un dis- .. \ "


cípulo llegue a' otra conclusión. Pero aún cuando ,la actitud de ,,'..
discípulo está justificada, 110 puede ser adoptada aquí. ," ., , ,.
(17) Como Lord KEYNES señaló en su ensayo- bíográñco sobre " ,
ALFRED MARSHALL, éste último estuvo' en posesión de dicho c,on-·." '
cepto, y no sólo las palabras de KEYNES, sino también otras indi- · .
, cacíones, nos inducen a creer ,', 'que .llegó 'a dicha, concepcíón ipro-.
bablemente 'antes 'que el propio W ALRAS. Esto no altera el- hecho, .~J,
sin 'embargo; de que no-publicó .nada sobre, el" tema con, anterio-
".'

ridad a las' importantes .notas "contenidas ,en "el, Apéndice 'a' los 1

Principles (notas XIV y' XXI" de la cuarta' edición), .las cuales,


además, no' pueden "ser descritas, .de acuerdo con las', reglas o~~, I

dínarías quevpermíten asignar ¡'l~, príorídad en, estas cuestiones,


'más 'que como.'. atisbos.' :a:emos de-Ilegar, por lo tanto, a la con- ~"
. clusíón de que "la príorídad de" .WALRAS 'está fuera devdíscusíón.. ~ ,
"y Io .mísmo: ocurre Con' respecto .a ,10s austríacos, espeGialmente/( , ~"; t",

.por lo que "se" refiere ,'a ,'WIESER: 'Es obvio, 'que rué tan' 'sólo la , ,': '
r

falta' de habílídad matemática Y' .especíalmente su íncapacídad. ' - f

pata trat~r -sístemas ·de .ecuacíones.. símultáneas, )0 que ímpídíó'


a l\1ENGER 'llegar :"a producir un" sistema exacto,· que habría, sida" '" .",'
sustanctalmente símílar' ,,~Ó análogo al "de 'W.t}LRAS. Con 'todo" rio.', I,~
r¡ .",

,.creo, estén en' lo' cierto ,Ios- historiador~s,:' que atribuyen el concepto. "':. ..
del equílíbrío .generaí.' a" 'COUR~OT. ',El capítulo XI de "las Besear-: ir ,', '
'ches :into,. tfie't M~theiná.ti()al'\'Prinpip'les ój' th~ Theory o/ 'Wealth 1", ~:" j:
no' contiene·, más';',que ·'el!1 recono'cirriiento ,de ,la interdependencia" , ''','
general 'de' -las cantidades .'económicas'- y ni en esta ni en otras;:
partes de.suobra ,se ,encuentra una, aportación de COURNOT 1iacia~<,.~ ~. { "
la gra:tl·'tarea de'convertir, dicha concepción en explícita' y" '" !rUc~,.\ ." .~'
tífera., El contenido positivo ',de . las" Researches 'consiste en' aná-:.,', t:' ",-, ,
lisis parcial O,: hasta" ciertO 'punto,' análisis" agregativo:' ,." ',":,,?,'
• , . ,. " . f
, • f ~ " •• l •.• " • f" ~,:, i

, " ", ~, ,~',~'"


,,~ '~4 ' , ,~. I
1
•.•

\" "/
v. • .,
." ..
-'
~ .', >',1, '
lVll.FREDO, PARETO 1631,

~tóq.o para 'demostrar de una '111anera.' fácilmente comprensible ;-', . ....


• \ ~ <•

, las 'relaciones que mantienen unido el' sistema económico y "


.de hecho convierte 'en 11n sistema unitario la masa de fenó-:
, menos 'económicos, fácilmente escindibles en .sectores, no ." ..... '.
tenía gran importuncia intr1nseca., O, para expresarlo de ,)

otro modo: la teoría ele la ·utilidad marginal fué una hipó-


tesis heurísticu extremadamente .irnportante.: y, nada ,"
más (18). Pero ni WArJ~A~ ni los austríacos fueron-de esta
opinión" Por el contrarie, para ellos la ,teoría de la:. utilidad; , 1"1 '
. fué nada lJ'1cnOS que la verdad' final; el descubrimiento de la
llave ele ucccso H todos los secretos: de la Economía' pura.
I

~~J1 consccucncin , colocaron sobre la. .misma un énfasis: que'


indujo u :PAH,H~I~O y u los paretianos a adoptar un énfasis, .~,. ,~

también indebido, u :in renuncia 'a la misma. .Autcres perte-'


, necientes ::11 muudo ung'lo:;njÓll singularmente los profesores, ' . . -~~ .'
j

AI/tHN Y l~rIC:K:4J HiV;uic"Oll ln misma vía y alabaron genero-


samente a. :PA,RI('I'O uun decisión que les pareció "un 'catlibl~; '\ -
.
de dirección trusccndcn tul. ;r4~n realidad existe una. opinión:
\

difusa que sustenta 'In crccuciu de que dicha nueva direc-


" r
ción constituye la lJ1"inciprd uportnción de PARETO.
Existen "indicio:; en el C·o'U.'I'S de .~t.1e PAR~TO no estaba
I completamente sntisfccho con lu teoríu walrasiana del valor
desde el principio, :PCI'O HI'1H correcciones, insignificantes y'
.. poco' originales, se mun tuvieron den tro de los confines de
la teoría. ])0 1ns <':0" recei ouun in HiH'JI i fi cun tes bnstu citar la
introducción del término o'/)hdl'¡'ln.'il.6 en lugnr del término
utilidad (oIJh6U'1'I'J:i/,ó dl6'1'I'l.tJn/,(t:i'l"o en vez t 1C utilidad marginal
o de la rareui de \~.r Al/U.AS) en vi rtud de que 10:) términos an-
teriores suscitaban asociucicnes prcfludus ele confusiones, En-
tre las' correcciones no orlginulcs bustn mencionar la con-
cepción de la utilidacl y ele In utilidad marginal como

. (18) !Deseo señalar claramente, on prlmer lugar, que no creo


que dicho valor heurístíco se hnya agotado, y en segundo lugar,"
.... "11 "

" ,
.~ .
que la afirmación contenida en el texto debe ser leida teniendo
en cuenta la' advertencia: «en cuanto se refiere al propósito de
establecer la determinación y la estabilidad de1 equilibrio está-. .
1

tíco», Pueden existir otras aplicaciones a la misma y es ímpo- ' I

. síble, por ello, asegurar' que para estas otras aplicaciones, no pU~'. ' • ~,l t

da ser reactualízado en cualquier instante. . " ' "1'·' :' . "

'-: !I' ,~~ I~.

I 11- t , '''''''! .:,',:' ,


,,',
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. .
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• "~"o ,

. \-

1,.
164 DIEZ GRANDES, E;cONO~I~TAS

funciones de todas las, mercancías que la unidad de consumo


posee o consume en un determinado período de tiempo, en
vez de la concepción de "VVAI"RA'S 'de la utilidad total y mar-
ginal de cada mercancía como función de 'la cantidad de
mercancía exclusivamente. Esta corrección se debe a EDGE-
"70RTH J pero confieso mi escepticismo acerca. de si ~nGE­
"\VORTH' se idió plena óuenta de las dificult~des teóricas que
iba a suscitar con ello; ya qué convertía. el grado final de
utilidad, que era' simplemente uri coeficiente diferencial or-
dinario 'en el pensamiento de JEVONS~ WALRAS ·Y. -también
en el de MARSHALI, en un coeficiente' diferencial parcial,
con lo cual las dificultades matemáticas al intentar demos-
trar la determinación del sist-erna~~o-n6nlico, incluso en su
forma más simplificada, aumentaban enormemente (~C))'"
'Mucho antes, sin embargo, y ciertamente antes de 1900,
(el. año _en que pronunció sus conferencias en, París haciendo
. público s~ nuevo punto de vista), PARETO advirtió que, por
10 menos para sus propósitos, el concepto de una utilidad
mensurable (utilidad cardinal) podía ser abandonado sin pe-
ligro (20), o que, en cualquier caso, debía ser abandonado

(19) Para. ser más exacto: cuando intentamos demostrar que


existe uno y tan sólo un único conjunto de valores que satis-
facen las' ecuaciones del equilibrio general, creo que, hasta donde
se me alcanza, todo marcha bien mientras adoptamos la, hipó...
tesis de que la utílidad marginal de cada mercancía depende
únicamente de su cantidad, y mientras dejamos de considerar
el dinero para tener en cuenta tan 's610' un numeraire. Las li-
mitaciones que son necesarias, incluso entonces, en orden ~ la.
demostración de la determinación, me parecen totalmenteacep-
tables desde 'el: punto de, vista económico. Lo 'que crea una difi-
cultad real es la intrusión de los coeficientes diferenciales- par-
.cíalers. .
(20) ·GUSTAvO CASSEL llegó a la .mísma conclusión en 1899.
Fué más lejos .todavía ique PARETO~ afirmando que era capaz de
prescindir totalmente del concepto de utilidad. No es posible ex-
plicar aquí porqué. su pretensión era injustificada y porqué su
método de -partír de las curvas de demanda del mercado, que
él, simplemente postulaba, es inadmisible. Sin embargo, para po-
der comprender este período de la' historia de la teoría económica,
es necesario re.cordar que por aquel entonces no sólo la' teoría
de la utilidad, sino también-las teorías del coste y de la distri-
bución, 'construidas sobre aquélla, encontraban todavía una gran
resistencia. Esta resistencia fué motivada, especialmente en Ale-
manía, Italia y algún otro país, por las objeccíones a la manípu-
lOB

pnr lflH razones que' fueron por vez primera claramente- esta..
J .h~,~iclaH 011 la segunda parte de las M aihemaiical 1nniesiiga-
iions inio ih e Theory 01 Tl~lue and Price .(r892) de IRVING
:F'ISIIIU{.. Para solventar la situación recurrió a. las curvas de
indiferencia y de preferencia que habían .sido introducidas
por vez primera por EDGE·WORTH. Pero mientras EDGE-
'VOR~Ii todavía partía de una utilidad .total mensurable, de
la cual deducía la definición de dichas curvas, PARETO in-
virtió el procedimiento. TOIUÓ las curvas de indiferencia co-
11.10 las cosas dadas de las cuales partir. y demostró qu;eera'
posible llegar, mediante las mismas; ·a la determinación".
del equilibrio en competencia 'pura y también a obtener cier-
tas funciones que podían ser idénticas a' la. utilidad 1 si ésta
existía ..En 'cualquier caso, fué posible obtener índices (or-
dinales) de utilidad o 10 que PARETo·llalnó funciones índices.
(Manuale" pág. 540, nota, I)~
Deseo exponer dos extremos claramente. El primero es
que PARETO, aun cuando pudiera 'haber adoptado 'un' descu-
, brirniento de EDGES~TOR.TH para su propio uso, confirió a las
variedades de indiferencia un significado; que 'no poseían
en la 1\1aihematical Psychics de EDGE\VORTI-I. Aparecen des-
provistas de cualquier significado utilitarista y se razona
I

de tal modo, que el servicio que anteriormente había pres-


tado el concepto de utilidad a la .teorla cíel equilibrio econó-
mico, 10 realicen ciertos .supuestos acerca de la forma de
dichas curvas de indiferencia.: La nueva idea consistió en
reemplazar los postulados de la utilidad por' postulados acer-
ca de la conducta observable, y de este modo se intentó
basar la teoría económica sobre 10' que P'ARETO estimó fun-<

darnentos más seguros. Por supuesto', cabe, objetar que, pese


a. diversos intentos, nadie ha tenido éxito ·.en la, t.area de rea'.
lizar dichas observáciones y que es difícil refugiarse en. la

,1(U';iún de magnitudes psíquicas inconmensurables .y no verifica..


hl.'::. 'Y' '(tfii la oposición de P~Ero y otros, a la teoría de' la uti..
ficfHd uULrp:itlu,l, unió sus fuerzas (o por lo menos añadió nueva
vil.n,11 dnci1 Jt unu opíníón muy compartida entonces, y que había
t:ldu 1'(llH~Liclpl 111Ht y otru vez por escritores con quienes PAREro
tUl la~ ltllhi'Ía IU¡ot~ift<l() r';ustosamente.
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166 DIEZ' .GRANDES ECONOMISTAS
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, esperanza deq~ealgúri. dí,a'seí-á posible ilevar1a~' a cabo;


\:.

partiendo de datos objetivos' ,e~n: toda-su. exiensián. 'y haciendo


así posible la -obtención empírica d.e· 11~ .mapa completod~ . .¡
indiferencia. Designemos, ~iitollc'es,',"a;-dichas curvas «póten-:o'
.cialmente empíricas» 0, empleand'o. algo abusivamente ~ un, .
término. kantiano, «reféridasu una 'experiencia posible», En ',o,.' :
'. .cualquíer "caso, ' 'su' introducciÓn' un .propósito entera- ~ :", . para...
.mente extraño 'al' "de, EDG-EvV0l1T!l; podría 'ser' calificada' 'de '.",
'aportación ~~igirta.1l)si .no ·s~ -diera.. Ia circunstancia; ~OI~O 10" .r:: . 1

'reconoció el propio. 'PARE'ro~ de que ya Ji 'entrevió FISHER;


,. en .laóbra qué .hemos nle¡lcionáClo más ';rrib,~t -. ' " " ~"
• s " ", tI . . • t I.~ • l' .' '~
.. ¡ .... 1, ' ,-. . .f.. 4)1 ,'" . , , ¡ i l •. ' •

, El segundo extre!ll0, consiste "en que . ~1' razonamiento. .


de JlARETO' sirve de
::e~·id~nci~ .dé las dificultades'.que en~011~
tró para -desembarazarse conípletamente de la viejateoríade' ' "
la' utiiidad~ Siempre estuvo' atento para" considerar ios casos' .~
en los cuales-pudiera ser posible' hablar de utilidad..e incluso , I " • ,

de' utilidad ·c.~rdinal, la existencia de la cual - y de' ahí 1~'


cuestión de la integrabílidad - continuó interesándole .ex-·,
'traordinarianlente. Y después de todo, sus funciones índice
.pre·sental1 una semejanza 'l1~UY estrecha con el viejo concepto · ~.
de utilidad.· En realidad, COTIla' hall .señalado ...J\r-lt.E-N .y , .: '. I

HICRS}' nunca consiguió liberarse cOlnpl~tament~,(lel mis- :.......


mo, y por ello' continuó empleando 'conceptos tales 'como
lás definiciones, debidas ·a' EDGE«rQRTHj,'.de rivalidad.y corn- ,,1

plernentariedad, CJ1-te' no encajaban 'con' su ridea fundarnen- . ,.' J "

tal. ' ;Esta., idea." fundamental, ,f.t4ehlás,,' fué de:sarro~ada·,I'y','. .: :~'


,'. defendidaya-err 1902i)orl~'P,. B-bNINS~¿Ú~I (2I).'~t\lrecledor,de ,
I908;·¡'E~RICO'",BAR,'bNE,· eri el-, ensayo cit'adó más. arriba, fué: ~ . ~:, .;1/.
más lejos que PÁRET; "al 'coiifjnar .'shs hipÓteSIs' fundamen-. '_;"
tales en' el, campo de Ia. :teo1!Íil ~ dé1 'valor a 10 que llamaba"' -:'
'el hecho de 'que. frente a '~l'lriog' precios dados de los prod.ü6~:' ' ',:
'tos y de' lostservicios prcductivos, ';~'cada individuo dist~i~;; .' ,.':,
1

buye los,' ingresos¡ qÚ:~I···:·ptQ'Yi~~en dé la venta d~. sus\. s/ei.~~d-" \, ":•. :',..
cios, e~tre ~a9t~~·"e~~':l;>~~.Il~\s'd~ consumo Y en ahorro.ien >"::'.:
" ,"l': "".\\ ' ., ...
~
.;.:¡;.:;., . . . , .. "<', . :. ," .,
.' t ./{

,(21) ,«1 rondámentí dell'economía pura», Giornale degÚ Ecó~, ',J .. .:

nomisti, febrero de 1902: .

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l.' •• r :

,·vn.FREPP pARETO , 167


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1:.: ./ ~':" ' ~:
" . !' ~

. ~l~a . ci~ita 'úni~a forma «de la, c~al' no rvamos f\:' .investigar- ...
,1 - .: 'Jos' -moti VQS». Con 'ello J cdl~l~.' destacó :.' oportunameute,' se.
. prescindía' tanto de. cualquier' c,ánceptq, de'. utilidad corno.
,'de' J~s 'fun~iori.~s de indiferencia'. resto ~q.~.~ 1~ historia', es; "E( I

~ " demasiado éonocido'para que :'. nos detengamosen. ella.' Me':


.: .limitaré. ~.menciollar·16s~rtÍénI9S.,d~}6~$PN y de,.·SLU'I'S- .' . " !
....
~K"'~~~ .que p~saron práctical~~~~t~<:~jd~'sa;i?er~ibid?,?~.l 'la írnpor- \ ,," '; '" :~ ,
. tante reformación' 'de " BOWlj~YIJ.:, .en /~\l' <Growndnoorí», ,'que".' ':
ejerció mayor influencia, y.los trabajos de 'AiI~EN 'y', Hrcxs.: . ,,~ 11

,GEORGE~Cu-R6ÉGE~} :SiM.l.n~L'S'¿r~f"y 'l:l~" W.OLP: ;.Si, 'aceptarnos . ,,' ,' I

"la 'sit~aciól1 actual como:·,«pi'Qvisioha.lm,énte definitiva», de-'~' ".,'


l

.,

• " - • . l.,' ,. • .' .' " . ",' ,. . •

, .bemos realmenteconsiderar .á : F,I~I.IER Y.{ f.l·?:.~RETÓ corno a "~' ',; ... :"
r : •

t":' • "los~ santospatrones de lateoría' 'moderna: 'delvalor.., " ,."


~~,'. "P~ro mucho in'ás:-i~gíti~'~o::":¡ql;i~.calificar ,.~' PAREto de san': .: ",
~,,-~, . .to patrón' de la teoría moderna: del valor, -es calificarle de. ',~,'~ I 1, • '\

. .'santo patrón' de la «N.tieva·',~~6~~'n?-íá.., del Bienestar». La: his-\: ."


toriade .córnó, :una, vez.,mái,:\,.pr~~tó;;\~]¡.'.S:e:rv,i~~ó·a -una causa "", ' ',.
"

'., hacia ji cual 'no sentía; o 'nq; -deberíahéber .~~ntidol,~hinguná '. '. "
l ..' '. ij '·'11'. f", u,. lit . . ' - .-. t . 1,

simpa tíá, no carece de. humor, Desde los.mismos comienzos


de la: Economía, un .bienestarvpúblico' vagamente 'definido,
J~g6 un gran papel e1;i 'los escritos" de.Ios economistas. Los',
slogans familiares del :utilitarismo (BECCARIA)' BEENTHAM)' sir- r .. '
vieron para racionalizar el' concepto, ,y la teoría uti1itari¿ta
del valor pareció admirablemente apropiada para tal tarea.;
en realidad, se empleó prontamente en tal' sentido, corno 10
prueba, por ejemplo, la teoría del 'i111 puesto, La teoría de
, FISI-IER-PAn.lX'l'O de las variedades de indiferencia, destruyen-
do las bases de los argumentos fundados en la utilidad car..
~inal o incluso con la cornpnrución interpersonal de la uti-
"Iidad (satisfacción) deberíu, corno podría creerse a .primera
vista, haber terminado CO:!l todo aquello, Pero en vez de .11e- 1-
gar a tal conclusión - y pese a su actitud 'respecto' a "hu-
manitarisrno político de nuestro tiempo - , PARE'l'O se lanzó
. 'inmediatamente a abordar el problema de la máxima satis~' 'J'-

facción coliectioe, La formulación definitiva correspondió. a. ~l a

BARONEi (22), pero la idea principal es, otra v~z, de PARETO.


• I

,''- J

(22) Vid: «11 Ministro...», pág. 276, ob. cit. .más arríba;: p~g~, . '

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DIE~ GRAND~ ECONOMISTAS '1' \.

;,-J '. '. t' . ,,! ~ " ,¡ , ~


, Observó, ,en' primer .higar, -que todos Jos cambios impuestos.
, "."., " . 1 ¡ ,

.sobre cualquier'. estructura económica dada pueden ser con- ,;'


'siderados' '·c().mo'··~incteine.ntos
,;{." . .,.' . . , "'.,
del.. bienestar o de 'la:
, .'
'
satisfac-
"", ..
. ,.' "

ción. cclectiva, 'en: úri.. sen;,ti~ó ,peifeeta~ente objetivo, si. . . 't I

1: 'qúiénes-ganán en términos .de nit,nzéraire "pueden .compensar' . p.' \"

",' .::a\:¡qt1ie~h~:~.\,piérq.e~, . 'ep';.t'ern11nos de 1ium:¿ra.ire s: subsistiendo


/~'~o'da'~í~':a.ig;'una~g~~n'ap~i~a.,'~ste . cri teríobasta, en "efecto, . para,
, 'r,' s~lvan.',:~.1g-,u~oS:.,,·'·~*nq,:elf' u6-<t9:dqs, Jos" Juici~sde 'bie~~star·.
1:,. .; 'expresados.iñormaíniéfité por,,';J0S~' economistas (23).' 'En ~. se-
\ (1
h

" . ;""gun:dQ;'4~ga'i". :P~R¡;;f.ól,s~~a19:.qu~ :lo~.hticios 'd~' bienestar .que " l.: .....
J, no:' pud,i,erá11-,:I-:'s~lr:', j-V-st-ificados' 'ü,e dicho modo. "~debÍfill, ser basa:': . '1

. dos'<explícitamente'.::~~i~ . ¿?~sid:ra<::iones ·extráeconómicas, . J' .:~•.


,como, -por ejernplo.i'en.consideraciones «éticas».,.'V/en.! tercer fJ t •

. 'lugar'~ .",d:~~Qstró {págs. j63~364)' que' el crite;~o' p~.dÍtl 'ser ,', \


empleado" para,' establecer' que el 'éta: colleciiuisie: puedeTo-: . ' '. ':"
.grar 'un nivel de bienestar más' elevado que" el logrado bajo
...! . .
la. competencia perfecta '(24). Pero, .prescindiendo de .10s
desarrollos ulteriores, la sustancia del contenido de' la Nue-'

f , ..... '

(2.3)· Este criterio, en lógica estricta, eaTndependíente de que" ~


,se lleve o noa erecto tal compensación. En este último 'casó
se considera el cambío impuestocbmo dividido .en -dos partes:
en un cambio que aumenta 'la satisfacción colectiva" a la cual
se aplica elcriterib y en uña transferencia desde, los perdedb-'
'I:'eS o perjudicados a'. los .ganadores 0b~neficiados, a' los cuaíes . '1
. ,. ". no .se .aplíca e~crit,erio~' Incluso" admítíendo 'esto" no deseo, apa- -. , \ " I

, recer I corno '\;qefensol'·.'. 'de . Jos juicios,l', de .,bienestar, .que merced al" .'
anterior criterio, resültan 'a I~s~ilvo .. de las' objéccíones contra e1' uso ¡' .'.

<fe' la utilid~ad '..cardinal 'o' ·.~e/'la".coixip~\ración' .ínterpersonaí de 'les, ".


estados fdes~tisfacción. ,~xi.sten;l,otras' ~bjecciones y mucho más:
"imlJortant~s,l'~especialmente la~~, -obíeccíón .~e. que' tales .íutcíos de
bienestar, «objetivos»" consíderanv-tan 'sólo' los etéctos inmediatos. " ,
. (24),' :L:a "últíma 'fras~ de,,: l~"página .363' gel. ManuaZ 'anticipa, l"

en :mí opinión, .vel razonamíénto: 'éxpuesto por el profesor HOTE-.'


su
urNa' 'en "artículo Generai: Wel!a.ré "in IRelátion to Prooiems o/
Taxatión' aiui . 01'.' Railway asid: P~blic':, 'utilityR'i:tJes, Econometri-
ca,:,'vi (1{}o38-). La aplic'ación""prác'tica los' .ferrocarrües del' prin-,' a L'

.
cipiO . :d~ <nj.,é'¡ "~¡J' b~enesta'r ,I'lpuéq.e: ".ser. maxímízado fij ando precios
que .eubran- <el ~.:~oste .margínal; incluso "eD; el caso de industrias
que .a '.costes decrecientes, y financiando los costes, fi,,; " ., ..... ,
trab~j~r.i'
jo~ (como" dijo P:AJ:tÉTO-;,"'de' otro ',mogo), es ya' vieja. Hasta donde "
alcanzan, mis conocímíentos de vla cuestión, se debe a ~J\UNlUR\DT, ',:\
quien d·edujo delIhismo',,~tie:'~af':.. inYers,~ón en ..ferrocarrile~, no'
debía. , ser" .. confjad~ , «n up.~a)}· .a:, l~, industria' privada, (M athemfl-;l
. tische BegTÜndung der: VolkswJrtschaftslehre, pág." 2'94; y otr'os . . "
escritos anterior~s).. " ' , ,~',,,' t, ~ .,.~~.,. " "" .;' ,,: "

'.

• 'C"-I' ....

.
;
." '....
. . ~{

• ~ , •• 1.
.. I

_ .VILFREDO." PARETO 1"69

": ,'.. va E~o~~?Iía del Bienestar' se encuentfa' en-las ob~riacion~~} te-


. / 'de PARÉTO. " ' '.' . " " . ''', " .
JI. . . ~, La 'parte de .la eC01l0111~a del bienestar .de: PARETO,. que . ~ , '
.. : ) : tra ta ..de la lógica de 'la producción.. .proporciona. la. transi-
, / ción- conveniente a su segunda gran contribución a .la teoría
.': 'pura :. su teoría de la produ~cióii:. (25). -Abordandoiel pro-
b1ema desde el. ángulo de la teoría, "de la,'elección Y' aplicando . f. '

i . al "caso, de ~al unidad ,de producción ei aparato general, deIas ,,"


..' 'curvas de indiferencia 'y' los conceptos derivados de .las. mís-.
,,',' mas ,{Íignes du Plus gramd. :Profi·t J' 'Zignes' de traii~jormati9'ns '.. ~.

com-pletes et incomolétes, etc:)es1?oz~···ulla vasta.' estructura


" ;',
'j

de la cual tan sólo algunas partes ',se encontraban explícita>. ~:.' "

" mente en la literatura de su. tiempo : (26) y ·de'la cual .cabe ,;.. ,.,
"
.\
.;¡"

decir, que constituye ~1 fundamento 'de 'la :teoría,l11ateth~tica.


I .~ I

':', .~ de la producción de' nuestra propia. época" o, en .todo caso,


l'

- de, su parte estática. Eri paitiC;'~lar',;.,.la estructura tan amplia :::" ' ",
'de 'suteoría permite abordar, todos 'los casos- especia]es, sin,
.necesidad ,de' 'co1oca1: '~exc~'sivo ',lértfasis ' sobre cualquiera ..de
éll:os,; cualquier ~".cosa:,::1:>uéde:t;$~r' uri" «obstáculo» 'y puede .en ~ '1 :-

consecuencia asumir cualquieráde las' formas que se 'presen-


tan con mayor frecuencia 'en la realidad -:- .lós factores' ne-
'/
cesarías en cantidades fijas. sín tener en 'cuenta' el ~olumen
·de producción; los factores necesarios en virtud de exigen..
'cias tecnológicas, en' cantidades fijas por unidad de produc-
1to, -los factores «compensadores», y así sucesivamente, todos
:ocupan su
lugar en un sistema teóri~o completo que abarca
todas ,las posibilidades -, Al apreciar esta aportación debe.
.mos ,recordar que l)ARl~'ro intentó generalizar y, además,
.mejorar la obra de su gran predecesor. Nuevamente su obra'
puede', ser dividida en una primera parte que. culmina en el,'
,Cours, y en una segunda parte que culmina en, el'Manuel, ,
~.tin ,cua'ndo'" se encuentran' ciertos retoques en el artículo
I

(25) VÚi. en particular el Manuel, capítulo 111, párrafos 74-


82, . lOO-lOS; capítulo V y párrafos 77-107 del Apéndice.
•. i ' (26) Pero si se deja a un 'lado la palabra «explícítamente»,
entonces resulta que una parte mayor del esquema de· P,ARETO
se .debe a algunos de sus contemporáneos, e incluso predeceso-
tes, especialmente a MARSHALL. . ,'. ,', . ". '::.: 1

'J'--' o
,'IIi",
1.70 DIEZ GRANDES 'ECONOMISTAS

lHJhHtndo en la Encvclopédie des Sciences Mathématiques


(Voltuucn I, 19r.1). " "
Originariamente WALRAS expuso su teoría' de la. produc-
ción partiendo de la. hipótesis, de' coeficientes de producción
fijos - cantidades fijas (medias) de factores. por unidad' de
producto -'o no porque' creyera que' éste fuera el único o
por 10 menos un 'caso lTIUY importante, sino' porque se sintió,
justificado por. adoptar 10 que juzgó era una simplifica-
ción (27). Su réplica a. las críticas privadas que afluían sobre
él, fué que: «los economistas que vendrán después de mí
son libres de insertar una a una todas las complicaciones que
apetezcan. 'Creo que, tanto ellos como .yo, habremos reali-
zado tina tarea que era nuestro deber cumplir» (édition dé . .
iinitiue, pág. 479). No cabe duda, desde este punto de vista,
que PARETO no hizo más que seguir el consejo de WALRAS.
Además, cuando apareció el Cours , WALRAshabía introdu-.
ciclo ya los coeficientes, variables, obedeciendo a una suge-
rencia de BARONE formulada en 1894 (28), aun cuando, no
alterase la' exposición en la sección, sobre producción. Ene!
mismo año (I894) apareció el Essay on ihe Coordinaiion. 01
ihe-Lumos of D'istribiüion. de v\,TICHS1\EED., Finalmente, . los .
.coefícientes variables de producción no eran ninguna nove-
dad, en' cualquier caso, después de lo que JEVONS, 'l\1ENGER'
y l\'fARSHALL habían dicho sobre la materia. ;El' Cours de, :PA'"
RETO añadió, tan sólo~. una elegante formulación ~ un nú-

(27) " Es curioso que el más .grande de todos los teóricos sus-
tentara' esta opinión. Toda vez. que, en primer lugar, tal símplí-
ficación da lugar a tantas dificultades analíticas que obligan a
plantearse -la' duda de si se trata en realidad de- una símplífí-
cacíón : y, en segundo lugar, crea un abismo entre la teoría y
la realidad lo bastante grande para que sea dudosa la aplica-
b111dttd de los resultados de la misma. "
(28) Esto se llevó a cabo en una Note publicada en 1896, in-
cluida después en. la tercera' edición de los Eléments. En la cuarta
edición (1900) fué .presentada, en la legan 36, una teoría. ya ela-
borada de la productividad marginal, en una forma. que orre-
cía el flanco a la crítica, y que fué revisada para su in-
elusíón en la edición definitiva publicada después de la muerte
de W ALRAS, en 1926.. Vid. acerca de esto y para una útil expo-
sición de la teoría de PJ\RETO en su 'versión definitiva, el artículo
de lit SCIiULTZ, Marginal Productivity and the General Pricing
P1'ocess, Journal 01 Political Economy, octubre de 19-29.
VILl¡'lREDO PARETO 171

mero de razones - no todas convincentes - por las cuales


el caso de los coeficientes compensadores 110 podía ser con-
siderado .ni vcomo el único ni ·COl1JO el "fundamental.
Por supuesto, es una simple cuestión, de gustos en cuan-
toa la. terminología la de si debemoso no" .confinar la. frase
«teoría de la" productividad marginal: a este caso ,(29). PA-
RETO 10 hizo en este sentido, y en los años que siguieron a la
publicación del Cours se, manifestó cada vez más hostil a la
·"misma, hasta que terminó por declararla definitivamente
«errónea». Evidentemente creyó haberla refutado o por 10
menos superado, en el' mismo 'sentido quecreyó haber refu-
tado o superado la' teoría de la utilid~d marginal. Su bri-
llante teoría del coste - la cual, 'entre otras cosas, salva de
. ''SU peligrosa posición, a' los teoremas que en los manuales
, ordinarios afirman que. en la' posición de equilibrio. perfecto
bajo Ia competencia pura, el precio debe igualar al coste
'marginal y los ingresos totales deben al mismo tíempoigua-
lar al 'coste total - nos permite verificar. dicha. pretensión
(29) La principal razón para obrar de este modo se debe,
I

a una tradición establecida por los manuales de, texto, merced a


la cual se toman tan sólo en 'cuenta las funciones de produc-,
cíón, que representan las cantidades de producto como depen-
dientes únicamente de «factores substitutivos», para llegar así al
teorema que afirma que .en la situación de equilibrio perfecto
bajo, el régimen de competencia pura, cada unidad de' cada uno
de los innumerables elementos que, intervienen .en la producción
obtiene una retribución que iguala a SU' productividad marginal
física multiplicada por el precio del producto. Pero no se aban-
donan los confines de la teoría de la productívidad marginal. ad-
'mitiendo «factores limitativos» la existencia de «factores limi-
tativos», o, más generalmente, la de restríccíones impuestas a
la función de producción que determinan resultados que no con-
cuerdan con dicho teoremas. Vid., por ejemplo, A. SMITHIES) The
Boundaries o/ the Protiuctum Function aiui the Utility Function,
en Explorations in Economics. Notes and Essays contributed in
Honor oi F. W. Taussig, 1936:.
(30) Aprovecho esta oportunidad para referirme al concepto
de PARETO acerca de. la renta que supone surge en las casos en
los cuales aquellas dos. condiciones (coste total .= ingresos tota-
les; precio = coste marginal) son Incompatibles, y especialmente
en los casos. en los cuales la transformación de los ahorros en
ciertas especies de bienes de capital encuentra díñcultades. Esta
teoría .de la renta ha experimentado un renacimiento en nues-
tros días. Puede ayudarnos a la consecución de una teoría más
perfe~ta de las fricciones; pero difícilmente servirá para algo
máe, .
" ,

"

" ._o,17~ DIEZ, GRANDES\ ECONOMISTAS.' ' ,,1

'J:' ,

(30) -. En cuanto)a~, combinaciones productivas dependen'" ' ',: .':


de °consider~cion'es económicas-e-s y, después de todo; la ,ta;., r
Tea del economista. cori?ist~~~;;en,. explicar 'las consideraciones. '.
económicas ~, la ·.::dife,renci~,; .' comparada directamente con la ¡ "

'teo'rí~ ,'d~o la,


]ir.oci.l1~t,i vidad.jnarginal, 119 es grande.' Pero PA-,'
1' " RETO. nos enseñ.a,T~:6mO' ~l'ti-~~~r': las .ae,svlaci~nes que imponen i

',., 't
. ' • ~ ,1 s'.' ,' ,
'1.'. ' . I '//. f " ' , ' +l ,. , • •

a la .,~:isl~.a .las ,eól~di~:iq?;~,~. 1~1~~1i'91?gi~as y' .:~oci~.l.es. -: ;q.~í~,


**"'.-? ~ c~nl0,.\e.~ . . ~J.,.,.r~s ,qCa,$.,lo~e.l:.',~:;,,~. ~'z.,.'/?:".r,;'~lg~ . :~a,~: ""alo la 41re~clon
) para: superar a 'su propla.·.obra'. I Itl' It, , " • I , ., ' ' '

;:: III ,", ~, ~l, 's'¿;i~~;~:~l;,\;!~I:f'{~::~;;:~~~;>" :';"', " ",. .. I "'\'

No: hay' riada 'de' "sotprendente :'en -Ia costumbre 'de. 'los, .," , ~.,'.
"t ; ','
economistas a .invadir C~l1~pO de la Sociología. "Uná gran, ~"< el, ..: :,
cantidad' ~e su obra --.:.. prácticamente todo cuanto hanvde ,1

decir' con respecto- a las .instituciones y 'a las fuerzas que


influyen en la conducta económica - cae inevitablemente
en el campo reservado al sociólogo. En consecuencia; h~: , se (,¡
'.J, ,

creado una tierra de nadie, o mejor dicho, una tierra- de , ~'.

todos, qu'e puede ser calificada 'collv(:;ni~nten1ellte de, Socio-. • "r

~;v " r. .'


Iogía económica. Elementos, más o' menos importantes, que J, ,

· provienen de aquel terreno, ,se encuentran en casi todos los "


, tratados y manuales 'de, Economía. Pero', aparte de este he- ,,1'

, .chovrnuchos economistas, y especialmente aquellos que d!:;~, ,,':'/


finen la, .J2:cono;m~~, '~9:n,',r~~iteri'0 restrictivo, '!i'~? llevado a
\. cabo' .investigackines-' sociblóg-icas.' Los. ·Morral Seniimenis;
de ADA,M SMI'iH;' ··Y,:;~e.r/~Setz. 'der 'lilac'ht J de WIESltR J son ..: '~~,
ambos , ejenip1o~j:,~:\~\~f"~É,~s:a,4?s ': de una -Iarga 'lis~a. Pero .muy .: ~.' .\. :.'.
pocos, 'tal vez 'nji?-g;;il~}~I;," dcIós. ,~,u.e' .pertenecen a la lista, de l' • I

de los grandes ecCÜ10n1,fstas. -harr.dedicado una parte tan con-


o, • ~ . ' l. ~fJh i~ r. • '\ I ~ I l~~. " " ..' . .' . .•

. siderable 'de sus c'n~t&"íás con19:,·10 hizo' PARETO, a 10 que,· a. ," t •

'primer~ vista, ~pai~'c,f" uria actividad<alejada de 'la profesio-. '


, nal, .y'mu.Y, pocos tkp)bíép,: tal .'Tez ninguno, deben una bue- ,'~. .,' ,,-' •.)1.

na parte de" su -reputacióri internaciorial a 10 que realizaro-n' -, ",


en/dicho campo. Ahora 'bien, la contribución de PAR'ETO a' , ' .10, ':'

este respecto es muy 'difícilde .valor y de analizar. El aplau- ,", :..~ ('
so entusiasta de algunos y la' hostilidad de otros son per- ,'.~ :1",

..
). ". "

. I
,1 1-

VILFREDO -» PARETO . 173


¿-, I
• ,t~

, '
fectamente comprensibles, pero no pueden 'ser tomados se-
riamente, .porque las fuentes no científicas dé ambas I~ctit~- ,
des son dolorosamente obviasen .cada .caso.: Aun cuando, ' ,
'pgrf:\- poder-trazar un cuadro 'completo, deberíamos conside- ,
" rar"~uchas obras menores y U!1' gran número-de artículos,
de'
nosotros no necesitamos ir' más 'allá' 'los' Systemes sdcialis~'
tes} el lkÍa'nuel, (especialmente 'los'· capítuloa-H y VII) y-el. I

., ,.,Trattaió di Sociología, Generate. " .' ~' . '" • ,:~, '. " "1" ',','. '

, , ";', ' ,,' .Permítasenos 'comenzar con. dos aspectos de la:sÜciQlogJa".:. ,.~',,~.:;::
~~i ."de PARETO perfectamente .comprensibles. y 01)U~st9s, por,' tal1~''''¡' ','¡"~,!J" ,<
",

. 'to, a los 'que resisten ¡'una. 4es~ripción, clara, "En primer .11J,g~f, ,,1,1".,.. ,';>' ,1" ,.,/.,' ',\

aun cuando PARE'l'O como economista estuvo, en icontacto 1,'~Í";, ":, '.:~ 'J!"
10 largo, d~' ·~u .prolongada ~xiste~cia' 'cori 'una .gran l.'~anti~ ,,~:,' ',~',,' " -\
dad de problemas económicos concrétos; su contribución . ,
puramente científica-en el ámbito-dé la Ecorioniíatuv~' Íu-. , ' 11> ,',

gar 'en ~1, rei,node la "lógica .económica "más .abstracta.vEs.:


,P9J; 19' tanto.eperfectamente comprensible. que .experíménta- ','
ra el' deseo, y de, 'hecho casi 'la, 'necesidad' d~. construir para-'
Ielamente a-su' 'teoría pura otra ':I,estructura:científicá'. "eh la ' l.

y
~u~l figur~f~n 'hec'hqs ra~on~miéntos,'d~' un. género distin-
to, hechos y razonamientos en~aülÍnados.a, contestar la pre-
. -gunta acerca d~ cómo los .elementos 'qu~ había; 'tomado' en
consideración en su' teoría económica actuarían en la vida
real. ~ En segundo lugar) hemos señaiado que en la época. de
'\ ..
su formación, por 10, menos mientras residi6 en Italia. se • 1

sintió vivamente interesado en los debates sobre la política


económica y sobre política' en general. Su cualidad de pen- \ .. '
sador nato debi.6 'acusar :~orZ?S~l1l~lente el impacto produci~Oi
por la observación de la ineficacia de los argumentos racio-
t ~"
.~ .'..
* . '1

I .nales, y de ahí que surgiera para él, como 1.1U problema, el' '-.'
··1- •

deseo, de averiguar qué, es lo que realmente determina la ~. '.-

acción' política, así como el destino de los Estados y' de 'las


civil izaciones. Nuevamente podernos añadir que es perfecta- ' .
- '.mente, comprensible que, tan pronto corno se dedicó íntegra-
mente a una .vida, de intelectual puro, aquel problema no ';
quedara limitado a la esfera de ·las respuestas- o. soluciones ': "-". , .. ' \
fácilesy superficiales que. todos nosotros estamos dispuestos; 11::,' ......
't . • (
.- ~

Oh" J,
"f

• ' 1 "r
174 ..'.•J.
1
DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

a aceptar cuando. estamos inmersos en nuestro trabajo coti-


diano, y a la vez que quisiera elevar dicho problema al pla-
no del análisis científico. Esto' equivale 'a decir que su so- . 1,)
ciología fué primera y fundamentalmente una sociología del .~
j
proceso público.: Por supuesto, todo cuanto un hombre hace,
piensa o siente y todas sus creaciones culturales se ponen
-de manifiesto cuando pensamos acerca del proceso político,
que entonces se con vierte en un caso 'particular. Pero fué
-precisam'ente este caso .particular el que atrajo a PARETü J y
fué en virtud de tal sentimiento de atracción que él erigió
y adornó una estructura, mucho más amplia,
Seguidamente, y moviéndonos todavía sobre un terreno
fácil, pasaremos a considerar su método. El propio PARETO
repitió una· y otra vez que se limitaba a. aplicar el mismo
método «lógico..experimental» que. había. empleado en sus
investigaciones de teoría económica, a la tarea de analizar.
la realidad sujeta. a verificación «experimental» de otros as-
pectos de la vida social, admitiendo plenamente que se había
dejado guiar por el ejemplo de las ciencias físicas. Esto fué,
por supuesto, una desilusión completa. Es fácil obser;var,'
por ejemplo, que recurrió amplía; yen, parteIlegítimamente
a interpretaciones psicológicas, para' las cuales no existe
ninguna analogía en las ciencias físicas y .que su material
'fué prodúcto de la observación y no del experimento - una
diferencia que es fundamental desde. el punto de vista del
método - . Temo que lo que realmente intentó poner de rna-
nifiesto cuando formuló sus reglas de procedimiento fué
simplemente la actitud del filósofo que no se identifica con
ningún partido, interés o creencia. La posibilidad de tal
actitud independiente plantea, por supuesto, una dificultad
fundamental, sobradamente conocida. y que PARE~O fué el
J
menos calificado para superarla, toda vez que no llegó ,a
darse cuenta. de la misma. En realidad empleó dos esque-
mas distintos: uno que· puede ser 'calificado de morfología
de la Sociedad y que lleva. a considerar los hechos observa-
bles, por 10 menos potencialmente, como los hechos obser-
vables en Anatomía o Biología; y otro que. pertenece a la
175

I·'tiLt'olog'ía social. Ambos esquemas fueron ilustrados o in-


elnso verificados .mediante ejemplos históricos y contempo..
rúncos, pero ninguno se obtuvo mediante la derivación :fe-
snltante de la aplicación de un método «lógico-experimen-
tul»: ambos son consecuencia de una visión personalísima
del proceso social íntimamente 'enlazada al medio ambiente,
n la, experiencia práctica y a los resentimientos de. PARETq:
, La 'afinidad del esquema morfológico con la selección dar-
winiana iy del esquema socio-psicológico ton 'partes de las
doctrinas de TARDE, DURKHEIlv.[j LÉV'1-BRUHL y TH. RIBTO,
es evidente. Y más evidente ,es aún la, relación de a.mbos
con la corriente 'de pensamiento que señalamos en lapri-
mera parte de este ensayo y que' concluyó en una crítica
adversa de la actuación de la; democracia parlamentaria
~ la corriente que fué anti-intelectual, anti-utilitarista, anti-'
igualitaria Y', en el sentido especial definido por estos. tér-
minos (31), anti-liberal.· Pero la fuerza del hombre. creó
con dichos materiales algo que, sin embargo, fué específica-
mente suyo, (32).
E¡ esquema morfológico descansa sobre la proposición'
de que todas las sociedades se componen de masas hetero-
p;é11.cas de miembros ~ individuos o' familias ~ y están es-
tructuradas de acuerdo con las aptitudes de dichos -míem-
bros para las correspondientes funciones sociales: en un~
sociedad integrada por' ladrones la aptitud ex hypothesi
ultrunente variable en el robo, determinaría el rango 'social,
(31) 'Esta advertencia es muy necesaria. Existen otros sígni-
rícadoe de la palabra «líberal», uno de los 'cuales puede describir
h\ posícíón de PARETO mucho mejor de cuanto pueda hacerlo
cualquier otro término. Del mismo' modo, existe un sentido en
el cual podría ser calíñcado, con, justicia, ,de 'gran -fílántropo.
l'el'o 110 es, desde luego, el que él tuvo en cuenta cuando aplicó
dleno término a los individus dégénérés, d'intelligence et de va·
Z07d~ jatbles (Manuel, pág. 130). . ,
(82) l:tesulta altamente instructivo observar cuando difieren
101 l'l.ul Lados a que llegan distintos hombres,' no- sólo partiendo
41 lo" mtsmoa hechos, sino incluso' de las mismas íntuícíones,
OIlAKAM WALLJ\B rué un radical inglés ortodoxo 'Y un raoíano.
Piro In IU üwnuni Naf,u,re tn P'olitics trazó un cuadro que no fué
• mo40 al¡uno adVG1'BO a los slog'ans de la democracia política
C1.\l 11d, 'MmTO. .
1.70 DIEZ qRANDESEÓONOlVLI~TAS

y <le ahí la influencia sobre el, gobierno de- la sociedad.


Pnreto supone.' que dichas habilidades O' aptitudes.,· aun
o
cuando susceptibles de mejorar de. empeorar, son substan-
cíalmente innatas) aun cuando" se tomó poco trabajo para.
demostrarlo, Además, dichas aptitudes, anncuando distri-
buídas de manera 'continua entre la población, dan lugar a
Ia formación de clases, de las cuales las más .«elevadas»
poseen y emplean medios para, consolidar ·su posición y
mantenerse separadas de los' estratos inferiores. En conse-!
cuencia existe en 'Ios estratos in feriores vuna 'tendencia a
J'

acumular mayor, aptitud de 'la necesaria, Y.' en los estratos


superiores, en la aristocracia o, éliie, una tendencia. a per-
der energía a través del desuso. ~ con la consiguiente ten-
. sión y la ulterior sustitución, de .Ia . minoría dirigente por
otra minoría dominante que procede de los couches infé-
-rieures, Esta circulaiion. des éliies, sin, embargo, no in-
fluye sobre el hecho de que siempre hay alguna minoría, y
'no guarda' relación ,con cualquier proceso que .tienda a acer-
.car a una sociedad determinada al ideal de igualdad, aun
, cuando en el transcurso de las luchas a que da lugar pro-
duzca filosofías igualitarias yslogans apropiados. Con una
"expresión qu·e recuerda la primera. frase del Manifiesto Co-
munista} PARETO .proclamóque la Historia es esencialmente
11nanistoria de la succesion des aristocracies (Manuel, pá-
gina 425) Pero su exposición de esta parte, de su doctrina
o

"resulta tan esquemática, y deja. tantas cosas a' la imagina-


ción del .lector.ique temo no haber rendido justicia plena a
su pensamiento. V, sin embargo, debo .intentarlo. En opi- '
.nión de algunos, ello "es necesario para poner totalmente de
manifiesto la psicología social paretiana. ,
El esque~a socio-psicológico gira alrededor del' concep-
to de la acción no-lógica (no necesariamente ilógica) o·Este
concepto entraña el reconocimiento de. un hecho bien cono- .
cido - bien conocido, en particular, por los economistas -
que la gran masa de. nuestras acciones. diarias no es el re ..'
sultndo de 'un razonamiento .;racional, basado sobre' observa r.
(·jf)IHI~ efectuadas racionalmente, sino' .simplemente .el
I

VILFREDO PARETO 177


I
resultado del hábito, de los impulsos, delsentido dél deber;
de la imitación, etc.; aun cuando muchas de ellas admitan
una racionalización satisfactoria ex post) por parte deiun
observador o incluso' del propio actor. Hasta aquí no existe
nada en la psico-sociología de PARETO que pueda resultar
extraño a nadie. Lo que es extraño ,y poco comprensible, en
cambio, es su tremendo' éntasis sobre- fa circunstancia de'
,que un gran número de acciones - e incluso de creencias-
son racionalizadas, tanto por 1051 actores como por los obser-
vadores; de tal modo que no resisten el análisis científico
Y".lo que es más importante, 'que varias acciones, no son
susceptibles de ser racionalizadas en ninguna forma. La
importancia de este segundo paso' para una sociología del
proceso político aparece evidente si darnos todavía un ter-
cer paso: PARETO afirma que la gran' mayoría de todas las
acciones y creencias que integran dicho proceso pertenecen
a la última clase citada. Consideremos un ejemplo en el cual
todos estamos de acuerdo, la idea del Contrato Social o,
como un ejemplo en el cual la mayoría de nosotros estamos
de acuerdo, la teoría de la »olcnié générale de ROUSSEAU.
Según PARETO) prácticamente todas las acciones, principios,
creencias, etc., que prevalecen en la mente colectiva de los
electores pertenecen a la misma categoría. Y 'una gran
parte' del T'rattaio , consiste en ilustrar esta interpretación,
frecuentemente de manera divertida y a veces de' manera
in structiva.
Nos será de gran ·utilidad subrayar fuertemente este
punto, poniendo' sobre el mismo más énfasis del que puso
el propio PARETO. Las masas -de pensamientos y las estruc-
t urus conceptuales que forman la superficie consci~ntedel
lH'()l~CSO social, y en particular del proceso' político, 110 po..
~l~l\U ninguna validez empírica.' Operan sobre entidades tales
{'CJllIO 1fl libertad, la democracia, .la igualdad, que son tan
hlll\~ 11 urrins como 10 fueron los dioses y las diosas que lu-
ehuron cu pro y 011 contra de los griegos y los troyanos en
la 1Iluutu, y c~t(l'n unidas por razonamientos que normal-
1110tllv vlolnn hu; 'I"(.').!;lt\H de la Lógica. En otras palabras,
12
178 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

desde un punto de 'vista lógico son completos absurdos, Con


esta visi6n se llega- a una filosofía (olítica cuyas caracterís-
ticas se comprenden fácilmente s~ decimos que son diame-
tralmente opuestas a la de JEREMÍAS BENTHAM.Conviene se· '
ñalar, sin embargo, que semejante diagnóstico de los mitos
político~ (SOREI~) no indujo a PARETO a olvidarlas funciones
que tales absurdos lógicos ejercen en la vida nacíonalv Des-.
pués de haber 'realizado un análisis de naturaleza estricta-
mente positivista renunció a. extraer las conclusiones que
habrían' parecido obvias a 'un positivista. Mientras los credos
políticos y las religiones sociales ----:' según PARETO existe muy
poca diferencia entre ambos ~ contribuyen .a la disolución
en las civilizaciones decadentes, también contribuyen a la
organización efectiva y a la acci6n en las civilizaciones vi..
gorosas.Esta 'es una actitud muy curiosa en un positivista
decidido' y será, tal vez; 'recordada en el futuro como' un
.ejemplo destacado de la mentalidad de una época que des-
truyó un tipo de creencias, metaffsicas para reemplazarlas
por otro. Esto trae a mi mem.oria el consejo que recuerdo
haber oído 'dar a. algún psicoanalista a alguno de sus pa-
cientes, y que consistía en recomendar. el cultivo de una
especie de creencia sintética en Dios, con vistas a sus po-
sibles efectos curativos. Corno es natural no existe ninguna
contradicción en sostener a .la vez que los credos políticos,
y sociales no poseen significación empírica y admitir que
algunos de. ellos puedan .actuar positivamente sobre la cohe...
sión y la eficiencia sociales. Pero el filósofo social que a este,
propósito quisiera recomendar la adopción -de una de tales
creencias se encontraría ante la misma dificultad que nues-'
tro psicoanalista: hasta que su análisis sea aceptado su
consejo debe ser inefectivo, toda vez que no podemos con-
fiar en la ayuda de un Dios sintético; tan pronto como' su
I consejo sea aceptado, su análisis debe ser rechazado.
El tejido de las -creaciones de nuestra imaginación fué
denominado por PARETO: dérivations.En el razonamiento
expuesto en el párrafo anterior se puede advertir que' dichas
dérivations no carecen de importancia como factores que
V11,1111' IljlIC • 1¡Al('Iil'Ji() 179

(tUUdYl'LVCn en la formación del proceso histórico. Sin em-


luu'Hu, l?Alut~l~O ftlé' de la opinión que dicha importancia es
rclntivamente pequeña y que. substancialmente- tales dériua-
tio11,S 110 S011 más que el resultado de la verbalización de
ulgo más fundamental y mucho más cercano aIa determina...
ción ele la conducta política real. y la suma, total de las ac-
cienes no..lógicas. Ahora. bien, si definimos este algo. más
fuudnmental en términos de intereses de gruposvy si 'enton-
CCH llCA'Ql110S a definir dichos intereses de grupos en' térmi-
no:; de la localización social de cada grupo dentro de una
(),r,g'u:nizaci6n social productiva, nos encontraríamos, por, lo
:ll1,U1105, ll1UY cerca' de las opiniones. de KARLMA~X sobre
ln materia, y en este punto existe, 'desde Juego, una gran
afinidad, que desea poner de 'relieve. En efecto, si nosotros .
adoptamos esta línea de razonamiento, subsisten tan sólo
dos puntos de divergencia entre la' sociología política, de
MAR~ y' la de PAR~TO. De una parte, PARE1'O .introdujo ex-
plícitamente un elemento que -se encuentra tan sólo implí..
cito en -el análisis de MARX: la importancia, en cuanto se
refiere a la explicación de la Historia, del mayor o menor
grado de flexibilidad social que muestra. una sociedad de-
terminada, 0, en otras palabras, la importancia del "hecho
de que exista una movilidad vertical" óptima o una resisten-
cia a la misma, 10 cual se traduce en la más poderosa ga-
rantía en pro de la estabilidad del' cambio político. De otra
parte, basta' recordar nuestro examen de la morfología. so-
cial de PARETO "para darnos cuenta de que, según PARETO.l
el proceso .hist6ric·o no ·es· el resultado del conflicto o de la
lucha de las clases" sociales. totales, .síno de la lucha de sus
minorías dirigentes. Desde 'luego se sobreentiende. que, aun
cuando dichas divergencias acreditan, ,a la. sociología pare-
tinnu, 110 son más que correcciones de detalle que mejoran
el (,'~qncrl1n de MARX. Incluso puedo añadir que las relacio...
J1<..'1"\ dl" lu propiedad per se
son mucho menos evidentes en
l)AI~It'J'() qtl~ en MAU.X) y que esto, constituye, también, un
título tltJ JIl HU pvrio1"i<lac1 elel análisis paretiano, Pero es fá-
180 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

(~lt (~OUI1)1""Cl1der que este punto está implicado, realmente,


en los otros dos.
Con todo, PARETO ,no' siguió esta línea; de análisis. Para él '
el vínculo entre el tejido de ilusiones que llamó. dérniaiums
y los determinantes objetivos de la conducta real consistía
en 10 que llamó el, résidus, Me doy cuenta. del peligro de
ser injusto ,si, por afán de brevedad, defino dichos résidus
como' impulsos, generalmente presentes 'en los seres huma-
nos, con 10 cual s~' vuelve, y no de' una manera atrayente,
a la vieja psicología de los «instintos». N o es preciso <?-is-
cutir la lista que PAR.ETO '4i6 de los mismos - y que contiene
elementos tales como un instinto de las combinaciones..el
impulso sexual y otros muchos ~, sobre todo teniendo 'en <

cuenta que e¡ propio PAR.ETO no pareció quedar muy satisfe..


cho de la misma. Basta señalar la objeción. metodológica
obvia a semejante 'procedimiento.; incluso si los, résidus de
PARETO y' las «leyes» de sus asociaciones y persistencia hu-
.bieran sido analizados .mucho más satisfactoriamente de 10
que 10 fueron, continuarían 'siendo, planteamientos rnás ,que
soluciones' de los problemas, y necesitarían, una investiga-
ción profesional de una clase para la cual PARETO no estaba
preparado.' Por esto e? fácilmente comprensible' que la obra
de PARETO haya ejercido tan pequeña influencia sobre la
sociología profesional y sobre la psicología social, y que los
soci6logos profesionales y los psicólogos sociales hayan
intuído rara vez la grandeza de la estructura considerada en
su conjunto (33). '.
Pero éstas y otras deficiencias nq son decisivas, La obra
dePARETo es algo más que un programa de investigaciones.'
y a la vez, es algo 'más que un simple análisis, Elprincipio
fundamental ,de que cuanto hacen los individuos, los grupos
y las naciones deba se.r explicado mediante algo mucho más
profundo que .los credos y los slogans empleados para ver-
balizar la acci6n, contiene una lección que los hombres

(33) El análisis de la socíología .paretiana realizado por el


lJ'll()l'(~Ii()r 'J:ALCQ'l'·).l PARSONS ñgura casi aislado en la Iíteratura
l4oo101ógJc~lt ELl1g1o..americana.
lB1

modernos - y nadie en mayor medida que nosotros Jos eco..


uomistas necesitan aprender. Nosotros estamos acostum-
--f

¡)'fondos, cuando discutimos cuestiones políticas, de aceptar


el valor 110111inal de losslog'an:s de nuestro tiempo y tam-
bién, ciertamente, de tiempos pasados. Nosotros razonamos
exactamente como si ·el· credo benthamista del siglo XVIII
hubiera sido válido alguna vez.. Nos resistimos a admitir
CIuC la política. es ideología política,' y no consideramos 10
que SOl1 dichas ideologías.' Cultivamos 10 inferior y dedi-
<.~(\1H()S nuestras mejores energías para. suprimir 10 que exista
do fuerte y luminoso. En semejantes condiciones el mensaje
de l)Al~n~roJ por unilateral que sea, resulta un antídoto 'sa-
ludable. No es} como sus teorías económicas, una' realiza-
CiÓl1 técnica de primer orden; se trata, de algo muy distinto:
es el resultado de. un esfuerzo para predicar un sermón,

(111) N. d. T. - SCHUMPETER se refiere a los partidarios alema-


nes de una pol1tica semiintervencionista del Estado, análoga a
cíerto modo a la que se desarrolló en los .Estados Unidos durante
el primer mnadato del p.residente ROOSEVELT (1932-1936) y que
l'eol bló la denomínacíón de N e» Deal.
011)
(11 En ftspafiol en el original.
EUGENVO~ BQHM-'BAWERK(*)
1851 ~ 1914,

AHORA este gran' maestro nos ha dejado. Nadie entre /

quienes estuvieron unidos a, él POi" lazos personales o cien-


tíficos sería. capaz de describir el profundo dolor que pesa
sobre todos nosotros. No existen palabras suficientes para
expresar 'lo que ha sido para nosotros, y muy pocos, si es -
que hay alguno, querrán aceptarIa evidencia de que a. par":
tir de ahora se levantará entre él y nosotros un; muro impe...
netrable que nos separará de él, ·de sus consejos, de su es-
tímulo, de su direcci6n crítica, y de que también a. partir
de ahora deberemos recorrer el camino que se abre ante nos-
otros privados de su compañía,
Me asalta el temor de 110 estar a la, altura de la. tarea
de trazar un bosquejo, de' la entera obra científica del maes-
tro. Tal vez sea prematuro acometer dicha tarea. La gigan-
tesca masa de ideas que comprende se' encuentra. todavía de-
masiado próxima a nosotros, y las nubes de polvo de las

(*) Esté artículo apareció primeramente bajo' el título IDas


wíssenschartlíche Lebenswerlt Eugen van Bohm..Bawerk, en,
Zeitschrijt für Volkswirtsc'hajt, Sozialpolitik uiui Verwaltung, va..
Iumen XXIII (1914~, págs. 454-528. Ha sido traducido y abreviado '
por el Dr. HERBERT K. ZASSENHAUS.,' queestudíó bajo la dirección
del profesor' SCHUMPETER en Bonn, y que más tarde fué su auxiliar
en Harvard. Actualmente desempeña el cargo de profesor encar-
gado de Economía en la Universidad de Colgate.
DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

pclémlccs es aún demasiado denso. Porqué él no fué sólo una


mente creadora, sino también, un luchador y hasta. el final
una fuerza viva y efectiva en nuestra ciencia. Su' obra no
pertenece a una generación ni a una nación sino a la huma-
nidad. Tan sólo mucho después de que todos nosotros' haya-
1110S abandonado el campo se darán cuenta los economistas
de las verdaderas proporciones de su genio y de $U entera I

'influencia
Desde .ci~rto punto de vista, tal vez, quien ha estado
sincera y personalmente consagrado al maestro seencuen-
tra aún con mayores dificultades para· realizar aquella tarea.
y yo lamentaría muy de veras tanto el poder escribir sobre
su obra científica en un espíritu de fría objetividad, como que
el lector pudiera hallar en Jo que sigue. nada más que un tri-
buto de devoción sincera y un recuerdo dolorido. Como per-
sonalidad xle riqueza infinita, como, un hombre a quién l¡
vida ofreció mucho porqué él tenía mucho que ofrecer, y
CQn10 pensador, BOHM-BA\VERK, no .necesita ninguna de las
dos actitudes) toda vez que era. 10 bastante' grande para po,;.
der prescindir de auxilios. ajenos y para poder enfrentarse
con la crítica: Pero para nosotros cualquier actitud que no
fuera la primera nos está vedada .
.l\ pes;r de .todo, la tentativa de realizar un bosquejo rá-
. '»
pido a tan poca. distancia tiene su mérito, Su' justificación
reside' en esto: aún cuando en su obra existen muchas co..·
sas cuyo significado definitivo no puede ser determinado
todavía, existen muchas otras que iperrnanecen ahora fres-
casen nuestra memoria y que el historiador no será capaz
de percibir cuando estén envueltas en la penumbra deljia- .
sado. Nosotros hemos conocido al hombre, las condiciones,
concretas de su trabajo, el' mundo para el cual escribió, el
1110do en que sus problemas se le presentaron; y el mate-
rial que 'él moldeó, pe todo esto, los mejores conocedores
son quienes le rodearon. Las cumbres son solitarias'; el va-
cíe que separa el presente de cada ciencia de su pasado, in-
cluso del reciente, crece rápidamente;' y muy pronto los.
círculos 111{tS amplios de los' colegas en la ciencia. no podrían
EUGEN VON B'OHM-BAWERK 185

distinguir con" claridad una gran', parte de los detalles que


son indispensables, sin embargo, para una comprensión rnás
profunda. '

Mi tarea debe limitarse. a hablar del hombre' de cien-


cia .. Pero la silueta del hombre es la misma en todas partes
y en todos los campos comprendidos dentro de la amplia ór-
bita de su vida, en los que el intenso latido de su corazón de...
jó su "marca impresa. En todos esos 'campos encontramos la
misma personalidad brillante, Jos mismos rasgos profundos
y enérgicos ; "lá estatua aparece fundida en un solo metal,
prescindiendo de cual sea el punto de vista 'desde el cual la
contemplamos. Como es bien sabido, él fué no sólo una de las
figuras más destacadas en la vida científica de nuestra
época, sino también un ejemplo del. tipo más raro de los
estadistas: un gran ministro de Hacienda. Su nombre per-
manecerá indisolttblemente ligado a toda una 'legislación
fecunda, a la mejor tradición de la administración financie..
ra austríaca. Y sus realizaciones en el campo de la política
nevan el mismo sello que sus obras científicas. Como cien..
tífico eligió la tarea más difícil bajo las circunstancias más
adversas, prescindiendo del aplauso o del éxito. Corno fun-
cionario público se enfrentó con la tarea más difícil e ingra-
ta entre todas las que puede emprender el político: la ta-
rea ele defender los principios financieros sanos -. tarea ésta
difícil e Ingrata en todas partes, incluso donde una opinión
bien informada protege al estadista, incluso donde éste' cuen-
ta COl1 el apoyo de la poderosa organización de U11 partido, e
incluso donde el ideal público es un Ideal nacional y donde,
por 10 tanto ,Ía máxima (los intereses de la N ación. 10 exi-
gen» es siempre un aliado, victorioso - tureu que resulta casi
sobrehumana en Austria. Es la. misma habilidad suprema la
que le permitió llegar a la victoria 'e11 la, política y en ~a in-
vestigación científica; la 111isl11a originalidad y vigor cons-
tructivo; la misma clara opinión de la realidad y de 10 que
es posible; la misma fuerza y energía que se adapta a cual-
quier tarea y que domina los obstáculos del momento sin
186 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

disgusto, vacilaciones' y sin pérdidas de fuerza; la. misma


serenidad' y el mismo agudo escalpelo, toda vez que el
, gran polemista fué también un maestro en la réplica hasta
el punto de 'que más de un adversario le tributó el mayor
. homenaje que un hombre pueda tributar a otro hombre: ~1
de rehuir la batalla. Y tanto en la-política como en su' obra
científica el mismo -earácter dió prueba. de su-valor :; el mis-
mo 'autodominio y la misma 'energía, el mismo eleva.do con ..
cepto del deber que imprimió tanto sobre sus subordinados
como sobre sus discípulos, la misma capacidad para ver a
través de Jos hombres 'Y de las cosas sin el frío alejamiento
del pesimista, para. lucha.r sin amargura, para rectificar sin
debilidad, para conducir su vida, en un plano a la. vez sim.',
ple y grande. Así. .su vida fué un conjunto armónico, la. ex-
presión deuna personalidad fiel ,3.i sí misma, sin traicionarse
. jamás, demostrando siempre su superioridad por su propio
peso y sin afectación, .una vida que fué como una. obra
de arte, cuyas líneas severas fueron, trazadas por un encan'-·
to personal infinito, tierno y reservado,

1
La obra científica de B10HM-BAyVERK constituye un con-
junto uniforme. Del mismo modo que en una buena come-
-dia cada frase contribuye al desarrollo del argumento, cada
.sentencia .de B6HM . . BA'WERK es como una célula de un orga..
,nislllo vivo, escrita de modo que obedezca. 'a un, plan. final
-claramente concebido en su mente, Por ello no existen des ..
pilfarros de energía, .ni dudas ni desviaciones sino tan sólo
.'una serena renuncia a todo ~uanto represente elementos se-
-cundarios 'y éxitos momentáneos. Así; no es de, extrañar que
-existan muy pocas muestras de' trabajos escritos a impulsos'
.momentáneós - tan importantes normalmente en "la vida
-de un 'escritor
1_ Y en su caso, los 'escritos "debidos a un es-
,tímulo externo se reducen prácticamente a. algunos artículos
-destinados a periódicos. Incluso dichos artículos periodísti-
cos resultan característicos: siempre sirven a un objetivo
..claro y específico, jamás son concebidos como mero- juego
l~'lrCEN V'ON BOH'lVI-EAWEIUt 187

científico o literario. Y con ello la superioridad plena del -


hombre, motivada por una gran tarea y por la posesión de
una fuerza creadora viva, se 110S revela con toda claridad;
la superioridad de una mente' clara y autodominada, la cuál,
f
merced a un sentimiento del deber intelectual renunció a
muchas distracciones pasajeras, Y con la misma energía llevó
a la práctica su entero plan vital. Su' vida se nos presenta
así completa y perfecta. N o 'puede subsistir ninguna. duda
acerca de la naturaleza de su mensaje.
Supo 10 que .quería hacer como lTIUy pocos, y por ello es
muy fácilformular su objetivo. Fué un teórico nato,apto
para ver y. para explicar vastas y profundas relaciones ; para
aprehender instintivamente, pero· con mano firme los hilos
de la. trama Iógica ; y para experimentar. la alegría íntima
del trabajo analítico. Almismo tiempo, fué un creador, un
arquitecto del pensamiento, a quien ni siquiera las. más va-
riadas series de tareas secundarias, como las que el curso
de la vida científica ofrece a 'cualquier hombre, pudieron
darle satisfacción completa. Es cierto, desde luego, qué"
fué el crítico más grande que [amásha tenido nuestra cien-
cia. Pero su obra crítica) pese, a su importancia y 'brillantez,
pese a sus objetivos y meticulosidad, no sirvió más que para
apartar los obstáculos de su camino, para. sostener a su ver- .
dadera obra,'; jamás fué un fin en sí misma, y nunca pasó de
ser una tarea subordinada.
( ,
.
Tan pronto como su intelecto comenzó a preocuparse por
el proceso socio-económico - 10 cual ocurrió a susveinti-
cuatro años - eligió resueltamente su punto departida:
CARL· J\iENGER. Siempre se consideró corno un, aliado de MEN-
GER Y jamás deseó fundar otra escuela científica, Su camino
le llevó primeramente a través de la estructura que MENGER
había creado y después continuó avanzando por el terreno
en que se asientan los principales' problemas económicos to..
elnvín no resueltos, logrando alcanzar así nuevas' cumbres,
pnrn ucnhnr fundiendo sus propias ideas nuevas,. con las en-
HCnnU~nH dt' .'I\1HNGlcn. en una estructura coherente, en una
tcorfn lotnl del 1l1·6<.~c~() económico, Consagró sus cuidados
- rsa DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

constantes a la elaboración .de dicha estructura, dedicándole


sus 'brillantes aptitudes y su magnífica energía. Mientras lu-
chaba C011 este problema, BoHM-BA\iVERK se convirtió en uno
de los cinco 0 sei~ mayores economistas -de todos los tiempos.
1

Nos ofreció una teoría ornnicornprensiva del proceso econó-


mico - uno do los grandes análisis de la vida económica al
nivel del de 10:-:; clásicos y del de J\fARX - ' concebido sobre
los fundamentos 'de Ml~NGltR .. y desarrollado desde e~ punto
de vista de 1111 problema cuya solución le parecía faltar, Dicho
problema era el del interés, el del rendimiento neto del·
capital, el problema 'UI,(lH difícil y más importante de la Eco-
nomía, Su dificultad, aún cuando 110 sea. fácil hacer com-
prender al público (JtI A'~nü1"ul, las complicaciones que en-
traña la explicación de un Ienórneno tan corriente, queda
atestíguada por el .h C{~ 11 o d~: q 1'1 e 10'$ esfuerzos realizados du-
rante muchos sip;los no 11:\'Il couscguído una. solución satis-
factoria. Su iiuportnucln Rl't1"g'~ del hecho de que casi todos'
nuestros conocitulcntos y todu nuestra actitud hacia la na . .
turaleza y Hi~~Tdfit\ndo del cupitnlisino dependen de nuestra
visión SOb1'Q el :..dp:lI i I'i cndo y funcióu del illterés'y del be-
neficio. 'Con untcrioridud tl lli)IlM'·llA\i\l)~~Rl{ solamente MARX
se dió cuenta de ello 1)()1" ello, el sistema de MARX no es
más, en su núcleo cicltt.rne(J't (.lUU una teoría del interés y del
ben-eficio, de la cual H~ desnrcnde todo 10 demás de un modo
más o menos concluyente. .
El medio ambiente cioutffico en el cual B6~M-BA'VER~
°,
. estaba destinado a C:IlCOJlb"U':-ic U sí 111iS111 constituye, des-
pués de sus aptitudes personales, el segundo elemento nece-
sario para compren del" sus contribucíones personales y la
forma objetiva que ndopturon, Dicho ambiente 110 era favo-
rable para un científico de miras amplías, para un hombre
de las proporciones intelectuales de un RICARDO, y menos
aún para un hombre cuyas aptitudes naturales eran las de
un teórico exacto. La figura. poderosa de lVISNGER surgió so-
-litaría entre un 111011tÓll de. adversarios, La comprensión de
los fines de la investigación analítica estaba totalmente au-.
sente. Para comprender esta situación, 'es' necesario recordar
'~UGEN VON B'OHM-BAWERK 189

que la Economía es una ciencia muy joven, casi en man-


tillas; que. ha experimentado un único florecimiento real y
que éste no tuvo lugar en Alemania; ·que el tipo de dispo- 1.
sición mentar que la naturaleza otorgó. a' B6HM-BAWERK no
ha arraigado jamás profundamente en Alemania, y que por
ello nunca ha dejado de parecer extraña y en consecuencia
impopular'; en ,realidad, hasta entonces no había sido ni si-
quiera realmente comprendida.. Es necesario recordar tam-
I
bién que el interés de los economistas 'alemanes. se dirigía ha-
cia la reforma social o .sobre otras cuestiones prácticas, y so-
bre problemas .de la técnica administrativa, de tal modo que.
el interés puramente científico, en la proporción en que
existía) se limitaba. exclusivamente a la. historia económica,
No existía absolutamente ninguna posibilidad para un teó- ,
rico, y la mayor parte de los especialistas ell Economía, fal-
tos de una preparación teórica; eran incapaces no sólo' de
apreciar y valorar las realizaciones de, naturaleza analítica,
que contemplaban con prejuicios y disgusto, sino: que ni si-
'quiera. estaban en condiciones para poder formarse una opi-
nión independiente acerca de la consistencia lógica de Ull
teorema, y mucho menos para captar su significado o para
juzgar la labor' intelectual subjetiva de su autor,
'l~ull s610 cuando se tiene presente todo esto, cuando se
cH1:lt ]>1 enumonte fumiliarizado con todos los aspectos de los
obstáculos que tuvo que abordar el pensamiento abstracto,
puede 11 egar uno a comprender la situación en que se vieron
envueltas las mentalidades teóricas y además una gran. par.. ,
te de su conducta; todo 10 cual justifica la existencia de un
estado de cosas que ha llenado de extrañeza a los cultivado-
res de las ciencias exactas. Es todo esto 10 que explica las
montañas decontroversias, los obstáculos que surgen al cada
paso en el camino del cualquier análisis, la necesidad de vol-
ver al comienzo en cada nueva fase del razonamiento -- por-
que de no obrar de e.s~' modo- no pasarían de una docena: Jos
lectores capaces de seguirlo ~ .y' esto explica también el ~a­
crificio consciente de los refinamientos de detalle! En aque-
11a época - y en cierta medida también en la actual - el
1'90 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

teórico 5610 podía confiar en sí mismo corriendo siempre


t

el 'peligro de ser mal interpretado; él rriiS1110 debía, construir


los ladrillos, cada uno de los ladrillos necesarios para su.
estructura, sin poder dar nada por supuesto en sus 'lectores
salvo la disposición de \los mismos; la cual 110' siempre era
benévola. Un futuro más feliz se' olvidará pronto de esa fase
científica Probablemente en laactualidad, el científico exac-
't~ es incapaz de' imaginarse a sí luismo en la posición, por.
ejemplo, deJ matemático que. antes de abordar un problema
de cálculo de variaciones, se vea forzado a arrancar de sus.
lectores la aceptación de los elementos de la Aritmética. Po-
ner esto de .manifiesto e imprimirlo en la. mente de la gente
para siempre, es 'la tarea que debe' realizar el contemporáneo,
que se encuentre 10 bastante cerca de este período para com-
prenderlo. Constituye dicha. tarea up elemento esencial de la.
justicia histórica a todos los grandes luchadores y regenera-
dores de la Economía, y una condición necesaria. para com-
prenderles. Quien juzga a nuestros pioneros suele olvidar fre-
cuentemente que fueron los primeros y que el juez se levan-
ta sobre sus espaldas.
El éxito de B,6HMooBAWb:RK no fué rápido. Durante largo
tiempo, .incluso logró éxitos menores q':le los' conseguidos
por otros colegas suyos} cuyas realizaciones comparadas con
las suyas apenas resultan visibles, sea cual sea el ángulo des-
de el cual se efectuemos 'la cOlllparación.En efecto, antes,
de S0111eter a juicio su problema principal se vió enfrentado
con la tarea de mostraral mundo científico cuál era la natu-
'raleza de dicho' problema; e incluso se vió obligado a. mos-
trar a .muchos que era, verdaderamente, un prcblema ; sevió
. forzado a. defender 105, fundamentos de su sistema a través de
una. larga controversia; se encontró 'luchano:oG-Qll adversa-
ríos que consideraban metodológicamente imposible cosas
tales,' como la investigación abstracta de Ul1 grupo aislado
de hechos. No existía tampoco un 'círculo de especialistas de'
mentalidad similar a la suya, ni tampoco le fué posible du-
rante largo tiempo el atraer a su lado a un grupo de cientí-
ficos o el formar 'a sus propios discípulos. Todo esto acre-
191

cicuta la importancia de los resultados. qué consiguió. Al-


cunzó su objetivo mediante la .fuerza de sus. razonamientos
escritos, sin perseguir el éxito literario o de forma, sin lla-
mamíentos a la opinión pública, sin una. campaña periodís- l'
tica ~ es decir, careciendo' de todos aquellos Inedias que,
prescindiendo 'del hecho de que ~n ocasiones puedan ser I
necesarios y justifica bles, frustran los más elevados ideales
de una ·tar.ea erudita' o científica - y ello sin ocasionar
amarguras y sin lanzarse a. rencillas personales.
La actividad serena y fructífera de jefe de una. escuela
· académica. le fué permitida tan sólo durante diez años, desde
1904 a 1914, después que había ocupado tres veces el cargo
de ministro de Hacienda austríaco. y. ello porque- el ambien-
te científico en Innsbruck, desde 1880 a 1889, fué demasiado
estrecho para permitir la formación de discípulos dispuestos
a ser orientados de tal modo que hicieran del campo de la
teoría .económica el objeto de suvida~ Y ·esto era todavía.
más cierto en una .Facultad de Derecho entre estudiantes
orientados esencialmente hacia el estudio de la. [uríspruden-
cia.i Y el período en que actuó corno Honorarprojessor en la
Universidad de Viena, fué para él una época de intensa. ac-
tividad práctica,en la cual, aunque no llegara a ocupar toda
su atención, neutralizó en gran parte, 511 energía.. Solamente
después de 1904 comenzó aquella actividad que permanecerá
inolvidable" para todos nosotros, y las sesiones de las dis-
cusionesen el Seminario durante los meses veraniegos.

Ir
Al referirme al objetivo científico perseguido por B'oHM-
]lt\'~7URI{ 10 he descr¡'to corno un análisis de las formas ge-·
:J1erales del proceso socio-económico. .Ahora,., antes, de. ini-

('in,· el examen de sus contribuciones singulares, conside-


I (11110H rápidamente el modo. en que efectuó dicha tarea. f\,sí
111 tll,idnd c1{~1 plan y la impresionante consistencia desu rea-
li~'llt¡l(lIl iulquirirán un agudo relieve.
lid vi:lifu I Otl t t d ''10tH prCllsiva del proceso socio-económico,
Idl •• tlIIU I\jlHI'CC'" u tHIH ojos, descansa sobre principios que
1'92 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

, \ .

poseenla simplicidad de los grandes fundamentos de la Físi-


ca .. Al igual 'que Estos últimos podrían ser expuestos en po-
cas páginas, y si fuera. necesario en una. sola. Pero nadie po-
dría sa.car gran partido de semejante exposición sintetizada, .
porque -~otra vez, al igual que .ocurre con los principios
básicos de la. Física -- sólo resultan fecundos, e incluso ad-
quieren su verdadero significado, tan sólo en la selva de de-
talles del mundo empírico. La falta de .una communis opinio
en la Economía de su tiempo obligó a BOHM-BAWERK' a. so- .
.meter' a sus lectores cada hipótesis y cada método que em-
pleó, cada uno de los eslabones en la cadena de sus razo-
\ namientos, y a la necesidad de luchar en cada. paso del ca-
.mino para conseguir un espacio en .el cual construir la es-
. tructura de su sistema. Más aún: este sistema contenía
much-as 'ideas difíciles y controvertidas, especialmente las
que se referían al terna principal: eJ problema del interés y
del beneficio. Aparte dé la necesidad de reforzar los fun-
damentos que había. heredado de l\1ENGER, existía. la. necesi-
dad de eliminar una gran cantidad de tentativas anteriores
para formular una teoría del interés, operación ésta, que era·,
necesaria no s610 para. conseguir un auditorio propio, sino
también porque la demostración 'del carácter inadecuado de
dichas tentativas (que constituyó intrínsecamente. una' gran _
realización). era un requisito previo. para su propia teoría. po-
sitiva. . d

Incluso los, conceptos elementales más simples presen-


taban dificultades. Para el científico creador, las definiciones
son una cuestión secundaria En principio, las nuevas intui-
ciones no hacen más que aparecer; surgen. repentinamente
sin que se sepa de donde vienen o cómo han llegado.. Las
definiciones resultan necesarias solamente cuando .aplicamos
dichas intuiciones, y por supuesto cuando las 'describimos.
Al acometer esta última tarea BOHM-BAWERI{ se 'vió envuel-
to en la antigua controversia sobre el concepto del bien. eco..
nómico. Su primera publicación Rechte und Verhiiltnisse vom
Standpunlete der -oolksunrtsckajtlichen Giüerlehre (Inns-
bruck, 1881) abordó ya. dicho problema. Una vez 10 hubo' re~'
lOS

nlH'Ho eou HUS ncostumbradas cualidades de ·claridad y de co ...


t'n~(·{~jl)jl" He encontró ante las dos tareas principales que' le
uorruhun el paso para la construcción real de su- sistema. El
1) 1 i 11 cipio explicativo fundamental de cualquier sistema. eco-
I

uóruico C~ siempre una teoría del valor. -La teoría económica


trutu de hechos que aparecen expresados en términos de 'va~
lor, y el valor es no sólo elprimer motor del cosmos econó..
TU leo, sino también la forma en, la cual tos fenómenos' econó-
:ficos pueden ser comparables y mensurables. La visión que
el teórico pueda tener del iTIun40 económico depende 'de su
opinlón del fenómeno del valor; por ello era. necesario es-
tulrleccr 'L1110S fundamentos firmes. La segunda tarea prepa-
rutorin se refería. a la teoría del interés y del beneficio: se
:1 HLC{U necesario limpiar la maleza con obj eto de poder de-
mostrar que ahí existía un' gran problema todavía no re-
suelto, '
La primera de dichas tareas consistía en desarrollar una
defensa y una elaboración, de las teorías mengerianas. Y en
1886 publicó en dos 'artículos (Conrads [ahrbiccher,.. _Nueva
serie, VoL XIII)' aquella' exposición magistral de la teoría
del valor (G·ründzuge der Theorie des ivirts~haftlichen Guter-
7~)01'tes), que perdurará siempre mientras exista nuestra cien-
cía. Con esto allanó e~, camino a su teoría económica. Desde
entonces su nombre ha permanecido unido a. la. teoría' de' la
utilidad marginal, hasta el punto de que tanto sus seguido..
¡"O:-; corno sus adversarios comenzaron a i1ablar de la «teoría
hohm-bawerkiana del valor». En aquellos artículos había
hecho suya esta teoría, al igual que había hecho WIESER;
norque un simple discípulo jamás podría haberlos escrito. Sus
uportaciones originales 'en los ·citados artículos son numero-
tHlH; l1;,e referiré exclusivamente a. dos de ellas En primer
hlgru" dió a, la teoría su forma específicamente austríaca, se-
pllr(\lt<1osc parcialmente de la forma que habían' a.dopta.do las
(111:H"illlli';n~ ele lVIltNGnR en otras partes del mundo. En se-
p.lIl1du 11IHIlI", ofreció una solución propia. al problema de la
¡~llptlll\('i(Hll q'1~ difiere de las suministradas por MENGER y
flor: Wtl(IHtl{, ~l u In cual nos referiremos más adelante.'
DIEZ GRANDES ECONOMIST~'

11{)J tM'tilJA'\VltRI{ continuó siendo un poderoso y vigilante


def'11H~(H" (le la teoría subjetiva del valor interviniendo victo-
r¡()t~tu ncnte en muchas. de las batallas 'que: se libraron. en pro'
)~ en contra de la misma. También esto forma parte de su
obra, que de otro modo habría resultado insegura en sus
fundamentos e "incompleta en sus detalles. '-T es tan sólo una
consecuencia lógica de su personalidad -el que fuera. incapaz.
de .sostener una posición cualquiera sin cuidarse de refor-:
zarla, sintiéndose empujado a sol ventar cualquier posible du-
da teórica por medio de investigaciones incesantes, Ninguna'
mente creadora puede encontrar placer en la discusión repe-
tida de cuestiones que han sido ya sistematizadas por ella
misma a- su entera satisfacción, Pero mayor sería la pérdida
si no poseyéramos los resultados de dicha controversia, que
.no: tiene igual en la literatura. económica y que es un verda-
-dero arsenal de instrumentos analíticos..
Cuando .aparecieron los Gründ;~uge los-fundamentos de
su reputación como autor había-n sido ya. cimentados gracias
a la: segunda labor preparatoria a la que hemos aludido más
arriba, es decir, merced a la publicación del. primer volumen
su
de magnum opus : la Geschichte und Kriiik der Kapiial-
zinsiheorien iKaoiial und Kapitaizins, Vol. I, r ," edición,
Innsbruck, 1884), que constituye la pieza crítica más desta-
cada dentro' de la.,literatura económica. La obra alcanz6 éxi-
to rápidamente, peroincluso todas las expresiones de aplau-
.'-so y admiración, que fueron cada. vez más frecuentes resul-
tan insignificantes al lado del homenaje tácito representado
por ·-laprofunda. ínfluencia que ·todaví~ sigue ejerciendo di--
cha obra. Ellibro constituye un monumento de análisis crea-
dor y también un hito en' elicamino de nuestra cíencia;
contiene una serie. de críticas' 'de las teorías del interés, cada'
una' de las' cualescorno pieza de artesanía científica resulta .
una obra de arte inigualada. en su perfección: El libro no
entra en descripciones del 'medio ambiente social e histórico
en que surgió cada teoría. Ni tampoco contiene florituras fi-.
10H6fi{~t\n ni sustitutos sintéticos' a. la explicación, Incluso
lu 1.itibuia del pensamiento en ·~1 campó' de su tema. central
VUHtl a un lugar secundario. El autor se limita exclusiva..
mente a. una. de las muchas tareas posibles: se concentra su-
cesivamente sobre cada. teoría: del interés, considerando en
cada caso únicamente' su contenido sustantivo, 'Como resulta-
do de dicha. 'labor formula nuevamente cada uno de dichos
contenidos examinando sus-elementos. esenciales con visión
magistral, empleando un número reducido de argumentos,
sencillos pero siempre decisivos. Con un mínimo de esfuer-
zas, y siguiendo siempre la. línea. luás' recta posible, 'Y' ~con
gran elegancia, va despachando sucesivamente las diversas
teorías ; y - después de haber expuesto cuidadosamente las ,
razone? de cada. fracaso ..::-.' continúa su camino sin malgas-
tar más palabras, exento de todo ~xceso verbal. No existe
ningún otro .libro .en el cual uno pueda a prender con igual
eficacia, el arte de aferrar firmemente 10 esencial. y de pres-
cindir de 10 irrevelante. '
Más tarde, después de que cada cosa había sido prepa-
rada, eri esa forma metódica y cuidada, apareció como segun-
do volumen de Kapiial und Kapitaleins, Die Positiue Theorie
des' Kabiials (~1 prefacio está fechado en noviembre de 1888,
la publicación es de 1889,' y una. traducción inglesa. debida
a \V. ,SMARr apareció ya en 1891). Tal como hemos señalado
más arriba, esta obra, a. pesar de que su título pueda suge-
rir un contenido más restringido. comprende un análisis
total del proceso económico, siendo a la vez la. obra. de su
vida y el producto- más personal de sus esfuerzos. Sean cua-
les fueren las opiniones que las generaciones' futuras puedan'.
formarse' de cada uno de los eslabones separados de la ca-
dena de. su pensamiento, jamás podrán dejar de admirar su
traza magnífica y el grandioso éla»: de la obra completa. .En
cualquier caso es absolutamente cierto que se trató' de un
esfuerzo para escalar las cumbres más -elevadas que puede al-
cnnzar la Economía, y qué su realización Ilegó .a; un nivel en
el c\1(tl existe un número 111UY reducido de dichas cumbres.
H¡,(~H1P"'l~ he sentido una inclinación a establecer una com-
lHttn(~'i(Hl (·011 M'AU,X a este respecto. Tal vez esto pueda pare-
cer (\",1IHÍlo1 p"ro (l\~ ser a~í, ello se debe tan sólo a que' el
196 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

nombre de MARX se ha visto envuelto por el calor de las pa-


siones políticas, y porque su sistema está animado por un'
temperamento muy distinto al de nuestro héroe. Su nombre
no puede ser separado de los moviruientos sociales y su fra-
seología., que le distingue y qué permite acentuar la signifi-
cación de su, obra a U11 público más amplio que el científico;
pero la. consecuencia de ello es que su contribución científica
'real queda oscurecida, Todo esto no existe en el caso de
BOHM-BAWER.K, quién 110 deseó otra cos~ que ser un científi-
co. Ni una sola hoja en su jardín se rnovió a impulsos de las
borrascas políticas. Ninguna de sus palabras o expresiones
estropeóel flujo de 811- pensamiento científicov Adernás evitó
el transfondo sociológico que) considerando el estado de nues-
tra disciplina, habría reconciliado a muchos disidentes con
el laborioso trabajo intelectual situado debajo del mismo. Su
.obra 110 ofrece' ninguna peana' desde la cual poder hablar a
las masas, ni tampoco cuenta con ningún 'ornamento, pres-
cindíendo 'de la.' forma clásica. de sus. líneas .v de su perfección
interna, que no son .más que e¡ fruto deIa renuncia al todo
cuanto, le habría podido alejar del núcleo del problema en •
'el cual había puesto sus miras con seriedad y' firmeza Sin
embargo} por muy diferentes que hayan sido lVIARx y B6HM-
BAWERK, sus vidas, sus convicciones y por 10 tanto también
'en muchos puntos sus obras" el paralelismo entre ambos en
cuanto teóricos ,es innegable. Enprimer lugar, COll10 científi-
cos, tuvieron ambos el mismo objetivo. En segundo lugar, . u n
conjunto análogo de circunstancias relativas a su tiempo y al
estado -de su ciencia, al igual que una convicción análoga de
la importancia excepcional de los problemas del .interés y del
beneficio, les llevó a derivar de este problema la orienta-
ción de sus análisis' del proceso socio-económico. Cada 'uno
de ellos tornó las ideabásicap~ra su análisis de otros; así
',MENGER fué para. B-oHM-BA\VERK 10 que RICARDO fuévpara
MARX. Ambos trabajaron con métodos similares y avanza-
ron a un ritmo parecido.. y cada tino de ellos construyó un
edificio, cuya grandiosidad queda suficientemente probada
con la observación de' que ninguna crítica. por eficaz que '.
197

pueda ser eón respecto a un objetivo ·c,oncretn, .puede dismi-


nuir el significado y la importancia del total.
Con todo el eco logrado en el mund~, científico fué menor
que el obtenido por la parte crítica de la obra', y fué sola:
mente con el transcurso del tiempo que la Posiiive Theorie
logró echar .raíces' en el suelo del pensamiento económico.
En parte ello se débe a la índole" de la obra. Un. organismo
tan poderoso corno la Positiue Theorie de BOHM-BAViTERK,
cuyo mecanismo interno no puede ser comprendido sino ~ne­
diante un estudio prolongado e imposible de ser asimilado
por quien no fuera teórico, obligó al experto, especialmente
en 1889. a. trabajar dentro de un mundo de ideas absoluta-
mente nuevo- P'01' esta TaZÓl! su suerte no podía. ser otra, 'al
principio, que la. de permanecer inaccesible. Incluso hoy en
día, 111ás de 'un admirador de nuestro hombre pospone la
Positiue Theorie a otras, partes. de su obra, especialmente a
'la Geschichie un.d. K ritik; igualmente esdigno del ser seña..
lado que él juicio de muchos. expertos en la, materia. se apoya
en detalles meramente secundarios. En cualquier caso, y aún
cuando la grande.za".de1 libro 110 ha logrado 'Un, pleno reco-
nocimiento ni siquiera en la 'actualidad, se ha convertido'
en la obra standard que no puede ser ignorada por nadie que
H<.: pro~poug;a trabajar <:11 el campo de la teoría económica. Per..
tcuccc al instrumcntnl de cualquier teórico, y ha llegado a
ser COtl :11111<.,110. la contribución original de nuestra época,
(fue ha ulcnuzurk: 'IlHtYOI' éxito.
I.. a H(Jg'lltHlu ~dil'i()I1 (lq()~) fue, uuu reimpresión inaltera..
da de' la ,prilll~rtt ,Pl'l'O', ('tltl'l~ los afio:; que van de 1904 a
19°9, BoIIM-13A V\/1\H 1\ t·Oll :-;ag n') todn~ HUH, Iucrzns a. la tarea. de
«reflexionar llt1CVU111<Jl1te ~\()hrl~ 1tHl11 11\ ohru». Después de
«cinco años de trabajo cxtcn uuutc», mcdinute el cual 110 que-
dó un solo «escondrijo) de ~u obra VOl' examinar (cfr. el
prefacio a la tercera edición) la j.rescntó nuevamente al pú-
blico sin haber necesitado ultcrur sus fundamentos. Sin em-
bargo, la llueva edición 'úH un libro nuevo: muy pocas sec-
cienes quedaron sin revisar, casi todas fueron ampliadas, y
\'" además VOl" todas partes se advertían un gran 11úmero de .im-
198 DIEZ GRA.NDES ECONOMISTAS

portantes adiciones. Por otra parte," Jos años' en que se en-


tregó a la tarea de autocrítíca le llevaron a desear discutir
.un cierto número, de cuestiones con mayor detenimiento del
que era' posible en el texto; Por ello además 'de los dos
apéndices añadió doce «yxcursuses». Y aún cuando original-
mente fueron concebidas como: ampliaciones del texto y como
~ notas críticas, muchas de ellas S011 verdaderas monografías.
Ellas convirtieron al libro en un compendio de teoría 'eco-
nómica pudiendo afirmarse que de este modo pudo dar cima
a la obra, de su vida. '
N'o añadió a la. obra, en cambio, una .ú¡tiI!Ja parte que
había proyectado durante largo tiempo. La ofreció más. tar-
de en su último artículo Mucñ; oder ákonomiscbes Gesetz?
'Había tropezado varias veces COll el «slogan» de que los pro-
cesos económicos ell general, y' la distribución del' producto
social en particular ~ estaban determinados por el poder so.:.
cial de las clases y no por los fenómenospuros del. valor eco-
nómico. No era más que un «slogan», pero seencontraba am-
pliarnente difundido, y en el campo de: nuestra ciencia no es-
tamos en condiciones de infravalorar semejante tipo de 'con-
vicciones. Además, existe un cierto .problema. en esa cues- .
tión Ull problema acerca del cuál no tenía. más remedio que'
1

tomar partido aún cuando tan sólo fuera¡ con la finalidad de


probar la solidez de su propio sistema. Así 10 'hizo, y de pa-
sada analizó varios e .importantes extremos de la. teoría de
los salarios. Par.a nosotros éste artículo posee un valor' que
debe ser señalado y que .reside. e11 las muchas indicaciones
que contiene acerca. de la. dirección según la. cual deberá pro-.
ceder la investigación futura, es' decir, con respecto a los
se
>

.innumerables problemassecundarios cuyos perfiles desdi-


bujan -en la niebla del futuro.
Otro artículo más, pertenece igualmente al plan integral
. de su obra, al 'margen del cual se- encuentran sólo un~s'
cuantas publicaciones que citaremos un poco más adelante.
El significado profundo. del último 'artículo procede del' pa-
ra1e1ismo de sus esfuerzos científicos-con 10.5' 'de MARX. Se
199

trata de su crítica de M.~RX que publicó bajo el título de


Zwm Abschluss des Marxschen. Sysiems, poco después, de
la aparición del tercer volumen de Das Ktip: ta.] J como contri-
bución al volumen de homenaje a I{ARL, I{NIES (Berlín,
1896; traducción rusa editada en _San Petersburgo, .I8gi;
traducción inglesa editada ,en Londres, 18g8). lVIARx tuvo
innumerables críticos y apologistas -~, más q-q:e cualquier otro
teórico, aún cuando B'OHM-BAWERK .tenga ahora un número
similar ~ pero la" mayoría de ellos adolecieron de uno de
los dos defectos 'siguientes. O bien su interés principal s~
encontraba' fuera del' núcleo científico de la obra. de MARX,
y por. ello se concentraban en 'cuestiones irrelevantes desde
el punto de vista del citado núcleo ~ cuestiones históricas,
políticas, filosóficas, etc..- ' o bien, 110' estaban completa-
mente a la altura del autor y de la. obra. Es esto lo' que con-
fiere al critisicismo de ,BrOHM..BAWERK, un significado espe-
cial: Je interesaba ei núcleo de ia cuestión y tan sólo dicho
,.núcleo, y cada una. de sus líneas revelaba al maestro ; la
grandeza del objeto de la crítica mide la grandeza. del críti-
co. -Esta es la, razón por la cual esta. crítica ocupa un papel
preponderante en el panorama. de la, obra de BOHM-BAWERK;
ésta es la razón por, la. cual nunca dejará de ser la crítica. de
MARX, en cuanto se refiere al contenido teórico del sistema
de MARX. N o 'me es posible, sin embargo, examinarla. con
mayor detenimiento.

Ir!

De acuerdo. con la. clasificación .de OSTWALD, BOHM..BA-'


WERK tendría que ser defiti.ido como un típico «Clásico». Es-
ta definición encaja. perfectamente con 'su estilo, que era
directo sin adornos y reservado. El autor deja hablar al su-
J,'to y no nos distrae con sus fuegos de artificio. Precisa-
"I('lth~ en esto consiste el indudable atractivo .estétíco de la
1111'11 Hl liternria, que destaca la forma lógica de las ideas sub-
V;If'.lIlt,:¡ d(' runucra a la vez precisa y discreta. Sin embargo,
:~H 1'~,H~ .. t'fll muy personal, y cualquier frase de .las que él
200 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

escribió podría ser. reconocida incluso si se la insertaba en


otro texto cualquiera J por la 'gran regularidad de su sinta-
xis. Sus frases -'COll10 bloques de mármol bien: labrado -
son frecuentemente largas, pero jamás confusas..La influen-
.cia del lenguaje oficial. y administrativo, así como la. de las
·formas jurídicas de estilo y -de expresión apunta débilmente.
·Pero esto' jamás ,es. un estorbo; por el contrario, sirve para
..demostrar que el lenguaje oficial posee sus propias cualida-
des estilísticas, las cuales cuando 10 manejan unas buenas
.rnanos no deia de producir su .efícacia. La expresión y la
.ctemperatura» de .su exposición son siempre. las' apropiadas
al caso : reflexivo y frío en el desarrollo de un. razonamien-
·to, pleno 'c;1e energía y de mordacidad en los pasajes decisi-
"VÓS y en los resúmenes El autor rehusa siempre 'oscurecer
.la estructura. de su exposición, marcando netamente las ce-
o suras. El juego de palabrasno existe, Incluso 'quedan redu-
cidos a un mínimo las huellas de su deliciosa conversación
- para la cuál no conozco mejor expresión que la. de "«reto-
zona» - que fué su característica en las relaciones. perso- '
nales. Para dentro de los límí tes de la reserva más, estricta,
'frecuentemente la expresión se 'eleva hasta alcanzar efectos
retóricos, hallando a menudo giros de frase muy .felices o
acuñando palabras o expresiones inolvida bles, e

. IV

Bastarán unas pocas palabras para caracterizar su po-


sición metodológica. Su método de trabajo, un método que
en sus' manos se mostró poderoso y brillante, fué determina-
do por la. naturaleza del problema 'estudiado Y. por sus apti-
'tudes personales. El problema consistía en la descripción de
".la.s. leyes generales que se: manifiestan en cada sistema eco-
nómico, independientemente del tiempo y del lugar. La
existencia de tales leyes, siempre y en todas partes, s~ des-
prende de 'la esencia de' la actividad económica, y de las
necesidades objetivas 9ue condicionan esta actividad. Las
HltOEN BOHlV[-BA WE1=tK 201

dificultades que suscita dicho problema son, por 10 tanto,


predominantemente analíticas Es decir, no se trata de una
tarea especial de recopilación de hechos; los hechos relevan-
tes y básicos. de la. vida económica son, corno muestra la'
experiencia, simples y familiares para. nosotros, como resul-
tado ,de la experiencia práctica, ')7 se, repiten en, todas partes,
aún cuando adoptando una gran diversidad de formas. En
'cualquier ca.so, la .tarea de recopilar hechos cede el paso an-
te la tarea ,de la asimilaci ón intelectual de estos hechos y'
del desarrollo de su~ implicaciones. Esto no puede se~ Ileva-.
do a cabo, a menos, que se proceda a aislar mentalmente
'los ,eleluentos de la experiencia que 110S interesan, y a menos
que se haga abstracción de muchas cuestiones irrelevantes,
-La teoría resultante, no puede negarse, será abstracta,' ale-
.jada de la realidad por ,obra. de muchas h ipótesis, al igual
que ocurre con cualquier teoría.; pero es tan realista y' em-
"pírica como pueda serlo una teoría. física. Por 'supuesto;
~ cuando se trate. de aplicar semejante teoría o de realizar in-
vestigaciones concretas y detalladas, es indispensable 'un
lluevo material de hechos. recopilados sistemáticamente. Pero
toda vez que el problema de BOH~l-BA\;VERK fué el de bosque-
jar los grandes trazos de la. lógica, interna del proceso eco-
nómico, y toda vez, también, que jamásse ocupó ni 'de sus
'aplicaciones ni con investigaciones empíricas detalladas, su
método fué el del análisis teórico, e¡ de la especulación
exacta. Y sus aptitudespers.onales apuntaban precisamente
en la misma dirección.
Su interés se centraba en los problemas y en los resulta-
dos, y no en las controversias metodológicas. Siendo un cien-
tífico nato, percibía. las exigencias metodológicas de cada
g"tUpo daprcblemas cómo una cuestión obvia, hasta el pun-
to de que no hallar el menor placer' en las disquisiciones ge-
11(·I·ttl'~f; sobre el método. ·Tan sólo ocasionalmente llegó a
(.':-;('l'illir sobre estas cuestiones. La esencia de su opinión 50-
hn.~ In illllt,·dH, por 10 menos, tal como se: refleja en, las dos
prilllvlu~1 (Hln~¡Ot1l·H en que se puede afirmar correctamente
:202 DIEZ GRANDES' ECONOMISTAS

que trutó de rnetología (1) no es difícil de captar: ce Escri-


bu l)O~O o nada sobre método, yen cambio' trabaja CO~l la
máxima intensidad sirviéndote de todos los medios disponi-
· bles.» En una tercera publicación formuló algunas adver-
tencias 'metodológicas a. un grupo .de sociólogos franceses,
miembros del «Institut Jnternational de Sociologie» con mo-
tivo deStl elección como presidente ~e dicho Instituto, Se
encuentran publicadas. en la Reuue Lniernationale de. Socio..
logie (año XX, 1912) bajo el. título Quelques remarq~e.s peu
· neunies sur úne »ieille question. Escritas serenamente, sin \
empaque y en un hermoso estilo, merecen atención, particu-
larmente po~ 10 que se refiere a la. grave advertencia, infini- .
· tamente apropiada, <le que si la Sociología no encuentra
pronto su' RICARDO producirá inevitablemente su 'FOURIliR.
Y, finalmente, existe una sección metodológica en Die A'Uf~
gab esi der Preistheorie, ·que· fué añadida a la tercera
t

-edición de la Positiue T'h corie .donde contradice a los teóri..


cos alemanes. que negaban la. posibilidad de una teoría ge-'
neral del precio.
Todos estos escritos perseguían. un- propósito- defensivo".
'bien definido; no fueron escritos por gusto ni quiso .reali-
zar con ellos unas investigaciones epistemológicas. Quién se
ocupa tan sólo de los resultados 110 tiene tiempo para Ile..
varlas a capo, El hecho de que no fueran de' su gusto por,
los refinamientos de expresión y de forma que constituyen
el placer de otras mentes, puede explicarse en. virtud de" la
posición especial que, ocupó en la. historia de nuestra cien..
cia. El fué uno de aquellos .investigadores de primera. línea
a quienes interesan tan sólo la esencia de su' razonamiento,
y que pueden y deben dejar la labor de 'los «refinamientos»
. a .sus epígonos. El era U11. arquitecto, noun decorador de in-
teriores, un hombre que abría nuevos senderos a la ciencia,
110 un científico de salón.' Por. esto no se' preocupó demasiado

(1) Primero en el prefacio a la primera edición de la PositiV'e


'j'heortc, y, segundo, en Zur Líteraturgeschíchte der staats: und
Sozlnlwlsf;onschaften, en' oonrads .,ahrbiicner, vol. ?OC, 18:g0.
208

del hecho de si se puede' hablar correctamente de causa. y


efecto o s610 de relaciones funcionales. Así en alguna. oca . .
sión habló de cantidades relativamente pequeñas, donde en
sentido estricto se debería hablar solamente de cantidades .in-
finitésimas, Por la. misma' razón emplea a veces el término
utilidad margina¡ tanto, para indicar un cocientediferencial
corno el producto de este coeficiente por un elemento cuanti-
tativo. Igualmente fracasó en el empeño de definir comple- .
tarnente las características formales de la 'función de' uti..
Iidad, 13J cual en sus manos se convierte en una escala dis-
continua de utilidades. Y así resulta que su teoría. del precio
guarda la misma relación, con la teoría de los hombres 'de
.Lausana (N. de,! T.), que la que pueda existir entre los
modos y las maneras de un viejo teutón con los, de un corte-
sano de LUIS XV. Las, hipótesis acerca de la forma de 'las
'funciones. las expresó mediante ejemplos contenidos en ta-
blas numéricas, Pe~o todo esto no importa. El futuro 'se en-
-cargará de refinar todos estos extremos, Lo que a .él' le
.importaba, de manera decisiva eran "los principios fundamen-
tales, y estos los desarrolló mejor y con, más eficacia siguien-
do su método -de cuanto podría haberlo hecho siguiendo
otros procedimientos. Su teoría del precio sigue siendo toda-
vía la mejor que poseemos, la que responde en mayor medi-
da a todos los problemas fundamentales y a todas las di-
ficultades básicas.
Su posición con respecto a. la. Sociología, resulta particu-
larmente significativa en relación ,con ,el -telI1U que nos ocu-
-pav Obedeciendo e11 parte a, la necesidad de cultivar el te-
rreno recién surcado, y en parte siguiendo la línea de menor
resistencia, los economistas habían desembocado en dicho
campo, y esta. sangría de fuerza científica explica. muchas
cosas con respecto 31 estado de la ciencia económica alemana.
lJOllM-13AWERK no fué arrastrado por la corriente ; no quiso
8Cf" ,U(tS que un economista. Y en cuanto economista temió

N. dI '1'. - SCU'tllvIlJE r ER alude a las obras y a los refinamientos


1

:t~Ol'loo. ClI W'At~nl\a y PAl'tEjXO. ' ' .,


204 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

por el progreso de su ciencia, cuando observó que las disci-


plinas hermanas (las cuales por el método y por su contenido
se encontraban tan por debajo de la Economía COl110 10 es-
ta.ba ésta, a su vez, con respecto de las ciencias naturales)
sustraían de la Economía una buena parte de. sus cultiva-
·dores aportando en pago aquel estilo periodístico capaz de
. trastornar todas aquellas disciplinas que carecen de un nú-
cleo bien preparado de expertos. Fué demasiado consciente
para' aceptar C0l110 una. compensación plena dichos estímu-
los, . que no podían dejar d~ afectar al campo de la Econo-
mía, y en consecuencia permaneció durante toda. su vida
alejado de las diversas escuelas sociológicas de su tiempo,
Sabía perfectamente que cualquiera que se: proponga seria-
mente realizar. una .verdadera aportación científica debe Ii-
.mitarse dentro de un .ámbito restringido" soportando los.
reproches del público por ser« un especialista, antes que
revolotear fugazrnen te de una materia a otra..
Este es el momento de señalar que casi nunca' participó
en las discusiones de las cuestiones del 1110111 en too Perma-
neció al margen de cualquier posición política, y su obra,
en consecuencia, no pertenece a ningún -partido., En, la. prác-
tica abordó diversas cuestiones del momento, enfrentándose
con una gran. cantidad de problemas prácticos importantes,
'pero' en ,cuanto científico, hasta donde alcanzan mis infor-
maciones, escribió solamente una vez sobre una cuestión
«práctica» (en tres artículos publicados. en la N eue Freie
. Presse , del '6, 8 Y 9 de enero .de 1914,. sobre Unsere passiue
Hasuietsbilanes, En ellos 'se 'reveló como un maestro de tales
discusiones. «La amenaza de un flujo monetario tendrá en
la mayor parte de los 'casos el mismo efecto que, produciría.
un flujo monetario en el caso de ser inefectivo». «La
balanza' de pagos manda, la' balanza de comercio obe-
dece, y no viceversa». «Se dice, y es probablemente'cier-
to) que en este país' muchos individuos viven por encima. de '
sus posibilidades. Pero 10 que sí es indudablemente cierto
es que, durante algún tiempo, muchos de nuestros gober-
nantes han estado viviendo p01:" encima de las suyas.» «La
lr,U'a~N J30HM...BAWERK 205

política financiera ha sido entre nosotros el «whipping boy»


(el muchacho travieso) de la política.'» Y así sucesivamente.
Nadie puede negar ni el interés ni la comprensión del autor
hacía los problemas prácticos, como ta?TIPOCO su talento para
ese tipo de trabajos. A pesar de todo él se mantuvo apartado
de las discusiones del momento.' ¿ Por qué? Tales discusiones
dominadas .por objetivos prácticos y limitados por el horizon-,
te del auditorio no permiten la, exposición de razonamientos
más amplios, ni llevar a cabo .investigaciones más profundas,
así como ,tampoco 'emplear' métodos más refinados. Rebajan
la ciencia al nivel de los debates populares, al nivel de argu-
mentos invariados durante los últimos doscientos años. Es-
tas discusiones tienden' a la «producción instantánea», una
especie de producción sim.i1ar a. la producción 'económica
rea1iza.da sin maquinaria, y en su apresuramiento no dejan
tiempo al teórico ni para tomar aliento ni para llevar a cabo
labor auténtica y real; en el mejor de los casos deben limi-
tarse a la aplicación de un saber. ya existente. Pero son.
,: fascinantes,' frecuentemente encendidas bajo el calor de la
pasión' política; por ello ha ocurrido frecuentemente que
muchos economistas les han dedicado todo su tiempo, Y: mu-
.chos una gran parte del mismo. Esto es una de las razones
por las cuales las cosas marchan tan despacio en nuestra
,(úencia. B'OHM-BA\VERKtrabajó para los siglos futuros - 10
que hoy parece un «juego intelectual» podrá tal vez, en su
día, dar frutos prácticos - y creyó que su deber era es.e, a
pesar de' todas las tentaciones, dejando que las cosas siguie-.
ran su curso y, que lag'ente hablara de las mismas, .

v
Después delresumen que hemos. dado de su obra, resulta
cvldcnte que el mejor medio para desarrollar la estru-ctura
de: HUH doctrinas económicas' y la totalidad de sus contri-
bucloncs y opiniones, consiste en llevar a. cabo un exa.men
1'14. clCll~llido de la J'ositive Theorie . y., esto es 10 que trat.aré
éll hlcar L\hora.
206' . DIEZ GRANDES ·ECONOMISTAS.:

S011 muy pOCOS los problemas 'de 'teoría económica, en el


significado estricto del término). que no son tomados en con-
sideración en la obra'. En mi opinión.. los problemas omitidos \
son los siguientes:
l. El proceso básico de la vida socio-económica puede- .
ser demostrado mediante eJ.modelo: de una. economía aislada.
Aun cua.ndo .la obra. contenga. una teoría que comprende las
relaciones- de varias, economías entre ·.sí, dicha teoría no
enriquece nuestro conocimiento de la esencia del proceso
socio-económico. Toda, vez que el principal interés ~e BOHM__
BA vVERK residíaen esa esencia, siempre razonó partiendo de
una economía aislada.; por ello no es posible hallar en S11
. obra una teoría de los valores internacionales, aun cuando
una contribución a la. misrn~ se encuentra en los artículos
. de ..1914, citados más arriba.
2. En dichos artículos encontramos una de sus pocas
observaciones sobre el problema monetario, especialmente
la observación de que en la teoría cuantitativa existe «un
núcleo indestructible» de verdad. Sin embargo, no nos ha
· dado una teoría de la moneda. Después' de haber superado
las primitivasideas sobre la. circulación metálica. y las ideas
mercantilistas, la Economía ha aceptado la opinión,' casi ~in·.
oposición, de' que el dinero -~ el Inedia de cuenta de la
economía - es únicamente un velo que cubre procesos muy
profundos sin afectar su verdadera naturaleza. 13oHM-BAWERK
estaba de acuerdo.
.3. La Positive Theorie no comprende algunas investiga-
. ciones especializadas que, desde el punto de vista. teórico,
no son más que simples aplicaciones <le la} teoría del precio.
yde la distribución (incidencia del impuesto,' .teoría del
.monopolio, teoría 'de la intervención política en el proceso
de la' distribución, etc.). Pero el artículo Ma.cht .oder 'dko- .
nomisches Gesetzñ. - que contiene una investigación acerca
de si las huelgas pueden alcanzar la elevación permanente
de los salarios reales .:...!.. e~ de .esta especie, y debería· ser
tenido en cuenta que como ensayo de economía aplicada
207

1'{11 ircscnta una de las mejores contribuciones de la escuela


f l u Htt"í (lea, Ul1paradigma para las investigaciones de esta
especie.
4. La Posiiioe Theorie no contiene nada sobre .el pro-
hlcma de los ciclos. La. razón es obvia. si consideramos que
lLL única mención que hizo BOHM...BA\VERIC a este problema
(e11 una reseña.de la obra deVox BERGMAN: Geschichie der
nationa.lo honomisc hen 1<riseni heorienJpublicada en, la Z eit-
schrift fit·r, Vollesioirtschaii, 1896) revela que. adoptó la opi-
nión de que, las crisis económicas' no son un fenómeno eco-
116111ico, ni endógeno ni uniforme, sino la consecuencia de
perturbaciones accidentales del proceso económico:
5. Un elemento extraño dentro del cuerpo de la teoría
económica, . que se ha desarrollado por 10 .menos desde el
tiempo de 'los fisiócratas, .es 10 que se conoce bajo la ex-
presión de¡ «problema de la población». Por supuesto no
existe espacio para él dentro de la Positiue Theorie ni en
cualquiera' de las demás obras de BOHl\I..BAWERI{. Puede ser
interesante, sin embargo, señalar que en un pasaje alusivo
el dicha teoría, en su ensayo Macht oder okonomisch~sGe­
setz? se adhiere implícitamente a los seguidores de
:M:Ar/xlius.
CO'Ino hemos dicho másarriba, exceptuando las cuestio-
H{~H señaladas, la Positiue Theorie contiene una exposición
d~l campo entero de la, teorÍaeconónlica. Valor, precio y
rllstribución son, los tres hitos culminantes' que muestran
l~1 camino a seguir ;. todo 10 demás se. ha agrupado en torno
al estos puntos, entre otras cosas Ia teoría del capital.

l~l marco sociológico .queda apuntado apenas; B'oHM-


1'" \VHRK repite continuamente que' se limita a investigar la
I(.~it'l\ del proceso económico. Sin embargo, opinaba) que los
C'lCiI1H'lIlnH básicos que constituían el material de' su análisis
IrlUl lo hnHtnrl'lc' poderosos para hacerse notar en cualquier
.tttt~l'lflll 1',,11,\1. 1,(\ cuestión de los-Iímites precisos de estos
,.l.tl1CtUlup'. lul'LIHl'01tlO el problema de la estructura de 'las.
C'¡.UlV. ':1 fUt" flttl(,lo''''H CCOI16111icas, la. influencia de las di-
208 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

fercncias raciales; el origen del' cálculo racional que se


encuentra en la raíz" de' tantas economías 1110de'1"11aS J la gé-
I

nesis y psicología social del fenómeno del mercado; todo


esto 11~ toca .a .su ·problema, y no habrían sido para, él nada
más que desviaciones del tema principal; Así encontramos
clasificados simplernen te' a los elementos de una economía
en las, categorías de trabajadores, propietarios agrícolas, ca-
pítalistas. y' empresarios, distinguidas entre sí 'únicamente
por sus funcion-es. económicas. Al prescindir, de sus relacio-'
nes extraeconómicas los hombres cuentan en esta investi-
gación tan sólo en cuanto son obreros, capitalistas, propie-
tarios agrícolas y empresarios.. .; cuentan tan sólo, por así
decirlo, .como representantes de la lógica de sus posiciones
respecti vas.' ·
Para empezar, obreros y propietarios agrfcolas están ca-
racterizados por la, 'posesión de los factores de la produccióri ,- .
indicados por su misma denominación y por 'sus respectivas'
funcione~' económicas respectivas. Este punto necesita ser) ,
considerado cuidadosamente a fin de no interpretar errónea-',
mente la teoría . de la distribución:
. . en, última' instancia no es'
el trabajador ni tampoco - 10 cual es muy importante - el
propietario, de la tiera quienes 'reciben en su regazo una
, renta por- obra del. proceso distribu ti ~o ;" son: el trabaj o y la.
tierra quienes la reciben. La cuestión eseríciales, pues, para'
usar una expresión americana acogida por B'OHM-BAirnRK:
en su última obra, es la distribución «funcional» y no la
«personal»; por ello sería un grave error buscar en) su obra
algo parecido, a una tendencia para' «justificar» la. distribu-
ción de la renta. . .'
Los trabajadores y los propietarios de 'la tierra viven de
10 que producen' sus m-edios de producción. Sin' embargo,
no viven de .10 que están produciendo en un tiempo dado
. - su producción .corriente no se 'encuentra dispuesta siem- ..
nre para su consumo in.mediato ~,' sino deTos productos
que 'fueron producidos en un tiempo anterior. La función
dwl cnpitalista consiste,' precisamente, en suministrar los
J1I ~d 'iUf-; de HnhHl stencia necesarios; por ello puede decirse
20D

que los trabajadores y los propietarios de la tierra viven


siempre, y en todas partes, gracias a los anticipos que les
hacen los capitalistas. Esto es cierto, tanto. 'para los traba-
jadores y propietarios de' la 'tierra de' una; economía. capita-,
lista, como para los primitivos agricultores y cazadores.
. La figura del empresario no alcanza un puesto preemi- .
riente en la escena. teórica,' de BOI-IM-BA '\VERK. Es cierto -que
se mencionan sus funciones como dirigente- y como' especu-
lador; pero la. mayor parte de las vec-es' aparece en virtud
de características, que si' bien posee con' frecuencia, no 1~
S0-11 inherentes ; es decir, las de capitalista industrial que.
trabaja. con su propio capital.
Si bien los principales rasgos del proceso .socio-econó-
mico concebido por B'OHM-BAWÉRK pueden, ser ya compren-
didos, la. función del capital necesita una .atención más ~e­
tenida.
BOHM-BAWERK inicia su Positiue Theorie con eJ siguiente.
análisis. Lo primero que nos dice en la introducción con-
I

tiene Ia advertencia: de distinguir entre dos asp-ectos rádical-


mente distintos de este problema, cuya ·confusión ha consti-
tuida: uno de los más frecuentes errores, 1tanto en las discu-
siones vulgares como en las' científicas: el problema del -
capital como medio de producción, y elproblema del capital
COU10 fuente de un rendimiento neto, N ada 'sería más' fácil
que considerar la relación indudable que existe-entre ambos
COll10' una teoría del interés, afirmando simplemente: el
capital es indispensable 'en, la. producción, y por- ello «rinde»
un ingreso neto, del mismo modo que el medio, de-produc-
ción «cerezo» dá el producto «cerezas» . En ello reside uno
de aquellos errores fundamentales que BOHM-BAWERK con-
siguíó eliminar de la discusión .cien tífica a través de una
lucha incansable que se prolongó durante toda su vida, has-
tu el punto de que, bajo la .anterior formulación ingenua,
no Be encuentra ya 111ás que en la obra de uno O' dos
e(~o" clll1Í Hb.lH el e fuma, En los comie-nzos de su obra, BOliM-
:UAWHHI{i'llHintc sobre todo esto, pasando luego Q. la teoría
('lel <'llpitnl ('()lItO medio de producción. Aun cuando es diñ-
1~
DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

cll rCKiRtir a la tentación de, describir detalladamente la be-


nc~/n lógica de su razonamiento, debe bastarnos aquí afirmar
que BOl:.rM..B AWERK comienza con una investigación de la
naturaleza del proceso'. productivo, .s el encanto de esta. pri-
mera sección ~-, que por otra parte contiene cuestiones poco
discutidas en la actualidad y que' no suscitan gran interés ..:.:.-
el
consiste. en hecho de, que sugiere el camino!'para llegar' a
10 que sigue a. continuación. '
La producción es la transformación de .materia con. ob-
jeto <le crear cosas aptas para satisfacer nuestras necesidades.
Este concepto, que los clásicos no ignoraron, es"e~ primer
hito en el des~rroll0, de su razonamiento. ' La. finalidad per-
seguida con .1a producción, sealcanza de 'modo más perfecto
cuando el trabajo no se emplea directamente en tales. «trans-
formaciones», capaces de 'obtener bienes -de consumo inme-
diato, sino ,cuando es, empleado en bienes no consumibles,
con la ayuda de los' cuales los productos finales pueden ser
producidos con mayor eficiencia, en, cuyo 'caso el, mismo
empleo de factores da lugar a' una producción total más
abundante, o lo que ,es 10 mis1110: 'la producción tiene lugar
mediante un, proceso indirecto. En ,'est~ ---- que a, la ',vez es
. /',el segundo hito de la: obra .~ consiste la. filosofía económica
-'de' los instrumentos o, más corrientemente, de «los medios
.de producción producidos»; siendo a. la, vez su definición. de, \.
sus funciones productivas. E~ta idea 'en, sí, ni original ni
complicada, .,hasido formulada. c~n' toda propiedad única-
mente por B,OHM-BAWERK. El sólo explotó totalmente su
significado teórico, especialmente, con referencia al factor
tiempo" que constituye las nueve décimas partes de. -Ias di-
fícultades fundamentales que am~nazan las construcciones
analíticas del proceso económico. '. .
. Esta. concepción da origen,c.omo a su· más importante '
producto secundario, a un concepto de la naturaleza del
«capitalismo». La realidad a la cual nos referimos cuando,
emplearnos 'ese término ha sido, ,por supuesto, objeto! demuy
(liAti'l'1t(l~ interpretaciones, no sóloicientíficas, políticas' ,y
lilh.'ltH, sino también de interpretaciones diversas, dentro del
lfO'GEN BOHlV!-BAWERK 211

reino de la .ciencia, que derivan de la sociología, de la psi-


cología 'soci,al, del' análisis de las 'civilizaciones y de la His-
toria. .Pero desde' elpu,nto de vista de la economía 'pura, Jo
cual equivale a decir, desde el punto de vista de B10HM-
BA"rÉRi, únicame~te importa la cuestión de' las caracterís-
ticas puramente -económicas del ,capitalis111o. Su respuesta'
es: Ia producción capitalista es producción «indirecta» '; su
opuesto es la producción directa, es decir, producción sin
medios ,de producción ya. producidos, por' ejemplo, la caza
primitiva. En consecuencia, el capital «110· es. más que la to-
talidad de los productos intermedios generados, en los, di- .
versos estadios 'del método de p~oducción, indirecta». ,E·sta.
es en realidad una teoría. y, 110 una sir~ple definición, y e'~
importante comprenderla.. Como es ' natural no niega el he-:
cho .de 'que la economía moderna es muy distinta de: los sís-
temas económicos del pasado. NI niega. tampoco que' el
proceso económico en una economía socialista-' donde la
producción, sin' embargo, sería también, de acuerdo con su' ,
'definición, «capitalista» .~ s~ría ll1UY diferente. Pero .nos
dice que todas las características, que tanto la ciencia' como
el criticismo social han asignado al' capitalismo, no afectan a
10 esencial del proceso de la producción capitalista; que,
especialmente, la propiedad privada de' los medios de pro..
duccíón Cl1 general, y de 10's bienes de capital, len particular,
el sistema del trabujo asalariado, la producción para eL mer..
cado, etc., S0011, irrelevantes puru :10 que constituye la esencia
del proceso capitalista. La nmplicación más importante de
este criterio es la. de que en unn cccnoruín socialista, resulta
también generado t111 rendimiento neto del capital, a pesar
de que .este caso, como es nuturul t no scr!ll udjudicado a per-
sonas' privadas, lo cual posee 111H1 importuncia secundaría,
desde el punto de vista de ]C1 distribución. Por 10 tanto, casi
todos los procesos productivos son «capitalistas», y 10 único
que puede discutirse es la medida en que' 10 sean.
Llegado .n este .punto, :a'Ol{M-BAWJ~RI{ se detiene p~ra
considerar la «controversia acerca del concepto de capital».
Su concepción del proceso capitalista de producción' deter-
212 DIEZ GRANDES EOONOMI8 1tAS

ll1i116 su definición del capital; sin embargo, aun partiendo


de la luisll1adefinición,. podría .haber llamado capital a
cualquier ,otra. cosa,' por ejemplo,. aJa oferta. de 'bienes de
consumo ~ el fondo económico de subsistencia, que es un
complemento necesario de los métodos de' producción, indi-
recta y que adquieren 'su significado con respecto: al proble-
madel interés, precisamente por la 'ptoductividad d'e .dichos
· métodos indirectos. '
'En el libro. H ; sobre «El Capital como un medio de pro-
ducción», llegamos al resultado,· ya anunciado en, la primera
-sección del libro primero.' que -los servicios de la tierra y
del trabajo so~ los factores elementales y originarios de Ia
'producción y que, por' 10' tanto" el capital, que en sentido
· económico consiste de una combinaci6n. de ambos, no puede
ser un factor independiente: Otra. vez nos encontramos con
.una proposición ·que en' sí es simple e 'incluso: evidente..
Otra. vez observamos que 'ya había' sido formulada en su
..forma más significativa... por Sir ,WILI~IAM .PETTY. .Pero nadie
'la había considerado seriamente ; nadie se percat6 de las'
tareas analíticas, .en ,las cuales podía colaborar como un, ins-
,trumento eficaz ; en resumen.: nadie' reconoció su 'utilidad
teórica o la posibilidad -de explotarla. sistemáticamente, ni la
de adquirir una visión más' refinada y una mayor- simplifi-
cación' analítica con su ayuda. 'Por~l contrario, la historia
del pensamiento económico muestra tres desviaciones prin-
cipales COl1 respecto ~le la misma : la proposición fisiocrática
de que todos los' bienes económicos surgen ~el regazo de la·
Naturaleza ; la tesis clásica de la productividad exclusiva.
del trabajo, y, finalmente, la proclamación, en iparte, por'
los clásicos, pero más aún por sus epígonos, del capital como
un tercer factor independiente de- la producción.. Ninguna
de dic.has desviací ones fué ce errónea» en sí -- a. su modo
eran perfectamente correctas '-, pero no vconducían más
· que a conclusiones ingenuas o estériles. Lo que importa no
es la' «corrección» de tales proposiciones fundamentales hi- .
potéticas ; el mérito de un teórico consiste. en "su habilidad
en elmomento de realizar la elección de su punto de partida
)IJU UJDN Ul.biM·llAWl~lUt 213

entre un número cualquiera de· alternativas heurísticas


igualmente posibles. ·e igualmente innegables. Fué un . mé-
rito de BOHM-BA\VERK ordenar todas estas cosas y haber
entrevisto, .elegido y -desarrollado la hipótesis qué nos per-
mite' tratar todo 10 que se encuentra sobre e] terreno.. y a la
vez obtener la. mejor' cosecha de .intuicioncsy- perspectivas.
Singularmente la teoría de la distribución r~cibió sus .ras-
I gos característicos del paralelismo completo de los servicios
de la tierra y. del .trabajo, más su yuxtaposición' con el
capital.
El próximo paso consiste en el empleo de'Cisiv~, de la
idea dé. la producción indirecta en el tratamiento del factor -,
tiempo, La producción indirecta da lugar _a .un producto
final mayor que la. producción directa, pero la misma .resul- .
ta «consumidora del tiempo» .en un illturo más 'lejano. Esta
combinación de los dos' factores; está: introducción particu-
'. lar del factor tiempo y ésta concepción de 'las características
del capital constante son enteramente originales. Para- rendir
la debida. justicia al progreso analítico que ello representa
es necesario considerar brevemente los puntos de vista de
RICARDQ y de. MARX. RICARDO,' al igual-que MARX, centra-
ron él problema ~xamtnando la. influe~cia de las. diferencias
de la duración de los períodos de producción,. en diferentes
industrias, sobre su propia teoría· del :va1or-trabajo. Ambos'
intentaron - de manera distinta, toda vez que ~1 problema
puede presentarse bajo aspectos distintos ~ demostrar que
dicha influencia es' absolutamente: insignificante, inten-
tanto suprimir, hasta donde les fué posible, todo cuanto ha-
bría resultado fatal para sus teorías. Tan sólo la. gran sínte-
'sis de esos dos elementosv la separación y la combina.ción del
tiempo y los rendimientos adicionales, hizo posible una teo-
rfu consistente del papel del tiempo en la producción, exenta
de iours de '[orce, iluminando a lavez s.u peculiar doble, [ue-
11'0. :Jj~Bto :110'5 permite profundizar en. la comprensión del
pl'ocello ecouómico, y 1100S lleva muy cerca del problema del
:1'(J.l1cl.¡,',',lCJ,n tO fleto, del capítal.
I
.
214 DIEZ ·GRANDES ECONOMISTAS.

Este rendimiento neto, según' BOHM-BAWERK, debe- sur-


. gir COl1l0 consecuencia, por .una: parte, del' resultado que tie-
ne, sobre la: formación del valor, el incremento de la. pro.-.
ductívidad: técnica 'conseguido mediante 'la .producción
indirecta, y; por otra parte, del hecho de que' el resultado
sea diferido." 'EI 'problem'1, entonces, estriba en, responder
a la pregunta ¿cómo? pe ahí la, necesida.d de examinar los
principios del valor, en los cuales se encontrará la. explica- ,
ción de estos dos 'hechos. '
Este es 'en realidad el paso siguiente. Pero antes es
'.
necesario .sentar algunos puntos. BOHM-BAWERK4 presentó
la proposición, como primer desarrollo 'del principio. 'de la
mayor productividad. de la producción in~irecta, de que
aumentos 'ulteriores del' período de producción, provocarían'
incrementos decrecientes del producto final. Y para. hacer
posible el .hablar de un período definido de producción en'
el caso de bienes en cuya producción se emplean cantidades
crecientes de trabajo, construyó el concepto' de «período
medio de producción». 'Pueden citarse a este respecto un '
buen número de interesantes implicaciones - por ejemplo, '
una importante generalización del concepto de producción
indirecta y la discusión a; que dió lugar - , pero no podernos
detenernos en 'esto ni tampocoen la v'I'eoría de la' Formación
:·de1·':~apita1» ni en. la, parte más superficial' de) la misma, de
la. 'cual se trata. en la última .sección del segundo! .libro..
.Permítaseme destacar tan sólo su núcleo : . al ahorrar bienes
de conSUll10,?e ahor-ran,' medios de producción, 10 cual,' a
su vez, 'da lugar 'a la ]~roducci6nde bienes de' capital ; esta
concepción, que. liga la, formación del capitalal proceso del
ahorro, no eón tiene ninguna inferencia con', respecto a' 1~ :
teoría del interés (10 cual ha pía sido un error- atractivo.' y
frecuente en el análisis clásico). .

VI
Volvamos ahora al segundo de los, dos. pilares que 'sostie-
nen la estructura de BOHM,;.}3A vVERK: la teoría del valor y
EUGE.N BO~-BAWERK, ,215

del precio ',(Ifibro 111), que contiene una.' cadena. de razona-


mientos tan completa como 'la que acabamosde.dejar. Más
. adelante .consideraremos la superestructura que· se .levanta
sobre los dos pilares. ."
La relación general entre' los bienes y la satisfacción de
las necesidades, que ha sido llamada. utilidad ,'- .no sin pe-
ligro' de confusiones - , puede ,ser reducida a, 10 que tiene
. importancia para nuestra con.ducta económica, que nosotros
.' designamos como valor (valor en uso) cuando una cierta.
'cantidad de una. mercancía .determinada se convierte en la
condición aceptada de una satisfacci6n, a la. cual, de otro
modo, habría: sido necesario renunciar, Para que esto sea
cierto depende, dada la'. relaci6n general de utilidad, de la
dimensión de aquella «cierta cantidad» con 'relación a nues..
tras necesidades ; pa.ra. que surj a el valor es necesario q-ue
junto a la utilidad exi~ta' 'una..escasez rel~ti~a. Con la ayuda
de 'una distinción: entre categorías de necesida.d es (o de di..
reccíones de necesidades) e intensidad de .las n,ecesidades,'
y mediante una cuidadosa consideración del factor de sus..
titubilidad, B'OHM-BA.WERK llega '(en el sentido de ME;NGER,
y de. manera. simila~ a la de. 'fil IESER): ,a .la ley del 18:' .utilidad '
marginal decreciente, simultánea a la creciente «satisfac.. ·
cíón» de necesidades dentro de cada. categoría. - es decir,
con cantidades crecientes del bien poseído por un indivi..
duo - , solucionando con ello la vieja antinomía del valor, .
.Ia conirudictiow économiqu», 11oI~I'M·BAWltR.lt formuló su
resultado en la siguiente proposición: «La magnitud del va..
'101" de un bien depende de la importancia de la necesidad
concreta o de la necesidad parcial que. entre todas las necesi..
, dades satisfechas mediante lo. cantidad total disponible del.'
bien de que se- trata, sea, 1~1., menos importante». "
B6HM-BAWERK procedió seguidamente a desarrollar esta
proposición .general, abordando 'l111 número de problemas'
.especiales concernientes a la magnitud del valor subjetivo,
para cuya solución empleó t111 principio fundamental (al que.
denominó passe 1utrtout para todas las dificultades de la .
'·'teoría del valor): «Es necesario considerar de dos maneras·
'216 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

la posición económica 'del individuo desde cuyo punto de


vista debe ser valorado un bien. Primero, imaginando' que
. el bien sea añadido a la. cantidad de bienes ya en posesión
del individuo, se observa hasta qué punto se \llega. a avan-
zar enla escala de la satisfacción de las necesidades concre-
.tas; segundo, ill1 aginando que el bien en .cuestión es sus-
traído del coniunto de bienes poseídos por el individuo, y se
observa nuevamente hasta dónde llega la satisfacción, en la
escala eituda Resul tará entonces evidente que .uncierto·
i

grado de necesidades, y precisamente las de grado más bajo}


permanecerán · insatisfechas; ,este grado más 'bajo indica la
utilidad llHlrg':i llnl que decide el' valor del bien». Y después
I

de haber dcsurrolludo esta proposición para un, cierto número'


de casos especiales. 11oH']\í..BA:v\7ERK pasa a considerar el im-
portante caso del valor de las mercancías cuya cantidad'
puede ser ruuucntndu libremente. Conforme ~1 citado passe
partout,. vulornrcruos tules bienes, también. en proporción..
al decrecimiento (k: la satisfacción que ocasionaría. su pér-
dida,' Ahora hleu t (':,11 este caso el decrecimiento resulta de la
pérdida de :-;flUHfrH'('i611 sufrida por renunciar a. la adquisi-
c'i6n de uquellu (~(ultidllll bienes que podrían haber sido ad-·
quiridos si la rucrcnucfu considerada primeramente no hubie- <,

ra sido perdida, J (OH hi(JflCS U los que se renuncia no son


necesariamente dc Iu IldHI1HL especie que los perdidos; .nor-
malmente son bi~ncH d lstlntos, ]~11 'este caso, 'por 10 tanto,
valorarnos de acuerdo con In «utilidad de sustitución»; con
ello se logra. descubrir tru princípio ll1UY importante', .
La primera aplicucióu ele' di~'ho principio' tiene lugar
con respecto u las mcrcnncíus 'que pueden ser reproducidas.
a voluntad,. C~ decir, desde 01 punto de la economía en
general, casi todas lus mercuncías, Y este caso se. combina ..
con lógica admirable, con el de los bienes susceptibles d-e
más de un uso. Además, PO,t este' camino llegarnos a l~_
solución del problema de la diferencia entre el «valor- d,e ,
uso» 'Y 'el «valor de cambio».
Con ello queda despejado el camino, para. llegar a la ...
explicación del valor de los' «bienes complementarios»

,1
EUGEN BOHlVI-BAWERK 217

(J\fENGER)., es decir, aquellos bienes que producen satisfac-


'ción únicamente cua.ndo se. consumen 'conjuntamente con
. otros. El .valor 'de un grupo. de ·bienes complementarios está
determinado por la utilidad marginal del mismo, y él pro-
en
blema consiste poder deducir de dicha utilidad marginal
el valor. de cada -de los componentes del grupo. .La tesis de
. B'oRM-BAWERK' es la siguiente: «... Del valor total del todo
el grupo - valor determinado por la. utilidad marginal del
empleo conjunto .de los bienes - los componentes -que pue-
den .ser reemplazados adquieren el valor ya fijado anterior-
.mente (2), Y el valor restante - que varía- según el mon-
tante de lá utilidad marginal - se' imputa. a. los' componen-
.tes que no pueden ser reemplazados corno su valor índiví-
dual». Esta .pnoposición contiene la amticípacíón de 'un
principio fundamental 'de la teoría moderna que ,.ha. encon-
trado innumerables aplicaciones en diversas. direcciones, es-
'. 'pecialmente bajo el nombre, que le dió MARSHALL, de «prín-
cipio de sustitución»,
Otra. aplicación de esta teoría. representa un nuevo paso
. h acia, la cumbre, desde la cual se puede obtener. una. visión
amplia del funcionamiento íntimo de una economía. Los
medios de producción son también bienes complementarios.
Pero su valor no viene determinado directamente : los va-
loramos tan sólo porque los mismos, de un. modo u otro, nos
llevan a los bienes de consumo, y por ello su ,va1Q,rpuede
ser derivado (desde el punto de vista de la teoría subjetiva
del valor) partiendo exclusivamente del valor de dichos 'bie-
nes de consumo. Pero; dándose el caso de que generalmente
intervienen en cada. proceso productivo un gran número de.
factores de la producción en la obtención d.e. un único bien
de consumo, resulta muy difícil apreciar las.iaportaciones.
relativas de cada uno de los' factores. En realidad, con an-
terioridad a MENGER J todos' ··10.s economistas, uno después .
del 'otro, llegaron a la conclusión 'de que era imposible poder
hablar de cuotas netamente diferenciadas y que pudieran

(2) !Detorminada por su utilidad de sustítucíón.


'218 - DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

ser asignadasa cada factor por su participación, en la opten-


ci6n de un bien, determinado" con el resultado de que se
. creyó en la imposibilidad de avanzar por este "camino, a. la"
vez que se estimaba privada de todo uso á. la idea del valor
subjetivo. ~ L~ teoría del valor de los bienes complementarios
.resuelve este problema" tenido por insoluble. Nos permitió
poder. hablar ,~e una «contribución productiva» determinada .:
(WIESER) de los referidos 'medios de" producción, y nos per-
mitió iencontrar .para: cada' uno 'de ellos' una utilidad mar-
ginal unívocamente .deterrninada, derivada de sus posibili-
-dades' de aplicación productiva, es decir, la utilida.d margi-
. nal que ha" acabado por convertirse, bajo las expresiones de
.. productividad marginal, productividad final, Produtti~ita
marginale J produoiioiié iinale I el concepto básico..d e la. teo-
r.ía moderna ~e la. distribución y' el principio fundamental
de la' explicación de la naturaleza y' magnitud de lag, rentas
-de los grupos económicos. ~ .
.L'\1 aplicar esta «teoría de, la imputación» (WIESER), que .
'debe a BOHM-BA WERI{ una de sus más perfectas formula-
cienes, llegamos a la. ley de los costes como a U11 caso" espe-
ciar de la ley ele la utilidad marginal. Corno consecuencia
de la teoría de la il1~Pt1taci611, e¡ fenómeno del coste se'
convierte en un reflejo del valor subjetivo, y la. ley de la
igualdad del coste con el valor del producto se. deriva de la
teoría. del valor ; jamás había ofrecido 'nuestra ciencia una
'Concatenación lógica conceptual más perfecta.'
Pero todo cuanto se ha dicho hasta ahora se refiere úni-
-camente al mundo del los valores. El hecho de que todo ello
pueda encontrar 8t1 aplicación e~l el mecanismo de:' la eco-
.nómfa de cambio requiere, para. poder ser aceptado, una teo-
.rfa del precio. Por ello B6HM-BAWERK 'se dirigió a. la. teoría·
J

del precio" desarrollando' las ~nlplicaciones'de la' ley . del


'valor acerca de la conducta-de los compradores y de los
vendedores, e ulmínundo su investigación en la. conocida pro-
-posición {relativa al caso de" la concurrencia bilateral). que
se. ha convertido desde entonces en' «histórica»: «El nivel
-del precio está determinado 'y limitado :~or, el "nivel de: las

'\.
EUGEN 'B-6HlVL-BAWER~, . 219

, 'valoraciones subjetivas de las dos. parejas marginales», es


decir, por una. parte por las valoraciones del «último» com-
_/pradq,r' que ha adquirido y del vendedor que es «el más
.í'
cercano a laposición de cambio» entre ]06 'que han, sido ex-
cluídos del mismo, y por otra parte por las valoraciones del
veridedor .cmenos propenso al cambio» entre los que ínter-
. vienen en' el cambio y' las del «primer» comprador que re-
sulta excluído, .
Todo esto se desarrolla teniendo en, cuenta una. situación ,
en la cual las -cantidades de mercancías o bienes sujetos a
.cambio sean dadas, .con ,la conclusión de que, 'toda. vez que
las fuerzas que operan en el lado de la oferta del mercado
son las mismas que las que operan en .el Iado de la. demanda,
la vieja «ley de la oferta 'y la' demanda» acaba por conver-
tirse en un .simple corolario de -la ley de, la utilidad margi-.
nal, Luego se pasa' al. caso de la formación de los precios
.de los ,bienes cuyas cantidades disponibles pueden, ser' .alte..
radas mediante la producción. .Al abordar las dificultades
que se presentan en 'dicho caso, al igual que ocurre cuando
se intenta estudiar el funcionamiento de un principio básico '
, a través del laberinto de la realidad, B(jHM-BAWERK no deja
.abandonado al lector- .en 'nigúll, punto. Por elcontrario, des-
peja los principales obstáculos del camino, uno, por uno,
con la consecuencia de que la cadena de soluciones que
presenta perdurarán durante mucho tiempo c01.1?-0 los cimien-
tos de la investigación teórica ulterior.
Lacondición - que consiste en poner de relieve el para-
o lelismo de la 'teoría.' del valor y d~ la. teoría. del precio, y a
,vez la unidad lógica de este paso - se convierte en' una. pre-
sentación de la ley del coste, considerados esta, vez . como, /)
un precio. Deriva de la misma, en primer lugar, que los pre-
cios, 'determinados a. través de la interacción de todas las
valoraciones subjetivas, tenderán, bajo las condiciones de-
equilibrio y competencia perfecta" a. igualar los costes, uni..·
tarios. Esto ya no es un postulado, sino 11n. corolario de la
ley de la. utilidad marginal, de tal modo que la ley de los
costes que desempeñó un papel. tan importante en, la teoría
o
220 DIEZ 'GRANDES ECONOMISrAS

de los clásicos ·adquier.e~·stl verdadero significado, y 10 'que


es más trascendente.. su prueba rigurosa tan sólo dentro del
marco de la téoría subj etiva del valor. De la. misma se des-
prende, también,' la superficialidad de la' versión que .afirma
que las' valoraciones subjetivas determinan las oscilaciones
de los precios y que. los costes, a. largo plazo, constituyen el
centro de gravedad de aquéllos ; las' valoraciones 'subjetivas, ...
. determinan tanto las oscilaciones como loscentros de grave-
dad, aun cuando estos últimos pueden ser .caracterizados
ulteriormente en elsentido de que 'demuestran la validez, del
principio delicoste, el cual, sin embargo, no constituye ya,
,un principio independiente. Se 'deduce,' finalmente, que la
proporción ,en la. cualIos costes puedan. ser «causas interme-
días» de los movimientos d~ precios resulta, en casos ·dete~-·
.minados, explicable, según el principio de 1~ utilidad mar-
ginal. Y al final se descubre el. panorama. del prc>cesoeco;'
nómico, en el cual, bajo la presión. de las valoraciones subje-
tivas, los medi.os de producción 'de la economía 'son impul-
sados a sus diversos empleos, .,
Los principios fundamentales e indispensables para la. .
comprensión de los salarios, la renta de la tierra y 10s1 bene- .
ficios. caen en nuestras manás por sí, mismos. Los medios
de .producci'ón originales y últimos son los" servicios de la .....
tierra y del trabajo. Todos los bienes, tanto los bienes de
consumo como los bienes. de capital, se reducen en última.
instancia a' quellos ,dos.. Directa '0. indirectamente -- 'en este
último caso' a través de la intervención de. los bienes de
(~~pi~a1 - el valor del producto debe ser referido a la. tierra
y" al trabajo, .Ios servicios de Jos cua1és adquieren, de ese·
modo. sus valores y, en los mercados correspondientes y bajo
.el supuesto de libre concurrencia, sus precios, es decir, el
salari~ y' la ~enta..· Según BÚHM-BAWERK.t pues, los salarios,
son ~ salvo 10 que. diremos más ade1ante- la. expresión
en términos de .precios de la. productividad marginal. del. tra-
. bajo.; el trabajo' resulta. retribuído con arreglo a su «contribu-
ción productiva» o como podemos decir, también, con. arre-o r

g10 a su importancia' marginal con .respéctoal proceso socio-


,1.ro'OnN BOHM-BAWERK 221

económico total. Lo mismo cabe decir de la' renta de la tie-


rra; a.un cuando BOHM-BAWERK se refiera tan 'sólo altraba-
jo. Bajo las hipótesis anteriores el producto nacional total
se descompone en salarios y, rentas. Con una rapidez casi
. dramática nos vemos enfrentados ante una. solución de pro-
blemas muy antiguos ; solución que. en orden a corrección,
sencillez y fecundidad supera a todas las aportaciones ante-
riores.
, El resultado constituye el abaco (3), por' así decirlo, del
segundo pilar de la construcción, dentro del significado de'
la metáfora que he empleado anteriormente, Pera: con :res-
. pecto a la acción de otros factores 110 existirían ni beneficios
ni intereses. Llegados' a este punto sería, necesario imaginar,
que la totalidad del' razonamiento' de la Kritik wná Ges-
' ... '

chichte fuera insertada en el texto, razonamiento destinado


.a demostrar la inadecuación de todas las tentativas anterio-
res para encajar el beneficio y el interés en este cuadro.
Pero debo renunciar a este expediente y limitarme a señalar
,que B'OHl\i-BAv\7ERK indicó dos circunstancias que chocaban I

con la igualdad entre ingreso y coste.


La primera la. resume bajo el título de «fricciones»,' En
el flujo de los medios de,' producción tienen, lugar estrangu-
lamientos o impedimentos que determinan '·una.,· desvia.ción
temporal, a. veces prolongada d~ los bienes de consumo con
respecto a las, normas derivadas de' la ley .de los cos-
tes, y estas desviaciones dan, 'lugar a beneficios, y
a veces a pérdidas, para los empresarios. Con, ~llo~'oHM­
BAWERK, acepta aquella. forma 'de explicación del beneficio
del empresario que. se' apoya. en. ·las imperfecciones del me-
canismo de ,los mercados; gracias a, estas imperfecciones
el empresario puede conseguir grandes beneficiosvpero tarn-
bién obran como instrumento para eliminarlos,
La segunda causa de perturbación es el paso del tiempo,
y éste es el «lugar recóndito» en el cual, .según- B'OHM-

<:1> :Pttl'tiO sunenor del capitel de una columna. que soporta el


Hl t (1ltHJt'ulJo. (N'o'tul de El. B. SCHUl\1PETER).
<,

222 ,DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

'BA'~lERK~.deberemos indagar para encontrar una explica-


ción del. fenómeno del interés. Con ello penetrarnos en la
superestructura, '" levantada sobre fundamentos diseñados tan
ampliamente, y que constituye su aportación más relevante'
y personal, y que permite distinguirle de otros que obraron
en sus inlnediacion~s; la superestructura que contiene la so~
lución que él dió a. los problemas más profundos y difíciles.
de la teoría económica; y' cuya poderosa fachada impresiona
tanto a los amigos C01l10 a. los enemigos, 'Gracias a la misma"
la. totalidad de su sistema adquiere un sello característico,
toda vez que la visión del rendimiento neto del capital sirve
- COUIO hemos dicho 111ás arriba - p~ra iluminar l1:ue.stra·' .
visión de todos los demás problemas, con ramificaciones en
todas las corrientes de la discusión económica, desembocan-
do incluso en el amplio campo de la visión social.

VII

Esta tcoríu del interés hu sido calificada de teoría -basa.9.a,


en el enrubio y' 'en el uJ.ri o. Su fundum ento consiste: en la te"-.
sis de que 10's bien es l)'-URC11tCS 8011 valorados por encima de
los que serán disponibles en el futuro, aun cuando bajo
otros aspectos sean los mismos y sirvan para satisfacer las
mismas' categorías e intensidades: de' necesidades. :~a. cuestión
esencia! reside, pues, en la introducción de un nuevo hecho,.'
es decir, la. ampliución ele la base ~ factual de la Economía..
Pero este hecho no, es iudependiente del principio del valor ;'
más bien puede decirse que consiste en el descubrimiento de / '
una propiedad concreta de nuestras valoraciones, que había.
sido únicamente «anticipada» antes 'de BOHM-BAWERR,', y
destacada sistemáticamente gracias' a JEvüNS. Con, BOHM-
BAWERK la teoría del valor absorbe este hecho orgánicamen- .
te, ,logra encajarlo perfectamente, de tal modo, que en .nin- ..:
gún momento se destruye" la continuidad del razonamiento -
o la unidad de la construcción fundamental. Por el contra-
rio, con él, incluso, la teoría del interés resulta desprender-
se de] principio deIa utilidad marginal. ITn aspecto decisí-
EUGEN BO~BAWERK .223

va de esta teoría' del interés es, COlno 10 señaló él mismo


(Geschichte und Kriiili), la transmisión de los efectos de
todos 'los determinantes l11CtS remotos del tipo de rendimien-
to del capital, por medio .de 1.111 enlace común consistente
en la diferencia ele Vrl]01~ entre los bienes presentes y fu-
turos. Es decir: ,~1 tntcft:H es simplemente la traducción en -.
, el precio ele cstu difcreuciu de valor, que surge a través. de
la tcorín subictlvn (1~"1 vulor y del precio; constituyendo
un scrrtmdo prohh.'llln, snpcmndo otl"O' 11l\SO, el encontrar las
C(lUHnU de dlchn dlfcrcuclu dú vulor. ];·;n el paso sucesivo se
.cncueuuuu JOB r~Bt(\lIt(J~ elementos esenciales- de su teoría,
la ' (;'t'tulpt l" CII~{'~ nl tercero de los tres grandes grupos de
l

el
l.cOt'fll dl'l illtel·é~ que lJollM-13A,\\rlUtI{ describe en suma-
rio <'tül ')I·illl~l· volumen de su gran obra. El primer grupo
r. ; Iuu (( tC()1"fUH de la productividade-c- desemboca' en el fra-
cuso en virtud de la confusión' entre 10 que después de
llo:UM-13AWltn.I{ se ha denominado productividad «física» y
la productividad de «valor»; el segundo .grupo ~las teo-
rías de la «explotaciónn-e-. 110 consignen demostrar ·las ra-
zones por las cuales las fu-erzas de la competencia no lle-
gan a eliminar las ganancias derivadas de la «explotación» ;
el tercer grupo de teorías investiga' el origen de¡ interés en
el campo del valor..Y toda vez que el' tipo de interés es un
fenómeno de precio,-·debé tener ahí su origen.. A este grupo
pertenece la teoría del agio; es decir, la teoría del interés. .
fundada sobre el valor. Es tan s610 la. influencia. del trans-
curso 'del- tiempo sobre las valoraciones' subjetivas' 10 que
da origen a la fuerza que lleva a las manos de los .capita-
listas una parte del flujo de bienes, del modo que vamos a
describir. '. .
Toda disposición que se torne .en orden a la satisfac-
ci611 de nuestras necesidades implica',' hablando en sentido
estricto, ul?-a consideración del .~futuro; y por ello toda. ac-
tlvidnd económica se .encuentra. -segÍln la· concepción de
'1 Hi, , M"]~I\ V"lj~:R.J{ acerca de la na turaleza 9,·el capitalismo,
('Ullllt.O 'IU(tH sea así, más «capitalista» será la actividad de
qlH' Hl~ trutc
c) baio la influencia de necesidades que expe-
224 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

rimentaremos tan sólo. en el futuro, pero que podemos ima-


ginar ya: actualmente; y, por otra-parte, se encuentra. bajo
la influencia de necesidades objetivas que se presentarán
.solamente en el futuro, pero podernos ya intuir actualmen-.
te. Por esto los bienes futuros son .. objetos -en realidad
los objetos más importantes- de nuestra conducta econó-
mica y de nuestras valoraciones. Evidentemente, dichas va..
loraciones pueden ser comprendidas con el auxilio del mis-
mo principio de la utilidad· marginal, y a esto, debernos
añadir los hechos siguientes (que, sin embargo, no poseen
un ulterior interés): que debernos enfrentarnos con nec;e-'
sidades imaginadas más que sufridas, '(recordando 'siempre'
que las' primeras son tan mensurables como las segundas) ;
que debernos. considerar. no la relación actual entre nece-
sidades y disposiciones para satisfacer las mismas, sino con
dicha . relación. situada en un punto temporal futuro; . y
que las' satisfacciones futuras deberán ser siempre multipli-
cadas por un cierto coeficiente que expresa la probabilidad'
de la utilidad esperada (una «prima por riesgo»).
A continuación, 13,O}JM-BAWltRl{, introduciendo un he-
cho de importancia fundamental para el análisis del valor,
.afirma que los bienes presentes poseen una valoración sub-
. jetiva más elevada que los bienes futuros de igual cantidad
y clase.
En primer lugar J porque existe la esperanza. de una sa-
tisfacción más amplia de las necesidades futuras o porque
-cuando 110 se da el caso anterior- la posesión de los
bienes presentes permite la satisfacción de las necesidades
alternativas presentes
, i
o la de . las riecesidades futuras (es-
pecialmente en una economía monetaria. ,en la cual .el «aho-
rro» de los medios aptos. para" satisfacer las necesidades
puede realizarse siempre con pocos gastos). Por ello el va-
lor de los. bienes presentes es .igual, por 10 menos, 'a1 de
los bienes futuros, y pOI' la.' misma. razón existe un «valor
de especulación» de los bienes presentes sobre 105 futuros,
siempre presente en la. economía.
EUGEN ,BOHM-BAWERK

E-u segundo> lugar, porque nosotros subestimamos gene-


ralmente las necesidades futuras. Las'. necesidades futuras
no adquieren fácilmente sus verdaderas proporciones en
nuestra consciencia; las necesidades imaginadas no poseen
'el mismo' relieve que las efectivamente experimentadas ; y,
'finalmente, e¡ individuo típico no suele efectuar previsio- .
n.es más allá ele un cierto período de tiempo. Estos facto-
res psicológicos se refuerzan mutuamente dando lugar a
una «subcsthnnción do las satisfacciones futuras», y con
ello stuninistrun UH segundo argumento en favor de la. exis-
tencia de \111 valor de especulación o. un agio en favor de los
bienes :Pl"l~~H•.~I1t.l'H, , -
:1 j~lI ttl"'t'rhIHllJ J po-eque la. producción indirecta. «consu-
t

midorn <h\ li("lnpo)) (~Hln(tS eficiente', es decir, una cantidad


dada (f<JIIIVdloB Od¡'litltu"¡os de producción permite obtener
se
t1.:11 prod neto ¡t.\';co 1t1(1H uhu ndante si aplica primeramente '
a la producción rlc IH'()('ltll~t.(lH intermedios (por ejemplo, he-
rrautientas) y c.1uHpll('~\ Il 11\ nrcduccíón de bienes de consu-
1110, que si fuera nplit'I\<ln cuu-rumcnte a la producción' di-
recta ele bienes de ('OllnlllllO. I'or :10 tanto, las cantidades de .
medios de producción vh'jo:\ (,In decir, las aplicadas desde
hace IlHtYOt" ti"lupo II lu PHu1tH't'i611. indirecta). exhibirán
siempre. nnn HtI))t'l'io";dnci t('('lIit'H tjOhl',~J()H medios de pro-
ducción IlltU. j(tV''1H'n (tl:1 d(IC'jl',loH nplit'(uloH pcstcriormen...
te), ~'X(1vpttlnltdoln:, ('IUjU:1 ('ti lo:. ('llltil'H unu innovación
técuicn o Higo Hilttill\I' ItU.VI\l1 ('ollvtrlido (lit uuticuudocl mé-
todo que (qllpl~(lh(l lo~ Il1vdio:i (h~ pl'OtllH'(.~i()Jl «viejos».
Be planten ~ut.()lIl'tIH In ('tll'liU(Ht, uuncute (:11 lus dos pri . .
meras razones que CXpli('flll (\1 IlHio" d(~ Hi este tercer fac .
tor da. lugar no H61u n lIItUlllnYCH' euutidud sino tam-
bién a U11 mayor valor (1(111 H'odlH'to obtenido en la
producción indirecta «consuruldoru (\CJ tiü'UIPO'». La respues..
ta de BOlfM..BAWltR,l( eH. nfirtuntivu . .'Ietl cíccto : según la, ley
de la producción. indirecta, una cantidad determinada de
medios de producción presentes rendirá, cuando se aplique
a semejante producción indirecta, una cantidad 9.e produc-
to mayor en, todos los puntos del tiempo futuro,.. que 1~ que
. 15
226

rendiría una cantidad equivalente de medios de produc-


ci611 aplicada 'en cualquiera de dichos puntos de' tiC111PO a
la producción directa. Igualmente rendirá' un producto ma-
Y9r 'que una cantidad igual aplicada más tarde para perío..
dos de tiempo más breves,. toda. vez que la productividad
de los medios de producción-es '1nayor cuanto más indirecto
sea su USo. Ahora bien, teniendo en, cuenta que. de dos can-o
tidades de la misma mercancía disponibles para un mismo
individuo a un mismo tiempo, la mayor es la más valió..
sa, la productividad expresada en valor (y no solamente l~
productividad -física) de una cantidad de medíos de pro-
ducción disponible- en un tielnpol anterior 'debe -según
nuestros supuestos y" de .acuerdo con B:OHM,..BAWE:RK~ ser'
siempre mayor que la. de una cantidad igual disponible más
tarde' - prescindiendo del punto de tiempo común en que
ambas deban ser empleadas en la producción. Además, el
empleo, de métodos de producción. indirecta consumidores
de tiempo, implica que se está dispuesto a esperar para
conseguir un resultado mayor y más valioso, es decírvque
es necesario contar. con un fondo de subsistencia suficiente
para el sostenimiento de los, que intervengan en la. produc-
ción .indirecta, disponible. inmediatamente. En consecuen-
cía, la obtención de un 'agioa través de la .produc~
ción indirecta. depende de la 'existencia de dicho fondo de
subsistencia de bienes de consumo, y de acuerdo cón los
principios generales de la.. teoría de la imputación, el rilen..
cíonado agio se atribuye ~1 mismo. Esta es, ,por 10 tanto~
la tercera. y la. más importante razón según la cual existe un
. agio en favor de los 'bienes de consumo presentes compa-
rados .con los bienes futuros..
La tesis de la mayor productividad física. de la produc-
ción indirecta; al igual- que Ja tesis que proporciona una.
tercera razón. para explicarporqu·e· los bienes presentes són
más valorados que los futuros, razón independiente de las,
dos primeras, ha. sido muy debatida, hasta el punto de ha-o .
berse desarrollado toda' una «literatura sobre la. tercera ra.. .
Z611» (las réplicas de B'OHM-BAWE,RK, a la misma. se. encuen-
EUGEN BOHM-BAWERK 227

tran en la tercera edición y en los apéndices). Sin entrar


en la discusión de este problema, señalaremos' únicamente
cómo .la .tercera , razón, (en, principio. independiente según
B'OHM-BAWERK) se. encuentra, en su opinión, ligada con las
'otras dos.' Por supuesto no presenta .1a menor duda el he',,:
cho de que el fondo social de medios' de producción se dirí-
girá inequívocamente hacia los' empleos donde pueda ob-
tener una utilidad marginal más elevada,' y. también es
. claro que ,este te ore ma general se aplica .igualmente a la
7 elección entre resultados productivos que puedan alcanzar-

en
se distintos instantes temporales.' La tercera: razón nos
llevaría hacia el proceso indirecto, infinitamente prolonga-
do, toda vez que cualquier extensión del' período. de pro-
ducción permitiría ·-de acuerdo con nuestras hipótesis-
obtener 'un aumento ulterior del producto -,~aun cuando a
un tipo constantemente decreciente-e- tanto en su cantidad'
corno en su valor. Sin· 'embargo, de acuerdo con las dos
primeras razones, las cantidades constantemente crecientes
.de valor deben ser valoradas según. un tipo de descuento .
creciente, y 'esta interacción mutua entre las dos primeras
razones y 'la tercera dará como resultado la fijación de la
duración de período de producción susceptible, de rendir
el máximo valor (actual). Los efectos de las tres razones,
por 10 tanto, 110 son aditivos para cada individuo, toda vez
que cualquiera de las dos primeras puede contrarrestar a
la tercera.
Las mencionadas «razones» producen, StLS efectos en gra-
dos 111UY diversos, S~'(Ul los diferentes individuos, ya que
el exceso d<: valor o supervulorución, a ún cuando sea un
hecho psicológico común n todos los individuos, ~pera de
manera diversa, oscilando dentro de límites amplios,' según
los individuos de que se trate. Pero precisamente a esto
se debe el que sea posible la existencia del cambio de bie-
lle~ presentes por bienes futuros, creando las diferencias ne-
cesarias en sus valoraciones. En consecuencia;' nace un mer-
cado de bienes presentes y futuros, y la teoría de los «pares
marginales» determina Ul1 precio de plusvalía objetivo pa~a
228 DIEZ GltANDES ECONOMISTAS

e110s -originando de ese modo el tipo de interés-«, es de-


cir, que según la elegante fórruula de BOfIM-BAwnRK,
surge un agio en .,el cambio de bienes presentes por
bienes futuros. ,Al igual que cualquier otro precio, este
.agio posee un. doble efecto' 'nivelador. - En primer lu-
gar, incluso aquellos que subestimarían les,' bienes futuros
en menor proporción de 10 'que indícaIa plusvalía del mer-
cado, seadaptaran a la misma, En, segundo lugar - 10 cual
es muy. im.portante-, «la magnitud del agio que ad-
quieren los bienes ipresentes sobre los futuros en diversos .
instantes temporales futuros, será proporcional ala dura..
ción del intervalo de espera», mientras la. subestimación, .del
futuro. efectuada' por un individuo podría ser' muy bien, dis-'
continua e irregular, de tal modo que, por ejemplo, la dife..
rencia-entre. la satisfacción actual y la que se podría. 'obte-
ner dentro de un año podría resultar grandísima, mientras
que la diferencia entre la. satisfacción a conseguir dentro de',
.un año, y la satisfacción a disfrutar dentro de dos, podría
s~r apenas perceptible.
En esto consiste, pues, in nuce la célebre teoría ,del in . .
terés. formulada por B'OHM-BA\\TERK" Pero él vno se dió por-
.satisfecho con un apercu; por el contrario, .continuó des-
'arrollando sus jdeas en extensión y en profundidad dentro
del organismo capitalista. Sigamos su trayectoria sucinta-
mente. Los.dos problemas fundarnentales: primero, demos-
·trar que las fuentes. del interés del capital, susceptibles de
ser comprobadas empíricamente; brotan) reaílmente .de la
roca descrita más arriba; segundo, derivar,' el nivel del tipo
de interés y las leyes de su movimiento de esta. base' teó-
rica.
El caso del tipo de interés de los préstamos no presenta
ninguna dificultad, La. definición de un préstamo como un
cambio de bienes presentes por' bienes futuros proporciona
todo cuanto podernos desear en orden a 'su interpretación.
Además, es claro que cualquiera que solicite un préstamo
de consumo debe valorar los' bienes presentes más que', los
bienes futuros, por 10 cual surgiría siempre un tipo dé in-
EUGEN BOHM..BAWERK 220

terés incluso en el caso en que el prestamista 110 subvalo..


rara los bienes futuros. Por otra .parte, es igualmente claro,
que para' cualquiera que desee un-préstamo de producción,
la perspectiva de unas ganancias netas futuras determina
también 1l:na mayor valoración, con .10 cual el resultado es
el mismo, Pero el problema del 'gran '. hecho social que es
la existencia de un tipo de rendimiento de1 capital y de las
.bases sobre las cuales se apoyan las clases superiores en
una economía capi talista ,~es decir, de la estructura econó-
mica de la sociedad capitalista-s- reside precisamente. en la
explicación de dicho, ben.eficio neto, de su emergencia ·re-
gular en el flujo de la economía. y' es este rendimiento .del
capital, originado en "las 111a1105 del empresario; el que debe
ser explicado de acuerdo con el esquema básico.
Se debe únicamente a la' extraordinaria. habilidad de
.B,OHM-BAWERK el hecho de que también, ~11 ~ste caso, pue-
da formularse el principio explicativo de una manera tan
. sencilla que' resulte casi evidente de por sí: el' empresario
adquiere. medios de producción.• los 'cualesconsisten,~n par-
te de servicios del trabajo y de la "tierra, y que en parte
son reducibles a esos dos. Los servicios deJa tierra y del
trabajo son, bienes de, ConSUlTIO potenciales y deben, su va-
lor a esta cualidad. 'Pero son tan sólo bienes de consumo
futuros, cuyo valor debe' ser inferior al de una. cantidad
igual de bienes dé consumo presentes. Los servicios. de la
tierra y del trabajo serán comprados a sus propietarios a
su valor actual, mientras que sus productos futuros serán
vendidos a sus valores correspondientes a, la fecha. "en que se
realice su venta futura.· En consecuencia, surge un incre- <

mento de valor tan pronto como los medios de producción


presentes comienza, en manos del empresario, a madurar en
dirección al consumo, y este incremento de valor constituye
la base del rendimiento neto del capital del empresario. La
aplicación de este resultado a casos. empíricos singulares 110
es siempre fácil. Muchos de estos problemas --""':'singularlllCntc
la dificultad que deriva de las múltiples posibilidades de
empleo de un 11115r11.0 bien de producción en procesos que
230 DIE~ GRANDES ECONOMISTAS

requieren diferentes períodos de producción-e- S011 resueltos


I por BoHM-BAWERK con el cuidado exquisito que hace de su'
obra una guía inestimable incluso 'para el futuro 111{tS lejano'
de nuestra ciencia.
El paso siguiente consiste en la demostración de que es-
tas relaciones entre valores conducen siempre a una eleva-
ción del precio, Esta~elevaci61l del precio se dará siempre .
en una transacción' entre obreros )" propietarios de la tIe-
rra, de una parte, y empresarios poseedores de capital, de
otra, bajo la forma de un descuento del valor monetario
del producto marginal global y futuro y de los medios ori- .
ginarios de producción. () 1iicn, si separarnos la función
del capitalista de la del eruprcsurio, y consideramos. a' éste
como un simple iutcrmcd lnrlo entre los propietarios de los
medios de producción ori~rLtlHl,io's y los capitalistas, surgirá
en la transacción cutre :IOH cupitalistas y los obreros y pro-
pietarios de la tlcrrn, representados -por así decirlo-s- por
los cmprcsnrins, ';01110 uu precio superior sobre el fondo,
de subsistcnciu uut ¡"I ptt<lo j.or los capitalistas, en otras pa-
labras, buio lu f01'11I1l dircctu de un tipo de interés. pe ese
modo contcmplruuos nloH l~LqJitn1i~ta~ en su papel esencial
como traficantes de hitll~H presentes --tal vez, a primera
vista, sea' esta U1Ht opin ¡(U I poc:ú corriente, pero gracias a la
misma se penetra hnstn I1IHl profundidad extraordinaria, en
, la naturaleza del :lH'()t\~~() ecouóruico. En ambas formas, que
no son más que cnvoltn '·n:; (le un mismo nucleo, el, agio
aparece COll10 inevitable, Procederemos ahora a. demostrar
su necesidad en la HCA'n IHin forma, la cual. además, debe
ser reducible u la prirncru, .
Sobre este (UU creado de medl os de subsistencia» se con-
traponen los capitalistas o. los obreros y propietarios de la
tierra. Las cantldadcs disponibles de los medios de subsis-
tencia y de los servicios del trabajo son dadas en cada
instante. (Añadiremos después algunas observaciones acer-
ca de la 'primera. mitad de esta hipótesis.) Para los capita-
listas, el valor de uso de sus. bienes de consumo tiene poca
importancia, 'toda vez que, en .cualquier caso, no pueden con-
EUGEN BOHM-BAWERK

sumir más queuna pequeña parte de Jos luismos. Por ello


podernos prescindir del hecho de que subvaloren los bienes
futuros.; si esto es así, entonces nuestro agio debe ocurrir
a [oriiori. Para los obreros y Jos propietarios de la. tierra la
valoración de' sus servicios respectivos -del trabajo y de
la tierra- derivados de su uso' potencial en la. producción
directa (en tanto que ellos mismos pueden emprender una
producción de tipo' capitalista, asumen también la. .función
de capitalistas) entra, hablando estrictamente, como un lí-
mite .inferior, por debajo' del. cual no estarían dispuestos a
negociar ; pero en las' condiciones' modernas dicho' límite
aparece muy lejano' y nebuloso, En estas circunstancias, los
capitalistas estarán dispuestos a.. comerciar incluso a' un tipo
de ganancia muy pequeña que se aproximeasintóticamente
, a cero. Los, obreros y los propietarios de' la tierra, para
quienes, de acuerdo con la ley de la producción indirecta,
todo rendimiento .superior al obtenido en la producción di-
recta dependa de los medios de subsistencia. de que dispon-
'gan, estarán dispuestos a comerciar incluso en' el caso en
el que su excedente quede reducido a una parte muy pe-
queña, aproximándose asintóticamente a cero. El resulta-
I

do final dependerá de la intensidad de la. demanda que los


trabajadores y los propietarios de la tierra hagan de medios
. de subsistencia en el punto de la extensión. del período de
producción que el fondo 'de subsistencia dado permita. Y
a este respecto es necesario señalar que es. generalmente
verdadero el 'hecho de que dicho fondo, por grande que
.. sea, es siempre limitado.' Pero igualmente, sería" siempre
posible, mediante la extensión del período de producción
más allá de la' duración' permitida por 'un fondo dado, al-
canzar rendimientos todavía- superiores.' Por 10.' tanto, exis..
tiría -supóniendo una, dimensión cualquiera del fondo-
siempre una. demanda activa' en pro de cantidades ulterio..
res de medíos de subsistencia, sino existiera el agio; Y'
dicha demanda no podría ser satisfecha. Toda vez que cual-
quier fondo de subsistencia limitado deja dicha demuudn
insatisfecha, el resultado es que' todas las demandas que
232 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

todavía son activas, a un 'precio dado, tienen el efecto ·de


elevar el precio. De esto se deduce que e¡ precio de los
bienes presentes debe elevarse siempre por encima de la par
con respecto al de los bienes futuros, y que, por 10 tanto,
debe surgir siempre una ganancia, CR decir, 1.111 tipo de
interés, 10 cual es 10 que debía. ser demostrado.
Recíprocamente veremos seguidmueuíc que, si no exis-
tiera el interés, una expansión ilimitadn del período de pro-
ducción resultaría beneficiosa; ('S obvio que de ello se de-
rivaría úna escasez de bienes pr"~.j(IJ1tcs, 10 cual a su vez
llevaría a una producción <lir('cta y de aquí a la reaparición
del interés. Así aparece' clnru In verdadera función del in-
terés en la economíav Rcsultn svt', por así decirlo, el freno
o el regulador que clifit'll1ta a lOH individuos la extensión
de los períodos de pnHllf( cic'lIl 1llflS allá de su duración' eco-
t

nórnicamento ndmisihk-, v a la vez fuerza a aumentar el


aprovisionamicut O' n -lu ti vn II la~; necesidades presentes; fre-
no que hace SVl11i r ~;t1 pr,,~~i ()1 t sobre los empresarios. Y por
esto el tipo -<1v illtt'r(l~~ 1',,('J(ljnln intensidad relativa con la
que en cadu t'cot1olllfa ~;t\ luux-u sentir los intereses presen-
tes y futuros, y por Jo tallto truuhién la inteligencia y la
.fuerza moral (ll~ uu pllt'hJu: cunnío 11165 elevadas sean és-
tas, más bajo ~t\r(' l'l tipu dl' iutcrés. Por esta razón. el tipo
de interés ref'lcjn e-l nive-l cultural de una. nación; porque
cuanto .más alto hl':l l'sh' nive-l, tanto más abundante será
el stock dispouihl« cll' hit'lIt,s de consumo ; cuanto más lar-
go sea el pcrfodu tll' Pl'o<1ltl'('i61l tanto más pequeño será
-de acuerdo ('01] la ley clt, la producción indirecta-s- el.
rendimiento en l'XC(.':-;O qttl' ~t· podrfn obtener con una ulte-
rior extensión d('1 pvrfo(lo (le producción, y en consecuen-
cia tanto lU(lH bn]o Ht'r(t (.) tino ele interés. Con ello hemos
llegado a. la ley de Bi)IIM..l~AWHlll{ del decrecimiento del
tipo de interés, que constituye la solución de un viejo pro-
blema que habiendo desafiado a. las mejores mentes de nues-
tra ciencia las había encontrado impotentes para resolverlo.
Nuestra prueba demuestra además que, toda vez que so-
lamente una mayor valoración ·de los bienes presentes per-
239

13üliM...BAWERI{ no llegó a presentar este resultado en


HU total generalidad, sino que --;-olvidando la renta de la
ticrra- se limitó a los casos del salario y del interés (S).
La razón para que obrara de semejante modo reside en las
complicaciones técnicas, prácticamente inabordables sin :el
auxilio de Matemáticas superiores, que suscita el proble.. ·
ma. Pero esto no altera la naturaleza del problema, y por
ello deberemos limitarnos al caso más sencillo.
.La .solución queda. formulada con toda sencillez: se esta-
blecerá el tipo de' salario que haga más ventajoso para e}
.empresario capitalista el período de producción. que em-
p1eando toda la fuerza de trabajo disponible, al tipo de sa-
lario mencionado, absorba. ~1 fondo total de subsistencia
destinado a. su retribución.
En realidad, si se estableciera en el mercado un tipo de
salario por azar, el resultado sería que, dada una escala
de las productividades de los diversos grados de producción
indirecta, uno y tan sólo un período' de producción sería
el más provechoso para. los capitalistas-empresarios. Y éste
es el que .sería elegido r resultando con 'ello determinado un
tipo de interés. Si, con semejante procedimiento, la canti-
dad total de los servicios de la tierra. y del trabajo y el total
del fondo de subsistencia se equiparan entre sí y son cam-
biadosyse ha alcanzado el equilibrio, y se han realizado sus
condiciones, reseñadas más arriba. Si no es así, las canti-
dades no empleadas 'de servicios' de la. tierra y del trabajo
. y de medios de subsistencia tenderán .a reducir el tipo del
salario o el tipo' del interés o ambos aJa vez, dando lugar
a que esa más conveniente otro período de producción hasta
que no se hayan satisfecho las condiciones de equilibrio.
Fué de. este modo como se logró descubrir la ley del
intcrés : el tipo de interés debe resultar' igual al tipo de
reudiurionto excedente lograd.o con la última extensión del
ltl rfot1 o <le producción admisible bajo todas las condiciones
1

(D) 11:1 pl'oblp11'H\' ~(Yneral fué tratado .más tarde por WICKSELL,.
..11\llIuu10 In, (H'tf\nLl~c1(ul Hcña,lada por. BOHM-B'AWÉRK.

r, •. i tt ~
., .. t C{'NC,í~ltkb
"'l\OTfG~ OE \~ H!,.:",li\.\J :¡E \Ilt;"L·H." . ,. ·
D1U 1', .' ~':REOO L. PA~AOOS
Prof••or Emitrllu aJf. ,... 1
246· DIEZ GRANDES ECONCMISTAS

se casó con ella en '1857. El matrimonio fué singularmente


feliz. Ella debió de ser una .mujer encantadora, dispuesta y
amable, de buen aspecto, y de buen' carácter, alegre y cari-
ñosa, un consuelo en la adversidad y una compañera deli-
.ciosa en el éxito. Poseía tina fina voz de mezzosoprano y'
compartía el gusto de su marido por la música. Ningún,
problema surgió en el [oy er; caldeado por Stl· radiante per-
sonalidad. Es muy fácil imaginar la clase de hogar que,',
primero en circunstancias .modestas y después con amplitud
de medios, creó para su esposo y para. sus tres hijos - el,
protagonista de este ensayo, un herlnanomenor que murió
antes que él y una hermana que le sobrevive - , todos ínti- "
.rnamente ligados a ella. Fué un h.ogar que se bastó a sí
mismo, .que sostenía a una familia completamente cons-
ciente de su existencia corporativa. No debe sorprender, por
16 tanto, que FRANK WILI.IAM saliera de dicho hogar como
un hombre de familia, para quien la vida de familia y las
responsabilidades familiares eran elementos esenciales en su.
esquema de las cosas.
Tal como podernos suponer, él disfrutó de una infancia
muy feliz', Además, como señala su hermana, «no existieron
dudas acerca de sus adelantos. en la escuela yen' sus estu-
dios; muy pronto se manifestó la fuerte constitución física
conocida por todos. Le recuerdo bajo su aspecto de mucha-
cho robusto. Recuerdo, también, que jamás faltaba un libro
en sus manos, ya fuera para estudio, ya 'para diversión,. y
que nada era capaz de distraer su atención mientras ,leía,
a menos que se le interpelara directamente. Su. costumbre
consistía en trabajar y estudiar en la sala de estar de la
familia... En cuanto a las escuelas que frecuentó, estoy
seguro de que fueron escuelas públicas hasta que tuvo al-
rededor de once años. Después .dealcanzar dicha edad
asistió a una escuela Ilamada «Smith Academy» ... En nues-
tra familia la música ocupaba un lugar muy importante,
Habíamos conocido a artistas como RUBIN~TEIN y WINIAWS-
xr, y Trmonoaa TRüMAS paraba en nuestra casa cada vez
"U(I visitaba Sto Louís. FRANK comenzó sus lecciones de vio-
.,..-1"., I '1

,~RAN~ ,W~IAlY.I: TAUSSIG 253

'grande ,'de.todos los economistas; .ydeestavinterpretación:


de aquel teórico eminente se puede deducir 'por qué - en ..
.tonces y .a través de" toda su vida, ~'ftié así y por qué el
, únicorival de .RICARDÓfué B'6'lr~.. BAw,ER~,.(I2.). Existe. una
afinidad fundamentalien las.',estructXJ,r~s.rnentales de aque-
llos tres .grandes-hombres, ':,10.', cual lJerll1itió a ,TAUS'SI,Gpe~
netrar en' las mismas ,y' apre~iát" lospúntos.de 'vist~ '.~ 16s
estilos teóricos en 'su,':v,erdadera'n'atútaie~a-," y las contri-
bucioneside aquellos-dos economistas; ··'h'asta;.l.~n grado que,'
no alcanzó conYespecto a' ningún otro .teórico, El segundo ,
artículo expresa, ·éo~",.ig~al.'91~rid~d,:los ,:'t:~i-minos ·baJ6io~.
cuales trabó .relación c01}ias .enseñanzas . marshallianas,
'adoptándolas corno .una de las fuentes. principalesde .su tarea
como profesorvMásadelante ,vo~lvereln~'s7,~óbre,'~staci1e~tión.'
Ahora 1105 ,,' li~ita1~inos ~,~sefialar' 'que 6tr~sdos, artículos
publicados. ;n
···los .P1'qceedÍ1i~s 01 H'te.)1 meiican . 'Economic
A.ssociutiorir en 18QA,nb~ darrel tono. doniinantéde la Iabor
,creadora ',de' ,;,TAUS'sJ,d:' e,11 :'~1 campovteórico. '. ~ he R elaiion.
, bebuieen: I'nteres(aiaI,pr.oJits(I~a .relación ,'etitre .interés y
beneficios) ythe'W~f{es.F1indatt1ieHands oj the German.
;economists'(L,a doctrina del fondo dersalarios tratada por
lóseoondolnistas3:1e111a,li~s)sonfragrnentosde la obra, que es-'
taba; realizando sobre '~l terna .desalariosy capital y' prepara-
"'ron 'el camino 'hacia "elTibro que publicó'enl8g6 coniel
título de
,Wages,and'. Cá,Pltál{SaJario,sY.C·apita1). Un artícu-
Iosobre la The:Quantity:: Theory ()f"~tf'oney (Lafeoría.cuan-
titativa de 'la moneda)' que apareció en los Proceedings siei
, año. .siguiente, completó .los-fundamentos 'de.Ia querpuede
, denominarse:espe~ífic,~l1nerite.teoría, de' TAVSSIG.
"PerovolvamJ):s :a' Ta':'ea~rera, 'uliiye'rsitaria (l'eTAusstG'.'
,0

. Los años entre 1881, y I896'fueron,'an9s:ml~Y' duros, 10' cual


resu1ta'ob~ió si añadimos a SÚ~' á¿~~".i~a:de·s estrictamente
n

(12) En una 'ocasión TAtrsSIGS'e:', éxpresó vde. ese.rmodo ante '


el. profesor SCHUMPETER•. 'Tóda .;~v,ez, que . este 'último era un aus..
tl'iaco y además discípulo .de B-oHlVI-BAW:ERK,. .es probable que la
aUlubll1dad pueda haber t?nido una cierta participación en di-
chas uñnnacíones, Pero a la vista. deJa orientación que TAUSSIG
díó t\; su obra teórica, dicha" partícípacíón no pudo ser muy grande.
• • j ", ..~

!
260 DIEZ GRANJ;>ES ECONCMISTA~" J r-
,)

I ll~do graride~~nt~, a¡ extremo de: que el curso de intr~duc- .:.".' ....,


. ción comprendía más "de' quinientos estudiantes, ~rea ,- ,\ ,,', " La
de explicar/para: 'tina 'm~sa de.quinientos jóvenes la encon-. ~,: " ~" . ,'. ,
'·tr.6·. silJ.gulai-~n~.llJe:g~i~6sap.~1"a. ~U:s fuerzas, pero halló ~t/"· " ..
, ' la misma una gran" fuente dé "sátisfacci6n, toda vez que la ", '.....
" inism'~ "le 'prQpolr'~io'~Ó:«lál alent~d~ra 'oportunidad de entrar', _,o " ,
, .," . , ,., . " ' f ',"':" ,.' , ,.j -- , '

, .'' en contacto' 1"


.;'~\~~ .~\
.cori
..
.la-gran masa
~I '.1' l.
de'
'
Ios, estudiantes que daban
,,"'~ ~ 1 /~ I! 1,., ,J ~ .• ',i " ~ , . ' , .

'" '~u~ "pr~11,1~r()~:' ~~sqS».\ . Pero .'lo q~l'e' .resultó ser todavía : u~a
'fuenteimayor dé 'satisfacciones- fué SU'. ríoinbrariiiento ',conlO
.' director'· det' .Qua;te{rl~ jourrta.l oj Ec~nomics ':(1896), ,cargo...
,q~,~ había..desempeñado ocasionalmente durante :una ausen-.
. ":~' ciá 'dé.:Q'UNl3AR, en. 'I889~1,89, y, 'quevccnservó desde 1896:
<:~:, , ,:J?;asta '·.19,35:- " Hablar~lnos ' de '. esto .más ""a'g~l,an~~' {(~5) ;'" ",16 ro'!
'1 • "qV~",IS~: i;ef,iei'e"al' resto, nos bastará concluirnuesiraexamen f:, 1,

deaquellos 'años CO!!, .otra cita extraída elel, Report: d~ ,;r895 : ",', "
': ..',«Por; 10 que se refiere' 'a planes de: enseñanza 'univeisi~a- .
ría, soy uri .:firme def~n~~:r' p'e, la ,~educción.;de 'los .cursos ~ni~
'. y,er:si'tários'.~ .tresl ' años ' '(·,1) .y' dé, la ~nodificaci6n 'de: las C~,tÍ_I..., . , .
diciones de .ingreso, .én ',él' ,sentidQde' no 'dar .ninguna pre- ,
ferencia ',al "cono~imi\ento del "grieg~... - entre las materias' , ,
t',. ,,""', I '." ' "¡',,", ':" .-.' "

, . que pueden presenta!' los candidatos ... En política me sien.." .; ' .


-. ,":' to corrió un'
}nd~p~ndi~nte disgustado, "que espera la aparí-: "
\.
, ·cíÓn""d,e " . ,
un
nuevov'partido ~. que establezca C01110,. piezas 'bási':,': .-'
• \."., " • • - I ,. . ' . ...

"cás~/~de"'suprograma "una política arancelaria 'moderada; .una ,1,1

\~ ' ¡: morieda .sana


• •'
por 'dr¡t~l;i1~
i, .'
'y'; -
de todo, la, ·refor~á· de la buro-: .
1 , . ' , ' 1\' I '. -. •

'cracia 'y un @obieiho -honesto.». 3' ,¡ • '

e¡'. : .•• ' / ' , : ,; ~".,' " ' . ' . : .: . .".:r. '1 • ,. ' , "
II~ . .z: Er, "OTOÑO DE LA VIDA' (1'9°1-1919)
" •• -."',:1"" ' , ".__ ' '.,'_ :,"'.,.:('.', ,': . ,'t ,_,' "

, .: '" Ti\.:tj-~siG: se .~.e¡lt~~ 'yiej¿¡a' 'los cuarenta- .~Y dos años, . '
.11'0 \,
No existía :,:nada quefueradesagradable, amargo o irritante:
en .su
'vida. ,sti .reputación muy elevada. .En ~ gran parte ' era-
había satisfecho sus. ambiciones, Pero a pesar d~ todo esto~ ·
y ll: pesar: :de go~ai: "de'u'n~ salud física perfecta se sintió de -~' ~;'
.......
, l'
. 1'"'.:", (,

(25) Todavía cayó sobre-


Hor elegido en 1&96 ,como presidente del Comité' de Public~cio~., . ~, · :
éi',una nueva tarea de direc~i6n' al
noa do la «American Econoxp.ic 'Association». ' . . " .,'" . , ',~
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261
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pronto incapaz .de trabajar. En estos ,cas'os' habl~m~s;,' d~, ; . t

, "c~isis,' nerviosa, ias cuales S011 mucho' 'más.. frecuentes en . la .


, profesló~ácadémica de cuanto,' pudiera creerse, teniendo ei{
- cuenta - la~ condiciones generales d-e 1~ vida. dé unprofesó~:
TAlTSSIG solicitó un permiso y marchó ~1 ~~tr~njero durante J' ',.

~~' dos años, descansando completamente; y pasando un in..


. -'Yierno en Merano, en los AlIjes austrí~cos,' otró en: laRi..
viera italiana, y el verano, entre ambos '(~902j en'! Slui~a:.Jje
-: este modo evito la catástrofe, y así pudo en e] .otoño 'de 1903"
volver a sus clases y a la dirección del Quarteri y Jo'UrnaLJ
Más tarde aceptó el nombramiento de' Presidente de la
:t \
_~'~merican Economic Assocuiiion, que desempeñó ~n '190.4
, .,' .:'y' 1905 (26). Pero .esto fué todo: los. años que van d·e 1901
,'a -190$ son U11 espacio blanco en la historia de sus contri-
bucíones.
. "
A .fines de 19O5 se encontró otra vez a sí mismo, por 10
'

.menos COll10 profesor y C011l0' investigador. (En otros as-


pectos tuvo que ahorrar sus fuerzas durante todo el resto
, '. de sil vida.) Fué entonces cuando desarrolló completamente
los métodos y la maestría l~1.1 el arte ele la enseñanza. que
establecieron su fama universal corno maestro. En el campo
. de la investigación con1:111Ut; el trabajo sobre el terna que
. había elegido e11 su primera época, el comercio. internacio-
nal, y la rnayor purte ele los artículos que escribió durante
esos años pertenecían a dicha materia. Los frutos de sus
investigaciones fueron recopilados en un' libro' que cons-
. tituye un arsenal de observaciones sobre, la industria y a la
'vez una pieza inaestra del análisis, libro titulado Sorne
Aspecis of ihe Tariff Quesiion, (Algunos .aspectos de la po- .
lítica. arancelaria), publicado '])o:r ve~ primera en '19'15 (la,
tercera edición" ampliada,' es de, 193~L "
~ . ' ...:
<26.) En aquelIá época "fué elegido .míembro de' la «British
Academv» y de la «Accademia deí ,Lincei». 'otros nombramien-
tos honoríficos 'que le' fueron conferidos,' durante' eI'; período que '\;' 1

. 'estamos consíderand,o atestiguan que, su .zeputecíón estaba ya~"


firmemente establecida.' Recíbíó el título .de !Doctor en Leyes'
" por la Universidad de Brown en 1914,'''y a pesarvde la máxíma 1,.

nemp p'ropheta in sua pfltria, de la mísma: Univ~,rsidaq. de ,Har... :


vard, en 1916. "... .:
... ' I
'1'
. '.


26,2 DIEZ, GRAND'ES ECONCMISTAS

También, en' 1915, desarrolló un curso de conferencias


en la Brown University, que publicó después bajo' el título.
de Inventors and Money Maleers (27). Hasta donde se me
alcanza este libro .fué ~1 primer resultado tangible de un
tipo de investigación que sierupre le había interesado y para
el cual estaba excepcionalmente dotado. El área general
puede ser denominada Sociología económica o Sociología de'
la actividad económica. El estudio de,' las instituciones es
una parte de la misma. 'El estudio de la conducta individual
o de la conducta. de grupo dentro 'de su marco institucional,
es otra. Y en este amplio' campo de investigación un aná-
lisis realista del tipo y de la conducta del empresariocons-
tituía uno de los "más importantes grupos de problemas a
los que TAUSSIG dedicó, con el transcurso del tiempo, una'
atención cr-eciente.
Sin embargo, desde 1905, a 1911 el núcleo 'l?rincipal d~
sus esfuerzos estuvo absorbido por la .redacción de sus
'PrincipIes Di Economice>-: «resultado de muchos años de
enseñanza y de reflexión» - . La obra, en dos volúmenes,
apareció en 1911. .Fué iun éxito instantáneo, y de acuerdo
con sus méritos se convirtió pronto en uno de los manuales
más empleados' (28). Pero con esto no basta .para: dar cuenta
ni del propósito ni de la. realización. Sin duda se trataba
de una obra pedagógica excelente que respondía a la ma-
dura sabiduría de un maestro' excepcionalmente capaz. Ade-
más, TAUSSIG había tornado sobre sus hombros la tarea de
enseñar algo más que los hechos y los métodos': enseñaba
una actitud y un espíritu. Aceptó completamente la vigen- ,
cia de- una tradición que algunos de nosotros, por 10 menos,
hemos puesto en tela de juicio; es decir, la tradición que
, '

, (27)II)e pasada señalaremos que díó también, un cursíüo de


lecciones en. la escuela de verano de la Universidad de Califor-
nia, en 1916.
(28) La tercera edición, revisada para comprender los erec-
tos de la guerra mundial, es de 1921. Una traducción japonesa se
publicó en 1924. La cuarta edición .casi totalmente reelaborada
c:~ do 1939. La dedicatoria de la misma reza: Patri Dilecto Filius
f,:,'tlf!1Ut. .
263

atribuye al economista el derecho y el' deber de inspirar y


enjuiciar la política, 'de dirigir la opinión pública y de de-
finir los objetivos deseables. Poseía: la "opinión más elevada
acerca de dicho deber, y ,por ello intentó cumplirlo con el
sentido de responsabilidad innato en su enérgico tempera..
mento." Al igual que MARSHALL. enseñó el evangelio de su
J

tiempo, sin ir más allá del, mismo ,Y sin mostrar la com-


prensión de su relatividad. Pero lb "enseñó con toda firmeza
,y 'con la. mayor elevación de' miras. i\J obrar de- ~se' modo se
unió a la serie de grandes economistas encabezados por
ADAM Sl\1:ITH, que creyeron que enseñar Economía equivalía
a enseñar Filantropía.
Pero esto 110 es todo. Con razón o 51I,l ella se suele creer
que un manual e~ 11n recipiente de materiales ajenos. Cual-
quier examen sistemático de toda 'la materia estudiada debe
contener necesariamente dicho material ajeno. 'Pero el tra-
tado de TAU?SIG contiene, en una proporción absolutamen-
te excepcional,' material excavado por él mismo, y por ello
sistematiza primordialmente los resultados de su propio pen-
samiento. Esto es cierto evidentemente en 10 que se" re-
fiere al libro o sección cuarta, que' es una de las cosas de
mayor calidad entre todas las que jamás se hayan escrito
sobre rcomercio internacional. En menor grado cabe afir-
mar 10 misinocou 'respecto a' muchos pasajes concretos del
tercer libro (Moneda y Bancos), o del sexto (Trabajo), del
séptimo (Problemas de organización económica tales corno
ferrocarriles, combinaciones industriales, ,propiedad pública
y controles, socialismo) ,y del octav~, (Tributación).
El libro primero (oLa Organización de la producción» : .
Riqueza y Trabajo, División del ~rabajQ,Producción e11
gran escala, etc.) , además de' servir de introducción al con-
tenido global de la Economía, siguiendo la pauta 'tradicio-
:11 al, aporta en 'el capítulo sobre el capital una nota perso-
unl que domina luego en Jos libros segundo y quinto (Valor
y (~at 11 hio ; Distribución). Dichos libros presentan la ver-
:.itlU lurllvklunl de TAUSSIG del sistema que ahora denomi-
,":Ulln~, (·J(n~ico' .v que señala la transición o fase intermedia
:".'1 ".' ~' ,

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,DIE~\ GRANDES ;·ECONCMISTAS' \',: ¡


- 1: .... " " ",': 1"-:': ':
I t'
- I . entre las doctrinas d~ los antiguos clá'slco's (SMITB:-:'RICAR:DO~,'" >
,MILt) y la labor te6ric~ de" nuestra 'ptopia' époc~. -'¡AUSSIG':· '; '. '. '
construyó, su estructura sobre '105 cimientos y~ contenidos" '~ I I _, ,

en el volumen Wages am.d . Capital,' y' que mientras tantó·:'",~.,


había estado desarrollando ampliamente, como lo pr~eb~n', j ' . ','
algunos capítulos que sirvieron de .aproximación" a la ver- :'): '. '/1',
síón posterior: Cct'!Jila,lJ
.
Inieresi, asui
,
Diniini,i'hing
,-
Reiurns;
I . . 1 \ \

(en Quarterly f01JM'1"tal 01 Economics, 190 8) Y: Ouilines o]. a i\:'


. Theory of llfla,g'os' (en Proceedings ·o! the American' Ec~-.,' ,1.')0' '''.,'' :'

',nomic Associaüon, :1'9l:0). El teórico moder~o. -no . podría': ~~. 1,', ,,' '1

estar de acuerdo con gran parte de 10 que aJlí;,se afirma ; . , ;,:" ','; >:.r".' l ,:

pero 10 que aquí importa es el hecho de que. conquistó: ·un I ..:

'puesto en la primera llnen del grupo' que" ostenta nombres ": :' ,"', '.
,tales come los de M:A:RS'HA'IJ'~ y WrcKsEI,L.': ' 1" ":"~' "'1'<:'''-
La tarea que pCl".nr1ti6 dar forma final' a los Prin:sipl,é~1 '\1 ,

fué realizada en tina utmósfera. ele tristeza. La salud de 'la. ~ 1'/' ,

señora ;rAUSSIG habfuin'spirado ciertos cuidados. En 1909"'; .r:


1910 él tornó un ufío de permiso o excedencia que pasó en '
Saranac, N, Y., donde fnllcció su esposa eJ 15 de ab~f .'. '~\. :'1
de 1910. :.' '. A".':"
Sin embargo, la uctividnd . de investigación y de ens~~' J

. fianza continuó 'oíri trcguu. Otra cita extraída. del discurso ,,' ~ ::~, I -,

.de apertura ele J:CJt'4 servirá para completar .el cuadro "de, . ,t ," ,1

aquellos años, que permaneció ínvariado hasta 1917:. «Mi. <:

vida, durante estos 6H:i'11'108 siete años ha ·sido muy tran- \ " , .
4 • ' . . . .1. • • •

quila; los inviernos trnbu] ando en Cambridge', y los' véra-!:' .'; ."t. ",

. nos descansando en nuestra casa ele Cotuit. Continúo' erl- ",'::'',.,"':-:,


cargado casi ele los 1I1i:;lTlOS cursos que en años anteriores; .,:' :.....:
y consagro una grnu pnrte ele tui energía al curso de «Eco:" '
nomics 1», el curso de introducción a la materia, actualmen- J . '

te el más nutrido, entre todos los cursos electivos, Es una.' '


, costumbre de nuestro departamento y en general del 'Colegio' .
1 la .de no confiar los cursos introductorios en manos .de 'Jos . 1

. jóvenes ayudantes, encargándolos por el contrario a: los


'prófesores mas maduros y con mayor experiencia»'. Y -des- ",.,
. ,: pués 'refiere que en la primavera de 1912 hizo' un .breve:
, ~, . (,
. ' viaJ e" a 'Europa como representante de ,la", Cámara de' Co,- .,\
1
"'•. ¡
"'.

J • I ~

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l' I

.1' ,\:, (1 '\ " "I;"~


1,.,

\.~ 1
'.'
.
, .... , .. ~

265
... , .
" ,

~' mercio de Boston 'para asistir a: un Congreso Internacional


..... ',' de I~Cámaras'de Comercio, celebrado:' en, Bruselas, y después
'; 1 actuó:' corno ,presidente' del .Comité para' -el. programa del
,',

1" • . ;" ',Gon~iie's'o, . c~lebrado en Boston en septiembre de ~912.

, "'\.' ":,\:' A principios de 1,917, 'sin 'embargo; se embarcó en una'.


1, '~. riueva carrera tan brillante' como! breve.. La natura'léza le '
.·.·::,··~:,h~·bía. preparado para él.s~ivicio"l)úblicb, ;Y' e~ cierto-sen-
'1

',,' :.':- "'~t·id().él fué un gran funcionarioi--; él1'el mejor sentido 'de
.. ,', la-palabra . - .duranté tod~ su-vida. )?eto .durante -cerca de' ..
. ~ "'.: 'dos años y ..medio 10 fiié en el sentido .estrícto del '.término_~
"...: .. aceptando la presidencia-de lá':' ~n.t<?·n~é~,:f~~i·e~terh~nte '"c~ea-,
. 'o:
,\ .-,
da
Comisión de' Tarifas
- ,." •
Arancelafias
-- .'., "1,-",
-norteamericanas;
'.1 .':' • "
I
. ,

'.' ,La dirección .de una nueva oficina pública, la formación


"de su espíritu y d~' su iutina',')a c~ea~i9P del núcleo de su
tradición, constituyen una dé': las. más .difíciles entre todas,'
las tareas .que comprende la "
administración pública.Ásí
. ocurre, en cada: país, ,per~ .~9'~ '1p~yq.r·~eli~ve:.todavía en est~
.. ',,' '.. país' donde son' tan -raros 105- «viejosexpertos» . en tareas bu-
i ,1 :~' I~ocráti~as' <le' cuya práctica. -be1J.~-f,ici~rs~'al f~ndar:
,,' un
'nue-
" "vó :~,d~partamento administrativo..,N-¿ f~acasar bajo las con-
1,

" diciones que -reinan en ,la" -administraci6n nortéamericana'


• .equívale 'a suministrar una prl~ei>a irrefutable de persona-.
I

, , .lidad vigorosa, decidida y' excepcional.' TA1JSSIG fué el hom-


, bre adecuado para las, funciones se~ici~ntíficas -y semijn- 1 •

diciales propias de aquella lofi~ina, y " en ambas logró un "


éxí to totaL, Su idea acerca del funcionamien to correcto de
.' . la Comisión; consistió en acentuar el' aspecto de sus deberes
relativóa' 'la i~vesti'gaciónde'1o's hechos; pasando '/después
'l.

:paulatinamente 'de' la> 'investigación a' la formulación de re-


,"cómendaci'ones 'd'ep'ólític;a económicayque ,esperaba.' podrían
:
"llegar,: con el"' ·ii.en1p~,:. ;~.¡.reémpl~~~i 'l~s afirmaciones ex
parte sobre 'lás . cuales'''slé : basaba' la "'acción legislativa en
materia dé, tarifas. En éorisec~enciá Ia-Cornisión 'Arancelaria
emprendió, bajo' su dirección, un estudio sistemático de
\ todas las 111ercancías importantes' i~'cluídas" 'en la ley de ta-
rifas,' ele tal 1110c1o, que se pudiera suministrar 'informa-
I

cíón el e buen a calidad al Congreso cada" vez que se presen-


,1

266 DIEZ <;;H.ANDES ECONCMlST4\S

tara la oportunidad de una revisión. En. otro proyecto se


proponía una revisíónrde las leyes administrativas de
Aduanas, que eran una "herencia de los días de las diligen..
. cías' de i799, y además engorrósas .hasta un grado increíble..
la
Las recÓm~ndaci~ne~,.de' t'ComísiÓn' fu~ion;"acepta.das poco
después en s1;1" casi '~tbtai{d~'¿(':~qti~,'~info~~~ ttató' de la cues-
tión de los \"puertqs~"frari;,c?·s . 'Y/~'~,e': Ías zorl~~'. Jrancas, y otro
. examinó' la cuestión .de lareciprocidad: y."ios:'tratados 'comer....
ciales; ambos' con~titu'y'eroll' excelentes-piézas; de -trabajo -s. '
, po,; dejaron :, de' marcar una gran 'infi6ell'~i~.sobre Ia ,~olí~i,ca,,' ,
"'del 'país.', Todos.:'los estudi~s e ínformés.mencionados fueron
,,' . .en gran "p~it'e ~b~a' personal. suya, , isÍ: ~Ól1¡O la ,;'expresión 'de ",'
mueh as, , de sus .opiniones personales.. Con.. su. mentalidad
" ',;a~iér.ta .s pronta. ~ aceptar cualquier pUÍ1!p de vista- razona- .: i'
ble.s.-y con su autoridad veminente' se '·convirtió', devmodó
natural en ·e(Zeader de su:grupo en un.sentido.que no suele " , . I

'o,, .estar implic~do' en .una posición oficial fle aquella natura- ,


, Ieza. No 'poc;lemos hacer ~ada .mejor, que 'citar ,el .pasaje-aña-: , ,,;, :'.
dido .al Third ~4 nnual Repori: de .Ia Comisión.. presentado ,." o" , , "

poco después de su 'dilnisión : '.~." " , . . ' .. ,'. l ' •

'.', «Con la dImisión del Dr. F." W.' TAUSSIG; :~caecida:: el 'Ir .
, de agosto de' 19.I~', la' Comisi'{;n ha, sufrido una pé~dida irre- "
pai~'ble.Durante runchos años 'su' conocimiento de "la his- " J,

t~r~~, arancelaria.' y ('d~""ia "pólí~iFa aduanera de los Estados


o

Unidos superó 'al 'Cle cualquiervotro ihombre 'en el· mundo.


ente;o. Sus Iibros y sus numerosos' ~rtículos sobre, estas
. materia~ form~n':'una' 'c61ección· de informac¡'~ne's hábilm~n.te·
inte~pi'etad~s,' "que ~.éstudiantes' y legisladores han' "consultado
con ' frecuel~cia .. Al .mismo tiempo sii ~bra y sus opiniones
no han reflejado" eri ,' absoluto ia estrechez de miras habitual
· e,n los especialistasr-gracias a que.'su"conocimiento en otros, '
campos científícosvasí .co~o 81;1.'" familiaridad con, el mundo'
de lo's negocios y. con l~s :hombres de negocios le han per.., .
mitido ver en. su . v erdadera perspectiva el significado de la .. /
política arancelaria' y '1o~"d~taP.es \ de las medid.as arancela-: " ,
rias. ~1 ha combinado' en grado sumo la visión del docente I

y el el teórico con el sano: juicio y el sentido común del. ",

.' I
\ 'l.'
1,.'
\ '-'
EUGEN BOHM-BA\VERK 2~3

mite colocar en un mismo plano las demandas relativas de


bienes presentes y de bienes futuros, los valores de estos
bienes no pueden ser. iguales ni siquiera en una comuni-
dad socialista, demostrando que el fenómeno de valor que
se encuentra en las bases del tipo de "interés no pueden fal-
tar ni siquiera allí, reclamando en consecuencia la atención
del cuerpo de planificadores estatales. De esto se deduce
también que incluso en' una sociedad socialista los obreros
.no pueden recibir simplemente su producto, toda vez que
,10s obreros que producen bienes presentes producen menos
que los obreros empleados en la producción de bienes fu-
turos. Por 10 tanto: independientemente .de cuanto decida
hacer la comunidad con la cantidad de bienes" correspon-
diente a dicho valor de agio, jamás será atribuído a los
trabajadores como un salario (sino únicamente como un be-
neficio) incluso en. el, caso en que fuera dividido por par-
tes iguales entre ellos. Esto podría tener consecuencias prác-
ticas indudables cuando la comunidad tuviera consciencia
del valoreconónlico de sus miembros para la misma ; en
semejante caso podría fijar el valor de un trabajador úni-
carnente al valor descontado de su productividad, y toda
. vez que todos los obreros igualmente capacitados para. el
trabajo deben ser valorados idénticamente, surgiría enton-
ces un 'agio que revestiría la forma de ingreso sui
generis. Sin embargo, desde el punto de vista teórico, posee
mayor importancia el resultado de que el tipo de interés
-para emplear la terminología corrientemente aceptada en
Ios análisis de esta cuestión-e- es un concepto puramente
económico, y no histórico o legal. Surgen también, dos co-
rrecciones ,a la idea. de la explotación: primero," tan sólo
cabe hablar de «explotación» C01110 causa del beneficio en
·sentido de que semejante explotación tendría lugar, tam-
bién, en UIl estado socialista; segundo, 110 sólo existe ex-
plotación del trabajo, sino que también tiene lugar la explo-
tnción de la tierra. Por' supuesto desde un punto de vista
moral 1mlítico esto es irrelevante, toda vez que el estado
sociulistu l'lllpl('aría sus «ganancias de explotación» de una
DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

11Ialh ' l'tl diforcnte : pero,' ,en cambio pos~'e Ja mayor impor...
truu-in en orden a nuestra comprensión de la naturaleza del
I)l'ohlüll1a. '
De este modo se' obtiene .fácilmente una cadena lógica de
resultados, desprendidos de la teoría. de B'O~M-BAWERKJ
siendo posible añadir además, a dicha cadena, otros es1a-
borres. A este respecto, me limitaré a señalar que la expo-
sición de la teoría nos ha permitido avanzar ha.cia la se..
gunda etapa del, camino hacia una teoría completa del sala- ,
río y de '¡a r.enta de la tierra. En la teoría del valor y del o

precio, los salarios y la renta eran imaginados como" el ,re-


sultado de las productividades marginales de- los dos fac-
tores originarios de 'la. producción. Ahora cabe añadir - y
en ello la teoría del salario y de la' renta formulada por
,B1oHM-BAWERK se separa de las de Íos economistas qué en
otras cuestiones coinciden con él- lo siguierite : el salario
y la renta son' la. expresión en términos de precios de los
productos marginales del trabajo y de la tierra multiplica-
dos por las cantidades respectivas, descontadas al momen-
to' presente (4); proposición. ésta, que lejos de constituir
una .desviación COll respecto a la idea de la productividad
marginal ha de ser considerada. como una acentuación de la
misma en. una dirección determinada e importante, \ .
Llegados a este punto, debería mencionar un, ulterior-
y elegante desarrollo, el cual; derivando de la misma- idea
básica, nos permite concebir el fenómeno de la renta de la
tierra, entre otras c?sas, corno un caso especial de una teo-
ría general, y profundizar nuestra comprensión, del mismo,
es decir, la teoría del interés de los bienes duraderos y de
la capitalización. Los bienes susceptibles de más de un em-
pleo o utilización pueden ser imaginados como un .haz de
servicios posibles. SOl1~ sus servicios individuales los que sa-
tisfacen nuestras necesidades y ,los que son valorados diree-

(11) P~sta teoría del salario ha sido desarrollada ulteriormente


lUW :1 11 W.'rAUSSIG,
1 uno de los más dístinguídos alíados de BOHM-
I MW 1,; Htt' nu lItA tareas científicas.
EUGEN BOHM-BAWERK 236

tamente, mientras que el valor del bien en sí miS1110 es sim-


. plemente la suma de estos valores; sin embargo, en cual-
quier instante: este valor es la suma de 'los valores que no
han sido 'todavía «separados» del mismo. Cuando los servi-
cios resultan disponibles tan sólo periódicamente, distribuí-
dos a través del tiempo, la valoración de los servicios no
utilizados todavía queda sujeta. al principio de la subesti-
_ mación de los bienes futuros y debe' llegarse a la . misma a
través del proceso de descontar dichos servicios a, su valor
presente. Con ello 'se logra insertar dentro del marco de un
principio general un, proceso muy familiar en la práctica
económica, Y del mismo se 'desprende la explicación de la
formación de los valores y de los precios de tales bienes
-=-por ejemplo, de' la capitalización- y la. explicación, del
porqué las mercancías' que permiten una. infinidad ·de apli-
caciones, o servicios como por' ejemplo la tierra. de labor,
poseen, sin embargo, un valor finito. y únicamente este
análisis permtie obtener una prueba 'rigurosa de que la ren..
ta de' la ,tierra es un. rendimiento neto. Ya que lo que' ob-
servamos directamente no és más que el rendimiento físico.
,del suelo, 10 ,cual equivale aiuna renta bruta. La. teoría
tradicional de' la renta, incluso desde los días de los Fisió-
cratas, trata únicamente con este aspecto de la cuestión.
Por ello es 'legítimo que B6H~-BAWERK afirmara que el aná-
lisis económico no había. conseguido penetrar en la esen-
cia económica del problema, el problema de una renta neta.
'Si, por ejemplo, una cantera rinde durante cien años un
'ingreso de 1.000 coronas por año, perdiendo después todo
su valor, su' propietario no podría consumir ninguna parte
de esta suma sino mediante el descuento o por el contra-
. río habría consumido su «capital». Únicamente desde el
pU11tO de vista dé la teoría aquí bosquejada la renta apa-
rece como un ingreso ·neto. Resulta casi innecesario mostrar
en detalle hasta qué punto, es .superior esta construcción
tanto en 10 que se refiere a su valor explicativo como a
nu profundidad-e- comparada COll la de RICARDO) y hasta
~lll,(l Pl'lllt(J supera a l~lCAH.DO 110 $610 desde el punto de
280 DIE~ GRANDES ECONOMISTAS

vinía erítico, sino, también desde el punto de vista construc-


tivo.
Nos encontramos ahora en disposición de 'poder con-
templar COIIlO e~ fenómeno del interés, envoltura de las res··
tantes ramas del ingreso neto, sepresenta en todos los pro-
cesos económicos, penetra en todas las valoraciones, y es,
en resumen, omnipresente. Y así se puede comprender que
el .rendirniento neto del capital no es simplemente una renta-
paralela al .salario y a la renta de la. tierra, sino que por e~ ,
contrario es, por decirlo así, opuesta a ésta. última. Este
aspecto, que fué en su época enteramente nuevo y que ·re'-
presentó un paso esencial hacia. adelante, ha sido ela bora-
do .cuidadosamente len sus' diversas secciones y ha. sido lle-
vado a un desarrollo sistemático en las obras de IRVING
FISHER y F.' A. FETTER.
N os aproximamos ya al último tramo de la. escal~ra. que
nos conduce a la cima del edificio construído .por B,OHM-
.
BAWERK.' El fué 'el prirnero . .
en advertir' completamente I el
significado de la duración del período de producción en
su doble aspecto: el aspecto de la productividad y el as-
pecto del período de tiempo. Dió a. arribos aspectos su conte-
nido exacto y los situó perfectamente dentro de los funda-
. mentos del sistema del análisis de la utilidad marginal.
, Además, convirtió a la duración del período de producción
en U11 determinante del equilibrio económico, dando así un
significado netamente diferenciado a. los conceptos de «pro-
ductividad» .» «período económico» y «flujo de bienes»; in-
troduciendo en el ámbito del análisis una gran cantidad de-
relaciones extraídas de la vida enórnica, las cuales están aún .
11lUY 1~j05 de -haber sido completamente absorbidas. Pero
1l1UY pocos de sus colegas le hall seguido por senderos tan
tortuosos, y la voluminosa discusión de. su obra se ha cen-
trado hasta. tal punto en las primeras etapas de su jornada,
que la riqueza de resultados de la especie que precisamente
IOH ndversarios de la teoría de la utilidad marginal le han
f c 'pror'hndo siempre que 110 podían conseguirse con la mis-
tltlt t\()ll1JHlrados C011 los que pueden. obtenerse con el sis-
I

tema marxista, por ejemplo- no han sido todavía divul-


gados ante un público más vasto. Y muy pocos han llegado'
a darse cuenta del carácter genial de 'su aportación, inclu..
so en este punto, La idea fundamental, sin embargo, es ex-
traordinariamente simple, . .
La introducción y el tratamiento rigurosos. del 'factor de-
la duración del período de producción tiene lugar' por me . .
-dio de su conexión con la magnitud del fondo de subsis-
tencia, considerada anteriormente como un dato.' La. mag..
nitud resulta .deternlinada tan pronto' como advertimos que
el fondo de subsistencia proporcionado por los capitalistas
iguala simplemente al stock total de riqueza económica, ex-,
ceptuando por supuesto los servicios de la tierra y del tra-
bajo) y exceptuando' también .las pequeñas cantidades' con-
sumida.s por despilfarradores, en emergencias imprevistas,
etv. Este stock posee siempre una magnitud bien .defini-
da ~lo cual nQ ocurría en el antiguo «fondo de salarios»- .
cuya explicación se obtiene independientemente de la teo-
ría 'de la formación del capital, pudiendo ser considerada
como un' dato de la. teoría. de la. distribución. Por 10 tanto, .
toda vez que el número 'de obreros y la cantidad de tierra
son datos en cualquier caso, nos encontramos en posesión
de una nueva base para. el establecimiento de relaciones
cuantitativas objetivas, 10 cual equivale a un considerable
enriquecimiento de nuestra teoría. ¿, pero cómo es posible
que la riqueza. total de la economía consista en «medios de
subsistencia» cuando es 'necesario, evidentemente, que sean
producidos 'Ios medio? '(le producción? El flujo de medios
de' subsistencia fluye, por supuesto, continuamente, y los
st'ocksnectsarios para un período determinado no han de
estar dispuestos al iniciarse eJ proceso, es decir, almacena-
dos en un cierto lugar. En este úl timo caso la cuestión no
presentaría dificultades. Pero no alteramos nada esencial si
todos los numerosos procesos de producción en marcha, no
ah'HUZL\1l. la misma fase productiva al mismo tiempo, sino
qu«, po" el contrario, resultan 'escalonados con arreglo al
!~t'll(lo <'1(1 «rundurez» ele' su producto, de tal modo que los
DIEZ. GRANDES ECONOMISTAS·

llltdins de subsistencia destinados a todo eJ período son, en


cuulrjuicr instante temporal consumidos ya 'en parte -con
'productos intermedios"" corno, materias primas, maquinaria,
ctc., dispuestos a ocupar s~ lugar-e- y en parte han de ser
producidos todavía. En este caso puede afirmarse con toda
seguridad que el fondo de subsistencia total correspondiente
al período iguala al stock de todos los bienes existentes, y
quese contrapone únicamente a ,los medios originarios de
producción. Además, es claro que el fondo de subsistencia
definido de esa forma, es tanto más grande- cuanto más le-
janas sean las finalidades de la producción comprendidas
dentro del ámbito de nuestra visión. y, finalmente, toda
vez que la corriente de bienes fluye continuamente, y que
todas las fases deJ proceso productivo son llevarlas a cabo
simultáneamente -hipótesis ésta no siempre correcta pero
que se introduce por afán de brevedad, y' que en cualquier
caso no afecta al principio implicado-e- es 'claro que dicho
stock no necesita cubrir más .que las exigencias correspon-
dientes a la mitad del período de producción.
Ahora, mediante el eslabón del «período de producción» ~
hemos conseguido establecer una relación entre los dos
grandes datos ~el fondo de subsistencia y las cantidades
disponibles de servicios de tierra y de trabajo. Dicho esla-
bón ya no es rígido -como 10 fué con los Clásicos->, sino
flexible; y a la vez nos encontramos en posesión de .la ley
. de su «flexibilidad»: la. duración que asuma finalmente el
período de producción, depende, en primer lugar, de la
magnitud de los dos datos y, en segundo lugar, de la. elec-
ción de los 'capitalistas-empresarios, 'elección que a. su ve~
se orienta hacia la obtención ,de' los beneficios 'más eleva-
dos posibles. Con ello se logra combinar en un conjunto
armónico las relaciones cuantitativas objetivas y las fuer-
~nK subjetivas, ,y inerced a, semejante procedimiento ,pode-
IIIOS determinar de manera absoluta" y relativamente entre
Hf. In duración del período de producción, el tipo de inte-
r(t~, I()~ Hrlln1'io~ y la renta.

.~.'
240 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

rucncionudus, Suponiendo que esta última extensión se con-


centre en empresas singulares,' podemos concebir a sus pro-
pictarios como «compradores marginales» en el mercado
.del fondo de· subsistencia, y considerar ,la .ley del nivel del'
111 terés como un caso especial de. la ley general del precio.
Además, la relación correcta entre interés' y salarios (y
renta de la tierra), así corno los pormenores de su mutua
-deterrninacíón, han sido establecidos, mientras a. la. vez se
abre .ante .nosotros u~a:grancantidad de .posib1es aplicacio..
nes prácticas. Con objeto de ilustrar la fecundidad del cri-
terio. alcanzado, 'indicaremos algunas de-dichas aplicaciones
'prácticas. 'En primer. lugar, hemos logrado una intuición
'precisa de los efectos de las variaciones de la magnitud del
fondo de subsistencia y de la fuerza de trabajo, y también
de Jos cambios en la. escala de la. productividad -de los dife- ;?

.rentes grados de producción indirecta, cambios que pueden


tener lugar, naturalmente; como consecuencia del I?rogreso
técnico; en segundo. lugar, una solución del problema.' de
cómo pueda afectar al interés y al salario una. mejora en
la calidad del trabajo;' además, hemos adquirido el cono..
cimiento de' que una. elevación -de salarios próduceprimera-'
mente una caída del tipo .de interés, después una extensión
.del período d-e producción 'y~ finalmente, una nueva eleva-
ción del tipo. de interés, sin Ilegar a¡ nivel inicial; igual-
mente, comprenderemos que una' reducción de los salarios'
tendrá como consecuencia. abreviar el período de- produc..
ción, elevar el tipo de interés, aumentar la demanda. de tra-
b~jo' y de ese modo elevar los salarios, sin que 'lleguen a .
alcanzar el nivel inicial. Logramos también la conclusión
-de que la distribución del ·fon.do de subsistencias entre los
"capitalistas es independiente del nivel del tipo. de interés,
y también que la distinción entre ,el capital fijo, y el capital
circulante posee un significado di~tillto y mucho menos im-
portante que el que le-habían asignado, los Cíásicos. Bajo'
«-iertas condiciones pueden llegar a derivarse las leyes de
lu vnrineión de la participación relativa de los trabajador-es
('11 ,·1 pt'o(lncto social, y no sólo que regulan el nivel ab-
241

t1.dtltu de los salarios. Sin embargo, no es este el .lugar


u t U'O] rindo para proceder a semejante elaboración.
Así, con los medios más sencillos, se consiguió una gran
victoria, La teoría det' proceso socio-económico queda e~­
plicadu por vez primera, en. las páginas de B'OHM-BAWERI{J
COU10 un conjunto or-gánico de valoraciones y, de hechos
«objetivos». En ninguna.' parte podemos contemplar -Ia fi-
g'n,ra del 111 aestro, iluminada por: los rayos del' genio, .como
en ],1. última sección de 'su obra. En, ninguna. otra parte re-
veló C011 tanta claridad 10 que puede alcanzar la teoría en
111H1S manos como las suyas. Es sorprendente la seguridad
y corrección con que empleó formas de pensamiento esen-
cialmente matemáticas,'.' aún cuando nunca empleara un
símbolo ni recurriera a. la. técnica matemática. La' técnica
matemática le fué ajena; [arnás aprendió esta forma de pen-
samíento. "Pero' inconscientemente, impulsado por el instin-.
to infalible del científico nato que le lleva. hacia las nece-
sidades lógicas" y a la simetría. lógica del· objeto de su estu-
dio, llegó a descubrirla por sí mismo.
A este sentido de la exactitud lógica y de la belleza
formal uni6 un instinto igualmente fuerte hacia 10 concre-
to y hacia todo cuanto poseyera importancia práctica. Sin
abandonar jamás su camino, supo encaminar sus pasos ha-
cia. donde los problemas concretos 'aguardaban, su soluci6n,
por ello su obra constituye' un auténtico mapa de los te-
soros que pueden ser descubiertos" merced al empleo de sus
métodos. Mediante la introducción de los datos empíricos
apropiados en su estructura teórica,' consiguió "la perspec-
tiva, de una descripción cuantitativa concreta de los fenó-
]110110S de una economía capitalista, perspectiva que si "se
encuentra alejada de su traducción inmediata en resulta-
(los prácticos, contiene por lo menos una seria esperanza de
ulcuuznrlos. Ignoro si alguna vez llegó' él a pensar en se-
mcinutc posibilidad. Pero esta posibilidad llegará a ser al-
¡{ÚU dfn unu realidad, y 10" será gracias a su obra primordial-
men lo.
16
242 Dmz GRANDES ECONOMISTAS

Afirmar que su obra es .inmortal' equivale a pronunciar


unu trivialidad. Durante Iargo tiempo la figura de este lu-
chador acusará los efectos de las, enemistades y los auxi-
líos de los bandos en pugna. Perol entre las grandes contri-
buciones 'de las cuales, puede enorgullecerse nuestra. ciencia,
reacción del futuro con respecto a .su obra, las trazas de la
la' suya ha sido una. de las más grandes. Sea cual sea la
misma jamás desaparecerán por completo. '. Sea cual sea él -
camino qtle 'siga el lector de nuestra ciencia. que le interesó
principalmente, su espíritu no dejará nunca de. hacerse sen-
tir: .

Tratto i' ho 'q,u.i con ínge.gno e con artet


lo' tuo 'piacere omai prend; per duce. '
FRANK. ·WILLIAM TAUSSIG(*)( 1)
1859-1940

. l. - Lq8.PRIMEROS AÑOS (1859-1880) ,

S EA cual fuere nuestra opinión acerca de la importancia


relativa de .la .naturaleza y de la. educación, o más correcta-
mente, de la herencia y del medio ambiente en la forma-
cíón de los hombres eminentesvno puede existir la menor
duda de .que en el caso de
TAUSSIG ambas se combinaron

(*) Reproducido del Quarterly ;rouinal 'oj Economics, 'vol. LV,


11.0 3.."
(1) Al. recopilar materiales para el presente artículo hemos re-
cibido ayuda de muchos amigos yramíüares de TAUS~IG. En' espe-
cial deseamos manifestar nuestra gratitud por la cooperación que
nos ha dispensado la hermana de' TAUSSrG, Mrs. ALFRED BRANDEIS,
el hijo de r.rAUSSIG, Mr. WILLIAM 'G. TAUSSIG, y el amigo de TAUSSIG'
y condiscípulo Mr. ¡CHARLES e·. B·URLINGHAM.· El Dr. PAUL lVI. SWEEZY
ha 'tenido la amabíñdad de recopilar materiales sobre TAUSSIG ex-
traídos de las publicaciones del discurso a la promoción de 1879.;
La mayor parte de los datos referentes al padre de TAUSSIG los
hemos extraído de su artículo My Pather's Business Career,publi-
cado en la naroara Business Remeto, 1940. ' "
Loe lectores interesados en una bibliografía de los escrítos de
tl'AuSSIG pueden, consultar el apéndice al volumen Exprlorations
in Economícs, Notes asui Essays Contributed in honor 01 F. W.
Tausstg,. 1936,.
(EHtl1 nota está escrita en la primera persona del plural, ya
Que He refiere a los profesores ARTHUR H. COLE, EDWARD S. MAsoN
y JORF.PIf A. SCl-lUMPE'l'ER, quienes constituían el comité designa...
do parl\ prB1J-nrur el artículo necrológico para el QuarterZy Jour-
na; of l~'concn¡¿tolq.)
DIE·Z GRANDES ECONCMISTAS

ou HIJa fclicísima alianza. Aún más que en otros casos nos


druuos cuenta de que al bosquejar la figura del hombre, del
ciudadano, estudiante. profesor y funcionario público..:- por-
que TAUSSIG ha' sido todo esto - se hace necesario seguir
el método de los biógrafos y describir el hogar de sus pa-
dres ,y a las dos excelentes personas que. 10 crearon.
El padre de, FRANK WII.LIAM --WIJ.¡I.IAM TAUSSIG - ,
nació en Praga en 1826. Disgustándole evidentemente el
ambiente en el cual la lucha entre checos y alemanes-iba
ensombreciéndose cada vez más, decidió emigrar a, los Esta-
dos Unidos en 1846, donde encontró empleo. en. el comercio
de' productos- .químicos.i primero en Nueva York y después
en San Luis. Este fué el comienzo de .una carrera 11en'a de
éxitos y (por aquel entonces) típicamente americana. Des..
pués de unos cuantos años. abandonó los groseros productos
químicos, die venta a1.por mayor, para dedicarse a los más
refinados de la escuela de medicina de San Luis, se Iicen-
ció'y se estableció para ejercer su profesión en Caronde1et
-~ahora South San Luis -, visitando a sus pacientes a ca-
ballo, con las. medicinas y .Ia pistola en la. silla - (2); Pro-
gresando rápidamente en la comunidad 'logró ser alcalde,
juez en la corte del condado y. finalmente presidente del
mismo tribunal. El' ejercicio de la medicina le dió buenos
resultados, pero la guerra civil provocó una tensión exce-
siva "en aquel Estado Iimítrofe, Por 10 tanto, TAUSSIO,
profundamente antiesclavista y partidario de la Unión,
aceptó el nombramiento de' recaudador de impuestos fede-
rales en el distrito (1865) de acuerdo con las leyes. sobre la
renta de 1862 Y 1864, ycpn los emolumentos correspon-
dientes ---- toda vez que los recaudadores trabajaban. a base
de un porcentaje y 110. recibían nada a' menos que tuvieran
la suficiente paciencia y energía para ir a Washington e in-
sistir, en cuyo caso percibían una cantidad considera-

(2) Según parece, las pistolas eran muy necesarias en aquel


U(~UJll(). Al hijo le gustaba explicar cómo su padre, cuando de-
jll.1~Ull do ser necesarias, invitó a su mujer a salir con él, con ob-
J.-tIU ac~ (~(~l(}brarlo, y «para descargarlas juntoS»'.
hit· (3) ~~ C0111enZÓ su cuarta profesión, la de banquero.
11~1. «Traders' National Bank of Sto Louis», del cual TAUSSIG
rué vicepresidente, alcanzó un éxito moderado. Sin embargo"
entre sus clientes figuraba una compañía. constructora de
puentes, constituída con el propósito de' tender un puente
a través del Míssissípí. TAUSSIG participó en dicha compa-
ñía, llegando a ser sucesivamente tesorero y director ge-
neral. Y éste fué el comienzo de S~l quinta carrera, .la que
le proporcionó nombradía y prosperidad. La empresa fué
un éxito desde su comienzo y acabó convirtiéndose en la',
«Terminal Railroad Association of Sto Louis» ,1 que cons-
truyó la «Unían Station» para todas las vías que entraban
en San Luis, y que por medio de sus propias locomotoras'
llevaba el tr.áfico, procedente del Este, desde la estación,
«East Sto Louis» .hacía la terminal. Fueron la eriergía y la
resolución de ~AUSSIG (4) los' que triunfaron de todos los
obstáculos interpuestos por los magnates de la ciudad y por
las empresas ferroviarias. Cuando todo estuvo conseguido
y realizado y el período ,de lucha quedó superado, fué ~le­
gido presidente, una posición digna y tranquila, de la. cual
se retiró en 1896 a la edad avanzada de setenta años. Toda-
vía ocupado en una 'gran cantidad 'de actividades. cívicas,
universalmente popular, admirado y respetado, vivió hasta
19 1 3.
La madre, ADELE ': WUERPEL, fué la hija de un pastor
protestante en un pueblo del Rhín, expulsado durante la
revolución de 1848, y que emigró con 'su familia. TAUSSIG

(3) El hijo contaba que su padre fué a Washington y que


allí con las cuentas en Ia mano permaneció sentado en las esca-
linatas de la Tesorería. hasta .que consiguió una audiencia y el
dinero que se le debía.
(4) La siguiente'anécdota nos permitirá comprender cómo pu-
do impresionar a un buen conocedor de la aptitud 'para los ne-
~~tl(~1()~. La compañía constructora de puentes compraba 'sus tu-
hWl dn ucero en la factoría de CARNEGIE. Surgieron algunas di-
n(~tlltn(h~~{ on relación con los suministros, y TAUSSIG se trasladó
u ,)"t,l,:;hllrgh para arreglar la cuestión con el propio ANDREW CAR-
:NI':(~IK 'C'l1J1J'tttninrn, quo fuera su punto, de vista supo defenderlo
PPI'I'.'t:t.HItH'tlt,P al extremo de que, CARNEGIE le ofreció una par-
tih'ilnU~l('It1 ('H :;11:, tlc'J~oc~iu:'l'
FRANK WILLIAM TAUSSIG

lín muy pronto. ,El violinista más famoso: de Sto Louis en


aquellos días' era un, amigo íntimo de la família.. además de
su maestro, por ello 110 es de extrañar que, FRANK estuviera
ya muy avanzado como' violinista cuando 'ingresó en el
colegio, donde tocaba regularmente en un cuarteto de cuer-
da, siendo también miembro de la «Pierian». -La música fué
una de las 'alegrías y diversiones de su vida.. ~ No viajábamos
mucho... excepto en algunas vacaciones veraniegas» (5').
En 187.1 comenzó 'la amistad, prolongada a. través de
toda su vida, entre FRANK TAUSSIG y CHARLES ~~ BUR-
LINGHAM J cuando eran compañeros de clase en la «Smith
Academy». Ingresaron juntos en, la 'Universidad de Wash-
ington, y juntos pasaron, en I876, a .la de, Harvard, El de-
cano, CHARLES F. :DUNBAR" dió pruebas de su excelente
sentido al .adrnitirles sin examen al grado' superior de
sophomores , a pesar de que ellos 'habían imaginado que ten-
drían que examinarse para ser admitidos en el grado ele-
mental ijresh mam'), TAUSSIG, instalándose en un departa-
mento en Oxford Street, que a BURLINGHAM le iparecíó
«principesco», demostró ser un estudiante fuera de serie.
Participó en todos los cursos' de Economía - Economía
Política, corno se denominaba entonces. - , y una gran can-
tidad de Historia, obteniendo su graduaci6n en 1879 en la
l11tima disciplina con premio extraordinario. Contribuyó a
uno de los «cornmencement parts»:t. disertando sobre «El'
, nuevo imperio alemán», y 'fué elegido miembro de Phi Beta'
I(.app,a. .Pero no por ello hacía vida retirada, aun cuando
existen pruebas ,'de que en I878' y 1879 tornó en préstamo
de la biblioteca una cantidad prodigiosa de libros, princi-
'palmente de Historia y Filosofía. Formaba parte d~l equipo
de baseball deo su clase, remaba en. una canoa de seis reme-
ros en las regatas, era socio de' una media docena de clubs
y sociedades estudiantiles, y conse-guía nuevos amigos en
todas partes. Y, por 'supuesto, tenía, 'además, su violín.
248 DIEZ GRANDES EOONC1VIISTAS

Jh~:-11)t16s de obtener el B. A. (13achelor of A rts) , llegó el


iustante del viaje a Europa. Con otro amigo de toda su vida,
'1 4: .. c. FEI~TON (6), se embarcó en septiembre de 1879. «Des-
pués de haber pasado algunas semanas juntos en Londres,
1105 separamos», escribió poco más tarde TAUSSIG. «Yo fuí
a Alemania, y empleé un invierno, desde octubre a marzo
en la Universidad de Berlín, estudiando Derecho Romano y
Economía Política '. (7). En marzo abandonéAlemania y me
reuní con .FELTON 'en Italia. Pasamos dos meses. juntos en
Italia y fuimos después a París, vía Ginebra. En París, y ya
en mayo, nos separamos nuevamente ; . FELTON marchó a
Inglaterra de regreso a ~u hogar,' mientras yo viajé por
diversas partes ,de Europa, especialmente por Austria ' y
Suiza» (8). Algunos artículos, publicados en la Naiion, de
Nueva York, durante sus viajes por Europa, atestiguan,
si fuera necesario un testimonio, la, seriedad del joven.
Cuando regresó a Harvard, en septiembre de 1880, 10
hizo con la intención de. ingresar en la Facultad de Derecho.
Todavía no había escogido la E(~OnOlTIía como profesión. El
Derecho ejercía para él igual o superior atracción. Pero le
ofrecieron, y aceptó, el puesto de secretario del presidente
Ero/JOT, un cargo pesado, aun cuando no .le- robaba todo. 511
tiempo, pero que-.Ie permitió penetrar en el arcano de la
administración y de la dirección universitarias (9), y así dió~

(6) Rijo de S.M. FELTON, fundador de la «Pennsylvania Eteel'.


Works» (Fundición de Acero de Pensylvanía),
(7) Conviene recordar que esto implicaba inevitablemente un..
contacto~on los principios del - digamos - reformismo conser-
·vador tal como fueron formulados por la Ve.rein tür Sozialpolitik,
'I'AUSSIG reconoció siempre la influencia de ADOLF WAGNER y has-
ta elfma; conservó sus sentimientos de simpatía y respeto. Ig ..
noramos si ll'egaron a conocerse personalmente;
(8) Citado de las publicaciones de la promoción de 1879, Se-,
eretarú's Report, 18-82. En el Report de 188-5" FE'LTON añadió sus
propios comentarios atestiguando que se habían divertido «enor-
memente» en Londres. .
(9) Entre los primeros frutos de su aprendizaje cabe citar
..1 tnrorme de catorce .páginas· titulado The Unitereitu, 18.79..1882,
puhllmtdo por TAUSS'IG en el Report de la Promoción de 1879,.
(t, nnnuvncement, 1883.
FRANK WILLIAM TAUSSIG 249

comienzo la tarea, que constituyó la ocupación principal de


su vida durante los sesenta años siguientes.

. Ir. - HACIA ARRIBA (1881-1900)

Durante algún tiempo sus' deberes como secretario inter-


.firieron los planes de TAUSSIG para estudiar ])~recho, sin
.embargo, le restó la suficiente energía para trabajar en, su
tesis doctoral en Economía (Ph. D. in. economicsi ¡ El tema
que eligió fué el de la historia de la legislación. arancelaria
americana, y ya en esta elección díó muestras de la. ímpor-
tancia que revestía ,en su mente .el aspecto histórico, así
corno de la jerarquía que asignaba entre sus intereses cientí-
ficos a las grandes cuestiones de política económica-.' Es
necesario aquí ~ y 10 será tarubién después' - insistir sobre
ambos puntos. Sin duda, TAl1SSIG faé un teórico eminente
y un sran profesor de teoría. La oposición institucionalista'
que apareció más tarde. contra el tipo de teoría que él ense-
ñaba, pareció haber olvidado que una gran parte de 'su obra
se desatolló sobre líneas institucíonalistas, y que bajo ciertos
aspectos, 'habría sido más correcto considerarle un «leader»
que 11n adversario. Pala él la Economía fué siempre Econo-
lníaPolítica. Su primera formación y su preparación en
general, no sólo revelan la presencia equiparada de teoría
y de historia, sino que fueron primordialmente históricas.
Los probl emas "prácticos en sus aspectos histórico, jurídico,
político, es decir, .en su aspecto institucional, le atrajeron
mucho más que cualquier refinamiento teórico. Y todos los
que le conocieron no han dejado. de .admirar su capacidad
para ver los problemas en :::u marco sociológico y en su pers-
pectiva.' histórica (ro).

(10) Su conocimiento de la hístoría americana alcanzaba el


nivel de un profesional. ~n 1834, yen· ausencia del profesor A. B.
HART, dió un curso de hístorta americana. Precisamente por el
hecho de ser dicho conocímíento prctesional, no se extendió -
por lo menos al mismo nivel - mucho. más allá de la historia de
su pa5H. oomo hemos visto, estudió Derecho Romano y realizó mu..
Chr\H lneturas de carácter -general.' Pero ni la historia antigua ni
tu hlHtofin medieval fueron jamás para él una nealídad viviente.
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250 ,DIEZ GRANDES ECONCMI~TAS , ~ .~:.

1~'116J pues, C<?l1., un espíritu netamente histórico como


se planteó el tema. elegido : .el comercio internacional. El ,
trabajo, premiado 'en 188~, 'x titulado «La protección' a las . r •.

industrias- .jóvenes 'en' i05 . Estados 'Unidos»,' que sirvió de ' .


tesis' para . su:..doctorado Y.: que .en 1883 fué I publicado corno'
libro .; .'iib~o: . a'u'e' alcanzÓ'u'ti, .é~itó ,de, bastante ~onsider'a-
ción, ,pu~s 'fué .necesarja ~11~: segunda edición, en í884 ~,
'contenía muy' poca,' feorí~'~"pero,,', en· cambio¿ sobresalía en
el .análisis de.ilos 'nechos~ . I~~idéntal~en:.te· ':~s "~ecesario . se~' ~
ñ~'¡ar otro '.';~pe,c(~ "'de' 'su .priméra: .obra, ,~l~masi~d;.'· ,cara~t~-,
'.',,' rístico -para se~,~p~sado:.'pór,a~~~}", 'un aspecto Iq~~ .permite f '\: \

'p~,ev~'r:la"tut:ura"superiQi-idad ,deT,~u~~IG"I~n) el'*'c~mp\o ,de la, '


"'política-..'ara:ricelari,a·.' Se tratarlel equilibrioy: .de .la.jnadurez . l ' ,: :

de su [uiciovqueconstituye u'na,' parte tan importante de·~su. "


grandeza. como economista, y de los 'cuales, en aquel libro.' ," , .
escrito cuando TAU'sSI9' tenía veintitrés años.i.se encuentran ..
'eh .una-proporción sorprendente: "Tanto-por razones-de' 1110'-
.ralidad .polítíca co,n;:o,:",de'
'." ' . t , ,t' , " "
'conveniencia
".. '
económica,
.
TAuSSIG . .....
, . no simpatizó jamás.con-laIegislación arancelaria de su país." '"
" .Estaba muy lejos de' ser un .proteccionista en,
I el
sentido co-: .
.' rríente dé la palabra. Pe~ó tampoco era un partidario del
': Iibrecambio Con, toda franqueza rec~·noció cuanto le parecía
'sólido en l~s" argumentos ·protecciónistas· . ..:..:.-. singularmente,
pero' no .exclusivarnente.vel argumento de l~s, .il1d~~triá~ ,r Jó-
, venes ,.~.i. jamás .intentó minimizarlocorno suelen-hacerlo . \
los, economistas librecambistas, Este no erasu procedimien- ';, .
to habitual~ .Se :ac~r~'Q' a e~e~problem~, ~o:m~' siempre, cori UI1
espíritu a.Ia '~e~' práctico y 'de juez-,·t • "~o
,:,' , • ' " ' ,

Durante ~un l,de~eiilO o .más.. aún; 'su obra creadora siguió


la dirección iniciada tan. felizmente. El libro sobre' Protec-
. tion to Y otcng , 1ndusiries '(Protección a las industrias jóve-
nes) , fué seguida p'~r, ia'\,fTi~t¿i:)' 01 ihe Preseni Tariffj f86o~'"
J:883 (1885) (Histor-ia. d~' ias .tarifas .actuales) y ambos dieron
origen a la clásica The' Ta'rifl Hlst9'r~ "oj -the, Umited. Siaies ',,'
'(:1888, con varias ediciones 'subsigtlientes hasta la octava. .en " 1

;J(~3:1), los cuales establecieron 'stl-~"repiltaéi6n cómo primera


un tOI'iduCl umericana en este campo, y que 'coln~o, análisis po"':. '
«rÓ» "

<1:",
'. • I . :
~ •
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WILLIAM
• • : . .
TAUS~IG
• J
· - 251
t· •.

, '; : 'líÍi'~~,'~on6'~ico
no e:ede'ante 'nillgu~~ r~~li~~d~'e~;c~a:lquier
, ~. ~trO'··tiemro. La. mayor'parté·.,de:i?s:~,a~1i~ulo~~qu~e. . escribió 'en':
( .aquella : época se refería 'también "a' ,(P!qbl~Pla~' arancelarios, -"
-pero los .restantes acontecimientos Pllblicos· de 'aquellos' años, ... , '.,'
su'
:, 'o'

, ',1' nb, "dejaron de ·atraer. Ía'~ aténción. d~: ~merite"inquieta, y. '.


. . ' ,J'~Ol1 rela~i6n' a" .dos de 'elJ¿s~"T'AUS$~G ré~ii'i"6:~;"~i~riificativas '

. '·a~~rtaciolles.· Losraspéctós "1>01íti.c6~:"';y'1~:~¿~,#6m~co~ de .'la


;.:' cuestión ele la ',Illa-ia' le "ii1teies~oron; ~TÍy~m:~rite:~~,'D~tÍlinanclo., "
,.Ia tria teria con su 'ha ti t~~l ;:ria~sti-fa có'in~eriz;6fa\"escribir. ':abt111 ~ '. ~' .
'd,antes' artículos s~br~'·,e.:~ta.,~üe·~,ti¿h'II~,~!(Í~8~'o;,:'y"/~'i1'.'a.ño' más ',' .
'tarde' publicaba 'su .1ibro·T:l1,~ .Sil1J~r. Situatt'O~ I,i;;)'¡'#e: ,i.f.nit1ed ',1 o,' ,

'St~te's '¡'(La situ~ciónl'. de"l~ plata e~' '10s Es·ta4ó·s:':Uliidos) , que:""'.:' I

se .convirtió en la: obra~ c'hisica':,ªe'ol~~¡ 'esctLel~~",co~tr~ria"al'".


mantenimiento.,;gei :bim~'t~lisfno"y
, ,
'que .eiercióuná granjn-' :., . ," ' \ ' , . " . ' ",

" fluencia .sobre .todo ~r "inundó civilizado. También en 1891


."publicó 'en 'Th'e' {}u(frterly' Joúrnal
I • . r.
01 Economics un artículo "o o'
• •11 ". 1 1 ~ . _. ... r • t .-.11 • • Y . ' i
r •

" t,,' '. titulado' ConiribwüoníotheTíceory.ó] Railroad. Raies (Con~: .. "'}~~'


,J, "trib~~i9n ~< J~. t~o~üi: de 'ias t·~rlif.as'o ferroviariaslr-Este.artículo . ":'" ..:'.
.'.' ,\:es el único '~iltr~',::togos'lOs·,es:critos.",:~~st~·::i893,que indica'. ~ :1.
"",.hna' te:qdenciáh'acia'o~rr~zonan1Íent9, 'teÓrico" puro, pero in~'~' ,
,cluso éste .trataba de, un problema de «economía: aplicada».
Sus escritos exhiben). sin lugar a o'dl1d~s, el dominio, del'
, 'aparato analítico de la Economía' tal como' existía en su
"tiempo. Pero aun cuando estaba 'capacitado para emplearlo
fácilmente no parece que se sintiera atraído profundamente
hacia el mismo hasta después de haber cumplido los. treinta
, años .
.En relaci6n con esto es necesario conceder un gran .in- 4

',terés biográfico al prefacio que escribió en ,1.884 a la tra.. · .


',:dllccíÓh de
ios Elémenis de Economia. Politic« de EMItE 'DE '
'LA~ÉLE:J¡: . (~I)·. Este prefacio constituye, probablemente, 1~
, '\
.. . .
~ ~

, ,/ (11) Escribió también un capitulo suplementario el cual tra- ':, , '


1

.\, ta exclusivamente (no' deja de ser significativo) de: cuestiones I

.. . prácticas. Se. 'titula üconomic Questio:ns in the United Staies, y,


sus catorce jiágtnas comprenden el problema de ,1 las tarifas .aran- . J •

, _ celarías, la tributación interior, dinero y plata (acentuando: a .". " ..


este propósito su' disparidad de criterio acerca de las opíníones ; ,',

'~I" , ," .

,. .......
<. l.".
• 1;· l"
'DIEZ GRANDES ECON~STAS;

.única fuente disponible para' conocer las, concepciones me-


todológicas sostenidas 'pOrTAUSSIG' en aquella época, y sirve' "
. para completar cuanto sabernos. a través "de otras. fuentes
con,'respecto ;i'SU$~ql1c~pciones. -sóbre lapolítica económica
en genei~l.~orotra parte, .dichQ'prefacio~irve,paraexhibir
una cal'ácteJ;Í~fic~i.nl¡:!ortantedd hóll,1bre.La, mayor parte
denosotr,os~·:~j,~\triviéTaniosqueesSii~irun' prefacio a . una
obra ,como aq~~l1~,;,tioslimit~Ha.t;t1os'afor1l.1tilarJ1~as,e uan-
tas valabanzas "'y ó1.!nplidos o. nos negaríainos,'.a "escribirlo.
No reaccio1l6'dee~~' modo 'l'AUSSIG ; comoeanaturalformu-
, '. la ta1Í1bié~ :,stis cumplidos-yalabanzas; 'Peto'ei'l',til1: I1Ú1I1ero
..muy reducido} 'en, 'el .restonodeja . de 'lJ.l9S~ra,r~::'·~ietrIpre 'den-. I

, .trovde forrnas 'cortése~, ,SUSo., criticisui,9S:,,',:y,,·:'d.i~entimjentos'.,:,


Séñal~:,.'tddo 10' 'que le. parecen errores.':.Ytoe~presáclara-.
.mente cuando opina' que una determinadaópiriión -de 'LKvE~"
, J/.éYE· «no e~ autorizada»; Alaba 'á: (AVEL~~~:, porque sé' había:
, 'separado menos .que otros «del que puede .denominarse' 'sis"'~
terna .clásico», yuprueba.iconciertacautela, Iaacríticas de
aquel 'autor al laissez-jaires: su defénsa de la. intervención
del 'Estado, ..aun cuando, ~',e~ opiníóndeTatrssro: ~.los'
sentimientos' humanitarios habían' «llevado 'a ,L~':EI(EYEde-,
masiado lejos». La «concrecióna.yIa «atenciónaIos hechos
realesnrnerecieron su aprobaci6n'~'per6,en.un'pasaje,por. 10 ,
m,enos, critica el razon'ainie~to'de"LIAV~LEYE -'con toda
I

justicia, desde luego ..,.,.,por faHade «agudeza».


En cuanto. se refiere a -la obra.publicada.deTxussro, 'las
ll

primeras señales 'der.interés .del teórico hacia. la teoría apa-


recen, en' ;:r~93'. Dos artículos-que escribió ·para la.sPublica.. '
tions oi the Arnerican. Econo'micAssociátion 'de,'aquel año,
la .¡ nierpreuüion: oi ,Rica.rqoy ,Valu·e .a,n,(l,D1istribution a.)'
Treaieá bjl <Projessor Marshaú, definen 'claramente dónde
deseaba echar 'sustanelas. :El primer artículo nos dice cla-
ramente que pata ,TAUSSrG" ~RICARDO había sid~ el más

bimetalistas de LAVELEYE hasta el extremo 'que es posible, hacerlo


en el propio libro del autor rebatido), .navegación
leyes sobre la navegación.
f ,
, J
• '¡

., '
: ..;.' i .

254 DIEZ GRANDES ECO:NCMISTAS,

profesionales SU' participación' ~n'. el Consejo edit~rial del ,


Civil Seruice .Record, 'sus 'artículos en,' el Boston 1-1eratd, el
Adveriiser s
ia: 'Ndi.j~riJ· asíicorno .suvparticipación .en las. I

sesiones '<l~l~~CqJiden'Clitb ,jr .del ~{assáC'~t¿setis .Reform Clul~ •.


Sil]- duda la ..'dureza "de. dichos 'afi~s 'fu~' .excesiva para' un
hd~b~e" que, ..~uh;''. siendo :de constitución.' :vigorosa .y sana J , •
. i19'
~,
" era• ,,';~d~','~qt1~llos
'1',' , '," I ", .' '.
'éuya
~ vitalidad d~s"¿~:)11'9ce',-.la fatiga, No' .
.1 " . 1', ' ., :'

'tu,:61·1ide:tpasi~das. oportunidades- .para:, descansar P' divertírse..


1" " r, •

J... aun, c'fta;h4o\,',t:par~~ce que. encontró le¡'~':tti,e'iI?-'1?b" suficiente .para


I

continuar" 'sus. -aficiones' musicales, ' .:.. ;:,' '¡ '~".'" . . . ' ,\;"".: , ',. ',',' .~ J , '

, Mi en
" I tra's'
,·t~~t~· ~'lnás ex~ctarrÍ ent ~ en n1~tzo", d~ "1882 4·
1,

.:.. ft~é nóthb~~46:~i~s'tr-~cto;"Óe~tor) .de :Eco·4Q,rrlí~.1~6,ín:ic~ 'pa;~'" ~,., '


~ ei."'·c\:J:t:~q "a:88~'7~ '::r883'; la importancia de dicho 'i16mb'r~i]Iie'rito', \.: ':
,1 I

> '·resh:lt6 .amplificada .por la' "ausencia, dur~nte~\ldrtel';~fio' ata';',". ,;':, f,l: ~"
:.'détÍlicó;', del "'úhico": profesor .titular" d~:,E~o,rip(míá,,",C:É!.A'-RtE'S·, ,: . , .í' ':,:
'~~' 'DUNB1\R~' E:~tre, otras cosas. "re,pi~~'~ri~,ó 'qul~ ,el. 'cursó de" ' l' :'\:~' lo

, .introducción {el '~btuaf Econó.m~~s::A'r"fl:1~'; confiado.a nuestro'. "',\..:,', .


,'J' ." "~ joven hombre. , , /' .
Con ello'
hemos .encontrado 'po~ segunda vez 'el .nombre I".,:,,~.
de aquel h~'lnhre excelente ·que'J.no,.i)tiedi"~~r..'oniitid~" en "." :,'.,:( .
-ninguna biografía de" TAussi¿}', (I3) .. ··.,D~~~AR . ,~.ftjé,., rl.c{,s610 ', ..; "
,'".: el maestroque intro9-ujo'¡)o~,ve~<piimera;'aTÁU$sIG':en 1;:1 ,,;.:< . .
,'ciencia dOl1d~ 'd~bía: c~'n"vertlrse en ,u~'o' de ,Jos' .representantes ":':
más t destacados, .sino 'que- "su ,"'fn:flu~pcia fué mucho. 'más ' . ' 'f

poderosa . de".cúa'nto· .pueda- implicar 'esté hecho: intrínséca-


" , , ,.1 ' •t '.,"
~
"..' ,. '.,. I ,,"

mente. 'Si compararnos .algunos "de los" ensayos,' de D·UNBÁR. '1. ,

'¿o~'·.iós~·p'f.i~eiQs· trabájos .dé TAU~S'rQ' .'sohré··'los aranceles', .·.t

'no' :'podem~'s '·d~já.r~' :de ':,~dver'tit :,una· .éon'~ide~~ble : afiriidad' - '


entre, ambos 'en~:.1o~:~ue.~e/refie;e"~l tono.i.espíritu 'y ~étódo. '. ~( '~':'
«Fué el :
próf~só~·.DUNBAR ' "quien .;: formuló .:~l. 'horóscopo ~ de- '1

FIiANK, 'y qU~'en'le' eligió .como .tino de los suyos. H~bí~ 'sido'
dire~tor del'B6stiJn"'Daily' A dvertiser"y ·se había· retir~do r al' .... .. ~

campo cri~ildo :el' presid~nte;:' Er;~,9'r logró persu~dirl~ para',


, que aceptara e¡ nom1Jiam~~Í1to de'profesor ',dé Ec¿nomÍa '-:PQ-'
l

f, - . . . . . ' ,

(13) Vid. el artícuio escrito' eQ'~u, 'hQmenaje por,' TÁUSSIG': .


Cluu"lcs Franklin Dun~r, publ~cado : en la .revist~ Hp,rvarcl
AlOnU~,l1J I 1000. .'
,., ., ~.,I'...'

/ 1" /,: -"


, : } - '•. 1_

- :,;' '. Iítica, 'qu~ hast~ entonces había .desempeñado. el' profesor, '
. ',F¡{ANCiSI'(FANNY) BO'\VEN. quien la enseñaba comorama de
'la Filosofía 'Moral: (14), Y toda vez' que TA-USS'IG. .había
. "colaborado con .DUN13AR en uno de' $US::C\1TSÓS, , se .puede .
'; ," , suponer q.ue la recomendación de' este: '~últ~mo',.'~influy,ó"(lecÍ:l .:'
".. sivamente 'en el .nombramíento de TÁusSIG 'como profesor. ' . ~
Como .es natural, fas perspectivas de, carrera .'univer'~i~" '...
taria "aparecieron con menos :bri~<;>:,' d.e~R~,~~':, 9-~1! .retorno '-di',', '
I

- , y cualquier joven .capacitado-y' enérgico que.-se-.


DUNBAR.
encontrara en el 'último peldaño" éJ.~~arvafd~ ·se';, veía -colo- 1 .'

cado·~ entonces y ahora ---' frente.á "un~.' elec'ción,"difíéil oo' /,'

.entre permanecer por 'un 'tie~l1Po~in'é1,éfi~ido'en una; posición .: .


in~atisfactoria y las' posibilÚlad~~~~~s ;li$o~jera~' contenidas.'.
en otras carreras abiertas ante ~ ér'~,(~'5)' TA;USSIG' solventó' ei .
a
. problema provisionalmente;' a ce pt ndo, ·e'h;',septjembre,':d~ . ".
, '1883, después 'de haberse doctorado
1 en
'junio de ~883,' un- '.
.'. encargo temporal de cátedra (pfo'fes~~,d~. un curso: semestral "
de, legislación aral1ce1ariá)' e: ingresando en>
la Facultad de.."
, Derecho de Harvard (Ha;vard ,t-.'a1.~!·,S~'h:~'~l)' «con ia'"irite'n~
cíón de. seguir Jos tres cursos, de enseñanzas y-de ;'ejer~er' la'
" ,pr,ofesión después" de haber terminado los', .estudios» ('I6)', e

.Esta situación permaneció. invariada, hasta' que junio de.'en'


;r886 consiguió '~f' título: correspondiente (LL;.', '13':). ' Sin- em- ,
bargo, WtOS' meses ~al1te.~' '1~ Uhivkrsidad·; de Harvard .creyó '"
su'
'oportuno, :desp:t1,és~·.de' .negativa ,a aceptar el encargo 'per- ., ..... '
. ,'". ,'.;.. '- ,>: ";-:',:" ;;,~:,~';)'~': "',,, '. ',: ,'
(14) Citado del artículo 'necrológico de', ·,Mr., ,BURLINGHAM de ....
· dicado a la memoria de TAUSSIG y publicádo., eh el
Harvard Alum-
ni' Bulletin, 30 de,', noviembre de" 1940~1 ,.Eh ,iste ,. sent'ido .'FRANCIS
BoWEN (1811-1890) goza' de : la 'dístíñcíón-vde haber,pu,rtido' 'del
mismo punto que', ~AD~~ S~:.t Ftié" ,~en'i 'efectO;, una especie de ' ,
polígraro, lo .:cual, ello s~~ tiempo e~u:tva}í~ ,ya 'a: dec~r' que no po- ,
día proíundízar demasíado.ven -mnguno de.. los -ramos afectados.'
por aquel término. SUs, Frincip'les ('18:56 ;-, nuévátedícíón bajo el,
tttulo de American Polit'lcal Economy;'" 1870): aún' .cuando ·no ca- .:
rentes de mérito alcanzaban' a.,aura,sl pénasiel' nível de,'los clá-
t.l1008 Ingleses cuyas doctrinas' ,rechazaba. ' .. ,: '.. . ' .
(lO) Las posiciones subordiil~das"e~",'H~rvard' eran entonces,
uh\ olnbargo. más satisfactorias, toda vez' que era mucho más
/(\011 pnt~l\ un joven conquistar 'lo que 'es tan difícil de conquistar
(Hl In Hota.tu,lIdud: un curso en propiedad. . '
(10) 1001 }"Ol>ort de la clase 1879, Commencement, 1885.
256 DIlllZ GltANDES ECONOMISTAS

manente (full-time instructo?"ship) de lector, le nombró Pro-


fesor Asistente (.A.ssistant. Projessori de ECOn01l1ía Polítíca
por .un plazo de cinco años.
Desde, un punto de vista' externo la excursión realizada
en el campo del Derecho' había. sido una pérdida, en el sen ..
. ti do de que se trató de una medida de precaución que el
tiempo reveló innecesaria. Sin embargo.. interesa señalar la
contribución que su preparación jurídica aportó a la forma-
ción mental de TAUSSIG. Es una cuestión muy discutible
la de pronunciarse acer-ca de las ganancias que pueda obte-
ner un economista moderno del gasto de tiempo y energía
que pudieran haber sido empleados en su propio campo. En
la época que coincide con la juventud de TAUSSIG, el balance
entre ventajas y desventajas era muy diferente. La Econo-
mía' no poseía técnicas que exigieran varios años para do-
mínarlas. Unconocitlliento extendido en varios campos.
científicos era todavía 'un objetivo posible y un ideal que
se podía perseguir razonablemente, Además, la preparación
jurídica era entonces, tal vez, el mejor medio a. disposición
del ecollo~isbt .para poder poner «a prueba» su propia ca-
.pacidad mental. Finalmente, la especie de hechos que el
estudio de
la jurisprudencia convierte en familiares son,
desde luego, relevantes para. los fines perseguidos por el
economista. Singularmente si se incluye el Derecho Roma-
no, como ocurrió en el caso de' TAtJSSIG} la ganancia desde
el punto de' vista institucional,' debe ser, siempre considera-
ble. Por otra parte, TAUSSIG' fué el tipo de mentalidad sus-
ceptible de poder explotar al máximo todas estas ventajas.
Y, en efecto, la huella jurídica puede advertirse fácilmente
sobre su obra, 'sobre sus enseñanzas y sobre sus investiga.. o
ciones, por parte de todos los que tienen los ojos abiertos
ante tales implicaciones.
Comenzó a ejercer sus obligaciones - que eran realmente
las de un profesor titular - en el otoño de 1886. Continuó
el curso semestral sobre legislación arancelaria (17), desem-
(J7) Este curso ampliado y convertido más tarde en el de
Internacional, lo explicó como curso semestral en los
q-jnHHj1'(~i()
pcñando igualmente el curso de introducción general (18);
Y entonces fué cuando su famoso «Ec 11» (corno fué deno-
minado más tarde) .marcó el comienzo de su brillante cá,-
rrera (19). Temporalmen~e le fueron confiados otros
cursos (20).
La 'promoción: a profesor titular Ilegó a su debido tiem..
po (r'892), y en 190r le fué conferida la cátedra HENRy·LElt,
creada recientemente, Fué tan sólo . entonces' cuando escri ..
,

bió: «Puedo esperar vivir en Cambridge y trabajar en Har..


vard hasta mi muerte« J2I). Sin-embargo, prácticamente el
nombramiento de r886 fué ya decisivo, 'y no.faltansíntomas
de que así Jo creyó también, desde un comienzo, el' propio
TAUSSIG, quien, se asentó definitivamente.' En .el Repori
de 1890, afirma, con acento de ·cosadefillitiva., que «desde
1886 he vivido la vida tranquila de '. un profesor universita-

años académicos (ñnalízando en' el mes de Junio) de l884-1894,


'1896·, 18:97, 1901, 1906, 1913-1917, 1920, 1921, .1923 Y 1925...1927. Se
trataba de un curso superior. Un curso. de Comercio Internacio-
.nal introductorio, igualmente semestral, lo profesó en los años
académicos de 1921, 1922 Y ¡924. - .
(18) TA USSIG explicaba el curso llamado «Economics A» (en-
tonces llamado «Polecon 1») en los -años académicos (finalizan-
do en el mes de Junio) de 1887~1894·, 1896-1901, 1904-1909 Y 1911-
1915. Además colaboró como' conferenciante especial en los cur..
sos de 192·2 a 1928.
(19) Este curso de teoría superíor fué profesado en los años
académicos (finalizados en Junio) de 1887..1894, 1897-1900. 1904..
1909, 1911-1917 Y 1920-1985.: un record impresionante.
(20) Aprovechamos la ocasión para enumerarlos:, .hubo los
Jlamados Cursos de 20 conferencias que di6 en 1891-1900, 1907~
1909, . 1911, 1912, 1915,,1917, Y 1920-1.935. )i:n 1900 se limitó a un
curso semestral. .
Además intervino en el curso .denominado «Investigaciones
de problemas económícos» (en realidad problemas' escogidos de
teoría y de política económica) en los afias 1889, 189·6' (semestre)
y 1899 (un semestre). " "
Un curso semestral sobre Transportes ferroviarios en 1891... 18,94
y 1896; un curso semestral sobre Banca, en 1896; un curso se..
mcsraí sobre Tributación en 1897, 1898', 1900 Y 1901; y, \ finalmen-
1,(~, el curso 'semestral de introducción a la Economía <<<Econo-
nllmi X»,. como se. le llamó más tarde), que dio en los..afias de
:~ OUJ. .1.004, 1906, 1908, 1916, 1917 Y 1930-1935. Los estudiantes 10
'~~(nlt~1(l'~.·rll:H\n como el curso más importante entre' los de íntro...
4.tluml(ul.
(~;~:J ) (.!/UNN Jl(~1Urf'I'1f Uommeneement, 1895.
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~58 - DIEZ" GRANDES' ECONCMIST~S
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l' ., .~ , , ,~ " '" _' ..

rio».. ¿ Existe en, esta' expresión 'tan: s610 satisfacción o tan'i";"o,:~',"~,


' . ' I
,\ I bién .tm .ligero sentimiento .de queja'? Podernos citar tatu,,,,:',

.bién otro síntomadesu profunda afección por Harvard, que:


. ' debía, .perrnanecer .invariada hasta el fin, contenido en .Ia \,.",,",':'
f~a's~' que r~r)roducÚnos,'á'continuación: «He sido 10 bastante" ~ " ~ ~~\
• '~. ' . r, " ... • 1\

afortunado '\par~'.,,'q\l~.:·>n\f·i'ri.d:nibr~mie:pt·o haya tenido lugar . .;


en ·.el·.mon~~~tó.,:>pfópicib para "Itotiíar parte en la celebración' ,
o '

od~s :dQsci~ntós:,Üt1:ouentáo,ahiv~r,s:ú:io de' la fundación de i~'


00, "o

',., U~IivérsÍ<ia(t'''~';~i~pil~'eni¿1\~~s·:,'o~i'::p1ieÜíbr~:·Wásj oven de la,' ' i


:, 'FaC:últa~ p~r~cé·.;{:qÚ;é'·. I~;~e~dré:i~;may:or~~_,. -probabilidades que -"; ~
l. ~ro.l4. 1o.'.~
. ,.. - "¡ ~' ~
,(, ~ 1 • '.. , .J. . • to, • .. ..' ·1 • . .... ( •

. ' .cualquier 9tr6:,1111embro para tO:1:11ar parte ~n" .el , tresCIentos ','
'1' aniversarió« cuando llegue,~dicha:4~!écha;):::~: .':
: .; .,0 , " " ro'

1. "~·"I'l,.<."-~Él' 29' ;d~;,.}u~iÓ, de.: 1888 ·c();lltrajo·o.'matrimonió ::en'E~eter;" ""


, .'IN, H,', 'con la s'eñ~rita' 'EDITH TIiÓ~Ast G1JII~.D~ 'de ..Boston.,. :'
, En~ 1889 nació su hijoWltLIA~IGnILD'TAt1:sS'IG',· Duranteel '..,. , :
verano .de aquel año f?,e, construyó una' casa en ..(en Scott "
Street, núm. ~) el- terreno conocido ·é~to~·C~s.'''co~o lafinca .
Norton, esperando . «vivir, en, paz y tranquilidad durante"
'muchos . años); (22)'.' L~ hija' mayor, .l\iA~Y , GUILD . (casada.
'más tarde con G:ttRALI~'C'. ',HENDERS'ON) ~ había nacido en-
', 189 2 ; . la 'segundahija," ¡CA.±IÍEiI~E 'C~OMBIE (actualmente .." J

·:~spo:s~4~1,. Doctor REDVE~S':,,~:Q~~~E)~~,',:et1 ':r89 6, y una t.erc~~a'~,',


'. H,EI(EN:. ~;ROOKS :( desde 'h~cé,r:,'yar'~os • f b .
.años doctora
~,' ., -
'eh, M'edi-.,,- ,
';.. , ~\I ~~ ,,~ j

cinal·y:.... pedi8:tra':,~,1,11'é1:.,l;lqspit'al ,J<;):hn. Hopkins, 'de Baltimo-


're),' "en: i'89.8S·'",:," ?,..,:,:> . :.',,' I::'.l...~;~' .,":~,,:,l. ,,¡' ,'.:.':~ ~' l' • .: . •,', , I , . ,..,. •• ', .•

, " '4part~ ',d~':i,'Ía e~sJeña'hza:"~/:.~~ .la-inveetigacióñ; 'sus activí-.


dades.: 'poiif~~~ticas· se . , desenvolvían 'siguiendo '. curso " un .
'tranquilo y', continuo": ~:elscribíá" frecuentemente artículos,': \4

tornó parte ell·'lat~cha contra. }a':tl~cu~acion libre' de plata, ': ~


'participóvcomo miel11bro''':.eli;-~·lo~. trabajos .del' Cambridge . I

School Comiiiee , (I,893-.~894), f~é' miembro de la ComiSióri.·; " ' .'


'" '1 . ~, • • ~,.' .~.t ."~: I I 1I , • 'a' I ·I'~ i.

I I '1 • ~ 1, '. •

f ,..

, (22) 'Aq~el~'a .~as~·,:',tIl:UY .~~;~6Gida deJos hombres de Harva~d',"". '


rué su hogar casi, hasta el fin de sus. días, (Fué en otoño de 1940."
cuando la alquíló y se .trasladó al domicilio de su ,~ja mayor "(lá . ,
señora HENDERSON)t eh Francis Avenue). La cuestión de su .re-' .'
sí dencía quedó perfectamente arreglada cuando .la familia PUdo,,.,
utilizar una espaciosa casa' de veraneo en Ootuít, Massachusetts, .
eltuadu. frente al mar. - , .

I
.....

I
.....

Ji'Ilf&NIC WILLIAM TAUSSIG 259

p;ubernativa que entendía en los impuestos del Estado, de


M:assacl~usetts, 'y corno delegado de la As'o'ciación de' Me!- ,
cadetes de Boston actuó' en 'la Convención .Monetaria de
Indianápolis, etc." TOlDÓ parte, 'también; 'en. las tafeas' admi-
nistrativas de la
Universid~d,.tare~·s'qu'e~siÍ1: embargo, jamás
llegaron', a, apasionarle (23) ~ 'En 1888 'fuéelegido' miembro .
de la A me1'ican' 44 cadem/y ojArts: a~(iSéien.ces~'.~y·''en 1895','
'académico .correspondienté "de ,"la':'·A:'s~cia~i6n Eco~ómi'ca' /11'

Británica (Róya} Economic ·'.SQcie'ty)", (24);,<'Estas .cosas ·,q.ue, ,


habrían ~ido import~ui.(e~'e1i la. vida' 'de" un '!iotp.bre de menor ' .
calidad, 'las' mencionamos 1'~qU{ exclusiéamente: con iá: firla~
lidad de' completar. su .rétrato -para- los amigos y numerosos
discípulos que "j)uedán interesarse- por t~ies detalles. y para'
ello añadiremos que ,el afio: sabático (1894-1'895) Io empleo
viajando por~l extranjero '~. dos meses ~n Capri 'yb,tros, .
dos más en- Roma '0;--, durante. los cuales
, f .l!" , -/ '.
, ••
aumentó
'."•
sus ,,cono':"
"
4
' '. - ••
'ti

cimientos, aprendiendo áJeer' en ,italian6~"'" , , \ ,'" ' .. ' ,",


, '" " 't¡.' . .
l ' '., ... " "", ' •
'. . ,

Una .gran cantidad de' trabajo,"le!"~speral?a 'a sunegreso, ' "


El departamento de estqdí?seC<>11Óinic:,os:se .ha~~a 'd~~;to~ ..
.t
(23) Veamos W1: t .. " ..' l'

esquema .de las actívídades ,oficiales, de "',',' , " . '"


I • _H ., •. , ". j'

TAUSS'IGdentro de la administración' de la Universidad de Har- ;..',,'. ~ "


vard : . . .. ' '~, , ,~' ',:'" '. ' ', ;." '.
COMlTES ;DE:' LA FACULTAD •'
Estudiantes avanz,ados,'1890-1891;, 1891-1892'.
Admisión de alumnos provenientes de otros colegios: 1~92-1893;
1893-1894. .
Instrucción: 1895/.1896..1900/1901. . ,
Commencement Parts: '1896/1897-1~OO/190,1. ' ", '
Premios BOWDOIN (presidente);, 1899/1900.-1900/1901.,
rnstruccíón y, promoción, ~l 'R_adcliffe" . (presidente»; 1906/1907- '.'('
],0081/1909, ' , ' .r ' . • ", .,' i '.' .:,.,
!DEPARTAMENTO DE ECoNOiVrfA ." ,', . ", .
J:'l'csldente': 1892/1893-.1893/1894; ]895/1896:; 189'8'¡1899~1900/i901;",
,: ,1 1',;' " , : ' , 1,','"
1

JO:l.O/1911-1911/1912., l' ",


,/ ., ¡
DIVISIÓN DE ·HISfO~IA;/I'GOBI.ER~Ó'I.Y 1:;~~O~~"l',.' ", "
l?I'Osldcl1.te: 1896/189'7-1897/1898', ",' . r ~" I ,(;:,l~" ' 1:: 1 ' .' •

(24) . En. el Cflass neiort. Commencement, ).895,,"'~~,cri~bió: «Me


hun (l1cho que la posición de correspondiente. ha 'dado pie a . que
HIO OOfltlldol'cn en algunos sectores como un 'enemigo '¡obstinado
,y J)~t'J'I((o (lo 1ft prosperidad americana, .pero 'yo estoy contento de
I

n(!('ltl.lLl' (!lohrt rlosfc1611 como un nombramíeríto honorable por'


I)lltt'f,(\ fin un cuerpo de, distinguidos hombres de ciencia»; lo
<HIHI HOlllttiltuyo corno puede verse, un' pasaje interesante y di-
,\,(w(,lrlo n h~ VOl" 1
r", " '\\.l;" , ./.

, "

'"

,:."FRANK' WmtAM TAUSSIG "', :,',,' ;.~.,,~ '" 267


.
, "1
+. ,
, ~'
"111 .• I .. ' .'
, " /. 'l. ",',1 '.'
'1 :", l' ,'" Y,',::.;' ~~, .. .. ,
:, hombre de negocios práctico., y a' esas .cuaíidadesrseeuma '
.: ':, .",tun~ poderosa personalidad y /~,nagt.~\~:--en~rg~a'.',l:s,~,,~, d~signa~, .
;. ' ,~cióq 'por el presidente de los EstadoeUnidos .corno presiden-
, I

/" ,te de la Comisión Arancelaria.. s~tis~,~cción general, pro/tu'Jo:"


'e inspiró confianza en todas '.p~,~ies"¿dr;.· ':r'etsp~~c'tb- a. la hones-'
'"~o 'tidád, corrección, y utilidad .:d·~'/';~8;;')~t~~&¿:;,~:dé: 'la Comisión.•4
'costa' de' importantes sal~rificios;:J),yr~¡ónales'durante 'más ~ de-
.dos' años, .la Comisión ppcl,Q,' ';a.pi6v;~8~lar ,la. ayuda .indispon-
r sable para dar forma a: ,Sli,'''o~gflPii~c,ión" para: iniciar Y,I\p1a-,
1 •

near sus .investigaciones, . q,ii~Jita~a;6 '~üs" consejos y dirigien-' '"t" , '


d o sus activi . id des: ,,',.. ~.~~ ;'\'1 "-'~ J' ". : .. .. 1: .":w "'
a ~S~» ,,:; ;\""
.,1«',.

~;:í) "'. • ".,lo,.; .J .' r,


'1. -:.. " ,,' '1, '

. Al entrar los Estádb-s.'Bi1'i4~s"'''en~I~'g~erra, las responsa- " "


bilidades de TAUSSIG exc~d.i~iÓ·n'prónto de, i~s derivadas"de"',
su participación ep. i~ 'Cdriii~:¡ó¡i~:.'Se" c;,o~vi!tió'.'l~n··tnieinbro·
del Comité de Fijación de ~ ".Pteéios{', del Departamento de
., " Industrias 'Béli~ás, y durante cierto.. tiel~'pó; '~~'~st'ó .sus ser-
vicios en' ia 'División de Molturación dé' -la"'Administración
1

de Alimentos, así como eii,:.1~':,Sub~~lni~i6ri\/de·"':·I~~~ha;, Admi-


nistración, , encargada. de' la inspección deTa' Industri~' con-
.servera, .La-carga-resultó 'inuy"pro~l1to'excesivamente dura
para él, y no tuvo más rem edio , que procurariponer corta-
,l. pisas al d'es~i1farr~) de sus energías. Sin embargó". a petición I

del presidente WILSON, conservó su cargo 'el1 el 'Comité de


Fijación de" Precios juntamente con la. presidencia de su
propia , Comisión,
El presidente WILSON se dió perfecta, cuenta del valor
de, la .,co~,perá.ci.óll· de' un consejero. tan capacitado y entre-
", .gado al servicio de sus compatriotas. I~a, relación entre
'/< ambos llegó a ser 10 bastante' íntima como para que TAUSSIG
":. S~' sintiera'· autorizado, ya en enero de 1918, para. presentar
.... ',', al 'presidente sus puntos de vista acerca de cuestiones que
" ",: excedían, ~otablemente de sus deberes oficiales, tales como
, . " ./ loscbietivos -de guerra de este país . Por lo' tanto, fué casi
. ,',natural que fuera invitado a formar parte .del Comité ase-
" ~'or' sobre .la paz. N o hace falta decir que el Subcomité que
,/ /,': se ocupaba específicamente de aranceles y tratados comer- , ""':',<\
'~ci'á1~s',¡~e,,> J~lé' atribuído 'especialmente, pero él,' participó" en .l

,} :;~.~,:~?·¡:;i;'";J,:: ' :" ,:,' ,\ '.\', .. " . ~ <1

I
" . • 0" ..

~".

,
'"
:,/

2,68 DIEZ· GRANDES ECONCMISTAS


. '.

las reuniones d~1. _Cprni té g e~ eral, actuando C0111 o' relator


,del mismo.' . ¡'~:\lal1ne:Q;t~.:.~rortó. su ayuda: y consejos sobre'
.otras cuestionesvinternas '.Y 'I~xt~rnas. o ,1 I I ' •

.: F'ué a. -Pa~.í~'".firnlei~~~.h·te'~;r.~~~~lto ,'a 'sostener. la: causa de'



la justicia y de . \.1~1:. lea.ff~d~':I'.'Y
<) YI' "."
fl ,
';éón .una disposición mental
,l ~
1'1' I • "'. ,'" \, . l' t e, , • •• ~:ll 1 ' ..

completamente . eXtnta,I'~'.de.,:cualql1ier sentimiento, de' ven-


ganza. 'No~ existe "ía -1~eii·6.it,,:aUd,~·j·"déque\·:e~ ::mu~hos puntos
I '. I
(:¡- r, ~ , ~ , . ',.
. ". .'
. ~' t ~ '., ,f. ." •• ' ~":.'I {~ t ~

concretos.vque eritraron"~.de:htt\'ó.;/dé'~'·lal'··esfera·de su' compe- .


tencia;TAuss:i~; ejei¡::i6~i'~aÚiien1e .una '~J1flúeriaa' decisiva y
.benéfica.: suavizando: ,coY¡:':.~&\esttei~·'<inuchas('~xig~ricia:s: irra-
'. ··~9na1.?les.(29);· Peró jamás sa~~e~9~:~:o:n.preéisi6n.·hasta·d6n~.
, de 'llegó -su ''in:&uencia.,'Nitam:goC6':':podre,mos .averiguar 10'
. 1:, que'rllegó "a pensar '~ a sellt'ir"~qn"ré~pe'ctQ" a- las .~ cláusulas
'más' -ominosas . del Tratado,; aparte -de cuanto dijo ~p. ,,~: una '
• 1" ..
, conferencia pronl111cia'da ante' ·la····ll~ita.rian' Socieiy de :Bos~'"
ton, .conferencia titulada .)1. hiomqn: Story :l'oj ,thé~ Peace
eoC onjerence (3 0 ) . , E~ las cartas que' escribió: a ,su' familia
,durante aquellos 'meses, 'cartas deliciosas y casi infantiles'; .. .\'
se limitó a "~eferirse a 'sus' preocupaciones y ó·bserV:aciones /"
'diarias. Ul1a'" parte de 10l que, hizo' y vpensó podría recons-
·tr.uir,se·~ tra~és de sus.:conversaciones .con sus.Intimos, _;P~ro '. . " ~: ~
él jamás 'insistiósobre su. participación, 'y., a la vez. se mostró .. ". .'.. .
niuy reservado, en sus comentarios. ,
.~ríticos,,:Vatio~
. '
-de-nos-' . '. :,;\ ".

'otros" podernos lamentarlo, -pero ello era una'·característica


del hómbre:-'Sielnpre' todo cuanto hizo-y dijo planeabaen,
un gran. sentido q.eprofunda responsabilidad. Jamás, «he- ,
- chó. por 'tierra» .a nadie que'.hubiera cooperado con él. '
. Ant~?,' -de regresar, , ,'~n: j'U~iOI~' d~ ·i919, pi~sentó ~u dimi-
sión d~ presidente 'de la' ComisiónArancelaria, ·dimisi6n que
tuvo efecto en: agosto. :.5in embargo, 'continuó participando,,'
J ' , t. l' •

,. ',l•.,JII.t'.,. f).

-1"

(29) Una gran parte d~ .lás cueslti~nes de detalles 'relativas.. ~' ',. j;,.,~
r

tarífas -arancelarías y a tratados de comercio fueron, por sugeren-


cíu británica, dejadas a su libre arbitrio, 'aun cuando algunas. ,; ~ tl~"
concesíones a' peticiones 'irrazonables" parece .que . .se hicieron'! cOÍ1~', 1 : '--:

tl'U 8U consejo. '~,','. J : •• 1,: " ' . - ; , . "'1 ,

(30) Un resumen de esta conferencia! se" publicó'


tflt1¿ J~{J(/f8·tor, 19·20. \ . . " °
el Chr.is:", ,.: ~,
..
en I
",."

, } '" "
.. ~ ; lo.

2.69 '
rJ;1

• •, ' • '.. 1," ',' , • " "

, . l' I en .la Conferencia Industrial del presidente én ,1<;).19- 1920" Y>


! hasta 1'926 en el Su.gar Equftí,izatiort Board; (3,I,r . , ' . , o,,
~.. ~.
,.'. • • o J . ', • .:... ..,.,
...
\iv, '~'EL'G~AN (I;io'~I946)·.': · ,',
'
• « '.' ,. •.

ANCIANO
, ,i f • .,. , I'~' • • ,~,

. '1).. los .sesenta aftas, ~TAU'ssiG>regresó'a 'Harva~d, a' "S~I ",


r »,

Iabór 'docente y a inv~stigacion'es,' CO~l ~fam:a .y autoridad '


sus
todavía, aumentadas X '¿~ti. "entu~iasino ,ca'si' juvenil, deci:':' /
dido evidentemente" a',tea-lizar 'su~ propósitos 'lejanos p'e
oO.· " «vivir en 'Cambridge '>y trabajar 'para .Harvard .hasta 'el
.final». ' . ' ' . ',' .' . ' .. ~. 'te. t ~,

\. .Nuevamente 'su vi-d~ transcurrió ~Q-r 'los" viejos cauces.. .


1,'"Sus días estaban' llenos dé trabajo' queIe
.\
.proporcionaba
1"'..
f... , "
'un.,. f -

" ".placer, interrumpido -PO!' ,paseQs' breves y rápidos, y' en 10s1, , ,


,v/eranos, en Cotuit,- por iafg;~s·ho,r~s"d~'~nafaci~ny' de 'ballos'
de sol.: Por la noche le apetecían Íos 'cónci,ertos'y aún .más
, la reunión con' algunos.amigos, especiaJm~nte·universitari6s' ..,', ~ ",' " ' "
reuniones a las cuales su fuerte personalidad acababa por " :,', .: . ,~:
.impartirles un poco del, ambienté de, las aulas. Oracias a su ..
. na:tt1;~l enc~ntador y generoso." ~llv~eit~,' .~iell1pre en una' I

reserva digna", se convirtió en' el 'maestro amado. que vive


en nuestra melTIoria con sus brillantes virtudes y con' sus
deliciosas afectaciones (32). En 1918, contrajo matrimonio.
. 'COJ~I la señorita I,IAuRA FISI:TltR, cuya amabilidad iluminó 511
horrnr durante diez anos, contribuyendo a dar una acogida
risucñu a los jóvenes que acudían para rendir su tributo,
<Jo udin iruclón , afecto y respeto al gran maestro,

011.) Sofittlclnostam.biél1, para no olvidar ningún detalle, que


1 !f1lé nombrado comendador de la Orden belga de la Corona, Y"
Cl1/bl\llcro de la Legión de Honor. ~ "
(32) Señalaremos aquí que recibió nombramientos' .. ·honori~
causa por parte de la Universidad de Northweaterrr (Doctor' en
l~eyes, 1920), por parte de la trníversídad de Mi~higan,(Doct<lr
01... JJeyes, 1927); por parte de' la Univ-er!3idad de' Bonn (!Doctor .
on Filosofía, 1928); Y de la, trníversídad de Camhridge. Este út-..
tímo nombramiento le proporcionó una gran' satisfacción.' FUé a" " :
Ingln/tel'ra a recibirlo, y dístrutó muchísimo,' tanto por la están- , ~ ..
~1 u en general como con la, ceremonia' en'-pártícuíar, ·.la dígnídad.
do lo, cual resultó un tanto mitigada, por; 'e~ .humorismo .del ora-
(Io'r. En 1020 rué elegido presidente 'dÉü capítulo de' Harvard de' 1 '. <1,

:In Hot;lodltd l)hi Beta Kappa. '",' ,,1, 1 • ,


l '. , ft,fW ~ /. - ' ,

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'\ .. ~,..

270 . DIEZ GRANDES ECOÑCMISTAS ,,' .


1

1 .: ~'

Dentro .de SU$ actividades profesionales la dirección del"~ ,


Quar..terly Journa(of Economics. ocupaba más que nunca uu/' ,
.lugar prominente .: I,y,~t;n[to por .. lo .que.el [ournal 'significó '_ ':
para él, ,~<?mo,'pq:r 10 que 'é~)si:gni~i~R:,para,el [ournal, con- ,,:'::1
.
viene' que nos detengamos.. un·':·'in~tatite·
'. ~ ,': '. f . • .~'.~ t
•.• " , :
'p'araconsiderar su" '
t. _ .:.. ·t I ~.. ' . f '" 'o 'l~. "o •

labor y sus éxitos. Desde I~96 a'I93f5~,~':con.pocasy breves: .


"interrupciones, "exceptuando 'lo's,;I'do~:... ~nb~~'\,en que se ausentÓ'" "'.
w _ " "u .,' 'J'
" , • -':' 1;' •

.por 'SU'r'agót8:thi~itto"ner.vi~~)so :...-, Sé;;d~dicó .con extraordinario


, .celo: a' leer "y: ·juzg'ar~ülnuscr{fos/i:'¿~~Olici.tar, "colaboraciones
y ,':a'.suministrar sugerencias p'ara" ~ej'6~'atla~~~,,; ...H~i~~~, que en
, . ig2g',el profesor -Á. ,'E. 'MONROE' iriició'" su. -colaboración en
,.~: ' l~·sótaréas.:.de; dirección, trabajó c'O:n"i11tlV.,'poca', .ayuda, ex-:
, ··-'f.".~'eptu~'h<fo.l~ de' tipo administrativo.. Su" éx'itQ',:' fi.t~.,<' sorpren-.
. . "d,~:Q.t~.;No, existen' dudas posibles acerca :':~~l'.ni~~t:.,~l?-,:,q:Ue
,', .mantuvo al" [ournai.: ni acerca de. la' contribuciónvque é~.
mismo ha soportado al d~sarro110' deIa economía .científica:" . "
'~ -en 'tod~' el mundo. .' , "':; ", ", .
, S~mej.~ntes éXlt'o's son 'raros.. En r~alidad no sería fácil I

'señalar otro ejemplo en nuestro "c~mI)9 de, un ,diréct~:r de, '.


. revista, que hubiera, 'alcanzado el ";,niv~l. de TAUSSIG. D,efini:r:'·"', ..
el-secreto d~ su realización en esta' tarea equivale a definir
su" personalidad, en lá··cual .la energía ,·el carácter-abierto: ' 'Y
de' su 'mente-se fusionarontde 'manera 'insuperable. Guió' al·
Joü.rnal 'c~'n rnano firme y .no permitió ~qtie:'obstacul1zara~1
'su .Iabor .Ios "distintos Comités. En, alguna. ocasión solicitó
consejos, . per~o~,'Ías, decisiones l~s" tomó' ".siempre.. personal~' i'-
.' mente, independientemente "de . tales cons~j'os,>· P ti hombre
\
1

que 'se compo~té'l· d~"· ese modo y dispuesto' a"",mantener. sus ,


( opiniones corre el 'peligro "de' convertirse' en 'dictatorial y (
mezquino. Per~'",él ~i, fué'"ni~~íó; 'uno ni 'lo otro.~ SJ1Po percib¡;.
la calidad tan' proll,~~,' ~P~6:' &e"etifrentaba con ella, y la
exigía siempre. Pero', se 'mostraba totalmente indiferente ante
el hecho de' que losmétodos empleados por .los -autores o' los.
resultados alcanzados por .los mismos. fueran o no de .su
agrado. Un
ejemplo destacado de' esto "10 encontramos en -el
H'IOdo C61TIO di6 acogida a.. · las contribuciones matemáticas..
SU.p,·o,llia actitud hacia la teoría económica rnatemáti-
,
l¡tRANK WILLIAM' . TAUSSIG 211·

ca f'ié ,un~ actitud de escepticismo e incluso d~. ~Ü}~sto,.'


Sin embargo, acogió en el [ournal Jos artículos' dé HENRY
L .. MÓ.ORE,'Y ~11 el último año>
de .su dirección ':,aceptó .cor-'
dialmente uno 'de Jos artículós'~~s::técnitos' que se hayan
escrito desde aquel punto de ,yista"~:Y esto ~J;1o 'es' Ito~O.. Supo.
,afrontar,lo$'problelnas 'qtle prés~ntan,para'todo director los,:':'" ' ','
artículos sobre temas de, interés '~~iieral'i y act~al, de . un "" . / .
modo singularmente feliz. "Deseaba;' ti:$t'$Ppu'e$to':, mantener' ::'.
al- j ourna.l' en contacto con. 'íos problemas -'ordin'at'¡'o$, -de su "
tiempo; pero', alentaba .Ías .contribuciones-al: estudio-de-pro- "
'. blemas 'que per:mitjétati'$er tratados a )3/·1tl~·· de .principios .
generales, . PJer~ig~iehdo:·." :.. C,Pl1'·e~O,. " ir"- consiguiéndolo -'cas{:'
siempre,'. .artículos ' -que tuvieran. un ., interés permanente.
y por ..lo··,que~ sevrefiere a las notas ¿ríticas y, reseñas sus .
preferencias se -inclinaban . por · artículos . dedicados al ~xa­
roen de ,.' Iíbros cuidadosamente elegidos, evitando con ello.
otra ~e las dificultades que-tieue ante sí .,1~ ,~iea ~el,~i": ,'.' :::
rector ..', ".'. , ., o" . .~ , .: • 0'1
. El .director "exigente que. impone unos niveles en vez de .
aceptarlos,' se convierte.' en un rnaestro Q.e, la 'profesiónv.Pero
es en el maestro de :Harvafd' en .quien ·pénsamos" al recordar.
los anos que' estamoé ·comenfando.,'·Hemos señalado 'más
arriba que él se entregaba en cuerpo y alma al 'aquella tarea,:.I ' · ~,o
en la' que 110 tenía rival. TAtrSSIG tuvo --"- no nos duele
, admitirlo ~" no, sólo' .quienes le' igualaron, sino también
quienes le super~~on' en .la formación' de' escuelas' d~ pensa-
miento, aun cuando 'é~ mismo: for~ló . una .en el campo del
comercio internacional, y 'auri .cuando ·la'· in:f1uencia de:
I ,su '
visión generar, del' problema 'econÓmico pueda ser' .recono-
1 cicla en amplitud y en '\jrqfiúid'ipa'd ; .~in' embargo, 'no tuvo
rival ni en éste ni en otro i)aís en ~1 :arte: de enseñar ~ . Ha
llcgudo ya el 111 omento 'de 'qué :1iª,blemos de su'
método.
Hemos señalado 'ya 'que: enseñó diversas materias, Actuó
tl\1I1bi~ll C011'10 tutor (33) y fúé·~:tú:{·'c'oilf~re~~iante' activo y":,

0/:1) 'Doullu 1926-1.926 a 19.31-1'932, TAUSSIG pronunció eoníe-


Pf'llt~ 1\11 Plttll.~ ItlH'unos estudiantes' destacados, normalmente una
, .
" I

... ~'I •:

272 DIEZ GllANDES ECONCMISTA~ \:

estimulante...Pero su 'fama mundial como maestro va unida.


• " ", r , • • ...

con la enseñanza de teoría; a la, cual se dedicó exclusiva-


mente desde 1928" especialmente con su curso favorito para
graduados' ({,Bc' ,I¡» ," uncurso. que, formó la 'mentalidad de
, 'muchos discípulos ,atTI"~f~lsano~~ yqq.e, fué .ampliamente imi..
, ,'fadq' en 'los colegios-y Tlniversidades .americanas.' Su éxito,
I personal en esta cuestión se-debe .al método .de 'las discusio-
..
, "" ' '. ", l . . ,' \ " . '. " 1

nes en clase: Taiit.Q.,·sü·"~étop.O" corilqle~ .material que- eligió'


se adaptaban 'p.erfectamente 'a 'la (.situación de la- ciencia eco- " " 1

'~óm.~ca':',tal~oJJ1o·' él la "encontró corno 'aY,üd6:,fl:. formarla. y


, "<Pué, .uno', dé .los ptimeros-: en: .darsevcuenta" 'de.' que. 1~", '
\ j ' ( h ","~ ~,.- . ' '. ( '. J.I I I ' '"

.téorfa-económica.jal' igual qué '1~,;:)1=?,p:it~\/te6r~p~:de'~6uál~ui~r ,


otra nlateria:,.no' es' un' recetariotprácticocni ,una' filosofía; ' l· l•

.... .sino t111'


, "., .".
instrumento con .\-
el, cual> an:alizar'l~s estructuras .: ' ',r ',
-",",',. " " ' , ' ,

, económicas-de "la-vida real. Por ello la' tarea> del .maestro '
consisteien impartir un
'ci,er~to: .niodo.vde las. ~o~as,;:úti,"ll,,' .~'. :ver:
hábito mentalvun arte de formular. las "preguntas que, hay :.. '
-: '" que. dirigir a los hechos. 'Pero ':no,:,b~sta''con comprender el
"':i~strume~to; . el estudiante, debe apl:end~i· ~ .manejarlo. ·Bf
.sistema empleado .. por ,TAtr~SIG'> para-alcanzar este' fin fué
'lo que él mismo denominaba 'el. método lsocrático. ',En',sus",.-
.clases .comenzaba la -discusión sobre' un problema concreto; . I "

, f~discusión ,a la . que sabía impregnar de ,tll} gran, interés" . y·


,,' entonces permitía a' los .estudiantes ;qu.e' discutieran dicho
problema.. conduciendo eldebaté 'con úna autoridad natural
, que rio tuvo 'ni tendrá 'su igual.' D,espués',de·urta"
d~" 'sus' 1ec~'
cienes 'dij9,en' una ocasión ~ ,un' -amigo suyo : '«No estoy
'satisfecho dé mi lahü~d~ .hoy.. hablado dernasiadó». He' ' ', ...
\ ,'. Al e1~gir, los, telria~ ·.de disct1s{ói;;' p~'~éutaba. tomar un
camino intermedio' l~ntre' Ias d~~trinas d~l pasado Y' lflS.'
. doctrinas del futuro, ·Eh 's:u .época, 10: que habituabnente 'se '
llama .ccconomía clásica». '(~S\ decir, .las opiniones y los mé-
todos de los principales -economistas 'b'ritánicos entre 1776
:y 1848) iba 'desapareci~ndo Ientamente de escena. Sin ,enl-
. ,

conferencia ·por estudiante. El anuario del colegio se refiere a él


'(JaUlO tutor desde 1927-1928 a 1934-1935.
FUANK WILLIAM TAUSSIG 273

bargo, pese a.. que en realidad .enseñaba la' teorfa más 11).0-'
derna, ..especialmente la marsllalliatl;a", tuvo siempre' en
cuenta el. fondo, clásico. También en su -época comenzaron','
. a aperecer .nuevas tendencias' qu~, harrproducido, 'en la ac-
. tualidad, :.~ un nuevo tipo,' de "teoría'·..~G:ol}¿1f1i~a . ',El 'sigui~ el"
'desarrollo -de 'las.. mismas C,Q.IJ' -cautela y ,,'sip '..'~~jar,. de, pi,sar,,'
.terreno. 'seguro.
..
Y este" procedimiento-guarda
.' . .' . ,
ción con sti tremendo "éxito corno 'maestro. -Evitaba refina- "
,,\,
'estrecha
.
..-
.rela-i.
~ ' . ~ ..
"mie~ltos teóricos que" hJbri~ri "interesado' "3J' .;n:ti:y ,\~dc'6:s,.' ~y al, -.:: ;
mismo tiempo' se
alejaba- resueltamente '~.d'e:')91,.~",q~~".:e¿~p3:"
, convirtiéndose · definitivamente' en.. ~~~i~~8:~O~''1:' 'j,' '~' :~. '''0,'' ' , " : " \

No .basta afirmar' qule los estudiantes .le 'adoraban . y· que';


él haólaba' con la al1tor~da'd;qu:~'::d'an(la'.sabiduríaíy. -1á~exp~- ., ~ l'

~ riencia. Lo realmente trascendente- es "c:¿,risignar: qh~:él 'con,- .,


I - I

seguía imprimir algo de';\~fl,"~~plitud\':"de's~:I:'espjt:itu~ y de su . ,


'elevado sentimiento: del-deber ;'púbii¿o.l$obre' '1:0<105: ~cuantos,,' " ., ;,:
le rodeaban: , '. .... :," 1:"" .. , ";.;" ",:> :.:,',¡", ';''.' ':.'.',,', '.' " ,,. ~ -,1"

.,' Al: igual .que "he!l1ci:~ visto ,.~on·"-;~1~ci9h\ a' ~,'su ·época:~a·nte.> 't", ' : .
: i" -

, ,~i\or" 16s 'frutos dé' su


in vestig-aciórt el;i ~'l~s t1ittm,~s' .dec
l

'1 enios::;
, . ," de su
vida .se dividen én tres . grupos. ',En primer lugar;": '
debemos .señalar .que la gran niayo'ría','de las sesenta publi-' ~
. , caciones que realizó entre 1920 y 1934,' se refería a pro-' I
'blemas d~ comercio internacional. Los resultados de su
labol:" en la Comisión de Aranceles y los problemas de la
,
guerra y la postguerra, fuer 011 , C01110' era de esperar,
"

{le gran envergadura : e11, .reeltdad, aquellas experiencias le


ofrecieron abundantes oportunidades para aplicar y verifi..
car sus opiniones (las cuales, debernos señalar de pasada,
alcanzaron mayores éxitos ele cuanto los detractores de las
doctrinas «clásicas» acostumbran a admitir), e incluso dieron
, Iugar a nuevos progresos (34). En 1920 publicó un volumeri"
que contenía una recopilación de muchos .de 'sus' ensayos "
sobre la '111ateria: l:free Tvtuie, ,ihe Tari~ff "and "Recipro- ,,¡',.t, ,

", ,
,1. 4
.:

(34) Vid. especíalmente 'su importante' artículo' Internatiotuü


. Trade utuier D'epreciated Paper, en Quarterly:journal 'ot ·:Econo...· , ,t'
.. mies, i917. . " " ." .,
.. ;,
~ lJ. •

18 .: : ... .', ..,,:,:" ~.'


') "

'''\,/,
274 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

city (35); más tarde se despidió de la enseñanza de dicha


materia, aun cuando no de St1 interés por la, misma, publi-
cando una pieza maestra, su Lnternaiional Trade, en
1927 (36 ).
Dicho tratado contiene' diversas contribuciones que 110_
pueden ser examinadas aquí; baste decir; sin embargo, que
resumen con· insuperable claridad y vigor la mayor parte
< de la. labor y de' las enseñanzas de TAUSSIG en el mencio-
nado sector de la teoría. Para poder apreciar en todo su
valor la imponente estructura de aquella obra, conviene) en
primer lugar, reducir a sus exactas dimensiones la impor-
tancia ide Jo que a ojos de los teóricos modernos se pre-
senta como una fuente de errores. La teoría pura del co-
mercio internacional se 'encuentra, sin duda, en un proceso
de reconstrucción radical que 'acabará necesariamente por
.eliminar mucho de los instrumentos empleados por TAUS-
SIG; éste _partió, incluso, de la teoría del valor-trabajo, que
le fué útil para resolver ciertos, problemas básicos, pero que
.no puede. ser mantenida sin un' cierto' número dehípétesis
auxiliares de naturaleza muy peligrosa. Esto le convierte
en «clásico» en opinión, de mucha gente. ,Pero es: necesario
recordar que la técnicas Jamás le interesaron intrínseca-
mente'. El procuraba mejorar su visión científica con cual..
, quíer instrumento que encontrara. a su disposición, y si este
último era ricardiano, quien 10 empleaba. estaba, en ciertos
aspectos, muy por encima de su tiempo, como 10 demues-
ti-a, por ejemplo, su grandioso plan ,de distribución inter-
nacional de materias primas. Sus éxitos al afrontar los pro-
blemas prácticos que le interesaron realmente, fueron síem-
pre sorprendentes. Los críticosdeberían maravillarse ante la
eficacia que pueden alcanzar los instrumentos anticuados
en manos de un maestro, antes que asombrarse de la repug-
nancia del maestro a abandonar los instrumentos anti-
cuados.

(35) Traducción francesa' en 1924.


(36) Traducción alemana en 1929; traducción japonesa en
19S0.
1"Jl/U~ ft, 'W,1"L1AM 'l'AUSSIG 275

Sin embargo, la teoría no, constituye toda su aportación,


Ni siquiera es la. parte' más importante de la misma, Pres..
cindiendo de sus amplios horizontes, de su profunda sabi-
duría, de la aguda valoración de, las implicaciones políticas
y Iimitándonos al aspecto puramente científico de la .obra,
110 podemos dejar de admirar el modo en gue trabajó, y
llevó a varios de sus discípulos a trabajar en. el espíritu de
la Econometría; la «teoría» es seguida ,por los «hechos» 0,
en sus propias palabras, por los «problemas de la verifica-
ción»; y de a.hí surgen, naturalmente, los análisis de las
series temporales, aun cuando de naturaleza muy sencilla.
Pero fué mucho más allá de' los tópicos corrientes .del eco-
nometrista, Hizo de su análisis un instrumento de historia
económica, conduciéndonos así a un futuro lleno de pro-
mesas, en el cual la ignorancia. de' la teoría deje de'. ser un
distintivo honorífico para el historiador de la Economía, y Ia
ignorancia de la historia un distintivo honorífico para el
teórico.
En segundo lugar, abrió nuevas rutas con su obra sobre
el Origin of American Business Leaders, publicada en 1932,
en . colaboración con e¡ Dr. C. S. JOSLYN. Hemos señalado
ya el creciente interés de TAUSSIG hacia 10 que hemos deno-
minado sociología económica. Lo primero que .le atrajo fué
la conducta o la motivación individual, Después se orientó
en otra dirección. El fué UI10 de los pocos economistas' que
se dió cuenta de que el procedimiento mediante el cual una
sociedad elige sus líderes para .la que, desde el punto de
vista de su estructura concreta, constituye la función social
fundamental - como 10 fué, por ejemplo, la función de gue-
rrero en la sociedad feudal - es' uno de 10:5 aspectos más
importantes de una sociedad, y la más importante para su
Iuucionamíento y para su destino. y, en consecuencia, rea-
H~/, U1Hl tentativa, atrevida y original, para, dominar dicho
pro"l~'J1Ht" recopilando; a través de un, cuestionario, abun-
dun h.' informnción acerca del problema. del verdadero papel
descru pt'fiado l'11 la. industria americana' por los self-made
man. u por :-;UH herederos. Sea cual fuere nuestra opinión
'~ \J~ '!, .: •." .~. ~ '~. 1+". ,:* • t:-_.,' .', ..

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',~ "1 . 2.76 ~IEZ' GRANDES EC~lfcMÍS~A~'


'c'
..
; acerca de 10$ métodos empleados por 'r¡U~SIG al extraer, .
.i~ferenfi.8¡,s . del material que· reu.nió,.:. no podem~s, dejar l~e'
-advertir <lúe bajo el amplio punto de vista que da -a la. ten..
"·t~t'i~a su verdadero .significadov su e'~tudio fué la .obra.. ··de'
""·r' 'un innovado-r y una n{uestra. de ·geri{o~'.· ' , .... . ' . -~.
, " "", . ~n,' tercer lugar, debe~ó~ mencionar 'dos aportacionés·."
') ~acidas
, ' .en.su laboratorio
/
'teÓ;ico. ,~r;a,pri-théra
. . ,". .. '. "{'
~. A' eoniribu-. :" '

tiC?n,~t_o the Study 01 Cast Curves, ,"~n,~ .Quarte,rly ,]ournal 01


1" 'Econontics J 1923, merece ser señalada e~::;az6ri de la ,re.ciertte',
importancia que ha adquirido J'a ~u~stió~: El, ensayo' sur~ió . ~ 1

.: como 'co,nsecuencia -de la 'labo~ efectuada en la' 'Co~is16n: de


T~rifa~ 'y' presentaba 'una teoría',-dé \~tia (~éulk-lirte' e~~t- c~rile) ,
«curva -de costes de 'línea gruesa». Di~h~l' tebrÍa . no 'alcanzó- "}
éxito ciert'alilente,- pero era, desde luego,' uhá' tentati~a. ',La""" '::
. _· ~egunda. aportación, ·e¡ artículo Is. JJfárket 'P11'ice Dét'eíyniz~' . '··
.naie? (en la misma revista,' 1921) dióun nuevo impulsoal'- '.
. pensamiento científico. Hasta donde se me, alcanza, TAUS':.~-"',
SIG fué el primero en considerar que la teoría económica '
si tenía que convertirse en un instrumento cuantitativo,'
, más pronto :o 111Cts tarde tendría que trabajar con líneas más" r

que con. puntos, con ZQllUS de extensión. finita más que' ',' .
con funciones. en sentido ordinario. Dicha' tentativa no ha
sido. proseguida a fondo' por Ia sencill~ razón de -que exige, '1

para' ello, una técnica enteramente nueva: Sin embargo,


, algún. día. la, «penumbra» de '1'AUSSIG - un término muy ¡ 1

"ácertadocreado por él mismo ~ recibirá el reconocimiento.


a que es a~reed~ra.. ~.
.' ..... -.1
' . , '. . 1 • ' •

. 'I,Per~" llegó '.el' día '~n' que la «inevitable» - ' como éi 10


llamaba' ~ comel1zQa: 'arrojar su sombra. Ninguna' contri- ~
búcíón importante aparece después de 1932 ... En sus clases,' I:':~':
.continuaba :réaÚ~~lldo.unaJabor excelente. Pero pronto fué.. '. ~
dándose' cuenta .del p~~igr9,d~,,l~O estar a su altura a;~qs-' ,'>', :
turribrada.': Para'
,ji.
un hombre .,
de su temperamento
.
-'-, para' t.1 1 •

'quien 'su' trabajo erasu 'vida: ~: debió ser una dolorosa- sen- ~ ,
saci6h~~ P'era no dudÓ 10 niá;, lnlnimo.Rerittnci6 asu cátedr~ ..
'.', :" ":.' ., .1.. ,,' , ' . \' . , , .. ' f,o
" " .i,:--. \ ·.'i' ",0
- .; -~ -.
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.. 1. ,4 1,' ~ • I ',; • l1.. 1 l. . '. '\"" ,
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FRANK 'WILLIAM TAUSSld • 4~· r •


;" '.~ .. 277, . I • , •.,'
l'
'" "
" "

.. 'e~':I935 y~ la dirección del JOu:'na;l~~ ·I~36(j;j."Poco:des-'·


: pués escribió, con. respecto a su retirada: 'Úl\fis -colegas Y..'.~' •':
" 'amigos fue. han dicho qiie les había enttistecidó···. mi' deci-
. , , sión, y' sus palabras amables rne permit·en:conJiar. en habe~ " ..':: '
'logrado. el que desde hace muchos afios' hasidó miobjetivo :," ,.:.,;~>".
.. 1>' . " retirarme. cuando la gep te· pudiera dec'ir toda'Yía,' con cierta:'
o ~. .
. .sinceridad : «Es unu lástima», y no esperar a. que'pudieran. ~ ,'" 1;,'1 :.

o" decir con toda frunquezu : «Ya era hora». . .1' ' " ',' " ,;:

". ,Fué una gruu suelte- que, especialmente cuando ~ el,: ,. " o •

"." [ournal ya no formnbu parte ele su vida, le espérara ' una o

labor en la cuul él hublu puesto todas' sus ilusiones.': Sus


"Princij;Zes 01 Economice constituían uno de sus ,ptincipal~s··\ 1

'intereses desde huera mucho tiempo. Las' revisiones que


efectuó 'al fU"CPUI"UI" lu tercera edición (1921) había sido.
hecha con prisus y jUIU(':; le satisfizo. «Teniendo cuenta " en
I los enormes c.uubios H()cjlll~H y CCOn6!11icos acaecidos desde,
1914, difícilmente cncoutrurlumos un terna que pudiera ser '..' · " .
tratado del unismo H10do que uutcriorrnente» (38). En COll-"',
secuencia dedicó 11.1~ :fllCl°ZúH que le restaban a la tarea ago-
, l '

tadora ele revisar, y OH pnt'tQloQCHCI"ibiIO, el total, y de re-


hacer completumeutc (.:'1 tercer llhro (Dinero y Bancos) y el
.quínto libro (Distrlbuclóu). (~,'tl\eiu~ u lu ayuda que obtuvo
'de algunos húbilcs coluborndorcs pudo tcrniinur con éxito
I

dicha revisión, fHIC] i(J'It'lOl u(1 net.l\ I' e'II)I'e'rl\cio u la cuarta


t

edición en el IIH,.l}\ de '''Hltt~O de :I<):if). Ln estructura general,


la ·visión y el IIIÓl:odo cruu 'IOH ""HII'O~; tampoco varió el.
fundamento de lu cstructrtru tcórlcn.
y en ello obró suhhuucutc. J,u ohru de 'rAUSSIG. como
economista, OCUPU 'I'Ú' 'lllHl\I' p'topio en lu historia de la cien-
cia, y. de dicho luirur 110 detll'lH."tCccl°r. jamás. y, ninguna
. formulación ecléctica l)(u\tl\I'flt purn borrar los rasgos distin-
tivos ele su obru, Sou dltllOtl ItUHA'()S los que se destacan de
t t,,'

(.37) Se le conrlrtó oluttuln (lo (fl?l'ofesor Elneritus Henry L,ee».


Se le eligió presldcn to (1010. «uurvnrd Alumni Assocíatíon» para
1936-19370 Sus cltt-JofpulOtJ 'Y nrntHO:; lo ofrecieron para conmemorar ',,' '
sus setenta y slote n,(\OH, un volumen de ensayos titulado Explo-, .
rauons tn. 1~COn01l1.t(J8, 1030. .
•... 1·

(38) lOel 1>1'01'11010 l\ 'la cunt'CI.\'· edición.

',,:~ "
"

"
• J . ,,-.
'378 DIEZ, G,RANDES ECONCMISTAS

manera impresionante si' los contemplamos a la luz de 'iá,


evolución de la ciencia econó~ica, en 'los Estados, 'Unidos'.
En suscomienzos e~istier'~n Jos viejos maestros con su" ~i-.
,1 \
biduría práctica ~"HAMIL'lON.Y otros como él - , pero,
I

corno 'era "natural ' en' un \,medio .arnbiente, 'en el 'cual ,los'. 1

hombres tenían ,otra's cosas 'que hacer antes de poder, filo- : / "
I

." sofar, . nq )légó a florecer ninguna': economía científica indí ..


gena, Existieron proteccionistas . smithianos del tipo de
DANIEI.( ,RAYM:ONDJ y más tarde, pensadores. originales e· in-
, disciplinados como'<Hnnnv C¿\REY.~::Bespués· de la, guerra:
.civil, o alrededor de aquella" época, las cosas' comenzaron a
moverse' hacia adelante ; Ientamentetal principió, ",y rápida- ' _. ,
. \ mente' m~s,'tarde. El nombre de' TAUSSIG se encuentra unid¡:>· "
'más .que el de ningún otro:' individuo-con el desarrollo que
ocasionó 'el
cambio citad~. 'Peroen' sus años de formación, ~
~AussiG, al -igual .que cualquier iotro que -persiguiera xm 1

esfuerzo mental serio,,' tuvo que aprender la lección de "


.inglés en' la forma que' l\IILII/ la había, enseñado, Al igual ';
que MAR'SHALI . , aprendió' los "elementos de M~L-L. Sin ein-,.,
I

',o bargo.j nadie que 'esté,aótado' ,de agudeza" mental puede leer, . ·...
~ .M.ILI~ s'in 'ver Ia. figura de. RICAR,DÜ porencima de la cabezá! ."
1;' " «,

: de MILI;: Y fué esa inflúéncia ~ lá íriflueiiciá- de ,RICARDO -


Ja que- T~,ussi~' ~e sÍ:rit~6,prontoa, aceptar, no .bajo un espí- .
ritu-de imitación receptiva; .sino con un espíritu "de adhesión
, .' creadora. ·'La,s
.mismas difi2tlltades' que se 'presel1.taron a.' otros
9~~.·p~rti.~r~11'(i.~l ap~r.ató'.~icar,diano,;,'-:\M1\,RX' entreellos' -:.:. .
debieron preséntárselevtanibién a. él.: V. '. mientras luchaba
con' .las dificuit_~des" presea tadas 'por ..la \farrlosa, sección cuarta
det' .prirner 'capítulo 'lde' ','ía \~ob~a de' RICARDO, trabó' conocL.'
mi·ento, conJaobra de B6~M-BAWERK,., la 'cuál,' sin duda, le ~'-".
permitió elaborar runa ,:te.,btía del capital;' que era" a la. vez
tina 'teoríá 'del' salario. Al igual que. MARSHAI"L cuyo 'camino
J

fué distinto pero fundamentalmente paralelo, no acogió con'


simpatía el .análisis de' la utilidad, Pero no encontró dificul- .:
tades para desarrollar vsu teoría del salario hasta el .
punto
que ináica s~ frase «productividad marginal descontada del
trnbnjo», Una vez' alcanzado este punto la afinidad' entre' el ~

'\,;
, y \ ' .. <"'

_ 1 : •
. '" -.;

lt'RANK WILLIAM 'TAUSSIG , ..


~., ~'
I
:', , I 1 . '1, ,

MARSHALL inglés y el americano resulta todavía nA~.;,ev:i~.:.:;"':;.\:~':>.


dentev Ambos triunfaron en el empeño de construir" 'l1nl"pr~ ,.,,',.(1.; 1, .
ganen a.nalítico, que es clásico en el' sentido" en.,,"qit~:i\j'~s~e·~:;:' :"'::).·">~~:I· ,'i

-término se aplica a. la Ffsica teórica entre. 1890, 'Y'190b/" es '.~·.,.,::"::'~Y. <"


decir, .en eJ sentido que significa belleza y simplicidad ide.' l'.~~~' ,.;·I,.,.c:,;
líneas y a. la vez Iirnituciones técnicas..Ambos lograron que " ';' .",
aquel organon sirviera a 11M gran concepción 'histórica; así ;'.,~::'?
como a Ull deseo ardiente de resolver los problemas más . . \. .!;;~, ,,_
acucian tes de su tiempo. A"1I1bos. estuvieron acertados ál res·' ,",,1',

petarse mutuamen te, corno lo hicieron así, como en no


ceder en ningún punto concreto, '
\
I . a publ icución de la nueva edición de los Principies dejó
"

'\111 gran vacío en la vida de 'rAt"sSIG, vacío que intentó>


Incesantemente, pero en vano, llenar. No encajaba' con su
temperamen to permanecer ocioso. N unca cesó de creer que "\
,todavía quedaba trabajo por hacer.· Y en efecto era así. De . j,;'

muy pocos hombres sería tan 'interesante poseer su último. ,


mensaje corno 10 habría. sido de TAUS~IG. Pero rápidamente 1" ," .. ,".',:';:.

estaba l?er~iendo, facultades en' .orden :,a ~ea~izar u.n" -esfuerzo '~:;¡, .;., . {, ".:
prolongado, y. nada nos queda ,-:-7,.,exceptuando; su .esquema. :,', :'4 .' :..\::' .
de la" vida de su padre, al cual-ya .nos hemos referido ~ de". .:
• , . _ . J
' '1' "., ~" ~.,

los penosos esfuerzos que' acometió en tal sentido. Fué uno '4:.. ;,,,: l

de los hombres que deberían.jmorir en plena. ~etividaQ..Y,:·· ; . : i


para quienes el nunc dimiiiis-, jamás llega en el momento .. ' .'
• l. J I~· • •

oportuno. 'o' .•, ¡.t, "

Sin embargo, hasta el finá;J. estuvo exento en proporcio-'. . >'"


'nes excepcionales de. 1Q's, .inconvenientes que acompañan fre- '~",r, "" :"
cuentemente a la edad '~vanzada:·.·'Disfrutaba de una vistay . : .:: :
"un oído excelentes.i d·e,~ti'~·. gran c~p'ácidadp~ra" 'pasear ~~ ,,/:. ·
.Y para andar. No Ieafectaban ··,preo.¿upa.ciones, personales. y . "
era completamente félii' en e('<t s'~'~q. .de ·'su~aÍp.il~a~'"~,.qhé;" se. .." "
reunió a su alrededor, por últimá }'véz; ,en "Cot~it~ '··e,ri.,;'el. ve-:' .', ., ," ~
rano de 1940. En la. época': ~co.stu'~bra~á:;";'.~l··c·~~~~'~ar .~,i.:">;\:::,, ',,'o

año académico, regresó' a Cambridge, Ail{' sti:fri6 un ataque" n 'l'

que le dejó inconsciente durante un~;.sem:ana: Sin 're'cupeiár J.:' ,","


el conocimiento falleció tranquilamentey ~jn .dolor .el 11 . de ' .,,:: " .:
• " -¡. I 4'\ • '\ • r' j j ,'~ , \ I

noviembre de J940. . '.. " ,


. ",'.' ~ .','

• I
", .
" .
"

. ...

·1
\ .
.'. ''E'';L'. . .";"" .", ,,<1tI •• ',~ ~ t,••'
, .,
"), . ... '. ~\

gran americano qué .Iia 'd~sápa,recidó de entre 11:05--


I

otros, fué mucho .más "que. U!f economista. .Ahora bien, t~~O i
I

,.. niendo .en cuenta el vasto reino; sobre..,el: cual, gobernó y 'el,:
-'slim a intel~ctual' a:e·',1a época' que, nutrióv.su pensamiento
- han sido - ya,.,ladmitableIÚente examinados en Econome..
trica (1)" me ·litnit~ré aquí .~' 'e~a~in~r" la" obra- científica. de. ,'" • .1

o. FI~~ER en, nuestro .ca1111Jo. Esto restringirá: el ámbito" de ·


, , ..nuestra tarea.. pero 110 disminuirá' su' 'calidad, 10 cual t~11'
, s610 podría ocurrir por 'mi culpa, Pese a cualquier otra cosa
que FISHER' pueda h.aber 'sido'-' filósoío,' ingeniero econó-
. mico, cruzado apasionado del mu~has,,_cau~as- que juzgó ese~-'·
ciales para el bienestar de' la: Humanidad, 'maestro inventor, '
... " • . " .: ~\ 1.1 • _ ,

.hombre de negocios.c-«; nle,.afrevo apredecir.que su nombre


, I
1,' I

1 \ • \ ' .

(*)Este artículo' rué publicado en su ~,erslóri orígínal, bajo el


título Irving Fisher~s. Econometrícs, en la. revista Beonometrica,
Journal oj the Econometric societu, vol. 16·, I;l\un.' 3, julio de 1948.
(1) Vid. Max Sasuly, «Irving Fisher and Social Science)} Eco-
iumietríca, vol. 15, octubre de 194·7 i págs. 25'5-278.' Para otros aná-
]Jf;lIH sobre el hombre y su obra, y acerca' de los factores externos
(:J O HUcarrera, se recomienda al 'lector la cónsul ta de los «Memo-
rlulu» por los profesores R. B,.W1EsT'ERF'IELD y P. H. IDOUGLAS, pu-
bllOll·doH on 1(\ A1nerioan Economic Reoieui, vol. 37, septiembre-
(10 104'1, Ilhf5kJ. 056·66·3. ' :
, "

'\'0"

282 DIEZ GRANDES ECONCMISTAS; (

, eeÓ,
permanecerá"
,
en:,·laiHistoria
t.'
corno- el del economista. cientí-,
fico más grande 'de "este .país.
,", ~., .~::n:'~: Limitaré mi tare'~';~:~ftn poco más. SASUI{Y, que un' sido
",',
ha
colaborador' luny' állegadó. de FISHER, ha presentado un
. ~'vívido' y adecuado 'iet~a.tq':i,de su obra. estadística, y, en, par- .. t.
'. ', .ticular,1i3:j,::,exi:)lie~~Q.' la::"::.i.ii~pqrtancia histórica. TheMa- de
:¡ '; " ,;,' kin;g' of. .I ndex :'N:~i¡~~~ers!'~;Y de la contribución más original
, ',~~ }Frs,IIER,' ai~n'!-éfd4Q',"~~~;d.fstico: el' «Distributéd Lag»', No
',repetiré aquf '.10 "q~e 1: él escribió', Será únicamenteel teórico', ,~
, (1,. • """1'
1I "1 \'". ": ' ••
',11,' "
..no .el estadístico, -quien \~er(L ': considerado ~ en el .texto: que .:, ,
l
.' l' I

sigue: Si~ -embargo, el.e.stadí~tlcQ>~o"puede ser, enteramente ,'o ""

:1 eliminado, incluso dentro del.l sector -de : las. activIdades 'de ,'.: ~,
, ;,' FIS:ij:ER, del ~lct~'~l'llti epropóngo tratar. "Porque' FISHER,' a 10 '
I " .. \''1~;go de' 'Ia carrera '.;;'~es~e eL'.~o~ie~zo,., tehdi6 a: :Urla, teoría ' , 'i'
. ::, 'que fuese, -estadísticamente operatíva j en 'otras' palahras.~:,~ I

1 resultados no simplemente cuantitativos, sino también mi- " ",


.;.

.méricos. Su obra, considerada en totalidad, sevajusta su


.idealmente al programa. de «el progreso de. la teoría econó- '.-,
." mica en ,su relación con la. estadística y. con las matemáti-.
ras» y de la. «unificación de los puntos de vista teórico-
cuantitativo 'y empírico..c uantitativo» (2).Consid~rando;'la' " ,",
, fecha de publicación dé su primer libro, debemos, contern-
plarle como el más importante de Jos descubridores.' -de 'ía;, .- #
Econometría. desde WII~tIAM Pzrrv. Esto es )0 .que yo con-, 1,:, ,',,'"
testaría si me interrogaran para resumir en una frase "','". '." 'sola
las razones que tengo para. aplicar al calificativo de '«gran~",' '
des» , tan categóricamente,' a. su obra. S{¡bstancialmeAte"":;,,.·
esta obra. se encuentra contenida .en .seis .libros : .l\![athetna~.
tical Lnmesiigtüions, Appreciation'and Lnieresi, Capital and
Income, The T'heory 01 Interest, The Purchasing Pouier oi: "
Money y Booms and Depressions. (3).:' ' . :'~":' j' '1"

, ~ ~' (f \.

, • ~...,. • J
(2) Artículo 1.0 de los estatutos de' la, ,,«Econometric' Soci~ty» ..
(3) Mathematical Investigafio'ns, ín:'·the Theory ot'. Value and '
. Prices, su tesis .doctoral, 1892, (reeditada en 1926.); Appreciatibn
"ana Inierest, Publications 01 tne, American Economía. Assocuüum, \.,'¡

.seríe tercera, vol. XI, núm. 4, agosto. de 1896; The Naturé ot Ca,-
. 'pital caui Income (1906);' Th'e Rate 01" tnterest- (1907), que aquí ,
, citamos en su' versión definitiva:" The Thepry, ot Lntereet. (1930);
l . ' , ",,

, ' .
~l •. ., ,, I '11~ ,11 ," " 1 ,:; ".. .~'
~ • 'r'J
~ ,. } , ,
..
:., ~ PI ~'.

,1. . , , ", r:· .~ /.


"'" 1.

;1 t',¡lI't ••
IRVING FISHER 283

, Estoy seguro de- que RAGNí\R F,RISCH sorprendió a su


, . cuando, en el banquete -de homenaje a IRVING
auditorio ' ,

F±SHER' organizado por.la «American -' Statístical Associa- .


. tion», describió las 111athematicaz., #Investi'iatl,ons' como' una
I :obri de «monumental importancia»' "·(4)'~ ':Porque': aun 'c~ando
/'

, ,l~ reimpresión de 1926 y 'otras circunstancias han- 'impedido


.t.qu e esta obra desapareciera de' ·lfi lista-de grandes realiza- '1

ciones, nunca se le <había hecho jllst~~~~, tan jilena" >P9.f un '


economista" profesional. :" . Corrientemente, ,_, incluso" teóricos
competentes, veían el, principal mérito de FrSHER;· en hab~r
presentado, ya en 1892, una versión .suscinta -y elegante' 'd~
.: .Ias teorías de ,W:~I~RAS sobre: el',taio~~dy: él precio, Y' en, ha-
berla ilustrado por, medio-de: ingeniosos modelos mecánicos,
, .'Por ello es necesario recordar 'al"lector eri qué consistió real-
,'. fue~ty. la aportación de -este lib;ó. l.: -1 ' " , . " . .

, ~ • 'Antes de' 'intentar la definición de 'esta 'aportación, heniós


I

.de é1.t~l~d·er'i·':'o·tr~, deber~,'\E$ta 'es. la ocasión de hacer justici~


I .".. . ~ • , I ' • • t. • I '."' ¡ ' . ' (, .,..... . _ ~ ,lo~ '. 40

,\,'
,·'a "F¡S~ER
" ."
··persoll~lliieilte. Con \ este propósito no debemos
/" ' , ' . ,

Iimitarnos . 3; aquellos plintos obietiuamenie nuevos en. su


obra, sino -que"hemos"'de t~!lle!' .en '~~'~l1t~ .también .tOGO 10'
'qu~ fué, subf?f-i1Jame'nfe",ltuevó, es! decir, todo 16 que' ,descu~,' .
'b'ri'6 ignorando otros' 'trabajoso,' anteriores al suyo. 'Así 10
hicimos en otros 'éas~s,~' .por ··ejemp~q., en los de casos'
/ RICARDO y MÁR~HALL ~, Y tan sÓlo, -'Q.brand~ de' este modo
'podemos, tener 'la :eSl)eranza.': de lograr-una concepción vcrda-
,d~ra de la estatura intelectual ,d~ 'varias de las mayores fi-
.guras de. nuestra ,cie:nciá. '.Aplicando' este principió- a ~ las'
M at-he'1naticaJ ' 1 n1Jestiga:tions -dé ',Fi~HER~. descubrimos ' que
• ,,", • '~.' ' '\ .''1 .f' ' • ','" ',' l. _} • ..', • ':

7'he Purchasing POiwer 'oj'll!one'y' (1.9il,-, edícíónlrevísada con: H.


G. BROWN, 1913); Booms q.nd' D'epressio.ns.· (1932).· No. considera-
remos en este trabajo lasjsíguíentes obras,', dirigidas al gran pú- .
bUco (principalmente ~".The Money tuuston, 1~28 ;" Stable Money, .
1.034, Y 100 Percerü Money, 1935),.. ni tampoco algunas obras pe-
dHJ.JÓgtcas magistrales, como su Brief Introtiuctum. to the Inii-:
nt ,QH1.'lna1. Calculus y sus Elementary ,princip'l~s 01' E'conomics.· P'e- .
1'0, un orunbío, cuando. la oportunidad 10'. aconseje, mencionare-
'InOI-1 ulrJlII109 do sus artículos.
('1) V1t1. EoonO'rlu)'l1'ica, vol. 15, abril de 1947, pág. '14.
. /~ ..
~ t
11\ .. '1 I

, ~:",~ ,: .,~.,.. :. ~-
.. \

... •J ~. • ~ \. V

., ':;', 't- '" 1', " ,:~ ';'

2~4 DIEZ, GRANDES ECONCMISTAS '. ". \-


, , ~

la valoración ordinaria 'es i1Íade~l1ada por lejos que vaya.'


Es una historia, del' análisiseconómico;' ningún otro nombre.
que .no sea, el de WALR'As,'d~be ser 'asociado con las ecuacio..,
nes del equilibríocgeneral. ~ér9"', para- nuestro propósito,' es
conveniente señalar la "afirn-i'aci6n:.deRIsHER (prefacio \ de':
la edició~': d~ 1'892) 'de que es'tablécí'6.' l~s '~cu~ciones del. ca'..,' '/. :
pítulo"' IV', 'pá,;rraf~' I~ "~".la'~:··c'~al~~i'~6," presentan .el sistema -:
. ' ", 'walrasiano, completo; pero sí 'es~n~ia-,-;' 'su
1890, «cuando en,
. rio ',había' 'leído' "~(."tÍiilg·6n ,e~~no~ista '~matemát,ico~'excep~'
tuándo a;'," jiV.9NS»~. ,{, ~o,r otra pa'it~~¡.,'~ué~ «tres '.días· después :,; 1;

.' 'de terminar- la' -segunda' parte»' cuandovcrecibió 'y, vió 'por .
I

primera ",ve~. la·:'¡Y1á.the1~aticf1J,fsyt1iicsdel profesor . ~~GE~ .


~ ':. wollTH,.,y·,:a pesar -de, que 'las-variaciones indiferentes, las~4
direcciones de preferencia,' etc.c vperteriecén. ciertamente 'al -:
nombre de EDGEWORTH y al de nadie más, nosotros tenemos" .'
r-

'. también .el derecho de" recordar esta declaración de AFISHER' ;.,,'
. cuando intentemos formarnos una idea de .las potencias in- . " '~'
:telectuales de nuestro desaparecido amigo. Corno punto ·de .
partida, ',y COlTIO' auxilio,' tuvo la obra de ,JEVONS "y la·
de Atrsrrrz y LIEBEN. Pero subjetivameníe hizo mucho 1Í1gs
qu,e reformular, simplificar e· ilustrar- a v\7ALRAS. ,
7f __-,"/~ De todos modos ,'{ué enteramente suya la labor que r~alizó
o

en el ~alppo de Jo que,' a falta de una expresión mejor, debo ,


llainar 'teoría de .la utilidad ~ -7- a menos. que .el lector me,
permita usar ln¡' .propia' .expresión ': ,«~c;onorili~' Poten- ," .
I .... tial» '-. Encuentro extraórdinarianiente 'difícil decir cuanto' ,
d~~eo s~br~ tal labor',. -s no,'s'olanlente 'p,or falta de espaéi6,. .. ,t;
. La situación", . ~ctuá("en - 'este
'" ,1'''~ec'tor
, de onuestra
.,, " ciencia "li'a'~e' . .
de.
~ ~. f '.

casi imposible la 'puntualización mis observaciones, '.'de '


tal modo.: -que 'puedan "evitar '.seequívocos. Ante . los ,t
'1
'todo" ' 1

la aportación 'de FISHER fué;: sorprendentemente, bifronte,


.corno Jario.IIC~.nsiderelnos·' separadamente 'estas, d06 caras.' "
./ 0- ) ~"La· primera nos-recuerda ':a.. ,PAEJ~TO·. '. Ocho años, pQr lo"~'" '.. ~
. " • I . . , "
l

menos, anteside renunciar este último a la,' utilidad como ". '
entidad- -pSíqulc~:.. (por .no decir. cantida\~}',~ISaER"'anticipó ", .
en 10 esencial, . en Ta seg,uJ;1da' parte de 'las ~{athe11td'tica,~~ ...
Iwuesiigations, el
desarrollo del razonamiento-que 'va' desde- " "
.'
.;: " 1,
, , ' I I

" ,'0\' l,.

~ 'IRViNG .!ISHER' " 285'


/ : >'. .;- ,

, ·PARET6 ~ a. BA~ONE, JOrINSON" SI-tUTSKV;', AI-t;LEN, y' HI,CI{S,


.' GEORGESCU Y', finalmente, a ,SAMU~LSON .. -Tanto la utilidad,
", final' de 'JEVONS como las variaciones' '. indiferentes de
..' ,,', .. EDGEVVÓRTH J estaban inspiradas en .los . ~álc"Uio's" de' BENT-'
" .... ~AM:' (o.de BECCARI~) sobre elplacer.yel dolorj. EDGEWORTH
. . se.Iiabía.riesviado de su camino, sólo al'obedecer al, uti- \. no
, ,'.,,~ ..,: 1itar~smo, sino también al" destacar s~ influencia, .introdu- .
'..: ."ciendo los' «increm~ntos perceptibles.. de :'placer», de, FltCH- "
>", . ':!' '. ~R •• FrsHER percibió que 1~. «utilidad debe "ser' susceptible .' '
: l'q !'','de una definición que la-conecte coriIas relaciones 'positivas', ',',
: ,,- u objetivas entre' mercancías» {ptéf~'ci6'" página 'Per~ " .,,' vn.
,1 ' en la segunda, parte .fué .aún más lejos. Después 'de' explorar : ..
l' los caminos qué se abren tan pronto
-. \ . ~4¡
corno la. .utilidad<de
r," ".... ..!
" <,' \. •• I • " [ . : I (, ¡ • •

,', . . :. cada mercancía, 'sé considera:" como una función-de las. can- ::': ~ ", :, '
,tidacles de todas lis' il;ercancías" concluyó" con resultados . t. "
{replanteados incompletamente eh .el párrafo octavo del 'c~:' '
'pítu1o ·IV) .que sirven para adelantar-Ia sug'~reilcia,de'operar o~
sin" ninguna especie: de titÚid~d ';' JQ.·'~:qUé""deja"'entrever ~es' r, 11

. un concepto que ca~ece" de . ·,~u.alqt1iet':;.::~pl:inotación· psico1ó-:.


,\1
gica y' que contiene 10:5 rudimentos de, todas las piezas del I
• • ' , " 'o • ' • '

, mecanismo que surge 'en e,l -pensamiento de PARETO. Aun


cuando FISHER no,
llegó ,,'a '~mp1..ear . el: término, fué, real-
mente, . el precursor de la lógica de la' elección.. Incluso de-
, J ' , ,

, talles -~ tales "corno la cuestión de la integrabilidad - que


, fueron.. objeto .de las ~isc:usiones' posteriores se' encuentran
\_ en esa~págitias...... ' ' . '. I '

,2,~h .-7 Pero :'qued?'(ot~~' cara; ésta nos recuerda a F~IstH..


Antes .dé seguir el camino'hacia e~ punto final. lógico" en" el 1;, "
que descansa el . postulado ~e 'consistencia ':'de""S~~tiEI~soN .,"
0, corno puede deci~'se también, .Ia. prueba de . que 1~ -utilidad. '" " ,
es, a la. vez, una :,cÓrístrticci6~iinadtllisible'y,: redundante, .
I.'.rsI-iE~·, . ~onj insuperable simplicidad' 'Y'15riliah~e·z,. ofreció
1

la teoría de la medición d~ esa cosa inexistente j< superflua, ':,:"', "


dcrini~ndo su
unidad (cútil») bajo: la .restricción 'que,)a, de I ,)

utilidad de cualquier mercancía .¿~~~ 'pÓr~'-lo menos.. 'de ,.uri~:r(' "


rncrcuncíu, depende de la c~ntid~d: de l~"'misl)ia·'Y .es vinde-
. i '. t • ~ '. ~ ...
2UO DIEZ} GRANDES ECONCMISTAS,

!HLII(li(!lltc de las cantidades de las demás mercancías (~).


:J t~~·'1a restricción puede ser inadmisible. Los defectos del
método indicado pueden ser tan numerosos como 10 son los
defectos de la nave de 'Colón 'comparada con un trasatlán-
tico moderno. No obstante; fué una .de las mayores realiza-.
cienes de la naciente Econometría, Espero', que los lectores
de Economeirica. estén .familiarizados con los desarrollos
posteriores, asociados principalmente al nombre de FRISCH .
.Pero deseo volver a la cuestíón : ¿ cómo fué' posible- para un
hombre capaz de' escribir la segunda parte de las M aihema-
tical 1nroesiigaiions concebir .la medición 'de la utilidad ruar-
ginal ·como un fin aceptable para la investigación economé..
. trica? ¿Expulsó el "concepto por una puerta - como indu-
.dablemente hIZO en, la segunda parte - únicamente para
permitirle la entrada 'por otra? La respuesta. parece ser
ésta (6). Realmente dejó de lado, de manera completa, la
utilidad psicológica también en la primera parte rr:«, sin,

(5) El lector conoce ya de qué modo desarrollo, FISHER esto


en la', más penetrante de sus piezas maestras: el artículo titula-
do «Measuting Marginal utilíty», con el que contribuyó a los
Economic Essays in Honor 01 John 'B.Clark, 1927. El método
para llevar a cabo mediciones reales puede no ser satisfactorio,'
desde el punto de vista estadístico; pero ilustró a la perfección
la idea y, además consiguió otra cosa: indicó la. posibilidad de
mitigar la condición de independencia, una posibilidad que fué
desarrollada en otra dirección nor A. WALD· (The APproximate De-
termination. 01 Indijlerence Sürjaces by Means 01 Engel Curoes,
Eecnometrica, vol. ·8" abril, de 1940, págs. 97-11'6). Acerca de la re-
lacíón entre la conocida obra de FRISCH y la. de FrSHER, véase la
introducción del primero. a sus .Neu: Methods o] Measuring Mar-
. ginal utuu», 19'32:.
En parte viene dada por las afirmaciones de FRISCR en su
(-6)
«Sur un Probléme d'Economie Pure» '(Norsk lMatematik Poreniruts
Skriiter, 16, 19'26) que, va más allá de FISHER. Es curioso,. sin em-
bargo, que ni FISHER ni FRlSCH avanzaran más lejos en una cues-
tion en la' que estuvieron, evidentemente, muy interesados.. FIsHER,
particularmente, si consideramos su predilección por las analo-,
gías mecánícas, era" de esperar que hubiera, por lo menos, in-
tentado hacer presa en unos problemas que surgen del hecho
de que las relaciones que entran en cualquíer teoría satísractoría
de la utilidad, además de ser «nonholonom» (que contiene ecua-
eíones diferenciales entre las mercancías coordinadas, que no ne-
c(~td't;an ser íntegrables ; FISHER rué el primero en destacar esto)
'KUl Hnp;uramente «rheonom». (que conti-enen explícítamente el
U"IUpO).
287

volver a ella otra vez, aun cuando, al igual que ocurre en


l)ARETO, conservó giros de expresión que tienden. a hacer
olvidar este hecho. Pero, al revés de PARETO, comprendió
que también dentro' ,de la. lógica de la. elección tiene lugar
un significativo problema de- medición o, para expresarlo
de otro, modo, que la utilidad cardinal' y la utilidad psico-
lógica no están tan estrechamente unidas, corno la.' mayor
parte de nosotros parece creer. POdelTIOS desear medir el
calor sin querer - o sin poder - medir la sensación de
calor. Estoy seguro, por SUIJUesto, de que la idea completa
está oculta tras 'una nube en la actualidad y que casi nadie
.está interesado en' la' misma. 'Pero ella volverá..

III
El sistema' walrasiano presenta ecuaciones de conducta
(o de maximización) que comprenden teoremas de .la· lógica.
de la elección, efectuándose las elecciones baj o las restric ,
cienes que proceden de 'una parte deIas ecuaciones de con..
ducta y de otra de las ecuaciones de balance. Este sistema
es muy general y admite diferentes interpretaciones ; en
otras palabras: es susceptible de producir «teorías. dife-
rentes, según la forma de conceptualizar los fenómenos, .de
los' cuales se sirve como modelo. Para tener un significado
único (7) debe, por consiguiente, ser complementado por
algo que es, en lógica' estricta, nada más que un código
semántico', pero que, para el economista, implica su visión
total de la estructura del universo económico que ha de'
analizar, y prejuzga gran parte de los resultados que sur-
girán de su análisis. Pero los conceptos implican relaciones,

(7) Este carácter unívoco del sentido no tiene, por supuesto,


nada que ver con el carácter 'unívoco del conjunto de valores. que
F.RttAface, por ejemplo, con la cuestión de si el sistema está o
no unívocamente determinado~· que tanta' atención atrajo más
t..-.rdo. LoR teórícos de la época formativa de Fisher, y él mismo,
tuvlnfon ln costumbre de tomar esta cuestión casi a la ligera.
'1'0d."vt 1\ en menor proporción que sobre la cuestión de la exís-
t.nalft. dft uu conjun Lo único de soluciones, se molestaron sobre
1.. eu.... tlófl cln lit r.xiALe on el sistema una¡ tendencia a evolucionar
h&alA dlohu conjun Lo. en el caso de que éste exista.
"
288 DIEZ,.GRANDES ' ECONC1VIIST~S:':: ~.'

ya que la teoría,
" . en cuanto consiste en,' establecer \ esquemas .
racionales, es ,esencü¡llmente, una' teoría del cálculo econó-
\ mico, podemos, en vez de decir' que el .sistema walrasiano
presupone la resolución' . de un" problema de conceptualiza..
ci611, decir también que' presupone un esquema de contabili..
dad económica. N'"ósotros 'sabemos, "POl< experiencia antigua
yr'eciente, que está conceptualización. o .esquema de conta-
bilidad sé centra en los, te~n~s de' lo~~ valores delcapital y 'de'
la "renta. Por' dicha caus~,:,tWAt~As incluyó 'en sus Eté:me1J;t s
d' économie 'p'Óliti'41,:'e ,,¡p1lre 'unos,.'~tiant'os párrafos que podrí.in ",
haber sido 'titulaqos: ":U~lllc~,pios elerile'rital~s.'de 'cQtP-tá~i~
- lidad. Y por·la':.!l1islna razón, FISHER completó: las In-ve.sti-
gaiions "con un volumerr sobré '~, ja N á,tur~ ';, ,91 C'a~ital and' ·
lncom,e'. .Ha~!t.~ donde' yohe podido comprobarlo, 'este volu- ....
'men alcanzórtambién: tan, sólo 'un
éxito-moderado.' .Muchos ' .
'no vieron-errél p1~S .que Iaicdntinuáción-de la Iy;a .tan pro- ;.
. ', lo!1g~da', "disc{¡sión -sobre .aquellos dos .'términ9s, de Já~ cpai '.. , '
tenían .razón para sentirse fatigados, Unos', cuantos, PAR~T,O
, ,-entre' ellos, ,to admiraron sobremanera, .sin embargo (8)-. '... ,
. En primer. lugar,' FISHER, realizó una tarea, descuidada
durantemucho tiempo. V,o no.sé si 'otras personas' están tan,
impresionadas cOI110 .yo 10;, estoy por' el Jiecho histórico .dé
, que, los economistas habitualmente. suelen dejar. de .aprove-
. char.Ias dportu~idades -claras y "de tornar "e¡canlit1-~.obvio,
, El '·d~stino del §ug;·esti~p,. folleto de' D." B,ERNouLLI: un', . es
.: , ej'emplo-"'~ . este,' respecto, ,El' .fracaso de -los economistas para ~,
.unir sus f~erzas'~oll1os 'ingenieros es ·O-tfq,.':"Pero:·nada, ilustra ,1

mejor esta actitucl,qUé ' el :o,lvidb en que" incurrieron los "éco~ 1,'

nomistas del siglo 'XIX'. efe i~~:', oportunidades para, aprender ~ ,


l'

la :práctica -contabley actúarial, X :l.'l~· vez rintentar .s u ra-


la
cionalización desde el' punto "de>vis~a.lae. 'teoría' económica.
Se han' hecho esfue;zC:s ~'eli~ "esté: .sentido de origen' relativa.., .
mente reciente~" y 'iols"¡"~iI,iás'~ ,iíri:Pott~,ri'tes entre' -'ellos~ aun .. '
cuando lo hagan;' .sin duda;, .inconscientemente, ,~ siguen ,,~l " ~,
, , ~', \'

(8) -No sé si PARErÓ,expres6 e~ letra-ímpresa su elev'ada opí- \'./ .


ntÓJ1 sobre el líbro ; pero; desde' luegó, la expresó en la:;'~onver':': ,
IJI1c16n privada. ' . - " ,'. '.. " ." "" " ' :" .
r
lltVING FlSMER 2UD

ejemplo de FISHER. 'La',respuesta de. los contables fué favo ..


rable ; otros se 'l~~litat:on, a criticar. Pero. 110 importa ; 10
esencial-es, que FI5HER rompió. el 'hielo. '
'. ' En segundo lugar ~ los resuitados ulcanzados P?T Fr5HER
en este 'campo pueden ser.parangonadóscorrIos que obtuvo
en el'campo de la teoría, dé los .números índices. Cuando
penetró. en este 'último había transcurrido ,casj' ~~ .siglo y
I

medio desde: CARLI," o cerca de dossiglosdesde ~LEETWOOD.


'Una gran" cantidadvde' trabaioise .hábí,a.r~~~lzado,.p.Qbíe'la
rnateria., L~ contribución de' F.J$~~R, consistió, de' U:Í1a ,parte,
':'en sistematizar.vy de otra; ~rtl' rácíonalizar;' 'por: ejemplo,
estableciendór un-: núrnerovdé cóndiciones.., que:'
los.múméros .
-índices debía~" satisfacer. Del inismó:m~do ~,proc~!di'ó'~n las
··:cpe~tiq.nes.'d~· capital :y' de renta. Partiendo dei" significado .
. .corriente ',de',' estos .conceptos,'dedujo·raciOilalthente, "una
serie' ,.'de'definici.ones·" dé' .l.}~qu_eza, Prop:i~d~d; 'S~rvicios,
J,

.~ Capital' y Renta, .que fué 'nueva 'en' virtud -del -mero. hecho
,de que se "ajustaba a un esquema racional. El. resultado"no,
'fué del gusto de tOdos.' NUeVam~l1te es,.'el' procedimiento
ejemplar' lo' que, importa, el" cual, entre otras" cosas, ',di6 ., ,
origen al énfasis ~loQ.erno; .sobreIa distinción 'eritr~ «f~ndo~s» ',' :.
y"" «flujos» !(funds y flows}.. "I'arribién dio lugar a la 'definí-
ción :. .renta ganada :=" renta-realizada, menos depreciación, ..
o más .apreciacióu 'd~l 'capital (pág. 238), la cual, tomando
cada¡ términot.' enel
f "
sentido
.... .'.
qué les. dió FISHER; 'se 'relaciona
I • "

con' la tan' debatida proposición: d~~' que los ahorros no son


materia apropiada .para .la tributación sobre la, renta. o que
la imposición". sobre.. los' ahorros entraña doble imposi-
"ci6n· '(gr. '.:'
.' ",\', l

(9) No, debemos .esperar que un acuerdo,' conceptual que pro-


-. eÓ,

duce resultados tan impopulares' se recomiende .po;r, sí mismo, ',a~, .


:I'Ofi economistas. Lo más. importante es· destacar que 'FI'S~Rh!hizQ,.
una 'J;iguros~ defensa del mismo '(:vid. especíalmente .lel cap.. ,XIY~
I>(trrn;r.o'10). El resultado .ímpopular-es también inevitable sí.tacep- ,,;,,:' ..
'LnU10R BU concepto psíquico' de la ~et:1ta (cuya' idea' y', terminología" . :1,

"U nobon a F. A. FETTER); r' ~SHER triunfó dnvaríablemente, . gra- 11

,()jUl) u su lógica impecable, en laacontroversías que surgieron .80-, ..


111'0 .1f~ euesñón. Pero es para mí una. fuente de admiración el com-'· '" ..... ; .
:p.'Ol)IU· (lUO él 'pudiera habE:r 'creído' ~ ·cot;n'~i . iOI h~Zo,\~vi,4ent~mep":" <', ."':' " .
tj(t I'~=J «(UO ost;n lógica podría convencer ,apualqtlÍera. que -deseara . .... .,'
I 1P , . -, "',~,' .: .~ •,'. :~,> ". ," ",",,~' ,' , , (.' . 1 .~,
. . . . . ·;1,_

. ,
,.tl."
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~., '~'."~ .,- "'t "';', ):.~~. "':' ,':' N:"(:~'~' ~';: ~ ....,....:..;.:,,: A~ ", 1 - " •••
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•• >" ,; ,1 , 1,1'" • " '. ;) . ' \ :~.', .',', , •
"tI'" "1' 1 :",':,,"') 1 " , " ,', }. -' "
';290 '," .DIEZ GRANDES ECONOMISTAS" l' ,\

~'. ' - :.... . .. . :. ('~';?:~::.:.. .:: .,."


'En tercer Jugar" la obra xléspejó.sel.ccampo para- ~1 pro-
I
"

·greso de la-teoría- del. ·interés. ,El pri~~lpiÓ implicado 'es,' por'


>.' supuesto, de B'OHM:-BA\VERK:'~q;,:'si~ ~se' "prefiere, .de JEVONS:
~Pero, sólo' se' necesita 9~serva~"Y:'.purifiéa~'.analíti~amenfe'los: ' I~'
procedimientos de 'descuento deila ' 'p,r~(jti~a mercantil para "', ' '0

'negar a la concepción de .la relación "los valores del . ' " o "entre
. capital y de la renta que 'el .libro elábóró. :'Esta. relación "
.sugiere, además, la idea de 'que, el interés nó ~ es una retri-
bución' a una clase especial de .medios 4~' producción, s~nÓ '
'el resultado de' aquel proceso de' ~esc,uerito;" "'aplicable'
~ C0111Ü' principio lógico ~ a todos, Ya había 'sido visto;'pcrr ',
ejemplo, que la «renta de la tierra» debía ',~o~rdinarse.;·! '" ': no,
con el «interés del capital», aun' cuando MARSHAL~'" cuyo ' '_
concepto de la cuasi renta apunta en esta. dirección; .no 19 (~,
había dicho con tantas pulabras. Fué FETTER. .quien 'io lles~a~.· ',.' .
bleció explícitamente ; pero FlSHER fué quien destacó todas ~ ',,,
. las implicaciones y erigió sobre esta base una estructura '
netamente original y propia.

IV
, , 'Del mismo 2110do que The N Q,t1A/re o/ Capital and Inco~e" ,',
fué, en un sentido, un volumen compañero de :las Tnvesii» v
gat~onsJ TJie Raie Di Iniercsi (107) fué la ,conse~uellcia_d~ " " "
ambos y, por supuesto', de A {ireciaiion. and Interest:, El! su '
4)

forma revisada, a la que se refieren' exclusivamente 10s·;(:0.:,

ver gravados los, ahorros o ser necesaria a cuaíquíera-que 1,0 no


,deseara. Las opiniones sobre tributación' son racionalizaciones: I _,'

ideológicas de intereses y resentimientos" e .íncluso si fueran al-,' ,


go más que esto, nosotros deberíamos, ciertamente, hacer depen-:
',' der la cuestión de gro,V al' o no los ahorros de consideraciones dís- ,
tintas (tales como los efectos' benéficos de la .tríbutacíón de los, " ,t.','
ahorros en una. depresión y los efectos benéficos de una 'exen- /,'
eíón tributaria de los ahorros en una inflación) a las de las' im- o
• •

pücacíones lógicas de una definición.. ~encióno esto porque la -, ,'"


creencia en la razón - Incluida la lógi~a_formal -, fué tan: ca-, '
racterístíca de este moderno Parsifal. Esta.'tendencia de su men- " '
. te, junto con su costumbre de tomar ,los"sloga/ns, .programas, .po-" .
" htícas, ínstítucíones (tales' corno .Ia Sociedadt de las Nacíones);":
, 'por su valor nominal, hizo de él, tal vez, un mal, consejero de: los. , " I

.asuntos de la nación o del mundo. .Pero también lo hizo -más . ,


admirable 'de lo que un FISHER cop,'.ma.y9r'¡m~nd61~~í~'~ha?ría·~idó ..
to', :,'1,

'. "
"O
. ,

", r·.l ~
I
I IRVING FI5HER 30:1
" '
\ 1
mentaríos siguientes '(19) -:- 'publicada \bajo el título de '{ha
, .)" T heory 'of I nierest ~ en."19.30' - , .el libro es 'una maravillosa
J

I realización,
" ", la
'111ás alta realización, en, cuanto concierne
" ' .. "a" la' perfección dentrp de, S,U· propio marco, de' la literatura
" .. ', del' interés .(l,l.). Primero, 'aun criando, sea 10. .más irn- no
, ,- portante, ,·i~ obra "'es una piezama~stra',desde el 'pttnto (le
• vista pedagógico, Nos' -enseña, ,en- U:na'~iiledida' que no alcanza
11·

... .': ~: ninguna: oh~a que yo' conoecavcómosafisfacer las exigencias


:: :.: ' ;," " tanto del especialista como': del lector 'en general, sin re-
" ' ~ ,. .legar las m~temáticas a las notas a pie 'd;e~'Jpágina o' al apén-
'dice, 'yo la manera de conducir a ''lbs .profanos ' desde 10's
fundamentos firmemente establecidos 'hasta ,1Q~ más' impar-
, /' tantes resultados por medio de acertadcs-resúñrénes y. ejern- o- A• . • ,. . . . . · I ... 1<11'" .••

'plos ilustrativos. Segundo, la obra. es·:"~xplícitanierite eco- I I

"nométrica " en 'algunas partes. ,Lo' que:', '~,stQ 'significa puede


J' I

'comprenderse' comparándola 'a cualquier' otra ' obra .sobre la


teoría" 'del interés'. Tercero y principal: 'la'obra constituye
una teoría casi C01¡1 pleta del proceso, capitalista considerado
. en su coniunto.vponiendo 'de 'manifiesto,:'las·.interdependen-
, ." "}' -" ' " , ,.,'.
. cías que existen "entre e¡,~~ tipo de 'interés y, los restantes 1"

elementos del sistema ' económico, ' y' 'cori '.to<1'o, la, acción ..
recíproca' .de los innumerables factores -está cimentada po-
derosamente sobre dos,' pilares: ::.ra~nlpa~iencia (descuento
"\.' del tiempo) y la 'Opoit-~nid~d~~d~ ¡11~lersión {tipo marginal
... de' rendimiento sobre '~.1 cotste)':"(I2)~'
'
El 'libro- .está dedicado
,.:.,Ar" I ,. I

, "
, • njJII 1

~" .
~

'(10) Esto. no sígníñca' que


elvespécialísta pueda prescindir
del libro anterior. El esbozo .de la ,:historia . de. la teoría' de- la
.apreciación y el interés, en ' el, apéndice al capitulo V de The
I

, Rate ot Interesi y el apéndícei.a la- sección 3 de este capítulo,


Por ejemplo, no figuran' en-ja obra posterior. .
-. (11) El, lector podrá entender esto-y aprecíarlo, si, a" través
del apartado, I yo hablo desde, el punto, de, vista del cuerpo del
pensamiento que culmina en la pieza magistral' de FrsHER, y si
yo modero lo que podría' decir sobre ello desde mi propio punto
de vista. En cambio, espero que 'el¡ lector \ tendrá la amabilidad
de no interpretar lo que leerá como una repudiación de to' qua
yo mismo he escrito sobre esta materia.
. (12) Lord KEYNES dejó sentado explícitamente' (General 7'lu~o·
,,1
ry, págs. 140-141) que FISHER «usa SU', tipo marginal de rendí-
miento sobre el coste, en el mismo .sentido y prectsamcnte con
el mismo objeto que \ empleo la eficiencia marginal dol eo.l,l·
202 DIE,Z\ GRANDES ECONCMISTAS

«u In 1.11CU10ria de JOHN RAE y de EUGEN VON BOHM-


:1 tA'\"/J~'Rl{J quienes establecieron los fundamentos sobre" los
cuales yo he intentado edificar». Así es; pero 110 todos 10
habrían dicho, ni tampoco habrían renunciado a la preten-
sión de originalidad en Jo' fundamental. Hagamos una pausa
para expresar nuestros respetos a la manera de ser de
FISHER J pero a la v.ez reconozcamos la originalidad de la
estructura que difició sobr~' aquellos fundamentos.
El' núcleo de la obra en su' tercera parte, en, la cual s'e
lleva a cabo, con admirable elegancia" el programa conte-
nido en las proposiciones de que la teoría del interés 'es
'realmente idéntica .al conjunto de Ia teoría del «valor y dis-
tríbución» ,y que él interés 110 es, una rama separada de la
renta, como los salarios, rentas y beneficios, sino tan sólo
un aspecto de la totalidad deIos flujos de renta, La segunda
parte trata de la miS111a cuestión y va dirigida a los lectores
no matemáticos. La primera parte 'une el argumento al
aparato conceptual' desarrollado en 'N aiure of Capital and
Income. La cuarta parte es .un receptáculo para la impedi-
menta que podría haber estorbado la, marcha de las tropas
,Y contiene, ·entre otras cosas, el importante capítulo XV
, - el cual, más que el capítulo XXI, constituye el resumen
del argumento de la obra - , el sorprendentemente original
capítulo' XVI - Relaiion o] Discouery and Invention to '

taÍ». Creo que esta afirmación debe' ser admitida, pese a las pro-
testas de algunos discípulos de KE¡YNES. Más importante es aún
que el mismo KEYNES también aceptó (íbíd., .págs. 165-166) el
factor descuento temporal y, con ello, la totalidad de la, teoría de
FISHER. Identificó el descuento temporal (con su propia propen-
sión al consumo), casi del mismo modo que identificó- su eficien-
cia marginal del capital al tipo marginal de rendimiento sobre
el coste.' Solamente como una corrección y sobre el fundamen-
to de que es «imposible deducir el tipo de interés simplemente
del conocimiento de estos dos factores» (¿a cortó plazo?), intro-
dujo además la preferencia por la liquidez. Eh sí mismo esto no
íntroduce grandes cambios. Pero los ocasionó realmente a conse-
cuencia del gran énfasis que KEYNES y sus seguidores pusieron
sobre este elemento de la cuestión. Con ello lograron servir al
propósito de hacer del :tipo de' interés una función de la can ti-
thttl de dinero, resultado éste que FISHER siempre repudió. Una
:.'luI.6n para esta diferencia viene dada por el hecho. de que el
hltH'h~lu do FrSHER no fué un modelo de subempleo,
IRVING FISHER

Lnieresi Raies - , en el cual FISliER roturó nuevas tierras,


y el capítulo XIX, que presenta el resultado de trabajo!')
estadísticos no .menos originales, como ya se ha dicho (13).
'Espléndido trigo, todo esto, con muy poca paja de por
'medio (14).
El análisis del in terés es, en FISHER, análisis. de la
renta esencialmente, en 'el sentido de que el principio de la
elección entre flujos de renta alternativamente disponibles
. queda' convertido en el (eje alrededor del cual debe girar el
análisis económico en general. Este análisis de la renta se
apoya sobre términos reales, básicamente, y trata el ele-
mento monetario como un vehículo del cambiode Jos ingre-
s~s en el tiempo más que bajo el aspecto de los activos
líquidos. Cualquiera que lo desee,' puede seguir este último,
aun cuando habríamos adelantado más si hubiéramos elegido
la obra de FISHER como punto de partida, 10 cual .no se ha
llevado a' efecto en proporciones apreciables.

v
Por consiguiente, un' amplio sistema de teoría económica,
había sido parcialmente logrado y parcialmente esbozado
en The Raie 01 Interest. Especialmente todo 10 esencial de
una teoría del dinero estaba allí. Sin embargo, al igual que
muchos grandes constructores de sistemas, FISHER sintió
el impulso de tratar los problemas monetarios con toda la
ceremonia y detalle de un tema central. Eso es 1<?, que hizo

(13) Este capítulo conserva su importancia histórica, en cuan-.


to .es un descubrimiento, aparte de lo que pensemos hoy de sus
métodos a la luz de los últimos desarrollos de la teoría estadís-
tica. Además contiene sugestíones para la construcción de mode-
los dinámicos (vid ..más abajo, apartado VI), algunos de los cua-
les no han sido explotados todavía.
, (14) La crítica de las enseñanzas de BOHM-~AWERK acerca do
\Ja «superioridad técnica de ·los bienes presentes» en el p(trr(~f(l h~~
del capítulo XX, temo que habrá de clasificarse con 1ft tlt I,jn.
Por aquel tiempo debería haberse visto con claridad qU(\lltt ;(" tI',
10 que pudiera decirse sobre la técnica 'de B:onMwlll\w":ltl~, 'in
existió una diferencia fundamental entre él y FXSIrNH,. :r1;M~ nl,.'H:)
criticas. por ejemplo, la de la espera considera d u" (~nlttO UH (~ur¡t,,)
(pág. 487), constttuvcn brillantes piezas de ra1J'()fHtln.¡nnLo~
, '....
· ,( . ,~
) . '
.! .. I '. ~,'

,1
294 DIEZ GRANDES ECONCMISTAS ."; ...

·1
en SU Purchasing. Poioer 01 MoneY.' Die nuevo permítasenos
hacer notar que la obra . reclama, ~~1.': orden a reconocer SU" '.:
importancia :histórica, señalar .que fuéj otra 'de las grandes :'.
aventuras de ",'FISHER .coro.o'· explorador- de 'la econometría.. : .
Allí apareció su prim~rt~~bajo sobré .los' números Indices ; .
allí apareció sufndice del'.'«yoiumen:';de} comercio» y. otras
creaciones, . .entonces ,nuev~s;entre:.las,cti~les destaca su
'.,; ingenioso método efe ,'estilna~i6n '''de' lá. velocidad de la' mo-
.' neda '(i"s). Tam~i.éh,se· encuentra 'allí 'un l

.intentojmuy ela-.
. "boradovpara .verificarcestedísticamentetstis resultados .(I6r.· ~.
.'. 1, Tbdas estas piezas de' Investigación figuran entre' los' clási- ' .
,~O'~: de 'la· .econom~t:ría.:, primitiva. Lo realmente i11?-por~an~e~,', .. ~
"es, 'sirrembárgo.. que "el' argumento completo del libro' está "
;.:to:nectadó .con '¿l '~riteri'o ,de'l.a· estadistica' operativa s ,q1)'€; '"Ir, l ,".

, ' "~vita c'u'~~,qu,~el;" '~9~~~tPO"O,1 proposición ..no;, susceptible' de ," \.


. .' medición estadística." XI na "vez . más," para 'bien. o para .mal.:
f
'FrsHER .cla~ó'si.f bandera. !'e'11 el
, , '
mástil 'de "la. Econometría.
,',,' '.
t .: Es, más .difícil demostrar. qt1e".~l libro' constituye el lazo
~" '\ ":.'... 9-e.· .unión más' importanteentre .lás v1~j as teorías monetarias
\', ",,', ",.. y las" actuales.:· Según, su "costtunbre, n <> reí vindicó su erigí- ,
" nalidad. El libro' está..dedicado a NEV\TCOMB '; . fácilmente se ,,\.':
:'" ",.~·p~.dríari' mencionar otros' predecesores. Si~1.· .embargo, l¿~'; l' •

: r','. capítulos-centrales .IV, ·V':·Y::v·r representan una aportación

. " que'fué algo más que. una ,: síntesis. 'FT~HER aceptó sin ~ r.~- .'
'", . ':,< i,'.sery~"s·.,'·}~.' qU~ '·~eni?n~es,l,.er~ todavía' u~a te'orí~ del. .nueva .
. :'" .: crédito' ,bancario. Asignó un papel central '~1. «lag» del tipo
, ¡"".' d~ interés en ei ciclo del crédito. ,,·Recol~o~ió. explícitamente

ia ~ariabilidad de la ~elocidad.~ recuérdese 'que- . el postulado


. de' la constancia "de la velo:cid~(r se
c9!nsl9.~ró;~y ~e 'considera
incluso ahora ,'cqmo: .la característica principal de la .irnper-
fección .de 'taso «viejas» téoríás monetarias. y también tornó
. . ".' 't·: "::. "', , '1 " , I • "

'la' cual
, t , •

(15) 'El primer .artículo de 'FIsHER sobre la materia ~


se remonta a 'pero que fué nuevamente. considerada por
PE~y~
KEMMERER - apareció 'eIi diciembre de 1909: en el .Jourtuü, 01. ~he
Royal Statistical societu. La. obra de KINLEY estuvo ampliamen-
te inspirada ~n la de FISHER. ,
(.l6) FISHER' publicó posteriormente estimaciones de los ele ..
mentes que entran en la ecuacíóm de cambio, durante' varios años.
IRVING 'FISHER: ". ~ 206

-en cuenta una serie de factoresfvarios de ellos agrupados


.bajo 1~' denominación 'de '«cong[cion,es de la producción y
.
'·4ei~'c6nsum¿.)., q~.e permiten determinar-el poder adquisitivo.
"Tod~ 'esto no equivale a," tina" integración .completa de la
'teoría 'del dinero 'cQ.n,~¿','t~oiía,- de 'lo.s precios y 'de la dis..
'tribüción, . y todavía menos. con la: .teoría de la 'ocupación.
, ,Per;- constituye-un atajo en:tre-'~l dinéro,:y,-,1~.. ocupación,
~ Si esto fu,é así, .. ¿cómo .se explica, "'que.. tanto'
los amigos
t •• •...

tomo -los.'enemigbs:"de"The Púrc~aSing'~'P6'w~r . o j 'M,oney no


ti

.' viera~ en el 'lib~d' -rnás q~~:' otra 'presentación, -adorn~ad~a esta-


,r. : 'dísticamente, de 'la ~'~~ ~ritiguad~' i~s:~'viejas'i~orías cuan-
~ titativas, esto es" un. .monumento ~u~4 ' teoría. que iba
\.' cayendo' en desuso 'y.. qU:~, 'antes :de niu:ch91".ti~mpo ,lo estaría
l: totalmente ? La contestación' es, sencilla.iporque -elvmismo
. " ,',FISI-IER 10 ~'anife'st6 ya ·en,','el -prefacio. y después, repetí-
'j

'dainerit~, en, 'diversos puntos .de la ,obra.," Pero 'esto' no .es


I _

~ i, \ .' :." todo. El .dirígió. todos .SUS; esfuerzos "a ,1~' 'l;áreá,~ de conseguir

. , .\ tiria .teoría. cuantitati~a,' según' 'la'tl'Gual', por"Ió menos, , «uno


de los. ",efe~t''o~,~o'rmales» de':, utÍ(~ihcre:inen.to"'~'~Í1·la.ca:ritidad
de moneda': se~-' tU},;, ,.«'iri,creih~i1~o,: .'é~~Gtá~.~iJ t.e: ,~ proporcional
,~ ,

,'" .
JI ~Í1' el ;niv~F :gene~aJ4e¡pr~ci~j):':.~p}~te1i9.'qii~:1;' ~u !eorema,
-. ", l." Ignoro deliberadamente sureconecimiento-def -hecho .de que
.) las vari acione s , en" la" cantidad.xle «moheda _'l?tieden~ ,(ctempo-
/ ,
ralmente») ejercer influenci~,lsQb;;e;:.¡i~,':,.vel0.cid¿'d·':'Ybasó des-
pués todos -,Sus razonamientos sobr~:~l~'-;J~lpó,te~is"de que' 'esta
última era. una co~stante"in~titu~ioriai~·."For';lamisma 'razón'
\ dió como sui>uest~\ ·gu~:: los d'ep6#t9~.:#ióri:etaiios: ..tienden a
variar proporcionalmenteia '~ia ',.'mone(:l~::·.t~irierite-íen reser-
!
va): Toda la rica :vari~dad '·d~,. "fadtóreá::. que actúan influ-
Yéndo~e' recíprocamente, la', hizo",;desapar·ec~F.~ como i~fltien-'
.cias «indirectas». - detrás dé i¿:s '~ihéó ~ ~act,ores, (cantidades
de dinero y de depósitos, sus dos' velocidades y. 'él volumen
de tráfico), .a los cuales reservó el papel. de «infiuencias
directas» sobre el nivel de' precios, que vino a convertirse
I

de este 1110do en' la variable dependiente de' su' famosa


Ecuación de Cambio. Fué esta, teoría' la que él )elabol"ó con
insuperada riqueza de ejemplos, mientras que las valiosas
296 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

intuiciones exhibidas en, los capítulos IV, V Y VI las. utilizó


casi desdeñosamente como simples perturbaciones que tienen
lugar en los «períodos dé transición», cuando, en realidad,
la teoría cuantitativa «no es estrictamente cierta» (cap. VIII,
párrafo tercero). Para llegar al núcleo de su aportación, es
preciso rascar la fachada, la cual fuélo más importante
tanto para él, 'que prodigó sus' esfuerzos sobre la misma,
como para sus amigos y adversarios.
Pero,¿ por qué echó a perder, 511 obra 'de este modo?
Su propia verificación,aun siendo satisfactoria, no sirve
para fundamentar sus más rígidas formulaciones (vid., por
ejemplo, el resultado alcanzado-para 1 89 6"19 0 9 , página 307
de la edición revisada). y arios ,desus' argumentos en T he
T heory o/ 1nieresi y en sus escritos sobre 10's ciclos econó-
micos' se contradicen entre sí. NO' puede' afirmarse precio.
pitadamente que .gran parte de su teoría °
de cualquier
i otra teoría cuantitativa puede" en efecto, ser, salvada inter-
pretándola estrictam.entec.~mo un'proble'mad'e equili-
brio (17), válido, por decirlo así, para una. especie de' largo
plazo normal de tipo rnarshaliano. Puesto que a: través de
.la. propia exposición de FIS.HER no se pega a este equilibrio
por' un mecanismo que pueda' ser entendido en su totalidad
" por medio de sus cinco factores solamente, Unicamente
puede ser descrito, pero no «explicado 'casualmente», en
función de aquéllos.. .Además, aplicó la ecuación de cambio
año por año y en 'condiciones bastante' lejanas de cualquier
equilibrio. N o puedo evitar el pensar que el científico fué
desviado por elcruzado. El abrigó grandes esperanzas en el
«Dólar Compensado». Su' temperamento de reformista esta~.
ha en, ebullición.' Su' plan para estabilizar el poder adqui-
sitivo tenía que ser simple - como 10 fueron las ideas que
adoptó más tarde sobre el .Dinero 'Estampillado y el Cien
por Cien ~ para poder convencer a la Humanidad recalci-
trante, ,y' así debía de. ser, también su base científica. Esto

(17) No hemos de olvidar, para hacer justicia a FISHER, que


l.o. mayor parte de las objeciones corrientes se derivan de fen6-
m (~n()a que pertenecen a los períodos de transición de F1sHER.
IRVING FISHER

es suficiente para sugerir rni propia solución a 10 que siem-


pre me había parecido un enigma .(18). N o deseo llevar
adelante el análisis de la conducta de los economistas-
cruzados. Sin embargo, permítaseme preguntar al lector:
En este caso, por 10 menos, si -no en otros, ¿qué ganó el
propio FISHER, o la economía, o este país o el mundo. con.
esta cruzada?

VI [
El reformista monetario contribuyó también a perju-
dicar tanto el valor científico como el práctico de las con--
tribuciones de FISHER a las investigaciones del ciclo econó-
mico. Pero en sí mismas son mucho más importantes de 10'
, 9,ue aIa mayoría de nosotros nos parece (19). Son, -una vez
más, modelos de investigación econométrica y han influído
" tal vez sobre el desarrollo <te su, técnica. La Econometría de ·
FISHER toma aquí un giro definitivamente dinámíco : el
artículo de 1925 sugería un modelo explícitamente dinámico
(vid. la nota 19) varios años antes de que' irrumpiera el auge
de los modelos de semejante clase. Finalmente, con adrní-
rable intuición, registró todos los demás importantes «ini- /j
ciadores» (starters)J del movimiento cíclico, ouyo modus
operand; necesita tan sólo ser desarrollado para que se' con-
vierta en" un, esquema explicativo satisfactorio.
(18) 'El hecho de que su mente, fuera esencialmente «meca-
nicista» es también relevante, por supuesto.
. (19) ,Las primeras contribuciones de FtSHER en este campo
se encuentran en The Rate 01 Interest y en' The Purchasing
Power ot Money. Vienen luego varios artículos importantes, prín-
cipalmente «'PJhe Bussines cuote Largely a Dance oi The Doüar:
(Journal 01 the .Americam Statistical Associatum; diciembre de
1923) y «our Unstable Dollar tina the so-cauea Bussines cuele»
(idem., junio de 192·5). Me admira y a la vez creo acertar que
el último artículo fué la primera publicación económica que pre-
sentaba un esquema dinámico - T (t + w) = a + m 2 P' (t) - ,
en el cual las fluctuaciones se mostraban como consecuencia de
fttctores que no fluctuaban a su vez (<<osciladores»). Se produjo un
CUl'iOHO equívoco cuando [FISHER escribió en 1932' (Booms ana
lJ(ll)r(~{,u~t()ns, prefacio) 'que el campo de los ciclos económicos era
«uno r-n (,l CUEtl yo había entrado rara vez anteriormente», Su
numbro hnbdlL permanecido en la historia de tal campo, aun
cuundo hublpl'tL d~jndo de escribir en 1925.

I~
298 DIEZ. GRANDES ECONCMISTAS

Pero para comprender esto es preciso llevar a cabo otra


vez la operación de «rascar la fachada». Los starters 110 están
donde les pertenece, es decir, en él sitio de honor, al co-'
mienzo; nos son mostrados en el capítulo IV. En la su-
perficie nos encontramos con las deudas excesivas' y el
proceso de su deflación concebidos como «la raíz de casi
todos los males». O, en otras palabras, todo queda reducido
a un fenómeno superficial, mecánicamente controlable, con
el resultado de que FISTiER realmente impetró el uso del
término «ciclo» para. aplicarlo a cualquier acontecimiento
histórico real (pág. S8). y la expansión y la contracción de
la deuda, asociadas corno están CO¡l la elevación y la caída
.del nivel de precios, nos Ilevan otra vez a la reforma mone-
taria, cuestión ésta en la que realmente estuvo interesado
FISHER
I
cuando'
escribió el libro. En esta ocasión" el «Dólar
,
Compensado», aU11 cuando era recomendado, 10 fué con
modesto énfasis. Envez de la vigorosa defensa de este plan
particular,' que encontramos en The Purchasing Power oj
Money, hallamos en la. tercera parte de Booms and Depre-
sions (titulada «Factual» (Hechos)) un sencillo y popular
análisis 'de los medios de control monetario, en el cual
cualquier economista difídilmentet encontrará materia de
discrepancia y que prácticamente incluye todas las políticas
de «reanimación» que 'fueron propuestas o adoptadas en los
años siguientes. N o quiero empequeñecer ,el mérito o dudar
.de la sabiduría p'e casi 'todo cuanto FISHER escribió allí.
Por el contrario, -, considerando la. fecha de publicación, creo
que tiene derecho a-un mayor reconocimiento del que le ha
sido concedido. Pero deseo destacar que éste no fué el único
. mérito del libro y que, aún imperfectamente esbozado, algo
mucho, más amplío y profundo aparece detrás de la fa-
chada (20). .

(20) Esto puede comprobarse de manera más. convincente en


su artículo, «The Debt-Deilatioti Theory 01 Great Depressums»
(Econometrica, vol. 1, octubre de 1933, páginas 337-3S7). En sí,
In doflac16n de la deuda, no es sino una pieza del mecanismo, la
t~:lpit'ltl familiar que todos conocemos bastante bien. Si el articu-
lo tJO tímttnm, tt esto, no merecería la pena dar cuenta del mismo.
IRVING FISHER 299

VII
Las Iwoesiigtüions, APkreciation and Lnierest, The Na-
iure 01 Capital and 1ncome, The Theory of 1nierest, The
Purchasing Pouier 01 Money , Booms. ans Depressions, son
.los pilares y Jos arcos de un templo que jamás fué construí-
do..· Pertenecen a una estructura imponente que el arquitecto
nunca presentó como una unidad arquitectónica. Desde
CANTILLON hasta A. SMI¡'H, J. S'. MII~L y MARSHALL, los'
líderes del pensamiento económico dejaron su huella sobre
su' época y, sobre la, posteridad por medio de tratados siste-
máticos. FISHER nunca expuso su pensamiento en esta for-
o ma. Ocupado en sus cruzadas, no tuvo tiempo para ello.
Y, sin embargo, éste habría sido el único camino para
reclutar a s~s colegas o economistas de América. bajo su
.magisterio, Sea cual fuere la razón, él, no formó escuela.
o Tuvo muchos alumnos, pero no discípulos. En sus cruzadas
ojuntó sus esfuerzos con muchos grupos e: individuos. En su
obra científica estuvo casi siempre solo. Así, tuvo que pres-
cindir de todos los beneficios que las escuelas, protegiendo,
interpretando y desarrollando cada palabra del maestro,
confieren a su protagonista. N o existen fisherianos en el I

sentido en que han existido ricardíanos y marshallíanos, y


existen keynesianos, Por extraño que pueda parecer en.
el caso de un. hombre de una pureza de intuición monolí..
tica, de tan amplias simpatías sociales, de tan, incondicional
adhesión a uno de los slogans en boga durante su tiempo
- la estabilización -'o permaneció siempre al margen de, la
corriente y nunca logró convencer a sus contemporáneos, ni
tampoco a las generaciones nacientes. Pero aquellos arcos
y pilares se mantendrán ~n pie por sí' mismos. Permanece-
rán visibles mucho después de que la arena habrá cubierto
'-,ran parte de lo que ocupa la escena actual.'

1'l l ' t'11 1'~iLI. tUt (~~; Luttu. )I:n efecto, la teoría de los starters 'y SUS
h.11~l'ta'.;wHlltt\::1 l':dú¡ ulnnho más desarrollada que en, el libro.
WESLEY CLAIR MITCHELL(*)
1874~1948

M·ITCHELL murió el 29 de octubre de 1948, en plena acti-


vidad, «en Ia brecha», tal corno él me escribió, una vez que
'moriría (1). Lamentamos hoy la desaparición' de un carác-
ter de singular pureza, un compañero de trabajo de firmes
, convicciones y a la vez de infinita amabilidad, un maestro
'que s~ había entregado de corazón a su rleber, un servidor
incorruptible de 'la verdad, inmune a todas las tentaciones,
incluso a las más sutiles que proceden de' sentimientos so-
, ciales cálidos y elevados, un leader que ejerció su función
.mediante el ejemplo y la obra, sin hacer notar nunca su
.autoridad o sus derechos a la primacía. Quienes estuvieron
cerca de él pudieron percibir, y en realidad 10 hicieron, el
haloque emana de una personalidad semejante, pero es muy
difícil traducir dicha sensación en palabras, tan difícil como
amplia fué la gama de sus intereses o los servicios efectivos
que prestó a tantas causas, a las que se consagró con una

(*) E'ste artículo rué terminado por el profesor SCHUMPE~ER


1!/1/1'1 sólo dos semanas an tes de su muerte, que acaeció el 8 de
t1tHll10 de 1950 (nota editorial). Reproducido del Quartey Jourtuü
'1,/ ncimomic«, Vol. L~V, n,« 1, febrero de 1950. .
('fl 'lf:1 manuscríto inacabado titulado What Happens During
nU/,'III"I::: 07Inlcs" sobre el cual estuvo trabajando hasta el mo-
1111"t1H d.. IH muerte, ha. sido publicado en ciclostil y distribuido
,.1 lit' plu'Lh'1nItJ111(~H en la, conferencia sobre Ciclos Económicos
ih'l l'IHd·/'IIHII Hflt'OltU, of Economic Research» que tuvo lugar del
:~¡. ,ti '1," $ h" tlHVlflJulwo dn 1949, en Nueva York.
, I .,,# \

. .... . ,. ~

, 302 i DIEZI GRANDES' ECO~CMI~rA~ . ~',



,
,0
.
seriedad profunda, 'sin que por ello se extinguiera j ~lná~ .el, , ,
destello humorístico .en sus ojos. Todos le amábamos y sa-, ~. >
bemos que, jamás encontraremos otro como éL ," ,
es
Esto todo cuanto-diré .acercadel hombre. El resto de ,', »>:

- . este artículo se~á consagrado exclusivamente a intentar un "


"'examen valoratívo de su -obra: -i~ ~a ,f~rnlUla( 10 que la misma
- e~~ra,ñ,a: '~~!a .1~ 'ecortRnl~a ·'~i~ri~íf~ca. de' .nuestra época, siem-
pre 'y 'cuando .sea p¿,s~ble' 'separar' ,la' obra der',hombre en el
;caso;"-'como su~ede' ene! que nos ocupa, enel.que su mayor
~ontribuci6ri./':Éllé:ei mensaje moral que se desprende de cada
una efe' las' páginas, 'qúe ~scribió' (2) .. ,"} . "~'., lo • • : "', I
~ 4 ,; ~ f " • ;/
. ,ti.
J, ' i~,
," ,.':" '.

.: .,"¿ P¿see: algún .signifiéadp' lil.i~o~ía· '~~e/ ~firma':'que ¡ja' .: .


posición ocupada. por un~ 'hombre en la s~~esi~i1 de las :"~(ge­
neracionesi :.~stá determinada ,PQr' las :influencias. que sufrió.
, durante la tercera décáda ..de, SU" vída ? Si dicho significado
.existe, "dediquemos un instante de
átención a los .factores
.formatívos que actuaron en,
la .década que precedió ~1 trasla- .
do, <le 'l\fI~clIELL.1 'en I903~ a -la Universidad dé. California.. ; ,l' .. " '
Dicha' década de -
adolescencia.. ' ci~iItífica tuvo su' 'centro ,·.en',·,' .
l' Chícago, donde logró 'su 'licericiatu~i en -1899. Pero él."era" ',",
, COhlO 'el.'toble y ~o'comóle}"sauce: su'propi a con~tit~ció~~'" "~':.


y
, 'mental moral ~ que se puede observareiee quiete :"tln 'su'
,. • t [ t., - ' . '
l' .'
~l , ~
:. ',~ ".

(2) ,.En relación con todo" lo 'que' falta en'el presente' artículo,
el.Tector .pued,e, consultar' un, .amplío número de artículos necro-
lógicos. Deseo citar especialmente el. del', profesor ARTHUR' F.
BURNS, singularmente .el contenído ien el 92th"Annual Réport ot
the Natiotuü ,Bureflu of 'Economic 'Beseoroti, y.el del , profesor-
FREuERICK .O, MILL, leído como" discurso 'en la. ,61 reunión anual'
de _.la' «American E'coJ;lomi~ .Assocíatíon» (Vi~. American, ~90no- ." . I

rnic R.eview,' junio de ·1f)49), a: ambos de los cuales debo gratitud , .'
por diversas 'íntormaciones. (así como al profesor BURNS, partí-" ,._
cularmente, por, varias ,comunicaciones);~, y' .los artículos necroló-
gicos del profesor ~. !DORFMÁN (:econql1tic· Jourtuü, septiembre .de
194'9) y del profesor ~i.rzNExS . (Journiü 01 the American Statis- ....
tical Association~ marzo de 1949). '\Igua)me:q.te~ conviene. comparar , . '
el presente artículo con el-delrprofesor' 'ALVINH. HANSEN publíca-: .
do en la Review ot Econ,omics -and Statistics, noviembre de 1949.
Una bibliografía de las 'obras de' lVÍITCHELL l:i~ sido 'compilada por ' 'l.
01 «Natíonal Bureau».


·1

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',. ,'"
. . ,.". 303.
\, .,A

. medi~"~mbiente f~niiliar d~ 'N~~va in~laterr~;y'a~' travé~ de' "


.: ,.. ).lna'~~dolescel~bia robusta transcurrida-énIa granja paterna '-o
. ,', 'fué' .segurámente demasiado' fuerte para ·ser .influída consi-,
• • o" • • • • • ".j' ',. '.4 "'.

'-:. ,,~. .derablemente por' sus maestros': 'en Economía, aun cuando'
•• ""'~11-'b~eJ;1' curso ide historia-económica inglesa'<y ,Ía guía',:,dé r o '0"

:' <.
~J'~ .~AUREN~E ~AlfGHLI~ ~n'~" cuestiones de', dinero-y depolí- ',
Q' ~,~" "':iica"'in'onetaria; -déjaron huellas fácilmente 'discernibles. '~VE-
• l'

-. '.:.'\~L~N poseía "caracterfstícasmucho más áfiries con:~~tempe~


. 'rarnentono ,copforlnista ·por naturaleza, de una inteligencia ,
.rápída a la que .repugnaba, por encima. todo- el dogma 'y :. de, l' ,

"la.',e~tupid~z,.. que prefería la pradera al establo; . y que'dis'.. " ,:


" \ ;"frutaba'; plenamente con' sarcasmos' y paradojas, aun cuando'. '1"

,,)os"p~qduJ:er~orar~: ~ez.·,,?in 'embargo, .antes de 'que ~transc~.. "


l'

• '1 ,or~ierfl demasiado tiempo, tornó la medida de VEBLEN, y aun..


.'

,que .dtiiante éi: resto' de su. vida continuó destacando la di '


, r Ó
-feterici~ entre:"ptoducci6n.fí~ica· y producción monetaria, no. \
en
I{ 1

tardó' cansarse del. brilló de las. gemas más dudosas de


YEJ;3IJiN~: En 'cambio; JOHN DE\VE~'y l~\CQUES Loan 'le' abrie..
,:J;on :'rtuevas "perspectivas qué ,p.o , debían cerrarse jamás, Le
.abrieron ','el camino -. hacia una ciencia jovial mucho más
"a~píia' que ia. ,Ecó~olnía profesional, .Ia: cuaf ie gustaba .en
permanecer.. Toda' vez -que esto, les 'muy 'importante para
tl ,

, 1~' ~:;~nlP~ensi6nde Ía Economía de' I\~ITcHELI. y la na turale-


za ,de su contribución-personal, hagamos un alto en nues-
'tro camino para. poner los puntos sobre las 'íes.
.'La "década que' comenzó ,en 1'890 fué 'la primera de las
tres décadas que' integran la que puede denominarse época o

marshalliana, Sin embargo,' teniendo en 'cuenta, que no


todos los lectores, y en especial los americanos, estarán' de
acuerdo con todo 10. que esta frase implica, explicaré con
. mayor detención, 10 que he querido decir. En aquella época
maduraron tres tendencias que produjeron la Nueva Eco-
nornía de 19OO. Existía, en.' .prirner lugar, una nueva pre-
ocupación sobre, y una nueva actitud hacia, los problemas
de la reforma social, de las cuales constituye el-mejor ejern- \
" .\:
plo la ~Soz-ia/l·l)olif.'il(¡ álcmuna. 'En segundo lugar" la" historia 'o,

eco116111i~a, después ele refriegas y ·qu~br~ntos.~ Iogró vcon-'. ~

f·'. 'l.
" '~',~' ,~. ;.
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j .
.', f
304 DIEZI GRANDE,S ECONCMISTAS

quistar un puesto dentro del recinto de la. 1~C()110nría aca..


démica. En tercer lugar, un nuevo órgano de la teoría eco-
nómica -.- es realmen te' difícil decidir cual de los términos
empleados para el mismo, marginalismo, neoclasicismo, etc.,
es .menos equívoco ~,se asentó sólidamente después de una
lucha que había durado un, cuarto de siglo. Pero" con la
posible excepción de Inglaterra, .donde la' dirección de
MARSHALL} consiguió hasta cierto punto, unir dichas tres
tendencias; lucharon entre sí, y no sólo entre sí, sino tam-
bién con las' opiniones y métodos del período precedente, a
los cuales se-mantuvieron tenazmente fieles un buen núme-
ro de economistas profesionales. En ,los Estados Unidos, 'en
particular, donde la profesión de economista alcanzó un des-
arrollo tropical, la mirada retrospectiva no descubre más
que el libro de texto pasado de moda - mejorado, sin duda,
por obra de hombres -tales corno F. W A,l..K ER J ' pero siempre
pasado de moda - y en el resto' caos, un, caos fértil -si se
quiere,· pero en definitiva, caos. Sin querer faltar al' respeto
a méritos olvidados o serniolvidados, podemos .discernir fá-
cilmente' que un joven ingresado en el departamento de Eco-
nomía ,de, Chícago, alrededor de .1895, no encontrara nadie
que Je mostrara 'la riqueza de ideas y de programas de in-
vestigación que palpita bajo la superficie. llana de los Prin-
ciples d'e MARSHALL, la única obra .en la que era posible
aprender las enseñanzas de lVIARSHALl.· sin necesidad de ir .a
Cambridge y escucharle en sus clases (3). y' habría sido
necesario un maestro de 'habilidad excepcional para que en
r 89 5, o incluso más tarde, las doctrinas de J. B'.'CLARK
pudieran haber sido expuestas de 'una manera' verdadera-
mente útil. .Así, la Sozialpolitik no se desarrolló plenarnente ;
la historia económica fué colocada aparte, y 'del nuevo apa-
-rato teórico se liberaron calificándolo fácilmente de «mar-

. (3) A este respecto, ¿cuántos saben actualmente lo 'qué sig-


nificó la presentación crítica que hizo MARSHALL de la «doctrina
de la máxima satisfacción» para las bases, científicas del taissez-
¡aire, o lo mucho que colaboró M,ARSHALL en la tarea de pre-
parar el camino a la Econometría moderna?
WESLEY CLAlR MITCHELL 305

ginalismo» o «neoclasicismo» , y en virtud de todo ello quedó


triunfante el libro de texto .seco y polvoriento - más o
menos conformado con el modelo de MILI, --:- con el resul-
tado de preparar e incitar a las mentes más activas hacia
. una rebelión «institucionalista» (4). .
La curva a través de la. cual la 'obra de MITCHELL fué
moviéndose, creo que puede ser fácilmente interpretada¡
como la' intersección de dos superficies: una de ellas re-
presenta las condiciones. de su medio. ambiente y la otra
representa las propensiones de su propia mente. Un, hom-
bre de su capacidad debía forzosamente sentirse insatisfecho
con el estado de cosas que tenía ante sus ojos, un hombre
de sú tipo de capacidad debía forzosamente buscar el reme..
dio en el océano de hechos sociales del cual, en su opinión,
los economistas se limitaban a considerar unas pocas y mi-
serables playas. El deseaba nadar y no vadear; explorar y
no girar una y mil veces alrededor de 'una pequeña exten-
sión de tierra árida. 'Bastar'á añadir dos elementos más para
completar el cuadro. En prirner lugar. él recelaba del rigo-
risrno lógico, tanto como 'el potro pueda recelar de la brida
y de la silla, y muy pronto advirtió detrás de la obra. de los
cultivadores de aquella zona árida no sólo «postulados»
irreales, forjados por satisfacer conveniencias metodológicas
y susceptibles de ser desechados a placer, sino también' «pre-
concepciones» (ideologías) que esclavizan la obra del inves-
. tigador en lugar de servirle (5). En segundo lugar, total-
rnente al margen de esto, su tipo de mentalidad no,
.era la
más apropiada para apreciar debidamente 10 que él llamaba
«jugar»' con los postulados: el trabajo sobre este' árido te-
rreno estaba viciado por prejuicios políticos O' por creencias

(4) En el caso de M1TCHELL existió un año' de estudios en


Halle y en Viena. que interrumpieron su trabajo en Chicago.
Pero no dejaron señales visibles en él. Y -nuevamente sin 'que:-
rer menospreciar la memoria de nadie, y menos aún a la del
gran MENGER- esto es precisamente lo que debíamos esperar.
(5) Vid. una cita característica en MILLS, 'op, cít., pág. 734,
notas 4 y 5.
20
3.06 DIE~ GRANDF;S ECONCMISTAS

metafísicas; pero incluso si no hubiera sido así' le habría


parecido igualmente superfluo.
Si todo 10 anterior define . la posición institucionalista,
entonces MITCHEI~L fué, y siempre siguió siendo, institucio-
nalista, No deseo entrar en una discusión "acerca del signi-'
ficado exacto de este engañoso concepto, una. discusión que
rebrota de tiempo en tiempo y que ha producido resultados.
tales como el de afirmar que VEBL~N no fué institucionalista
en .sentido absoluto O' bien que .fué el único que ha existido.
y esto sería tanto 111{tS inútil por cuanto cada uno de los
participantes en la aludida «rebelión» ha rellenado los hue..
cos abiertos por sus críticas esencialmente negativas con un
'programa positivo específico, Pero la posición metodológica.
dé MITCH~LII puede y debe ser examinada con mayor deten-
ción por la magnitud e importancia de su obra y porque la
misma ha sido repetidamente, e incluso recientemente, tra-
tada de una forma que juzgo como parcialmente .satisfacto-
ria. Debemos considerar tres cosas distintas: las opinio-
nes de Mrrcmo». acerca de la actitud correcta del 'economis-
ta hacia la «política»; sus opiniones acerca de los métodos
.adecuados para proteger los. resultados científicos de la.
corrupción ideológica; y, finalmente, sus opiniones acerca .
.de la «teoría». Sus opiniones sobre estos tres puntos varia-
'ron muy poco a trnvós ele su vida Pasemos ahora a exa-
,minar1as como se merecen,

11

En cuanto se refiere a la primera. su propio proceder


constituye un brillante ejemplo para todos nosotros. Al
.igual que otros ínstitucionalístas, denuncióJa alianza ipolí-
tica que existía entre- la Economía de' sus años formativos
y elTiberalismo del laissez-jaire. Pero él fué uno de los
pocos que obró de tal modo apoyándose en razones correc-
tas. .Aparte del hecho de que sus sentimientos sociales y su
sentido de la inadecuación práctica de los programas rotun..
damente inspirados en el laissez-jaire, contribuyeran a' con..
WESLEY CLAIR MITCHELi:. 307

vertirle en adversario de aquella alianza, es mucho más im-


portante el hecho de que él creyera que 110 era de la. incum-
bencia de los economistas al entraren dicha alianza. 'La
Economía debía ~er. una ciencia objetiva. que pusiera a
disposición, de quien quisiera usarlos, un conjunto de
. hechos, cuidadosamente delimitados, y de inferencias ex-o
traídas de tales hechos. Esta idea no le llevó a encerrarse
en una' torre de marfil. Por el! contrario, siempre estuvo
dispuesto a colaborar con cualquier servicio público que fué
llamado para ello. Sus tareas en la Comisión de Inmigración
en 1908, en el «Bureau of Labor Statistics» (Departamento
de Estadística del Trabajo) y el «War Industries Board»
(Consejo de las Industrias de Ouerra), durante la primera
guerra mundial, y 111ás tarde su labor COll10 presidente del
«Committee on Social Trends» (Comité sobre tendencias
sociales) (1929-1933) .del Presidente HOOVER y como miem-
J

bro del «National P1anning Board» (Consejo de la Planifi...


·cación Nacional), el ((National Resources Board» (Consejo
-, de los Recursos Nacionales), la. «Federal Emergency Admi-
nistration of Public Works» (Administración Federal de las
Obras Públicas' de emergencia) (1933) y como presidente del
«Committee on the Cost of Living» (Comité sobre el coste
de la vida) (1944), constituyen pruebas suficientes de ello.
Pero la naturaleza de tales trabaios sirve únicamente para
subrayar mi afirmación: tales trabajos coincidieron con su
concepción de su misión científica, consistiendo siempre
en observar e interpretar los hechos de una situación, pre-
sentando de manera objetiva lo que estaba realmente ocu-
rriendo. 'Cuando los objetivos se consideraban plenamente
como dados.. no vaciló en formular recomendaciones prác-
ticas. Pero nunca abandonó la reserva que, al igual que ~l,
creo apropiada' para el hombre que se consagra a la tarea
del análisis, y por ello jamás despachó recetas; jamás abo-
gó en favor de una «política» determinada. '
En cuanto se refiere al segundo punto, el peligro ideo-
lógico, su plena consciencia .del mismo debe ser señala.da
. como un mérito, Las únicas cuestiones que subsisten en este
308 DIEZ, GRANDES ECONOMISTAS

punto son, de una parte, la de si no se mostró excesivamen-


te propenso a señalarJa existencia de ideologías (cprecon-
'cep~iones») en autores. con cuyos métodos y resultados es-
taba en desacuerdo; y de otra parte, la de si 'el remedio
que él propugnó era el adecuado. Así, aun cuando. se
encuentran muchas deficiencias en el análisis. de RICARDO,
si olvidamos sus recomendaciones políticas y tenemos en
cuenta el nivel de abstracción én el cual se movió, no es
posible señalar demasiadas proposiciones viciadas por la
ideología, COll10 advirtió prontamente. KARL MARX. Y el
remedio de Mircnm.r, - la investigación cuidadosa y (obje-
tiva» de los hechos - servirá para destruir muchas precon-'
cepciones, pero no todas; ningún cuidado, por exagera-
do que sea, hastar{l para proteger al investigador de los
malos espíritus que anidan en 10 profundo del espíritu deJ
investigador, y que éste jamás puede advertir. A pesar de
esto, Mrrcmn.r. :fn(~ uno de los pocos economistas que han
visto el problema en toda su profundidad y que han adver-
.tido que las prcconcopcloncs en nuestro, campo no 'se redu-
cen a simples cuestiunes ele' prejuicios políticos o de defensa
de algún interés especffico,
El tercer punto, la Cl1.CHti611 que se puede enunciar como
«'MITCHELL y la '!'uor{a 11~c{)u6111ica», presenta dificultades
mucho más crecidas (111~ las otras. En parte dichas dificul-
tades proceden de unu a 111 bigüedad en el significado de la
palabra. Cuando en Ht1H principales publicaciones sobre los
cicloseconómicos, MJ'1\CllltI~I4 da cuenta de una gran cantidad
de teorías relati vas al fenómeno, y declara. estar dispuesto
a utilizar cualquier sugerencia que pudiera surgir de las
mismas, pone completamente en claro que no se propone '
aliarse con ninguna ele ellas, ni encadenarse a sí mismo,
construyendo tl11U del mismo tipo' para. sus propios. propó- .
sitos, entonces usó sin duda la palabra «teoría» en el sentido
de «hipótesis explicativa». Y 10 que él quiso decir puede-
ser expresado mediante la afirmación indiscutible de que, tal ~
hipótesis, debe resultar de, o ser sugerida por estudios empí-
ricos detallados, más que planteada en los" comienzos de la
WESLEY CLAm MITCHELL :UHI

investigación. Interpretada correctamente, ésta es una po..


sicíón d·efendible y en particular no expuesta a la objeción
de que semejante programa es lógicamente imposible, por..
que, en cualquier caso, nosotros debemos, en primer lugar,
identificar el fenómeno que ha de ser investigado, y que
al obrar de este modo 'hemos de introducir forzosamente
elementos destinados 'a ejercer cierta influencia sobre nues-
tra investigación' de los hechos; en' otras palabras, que no
existe un algo que pueda ser llamado investigación "táctica
o en particular, «medición» sin «teoría». Esto es también
cierto, pero' cuando afirmamos esto,. nos damos cuenta. del
hecho de que .estamos ahora empleando la palabra «teoría»
en un sentido diferente', es decir, en el sentido de «herra-
mienta o instrumento conceptual», En este sentido' Mrr-
CHELL deseó excluir la «teoría» de' ninguna fase de su pro-
pia 'obra o de 'la obra de cualquier otro. Esto quedará de-
mostrado más .adelante. Pero no es todo 10 que cabe con-
siderar.
Aun cuando ~IrrcHELL no cometió jamás el absurdo'
error de plantear . o bjeciones de principio al empleo de ins-'
'trumentos conceptuales o de. esquemas, expuso desde luego
objeciones y reparos a 'los que fueron realmente empleados
en la literatura «clásica», en la cual incluía también la li-
teratura .postclásica existente durante su período' forma-
tivo (6). Y ello por- dos razones, una de las cuales está
estrechamente vincula.da .,a su contribución personal como
uno de los dirigentes del pensamiento económico, siendo la
otra la que indica la existencia de una limitación que im-
pidió a su contribución el abarcar zonas todavía más
amplias.

(6) Por literatura clásica yo entiendo las obras de los auto ..


res británicos destacados desde 1776, a 1848. En cuanto se reñere
a la literatura disponible, durante su' período' formativo no de-
bemos olvidar que WALRAS no existió casi para él (tal vez deban
exceptuarse la dudosa filosofía .que circunda el nucleo de la
obra de WALRAS) y que las enseñanzas de MARsHALL, como hemos
indicado más arriba, jamás fueron una realidad viviente para él
310 . DIEZ Gl'tANDES ECONOMISTAS .

Se dedicó sin vacilaciones a. ampliar las fronteras de la


EC01101nía~ hasta el punto de incluir aquella provincia cuya
denominación' más acertada es la de Sociología EC0116111ica,
es decir, el' an álisis de las instituciones o de los há bitos
sociales .predomínantes» {7). Las instituciones de la eco~'
nornía «monetaria) (capitalista) no' debían ser aceptadas
como datos ~ ni siquiera como' datos susceptibles de varia-
ción - procedentes de otras disciplinas, sino que debían
formar parte del material, de investigación del economista.
Pero lo esencia¡ es que MITCH.ELI~ 110 interpretó dichoma-
. terial o las' generalizaciones que se pudieran extraer del
mismo, como complementos de la teoría. económica tradicio-
nal, sino como un sustituto' para la misma. La teoría del
proceso económico continuaba siendo una. teoría, pero pa-
saba a ser una teoría construida sobre los resultados de la
observación detenida de la conducta real y. - toda vez que
no excluía en principio ni la introspección ni la interpre-
tación psicológica basada 'en la introspección - sobre la mo-
tivación. Nos será muy fácil comprender las razones por
las cuales semejante concepción metodológica .llevó a ~f.IT­
CHELI, a interpretarla vida económica como un proceso de
cambio y por qué el análisis de los ciclos económicos 'debió "
· de presentársele, desde su punto de vista, 'conlo el 'prÍln.er
paso hacia un análisis realista del proceso económico en ge~
neral. No' debernos sorprendernos sino, por el contrario, ad-.
mirarnos ante su énfasis sobre los aspectos 'que caracteriza.-
r<?n a su pensamiento desde el principio al final. E igual-
mente debernos proclamarle _.:..- al MITCHELL' de antes de
_1913 ---:. precursor de la dinámica moderna. Pero una vez
aplaudidas sus premisas procederemos a examinar crítica-

(7) La práctica' de considerar las instituciones sociales con-


juntamente con el proceso ecenómíco, que influyendo y siendo
ínñuído, tiene lugar dentro de las mismas, puede remontarse a
los doctores escolástícos y a ARISTÓTELES. J. S. MILL dedicó alre-
dedor de un tercio de sus -Princuües a lo que yo he llamado
más arriba Sociología Económica. Pero la .matería se había con-
'Vertido en árida y. estacionaria, por - lo menos en los Estados
Unidos. cuando, bajo la influencia de VEBLEN, MITCHELL intentó
mrundrrte nueva, vida.
WESLEY CLAlR MITCHELL 811

mente una' de las conclusiones que extrajo de las nrismas,


especialmente la de que la. lógica 'económica comprendida
en 10_que él, de acuerdo con otros, .denominaba teoría clá . .
sica, debía ser totalmente abandonada.
Cuando estudiamos la versión en ciclostil de su famoso
curso sobre la. historia del pensamiento económico, ~ los
Types o] Economic Theories, que espero ver publicados al-
gún día - , nos sorprende el hecho de ver que él cen-
suró a sus autores por sus «postulados» del mismo modo
que por sus «preconcepciones», Hasta cierto punto estaba
nuevamente en 10 cierto: es totalmente .'evidente que los
esquemas o modelos lógicos' no constituyen la totalidad de
la Economía ni siquiera <te, la teoría económica en su sen-
tido estricto, y además existen muchas cosas a criticar acer-
ca de los' postulados o hipótesis básicas a los, mismos, Pero
,MITCHELL no expresó sus objeciones a postulados singu-
J

'lares - o a modelos completos o:-- para sustituirlos por otros'


'postulados. Las objeciones las planteó qua postulados o
modelos, y además sé encogía de hombros ante la gente que
se ocupaba de la determinación y consistencia de los mis-
lTIOS,.Y pensaba que «la teología de mi tía abuela ; PLATÓN
Y QUESNAy; I{AN'f J RICARDO y I(ARI~ MARX; CAIRN:ES y
JEVONS, e. incluso MARSHALl pertenecen a la misma pie-
f )

za (8). Debería ser superfluo, en la actualidad," señalar el


error implícito en esta. afirmación o explicar c6mo un ins-
tinto metodológico profundo pudo conducirle al error, El
hecho puro y simple es que para construir una ciencia ha-
cen falta muchos tipos: de .mentalidad ; que dichos' tinos se
entienden difícilmente unos a otros'; y que la preferencia
por' la clase de obra para el cual uno muestra mayor dis..
posición rezuma fácilmente juicios 'despectivos hacia otras
clases de trabajos, con la consecuencia de que difícilmente
llegan a considerarse seriamente. pero 10 que no es super-
fluo es señalar el daño que semejante actitud ocasionó a
la obra de MrrcHELI y al ámbito de su influencia. Su aver..
4

(o> Ol'tE\d.o de MJLLS, op. cít., pág. 733, nota.


312 DIEZ GltAN'J}¡.jS ECONCMISXAS

si611 a formular explícitamente sus esquemas teóricos hizo


difícil a todos, .exceptuando a sus intérpretes 111{tS fervien-
tes, darse cuenta de que existen - la. idea básica de Sl'l li-
bro de 1913 podría ser formulada 'dentro de un esquema di-
námico que incluso poseería la propiedad de ser «completo»
'-a la vez pasajes tales como aquel en el cual prescinde de
la teoría del equilibrio 'estático calificándola de «tierra de
la fantasía» facilitan,' a cualquiera que no sea un crítico
identificado con sus .puntos de vista; la renuncia a. seguir
sus- enseñanzas basándose en que él, evidentemente, había
fracasado en S1:1 intento dé aprehender su significado o la
na turaleza . y significado de los modelos en general, Jamás
estuvo dispuesto a escuchar el a.rgumento de que los esque-
mas racion~les tienden a describir la lógica de ciertas for-
mas 'de conducta predominantes en toda economía que obe-
dezca al principio de la persecución de ganancias pecunia-
rias - un concepto que' comprendía perfectamente - y que
no se pretendía con ello que los sujetos de tal descripción
racional sintieran o actuaran racionalmente ellos .mismos. Y
jamás olvidaré su expresión de mudo asombro cuando in-
tenté demostrarle que su gran libro de 1913, en cuanto se
refiere al esqueleto de su razonamiento, consistía en un ejer-
cicio mental sobre la teoría dinámica del equilibrio (9).' No
estoy escribiendo estas frases para disminuir la fama de un
hombre a quien no sólo estimé, sino que también ad-miré..
Estoy escribiéndolas simplemente para eliminar las que, en
mi opinión, han sido interpretaciones erróneas de todas .las
partes y para abrir hacia él el camino para una multitud to-
davía más numerosa de seguidores potenciales.

(9) ¿Qué otra cosa son sus «reaíustamíentos recurrentes de


los precios», a .los que volvía una y otra vez, si no los movímíen-
tos imperfectos del sistema económico en la díreccíón de un
estado de equilibrio? Si él, fracasó en servirse del aparato de la
teoría del equilibrio, del mismo modo los (sucesores de los) cons-
tructores de la teoría del equilibrio fracasaron en servirse de:
ti\lA hechos.
WESLEY CLAIR MITCH~L 313

111
.Volvamos hacia el núcleo de su obra. Lo' primero que
nos impresiona es su majestuosa unidad. Pudo ser una feliz
coincid.encia que I~A"pGHLIN le sugiriera el episodio de los
«Oreenbacks» como tema de su tesis doctoral. Pero aparte
. "de lo .que. pueda inferirse del hecho de que el candidato
aceptara la sugerencia, parece verosímil suponer que 11'IT-·
CHE!.!. había encontrado el camino . hacia su Roma, fuera
· cual fueta el punto de partida. que hubiera escogido... En sus
manos, dicho tema se convirtió en una investigación de!
. proceso económico afectado por el episodio de los «Oreen-
backs», y de las formas bajo las cuales el proceso económico
reaccionó al impacto de· la hacienda de guerra, y de la cual
los efectos de la emisión de Jos «Oreenbacksi no
constituye-
ron más .que un efecto parcial. El hecho de que, siguiendo
a LAUGHLIN., concediera. poca importancia a la teoría cuan-
titativa ~. actitud que modificó rápidamente (10) - es una
cuestión de importancia secundaria. La cosa realmente im-
portante que debe ser señalada en relación a los dos grandes.
libros que se derivaron de su tesis (11) es la visión de la
economía monetaria .:- o «capitalista» -. que revelan. o De
una parte, integró los fenómenos monetarios con el resto de
los fenómenos, anticipando de este modo tendencias que
han triunfado en épocas posteriores; y, de otra parte, ana-o
lizó las relaciones que mantienen «unidos los precios en un
sistema de reacciones a través del tiempo» (12), lo cual le
condujo, con toda naturalidad, al estudio delos ciclos eco-

(10) Un veredicto, negativo, y casi sin matizar, sobre dicha.


«teoría», lo pronunció en la que creo rué la primera publicación.
de MITCHELL:. «The Quantity Theory 01 the Value 01 Money»,
que publicó en el J ournal 01 PoliticaZ Economy, marzo de 1896,
o

cuando era todavía estudiante, Es una característica de este


hombre que antes de pasar mucho tiempo corrigiera el primitivo,
veredicto y condenara sus' primitivas nociones sobre, la cues..
U.6n ('«The Real Issues in the Quantity Theory Controversy»,
1hld.. Junio de 1 9 0 4 ) . . . .
(11) A ¡iistory ot .the Greenbacks, lwith. Sp-ecial neterence too
ll,,, /f:l~Unf)'mtc Oonsequences oi their Issue: 1862-1865, 1903; Y'
elu/ft. l'rltWH and Wages usuier the Greenback' standard, 1908.
(1:1) VIlI. IluRNs, op. cít., pág. 13.
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~J ,314 . " Í}IÉZ, GRAND~ ~ONo~rSTAS ~-. -~',


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riómicos 'cómo un primer 'paso' hac'ia una "teoría .gen~r~l :,de~~ ".'-'" "~. I

la economía monetaria moderna, terna. ci~~:"con~tituyó .su,' ,',


principal preocupación durante el resto de su vida (13)·' i ' . 'Á

., El volumen sobre Business 'Cy~ies~ que apareció en 19i3,~' ~'. .


" " 'había estado ya germinando el1 st1'·m~nt~. .desde .Ig05, "~un. '.' -,
.cuando la resoluc~6n consciente. de escribir unfratadosobre "':
tal cuestión 110 fué tomada hasta ~90~: (14) .,~onsti tuye se-, ,:'
.. mejante obra 1111 hito' en la liistpria'I.,d,~' 1~ Economía arne-' .::
. '. ricana --:"' aun cuando su' influencia sobre' .los 'especüilistas, · '
desbordó .arnpliamente los' confines . de 'ios· E~ta~o~', ~ni_,,14' .
dos - , y cuantos' elogios se refieran a Ia misma serán insu-. '. , '
'.~ ficientes, 1:0, producto de sus añosijuveniles ; 'de. los·aíj.o'~\ '
en los cuales el vigor y la lozaníavse .conservan intactos;".
~ coexisten con la experiencia analítica y. con conocimientos, . '
amplios, consti tuyó su pieza maestra en el' sentido origína-. .'
.rio ~ -la pieza ele trabajo mediante la . cual el aprendiz, me~;~' ·
.dieval demostraba ser \111' maestro en su especialidad ~ y ,,~> ••

la vez "el código que comprendía la ley de toda la obra q~~.. :


-debía seguir a continuación (lS). Los elementos esenciales '. " o oo

.» -del plan reaparecen en el volumen de 1927. Incluso ·JM..eas.u- . ..


, .
, (13) Este.importante :punto debe ser consíderado-debídamente.
Para ello basta acudir a BUHNS, op, cít., págs. 20-22. "'MrrCHÉLL
"concibió el plan de una Tcor1a de la Economía Monetaria, y,
<comenzó a elaborar 'el «esqueleto» de la misma. en diciembre de . ."
1905. La cita que hace .el profesor B,URNS 'de una carta de aqqe.-·· "
.Ila fecha, revela sin lugar .n dudaa que él se consagró a tal tarea.>
.de una manera específicamente mítcnellíana.. convírtíendo- el "es,:, .... o' •
tudio de los ciclos económícos, como advierte 'acertadamente' ..
~URNS, en un vorarbei» (trabu,jo preliminar) con respecto ál plan- .: .
más amplio. . '. .'
(14) Vid. BURNS, op. cit., .pág. 22; MrrcHELL tenia entonces, ,'0 • .

treinta y cuatro años. " " .


, (15)' El lector deberá tener en cuenta que lo anterior se aplí-.
-ca a su, obra fundamental y no a todas sus obras de menor im-'
. :J>Ortancia. Pero se aplica de' una manera más amplia de cuanto.
-~o .. pudiera éreer a primera vista. Las dos excepciones más .
. .ímportantes, la obra de MrrcHELL sobre números índices y su
•"trabajo .en el campo de la historia del pensamiento '.económico, .~
"o

'.. .. se 'pueden . calificar rápidamente: la primera, como una . parte del" .: I

. programa _general trazado, e incluso Ilevado a la práctíca, .en '


. cíerta 'proporción, en el libro de 1913; la, segunda, .eomo e190m.:. o "

':-':::plem~nto crítico (vid.· más adelante, pág. 323) de- su obrapo~i.! ",
1', ': '>tiva> Incluso la mayor parte de los parerga son p~ezas'del gran'
. '..:tn0saico-:-' ' ,,' . , \(.:~: .' ", :" .:~ t;

r" •• :i ,
e r>,

í
; -.

. \~" :.".'
~
..
, ",-l.
• '. • l' "

""~
~,

"
.'~ESLEY: C~A.m: MITCHELL
. ,

, . riil:g.;Eusiness Cy cles (I945) desarrolla en un plano más ex-


.' . tenso, y elevado 'una 'parte, de las ideas que fueron publica-
-.~ I das por -vez 'primera en 'I913~- .Incluso la .mayor parte de In
,:'

_',': .. '. obra .realizada por el «Natíonal Bureau -of Economic Re-:
,_..: . ' --search» (Departamento nacional dé investigación económí-
... {~:. • 1
ca)" r~sulta _ser, realmente,' una sombra prolongada de aqué-'
.
l••

lla (16)'. Tanto. los .métodos -como' los . resultados de 1913


o

" , " resisti'eron' la -prueba de la 'gran cán.tid~d de investigaciones


'realizada's sobre los mismos, aun cuando MrrcHELL, con su
7 '.'. , -sihgularí?ln1~d. ~voci~n· por la .. verdad" ... siempre estuvo dis-

0_". ,~ puesto a modificarlos (I7L' .'~~' , -


" .. ¡ '-¡ '.: •

.: \,' Úna vez definido 10 mejor' 'que me era .posible


l.. ': > lugar el
"';'~" ~' que'
ocupa' Business-. Cycles 'en la. evplu:~i9ti:·i.p.divid,ual de,
-r. "l\1iTcHEI~I~J debo intentar, ahora, definir' el lugar que le co-
.... , '. . rresporide "en la evolución de la ciencia.. Esta es una tarea'
-r .> 'QU~ abordo con gran, desconfian~~.En pri.mei,l~gar,· como.
1

_' ya he -.señaladó anteriormente,' los' esfuerzos .creadores de


~1I'l'CHELL notuvieron por objeto'di.recto. elfenómeno cíclico
pJr, se, sino' más bien se encaminaron.hacia .una Nueva Eco-
, .) . nomía ~o,.· como. dijo él'misino;-,.'ull.,a, nueva' teoría econó- \
'mica ~' inspirada ,en las" «ideas' 'desarrolladas .en' el estudio' y

, d€f,.las,fluctua'ciones cíclicas); {I8)~~ E~to convierte a obra su


, en inconmensurable-con las de 1~ 'mayor 'parte de Jos .inves-
, tigadores del ciclo económico. En' .segundo'<lugar; .al 'igual
, que la mayor parte de .los ~n~estig:ador.e?-' dotados de :ca'pa-
cidadcreadora, l\1I'fCHEI"L no lograba aprehender con facili..
...
},. ,1', ')
I • • • •

, , (16). :Este '. ~iró' ·d~.' 'exprestón' I~S )~¿a': :v'e~~i6n :ligeram~nte' mo-
i
dificada de la del' profespr-,'l\fILLs «:..el «National Bureau of Eco- :

nomíc 'Research»; o,. una: ínstítucíón., ,que, realmente constituye la


_. sombra prolongada, de' WESLEY MITCHELL»J (F. C. MILLs, op, cít.,
pág. -~75): ',"" ',,' . l' " : ~(/ ,.; ,; :, b, . •

, ,.(i7) -El· -cambío '-metodológíéo vmás importante consiste en lo


qué se conocecoíno -,el método del, «Na tional Bureau» de análisis
de las seríes "temporales Xvídsmás adelante, -pág.: 324). La modí-
ñcación más importante' en los resultados consiste en la dtsmt-
nucíón del énrasls .sobre el papel que -juegan los costes crectentes
para llevar la prospefidad,';'a suTín 'y. los costes decrecícntes en
la estímulacíón de lar:ecuperación. ,:. ' .
pág. 462.
(18) Busines.s Cy.cles:
'
T:he Problem aaui
'
lts Sctttn(J, 1027,

, . .
316 DIEZ GRANDES ¡eCONOMISTAS

dad las obras de individuos que estuvieran, o le parecieran


a él estar, ampliamente separados de él en actitudes o 1116-
todos. Fuéel más generoso de los hombres. Leía muchísimo.
Pero, preocupado con su propia tarea que acometía con celo,
febril en intervalos prolongados, no penetró fácilmente, más
"allá de un cierto nivel, en estructuras distintas de la suya.
Esto hace necesario, para hacer justicia a su estatura men-
tal, el recurrir' a una distinción, la necesidad de la cual me
ha impresionado frecuentemente en mis investigaciones en
historia del análisis económico - la distinción entre priori-
dad subjetiva y prioridad objetiva. Y en tercer lugar (como
ocurre en el caso del descubrimiento - o invención _. del
cálculo, y en muchos casos similares) se da la circunstancia
de que las mentes humanas, en un momento determinado,
son capaces de converger en opiniones similares, pero de
tal manera que dichos hombres - y sus discípulos ~ vean
con mayor claridad las diferencias secundarias entre unas:
y' otras que las analogías esenciales. En el caso que nos ocu-
pa, 10.s especialistas albergaron 'la impresión de que el nú-
mero "de veexplicaciones» distintas había aumentado, mien-
tras lo. cierto es que un cierto aire de familia entre las,
diversas concepciones del problema ~ ciclos en vez de
«crisis» , sus métodos, implicando' un creciente recurso al
material estadístico; y sus resultados, tales. como la im-
portancia concedida a, una versión generalizada de 10 que
ahora llamamos el principio de aceleración, se había acen-
tuado fuertemente a través del tiempo. Ningún autor se
sumó a tal movimiento y tampoco parece que ninguno fuera.
muy influído por. los demás. Pero la fecha dé aparición del
volumen de MITCHEI(L .le asegura una posición destacada en.
la historia del movimiento (19).

(19) A continuación señalamos las de unos cuantos partici-


pantes más: la obra de 'AFT1\LION, escrita 'con un espíritu muy'
similar en cuanto se refiere a los métodos, pero que difiere de
la de MITCHELL en la interpretación, apareció también en 1913;
]u do SPIETHOFF, aun cuando anticipada en algunos artículos' pu-
hUC}(tc]OA durante el pr-imer decenio del presente siglo, no estuvo
({tr;pu111blo de una manera manejable y sin poder revelar por ello
'WESLEY CLAm MITCHELL

Por supuesto, existió un precursor a todos aquellos au..


tores : CLEl\fENT JUGI~ARJ el gran. solitario de quien puede
decirse que creó el moderno análisis del ciclo económico.
En 10 que se refiere a J\1ITCHELL J 1UGLAR Iué su precursor,
tanto por 10 que respecta a la, teoría. como por 10 que res-
pecta al métodovN O: sólo escribió un «gran libro de hechos»
que relegó a un lado a las teorías contemporáneas, y aclaró
la necesidad de pasar de las «crisis» a los «ciclos» (20), sino
, .que también enunció, con matices eminentemente mitchellia-
nos: importantes principios" interpretativos que él .creía
derivados directamente de la. observación y que culminaban
en la famosa máxima : la. única. causa. de la -depresión es la
prosperidad, 10 cual equivale, si leo dicha frase correcta-
mente; a afirmar que la depresión 'es la reacción. a 10 que
ocurre durante' la. prosperidad. En mi opinión ésta es la
primera formulación, aun cuan.do parcial, de la. teoría ·que.
afirma que cada fase del proceso ·económico engendra la fase
siguiente y que, singularmente, señala que las energías que
acumula el sistema, durante la prosperidad conducen a la
recesión (la cual, a su vez, crea las condiciones. para una
nueva onda de prosperidad). MITCHELL J que adoptó indepen-
dientemente un esquema similar, no dudó en ,denominarlo
«teoría» (Víd., por ejemplo, Business Cycies, pág. 583, o el
resumen de BURNS J op. cit. pág. 26), Y esto es 10 que es
exactamente si tomamos el término en su acepción correcta
- es decir, la de instrumento v->, o sea un esquema que
debe' extraer su [ustificación, si existe, cede un esfuerzo
su impresionante base factual, hasta 1925; PIGOU, no reveló de-
finitivamente su afinidad a las concepciones de MITCHELL hasta
1927; D. H. RoBERTSON no 10 hizo hasta 1915, y CASSEL (cuya
interpretación revístíó formas distintas más tarde) tampoco, has-
ta la publicación de su manual. El profesor HABERLER califica a
TUGAN ..BARANOWSKI de precursor de SPIETHOFF (Prosperity asui
])cpression, '1941, pág. 72), pero yo prefiero excluirle de dicho
grupo. Permítaseme insistir acerca del hecho .de que no intento
11~U()l'ar las diferencias teóricas que existieron dentro del mis-
at lf. : 10 único que quiero es señalar su afinidad en la concepcíon
v 'In (~l método.
(~~U) Vid, el propio comentario de MITCHELL en el volumen
d,- tW1/(, }'l(tf~SI 11"'12, donde MITcHELL se refiere también ¡l, WADE,
e H. 'Hl'ntNN a otros que prepararon el camino, en esta dirección,
if.'. ..
,.
If'" ,. ti" n ,IV'AllX.
318 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

independiente para emplearla, interpretando el flujo y reflujo


incesante· de la a.ctividad económica». Y así formuló uno-
de Iosdos - existen tan sólo dos --. grupos fundamentales
de .teorías del ciclo, Existe la «teoría» de que el proceso
económico es esencialmente anti-oscilatorío y, que, por 10
tanto, la explicación de las fluctuaciones cíclicas y las de
. otra clase debe buscarse en circunstancias particulares (mo-
netarias u otras) que perturban el flujo constante. MARS-
HALL fué el representante más destacado entre la multitud
de seguidores de esta «hipótesis» ..y existe. también, la «teo-
ría» de que el proceso económico es ondulatorio - que los:
ciclos son la forma que reviste la evolución capitalista - ,
teoría a la cual MITCHELI.. contribuyó volcando en la misma
el peso de su autoridad. Creo, incluso, que puede 'decirse
que hizo algo más que eso: partiendo del principio 'de que
.la economía capitalista es una. economía del beneficio, en
la cual la actividad económica depende de los factores que
influyen sobre las perspectivas actuales o futuras de los be-
.neficios pecuniarios - equivalente, en mi opinión" de la efi-:
ciencia marginal del capital, de I{EVNES - declaró que los
beneficios son la «clave» de las fluctuaciones cíciclas, 10 cual
parece esencialmente análogo, no s610 con la «teoría» bos-
quejada. en el capítulo XXII de la General Theory (21) de
K:EYNES J sino también con las teorías de un grupo de espe-
cialistas del ciclo económico, que es por lo menos tan. am- .
plio como el grupo que considera los ciclos como inherentes
al proceso capitalista. Mrrcrnn..r. 110 siguió adelante. En par-
ticular no llegó a decir que los beneficios están evidente-
mente :.- de algún 1110do, pero estrechamente - conectados
con el proceso de inversión. Pero incluso en .este caso nos
encontramos ante 1111 esquema definido, aun cuando sola-
mente verbal, que preside su observación y recolección de
hechos, Si este esquema parece ser menos evidente en la úl~

(21) Existen, desde, luego, diferencias que resultan aumen-


tadas por la reserva de uno- de los autores y 'la decísíón del otro.
Pero la «clave» o causa próxima de las fluctuaciones cíclicas
.resíde 'en el elemento del beneficio, para ambos.
WESLEY CLAIR 1V!ITCIiELL 319

tima fase de su obra, ello se debe a que él final le sor ..


prendió en medio de la corriente, es decir, en la fase (tácti-
ca» de su obra' y antes de que fuera capaz de coordinar los
frutos de sus trabajos totalmente.
Exactamente como el volumen de 1927, 'el de 1913 co..
míenza con un breve examen de las explicaciones existen..
tes. En ambos casos, tales explicaciones son presentadas, en
el mejor de los casos, sucintamente y con una sorprendente'
indiferencia. MITCHELL las califica a todas de «plausibles»',
.pero también de suscitar «perplejidad», Las clasificó, pero
sin intentar criticarlas sistemáticamente. Aun cuando plan-
teó aisladamente algunas obj eciones, el lector llega a la
conclu.sión de que las consideró como formulaciones de ver-
dades parciales, cada una de las 'cuales era tan, verda.dera
como las. demás, y todas las cuales idebían ser juzgadas
definitivamente en el tribunal de los hechos. La menciona-
.da imparcialidad r~vela también una de l~s características
de la concepción metodológica de ~ MITCHELL J a la que he-
mos aludido más arriba; para él no existe nada o. por lo
menos nada importante, entre la hipótesis explicativa y
los hechos; singulartnente, no existía ningún criterio lÓ-
gico que permitiera desechar completamente una teoría an-
tes de someterla a la verificación empírica. Pero teniendo
en cuenta' el recelo que MITCHELL sentía hacia .la economía
«neoclásica», tal imparcialidad posee sus ventajas. Y tal
como hemos dicho repetidamente, 110 le dejó abandonado,
sin una brújula para navegar en el océano de los hechos
estadísticos.
Al igual que el volumen de 1927, el de, 1913 muestra .
inmediatamente la visión de MITCHELL de la economía mo-
netaria En ambos casos, estos capítulos constituyen reali-
dad tratados introductorios a la teoría económica general
tal C01l10 él la concebía. 'Cortados .escuetamente y privados
1
I todo adorno y faltos de una conceptualización efectiva,
jnl11{ls hun recibido la atención que merecen. Para mencio-
nar tnn H610 \111 cjcmplo: ¿ cuántos. saben que la teoría de
los flujos monetnrios, que estos capítulos apuntan más que
320 ' DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

exponen, constituye una verdadera anticipación de las par-


tes de más calidad del la contabilidad nacional y del análisis
agregativo? Y por supuesto, encontramos el «tondo teórico»
que falta en tantos críticos y que se desarrolla con mayor
detalle en la parte 111 del volumen de 1913 (22). Sin duda,
la exposición de dicho fondo, teórico necesita ser ampliada,
y además requiere los servicios editoriales de un teórico pro-
fesional. Pero a pesar de esto continúa siendo una gran
contribucíón.
La parte II del volumen de .1913, sin embargo, no nece-
sitaser reeditada crí ticamente por nadie. MITCHELL sabía
JTIuy bien no sólo como emplear el material estadístico, sino
también cómo desarrollarlo para obtener 10 que deseaba, in-
cluso en el caso en que fuera preciso manipularlo. La per-
cepción de una necesidad que procedía de una visión corn-
prensiva, el diagnóstico de los medios disponibles para sa-
tisfacerla y el ataque al problema, todas estas cosas debieron
de sucederse unas a otras, entre 1908 y 1913, con la rapidez
del relámpago. Muchos hombres han tenido concepciones
. totales. Muchos hombres han albergado una pasión por los .
detalles. Pero él fué uno ele los pocos a quienes les ha sido
permitido poner su visión al servicio de su honra sobre los
detalles, y su pasión por los detalles al servicio de su visión.

IV
Por 10 demás, no es preciso decir mucho más acerca del
volumen de 1927, exceptuando el hecho de que por su natu-
raleza constituyó, en mucho mayor medida que el de 19 1 3,
un examen de la obra ya realizada y un programa (le la

(22) Esta parte 111, reimpresa en 1941, bajo el título Business


Cycles and tneir Oauses, contiene varios puntos acerca de los
cuales, o sobre la importancia de los cuales, M1TCHELL dejó de
creer más tarde. Sin embargo, al redactarla llegó a formular su
teoría del ciclo económico con un grado de perfección que no
alcanzó nunca. El manuscrito inédito mencionado (nota 1, pág.
30.1) no sólo es incompleto; es el 'resultado de una lucha contra
masas de material inmanejable y contra el tiempo.
WESLEY CLAIR MITCHELL

tarea que todavía debía. ser llevada a cabo (23)., Sus csf'ucr-
zas durante los 'años que van, de 1908 a 1913, le habían lle-
vado a" la convicción de que la ardua tarea que había in-
tentado realizar vexcedía de las posibilidades. del esfuerzo
.individual. Sus actividades durante los años subsiguientes
que dieron como resultado, entre otras cosas (24), sus invcs..
tigaciones sobre números índices de precios y produc..
ción (25), le enseñaron que estaba dotado, como muy pocos
10 estuvieron nunca, para la tarea. de dirigir equipos de in ..
vestigadores, en las cuales, aun. cuando siempre ejercía el
papel directivo, sabía participar como un compañero más
en los trabajos, subordinando su inteligencia a la. tarea C9'·
mún y difundiendo 'el espíritu de camaradería intelectual.
y así, con toda naturalidad, en 1920 su obra desembocó en
las actividades del «National Bureau of Economic Re ..
search», del cual él fué uno de los fundadores y, hasta su
muerte, su espíritu animador, y el director amable que di..
r igía sin oprimir, que alentaba la iniciativa de sus asociados,
sin coartarla jamás. Este «atrevido experimento» constituyó
un acto de autorrealización. Su éxito indiscutible es un 'mo-
numento erigido a sus cualidades moralese intelectuales.
El «Bureau» produjo, 'y desde el comienzo planeó la rea-
. lización, una serie de investigaciones, partiendo del famo..
so estudio sobre el tamaño y la distribución de la renta ~a­
cional, que aparentemente desbordaba. los límites de los
ciclos económicos y de los tópicos relacionados con los ciclos

(23) El. lector puede consultar la nota crítica titulada: «MUr


chell's Business Cycles», publicada en el Quartely Jourtuü '0/
Economics, noviembre de 1930.
(24) Los más importantes de los estudios que deberían ser
mencionados, pero que no pueden serlo aquí, fueron reproduci-
dos por el profesor JOSEPH ([)ORFMAN en el volumen titulado, The
Baclcward Art ot Spending Money, 1937.
(25) Vid. especialmente los Boletines nÚIDs. 17.3 y 656 del
«Bureau of Labor Statistics». The History 01 Prices during tne
Wa1· rué una serie de publicaciones 'del «War Industries Board»,
editado por MITCHELL, quien contribuyó a .1a misma con el bole-
tín sobre Iniematunuü Prtce Comparisons· y con el Sumano. En
éste último se encuentra su índice de producción.
21
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~ '. J ". ',. '/'" ", ... I ,":'0, i" " " 1"'"
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JI , ...... " •
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. ",,322'
.: " " ~'.\ ~, ,' ::,: -.,,' J " • .. t '...'. ,
~,"~ ';..,
, '" ." ,_. t "

. económicos (26). Pero "la, concepción . que MITCHELL' poseí~",


. "'1 del fenómeno, comprendía la.totalidad del proceso económi-:
'

co.iy por .ello convirtió ,todo~ 'ocurrfa en el mismo en ,'éuantp


algo relevante para la «teorí~»;,'qe; los ciclos económicos. Tan
sólo consideraciones acerca' dé' losmedíos disponibles. y de -la -"
',6pqrtunid'a~, determinaron l~ "ord~ria<;ión témp()J;a~'de )os- .
.proyectos individuales 'todos los .cuales ocupaban -su .puesto
.dentro de su plan total., Es' necesario recordar esto cuando .
.se trate de juzgar la obra de BURNS y' MITCHELL'J:', M,easu-.·
.: ,r1:~i Business Cy cles (1946). '. . "" '. . \'" '. "
Los autores de dicha' obra no pretendieron haber 'escrito
tÍn. tratado sobre los' ciclos- económicos, sino' tan' sólo 'presen.:.· .:
tar un «plan para la medición de los éiclos'econqmicos»,' 6
mejor aún, del .Proceso Económico .,en Movimiento." 'Esta' \ ,~'
«declaración .de -intenciones» encaja mejor con los ocho- prí-: ,
meros capítulos que con los cuatrorestantes (que tratan más"~
de resultados que de ,
simples ~ mediciones),
I
pero y~, prefiero ....
' . , ~

, formular el contenido de la obra de un. modo algo diferente : ,


su objetivo es el de situar el fenómeno delante de nosotros,":
'y al hacerlo mostrarnos lo que es necesario explicar.' Est~ " :
. intento está presidido por 1111 conjunto de decisiones 'analí- .
.'. " .ticas que constituyen una versión mejorada de las '.que" se .
, encuentran' en' el volumen de 1913, pero que diñcilmente '
pueden llama~s'e definiciones. Son las siguientes i ((Los' Cí- .:,
clos Económicos So-11 un tipo de fluctuaciones que -se encuen- ,: .'
-tran en. la. actividadeeon6111ica total' de las naciones ,.C:l;lYO,. "'o

sistema productivo, descansa principalmente 'empresas' ,." en


privadas: un ciclo consiste' en expansiones que' tiene -lugar <,
al mismo tiempo en muchas actividades .económicas.. seguí-
das por recesiones igualmente generales, contraccionesy re':'·'
cuperaciones que clan lugar. a Ja fase de expansión /del. 'ciclo .'
')próximo; esta secuencia de cambios es .reourrénte pero' ~10 . '
'. . períódica ; los ciclos varían' en Jo 'que se refiere a qtira-'" . su
, .' ción 'de~de un año hasta diez' o doce
, ',\ . " , . ' '
no
..
divisibles /
." años; '",'
son ,

. ·:~·:<"·"(2~,)¡. '"p~ra
más de'talles véanseTos. lrifo~.rri~~~,la~~~ies, o: por' i.o.
.menos la: breve historia relatada. por el profesor l;3U~NS, op.·' cít.,
págs. ,.8,1Y,'; ss. :.. . " 1;'" '.. . ... '. .. . ',. ;'. ,

., I.~ ." ~ fI
r, .
, :~ " ',; .'~ ;'~ , , ,t
, . .~ ..
I • 1 L~ r r
WESLEY CLAIR MTI:CHELL'

en: .ciclos: más breves'de '~arácter' similar y de duración aproo


ximadamente igual» (pág. 3).' Se encuentra una' buena can-
.'tidad. de «te~'rí~» en todo 'esto, aparte' de la anticipación ele
di~et:'slos descubrimientos de .hechos. La última' frase, singu-
, ' larrnente, . adopta', demanerá'.,~tr~'~i'd~"Ia hipótesis de ·un
',' ~. -ciclo -único,', que 'd,ifi~ulta' "-¡a, 'tarea -de distinguir diferentes
. .
:>~ especies de.'fluctua'ciones, .la.: e~isten'cia de las' cuales no es
., una cuestión' a ., resolver pJa'iIteandó" hip,6tesi~~' sino por
medio d~ ·ob>serva~i6n'.direct~(~7). Sin, embargo,' éste y. otros
extremos son .cuestiones de apreciación personal y' de icon-
. " . veniencias expositivas, y' por 'ello. no ':no~, detendremos más
en las mismas. " I • • • • o' "

I Desde el. punto de' vista general 'q~" :MITCHEit'~ ·era. justo .
,;' y apropiado analizar todas las s~ries" temporales-e-; alrededor
(\ ,','de. un millar - 'que. las fuerzas reunidas 'del .«,National Bu-
.reau» .fueran capaces-de. excavar. y ·rilan{puia~<.,'·Y, -ello por..
,~\ "que considerando los ciclos' económicos 'conid ..la ':'for~a -del
- 'próceso capitalista,' resultan 'un . «cúmulo de "feli6i:ile,nos .inter-
. ' rela,ci~n'ados» coexistentes con -el 'propioi.proceso, o'e' jncluso
, ", ' . 'si. 'fuera 'posible, imaginar un .'elementoqtle ""pÓr '¡,§ímisnio 'no .
: ',,'(' tuviera' nada que ~er" con los' ciclos, .sería :'tOdavía· necesario
j " • 11 . ' -, .,., ,.'

investigar d~ qué .modo .'es' afectadojior. el> unovimiento oí-


"clicq' (28). Si,'.pese 'a to4~~ .Ios.reparos acerca d~ 1~~' conside-
:' .t/ ~
l' jO '\ •

(27) La segunda .frase parece sugerir' que. e~ist~. '~IgO de ver-


'dad en reconocer cuatro.. fases cíclicas.' Oomo .verémos, -esta suge- .
rencía no se comprende 'en el modelo' de rases cíclicas que adoptó
. después. El lector podrá. darse cuenta de que la antigua aversión
de' ·MITCHELL al empleo ,·del' concepto .del equilibrio .~ incluso" a
'su' eontrapartída en -el mundo económico: "el' «estado. normal del
. comercio» que él ,declaró· era. "úna- «ñccíón» en .el .volumen de
'·1927, pág. '376-'pu'ede ser la,r'azóno una devlasvraaones, para
esto. El modelo 'de cuatro fases posee,' en .erecto, poco valor a
menos que interpretemos las .expansiones . (prosperidades) y las
contracciones (depresiones) como movímíentos 'que 'se .alejan y
las reccesiones y recuperaciones como,' movimientos que se acer-
can hacia condiciones comparativamente equilibradas (desde este
, punto de vista y no desde ningún otro, condiciones «normales»).
'¡' (28) La concepción de MITCHELL' acerca. de. una situación er-
, clíca, creo que puede ser mejor formulada por medio' de uno, una-
logía. Los miembros de un círculo familiar producen una ctortn,
atmósfera moral; la cual, en cierto sentido, es el resultado do
sus conductas índívíduates. ~ero, sin embargo, dicha atmóston;
324 Dn:z GltANDl!:S ECONOMISTAS

raciones teóricas implicadas, fué necesario realizar ciertas


selecciones - como por ejemplo en los cuatro capítulos
últimos de M easuring Business Cycles - , se hizo corno con...
cesión a las .limitaciones .de los medios disponibles y no
como cuestión de principios. Sin .embargo, MITCHELI~ se dió
perfecta cuenta de 'que ni siquiera la más completa colección
de estadísticas bastaría para. lograr los resultados que él
deseaba. Por ello, y tanto con la finalidad de controlar como
con la de interpretar su material estadístico y las inferencias
que debían extraerse del mismo, puso en práctica la idea
de coleccionar 10 que denominó anales. económicos, tan am-
plios temporalmente y referentes a tantos países como fuera
posible.. El libro sobradamente conocido de W. L,. THOR-
PE (I926)fUé el resultado .. En una época estadística como
la actual es difícil alabar suficientemente el.mérito metodo-
lógico contenido en el reconocimiento de la importancia del
material histórico no estadístico. Aun cuando, con el pasar
de los años, la confianza de MrrcHELL en dicha fuente de
información parece que fué decreciendo, y aun cuando la
explotó de .manera inadecuada desde el comienzo, todavía
basta para redimir a su obra de la «manía estadística» que
amenaza dominar el campo de investigación .
En la actualidad todo el Inundo conoce a. la perfección
10 que ha da.do en llamarse el método del. «Nacional Bureau».
Sin embargo, la ingeniosa idea que subyace bajo esta re~
presentación del ciclo económico debe ser expuesta llna vez
más, De una parte, cada serie, eliminadas las fluctuaciones
estacionales, es tratada. individualmente y mediante su con-
ducta media durante sus propias expansiones y contraccio-
nes se pone de manifiesto su desarrollo (ciclos específicos) ;
cada uno de estos ciclos identificados, señalando' los puntos
máximos y mínimos en cada serie, se dividen; en intervalos

una vezcreada, es en sí misma un hecho objetivo que! a su vez


influye sobre la conducta de los miembros de la. familia: los
miembros de la familia de series temporales del «Natíonal Bu-
reau» producen colectivamente las sítuacíones cíclicas, pero cada
una de ellas resulta ínñuída por la situación cíclica existente.
WESLEY CLAIR MIT'CHELL

o fases, para las cuales los valores de las series se exprcsru I


como porcentajes del valor medio de cada ciclo - uu
procedimiento juicioso equidistante de la eliminación y de
la consideración del trend .,...- y entonces 10.5 promedios de
dichos porcentajes sirven para obtener una representación
del ciclo específico-y típico de las series. De otra parte, con
la finalidad de exhibir la conducta de cada serie individual
durante los períodos de expansión y de contracción de la
totalidad del sistema .económico, 'se obtienen datos de los
puntos máximos y mínimos de la' actividad económica gene-
ral, tanto del «consenso» aproximado, de todas las series
incluídas, como de la información no numérica contenida en
los anales económicos. Entonces se estudia la conducta de
cada una de las' series en cada uno de los (nueve) intervalos
o fases en las cuales se divide en este «ciclo de referencia»,
mientras que la «posición» (standing) de las series en cada
fase de su ciclo de referencia queda expresada por nnpor-
centaje de su valor medio durante todo el ciclo de referen-
cia. El ciclo de referencia típico de las series se obtiene
promediando las posiciones de las series, en cada fase de
todos los ciclos considerados. La. comparación entre el ciclo
específico y el ciclo: de referencia de cada serie es, tal vez,
la más importante de las operaciones o mediciones posibles
dentro de este esquema. Esta representación dual de cada
fragmento (potencial) de información estadística es extraor-
dinariamcnte adecuada para distribuir los hechos de los ci-
clos económicos, hasta el punto en que esto pueda ser conse-
guido sin postular a priori la existencia de relaciones parti-
. eulares entre los mismos. Incluso así, sin embargo, ha sido
necesario cortar muchos nudos gordianos. Y como es natu-
ral, el mecanismo 'funciona con mucha mayor fricción en
los últimos cuatro capítulos, donde se confía a una. muestra
(sample) de siete series temporales, relativamente extensas,
la pesada tarea de servir de fundamento. a una gran canti-
dad de inferencias concretas, Pero el propósito de presentar
los hechos de tal modo que sea posible confrontarlos con las
teorías, continúa siendo impresionante.
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'Por, supuesto, dicho volumen no '}Ué'''lI;1á's 'que un comien- .


zo. -y si
:MITCHELL hubiera podido. terminar inacabado.:~ su'
manuscrito, también 'éste l11timo 'no habría 'sido .más que. un
. comienzo. Obras de semejante naturaleza no tienen un . final, "", "
.',: .. ~. .natural.. y necesariamente apuntan siempre .más adelante, , l· .'.
. .: ·hacia':'un'futliro indefinido. Estoves' cierto con" respecto a la
. total1d'ad de la obra que .'1-\1:Írr'CHELL' realizó durante toda.. su .
vida. V ·es esto 10 que. le confiere' grandeza ,y .que define » " '<
su posición única en la 'historia' d~' Ía: Economía mo,derna."',·· ..
N os encontramos ante un hombre que 'tuvo el valor de rec~- i" ~:
nacer, 'contrarianlente al resto d~ nosotros; que, "p/qséía '. ·-,," no
todas. las respuestas; que se entregó a su' tarea ,~in'·p~is~s~··y· : -, . ,"
sin indolencia; que. no' se preocupó de ava~zar. con-banderas' :, .r': .",
y bandas de música; que estaba lleno de' simpatía. hacia ,el'· "
destino de la Humanidad y' que a la vez,' sin embargo, ~:~e,
mantenía alejado de la plaza pública; que nos enseñó, 'por
me?io del ejemplo y no por discursos, 'lo que debe ser un
científico.

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JOH~' MAll~J\nD "KEYNES(*)
, 18~3'-1946
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. , .... EN'sU los bri1la~te~~saYo'~~~~ ';~t~pa~a~o~'d~, VI~UE~S


. ; . (r); KEVN;Es -reveló un sentido ,de'la importancia de la. apti-,
, ',,' ;, .., 'tl1,d' .hereditaria - de' la gran" verdad, .para usar la¡ frase ,de
. I{~R,~ ~J;~RSON: de.que la' aptitud. se manifiesta por grupos -
:< :"1, .' (rile, encaia .: difícilmente' COl}. :'~1 :~uadro que mucha 'gente ha'
,

.: ,'. trazado 'de su


mundointelectual. :'\I.,a; inferencia' obvia que se
- , . 'despre,~de de 's~ sociología-viéne .réforzada po;' el. hecho de ,
. " que en sus ensayos biográficos fué capaz ,'"de .destacar el
: '~on'do .ancestral con cuidado exquisita'. ,¡:>or"¡dich~ razón él
, habría 'comprendido perfectamente ~i;';'p~~ar' por .no ser
.", capaz, por falta de tiempo, de: considerar -Ios más remotos
:"":, ' antecesores de, KJiYNE~. Esperemos que alguien llevará' a
, 'cabóesta tarea y. contentémonos.: aquí, . con referencia una.
'. ~ sus padres, .llena de~~fuiraci6n.>Nació, el' 5 de junio de
I .. I

t j ' ~ " I • , . ' r.. •'

••. "ir r,' .',

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~ \ J 1 4 ",, l. , ,."

, ~- (*) 'R,eproducicÍo"': de':'T)iéAme;~'qan ,.,'~co'?torn,ic Review, Vol.


xxxy¡, n:o
4, septíembrexíe 1~94~~""" ,j, ;':- .' •
" (1)' lDlcho 'ensayo -'consiste una .'recensión de la obra de "en'"
'"
W. l. 'J. 'GUN, stu(ties"<~n,!Hereditary" Ability, 'y .fué publicado en
The Nation and 'Atnenaeum 'el 27 "de marzo de 1926,. Posterior-
mente fué íncluído en el volumen .Essays" in Biography, 1933. Esto
volumen arroja más' luz acerca de KEYNES como hombre y C01110
, Intelectual que 'cualquier otra de sus obras. Por consíguíento, 1110
. referiré al mísmo más de una vez.
-.
",',- ." -
'l.

·,'1

, ,"328 '. DIEZ GRANDF;~, ECONOMISTAS'

"1883, hijo prímogéníto.déPr.onásca ADA: I{EYNES J hija del


reverendo loHN BROWJ',P~·'P"',y,.de'JoHN:NEVILLEi K'l~YNES~
bibliotecario de .,.~~'~·::U\ilyersid~q "de ":'Cambridge; su madre
fué una pérsona d~':aptlt:qd:' Y:' 'encanto completamente ex··
cepcionalésvy, negó iserf'en>~na. "'ocasión.alcaldesa de Cam- "
'1 -, ',: bridge ; su, padre; conocido .de. todos nosotros cOWQ' , lógico
.... . ~w~pe~t~':i;:f~!iIó,autor, . ~r;t;.~ . ?~r..~f c~~'~s,~ ~e una. ~~ las
, méjoresrnetodologías de la Economía (.2). 1 , r d' '"

',;' I'P'erfuíta'senós' 'señalar el amoiente académico-eclesiástico


l'qh~
• ,
"ró(i~6¡'
,.', "1
eiÍsus

'comienzos jal sujeto del 'presente -ensayo,
',.' , '..'" '. ~,
, Las implicaciones de .dicho ambiente -;- Itarit6;.1~s.'cu~¡idades .:
, "típicamente .británicas del niismo. corno "ei .elemento" 'nobi.
•\. . ,1, ~ '. ", \'. (I~ 1 ."...' , . , ' ' . ' '\..

," .' .Iiario que "contiene' - .resultan .: todavía ,.'"más claras', cuando
" '·a~ñ'adi~os. dos' 'nombres : Eton.· y '~l"I,I{in.g"s,i CoUeg'e' d~;' Carn- .
'bridie. .La ' . !nay'~-r parte:', de nosotros' somos profesores.iy "
l~'s ~ profesores son' propensos a/, exagerar 'la inflúerici~~~:";for~,"
matíva d~ la enseñanza.' p'ero' nadie '~e atreverá a .reducirla
, a "cero 'Además, nada' demuestra que la .reacción de JOHN .. '
.l\,1AYNA~D fuera cualquier otra cosa que positiva...Parece
también que durante.' su carrera académica disft~t6 'de mu-
chos lé~itos' (3). En' 1905 fué elegido presidente de .la' ¡U~ión
,de Cambridge. En .el mismo año obtuvo la, calificación .de
duodécimo «Wrangler»' en su .examen de Matemát.i~as~' ",
" ConvíeneqúeIos.teóricos no olviden la últimadistinción;.
la cual no puede ser alcanzada sin poseer cierta aptitud paré
las Matemáticas. y sin habér realizado un duro, esfue~z~"
duro esfuerzo que basta 'de~'pués para .facilitar: a. hombre v, un
que se ha disciplinad~,'de tal modo para 'adquirir 'y dominar

'(2) scope and Method ot Political Eco~omy (1891). 'El meré-


oído éxito de este libro admirable queda registrado por el hecho "
de que en 1930 rué necesaria una reimpresión de la cuarta .edí- .:
. cíón, publicada en 1917; en realidad, ha superado hasta tal pun-." '. .
to las .controversias y 'polémicas surgidas durante medió. siglo , ,~
, acerca' de los problemas que aborda, que incluso. hoy los estu- '
. dios .de metodología difícilmente encontrarán mejor, guía. , ,1 .

" ::,' '(3)""Eton sígníñcó siempre mucho 'para él. Pocos .honores "de ,~
los que recibió posteriormente, le causaron tanto corno su -elec- '.. ' ~ ,

,\(~ión por."lós . «masters» como su representante en erconseío 'ad-.


.mínístrador de Eton.. ,~"" ' " ", ..
:. < ,1,. «, ~ 1I
'" l'
J'.
.... ..~~, ... , ~.'
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I ,
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• J, , r

. . . . .1,'" I
JOHN MAYNARD KEYNES ' 320

cualquier técnica más. avanzada que desee poseer. Así re-


· conocerán la mentalidad matemática que.se encuentra en la
,,- I 'base de' la' parte- puramente científica ,de la obra' de I{EYNl!S;
-. ·X,: t~l'"vez,' también, ·las .huellas de 'un, aprendizaje semíolvi-
, 'dado. Y', algunos de· ,ellos.' podrán preguntarse las' razones
,1 por ias' 'cuales se' mantuvo alejado de la 'co~ri~~te de la, e~o­
, ,,: ,- nomía .meternátíca que -alcanzó p.n..p~im~r -momcnto de es-
plendor exactamente
~'
. , , ' I
.cuando-él, por vez' primera,
1
éntró en 1" "

escena.: No es esto todo: Aun 'cuando: nunca fué definitiva-


. '!Úente 'hostil.a la economía \natemátíca ~ .incluso 'aceptó la .
'. presidencia de la' «Econometric. Society» ,~, no arrojó nunca
, el. peso-de su autoridad en la-balanza, 'consejos que diót.-os
al," respecto- fueron casi' siempre '''invari~bié,ibente.negativos.
En ocasiones su opinión, expresada. en ,con\r,ersacion~s pti-'
·
vadas, revelaba -algo muy '
-
cercano
. ,
a.'IÚi"~ntii:>atía.:·
,;.,
.. ,,'

No' es preciso ir muy lejos para encontrar tÍ~~l' expli-


:'éaci6n. Las realidades. más' considerables en'· economía mate- '
," "inátic~' pert.enecen', al . campo' que ~Í1-'~ todos los ramos- 'del
, ',s~be~ s~' denomina-eciencia pura».• LÓ's .resultados 'aicanzados
" . ,tie~en poca sig~ifi~a'ció1l;'
l' ',C0i11'O: ocurre, ,en' cualquier
--! o

caso' ~ sobre las, cuestiones prácticas, Y fueron .precisamen-


\ ".' .' J , " • '

"~~, las cuestiones _polít~9as,' las que monopolizaron absoluta-


¡

mente las brillantes aptitudes de


-I{EY:NES. Sin embargo, .era
demasiado .cultoy demasiado inteligente .para .desprecíar las
sutilezas de la Lógica .: Ha~ta~ierto puntoJe atraían ; más I

: allá de dicho pun te-procuraba soportarlas; 'petó' l11;~~, allá de


un'
o

o. límite .que no tardaba demasiado. en alcanzar perdía la


paciencia. L J ari ,pour 'Zjart no formó parte. de 'su credo cien-
.tífíco. Si en. otros respectos',' fué un progresista, no 10 fué
o

en'
cuanto-se r.efiere al 'método: anaÍí'tico. Tendremos ocasión
de, 'ver que .esta car~~térís'ti~a"s~bsist~ también en' otros as-
pectos independientes del empleó' de Ias 'Matemáticas supe-
· riores, Si el fin. le
'pare~ía s~f~,cienterp.ehte' justificativo. ,:110
" .rehusaba recurrir a argumentos tan- crudos como los de 18i1'
..'fHOMAS MUN.' .., ,- . '
330 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

11
Un inglés que llegaba a la mayoría de edad, procedente
de. Eton y de Cambridge, que estaba apasionadamente- in-
teresado en la, política. de su patria, que había. conquistado
la presidencia de' la Unión de Cambridge. en el año sim-
bólico de 1905, que marcaba el fin de una época y el co-
mienzo de otra (4), ¿ por qué no emprendió la carrera po-
lítica ? ¿ Por qué en vez de ello' fué al «India Office»? En
la decisión que adoptó entraron muchos pros y contras, el
dinero entre ellos, l)crO existe un aspecto en la misma que.
es esencial señalar. Bastaba una hora de conversión con
l(EYNES J para que cualquier persona descubriera que era el
menos político de los hombres, El juego político, como tal
juego, 110 le interesaba 111ás de cuanto-pudieran interesarle
las carreras de caballos, O' la teoría pura per se. Dotado de
cualidades complctmucntc excepcionales para el debate y la
polémica y con una an'11<la percepción de los valores tácticos, .
no sucumbió, sin cll1hargo, a la atracción - en ningún país
tan poderosa como ]0 (~H cu Inglaterra - del mundo de los
cargos políticos. Un partido HiHni.ficaba poco o nada para. -él.
Siempre estuvo dispuesto a cooperar con cualquiera deci-
dido a apoyar las. medidas que 61 propugnaba, y también
a olvidar cualquier choque una vez pasado. En cambio no
estaba dispuesto a. colal xirar en otros términos, y mucho
menos a someterse a cualquier jefatura. Sus adhesiones fue-
adhesiones a las medidas adoptadas, y no a individuos o a
grupos. Y si fué poco respetuoso con las personas, menos 10
fué con, los credos, ideologías y banderas.
, Entonces, ¿no reunía las condiciones ideales para des-
empeñar el papel de funcionario civil, naturalmente idóneo
para llegar a ser 11110, de aquellos' grandes y' permanentes
Subsecretarios de Estado, cuya influencia· discreta ha pesado
tanto en, la formación de la historia reciente de Inglaterra?

(4) La victoria de CAMPBELL-BANNERMAN se había trocado en


derrota y en enero de' lS06; había surgido en el Parlamento el Par-
. tído Laborista, '. . .
JOHN' MAYNARD KEYNES

Creo que servía para cualquier cosa menos para esto. No lo


'gustaba la política, y aún menos la labor paciente y ruti-
naria, mediante la cual, y con buenas maneras, es posible
domesticar a aquella bestia salvaje y refractaria que es el
político. Y fueron, precisamente, estas dos propensiones
negativas, 1~ 'aversión a la arena política y la aversi6n a la
burocracia, las que le empujaron hacia desempeñar el papel
para el cual poseía aptitudes innatas, .y 'para el cual encon-
, tró rápidamente la forma que se adaptaba a la perfección,
sin abandonarlo ya én toda su .vida. Sea cual sea nuestra
opinión acerca de las leyes psicológicas que formuló más
tarde, debemos señalar que desde su ·juventud logró com-
prenderse perfectamente a. sí mismo. Esta es, en efecto,',
una de las principales claves de su éxito - y también el
secreto de su felicidad, porque, si no me equivoco rotun-
damente, su vida fué una vida emin.entemente feliz., .
Después de dos años en el «India Office» (I906-1gOS),
regresó a su Universidad, aceptando el cargo de ieúourex:
el King's College (1909), situándose rápidamente entre sus
. colegas de Cambridge. En sus clases profesó la doctrina ne-
tamente marshalliana, centrada en el Libro V de los Princi-
ples, la doctrina que llegó a dominar corno pocos pudieron
hacerlo, y con la cual permanecería identificado en Ios
veinte años siguientes. .Guardo en mi memoria la imagen
que ofrecía, por aquel .entonces, a un visitante ocasional de
Cambridge, la imagen de un joven profesor, enjuto, de
<expresión ascética, con. mirada .relampagueante, absorto ,y
tremenda.mente serio, vibrando, a impulsos de una impa-
ciencia reprimida, un formidable polemista que nadie podía
ignorar, que todos respetaban y que algunos amaban (5).
El .desarrollo de su fama queda registrado por el hecho de
que ya. en, 1911 fuera nombrado director del Economic [our-
nal., para suceder al primer director ED<;iEWORTH. Esta !)o-
sición clave en el 'mundo de la Economía, la ocupó sin in-

(5) Mi propio conocimiento de KEY.NES, que me produ,Jo un:,


ímpresíón totalmente diferente, se remonta tan sólo u, lU:'.'I.
332 DIEZ Gl:tANDES ;mOON'OMI'STAS,

terrupción y sin desmayar en su ardiente celo basto. la pri-


mavera de 1945 (6). Considerando la duración de su 'cargo
y las demás ocupaciones que atrajeron ,su atención, 5t1 ac-
tuación corno director de la revista fué verdaderamente 110...
table, y, en realidad, casi increíble. Y no se trata tan 5610'
de .que orientara la marcha general del [owrnai y de la «Ro..
yalEconomic Society» , de la cual fué secretario. Hizo mu-
cho más que esto. Muchos artículos nacieron a consecuencia
: de sus sugerencias; todos fueron objeto de su atención y de
sus críticas, que iban" desde las ideas y los hechos. conte-
nidos hasta las cuestiones de puntuación (7). Todos conoce-
lTIOS los resultados, sobre los cuales cada uno de nosotros
posee, indudablemente, su propia opinión. Pero creo que
expreso la opinión de todos nosotros afirmando que, consi-'
derada globalmente, la labor de I{EYNES como director 110 '
, 'tiene rival desde que DUPONT DE NEMOURS dirigió las Ephé..
mérides.
La labor realizada en el «Indian Office» no fué' más q?-e "
un aprendizaje, incapaz de dejar huellas abundantes en una
mente menos fértil. Constituye una mu~stra altamente re-
veladora, no sólo del vigor, sino también del tipo de ta-
lento de KEYNES J que aquella tarea fastidiosa diera frutos en
su caso: su primer libro ~ y .pritner éxito - se titulaba
Indian. Currency and Finance (8). Se publicó en 1913, cuan-
do fué nombrado miembro de la Comisión real sobre finan-
zas y circulación monetaria en la India (1913,..1914). Creo

(6) EDGEWORTH volvió a actuar como director adjunto, de


1918 a 1925. Fué sucedido por D,. H. MACGREGOR, quien .actuó des-
de 1925 a 1934, para ser a su vez sucedido por E, A. O.' ROBINSON
(que había sido nombrado director auxiliar en 1933).
(7) En cierta ocasión explicó pacientemente a un colaborador
extranjero que mientras les correcto abreviar exempli araiia en
e. 'g., no es correcto abreviar, «ror ínstance» (por ejemplo) en
j. i., solicitando a continuación la autorización de dicho colabo-
rador para efectuar el cambio.
(8) En 19.10...1'911 pronunció una serie de conferencias acerca
de la Hacíenda de la India en la London scnoot 01 . Eccmomics.
Vid. -F. A. HAYEK: «The London School of Economiés», 1895-
1945, Economica (febrero de 1946), pág. 17. '
JOHN MAYNARD KEYNES 333

que es correcto calificar dicho libro como la mejor obra


inglesa sobre el patrón oro.
Sin embargo, subsiste una 'cuestión alejada ,de los mé-
ritos intrínsecos de la obra y que se resume, en la pregunta
de si cabe señalar en la obra. algo que apunte hacia la
'General Theory. En el prefacio que escribió para esta últi-
ma obra, 'Keynes declara. que sus doctrinas, formuladas en
1936, le parecían «una evolución natural de las ideas que
l1e seguido durante varios .años». Acerca de esta cuestión
hablaremos más adelante; pero ahora me atrevo a afirmar
10 siguíente : aun cuando el libro de 1913 no contiene nin-
guna de aquellas proposiciones características del libro de
1936 que le' convirtieron en «revolucionario», la actitud ge-
neral' hacia los fenómenos monetarios y hacia la política
monetaria por el- KEYNES de 1913, anticipan claramente el
. KEYNES del Treaiise (1930).
La regulación monetaria no era entonces una novedad
---..;. por esta razón precisamente' no debió ser proclamada
"como novedad en la tercera y en la. cuarta década 4el pre-
sente siglo - , y la preocupación -por los problemas de la
India fué especialmente apta para sugerir la idea de su:
naturaleza, necesidad y posibilidades, Pero la profunda
concepción de KEYNES acerca. de la influencia de la misrua,
no sólo sobre los precios, importaciones. y exportaciones,
sino también sobre la producción 'y la ocupación, contenían
un elemento de 'novedad, un elemento que si nq determinó
'exclusivamente su trayectoria futura, la condicionó desde
'luego. Además, debemos recordar la íntima relación que
existió entre su desarrollo te6'rieo en los años de la post-
, guerra y' las situaciones concretas en las que fué requerido
su dictamen, situaciones que ni' él ni ningún otro' podían
haber previsto. en 1913; sumando las implicaciones teóricas
de ln experiencia inglesa en la tercera década. de este siglo
lL la teoría contenida en Tndian. Currency and Finomce, se
obtiene la sustancia de las ideas keynesianas en 1930. Esta
afirmación 110 es exagerada. Incluso podría ir más lejos
DIEZ GRANDES' ECONOMISTAS

-".- 11f1 ])OCO por 10 menos - si no temiera caer en un error"


que ~5, l11UY común entre los. biógrafos.

II!

En I9I5 nuestro funcionario- público potencial, revestido


por el ropaje académico, se convirtió en un· funcionario
real. al pasar a formar parte de los cuadros técnicos del Te-
soro. Las. finanzas inglesas, durante la primera guerra
mundial, fueron eminentemente. «sólidas», .constituyendo
una lección moral de primer orden. No sobresalieron, en
cambio, por su originalidad, y es probable que el entonces
joven y brillante funcionario adquiriera un sentimiento. de
disgusto hacia la mentalidad y hacia las opiniones del Te-
soro, . que luego llegó a ser muy pronunciado. Sin embargo,
sus servicios fueron muy estimados, toda vez que' fué elegido
corno principal representante del Tesoro en la Conferencia
de la Paz - dicho nombramiento podría haber sido una
posición clave d~ haber sido posible la existencia de una
cosa semejante dentro de la órbita de LLOYD GEORGE -'-, y .
también nombrado representante d~l Canciller .del Exche-
quer, . en el Consejo Económico Supremo. Es más sigui- ,.
ficativa que todo 10 anterior,· desde el .punto· de vista del I
biógrafo, su repentina dimisión en' junio' de 1919, tan ca-
racterística del hombre y de la clase de funcionario que él. ;,'
I
era. Otros hombres albergaron un sentimiento de desean..
fianza hacia la paz, pero naiuralmenie no podían expre-
sarse abiertamente, I{EYNES estaba hecho de otra pasta. Di- .
miti6 y' explicó al mundo el porqué. Y a la vez conquistó
fama internacional..
Su' libro Econo11~ic. Consequences o] the Peac'e (19 1 9) .j.
logró una acogida de tal naturaleza que convierte la palabra
lj~xito en un 'lugar común e insípido. Aquellos que son
r
'incapaces de comprender la fusión del mérito y de la suerte
t 1irán sin duda que KEYNES no hizo nada más que escribir

lo que ya estaba en la boca de cada hombre sensato; que


Hl' encontmbc excelentemente situado ,para conseguir que su
JOHN MAYNARD I{EYNES

protesta resonara a través de todo el mundo ; que fn(·, ln


protestaen sí y no sus razonamientos la que logró ser oí<la
y la que consiguió la adhesión de miles de corazoncs ; y
. que, en el momento de lapublicación del libro, la corriente
estaba ya dirigiéndose hacia el mismo camino. Hay alg'()
de. verdad en todo, esto. Desde luego la ocasión era 611~('t\.
Pero si por esta causa negáramos la grandeza de la realiza..
ción, ello 'equIvaldría a borrar, completamente esta frase de
las páginas de la Historia. Toda vez que no hay grandes"]
realizaciones sin la preexistencia de grandes. oportunidade0~t
La realización consistió, en primer lugar, en .Ia eXhibi-
ción de una gran valentía moralvPero el libro en sí es una
~iez~ ·malestra, fabud~ddadndod en. sdabdiduría. prl~c:ica a la que .
Jamas f a ta pro un 1 a ; espiar a amente OglCO pero nU11-
-, ca frío; genuinamente humano sin caer en· ningún senti-
1
mentalismo ;. afrontando todos los hechos sin vanas lamen-
taciones pero también sin desesperanza: en resumen, con- \
tiene consejos profundos apoyados en un análisis profundo. \
y a la vez es una obra de arte. La forma y la materia. se
adaptan m.utuaniente a la perfección. Todo está en su pun-
to; nada rompe la armonía. Ningún elemento ornamental
contradicesu sabia economía de medios. La elegancia de la
exposición ~ jamás volvió a escribir con tanta perfección -
hace resaltar su simplicidad. En los pasajes en los cuales
'KEYNES intenta explicar, en. términos de 'las d1'a1na~.tis pe1-:"
sonae, el trágico fracaso de los objetivos que se querían
alcanzar con la Paz de Versalles, se eleva a cumbres alcan-
zadas por lTIUY pocos. (9).

(9) \Tid. las páginas 2'6 a 50. .sobre el Consejo de los Cuatro,
reproducidas con el importante Fragjnento sobre L:r.oYD IGEORGE
en los Essays in Biograpihy. Es desagradable tener que consig-
nar que, por aquel entonces, algunos adversarios, de las opinio-
nes de KEYNES, obligados a retroceder a impulsos de la lógica
victoriosa, recurrieron al escarnio acerca de su modo de pre-
sentar algunos 'hechos y de su interpretación de ciertas motiva-
cíones, sosteniendo que no se encontraba en posición .de juzv;o.r
ni aquénos ni éstas. Teniendo en cuenta que esta acusación que
pone en duda la veracidad de KE:YNES ha sido repetida recten-
temento en una causerte publicada. en una revista. ameri,cana,. Cf4
necesario, en primer lugar, llevar al convencimiento del lector
DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

l·~l
contenido económico del1ibro, así corno el de A Reui-
01 the Treaty (1922), que completa y en parte corrige (
Si011,
el razonamiento, es muy simple y no requiere ninguna téc- \
nica refinada. Sin embargo" contiene algo' que reclama nues-
tra atención. Antes de embarcarse en su gran tarea de per-
suasióri, KEYNES trazó un esquema del aspecto económico (
y social de los hechos políticos que se proponía examinar. '
Con pequeñas variaciones terminológicas dicho esquema
puede resumirse en,' la frase siguiente: El capitalismo del I
laissez-jaire , aquel «extraordinario episodio», había llegado
a su fin ·en agosto 'de 1914. Habían: desaparecido rápidamen-
te las condiciones bajo ias cuales la iniciativa de los ~mpre­
sarios bastaba para asegurar éxitos continuados bajo el im-
pulso' del rápido crecimiento de la población y por las
abundantes oportunidades para invertir que eran renovadas
sin cesar por los perfeccionamientos tecnológicos y por una

de que ni un sólo resultado del análisis de KE:YNES y ni una sola


de sus recomendaciones practicas, dependen de la correción o
incorrección del cuadro que .él trazó acerca de los móviles y 'las
actitudes de CLEMENCEAU, W:n..sON y LLOYD GEORGE. En· segundo
lugar y toda vez que constituye parte del objetivo perseguido en
el presente ensayo trazar el perfil de un carácter, es necesario
probar que no existe absolutamente el menor fundamento en
la acusación de que KEYNES se dejó nevar en volandas por una
especie de «fantasía poética» y que pretendiera poseer W1 cono-
cimiento íntimo de un «arcano» al que no tuvo acceso, lo cual,
-en el mejor de los casos, le haría culpable de vanidad ridícula
y, en el peor, de algo más que eso. Pero la prueba a la. que nos
hemos referido no es difícil de sumínístrar. Si el lector lee el
magistral ensayo, como espero lo hará, encontrará que KEYNES
no pretende que sus relaciones fueran ín timas con ninguno de
aquellos tres hombres, y tan sólo se refiere a su conocimiento
personal con LLOYD tGEORGE. Ni tampoco habla para nada de las
reuniones privadas de los Cuatro ,(EH cuarto era ORL~DO), sino
que tan sólo describe reuniones ordinarias en el. Consejo de los
Cuatro,a las cuales él debió asistir' en su cualidad de funcio-
nario, en reuniónc.on otros expertos. Además, su exposición.
acerca de los aspectos personales de ,los pasos que, se dieron en
el camino que condujo al resultado final desastroso, queda sólí-
damente cimentada por una evidencia independiente: su brillan..
to historia no es más que, una interpretación razonable de un
(~UrRO de acontecimientos conocidos por todo el -mundo. Final-
mente, los críticos deberían haber tenido en cuenta, que la cí-
LlLctlt interpretación es ampliamente generosa y que está perfec-
j,aliu"tl.to libre de cualquier huella de resentímíento, incluso ex-
"lh',ahlc', que KEYNES pudiera haber sentido..
JOHN MAYNARD KE,YNES

serie de conquistas de nuestras fuentes de subsistcnciru: ,v


de materias primas. Bajo tales condiciones no había t:xhiti(l()
. ninguna dificultad para absorber los ahorros. de unn Tuir..
guesía que seguía' 'fabricando pasteles «para no comerlos»,
Pero ahora (en 1920) dichos impulsos iban extinguiéndose,
el, espíritu de la empresa privada iba languideciendo, lnn
oportunidades de inversión fueron desvaneciéndose, micn-
'tras el hábito burgués' del ahorro había perdido su función
social; 'realmente su persistencia contribuía a empeorar las
cosas más de cuanto fuera deseable.
Aquí, pues" encontramos el origen de la tesis moderna
del estancamiento, calificativo' que la distingue de la que
podernos encontrar, si queremos, en' Rrcanno. Y también
'encontramos aquí el embrión de la General' Theory . Toda
«teoría» que abarque un estado económico de la sociedad se
compone de dos elementos complementarios, pero esencial-
mente distintos. Existe, en primer lugar, la opinión del teó..
rico acerca de las características básicas de aquel estado de
la sociedad, y acerca, de 10 que es, y de 10 que 1?-0 es impor-
tante para comprender la vida de la misma, en una época
determinada. Permítasenos denominar a esto su visión. Y
existe, en segundo lugar, la. técnica del teórico, un aparato
por medio de} cual conceptualiza su visión y la transforma
en proposiciones concretas O' «teorías». En aquellas páginas
de las Economic Consequences 01 the Peace no encontra-
mos nada' del aparato teórico de la. General Theory : Pe~o sí
encontramos, en cambio, la totalidad de la visión social y
económica de las cosas, de 10 cual aquel aparato es el com-
plemento técnico. La. General Theory es el resultado final
de una lucha prolongada -para: convertir aquella visién: de
nuestro tiempo en amaliiicamenie 'operativa.

IV
Para los economistas de tipo «científico», I{ltvNJ'~~; (~~j.
por supuesto, el I{ltYNES de la General Theory, Parn rr-rulir
de algún modo t111 tributo de justicia al desarrollo l'(~('1il'illcu
22
- .'

JI".' "

338 DIEZ GHA1'l'DES,E:CONOMISTAS


, I .'" "

. que conduce a la lnisnia, desde Ias Consequences '01 .the' , .J::,.,


Peace, y del cual Ias principales 'etapas están marcadas por,
el T'raci y po~. e¡ Tr~dtiseJ .me veré forzado' a dejar a ,un' '1,"

lado muchas cosas,. queno 'deberían ser silenciadas. Con todo . \


- ~ ~.,

.recogeremos en nota 'a ;pie, 'de 'página (10) tres prolongacío-


'nes ,'de, Ias ' Consequences.: y también debemos' decir .algo
acerca, de<A Tréat~se ó~ ~proba,bilitj,. que ',él -publicó en ,1921 ..
. -Creo que 'no, ¿'s 'necesario detenerse demasiado considerar en 1

'lo que',' KJEYNES <répr~sen:te para' .la teorí~" de 'las' .probabili-


',' dades, aun" cuando 'susinterés 'por 'J~ m,is.m~ 'S~' 're~~nta', a
.bastantes-años jat~~s, toda vez que fué el; terna elegido-en su' /
.. -disertación .para alcanzar el -grado Fell'~rW. .Lavcuestión ':' ',ae,
':qu~"r~álIÍ1ente n~s 'interesa. :es" la.··de··áveriguar ,q:üé ,~c,Q.s~: 'sig~-:'ft;
.nificó l~ teoría "éÍe l~'s'· probabilidades para KEyNES. 'Ú:ésde 'un.
. '~Ul1tó ";de vista .subietivo parece "que :·fué.,~ una. válvula 'de.:',"
. , ,J I ~ • q. ft . . . .... ..... ;

..' (-;..,' ,j .'


" ,.~,~ '., ' , "

. "t~ . '·l _
"'1.
1lI. f.

,1 " (10), .Son: su artículo .sobre poblacíón. Y' la' subsíguíente 'COlJ.- k'

troversía con Sir WILLIAM .,BEVERIDGE (Economic ~ Journal, 1923);


... 'su folleto T'f.1,e End, 01, tsussee-rosre .(1926), y su artículo sobre-el - í,'
«IGerman Transfer .Problemx-en : el
Eco'nomic 'Journal (marzo' de'
1929), .con las' réplicas subsíguíeñtes a. .las críticas ~e <:)HLIN y
RUEF,F. Las primeras 'tentativas; para' .coniurar el fantasma' de '
1,

.MADTHUS~ para defender (én-el.comíenzo del período en que, abun- .v-


, daron las /masasde,' subsístencías y de roaterías primas. que 'no :,' l'

',en,contraban comprador) la' tesis' de que después de 1,906, la Xla-,


.turaleza había .comenzado. a "responder con menor r generosidad "a, "
\Jos esfuerzos' humanos-v que .ía siiperpoblación . era- el-' gran pro-
,,' .blema o uno de .íos grandes problemas de' nuestra época, cons-' ,
, :,/ tttuye tal vez la menos ,feliz de', todos, sus esfuerzos y a la-vez
lO

. revela unreíemento 'de descuido" en- su "confección' 'que .ní sus más'
" -rervíentes partídaríos ;p6drán', negar.Acercade 'i'hé' Erl4' oj Laissez- A • . : '-

. [aire, "basta .decír .que -no -se encuentra en' su .contenído lo que, " .'
, sugiere SU ~ título.' Ni . siquiera cabe .compararse esta obra' con la : .
que escribieron IQsWEBB. .:El' artículo, 'sobre 1as' reparaciones 'ale-, .,
manas revela otra faceta, de "su carácter; tué :escri~o a .impulsos' .
, de 'un <sentímíento .,~e generosidad y .apoyándose ,: en "la más ex-,'
1

,quisita prudericía .: política';"" pero desde "el .punto de vista teórí- ",'
00, adolecía .de. muchos 'defectos' ,y, ' en "consecuenoía, no' fué difícil, ~
para OHLIN y RUEFF refutarlo. ~ Es. dffícil comprender cómo KEY':" , "
NES' .no advirtió "los esbalones débíles .en su: cadena argumental.i
Pero, cuando se entregaba al servicio de una causa en, la que-'
creía, llegaba,- al impulsos' de un apresuramiento noble, a olvidar ~
los defectos de -la manera con. la que construía sus flechas, Un
examen detenído . de 'la selección titulada Essays in trersuasíon.
(1931) constituye, tal 'vez, el mejor método para estudiar la cua...
Uaad' de su razonamiento en las partes no próf'esíonales de su
obra. " . ' .
; ¡; ',' <l.. ,e* roPq. ;:r; \," • (~ "
1, ,\~ "'~',;" i :,...

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t,' " v, " 'l. ""," •/ ~, , ,#~', ..' r'

, :escape:, 'para .unp: mente incapaz de .encontrar "satisfacción . ,


•• ', ,1)1", , .
.... ' . I , ,

'~< completa, en Ios-problemas del campo .dé-couocimientos, al .-


t \.:1 ~":cú~l tanto p.or'. un' sentimiento de d~beF"~'p,ubli'co,como'pOF .'

ser' .elde 'su .preferencía, dedicó 'la '~ayo:r"'parte del su 'tiempo, "
.. ,y de sus .energías. 'J~'mas' albergó tina :'gr~'n" opinión acerca
.,:·9~"'las. 'posibilidades p~ramehte' int~tectua:ie;·/de, la :Econ'b~
". : ' <iPí~.· Cada vez 'qu'e deseó, respirar el aire de las gra'ndes'.,o '.) • s ]

,. 'alturas' prescin<Hó'de nuestra teoría pura. En él .había algo !


. ",' I 'dé :filósofo o de epístemólogo. Estuvo interesado' en' WITT-'

, 'GE.NStfEIN. y fué un gran amigo de aquel gran pensador que '


J', •• '

" murió en plena juventud, ERANI{ RAMSEY} ya, cuya memo-


ria .erigió un monumento encantador (Ir). Pero una actitud
m eramente receptiva 110 habría podido sa tisfacerle ; necesí-
taba emprender el vuelo por sus propias fuerzas.' Y es alta-
mente revela.dor de la fndole ,de su mente 'el hecho de que
eligiera precisamente 'Ia teoría de ·las probabilidades para
tal propósito; una. materia erizada. de sutilezas lógicas y
\ .no desprovista de, connotaciones utilitaristas. Su voluntad in-
i, . ,"dqmaple~r~'dujo 10 que', visto-desde el ángulo e~ .que yo
". :,' "me iesfuerzo en .contemplarla, -fué indudablemente una .bri-
'.'> liante. realización, prescindiendo de cuanto puedan tener ,q~~ .
.; .decir ' de Iárnisma Iosespecialistas, singularmente los 'espe-. ,i ,
.cialistas no afectos:a' -la U~ivérsidad de" Cambridge. " .'., "
Estamos: pasando de ·ia".-9bra. ,al' hombre. Aprovechemos
la oportunidad par~' .examinarle co-n.rnayor. detención, ::a;~p~a
regresado ¡{ing' s. Collége 'Y 'a al
clase de vida .que llevaba' la r

antes deIa {gu~rra·.' P~ro dicha .clasé 'de'·Yida s;e"h~bfa des-'


arrollado y ampliado~'C~ntilú~ó'~ien:d>6,,'uí{' a~tivo' profesor y .
. . un'" laborioso inveStigador';
," \.'
c~,~ti~~¿
,1
'.dirigiendo:"'" el' Journal
...' '.
;
continuó haciendo suyas las preocupaciones públicas, Pero
• • t \ ¿> 41 • • - . l· t~; I - , . • • • •

(11)' En The New statesman ~~rJ,' Nati~~~,:q~i '3:d~ octubre de


, 1931, reproducido más tarde .en 1<)'& Ess'ays· in '}~iograp'l:ty. Oomo
apéndice a este ensayo, la pieza, más cálida y, arectuosa que ja-
más escribió, figuran una antologíavde p~nsámi~htps extraídos
de las notas de RAMSEY. Las citas, por supuesto, expresan las
opiniones de R,AMSEY, y no, las de KEYNE:S~ .pero nadie elígíría,
en unu, ocasión como ésta, pasajes que no susciten una nota de
simpatía Por esta causa las opíníones de RAMSE:Y se convierten
1\ !' en indicios reveladores de la filosofía de ·KE,YNES.

, \ ~ "; ',' "


340 DIEZ GRANDES E:CONOMISTAS

aun cuando reforzó los lazos que le unían al King''s College


al aceptar la importante (y laboriosa) función de 13u1~sar,
(tesorero), ' la, casa en Londres, en la calle Gordon Square,
.múrnero 46, se convirtió pronto en su segundo cuartel ge-
neral. .Adquírió una participación ien el periódico. T he N a-
iion, del cual llegó a ser presidente - dicho periódico
sucedió en 1921 al Speaker} absorbió al A ihenaeuvn, y se
fusionó en 193,1 con el, The N e'7.V Siatesmam. (The N eui
Siaiesman: and N alion) ~ y en el cual llegó a publicar
una cantidad tal 'de artículos que habría bastado para ocu-
par la entera actividad de cualquier otro hombre que no
hubiera sido él. Igualmente logró la' presidencia de la N a-
iional Mutual Lije Assurance Society (1921"'1938), a la. cual
dedicó mucho tiempo, dirigiendo una sociedad de, inversio-
nes y obteniendo considerables ingresos de 'sus actividades
,en el mundo de 16s negocios. Janlás .hizo tonterías y menos. \
cuando ·se trataba de negocios y de hacer dinero: con toda
franqueza reconocía las ventajas de una posición indepen-
diente; y con no menor franqueza solía decir (entre 1.920
y 1930) que nunca habría aceptado el nombramiento de pro-
fesor porque no podía permitírselo. En adición a todo 10
anterior prestó una colaboración muy activa al .Economic
A d'Vi~ory Council y al Commiitee 01~ Finance and Industry .
(Macmillan Committee). En 1925 contrajo matrimonio con
una artista célebre, LYDIA -LOPOKOVA} 'quien, resultó una
compañera idónea y una colaboradora devota -- «en enfer-
medad y en salud» -,. hasta, el final.
La precedente combinación de actividades' no es una
cosa insólita. Lo que la. hace totalmente insólita y maravi-
llosa es el hecho de que él consagró tanta. 'anergia en cada
una de ellas como si hubiera sido la única. Sus gustos y
capacidad por el trabajo eficiente sobrepasan lo verosímil,
y supoder de concentración sobre el trabajo que tenía entre
manos era' verdaderamente gladstoniano : 'todo cuanto hizo
]0 llevó a cabo con una mente libre de cualquier otra cosa.
~(lh{a 10 que significa estar cansado. Pero no parece que
JOHN MAYNARD KE;YNES

llegara a saber 10 que son horas muertas de depresión e in-


. decisión.
La naturaleza suele castigar' con dos penas distintas a
,quienes intentan explotar .hasta el límite sus reservas de
.energía. Una de dichas penas la sufrió KEYNES .. indudable...
mente. La calidad de su obra se resintió de la cantidad de
la misma, y ello no sólo en .cuanto se refiere a 'la forma:
gran parte de sus obras secundarias muestran las huellas
de la prisa" y varias de sus obras más. importantes acusan
las interrupciones incesantes que perjudicaron su desarrollo.
Quien sea incapaz de darse .cuenta de esto - de advertir
que se encuentra ante ,una obra que 'no ha podido alcanzar
la madurez, que no ha recibido el toque final y definitivo -
no podrá rendir el tributo apropiado a las potencias men-
tales de KEYNES (12). Pero la otra pena le fué ahorrada.
'En general existe algo, de inhumano en las máquinas
humanas que utilizan totalmente hasta la última. onza, de su
combustible. Los hombres de semejante clase son general-
mente -fríos en sus relaciones personales, inaccesibles \ pre-
ocupados. Su obra constituye su vida, ningún otro interés
existe para ellos, ocaso de existir son de la clase más su-
perficial. Pero KEYNES era diametralmente opuesto a todo
esto: era' el compañero más encantador que se pueda ima..
gínar, -encantador, amable y alegre, en el sentido en que
precisamente son encantadores, amables y alegres, aquellas
personas de mentalidad superficial y cuyo primer princi..
pío consiste en evitar que cualquier preocupación, pueda de..

(12) El ejemplo más evidente lo ofrece el Treatise on Money,


que constituye la reunión de diversas piezas de trabajo vigoroso
pero incompleto, y unidas entre sí de manera muy imperfecta
(víd. más adelante, pág. 348). Pero el ejemplo más ilustrativo,
desde mi .punto de vista, lo constituye el ensayo biográfico sobro
MARSHALL (Economic Jourruü, septiembre de 1924). En él veteé,
evidentemente, todo su entusiasmo y cariño. Y, en real1dllo. f~:1
la biografía de un 'científico más brillante 'que jamás ho l(~f<i().
El lector que siga mi consejo leerá dicho ensayo extl"aynnclo I L la
vez placer y provecho, pero también comprenderá mojen' 10 qllo
intento decir. El ensaya comienza y .termina mnf~I,.){f1.mttt\l·ld,PI
pero para ser perfecto habría, necesitado dos Seml111HH UI(L,II flll
trabajo. .
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,
DiEZ GRANDES ECONOMISTAS' ,
'

1
. ",:.. generar en -trabajo. Su temperamento fué afectuoso, y . "
siempre dispuesto-a compartir .amistosamente las- opiniones.' .' I

intereses ,)7' preocupaciones .deotros. Fué generoso.. y no' sólo," ::


con dinero. Su; carácter sociable se~nanifestab.a en 'el placer ,',
que e~tra{a' de ia "ctb'nserva~i6n,.. el1. la,' cual: brillaba. singular.:.'
- mente. .. y' contrariamente a' una .opinión muy extendida,"
sabía ser cortés'; "cortés .a. la' antigua 'usanza, 'lO. cual requie-. j ,,\' I.

re tiempo. 'Pbf', ejemplo, ··rehüs6 sentarse .para almorzar; pese. .: ,


.. ~',haber recibidoavisostelegráficos ylt~lefónicos,,·ha~,ta-, que. ',,( ,
" . ~:t( 'huésped, retrasado "en su-viaje. por la' niebla. del. Canalv.": :
pudo-Ilegar a,ias c~'atról,de la. 'tarde'.. ,.l~" ' ! " ,,~' .. '1 . 't
l

.Sus intere'se~, no' profesionales fueronmuchos, 'y:'cada uno .-:


, ',o:.'

. .de\;Uos 'lo persiguió 'con alegre entusiasmo. Pero' esto 'no ;ba:'s~' "
, ·,ta.pa'ra obtener-una-ideacorrecta-Uiia vez más, necesario es
" reconoc~r" q.ué'· .\;xisten- muchos :',i~divid\íb's )que':~ ~~pesar' jle .,
consagrarse a- tareas absorbentes' .disfrutan participando .de
una manera pasiva ,en actividades recreativas. Lo que dis- '. "
.tingue el caso de KEYNES de los demás,' es que en él, el ;. '
recreo se transformaba en, -creación.. Por ejemplo, ,le atraían' .
las ediciones antiguas, las sutilezas' de las polémicas biblio-'.. "
gráficas .y los detalles de los caracteres, vidas y pensamierí- ," ,
tos de los hombres del pasado. Muchos hombres comparten'.
con él dicho sentimiento de atracción, excitado probable~",
111 en te en' el caso de I{J~YNJtS por los ingredientes clásicos '', ,
'.: que' entraron su form ación, Pero cuando se trataba: de~ ,'; ',.. en
satisfacer su atracción 10 hacía en su condición innata' de,' ,.',
investigador, y por ello debernos a su afición el que ~s~Ja.:. : :. ' ..
recería varios puntos de importancia no trivial en historia- ,
literaria (I3). Fué también un aficionado, y hasta cierto "
punto unbuen conocedor de pintura, y, en proporciones. más
l " '

'~'((13') Se síntíó muy! atraído por la literatura económíca y, por


.Ia literatura filosófica. En esta afición el profesor PIERO ·SRAFFA.t 1 "

'resultó ser un magnífico aliado. El mejor' ejemplo .que puedo cí- 4;..... ti

-tar de los 'resultados de su colaboración, es Ola edición del com- ' ,:,
pendió del' Treatise on Human Nature, de HUME, «reproducido 'y .
reimpreso con 'una íntroduccíón de J. l\[. KEYNES Y P'~'.SRAFFA», "en' "
1938.. La' : Introducción es un curioso monumento "de' ardor ríío- .
Iógíco.' ~ l. '. • • ': " "! .

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t .• fOHN' ·MAYN~RD· KEYNES. 343

. 'modestas, un- cOll'~c~ionista..' Le 'gustaban .enormemcnte las


'. buenas representaciones dramáticas, y fundó y financió gene-
."' ..: ".rosaiI;lente "el'. ·~am~ridge Arts' Theaire, inolvidable. para
~ '.'. quiénes 'lo conozcan. Enuna ocasióuunconocido suyo reci-
,'." ." (:'bió".la, siguiente nota, evidentemente .escrita 'en un momento
'. :.." devbuen humor: «Quérido.t ., si .déseas saber "qué cosa, en
.,' " .l! .este momento, ocupa exctusivomesue-mr tiempo, mir~ el
,,;',' ,:p~pet adjunto» ,(14)." El p~pela.djunt~,"cotisistíaen un' pro-
: grama '0' prospecto. del «Camargo Ballé,t»:,. I

v 1* . ,,/'

:- Volvamos - nuevamente, 3.1 caini~o.:·'principal.. Como 'he ,


dicho más arriba nuestra primera parada;" el Tr'act on. 1\10- es
1ie,tary .' Rejorm (1923). Toda vez' que, según 'KEYNES J el
, consejo práctico' constituye ,la 'meta,y 'la" guía' del análisis,
" ~haré 10 que, en el caso de otros economistas, debería consi..
.,: derar corno' ofensivo, es' decir, invitar .a Jos "lectores a exa-
..... minar, e~, primer, lugar, 10 que él propugnabá. 'Se trataba, .
fundamentalmente.. de estabilizar el' nivel de precios .inte-
.. ~ '. Ti~r.' , (
con
,
la' finalid~"d, de 'estabilizar la "~i't~aci6n fde
, - " " '
'los riego.. j

, '," ,~J., ~i9'S, 'concediendo atención secundaria también a, los medios


de remediar las. fluctuaciones, -a corto plazo, ,¿¡,el cambio exte-
,; \ rior~, Para conseguir tales. objetivos' reconleD:diba (fue 'el
.sistema' monetario ~reado,'por Ias' nécesidades de 1~ guerra
fuera mantenido .tarubiéri en la economía de paz; . la más I

audaz f~~ sus sugerencias, ~xpú:sta ~pn .,?l~a ':vehemencia evi-


; dente, completamente anómala en él, _fué la de desligar- la
I

·,,·,emisión de los:;bill~te~, de Bánco ~e la reserva. 'áurea, .que él,

? '1, 1'"
' : "JI,:'''' / ","~ ••••

I ~ > ,(14) '. 'El amigo de KEYNES,' una ~'persona, .muy desordenada, no
conserva cartas. Por lo tanto, . las palabras exactas de ,KEYNES
. no' pueden ser comprobadas." Pero' estoy .seguro de que la nota
'se reducía a una sola fras,e,' cuyo contenido coincide con el que
he recogído más 'arriba. El hecho debió' ocurrir hace. diez o
. quince años, tal vez 'más. En los últimos años de .su vida, sus
gustos' y actividades artísticas le nevaron a ser elegído «trustee»
(admínístrador) de la National Gallery· y presidente del ,00l180jO
para el fomento de la Música y de las Artes. ¡rrodavia mlLa tro-
}. , bajo! 1, , "

1, l'
• .' ,', ", '1, ~

344 nrsz GRANDES ~ECONOMISTA~'


,. ,
, ,
sin eiuburgo, deseaba 'conservar" expresando enfáticamente
la importancia que asignaba a la .misma.. '., ,.-
E~i$ten dos. cosas en .la '. ~olftica ,·que. "prppt1gn~ba ,que
, deben servmencionadas i. "primero;" 'su cualidad específica-: ..:;
mente inglesa ; segundo, .su sobria sabiduría y conservadu-
rismo desde el J:unto de" 'jJ~sta de. los intereses de I ng~ateira "
a corto plftzoy:~ld~t.la clase ',d~':inglés' aique' -pertenecío. "quien~'·
daba el~o~sejb,\I5}~~,)~~\l'nc'a' $Ef destacaráIo suficiente que el.
consejo: de K~Y~nis ..~fu;é .sienipreven' primer 'lugar,..' un con-
sejo para Inglaterravnácído ''le problemas británicos, incluso
'cuando era 'dirigiaó,a, otras 'náciones~. Exceptuando algunos
.d~ sus g~~to~ar'tí$tj~o~;.',:éi f~é. siemprei'sorprendentemente
, . '1 , ( " "
·f
'" ' , • '. •. "

insular, incluso eij Filosofía, (.pero·'}~lOAae~·; sé ' advierte 'más


• " ~I .( t (. f" 1..... L' ", . . . ' . f _• , I

, esta" .peculiaridad es, precisamente, 'enisu Economía." Y. era


también ,uh- fervientepatriota, de '''un:1J~triotis.mo 'exento: de '. '
toda.~uigari~lad, pero lo' ,b~astahte . sincero "'colV-o, para ser
.subconsciente, y .P.RT ello :tailtó más influyente .p~ra
• • { _ j \1, -. r
imp~~tir- .
~.' . .• .•• ~ • .

determinados prejuicios a. su pensamiento y.para excluir la:


. c,?~.pre~'s:i?~/:·fp)~11~,,"de· los' puntos d~ vista; condiciones, in-
te,r,e.ses".~ .especialmente credos extranjeros (incluso 19S' nor-
:" te~~~ii.ca1ios}~:' A-l:::' igual que Tos antiguos defensores del
librecambismo,
,\¡. ¡ '
siempre
, "
I ',.,
exaltó lo que
.
era;
,
en un momento ' ~.

concreto.iverdaderoy 'sabio para Inglaterra, en verdadero YI'


sabio para .tódos "los 'tiempos s: .todos , .los- 'l~gares" ,(i(5lr",
Per~: no ',po:demo,s 'dete~ern,~·s 'aquí. -Para, 'destacar
f. t" "1',\ ,1,".' ", IJT
pun-' "", " •• . . , . . . . ' •
·el. , ••• ' •

to d'e.:Vi$t~~.';4~sde'"',el 'cual ·fué 'e~presa..do., su .conseió .es .' ,"


necesario recordar también, .además.c queél perteneció .a·:~á .' ",
I capa' superior de, la, intelectualidad británica, desligada -de ,.,'
partidos .y' de ·Giases,.·'.#tÍ intelectual típico de la época 'pre- '.
1

bélica, que 'con toda , justicia, proclamaba, ','par~ bien·o. 'par,a: "",
mal, su parentesco espiritual "con la dirección LOCKE-MÍJ;i,\':'.·';, . "
¿ CuáÍ era, entonces,'. 'la visión .de '~,ste...intelectual l]ritft,-'¡':,''; ':
níco y patriota? La, visión general es la'," que ya advertimos... · .... :'
,. 1 " ,~.,,'" ' ., I : • , ,,' ;' .' " , ': lI'"" • • ,

1 , . ' , ' .-: ;', ,.' 1·, •• ., ~ ", : .~, ,

(15) No debe sorprender' nadie que' eri,~ 1942 -ruera elegído-: "
director del Banco de Inglaterra. i .., ",', ,
a '1' ,", " \1 " ,

(16) Esto explica tamhién: 10 ,qüe 'sUs adversarios llamaron' su .


Jnuohol'onc1a.'· .
, "":1
/
1- •

"

'. . • I 'p."
- .~ "
l' JOHN MAYNARD ~EYNES'. 345
" .
.:
\
.. ~ .

,",,:,,' en 'fas' .páginas ,de 'las,C,o.nsequenfces. 'Pero el 'caso d~. Trigla-


,',,', terra: era más específico ,que tcdo-eso. Inglaterra .no había
", :. .salído de 1a guerra como salió de las guerras napoleónicas.
,:' IH~bia' salido empobrecida ; había" perdido momentáneamen- ·
,,' :'te: muchas de sus', oportunidades, . varias .de. ellás paray.'
~ '.....:siempre. Y
no s6lo esto; suestructura social había' quedado
" deb,ilitaqaadquiriendd mayor rigid~z.' Los impuestos 'Y los
. ,""tip6s' de salarios eran incompatibles con un .desarrolló .vigo..
· roso; y no había nadá a hacer sobre' ello. :!{EYNES no se.
~,I'" ',al;ando~6 a vanas lamentaciones. 'No ent~a'ba',
.. ;'~., -.
en' .sus' cos,;.,
. .

,tumbres deplorar 10 inevitable. :Ni tampoco era 'del tipo de


" hombres que consagran toda su energía a la' resolución de
problemas concretos del carbón, los tejido$,' ell'aceroo.. . la'
'c~nstrlÍceión naval (aun. cuando ofrecier~:',algu:ha .sugerencia
al 'respecto en sus artículos periodísticos). .y.. m~ri9s.' .aún
era pe¡ tipo de hombres que predican credos. regeneradores.
',~ El fué -un intelectual. británico, algo deraciné 'y que 'cóntem- '
, ': plaba "~na situaci6n. desfavorabié.· No.
.te~ía'hÚos· . y ,'su"filo-
, ,"',' sofía de la vida fué esencialmente una 'fijosQfí~' :'a~ cortó plazo.
Be' este modO.. se dirigió hacia el (lriic~"¡~parámetro' 'de acción»
que le pareció, libre,. tanto"comQ.'~inglés'como.' desde ~l punto',
,'\ -';d'e.' vista de la clase de inglés' que .t~ra, la regulación mone- 'I

. ',. . taria. -·Tal vez, creyó que éste" er~ 'él medio :pa~a superar la
: .situación difícil. Tenía por seguro qüe podría;' P91.": 10 'menos, ..
',', " mitigarla y que la vuelta al, sistema-áureo 'y a" 1~ paridad
~'ti:'" <9.~ la .,épóca·prebélica .era más dé 10 que.su Inglaterra podía
. ~' soportar. , , . ' . ".' .'" '" . ,
'..", :,~ ·.. 'Si se pudiera hacer .comprender aun, cuando sólo 'fuera
, ,~ "·~st~,:., entonces i'a: gente co,~pr~~de~ía" también 'que el key-
.e .nesianismó. práctico · 'es ..u navplanta -qiie "no puede ser tras-
, ,,' plantada a 'ún suelo' extraño: porque entonces muere y re . .
, .' sulta venenosa..antes 'de morir. Pero además comprenderían
.': . " que,' .confinada a Inglaterra', ~sa planta' crece robusta ofre-
ciendo.a la vez frutos-y sombra.' Digamos de una vez por
todas: .,todo esto se aplica perfectamente' a cada írugrncnto
de las recomendaciones prácticas formuladas por ](tt'YN I(H.
Por' otra parte, .la defensa' de la regulación moneturiu en el
~. ~,
.f • ti

" 1" ....,


'1 .'
.~.

'(

'-
,. \

'346 DIEZ GRANDES EcdNOMIS~~S "


. "

Traci no tenía riada de ·revolu(;ionaria.. '. Lo' que 'era nuevo ' '"
era Iu insistencia sobre este medio. de 'la terapéutica. ecolló-' I ,: .:.• . :

mica general. En las primeras líneas del prólogo y a través I • '

, del primer capítulo se encuentran las relaciones con el me- .


canismo ahorro-inversión ',(17). ,Así; aun cuando; 'otr~~ tareas ','
que tenía ante sí el autor 1~ .impidieron. 'avanzar más por este . ,l. ' •

camino; el libro constituye 'un nuevo' a~an:ce,\en'la'ruta que


lleva á/ la General Theory . ' i ' , : ' •

"Desde el punto de ~"ist~ ·'analítico, J<'EyNES. ~é'~Pt6 la. .teo- .¡ ,


'ría cuantitativa.ide ,la .moneda corno «fund.am,e'ntal~ .Su 'éo,-"/ '.
.rrespondencia conloshechosno .admitediscusiónn Ipág. 8,IY. r .. '

Es rri uy ,importan te para nosotros ·:darn~.s ·cuénta, 'deq ue .esta ~ :', '.
l. ' .aceptación, ' fundada' 'sobre .la co;fusión, corriente 'entre' la. ':
, .. t~oría cuantitativa y.Iaeeuación ,,4~~"caInbi<?~'posee ,1:1tia:"slgpi:, "',
ficacíón inferior' la la aparente, -del-rnismo modo que "la PO'S~I:""
teiior, 'repudiación .de la: teoría ;;' cuantitativa 'p~:n~ "KEYNES' J"

.pos~e. igualmen té' un


significado inferior al aparente I)b .que: " , e' ',

,él' afirmaba aceptar ~ era.' en. realidad la,l.'ecúación 'de '¿amb'{o~ ,1 •

-- en.Ia forma-que '1~ :habían dado los' ecónoI~~listas d~ Cam-. ' ~


. bridge . . ~, "la c~,ar~ '~al?-t.~,si, se define éOIDp una .identidad-o' " " ..
»como -una condición . d~, equilibrio, no implica', ninguna .de :',. ," ...
.1~? ~p~oposieio'nes características de la teoría cuantitativa- " \~;
·.str-ictu·:sensu~.',P,or consiguiente él 'se, sintió Iibre: para. hacer: ~.
de 'la velocidad' de. circulación -: la . k en 1'3: ,'ec,uación 'dé;
",Caplbridge -+ una.variable .del proble~a. níonetario.: recono...:
-ciendo correct~rhe.nte:iel: ~~r~to de ~ARSH~Li.por ..(~S~~'·<!~S,'::i
arrollo de la manera. .. tradicional de considerar-Ia- materia» -', '."
(pág. 86)~' En realid~~,'esto es la" .Preferencia de "Liq't1id~~: :e:p.\~,"
fo~ma .embriónaria. KEY~ES -descuidó el-hecho de que ·~st~.'·:~' ~.~
• " ,.,', _ r, \. '. ,." ,

"teoría puede remontarse porlo menos hasta eANTI~~c;>N',:r que' "', ~'.'.: .
.. I 1 ~ ~. ',.,.1. t.. ·~ .'.'
11f, ,) I ., .". . I~~" t

(17) Vid> por :'ejemPl~~,"'lOSI'p~ajes 't~~<caracter~sti~~'"':~i~·"la ': "., ',,"


página 10, y también la, descrípción.. del «sístema de ínversíón». .'" ';
en la página 8~ donde se .antícípan ya varias .de las,.. deñeíencías.' .' .
,del análisis contenido en l~ General Theory(Incluso en: está.~opor-.' ",\
tunídad, y desde el comienzo: al final," KE:YNE8 desplegó una curío-: ~ "
un, hostilidad a reconocer 'un hecho \ müy simple y, obvio,' 'y Ila ex-
·I)1'00l1r10 mediante la frase no menos simple y obvia de 'que', la
. t)Clustl'tn. es financiada normalmente por los bancos. ' , ". - .
o ti",.,.

I ~" IJOHN" MAYNARD, KEYNES' :i47


T • J'i •• r ••• .. .,' I

I ,
'''' • • 1 111:", '. ~ .- ~ , '~' •• , •• I

>" '-h~bía'sicÍord'e'$lrrol1ada~ 'aun. cuando sumariamente, por I{l~M'­


,~' -MER~RI"(I8);, quien dijo 'que «grandes sumas .de dinero. son
" ':,:coñ:tinuame,;}te atesoradas» y que «la proporción de los me.. '
f, '<>JiÓ~r(',de' 'ci;cu1acióti 'que .son atesorados. .. , no es constante».
·,;~:,"No . ~9S e'$ posible deternernq.~· ~n\~' muchas- cosas excelentes
r~\' •• :q.ti~· contiene el 'Eract, por, .ejemplo; ,la. .sección rr agístral
, 'dedicada al mercado de los' cambios diferidos (capítulo 111,
"',- -seccíón ~V):y sobre', Gran Bretaña (capítulo V, sección 1)
.: que; es imposible admirar' como. se' merecen. Debernos apre- I

",~'~: .. suramos hacia ,ia' «segunda et~p~'». 'en camino hacia la el


· .:~, ' G,ener,al'Theor'Y} es decir, hacia 'el Treaiise-oi: Money (1930).
',":" .' Con la excepción del Treaiise. on. Piobobititv, .I{~VNES no ,
',,,escril?~ó jamás un libro en 'ei 'cual' el propósito.de persuadir.
"', , . ,'fue'ra menos evidente que en el,. Tr'ea,Úse' ':!on, l\1:on eYJ Sin
l'~ <embargo, se, encuentran .huellás del- mismo Y' no :sólo 'en el
último libro (VII), en' el cual, entre otrasteosas, pueden..
advertirse -Ios 'rasgos fundamentales :de' Bretton \lV oods.
1"

,
:,:f Qué' 'espléndida ,¡realización:! 'Primor¿liarrlleiite~'
• I '. I ..r' .. ~
sirt
j.
embar-
....". . • .' L Ij, :' • I

" , go,~" dichos ,Idos: 'volúmenes constituyen; '. sin duda, Ia .más
. ', arnbiciosa-Iabor de K~YNES;'en\'10 'que-:';r~'?p'~c~a aJabor de
, genuina '~p.vestigaci6~,.
' • l. una investigación tan', brillante y de
, ' .~ la ',vez tan sólida que constituye 'una gran desgracia el. que
.; -'. Iá. cosecha" fuerarrecolectada 'antes de llegar; a - la. madurez.
, , ~. 'j:S(ál'1)1enos hubiera aprendido algo del anhelo. de ~iARSHALL
.,,! ,: por la' «perfección imposible» en vez de" discursear 'sobre
,~;
. ~. .'
i " j. -, ',. '

~ , .
, ' ; ' I , , ; '.. «.
;.I,iJ. \ •• I I

', }:,' .v-, ": "


~~,,, .; ~(Úh E~W. K~~~ER, Mpney, a'nd C~edit"·f.1!~truments (1907),
" '~pág; , 20~- Pero' en 'la página 193 del Tract, KEYNES· se desvía del
, ,.;, "-camíno -al: expresar .la indefendible arírmacíón de que «el nivel
, interno de precíós está determinado' por .la cantidad de crédito
" '. creado. p'or,:'~o~' bancos», Y'de esta. añrmacíón no se separó jamás.
, Hasta el fin' sostuvo que. dicho crédito era una variable índepen..
I

",' -díente;: un dato del 'sistema económico. aun cuando determinada


1

~ 'no por la producción -de' oro' como' se ereia: anteríormente, sino


" por los' bancos o por la «autoridad monetaria» (Banco Central o
.Gobierno), Sin embargo, este '-=-. considerando la cantidad de di-
nero como «dada» - es uno de Jos aspectos. característicos do lo.
teoría cuantitativa en sentido estricto. De ahí deriva mi, arírma-
cíón anterior de que él' jamás abandonó la teoría ouantltntlvn.
hasta el extremo en que, ímagínóIiaberto hecho. '
348 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

la misma l tEnssavs in Biograp,!hy) págs. 211-212)1 (19).


Además, el gentil reproche del profesor ]\{YRDAL acerca de
«la especie anglosaj ona de originalidad innecesaria» es ab-
solutamente justificado (20). Con todo, el libro constituyó
la realización. más destacada en su campo y época. Sin enl-'
bargo, todo cuanto puedo hacer aquí es señalar los letreros
indicadores que apuntan hacia' la General T'heory (21).
Existe, en primer lugar,. la concepción de la teoría del
dinero como teor-ía del proceso económico global,. que de~
hería ser plenamente .desarrollada en .la General Theorv .
En segundo lugar, dicha concepción, aparece comprendida
dentro de la visión o del diagnóstico del estado contempo-
ráneo del proceso económico, invariada desde las Canse-
quences. En tercer lugar, el ahorro y la inversión aparecen

(19) Un pasaje semi-apologético en el prefacio del Tract de-


muestra que no dejó de darse cuenta de que estaba ofreciendo
pan a medio cocer.
(20) GUNNAR MYRDAL"Monetary Equilibrium (traducción in-
glesa por BRYCE v STOLPER (1939) de una versión alemana del
original sueco que había .aparecído en el Ekonomisk Tídskríjt en
1931, pág. 8). La protesta de MYRDAL no la hizo, por supuesto,
por. lo 'que a él se refería, sino principalmente en atención a,
WICKSELL y al grupo wícksellíano. Una protesta, similar podría
haberse formulado en atención.a B¡OHM-BAWERK y sus, .segutdores,
especialmente MISES y HAYEK. Es cierto que la Geldtheorie und;
Kcmiumkturtheorie había sido publicada en 1920. Pero la obra de
BOHM-BAWERK se encontraba ya traducida al inglés, y la obra,
de TAUSSIG 'Wages and Ctapital se remonta a 1896. Sin embargo,
r; 1{EYNES escribió la teoría del capital, contenida en su libro VI,
exactamente igual que si aquellos. hombres Jamás hubieran vi-
vido. Pero no existió mala intención en ello. SImplemente igno-
raba aquellos libros. Y una prueba de su buena fe la tenemos:
en el amplio tributo de reconocimiento que prestó a todos los
autores con cuya obra estaba familiarizado, PIaou y ROBERTSON'
entre ellos.
(21) Esto, por supuesto, entraña cierta Injusticia con respecto!
a la obra considerada globalmente,' yen particular por lo que
hace referencia. a los dos primeros Iíbros; la introducción, conven-
cional pero brillante (<<Nature of Money», Libro 1) y el tratado casi
independiente sobre 'el nivel de precios (<<Value of Money», Libro II)
llenos de ideas sugestivas. [Jebe recordarse -:.. y en esto consiste
la diferencia fundamental entre el Treatise y la General:
7"'heory - que la obra pretende' ser un análisis de la dinámica del
nivel de precios, «del modo, según el cual las fluctuaciones del.
nivel de precios llegan a desaparecer efectivamente» <Vol. 1, pá-
K1l111 152)t aun cuando en realidad es mucho más que esto.
'JOHN MAYNARU KEYNES 349

resueltamente separados; tan resueltamente como 10 son l~n


la General Theory , y e¡ ahorro privado.queda bien definido
en su papel -de villano' de la comedia. El reconocimiento
expresado hacia las obras de «J. A. Honson y' otros» (Vol. 1,
pág.' 179) es muy .significativo al .respecto. Así aprendemos
que una campaña en pro del ahorro no es el mejor medio
para rebajar el tipo de interés (por ejemplo, Vol. 11, pá-
gina 207). Las diferencias en la conceptualización - a. veces
10 soú t'an sólo en c?estiones 'terl~inológicas - ' obs~urecen
pero no eliminan la, identidad .fundamental de las ideas que
el autor se esfuerza ,en enunciar. Así, en cuarto lugar, gran
parte del razonamiento se desarrolla en términos de la .dis-
tinción wickselliana entre el tipo «natural» y el tipo «IDO-
.netario» del interés. Desde luego el último no es todavía
el tipo de interés, y ni el primero ni los beneficios se han
. convertido todavía en la «eficiencia marginal del capital».
Pero el razonamiento sugiere ya los pasos que se dieron pos-
teriormente 'en tal dirección. En quinto lugar, el énfasis
sobre las expectativas, sobre la «tendencia a la baja» que
no es todavía la preferencia ·de liquidez, dependiente del rno-
'tivo especulación, y 1a teoría de que la caída de los salarios
monetarios durante la depresión (creduóción en el tipo de
las ganancias de eficiencía») tenderá a restablecer el equili-
brio' si .y porqué actúa sobre el interés' (bank rate) redu-
ciendo Las exigencias de la. Circulación Industrial; todas es-
tas y muchas otras cosas (las bananas, la vasija de laviuda, .
los toneles de las Danaidas) se presentan COTIla primeras
formulaciones' aproximadas y groseras de las proposiciones
de la General T heory .

VI .

El Treaiise no constituyó un fracaso en el sentido or-


dinario de la palabra. Tod~ el mundo advirtió hacia donde
apuntaba, y con diversas gradaciones .expresaron su honre-
naje por el gran esfuerzo realizado por I(EYNES. Incluso el
, j
.' .'/ '

.... • • "l~ " , - 1,':


'"110)' .\.'.
, ~ Il, ,.~:" (. I
;'1 ". . ",
,\ ,
• ~ (. j

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j'!- .:

I .:

ECONOMISTA~' -,
I

, I nIlCZ GRANDES ,',


"
-',1 - ': \. '

criticismo destructivo tal CÚ'1110 el criticismo de 'las "Ecuacio- . ~ ..


.ne'~, 'Fundamentales, ':debido al profesor HANSEN (22),~ ~'ei'
criticismo 'de los cinli~ntos ele la estructura teórica' de" ~ '..~
KEYNES debido al profesor I-IAvln~ (23), aparecíau.cn gen'e~~" -;:~,
J

~ai .templados por un eloglo bien merecido, Pero, desde ·el: ',' ~ ;
propio punto. de vista de }(HYNltS fué un fracaso, y no :5610 .\
., " ' 1
J
. I ~,

porque la acogida d ispen suda al mismo DO' alcanzara \ el ( r

nivel que él asignaba al éxito. En ci~rto sentido" había .golv . '.'¡


peado en
el vacío, noi hubía dado en la dia;na:Y"la' razón
no es difícil ele advertir: 110 había conseguido' formular. "1a.~', .'
. esencia de su propio y personal mensaje. Había escrito un' '" ',',
tratado" y por el afán del tratamiento sistemático;' .habia .
sobrecargado el texto con material acerca de los', índices de ,
precios, el 11'l,Orl'1I,s ol)er~Andi de los tipos de descuento,': la, ,',
creación' ele depósitos, el oro.. eté.; todo 10 cual, .préscin-.
diendo ele BU mérito intrínseco formaba parte de .Ia corrien- ., ' ;
, J
te de doctrina udrnitida, y en consecuencia no se difer~nciaba., ',',
cuanto hubiera sido necesario, dado su propósito. Había':
quedado atrapado en las mallas de 1111' aparato que no fun- ~,.
cionaba cada vez q no in tentaba extraerle las respuestas que :. l' "
le interesaban: No hubrfa tenido ningún sentido esforzarse ,j, '.:~
en mejorar 'la obra en sus dctalles ; ni' tampoco .en oponerse ~l~:"::'\:.
, crítícas
a, 1as , . ac1versas, 1 . ti J'usticia
" 1 ll1:UC h as de f 1asI ·:~.u.a,1"
(e I es .: ' "~:.
" tuvo' 'que adrnitir. No quedaba otro remedio que el aban- ,'<"
dono total, del buque del cargamento; para.,ethpr~~9-~r· . '/'. y
una nueva ruta. Y rá pidurnente aprendió la lección, - ,.í ~ t: • ,,' ...

Separándose resueltamente de 10 que había ~q,alnd.on~qo, , -í •

emprendió '. otro esfuerzo, el más grande de ~u vida.., '·,-Co·n "


una energía brillante consolidó los elementos esenciales ','de"
,4 .,' t:

I , ',: »Ó. . : ~ ,

(22) ALVIN H. HANSEN, «A Fundamental Error' in ~eynes Trea- . '


'tíse on Money», en Th.e American Economic Revieiv, 1930; . Y' ' '
":. ' HANSEN y TOUT, «Investment and Saving Busine~s .CYcle. Th~o- in
,. ry)}, en' Econometrica 1933.' ~ . ~ l ,1

'(23) 'F~ A. VON HAYEK, «Refiections on .the Pure Theory' .ot.


Maney IOí' Mr. Keynes», 1 y TI, en Econ0'!JÍ~~a, 1931 y193~t 'HAYEK', ..
, " llegó incluso a hablar de un «enorme 'avance»; Bín "embargo, ~'" 1

.'. ,"'&EYN~S' replicó con irritación, '.Como .el -mísmo .señaló en otra": ~,:
:.o~~"i~n; es !Iluy difícil contentar ~ ~~Q,~u~or. '
l' '" ~' I ."

.' ," . /", '.


-, '

1, '

" ,ir. . '1 f .~ \ ,~ ...\.\ . '!, , I


\} <!n' t
1 • ~ I f"' • _ ~.. ' , t"·, '. ' ~ " ",
1"
,. .J., . ~"t " , I ~ \. ~. I l. \:' I (: ~ Ó, .,('
..
JOHN MAYNARD ~EYNES

I '
su mensaje, y,. concentró su mente 'a la tarea de forjar, un
, aparato .conceptual, apto para .la expresión de dichos ele-
. mentesesenciales y' - , "en, la-medida de 10 'posible - para
nada -rnás. .y lo consiguió -a. su' entera. satisfacción, ira·n'
I _ pronto. 'COlno "lb hubo .logrado .~ en diciembre de 1.935 -
.penetró en 'su
nueva 'armadura, 'desenvainó su espada y re-
• I conquistó el terreno perdido, sosteniendo 'que propósito su
..'era . él de liberar a" los 'economistas .de 10:$ errores en' los
o I

'-¡, cuales habían pe;inane~id6· en los \ 'ú1timos~iento cincuenta

años, y a la vez que iba a cOlnduci~los a la tierra prometida


O"

de . la 'verdad.
1 , '. 1", '1"'". ' .: .'

• Los que le rodeaban quedaron fascinados, Mientras es-


" o,

1,,' .:'taba modelando su obra hablaba' corrientemente 'de la misma


l, '1, en' sus conferencias; en· 1~ ,conv~rsación.·corri~nte, en ·'el
«Keynes ~Cll1b»,' 'que s~ reuníaen sus habitaciones del King's
, College. y 'allí tenía 1ugar u~' animado toma. y' daca ~ «... En
" ¡/este libro he confiado en los consejos' 'constantes' y: en -la
'crítica'"constructivo de 'R. F. K'AHN': 'Contiene muchas cosas
.' que no
':habrían adquirido!' su perfil' si hubiera .sido ·por. *9
, sugestión suya) .iGenerul TheOfJJ J .Prefacio, .pág. 8). Con-
siderando todas' l~s'. implicaciones del. artículo .de RI<;HARD'
'KAHN"sobre «The 'Relati~~l'of "Hom.e· Investment to' Unern-
l

ployrnent», 'publicado en el ~ Economic Journal, en,' junio


~ de 193 I" 'no
pueden considerarse como .exagéradas estas fra- .
o

'ses. En el mismo 'prefacio se


'agradece la ayuda, también,
de JOAN ROBINSON} HAV\TTREY'y>HA~'R'OD (2~).' Integraban el

' •• ' ,t
, • I .l\ t l ' .. f ",.,1

" (24) La relación de HAWTRE;Y conIa obra no puede haber sido


,-
nunca otra que la de un
crítico comprensivo" y .hasta cierto",punto
aímpatízante. Nunca rué, .por supuesto,' ·un.,keynesiano.; En 'cam-
bio, desde el Tract al T'reatise, KEYNES había sido un seguidor de
H,AW~l,~,IU~Y.HARR:OD se había: encaminado por su 'propia cuenta hacia
un ob1etívo no demasiado lejano del que persiguió KEYNES, pero
l

con todo desinterés se alineó en las filas de este último. Es justo


'ctost:nCl\l' este hecho, toda vez que dicho. eminente economista
C01',I'O 01 riesgo de perder el lugar que merece en la, historia de la
lI:conot'nfn, tanto 1)01' 10 que se .reñere al .keynesíanísmo como u,
la OOt'np·otonc1a J:n'lperl'ccta. Tampoco puedo pasar por alto fa con-
trIbución (Jo Ir\, señora ROBINSON. Oonstítuye un detalle muy alg-
níí'ícuttvo do tu mentulídud académica hacia las mujeres que elln.
nrsz GRANDES ECONOMISTAS

UtlHl110 círculo algunas de las jóvenes promesas de Cambrid-


A'(~. y todos discutían. Algunos destellos de la nueva luz
comenzaron a ser captados por individuos residentes en di-
versas partes del Imperio, .y en los Estados Unidos. Los
especialistas se sintieron excitados.. Y una ola de entusiasmo
anticipado sacudió el mundo de los economistas. Cuando
finalmente el libro fué publicado, .los estudiantes de Har-
vard se sintieron incapaces de aguardar hasta encontrarlo
a su disposición en las librerías; se reunieron para abreviar
la espera, encargando a sus expensas el envío directo de
una primera. .remesa de ejemplares.

VII
La visión socíal revelada por vez primera. en las Econo-
mic Consequences of ihe Peace, la visión de 1..1n l,roceso
económico en el cual se desvanecen las oportunidades de
inversión mientras permanecen invariados los hábitos del
ahorro, 'resulta formulada. teóricamente en la General T'heo-
ry o] Employ-meni, Interest, and Money (el prefacio está
, ,', f.echado en 13 de diciembre de 1935) por. medio de tres
conceptos básicos ; la función de consumo, la. función de la
eficiencia del capital y la función de la preferencia de li-
1 quidez (25). Estas funciones unidas a la unidad-salario dada

fuera excluida del seminario mencionado más arriba (por


menos no rué invitada en la ocasión en que yo pronuncié una
lo
conferencia en el mismo). P'ero a pesar de esto, ella se encontró
en el centro de los acontecimientos. Como prueba cabe consultar
su «Parable on Savilng and Investment~)1 (Economica, febrero
. de 19'33), un artículo escrito con gran habilidad y que cubrió de
manera excelente la retirada desde el Treatise: y todavía posee
mayor importancia, desde el punto de vista .de su papel en la
evolución de la General Theory.. su. «Theory of Money and the
Analysís of Output», publicado en octubre de 1933 en la Review
01 Eponomic studies.
(25) Una terminología que difiera de la aceptada contribuye
u, poner de manifiesto aquellos puntos sobre los cuales un autor
d(~Hea hacer especial hincapié y a la vez atraer la atención de los
lectores. Esto, y nada más que esto, explica que. denominara al
«Llpo margínal de rendimiento sobre el coste» de IRVING FISHER
.... cuvu prioridad reconoció KEYNES ampliamente - de otro modo;
y Llunhi6n el empleo de la frase preferencia' de liquidez, en vez de
11\ corrtr-nte, tesaurízacíón, La función de consumo es un término
JOHN MAYNARD KEYNES

y a la igualmente dada cantidad de dinero, «detcrtninnnu Iu


renta e ipso jacto la ocupación (si y en cuanto esta última
sea determinada por la primera), es decir las grandes varia ..
'bles dependientes que han de ser «explicadas». ¡ Qué cortlow
bleu es capaz de obtener una salsa de semejante calidad con
jngredientes tan escasos! (26): Veamos cómoIo hizo.
I) La primera condición para la simplicidad de un 1110-
delo estriba; naturalmente, en la sencillez de la. visión que
debe representar. Y la sencillez de la. visión es en parte
cuestión de genio y en parte cuestión que depende de la
\disposición para pagar el precio en términos de factores que
.han de ser excluídos del cuadro. Pero si nos colocamos en

desde el punto de vista de la concepción de KEYNES, preferible '0.1


de MALTHUS, Demanda Efectiva, que .tambíén utilizó, toda vez que
<del empleo de los conceptos de Demanda¡ y de Oferta más allá del
campo (análisis del equilibrio parcial), en el cual poseen un sígní-
fícado exactamente definido, no puede nacer sino contusión, No
'Carece de interés señalar que KEYNES denominó a sus hipótesis
acerca de las' funciones de consumo y de preferencia 'de liquidez,
'Leyes Psicológicas. E'sto rué, naturalmente, otro expediente para
.poner de' relieve 10 que le interesaba. Sin embargo, no cabe asig-
narles ningún significado aceptable, ni siquiera el significado. que
normalmente se adjudica a la «ley de saturación de las necesi-
dades». En éste, como en otros aspectos, KEYNES tué verdadera-
mente anticuado.. ' , ..
(26) Constituye realmente una injusticia a la contribución' de
KEYNES reducirla al esqueleto de su estructura lógica y razonar
"luego como si dicho esqueleto fuera el todo a considerar. Con todo,
ofrecen mucho interés las tentativas. que han sido realizadas para
reducir su sistema a vuna forma exacta. Deseo mencionar síngu-
-1armente-: la reseña de W. B. REDDAWA Y, publicada en el Economic
Record, 1936; R. F. HARROD, «Mr. Keynes and Traditional Theory»,
en Econometrica, enero de 1937;J. E.' MEADE~ «A Bímplífíed Model
of Mr. Keynes System)};. en Review 01 Economics Studies,. febrero
·de 1937; J. R. HICKS, «Mr. ~eynes and the C'lassics», en Econo-
metrica, abril de 1937; O'. LANGE «The Rate of Interest and the
J

-Optímum Propensity to Consume», en Economica, febrero de 1938;


P .: A. SAMUELSON, «The Stability of Equilibrium», Econometrica,
I abril de 1941 (con una reformulación dinámica); y A. SMITHms,
,«Process Analysis and Equilibrium Analysís», en Econometrtca,
enero de 1942 (que contiene también un estudio .de la dinámica
del esquema keynesíano), En las 'manos de autores que hubieran
.símpatízado en menor medida con el espíritu de .la economía key-
nesíana, varios de los resultados consignados en los precedentes
articulas habrían sido formulados. como graves. criticas. Esto na
'todavía más cierto en el caso del artículo de F. MOD·IGLIANI. «L1..
·quidity Preference and the Theory of Interest and of Money», en
.Econometrica, enero de 1944.
23
354 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS·

el punto de vista de la ortodoxia keynesiana y aceptamos


su visión del proceso económico de nuestro tiempo COUIO, un
don del genio, cuya mirada ha atravesado la envoltura su-
perficial de los fenómenos .para llegar a los elementos esen-
ciales y simples que se encuentran en su interior, entonces.
no cabe plantear objeciones al análisis' agregativo que pro- .
dujo aquellos resultados.
.Toda vez que los agregados-elegidos como variables son,
con la excepción de la ocupación, .cantidades o expresiones.
monetarias, podemos también hablar de análisis monetario,
y toda vez que la¡ renta .nacionales la variable principal, de
análisis de renta. R'ICHARD 'CANTILLON fué el primero, creo,
que ofreció' un' esquema completo y acabado de.análisis agre-
gativo, monetario y de renta, esquema que FRAN~OIS QUES- ~
NAY elaboró en su Tableau économique .. QUESNAY resulta,
entonces, ser .el verdadero precursor de KEYNES-, y es inte-
resante señalar que .sus opiniones acerca del ahorro fueron..
idénticas a las de KEYNES: para convencerse de ello basta,
'que el lector consulte las Maximes, 'Conviene añadir, sin
embargo, que el análisis agregativo de la General Theory
no figura aislado en la. literatura moderna: se trata .deun
miembro de una familia que ha crecido rápidamente (27).
. 2) KEYNES simplificó su estructura evitando" siempre
que fué posible, todas las complicaciones que-surgen en' el
análisis dinámico. El esqueleto teórico del sistema keyne-
siano pertenece, para emplear la terminología sugerida' por
RAGNAR FRISCH) a la macroestática y no a la rnacrodinámica. '
En parte esta limitación ha de 'ser atribuida a quienes ense-
ñaron el sistema keynesiano y no al propio K'EVNES) cuya
obra. contiene varios elementos dinámicos, singularmente
las expectativas. Pero también es igualmente cierto que él,
sentía' aversión hacia. Jos «períodos» y que había concentra-
do su atención. sobre consideraciones de equilibrio estático..

(27) El procedimiento: más rápido para' averiguar los progresos.


del análisis agregativo con anterioridad a la publicación de la.
General Theory, consiste en acudir al artículo de TINBERGEN, en
Econometrica, julio de 1935.
JOHN MAYNARD KE;YNES 355

Esto eliminó un serio obstáculo interpuesto en el camino


hacia el éxito, toda vez que una ecuación: diferencial ejerce
todavía sobre los economistas el efecto de la cara de
Medusa.
3) Además, confinó su modelo -:- aun cuando no siem-
pre su razonamiento - a la esfera. de 10Sl fenómenos a, corto
plazo. Mientras que los extremos 1) y 2) suelen ser señala-
dos corrientemente, no se ha parado la atención suficiente
en <::1 carácter estrictamente a corto plazo de su modelo, y
en cuán importante es este hecho 'para la estructura global
y para todos los resultados de la 'General T heory . .La limí-
, tación fundamental, qlle actúa como un eje alrededor del
cual gira todo 10 demás, consiste en que no sólo las fun-
ciones de producción, sino también las cantidades y calida-
des de las instalaciones y utillajes se consideran invariables,
una limitación que KEYNES' no se cansa de, repetir al lector
en los virajes cruciales, de su camino (vid., 'por ejemplo, pá-
ginas 1 14 Y' 295) (28).
Esto permite otras muchas simplificaciones que de otra
manera serían imposibles: por ejemplo, permite considerar
la ocupación como aproximadamente proporcional a la; renta
(producto) de tal manera, que una queda determinada tan
pronto como lo' es la otra. Pero esto tiene como consecuen-
cia limitar. la aplicabilidad del análisis a. unos pocos años,
como máximo ~ tal vez a. la. duración del «ciclo de 40 me-
ses» - , y, en términos del fenómeno, a, los factores que
-influirían en la: mayor o menor utilización de' un aparato in-
. dustrial si éste permanece invariado, De este modo quedan
excluídos de toda consideración todos los [enémenos que in-
fluyen sobre la creacián. y cambio de -dicho aparato" 10 cual
equivale a decir que quedan excluidos todos los fenómenos
que dominan el proceso capitalista.

(28) En sentido estrícto se debe admitir un cierto cambio o


variación en la. cantIdad de utlllaje, pero se supone que es tan
pequeño, en cualquíer instante temporal, que sus efectos sobre la
estructura industrial existente y la producción pueden ser ig- -
norados. . .
"',:' ~ ':.;,-.-, ":<. .: ..-
-:,' .:'

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l. ' ,~" .,; .........
t ~.,.
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• .. .. t~ ...,... :.;Il' • ~ r" o J::..,.
~'356 .' - D~Z GR~NDES,·EéQ.NOMl:SiÁs. ,~.--: ~ :.
, \,' v o'.' ":'0, -,o ") ',., \" "

E~ ÓHin~o: reprQd~c~i6n-d~.;·la. ié~lidad~ ~i¿h~ ~'~~eio" .' .


,'!:~~ul~~ t.~si totalmente justificado enperíodos rl~0~epresi4n'-- '~-~:o
" cuando también la preferencia de liquidez seaproxima a .1~.: ., "
condición de factor' que' opera poi sí ''-inismo.·- El 'profeso1'< .:
','\Hic'~-s estuvo en -10 cierto" pues; cuando-calificó -ia-'-eco~,o---"~,~ .
. ':kí~'~a~ KEYNES como economía de la. depresión, 'Pero desde': ~ .;
el propio punto. de vist~'de K~YNES~ su modelo .':- extrae o - :0 " :

:. una justificación adicIonal "de la' teoría de ia madurez: '6--:del: .,


, .. . .. .J ~.. ~. 1" • • ' . 10(, ..... t • ,1 .. ~

estancamiento secular. Aun cuando es cierto que €l5.n.tentó ' -


'~x~<?ner '?na, vi~ión' -que ,en su 'esencia 'e~~3 .~ j~tg·~'l).:>ja~... '~".""
'f,a., mediante un 1J;1ogo~lo a. corto '~p1~zo; ,se _r.~servó., 'Ia- ~i~' -.'-""
o

. .bertad de' obra de, este, modo; razonando (casi) "exclusiva- ,.~.
mente -sobre 'un' ~ proceso. estacionario, o; en' .cualquier ~':..
\ )' caso, " sobre un. proceso que se' . detiene' u. ~;~~cil~{ e~' _~"_
torno a niveles, de los cuales constituye, 'e~ tope un...equi-" ._
L librio : estacionario .con ocupación plena. Seg-ún; MA~X>- ',',
" la evolución capitalista desemboca en' una catástrofe. Según~ . ~
, . ' , 1 o "0 o , •• : " ... - ,-

,J. S, MJ.LI~J desemboca en un estado estacionario que funciona .


sin tropiezos, C'on KEYNES desemboca 'en un e~tádo - est~-",' .:
~ionario. qué ··con~tanterp.ente-.amenaza ruina. Aun cúa~(i'<?,~·-?:
, la «teoría, catastrófica» de K'EYNES es completamente distinta ' \, .
• ' .. ~ l " • ~ • ... - •

~~,. 1~ de M~:R~J presenta un, importante aspecto en,' común :


" con 'la de' éste 'ú1timo: en .ambas teorías catástrofe está', , " . la
, ~ motivada.',pp~ .causas : inherentes' al funcionamiento.vdel. l~e- .",.~
~ canismo económico y no por .la acción dé factores externos ... .1

"al mismo. Esteaspecto, cornoes natural, confíere',a la ,'teó:iíá' . "~o '~


de K~Y~ES _{~s condiciones necesarias para asumir el .papel .:
de «racionalizador», d~' las actitudes y sentimientos ~nt'i-.· ':
capitalistas. ' , - '-. ,:."'.- '_' .-,:, ~ ,
, '4) Con plena con,~ienci~" K~YNE~ reti~~ci~) ~j~.,¡!á;,,~,~á::, ".,'
. de los factores que so~, determinantes in~e4iatos. .de 'l~~o. ,
renta. (y de la ocupación):.. El mismo reconoció con' toda":
o 4',

franqueza que dichos determinantes inmediatos, los -.cuales'" 1 '

podrían «alguna vez» ser considerados como ·;c<1as.-, variables -- ~:,


.independientes y últimas.. :' podríanjsujetarse: aun-,·/aJi·áli~is' ::"
,,', "ulterior, ',Y .no son, por decirl~ así, nuestros .últimos. .ele-," : '"
>me~tOs atómicos independientes» (pág. 0'247). L~ fra~é. allte-'-
, :1 ' " , .' :.. . I '. "

-,
" " f'

... ," .........


-~ .... , '
\ .:-.

./' ,;.';'""<.:' ;":.::.> "... . I ~


s-

•.

: .: :.'JOHN ~A.yNARD· KEYNES ~ ',. l' ,


... 35~
~ -: '... '" ~ ~_ _ '. . 4 '''. ~ ,'t'. -

;. '; ~- ~ '. •. +,' ....

/ ~~
rior ,'parece; sugerir tan s610' que los )..,a'gregadqs .económicos
'l·

: " deiivan, su . significado de los «átomos» que;los .integran.


<, :.··.;'·;~eroen~·i:eaJidad hay algo' más que eso, Nosotros 'podenlos,
:"",:",: '. p,or -'supüesto simplificar .grandernente nuestra representa-" t •

· .". '.ción delmundo y llegar a proposiciones muy' simples si 11os'


~' ,;', d'á·~~s.· por' sa tisfechos con. razonamien tos de la forrna r
, I~'., • ,\ dados A,' B,. C, entonces DI dependerá de E~ .Si" .A, ,B, e
.,:.:' < . sorr'cosas externas al campo de. .nuestra, 'Úrve~tigación" '110 01

. ;~háy nada, que objetar. Si, en call1-biol~' forman parte de 'los ~


" _.. . ..fenórnenos a explicar, entonces las proposiciones re'sultantes .
, .:'aparecen COll10 índiscutíblesy adquieren un aspecto 'de' no- • ' , ' j ,J. 'ti, ,1 •• ...

" vedad, pese a. que su' significado. es, muy escaso.iEsto es 'lo
'. •• que' . profesor LEONTIEF" dénom111,ó, teorización .Implíci- ~el
··,'t~· (29). Pero para KEYN~SJ al igual qtie""para RICARiJO. (3 6),
.~ ~ 'razonamientos de este tipo no fueron 'más que 'expedientes :. . 1

,~', .: ,.¡·para. destacar y exponer' 'sus' teorías: servían, para ,s'~ng,ula-: ..


:' , rizar; ~Y., de est'e 'modo, para destacar relación particular: una,'
',. RICARDO: no dijo: «Bajo -las condiciones actuales en. Inglate-
.'... .' "~:r;t:á;' ~ según yo" .las 'ádviertá,' 'l~ .libertad: de ,c'o~~rci'o d~ t

,'/ ,., subsistencias y .materias primas,.' consideradas todas las cir-


cunstancias, 'tenderá a, elevar el tipo de beneficio».' Lo que ,"
" ~ij9i':frté: ·((EJ tipo del beneficio -depende 'del precio del
l '.

-"trigo».: . " '


:5) . ' Si el liecho de haber 'puesto vigorosamente' de relieve
-, ., '-1;1n pequeño número de plintos que I{EYNES juzgaba a la vez
': importantes y poco apreciados, constítuye la característica
, fundamenta! 'de', la General ~Theor.YJ· tiene interés señalar
.., , :" ".''otros ' expedientes del· 'mismo género, aparté del. 'ya men- .
~ cionado. Anteriormente nos" hemos referido ya a dos' de"· I

;" ,'ellos (31)., Otro pertenece a .la categoría que los críticos
~ .. • . ' • - .... .. ,~ # ~

(29) Vid.' su artículo 'así titulado en


.: ",: .' .-
. , sconomics, Vol. 51, págs., 337-351- .: .' ".
a.rte!IY ~ souma; '~;: s:
'-- ,\ (30) La .añnídad Intelectual de. KEYNES', . con RICÁRDO, merece
, .:. ,~er .señalada, Sus métodos de razonamíento fueron muy similares; : ,
: "", este hecho ha quedado -enmascarado por la admiración qué sintió, " .. ~
. '~-," KEYNES hacia la actitud .opuesta al ahorro- deJ.V[ALTHt!s' ypor.. .'su .
subsíguíente aversión a-la doctrina de R,ICARDO. . •. , _" , , ': •
(31) VId. más arriba, nota 25. " I ..

..<:.. ~ #-. lt ' :

' ...

. "
"
" ...
. :.,," .
, : .. ; ':..~ I

. ,l. ,l. "

DIEZ GRANDESECONbM:Ú~TAS '.


"

\ .
pueden denominar ~;cageraoi~1).;¡4'ex3:ger~ci6n; sin embatg,Q·i~: '1,

que no 'puede ser reducidaca' un, rtiv~r'ju';tifi~able, porque ,


. .Ios .resultados.fdependen "precisamente..del 'exceso. ' J;~iebe ser
- .recordado, pó,;"ló tanto, 'que tales exageraciones; desde' el"
( ,\ " "," púnt6 de; vistá de KEYNÉS'· 'no" fueron-más que medios para' ,
dest~¿~'~ 16 es~'n~iaj ... d~ 10 'no ~esenci~:l1 ;. 'lg~ai~ente .debe', ,~e~,. >
"'1

recordada ~1~ p~rf~' de :' ciilpa lá', que sómos responsables . de


todos '~~,sot~9s ':.,r; nosotros, considerados corno cuerpo, .no' un' o,, ,

'~, prestamos .oídos hasta ~ que un /puri.t~ ·cuafqiiieta -TI. o;' 'llega' ,;~' .. '.
. .::: ~;e~'\\rri~~tinead¿ '~c~Í1' toda' 'energía.' 'Adfuiti~;nd'c;; . sin . .'erÍtra~)/ .. '
. ",' 'eÍJ.,' rriás averiguaciones, :qu~',ta.1e~·.·pu~tos;~o.·~)itrel)ios:'Ju·e"i~ii.,'....,
. , 'l'q_b.a·st~1Ít~"·impQr:tárites pat~~~ que merecieran 'ser:::·martlp.~a:'··..~ ,
"
d9S hasta .l~,'/\3aéieda~,·Yy 'recórdandoqueIas huellas \et~;~ éxa- .,' . '
gera~ioHes"y de .afírmáciones sin- matizar ni)." se. encuentran ".~'.
tan .sóió' en Ge-nerdl T he'oi:}' ~ si¡{ó ~támbién' -en 'las' obras. la'
"
de Íos" ~~guidores' de KÉVNES', 'deberemos . ~x~minár' ·éste. mé-,". ,
t6do dé~ar S~bOT a 'lo'que'yo he descrito .como 1~; ·.safsa·.··· .: '.
T~,es· éjemplos serán' suficientes.'
". l' prtm~~.1l1gar,· cad'a,'. En
economista sabe - si no To supiera no podría. dejar' de
aprenderlo coriversand~' con los hombr~s de negocio ·~·que;· .'
cualquier:
,1 .;
'cambio
.'
suficientemente general
. . ' -',
'en ' el . tipo de lbs l ' .' "J, I

'salarios monetarios influirá en los. precios en la misma -di-.' '.


) receten. Sin embargo, no entraba: en práctica de los econo.. .' '
,_ rilistas tener. en' cuenta este hecho ~en l~ teorí~ de "los" ~~la- .
"
" ¡
·"·rio.s.',"E'n segundo lugar,""toao_ economista de,·ber{(JA.'.ha~er;:: ":
Loo •

sabido que la' teoría 9-~ TURGOT~SMI'rÍ{-J. S. 1\1II.L :~ce~éª ·~e(·~


mecanismo d'e1' ahorr~ y'. de 1~ inv.ersi6n era,'·inid'ecuada~:·Y:··:;
que, .singularmente, las decisiones de ahorrar .i~e~inverti[I·.··
eran consideradas casi corno formando une.' unidad. Pués':,"
' . . ~ 'bién', si I(EYNES se hubiera limitado a establecer 'lina' rela- " ". ".
':.' .cíón' correcta' y matizada entre ambas, .no-habrfa conseguido- '~" ".
, de nosotros más que un asentimiento superficial expres~do.\'-;~' .
. .: ':~e~ ·palabras .parecidas a las siguientes : . «S]: '.'. es.' cierto:... ·
:~ ". ti~~e~ alguna importancia en ciertas. tuaci~~es :~ícÚ~a~ ~ . ~" '.' si
. '.. ... ~~r~~>.~¿i,qt1é .hácemos- co~ esto ?n'. E~ terGe~. ~~ilga~·>.d~jem:ó~', .
. . que~:~ualquie! "lector relea' las páginas.: ';r6s' .'~ 166 ·:·qe./la,:>1
-. G~eneral' T h.eory, es, decir, las dos', primeras' '.página's' del .ca- :',
..... - • • I •

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~ . J ~'. <" '... "t "

::',,\, . /.p~-túlo '"X~II, titulado '«General Theory oí .Interest» (Teorfll


~, ':. '\gené~a1. del"interés)~ ¿'Qué' encontrará en las mismas? 'En-
~',' "'~cóntr~rá "qúe Ia teoría según la cual la demanda dé ahorros
. ( '...~ regulada por. la preferencia temporal (caIacual yo he deno-
~. , ..minadó la:' propensiónral consumo»)' son igualadas entre sí por
~ [, el '. tipo / de~ interés «se derrumba», porque <é~s. imposible. de-
,,i'· :,du~ir.',el' 'tipo 'de interés 'partiendo 'de~' .símple conocimiento
l' de dichos dos factores»: ¿,Por· qué 'es esto imposible?" Porque
~ ',' .Ia' :decisión 'dé ahorrar' 'no
:iniplfca ltece.s,'ariarnente· una deci-
. 1 , "si6n :q~ invertir": ~debémds también tener' ;en cuentaTá posí-
.~bil~da9.'de 'qtie .esta 'últiina,~'decisiÓti tio surja o ~ no surja. in-
","mediatamenfe.. ' M~ \ atrevo': ~I ~ sugerir' . que este'~ perfecciona..
miento" de . la doctrina: recibida no nos habría causado una
.':gr~n· impresión "si él htÍbi~ra dejado las' cosas: eh estep~hto.
"
E~a 'preciso que la prefereh~ia' de Iiquidez fue;a situada ~,en
.. primera líneá~, y que 'el interés 'quedara reducido a nada
~ ", m~s' que 'a una' recompensa por .renunciar ai. dinero (16' cual
. :" 'no' 'puedeserasí .según Io.queenseña su propia- doctrinarc--,'
4 1,', y' as( ~'s~c-esivanlente,~ para, que 'nos" viéramós' 'empujados a
4

., ':", reflexionar sobre la cuestión. Y nos pusimos a reflexionar


~. con "'la consecuencia ~deque .actualmente estamos muchos' .
'~rri'ás;
,
dispuestos
'. "'"
a escuchar la proposición de que el interés
.

es un fenómeno puramente: monetario de cuanto 10 estaba.'


\. mos .hace treinta y cinco años. ~1 ,. • \ . • " ..

/¡:., 'P~r~ exis,te u1l;a.p~l~br~e~ el Tíbro quefio puede, se~,


,1 "defendida ·c'on .estos "crIterIOs,' yves la palabra . «general»,
\ -Los ..~ tit~dos .exp~diert~e~, para ',destacar .puntos-: concretos
t. .s: inclusoaun cuando se, consideren inobjetables desde otros
\- .' •.•• '. .'. '. '1" ,', " ' ,

'1,' .:PUl1t.~S '9~ '~lsta no . pueden servir. más que: para poner
r ,- ,

:.de... manifiesto ,extremos muy particulares. Los keynesianos


Tpueden, afirmar! que .dichos ,pjtntos .o ':extremos .particulares
"\' sO~ 'los -esenciales -en nuestra época. ,Pero no pueden afirmar
, mas que· esto (32)., .' " . <o'

t,",. . \ , '-, ", '. '. .' ,1

l", '32), 'Esto rué, señalado por vez p~imer~ 'por O'. LANGE, O)). att.,
1 el cual tributó el debido homenaje a la única teoría verdadorn-
¡"~ente general que se ha formulado, es. decir, la .teoría do ~~I!JON
_'. W'ALRAS, demostrando que esta última, comprende a la do ltJI:VN l!U~
r.~omo un caso particular.

'l"-,
r'
.
'\~ "

., ... ' .
300 .. ~~z 'GRAN'l)ES ECONOMISTÁ.~.o

"."-I·-:·~""
6) Parece evidente que- KoEYNES'deseó .llegar a, 1~ "CÓ~l.$~-:.- :~.
cucién de sus más importantes ~ resU:ltados, sin recurrir al
elemento dela rigidez; del. i1Ílsmo' modo que rechazó', la' .ayu-,
o

da que. podía haber-obtenido. apoyándose "en ·las· .imperfec- -


.ciones 'dé' la ~ ccncurrenciactjjl.. Éxístieron ocasiones. csirr o .:

embargo, en: las-cuales .nq-pudo. °comf>ort~rseo)dé-semejante


modo, °especialrnerite' enel-casóenel cual 'el tipo.de-interés;.
cúando .decrece," debe c~·tivertirse:: en','rígido para ':,0 .que ~ la
'o

elasticidad de la '''demanda~''d~, moneda -a resultas-dé' .J~' pre-. '


- ferencia d~ .Iiquidez ,. 'se' convierta. en· -infinita.. "en ,)~,tr6s , .
o y.
, casos.ila rigidez-permanece en- Iínealde reserva, para poder. .:.'
ser' empleada cuando el ~ argumento 'de'primera ','línea. \tjó>rej' "';~
. . ' sulte convincente. -Como :es natural, siempre, eS posible qe'-, ~ .~
"' ; mostrar 'que el 'sistema -económícov cesará: .de 'funcionar .'~-;
un
.cuando .. número suficiente de. 'sus órganos, 'de 'ad~pi:aci6n .: ,
'quedan, paralizados. A los keynesianos no les ,., gusta-esta .. o, •

'puerta:- 'de escape más .de 10, que..pueda gustarles, 'a otros :~.
"teóricos'.. Y, ,sin embargo, eJ'.hecho nd .carece deo 'importancia.' '
? 'El ejemplo clásicolo' constituye el equilibrio- en .condiciones.
, ' . de .subempleo (34).: ' " . '" . _,' -!,~, '

~, ,~ . -J

'(33)""" El Últim6" factor, sin embargo, fué insertado.,:,p()l:,"' Mr.' '~f"" ¡

HARROD. ~ .' .', , '.' l. . ' • , " ' "

: (34)" Mucha:s veces me ',he sentido perplejo .ante el hecho"' de"


que KEYNES concediera .tanta importancia ·a la demostración" de ~'
que 'pueden exístír -. y bajo sus hipótesis ocurrirá .generaímente T
en lascondícíones del' equilibrio perfecto de ",la coríóurrencía per- .
feota, ocupacíón no, plena de' los' factores, 'productívos. Toda· vez . '... e

que existen una cantidad tan, grande de factores expücátívos y' ': "
susceptibles de verifícacíón en lo. que' 'se refiere al subempleo 'r"~~l: ..,' , ,
que" podernos 'observar 'eh cualquier instante/ que tan:' sólo' jla',~ am-: .... '
bícíón .del teórico puedefnducírnos a desear más aún, ,El problema' ~., ,
de la. existencia de desocupación involuntaria en las condiciones de ~ .\"
equilibrio ,perfectoJ.de:"concurrencia perrecta, "-lna -sítuacíón, en Ola , . '. ~
que ni siquiera' el fantoche que, K~NES denominó. «economísta, I " •

clásico» creyó como una realidad, posee sin duda, un gran ínterés.. . ~ '..
teórico, Pero' prácticamente: KEYNES habría' conseguido 10 '.mismo-' ",'
refiriéndose a la desocupación Que puede existir en un' estado j:>er-: . ", ,
manente .de desequilibrio. E,n realidad él fracasó al íntentar, probár.' ¡

BU tesís., Pero la ínñexíbílídad dé los salarios en las fases '.de de- -: . /


presión vino en seguida en su -auxííío. 'En euanto,,a la cuestión" .'
toórlca en si, constituye materia dé una discusión" se resiente del' J <-

hacho que los participantes 'en la: misma, no, Ilegan va rdistíngulr ' '
enero las diversas conclusiones. teóricas -ímplícadasx.Perc no pode- -. ,.
H101J detenernos en este tema. /' >:' . \ - .. ,7"/ .
'''\,""Ij ~.I •
\ .t ~,

.,

.' .C

""':,. :;!~y 7)"'Qe1?o's~ñaiar,~ina~1n.en:te-. la bri11~ntez de KnvNltl:l ul


-. l'· forjar her.r~Úni~ntas·.o instrumentos -analíticos, Considérese;
',

•..~ " ". .J~or- .ejemplo, 'el hábil empleo.del-multiplicador de l{~I-IN o la


~'. '. .feliz...creación del concepto de user .cosi, .tan útil para
'",."~' ;j~ definición-de ·suco~cePto~,'de.·r~1l;t~<y' que merece{se~. re·
.: \,:_:",cord,a~do. corno, '.uJ1~-noveq.a4:'d,~' .cíerta: importancia. Lo, que
~~ .~ ~o admiro-más enestas-y, en ,o:troS formtilacionesconceptua.. j

',', "¡'-les es su adecuacián: puede.decirse.que .sírven para su pro-


~.'. 'li(>si t ?" del mismo modo-que un traje -bien. cortado .se ajusta
~~, .' ~~J' cuerpo para el 4<1l1e , fué confeccíonado, ; t ),.~' t·~ .:
':' .~ ':,~',-, "Por supuesto, y precisament'e ~or~e'sta causar.poseen una
'. . utilidad limitada' ál margen de' las' 'fin'alidádes perseguidas «,

,', . ',' -por ~EYNES.· Un cuchillo de' postre res ~i1n instrumento exc~­
/ ' / ' lente.. para. mondar una ·perá. Aque('que 10 emplea, para
.';, .cortar .un biftec, 'debe culparse únicamente a sí; 'inismosi~er
, resultado no es "satisfactorio.: /'.- . \ ,.'
_ ~ ~ ~ J . ~ • r.> J

,~VIII ' :..... ' .:' '.

: • ~, • ' i ' • ' , .• • ~

: ' . :.' El ~x}~<?' de la General Th~ory .fué instantáneo y, como _


t,:.., " sabemos,' 'duradero.» La's' recensiones vdesfavorables, de las
.:,:., cu~í~s.· hcl;o much~s~ ,'no. hicieron'm~~que colai)o~~r .al éxito.
I • • 1... • • -Ó, , " . , - _ ' . . ' ~ l' t' 1 . . '

" 'S:é"fo~m6" una. escuela .keynesiana-y .no ·una .escuela en, el


" '.: .vago- sentido con que varios historiadores 'p'e las doctrinas
. ,'e,~o;~/6n;ticas hablan de una escuela' francesa, 'ale,mana ~ o ita- .
'liana, .si no una. escuela en-elverdadero y auténtico. sentido '
I

.'.... ~'de 'la' ,p~labra, ..que ',cons,tit:uye" una: entidad: sociológica, . es


, ~:' ' decir, .un grupounido por lazos 'de' fidelidad a un-Maestro
',' . , .~ <y '<tin~' pQctrina,· que posee \~US círculos .reservados, sus
:~., :'.é~oi1;$igna~s d~' combate y su doctrina: popular ,r-~su' doctrina
;',.,,~. .esotérica. Ni .siquiera '. es esto todo. Más allá del keynesia..
:~ ',' ,'·niSlTIOortodoxo· .existe una: 'amplia ·:zop.ad~ simpatizantes, y
; ...... ..'''. ")' III _.". '
.: todavíamás.alláse, encuentra un ~.ran número de individuos
:~ :: ;- "que· .han .absorbido;' de- una' Jor111a. 'o'·de otra., a gusto O n
~ '.'~ " disgusto.ialgo del espíritu ~ó; 'por)o menos, de algunos <'llo-
-~ ":'nte~tos dei·a~álisi~'keyn~si~np. En tóda J~ historia del anCla
:'i~.t ..Jisis ~cop6micon9se encuentran más que dos casos nnMo-
': .... ;., ' , 'l
, " ,.',
362 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

gos al que' consideramos, y que son precisamente los


físiócratas y los 'marxistas.
Esto en sí ya constituye un gran resultado que exige la
gratitud y la admiración, tanto a amigos como a enemigos
y" singularmente, de cada profesor que haya. experímen-
tado su influencia. vivificadora en. sus clases.' No puede exis-
tir la menor duda: acerca, del hecho de que, desgraciadamen-
te, en Economía un semejante entusiasmo - y 10 mismo en
cuanto se refiere a la hostilidad - no existe 11UIICa. a menos
que el frío acero del análisis no adquiera' una. temperatura,
que le es ajena, en virtud de las implicaciones políticas
reales o supuestas del mensaje del analista. Consideremos
de pasada: las características ideológicas de la obra. La
mayor parte de los keynesianos ortodoxos son «radicales»
e'n un sentido o en otro. El hombre que escribió el ensayo
sobre la «VILLIERS Conectiom no fué unradicalen cualquier
sentido ordinario de la palabra. ¿'Qué hay, entonces, en el
Iibro que pueda atraerles? En un artículo excelente publi-
cado en The American Economic Revieta, el profesor
WRIGTH (35) ha llegado a decir que «un candidato conserva-
dor podría basar su campaña política utilizando citas de la
General. Theory», Desde luego, pero tan sólo es cierto si
dicho candidato sabe cómo emplear los apartes y los dístin-
gas. KEYNES rué, sin duda, un, abogado ,de'lnasiado bueno pa . .
ra ~egar 10 evidente. Hasta cierto punto, aun cuando proba-
blemente sólo en pequeña. proporción, su éxito se debe a
que ni siquiera en. sus momentos de, arrebato dejó sus flan-
cos totalmente indefensos, como habrán podido descubrir
a su costa los críticos incautos, tanto de su política como de
sus teorías t~6). Los discípulos no prestan demasiada aten-

(35) D. Me. C. WRIGH,T. ~<Thc: Future oí Keynesian Economics»,


American Economíc Revíew, Vol. n» 3 (junio de 1945), pág. 287.'
~te artículo, pese a algunas diferencias de opinión,'sirve de com-
plemento a mi propio punto de vista acerca de cuestiones en las
cuales la ralta de espacio me impide entrar.
(36) Esta es la razón por la cual se encuentra con tanta fre-
cuencia, en la literatura keynesíana, la. frase síguíente ; «KEYNES
no dijo verdaderamente esto», o KEYNE8' no negó, verdaderamente,
tif,tuello». En la General Theory la mayor parte de las cualifica-
JOHN MAYNARD KEYNES

ción a la parte condicional de las proposiciones. Tan s610


ven una cosa: una. acusación contra el ahorro privado y las
implicaciones de dicha acusación en orden a la economía
dirigida y a: la desigualdad de las rentas,
Para apreciar 10 que esto significa es necesario recordar'
. q ue, a consecuencia de un largo desarrollo doctrinal, el aho-
.rro había llegado a ser considerado' COIno el último y más
importante pilar de la estructura burguesa. En realidad, el
viejo ADAM S'MITH había dejado a un lado cualquier otro
pilar o fundamento: si analizamos detenidamente ~ me
refiero, por supuesto, tan sólo a los elementos ideológicos
de su sistema - podemos comprobar que equivale a Ul1 vi-
tuperio general dirigido contra los propietarios «indolentes»
y los comerciantes ávidos o «rnasters», más el famoso elogio
de la parsimonia. Y esto subsiste como la nota fundamental
de la mayor parte de las ideologías económicas no marxistas'
'hasta KEYNES. MARSHALL y PIGOU viajaron en es~a embarca..
cíón. Ellos, singularmente el último, aceptaron sin discusión
que la desigualdad 0, por 10 menos, el grado de desigualdad
existente era «indeseable». Pero se guardaron muy bien de
.atacar el pilar o baluarte.

clones explícitas tienen lugar en los capítulos XVIII y XIX. Pero'


la única forma de referirse a todas las implícitas es indicarlas
comó p,assim. La lógica del sistema clásico no es impugnada real-
mente (pág. 278). Incluso la ley de SAY (en el sentido deñnído
en la página 26,) no es repudiada totalmente; Incluso la existencia
de un mecanismo que tienda, a equilibrar las decisiones de ahorro
.Y las decisiones' de inversión -.. asi .como el papel del 'típo de
interés en dicho mecanismo ~ e íncluso la¡ posibilidad de que una
reducción de los salarios monetarios pueda estimular la produc-
cíón, no son negadas absolutamente; aun cuando es cierto que la
validez de la primera y la existencia .de dicho mecanismo se ad-,
.míten tan sólo en casos muy concretos. Los' críticos corren, por
ello, el peligro constante de ser acusados' de «interpretación gro-
sera», del mismo modo que los críticos incautos de la primera
edición del Essay de :MALTHUS tropiezan· con una nube de citas
extraídas de la segunda edición, en -la cual MALTHUS rué mucho
nl(tH lojoH que de una simple explicación del malthusíanísmo. Poro
(Hl 1n\IHmiblo considerar aquí todo esto. En el articulo ya cítadn
dp1 proftmol" W'nIGIIT se encuentran diversos ejemplos muy Ins-
trlu~ti VOH.
364 DIEZ CItA ~1)I!;S l~CONOMISTA~

Muchos de los hombres que ingresaron en el profesorado,


a partir de 1920 se' habían separado del esquema burgués
de la vida, del esquema de los valores burgueses. Muchos
despreciaban el incéntivode beneficio y el elemento de
triunfo personal en el proceso capitalista. Pero tan y mien-
tras no .abrazaron el socialismo propiamente dicho, no tu-
vieron más remedio que pagar su tributo 'de homenaje al
ahorro, bajo la amenaza .de desprestigiarse a sus propios
ojos y de alinearse en las filas de 10 que I{EYNES había lla-.
mado e~ «mundo inferior de los economistas». Pero I{EYNES
rompió sus cadenas;' al fin surgía una doctrina teórica que
no sólo anulaba el elemento personal, y era. si no mecaní-
.cista en sí misma, por lo menos mecanizable, sino que re-
ducía el pilar a polvo; 'una .doctrina que aun cuando real-
mente no 10 diga puede ser fácilmente adaptada para afir-
mar que «quien intenta ahorrar, destruye capital real», y
que a traaiés del ahorro «la distribución desigual de las
rentas es la causa última de la desocupación»' (37). Esto es'
10 que la Revolución Keynesiana significó para ellos. Defi-
nida de este modo, la frase 110 es inapropiada, y. esto, y tan
sólo esto, explica, y en cierta medida justifica', el cambio de
KEYNES con respecto a Mxasrrsr.. LJ que es imposible com-
prender o justificar de acuerdo con ningún criterio científico.
Pero aun cuando esta envoltura atractiva. hizo más acep-
table para muchos la aportación de I{EYNES a la Economía,
. no debemos permitir que distraiga nuestra atención de la
propia aportación. Con anterioridad a la aparición de la
General T heory J la teoría- económica se, había desarrollado,
< I

adquiriendo mayor complejidad y haciéndose más incapaz.


de dar 'respuestas rotundas a preguntas igualmente rotundas.
La General Theory pareció reducir la Economía a un grado
. mayor de sencillez y tUtTI bíén permitir al economista formular

(37) Después de todo, basta ojear las páginas 372-373 y 376 de


.la General Theory para llegar al convencimiento de que KE,YNES
llegó casi a justificar dichas afirmaciones. Hace falta ser tan
meticuloso como el profesor WRIGHT para sostener que no lo hizo,
realmente.
JOHN MAYNARD KE.YNES

consejos sencillos, susceptibles de ser comprendidos por todo


el mundo. Pero, al igual que había. ocurrido con la economía
ricardiana., había algo con bastante fuerza. para atraer y
para inspirar incluso a. los más refinados y sofisticados. ItI
mismo sistema que encajaba a. la perfección con las carac..
terísticas de las mentes poco cultivadas se adaptaba satis-
factoriamente a los mejores cerebros de la generación na-
ciente de teóricos. Algunos de. estos sostuvieron - y todavía
sostienen por cuanto yo sé ~ que toda otra labor en materia
de «teoría» debía ser eliminada. Todos ellos rendían ha-me"
naje al hombre que les había. ofrecido un modelo fácil de
manejar, criticar y mejorar; al hombre cuya obra .simboÍiza.
aun cuando no reencarne, la que ellos desearían ver rea..
. lizada.
E incluso aquellos que habían ya completado su forma-
\ ción con anterioridad y sobre quienes la General Theory no
actuó en sus años formativos, experimentaron los efectos
saludables de una. brisa refrescante. Tal como un eminente
economista .norteamericano me escribió: «ella. (la General
Theory) tenía, y tiene en sí, algo que completa 10 que
nuestro pensamiento y métodos de análisis habrían sido sin
la misma. N o nos convierte en keynesianos, nos hace me ..
jores economistas». Estemos o no de acuerdo, esto expresa
a. la perfección ·la cuestión esencial a.cerca de la. contribución
dé I{EYN~S a la. ~C0110111ía. En particular, explica por qué
el criticismo hostil, aun' cuando consiga triunfar sobre algún.
supuesto o sobre alguna proposición, carezca del poder ne-
cesario para dañar de manera decisiva la. estructura global.
Al igual que ocurre en el caso de MARX, es posible admirar
a I{EYNES aun cuando se considere errónea su visión. social
J

y equivocadas cada una de sus proposiciones.


No voy a clasificar la General Theory como si se tratara
de una obra de texto. Añadiré, además, que no creo en la
posibilidad de clasificar a los economistas: son demasiado
heterogéneos y distintos los hombres en cuyos nombres ('a··
bría pensar a la hora de establecer comparaciones. Sea (~t1al
sea la suerte reservada a su doctrina, el recuerdo del homhu-
366 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS i

~()1 irevívirá tanto al keynesianismo como a. la reacci6n del


misino.
~11 este punto me detendré. Todos 'conocen la estupen-
da lucha. que el valiente guerrero sostuvo en favor de la
que debía ser su última obra (38). Todos saben que durante
la última guerra ingresónuevamente en el 'feso1"o (I94o) y
que su influencia fué creciendo paralelamente a la de CHUR-
CHILL, y que nadie pensó en desafiarle. Todos saben que Je
fué conferido el honor de ingresar en la Cámara. de los
Lores. y por supuesto conocen lo referente al Plan !(EYNES.,
Bretton Woods y el Préstamo británico. Pero de estas cosas
deberá tratar algún biógrafo especialista que tenga a su dis-
posición todos los materiales necesarios. .

C:Ul) E~s decir, su última gran obra, Escribió muchas' piezas de


tlU'JUU' tmportancía casi hasta el día de. su muerte,
APENDIGE
G. F. RNAPP(*)
1842-1926

L A muerte del profesor. KNAPP, ocurrida el 20 de febrero,


ha arrebatado al mundo científico alemán una de las' más
destacadas figuras, de' la que puede denominarse tercera
época de la Economía Política en .A lemania (la primera
época es la «cameralista», cuyos representantes más desta-
cados fueron SECK.ENDORFF y JlT8TI; la segunda. que corres-
ponde al período clásico británico y que culmina en las obras
de THÜNEN y de HERMANN), cuyos aspectos más notables
fueron la «Sozialpolitik» y el «Método Histórico». Unido a
SCHMOI~LER, WAGNER J BÜCHER, BRENTA'NO, aun cuando difi-
. riendo de cada uno de ellos en. diversos aspectos, GEORGlt
FREDERIC KNAPP permanec-erá siempre asociado a los mérí-
.tos y, a los defectos de los hombres de dicho período.
Unas cuantas palabras bastarán. para dar cuenta de los
principales pormenores de su vida tranquila. Nació eJ 7 de
marzo de' 1842 en Giessen, hijo de un profesor, autor de
un célebre libro de Tecnología. Estudió en Munich, Berlín
y GOttingen, adquiriendo la formación de estadístico y po-
seyendo una preparación matemática excepcional en su
tiempo. En 1867 fué nombrado [eje del departamento esta-
dístico del Municipio de Leipzíg, donde se hizo acreedor 11

(Ifl) Reproducido de The Economic sourniü, Vol. XXXVI. 11l\.


mero 143. septiembre de 1926.
24
370 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

grandes alabanzas por la perfección de los trabajos allí re a-


. Iizados bajo su dirección. En .1869 fué nombrado profesor
«extraordinario» - un título análogo, aun cuando no idén-
tico al de profesor «auxiliar» ~ en la Universidad de Leip-
zig, d~ donde pasó a la Universidad de Estrasburgo en 1874
al ser, nombrado catedrático. En dicha Universidad sirvió
hasta mucho tiempo después, cuando se retiró de su cáte-
dra en 191.9, al verse. obligado a abandonar la que se había
convertido en una ciudad extranjera.
Todo cuánto emprendió llevó el sello de la concen-
tración de su carácter enérgico. Por dicha causa la tarea de
trazar el
perfil de su obra es mucho más fácil de cuan-
to suele ser esta tarea en el caso de hornhres de seme-
'[ante vitalidad mental. Hasta 1874 él fué - si prescindimos
de dos trabajos de importancia. menor ,: su tesis doctoral sobre
T:a:ÜNEN y un ensayo sobre cuestiones de tributación -:- tan
sólo un estadístico. Aparte de su obra práctica en dicho
campo realizó diversas aportaciones a la teoría de la. Esta-
dística, algunas de las cuales citadas más abajo (1) merecen
ser consideradas con atención incluso en la actualidad. Y si
no insistimos acerca de la destacada posición que logró en
dicha .especialidad, donde llegó muy cerca de la cima, ello
se debe al nivel que alcanzó en otros campos.
Corno historiador de la vida. económica y como econo-
mista «institucionalista» fué verdaderamente grande. Sus
dos volúmenes, publicados en 1887, sobre la emancipación
de los campesinos y el origen de los' obreros rurales en las
'partes más antiguas de Prusia (Bauernbefreiung' und der
Ursprusig der Lamdarbeiier in den iiltern Teilen: Preussensy
son SU· pieza maestra y la obra más destacada sobre la ma-
teria. Dicha obra ha contribuído a formar mentalmente a
muchos discípulos y casi. ha dado lugar a la creación de una
'rama especial de nuestra ciencia. La razón de todo esto no

, (1) Uber die Ermittlung tier sterbucnkeü aus den Autzeicti-


nunger tier Bev'olkerungsstattistik, 1868. Die tieueren. Ansictüen
ilb:er Moralstatistik, 1871. Theori« des Beoolkerunosuiechsel»:
. Abhandlungen zur angewandten Mathematik, 1874.

• ........ : ' , . • <; .~~L-


'o. .,F. KNAPP 371

se encuentra en ninguna nueva técnica histórica ni en haber


abordado satisfactoriamente algún problema particularmcn-
,te arduo. En estos aspectos KNAPP no llegó a igualar a h0211-
bres como lVIEITZEN o HANSSEN. Peroposeía, en cambio, otrus
cualidades, más grandes y más raras. Poseía una visión
clara, casi diría apasionada, de la esencia de las cosas, a la
. que llegaba sin detenerse en la superficie. Vió los procesos
y los problemas de la Historia y Jos' comprendió en mayor
medida de 10- que 10 hacen muchos hombres con los hechos
que les 'circundan. Y basó su análisis histórico en un cono-
cimiento amplísimo de los hechos cotidianos. Las fuentes
de aquellos estudios, tales como sus Landarb eiter in Knechis-
ch-aft und Freiheii, r891, Y' sus Grundherrschaft und Rit-
tergui, 1897, son históricos tan sólo en parte; toda vez' que
en parte son también el./resultado de un estudio acerca. de
10 que 50n_ actualmente los propietarios .alemanes y sus co..
Ionos, sus mentalidades Y métodos y, en resumen, sus vidas.
La cualidad que estoy' intentando definir tiene mucha im-
portancia para la 'formación de un historiador; pero 'es
absolutamente decisiva para quien no busque el aspecto
narrativo, sino los problemas de la Historia.
Al igual que el campesino que variando los cultivos con-
serva la fertilidad del suelo, KNA~P abandonó en 1895 estos
trabajos para dedicarse a. otros que contenían problemas de
índole muy diversa, Y, en varios aspectos, fué entonces
cuando alcanzó sus mayores éxitos. Su Siaailiche Theorie
des Geldes, recientemente traducida al inglés bajo los aus-
picios de la «Royal Economic Socíety», fué publicada por
vez primera en) 1905. Indudablemente' fué esta obra la
que le proporcionó reputación internacional. Una gran can-
tidad de discípulos se congregaron en torno a la misma, y
tanto admiradores como adversarios contribuyeron por igual
- los últimos por lo colérico de sus ataques Y los primeros
por sus elogios - a un éxito muy destacado. Sin embargo,
aU11 cuando es forzoso admirar en la obra la amplitud cll'
la COtlCCpCi(Hl, la independencia de su ejecución, In uuu-ni-
dad de su estilo, es imposible negar que al tratar 111~ l~UC"·

MBllOTECA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONnMrOA'


Prof••or Emérito Dr. ALfREDO L. PAlACJO~
.. _.. ,... . ",,,,\ ....
• '""'". r..t •

•: .."', r~
... "-:- .. ''''.'
l' ',

': ....

DIEZ GRANDESECoNÓMIsTA.~
i: ,.

, tiones .fundamentales -de la.' teoría-monetariaTlegó á 'conclu-" '


· s16nes . erróneas, y que' su' influencia. .sobre l~, ", cienéi;l/'~; ,
.: monetaria aleinana ha sido, en, 10 -fundamental, .desafortu-. . . . ;.',
. nada. 'Pero si esto, ',sirve'. para" demostrar -que ..1~, . teoría ,
..écónómica,' pese a sus .defectos, 1J.~' puede, ser ignorada Iibre-v: )"
,niente, sirve igualmente-para rdemostrar, .una . ·vez .más, .la ,
fuerza -de este. hombre notable que .cónverició 'a muchos-de . ' .-
~. Io .que era incapaz de' probar' y.¡'q·ue> frecuentemente, 'li~g9' .~~ -,:.
a fascinar incluso a. quienesno pudo convencer, '~ I '" ,'o

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. · FI\í~DI.\ICH. V~N·:WIESEB.(*)
iI', .. • . ,,1. . 18'51-1926

"': -.·E:¡,
r Áustría~a fall~ció
el 23 de
lo~ ~res ~U~dadores'
de la llamada:Últim6 de
julio·.d~; r9~6,
pocos días después
EScue1~
. ,": .de. haber cumplido .loaseteuta y.cinco años, y todavía dis..
" ., .,.,:fr':lt~ndp. de un pleno vigor mental y. corporal. ,':--
,\ o~ .El ·barón FRiEDRICH VON' WIEsERJnacido .'el ro 'de julio
"',

... de ·r8S!-, hijodel Canciller Privado LEQPOLDO VON .""TIESER,,


recibió su educación 'en' Viena, 'donde, se licenció en 1872.
• (0"

'.' :,',.Pbr I,~ este'


,
tiempo
I
sus' estudios favoritos
.
habían sido
,
los. estu-
> dios -históricos, pero 'en r872 .el conocimiento de los
- ~ -Grundsiüze de MENGtt~ .le 'convirtió. a la' teoría' económica.
'»; y, 'por este c~mino continuÓ en SUS .años de. estudio, en las
,:- , " '.Universidades de . Heidelberg, '1ena.y Leipzig, y durante el
. breve- período en que desempeñó" un .cargo en la 'administra..
, .ción pública,.. antes de ser: nombrado «Prívatdozent» en la
, ,' ...Universidad de Viena,. en .r883; .siendo llamado' a la Uní-
. _ -. versidad deT'raga.. en "r884,' -donde. permaneció hasta 1903,
o fecha
", en
la -que 'regresó a V'i~na '.. para suceder a CA'RL MnN-
~. "G~R.; Prescindiendo de" detalles .accesorios de su carrera,
',_'; quiero mencionar tan: s610 que "pasó a .formar parte de lo
'.' H erren hauss (Senado) e-O~O/ miembro. vitalicio en 19 1:7, 'Y
. , . que en, el luismo año fué nombrado' Ministro de' Comercio ;
\'

(*) Reproducido de The Economic Jourtuü, Vol. XXXV:CI:, nü-


I

.mero 146) junio de 1927. I


374 . DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

después de su dimisión volvió otra vez a su cátedra y a su


labor científica.
No es fácil dar, á quien no lo haya conocido, una
impresión exacta de este hombre eminente que fascinaba a
cuantos se le' acercaban. Su buena presencia, su singular y
nada artificioso encanto, la dignidad de. su maneras, un
algo que confería importancia. a cada. una de sus palabras,
un-aspecto artístico indefinible de su personalidad, una su-
blime 'serenidad en cuanto dijo e hizo, COl110 expresión de
amplios horizontes, todo esto convierte en¡ imposible la
(descripción. Tal vez la única. cosa a mi alcance sea referir
que, cuando estábamos celebrando su septuagésimo aniver-
sario, tres oradores, yo entre ellos, le compararon indepen-
dientemente uno del otro, con GOETIIE. Fué siempre activo,
pero jamás frenético; mostr6 interés por todas las. cosas
~"entJ;e otras cosas fué ~n profundo connoisseur y ~n fer ..
viente mecenas artístico - siempre dueño de sí mismo. En
su interior- existió un recinto íntimo encantado, en' el cual
no llegaron a penetrar. nunca las desgracias públicas o pri-
vadas. 'Cada. honor- o éxito le llegó naturalmente', sin esfuer-
zo,' y los asimiló corno si jamás le hubieran faltado, aun
cuando parecía que a sus ojos no tenían la. menor impor-
-fancia. No 'lu~li6 jamás en pro o en' contra de nada, pero
todas las, dificultades parecían ceder ante' él. Incluso la
ancianidad, destructora de tantos hombres, pareció aña-
dirle unos retoques mejorando un cuadro que se contempló
siempre con placer estético.
. Todavía es' más difícil definir dentro del espacio limitado
de una o dos 'páginas, el carácter de su obra. científica, es-
pecialmente a Jos lectores ingleses; toda vez que su manera
I

de expresarse' fué Tuertemente opuesta al estilo inglés, y


por ello es de temer que la conocida. traducción ,e interpre-
tación dé una parte de su obra por el .profesor SMART. haya
contribuído escasamente a facilitar la comprensión de su
auténtica importancia al público inglés y americano. Acusó
siempre deficiencias técnicas, y constituye uno de los pocos
ejemplos de claridad de pensamiento no acompañada de un
~IEDRICH VON' WIESER 375

estilo conciso. Un apéndice al mejor de los artículos necro-


lógicos aparecidos hasta ahora, debido 'al 'profesor F. A. VON
HAYEK, en el [ahrbücher jit·,. N aiionaliikonomie and Suüis-
tik, 1926, contiene una lista completa de sus escritos, sesenta
y dos en 'total. Nosotros debemos limitarnos aquí a indicar
'brevemente las tendencias generales de su pensamiento.
Por, encima de todo él fué un, teórico. 140 que MENGER
hizo por él no fué tanto darle una idea corno impuls~rle a
'desarrollar sus propiasIdeas. Pocos hombres han reflexio-
nado tan. profundamente acerca 'de 105 fundamentos de la
teoría, del valor o han logrado una, visión tan clara de los
primeros fundamentos de la Economía. y larnejor parte de
las energías de su fase juvenil fué dedicada' a desarrollar
pacientemente las ideas y métodos contenidos .en 'su libro,
titulado Der NatürlicheWert (1889), al cual llegó a través
,de sus Ursbrung und Haaptgeseiee des '7oirtschaftlichen
Giüeruiertes. (1884), que contiene una primera 'exposición
de sus teorías. de la «Orenznutzen» (utilidad marginal), del
coste de producción explicado por la «utilidad indirecta» (el
teorema que ;I?ANTALEONI denominó la ley d¿ \Vn~sER), y de '
. la «imputación» (Zurechnung). Estas cosas S011 sobradamente
conocidas, Pero yo debo insistir 110 sobre la importancia de'
cualquier instrumento 'teórico o de cualquier teórica creada
por él, sino sobre la fertilidad y grandeza de su concepción, de
la vida económica como un, todo, expuesta ingeniosamente
mediante el artificio de razonar sobre una sociedad' comu-
nista. Desde entonces se han realizado muchos progresos
en la teoría del equilibrio de los precios, pero últimamente,
si no me equivoco totalmente" están surgiendo problemas
que pueden obligarnos a volver otra vez a aquellas. ideas
fundamentales que muchos' de .nosotros creen ahora.' anti-
cuadas.
Después de la publicación de su Natural .Valuej abandonó
durante, veinte años esta línea de pensamiento. Pero volvió
nuevamente a la misma en 1909, y en 1914 publicó en los
enciclopédicos Grundriss der Sozialokonomik su «Theoríe
der gesellschaftlichen Wírtschaft», su último y más maduro
376 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

mensaje sobre teoría pura, el cual, a causa de la guerra., tan


s610 ahora comienza a hacer sentir su influencia.
Al igual qué WALRAS y otros, se había dedicado mientras
tanto a la. teoría del dinero, construyendo lentamente 'y
desde dentro ' - sin tener en cuenta. 10 que 'otros escribían ~
10 que siempre' será considerado como una de las mejores
.realizaciones de nuestro tiempo en este campo. Su primera
aportación a este tema se encuentra en su conferencia in-
augural, pronunciada en 1903, después de ser elegido para
la cátedra de: MENGER; su última contribución. se encuentra
en: el artículo «dinero», escrito para' el Hand'w'orterbuch
der Staatstoissenschajten, que concluyó poco antes de ·su
muerte. Su método de aproximación al problema. consistió
en investigar los cambios históricos en el poder adquisitivo
del dinero, pretendiendo dar al teorema cuantitativo la
misma clase de fundamento que había dado a la ley del
coste. N o son muchos quienes comprenden realmente la
teoría monetaria. 'Afortunadamente, existe entre ellos mu-
cho en común, de tal manera que las diferencias subsisten-
tes se deben. en parte, a. diferencia de gustos y. de: técnica..
Por dicha razón el tratamiento de WIESER se desarrolla. para-
lelamente con el de los otros durante una parte considerable
del camino, Pero en algunos puntos -:.- desarrollados más
tarde por hombres como F. X. WEJSS y L. VON MISES -
me parece que él profundizó más que cualquier otro.
La obra principal de sus últimos años, .sin embargo, giró · '
alrededor de, la Sociología, en el sentido en que pueda ser
definida como un análisis de la Historia, o, como él mismo
la definió con aquel poder que poseía de acuñar frases inci-
sivas, corno «Historia sin nombres», La sociología histórica o
la Historia Sociológica, había sido su primer interés-y fué
también el último. Después de trabajar durante varios años
con energía juvenil, publicó a los setenta y cuatro años su
~~ran obra sociológica. Das Gesetz der Macht J dando cima'
('()11 ello a 10 que se había propuesto hacer cuando era toda-
"fa estudiante, y ofreciendo la cosecha de su pensamiento
,," (1:'.1(\ rruupo.
FRIEDRICH VON WIESER

No existió en su vida nada casual o incompleto, ni des-


viaciones ni perturbaciones a 10 largo de su camino. Cada
. elemento de su vida formó parte de un conjunto armonioso,
que se desarrolló lenta y orgánicamente hasta alcanzar una
elevación y vamplitud impresionantes.

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el más d~s~ca~ó:est~~í~tico~lemán
.~~~~, ,': .~ desde 'LÉXIS J de" quien fué discípulo en lo fundamental, no l

i'·/'i. >'.':era.' de .origen alemán. Descendía de una de aquellas fami-

".',',. ',~ ..Iias polacas qué habían hecho la . paz" con 'las 'autoridades.
"~:.""~u'$as,'domin'adoras',de}'PolonIa-,y fué ~ducado: en. San 'Pé~
" .. J-'-~'- térsburgo, 'dond~ había 'nacido; 'y -en 'cuya Universidad es-
':. ,1,.. ,"t~di6 <e "incluso- .enseñó durante' un cierto'tiempo. Las
~.: . , relaciones, que adquirió durante prolongada estancia en "una 1

...<.-':','.. -Alemaniardonde en '1 895 Ilégó ·a'" ser' «Privátdozent» en la


,1

. .: '",'·,priiversidad,de Estrasburgo, contribuyeron a que en 1901:


.: ~ ... "iúera" nombrado profesor «extraordinario» en Berlín. 'Es cu..
'.~' '''=',.:.ri~so,: sin embargo, queeste "h'ombre~minente no fuera to-
.- "~/madb "núnca-érrconsideración como candidato a. \.tn'a de las I

:.:', " . ',,>gr~andes,cátedras en B~rlín oencualquier otra 'Univer~idad,


.. "',', ·y.'.tan,·s6lo·~ 'en 'I9~O;" gracias a "un~' di~posició~' tendente (\
".'" ~ ,',' «delTI~ctatiz'atj)'J.asi'Fa'cultades',(por: que iodos los I,rofeso,· la
,:-:-~:, ~ "res' ";extraordi:nariós Se:.convirtieron 'en profesores ordinarios I

· - ';'0, numerarios ad. pers.o~amr, consiguió alcanzar dicho, rungo,


~.. sin' dejar' por ell~ de 'permanecer completamente aislado .
. ., .,~' , , '~I.·•."·Ex.i~tietÓn '. Y~ri~s, ri~~né~~ para '~llo.· Era un extrnnjcro,

":::'."" -:y:'- aun cuando no era ni' mal orador ~i mal escritorv no 'ruó
'.. " ..~>.' : , ~ ':~l:' : '-.-1 0 ,-, ; ~ ,,'.'~:, ' " " . • " . •

....... ",~." .•~-'.

..
~"> ,.~:~.:(*) ~producido . d. el Econpm,ic sournoi, Vol. XLII, n.Q 100,
¡;-.", '-; . d~~1942., \,'
Juntu
, -.'-. ,':
f ~ _ ".
380 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS

un buen conferenciante, y sus clases, que elaboraba con


minuciosa precisión' en todos sus detalles, se dice que tenían
lugar ante aulas semivacías. Su penetrante sentido crítico
contribuyó a que muchas personas le temieran, pero no,
logró hacerse estimar por ellas-. Los colegas a quienes corres-
pondía hacer 'la 'propuesta de su nombre a diversos Mi . .
nistros de Educación, difícilmente llegaban a comprender
la importancia de sus aportaciones, El aparentó no perca-
tarse. de estas cosas, encerrándose en una reserva llena de
dignidad, disfrutando del respeto de quienes le rodeaban,
y desarrollando una vida tranquila de investigador, inte-
rrumpida por una muerte inesperada. cuando conservaba ín-
tegras sus facultades. Una bibliografía que comprende todas
sus obras publicadas (en -cuanto yo sé) ha sido realizada.
por el profesor OseAR ANDERSON (r), y a ella remito al
lector. '
La Naturaleza - no es frecuente que esta diosa lleve a
cabo sus decisiones de manera tan radical ~ hizo de él un
crítico, hasta tal punto que incluso sus contribucionesori-
gínales asumieron la forma. de criticismos, y' que la crítica
se convirtió en una actividad vital. Esta facultad crítica, o
mejor dicho, esta' pasión crítica, que' 110 se detenía ante los -
pequeños errores en ejemplos numéricos, destaca poderosa-
mente "en su obra como economista. En este campo no fué
un innovador, y yo creo que perdió una. gran oportunidad.
de convertirse en un gran economista porque . rehusó el
empleo de los instrumentos matemáticos que tenía a. su dis-
posición, Ios cuales, en la época de su 'juventud, podrían
, .haber hecho de él' un rival peligroso de. la. fama. de EDGE- .
'WORTH ,0 de BARONE. Pero en vez de esto levantó la bandera

(1) Zeitschrijt für Nationalokonomie, Vol. IN, n» 2. Escri-


bíendo sobre un hombre, que fué un modelo de minuciosidad, espero
me será permitido seguir por una vez 'su ejemplo y señalar un
error de imprenta que se encuentra en la página 279·, sub. n,s 2, de
la lista de sus escritos -económícos ; él no reprochó, en' su crítica
al Cours de PARETO, a la escuela de la utilidad marginal el favore-
címíento de una política económica «ultra-radical», sino una «ultra-
uaerai».
\

LADISLAUS VON BORTKIEWICZ 381

de la teoría económica - profesando el credo murshalliano -


~n una 'época y ien un país donde nadie querfa oír hablar
de ello, y empleó SU potente' espada para, prcpurnr In victo-
4

ria en muchos campos de' batalla.. Su contribución 1'1'1(\8


importante fué, con mucho, el análisis del esqucmn teórico
del sistema marxista i.Archí» fiir Soziahoissenschait, VO](I-
'menes XXIIl. yi XXV, Y Conrads [ahrbiicher, 1907) el HI(LS
importante que se haya escrito sobre el tema. e, incidentul-
menté, sobre sus críticos. Una pieza maestra similar es, su
escrito sobre las teorías de la renta de RODBERTUS y MARX
iArchi» für die Geschichie des Sozialismus, vol. I). Donde
los errores tienen una. importancia, secundaria ty los funda-
mentas son sólidos ,como ocurre en, Jos casos de WAI-iRAS,
PARETO y BoHM-BA'YERK, el crítico severo no se encuentra 'a
sus anchas. Como escritor sobre teoría. y política monetarias
.ocupa un puesto destacado entre los autores alemanes. Las
cuestiones del patrón oro, el crédito bancario y de la. velo-
cidad de circulación muestran su huella. Lo mejor que hizo
en este tiempo, sin embargo, es su trabajo sobre los números
índices (N ordisk Statistik tidskr't'1ft, 1924) y que consiste
en un examen magistral dela obra. de IRVING FISlIER, quele
deparó la oportunidad de' aportar una. contribución original
en materia de tesis. '
En el campo de la metodología estadística su arisieia
entre los alemanes es, por supuesto, indiscutible, Como
>

descubridor de la' «ley,' de los pequeños números» (1898) y


_ como leader de la escuela deLaxrs, adquirió una reputación
internacional que la posterioridad respetará. Su libro sobre
probabilidades iDie Lieraiionen, 1917), que es' su único «li-
bro» - sintió' tanta repugnancia a presentarlo al público
que perdió con ello el derecho a reclamar la prioridad en
muchas partes de su contenido c->, constituye una. pieza
. maestra aun cuando se .la examine sin sentir la menor pre-
dilección por el concepto de 'probabilidades en el que se
apoya. No es posible, ni adecuado en una revista del Econo-
mía, examinar la larga lista de las aportaciones de J3ol<'I'-
KIE'WICZ a la teoría, estadística. Unos cuantos ejemplos tlt'
382 DIEZ GRANDES ECONOMISTAS'

especial importancia para-el economista nos' bastarán. Nin- '


g,U110 hacontribuído en' mayor medida que él a esclarecer
la itl1;port~nte' cuestión de la medición de las desigualdades
'de las rentas (sesión décimonovena del «Institut Interna- .'
tional de' Statistique» ).1 La mayor parte de nosotros leerá
'con placer y provecho sus execelentes ensayos sobre la, cua-
dratura <le las curvas,empíricas-{Ska,ndina1Jisk' Aktuarie Tid.. ,
skriit,. 1926) y sobre' homogeneidad y estabilidad en Esta-
'dística (ibid, 19.18) o el 'que trata de la' variabilidad en el-
casode la ley de GAUSS (Nordisk Statistik .Tidskrijt J 1922)" .
o sobre la propiedad común a todas las leyes' del error
(Si'tzu,ngsbe11chte der B'erliner math.Gesellsch.aft J 1923'}~.·
'O sobre 1~' sucesión temporal de, los acontecimientos proba-
bles (Bulletin de l'vnstiiwt: international de, siatisiique,
1911), para no referirnos a ensayos sobre mortalidad y se-o
guros, -algunos de los cualesson tesoros en su género.
Pero para dar una idea del alcance;' de su mente es nece-
sario citar otro artículo, por alejado que esté de la EcoriolTI.ía,:'
y que se titula «Radio-aktive Strahlung als Gegensfand
wahrscheinlichkeitstheoretischer Q ntersuch ungen»." B ~ e ·r-
·}ín, 1913. A~ examinar el .contenido de este parergon nos
parece posible descubrir el ..verdadero contorno de lamente
dé'! economista que 10 escribió, y uno comienza :a pregun-:
.tarse si basta tener en 'cuenta 10 que publicó para adquirir (
una idea a~erca de sus posibilidades, '

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