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52 lOVERs

vol II

José CARROLL

E d it o r ia l F ra k s o n
JOSE CARROLL

;INCUENTA Y DOS
AMANTES
T o m o se g u n d a

Iluslnn-inites
tic
Luis H. Trucha

Editorial Frakson
Libros de Mtg(a
e lotiCwnrft
EdjMid FnksoA
(n<u del AitjKl, t i . 2MII2 · M t i f i i (ESPAÑA)
T i l. (91) J « 01 W I

e Oìk Aoiìc pon«l>; Mi/fviU NìcoI m


O 1 Ιβ «ιΐ£ ιβ ο »: U i i H, T m b ·
EdicîAnj «ιχο de Rsndn Miynt»
Predueel^n: Ltm Aritii

DcpAiiio k ill: M-I9II07-I99I


lm ^ u > por tto f» , S. A.
Ar»«>' l99t.M «I>W I
è

k. V
IN D IC E

' I ' R A N S f - O R M A C l O N n S ............................................................................ 7

R e fl ej os ................................................................................................................ 9
Todo Dorsos o Ln C reación ................................................................... 2
Cariopáginiis ............................................ .............................................. 29
Transposiciones I m p o s i b l e s ........... ................................ ...................... .1?.

T I X N I C A S ............................................................................................. 37

Manejos asisíidos o Tcjcnuincjos ......................................................... 39

C A R T A A M H f C I O S A .................................................................................. '«7

The Curd-culnlor ................. .................................................................. '5 9

R O J A S Y NHCiRAS ...................................................................................... 59

A g ua y Accirc en c o p ................................................................................ 1

VIAJ12S ............................................................................................................... 75

Ases voladorc.s ................................................................................................... 77

M V O R I T O S ....................................................................................................

¡Caroíbalcs! ................................................................................................ '


A ir.ivés dcl cs ppjo .............. ....................................................................... I 1I
Triple chinclictnzo ......................................................................................... ' - I
TRANSFORMACIONES
REFLEJOS
Efecto

Cuatro Ases, Los espectadores cscoecn dos cartas, por ejemplo: un diez
y una Dama. Los Ases se transforman, primero, en cuatro dieces y. después,
en cuatro Damas... Pero el mago provoca que los espectadores pidan que
haya una tercera transformación a una tercera carta (p. ej.: un dos) y la hay...
a ¡todo dorso! Pequeño desliz que el mago solventa transfonnando los dor­
sos en cuatro doses... Como cncore, cada As se transforma en una caria dis-
linta (diez. Dama y dos) y. para Tmalizar. (os Ases vuelven a ser... ¡¡Ases!!

C om entario

En esta rutina que vais a leer... ¡espero!, los Ases sufren, pues, hasta
¡scísf transformaciones— Pero lo más importante es la construcción dcl
juego para que la idea que quede en el cerebro de los espectadores sea que
cuatro cartas — en este caso, los cuatro Ases— pueden transformarse, los
cuatro á la vez. ¡en cualquier carta de baraja!... y ¡cuantas veces se quiera!
para, al final, quedar con su identidad primitiva.
En medio de la rutina hay un aparente fallo, lo que siempre le da varie­
dad y que, en este caso, por lo incongruente ("todo dorsos” ) siempre pro­
vocará risas. Ademiis, hay dos finales (final más eiicorf), el segundo de tos
cuales hacc que la rutina tenga estructura circular (empieza y icrniina
igual... En nuestro caso, con los cuatro Ases), lo que siempre tiene un
atractivo especial para el público.
La idea primitiva, sobre la que elaboré este Juego, es de Hamman.
También puede considcrar,<.e como una aproximación al tema de The
Universa!Cord, pero realizado con cuatro cartas a la vez.
E) ^ e g o puede ser preseníado tal cual —charla dcscripliva— , pero,
como en lodos o casi iodos tos juegos de esle libro, en ía explicación eslá
descrita la charla/"(cm a‘’ que yo utilizo. En esta ocasidn la charla/“ lem a’'
gira en lomo a la nfiagia de los espejos y está inspirada, ¿cómo no?, en
Alicia a través dcl espejo de mi admiradísimo Lcwis Carroll. En la rutina
de “ Espejismo” vuelvo a utilizar esc ‘‘tem a” de los espejos m ágicas con
una aproxirtiación distinta... recordar que mi nombre artí.siico es Carroll...
Os recomiendo que utilicéis este tema porque además de ju stiñ c a r muy
bien las distintas fases de la rutina hace que ¿sta desprenda una cierta poc-
sía y lirismo que diferencia a esta rutina de otros juegos de (ransformacio-
nes de cartas y también, por supuesto, de oíros “ tem as" que van por cami*
nos más de Comedia ("C am íbalcs” ). o dc.tcripción de hechos físicos
(“ Agua y A ceilc") o narración de historia!» ("Incauto Tram poso” ).

O rdenación

Con la baraja de dorso y de arriba hacia abajo; Q de (rebol. Q de cora­


zones. 10 de diamantes. 10 d<$ tróbol. 10 de corazones, Q de picas, 2 de
picas, 2 de diamanses. 2 de trébol vuelto cara arriba y el rcsio de la baraja
con ¡os Ases repartidos entre ella. ,

Ejecución

L Con la.baraja cara arriba, ve pasando cartas entre tus manos, extrae
los cuatro Ases y déjalos cara arriba en el centro de la mesa formando una
peqtieña columna. Di: “ Todos nos hemos mirado alguna vez en un espejo.,.” .
2. Cuadra ía baraja, voltéala dorso arriba y oblén con tu pulgar derecho
una separación bajo las cuatro cartas superiores (dos Damas y dos dieces).
Mientrax charlas, coge con tu mano derecha esas cuatro cartas e introdúcelas
jumas aproximadamente por el centro de la baraja. Al acabar de introducir­
las. mantén una separación por encima de ellas de forma que, por encima de
esa separación, quede media baraja con un diez, una Dama y tres do.ses
como cartas superiores y, por debajo de la separación, quede b otra media
baraja con dos Damas y dos dieces como cartas superiores. (Procura que el
paquete inferior no le quede muy pequeño). ,
Aflade: “ Hay unos hechos físicos inherentes a los espejos...".
3> Con la mano derecha coge el paquete superior y ponto dorso arrib a'
crt efla d o derecho de la mesa, mientras la mano izquierda deja el paquete
inferior también de dorso en el lado izquierdo de la mesa. Los Ases debc-
10 ’
rán haber quedado en el ccniro de la distancia que separa a los dos paque­
tes de cartas (Fig. f).

F rM

Explica con aire docto: “ Por ejemplo, ef objeto real...” — señala el


paquete derecho— "... y la imagen reflejada.,." — .señala cl paquete
izquierdo.— "... .son simétricos e inversos con respecto d«l piano del espe­
jo ..." — .señala a los Ases— , pero, si nos olvidamos de las considera-
ciqnes físicas y pensamos que ía imagen reflejada no es más que otra for*
ma de realidad, los espejos pasan a convertirse en la puerta de un mundo
mágico... el mundo dcl otro lado dcl espejo..." —señala de nuevo cJ
paquete izquierdo.
4. Coje cl paquete derecho dorso arriba y sujétalo en tu mano izquier­
da en 1^ posición de dar. Con la mano derecha córtalo por la mitad, pero
mantén la separación entre las dos mitades con tu meñique izquierdo. Di:
“ Vamos a hacer que un par de cartas viajen de un lado a otro del espejo".
Tienes que forzar ahora las dos cartas superiores de? paquete inferior de
tu mano izquierda. Cualquier forzaje ai stop sirve... Hasta cl clasico... P?sa
cartas por la esquina .superior izquierda con tu pulgar izquierdo y pide a un
espectador que le detenga diciéndote “ alto". Detente cuando te lo dígan y
con la mano detvcha levanta todo el paquete que hay por encima de la
separación que manlcnfas con tu meñique izquierdo. La itusión ha d« &er
que levanta.s justo por donde te habían detenido. Pasa el paquete de tá
rrjano derecha debajo dcl de la mano izquierda y ctiadra.
Coij !a mano derecha voltea cara an ib a la carta superior —es el 10 de
corazones— y a continuación la siguiente —«s la Q de picas—,
carft arriba, con cl diez como carta superior, sobre su paquete y devuelve
II
¿sie 8 su sitio en el Udo derecho de la mesa. Allrma con descaro: “ El azar
y tú habéis designado a cstAS dos cartas... un diez y una D am a..." (no te
referirás nunca a los palos de la cartas). ·
5. Coniinija: “ Para que las cartas puedan pasar de este lado...”
^ s e ñ a l a el paquete derecho— al oiro lado del espejo...” — señala cl
paquete izquierdo, cógelo y medio extiéndelo entre tus manos... al cuadrar­
lo obién una separación con (u meñique izquierdo bajo las cuatro cartas
superiores y manténlo en lu'm ano izquierda en la posición normal de
repartir— la condición necesaria es que se reflejen, que su imagen apa­
rezca en los espejos...” (señala con tu mano derecha a los Ases).
6. Tienes ahora que añadir las cuatro carcas que tienes separadas por
tu meñique izquierdo bajo los cuatro Ases cara arriba. Yo utilizo esic
método, creo que original de J. Camey, y que llamaré de "añadido en
libro” . . *
La idea es que ia mano derecha solamcnie coge los Ases de la mesa y
los cuadra chocándolos contra la m esa y el lomo del mazo de la mano
izquierda. En el transcurso de este gesto se realiza el añadido de las otras
cuatro cartas. Brevemente... o no tan brevemente: Sujeta cl paquete de tu
mano izquierda en la posición normal de repartir y haz que tu meñique
izquierdo se introduzca dentro de la separación, que él mismo mantiene, de
forma que quede al menos toda su primera falange atrapada entre las cua­
tro cartas superiores y el resto del paquete (Fig. 2).

La mano derecha coge los cuatro Ases por su lado derecho — pulgar
por encima, resto de los dedos por abajo— , y com ienza a levantarlos de la
mesa.
12
Gira ahora (u mano izquierda 90* hacia la derecha de rorma que su pal­
m a y el paquete que sujeta queden perpendiculares a la mesa.
Cuando )a mano derecha apenas ha levantado unos tres centímetros los
Ases de la mesa, la mano izquierda, siempre con su paquete perpendicular
a la mesa y con sus nudillos casi rozando el tapete, se dirige con rapidez
dispuesta a sujetar con la puma de sus dedos índice y mayor los cuatro
Ases por su lado izquierdo y a ayudar a que la mano derecha cuadre el lado
corto inferior de los Ases contra la superficie de la mesa.
Pero en el trayccto, pinza fucrtemenic cntie el anular y el meñique
izquierdos ];)s cuatro cartas que éste mantenía separadas, y abre ahora estos
(los dedos hacia la derecha haciendo que las cuatro canas también se
abran, casi 90° en forma de libro, de manera que ahora queden cara arriba
y casi paralelas a la mesa (Fig. 3). Observa que c! índice izquierdo, al estar
en el lado corto exterior« evita que tas carias &c dcscuadren.

F i(.J

Sin deienenc, introdúcelas debajo de los Ases, desiizándolas enlrc el


espacio que queda entre le mesa y el lado izquierdo de éstos (Fig. 3).
Tendrás ahora un paquete de ocho cartas cara arriba que estará cogido cnirc
las dos manos de la siguiente manera: Por su lado derecho sujeto por la
mono derecha, por su lado lai^o izquierdo apoyado sobre los dedos mayor y
anular Izquierdo y por su lado cono exterior reltnido por el índice izquierdo.
Sin solución de conlinuídad, inclina ahora las dos manos hacia (i de
forma que el paquete quide vertical, cara de las cartas hacia el mago y dor­
so hacia los espectadores, y cuádralo por su ]ado corto inferior contra la
suMrficte de la mesa con un par de golpecitos (Fíg, 4),
Inclina las manos palmas hacia arriba, con lo cual las cartas tambiín que­
darán caras arriba, y aleja lo mano izquierda... has terminado Ja maniobra.
13
Fig. 4

El pase, bien realizado, es complc»ameiHc invisible aunque parezca que


cl momenio en que tas carias se abren y se iniroduccn bajo tos Ases se ten­
ga que ver Un secrctillo podría ser que tas cualro can as se abren en libro
tan sólo un instante antes de tener que introducirse bajo los Ases.
El pase es invisible, pero no está de más una pequeña m isdirecfhn diri­
giendo ía mirada y la atención tiacia las dos carias escogidas por tos cspec^
tadores. Pregunta: "¿Cuántas cartas escogisteis,..? ¿D os...?” i
7. Sujeta cl paquete de ocho cartas en la mano derecha en la po.<(ición
de Biddle y deja ei paquete de la mano izquierda en el lado izquierdo de la
mesa ligeramente adelantado.
Con et pulgar izquierdo arrasira de uno en uno los dos Ases superiores
dcl paquete de la mano derecha y pásalos debajo de su paquete. Bstás aho­
ra en condiciones de hacer un "culebreo” standard. Hazto. -(Ah! Procura,
al hacer «I “ culebrco", ocultar con ios dedos m ayor y anular derechos cl
grosor dcl segundo As. que oculta cuatro canas extras bajo él.
Di; "D os canas y cuatro Ases... os dema»ada desigualdad". Dilo como
para ti y sin darle demasiada impodancia.
Termina el “ culebreo" cuadrando las canas. A! hacerlo pasa con la mano
izquierda los tres Ases sencillos encima de) As (grupo de cinco cadas) que
sujeta ta mano derecha, manteniendo una separación bajo d io s con et pulgar
derecho. Sin detenene, voltea todo cl paquete dorsos arriba y sujétalo en tu
mano derecha en la posición de Diddie. siempre manteniendo la separación
con lu pulgar derecho entre los tres A.ws y el grupo de cinco canas.
8. Añade: “ Voy a retirar uno de tos Ases..." (no digas que te quedas
con «ólo tres Ases) (ver pun^o tO). Con tos detios de la mano izquierda
14
arrastra hacia la izquierda ct As inferior dcf paquete dcrcciio, sepáralo de
su grupo y ve a dejarlo en la p an e delantera izquierda de la mesa.
Al ver que esa zona csiá ocupada por el paqueie izquierdo, fa mano
izquierda se detiene, la mano derecha se acerca a ayudar y con sus dedos
anular y mayor empuja, por su lado corto exterior, el paqueie de la mesa
hacia atrás. Al hacerlo, verás que el paquete que sujeta la mano derecha
queda justo encima dcl de la mesa, momento que aprovechas para que el
pulgar derecho deje que las dos cartas que mantenía separadas caigan sobre
el paquete de la mesa, descargándolas (Fig. 5),

flg.5

Mientras ocurre esta acción, y como niisdircclion (aunque el mov¡.


miento casi no la necesita... pero por si acaso...}, la mano izquierda gira el
As que sujeta cara arriba, mostrando su cara a los espectadores y. una vez
que la mano derecha ha movido el paquete de la mesa, lo dej» dorso arriba
en el lugar que éste ocupaba un instante antes, Al hacerlo, termina la frase
que comenzaste en el apartado anterior; éste, por ejemplo” .
La mano derecha, una vez cumplida su misión, vuelve prcsiamente al
centro de la mesa.
9. Tienes ahora en tu mano derecha un paquete de cinco cartas caras
abajo, en este orden: de arriba hacia abajo» dos Damas, dos dieces y un As.
Recuerda a tus espectadores: “ Vuestras canas, libremente escogidas, han
de pasar al otro lado del espejo y para ello su imagen..., su reflejo, ha de apa·
rccer en los Ases” . (No menciones que hoy tres Ases, al final, en el recuerdo
de los espectadores quedará que se transformaron los cuatro Ases.)
Mientras dices esto, haz un despreocupado “ culebreo" de cinco cartas
como tres, cuadra cí paquete doraos arriba y cógelo en la mano derecha.
15
Al hablar, inclina csia mano pcrmilicndo quc los cspcciaclorcs vcan In car­
ta inferior; un As. Haz que esta acción coincida con el final de tu frase:
en los A ses". ’
V u e l v e a dejar cl paquete dorso arriba en In mano izquierda.
10. Y iras estos largos prolegómenos, que en la práctica no son tan
largos, estás listo para alucinar a tus espectadores con la mágica .<>cric de
transformacione.s que sigue.

1* Transform ación

Ha?: de nuevo un "cu Icb rco “ de cinco cartas como tres, pero, esta ve/,,
al cuadrarlas, pa\a la caria inferior — cl As— arriba. Sujeta cl paquete dor­
sos arriba en tu mano i^^quiercla y di; “ Prim en carta: Un d iez...". (Insisto
en que no menciones ni cl color ni el palo de Ins canas.)
1!. Con la mano dcrccha. coge cl diez por encima dcl paquete derecho
y ponlo cara arriba en el centro de la mesa. Pasa ahora, dorsos arriba, cl
paquete de (u mano izquierda a lu mano derecha sujefándolo en la cogida de
Didcitf y, con la mano izquierda, coge cl dicv. cara arriba del centro de la
mesa. (Puede parecer que hay movimientos superfluos, pero esu'in pensados
para que las manos no se crucen y paro que los gastos sean muy claros.)
Abre los dedos de la mano izquierda de forma que ahora cl diez des­
canse sobre la palma abierta de fsta. Pon tu mano derccha por encima de la
mano izquierda, separadas unos diez centímetros, de forma que cl paquete
de b mano derecha y e! diez de la mano izquierda estén paralelos y enfren­
tados cara con cara (Fig. 6).

16
Con un lono de v o z ijuc dcno(c concentración y misicrio a la pnr — este
es el momcnlo mágico y debe ser resallado— ili: “ Si se pone frcnic a los
Ases/cspcjo... su imagen...". Cíira la mano derecha de forma que los espec­
tadores vean la cara de la carta inferior — un cJicz— y continúa la frase:
” ... aparece...". Coloca el paquete de la mano dcrcclia cara arriba sobre el
diez de la mano izquierda y acaba diciendo; “ ... muliiplicada". (Observa el
maiiz de la palabra “ m ulliplicada"; No dos, ni ires, ri cuatro..., sino
n w d ia s imágenes.) Termina la acción con una cuenta E/msIcy, con lo que
-se vcrñn cuairo dieces. (L a última cana de la cuenta déjala como cana
superior dcl paquete.)
Otro detalle es tuc, en la cucnla Eimslcy. Ia.<: dos úIiíjhhs canas que
cuentas queden en sobresalencía e;^tcrna un poco al desgaire, consiguiendo
así dos cosas: Primero, que los espectadores vean varios dicces a la vez y.
segundo, más facilidad a la hora de atacar el punto siguienie,
12. Con 1g münn derecha, cu.idra carn arriba el p.iqueie de cari.ns lie lu
mano izcjuierda. Gracias a que las dos cartas .superiores estaban en sobrcsa-
Icncia externa te serA fácil obtener una separación b.ijo ellas do.<i. Manten
dicha separación cor· tu meñique izquierdo.
L a mano derecha tiene ahora que coger las dos cartas superiores como
una y ponerlas dorso arriba bajo el paquete izquierdo de la mesa. Cualquier
método sirve. Yo lo hago con " La Hélice” . (Ver nota I .)
l^roccdc como quieras y deslíalas, dorso arriba, bajo el paqi.:cte
izquierdo de l:i mesa. A la ve?, que haces estos ntoviTuientos, di: “ Y el diez
pasa al otro lado".

2’ Triinsform ación

13. Voltea el paquete en tu mano izquierda dorso arriba y ha?, un


“ culebreo" de cuatro canas como tres. A l cuadrar, pasa la carta inferior
encima dcl paquete dejando ‘‘descuidadamente" que los espectadores vean
su cara — un diez^— . Di; "Segunda cana: ... Una Dam a".
Uepitc exactamente los pasos II y 12..,. sólo que cu csia ocasión, se
verñn Damas donde, scguiidos antes, sólo Imbía dieces y deslizarás dos
Damas como una bajo el paqiiclc izquierdo de la mesa diciendo; ‘"Y la
Datria lambían pasa al otro lado dcl espejo".
14. Haz un "cijlcb rco " de tres como tres (juc. en c.sta ocasión, al no
tener que ocultar carias extras, ¡»uede ser hecho muy limpio. Deja la cana
que sujeta la mano derecha .sobre la mesa — un A s— dorso arriba, sobre
ella la cana superior de las dos que quedan en la mano izquierda — el
diez— y, encima de las dos, deja caer la tercera y ijitinia caria — la
17
Dama— ... pero, al hacerlo, h a t que se voUec qucdnndo cara arriba sobre
las oirás dos can as cara abajo.
Di. Iralando de ' ‘picar” a lu público; "H a ocurrido con esas dos carias
escogidas por-vosotros yipodrfa ocurrir con cualquier otra carta...” . Ha?,
como que escuchas a alguien que le lo pide (muchas veccs lo escucharás
de verdad) y añade: "... ¿Cómo?... ¿Qué lo querrías ver?...’*. Aclúa dudan­
do de inieniarlo y de salir con éxtio y balbucea: " ... Bueno... esio... yo...
e$ld bien... por ejemplo con ésta... vosotros escogisicis eslc punto de la
baraja y la carta que sigue es...".

3* y 4* T ra n sfo rm a c ió n «

15. Coge con lu mano derecha el paquete dcrccho y ponlo en tu mano


izquierda. Al hacerlo, y como cuadrando las canas, obtén con tu pulgar
dcrccho una separación bajo las irc.s carta.<i superiores y manienla con lu
meñique izquierdo.
Siempre con lu mano dcrccha. coge la carta superior dcl paquete, vol­
téala cara arriba mostrando que es un dos y deja ver subliminalmcnic que
sólo hay una carta haciendo algtín s/iap o "floriturilla” . Nómbrala: Un
dos".
16. Dispomc. utilizando cl dos como pala, a recoger las tres dañas de
la mesa, pero detente al ver la Dama cara arriba y deja cnlonccs cl dos
cara arriba, bien cuadrado, encima del paquete de la mano izquierda.
Con la ahora vacía mano derecha, pon la Dama cara abajo sobre las
oirás dos carias de encima de, la mesa y vuelve a coger cl dos, sólo que
ahora, gracias a la separación dcl meñique, puedes coger Fas tres caria.<;
superiores de la baraja, como si fuesen una, por su esquina inferior dcrc­
cha, fácilmente. Hazlo con la mano derecha dorso arriba, pulgar por debajo
de las canas (dorso) y el reslo de tos dedos por encima (cara).
Gira ahora la mano derecha palma hacia arriba, con lo que las ircs cal·
las quedarán dorso arriba y, sin detenene. desiízalas debajo de las tres car­
tas de la mesa, recogiéndolas estilo "p ala" (Fig. 7). Cuadra este paquete
de seis canas y sujétalo en la mano derecha en la cogida de Biddfe.
17. Con la mano izquierda, desliza hacia la izquierda la cana inferior
del paquele de la mano derecha y sujétala en posición para cl "insiaiite
mágico” . Detente al ver que está dorso arriba y comenta: "Bueno... hay un
problema... porque si la cana se pone de dorso...” .
Deja cl dos que sujetas en tu mano izquierda cara abajo sobre In mesa y
efectúa ahora la popular en.<icñada de Hamman (Flushtraiiott eoioif) en la
que, al girar la mano dcrccha dorso hacia la mesa, muestras la cana inferior
18
F i j .7

dcl paquete (un dorso) y. al girarla dorso hacia el tccho. el pulgar izquierdo
arrnsira sobre los restantes dedos de la mano izquierda, la carta superior dcl
paiiuclc de la mano derecha. La ilusión ha de ser de que esa caria es la mis­
ma que la que se mosiró anicriormenle. Repite este movimiento otra vez
pasando otra carta, gira de nuevo la mano derecha palma hacia arriba, vién*
dosc otra vcx el dorso de la caria inferior, vuílvela a girar palma hacia abajo
y pon ahora sus tres canas, como si fuesen una. haja las dos de la mano
izquierda, cuadrjndo el paquete en dicha mano izquierda.
Mientras ejecutas esia enseñada, terminas lu frase: "... tan sólo se refle­
jan dorsos".
18. Lleva la atención sobre la caria cara abajo del eem rode la mesa y.
señalándola con lu mano derecha, pregunta: "Para arreglarlo... ¿sabéis
cómo hay que poner esa caria...?"
Mira interrogante a lus c.spcctadores, vuelve con tit mano derecha a
coger ct pa’q ucle de la mano izquierda y ha?, un medro salto con su cana
inferior — un do.s— volteándola de forma que quede en el mismo sentido
que el resto de las can,is de su paquete. Responde a la pregunta que iií mis­
mo habías planteado: " ... ¡Cara arriba!...".
El centrar la atención sobre la carta de la mesa y la pregunia a los
espectadores sirven de sobra como cobenura al "medio s a lio '\ pero si
quierc.s y, como cobertura adicional, puedes a la vez hacer algún pequeño
gesto con tus manos señalando hacía la carta de la mesa... o similar.
Sujeta el paquete en lu mano derecha y. con tu mano izquierda, vohea
cara arriba el dos del centro de la mesa.
19. Repite los pasos II y 12. En esta ocasión se verán doscs donde antes
liubo... ¡Ases, dieces. Damas y dorsos...! Desliza dos doscs como uno bajo el
paquete izquierdo y di: "Y el dos tambiiín pasa al otro lado dcl espejo” .
19
5* T ran sfo rm ació n

20. Siempre dorso arriba, haz un ‘'culcbrco” de cJatro cartas como Iros,
sube con tu mano derecha el grupo doble encima de las otras dos cartas de la
mano izquierda, cuadra el paquete y déjalo en el centro de la mesa. Explica;
“ Pero, en el mundo mágico de los espejos, éstos' son inteligentes, tienen
memoria y recuerdan todas las imágenes que pasaron a través de ellos...” .
Coge el paquele del centro de la mesa, voltéalo cara arriba y haz un
"culebreo" de cuatro comó tres... se verán un diez, una Dama y un dos (si
quieres, puedes hacer el “ culebreo" con las canas dorsos arriba y voltearlas
con alguna de mis variantes al “ culebrco” que explico en “ TEJEMANE-
JOS” ). Conlinúa: es decir, el diez, la Dama y el dos” .
Pasa cl grupo doble debajo de las otras dos carias, cuadra y deja cl
paquele cara arriba solire la mesa. . ·

6* Transformación

21. Como dando por terminado el juego y a modo de conclusión di;


"Hemos viajado de un lado...” —coge con la mano derecha cl paquete
derecho de la mesa, muéstralo y vuelve a dejarlo en su sitio— ” ... a otro
del espejo” — coge con la mano izquierda el paquele izquierdo üe la mesa
y sujétalo en la posición nonnal de repartir, ligeramente^descuadrado.
Relájale actuando como si íiubieses lenntnado cl ji/cgo y. displicente­
mente, con la mano derecha ve a cuadrar cl paquete de la mano izquierda
aprovechando para obtener, con lu pulgar derecho, kcparación bajo sus tres
canas superiores. Pasa a mantener esta separación con lu meñique izquierdo.'
La mayorfa de las veces obtendrás aplausos aquí. Si es asf, córtalos y
continlia... (Creo que es mejor reservarlos para el final que se avecina...)
22. Actuando como si te acordases, jusio en ese instante, dcl As que
dejaste al comienzo en la esquina superior izquierda de la mesa, míralo y
di: “ Ahí queda un As... no sé si recordáis cuál...’*. Mientras preguntas
c&io, coge con lu mano derecha las cuatro cartas del centro de la mesa aña­
diendo bajo ellas, en el gesto de cuadrarlas, tas tres cartas que tienes sepa­
radas por tu menique izquierdo. (Ver punto 6. Añadido de Cagney.)
Voltea el paquete de lu mano derecha (ahora será de siete cartas) dorso
arriba sobre el que sujeia la mano izquierda. Con tu pulgar izquierdo
empuja hacia la derecha las Ires cartas superioreis «res Ases), cógelas con
(ü mano derecha y déjalas en el centro de la mesa.
Mientras haces esto, responde a la pregunta que formulaste: ” La ver­
dad es que no importa el As que sea...” . Coge el As con lu mano dcrccha,
I '
20 .
gíralo enseñando su cara y déjalo dorso arriba sobre las ircs carias dcl cen­
tro de la mesa.
23. Adopta un tono mcfancólico y aHmia; “ Lo realmente impórtame
es ct que, en el momcnlo en que no creamos en ese otro mundo...” — mira
el paquete de ia mano izquierda y déjalo sobre el paquete derecho de la
mesa— "... los espejos dejarán de ser mágicos y seguirán .siendo... eso,
¡espejos!". Voltea cara^ arriba las cartas dcl centro de la mesa revelando
cuatro Ases. Termina, casi dramáticamente, diciendo: "... Frfos y monóto·
nos testigos de lo cotidiano".
’ NOTA.— ’'La Hclicc” : Lo que yo llamo " U Hctícc" es una pequeña
fioritura/manejo que está escrita en T/ir Expert Card Teclinique, capítulo
primero, y que yo aprendí de Ascanio. Aquí está su descripción...
Tienes un paquete de canas sujeto, dorso arriba {aunque en la figura apa­
rece al revés), en lu mano izquierda en lu posición nonmal de repartir y man­
tienes, con tu meñique izquierdo, una separación bajo las dos carias superio­
res. Tienes que sujetar esas dos carias de la siguiente manera: con tu mano
derecha palma hacia arriba, introduce, en primer lugar, la primera falange de
tu dedo índice derecho bajo la esquina inferior derecha de las dos cartas (fácil
gracias a la separación que mantienes) y, en segundo lugar, la yema del pulgar
derecho en contacto con la pane más cercana a ti dcl lado largo derecho de
éstas, a la vez que colocas el costado derecho de tu dedo mayor en contacto
con el lado corto inferior. Las dos cartas quedarán pinzadas — aunque muy
lieerf.simamcntc— . por su lado corto inferior, entre el índice y el mayor y
sujetas, por su lado derecho, con la yema dcl pulgar derecho (Fig. 8).
Verás que. si ahora mueves el pulgar derecho hacia ti. las dos cartas
pivotan juntas hasta quedar en posición vertical, con su dorso hacia ti y su
ng.9

Fig. 10

cara hacia los espectadores (Fig. 9, al revís). Continúa cl movímícnco, pero


ahora no muevas el pulgar, sino lu muñeca, de forma que la m ano derecha
quede dorso arriba y las dos canas de nuevo en posición vertical, pero,
ahora, con el dorso hacia los espectadores y la cara hacia ti (Fig, 10, al
revés).
En el transcurso del giro verás que la posición de los dedos cambia
ligeramente, para quedar las cartas, al final, pin7.adas. p or la parte .-¡upcrior
del lado largo derecho, entre cl m ayor y el pulgar, y retenidas, por su lado
corto superior, por la yema dcl dedo índice dcrécho.
Puedes ahora depositar las dos ca n as de nuevo sobre su paquete, bien
cara arriba, o bien cara abajo. '

22
TO DO DORSOS O LA CREACION
Bajo csjb thulo se esconde una charJa/"lcma” para cJ “ Todo Dorsos” de
Dai Vemon y un par de manejos técnicos, uno para comienzo y uno para
final, de csic lipo de rutinas... No me he extendido en los deiallcs de maTiejo
inicrmcdios, ya que los que yo uso no 5on novedosos; ya hay diversas rutinas
de "Torfo Dorsos” publicadas en la literatura mágica; os fcmito, pues, a ellas.

Fig. (

. Anics de com enzar diré que uso, para este juego, cl “ Tarot Esotérico"
de Hcraclio Foürnicr. Sus carias, además de tener unos preciosos dibujos
por la cara, tienen por cl dorso la imagen de una estrcHa esotérica de siete
puntas (Fig. !) y en tom o a este peculiar diseño está pensado el “ icma’'
de la rutina. En torno a este diseño y en tomo también a los distintos
usos y finalidades que puede tener una baraja... incluido alguno descono­
cido hasta para nosotros mismos (|?)... Es un tema complejo y elabora­
do para un ju eg o tam bién com plejo y de laboriosa fase expositiva, pero
su fuerte efecto final (aparición de las caras de las can as de toda la
23
baraja) hace que todo esfuerzo merezca la pena. No me extiendo más,
vamos con el “ tem a" que irá en dos columrtas, acciones a la izquierda y
charla a la derecha... Bueno... Ali, ah.., es conveniente que antes, o en
algún juego anterior, hayas hablado acerca de.las extrañas casualidadc.?
que se dan entre Ja baraja y el calendario; cuatro palos en la baraja y cu a­
tro estaciones del año. doce figuras y doce meses, cincuenta y dos cartas y
cincuenta y dos sem anas, todos los pumos de las can as sumados dan 364
más el comodín 365 que son, curiosamente, los días del año, etc.

Sacas e¡ mazo "Q u iero contaros la histeria de un viejo mugo y


de cartas, a ser alquimista. Casi al final de su ya larga existencia.,
posiMe de un enve­ había descubierto que había hombres que sólo vi­
jecido co/reciio. vían preocupados por cuiil sería su futuro..., lo que
les impedía vivir et présenle; había otros para los
que la vida se reducía sólo al p r e s e n t e . y com o tal
había que vivirla; y por último, otros a los que ni el
presente ni el futuro era nada para ellos com parado
con la inmortalidad... de que su obra no fuese olv i­
dada en el transcurso de los tiempos. El era de
esto.s últimos, y había dedicado su vida al estudio
dcl ciclo y de las estrcilas."

Diversas ense­ ‘"Toda su ciencia estaba recogida en cincuenta y


ñadas por un la ­ dos cartones, en los que había dibujado, por las dos
do y por otro, ju s ­ caras, las posiciones fundamentales de los astros en
tificadas al nws- el nrmamcnto. Posiciones entre las que ^sc daban
trar h s estrellas y enigmáticas coincidencias. Por ejemplo, en (odas
los símbolos de los aquellas posiciones había siempre siete puntos que.
dorsos de las car­ tanto par una cara como por la otra, formaban,
tas. uniéndolos entre sf. una estrella de siete puntas. Y
observó que el número siete multiplicado por cin-
cucnia y dos, resultaba 364..., prácticamente el
número de días que había calculado que la tierra tar­
daba en dar una vuelta alrededor dcl sol."

Extraes, m e­ "Además, vio que había cuatro posiciones origen


diante aparente y comienzo de las demás. Cuatro, tantas como esta­
búsqueda o apari­ ciones del año o como elementos primarios de la
ción, una a una, Naturaleza. Así las llamó: Posición fundamental de
cuatro cartas (son Aíre, Posición fundamental de Fuego, Posición funda­
los Ases). mental de Tierra y Posición fundamental de Agua."
24
Volteo de los "Pero, decidido a que su ciencia no muriese con é)
ases, litw a uno, y pudiese ser utilizada por cualquier hombre, Tucsc
cora arriba (Pri­ cual fuese su forma de enlcnder la vida, pensó en dar
mer efecto). a sus cincuenla y dos cañones una nueva firafía y un
nuevo simbolismo... y así, con uno de sus conjuros...
/creó los cuatro Ases! De forma que, aquellos para los
que la vida era lan sólo cl instante presente, disfruta­
rían con las infinitas combinaciones de aquellos car-
toncillos, dcl placer dcl juego y dci azar... ios cuatro
Ases, las más valiosas canas de todos los juegos; los
que sufrían y se inquietaban por .su futuro podrían
encontrar, o creerían encontrar, en aquellos nuevos
símbolos la respuesta a sus preguntas... sobre cl amor,
penas, fortuna y quchiaceres; y. lo.', que continuasen su
obra, podrían disponer de los conocimicnios que 61 un
día poseyó, al descifrar los significados ocultos en las
imágenc.s de aquellos rectángulos...”

Volteo del resto '·... Por .supuesto, con cada As creó trece canas
de las cartas cofi más. cincuenta y dos en total, formando cl T a ROT...
la apúí'icióit de h s hoy modernamente llamado ¡ ¡ B A R A J A !! "
caras de la barajo
(Ciimax filial).

F IN D E L A C H A R L A

C O M IE N Z O Y FIN A L PARA EL " T O D O D O R SO S"


Com ienzo
Siempre quise comenzar la rutina de “ TO D O D O R S O S " con una ense­
ñada muy clara en la que se viesen dorsos realmente por los dos latios de la
baraja, de forma que las demás técnicas {mezcla hindú, cortes, volteos,
eic.) fuesen casi por añadidura... La idea de una baraja de todo dorsos
debía de estar desde cl comienzo en la mente de los espectadores. Esta es
mi solución... muy fácil y práctica por otro lado.

Rcnlíznclón

Ordena la baraja de arriba hacia abajo así: trece canas dorso arriba, tre­
ce cartíis cara arriba, trece dorso abajo y trecc cara abajo.
25
Sí haces ahora con tu mano derecha un abanico por presión inverso (es
decir, de derecha a izquierda, Fig 2), lo más regular posible, podrás mos·
(rar claram ente los do s lados del abanico y tan sólo se verán dorsos
(Figs. 3 y 4). (Ver tam bién ROJO y NEG RO en Vol. 1.)

Fig. 2

Rg,3 ■

Fig. 4

26
Cierra el abanico y puedes continuar como más le guste, aunque te dir¿
lo que yo hago... Haz una mezcla “ faro", con lo que las cartas cara arriba
se mc¿clarán con cartas cara arriba y las cartas cara abajo con cartas cara
abajo, pero imbrica tos dos paquetes tan sólo hasta la mitad. Puedes ahora
hacer las "enseñadas” clásicas de ‘'TODO DORSOS", sóto que con las
cartas a medio entremezclar. Para ello, extiende entre lus manos Ja mitad
superior de la baraja con lo que se verán dorsos mezclándose (Fig, 5).
Cierra la extensión, voltea el mazo en tu mano izquierda y extiende de
nuevo la mitad superior de ta baraja entre tus manos con lo que se verán
también dorsos (ahora serán las cartas que antes eran miiad inferior dcl
mazo). Cuidado con no rebasar la mitad de la baraja para evitar que se
vean caras,.. Cierra la extensión y termina de imbricar los dos paquetes.

f Por alguna misteriosa razón, el extender las canas semi*imbricadas


crca más impresión de ver dorsos por los dos lados que si se efectúa el
pase con ta baraja normalmente... creo yo.
Un detalle psicológico al hacer el pase es no üccir que hay dorsos por
los dos lados, sino que se mezclan las canas claramente por "todos siiios".
Ahora sf, continúa la rutina como mejor prefieras.

Final

En muchas rutinas de "TODO DORSOS" (y en muchas de “ Triunfos")


queda una cana dorso arriba encima de la baraja cara arriba,., o bien media
baraja dorso arriba y media baraja cnra arriba. Esta que viene, es una técni·
ca que aprendí de unas anticuas Jomadas de El Escorial y que se empleaba
paro cambiar una cana por otra,.. Nosotros la vamos a usar para, de u n ifo r ­
ma visual, hacer que loda la baraja nos quede en el mismo sentido.
27
Supondremos que la baraja « l á cara arriba con " n ’’ carias dorso arriba
cncitna de ella. Coge la baraja en tu mano izquierda en la posición normal
de repartir y oblén una separación con lu meñique izquierdo bnjo la.c " n ”
cartas que deseas voltear. Coge ahora la baraja en lu mano derecha en la
cogida de Biddle introduciendo, al hacerlo, lu menique derecho por la
esquina superior derecha bajo las “ n " cartas superiores (Fig. 6),

Fif.6

Levanta la baraja aproximadamcnie unos 20 cm. de la palma izquierda


y. sin detenerte, lanza con fuerza el mazo a esta mano. cartas por deba­
jo de ta separación caerán normalmente sobre la mano izquierda, pero las
que estaban por encima dcl meñique derecho pivotarán sobre él, se daríin
ta vueha en e] aire y caerán cara arriba sobre el resto de la baraja, quedan­
do ésta con todas sus cartas en un mismo sentido mágica y visualmente. E<
giro en cl aire es invisible y la aparición de las caras de las cartas es muy
'‘chocante'*. Es un pa.se úlíl, puedes ver olra aplicación de él en la lerccra
desapartcidn de “ ASES VOLADORES** y puedes emplearlo .siempre que
quieras voltear secrciamenie una carta o cartas o. como dije al comiendo,
como piniaje (baraja dorso arriba, encima una carta cara arriba, haz cl pase
haciendo que se votleen tas dos cartas superiores... La cana superior cam ­
biará visuilmen(e).

28
CARTOPAGINAS
EPccto

El mago cxplicn que la baraja puede utilizarse como agenda para recor­
dar números (elerónieos o fechas y !o dcmuciirn ordenando algunas carias
cn secuencia. Por ejemplo; un 2, un 7, vn 5. otro 2, un 10 y un As represen­
tarían que el número apuntado en nuestra carioniágica agenda sería c! 27­
52-01... Hay un peligro, y es que por un dc.scuido se mezclen dos cartas...
En CS1C caso, para personas distraídas, es mejor usar... ¡un bolígrafo y una
agenda de verdad! E l mago da la baraja a un espectador para que la guarde,
y saca de su bolsillo un bolígrafo y una... ¡Problemas! tnexplicablcmenie el
mago no encuentra ninguna agenda en su chaqueta, así que se decide a usar
de nuevo la baraja, transformándola mágicamente cn las manos dcl especta­
dor en una genuina agenda que tiene como tapas dos canas de baraja.

C om en tario

Este es uno de los pocos efectos rápidos (quickies) de este libro, cn el


que casi todo son rutinas densas y elaboradas...
Preoisnmcnte por su brevedad, es uno de mis juegos favoritos para
cualquier ocasión y lugar. Por.su brevedad... y por su fuerza.,, ¡m igica! No
cn vano es la transformación de ¡toda una baraja!
Por supuesto, es conveniente que primero uses una baraja nomiat y que
la cambies sccrctamcntc cuando quieras hacer este juego, ganando así el
efecic cn fuerza,
A l final doy una.s cuantas idcir<> adicionales para su uso y presenta­
ción... y poco más tengo que decir, tan sólo que me inspiró cn el precioso
Solid fiecppitoti de Paul Harris.
29
M aterial

Una falsa baraja compuesta de unas cuantas cartas suchas y de un mazo


especial fabricado poniendo a un bloc cortado dcl tamaño cxaclo al de una
baraja, dos canas como Capas anterior y posterior (Fig. I). El bloc cstí
encuadernado simplemente engom ando uno de sus lados largos.

Fig. i

Realización

Con el mazo dorso arriba: y siendo las cartas suchas las superiores,
sujétalo en ia mano derecha en posición de efcciuar una mezcla ovcrhand.
Con el pulgar izquierdo ' ‘pela" las ca n as supcrioj'es dcl mazo, pasándolas
a Fa palma de la mano izquierda, pero cuando te aproximes a la parle pega­
da dcl mazo especial, detente y deja caer el resto dcl paquete que te quede
en la mano derecha sobre las cartas sueltas de la mano izquierda. Repite la
mezcla, sólo que ahora pasarías primero cl "gran paquete" y después pue­
des pelar una a una las cartas que quedan en lu mano derecha. Puedes
hacer es(o un par de veces más. La ilusión debe ser de que mczcias
“ lodas” las cartas de la baraja. También puedes hacer dobles cortes, siem­
pre cortando, por supuesto, por las cartas sueltas. Mientras hnccs esto,
comenla que la baraja puede aprovcchari^e como agenda. Cuando termines
de mezclar sujeta el mazo en lu mano izquierda, y con la mano dcrccha
enseña las seis cartas superiores diciendo que la secuencia que forman
estas cartas podría ser >^n nfjmero icicíónico, y que al tenerlas así ordena­
das, no necesitarías apuntarlo.

30
Observa que c! peligro cslá ¿n si se mezclan las canas por descuido.
Repite la mezcla dcl comienzo y muestra que ahora el orden de las cartas
superiores es distinlo... Di que para eslos casos de despíste lo mejor es usar
papel y bolígrafo. Mientra dices esto, y aprovechándolo como misdireciion
mema!, empalma todas las cartas sueltas por cí método que ic sea más
cómodo (en la mano derecha, en la mano izquierda, por abajo, por arriba...
Te recomiendo el empalme de la mano izquierda de Erdnase, ver El
Incauto Tramposo).
Dale !a baraja a un espectador pidiéndole que la sujete... ¡Ojo. contróla­
le para que no vaya a tratar de mezclar o cortar! Lleva la mano que empal­
mó las cartas a uno de tus bolsillos, y saca un boirgrafo que prcvlamenle
halarás colocado aíU, abandonando a fa vez las canas que llevabas empal­
madas. Finge que lo que nccesi<aría,^ ahora es una libreta para escribir, y al
no encontrarla, procede al climax mágico y humorístico con la transforma­
ción de la baraja cn agenda.

O TR A S IDEAS

1. Una de las cartas sueltas puede ser duplicada de la CDrta<portnda de


la libreta. Durante las primeras mezclas llama la atención (no muy descara-
damcnie) sobre esta carta suelta... Más tarde, cuando ocurra la transforma­
ción, seguro que algún espectador recordará que la carta que ahora está
pegada como portada dcl " b lo c ” antes se v|o suelta.
2. También puedes forzar una de las canas sueltas. Al final puede
1verse que la única inscripción en todas las páginas de la agenda es el nom­
bre justamente de la cana escogida previamente.
3. También puede ser tu agenda de uso corriente y además aprove­
charla para hacer el efecto mágico.
fi. El juego puede servine de pretexto para pedir ct ndmero de teléfo­
no a alguna de lus bellas espectadoras. Cuando la baraja se transforme cn
sus manos seguro que no podrán negarse a apuntártelo... Después de esto,
creo que no necesito dañe más ideas...
¿Comprendes ahora por qué éste es uno de mis favoritos...?
TRANSPOSICIONES “ IMPOSIBLES”
A. T R A N S P O S ÍC IO N ' ‘C R IS T A U N A ’;

Efecto

Una figura ncgrn se iniroclucc dcniro de un vaso, micniras que cl mago


sujcia en una de sus manos dos cartas rojas. En un instante, clara. límpida
y cristalinamcnic. en la mano dcl mai;o cst'i la figura negra y en cl vaso las
dos carta.s rojas...

M aterial '

Una baraja, un vaso y una caria de doble cara, por ejemplo, en nucslro
caso, la Jola de Trcbolc.s por un lado y cl 8 de Corazones por el oiro.
Colocación: Con la baraja dorso arriba y de arriba hacia abajo: J A nor­
mal. 8·^, If J^ normal, carta de doble cara 8*^/J4 con cl 8 ^ hacia «arriba y
rcsip de la baraja.
Pon cl vaso en cl lado dcrccho de la mesa.

Ejecución

1. Sujeta la baraja dor.'i.o arriba en la mano i/.(j»icrda en la posición


normal de repartir.
Con el pulgar derecho oblén. al lacto, una .«pnración bajo la.s cuatro cartas
stipcriores de la baraja y, acio seguido, voltéalas junta.s cara arriba sobre ésta.
En.seña esia.'i cuatro carias como tres, ocviluuido la caria inferior (JA nonnol)
con lu método favorito. Di: “ Una figura ncfjra y df>s canas de puntos rojos” .

32
2. Cuacíra las caria.s cara arriba «obre ),i baraja y manién bajo ellns
una separación con (u meñique izquierdo.
Con lu mano derecha hnz un (/ohlc lifi de las dos carias superiores
y lO V ) c introdúcelas juntas en cl interior dcl vaso como indique
en cl "p in taje" correspondiente. Pon cl vaso boca abajo .sobre la mesa con
la cara de la J A doble hacia cl público (trns ella se encuentra cl lOM nor­
mal). Rccaícn: “ í.a figura negra en el inicrior dcl vaso...” .
3. De nuevo con tu mano cicrcclia, coge juntas las dos carta.'v que han
quedado cara arriba sobre la baraja y, sin dejar ver que una de ellas es una
J, vültdalas dorso arriba (ojo. no hagas aquí un manejo estilo doble lifi por­
que no noíi interesa (fuc parezca que manejas una carta, sino todo lo contra­
rio... una cogida en Hiddlc va bastante bien).
Una ve/, volteadas dorso arriba las dos cartas, simula volver a cogerlas
con lu mano dcrccha. .sólo que. ahora, tan .sólo coges fa .superior (JA ). Deja
la baraja en un extremo de 1j mesa, como siempre bien alej.ida dcl campo
principa] de acción, y di: “ Las dos canas rojas, bien «bien cuadradiias». en
mi mano", (i'laz algún gesto de cuadrar para reforzar la idea de que cmre
lu.s manos tienes dos cartas.)
A. Pasa la carta (para cl público "las carias") de tu mano dcrccha a lu
mano izquierda y con tu mano dcrccha cope eí vaso do la mesa en la jiosi-
ción de efcctiiar la (jcscarga que e.xpliqué anteriormente.
Aiioro viene la transposición propiamente dicha,.., transposición que
necesita coordinación en sus acciones para que un efecto .sirva de niis diicc
tioíi al Ciro y cl conjunto .sea im cambio de dos cartas terroríficamenic
visual... Pro.sigainos.
Insiste: "Rojas, mano izquierda... figura negra, vaso". Ha/ un ligero gc.sio
niíigico y llevando lu mirada. Cu atención y tu cueqio liacia la mano i^qtucrda.
snapea cara arriba la carta que sujetas en esa mano... la JA. Amparado en
esa míigica iransformación, ímroducc tu anular y meñique derechos en cl
vaso; con ellos extrae la carta doble de su iniorior, y dejándola caer sobre cl
tapete, a la vez, .sobre ella deposita cl vaso con el 10 en .su interior.
5. .Siempre con la atención centrada sobre l:i JA que sujeta tu mano
izqttierda, acerca lu mano derecha y. con esia mano, da un ' ‘papirota/o" a
la JA mientras dices: " S í aquí viene la figura negra...".
Cambia ahora la dirección de tu mirada y de tu cucrijo hacia cl vaso y
continúa: "... en el vaso deben encontrarse...*'
Lo <|tio c! público verá ahora es que en cl vaso hay un:) carta de dorso y
bnjo él una de las cartas rojas (es la caria dol)Ic qitc, al efectuar la dcscarpa.
habrá (picdado nio.stiando su otr<i lado]. Con tu mano dcrccha gira el vaso
sobre la mesa para que la carta de su imerior quede también cara hacia los
c.spectadoros, viendo éstos, ctm estupor, que se traía de la otra carta roja...
No sólo Ins cartas, inmbién Jos cspectatiorcs quedar<^ii "Lraiisjnicslo.s’'...

B. T K A N S P O S ÍC IO N A L P IL O D E L O IM P O S IB L E

Efecto

Dos canas, por ejemplo cl Roy cJc Corazones y el ocho do Tréboles. A


la primera ( K ^ ) se la atraviesa con un alfiler, a la segunda {8 ^ ) con dos
alfileres.
Mi.slcnosamcnie donde se cnconiraba cl K ^ . está ahora cl 8 * con ¡un
solo alfiler clavado! y cn lugar del 8 * . está cl ensartado cn ¡dos alfileres!

i ,

M aterial:

Una baraja con una caria exira, cn nuesiro caso, un Tres alfileres
de los indicados en el "p in laje’" correspondiente (Vol. I).

Ordcnacián

Con lu baraja dorso arriba y de arriba hacia abajo; 8 * . 84· y el


resto de la baraja.

E je c u c i ó n

I. Sujeta la baraja cn (u mano izquierda cn la posición norm:il de


repartir. Con tu mano derecha, haz un doble lift de las dos cartas superiores
volteándolas cara arriba y mostrando la cara dcl K ^ .
Procede como expliqué en el "pintaje“ de la carta clavada, es decir,
pincha al (con cl 8 * bajo él) con cl alfiler, voll6ato(s) cara abajo y, al
atravesarlo(.s) una segunda vez con cl alfiler, descargar cl sobre cl
resto de la baraja.
2. Deja cí 8+. con su alfiler clavado, dorso arriba cn cl lado derecho
de la mesa. Ten cuidado de que tu pulgar izquierdo tape la perforación que
habrá causado el alfiler cn cl K ^ .
3. Repite lo indicado cn c) punto uno, volteando juntos al y al
otro 84 y mostrando, la cara de este último.

34
Píncltiilos con olro nlfilcr. teniendo cuidado <Jc que ésic Atraviese al K
por ¡la misma peiforaciónj que le causó cl primer alfiler. Voltéalos cara
abajo y l»a/ la ‘’descarg«” dcl H * como ya dije.
4. Como pcnsáncloiclo mejor, clava en el K v (parn cl público todavía
cl 8 4 ) un segundo «inier paralelo al primero. Deja aliora csia cana en el
lado izquierdo de ia mesa.
5. “ Gcsio m ágico" y muestra la transposición.
Cl hecho de que, adcmús de que la.s dos cartas cambien de posición,
una pasa a esUr ensartada con un solo alfiler y la otra con dos, añade al
efecto imn gran fuerza adicional y lo lleva... "a l filo de lo imposible".
TECNICAS
MANEJOS ASISTIDOS O TEJEMANEJOS
Hay un gran número cic posibilidades de manejo dcJ doble Uff: giros,
salios, clinsquiclos. pinznmiciilos, crujidos, p.-ípiroiazos, dcsIizamicrUos.
c(c... Pero hay un giro que os práciicamcnic imposible que, al hacerlo, no
se dcscuadrcn las dos carias dejando al mago cn situación un nnio desaira­
da, lil giro es cl siguicnic;
'l icnes dos canas dorso arriba sujelas, como si fuesen una, en lu mano
derecha de la siguicnic manera; las dos cartas csián paralelas a la nícsa y
pinzadas por su extremo (lado) largo derecho entre cl pulgar derecho por
encima (dor.so) e índice y tiiedio por abajo (cara). Viene ahora una serie de
canibios de dedo para voltear esas dos canas cara arriba. Pasa primero cl
dedo medio encima de las dos canas (Fig, 1), de forma que su uña csic en

Fig. 1

coniacio con cl dorso de la carta superior, y inu<.'vclo hacia abajo y hacia


delante haciendo pivolar, entre cl índice y cl pulgar, a las dos carias hasia
(¡uc éstas queden verlicaics (o pcrpcndicularcs) a la mesa cara hacia k)s

V)
especiadores. En ese momcnlo, y para que no'estorbe en cl giro, dcslizn cl
pulgar derecho hacia la dcrccha. de forma que su yema üólo esté en con(3c-
10 con el canto del costado largo derecho de las dos canas pcmiilicndo que
el dedo mayor coniinúe con su empuje y las dos cartas icrmíncn su giro
quedando pinzadas, cara arriba, entre cl índice y cl medio. Sin detenerlo,
tienes ahora que pasar de csie pinzamiento al de comienzo dcl movímicn-
lo; pasa, pues, el pulgar derecho encima de las dos cartas presionando
hacia abajo, de forma que ¿sias queden sujetas ent,rc el pulgar y cl mayor;
el dedo índice, libre de su anterior larca de sujeción, pasa debajo de las dos
canas quedando ¿stas en la posición de partida, sólo que cara arriba.
Verás que, a pesar de esta detallada y prolija descripción, las dos carias
se te han dcsoladoramente dcscuadrado... ¿Solución?... Muy sencillo,
hacerlo en lugar de con dos cartas, ¡cor^ tres carias!.., Me explico, cl prin­
cipio es el siguiente; hay ciertas presiones de los dedos que. al sujetar dos
canas como una. hacen que éstas se descuadrcn... pero si la presión o suje­
ción se ejerce sobre ese grupo doble a través de otra carta, que actúa como
nitro o tamiz, ese grupo doble no se descuadra. La idea original vino al
estudiar el manejo de este giro que acabo de explicar y que llamaré "Pala
de Barco", pero cl principio es aplicable para otros manejos que a vccc.<¡
son arriesgados y que, con esta ayuda, son muchísimo más seguros.
Volvamos a nuestro ejemplo y antaño peligroso giro “ Pala de B arco",
que ahora llamaremos “ Pala de Barco asistida” .
Baraja sujeta en la mano izquierda en la posición normal de dar. El
meñique izquierdo tiene una separación bajo las tres canas superiores. La
mano derccha coge la cana superior por .su extremo largo dcrccho y cerca
de su esquina inferior con c) pulgar por encima y mayor e índice por deba­
jo. Sin soliar esta carta coge, como si fuese una. las dos que llenes ya sepa­
radas encima de la baraja (ver Fig, 2) de forma que la carta superior es la

F.Í.2

40
sencilla y la inferior es c) grupo doble. La posición dcl pulgares evidente
(ver de nuevo Fig. 2). pero tus dedos índice y mayor debes colocarlos de
forma que su punía — enlicndo por punta la parle de carne más cercana a la
una— esté en contacto con ia(s) cairla(s) infcrior(es) y cl resto de su yema
en contado con lo caria superior.

ñ g . 2.'sis

r.g.3

Ejecuta ahora cl giro “ Pala de Barco" normal descrito antes..., pero con
dos detalles importantes; el primero es que la muñeca de la mano derecha
ayuda cn el movimiento girando a la mano, cosí dorso arriba, justo cuando el
mayor va a comenzar su empuje (Fig. 2 bis), y volviéndola palma arriba,
cuando el pulgar pasa encima de las dos (tres) canas para pinzarlas junto con
el mayor deiecbo (Fig. 3). El segundo detalle es que. cuando hagas esto úlii·
mo, es conveniente que tan sólo presiones con la uíia de tu dedo pulgar, a
unos 2 mm. del costado derecho de la(s) carta(s} superior(cs) (ver Fig. 3).
Una vez que cl índice derecho ha pasado debajo de las tres cartas puedes
apoyar la yema de tu pulgar de forma que su punta esié cn coniacto con la(s)
cana(s) superior(es} y el re.sio de su yema en contado con la cana inferior.
41
Las cartas no deben dcscuadrarsc... No he dicho que sea una idcnic·-;
fácil, pero tampoco es muy difícil... no le desanimes, con práctica podrás
hacerlo hasla ocultando dos cartas (grupo triple).
Puedes lenninarel pase, bien cuadrando cara arriba esas tres en la pun­
ta de los dedos de lu mano izquierda, bien volteándolas dorso arriba sobre
el resto de la pareja o bien, y esto es interesante, levanta ligeramente la
punta de lu pulgar derecho liberando las dos carias superiores de su suje­
ción (ojo, no la inferior) y ahora utiliza la carta inferior como pala, incli­
nándola hacía la izquierda, de forma que las dos cartas superiores deslicen
como s» fuesen una y aterricen sobre cl dorso de la baraja bien dorso arriba
o bien carra arriba (ver Fig. 4).

Fig.*!

Las aplicaciones de este movimiento son núlliples; en general, en


todos los juegos en los que utilizando un número x de cartas, en un
momento dado tengas en tus manos tres y quieras cnseftarlas como dos
(Sandwich, Agua y Aceite, Cuatro Ases..,). En particular, este giro es apli­
cable al "culebreo” de Ascanio. ya que si se hace un "culebreo" por los
dorsos con un paquete de canas y se quiere hacer otro "culebreo” por las
caras, inexorablemente hay que cuadrar cl paquete, voltearlo y repetir el
pase... Se puede utilizar cl giro "Hala de Barco asistida" para economizar
movimientos, es decir, hacer un "culebreo” por los dorsos y. sin ¡legar
a cuadrar, voltear las cartas cara arriba y continuar cl movimiento “ cule­
breante".
Así que aquí está cl “culebreo a la Pala de Barco"·. Haz un "culcbrco"
usual por los donos. Detente un instante dejando las canas sujetas en la mano
izquierda en la posición de la Fig. 5. Las dos (tres) cartas superiores deben
estar en la posición de partida para cl giro, asf que lleva tu mano derecha a
sujetarlas con el pulgar, índice y medio como ya cxpiiqué. Separa la mano
42
Fig.J

dcrccha con sus dos (tres) carias de la mano izquierda que rciiene las otras
dos cartas y haz aliora dos giros “ Pala de Barco", uno con la mano dcrccha
ocultando una caria “ extra" y otro con la mano izquierda sin oculiar nada.
Puedes ahora seguir cl movímicmo poniendo las canas otra vez cn la posición
de la Fig. 5 y, cambiando la cogida, continuar con otro "culebreo" ahora por
los caras, o bien lerminar poniendo las canas de la mano derecha encima de
las de la izquierda (o viceversa) y cuadrando cí paquete. También, y esta
posibilidad es mi favorita, una vez hecho cl giro "Pa la de Barco" con las
dos manos, utiliza las cartas de la mano dcrccha coitio pala para voltear las
dos de la man<f izquierda dorso arriba sobro la palma de esta misma mano; a
continuación, con la caria inferior de las tres de la mano derccíía voltea dor­
so arriba las dos cartas superiores como una sobre ías dos de la mano izquier­
da. y, nnalmentc, voltea también dorso arriba esa última cana en tu mano
dcrccha sobre las de lu mano izquierda. Estás cn la posición de partida.
Otra,idea es utilizar este principio utilizando dos cartas de ayuda, es
decir una por encima dcl grupo doble y otra por debajo. La posición de
panida es la de la Fig. 6- Ahora cl giro es supcrfdcil, e] grupo doble es en
este caso manejado como con unas pinzas (es aplicable a los Jokers
Hipnotizadores de Tamariz, etc...). ‘

F i?,6

Ai
Pero dije que cssc principio tic la carta "lam iz” de las presiones que po­
dían dcscuadrara un grupo doble icnía más posibilidades. ' ‘Dcscribirclas":

P rim era: “ S nap asjslido"

Estás cn la posición de partida (ver Fig. 2). Lleva (u dedo medio a saje­
lar las cartas en cl punto marcado con " x “ cn la Fig. 7. Para con.seguirfo
lendrás que retraer lu dedo índice derecho, de forma que será ahora su uña.
y no su yema, ta que esté en coniacio con la carta inferior (grupo doble).
Acerca ahora cnire sí cl pulgar y cl mayor presionando las carias y hacicn-

Fig. 7

do que ¿sias se comben hacia arriba, a la vez que empujas con tu índice
para cviiar que su ufta pierda ct coniacto con la carta inferior. Si aflojas cn
este momcnlo la presión dcl pulgar, las canas se escapariín de su sujeción
y " su a p eo ia ir quedando pinzadas entre ta uña del índico derecho por arri­
ba y la yema dcl mayor derecho por abajo (Fig. 8).

Pip.«

44
I Este S/iap es, creo, original de D.ii Vcrnon. El hacerlo con un grupo
doble "a pelo*' para mí era un lanío arriesgado...; con la cana de "asi.sien-
c ia ” es bastanie m is seguro. Prueba.
Por -supuc-sio, esta técnica e.s aplicable como manejo adicional al "cule­
b reo ". análogamenle a como expliqué con el giro "Pala de Barco".
También por supuesto que las po.sicioncs de partida pueden ser distintas
según las aplicaciones que se Ies vaya a dar.

S egunda: *'Twist d e la u ñ a asistido ”

El "Twisi de la u ñ a ” es una técnica de Ascanio (ver "Noias sobre cl


manejo de la caria doble” de Ascanio para una explicición más detallada)
que, al igual que en los casos anteriores, si se bacc con una carta de protcc-
' ción se disminuye su riesgo. Por Supuesto que Arturo no la ncccsita.
nrevcmcnte; La posición de partida es Fa de la Tig. 2 pero, en esto c;tso, cl
pulgar dcrccho solamente apoya el com n de uiio sobre In carta superior
y los dedos índice y mayor esiíin en contucto solamente con la cana infc-
riof. Mueve ahora ligeramente, y de forma alternativa, cl dedo índice hacia
la dcrccha y el dedo mayor hacia ti en una especie de vaivén, y verás que
las ires canas pivotarán en tom o a la uña dcl pulgar, sin que las dos infe­
riores se descuadrcn.
Espero que estos manejos asisiido.s os .«ican de utilidad (... os “ asistan")
y que .sirvan para ampliar ese maravilloso mundo del manejo de dos canas
como una.

Afí
CARTA AMBICIOSA
THK CAKD-CULATOR
Kfcclo

Dcmostr:ici()i) palpiiblc de cómo 1;is c;irtas obcdcccn, sumisas. I.is (í/tíc-


nes de iinn calcukidorn (de holsiilo) (¡iic ji un cspcci.idor —qiic llania;oiiios
“ o perador” — se le d;i a sujetar. Así;
1. Una caria, Ithrctncnit* escojíida y finnaiia por oiro cspcclador. se
pierde entre las dcmá.s de la baraja y reaparece siertprc on cl (ujMr que
:correspondc ni núiiiero pulsado libremcnle por cl operador.
2. Para hacer las co.sas más diríciles. cl maco explica que al pulsar
deterrainado bolón aparcccrá cn cl visor de la calculadora una "orden de
alio” . Así que él va a ir pasando cartas una a una y, cuando cl operador
lenpa a bien pul.sar ese extraño bolón, la carta que tcoja cl niaj;o cn la
i«ano seni, una ve?, más, ia cscopida... Lo que para plorla y loor dcl mapo
así ocurre. Tan .sólo un pequeño dcinllc cinpafia cl triunfo y es que. en el
visor de la calculadora, la orden de alio que apareció fue; ¡SO!
3. Repuesto de la ofensa de lo.s maleducados circuiios impresos, cl
mago pide a nuc.stro infatigable operador que, una vez m.ls. pulse ci diabó­
lico botón... Ahora, en el visor, puede leerse la paLilira
con lo cual, a la carta esco>;ida no le qucdn máx remedio que vi,ijar. m;ií’tca
y cibcrnólicjimcnic,.. ¡al bolsillo!
4. Al disponerse a cjccular o(ra prodigiosa demostración dcl poder
que 1,1 calculadora ejerce .sobre las cartas, cl niapo descubre que aljio .inda
mal. Finire las canas ha aparecido un extraño objeto... una pila de 1..·^ v.
í-.sli> .sólo puede significar una cosa...
(.’on una .sola mano, cl iriajio toma la calculnifor.^ tjue oí cspeciador-opc-
ratfor sujela cnirc las suyas desde cl principio. í,ciiiaiiieuie altre c/ dcptiiiio
de pilas y alií se encuentra plejiada cn cuatro la carta que al coimen/o fue
e.sco^;idn ¡y firmada!
49
Los orígenes son lejanos y de recuerdo nostálgico.
1976. Camilo da una conferencia para nosotros los zaragozanos
magos. Muchas cosas. Entre ellas, de cómo introducía la magia en su tra­
bajo a través de (os juegos de palabras y cifras con la calculadora y, tam ­
bién, de cómo Bilis fuerza la duplicada de una ca n a que tiene dcniro de su
calculadora de bolsillo.
1977. Congreso Mágico Nacional en Cuenca con Fred Kaps de máxi­
ma estrella. Entre los millones de impresiones inolvidables: la bellísima
¡carta plegada en la cajita!
Jugando con estas ideas y cl efecio de la " c a n a A m biciosa" surgió la
rutina que sigue.
La rutina.está pensada de forma que ios primeros efcctos (Ambiciosa,
carta al N“. can a al STOP, eic...), aun siendo fuertes, preparan el mazazo
Tinal de ia carta en cl depósito de pila| tras el aparente fallo de éstas...
Ob.servarás que. en la mayoría de mis rutinas, introduzco un aparente
fallo... Te remito al capítulo teórico CONFLICTOS... (Vol, 1).
Ei “ T em a" de ia rutina puede dar pie a otras ruiinas; se podría resumir
como la obediencia (interrelación) de las canas de una baraja a un objeto
externo a ella (en este caso calculadora, pero podría ser bombilla, cucliillo.
reloj, cassctie, etc...).
También c.*: ésta una de mis primeras rutinas, que presenté a concurso
en algunos Congresos... ¿Qué?... ¡Sí. obtuve premio!

Preparación

Una baraja normal y una calculadora con memoria que sea del tamaño
suficiente como para que su depósito de pilas pueda albergar una ca n a ple­
gada en cuatro (dorso hacia afuera) y sujeta allí con un hilo. Un extremo
del hilo va atado a la cana y otro atado o pegado a la base del depósito de
las pilas (Fig. 1).
£1 hilo debe ser lo suficientemente largo como para que la ca n a dd la
sensación de soltura c inestabilidad sobre las pilas. ly lo suncicntcmente
corto como para evitar que la cana asome colgando por cl extremo de la
calculadora, cuando ésta se incline verticalmentev
También necesitarás una pila de 1.5 v. oculta en un lugar fácilmente
accesible para ti (cargador, regazo, corva de la rodilla...), y que el bolón de
recuperación de memoria MR. esté marcado con una etiqueta coloreada, a
fin de hacerlo resallar entre el resto de los botones de la calculadora e
impedir que se conozca cuál es su función.
50
P.g.I

Realización

Mago sentado o de pie detrás de una mesa.


1, Introduce el icma de las calculadoras y explica algunos de esos
juegos adivinanzas en los que se pulsan una serie de cifras que, leídas dcl
revés en cl visor de ta calculadora, forman una palabra que responde,
de forma más o rncnos ingeniosa, al accnijo propuesto. (Ha)· muchos...
SHELOIL, SELLOS, ele.) ‘
Pide a dos c,specladorcs que íc ayuden. Coloca a uno a lu dcrccha y a
otro a tu izquierda. Ha? como si comprobases cl buen funcionamiento dcl
aparato c introduce en la memoria pulsando M+ la cifra 0.3 y pulsa C
dejando el visor en 0. Dale al espectador de la dcrccha la calculadora y
nómbrale *‘opcr.idor” . La calculadora icndrá que sujeiarla en su mano
izquierda, siendo cl extremo dcl visor cl míís próximo a su cuerpo, con lo
cfjal verá las cifras al revés.
2. Da a escoger una cana al espectador de la izquierda y haz que la
marque con una grande y visible firma. Estamos lisios para empezar.
Coge la baraja cara arriba en lu mano izquierda. Pon la carta firmada
encima de In baraja como para mirar la firma, habla sobre la extraña obe-
51
dicncia de las sufridas cartas a los marídalos de la pérfida calculadora...; In
lecnologfa iambi<5n llega a la magia. Con lu mano dcrccha Icvania, como si
fuesen una. las dos canas superiores de ia baraja (!a escogida y otra). Voltea
cn tu mano izquierda la baraja cara abajo y, sobre ella, la carta doble tam ­
bién cara abajo. Coge la caria superior, introdúcela en c! centro de la baraja
y di: “ Si yo pierdo tu carta enlre las demás, no tengo más que pulsar I en la
calculora... (hazlo)... para que tu carta sea prim era", (pon la mano dcrccha
levanta la carta superior de la baraja y muestra la c ana firmada.
3, Aquí, si quieres, puedes hacer un par de pases más de “ ambicio­
sa“ , o bien continuar diciendo; “ Más difícil". Borra cl I dcl visor pulsan­
do C. Dirígete al espectador de tu izquierda y pídele que pierda su carta
entre las demás. Contrólala como prefieras (aquí va bien cualquiera de los
controle.s usando la m e r d a overhand o la “ hindú"), y cmilc flljiún .sonido
tipo ordenador micntra.‘i mezclas. '
Píllele ai “ operador’·' que pulse cl número que prefiera. Mediante
“ dadas cn segunda” (es cl m ílodo que yo uso), o bien con cualquiera de
los métodos que existen para llevar una caria al lugar escogido por un
espectador (encontrarás varios cn el precioso Five Siar Cord Rouimc dcl
Expen Cord Ter¡miquc) (Nota I). muestra que. la ca n a elegida, no tuvo más
remedio que obedeccr a la inapelable orden de la autoritaria calculadora.
4, Reincidiendo cn cl letma, simula perder de. nuevo la cana, pero esta
vez la controlas la quinta por arriba. Comienza a pasar ca n as una a una
dándolas cara abajo sobre la mesa y di a lu “ operador” que ic detenga
diciendo “ ¡AJlo!" y al ini.smo tiempo pulsando el botón marcado con lu
etiqueta, ya que así. cn el visor, se podrá leer la orden, cibernéticamente
hablando, de " a ito ” o stop. ^
Cuando llegues a la q u in t a c a n a comienza a dar cn segunda y espera a
que el espectador le diga alto. Cuando asf acurra, loma realmente la caria
superior de la baraja, haz una pausa y muestra que es ia escogida. Como
ratiñcaci-ón pide ai espectador que lea cn voz alta la orden de alto dcl visor.
El dirá: ¡SO!
Haz una pausa y mira con enorme desprecio a tu impcrtinenie “ engen­
dro numárico“ . Mientras mascullas a!go acerca de ta antipatía de los inge­
nios mecánicos para con sus dueños, pulsa rápidamente MC y C, escribe
cn el visor 0.771.5708 y pulsa M+ y C. Hazlo con fastidio y como si estas
cosas no tuviesen que pasar, pero asf estás listo para ia siguiente fase.
5, Pierde (¿?) la carta una vez más cn ia baraja — ia conlroia.s^ y, vía
un empalme más o menos convencional según tus prefercficias (yo uso el
sidesiea!) apodérate de nuestra insigne cana en uria de tus manos. Mientras,
y como misdireainn, mira ai "o perador" y pídele que pulse, para ver si ia
calculadora .<¡e pona aliora como se debería portar, una vez más, cl botón
52
mnrc.ido con la d iq u e la y que tea, como si fuesen Iclras, las cifras que apa­
recerán en cl v iso r A la vez, da la baraja a mezclar al cspeciador de S.i
izquierda y pregunfa ni de la derecha qué es lo que se lee. El especlador
contestará ; '*BOLSILLO” (Ñola 2),
Pausa por tu pnr?c y. con cara de extrañcza, di ai espectador de la
izquierda: “ Eso sólo puede significar que la carta que tú perdiste y estás
mezclando entre las demás ha de viajar...” . Lleva la mano con la cana
empalmada a uno de tus bolsitlo. termina la frase: ” ... ¡al bolsillo!” , y
extrae la obediente carta (de! inicrior de aípuno de tus bolsillos) vollcándo-
la con cl máximo de dramatismo sobre la mesa. Los circuitos impresos
.siguen haciendo de las suyas.
6. Aprovechando ta sorpresa de esic creció, recupera tu baraja de
manos [leí e.Rpcciador y cógela crt tu mano derecha, A la vez. con la mano
izquierda, apodérate de la piln de 1.5 v. dcl lugar donde ia ocultabas suje­
tándola en el empalme de ios dedos. Pon la baraja en tu mano izquierda en
la posición normal de dar, cubriendo así la pila empalmada.
Con la mano dcrccha, levanta aproximadamente la mitad superior de la
baraja y haz que cl cspcciador de la izquierda devuelva la cana firmada
sobre la mitad inferior que queda en tu mano izquierda. Pon cl paquete de
la mano derecha .sobre el de la mano izquierda manicnicrido. entre los dos,
una separación con cl meñique izquierdo y di algo así como: ' ‘Otra vez
vuestra carta estará at número...” . Micniras hablas y miras at espectador de
la izquierda, !o mano dcrccha corta por la separación y pasa cl paquete a la
pila (Fíg. 2). Con ta mano derecha coge en la posición de Biddle a la baraja
con la pila en medio (la carta escogida es la superior del mazo) y. sin parar,
ve dejando caer (a paquetitos) las cartas sobre ia meso. La pila hará su a pa­
rición. Tinge nolar algo extrarlo, interrumpe la frase que estabas pronun·
ciando, tnira hacia la mesa y modelo (u cara con un gesto de sorpresa.

Fifi i
5.1
7. Siempre aparentando cxtrañeza, mira a un lado y a olro, rccompón
h baraja y extiende cara arriba las carias cnirc lus manos. De repente y
como si un rayo de iuz llegase a tu cerebro cuadra enérgica y vcíozmenie
la baraja en tu mano izquierda y exclama: *'jLas pilas!” . Sin solución de
continuidad, haz cl plegado cn cuatro de la carta inferior de la baraja. (Ver
Folding a card cn c . cómo no, Expert Card T echüquc) (Nota 3).
Di al espectador de la derecha: "Tú siempre has tenido Ja calculadora
cn lu poder, yo sólo v^y a acercarme con una m ano” . Deja con ¡a mano
dcrccha la baraja sobre la mesa. La mano izquierda se apoya, con la carta
plegada en cuatro empalmada, en algún lugar que te sea natural (en la
cadera, en cl canto de la mesa...), o bien.., no se apoya y retiene la caria sin
más en el empalme de los dedos.
Coge la calculadora con lu mano derecha y déjala boca abajo sobre cl
lado derecho de la mesa. Muy Icntamenie^ abre .el depósito de pilas y deja
la tapa a un lado. Aparecerá la carta plegada. Excitado exclama; “ ¡una car­
ta!". De nuevo con la mano dcrccha cógela por un extremo y muévela
ligeramente para que la carta dé algún que olro "botccito” .
8. Dirígete a! espectador de la izquierda y rfnsioso préguiiialc:
“ ¿Recuerdas cuál era tu carta?". En este momcnlo, la mano dcrccha incli­
na la calculadora simulando volcar la cana plegadí\ cn la palma de la mano
izquierda que ha abandonado su postura estática dirigiéndose al encuentro
de la calculadora (Fig, 3).

La mano izquierda simula recibir ia caria de la calculadora y niuc.stra la


que ya llevaba empalmada, mientras que la mano de la dcrccha deja la cal­
culadora, visor hacia arriba, sobre la mesa. (Procura, por supuesto, no
dejar ver la carta plegada colgando,) Mientras esto ocurre, cl espectador de
54
lu izquierda habrá dicho j^lgo acerca de su cana. Indcpcndientcmcnic de su
respuesta, di en voz a!ia cl nombre de la caria firmada. Con ayuda de la
mano dcrccha. despliega lenta y claramcnie la carta sin llegar a mostrar su
car?. l>rcguma, aunque tú ya sabes la respuesta: "... ¿con una firma?...” .
Voltea la carta hacía tus espectadores y remata dicicnHoi
"¡¡¡Evidentemente es tu carta!!!” .
9. Recoge la calculadora y ta tapa de su depósito de pilas. Micniras.
"im provisa" alguna frase acerca dcl temor que te inspira cl que algún día.
en VC7. de una carta, sea algtino de tus espectadores quien aparezca en c l
interior de uno de esos inquietantes "clectrodom íslicos” . Jura que, la pró­
xima vez, lo harás con un íbaco chino.

NOTAS

1. Si no eres muy aficionado a la lícnica, un método que te puede


valer es éste. Controla Ja caria arriba. Sujeta la baraja en la mano i/quier-
da y pide que pulsen un número. Con la mano dcrccha coge las dos enrías
superiores como si fuesen una. Cucnia: “ Una...". Empuja la siguiente car­
ia encima de la(s) que sujeta la mano derecha. Cuenta: '*... dos". Prosigue
así hasla contar un número menos dcl que han pulsado. Mira a los espec­
tadores y, fingiendo encontrar gesios de crítica y escepticismo, di: ''Sí,
mirad, muy claro". Pon tas cartas de la mano dcrccha encima de la baraja
y vuelve a contar al igual que lo hiciste ames, sólo que. esta vez. no es
preciso que cojas dos cartas como una al principio. Al llegar a la caria que
corresponde con el número escogido, voltéala. Será íncviiablemenie Ja fir­
mada.
2. Si tienes que aciuar en inglés... ¡tengo respuesta a tus problemas!
En este caso debcr.ls introducir en la memoria 3045 que leído a! revés es
" S H O E ", y que traducido al casiellano es "ZAPATO” . Con Jo euaJ. debe­
rás ejecutar la caria... ¡en el zapato! (Una vez más consuUa el £xper/ Card
Techniquc en su capítulo Discoveiics.)
3. “ FOLDING A CARD." Brevemente: Sujeta la baraja en tu mano
izquierda en Ja posición natural de repartir. Con la mano dcrccha. coge Ja
baraja con eJ índice, mayor y anular por cl extremo cono c.<{tcríor y con la
base dcl pulgar (¡ojo! con la base quiere decir que el paquete práciieamen-
le está insertado en la horca dcl pulgar) por cl extremo corto interior.
Presiona ahora cl dedo índice izquierdo contra la zona rads alejada de ti
de la carta inferior de la baraja. Sin aflojar esta presión, acerca lus dedos
izquierdos hacia ct pulgar dcrccho. con lo que conseguirás que la carta
inferior se buclec (Fig. 4). Conlinúa este movimiento aproximando ios
55
dedos izquierdo al pulgdr dcrcciio hnsia que los dos !nt)o.<> cortos cic la cana
inferior se loquen, quedando asf ésia doblada por la mitad.

Fig. 5

C ieaa ahora los dedos izquierdos en tomo al pulgar haciendo que la


carta se doble cn cuatro en lomo a él (Fig 5). Aleja la mano izquierda dcl
pulgar derecho llevándola a la posición que ocupaba al comienzo dcl
movimiento, pero sigue cerrando los dedos izquierdos acabando de plegar
cn cuatro la carta.
Abre ahora los dedos izquierdos para sujetar, en la posición normnl de
repartir la baraja, pero reteniendo bajo ella la cana escogida plegada. La
maniobra del plegado se realiza cn cl gesto de cuadrar la baraja entre las
manos y no debe durar más de un par de segundos.
56
Dclnllcs psicológicos. Par« reforzar ta ióca de que la carta pfcgada ha
viajado, rcaltncnic, al interior de la calculadora, pensé un par de dclaílcs
psicológicos.
Primero, la cuna que hay en cl dcfwisiio de las pilas debe estar pleg-ida
dorso hacia el exterior, pero dejando ver una parte de su índice (Fig. 6).
Segundo, la carta escogida debe ser refor7ada y tiene que ser una duplicada
de la que hay en la calculadora... (En nueslro caso, supondremos que e.s un
tres de Picas.) Y tercero, al efectuar cl plegado, haz que los dos extremos
cortos de la carta a doblar no coincidan, sino que quede una distancia de
unos dos centímetros entre los dos, con lo cual, al terminar el plegado,
quedará también visible una parte de su índice (Fig. 6).

fip 6

Asf, cuando destapas el deposito de pilas, puedes decir: *‘l?ay una car­
ta... y se ve su índice... es cl tres de Picas!" Mira al c^pcciador de tu
izquierda y pregúniaic: “ ¿Ura ésa su c,-5rta. cierto?''. Haz cl cambio y aña­
de: "Pero no sabemos si este tres de Picas es el firmado..., sólo se ve su
índice, asf que.,, ¿quiere usied mismo dcspíegarlo?...*'.
Por un lado se refuerza que la carta escogida esti realmente en el inte­
rior de la calculadora, por otro lado, ni seguir viéndose el índice de la cana
después del cambio, añade una cobertura adicional para qtie no se piense
que lo ha habido... como detalle finaí, es el propio especlador cl que des­
pliega la carta... (Bajo lus indiarcioncs para que fos demás espectadores
aprecien también cl efecto con claridad.)
Como ya indico, la idea dcl juego es muy antigua. Er.in los tiempos de
calculadoras de baisillo bastante grandes. Hoy en día podría realizarse con
'algún ordenador de bolsillo ("lap-top". “ noie-book” . ATARI PORT­
FOLIO, etc.), con lo cual las órdenes a ¡ipareccr en cl ordcn,idor son infini­
tas .)
57
ROJAS Y NEGRAS
AGUA Y A¿E1TÍ· EN COPA
Kfccto

Es ésl.i una versión dcl, ya populíir y conocido, "AGUA Y ACFIITI:"


de Ethviird Mario... Pero es una versión no sólo con (iifc/cncias iccnicns; c^
(.11111 versión eoii escenografía y con uti cliin;!X wii lanio inusual.
Cualro eariíts rojas (AGUA) y cuatro canas negras (A C I'.IT E ) se trncrca·
lan una a una cn c! inlcrior tle... ¡Una copa de ch<;ial! (ver más adobnie la
Fig. I). Tras dejarlas reposar, las canas roja«; se reparan do las negras. . pero
al agilíir la copa, las canas vuelven :i aliernarse corno al principio. Como
finíiji, el mago caitcnia la copa ton un mcclicro. consigiticiuin que dcsapn-
rc7,dan las carias rojas (cl AGUA se evapora) y i¡ue (jucden, tan sólo, b s
carias negras (cl ACEITE).

Co m enta rio

Esta es una riilina i!c mi primera época, con la que yo cnjpccc a descubrir
que, los juegos qtic md-s nic gustaban eran los ijttc lenían itn.n charla deicntiina-
da (lo que podríamos llamar “ lenia”). Aunque también enipcc(í a descubrir
que había juegos con '*tcn>a" que eran francamente buenos y. cn cambio, otros
eran csirepitosamcmc malos. ¿Qii(5 es lo que hacía un "lem a” bueno o malo
para un juego?... ¿Qué es lo que hacía un juego bueno o malo p.ira un ‘‘lema"?
E) “ tem a” dcl agua y cl accilc es un “ lema ' que ha pasado la ¡micba
dcl tiem ])0 y dcl público.., “ Euncioiia” . Estas son Ins ventaja.'; que añade fa
versión que vas a leer.

Vcntajns
I. El efecto ilc "AGUA Y ACEI TE" es liori^omal... quiero (fecir. que
lotio ocunc cn plajios paralelos a la mesa. Con csla esccnogralía .se con­
61
viene en vcriical... las carias se encuentran perpendiculares a la mesa. Con
lo que el Juego gana en visibilidad y puede ser válido ha.<¡ia pnra grupos
numerosos de espectadores.
2. En bastantes casos, hay que manejar dos cartas como una.., pues
bien, la copa las mantiene juntas (por supuesto hay que buscar la copa dcl
tamaño idóneo), evitando que se descuadreii y haciendo completamcnlc
insospechable para cl público (esta idea creo que es original de Frcd K a p ,
y él ia aplicaba en su juego de “ Los Tres Jókcrs“ ) el que haya más cartas
de las que se dicen. Asi pues, en este caso, la escenografía, además de ayu­
dar al “ tem a" de “ AGUA Y ACEITE” , ayuda también a la técnica, es
decir, no sólo a la "Presentación” , sino también a la "COBERTURA".
3. En muchas rutinas, cl fsnal consiste en que las cuatro cartas rojas y
fas cuatro canas negras quedan de un mismo color (ocho rojas u ocho
negras). ,
Siempre he pensado que, este final, es incongruenie con cl "te m a" dcl
“ AGUA Y ACEITE", Podría ser congruente, se rnc ocurre, con cl "le m a”
dcl "LECHERO DESHONESTO” , un litro de agua más un litro de leche
igual a dos litros de leche, pero no con el “ tem a” dcl “ AGUA Y ACEI­
T E “ porque, por mucho que se mezclen agua y aceite, nunca quedará todo
agua o lodo aceite, a no ser que... ¡ct agua se ev.'iporc...! y eso es lo que
ocurre. La desaparición física de una carta ( “ Rub-a-dup” , “ Caníbales” ,
etc.) siempre es un efecto fuerte y memorable para el público — lástima
que no haya más juegos con este efecto— , tanto más, en esta rutina, cuanto
que desaparecen, a la vez, cuatro carias.

Preparación

Busca una bonita copa en la que su diámetro interior sea ligeramente


mayor que ei ancho de una carta. Unas pocas pruebas, por los almacenes
de tu ciudad, te harán descubrir la copa idónea para las cartas que tú
uses.
Saca de tu baraja cuatro canas rojas de puntos altos (seises, sietes....
dieces de Corazones o Diamantes) y cuatro cartas negras, también de
puntos altos {seises.., dieces de Tréboles o Picas), Por último, busca por
lu estuche de cartas trucadas, o bien fabrícate, dos cartas de doble cara de
puntos fojos por un lado y puntos negros por cl otro. Por ejemplo, seis de
Tféboles/ocho de Corazones y d\C7. de Diamantcs/ocho de Tréboles.
Supondré que las cartas escritas a la izquierda de la barra (en nuestro
caso el seis de Tréboles y_el diez de Diamantes) son las que están cara
arriba. ’
62
He de advertir que las dos cartas trucadas son tan sólo para cl clímax
final de la rutina. Si sólo quieres hacer las dos primeras fases, puedes prcs·
cindirde estas dos cartas dobles.

O rdenación

Coloca tu flamanle copa cn cl centro de la mesa. En el lado i;:quierdo


de 6sta, pon cl paquete de cinco cartas rojas caras arriba. La carta doble
cara con cl dic7.de Diamantes viéndose debe ser la segunda desde encima.
En cl lado derecho de la mesa pon las cinco cartas negras restantes,
también caras nrriba. La carta de doble cara, con el seis de Tréboles vlsi-
ble, ha de ser también la segunda contando desde encima.
¡Pon un mechero en tu bolsillo ¡/.quicrdo de la chaqueta o el pantalón!
Si quieres, también puedes iniciar In ri;tina sacando, a la vista del
público, las cartas de la baraja... — lo que hará mucho más insospechable
e) uso de cartas trucadas...— e irlas colocando, sobre la mesa, cn la posi·
ción que te he indicado. En cualquier caso, aquí' está la...

Realización. I*fasc: Separación

1. La charla de este juego es la clásica de "AGUA Y ACEITE ", así


que no te diré nada al respecto. Introduce cl “ tema" y comienza.
Haz un "culebreo'' caras arriba con cl paquete de canas rojas. Puedes
haccr aquí mi variante, “ culebreo Pala de Barco", terminándolo con ias
cartas cn la posición de panida (ver capítulo “ TEJEMANE/OS"). Se
verán las caras y los dorsos de cuatro cartas rojas.
Haz otro "culebreo", esta ve?, clásico, pero, al cuadrar, pasa cl grupo
doble abajo, con lo que ahora la carta de doble cara será la segunda por
abajo. Deja este paquete cn su sitio, en el lado izquierdo de la mesa.
Repite lo mismo con el paquete de carias negras, sólo que ahora, iras el
segundo "culebrco". al cuadrar pasa cl grupo doble encima y manién una
separación entre él y eJ resto dcl paquete con tu meñique izquierdo. La car­
ta de doble cara ser.l ahora la superior. ,
2. Aliora, cada vez que pongo una carta (o un grupo doble) cn la copa,
utilizo cl movimiento que llamo *'la Hélice". Si quieres puedes utilizarlo, y
si no. puedes sencillaiiientc poner las cartas con cl gesto que quieras. Por si
,Io utilizasi ver nota 1 en "Reflejos" para su descripción. Así pues, con li
mano derecha coge, como si fuesen .solamente una, las dos cartas superiores
dcl paquete de la mano i;:quicrda (fácil gracias a la separación). Haz “ la
03
Héltcc" — si quieres— y ponías, cara a los cspccia'dorcs, en cl inicrior de l;<
copa (Fig, 1). No se dcscuadrarán gracias al (amaño de ésia, pero, de lodas
formas, no es muy convcntcnic que las dejes mucho licmpo a la observa­
ción de los malvados espectadores. Así que, efiscguida, deja cl paquele de
lu mano izquierda en el lado dcrccho de la mesii y coge cl paquete de cartas
rojas sujetándolo, erí lu mano izquierda, en la posición normal de repartir.

Fig. J

Con U mano derecha, coge la carta superior dcl paquete de la mano


izquierda (roja) y ponía (con “ Hálicc” o sin “ Hélice” ) en cl inicrior de la
copa, cara hacia los espectadores, delante de la(s) cana(s) que colocasic
antes. Siempre con la mano derccha. coge la cana superior dcl paquete de
la mesa (negra) y, al igual que las precedentes, ponía en cl interior de la
copa (C9n [as carias de la mesa también puedes hacer, al cogerlas, una
espccic efe " H élicc"), a continuación, la cana superior (roja) dcl paquele
de lu mano izquierda, después la superior dcl paquete de la mesa (negra), a
continuación la superior dcl paquete de tu mano (raja), la última de la
mesa (negra) y lermina poniendo, como si fuesen una. las dos que te que­
dan en la mano izquierda.
El orden de las carias será, de caras hacia dorsos, cl siguiente: Diez de
Diamanies/ocho de Tréboles, roja, negra, roja, negra, roja, negra, roja, sie­
te de Tríboícs/ocho de Corazones, negra,
3, Con lu mano derccha, coge la copa por su ‘'talle” y muévela agi­
tando las cartas en su interior. Di algo acerca de que las canas están ínti­
mamente mezcladas. Para mostrarlo claramente, deja la copa en la mesa y
coge cl paquele de cartas sacándolo del interior de ésta.
Sujcia las diez cartas, dorsos arriba, en tu mano izquierda' en la posi­
ción natural de dar, pero con cl dorso de tu mano hacia los cspcciadore#
64
I^gícamcnlc In cura de hi cana inferior quedará c^rn hncia cl público.
Oblét», con lu pulgar dcrccho, una separación bajo las dos cartas superiores
y mantenía con tu meñique Izquierdo. V;is aliora a mostrar las ocho cartas
(cíicz), roja.s y negras, alternadas, cn una especie de ahanico, pero sin dejar
de ver que tienes dos carias cxtra.s, y. mucho menos, qtie dos de ellas son
de doble cara.
Gracias a la separación que manlicne cl meñique, con la mano dcrccha
cogcJ las dos carias superiores como si fuesen una y sujíialas como cn la
Fig. 2. El meñique ayuda a mantener cuadradas las cartas por su lado cono
inferior y la base dcl índico a mantenerlas por cl lado largo dcrccho.

El pulgar izquierdo empuja hacia lo derecha la cana superior de su


paqucic y la pone delante de la(s) cana(s) que sujeta la mano dcrccha. pero
ligeramente descuadrada hacia la izquierda (Fig, 3), Los dedos derechos la
sujetan en esta posición. Repite esto mismo con las siguientes cinco canas,
enseña en tu mano izquierda las dos canas que quedan como si fuesen una
y pAnla(s) en el abanico a continuación de las otras sieic (ocho) canas
(Fig. 4).

Fifi i

65
Rg.<1

Pasa csic abanico de lu mano dcrccha a lu mano,izquierda... cuidando


que no se ic dcscuadrcn los dos grupos cloblcs.
4, Tienes ahora dos posibilidades, una más técnica y otra menos téc­
nica. Vamos con 5a primera. '
A) Coge ahora, con lu mano dcrccha, las cuairo (cinco) carias superio­
res dcl abanico. Con los dedos de lu mano izquierda cuadra !as otras cuatro
(cinco) canas que quedan cn c.'iia mano, obicniendo. a) hacerlo, una scpa-
racidn con tu meñique bajo la carta superior (negra).
Inclina cl abanico de cuatro (cinco) canas de tu mano dcrccha caras
hacía la mesa, acerca hacia él la mano izquierda y desliza el pulgar
izquierdo por encima de las esquinas superiores izquierdas de las cuatro
(cinco) canas presionando ligeramente, lo que producirá unos pequeños
chasquidos. Enseña el abanico de tu mano derecha caras hacia ios especta­
dores y vuélvelo a inclinnr caras hacia la mesa. Vas a repetir cl desliza­
miento con cl pulgar, pero, antes, tienes que cambiar, la carta inferior del
abanico de lu mano dcrccha por la superior dcl paquete de tu mano
izquierda, con un enfile Hofzinser.
En este caso, es un enfile Hofzinscr hecho con la tapadera de las cartas
superiores dcl abanico de la mano derecha.
procede asf: Acerca lu mano izquierda a la mano derecha de forma que
la carta inferior de las que sostiene la mano derecha quede cuadrada, justp
encima, de la superior de las que sujeta la mano izquierda. Introduce cl
dedo mayor derecho en la separación que mantiene cl meñique izquierdo y,
a la vez, sujeta, con el pulgar izquierdo, la esquina superior izquierda de la
carta inferior del abanico de la mano derecha (I^ig. 5). Ahora, la mano
derecha se mueve hacia la derecha arrastrando, con cl dedo mayor dcrccho,
la carta que el meñique izquierdo manienía separada y la mano izquierda
se mueve hacia la izquierda, pero reicnicndo. con cl pulgar i/quicrdo, la

66
carta inferior dcl abanico de la mano dcrccha (Pig, 6). Las dos cartas inccr
.cambian su.s posiciones.

Pig. 6

ni gesto de las dos manos es, solamente, un ligero movimiento de


muñecas porque, enseguida, las dos manos vuelven a acercarse y cl pulgar
izquierdo vuelve a acariciar las esquinas superiores dcl abanico de ta mano
dcrccha produciendo los “ chasquiditos" prccedcnies, dando así por termi­
nado cl pase. Así pues, cl enfile se ejecuta bajo la coberrura del gesto de
ios “ cHasquiditos” . Ahora hay tres (cuatro) canas negras y una roja en la
mano derccha, tres (cuatro) rojas y una negra en la mano izquierda.
Desliza cl paquete izquierdo debajo de la base de la copa y pon cl
paquete dcrccho encima de la boca de ésta (Ftg. 7).
B) Inclina, caras hacia la mesa, cl abanico de ocho (diez) canas de la
mano izquierda. Con la mano derecha, extrae las dos cartas centrales de
este abanico y vollfalas caras arriba, las dos a b vez. Di; "Cualquier pare­
ja de cartas que se tomen, estarán siempre ahcmadas roja y negra". Vuelve
67
a colocar la.s do^ carias, caras arriba, cn cl ccniro dcl absínico, con lo cual,
ahora su posición se habrá invenido (ojo con las presiones de lus dedos,
para que no se dcscuadrcn los·dos grupos doblcs).(Fig. 8).

rÍB.7

Fle-S

Coge ahora, con tu mano dcrccha, ias cuatro (cinco) cartas superiores
dcl abanico de tu mano izquierda, quedando éste dividido cn dos mitades.
Una. en tu mano derecha, compuesta de Ircs (cuatro) rojas y una negra.
Levanta los dos abanicos de forma que muestren sus caras hacia los
espcciadorcs y. enseguida, vuélvelos a bajar caras hacia la mesa. Este es un
pequcño/faWt visual que da la ilusión de que las cartas siguen alternadas...
por supuesto, no es conveniente dejar tiempo a los espectadores para que
se njen demasiado.
68
Cuadra cl paqucic que sujcia la mano izquierda y volica dorso arriba su
carta superior usando las cartas de la mano dcrccha como pala. Desliza
cslc paquete izquierdo bajo la base de la copo.
Con la mano izquierda, coge la caria inferior de las de la mano dcrccha
y voliécila dorso arriba dejándola en la misma posición que ocupaba.
Cuadra cl abanico y colócalo encima de la boca de la copa (ver Fig. 7).
Así que cscogc uno de estos dos métodos... (A o B)... cl que más te
guste, cl que más le vaya... y conUnúa con la rutina.
5. Gesto mágico y pausa para que cl AGUA Y ACEITE se separen.
Coge e| paquele de encima de la copa. Voltéalo cara arriba y haz un
" cu lcbrco ” standard. Se verán las cualro carias negras (ACEITE), Sin lle­
gar a cuadrar dcl lodo, pero sin dejar ver la carta extra roja, vuélvelas a
dejar en el borde superior de la copa.
Como corroboración, cogc cl paquete bajo cl pie de la copa, voltéalo
caras arriba y haz otro "culcbrco*'. Se verán cuatro carias rojas (AGUA).
Pasa cl grupo doble encima de las otras tres canas y cuadra cl paquete en
tu mano izquierda. Haz otra pausa y. displiccnicmcnte, sube la carta infe­
rior de este paquete rojo arriba manteniendo, enirc ellas y las oirás (cuatro)
carias, una separación con tu meñique izquierdo.

,2* Fa.sc: M ezcla


I

6. Con lu mano derccha. cogc cl paquete que está semidcscuadrado


sobre la copa y. sin llegar a cuadrar dcl todo sus canas, pásalo a ¡a mano
izquierda sujetándolo en ¡as ptm tas de ios dedos izquierdos (recuerda que.
esta mano, ya tiene un paquete sujeto en su palma). La mano derecha, aho­
ra libre, coge la copa y la mueve hacia delante sobre la mesa. Vuelve a
coger, con la mano dcrccha, las cualro (cinco) cartas que acabas de dejar
en la mano izquierda pero llévate ahora, bajo ellas, la cana roja que mante­
nías .separada con cl meñique izquierdo. Observa que. cl apoyar el paquete
derecho sobre cl izquierdo; esid justificado por la necesidad de que. la
mano dcrccha, quede libre para mover la copa.
La mano izquierda imroducc su paquete en cl inicrior de la copa. Como
sicmplr. caras hacia los espectadores. El orden de csias canas será, de cara
hacia dorso; roja, negra, diez de Diamanics/oclio de Tréboles, roja.
Cuadra en tu mano izquierda, caras arriba, las canas de la mano dcrccha
y oblén, al hacerlo, una separación bajo las tres canas.superiores. Mantén la
separación con lu meñique izquierdo. El orden de este paquete licnc que ser
de arriba hacia abajo; negra, negra, roja, seis de Tréboles/ocho de
Corazones, negra, roja. Con la mano dcrccha. coge la cana superior dcl
69
piiqueic de tu mano izquierda, haz "!a Hélice” con ella y ponía cn c! inte­
rior de Ja copa, cara hacia los espectadores, por delante de las que ya había
colocadas allí, Haz io mismo con las dos cartas siguientes, cogiéndolas
como si fuesen una (fácil gracias a la separación que manienías). Con cl
pulgar izquierdo, descuadra hacia la izquierda la carta superior de íüis dos
(tres) que quedan en tu mano izquierda, de forma que la mano dcrccha pue­
da coger, por su esquina inferior derecha, las dos c a n as inferiores, como si
fuesen una, e insénarías cn la copa como las precedentes. Sin detenerte, con
la mano izquierda pon la cana que queda cn esta mano (la de doble cara) cn
el interior de la copa, quedando como cana más cercana a ios espectadores
y, por supuesto, con cuidado de no dejar ver que es de doble cara,
7. Con tu mano dcrccha, coge la copa por su talle y muévela, agitan­
do cl paquete de canas,que hay cn su interior. Di que con esto consigues
que las canas, anterionmcnie separadas, pasen ahora a estar de nuevo alter­
nadas/mezcladas.
Deja la copa sobre la mesa. Con tu míino derecha, saca el paquete de
canas y ponto, cara arriba, en tu mano izquierda cn la posición normal de
rcpanir. Obtén, al hacerlo, una separación con tu pulgar derecho, bajo las,
dos canas superiores, y manién esta separación con tu meñique izquierdo.
Coge en tu mano derecha estas dos canas superiores, como si fuesen
una, con la misma cogida que se utilizó, cn cl apartado 3, para enseñar las
cartas en abanico. Ver de nuevo Fig. 2. Sólo que, ahora, las palmas de lus
manos están hacia arriba y las canas, en lugar de estar cara hacia los
espectadores, están tanibíén caras arriba. Así pues, procede com o en cl
apartado 3 con las restantes canas mostrándolas cn abanico... y teniendo
cuidado, por supuesto, de que no se dcscuadrcn ios dos grupos dobles que
te quedarán, como antes, encima y debajo dcl abanico. (Ver Fig. 4.)
Se verán las ocho (diez) canas alternadas. Pausa post-efccto y, para
corroborar claramente que la» caitas se lian mezclado, cuadra cl abanico cn
tu mano izquierda obteniendo, a la vez, una separación bajo las dos cartas
superiores. Coge, con tu mano dcrccha, estas dos canas como si fuesen
una, haz “ la Hélice” y ponías, en cí inlcrior de la copa, caras hacia los
espectadores. Haz !o mismo con las restantes poniéndolas, de una en una,
cn el interior de la copa... siempre cada cana delante de la que ie precedió.
La última es, como siempre, un grupo doble..., ¡cuidado por tanto!

3* Fase: Evaporación

8. H a i una pausa, como dando por terminado cl juego. Mientras tus


espectadores comentan lo acontecido, saca el paquete de cartas de la copa
70
y sujétalo cara arriba en tu mano izquierda obteniendo una separación
sobre las tres cart<is inferiores y manteniendo esta separación con lu meñi­
que Í7,quicrdo.
Con lu mano derccha, coge en posición de Biddle cl grupo de cartas
que hay por encima de la separación, y disponte a pasarlo debajo de las
ircs canas que quedan en tu mano izquierda. Al hacerlo, buclca con tu
meñique la can a inferior de estas ires c introduce el paquete de la mano
dcrccha en la separación que quedará entre esa cana inferior bucleada y las
otras dos superiores.
Cuadra cl paquete en lu mano izquierda y, al hacerlo, oblén con tu pul­
gar derecho una separación bajo las cuairo cartas superiores. Empalma,
con tu mano izquierda, las seis canas inferiores que quedan por debajo de
la separación. Puedes utilizar cl empalme descrito en “ El Incauto Bribón"
en el epígrafe número 6, o cualquier otro... “ Glambcrs” , ' ‘Hofzinscr",
etc...
Como cobcnura adicional, mientras ejecutas el empalme, puedes pre­
guntar a los cspcciadorcs qué ocurre si se caticntan ct agua y el aceite...
Recibirás variadas respuestas... Ignora las más simples y aprovecha para
bromear aquellas que sean más ingeniosas. Pero mientras hablas, lleva tu
I mano izquierda al bolsillo izquierdo, desíiazte de las canas empalmadas y
saca a la visla cl mechero previamente colocado allí. Coloca el mechero a
un lado, sobre )a mesa.
9. Sujeia las cuatro canas, cara an ib a , en m mano izquierda en la
posición natural de dar, pero con la ca n a superior ligeramente dcscuadrada
hacia la derccha, para así dejar ver también el color de la segunda carta dcl
paquete,., que por cierto, su orden ha de ser, ahora, cl siguienic; roja, seis
de Tréboles/ocho de Corazones, diez de Diamantes/ocho de Tréboles, roja.
Con tu mano derccha, pasa las dos canas superiores bajo las dos infe­
riores de la mano izquierda y mantén una separación, con cl meñique
izquierdo, entre los dos grupos de dos canas. Con la mano dcrccha, voltea
juntas las dos cartas anteriores dorso arriba y, sin detenerte, volica ahora
cara arriba, lan sólo, la carta superior. Haz esio como jugueteando y sin
darle importancia. Observa que, cuando voltees las dos cartas junras, se ve
bajo ellas una carta roja y, cuando voltees sólo una carta, se ve una cana
negra... Pasa desapercibido, pero no es conveniente llamar la atención.
El conjunto de estas acciones prepara la fase final y. en la práctica, no
Ha de durar más que unos pocos segundos.
10, Aclúa ahora como si comenzase esta fase, y charla nccrca de que
las cartas han quedado alternadas al agitar la copa... Para recalcarlo, haz
con las cuatro cartas de lu mano izquierda una cuenta "H am m an", con lo
que parecerá verse siete cartas alternadas, roja y negra, ¡Ojo!, no llames la
71
atención al número de cartas, puesto que islas deberían ser ocho y recalca,
insisto, recalca tan sólo, que están alternadas. Conduciendo asf cl pensa­
miento de los espectadores a que puede variar la posición de Ins cartas, no
su número.
Para la cuenta procede así: Sujeta el paquete en tu mano dcrccha cn la
posición de Biddie y, con tu pulgar izquierdo, ve arrastrando sobre los
dedos de la mano izquierda las canas de una cn una, así: 1· c a n a (roja), 2*
carta (negra). 3' (roja), al arrastrar la 4* (roja) roba, con lu mano dcrccha,
las tres pasadas antcriormenie, 5* (roja) y mantén con cl meñique izquierdo
una separación entre esta cana y la anterior, al pasar !a 6* (negra) roba la 5^
gracias a la separación y. por último, pasa la 7* (foja) que oculta bajo ella
la carta robada antes. El ordsn será ahora, de arriba hacia abajo, roja, roja,
negra/roja, negra/roja. Obtén una separación bajo las dos cartas superiores
y mamén la separación con cí mcñiqire izquierdo. En cl trayecto de ir a
poner cl paquete de cuatro cartas en el interior de la copa, haz un medio
sallo con tas dos cartas inferiores con lo que. las cuatro cartas, scrdn ahora
de puntos rojos. Si quieres añadir alguna misdircctioii para cubrir cl medio
sallo, puedes preguntar si hay algo extraño cn el interior de la copa. Los
espectadores dirán, inocentemente, que no.., ¡Ni se imaginan lo que les
espera!
Simula calemar la copa con el mechero. Ve extrayendo, de una cn una,
las cartas de la copa comenzando por la más cercana a ti (cana de doble
cara). Haz algún chasquido o snap con cada una de ellas y ve dejándolas
caer, limpiamente, sobre la mesa. Es conveniente comenzar por las cartas
posteriores para centrar la atención de los espectadores en las dos últimas,
que son las dos normales... y se puede dejar ver, ’‘descuidadamente’', su
dorso. Di para terminar: “ Al calentar el agua y cl aceite, sólo queda accitc,
porque cl agua... ¡¡se evapora!!". .
NOTA 1:
Te dije que eJ efecto, tal como estaba planteado cn esta rutina, era verti­
cal (ver comentarios iniciales). He de reconocer que hay dos Tases cn la
rutina en las que. para maypr facilidad en la descripción. £stn es horizon­
tal... pero fácilmente adaptable a planos verticales.
Esas dos fases son: una, los "culebreos” para mostrar que las carias
rojas y negras se han separado (fase 5. punto 5) y, la otra, la enseñada en
abanico demostrando que las cartas rojas y negras se han intercalado (pun­
to 7). Para solventar estos dos momentos horizontales basta que gires tu
cuerpo (ojo, no tus pies... ver los Cinco puntos Mágicos de Junn Tamariz)
hacia la izquierda, que extiendas tus dos brazos también hacía la izquierda
de forma que. (us manos, queden aproximadamente a la altura dcl hombro
izquierdo y con sus palmas hacia los espectadores (Fig. 9).
72
Esia posición, que llamaré de las "dos y d ic z '\ es muy convcnicnie
para cuando quieres que lus acciones (cngan mayor visibilidad — grupos
numerosos de público, ele.— o darle a unos movimicnios mas importancia
que a otros o, simplemente, dotar tu rulina de una mayor variedad pcj>tual.
También los “ culebreos” pueden ser Ijcchos cn un plano vertical y cara
hacia los cspcciadorcs, leiiicndo cn cuenta, tan sólo, que la caria c.xlra se
cncticmrc cn cuarta posición desdo dclanic en lugar de cn tercera, como es
habitual.
KOTA 2:
ílay a quien puede no gustarle usar, durante toda la rutina, dos cartas
de doble cara. Para tratar t!e canvcnccrlo, esgrimiré dos argumentos: Uno.
cl usar las dos cartas desde cl comienzo de la rutina y mostrándose caras y
dorsos continuamente, hace que, al final, su uso sea completamente insos­
pechable para los cspcciadorcs y... iüpara los magos!!! Y dos, al final, tras
las dos fases anieriores cn que se han visto incesanicmenie carias rojas y
negras, los e.spcctadorcs csiün supercondicionados a la existencia de ocho
canas... máxime cuando, como corroboración, se añade la cuenta
" ila m m n n ” ... La desaparición de cuatro de esias canas, cn el interior cíe
una copa de cristal, es ab.soluiamcnic icrrorfnca e inesperada para ellos,
por lo que creo que cl fin justifica los medios.
73
NOTA 3;
Pur supuesto, ni U'rmiruir, puctlcs cnmhinr, por cl incMoJo ijiic niiis tc
pusii;, las dos carl.i?; dobles, p.ir.i poder dejar, dc.spuís, en uti lado de la
mesa y "com o olvid.idns" cujuro carias rojas... por si alpiít; especiadíir
“ curiosino" quiere indagar.

74
VIAJIvS
ASES VOLADORES
lí fc c t o y C o n i c t ü n r i o

Siempre he sido un fanático nbsotuco de! jucf.o cl.lsico de “ Los Cu;i(ro


A ses", lis muy claro — tos Ases cstín y luego no csián— ; es un cfccio
'que se repite — ¡tres vcccs!. una vez con cada As— ; liene un ctímax ninr-
cado — los Ases Tc.'ípareccji cn cl montón det As escojiido al comicnzo— ...
Pero sobre iodo, es tm efecto muy fuerte para e! público, los que lo ¡entráis
en cl rcpcnorio seguro que me duréis !a razón. Por supucsfo, que, las ciialt-
díldcs que acabo de enumerar, concurren para que cl efe cío sea tan fu cric,
pero yo creo que. sobre todo, es cl uso — y uso inteligente adcm;í.·;— de
cartas: de doble cara, cl que hace que el juego .sea tan brutal para cl
público.
En cl juego de “ Lo.s Cuairo Ases" todo es muy soiil porque los .Ases so
pueden dar a examinar o. mejor, dejar ver de forma subliininal que jon
nonnales {detalles psicológicos, etc..,) al comienzo y a! Unal. pracias a h
excelente construcción de la ruliiia y. aún nii's, las desapariciones tfitíían la
idea de que .se usan cartas irucadas.
Pues bien, hace unos años, aparecieron variadas versiones de un nuevo
plol para "Los Cuatro Ases" que se dcnomiiió "ASLS PROGRÍ;.S]VOS";
cl primer As desaparece de su paquete y vjr.jn al paquete dcl sej^iuiido As,
estos dos Asc.s dc.saparccc.n juntos y viajan a reunirse con cl tercer Aü del
tercer paquete y. por último, tres Ases v'iajaíi a la vez y rcaj>areccn en cl
último paquele junto al As líder. He leído varias versiones de Krcncl.
Mario y Solomo». Pero crco que csias versiones, aun siendo más elabora­
das, eran demasiiuto complejas y menos directas que el primitivo y clísico
“Cuatro Ases”, La nitina que sigue a contítiuación estí basada cn una de
David Solomon. que íainbiín usa caria,s de dohlc cara, y que viene dcscriia
en cl Mat hi Muf^azitie N” 1.
77
Prefiero reservar cl rcsio de los comcniftrios de la rulina para, una vez
leído el juego, poder juzgar mejor mis opiniones... Mi iniención ha sido
aunar cl conccplo y la fuerza del juego clásico de “ Cuatro A ses” con la
brlilaniez y novedad dcl moderno “ Ases progresivos” . Si tc ha imcrcsado,
“ progresa" con la rutina.

Ordenación

Supondremos que las cartas dobles sean: K de Tréboles/As de


Corazones, seis de Trcbolcs/As de Diamantes y nueve de Diamantcs/As de
Tréboles. Por .supuesto, retira de la baraja cl Rey de Tréboles, seis de
Tréboles y cl nueve de Diamantes normales.
Con la baraja cara arriba y de arriba Ijacia abajo; carta indiferente (cuya
abreviatura será x). siete de Tréboles,!«. Rey de Tréboics/As de Cora7,pnc.<!,
diez de Diamantes, x, nueve de Corazones, seis de Tréboles/As de
Diamantes, mjcvc de Dianiantcs/As de Tréboles, resto de In baraja con lo-s
Ases normales perdidos entre ella al azar.

RcaiÍ7,aciún

1. Extiende la baraja caras hacía arriba entre tus manos, extrae los
Ases normales y déjalos sobre ia mesa. Haz algiín juego en el que sólo
intervengan los cuatro Ases... tc sirve como apertura de la rutina que sigue
y dejas ver. sin decirlo, que los Ases son normales. Déjalos dorso arriba en
cl lado derecho de la mesa, en este orden; de arriba hacia abajo. As de
Tréboles, As de Diamantes, As de Picas y As de Corazones.
2. Introduce cl “ {cma" de la rutina: “ Una ve?., en un libro antiguo,
leí que, entre los peñascos de algunos remotos acantilados y arrecifes,
anida un extraño y a la vez bellísimo pájaro que'tiene como particulari­
dad cl permanecer siempre solitario entre .sus rocas, Pero una, y sólo una
VC7. en su vida, uno de estos pájaros emprende cl vuelo para reunirse con
otro de su misma especie, los dos juntos vuelan en busca de un tercer
compañero y los tres en busca de un cuarto, para así, los cualro juntos,
remontarse en el ciclo hacia un lugar q u e todavía nadie lia sido capaz de
descubrir..."
“ Cuatro de esos extraños pájaros están aquí... los cuatro Ases...
Pájaros de una so!a plum a..." — cogc los Ases y señala sus puritos cen­
trales— " y las rocas donde habitan serán algunas cartas cualesquiera de
la baraja".
78
Coge la baraja cara arriba cn tu mano izquierda y. con Sa mano dcrccha,
cuenta claramcmc, una a una, nueve canas sobre la mesa invirticndo así su
orden. La séptima carta que cuente!; (nueve de Corazones) déjala sobrcsa·
liendo ligeramente hacia atrás {in-jog) cn su montón. Deja la baraja aparte
cn cl lado izquierdo de la mesa, ya no la vas a usar.
Es muy importante, en esta fase, que recalques que no hay cartas repe­
tidas. ni más Ases, etc..., para que este punto quede muy claro en la mente
de los espectadores.
Con la mano dcrccha, coge las nueve cartas de la mesa y cuádralas cara
arriba e» tu mano izquierda, obteniendo con tu pulgar dcrccho, y gracias a
la sobrcsnicncia de la Jota de Tréboles, una separación bajo las dos canas
superiores (seis de Tréboles/As de Diamantes y nueve de Diamantes/As de
Tréboles). Manién la separación con tu meñique izquierdo.
3. Con la mano derecha, coge los cuatro Ases de la mesa — pulgar
por encima, dedos por abajo— y muéstralos vcrticalmcnte con sus caras
hacia el público. Di: "L os cuatro Ases los voy a colocar sobre la mesa...”
Justificado por estas palabras, deja los cuatro Ases ligeramente dcscuadra-
dos sobre cí paquete de tu mano izquierda (Fig. i ) y, con tu mt-ino dcrccha
ahora libre, haz un par de gestos como limpiando cl tapete. Vuelve con tu
mano dcrccha a cogcr los Asc.<i, cuádralos en tu mano izquierda, añadien­
do bajo ellos las dos canas que mantenías separadas con cl meñique
izquierdo y, sin detenerte, voltea la.s seis c a nas cara arriba sobre cl paque·
te de lu mano izquierda (se verá la cara dcl As de Diamantes de dobSe
cara).

Fip. I

'Dislribuyc, con tu mano derecha, los Ases sobre lo mesa como cn la


Fig. 2. Cuando cojas cl A.s de Picas para depositarlo sobre la mesa, pira a
la vez tu mano izquierda dorso arriba, para evitar que se vea cl As de
Diamantes normal que queda cn In cara dcl paqueíc.
79
Fig. 2

4. Conlinúa; "„.C o n tres canas indifcrenies sobre cada uno de ellos.”


Pasa el paquele de tu mano izquierda a lu mano dcrccha, sujcidndolo en
esia mano dorsos arriba en cogida de Biddfe. Con la mano izquierda, arras­
tra hacia la izquierda las tres cartas IVifcriores de esLe paquete (As de
Diamanics, As de Tréboles y nueve de Corazones) y, sin dejar ver sus
caras, ponías sobre eí As de CorAizoncs de la mesa, cubriéndolo pero dejan­
do visible Ja A (sólo la'A, no cl palo) de uno de sus índices.
Voltea cara arriba, en lu m^no izquierda, ct paquete de seis cartas de tu
mano dcrccha. Con esta mano, cogc una a una las Ircs cartas superiores
invirticndo. al hacerlo, su orden. Tiene.«: ahora ires cartas en cada mano,
muéstralas dejando ver sus caras claramente (una vez más. c s i í aquí la idea
de mostrar que no hay más Ases) y deposita, dorso arriba, las cartas de tii
mano izquierda sobre el As de Diamantes y las de lu mano dcrccha sobre cl
As de Tréboles. Ten cuidado, al hacerlo, de dejar cuadradas las dos cartas
superiores de lu mano derecha para evitar que se vea la cara dcl As de
Corazones doble. Estarás en la posición de la Fig. 2.

Comienza la Magia.

1* Desaparición

5. Coge las tres cartas que hay por encima dcl As de Diamanle.s y
sujétalas, cara arriba, en tu mano izquierda, ligeramente descuadradas.
Con la m ano derecha, coge el As de diamanics y déjalo caer ¿obre las
tres cartas de tu mano izquierda. Cuadra ahora el paquele de cualro car­
ias de lu mano izquierda pero, al hacerlo, oblén con lu pulgar dcrccho
una separación bajo las dos cartas superiores (As de Diamantes doble y
carta indíferenic) y maniép dicha separación con tu meflique izquierdo
(obseva que la carta inmeditamente debajo de la separación es cl siete de
Tréboles).
80
Di; “ Un as...” (ojo, no cspccifiqucs qué As. sólo un As),., y Ircs canas
indifcrcnlcs. La importante es cl As...".
Mientras dices esto, haz cotí tus dedos izquierdos cl empuje lateral, que
yo llamo ''O la ” de las dos ca nas que manliencs separadas con cl meñique
(ver "T E JE M A N E JO S ") y ejecuta cl doble lifi, que yo llamo “ económi­
co” , girando las dos cartas de dorso (ver “d o h k lift económico"). Al
h.nccrio, cn tu mano derecha quedará lan sólo la carja indiferente, mientras
que la caria doble As de Diamantcs/scis de Tréboles mostrará ahora ia cara
dcl seis de Tréboles y será ia carta superior de las tres de la mano izquier­
da. No temas porcjue se pueda notar cl momento de la descarga... por un
lado, los golpecitos de tu pulgar izquierdo ayudan a su cobertura y, por
olro lado, cl público no llega a apreciar cl cambio dcl sicie de Tréboles por
.el seis de Tréboles, con lo que cl pase es absoluMmenie insospechable y,
cuando muestres la desaparición del As. los espectadores se querrán morir.
6. Continúa la frase que antes interrumpimos: "... que tiene que desa­
parecer para viajar con cl As de Tréboles."
Deja caer las canas de tu mano izquierda sobre la mesa, de forma que
se vean claramenie sus caras y dej,indo lambién ver. "como de pasada", el
dorso de las dos canas que 1o tienen. Saca ahora cl máximo partido de la
desaparición del As... Haz un gesto mágico y mucsir .1 que se ha ido y que,
en su lugar, queda ur»a cana indiferente.
El pase mágico que yo uso es un movimiinto clásico de mimo y que
sería difícü de describir en deiallc. En pocas palabras, es una especie de
"alelco sinuoso" que hago con mi mano dcrccha y que encaja bastante
bien con cl "lem a” de los ” Ases/Pájaros Voladores".
Deja cacr la carta indiferenie cara arriba junto a las otras tres y ap áñ a­
las al lado izquierdo de la mesa, dejando que la carta doble seis de
Tréboles/As de Diamantes quede como cana superior.
7. Con tu índice derecho, extiende sobre la mesa las cartas dcl paque­
te dcl As de Trébol. Se verán dos Ases cara arriba (As de Tréboles y As de
Corazones) y dos cartas indifcrcnics dorso arriba (diez de Diamantes c
indiferente).
Ahora comprenderás por qué, antes, sólo dije h» A s . cn lugar de As de
Diamantes y por qué. cl otro As de Corazones, está cubierto dejando lan
sólo a la vista la A.

2* Desaparición

8. Cojc las cuatro carias de lu mesa, voltea las dos cartas indiferemes
cara arriba y ponlns debajo de los dos Ases. El orden será ahora, de arriba
' 81
hacia ahajo: As de Corazones doble. As de Tréboles doble, carta indiferen­
te, diez de Diamantes, Enseña las cualro canas en abanico en tu mano
izquierda y anuncia, para que la expectación suba de tono: "A h o ra son dos
Ases. los que lienen que viajar para reunirse con cl As de Tréboles."
9. Tienes alwía dos posibilidades; los dos a mi juicio son válidas,..
Escoge tú. '
Posibilidad A. Cuadra cl abanico en tu mano izquierda y. al hacerlo,
obtén una separación con tu pulgar derecho bajo las tres canas superiores.
Voltea ahora esas lies cartas, dorso arriba, sobre la carta que queda en tu
mano izquierda y sujeta iodo el conjunto en tu mano derecha en la cogida
de B idd h. Sin deiencrtc, con el pulgar y la base de tus dedos izquierdos,
arrastra hacia la izquierda, la caria superior c inferior dc{ paquete
(diez de Diamantes y carta indiferente) (Fíg, 3). El movimiento, para cl
público, ha de ser que lan sólo has volteado los Ases dorso arriba y los has
pasado a tu mano izquierda. No llames la atención, por tanto, sobre él.

Deja las dos cartas de la mano dcrccha (Ases dobles con cl lado indife­
rente hacia arriba) sobre la mesa dejando ver, claramente, que no son Ases
y, con lu pulgar derecho, obién una separación entre Jas dos ca nas que
sujeta la mano izquierda, manteniendo dicha separación con cl meñique
izquierdo. ' .
Di: “ Atención, los dos Ases van a desaparecer.,,”
Haz el gesto de “ aleteo sinuoso’* con tu mano dcrccha y llega ahora un
pase, visual y sonoro a la vez, para esta dc.saparición. Con tu mano dcrccha
sujeta, en cogida de BiddU s· la carta superior de fas dos de tu mano
izquierda y. sin pausa, “ snapéala” cara arriba, A la vez, aleja tu mano
derecha hacia la derecha y tu mano Izquierda hacia la izquierda pasando, la
cana que queda en esta mano, de la palma a la puma de ios dedos (dedos
izquierdos) de forma que la posición final sea ia de ta Fíg. 4, Descrito, cl
moviinícnio es un poco complejo pero, en la practica, es como si volteases
82 ■
las cloi- carias cíira arriba, una cn cacJa mano, cn un gcslo rápido... la única
trampa consislc cn oculiar que, la carta iTifcrior, ya estaba cara arriba.

Tras una pausa, deja ver las dos cartas indifcrcnics claramente por su
cara y por su dorso y apárlalas dcs)i?.ándolas por debajo de las cuatro car­
ias que dcjaslc n un lado, iras ta desaparición dcl As de Diamantea. Fii:gc
que le has olvidado de ias otras dos canas dcl centro de Ja mesa (los Ases
dobles), cógelas y déjalas cacr encima de esc paquete de .seis cartas " c u a ­
lesquiera” .
Posibilidad B. Procede, igual que cn cl apartado A. hasta cl moinenlo
en que has volteado dorso arriba las tres carias superiores sobre la mó.s
irífcrior.
' a i tacto, separa con lu pulgar derecho las dos cartas superiores (indiíe-
'rcnle y As de Trébol doblo) y cógelas cn tu mano derecha en cogida de
liiddic. Deja las dos cartas de tu mano izquierda, cara arriba, sobre la me.';a
— con sus caras bien visibles— y pasa, dorso arriba, las dos cartas de lu
mano dcreclia a tu mano izquierda dejando ver ia cara de la carta inferior
(As de Trébol), Anuncia, igual que cn cl método A; "Los dos Ases tienen
que desaparecer...” Mueve tu mano dcrccha en cl gesto de “ aleteo sinuo­
so ” y haz la desaparición que expliqué anies.cn cl apartado A, quedándole
ias canas como cn la Fig. 4.
Tras la pausa, deja cacr las canas sobre la mesa pero, ten aquí cuidado,
puesto que no puedes mostrar cl dorso dcl nueve de Diamantes, tan sólo cl
de la otra caria indiferente. Recoge descuidadamente las cuatro canas de la
mesa y <-il ponerlas con las canas dcl primer paquete ya descartado, hazlo
I de forma que, las dos dobles, queden encima de este montón y las dos indi-
fcrenies debajo. De esta forma, los tres ases de doble cara, serán las tres
carias superiores de este paquete de ocho canas.
10. Vol lea cara arriba las ires canas superiores del paqucie dcl As de
Corazones. Se verán cl As de Diamanles. cl As de Tréboles y cl nueve de
Corazones. Ordena csic p.iqucle cnra arriba de fonna que quede, cl nueve
S3
de Corazones, como superior y, bajo 61, los ircs Ases. Deja csic paquele en
eJ lado derecho de la mesa.

3* Desaparíctón

11. Coge cl paquele de ocho naipes descartados en cl tado izquierdo |


de la nícsa y. con lu mano dcrccha. cuádralos en lu mano izquierda obte­
niendo, al hacerlo, con tu pulgar derecho, una separación bajo las 1res carias
superiores (las 1res dobles). Pasa dicha separación a lu meñique izquierdo.
Con tu mano derecha, cogc de la mesa los irc.s’ Ases y el nueve de
Corazones y enséñalos verlicalmcntc caras hacia cl público, Mira cl As de
Picas y di: "Pero falla cl ijltimo viaje hacia cl úliimo As,*'
Jusliflcado por cslas palabras, deja la,s cualro carias de lu mano dcrc­
cha. dor.so arriba y ligeramente dcscuádrada.s, encima del paquete de la
mano izquierda y. con la mano dcrccha ahora libre, empuja cl As de P ícas
cara arriba a la pane de deianie de la mesa. Vuelve con tu mano dcrccha a
coger a los tres Ases y al nueve de Corazones,,, cuádralos cncima dcl
paquete de la mano izquierda, añadiendo bnjo ellos las 1res cartas que man­
tenía separadas cl meñique izquierdo, y voltea lodo cl conjunto (sicie ca r­
ias «n lotai) cara arriba sobre las otras cinco canas de la mano izquierda.
Se verán 1res Ases, pero ahora serán los 1res Asc.s dobles.
Deja estos tres Ases dobles en la zona de la mesa más próxima a li.
12, Voltea las nueve carias rcsiantes, dorso arriba, en tu mano Í7.quicr-
da y extiéndelas cnlre tus manos. Como al azar, dcspreocupaüamenic. deja
caer sobre el As de Picas las carias sexta, séptima y octava de la extensión
(los tres Ases normales). Deja ver, “ al desgaire“ , las caras de las seis car­
tas restantes y voltéalas cara arriba en tu mano izquierda. La situación será
ahora la de la Fig. 5. '

F.jt.5

K4
Mirando a los tres Ases sobre la mesa (los dobles, claro) afirma, para ir
subiendo la curva dramáiica; " L o s ircs Ases llenen que desaparecer..,**
L1. Con lu mano derecha, coge Sos A.scs dobles y ponlos encima de las
canas de tu mano izquierda. Extiende csle paquete enire lus manos y. al vol­
ver a cuadrar las carias cn lu mano izquierda, obtén una separación bajo las
seis cArtaü superiores, manteniendo esta separación con tu meñique i7.quicrdo.
Vas ahor;i a cambiar los ircs Ases dobles por «res cartas indiferentes, pero la
I impresión para el público será c!c que has falíado y de que le llenen *‘C3zado*'.
Añade; **... todavía c.sián aquí...” Con la mano derecha coge, cn posi­
ción de niddic, las sci.'i carias que mantiene separadas tu meñique izquier­
do. Con cl pulgar izquierdo arrastra hacia la izquierda la cana superior de
estas seis (un As) y. sin pausa, píisaia debajo de su paqueie. Haz ahora, con
las cartas de lu mano dcrccha. un “ culcbreo" reducido de seis canas como
tres mostrando, una vez mils. los Ases,., Verás que, las carias que sujetas
cn la palma de la mano izquierda, no te obstaculizan para hacerlo.
14, Coniinúa con drnmaiismo: "... Pero van a desaparecer,”
Cuadra las cartas de lu mano dcrccha sobre las de lu mano izquierda,
pero manién una sep.iración entre los dos paquetes Iniroduciendo. tu meñi­
que derecho, por !a esquina superior dcrccha (Fig. 6). Sin sacar cl meñique
dcrccho. sujeta los dos paquetes cri lu mano derecha cn cogida fliddie.
Icvánialos unos 15 cm. de tu mnno izquierda y lánzalos hacia esta mano
con fuerza. Las ircs cartas inferiores caerán normalmente sobre la mano
izquierda, pero las seis superiores, al encontrarse con ct obstáculo dcl
menique, pivotarán en el aire, dánclo.se la vuelta, y quedando a h vista,
como caria superior dcl paquete. In cara indiferente de una de las cartas
dobles. Exclama iriunralmente que los Ases han desaparecido.

Fip. 6

8.S
El giro es ¡nvisibíc para cl ojo y sólo ncccsila un poco de prílclica. Tras
este pase, cl orden dcl paquete será ahora; caria doble — cara indifcrcnie
hacia arriba— bajo ella, (res cartas indifcrcnies dor.so arriba, a coniinua-
ción, dos canas dobles — cara indifcrcnie hacia’«írriba— y, por último, las
Ires canas restantes.
15. Extiende las nueve canas cara arriba sobre la mesa, pero deja
traslucir al público que lo haces con cierta cautela. Cuando aparezca una
cana de dorso haz como si quisieses ocultarla (no sobreactúes), deienle y
actúa como si algo hubiese ¡do mal. Mira a los espectadores y. con gesto
resignado, acaba de extender las nueve cartas sobre la mesa. Se verán ires
cartas de dorso... Murmura algunas palabras de disculpa.
Los espectadores creerán que esas tres canas son lo.s tres Ases, primero,
porque Jas demás carias se ve claramente que son Indiferentes y, .segundo,
poi la construcción psicológica de esie momento... jfEsián n tu merced,
cuando ellos crccn que tú eres cl que e.<íiá*perdido!! ¡Paradojas!
Sobreponiéndote a ti mismo, cogc estas tres canas de dorso, haz los
gestos de “ aJcico sinuoso" y voltéalas dramálieamentc, una a una, cara
arriba, revelando que los Ases ,se han marchado. Muéstralas clarí-simaincn-
te y déjalas caer ju m o a las otras seis canas sobre la mesa, Coge con tu
mano dcrccha e) As de Picas y. utilizííndolo como pala, voltea triunfalmen-
le las tres cartas que hay sobre él. ¡¡Los tres Ases!!.,,,Termina cl "le m a’'
que introdujiste al comienzo diciendo: “ Los cuatro pájaros, vuelan así
hacia esc lugar todavía no conocido por nadie.”

Com enla rios

Dcl lado de la técnica y de la construcción de la rutina:


1. En primer lugar, observar que, antes de que cada As desaparezca,
se anuncia, incluso repetidamente, su desaparición (ver cl capítulo sobre
“ Conflictos" Vol. I) para que éstas tengan mayor fuerza.
2. En segundo tugar, he tratado de que los Ases desaparezcan lejos de
las restantes cartas d e su paquete. Una vez hecho cl cambio, las rc.siantes
cartas se dejan aparte y, en las manos del mago, sólo quedan cJ supuesto
As o Ases a hacer desaparecer.,. Volvemos a lo de siempre, si una carta
cambia lejos de la baraja es más fuerte que si cambia en medio de otras
canas.
3. En tercer lugar, cl método para llegar a esta posición (As o Ases
lejos de su paquete) es, en cada ocasión, distinto y hay, en cl tercer viaje,
un aparente fado que, como es sabido. .íicmprc aumenta la lénsión del
público y, por consiguiente, e! aplauso ante c! éxito final,
86
4. rinalmcntc, crco que la claridad y economía de movimicnios de las
, rutinas antiguas (los Ases están, no csián y reaparecen) se ha conseguido...
Espero... Yo lo he intentado.
Del lado de la presentación:
Mabrás visio que cl " le m a ” os, cxcepio en su introducción al comienzo
de la rulina y cn la fase final, complelamcnie dc.scriptivo de lo que ocurre,
está centrado, toialmcnte, cn que las desapariciones icngan la mayor fuerza
posible y en cl que cada fase sea muy clara, para cviiar confundir a los
espectadores.
Si a una rulina de csle lipo que, aun tratando de simplincarla, es muy
compleja por la cantidad de vicisitudes que ocurren, se le añadiera un
“ lem a" también complejo y elaborado que lu acompañara consiantcmenie
cn su transcurso, los cspcciadore.s probablemente no conseguirían seguir en
su totalidad la rulina y. si lo consiguiesen, seguro que los efectos Tendrían
mucíiísima menos fuerza mágica al estar preocupado su cerebro en seguir
varias cosas a la vez.
El único " ado rno" de presentación lo es cl "aleteo sinuoso” hectio con
la mano derecha ames de que cada As desaparezca. "Alelco" que recuerda
o sugiere el “ lem a" de los Ases/pájaros voladores que se introdujo al
comienzo de la rutina... pero, que no es expresado verbalracnte, para evitar
' lo que dije más arriba.

87
FAVORITOS
¡CARNIBALES!

Comentario

Csic es cl juc¿;o por cxccieiicin cjiic cjcfn()lific:\ como un «icin.i» ccntu-


plica, ¿qué digo ccniuplic.i?... ¡Muliiplicnl cl cfct'iodc un Jiic “ o.
Mi versión es un pequeño neto que dura cerca de 8 minuto!» .. pero no
lemas, cl público no se aburre... Eslá pl.igadn de .sorpresas, de J2.ip.>; — lanto
visuales como (.le charla— y s<,ibre iodo de magia... que. insisto, csuí reva-
iorizada por la charla del «lema».
Recuerdo que cuando Juan Tamariz me la vio hacer ca sus comienzos
(lo.s de la rutina, no los de Tamariz) me dijo que me sería muy difícil
que dejara de hacerla algún día al público... y efcciívanienic, la ruiin.i os
tan supcrcomcrcial y, sobre todo, me divierte lanío a mí que, aun ahora.
tr.13 citjco años de (cncrla en cl repertorio, muchas voces no piiedn ven­
cer la tentación ilc ponerla entre mis rutinas actuales. Tanto es así, que
en lugar de luchar contra la (c.-itación. lo que he hecho para evitar meca­
nizarme es introducir nuevos delalies y efectos en la rutina... Así es la
vida.

Efcclo

lil mago habla acerca de ui> avión que tccienlcmentc se ha eslrellado en


la selva amazónica y decide e.sccnograrinr lo ocurrido con un mazo de c.ir-
las... Cotí citas construye un avión (¿7) y de él .sallan en paracaídas el p lo­
to, un Rey y una Dama,.. IZti la espesura de la selva les acechan cuatro pér­
fidas criaturas... ¡¡Caníbales! f... que Icis capturan y los colocan sobre la
piedra de .sacrificio. Los Caníbales — siempre hambrientos— se coinet. al
<51
piloto, a la Dama la asan primero —se les pasa un poco— y luego se J.i, se
iü... ¡se l3 comen, vamos! y dcl Rey lan solo dejan los bigotes.,. ^
En ci fragor dcl fcsiín, a un caníbal se le cae un diente y a olro le cin liipo.
Pero no satisfechos todavía, deciden comerse a algunos lurislas que pasaban
por allí (un paquete de carias)... Y las reducen de lamano... ¡eran caníbaic.s jiba­
ros!... Desgraciadamcnie, la bula se paga y a nue.siros antropófagos an»igos les
salen unas terribles úlceras. Como sorpresa final se de.sctrbrc que el mago es
uno de .iqueilos taimados caníbales... pero que, por fortuna para cl público, aho­
ra es vegetariano y sólo come... ficchugas!,.. hechas aparecer mágicamcnic.

Klcmcnlos

1. Una baraja normal, ,


2. Uno': bigotes de bioma de lamafio inferior al de una carta.
3. Una Dama de conzones duplicada de la de i,i baraja y mauchada
de marrón y negro, como si hubiese sido «chamuscada», Puede.s cham us­
carla de verdad con un mechero.... ,
4. Un sieic de tréboles también duplicado, al que se ic ha dibujado un
«Hip. Hip, Hip» en su cara y se le ha cortado ligeramente una esquina (Fig. !).

t ig . I

92
5. Ün siete, un ocho, un nueve y un diez de tréboles duplicados (cn cl
CASO dcl siete de tréboles, triplicado) y n los que se Ies han hecho diversas
y variadas perforaciones («úlceras«). Al siclc también se te dibujan restos
de «Hip, Hip, Hip» similares a los dcl otro siete.
6. Una ca n a cargador.— Procede así para fabricarla: coge una carta,
por ejemplo un nueve de rombos, y ponic encima de su dorso, transver-
salmenic, una carta liüput, de forma que coincida un lado largo de la
caria líllpm con un lado corto dcl nueve de rombos. A partir dcl punto
donde termina la liüput, mide dos milímeiros y, a partir de ahí, dale al
dorso dcl nueve de rombos un pegamento de contacto que sea «fucrtcci-
lio.»
Toma la caria indiferente (tamaño normal) y pega la cara de esta cana
sobre cl dorso dcl nueve de rombo.s. de forma que quede un escalón {espa­
cio libre) de aproximadamente un mílímciro de una a la otra. Rsic escalón
debe estar hecho de forma que la cana indiferente sobresalga dcl nueve de
rombos por cl lado donde éste tiene cl pegamento (Pig. 2).

7. Siclc II ocho canas liüput de un tamaño tal que la longíiiKl de su


lado largo sea igual a la longitud dcl lado corto de tas cart.ns de nuestra
baraja (fas «Bicyclc Poker Sizc» y Ja <rBicycle Liliput» cumplen dicha
condición),
Por supuesto, cl color dcl dorso de estas cartas «liliput» debe ser el mis­
mo que cl de la baraja que vayamo.<: a usar, y una de ellas tiene que ser igual
a la cana de la cara de la cana carpador... tín nuestro caso un nueve de rom­
bos. También esta carta tiene dibujada cn su dorso una muela odíente.
' 8. Una hortaliza de esponja o. en su defecto, de plástico, que sea
empalmablc (si quieres, puede ser real, pero es rrtás incordio).
9. Cers (de mago o la m.^s vulp.ir de oídos).
93
P reparación

Con la baraja dorso arriba y de arriba hacia abajo: J de tréboles, K de


corazones, Q de corazones, Q de corazones «chamuscada», dos icrcios de
ta baraja con el 7 de IrCbolcs, 8 de iréboles. 9 de tréboles y 10 de tréboles
normales repartidos cara arriba entre olla. 10 de corazones, carta cargador
con las cartas lilipul sujetas en su interior, de forma que queden en cl lado
de la baraja más próxima al mago, tO de rombos vuelto cara arriba, siete
cartas indiferentes, 7 de tréboles con el «Hip, Hip, Hip» pintido y con cl
bigote adherido con cera en su cara, carta indiferente, 7, 8, 9 y 10 de trébo­
les agujereados, carta indiferente.
Como la baraja te quedará un tanto gruesa, quita algunas canas indife­
rentes, las sufictcnics como para que la baraja tc quepa en cl csiuchc.
Sobre la forma de introducir las cartas liliput en la caria cargador, hnxlo
introduciéndolas, evidentemente, en cl espacio libre entre las dos canas
pegadas que la conforman y hazlo también de manera que c! lado largo de
las «liliput» coincida con cl lado cono del nueve de corazones. Ten en
cuenta, por supuesto, que si la cana cargador está cara arriba, e l b s también
deben estar cara arriba. Si todo está bien, las canas «liliput» quedan'm per­
fectamente encajadas en su cargador.
La hortaliza y el diiinle colócalos en un lugar fácilmente accesible para
ti, en algún cargador, regazo, etc... Estás listo para comenzar.

Realización

1. Sfguram enie muchos de vosotros habréis leído estos lUtinios días


*Io del Avión»... (¿?)... ¿No os habéis enterado de! accidente aéreo en c¡
Amazonas?... Un avión que se ha estrellado en h selva y no se ha
encontrado ni rastro d ef piloto ni de los dos pasajeros que iban con ¿I?...
— Aquí alguien puede que se aventure a decir que sí sabe dcl asunto, en
cuyo caso le contestas... ¿Sí? Pues cuenta porque yo no tenia ni idea. O
bien, que nadie diga nada con lo cual tá exclamas... ~ ¿ N o ? bueno, no
importa.,. Yo estaba po r allí, pasaba cerca y os lo voy a contar.
2. Para que todo sea más visual voy a escenograftar la historia con
este mazo de canas.
Saca la baraja del csiuchc. Deja el estudie aparte y di señalando a la
baraja: Evidentemente esto no es un avión, pero .íi se mezcla asf... Con la
mano izquierda cona cl tercio inferior de ta baraja (donde están la can a
cargador, cl bigote y las carias agujereadas) y déjalo en cl lado izquierdo
de la mesa. Usando cl paquele que ha quedado en lu mano dcrccha,
94
imbrica ahora sus dos icrcios inferiores con su tercio superior en una
mezcla «faro siradle» (cl pacjuclc grande de la mano dcrccha abarca al
pequeño de la mano izquierda) (no hace falta que la «faro» sea pcrfccia).
EnUcmczlca (os dos paquetes hasta un tercio de su longitud y continúa:
Esto ya se parece más a un avión, y si se hace así...
Gira cl paquete de la mano izquierda 45® hacia la dcrccha, con lo que
los dos paquetes quedarán imbricados por una esquina solamente formando
ángulo recto. Deja cl conjunto sujeto sólo por tu mano dcrccha como cn la
Fig. 3 y termina la frase; „.Esto ya es itn perfecto avión.,, ias olas... el
motor... las hélices..., o sea todo! Finge notar caras de cxtrañeza entre los
espectadores y añade: ... Dueño,,., he de advertir que éste es un ju e^o de
mucha imaginación...

ng.3

3. Continiia: El avión despegó del aeropuerto brasileño de


«Mapacá». ¿ ‘A que no sabéis hacia dónde se dirigía? Alguien dirá que a
«Mapayá», respóndele: Aah... lambién estabas tu allí en la selva, ¿eh?
Con la mano dcrccha mueve la baraja/avión de dcrccha a izquierda por
encima dcl tapete simulando el imaginario vuelo de «Mapacái» a
«Mapayá», y prosigue; ... pero en io más profundo del océano verde ama­
zónico,' los motores comentaron a fallar... — Haz con iu mano derecha
pequeños movimientos, haciendo vibrar a los dos paquetes imbricados—
... y el piloto y los dos pasajeros, un Jack, tin Rey y una Dama, tuvieron
que sallar en paracaídas.
Haz ahora ia aparición de Paul Le Paul (Vid. ^Thc Card Magie of Le
Paul») moviendo tu mano dcrccha de arriba hacia abajo con una ligera
sacudida ircs vcccs y provocando que las tres cartas superiores del paquete
95
«en voladizo» de los dos que sujetas en dicha mano salgan disparadas ale*
rri 7.ando sobre la ntcsa... Serán la J de tréboles, la K de corazones y la Q de
corazones. ,
Si quieres un «gag» adicional haz que la tercera carta se salga de la
mesa y caiga al suelo «accidenlalnricntc». Espera a que aiguieri [a recoja y
di; Uno de eUos cayó en uno profunda simo pero un nativo que pasaba por
úUÍ lo rescató y le ayudó a salir..
Deja las tres cartas recién aparecidas cara arriba sobre la mesa.
4. Con ta mano izquierda, extirpa cl paquete dcl que han «saltado» las
tres cartas y ponlo sobre ei que sujeta la mano derecha. Este paquete resultan­
te coldcalo sobre el que dejaste al comienzo en cl lado izquierdo de la me<;a.
Explica refiriéndote a la Jota, al Rey y a la Dama: Sslos son los proto'
gonistas de nuestra historia. Como protagonistus que son. lienett unas
características peculiares-,. Este era el piloto (J de tréboles), «un lipo
duro»fam oso y conocido... Coge la J de' tréboles. Señala una de las «cspa-
ditas» dibujadas en su superficie y vuélvela a dejar sobre la mesa mientras
añades: por su gran y enorme cuchillo (di con énfasis lo de «gran» y
«fcnonmci»). Vuelve a dejar la Jota sobre la mesa.
...él era un Rey exiliado (K de corazones), famoso y conocido por sus
grandes y enormes bigotes,., (también enfatiza lo de «grandes» y «enor­
mes»). Coge la K de corazones, señala sus bigotes y deposítala de nuevo
sobre la mesa.
. ..y ella era ¡a amante (Q de corazones) del Rey, una m ujer fa m o sa y
conocida p o r sus grandes y enormes... Coge la Dama, con la mano derc­
cha, esboza, sin llegara terminarlo, un gesto de prominentes curvas y con­
cluye; ¡Era nuiy fam osa también!
Fero en la selva, acechan miles de peligros y Agazapados en la espesu­
ra. les esperaban...¡Caníbales!
Extiende entre tus manos los dos tercias superiores de Ja baraja dorso
arriba, con lo que se verán las cuatro cartas de tréboles que tenías vueltas
(cuidado, que no se vea el 10 de rombos) y a la vez di: ¿No sé si se ven?...
Eran cuatro...
Comienza a dejar cara arriba sobre la mesa cl 7, cl 8, el 9 y cl lÜ de tré­
boles diciendo, cada vez que dejas a uno. un adjetivo: ... pérfidos, m alévo­
los, salvajes y sobre lodo... — Pausa antes de dejare! último— ...¡libidino­
sos caníbales!
6. Antes de continuar, una advertencia: Tanto en cslc paso, com o en el
transcurso de la rutina, procura ir cubriendo con los dedos — unas veces de
tu mano derecha y otras de tu mano izquierda— los pequetlos vacíos o
impcrf«cciones que se puedan advertir en los costados de la baraja debido
al grosor de (a «cana cargador» y de los bigotes. Prosigamos.
96
Cuadra la baraja cn lu mano izquierda obteniendo, üI hacerlo, una sepa­
ración con <u pulgar dcrccho bajo ia carta superior. Mantén esta separación
con lu meñique izquierdo.
Con tu mano dcrccha coge de una cn una y cara arriba a la Dama, al Rey
y a la Jota, de forma que la Dama sea la superior de las tres y la Jola la infe­
rior. Di: Los caníbales los capturaron y decidieron ponerlos sobre la piedra
dcl sacn'pcio... Señala hai^ta la baraja, haz una pausa y pronuncia con gra­
vedad: no cabía la menor duda que se ¡os iban a pasar por la piedra.
Pon las tres cartas de tu mano dcrccha sobre cl lomo de la baraja y cuá­
dralas añadiendo, bajo ellas, la carta que tenía separada cl meñique (Q de
corazones «chamuscada»). Sujeta ahora cslc paquete de cuatro canas cn tu
mano derecha cn la cogida de «Biddle», con cl pulgar izquierdo arrastra
hacia la izquierda a la Dama y, usando las oirás cartas de !a mano dcrccha,
voltéala cara abajo sobre cl resto de la baraja que sujetas cn tu mano
izquierda. Di: Pusieron a la Dama...
Pon las iics cartas de lu mano dcrccha encima del mazo, coge cl Rey y
ddjalo cara arriba en cl lado dcrecJio de la mesa. Continúa; ... Fl Rey no les
f>ustó demasiado y lo dejaron aparte...
Te habrá quedado, después de estas accioacs, la Jola cara arriba sobre la
baraja, señala hacia ella con tu mano derecha y at'iade: ... v pusieron al
piloto. Deja la baraja cn cl lado izquierdo de la mesa.
7. Coge cl 7, 8, 9 y 10 de tréboles y sujétalos dorso arriba cn lu mano
dcrccha como cn la Fig. 4. Posición clásica de las rutinas de caníbales... es

Fír.4

decir, sujela en la mano dcrccha a las cuatro cartas cn la posición de


.«Biddle» y, ayudándote con la mano izquierda, separa las dos canas supe­
riores de las dos inferiores de forma que, al acercar los dedos derechos
hacia cl pulgar, las dos cartas superiores se comben hacia aaiba y las dos
irfcriorcs hacia abajo,
97
Micmras lo haccs, explica; Los caníhaics oslaban hamhrierlos. a sí que
se prepararon... mandíbula superior, mandfhuia inferior... que juntas fo r ­
maban su... ¡hoca!
Apricia y afloja lus dedos dcrcchos sobre las cartas abriendo y cerrando
así la abertura de ís tás y, a la vez, emite con tu boca un ruidillo como de
masticar. Este ruidillo lo harás durante toda la rutina cadn vez que los
«caníbales» vayan a «zamparse» alguna carta y será una cspccic de «run-
ning-sound» (¿?) cn el transcurso de ésta. ■
8. Con la mano izquierda, coge la baraja de In mesa y sujél^ila cn In
posición normal de repartir. Con ayuda de las cartas de la mano dcrccha,
volica la Jola de picas dorso arriba c introdúfcla en cl ccniro de la «boca»
pero dejando que asome alguna de sus esquinas. Di: Se abalanzaron sobre
el piioio, ¡o cogieron, io masticaron, io deglutieron y...
Deja la baraja en el lado izquierdo de la mesa, termina de introducir
por completo la Jota entre las cartas de iríboles y cuadra este paquete de
cinco cartas dejándolo despaciosa y claramente sobre la p a lm a 'd e lu
mano izquierda con los dedos bien extendidos (no vaya a ser que los
espectadores piensen una maniobra sucia por lu parte en estos momen­
tos),
Sigue: Y se lo comieron... a l poco rato, ya no quedaba ni rastro de él.
Coge el paquete de caníbales y haz un «culebreo» de cinco como cuatro
por los dorsos. Cuadra, voltea cl paquete y haz otro «culebreo» cartas arri­
ba— pero no llegues a cuadrar las cartas, déjalas extendidas cn los dedos
de ia mano izquierda (Fig, 5) y haz ahora eslc manejo mío que enseña cla-

Fie.J

ramentc que la cana ha desaparecido (es un manejo que. además permite


98
que la rutina pueda ser hccha para grupos grandes debido a su «verticali­
dad»; recordad «Agua y Acciie»).
9. Es una variante dcl «culebreo» de Ascanio, que por supuesto, pue­
de ser utilizado en oirás rutinas y que yo he dado en llamar «culebreo
Moebius» por sus giros y porque aj terminarlo todo queda en cl mismo
orden listo para ser hecho de nuevo si se quiere. Asi pues, has hecho un
«culcbrco» caras arriba, pero no has llegado a cuadrarlo y tas cartas están
como en la Fig. 5.
Y ístos que siguen son los giros que constituyen cl «culebreo
Moebius»;
Primera carta. Con la mano derecha dorso arriba cogc cl grupo doble por
su costado derecho, pulgar por debajo y dedos por encima, y gira .ihora tu
mano derecha de forma que cl grupo doble quede cara hacia los espectadores.
Segunda ,carta. Gira tu mano izquierda hacia tí haciendo que sus cartas
giren aproximadamenie 180’ para que queden de dorso hacia los especia-
dorcs (Fig. 6) y, con la mano dcrccha, cogc la carta más a la derecha de las

Fif 6

ircs de mano izquierda, de forma que ésia quede por delante de la que ya
sujeiaba la mano dcrccha (grupo doble).
Tercera caria. Gira de nuevo la mano izquierda palma hacia arriba (sus
carias quedarán cara arriba) y a la vez la mano dcrccha palma hacia abajo
(sus canas quedarán también cara arriba). Con la mano dcrccha. cogc la
cana más a la dcrccha de las dos de la mano izquierda, sujetándola debajo
de las dos que acabas de pasar. .
Cuarta carta. Gira la mano dcrccha dorso hacia los espectadores (cara
de liis cartas también hacia cl público), y a la vez «snapea» la carta que
queda en In mano izquierda, de forma que quede c,ira hncia los especiado·
99
res pinzada entre cl fndic« y cl mayor izquierdos (Fig, 7), y pásala a la
mano derecha sujciándoia de forma que quede como carta posterior (la más
cercana a (i) de las cuatro (cinco).

rig .7

Si ahora volteas cl paqucic cara arriba sobre ia mano izquierda csiás


preparado para empezar de nuevo.
10, Mientras haccs este manejo di: Nada, ni por aquí, tfi por aquí...
ni po r aquí. Haz una pausa para que cl efecto sea asimilado y continOa;
l*ero los caníbales seguían hambrientos, y además de hambre digestivo
lenían hambre.,, (pausa),,, ¡pasaban mucho hambie!... ¡la selva es muy
sólita ría f
A la vez que dices csla brom^, voltea el paquele dorsos arriba y hnz
olro «culebreo»; pero esta vez. al cuadrar, pasa el grupo doble debajo d^
ias Ciras (res canas y sujela las cinco cartas en tu mano dcrccha cn la cogi­
da de «Biddle» manteniendo con tu pulgar dcrccho una separación entre cl
grupo doble que acabas de bajar y las tres cartas superiores.
11. Di con «retintín»; como tenían a la Danta, decidieron hacer
-algo»... Coge la baraja dorso arriba en lu mano izquierda cn la posición de
dar y haz el «doble lifl dcl saltito» — bien con «monal» o sin «mortal»—
(ver «Doble lift económico... y más»), con lo que te quedará encima de la
baraja la Dama de corazones cara arriba y. bajo ella, la Dama de corazones
«chamuscada» también cara arriba. Observa, que está Justificado cl haccr cl
«doble lifl» a una mano al tener la otra mano ocupada: si no te nireves con
este «doble» basia que; dejes las cartas de lu mano dcrccha en la mesa, y
después de haccr un «doble lift» convencional volver a cogerlas,., pero ojo,
recuperando la separación, que debe mantcnci lu pulgar dcrccha,
100
Pide a «n especlador que loque la superficie de ia Dama de corazones y
prcgilnlale si eslá «bien»... Generalmente, cl espectador responderá que
' sí... dile; Bueno yo. p eto no m e refería o eso... quiero decir si lo carta ea
normal, si no ficne nada especial..., aparte de fo que tü y yo sahcmos...
Tu especlador víctima contestará que todo es corrccto, asf que continúa;
Los caníbales se dieron cuenta que estaba fr ía y decidieron calentarla...
Pausa, mira a los espectadores con gesto réprobo y añade; ... en la hoguera
del campamento, se entiende.
' Vuelve a hacer el «doble lift con saltilo» para que la(s) caria(s} queden
dorso arriba sobre la baraja y, con cí pulgar izquierdo, empuja la carta
superior de la baraja (Dama de corazones «cliamuscada») poniéndola cnci-
niíi de las cartas que sujeta la mano dcrccha como en la Fij. 8.

Fi?.8

Continúa; Pero h s ía nílw lcs íin-ieroti un prohlema... porque a! calen­


tarla nuicho.... Haz unos giros liorizoniales con tu mano derccha sobre el
lapetc, simulando asar a la Dama y. sin detenerte, voltéala cara arriba sobre
la baraja. Al mismo tiempo que los espectadores vean cl «cueste» de la
Reina de corazones di; ... ¿Se les pasó v les quedó chamuscada! Pausa para
que lo.<i espectadores rían y vean bien la carta quemada.
12. Con la ayuda de las cartas de la mano derecha, voltea la Dama dor­
.so arriba sobre ct mazo y, al mismo tiempo, deja caer sobre ella («descargai»)
las dos cartas que mantenía seperadas cl pulgar dcrccho. Este es cl antiguo,
pero muy engañoso «drop switch» en cl que, para los espectadores, lo único
que ocurre es que In Dama se voltea dorso arriba. Di; Pero ellos tenían honi-
bre... que, a pesar de todo, decidieron contérscla.
m
Sin soltar la baraja de la mano izquierda, ayuda con el pulgar izquierdo
a abrir la «boca» de las carias (aliora solamcnic tres) de la mano dcrccha.
Una vez abierta, haz Jos íuiditos de masticar y. con cl pulgar izquierdo,
empuja la carta superior de la baraja (una carta de tréboles) hacia la dcrc­
cha e introdúcela en la «boca», pero tan sólo a medias.
Deja la baraja en el lado izquierdo de la mesa y con la ahora libre .mano
izquierda, termina de introducir la supuesta Dama cn las fauces de Jos
caníbales. Al hacerlo, finge que te has manchado un dedo con el tizne de la
Reina (detalle psicológico que reforzará más tarde eJ efecto de la desapari­
ción de ésta). Explica: Los caníbales la cogieron, la masficaron. la deglu-
ticron... se mancharon... y ¡se ta comieron!
13. Cuadra las canas ciaramenle y déjalas sobre la mesa o sobre la
palma de tu mano izquierda. Haz una pausa y di: al poco rato, tampoco
quedaba ni rastra de ella. ,
Repite las acciones de enseñada que hiciste aniehormente para la iota,
sólo que ahora, ai icrminarlas, puedes dejar caer las canas displicentemen­
te sobre la mesa y darlas a examinar a algún espectador próximo. Di:
¡Nada! N i po r aquí, ni por aqui... ni p or aquí. Y me gustaría que usted
mismo lo comprobase...
14. Continúa: Fero su voracidad y glotonería no tenía límites, y deci­
dieron comerse al Rey, Coge cl Rey de corazones de la mesa y dalo a exa­
minar a una señoriia. Pregúntale si es un Rey de carne dura. Ella te respon­
derá generalmcnie que sf. Pregúntale de liucvo: ¿Y cómo lo ¡tas notado?
Mientras ella examina cl Rey y tú haces la broma, coge la baraja cn la
mano izquierda y corta por la esquina cortada'dcl siete de tréboles «Hip».
subiendo así las siete cartas inferiores de abajo a arriba de la baraja.
Toma cl Rey de corazones de manos de lu. sufrida espectadora y ponlo
encima de la baraja que sujetas en la posición normal de repartir la mano
izquierda. Cuadra cl mazo y, aJ hacerlo, obtén una separación bajo las dos
carias superiores (Rey y siete de tréboles «Hip» con c) bigote’adherido)
manleniéndola con tu meñique izquierdo. La separación será muy fácil de
obtener debido a la abertura natural que habrá gracias al grosor dcl bigote.
15. Recupera las cartas caníbales y sujétalas dorso arriba cn tu mano
derecha en la posición de «boca abierta», teniendo cn cucnia que cl siete
de tréboles sea la segunda carta por abajo,,, luego verás por qué.
Con lu pulgar y anular izquierdos haz un empuje lateral (la «ola» por
ejemplo) desplazando las dos cartas superiores de la baraja (más el bigote)
hacia Ja derecha, c introduciéndolas cara arriba en la «boca»... pero ¡ojol
no completamente. Di: La sangre azul daría un lono de color en aquel
sangriento festín.
Deja la baraja esta vez cn cl ccniro de la mesa y con sus lados cortas
102
paralelos al borde de ésta. Coniinúa: De modo que lo masficarou, lo... <tlt.
, pero recordad que el Rey era fam oso po r .<¡u grandes y enormes mostachos,
a s í que...
C on la mano izquierda termina de introduciré! Rey {más cl siete de trc-
boles «Hip» y cl bigote) cnlre las canas canfbalcs y, sin pararle, haz un
«culebreo» dorsos arriba de seis como cuatro despegando a la vez, con lus
dedos izquierdos, cl bigote dcl siete de Ireboies «Hip». Haz que el mosta­
cho aparezca de entre las cuaíro cartas cáníbales y termina tu frase: ... se lo
comieron, pero dejaron de recuerdo el bigote (Fig. 9).

Rf.9

Haz una pausa y deja que cl bigote caiga sobre la mesa. No fallarán
manos que irán a cogerlo. Mientras, cuadra las cartas, vollíaias cara arriba
y haz otro «culcbrco» mostrando ias caras de estas cuatro cartas de trébo­
les... pero sin llegar a cuddrarla.s.
i6. Dt: Pero uno de los caníbales se quedó un poco - empachado»...
Quédate con cl gnipo triple dcl «culcbrco» en tu mano derocha y. ayudán­
dote con él, voltea dorso arriba sobre la palma de la mano iz<ju»crda los
oíros tres «caníbales». Sin pararle, dcposila cl grupo triple cara arriba sobre
las tres cartas de la mano izquierda. El orden será aliora: Siete de tréboles
cara arriba, bajo él cl sicie de tréboles «Hip» también cara arriba, Rey de
corazones cara abajo y las otras tres canas de tréboles también cara abajo.
Coniinúa; ... y le dio hipo... mira es éste... Señala al siete de Tréboles.
Haz un «doble lifl» cogiendo juntos, con lu mano dcrccha. el siete de tré­
boles normal y cl sícic de tréboles «Hip» y voltéalos cara abajo sobre fas
canas de ta mano izquierda. Coge ahora con la mano dcrccha sólo la carta
superior (siete de Tréboles «Hip») y pregunta: .. ¿No se io iwias?
Haz algunos ruidillos golpeando tus dedos derechos contra la carta... pero
(sin llegar a dejar ver su cara). Repite: ¿scgmo que no se lo notas^ Muestra la
cara dcl siete de tréboles «Hip» y exclama: ¡Pero si Jo dice bien claro!
103
17. Haz la pausa habUuaf para las risas y para que se asimile cl efcc­
lo, y deja caer, cara arriba, cl siete de trdbolcs «Hip» sobre las carias dc la
mano izquierda. Cuadra la canas en la mano izquierda y, al hacerlo, oblén
una separación bajo las ircs cartas superiores con tu pulgar derecho.
Vas ahora a extender las cartas caníbales cara arriba sobre la mesa pero
como la baraja está en cl medio y tc molesta, no vas a icner más remedio
que apañarla y, mira por dónde, vas 3 deshacerle en cl transcurso dc la
maniobra dcl siete dc tréboles normal y del Rey dc corazones. Procede así:
Con lu mano dcrccha, sujeta en cogida dc «Biddle» las tres c a n as superio­
res dcl paquete dc la mano izquierda (fácil gracias a la separación que
manienías bajo ellas) y ponías encima de la baraja. Sujeta ahora todo cl
mazo con tu mano derecha y desplázalo sobre la mesa hacia atrás, dejandq
espacio para que ia mano izquierda vollce sus cartas cara arriba y las
esparza sobre cl centro dcl lapeie. La níano dcrccha, una vez apañado el
mazo, regresa sin pausa al centro de la mesa pero llevando consigo lan
sólo cl siete dc tréboles «Hip» (cl siete dc tréboles'y el Rey de corazones
qucd:in abandonados encima dc la baraja), y lo deja caer también sobre cl
tapete junto a sus otras tres compañeras de tréboles.
Durante cl transcurso dc estas acciones, anuncia; A pesar de iodo, ellos
seguían honihrie/iios y decidieron comerse a unos cuantos lurisias (fue
pejsolfan por allí cerca.
18. Toma la baraja dc la mesa y sujétala en (u mano izquierda en la
posición normal dc repanir. Con la mano dcrccha. cogc la dos cartas supe­
riores juntas y, sin darle importancia, piérdelas sin mostralas (son cl siete y
cl Rey) por cl centro del mazo. Vollca ahora la baraja cara arriba en tu
mano izquierda, pero dc forma que las cartas liliput estén en el extremo de
la baraja más alejado dc ti.
Gracias a que la carta cargador es ligeramente más larga que las demás,
obtén con el pulgar derecho una separación bajo ella y mantén csia separa­
ción con tu meñique izquierdo. Extiende entre lus manos las seis carias
superiores dc la baraja mostrando sus caras y, a la vez. comenta: Eron gen­
tes. gentes de a pie, gentes corrientes.., fojo, no dejes que se vea cl diez
de rombos vuelto que está en octava posición). '
Cuadra estas seis canas y voltea dorso arriba lodo cl paquete que está
por encima de la separación (se verá un diez rojo encima dcl mazo). Sin
pararle, empuja la carta cargador con sus carlitas en su interior hacia adelan­
te, dejándola sobresalir por la parle externa sobre el reslo dc mazo. (Fig, 10).
Se seguirá viendo por debajo de la carta cargador un diez rojo, lo que refor­
zará l3 idea de que has cogido cl paquete de cartas cualesquiera que acaba-
104
jDas de mostrar. Procura quc los dcdo.s izquierdos cubran la falla de grosor cn
la mitad más próxima a tí de la carta cargador.

Fig. IO

Fig. \ I

Fig. 12

105
19 Con tit maní") ticrcchn. cogc caras arriba las cartas «coníbnlcs» dc
h mL·^a y sujctulas en la pü>;ic¡óti de conicr con In «boca abierta». I!a/. los
niidiios dc rigor c iniroduce la cana cargador cii la «boca» pero, comtj
siempre, sin lieg'ar a iniroduciria dcl lodo y, en este caso, dejando asomar
la pane más «abultada» dc la cana-cargador. Di: hos caníbales los cosíie-
ron. los matiraron ...
Sin .soiiar la baraja dc la mano izquierda, sujeta un niomcmo con cl pul­
gar y lo··, dedo.·; izquierdos cl conjiinU) de carias dc la mano dcrccha, dc
íorma que ahora, csia mano, pueda hacer dos cosas: primero volienr este
íjnipo rio Ciirias «caníbales» más la carta cargador para hacer que lo.s «c.iní-
halcs·' queden cara abajo y la cana carí’ador, asomando entre ellos, cara
arriba; y sc<íufulo. cambiar su cogida pasando a sujetar a e.sias cartas eti la
posición, dc dedos por debajo. Y pulg;)r por encima. Observa que, por
delanic, los espectadores pueden vcrel grosor del paquete que suponen vn
a ser comido y el único ánjíulo malo, que es cl dc la c-^quina inferior dere­
cha, csi.i cubierto por ia palma dc la mano dcrccha.
Observa: Ah. p a o recordar que los caníbales <ic¡ Am azonas son ta m ­
bién .. ¡Jibaros! Mientras dices esto, con la inisma m ano izquierda vol­
tea rípidam cnic la baraja dorso arriba {fácil introtlucicndo cl puigar
debajo <le! mazo y empujándolo hacia arriba para que caiya diulo la
vuelta sobre cl resto de los dedos izq\iierdos). El jjulgar izquierdo, cuen­
ta soltándolas por su esquina superior izquierda y, con cinco cartas y las
empuja ligeramente hacia la dcrccha dc forma que, estas cinco canas
(una indií'crcntc y las cuatro agujereadas) sobresalgan por el costado
derecho dcl mazo.
20. Una vez hecho todo esto, que en la práctica c<> breve, deja la bara­
ja en cl lado izquierdo de la mesa (ojo, manicnicndo la sobrcsalciicia late­
ral) para que, en cuanto pronuncies la palabra «jíbaros«, puedas acudir con
tu mano izquierda a ayudar a la mano dcrccha a cuadrar sus cartas.
Así que, cuadra las carias terminando dc introducir la carta cargador en
las fauces dc los «caníbales» y, sin detenerte, con tus dedos derechos
«riflca» (hojea) a este paquete dc canas por su extremo cono exterior, con
lo que las canas pequeñas saUir.ln despedidas dcl interior dc la cana carga­
dor esparciéndose sobre la mesa y haciendo así su aparición. Exclama:
...|Con lo que las redujeron dc tamarlol ¡Pequcñajas!
Haz una pausa y esparce las canas chiquititas sobre cl lapeíc para que
se vean bien. Con cl paquete dc canas que ha quedado en tu mano izquier­
da, haz un «cvilcbrco» ocultando la carta cargador, cuadra, voltéalo caras
arriba y haz otro 'fculcbrco« por Us caras... aunque, he dc advertirte, que
casi nadie mirará porque iodos estarán «loqucteandoM las cartas «lili­
pul»... pero en fin, hazlo p.ira sati.sfacción propia. Cu:idra las cnrtas. vucl-
106
ve a voltearlas dorso arriba y siijcialns cn ui iiiano derecha cn cogida de
' «Bíddlc»>.
21. Con la mano izquierda coge la baraja de la incsn pero obicniendo.
gracias íi) escalón dejado antes, una separación con tu meñique izquierdo
bajo las cinco cartas superiores. Di: alguiia de csias carttn, por ejemplo
éxfa, {¡uarda el recuerdo de ci/am/o los caníbales le "Jiincoro/i el dietue"
Señala liacin cl nueve Oc corazones.
Vas ahora a voltear cl nueve de corazottcs dorso arriba para que se vea
cl dienie dibujado pero, al hacerlo, vas a cjccutar cl «ciifilc al tiempo»
' cambiando las cartas de tu mano dcrccha por las cuatro canas de Trcboics
agujereadas c|ue tiene separadas iii nicfiiquc izquierdo, Atin(¡ue cn este
caso, es un «enfile al tiempo» con una pequeña variante puesto que hay
una carta itidifercnlc que cubre a las cuatro cartas «-ulceradas» (para la lec-
nica dcl «enfile al tiempo» ver jucno "Suit Aparition»'.
Así pues, centra la aicnción sobre cl nueve de corazores y crca suspen­
se cn torno a el. Prcguiiia: ¿No os i>iiO};ituns i¡ii¿ clase de rrciterdo?
Utilizando las canas de la mano dcrccha ccnio pala, voltea el nuevo de
corazones dor.so arriba viéndose, así, cl dicnic pintado en .su dorso.
Aprovechando la sorpresa de esta revelación, haz cl enfile, pero rcicnienJo
con el pulgar izquierdo la cana superior de la baraja y dejando resbalar
bajo ella hacia la derecha las canas con agujeros (fácil, pracias a que, cn el
comienzo del enfile, la baraja c.stíi casi perpendicular a la mesa y a que !os
dedos i;^quierdos también pueden ayudarte en el movimiento empujándolas
y haciendo que sobresalgan por cl costado dcrccho de la baraja). De for­
ma que, aliora, la mano Ocrccha deposita sus canas sobre la carta que
retiene cl pulgar izquierdo y cojic las agujereadas pracias a su sobre<a-
Icncia liitcral.
Una vez hecho cl enfile, la mano izquierda deja la baraja bien apartada
cn cl lado izquierdo de la me^a (cuanto más Icjc’s este, más fuerte será esta
transformación final).
22. Cuando los c.spectadorcs hayan visto cl ditrtte. narra con aire
melancólico: pero la liisioria tiene un fn w l iris/c ... (mientras hablas, gesti­
cula ligeramente con tu tnano dcrcclui para que los espectadores no lleguen
a apreciar los agujeros de las canas) ... porque el dcst'iifre/m ‘^cítrnol·· de
los «raniboíes« {uvo fu s co/aertiencio.'í .. ¡Les sahcron iotas leriihies lílcc-
ras! Muestra las perforaciones de las cuatro carta.s colgándolas incluso de
tus dedos (Fig. 13).
23. Tras la pausa cósica, recoge las cartas cn tu mano derecha y
cxclarnii: Ali. se me olvidó dcrir que los '‘coníhtih's- no c>'on euatro... erou
cinco... Os prc^toitnrn^ que ocurrió ron rl quinfo caitilutl... 1‘ues bien, el
qiiinlo rom ba l fue el úniro que .<¡obre\ ivió. y todriviii citctuo cafo lo.^rorio a
107
lodoí h s que quieren escucharte. Di csio con un cieno looo solemne y
recurre a lus doics htstriónicas para poner algunas «caras» acordes con lu
revelación.
24, Haz olra pausa y, aprovechando las risas que provocará lu frase
anierior, carga con tu mano izquierda la horlallrd. Pasa las carta?; dc tu
mano derecha a (u mano izquierda poniéndolas encima dc la horlatiza y
hazla aparecer extrayéndola con tu mano derecha a travé.s dc los agujaros
de las canas «ulceradas». -
Continúa: Pero no os preocupéis, porque ahora soy vegciariano.
Simula morder cl repollo, y añade mirando a una bella chica; ... Pero sólo
en el plano gastronómico...
Haz un guiño y haz tu salida (ornando tu.s merecidos aplausos.

C om entarios a posteriori:

1. El dejar ver la esquina de las canas que van a ser comidas es para
que quede muy claro, en la mente de los especiadores, que las cartas real­
mente se introducen en la «boca». A pariir dc esc momcnlo lodas las
accioncs también han de ser muy claras, puesto que la cana va a desapare­
cer y hay que preservar este eíccio dc cualquier acción — gcsiual o ver­
bal— que lo ensucie. El hacer movimientos superfluos con las manos
podría inducir a los espectadores a pensar que has sacado la cana habilido­
samente del interior de los «caníbales» y el introducir bromas en cslc
momento también estropearía el efecto. ‘
2. El tema dc las bromas ctt esta rutina es especialmente dcMcado, Por

IOS
ejemplo, cn cl caso de la d jm a chamuscada es convcnicnic que lodas tas
bromas se hagan antes de que la dama cst¿ dorso arriba. A panir de csc
^momento, y hasta que la dama vuelva a quedar cara arriba es convcnicnic
que trarjscurra cl menor (icmpo posible para que c) e fe o o no .<:c «dcscafcí-
nc» y eludir asf cl ccmiblc «paréntesis aniicontraslc» («Ascanio dixit»),
3. El que recalque durante (oda la rutina, que la baraja se encuentra en
el lado izquierdo de la mesa no es gratuito. Tiene la función de que dsla se
cncucnlre io más alejada posible del lugar donde ocurren los cíccios mági­
cos — ccniro y lado dcrccho de la mesa— [(salvo después de la aparición
dcl siete de tréboles «Hip» cn el que tienes que descargar sobre élla)). De
eslc modo, los cfeclos serán más fucnes — las canas desaparecen y se
iransForman lejos de la baraja— y por Lamo, más imposibles para ios
espectadores.

109
A TRAVES DEL ESPEJO
Bajo csic título se cncicrran tres rutinas; “ fispcj... ¡sinos", "A través
dcl ts p c jo ” e “ Ilusión. Realidad y Magia” . Son cfccios que yo he comer-
ciálizado y que tienen como denominador común cl tjue no se usan carta.·;,
sino espejos... espejos del tamaño cxacio de una carta y de un ¡grosor apro­
ximado de 2 mm.
Pero pienso que, la mayor innovación cn estas rutinas, consiste cn el uso
de unos falsos espejos o fíaps fabricados por “ papel espejo” , y cortados dcl
mismo tamaño que los espejos reales pero de nn grosor de tan sólo 1/2 nim.
lil "papel-espejo” es un material caro y todavía difícil de encontrar cn
España pero que tiene, prácttcamcntc, tas mismas propiedades que los espe­
jos nonnales sólo que... sin serlo. Es un papel plástico del que desconozco
su compo.sición y que sóio por uno de sus lados actúa como e.'ipcjo.
Pues bien, su reducido grosor permite utilÍ7.arlo para fabricar flaps de
los espejos normales,., de una manera parecida a los fia p s que se utilizan
para las pizarras.
Así se pueden haccr flaps espejo-espejo (papel espejo por lo·; dos lados),
espejo-carta (papel espejo por un lado y dorso o cara de una cana por cl
Otro), espejo-espejo con carta (papel espejo por los dos lado.·:, pero cn utio
de sus lados hay imprc-sa o dibujada la imagen de una caria de baraja), espe­
jo-papel de periódico (como su nombre indica.., útil para descarrias), espe­
jo-tela de pañuelo... y muclio otros, según las ideas que .se te ocurran.
Los espejos que yo utili/o tan sólo tienen sus cantos pulidos para una
mayor comodidad cn su manejo, pero oira idea sería tenerlos enmarcados,
con lo que .ie podrían utilizar de forma similar a "pizarriias” cn las nitinas
ya cxislemes de este tipo.
Las tres nitinas que siguen a continuación están más del lado carlomá-
gico qtie del micromàgico... ya que las técnicas que se emplean son propias
de la Carlomagi!\, srtio qtie hechas, cn lugar de Cimas, con espejos... Por
Ili
cicrlo, es convcnicrue que éstos icngan un aspccio normal (espejos dc bol­
so o maquillaje para señoras, ele.) para que no parezcan un ülensilio dc
mago y por lanío con “ iruco".
Por otro laclo, los espejos para mí son un objeto mágico en sf mismo.
Diversos amores... Borgcs, Lewis Carroll, Ramón Gómez dc ta Sema,
etc... han escrilo bellísimos pensamienios e hislorias acerca dc los espejos,
y he podido comprobar que los espectadores no pueden escapar tampoco al
hechizo que emana de éstos... Máxime cuando, además dc la magia inhe­
rente a ellos mismos, ocurren oíros hechos mágicos. ¿Qué mejor ‘Mema*’
pues, que la magia de los espejos?
Las ires rutina.*; que describo a cominuación son ias que yo suelo liaccr
más a menudo en mis acluaciones y le doy algur>as indicaciones dc la char-
lay“ icm a’' que yo utilizo, pero estoy s(;guro dc que tc inspirarán oíros efec-
los, charlas y rutinas no menos mágicos... Así sea...
El set que suminisiro permiic realizar estas tres rutinas y está compucs-
lo de cuatro espejos normales, un espejo con una carta grabada (p, ej, 7),
(Esic es ct clásico espejo en cl que se ha grabado, raspando cl azogue y
piniando después la superficie raspada, la imagen dc una cana... en este
caso, el 7.) Un crisiat iransparenle (del mismo tamaño dc los espejos, cla­
ro). Un Jlap espejo-espejo y un fía p espejo-espejo con carta (p. ej. 5).

PRIIMERA R U TIN A : E S P E J IS M O S

Efecto

En cuatro espejos va apareciendo, uno por uno, la imagen dc una carta


previamente escogida. Por supuesto, la imagen (ci reflejo) de la carta apa­
rece sin estar ésta frente al espejo. Como final, se ve que todo ha sido un
auténtico espejismo puesto que. ahora, en la superficie dc los espejos, no
queda ni rastro de la imagen de la carta.

M aterial

Cualro espejos normales y cl f a p espejo-espejo con carta (supondré


que la imagen dc c^ta caria será cl 5 dc Corazones).

Ejecución

Fuerza previamente cl cinco dc Corazones dc tu baraja. Comienza con


los espejo,s ordenados así: de arriba hacía abajo, y con la superficie-espejo
112
hacia arriba (a partir de ahora In llamaremos cara), espejo,/7o/; (lado cana
hacia arriba), espejo y espejo.
Ha?, un “ culcbrco" moslrando las cuatro caras de los cuairo espejos
(Fig, I), Cuadra, volica cl paquete lado azogue hacia arriba (a panir de

R r. 1

ahora lo llamaremos dorso) y haz otro “ culcbrco” mostrando cl reverso de


los espejos, Cuadra y vuelve a volicar cl conjunto caras hacia arriba. Haz
esto charlando acerca de las propiedades de los espejos y de que, aunque
tan sólo sean unos pcdaiios de cristal azogado, pueden albergar poderes
mágicos.,, y cn ellos puede aparecer, si se desea, la imagen de un objeto
aunque éste se encuentre lejos de la superficie dcl espejo.

I* ap arició n

' Vuelve a hacer otro "culcbrco” por las caras y, cuando cuadres, sube ct
grupo doble (espejo más fla p ) de tu mano dcrccha encima de los otros tres
espejos. Di: "P o r ejemplo, la imagen de la cana escogida puede aparecer
cn alguno de estos espejos, aun estando alejada de ellos.“'
Nuevo “ culebreo" y se verá ahora, en el espejo que sujeta tu mano dcrc­
cha (espejo másfla p), la imagen dcl cinco de Corazones (Fig. 2). Al cuadrar
sube csie grupo doble encima de los otros tres espejos, y mant¿n una separa­
ción bajo 61 con (u meñique izquierdo. Enseña por unos instantes la imagen
dcl cinco de Corazones y. con lu mano dcrccha, voltea csic t:rupü dobfc {J}ap
y espejo) dorso hacia arriba encima de los oíros tres espejos. Con cl pulgar
113
Rg.2

izquierdo empuja hacia la dcrccha sólo cl espejo superior (cl P a p quedará


encima de los oíros espejos aparentando ser uno dc ellos), cójelo con la
mano derecha y déjalo, por supuesto dorso hacia arriba, sobre la mesa.

2* aparición

Sujeia los tres espejos más fla p en tu mano dcrccha en la cogida dc


Biddle. Con los dedos izquierdo, extrae hacia la izquierda cl espejo infe­
rior, enséñalo, di que la imagen de la carta puede aparecer en má<; esp e­
jos y ponlo dorso arriba encima dc los dos espejos y fla p dc lu mano
derecha.
Dc nuevo con los dedos izquierdos, exirac ahora los das espejos infe­
riores y sujétalos en la palma de tu mano ízquitrda. Te habrá quedado en la
mano derecha un espejo dorso arriba con fla p bajo él... Pues sin detenerle,
voltéalos cara arriba sobre los dos espejos dc tu mano izquierda y mantén
bajo ellos (espejo y fla p ) una separacifin con tu meñique izquierdo. Se verá
de nuevo la imagen (supuesto reflejo) del cinco de Corazones. Enséñala
unos segundos y, con ia mano derecha, voltea dorso arriba, de nuevo, el
espejo y cl fla p juntos.
Con el pulgar izquierdo empuja hacia la tlerccha el espejo superior,
114
cógplo con lii mano dcrcclia y déjalo dorso arriba sobre la mesa al lado dcl
primer espejo.

3 ' y 4 ' apariciones

Ocurren Ia.s dos a la vez. Sujeta los dos espejos y fla p en tu mano dere­
cha en la cogida dc Diddic. Con los dedos dc la m aro izquierda arrasira el
espejo inferior hacia la izquierda, voltéalo dorso arriba y ponlo encima del
espejo y Jlap que quedan en tu mano derccha. Repite esta acción dc nuevo,
es decir, arrastra el espejo inferior, voltéalo dorso arriba y ponlo encima
dcl espejo y p a p dc tu mano dcrccha. El orden dc los espejos en tu mano
derecha será ahora, dc arriba hacia abajo; espejo dorso arriba, espejo dorso
arriba y fía p con el lado carta hacia abajo.
Estás en posición de efectuar con tu mano derccha la popular y conoci­
da enseñada de Hamman Fhishirniinn Cnvnt. Para efectuarla no tiene.«; más
que girar tu mano derecha palnta hacia arriba, con lo que se verá la cara
dcl cinco de Corazones, volverla a girar dorso arriba y. con cl pulgar
izquierdo, arrastra cl espejo superior sobre la palma dc tu mano izquierda.
Gira otra vez tu mano derecho palma hacia arriba — se verá de nuevo la
cara de) cinco dc Corazones— y deja ahora este espejo con cl fla p sobre cl
espejo de lu mano izquierda. Parecerá q u cc l reflejo dcl cinco ha aparecido
en los dos espejos que te quedaban.

Desaparición

Voltea cara arriba los espejos dc tu mano izquierda y sujétalos con tu


mano dcrccha en la cogida de Biddle. Con los dedos izquierdos arrastra
cl espejo inferior hacia la izquierda y ponlo encima dc! dc tu mano dere­
cha sin que queden com plctamenie cuadrados... Se verá que. en la super­
ficie dc esto.'i dos espejos, no queda ni rastro del cinco dc Corazones.
Pasa los dos espejos a tu mano izquierda dc forma qué ésta pucd,i suje·
tarlos ligeramente en abanico. Con la mano dcrccha voltea cara an iba los
dos espejos dc la mesa para que se vea que tampoco permanece en ellos
la imagen del cinco dc Corazones, y ponlos sobre los dos espejos de la
mano dcrcchh.
Si quieres, aquí puedes empalmar al Pap, descargarlo en cl regazo o
bien dejarlo caer en cl bolsillo al ir a guardar los espejos y, como arrepin·
tiéndotc. sacarlos de nuevo (aliora sin cl pap) para darlos a examen. Los
especladorcs habrán vivido «n auiéniico espejismo.
115
segunda R U TIN A : A TRAVES D E L E S P K JO

M alerial .

Tres espejos normales, un espejo con caria (p. cj. cl siclc de Diamar»'
les), una cana normal (la misma que licnc grabada cl espejo, cn nueslro ca­
so. cl siete de Diamantes) y una carta blanca. '
Eslc C5 un cfccio clásico, pero te describo mi manejo... por supuesto
que lambiín .se podría utilizar un f a p cspcjo-cspcjo para cubrir cl espejo
con la carta grabada, pero prefiero e.ste método,'

Ejecución

Ordena tu baraja así: Con la baraja dor.so arriba y de arriba hacia abajo,
carta blanca, sieic de Diamanics. resto de la baraja. Y ordena tus c.spcjos.
caras arriba, así: Espejo, espejo, espejo con cana, espejo.
Corta la baraja, completa el coric y manién una separación entre los
dos paquctc.s. Fuerza, por cl método que quieras, cl pumo donde eslán la
caria blanca y cl siete. Voltéalos juntos cara arriba mediante un (h b tc lifí
y enseña que la carta “ librcmenic” escogida ha sido cl siete de
DiamanCc.s. Voltéalas cara abajo y deja la carta .superior (carta blanca)
.sobre ia mesa. .
Mediante una cucnla Elmsley muestra los cuatro espejos. Se verán cua­
tro espejos normales. Déjalos dorso arriba sobre la mesa y recuerda cuál de
ellos es cl que lleva la carta grabada. Fuérzalo por tu método preferido
(número dicho entre el uno y-cl cuatro, etc.). Retira lós otros tres c.spejos y
déjalos aparte sobre ta mesa cara hacia arriba.
Puedes ahora hacer la mímica de que los puntos viajan de la caria al
espejo, o bien — más bonito para mi gusto— , poner la carta cara abajo
sobre el espejo cara hacia arriba... Por supucsio, procura tapar de forma
quc. al hacerlo, no dejes ver que ct espejo ya tiene grabada la imagen
dcl siclc de Diamanics y que la caria es blanca. Habla de A licia a irav¿<;
del espejo y de que la carta escogida lambién puede vjajar al igual que
Alicia. Retira con dramatismo la carta dcl espejo (Fig, 3) y enseña que
ésta ha quedado blanca, y que sus punios han viajado al interior dcl
espejo.
116
Fie. 3

T K R C E R A RUTINA: ILUSION. REALID AD Y MAGIA

M afcrini ■

Un espejo normal, un espejo con cana {p. cj. cJ sicic de Diamanics), un


cristal iransparcnic y u n /In p cspcjo-cüpcjo.

Rjcciición

Ordena tus espejos, de arriba liacia abajo y lado espejo hacia arriba,
así: fla p , espejo con carta, cristal, espejo. Fuerza cl .siete de Diamanics de
I lu baraja y déjalo cara arriba sobre la mesa.
Coge tu conjunlo de espejos y colócalos y enséñalos como mucsira la
Fig. <1. Con lo que parecen verse ircs espejos normales. Cuidado de que no
se te desplacen, pues se perdería la ilusión. Cu«idralos y. al hacerlo, obién
cor) tu pulgar dcrccho una separación bajo cl p a p y cl espejo superiores.
Sujeta ahora el conjunto con lu mano dcrccha cn }a posición de cogida
de BUldIf... y, ojo, cl pulgar cícreclio mantiene Ja separación ijue acaba de
obtener. Apoya tu pulgar izquierdo cn cl costado dcrccho del prupo dobfc
(flap y espejo) .superior que .sujeta tu mano derecha y arrástralos junlo.s
hacia la izquierda de forma que caigan sobre la palma de lu mano izquier­
da.,. cuida de que, ai hacerlo, no se te dcscuadrcn.,. La separación que

I 17
rig·

manicma lu pulgar dcrccho Ic ayudará. Dc nuevo apoya cu pulgar izquierdo


€n cl lado dcrccho dcS crislal y arrástralo hacia la izquierda haciendo que
quede encima dcl Jlap y cl espejo que hay. ya en la palma dc tu mano
izquierda. Procura hacerlo en un solo movimiento continuado para evitar
que se vea que cl crislal es tan sólo cri.stal y no espejo. Por último, deja cl
espejo que queda en tu mano dcrccha encima dcl conjunto que sujeta lu
mano izquierda. .
Pregunta a tus espectadores si la imagen reflejada dc un objeto real es
también real. Aprovecha la /»isdirecíion menial dc esta pregunta, que por
cierto enctcrra su ’'lelcmcndcnguc” ... y obién con tu pulgar dcrccho una
separación entre cl espejo con carta y cl flap. Como siempre, manlén dicha
.separación con tu meñique Izquierdo, .
Con la mano derccha cogc cl espejo superior dcl conjunto dc tu mano
izquierda y responde a la pregunta que antes planteaste diciendo que. por
dcrmición, la imagen de un objeto real también es real. Devuelve el espejo
que sujeta tu mano derecha al paquete dc lu mano izquierda, pero introdu­
ciéndolo en la separación que mantiene tu meñique izquierdo.
Sigue charlando acerca dc la realidad dc las imágenes y cogc ahora una
separación bajo cl cristal y cl fla p superiores, separación que mantendrás
con cl meñique izquierdo, como ya es sabido. Con la mano dcrccha cogc
dorso arriba c! siete dc Diamantes de la mesa y ponlo sobre el conjunto dc
espejos dc lu mano izquierda. Deja que se vea cl reflejo de) siete en cl que
los espectadores creerán que es cl espejo superior de los tres que sujeta lu
mano izquierda. En realidad, es el cristal con cl fla p espejo debajo de ól.
Con tu mano dcrccha cogc juntos ia carta dorso arriba y cl crislal bajo

118
ella, y dáselo a sujetar a un cspcciador. Di: " L o cierto es que esta imagen
rto llega a real, es síJI o una ilusión." Levanta Ja carta mostrando que no
sólo no hay reflejo de ella, sino que además el espejo ha quedado reducido
a cristal.
Aprovechando la sorpresa de los espectadores, obtdn una separación
entre cl fla p y espejo superiores y cl espejo inferior, que es cl que tiene la
carta impresa. Sujeta cl conjunto en tu mano derecha en la cogida de
BiddJe manteniendo la separación con lu pulgar dcrccho. Con la mano
izquierda, coge cl espejo inferior de lu mano dcrccha y gíralo dorso arriba
de forma que los cspcctadorcs no vean cl siete de Diamantes que tiene en
su cara, Una ve?, cl espejo dorso arriba, pásalo encima de los que sujeta la
mano dcrccha.
Repite lo mismo con cl olro espejo inferior, es decir, con la mano
izquierda voltéalo dorso arriba y pásalo encima dcl de la mano dcrccha. El
orden ha de ser ahora, de arriba hacia abajo: espejo dorso arriba, espejo
con cana dorso arriba y p u p . Volica cl conjunto cara arriba y ponlo en la
palma de tu mano izquierda. Di que lo vas a repetir. Con la mano dcrccha
voltea dorso arriba juntos el/Zo/? y espejo superiores, con cl pulgar izquier­
do empuja hacia la dcrccha cí espejo superior (es cl espejo con cl siete de
Diamanics grabado) y cógelo con tu mano derecha. Sin voltearlo, ponlo
encima de la cara del siete de Diamanics y di que solamente hay algo que
supera la realidad... es la magia.,, y la imagen de esa cana puede perdurar
a Iravés dcl tiempo, Dramáticamenie. voltea cara arriba ct espejo con carta
y se verá que la imagen dcl siclc de Diamamcs ha quedado inmersa cn el
para siempre.
Deshazte dcl P a p por cualquier m íiodo (ver rutinas anteriores) y con­
cluye diciendo, a la vista de los tres espejos que quedarán cn tu mesa:
“ Ilusión...” 1 — señala cl cristal— . "... realidad..." — señala cl espejo—
y MAGIA" — señala cl espejo con la imagen dcl siete de Diamantc.s.

119
TRIPLE CHINCHETAZO

Krccio y co m e n ta rio

I:s cl clúíiico cfccio ik’ la tarl;i clíivadü en un Liblcro o (ina-d ctm unn
cliinclicl.'i.,. .sólo (¡iic oii csic caso las crinas ¡san tres! y... ¡íiniiaJas:
Además, he irritado de recuperar para la rutina detalles c 1: í < .k ' d s —<Je (an
clásico.«; ya casi olvidados, poro que dan una jiraii fuerza al efecto— tomo
cl dc poner la chiuchera ei) la boca y el cjuc la baraja se tncztlc por cl
especlador instantes anie.s dc efcciuar el lanzamienio.
lis un cfecio válicfo para salón e inciuso escenario y, como todos los
cl.isicos, muy cfcctista y mcniorahlc... Describiré la charla que yo uso cu
rni.s. ac(u;icioncs y L-n ta ¡pie. iraio de poieuciar. por un lado, las siiiiaciones
de comedia tjue se suscitan al poner la cliineheia en la boca y al efecttiar el
lanzamiento hacia el tablero que sujcia un surrido espectador., y, por oiro
lado, cl draniaiismo y l;t dificultad cjuc crieierrii lan tremenda liozaña de
rnalal)arisiTio imposible.
Si quieres un cfccto expcctacular, divcrtiílp y terribleincnle fuerte, que
no le exija dificultades lécnicas ni materiales complicados para lu tu'itnero
de maj^ia de cerca, dc salón o do escenario... é.ste es ci que tanto tiemjx)
habías estado bu.scando...

Material n cccs.irio

— Una caja tic cliinclietns.


— Una baraja.
— Un rot til ador.
—· L/n tablero ríj’ido dc Cíirfbo (cl iníd ilo 40 r >í() eni L
121
El que cl tablero sea rígido licnc la función de evitar, por una parle, que
cl espectador, al sujetarlo, lo curve y, por otra pane, que, al recibir cl
impacio de la baraja, se flcxionc... haciendo que, en algunos casos, estas
circunstancias impidan que la chinchcta se clave.
— Un comodín de la baraja que se vaya a usar al que se le ha practicado
COTI unas tijerxs una ranura de unos 2 mm. de ancha y 3 cm. de larga de forma
que tenga su comienzo en cl centro de uno de los extremos cortos de la carta
y prosiga perpendicular a csc extremo hacia cl centro de ésta (Fig. I)..

P rep a rac ió n

Coloca la caja de chinchctas en cl bolsillo exterior izquierdo de tu ch a­


queta (o pantalón) y pon cl rotulador en otro de tus bolsillos.
Coge una chinchcta y clávala un milímetro ftor encima de la ranura dcl
comodín ya preparado con anterioridad.(ver Fig. 1), La chinchcta debe
penetrar de forma que su cabeza quede cn contacto con la cara de la carta y
que su punta sobresalga por cí dorso. ,
Coloca esta carta así preparada, dorso arriba encima del resto de la
baraja también dorso arriba.
Ten el tablero listo dentro dcl que vaya a ser tu área de actuación.

Ejecución

I. Extiende la baraja caras arriba entre tus manos y pide a tres de tus
«pcciadOTCs que qscojan una carta cada uno con total y absoluta libertad.,.
Recalca este punto.
Saca cí rotulador y pídeles que las firmen por su cara.
122
2. Micniras lo liaccn, cogc cl tablero y pido a un cuarto espectador
que lo sujete entre sus manos dc forma que su superficie quede perpendi­
cular al suelo y orientada hacia los espectadores... Aquí puedes bromear
explotando la situación dc hombre anuncio en la que has colocado ai
especlador... Dile también que la sujeción del tablero es fundamental y
que. bajo ningún conccplo. puede mover ni un músculo.., Asf, durante cl
transcurso dcl juego, puedes detenerte de vez en cuando para reprenderle
por haberse movido y corregirle en unos milímetros la posición dcl tablero.
3. Abre la baraja en abanico en tu mano izquierda y sujétala vcrtical-
mcntc dc forma que ias caras de las cartas queden hacia cl público y los
dorsos hacia ti. El pulgar izquierdo tc deberá quedar justo encima dc la
ranura del Jóker preparado y su costado derecho —cl dcl pulgar— en con­
tacto con la punta de la chincheta (Fig. 2).

Fi{-2

Pide que te devuelvan la.«; ircs canas escogidas ya firmadas y. con tu


mano derccha. introdúcelas separadas por distintos punios dcl abanico dc
fontia que queden asomando apíoximadamentc un lerdo dc su longitud.
123
Para cl contra) que sigue a conlinunción es convcnicnic que la.s Ircs carias
se infroduzcan cnirc tos dos lerdos superiores de Ja baraja..* para ello,
procura dejar un pequeño paquele sin extender al iniciar la apertura dcl
abanico.
4. Cierra el abanico y sujeta la baraja dorso arriba cn tu mano izquier­
da en ta posición natural de repartir con lo que tas tres cartas escogidas
quedarán cn salida exicrior.
Efectúa ahora cl “ Conlrol múltiple — M nlliple Shift— de Ncal Elias”
que explico en “ Viajeras a través dcl csiuchc" (ver Tomo I) hasta el
momento en que tienes los dos (crcios superiores de la baraja en tu mano
i^.quierda y cl tercio inferior de esta, con Jas tres cartas escogidas encima,
en tu mano derecha.
Para justificar cl movimiento di atgo acerca de que las tres cartas que­
dan complctamento perdidas entre las demás de la baraja y de qwc, al cor­
tar. podrías encontrar por azar una de esas tres cartas pero nunca a más de
una puesto que eslán scpaiadas y bla. bla. bla...
5. Pon ahora cl paquele de tu mano dcrccha encima dcl <le lu mano
izquierda manteniendo una .separación entre 1os dos... tarea fácil, pucsio
que la punta de la ctiincticta lo hará por tí... y cuadra con mcticulosid^nd la
baraja.
Mira hacia cl espectador que estará sujetando pacientemente cl tablero
y corrípclc su posición con cualquier excusa.
Vas ahora a efectuar el movimiento clave de esta rulina y que es lan
sencillo como lo que sigue...
6. Dispiicentcmcnic. mezcla la baraja con una mezcla “ entre manos"
de ia siguiente manera; Mantón cn lu mano izquierda cl paquete inferior
— por debajo de Ja scparación/chinchcta— de la baraja y coge cn tu mano
derecha el paquete superior. Con tu pulgar izquierdo pela, una a una, las
tres cartas superiores del paquele de tu mano dcrccha... que caerán sobre cl
paquete de tu mano izquierda ligeramente separada.s dcl resto de cartas
debido a la protuberancia de la chínchela... pero no te preocupes por esto y
pela ahora una cana más del paquete de tu mano derecha d e forma que ósia
quede en salida inlcrior sobre cl paquete de la mano izquierda... termina
pelando cn cualquier orden el resto de las cartas de lu mano dcrccha.
Cuadra la baraja cn lu mano izquierda y. al hacerlo, obtén con lu pulgar
derecho una separación,bajo la carta cn salida inlcrior. Corla cl paquete por
encima de esta separación y pásalo debajo ctcl que sojcia la mano izquierda
(ojo no te confundas de separación, puesto que la chínchela estará mante­
niendo oirás tres cartas por debajo...).
7. Con la mano dcrccha voltea la baraja cara arriba y dcposfiala sobre
los dedoi de tu mano izquierda... ojo. repito, ,sobrc los dedos... no'.sobre la
IÍ4
palma... y separa el anular y mayor izquierdos dc forma que queden apro-
ximadíimcnie uno a cada lado dcl punLo donde se encuentra la chinchela
(Fig. 3). Si presionas allora la baraja enlrc cl pulgar y los dcmá? dedos
Í7.quicrc!os, conseguirás que las ircs cartas escogidas se cnsancn c/i cliin-
chcia... Está todo hccho... o casi todo...

r.f

' Si juntas entre sí tus dedos izquierdos, observa que puedes enseñar
con tranquilidad !a baraja puesto que la chincheta quedará ocult.i cnlre
cllo.s, ■
8. Vas ahora a deshacerte dcl comodín portador de la chínchela pero
sin permitir que ésta se desclave dc las tres canas escogidas. Di algo así
como: "... Ah. perdón, cl comodín no vale...” y procede como sigue...
Sir} perder In posición de lus dedos mayor y anular izquierdos, que
deben estar en coniaclo con la chinchcta uno a cada lado de ella, exiicndc
ligeramente hacia la dcrccha. con tu pulgar izquierdo, las carias dc lu
mano izquierda en una especie de semi-abanico/extcnsión. Con tus dedos
derechos separa un poco hacia la dcrccha las carias por encima dcl como­
dín preparado, cógelo y lira dc él hacia arriba exlraycndolo dcl abanico...
tendrás que tirar un poco fuenc para rasgar el milímetro que separa la pun­
ía dc la ciíincheta dc la ranura, pero una vez superado esc obstáculo el
comodín saldrá con facilidad...
E.S conveniente que aprietes la baraja fuertemente enirc tus dedos
izquierdos para evitar que la chinchcta se desclave... observa que cl dedo
medio izquierdo acttín dc freno reteniendo a ésta para que no rasgue hacia
arriba a ninguna dc las «res cartas e.scogidas.
En· cuanto el comodín abandone cl abanico, oculta con lu pulgar y
dcmíi.s dcdoj dcreclios la nmura y déjalo en cualquiera de lus bolsillos.
9. Pasa a sujetar la b arap car.i arriba en lu mano izquierda en la posi­
12.5
ción normal de repartir — cuidado no te pinches— y, cn cl gesto de cua­
drar. oblén con lu pulgar derecho una separación cnire las tres c a n as infe­
riores y cl resto cic la baraja... Ia ligera protuberancia de la cabeza de la
chínchela te hará la maniobra casi automática.
Exclama: "¡Pero nos hace falta un arma punzante...” y, a la vez que
miras a los espectadores empalma en tu mano izquierda tas tres carias
escogidas. Haz el empalme con cuidado para evitar, no sólo cl pincharte
con la punta de la chínchela, sino también para evitar ci que la palma de tu
mano la empuje desclavándola de las cartas.
10. Lleva tu mano izquierda al bolsillo izquierdo de tu americana,
abandona allí las tres canas "enchinchctadas" y saca a la vista ¡a caja de
chinchctas.
Dale la caja a un espectador de tu derecha y pídele que extraiga de ella
una de las chinchctas. . * '
Dale la baraja a un espectador de tu izquierda y pídele que la mezcle a
fondo. '
Mientras los dos espectadores obedecen tus mandatos, “ reprende” una vez
más al espectador que sujeta e! tablero modificando levemente su sujeción...
I i. Pide que te devuelvan la baraja y sujétala cara arriba cn lu mano
derecha cn cogida de Biddic. Recalca que ahora nadie, ni siquiera cl propio
espectador que mezcló las cartas, puede saber dónde se encuentran las car­
ias escogidas.
Recupera la caja de chinchctas — cl espectador se quedará con una— y
guárdala cn el b o ls il^ de donde la cogiste. Al hacerlo, empalma de nuevo
cn lu mano izquierda las ircs canas “ enchinchctadas" y saca d¡.scretamenle
tu mano del bolsillo mientras, como cobertura, bromeas con el cspcciador
aconsejándole que no se pinche con su chínchela.
Sin dcienerte, lleva lu mano izquierda a sujetar la baraja que cslá cn
poder de la mano dcrccIia y, a la vez., dcscmpalma las ircs carias añadién­
dolas bajo la baraja en cl gesto de cuadrar. Has terminado lodas las accio­
nes tramposas de la rutina, tan sólo te falta elevar al máximo la corva dra­
mática prc-cfccto,
NOTA,— El hecho de que cl espectador mezcle la^baraja afladc grandes
dosis de efectividad y fuerza’al efecto... pero si tienes miedo al empalme y
al desempalme, puedes sallarle olímpicamente ios apañados 9 y 11 sin que
cl juego se resienta en demasía. <
12. Coge con tu mano izquierda la chinchcta que conservará cl espec­
tador de tu derecha y despídele en caso de que le hayas hecho acompañanc
al escenario o bien pídele que se aparte cn caso de que lu actuación sea cn
un ambiente más fniimo c informal.., el caso es que quede espacio libre
entre tú y cl espcciador que sujela cl tablero.
126
I

13. Con convicción y firmczn,., o sea. “ cchándotc cuento” ... explica


a Jos cspccíadorcs en qué va a consi,stir lu hazaña; “ Voy a poner la chín­
chela en mi boca, de mi boca la cscup... la lanzaré entre las cartas dc la
baraja, con mi mano dcrccha lanxaré Ja baraja y la chincheta por eí aire en
dirección al tablero que sujeta «Fulanito» — cl nombre dcl espectador—
imentando que la chinchcta se aproxime a alguna dc {as tres canas escogi­
das. por ejemplo ai... — nombra la carta que haya quedado como superior
dc las tres— , para que cuando todas las carias choquen y se desparramen
en absoluto caos contra cl tablpro. la chinchcta ¡clave! en él al... — vuelve
a nombrar la carta...” .
No te preocupes por la longitud dc lu “ parrafada'’, lo absurdo e insóli­
to dc lus palabras divertirá y mantendrá cl interés de tu público.
Finge notar cierta preocupación en Ja cara dcl espectador ' ‘Fulanito" y
explota csia situación dc comedia aconsejándole que se proteja con cl
tablero por si tu puntería no fuese demasiado certera en esta ocasión...
14. Tras las bromas según In forma y manera en que el espectador
cubra su anatomía dcl posible impacto “ carticida" y, (ras afirmar que ya
hay un club dc tuertos que lleva lu nombre, vuelve a adoptar un tono serio
y "de circunsiancia” , Haz uh par dc inspiracior\es profundas y dispomc a
lanzar la baraja contra el tablero.
1 Justo en el instante en que la vayas a lanzar, detente en seco, ha?, una
pausa y retrocede dos paso.s alejándote dramáticamente dcl tablero.
Sobre cl tema de la distancia a la que vas a efectuar cl lanzamienio.
lodo dependerá dc tu práctica y entrcnamienlo.,. ten en cuenta que la baraja
debe llegar complciamcnte plana cuando impacie contra cl tablero, dc for­
ma que las cartas por encima dc la chinchcta la clavcn contra aquél. Esto
quiere decir que la baraja debe salir ya de tu mano derecha con la cara
donde se encuentra la chincheta paralela a la superficie dcl tablero y que.
en .su viaje por cl aire, no debe gir.ir ni oscilar, lo que podría haccr que
solamente chocase contra cl corcho una de sus esquinas... con cl consi-
guienic descalabro <iní.stico...
... Pero tranquilo, porque cl lanzamiento no es nada difícil.
Digamos que ta distancia mínima a la que efectuarás cl lanzamiento sin
problemas es dc dos metros o dos metros y medio. Ten en cuenta que a!
lanzar la baraja tienes que estirar tu brazo y eso acorta la distancia facili­
tando las cosas...
Un truco que yo uso para que la impresión dc distancia sea mayor es
, mover no solamente tu brazo derecho en cl lanzamiento sino también dar
' un paso con tu pierna izquierda —o derecha, aunque yo prefiero la izquicr-
(ja— acercando, o quizAs deberías decir proyectando, todo tu cuerpo en ia
dirección del tablero para, justo cuando la baraja se estrella contra aquél,
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rciroccder lu pierna y lu imnco a su posición primitiva... La posición i!c
partida y !a posición fina! son las que van a recordar los cspccladores, con
!o que su impresión será de que cl lanzamiento ha sido cfcciundo n gran
disiancia. Asf, con esia cstraiagema puedes cjccular el lanTiamicnto — n
ojos de los espectadores— desde (res metros o tres metros y medio cqn
loda facilidad,.. Observa también que el efecto gana en espcctacularidad,
no sólo por la distancia a que ocurre sino, lambién, por lo dramático de tu
gesto (Fig. 4).

Fig. 4

15. Tras cl desparrame de las cartas, párate cn seco y espera a que los
aplausos de los especladores comiencen a decrecer... cn ese momenio cór­
talos — los aplausos— y di con excitación: "¡La primera carta!... pero
había dos canas más escogidas y voy a tratar de repetir el lanzamiemo...*’
Saca la caja de chinchctas de! bolsillo y haz inlención de comenzar a
recoger las cartas del suelo... pero detente, mira la carta clavada en cl
ta b lero — en realidad, tres cartas— con aire de incredulidad y duda, ha?:
de nuevo intención de recoger c a n a s dcl suelo y de nuevo detente y
mira la carta del tablero como si una lampariia se cncendic.sc en tu ce re­
bro... Di: “ Hoy es un día especial y creo que ha (kurrido algo lambién
especial... había tres canas escogidas y íimnadas y crco que, en este pri­
mer y único lanzamiento, he conseguido clavar además del,., — nombra
la cana...
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Acdrcnlc Icniumciiic al labIcTO y con la puma dc lus dcdo.s dcrcclios
mucvc dramáticamente la caria a la visia, quc girará cn (omo al punto don­
de està pinchada In chinchcta, apareciendo bajo ella la segunda carta esco­
gida... desplaza a ésta carta tambiin y bajo ella .«¡urgirá la tercera carta ele­
gida (Fig, 5). Mientras haces esto ve nombrando las cartas conforme vayan

quedando visibles para los cspcci.idorcs y lemiina: ¡las tres carias a la


vez!"... Pausa final.
16. Trns Jos aplausos y tras despedir a tu cspcclador-ayudanic felici-
lándole por s« buena suene, haz hincapié en que las tres canas son las fir-
mada.<( y q«c están realmente clavadas... tío pegadas... no imantadas, etc...
y deja cl tablero cn pose.sión de algún escéptico espectador para que lo
compruebe mien(ra.s tü comienzas cl siguienic cfccto dc tu cspcclaculo...
¡Suerte!
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