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GIMÉNEZ-AMAYA
REVISIÓN
a b
a b c
CONCLUSIONES
El procesamiento de la información visual por la corteza cerebral es
complejo y en él intervienen gran cantidad de áreas corticales dis-
tribuidas en los lóbulos occipital, temporal y parietal. Los estudios
fisiológicos y anatómicos de Hubel y Wiesel fueron decisivos en
nuestro avance del conocimiento de este procesamiento, y se han
visto ampliados por estudios posteriores de la corteza cerebral, la
cual está implicada en la integración de la información sensorial que
viene por el sistema visual. Las modernas técnicas de imagen (to-
mografía por emisión de positrones y resonancia magnética funcio-
nal) han permitido extender los estudios neurobiológicos del proce-
samiento cortical de la información visual al hombre. Todo ello ha Figura 6. A la izquierda, dibujo de un elefante realizado por una persona
de 18 años con síndrome de Williams. A la derecha, descripción verbal en
llevado a la clara sistematización de dos rutas corticales para el inglés realizada por la misma persona. Esta figura ilustra de manera muy
análisis cortical de los diferentes atributos visuales: la ruta ventral clara la disociación entre la visión espacial y la capacidad de manejo del
ligada al lóbulo temporal se encargaría del reconocimiento de ob- lenguaje en estos pacientes. (Tomado de [37]).
jetos y de caras, así como del color; y la ruta dorsal se relacionaría
con el lóbulo parietal y en ella se analizaría la localización de los
objetos y de sus movimientos en el espacio visual. la corteza prefrontal, muy especialmente desarrollada en los prima-
Parece clara la existencia de una segregación en el procesa- tes y sobre todo en el hombre, encargada de organizar y planear las
miento visual en dos rutas corticales y también, dentro de cada zona actuaciones futuras del individuo [39]. De hecho, existen conexio-
cortical, otro posible análisis modular de la información. Uno de los nes entre las cortezas de los lóbulos temporal y parietal con la corteza
aspectos más enigmáticos de la neurobiología cortical de los proce- prefrontal [40-42]. También es conocida la relación de las cortezas
sos visuales sin respuesta todavía es el lugar o lugares en los cuales implicadas en la ruta dorsal de procesamiento de la información
toda la información del mundo visual se junta para captar una per- visual con una porción de la corteza frontal, ligada muy directamente
cepción sensorial visual unitaria. En este aspecto, una hipótesis a la organización de los movimientos oculares, como ha sido recien-
muy sugerente implica a las redes neuronales corticales y subcor- temente demostrada también en el hombre por Law et al mediante
ticales muy relacionadas con la corteza cerebral. Es conocido que la utilización de las modernas técnicas de neuroimagen [43].
las cortezas asociativas en el hombre ocupan gran cantidad de la Estas amplias redes corticales también se extienden hacia es-
corteza cerebral. Concretamente, si excluimos las cortezas senso- tructuras subcorticales como son el tálamo, los ganglios basales y
riales primarias, que vienen a representar un 12,5% de toda la cor- el cerebelo a través de los núcleos del puente [44-47]. Es signifi-
teza cerebral, y la corteza motora, que supone un 9,5% de la super- cativo que recientemente se hayan descrito alteraciones en la pla-
ficie cortical, el resto lo ocupan las cortezas asociativas. En ellas nificación de la visión espacial por cerebelitis postinfecciosa en la
complejas redes neuronales establecen circuitos bidireccionales, que los pacientes no podían copiar correctamente las figuras de
que permiten integrar (asociar) diversos aspectos de la percepción Rey o de Taylor [48]. Esta enfermedad, acompañada de otra cons-
sensorial [38]. A estas conexiones corticales hay que sumar las telación de síntomas neurológicos y cognitivos, se producía espe-
conexiones subcorticales tan importantes como el tálamo, los gan- cialmente cuando las lesiones cerebelosas se localizaban en el
glios basales o el cerebelo a través de los núcleos del puente. lóbulo posterior del cerebelo y en el vermis cerebeloso. Los auto-
Por lo tanto, para que percibamos visualmente el mundo exterior res concluyen este trabajo con la sugerente hipótesis que en estos
deben ponerse en funcionamiento extensas redes neuronales que pacientes se produce una interrupción en la modulación del cere-
comuniquen la corteza visual primaria con las cortezas asociativas belo de los circuitos que unen las cortezas prefrontal, parietal
temporales y parietales; asimismo, es necesaria la participación de posterior, temporal y límbica con el cerebelo.
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