You are on page 1of 603
LOS BIENES LA PROPIEDAD Y OTROS DERECHOS REALES EM.UnAPAGDA Basados en la legislaci6n chilena vigente y de acuerdo a la ley 17.336 del afio 1972 y su modificacién del 04 de mayo del 2010, acogiéndonos al Titulo IIT de las Limitaciones y Excepciones al Derecho de Autor ya los Derechos Conexos que indica en su Articulo 71 C: “Es licito, sin remunerar ni obtener autorizacién del titular, todo acto de reproducctén, adaptacién, distribucién o comunicacién al piiblico, de una obra Kicitamente publicada, que se realice en beneficio de personas con discapacidad visual, auditiva, o de otra clase que le impidan el normal acceso a la obra, siempre que dicha utilizaci6n guarde relacién directa con la discapacidad de que se trate, se lleve a cabo a través de un procedimiento 0 medio apropiado para superar la discapacidad y sin fines comerciales. En los ejemplares se sefialaré expresamente la circunstancia de ser realizados bajo la excepei6n de este articulo y la prohibicin de su distribucién y puesta a disposicién, a cualquier titulo, de personas que no tengan la respectiva discapacidad.” ada Por tanto damos cumplimiento al inciso 2 de la norma © DANIEL PENAILILLO AREVALO Se terminé de reimprimir esta primera edicién en el mes de junio de 2009 DANIEL PENAILILLO AREVALO Profesor de Derecho Civil (Universidad de Concepcion y Universidad Catolica de la Stma. Concepcion) LOS BIENES LA PROPIEDAD Y OTROS DERECHOS REALES ABREVIATURAS art., arts. articulo, articulos cc. Cédigo Civil G, deas Codigo de Aguas C. de C. Cédigo de Comercio C. de M. Codigo de Mineria CG. del T. J6digo del Trabajo cons. considerando coT. Codigo Organico de Tribunales CP. Codigo Penal CPC. Cédigo de Procedimiento Civil CG. Pol. Constituci6n Politica CPP. Codigo de Procedimiento Penal Dd. Derecho DFL, Decreto con Fuerza de Ley DL. Decreto Ley DO. Diario Oficial DS. Decreto Supremo edic. edicién Edit. Editorial Fac. Facultad KF del M. Revista Fallos del Mes GT. Gaceta de los Tribunales inc., ines. inciso, incisos ob, cit. obra citada Ps pp. pagina, paginas R., Rev, Revista RDJ. Regl. Repert. de L. y J. secc. sem. sent. sgts. t. Tit, Tits, trad. U., Univ. v vol. Revista de Derecho y Jurisprudencia Reglamento Repertorio de Legislacién y Jurisprudencia chilenas secci6n semestre sentencia siguientes tomo Titulo, Titulos traduccion, traductor Universidad ver, véase volumen PRIMERA PARTE CONCEPTOS FUNDAMENTALES Y CLASIFICACIONES CAPITULO I CONCEPTOS FUNDAMENTALES 1. Referencia al plan. El derecho de los bienes trata de los prin- cipios de doctrina y preceptos legales que les son aplicables, tan- to en su contemplaci6n estatica como en ciertos aspectos de su dindmica, al ser objeto de negociaciones juridicas. Implica, pues, determinar su concepto, clasificarlos en base a su naturaleza material y a otros factores (que originan diferenciados estatu- tos juridicos); analizar el poder —pleno o parcial— que se puede tener sobre ellos, establecer los modos de lograr esa potestad y decidir la protecci6n que a ese poder adquirido se confiere. 1 bis. Denominacién. En el lenguaje juridico, el tema asi rese- nado es conocido con varias denominaciones: derecho de los bienes, derecho de cosas, derechos reales. Las dos primeras parecen ser las mas difundidas en el medio nacional (y sobre todo cuando se usan abreviadas: “bienes”, “ sas”, lo que es frecuente, evocan la distinciOn tripartita de Gayo: personas, cosas y acciones). Pero no son muy descriptivas de la materia que incluyen. Mas bien aluden a la primera parte, en la cual se tratan los conceptos de cosa y bien, y se los clasifica. En la doctrina extranjera es bastante empleada la expresion “derechos reales” que, aunque también parcial, es mas compren- siva, y Se centra precisamente en el sector juridicamente mas re- levante. ; empero, la separacion no implica en modo algu- no ausencia de relacion; por el contrario, como ya se ha insinuado, la estructura fisica condiciona con frecuencia los principios juri- dicos que las gobiernan, al punto que muchas evoluciones de la regulaci6n tienen su explicacién en los progresos del conocimien- to y de las aplicaciones de las cosas como materialidades. 3. Funcion. En apreciacion integral, externa, el rol que cumple la disciplina de los derechos reales puede resumirse en los términos siguientes, Mientras el Derecho de obligaciones regula el interamn- bio de bienes y servicios para la satisfacci6n de las necesidades de los individuos, la materia juridica de los derechos reales: a) fija o radica los bienes en el patrimonio de cada individuo (regulando los procesos 0 mecanismos para que se produzca esa radicacion), y b) determina los poderes o facultades que el sujeto tiene sobre ellos (describiéndolos y regulando su ejercicio). Con lo dicho es facil percatarse de la estrecha vinculaci6n en- tre estos dos capitulos. Las dos funciones estan relacionadas: el intercambio se produce a partir de bienes radicados en dos pa- trimonios; y llegaron una vez a radicarse en cada uno, por un in- tercambio anterior. Esa relacién de las funciones provoca la vinculacion entre las regulaciones respectivas. Un ejemplo de esa relaci6n lo proporciona el contrato mas frecuente, la compraven- ta, la cual, por una parte, es el instrumento tipico para la realiza- cién del intercambio y, por otra, solo o con la ayuda de un modo de adquirir (segtin el sistema elegido por el legislador del respec- tivo ordenamiento), conduce a la radicacién del objeto vendido en un nuevo patrimonio (el del comprador). Se iran viendo mu- chas demostraciones de esta vinculacion, que termina conforman- do la estructura del denominado Derecho patrimonial.' La mencionada fijacion de cosas en patrimonios, con la de- terminacion de poderes sobre ellas, esta precedida por una de- cisi6n fundamental: el campo de aplicacién de la propiedad privada (que sera tratada mas adelante; v. infra, N° 57). 3 bis. Relacion con la Economia. La advertencia precedente con- duce a constatar la estrecha vinculacién que esta secci6n juridica presenta con la disciplina de la Economia. Como es corriente tam- bién en otras materias del Derecho, es evidente la incidencia de al respecto, Carbonnier, Jean: Droit Civil, t. IIL, Les biens, PUF, Paris, 2000, pp. 3 y sgts. las alternativas econémicas; la visi6n econémica de los bienes, de- terminada por su aprovechamiento o utilidad, impone decisiones que afectan y simplemente invaden el ambiente del Derecho pri- vado. Desde luego, se puede apuntar, por ejemplo, que la conside- racion del rol econémico que a los distintos bienes corresponde, ha influido decisivamente en el surgimiento de las llamadas “formas especiales de propiedad”, las cuales, con sus especiales estatutos juridicos, contintan perfilandose con incesante intensidad, has- ta el extremo de casi atomizar la universal nocién del dominio. Entre otros rasgos de esa vinculaci6n pueden mencionarse: a) las alternativas econdémicas fundamentales que se adopten en un momento determinado en un pais, como de economia mas libre o mas dirigida, son las que a su vez gradtian la apropiabilidad de bienes, de modo que el derecho de propiedad se extenderd a un mayor numero de bienes o se contraerd segtin aquellas decisio- nes; b) las medidas econémicas de control publico a la produc- ci6n y comercializacion de ciertos bienes (como los productos que satisfacen directamente necesidades elementales de las personas), van imponiendo la revision de la dogmatica del Derecho privado que, desde luego, ha de hacer lugar a nuevas clasificaciones y sub- clasificaciones de los bienes; c) en fin, reciproca influencia se ob- serva entre la organizacion juridica de la propiedad territorial y el desarrollo del crédito, en el sector que es cubierto por la ga- rantia territorial (hipotecaria). Es que al estar muchos sectores de la economia regulados por textos legales, las relaciones son inevitables (v. ademas infra N° 57, y lo dicho sobre vinculaciones en infra N° 220, nota)? Esta constataci6n conduce también a una frecuente relaci6n con el Derecho administrativo, senaladamente —como se vera— * Es natural, pues, que la regulacién especffica del derecho de propie- dad sea uno de los capitulos del Derecho civil en el cual el denominado “ana- lisis econémico del Derecho” haya formulado novedosas propuestas. V. por ej. Mattei, Ugo: “La Proprieta”, con Chianale e Caterina, en Tratato di Diritto Civile, diretto da Rodolfo Sacco, Edit. Utet, Torino, 2001, especialmente pp. 39 y sgts.; Schafer, Hans-Bernd y Ott, Claus: Manual de andlisis econdmico del Dere- cho Civil, trad. de Macarena von Carstenn-Lichterfelde, Edit. Tecnos, Madrid, 1991; para el especifico tema del Derecho registral examinado desde esta pers- pectiva econdmica, Méndez Gonzalez, Fernando: “La funcién econémica de los sistemas registrales”, en Rev. Critica de Derecho Inmobiliario, N° 671, Ma- drid, 2002, pp. 875 y sgts. en los capitulos de los denominados “dominio ptiblico” (inclu- yendo los derechos reales administrativos), restricciones a la pro- piedad privada y servidumbres. 4, Cosa y bien. La elaboraci6n de los conceptos de “cosa” y “bien” ha ocupado la atencion de la doctrina, que ha producido nutri- da literatura sobre el tema y (como es de suponerlo), sin resulta- dos uniformes. Se describiran aqui las nociones primarias. 5. Como punto inicial, se puede afirmar que “cosa” es todo lo que ocupa un lugar en el espacio; es decir, que tenga corporei- dad sensible (una mesa, un libro; es el primitivo concepto ro- mano expresado en el término “corpora”, mas tarde extendido en el de “res”), Que aquello es cosa parece evidente, pero las dificultades surgen de inmediato si se pretende ampliar la no- cion de cosa a entidades que carecen de corporeidad material. Deben ser mencionados entonces los bienes (0 cosas) inma- leriales, como las que nuestros textos denominan producciones del talento o del ingenio (art. 584 del CC.), cuya importancia no cesa de aumentar por el desarrollo de las creaciones artisti- cas, cientificas y tecnoldégicas y, particularmente, con el desen- volvimiento de la computacion. Se incorporan también las energias (como la electricidad, los distintos gases, cada una con sus particularidades fisicas), cuyo enorme valor asimismo es ostensible, aumentando los problemas Por otra parte, un demostrativo ejemplo de esta vinculacién entre el De- recho de cosas y la Economia lo proporciona el tema de las Iamadas “facili- dades esenciales” en relacién con la libre competencia, que puede llegar a una comunidad de uso impuesta a un propietario, particularmente para trans- porte de energias, sefiales visuales, comunicaci6n, etc. Se trata de instalacio- nes materiales que pertenecen a un dueno (postes, ductos, etc.) que las emplea en su negocio; luego, otro (competidor) pretende acceder al giro so- bre la base de la libre competencia; puede ser dificil, imposible, inconveniente o muy oneroso crear nuevas instalaciones para el transporte; entonces surge la alternativa de imponer comunidad en el uso de las instalaciones existen- tes, lo cual implica, si no hay acuerdo, invadir el dominio al duefio de ellas; apareceran, entrelazados, los conceptos de “costos”, “libre competencia”, “practicas monopélicas”, “propiedad privada”, “funcién social”, “utilidad pu- blica”, etc. (v. por ej. Serra, Pablo: “Las facilidades esenciales en la doctrina de los organismos de competencia chilenos”. Texto para una conferencia ob- tenido en fotocopia, no editado). juridicos a medida que la ciencia y la tecnologia mejoran las po- sibilidades humanas de descubrimiento, captura y control? Utilizando la exclusion se ha intentado precisar la nocion de cosa mediante una referencia a la persona, proponiéndose que cosa es todo lo que no es persona; el postulado puede servir como base, pero puede verse que no determina los limites del concepto. En cambio confiere motivo para observar otra dificultad, cual es la de si habria posibilidad de calificar de cosa a ciertas partes del cuer- po humano, sobre todo cuando en la practica se celebran relacio- nes juridicas respecto de ellas (por ej. respecto de la sangre, la piel, etc.; generalmente esas relaciones se celebran luego de la separa- cion de tales partes del cuerpo, con lo que —puede sostenerse— han dejado de integrarlo); el tema, con actualidad desde hace ya algtin tiempo entre nosotros, cuenta con varios textos legales' y ha sido también analizado en muchas de sus concomitancias.° *V., por ej., Pilon, Eustaquio: “El problema juridico de la electricidad”, en RDJ., t. 1, Primera Parte, pp. 137 y sgts.; v. también Claro Solar, Luis: “Los contratos sobre suministro de electricidad y dos fallos de la Corte Suprema”. En RDJ., t. 19, Primera Parte, pp. 5 y sgts. Seguel, José: La industria eléctrica ante la legislacion chilena, talleres de la Imprenta Litografia Leblanc. Santiago, 1941; Evans, Eugenio: Derecho Eléctrico, Edit. Lexis Nexis, Santiago, 2003; Ver- gara, Alejandro: Derecho Eléctrico, Edit. Juridica de Chile, Santiago, 2004. Cédigos del siglo XX Jas mencionan expresamente; el CC. boliviano (art. 76) declara que se incluyen entre los muebles “las energias naturales contro- ladas por el hombre”; el CC. peruano (art. 886), que son muebles “las fuer zas naturales susceptibles de apropiacién”, y el CC. brasilefio (art. 82), que se consideran muebles “las energias que tengan valor econémico”. * Puede verse especialmente el Cédigo Sanitario (Libro IX: “Del aprovecha- miento de tejidos o partes del cuerpo de un donante vivo y de la utilizaci6n de cadaveres 0 parte de ellos con fines cientificos 0 terapéuticos”; el art. 18 de este Cédigo dispone que la leche de la madre es de propiedad exclusiva de su hijo). V. también la ley 19.451, sobre trasplante y donacién de é6rganos (DO. de 10 de abril de 1996); y su Reglamento, DS. 656 (DO. de 17 de diciembre de 1997). °V., por ej., Mazeaud, Le6n: “Los contratos sobre el cuerpo humano’”, trad. de Violette, Uriel, en RDJ., t. 47, Primera Parte, pp. 33 y sgts.; el mismo estu- dio, con trad. de José Prieto, en Anuario de Derecho Civil, Madrid, 1953, pp. 5 y sgts.; Borrel Macia, Antonio: La persona humana. Derechos sobre su propio cuerpo vivo y muerto. Derechos sobre el cuerpo vivo y muerto de otros hombres, Edit. Bosch, Barcelona, 1954; Badenes Gasset, Ram6n: “Los derechos del hombre sobre el propio cuerpo”. Edit. Reus. Madrid, 1958; Labbée, Xavier: “La condition juri- dique du corps humain avant la naissance et aprés la mort”. P. Univ. de Lille. Lille, 1990; Arriagada, Eduardo: El cuerpo humano como objeto de derechos, Univ. de Chile. Santiago, 1946; Leén Hurtado, Avelino: “El trasplante de 6rganos hu- manos ante el Derecho Civil”, en RDJ,, t. 65, Primera Parte, pp. 102 y sgts. 5 bis. La patrimonialidad del concepto de cosa. Constituye otro cen tro de discordia. Se ha sostenido que una valoracion patrimonial, en el sentido de apreciaci6n econémica, pecuni es indispensa ble en la noci6n juridica de cosa, lo que justificaria las relaciones juridicas privadas sobre ellas; pero se ha refutado enfaticamente la exigencia, extendiéndose el concepto a entidades como el nom- bre, el domicilio, las cuales, teniendo naturaleza extrapatrimonial, son generalmente aceptadas como objeto de relaciones juridicas.” 5 ter. La individualidad de la cosa. Estrictamente, la individuali- dad no parece ser indispensable como elemento del concepto ju- ridico de cosa; mas esa individualidad resulta imprescindible al pretenderse concluir relaciones juridicas sobre ellas (esa nec dad se observa especialmente en algunas cosas, como los liqui- dos, los gases). La precision es pedida por las legislaciones, entre otras materias, a propésito de la determinacion del objeto del acto (entre nosotros, en los arts. 1460 y 1461; el problema también es planteado al tratarse el mas completo de los derechos reales: el dominio; y por eso alli se volvera sobre el punto). 6. Los derechos como cosas. La calificaci6n de los derechos como cosas ha sido también latamente discutida (el tema se relaciona con la nocién de derecho subjetivo y, en todo caso, se examinara a través de la clasificaci6n que se origina, entre bienes corporales e incorporales, cuya referencia es necesaria dada la existencia de nuestros textos que la contemplan; v. infra, N° 12 y sgts.). 7. Cosa y objeto de derecho. La doctrina no da por coincidentes los conceptos de cosa y objeto de derecho. El objeto del derecho puede recaer sobre cosas, pero no s6lo sobre ellas. Con referencia a los derechos subjetivos patrimoniales, puede observarse que, tra- tandose de los derechos reales, éstos recaen sobre cosas; el objeto del derecho real es una cosa determinada y, como se observara mas adelante, tratandose del derecho de dominio se llega hasta la iden- tificacion del derecho con la cosa sobre la que recae. En cuanto a los derechos personales, su objeto consiste en Ia prestacién del deu- dor, y esa prestaci6n supera el concepto juridico de cosa; si la pres- ° El conflicto esta vinculado a la nocién de cosas incorporales. V. al res- pecto Guzman Brito, Alejandro: Las cosas incorporales en la doctrina y en el Dere- cho positivo, Edit. Juridica de Chile, Santiago, 1995, pp. 55 y sgts. tacion consiste en dar algo, se aprecia una vinculacion estrecha en- tre el objeto del derecho y la cosa (el objeto consiste, en cierto res- pecto, en la cosa); pero si la prestacién es de hacer o no hacer algo, entonces ya no recae sobre una cosa, sino en una conducta, positi- va 0 negativa, que ha de adoptar el deudor.” 8. Bien. Por su parte, el concepto de “bien” tampoco es descri- to undnimemente. Con frecuencia se ha entendido que entre las cosas y los bienes existe una relacién de género a especie; bienes son las cosas que, prestando una utilidad para el hom- bre, son susceptibles de apropiaci6n; también se ha exigido que estén apropiadas. Estas expresiones obligan a formular algunas dudas. Es previo precisar el alcance de esa “utilidad”; si se asi- mila a la valoracion econdémica, segun se ha visto, es exigida por algunos ya en la cosa;* dicha utilidad también presenta caracte- risticas de subjetividad y de relatividad que seria necesario de- terminar en cada caso concreto. La llamada “cantidad no inferior a las necesidades humanas” como principio de medida de utili- dad puede contribuir a soluciones, pero siempre que la utilidad sea exigida.® En cuanto a la “apropiacién’, en ella influye la na- turaleza de ciertas entidades como aprehensibles 0 no por el ser 7 Incluso hay posturas que entienden que toda prestacién, aun la de dar, importa s6lo la adopcién de una conducta del deudor (el tema pertenece a la teoria general de la obligacién). EI CC. portugués, notoriamente, ha destinado un precepto al concepto de cosa, que evoca lo referido en este parrafo: “todo aquello que puede ser objeto de relaciones juridicas” (art. 202) (como se dird mas adelante; por otra parte, este Codigo expresamente dispone que sdlo las cosas corporales pue- den ser objeto de propiedad). * En la resolucién de 12 de octubre de 1982 (recafda en el caso “Brame- lid y Malmstrém vs. Suecia”) refiriéndose a acciones de sociedades anénimas, la Comisi6n europea de derechos humanos declar6 que “una tal accidn es un objeto de caracter complejo[...] representa un titulo de propiedad me- diato sobre la fortuna de la sociedad. En especial, las acciones tienen indu- dablemente un valor econémico, en consecuencia, las acciones son bienes”. * Con esa medida, un pan serfa una cosa; pero no un gramo de pan. Pue- de verse que la nocién de “cantidad no inferior a las necesidades humanas” se vincula estrechamente con la funcién. Cierto objeto en una minima canti- dad, podria ser inservible en su destino habitual, pero podria ser itil en otra funcién (asi, cierto medicamento en dosis infima, podria ser inttil para su natural destino de curar determinada enfermedad, pero podria ser suficien- te, titil, para cierto andlisis quimico). humano y la capacidad de aprehensi6én de éste; y debe preci se también la referencia a la clase de apropiacion de que se tra- ta, ya que puede exigirse que sea apropiable por los particulares o estimarse suficiente que pueda ser apropiada por la colectivi- dad (por la Naci6n; por el Estado). En el resultado influira, una vez mas, la naturaleza del objeto (el alta mar, por ej., es natural- mente inapropiable) y también la reglamentaci6n positiva que puede excluir arbitrariamente ciertas cosas del ambito del do- minio privado. 9. Expansi6n de los conceptos. Si se busca una tendencia en la construcci6n de estos conceptos (cosa y bien), se apreciara su cons- tante ampliaci6n, cada vez mas comprensiya, estimulada por Jos nuevos elementos y circunstancias producto del desarrollo cientifi- co y tecnolégico (se crean cosas, tangibles o intangibles, aun vir- tuales; aumenta la transformacion; se logra capturar y controlar cosas y energias que antes no era humanamente posible; en fin, se inventan o descubren nuevas aplicaciones o utilidades a cosas ya existentes). No se le divisa pronto término y, ciertamente, va com- plicando y alejando la elaboraci6n de conceptos definitivos. El Cédigo chileno no define lo que es cosa, ni bien, y en é1 queda entonces abierta la discusi6n conceptual. Se ha entendido que bien es una cosa que presta utilidad econdémica al hombre.” ® Asf, Claro Solar, Luis: “Explicaciones de Derecho civil chileno y com- parado”, edic. facsimilar, Edit. Juridica de Chile, Santiago, 1979, t. III (6°), pp- 6 y sgts. Exigiendo la patrimonialidad, en cuanto a los derechos, aclara que son bienes cuando tienen un valor pecuniario y que, por tanto, los dere- chos de la persona no son bienes; pero como por una parte insiste en que se trata de cosas que “forman parte de nuestro patrimonio” y, por otra, expresa que se trata de cosas susceptibles “de llegar a ser objeto de un derecho de propiedad”, no deja claro si exige su actual pertenencia a alguien. Con antecedentes histéricos, se ha sostenido que cuando el art. 565 dis- pone que “los bienes son cosas corporales ¢ incorporales” consigna una par- ticidn del todo (bien), en términos que hay cosas que no son bienes debido, precisamente, a que actualmente carecen de dueno (como las res nullius y las res derelictae) (Guzman Brito, Alejandro, ob. cit., pp. 49 y sgts.). También se ha propuesto que bien es una cosa que puede proporcionar utilidad (material o moral, actual o futura) y susceptible de apropiacién; y que el Cédigo considera cosa y bien como sinénimos, utilizando los térmi- nos indistintamente (y asi se aprecia, por ej., en los arts. 566, 576, 606, 689, 1118, 1810, 2510, etc.) (Ducei ro, Carlos: “Las cosas incorporales en nues- tro Derecho”, en RDJ., t. 83, Primera Parte, pp. 31 y sgts.). 10. Los anteriores no son mas que puntos de partida o elemen- tos de juicio que pueden conducir a una nocién aproximada de las cosas y los bienes y permiten, con mayores antecedentes, adoptar criterios y posiciones en situaciones de duda. Y es la ocasi6n de sentirse eximido del deber de formular acabadamente el contenido de estos dos conceptos. Entre quie- nes se dedican al examen de la elaboraci6n conceptual se tiene convenido que, como al definir un término se recurre siempre a otro y luego para definir éste se utiliza otro y asi sucesivamen- te, para no hacer infinita la remisi6n es necesario dar por su- puestos algunos conceptos primarios, con una acepci6n aproxi- mada tacitamente aceptada. Los conceptos aqui mencionados, sobre todo el de cosa, pertenecen a esa categoria."! 10 bis. Textos legales. Siendo el centro de la materia el derecho de propiedad, tal como ocurre en la generalidad de las legislacio- nes, en Chile la base esta en la Constitucién (art. 19 N° 21 a 25, destacadamente los N® 23 y 24); el principal conjunto de normas legales esta en el Libro II del CC. (“De los bienes, y de su dominio, posesién, uso y goce”);” pero también —como se ira viendo- hay mu- chas otras normas a través de todo el Codigo y en leyes especiales. " Ademiés de las obras ya citadas, puede verse Biondi, Biondo: Los bienes, trad. de Martfnez-Radfo, Edit. Bosch, Barcelona, 1961; Allara, Mario: Dei beni, Edit. A. Giuffré, Milano, 1984; Garcia Garcia, José: “Teoria general de los bie- nes y de las cosas”, en Rev. Critica de Derecho Inmobiliario N° 676, Madrid, 2003, pp. 919 y sgts.; De la Riva, Joaquin: Concepto de cosa en sentido juridico, Univ. de Concepcién, Concepcién, 1976. " Para antecedentes histdricos sobre el Libro II, v. Guzman Brito, Alejan- dro; de Avila Martel, Alamiro; Davila Izquierdo, Oscar, y Melo Lecaros, Luis: Primer Proyecto de Cédigo Civil de Chile, Edit. Juridica de Chile, Santiago, 1978; para su evoluci6n desde su entrada en vigencia, Tapia Rodriguez, Mauricio: Co- digo Civil, 1855-2005. Evolucién y perspectivas, Edit. Juridica de Chile, Santiago, 2005, pp. 136 y sgts. (legislacién especial -descodificada— aparte, es el Libro menos alterado; la obra evaluadora del Prof. Somarriva, publicada al Centena- rio, no lo incluy6; Somarriva Undurraga, Manuel: Evolucién del Codigo Civil chi- leno, Edit. Nascimento, Santiago, 1955, 2* edic., Edit. Temis, Bogota, 1983). La notoria influencia del Cédigo francés en materia de obligaciones no se observa en semejante grado en el Libro II; puede apreciarse en la distincién de bienes en muebles ¢ inmuebles y en el concepto del derecho de propiedad (v. al to, Soza Ried, Maria de los Angeles: “La influencia del Cédigo Civil fran- nel Cédigo Givil chileno en materia de bienes y propiedad”, en Cuadernos ixtension Juridica, Uniy, de Los Andes, N° 9, Santiago, 2004, pp. 69 y sgts.). rs ee a CAPT O hE CLASIFICACIONES 11. Advertencia. Desde los tiempos del Derecho romano el De- recho de los bienes ha sido objeto de una intensa sistematiza- ci6én, que tiene como uno de sus puntos de partida su agrupa- cién en distintas clases, en base a diferentes criterios. Con el transcurso del tiempo algunas de esas clasificacio- nes pierden importancia, en tanto que aparecen otras, debi- do a la influencia de distintos factores. Seran consignadas las de mayor interés, no siempre formuladas directamente por el Cédigo. 1) BIENES CORPORALES E INCORPORALES 12. Conceptos. El CC. establece esta clasificacién: “Los bienes consisten en cosas corporales o incorporales. Corporales son las que tienen un ser real y pueden ser perci- bidas por los sentidos, como una casa, un libro. Incorporales las que consisten en meros derechos, como los créditos, y las servidumbres activas” (art. 565). Para completar el cuadro positivo deben agregarse de inme- diato los arts. 576: “Las cosas incorporales son derechos reales 0 personales”, y 583: “Sobre las cosas incorporales hay también una especie de propiedad. Asi, el usufructuario tiene la propie- dad de su derecho de usufructo”. Después de permanecer mucho tiempo en Ia ley, esos textos han Hegado a ganar consagracién constitucional (C. Pol., art. 19 N° 24), 13. Estos preceptos consagran lo que la doctrina suele denomi- nar “cosificaci6n de los derechos”, decisi6n por la cual se cons dera cosas a los derechos; al ser considerados objeto de propiedad, se termina —como también se ha dicho- en su “propietarizacion”. La clasificaci6n fue formulada ya en el Derecho romano y man- tuvo presencia durante toda la época medieval; pero se debilit6 os- tensiblemente en las codificaciones europeas (el CC. francés la omiti6), aunque fue acogida en algunas hispanoamericanas.'*'" alu- post- SEI CC. francés formalmente la omitié (aunque algunos preceptos |: den, y se ha entendido que este Codigo, apartandose de la actitud de Ic glosadores, particularmente de Bartolo, que negaban Ia aplicacién de a las cosas incorporales, la admite, al referirse —en el art. 544— a co: cirla a cosas corporales; asf, Zenati, Frédéric: “Pour une rénovation de la théorie de la propriété”, en Rev. Trimestrielle de Droit Civil, N° 2, Ps 1993, pp. 305 y sgts.); también los que le siguieron, salvo el holandés (de 1829); también la con- signa el austriaco; en el siglo XX tampoco es acogida en los Cédigos aleman ¢ italiano; el CC. portugués dispone que “s6lo las cosas corporales, muebles o in- muebles, pueden ser objeto del derecho de propiedad regulado en este Codigo” (art. 1302); el nuevo CC. holandés la acoge (art. 3-1); en Hispanoamérica par ce tener mejor recepcién; los primeros (de Luisiana, peruano de 1852 y chile- no) la acogieron, aunque en los demas hay dispersién; de los mas recientes, los Cédigos boliviano, peruano y paraguayo no la contemplan (cuando el art. 74 del CC. boliviano se refiere a las cosas “inmateriales” y el art. 884 del CC, peruano a Jas “propiedades incorporales”, parecen referirse a la propiedad intelectual y otr semejantes; v. también el CC. brasilenio, cuyo art. 83 considera muebles a los de- rechos reales y a los personales patrimoniales). Para antecedentes sobre su origen y el tema en general, con la historia del concepto de cosa incorporal, su recepci6n normativa y el examen de sus varias aplicaciones en el Derecho chileno, v. el completo estudio de Guzman Brito, Alejandro, Las cosas incorporales..., cit. Pero se tiene entendido que en Roma se excluia de los bienes incorpo- rales al derecho real de dominio. Esa exclusi6n evita que se produzca la rei- teracién de propiedad (porque se tendria la propiedad sobre el derecho de propiedad) y se explica en la circunstancia de que, tratandose del dominio, se procede a la identificacién entre el derecho y el objeto sobre el cual el derecho recae (asi, no se expresa “mi derecho de propiedad sobre esta casa”, sino “mi casa”); esta identificacién, a su vez, se justifica por el caracter totali- zador de este derecho, que se concibe abarcando, abrazando, envolviendo, toda la cosa; y, de este modo, se termina considerando al derecho de propie- dad como cosa corporal, equivalente al objeto al que se refiere. Pero tratan- dose de los demas derechos reales, que no abarcan toda la cosa, que no son totalizadores, si se distinguia entre el derecho y la cosa a la cual el derecho se refiere (y se expresa, por ej., “mi derecho de usufructo sobre esta casa”). V. por ej. Petit, Eugenio: Tratado Elemental de Derecho Romano, trad, de José Fer- nandez, Edit. Nacional, México, 1952, p. 170 (y N. del 'T., p. 229). La doctrina extranjera actual la considera, pero sin gran pre- ocupacion (y, por cierto, ha sido impugnada). Tal vez la princi- pal objeci6n se refiere a que las cosas corporales son el objeto de los derechos (en una relaci6n vertical) y entonces no es pro- cedente pretender luego que €stos a su vez son cosas, junto a los primeros (en una relaci6n horizontal), con lo cual, ademas, se posibilita la situacié6n de derechos sobre derechos; en el mis- mo sentido, constituyendo dos categorias tan diferentes, no se trata de una clasificacion, sino mas bien de una arbitraria agru- pacién.'° Se ha reconocido aquella dificultad légica pero, con base en la dilatada tradici6n, se destaca su utilidad en el trafico juridico, en el que con frecuencia se observa a los derechos fun- cionando como objetos de derechos (de lo que la cesién de cré- ditos es un notorio ejemplo).'® Asi, aparte del chileno, parece dificil encontrar un ordena- miento en el que haya logrado tan destacada importancia.'” © V,, por ej., Biondi, Biondo, ob. cit., pp. 45 y sgts.; Vallet de Goytisolo, Juan: Panorama del Derecho Civil, Edit. Bosch, Barcelona, 1963, pp. 131 y sgts.; De la Riva, Joaquin, ob. cit., pp. 65 y sgts. En la reticencia influye también, sin duda, la dificultad que se observa en el ejercicio de verdaderos actos po- sesorios en los derechos personales. '©En este sentido, Guzman Brito, Alejandro, Las cosas incorporales..., cit., p- 79. Con todo, tiltimamente ha estado siendo acogida en importantes textos e instituciones internacionales. Por ej., con base en el art. 1° del Protocolo adicional al Convenio europeo de derechos humanos (que -se ha dicho- “pu- dorosamente” se limita a consagrar para toda persona, fisica 0 moral, un “res- peto al derecho de sus bienes”), la jurisprudencia del Tribunal europeo de derechos humanos y, sobre todo, la Comisién europea de derechos huma- nos, extendiendo el concepto de bienes, lo han aplicado a muebles, inmue- bles, derechos reales, derechos personales y propiedad intelectual (la extensi6n mas inquietante, la referida a —otros— derechos reales y a derechos personales, se ha producido en decisiones de la Comisién; por ej., en S. vs. Reino Unido, de 13 de diciembre de 1984, para un derecho de servidumbr X vs. Holanda, de 20 de julio de 1971, y Miller vs. Austria, de 16 de diciem- bre de 1974, ambas sobre derechos previsionales) (v, al respecto, Rey Marti- nez, Ke rnando: “El Derecho de propiedad privada en el Derecho europeo”, udios Europeaos, N° 8, Valladolid, 1994, p. 55). "En el Codigo chileno se asent6 la decisién de considerar cosas a los derechos, pero no se exchyé -al menos expresamente- al dominio; confor me al art. 576, todos los derechos reales (al igual que los personales) son co- sas incorporales. Y como luego el 583 dispone que sobre las cosas Conforme al texto, las cosas incorporales son los derechos. Es claro entonces que donde no hay derecho no hay cosa incorpo- ral. Pero aqui (como en el concepto de “bien”) vuelve a surgir la interrogante de la patrimonialidad; es que todos los derechos son cosas incorporales, incluso los extrapatrimoniales (como los Ila- mados “derechos de la persona”) 0 s6lo los patrimoniales. En el sistema del Cédigo, una alternativa es concluir que sdlo lo son los patrimoniales; esta postura puede ser sostenida si en el con- cepto de “bien” ya se exige la patrimonialidad, puesto que el tex- to dispone que son los bienes los que contienen las cosas corporales e incorporales; en el mismo sentido puede anadirse que mas adelante (en el art. 576) se dispone que se dividen en reales y personales, y son los patrimoniales los que son asi clasifi- cados.'* Pero también se ha sostenido que son cosas incorpora- les, haciendo prevalecer el concepto que el Codigo tiene de las cosas incorporales; aunque no son bienes, son “derechos” y, por tanto, son cosas incorporales'® (todo lo cual tiene importancia para la posterior aplicacion del art. 576, conforme al cual sobre las cosas incorporales hay una “especie” de propiedad). incorporales hay también una especie de propiedad, respecto del dominio vendria a producirse la superposici6n de derechos que antes se advirtid: pro- piedad del derecho de propiedad. Sin embargo, esta sola constataci6n fuer za a excluir a este derecho del conjunto de cosas incorporales; ademas, existen dos preceptos, los arts. 890 y 891, que revelan claramente que aquella identi- ficaci6n del dominio con la cosa (y, por tanto, la exclusién del dominio de las incorporales, pasando a la categoria de cosa corporal) constituia un su- puesto en el pensamiento del autor del Cédigo. 8 Esta parece ser la conclusién de Claro Solar quien, como se dijo, conside- ra bienes s6lo a aquello que esta en el patrimonio; por lo mismo, luego de refe- rirse a la distinci6n entre cosas corporales e incorporales, avanza directamente a los derechos reales y personales (Claro Solar, Luis, ob. cit., t. II (6°), pp. 6 y sgts.). En esta direcci6n, para mayor claridad tendrfa que precisarse que los derechos personales incluidos en el concepto de cosa incorporal serfan s6lo aquellos téc- nicamente concebidos y definidos en el art. 578; es decir, los que tienen un suje- to determinado como deudor en el extremo opuesto del vinculo. 1” Guzman Brito, Alejandro, Las cosas inconporales..., cit., p. 56. El autor hace presente que, conforme a los términos, no todas las cosas corporales e incorporales son bienes. Trata también la situacién de las producciones del talento y del ingenio, de los derechos mineros, del derecho de aprovecha- miento de aguas, de los derechos corporificados y los titulos valores.

You might also like