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Osmar Sanchez Aguilera Entre textos: relecturas (de Jakobson a Vallejo, y viceversa) Pocas propuestas teéricas han resultado tan productivas e influyentes en los estudios del lenguaje poético durante la segunda mitad del siglo Xx, como la que lanzara Roman Jakobson bajo el nombre de “funcién poética” durante el Congreso Lingiiistico de Bloomington, Indiana, 1958.' En principio destinada a dar cuenta de ese rasgo linguoexpresivo omnipresente, pero caracterizador en particular de los textos considerados como literarios, esta propuesta se orient6 en su aplicacién practica, por (la) obra del propio Jakobson, hacia el anilisis del funcionamiento de la poesia, género donde su manifestacién era mas concentrada y rapidamente percep tible. Asi, aunque esta “funcién” fue vista como una mas en la tipologia de funciones actuantes en todas las concreciones del lenguaje verbal, y como la dominante en el ambito especifico del lenguaje literario, su mayor fortuna como instrumento teérico-metodolégico aplicado a estudios particulares tuvo lugar en el género poesia. Ensayos y articulos de Jakobson dedicados a explicar cémo’se manifiesta la “funcién poética” en textos tradicionalmente aceptados (lefdos) como poemas sellaron esta suerte. La “funcién poética” quedé entonces asociada —como norma— al género poesia; y dentro de éste, principalmente a la poesfa lirica textualizada segiin cdnones compositivo-formales (verso métri- co regular, rima, estructura estrofica cerrada, ...) que en su interaccion 1 Un resumen de la prehistoria de esta funcién puede hallarse en el articulo de Fernando Lazaro Carreter “Es pottica la funcién poética”, NRFH 24 (1975): 1-12 (reproducido tambien en su libro Estudios de poética (la obra en si) (Madrid: Taurus, 1979) 63-73. Alli se califica de “enfoque revolucionariamente original de la retérica y de la poética” (p. 6, n, 21) la propuesta de Jakobson “[...] hoy por hoy [1975] la mas fecunda clave para interpretar la literatura como una clase especial de lenguaje” (7). 8 Osmar Sénchex Aguilera rec{proca dentro del sistema conformado por ellos —el texto— intensifican la presencia de la “funcién poética”, su dominante. No fue este solo motivo, desde luego, el que fundamenté la preferencia de Jakobson por textos poematicos con esas marcas. Como se deriva de los comentarios previos, el eminente lingiiista y tedrico literario ruso cifraba esa especie de conditio sine qua non de la literatura que ¢s la “funcién poéti- ca” jerarquizada, en el texto mismo, en el funcionamiento de su tramado linguoexpresivo, en las relaciones activadas entre los distintos niveles del lenguaje por medio de los paralelismos y recurrencias en que se traduce aquella funcién dominante al proyectar el principio de equivalencia carac- terizador del eje de la seleccién (o paradigma) sobre el eje de la combi- nacién (o sintagma), sin excluir el principio de contigiidad propio de éste. El receptor, con sus operaciones hermenéuticas correspondientes, no estaba previsto, al menos como participante activo, en el proceso de la comunicacién literaria comprensivo del texto. Ni siquiera el status comu- nicativo intratextual, por mds que pudiera hacerlo esperar el esquema emisor-mensaje-destinatario. El texto evidenciaba su poeticidad (o literaturi- dad) a través de esas concientizadas sefiales linguoexpresivas situadas de antemano en una tradicién —la literaria— con la que aquél mantiene deter- minados vinculos autoconfirmadores. La literaturidad (0 literariedad) se concentra en el texto, en sus condiciones simbélicas internas: es mds bien inmanente, seguin la propuesta de Jakobson. El arte basado en el lenguaje verbal, sin embargo, es un hecho que des- borda el 4mbito estrictamente lingiifstico: el texto no es la obra literaria. En la conformacién de ésta participan numerosos elementos extratextuales, entre los que el receptor, condicionado por su contexto histérico-cultural y desde determinados horizontes de expectativas, desempefia un papel acti- vo. Otros cédigos y normas no restringidos al lenguaje, como la época, el sistema cultural en su conjunto, el género (y subgénero), el estilo general, etc., intervienen también en ese proceso. De ahf, que unos textos recibidos como literarios en unas épocas no lo sean igualmente en otras; de ahf, que la “funcién poética” (en tanto literaturidad) no se revele en todos los sis- temas culturales por igual, ni por los mismos medios.? 2 “Otro de los aspectos que inquietan en la hipdtesis de Jakobson es el cardcter ‘universal’ que otorga tanto a la funcién poética del lenguaje como a la funcién poética del lenguaje en poesia; es decir, a la literariedad [...] Los argumentos de Jakobson no parecen convincentes para sustentar la universalidad de su hipétesis sobre la literariedad. Y los numerosos andlisis de poesias dan muestra cabal de que es posible hablar de la funcién poética del lenguaje en la poesia, pero no son igualmente afortunados para sostener la hipdtesis de la especificidad lite- raria centrada en ella’, ha observado Walter Mignolo, Teoria del texto e interpretacién de textos (México: UNAM, 1986) cap. 2: 80, Entre textos: relecturas 9 Por consiguiente, [...] si se pretende penetrar lo mas profundamente posible en los mecanismos de la lengua poética ser4 preciso combinar la descripcién inmanente con el anlisis de la recepcin. Ambas perspectivas de investigacién justamente no se excluyen cuando se reconoce en el discurso poético un sistema semiético complejo, trans- misor de una informacién igualmente compleja y sélo existente dentro de una determinada estructura [...] Como principio metodolégico general procede no perder de vista esta idea: su aplicacién a la “funcién poética” jakobsoniana es lo que no podria ha- cerse sin acompaiiar a ésta de algunas delimitaciones previas. Aunque en sus diversos ejercicios y exposiciones de esta funcién lingiifstica —o resulta- do tal vez de los cruces entre todos ellos— gravita alguna ambivalencia* al no quedar delimitado su alcance para definir o no la literariedad del texto no obstante su evidente propensién a ello, hay que reconocer que el mode- lo de Jakobson es eminentemente descriptivo: muestra cémo actua esa fun- cién en el texto (poético desde antes de tal demostracién por la concurren- cia en él de otros sistemas modelizadores secundarios silenciados en el anilisis®), no se propone valorarlo. Por otra parte, es notorio el propésito de restriccién de Jakobson a ese aspecto de la dimensién intratextual en aras de probar la validez y univer- salidad de esa “funcién”. Sus estudios, en consecuencia, resultan basica- mente lingifsticos ~ampliados, es cierto, con respecto a los I{mites entonces vigentes de esa disciplina cuyo método favorecfa en principio la “cientificidad” deseada para los estudios literarios. De los aportes debidos a ese cultivo intenso de una parcela ineludible en cualquier consideracién de la literatura en cuanto tal no poco se beneficia- 3 Susana Reisz de Rivarola, *Poética y lingifstica: en torno a las teorfas de R. Jakobson, M. Rifaterre y J. Lotman”, NRFH 25 (1976): 78. 4 Como lo ha sefialado W. Mignolo (loc. cit., 76), “quizés la confusién provenga de haber tomado el vocablo ‘pottica’ (ligado al estudio de la literatura) para concebir una apertura en la ciencia lingifstica (...]" Tal “confusién” terminoldgica ha dado pie a muchos de los sefialamientos que ha merecido eta propueta. Véate FL. Carreter (le. cit, 10), a modo de ejemplo. 5 Gf. Susana Reisz de Rivarola, Teorfa literaria (Una propuesta), 3a. ed. (Peri: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Catdlica del Peri, 1989) cap. 3. Sus precisiones al con- cepto jakobsoniano de equivalenca, de tanta relevancia en este modelo, resultan muy prove: sas.

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