El olivo y la espada
Estudios sobre el antisemitismo
en Espafia (siglos XVI-XX)
editados por
Pere Joan i Tous y Heike Nottebaum
Sonderdruck
aus Romania Judaica 6
ISBN 3-484-57006-7
Max Niemeyer Verlag
Tiibingen 2003Carolina Pizarro Cortés
1492. La expulsion de los judios y el descubrimiento
de América en la Nueva cronica de Indias
A propésito del quinto centenario del descubrimiento de América o del asi
llamado «encuentro» entre ambos mundos, ha surgido en el panorama lite-
rario hispanoamericano de los iiltimos veinte afios un importante nimero de
novelas cuyo centro de interés son los sucesos histéricos relacionados con
los procesos de descubrimiento y conquista. Debido a la estrecha relacién
que estos textos sostienen con las antiguas crénicas indianas, en el nivel del
contenido como también en ciertos rasgos formales, han sido Ilamados tanto
por la critica como por los escritores mismos Nueva crénica de Indias. Este
tipo de novelas efectiia una verdadera reescritura de la historia, en busca de
una interpretacién de los hechos del pasado, estableciendo ~ en términos de
Bajtin — una polémica ya sea abierta u oculta, tanto con los textos inaugu-
rales sobre cl descubrimiento y la conquista, como con las versiones oficia~
Ies sobre dichos procesos que han llegado hasta nuestro presente.'
Dentro del espectro de temas y personajes que en estas novelas se ma-
neja, aparecen reiterativamente el afio crucial de 1492 y las figuras de Colén
y los Reyes Cat6licos. La controvertida semblanza historica del almirante es
fuente de inspiracién que ha dado origen a multiples interpretaciones litera-
rias, Por otra parte, el plan politico de Fernando ¢ Isabel y sus enormes con-
secuencias histéricas ha sido objeto de andlisis y critica, de admiracién y
tepudio. 1492 no es sdlo el afio del descubrimiento de América, sino tam-
' A continuacién incluimos un corpus que comprende los principales autores de Nueva cro-
nica y sus obras: Abel Posse (argentino): Los perros del Paraiso (1983), Daimdn (1978),
El largo atardecer del caminante (1992), Alejo Carpentier (cubano): El arpa y la sombra
(1979), Miguel Otero Silva (venezolano): Lope de Aguirre, Principe de ta libertad (1979),
Félix Alvarez Séenz (espafiol radicado en Peni): Crénica de Blasfemos (1986), Augusto
Roa Bastos (paraguayo): Vigilia del Almirante (1992), Vicente Mufloz Puelles (espafiol)
Eliiltimo manuscrito de Hernando Colén (1992), Homero Aridjis (mexicano): 1492. Vida
} tiempos de Juan Cabezin de Castilla (1985), Memorias del Nuevo Mundo (1988), Na-
Poleén Baccino Ponce de Ledn (uruguayo): Maluco. La novela de los descubridores
(1990); Herminio Martinez (mexicano): Diario Maldito de Nuito Guzmén, Las puertas del
mundo (1992), Armando Ayala (mexicano): Como conguisté a los aztecas (1990); Antonio
Benitez. Rojo (cubano): El mar de las lentejas (1979); Jorge Guzman (chileno): Ay mama
Inés (1993), Antonio Gil (chileno): Hijo de mi (1992); Alejandro Paternain (uruguayo):
Cronica del descubrimiento (1980), Rosa Miquel (chilena): La invasién a un mundo anti-
guo (1991); Juan José Saer (argentino): Ei entenado (1988); Antonio Elio Brailovsky (ar-
gentino): Esta maldita lujuria (1991).496 Carolina Pizarro Cortés
bién de la expulsion de los judios, hecho que aparece tematizado en varias
de las novelas de Nueva crénica y que incluso juega en algunos casos un
papel central. En este trabajo observaremos como el descubrimiento y la
expulsién aparecen relacionados ¢ incluso explicados mutuamente; veremos
como se trata el problema del antisemitismo en Espafia tanto en relacion
con las politicas gubernamentales de los Reyes Catélicos como con el per-
sonaje mismo de Col6n. Para acotar el campo, hemos escogido dos ejem-
plos que se concentran en esta relacién y la explicitan. Se trata de Los pe-
rros del Paraiso, del argentino Abel Posse — publicada por primera vez en
1983 y ganadora del Premio Romulo Gallegos en 1987 - y 1492. Vida y
tiempos de Juan Cabez6n de Castilla, del mexicano Homero Aridjis — con
primera edicién en 1985.
Los perros del Paraiso
En esta especial novela sobre el descubrimiento de América nos encontra-
‘mos con una novedosa mirada sobre el proceso de gestacién de la empresa
colombina que se remonta a la infancia del almirante y de los Reyes Cat6li-
cos. Con aguda intuicién, Abel Posse explica los sucesos exteriores que
aparecen relatados en la Historia a partir de la vida intima de sus personajes,
otorgandole a ésta el papel de verdadero mévil de los grandes cambios po-
liticos y sociales ocurridos en los postreros afios de la Edad Media. Es asi
como, por ejemplo, las tensiones externas del gobierno de los Reyes Cat6li-
cos tienen su origen en los avatares de su pasién amorosa, que marcan el fin
de toda una época, A propésito dice el narrador:
Lo cierto es que entre Fernando e Isabel habia un combate de inmensa trascendencia. Una
guerra de cuerpos y de sexos que era la base verdadera del actual Occidente y sus consi-
guientes horrores. (p. 61)
En el atolondrado fornicio de aquellos adolescentes sublimes fenece definitivamente la
Edad Media. (p. 63)
Paralelamente, el autor analiza los hechos historicos ubicandose en el pre-
sente, ocupando la perspectiva de quinientos afios que lo favorece y que
consiste en conocer el desenlace a largo plazo de lo ocurrido en 1492. A
través de este recurso efectiia una lectura retrospectiva de la historia que le
permite, por ejemplo, explicar las politicas de gobierno de los Reyes Caté
cos respecto de los judios utilizando como paradigma el fendmeno del na-
zismo aleman, o bien la «mediocridad» de la Europa de esos afios como
producto de un intercambio econémico al modo de la Comunidad Europea.
En esta misma linea, la base ideoldgica de su novela es la filosofia moderna
y contemporanea: aplica para la descripcién de los fenémenos hist6ricos del
pasado el pensamiento de Heidegger, Hegel, Sartre y, con especial énfasis,
1492. La expulsion de los judios y el descubrimiento de América 497
Nietzsche, Ambos recursos, tanto la biisqueda de explicaciones «secretas»
como la utilizacién de informacién contemporanea para analizar la historia,
contribuyen a una relectura novedosa de la relacién entre la expulsion de los
judios del territorio espafiol y el descubrimiento de América.
La biografia erratica del almirante
Esta lectura intimista de la Historia, cargada de ironia y humor negro, tiene
como centro al personaje de Colén, La oscuridad de su origen y el misterio
que rodea su vida hasta antes del descubrimiento son explicados como una
necesidad. El Colén de Abel Posse es un personaje ecléctico, 0 mas bien
acomodaticio, que asumié distintas posiciones religiosas 0 ideolégicas se-
gin su conveniencia, Sobre su familia dice el narrador:
Los Colombo eran discretamente catélicos. Iban a misa los domingos, con la obediencia,
ostentacién y ese cierto constructivo escepticismo de la pequefia burguesia ante lo Grande.
‘También gozaban de hebrea fama, [...] A veces comian aves que desangraban ostensi-
blemente en el patio del Vico, cosa de enterar a los Berardi, el gerente de la casa «Spi-
nola», la gran multinacional.
Mas que genoveses, se sentian itilicos. Mas que catélicos, gente del gran Dios (sabian
que los dioses en pugna suelen descender las més enconadas matanzas),
Eran escépticos, eclécticos, sincréticos, astutos. Navegaban en un politeismo oportu-
nista, (p. 26)
La herencia judia de Col6n, de la cual profita con una circuncisién de corte
«pluriconfesionaby hecha por un rabino «independiente», le abrir las puer-
tas de la marina mercante genovesa; pero lo pondri en riesgo cuando intente
acercarse a los Reyes Catélicos en la Espaiia de la Inquisicién. Abel Posse
trabaja con patetismo cémico su primera entrevista con «una partida de la
Hermandad en inspecciém», en la cual Colén se siente descubierto, «seguro
del pogrom». El personaje es buscado ya por los reyes — por indicacién del
Tarot — para encomendarle la misién maritima del Imperio, pero Colén no
tiene como saberlo. Es por esto, segiin la tesis de la novela, que pasa afios
en torno al centro de poder del reino, intentando acercarse y a la vez ocul-
tdndose, buscando apoyo para su empresa, pero siempre temeroso del horror
inquisitorial.
En esos afios de espera se integrard a la tertulia de la farmacia de los
‘Arana, en Cérdoba, «donde todas las tardes se reunia una peiia de conversos
para clogiar el antisemitismo y acusar la desidia y burocratizacién inquisito-
riales» (p. 93) Alli comienza su relacién con Beatriz Enriquez Arana, una
judia sentenciada a la hoguera que ha escapado por casualidad de la Inquisi-
cién cuando Torquemada, su propio tio, ejecuta a su familia. Por estar co1
denada, ella era considerada socialmente menos que una cosa, «una cosa i
fame, sin, ni siquiera, posibilidad de comercializacién.» (p. 95) El terror ge-
neral que se apodera de los conversos — siempre en riesgo — los hace adop-
tar una posicién extrema, de apoyo a la Inquisicin y de desprecio profundo498 Carolina Pizarro Cortés
y ostentoso por los judios. Colén, perfilado como un antihéroe, no es nin-
guna excepcién. «Desde su sobreactuada ~ defensiva ~ catolicidad [...]
quiso demostrar que, en cuanto judia y sobreviviente, Beatriz era solo un
objeto» (p. 95), y comienza con ella una «no relacién, basada en el despre-
cio de un cristiano exaltado por una judia condenada». (pp. 95-96)
El paso de un extremo a otro, el comportamiento acomodaticio de Colén
a lo largo de su biografia, mas que hacerlo desagradable a los ojos del lec
tor, contribuye a humanizar al personaje hist6rico, mas bien opaco y acarto-
nado en los relatos sobre el descubrimiento. El hecho de que el protagonista
— tanto de la Historia como de la novela — sea también un converso amena-
zado que se ve en la necesidad de la impostura para sobrevivir, otorga una
importancia especial a la Inquisicién y sus dimensiones sociales. América
aparece a los ojos de Europa en una época de intolerancia, violencia y
miedo; ambos hechos son parte de un mismo proceso de cambio histérico y
es licito, por lo tanto, interpretarlos en sintonia.
El nazismo a la espafiola
El origen del antisemitismo que caracterizaria la gestién de los Reyes Cato-
licos aparece explicado en la novela por causas ante todo politicas. Segun la
tesis que se explicita en el texto, lo que Fernando ¢ Isabel se proponen es
«(Lanzar el pueblo quieto, alebrado, a Imperio! Sacudirlos de la mala vida
pacifica» (p. 60) y eligen a los judios como blanco de ataque porque creen
que los espafioles «estaban contaminados de ese profundo odio a la vida,
inmanente en el judaico cristianismo medieval, de miedo organizado, de
suspensi6n del cuerpo y temor del instinto.» (p. 60)
Un rey verdadero no es més que la intuicién profunda de una raza, de un pueblo. Y ellos
sentian que quemando al hebreo cauterizaban in noce la interminable Haga cristiana. (p. 60)
Sabian que Occidente sélo podria renacer afirmandose en su raiz greco-romana.
Para la masa: renunciamiento y rosario. Para la sefioria: la fiesta del coraje y del poder.
77
Femando e Isabel son cabeza de un reinado revolucionario y entienden la
violencia hacia los judios como un aspecto necesario de la renovacién. Ellos
son el chivo expiatorio que necesita su proyecto. El discurso que defienden
~ ella, en particular — es el de la demagogia nacionalista. Antes de ser reina,
promete (segin la novela, en un discurso no registrado por la crénica) lograr
una Espafia nueva: «Habl6 de un mundo sin pederastas, prestamistas ni co-
muneros destructivos, Prometié guerra a la inflacién. Dijo que Espafia debia
alzarse sobre sus rodillas en vez de vivir arrastrandose. Hablé de pan, de
trabajo, de grandeza.» (p. 42) Estas palabras que Posse pone en boca de la
reina son una parodia de los discursos tipicos de los dictadores latinoameri-
canos, afiliados a un pensamiento materialista de derecha. El paralelo, sin
1492, La expulsién de los judios y el descubrimiento de América 499
embargo, llega atin mas a la médula, pues lo que el texto propone es una
lectura del gobierno de Fernando ¢ Isabel utilizando como modelo el na-
zismo aleman. Es asi como los reyes se veran rodeados por un grupo de in-
condicionales que reciben el mote de SS y la estructura de poder a la que
dan origen aparece descrita por el narrador en términos muy irdnicos como
una svastica «que giraba destructora con sus brazos convergiendo hacia
aquel dificil y ansiado epicentro donde, vestida con su brocato de Amberes
color verde, el color real, estaba Isabel de Castilla depilandose las cejas.»
(p. 58)
EI paralelo mas directo aparece en una nota a pie de pagina (recurso
central en la estructura del texto, porque a través de él se hacen importantes
puentes intertextuales), repleta de falsa crudicién, donde el narrador asocia
la ridicula fundacién de la secta de los SS de los Reyes Catdlicos con la
posterior SS del gobierno nazi. Segin el texto, Hitler habria sido un incon-
dicional admirador de la reina y de su forma de ejercer el poder: «Austriaco
y cursi al fin, el Fithrer llevaba un escapulario de felpa amarilla que ence-
rraba una espiguita de trigo manchego y un retrato de Isabel.» (p. 47) Seguin
esta «nueva informacién histérica», el lector debiera entender el fendmeno
del nazismo aleman como inspirado por el reinado de los Reyes Catdlicos,
pero lo que sucede es lo inverso: se efectiia una mirada retrospectiva de la
historia y un supuesto antecedente — la politica regente de Fernando ¢ Isabel
— queda explicada por su consecuente — el gobierno de Hitler. El antisemi-
tismo en la Espafia de fines de la Edad Media adquiere asi un caracter im-
presionante: se anula la distancia entre lector y suceso relatado, acercando
lo sucedido hace quinientos afios a una experiencia del pasado cercano que
afecté a la comunidad mundial. Ademas, establecer paralelos entre los Re-
yes Catélicos y Hitler es una forma radical de desacralizacién de las figuras
hist6ricas siempre alabadas por la oficialidad. Aunque no hay una oposicion
directa por parte de los personajes o de la voz narrativa a la persecucién de
los judios, las asociaciones que el texto mismo extiende hacen evidente una
critica aguda.
Un plan salvacionista
La situacion de los judios en Espafia aparece descrita casi siempre en torno
a la figura particular de Colén y, como ya hemos visto, en forma especial-
mente tragicémica en el caso de Beatriz Enriquez Arana. Hay, sin embargo,
dos alusiones especificas al sentimiento general de temor y las estrategias
de supervivencia que surgen n la necesidad.
Antes de la expulsién masiva, con mucha ironia, el narrador describe el
estado de la sociedad espafiola en medio del apogeo de la Inquisicion:
Las cifras de las deportaciones y ejecuciones eran espantosas. En una sola semana de 1487
Torquemada escruté 648 penes. [...]500 Carolina Pizarro Cortés
EI mal habia calado muy hondo. Muchos hebreos se habian refugiado en la iglesia: en-
traba carne kosche a la mesa de més de algin arzobispado. Se vendié mucho cristiano
nuevo por Ia aficién a cocinar con albahaca, a la fritura con sartén, 0 porque los sabados
comian sencillo.
Todo urinario publico se habia transformado en fuente de delacién
En la Corte, en la Magistratura, en la jerarquia militar aparecia la nariz ganchuda, o las
orejas extraviamente separadas, 0 la mirada alebrada que indefectiblemente denuncia al
hebreo. (pp. 93-94)
‘A pesar de que la historia oficial explica la expulsion de los judios de los
reinos de Espafia como una medida de asegurar la unidad religiosa del pue-
blo, y se apela a la posibilidad de conversién como argumento para indicar
que no fue un problema «raciab», el tratamiento que Posse le otorga a la si-
tuacién de los hebreos, utilizando como fondo el antisemitismo nazi, si pre-
senta rasgos genocidiarios que van mas alld de la mera discrepancia reli-
giosa. El tinte humoristico que impregna toda la novela tiende a desaparecer
cuando se describe la situacién de los judios el dia mismo en que se cumple
el plazo para abandonar Espafia, que coincide con la zarpa de las naves que
descubriran el Nuevo Mundo. Ese 3 de agosto, mientras Colén observa los
preparativos del viaje, el narrador se desplaza y se focaliza en el drama que
se vive en tierra:
Sin acceso al puerto, acosadas por los rapifiadores, del lado de la arboleda se alza un coro
de madres judias. [..] Ofrecen, imitilmente, sus hijos a la flota.
‘Alcanzaron la costa sobreviviendo a terribles saqueos y vejaciones. Algunas llevan en
el intestino piezas de oro y piedras finas para pagar la vida de sus crios.
[.-] No tienen salida: tendran que negociar con los piratas moros que se anuncian con
grandes hogueras sobre la playa [...]. Les aplicarin terribles enemas de agua de mar con
polvora. Impacientes, a los ancianos les abririn de un tajo como aduaneros suizos con odre
sospechoso, en busca de perlas y piezas de oro. Violarin y venderdn las delicadas jévenes
hebreas educadas para el Talmud sabatino y Ia flauta dulce. Cegarin a los adolescentes
para encadenarlos a las norias magrebinas. (pp. 113-114)
Una parte importante del éxito de la empresa de Colén tiene que ver con
esta situacién limite. El financiamiento del proyecto estaria, segiin la tesis
de la novela, en intima relacién con el hecho de la expulsién definitiva; no
por voluntad del almirante, sino por intercesién de los judios conversos que
ocupan posiciones de poder en el imperio de los Reyes Catdlicos:
El pogrom avanzaba hacia dimensiones insélitas. Todo terminaria en apropiacién de bienes
y tierras. En la temida expulsién masiva.
La didspora buscaba una tierra para preservarse.
Hacia ya tiempo que hombres como Santangel, Coloma, el marqués de Moya y otros
poderosos conversos sabian que debian conseguir al aventurero capaz de llevar a la juderia
ala Nueva Israel.
El plan de ellos tenia dos fases: conseguir nuevas tierras y conseguir oro no judio para
pagar — no de sus bolsillos ~ el ambicioso plan de Fernando ¢ Isabel [..]. (pp. 96-97)
1492. La expulsién de los judios y el descubrimiento de América 501
Segiin el texto, Colén es para la comunidad judia una especie de Moisés que
guiard a su pueblo en esta nueva didspora. Se le ha conseguido el tan an-
siado financiamiento porque, ademas de su misién oficial, lleva encargada
una misién secreta. El personaje sélo la acepta nominalmente, pues ve en
este caracter salvacionista de su viaje ambiciones demasiado humanas. El
Colén de Posse se sabe descendiente de Isaias y lo que entiende como su
personal misién es llevar a la humanidad completa de retorno al Paraiso te-
rrenal, donde la muerte del cuerpo no existe. Los conversos de la corte, sin
embargo, estan convencidos de que el almirante es la esperanza para los ju-
dios expulsados. En el mensaje final que le habrian enviado antes de zarpar
Ie dicen:
{Ti eres el enviado! Los hebreos de Asia te esperan para reconstruir, para todos nosotros,
Ja tierra prometida. [...] jA orillas del Sambation, con ayuda de Jehové, fundaremos la No-
vaia Good! ;Aptiate, parte antes de que expire el plazo y puedan acabar impunemente con
los judios! (pp. 114-115)
Solo en su secreto proyecto, después de una revelacién en la que le habla el
«Dios de todos», Colén concluye tristemente: «Sélo uno busca el Paraiso,
todos los demas huyen del infierno» (p. 117), con lo que resume su senti-
miento frente al fin de época que afecta al Viejo Mundo y también frente a
la expulsion de los judios. El viaje de descubrimiento no sera una salida
para el pueblo hebreo y tampoco un éxito para el almirante. Convencido de
que descubre el Paraiso terrenal y afanado en imponérselo a los europeos,
sera desautorizado y degradado por estos, quienes transformaran la virginal
América en una copia barata de la decadente Europa.
A pesar del humor y Ia ironia que caracterizan al texto, descubrimos una
mirada pesimista y trigica sobre la historia de esa época de Espaiia, que se
explicita sobre todo en la persecucién inquisitorial a los judios y en la con-
siguiente expulsion. Los perros del Paraiso es un texto complejo, que
reine, ademds de lo aqui ya expuesto, una gran cantidad de informacion
cultural que se entrecruza y establece novedosas relaciones. El aspecto del
antisemitismo definido como tal en ese momento hist6rico particular es, in-
dudablemente, uno de los aportes de la novela.
1492, Vida y tiempos de Juan Cabezdn de Castilla
En esta novela del mexicano Homero Aridjis nos encontramos con una
aproximaci6n a la Historia muy distinta a la que ya ha hecho Abel Posse en
varias de sus obras. Aridjis se aleja de la mirada irdnica, evitando la parodia
burlesca. Sus textos recogen elementos carnavalescos, pero no para desa-
cralizar una verdad institucionalizada, sino como una forma verosimil de
representacion de toda una época. 1492 esta escrita al modo de una novela502 Carolina Pizarro Cortés
picaresca, con un estilo altamente arcaizante, ocupando también el recurso
de la cita a otros documentos como canciones populares sefarditas, edictos
reales e incluso testamentos. El intertexto literario opera en el nivel formal,
mientras que la informacién histérica lo hace en cl plano del contenido.
Juan Cabez6n — narrador protagonista — es un descendiente de judios que
cae en desgracia familiar y por ello econémica, lo que lo hace ingresar al
submundo de la pobreza y la necesidad de la Espafia de fines de la Edad
Media. Se transforma en el lazarillo voluntario de un ciego y junto a él co-
noce esa parte oscura del reino. Mas tarde se une a Isabel de la Vega, judia
conversa perseguida por la Inquisicién, y conoce de cerca la intolerancia
religiosa, la injusticia y el crimen, Intentando de algiin modo producir un
cambio, participa en un complot para asesinar a Torquemada, pero fracasa.
No le queda sino aceptar la dolorosa realidad de que su esposa ¢ hijo deben
partir al exilio, por lo que Juan siente que ha perdido su lugar en Espaiia y
decide enrolarse en la empresa de Colén, partiendo el mismo 4 de agosto
hacia lo ignoto. /492 es la versién personal, testimonial, de la situacién po-
litica, social y religiosa de los afios que anteceden al descubrimiento, cuyo
punto de vista basico es el de la persecucién a los judios.*
Los antecedentes
La novela se inicia con un pequefio arbol genealdgico sobre la ascendencia
hebrea de su familia que el narrador-personaje pone a disposicién del lector.
Paralelamente, se describen los origenes de la intolerancia religiosa en Es-
pafia, que se remontarian segiin el texto a la época de fray Vicente Ferrer,
alrededor del 1400, El fanatismo religioso que domina al pueblo espafiol ya
habria tenido en ese entonces repercusiones violentas sobre la comunidad
judia y de alli datarian también los primeros intentos por separarlos del res-
to de la sociedad.
Cuando el relato de Juan Cabezén Iega a los tiempos en que vive el
protagonista, cl foco de atencién deriva hacia la sociedad espafiola de fines
de la Edad Media, describiéndola insistentemente en lo grotesco. La po-
breza, la decadencia moral, la fealdad de los personajes que circulan por el
texto, que en esos momentos es mas un cuadro descriptivo que una historia,
ponen al lector en antecedentes acerca de un mundo que parece estar desin-
tegrandose. Las situaciones carnavalescas aparecen con insistencia; se nos
presentan dos descripciones minuciosas de carnestolendas, lo que permite
hacer una asociacién entre el carnaval y el estado general de la sociedad es-
pafiola. Espafia vive un momento de cambio profundo que es reprimido y
2 La importancia del descubrimiento, sutilmente trabajada a lo largo de la novela, se haré
conereta en un segundo texto, con el mismo narrador, que se concentra especificamente en
lo sucedido en América a partir del primer viaje de Colén, cuyo titulo es Memorias del
Nuevo Mundo.
1492. La expulsion de los judios y el descubrimiento de América 503
que necesita expresarse. Estamos frente al topico del «mundo al revés» que
indica aqui desorden social ¢ inestabilidad, y que — en el caso del primer
carnaval descrito — coincide con el momento histérico del reinado de Enri-
que IV, del cual se dice que era vicioso, sodomita, maloliente, cruel y apa-
tico. Los comentarios sobre su vida privada que hace un grupo de persona-
jes concluyen en una sentencia decidora:
= Sin duda, el fin del mundo esta cerca [...}
~ Sino el fin del mundo de todos, al menos el fin del nuestro [..]. (p. 38)
Luego de la presentacién de este panorama de decadencia, la novela entra
de leno en el problema de la persecucién a los judios. Juan y su amigo
ciego, Pero Mefiique, escuchan en la plaza el edicto real que obliga a los ju-
dios de Madrid a salir a la calle con sefiales en las vestiduras y a vivir apar-
tados. Pero comenta a propésito, casi como un oraculo: «Malas nuevas para
los judios he oido hoy y peores oiré mafiana» (p. 124) En la escena si-
guiente, el lector presencia una discusi6n entre varios personajes marginales
sobre la legitimidad de esta persecucién. Para algunos, los hebreos son
herejes, oportunistas, cémodos:
— Los judios hieden por judaizar y no por estar bautizados ~ dijo la Babilonia; son gente sin
Dios y sin ley.
~ Bautizados siguen siendo judios, huyen de la doctrina eclesidstica, de las costumbres de
los cristianos [..] - dijo don Rodrigo Rodriguez. (p. 136)
Luego se escucha como argumento para justificar la persecucién religiosa:
«si se hiciera en nuestro tiempo una verdadera inquisicién serian innumera-
bles los entregados al fuego de cuantos se hallara que judaizan, que es me-
jor castigarlos en la tierra a que sean quemados en el fuego eterno». (p. 138)
Para otros personajes, sin embargo, la persecucién carece absolutamente
de sentido. Una prostituta llamada la Trotera los defiende: «Un dia, cuando
nifia, andando por las calles muy hambrienta, un viejo judio me dio pan para
comer y no me fijé si su mano era hebrea o de cristiano viejo, que la bondad
y la maldad no tienen linaje sino obras.» (p. 138) Otro personaje marginal,
el Rey Bamba, asume una postura atin mds radical, enfrentando a los que
justifican el antisemitismo: «{Cuando estais frente a una moza aguerrida 0
un nifio hermoso 0 un médico que os cura de vuestros males, os sentis con
mas derecho a la vida que ellos por ser hebreos? Os sentia mds inocentes,
mas hermosos?» (p. 138) Pero Meftique agrega a estos argumentos un se-
gundo comentario de tono oracular: «no quiero abrir los ojos para mirar los
fuegos de la muerte que se encenderdn en muchos lugares de estos reinos
para quemar gente inocente; al odio que se ve en todas partes, prefiero la
ignorancia sosegada de mi noche». (pp. 138-139)
La discusién entre los personajes termina cuando por el Iugar en que se
encuentran pasa un viejo loco vestido con ropas raidas de navegante, el cual
iba «haciendo las cuentas del mundo, semejante a don Cristébal Colon»504 Carolina Pizarro Cortés
(p. 139). Como un anticipo del futuro, esta aparicién se desvanece y s6lo
Juan Cabez6n cree haberla visto, con lo que se establece un sutil puente en-
tre el hecho de la persecucién y el posterior descubrimiento del Nuevo
Mundo. Inmediatamente después pasa un perro furioso ladrandole a su pro-
pia sombra, imagen que sugiere la divisién interna de Espafia que atacara a
sus propios stibditos creyéndolos ajenos.
La maquina inquisitorial
1492 tiene como tema central ese perro furioso ladrandole a su sombra y
por eso entrega un detalle pormenorizado de los horrores de Inquisicién
Primero, como un panorama general en el que se destaca el mévil econd-
mico de la persecucién, ya que los judios eran confiscados de todos sus bie-
nes, los que «pasaron a engrosar las arcas de Isabel y Fernando» (p. 145), y
luego personalizando el problema en la situacién extrema en que cae fa ju-
dia Isabel de la Vega, quemada en efigie por la Inquisicién. Juan Cabezén la
recibe junto a su hermano para esconderla algunos dias y ella se queda con
1 varios afios, viviendo en clandestinidad. Su sentimiento frente a la con-
dena de que ha sido objeto es, atin después de mucho tiempo, el del asom-
bro: «{Qué delito he cometido contra el reino de Castilla, sino el ausen-
tarme de una ciudad donde los frailes predicadores cometen las peores atro-
cidades en nombre de la religién catdlica® (pp. 189-190)
Poco antes de dar a luz, Inés debe escapar nuevamente, porque el cerco
de la Inquisicién se viene cerrando en torno suyo. Para seguridad de todos,
desaparece sin dejar rastros, de modo que Juan inicia su busqueda con la es-
casa informacién que posee sobre su familia. De una pista en otra, sigue el
paso de su mujer ¢ hijo por media Espajia, encontrando en todas partes el
mismo panorama desolador. El texto se plantea, a través de los ojos de Juan,
en una posicién de critica abierta frente a la Iglesia y la monarquia espafio-
las y de solidaridad absoluta con los hebreos. Asi se expresa el protagonista
a propésito de un auto de fe que le toca presenciar en Zaragoza:
Clérigos, mendigos, tullidos, beatas con rosario en las manos, ladrones, ciegos, enanos, la-
bradores y gente menuda conformaban el cuerpo movedizo de la plebe fascinada por los
pormenores del auto como si cada uno de ellos confirmara en su corazén la sentencia con-
tra el hereje, indiferente a la humillacién y a la agonia de las victimas, que no tenian mas
testigos de su inocencia que ellas mismas. Porque las victimas no eran santos ni dioses sino
hombres y mujeres comunes horrorizados ante esa monstruo de mil caras y dos mil pufios
que se llamaba multitud, azuzando al sacrificio humano a los sacerdotes sanguinarios, que
habian transformado las pardbolas de amor en instrucciones de muerte y el paraiso prome-
tido en infierno terrestre, [..] Tuve miedo del hombre. [...] Castilla y Aragén habian en-
cendido los fuegos y Espafia se abrasaba a si misma. (p. 228)
La indignacién que siente Juan frente a la injusticia no encuentra eco social;
por el contrario, el pueblo apoya el proceder de la Inquisicién como una
medida necesaria y con su fanatismo religioso fomenta el antisemitismo. En
1492. La expulsion de los judios y el descubrimiento de América 505
una accién aislada y suicida, su amigo Pero Meftique, en contra de la opi-
nién general y sinceramente indignado ante el horror que se vive en su pais,
organiza un plan para asesinar a Torquemada. Naturalmente, el ciego fra-
casa, apufialando por error a otro funcionario y condenandose a muerte ins-
tantanea. El tono patético y a ratos tragicomico del relato confirman la in-
terpretacién pesimista que la novela postula sobre la Historia en general y
que es vertida por el mismo Pero: «Atin en suefios cl hombre no puede
cambiar la historia, no puede modificar la vida, no puede alterar el pasado
que conforma el porvenir.» (p. 151)
La expulsién (0 la empresa de Colon como posible salida)
Luego de los horrores de la quema de judios en la hoguera y de la invencion
verdaderamente «publicitaria» del supuesto asesinato de un nifio cristiano
que aumenta su descrédito frente al pueblo, llega para los hebreos el golpe
de gracia de la expulsién. Otra vez se insiste, citando documentos de la
época y por boca de los mismos afectados, en las ganancias econémicas que
tales medidas significan para las arcas reales, poniendo en duda asi el movil
de la «unidad religiosa» que las habrian justificado. El texto se focaliza
ahora en las caravanas de seres humanos desencantados que deben partir al
exilio. Juan Cabez6n no es uno de ellos, pero siente de igual modo que ha
perdido el lugar que le correspondia en su tierra.
En su peregrinar por Espaiia, en una posada, el protagonista se habria to-
pado accidentalmente con Cristobal Colon y presenciado un interrogatorio
que le hace a éste un familiar del Santo Oficio. El gestor de la empresa que
acabara en descubrimiento aparece apenas caracterizado por rasgos que solo
confirman la oscuridad de su origen y perfectamente camuflado para burlar
las sospechas de los inquisidores. Cuando se le pregunta de dénde viene,
contesta con un escueto «de mi mismo» y, al referirse a su proyecto, seffala:
«lo que busco esté a tiro de mis suefios». (p. 264) Su aparicién en el texto
tiene como funcién establecer otra vez un puente entre la persecucién a los
judios y el viaje colombino, que se concretari, finalmente, como Ia unica
salida para el protagonista, quien al enterarse de que el navegante ha conse-
guido financiar su empresa y que busca gente que lo acompaiie, suefia — li-
teralmente — que se enrola en ella: «me vi zarpando en un rocin de madera
mecido por las aguas bajo el océano inmenso de la noche que clareaba, se-
mejante a la calma que precede a la aparicién del sol o la eclosién de un
nuevo mundo.» (p. 373)
Antes de dirigirse a Palos, Juan probara suerte en el puerto de Santa Ma-
tia, con la esperanza de ver a Inés. En esa ultima entrevista que se produce
entre ambos, ella resumira en pocas frases la posicién que el texto ha asu-
mido frente a la historia oficial que resume la gesta de los Reyes Catélicos y
su politica anti-judia:506 Carolina Pizarro Cortés
En estos reinos me sentenciaron a muerte pero no pudieron prenderme, no obstante sus es-
fuerzos. Ahora, con todos los judios, me expulsan de la tierra donde naci y donde nacieron
fos padres de mis padres por generaciones y generaciones, Los culpables de este edicto
quedaran en la historia de los hombres y serdn honrados y festejados en memoriales, créni-
cas, anales y leyendas, pero la injusticia seguira siendo injusticia y el crimen seguird siendo
crimen, asi se escriban las palabras de gloria en el oro y el marmol. (pp. 375-376)
1492 es, en esta novela, el aiio de la desgracia, y no el afio de la gloria. La
perspectiva que asume el texto subvierte el orden clasico con que se ensefia
la historia espaftola de fines de la Edad Media y pone en primer lugar la
persecucién y expulsién de los judios, y luego, asociada a ella, la empresa
de Colén. El texto nos insta a no olvidar que la figura del loco que pasa por
la plaza madrilefia sacando las cuentas del mundo segin la Biblia es seguida
por el perro que quicre morder su propia sombra
Conclusion
Ya sea como un antisemitismo de rasgos hitlerianos 0 como un fanatismo
religioso extremo que esconde intereses econémicos importantes, ambas
novelas coinciden en destacar el hecho de la persecucién a los hebreos
como uno de los aspectos histéricos mas importantes de 1492. En el caso de
Los perros del paraiso, la relacion entre empresa descubridora y condena al
exilio es explicita, de modo que ésta puede realizarse gracias a la expulsién
(no olvidemos que son los conversos de la corte quienes logran financiarla),
En 1492. Vida y tiempos de Juan Cabezén de Castilla, la asociacién entre
ambos hechos se trabaja de modo mucho mas sutil — sin tergiversar datos
historicos con la libertad interpretativa que se permite Posse -, establecién-
dose sobre todo a nivel simbélico, insinuando los hilos profundos que unen
ambas situaciones ocurridas en ese mismo afio. Juan Cabezén se embarca
en las carabelas en busca de un nuevo horizonte luego de que ha perdido el
espacio en su viejo mundo, lo que es consecuencia directa de la expulsion
de su familia.
El hecho de destacar esta relacién tiene que ver directamente con la pre-
ocupacién de las novelas de Nueva crénica: plantear una nueva perspectiva
frente a la historia, revisar los hechos ya tan conocidos en busca de una in-
terpretacién mds ajustada a nuestro presente, darle voz a los silencios de la
Historia oficial y poner sobre el tapete los problemas no resueltos. Dentro
de este marco, hacer una critica al antisemitismo imperante en el reinado de
Fernando ¢ Isabel era sin duda una tarea necesaria.