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10 vraracro dilucidar varios puntos i ailusidar varios puntor ao largo de pacientes-dis Parte de este libro procede Dondelan Coe ds Filth durante le febrero del aio en curso (1936). Debo aj = cer a Rest 30a mlembroy a amabl ° ‘me concedieron, Fiatica de aqulla gran Fundacion Onn 1¢ esforzado por no sobrecar indtilmer potas estes paginas Las he toeends al fant det = Heme par mayor comodo imi ible a las-referenciasindigpensables Fig pueded Aiciaae al conto viagpelen Coole, Sas, o Sugeritle Iecturas nuevas que, a juzgar por mi propia experiencia, le seran de alguna utilidad. Little Bardtield Bik? ask Harold (1974), E! [iheralisme Evropeo ; Fond ole Ce ttura Ec noma, Mexia, ce H-45. 1. EL PANORAMA . X ‘una_participacién cabal en el dominio del Estado en 1. period que va_de. ‘a_la_ Revolucion Francesa, En su ascensién al poder ¢chd abajo tas {ireras que en todos los érdenes de la vida, salvo Bitzclesiastico, habian hecho del privilegio una fun Clon del Estado, asociando Ta idea de los derechos Gon ace la posesion territorialf Debié- realizar-para A clase social nueva logra establecer, sus titulos llegar a ese fin un_cambio. sitalen.todas-las ‘relaciones Tegales. EI cHRIeGtS jeridico de la sociedad cambid del status al contrat. | La uniformidad de creencias re Tigiosas cedié el sitio a una (vari en la ae aun para el escepticismo habia campo. \El_poder Gnereto e. incontrastable_de_Ja_sqberanfa hac aritayé-al-Vago imperio medicvaldel jus divinun J jus naturale. Hombres cuya influencia mds fundamento-que la propiedad uc le Megaron ie 1a politica con una. at a Page is poston te | SSE TEI banquero, el comerciante, el industrial, [reemplazaron”al--terrateniente;al~eclesidstico ¥ al ro comp, tipos.de. ia soci influencia social. predomin: in ta funcién de fuente primaria de Ja legisla- Leen Aung. con ‘su insaciable pasion por los eam Bios, reemplaza al campo, siempre adverso a. las Bios. andes’ Lentamente, pero de modo irresistible, E. ciencia reemplaz6. 2. iti ir Cincipal de fa nueva mentalided humana. La. doctrina con Su. nocion ante Ge periectibilidad mediante Ja razén, desalojé a de. pert pretest, Gon sa nocion coneora iSteSde pecado original. Los conceptos de iniciativar Social y control social abrieron paso a los conceptos Se itigjativa individual y control individual. Y, fi ‘SSimente, condiciones materiales stevas dieron pabu- a - 2 1. PANORAMA toa mievas relacones, sociales. De acuerdo eon ; una nueva gue daba una j tificacién racio ‘mundo -seci on Esta pieva fa fue el lliberalismo; y mi pro- Pésito pen sas enc la histo. ia de las fiferzas que hicieron del liberalismo una doctrina coherente. Indtil es decir que este proceso ica fue directo y muy pocas veces consciente. La ‘genealogia de las ideas dista mucho de ser una linea recta. En_el desarrollo de! liberalismo se cruzan co- _rtientes de doctrinas de tan diverso origen, que en- ‘turbian.-toda claridad y acaso irremediablemente hacen imposible toda precisiOn. A la evolucion dele iiberalismo- han contribuido de iodo determinanté’ Hombres que de.hecho le eran ajenos y aun hostiles; _desde-Maguiavelo hasta Calvino, desde Lutero hasta ‘Copémico, desde Enrique VIII hasta Tomas Moro, en un siglo; 'y en otro, Richelieu y Luis XIV, Hobbes y-Jurieu,-y lo mismo Pascal que Bacon. En la deter- minacién del m J dos de los pensadores._ Los descubrimientor ‘eogréficos, la nueva logia, las invenciones Ricas, una ‘metafisica secular y renovada, y, sobre Jodo, las formas nuevas de la vida econémica, todo ‘vino’a contribuir a la is i ices. “No bubiera egado a sex_lo revolucion teol6 llamarnos Ia t ‘vez, debié mucho de su carécter al renacimiento de la cultura. Y mucho también debe al hecho de que el colapso de la medieval respublica Christiana haya dividido a Europa en un mosaico de diferentes Estados soberanos, cada tno con sus problemas es- Beslales 9 resolver y su enperioncia nica a ofrecer fampocs Yue facil su alumbramiento. La revolucién. y 1a guerra lo presidieron desde la entrafia. Y no es ‘exagerado decir que dificilmente se encontraré, an- ‘de 1848, un periodo en que reacciones -violentas Es el crecimiento del nuevo ser. Los hom- que fye-sin: la &ta, fbres luchaban tenazmente para sostener aquellos ba- itos en que se fundaban sus privilegios, y el libera- resultado, y ane bi pentide uals pou 1S mismos partidarios. a one May ae doctina 0 pte aay apse cou Ee 4 mL Panorama ~ la comunidad a la soberanfa del individuo. Busc6” salida contra todas las trabas que la ley impone al ; derecho de acumular Ia propiedad, y tropez con este derecho llevaba en ‘el seno, como agente. auto destructor, el fomento de toda una clase proletaria, En una palabra: no bien alcanz6 su‘propésito, cuan- do vio aparecer ante s{ una amensza contra: todos ‘sus postulados, amenaza que a buen seguro transfor- ma a su vez-el mundo que el liberalismo habia ex- gendrado. Qué cs, pucs.este_Hiberalismo de ‘que vamos 2 Frraiat? No es facil deseribina, y menos definiro, pues apenas si es tun habito mental que un cuerpo de universalidad, puesto que en la préctica queds reservada a. tienen una propiedad “que ~de- fender. Casi desde los comienzos lo vemos luchar diques a la autoridad politica, por la. actividad gubernamental dentro del marco de os principios constitucionales y, en consecuencia, por procurar un sistema adecuado de derechos funda- Mentales que el Estado no tenga la facultad de in- vadir. Pero aqu{ también, al poner en wactica esos, Finostr ange _ derechos, resulta ~ “pagato e ingenioso pafa sjreitarlos en defensa de la Propiedad, que no-para proteger y amparar bajo so eal que Tia’ qorteeaice ise. Ge ou facies Me tabafo. Intent, siempre que pide, See we clo porto regia legal per6ton ee aplication. Por sus origenes. el liberalismo ha mente host a las pretensions de las g U tendido menos al erastismo dé BL PANORAMA 15 sigioses como otras asociaciones euciones we eided coca, Cayo ie = > de ‘te en tanto que no amenacen el or lerancit Scrablecido. Ha sido favorable al ‘aun en Tos casos en que ello "al pufragio universal. De modo ge cl principio dé Tas autonomlas ORsmo régla, aunque con excepcioties; jovale moors Nos derechos de Jot orbs Bestanas 9 af ela bre acini. sconfiariza, las cortapisas $18 al ‘dei Salen LS Sotenig de impel Ta ge actividades ‘individuales. "Todo io cual no significa qiie ie haya pro- rade consclentemente todos estos fines, Mucho mis exacto es decir que as soma stage eerie onic nes sigilica i ‘ : ignific BEE eng = ) EL PANORAMA . ‘BL PANORAMA a 1 valor no era para él una mera funcién de la de- pre a contrariar toda autoridad, pues ésta es conser- janda. Los salarios que pagaba no se medfan por Yadora por naturaleza, y temerosa del desorden que {sola exigencia del obrero. Las horas laborables, 1a alidad de los materiales, los métodos de venta, I cardcter del lucro, para tomar sélo algunos ejem- arrastran los experimentos incesantes. La légica del espiritu nuevo lo Heva a tallar a su conveniencia to- Gas las aristas de aquel mundo. Donde las ideas iciones que le salen al paso atajan su carrera Ta riqueza, trata de plegarizs segin sus propios ines del nuevo ¢ se les offre. ‘a Bdad Media esté empapada en la nocién de un ‘Gpremo fin ultraterrestre, al que tiene que ajustarse ‘oda conducta. ¥ el buscar la ganancia por st mis- tara adquirirlo. Toda la moralidad soci Media estaba construida sobre esta doctrina. La sostienen por igual los ordenamientos de Ja Iglesia y del derecho civil. Este modo de ver se desvanece ante el creciente ini iri jitalista. Una concepcion cién social. La , sino que su ‘de satisfacer fuerza revolucionaria: re- jea medieval predofainante desde Iucko que proceder por etay icy antitvadi. e= también, no se puede decir que tenga indice aotte la” ‘0 destruya una resistencia que, en resu Fiqueza, continuamente bu: rimento y nove- tas, ha durado tres siglos. Su afan es establecer cl Gad. Mas ain, este tipo de sociedad tenderd siem- derecho a Ia riqueza con el minimo de inferferencia ————— sensourop ered uejseq ‘eumysis jenbe 9p sordzonxl aquaydyouy eT “seq 9p erodes uoromtasyp ef onb seo eP al anus TOE Te SOpEBODs9 “So[aoLO SOI Seat ngo asrequaiwod ojgisod so ou anb uo wp un “sovtuny Sovs219 ap ostUep Uo!aeinoadso Bl EGEIIAD 25 f Sfoq oad fosso0ud jop ede epeurutiorep us 91TE ‘Srqexeges epELOl e] 2p seIOY sel A soWeyes So] ue seq wx9 sofenasT souoIsoLySer Sel OP ‘owuaturefe] Se onaro cepeu ered eqer}seou | Ou Aoszons ns wk jenn ered efOUsOHT eqetTs90 nzauD o7ed ‘Sand ‘onpiarpur [ap oatui9UoI9 59x91 ‘oysandstp eqeis> 25 ‘UP!DEIOpIStOS epi By ue eUspe [op PNIes e| GOO Spo Ww alsaten [> x9 sopewiue o\diouisd.oind yoda O5 200. Te eomup ‘ey deus9908 wxed sejBax 9p odzaio uN SEetrendeo po anb Ugzer uoo os1o9p apand “OID & saeyaodwnt of aed ua f ‘zauodwt ap ueqeien soxe> 98011 35 08 SENBAIWY “BIOMPUOD eI 9D SoUEPIP Sol ‘sop iE SB[JoNby “821 3f 0} Ua SapnyTow Shs efapour & eiojoo sonprsrput onb ugpeoyhsnf ouios [euDTeU pepiNA ef equidzoe Siuey ua ezonbyr ey Jod wyoK NS “es ‘ayaaknjau0s ojuowinsue oWoD eqejuaseid 2$ OW GaBuo ap soAHOU! woo sqUOIIe sns se 1d ‘aqwy. “Banany -suen orqad “miaydse ns (xDUBS UD [e205 Sp seunlou vqexiucous soulues 0] Sopor Ua “ea Tupfonronay Bl Opmnyouoo wget, ol ‘Roy vopr af ‘aiuourowos=yur 'se epIs Uf 2P cosy Jaq “sssamoso apust; ossoaxd 2152 2p Tenpexd OIL ‘Audesap oursta Jp anb oypay un segexqns eloduy sowrapou soduron sof Up -apuosduro anb einyuase ues8 e| op an0[> Vl £2 Ere puRTo aisisuoo oAaNU MIL}dse Ty “Te!OS F0I9eFOuG Yousou{ of0s 9s2 40d ‘aoanbyIu9 3s oyuourepuny 9p anus anb suaose e| ap eyNsD1 OUNS4 up}peiojdxa_ns_weiae0> oF poy 9p ojopuedioueua ‘us post 3p SojususnsisU! nod ozsanyso ns U9 20h owsiu aso ap souy ¥ ‘ot un owio> vjepor aoa1ede sof Bsey anb~epersg—ty “9110/21 Te asopueurjour ues sajuaut Sa Top 2sreyonpe asain 1s x ‘solumsap sordoud Ss 33 Whuos ye ua wisp op seroueu! & sovqpy Sof 22) ‘Ey ap volDeuLo}suEN) vl ered ‘depe emnoord poy souose sosinzai soy op eud{d uptoeiojdxe ef eqi0is? Spursg op ssieropode ap ere ano [> 40d sontoyus SiuaIsyEp [eeIs> UoIDeNISUNUpE eM sMb souOTU Pepoos eI seuoysuen spuarard opel un tod :595 wyinsal arg Sein rousss ef ap wowed eh sapuers sop sod reset ‘spperus8 soujuIp US “WPuoqns yeu vS0 OWOD eIapIsHoD “BISHNUeD Shaeiqey ‘opesiigo 24 95 oursyertdes fo ‘oysdto 2189 “rour ‘opoulad [9p [euly Jo visey sousUE [e ‘BUETIOP tay “ony ane] eas ‘Te!sos peptrowe Jombjend 9p w YVUONYS 13 YWWVEONYa 73 a ———— » EL PANORAMA que la conducta econdmica se regia conforme 2 10% que la colsonémicas. Todo este armazin de reglas Mas eyed porque no era capaz de contencr él im: Se 60. de los hombres hacia la satisfuccién de, Clete pulso aves que, dados los medios de produccién, cr eecieron como Tealizables en cuanto el ideal aporal fuera sustituido por el de la rigueza como ceva al, Este nuevo ideal no contiene casi elemen bien oe mo se encuentren, también en la Edad Media: tos que ne_ones medievales, por ejemplo, revelan el sas ap vapetito de ganancias propio del capitalist. mismo 2pcision del trabajo, en industria tan funds: Aun JET como la minera, e8 ya, cosa que encontrames mental Geticas medievales. Pero, aun cuando deseo SQucllos tiempos pueda decirse que el espiritt capi- aquellos tia como en cl aire, no marcaba él ritmo talista eeconsmica. Lo advertimos mas como ¢ Sufeign que como regis. Los hombres cstimaban Ta ceeion, pero la conquista de ella no habia lleged> & Fiqueza, Pecupacion caracteristica, como lo serd ene! siglo XVI. Sn social no se haba estable- ido atin s ‘base de ue en la riqueza estriba cido Mdadera satisfaccion de la naturaleza hurine: Tiere Ia atmosfera cambia tuna vez, que, princinia & sep dominant, Cada faceta de Ia sociedad aparece EEjo nueva luz Un espiritu de empresa nacre bale mas entorices, una actividad febell, un af8h oe abr rae cde otra calidad diferente de aquelioe rege la Edad Media nos ofrece ejemplos esporddi de ae. "irfa que 1a humanidad se yergue, dispocs® Cos. ntestar algin nuevo reto del destino. La aa a. contest pital, Jos riesgos de empresa, 1a Organs Tacion SEapricas, tracn consigo una nueva es¢oie Pave clon de eeicosas. El negociante acoge él. flammants medly qlismo como una garantia mas solide oe la nacionterna; porque esto no s6lo significa Tayoe Se Per dad. a iaverapresa, sino que también, le TOA guridag nedios de evadir las ordenanzas gremiaics ‘contra 1a Iglesia, porque ello com Soren un ataque contra las viejas y estorbosas reglas, ore | EL PANORAMA 6 y_abre incuestionablemente a la explotacis Gal portant recurs ate, ins propiedades, cele Siasticas hacfan intocables. "Ademés, el ensanche de geeereadoe determina una auevs acted en la ie ae aa hop ase cxsidad ¢ roducirlo Neva a formas nuevas de la banca y as fianzas. Apart de que ese mismo ensan- ‘ srcados acrece la importancia y abara- faento os iranaperte, 2 tc puna. que oa Halse visto desde la caida del fmperlo romane. Esto au ver, frtaece a centralizciin del Estado, que hizo posible famafios adelantos mediante la protec. oor hata frccucncia, se trades em la Tiny Conve. Bent forma de coniruecin de careteray y dssarro- e acién. re i Me ciue wna toon visit So fo ecentinic, ¥ 80 70 fej en Ia cavacidad para organiaar in. produccin | Shela mds grande 7 compare si emo de meals, , de todo lo cual fluyen consecuen jay que guardarse de la puerilid cei siti capitalist aparece de subito al acaber is Edna que de repente la mente humana se rosie adguistivs El afd de cro estan sotiguo como la historia, 1p nuevo es ta apariciin de una flotia que sosticne que es ain més facil slcanzar % ir social concediendo al indivi faut’ para Sus inicitivas 1 ‘slo £8 mueVO, pores ora dable encontrar campo para cllas dentro del sociedad partid: ex seca ong de Ie cuales poseta, bajo la de- iva sancién_divina, ciertos fueros’ inl (Amul era la misma negacion de lo aue va parca lente todos, ra a nevacén del derecho a st gBltaz ls recuracs, conforme a los medios aprontados ‘por, circunstanci Titi resulleba indispensable establecer nuevae’re- -laciones de clases que, a su vez 4 que, a su vez presupont: ‘pate nueva que justificara los habites que elias eon aban. El movimiento del feudalismo hacia * smo es la traslacién de un modo en que el i ‘opentpautozd opour un op jse oysandord uece gen as anb sspouo2er roy evtnses, nb ssoyunnay vpn nos op ind weet a omy eg Tp 11 JP UppedjoueuI & ‘opepnie 2: mu eee ae east * ug an esol 61 SIg05 OPES NT ‘Soe Ua 1 ‘Sopluss oduian oyo —-eaeax Bun OOD $9 ‘wyjosojiy eAane Te arnasn Sion! sd} ‘ofoint op efor uD s9u0d : “syfeuoyoex [e opuouon osmndust un o} exjuoo opuoy @ anbuye un sezyjear Jeu soze| sof ofoyyy “xeInoas opeisa [2p oper ua anb epuryoxg & eridute ime Ayjod Sp ous opesd us “clones | 2p upton Spenus, ean ‘OO ftp ot uo eowauies Sepurgoad gulalso. seoiag(o1 woap ap ousuenDe (2 & :AINaS TES ‘SeULno0p seaanu ¥ o1Ng wSoey ty “ewoy 2p ap oruauterny [PP Guede teuoyed OIaUe vyoeuraudns @ woo 0m So1OPeULIOJaI 50) erenua o1sa onb 1220 : soul ‘eu "30! 20 olfanoys gasosuoo OUsHfepnay BE: |peUnO}e euuored et Soon, SN erase. awelePe, ed, 2nd uaa & Hoe sveebaay sous [> fad Moqiog 9p b19 el on sa18e OOP Tey anb oan Hea eee ecg 19 TESA RHRLOIG ep ap onaya — sesorepod seBnyynius> suzeny STON 'retnt onl Cee oe ot a ehaknesd pp efsuend URaueL, 08K SOP Fo one eso Joueae Ja anb vpnp us ssiouod e1ouibTs-operdON Tre _soquatnsisuoy sour sms & © is 2 pepisuaiay ef ewweUsyy we ‘UP croyurnay oruous "yay. vouetrent opamwsopesd 19 Se 3aouq [2 ‘ ‘ SoquaqwsLrgnosap_ SOL oP 1 eertd oujures —uosany ‘exo sod ‘sooyyaBoos SOL TIT TY : ee He eee cursjuey _seajoupuoz9 sejauenoasuo> Set eu 308 "1 es CLs ‘posed ‘Ax oj8is [9 tal ‘sowed ey AouMeL Josayoud [> oWoD o;ne> Ue) JopeLOIsTY ¥ oo gztene od ‘oan! 2PS9D "ippetinor due cum opens oh Sp ope coifoud ng aeuis9e) ered opeiuoauy 1SE> 5019 : tun ,,U9}2v90A,, CI >} and ecuLns0p ve] Ud Jes 3 yay OP SOPEALOP -uooue opyo1a ey A ‘ours ayqisod a and oan] qt Sey an o1 $9 fowsauvisatoad fo. an opiuarsos eM GEM ge weyylouios dopesuod swuouius ue, sosopUpIN> ps 8 for Shuronee eyouan| Saeed ou. feat opis eset, OLQUIED 19 Ine od sowaKeD ‘seuunz0p. sns 9p us Yetouaso "30398) ora ax0ux3 Sop B1I009 up soursuod se any Sn ‘eaxsoyou | Zaluojonjenores3—opuinao gue 6P, UPPPEDINS, SS? Sfoap opueto Woo eUaNSUd 3s iu " vst ys anb svifeint o ona oicde os ‘do aj 24 arb sogeanl SHnEI Tp oun x LL PANORAMA Filos iban realizando su obra en un clima mental fue Tos obligaba a_ajustar sus ideas con un sinn Srero de influencias completamente ajena: wate ajuste se operaba de manera consciente 2 fi Ge ganar alin elemento indispensable al éxito; se eaera del todo inconsciente, y sin ninguna me Mon clara sobre su utilidad 0 su significado, Sion cipacion del individuo es un coproducto de 9 fectorma: se la conquista al paso, pero no est entre sus fines esenciales. Porque no debemos olvidar que a Reforma es, so bre toto, la revolucién contra el papado; un intense ora descubrir de nucva cuenta el sentide de Ta, vido Pa eee Sus propulsores veian en el Papa al An cristan'y creian, en consecuencia, que obedecer!0 fonia en peligro su salvacién. No es que hayan inte pone Smancipar de tal control al individuo para que tado convirtera en principio cardinal la lucha por Ste, Goma como fin en st, sino que 1o emanciPabe 1a titvcifos crefan, para que pudiera ser un buen cfs segun efosiquiera de los autores de la Reforma ha: fiano. Ghazado una declaracién franca y neta de los Principios de la sociedad liberal. Lutero, Pemental, era un conservador para cuanto dam Constitucidn de las sociedades® Odiaba la us 2 te ostil al nuevo mecanismo de las finanzas, © Cra oso observa Troeltsch— en una organizacién sath jominada por Ta revelacién sobrenatural a ts social aefe ta Edad Media. Cierto es que sostenta mangodos los creyentes Hlevaban en si 12 viniud &e aque sods ero no por eso se les reconocia ¢], derecho cerdotr ge manera diferente de la que él mismo 2 Greet Se habfan de creer en Ja palabra Hana ds. 1s crete ee. Y esta “palabra Hana” significa un o6Sigp Escriture ea cuya interpretacion coincide puntuat de com todo 10 esencial, con el ideal de la Edad Media. edn so establecis el derecho del principe a gober- nave religion de sus sibditos: y por aqui, aungve nar }2 jireciamente, dio un impuiso hacia la secula, sea iiitge la politica. Perv su teorfa del Estado no es més que tn pragmatismo apremiante al que todo HL PANORAMA » evoluclonaro se, ve Impelido: ss simplemente, una sca de las condiciones de la victoria. Toda conce- ‘A veces, “gi sién de Lutero —y muchas resultan contradictorias— Gebe mirarse como una maniobra en busca de pada” Nunea pened setiamente, en dotar at Estado con derechos que lo calificaran para negat los tulados do ta rolighn. uterans. El Estado, para el siempre siguis subordinado a una nocién social del cristiano, que en realidad era incompatible con el nuevo eft de a doce ie reconocer que Weber y sus discipul yan agmiigo ast Low arguments pare at tee los usear vino y_no en Lutero. Y e ypoiad tambida ue eae p ypdastera| allies! consi. ecto. Pero nada se encontrara p22 eee ey ee Bio gue hizo ea Ginchra’s aquelle mecian distplina he legs hesta fa tirana, aquelia subordinacion obi gada del acto comercial ‘al precepto religioso, aquel Hpasionado repudio de Ta libertad de conciencis."La encia del calvinismo cs la teocracia. Allf noha ice Choisy, pertenece a la colectivi de gue forma pare, yea colestiidad cues gufta a un cuerpo de relat de inspec, diving de que, no podria apartarse sino a eryensas.de st aComparad con este absolutismo, apenas gest en la balan ta tlebre carta) Claudio de chins, en que se autoriza el cobro de intereses.? , aPorgus came viene, a decir Calvino en este texto "I 2 Simplemente que de ta Essritura contra el presamo Gotorés eure de concluyentes.Rechaza Seal patrtien de gue f dinero no ae cogtmrat jinero.. Considera que el problema debe juzgarse en vista de las condiciones actuales de la vida hum tan ‘diferentes de las que existian en los tiempos + ibligs. Y, en consecuetcia, conclu ef Ucito pre: ta dinero a interés mlenras Tae etipulacones del rréstamo scan equitaivas. En fin, esta (esis general siete casos excepeionales. A la luz de las 30 L PANORAMA nociones de su época, Calvino no se revela en este documento como un ‘innovador muy brillante® Re conoce que hay algunas transacciones comerciales ‘en que se justifica el pago de una remuneraci6n por el uso de un capital. Pero, a mi ver, ni una sola de sus palabras aiiade nada al argumento de San An- de Florencia? o a las Sententiae de Gabriel Biel,#0 quienes reconocen igualmente que la doctrina del justo precio es ya insostenible en toda su ampli- tud. De modo que Calvino no hace mas que ma- nifestar su conformidad con los tiltimos canonistas medievales. Lo que de aqui vendria es asunto di ferente; pero de ello dificilmente puede considerarse causante a Calvino. : ‘Se nos asegura, sin embargo, que 1a doctrina puri- tana de la “vocacién” es una contribucién, aprecia ble para el nacimiento de la economia individualist Yo ‘me permito contestar que en esta materia el tiempo lo ha hecho todo. La concepcién puritana no es cosa estitica. Se la ve cambiar conforme se avanza del siglo xvi al xvit, y de éste al xvitt. Nada hay'en las ideas econémicas de Calvino que 10 dis. tinga mucho del periodo inmediato anterior; y el ejemplo de Ginebra, en sus d‘as como en los de Beza, prueba su identificacién con el medievalismo. Apenas podria acusarse a los reformistas ingleses del siglo xt de haber contemnplado la nueva riqueza con ojos complacientes. Todos, como el de Aquino, vefan en cl universo un plan celeste que asignaba a ‘cada in viduo un sitio determinado en la economia de las cosas, precaviéndolo contra el peligro de querer me- jorarlo. Tal es la actitud de Robert Crowley.) pu. ritano de la mejor cepa; tal la de Thomas Lever 1? © la de Hugh Latimer.!3 ‘Su concepto de la riqueza, 0 de las obligaciones del individdo, pobre o rico, es el mismo de Lutero y esta impregnado como el de éste de medievalismo. ‘Todos cllos hasta se sentian impe~ lidos, en virtud de su teoria de la “vocacién”, a con- siderarse los mantenedores del antiguo orden contra el nuevo; a protestar contra la conducta de los “nue- vos ricos” de su tiempo, que les parecla contraria a ta vida cristiana verdadera. Naturalmente que cla- EL PANORAMA 31 maban centra Ja indolencia, y no hubieran sido pu- ritanos si no exaltaran, también, las virtudes del ascetismo. Pero en st apreciacién del mundo no hay una brizna de espiritu progresista o secular. La esen: cia de su prédica esta en andar la vida por la via de Ia salvacién; en aceptar el puesto que nos ha sido asignado en Ia existencia, cumpliendo con los debe- res inherentes; en mirar, igualmente, la penuria y la abundancia como dones de Divs que traen consigo una oportunidad para la “gracia”. Creo que ésa es a esencia de sus ensefianzas. {Nada mds lejano del temperamento de los hombres que estaban mode- Jando la nueva sociedad! Cuando, en la segunda mi- tad del siglo xv, la “vocacién® se contaminé de espiritu capitalista, ya la nueva sociedad contaba su buen siglo y medio de existencia y, para entonces, puede decirse que ya habia logrado influir, por 10 menos, tanto en el puritanismo como en el catoli- cismo. Weber y sus discipulos han incurrido en un grave anacronismo, por el afan de demostrar su teo- ria. Es lo mismo que si hubieran querido juzgar de Ia respuesta que las igiesias han dado en el siglo xx a los problemas sociales, al solo examen de las res- puestas que se dieron en el siglo xviii. Para estimar la postura contemporénea en esta materia, a nadie ‘se le ocurre acudir a las doctrinas 0 practicas de Secker y Watson. w Por consiguiente, tenemos que ditigir nuestra mira da hacia otros rumbos para apreciar el efecto pro- ducido por la Reforma. Doctrinalmente hablando, se trataba de renovar los principios de la vida cristiana, no de eludirlos; y en esto no hay nada que pueda favorecer_ de modo especial el hberalismo. Lo que dio a la Reforma su verdadero valor como aoctrina social fue el hecho de que hava sido simlténea en parte, y en parte provocada por una gran dislocacién econémica. La Iglesia no hallé una respuesta al enfrentarse con ese problema. Y el resultado fue que todos los descontentas acumuladas durante Ia Edad ———— 32 HL PANORAMA Media se desataron y se lanzaron contra la Iglesia. ligiosos, legal dy drama el Papa se negaba peso. Pero el Papa, como jté a Ia revolucién rehusindose habia nada de nuev : ‘quejas que presentaban los ingleses. Pues durante si- dos y siglos se habia estado protestando contra las dé- Sivas a los Proveedores, los dincros para Pedro, etcé- tera. Tampoco era cosa nueva la pretensin de que Tiqueza eclesiéstica pagara también parte de los im- ales. “Y son notas siempre presentes fa literatura medieval inglesa la protesta contra y-el resentimiento contra la ‘inglesa_no tuvo su Ni'siquiera fue ella el resultado de una disputa en cuanto a la naturaleza de la supremacia sobre la fglesia. Las raices del cambio habian venido exten diéndose por centenares de afios. Pueden descubrirse ya en la lucha entre Enrique Il y Thomas Becket. También se descubren en la actitud de Eduardo J ante la bula Clericis Laicos. El cambio se anuncia Ya de cierto modo en los tratados de Wiclef. y de Otro modo diferente en los poemas de Chaucer y Langland. Algo de esto se trasluce en la actitud de los Tebeldes que, en el afio de 1381, ejecutaron a Simon de Sudbury, cuya_leal atacé a ésla en lérminos que cualquier pai 1 i EL PANORAMA de las novedades hubiera podida, su -, No fo es menos su i las antiguas leyes Feats nuevas aics de ganar dinero ue lari se st tando”. De modo gue Colet bu: SSdo tos principio de reformat SP En Erasmo, muy familiari h.t6 que no slo merecié, por favor del rey" y una respucst Tomis ‘Moro, sino tambien ser traducldo. al se reclama rotundamente lesa, y sobre todo la cabo, hay que Jas. pra que empobrecian al reino en beneficio de la Iglesia. So] 9p ceqestod onb soyaes equi 18] BL ap ope ge 9 2189 Oped 28 “9038 ea1WIgUODD UK sepesadsour souorseoyiures ofnposd iq Joa : eun ‘exoye ouio> ‘saouolg 1S09 ¥] UD saztUN[eq X sortoNy sosi9arp ap UD BL 9P o1s09 1S ag pte ef enon onde tbues jad shi uoo espod ou Up!zeu ap ose uo anb yo tio oyeduies ts. 9 Sonmuindie sol 9p “oun “ousns uex3 woo apuayjop upiquies q ns op_esalay 24 seizang sns ay Wivuonva Ta aud > ues plays ond wuBaqujsop op vzeuowe Cun id SHON |? U2 yuo Un Oqnty z POLI 9p _ug!det ‘ufaiog e| ua guIMNN> aonb eis: janbe ap UDI Tealueilio 1 Ua uoLeyaduresep SoBLI9O So{ anb o1ey crodu jaded [2 sod £ yz'ox9]9 [e eySandumr eynur ef e109 ap oven Opuend sospuoT 2p odsiqo [9p ose? [2 gnsourep of ‘epeaigsnf wo eyoadsos Iso an Jouewior uotooipsuint e ap esuayap ua sepeajdwsa 195 uojspod e1soj8T e] ap stzanbur se] onb eyts}s0s oWsa1 268 fo sand “Bsouljad guapisuod ef 9s anb ‘epues® Ue} G19 ee'FOISOyDOY 9p JOYSEA ap Osed [> UD ESA p94 OF i jaNUy egeuasaidax a19]2 [2 anb op eysodsos v] e oigap as aired euang “seq [ue ua sjuouiepuoy sepesazajur seuosiod wiaiqny op "nena une ‘souozex Sop $e)Sa ap exaInbjeno nb sepuoY ‘SUI OS O11KP NS ap sesnED Sq spur e}#0j00, wan ap o9sep jo coodurey squsurei9p> Ju ‘osnge [> eujuos [wou UpIDeUsIpur cuN ‘ok ou ‘ON cugIoe “dave ns eoyidea 90? “sozeiBos Sol 2p se & OF91> 19P soueu! se] ap pepajdaid ef ap aued wei eun ot “Suen A ‘ugfodnssoo Joust Gu A sosnge sepucid e 18 “ny uegep onb saapapisapa_soynquy ap eseus_eun 2p ‘ojqond_je_gaeiSsop_‘eded_jap_upjaaipstint_e}_oyoqe r5esoo Sou} gzijead Bso]suy wUOJoY ef ‘SISSONS Ua es squoweud|d vorony sa10UrE|9 SOIsa_oF,59T Gosnge sof exyuoo ayuowaIUErSUCD eqEUE|D,, o]gond 1p and ¢zet Ud Sasjom v eIguDsD xog pnb dod vod Mo’ sou ‘so1s9;SeuOU So} 9p UPIIHOAE e] UOD uOIaIG par onb ozfanjar 9S ‘So[Cul s01s9 JaLeq & sepeu Turesu> sepIpaus se] euuojoy ©] 2p sowuourepsed “tod OOHSP4p Opoul un 9p opestise> ony 0159 oper joquow99 uD SosNqe ‘sase|N20s SouOFOedNDO UD So} > souo}OuOsqe “Se}ostaaud 'Sey2UapISar0U ‘SO191} 1d “Seieue ‘ssuoIDefady “uoIdwoID yon P| 21905 puoj|ind ap UpI2eULIOUY v| UD Lperodicout viouDLIod xo EpHgs | Saqnosop 9s O}19 OpOr 2p Optio} [> Ua WWWUONYA 13 tf Er 36” EL PANORAMA . de ella como un fondo nacional al cual el Estado podia recurrir con justicia como alivio en un periodo dificil. Pero lo que, sin duda alguna, hizo popular 1a pol tica de supresion fue la oportunidad que para ent quecerse ofrecia al rey, a 1a nobleza y a la clase the dia alta, Es muy significativa la enorme avaricia con que algunos desde los grandes nobles, como el, duque de Norfolk, hasta caballeros ruraies, como Humphrey Statford, y aun miembros desconocidos de la burguesia urbana, solicitaban, regateaban y so- jdormaban para conseguir su parte en los despojos de tales bienes.** Esto creé un partido solido favorable al mantenimicnto del nuevo orden de cosas. Fact ité la formacién de grandes fincas, y de aqui el rogreso de la apropiacién de la tierra. Estimulé la acumulacién de capital, y con ello el nuimero de hombres dispuestos a arriesgar su excedente de Ti- queza en las nuevas aventuras comerciales. No puede dudarse de que la politica representada por la Re- forma no es, psicolégicamente, sino el desmorona- miento del orden econémico medieval. La expansién comercial ¢ industrial requeria una monarquia fuer- te, capaz de gobernar, para favorecerlas. La Iglesia era contraria a ello. Sus practicas —véanse los ata- ques de Latimer contra los efectos perniciosos de los dias festivos?°— estorbaban la produccién. Su. Propiedad no sdlo tenia una sombra de sumisién extranjera, sino que era inaprovechable para fa com- pleta explotacién por los nuevos métodos. Impedia, por su intromisién. el logro de esa balanza comer. cial favorable que habja Hegado a parecer tan vital para la nacién. Aun la misma caridad de la Iglesia se sostenia para estimular la vagancia. Su organiza- ion toda, como instrumento de control social, es antitética ‘del nuevo espiritu. Su destruccién, como organizacién, ofrecia la perspectiva de nuevas rique- en una época en que los hombres estaban atur- didos por la idea de oportunidades nuevas. Sut propia corrupcién justificaba vsta codicia en hombres. an- siosos de apoderarse de sus bienes bajo cualquier pretexto. En esta forma, segin pensaban, podrian enriquecerse, de manera negativa, haciendo. recaer EL PANORAMA 37 las cargas fiscales sobre otros hombros, en forma positiva, obteniendo su parte en los despojos. La Igle- sia, tal ‘como estaba organizada, era considerada un estorbo para el nuevo orden social. Los principios que sostenia significaban la sustraccién de grandes elementos de riqueza, tierra, trabajo y ca- pital, de las empresas nuevas a que podrian dedicar- se. El contraste entre el comerciante ambicioso y el terrateniente avaro de la época Tudor, por una parte, y el cura y el fraile, por la otra, no dejaba lugar a duda sobre el resultado de ta lucha por ta riqueza de la Iglesia. Cuando el Concilio de Trento del pa pado abrié los ojos reconociendo ta necesidad de la Reforma, era demasiado tarde porque para entonces ya habia perdido la mitad de su impet hombres estaban ya en el poder. Las condi nuevas de explotacién se habjan afirmado. La opor- tunidad para que el nuevo espiritu transase con la Iglesia habia pasado ya; la ocupacién de la Iglesia era ahora pactar con este nuevo espiritu. v La Reforma ayudé, por _lo_tanto, de_estz manera indirecta, a la propagacién de las_doctrinas liberales. Abiid-2I-caramno at ndividualismo. al contiscar. las riquezas empleadas en sostener- pri 1s que estor- baban las oportuntdadesindividuales. Con la des- aparicién de aquella riqueza disminuyd la influencia de esos principios. En oposicidn a ellos, surge pau- latinamente una concepcién secular de la vida que define cada vez mas estrechamente el dominio que pueden mantener. Mas atin, aquella concepcién secular transforma a su vez el contenido de los prin- cipios cristianos hasta amoldarlos a sus propias ne- cesidades. Compleja y confusa es la forma en que esto se hizo. En parte, provino de los acontecimien- tos que obligaron a la iglesia a modificar sus puntos de vista; el tener que buscarse aliados, por ejemplo, y el que la debilitada comunidad romana no pudiera imponer ya condiciones. En parte también se originé 38 EL PANORAMA por ef hecho de que, en la lucha para hacer progre- sar la nueva concepcion, fas ideas se desarrullaron aun en fos nis diverses’ dominios, y el fuerie ¥ ex- tenso choque de éstas se produjo en Ia direccion que el nucvo espiritu requeria. Ests revolucién ideo- légica tiene tres notas dominantes en el siglo x1. Es, en parte, una evolucién de la doctrina politica s@ forma una teoria del Estado como entidad capaz de bastarse a si misma. En parte, otra vez, es ura teologia fueva y en su formacién ‘se emprenden in: vestigaciones que minan Ia influencia de la fe sobre Ja mente humana. Finalmente, se construye una cos. mologia nueva que da tugar a una concepeidn ci (ifica nueva, por una par2, ¥ a una nueva metalt- sica, por ta otra. Vamos de Copérnico y Keplero, de Cardan y Vesalio, a Galileo y Harvey, a Bacon y Descartes. Cuando Iegamos at hombre del siglo xvtt, el individuo posee un sentido de dominio sobre ci universo, nuevo a la vez en profundidad y aspiracién. Esta preparado, por decirlo asl, para disputar a Divs el derecho de supremacia sobre su destino. Cada uno de estos elementos requiere considera. cién aparte, aunque ninguno, en verdad, es indepen. diente de los otros. La historia del pensamiento po- litico en el siglo xvt es Ia historia del estuerzo del hombre para justificar, s6lo con éxito parcial, las con- secuencias de un medio ambiente nuevo.” Se en- frentan con el hecho de un poder politico divorciado de las bases teolgicas sobre las que se sustentaba antes. Las viejas sanciones de obediencia estén en Proceso de desaparicién y se descubren nuevas. Ya Ro pueden fundar sus gobierncs en una Ley Divi de la cual Roma es intérprete maximo, porque m Europa disputa a Roma el derecho de interpreta: No se puede ensefiar ya la coexistencia del debcr politico y de la obligaciéa religisa, porque la revo- lucién los ha disociado. El problema con que tienen que enfrentarse es, sin duda, el eterno de hacer compatibles la libertad y el orden. Pero la idea de libertad esté ahora encajada cn un nuevo marco, Pues encuentra un ambiente cuyo acento material difiere de todo otro conocido desde los tiempos de FL PANORAMA 39 I. La evolucién que tiene lugar esta novedad. Sel resultado de “Ch filosofia politica det siglo xvi se inaugura con ‘una espresion tle modernidad que, ni por su realismo ni por su poder de discernimiento, jamés habria de ser superada. En Maquiavelo esta todo el Renaci- miento. Ahi estén su codicia de poder, su admira- cian por el éxito, su indiferencia por los medios, su Fepugnaneia por la esclavitud medieval; su franco paganismo, st conviccién de que la fuerza de la pa- Tria esté en la unidad nacional. Ni su cinismo ni sus ¢logios de la astucia son bastantes a ocultar al idealista. Sostiene con todo su corazon el suefio de Dante de una Italia unida y renovada. Es también un administrador hasta la punta de tos dedos, un administrador con valor para declarar que quien desee el fin debe desear 10s medios. Cree en fa li- bertad, pero la amarga exper ie ha ensefiado que el poder es el precio de la libertad. De modo que elimina despiadadamente todo lo que estorba al ejer- ciclo del poder 0 a su conservacién. Son admisiones de debi i idad las limitactones morales sobre ta con- ducta y una Iglesia independiente; y la debilidad es tun pecado contra el Espiritu Santo, El Principe de Maquiavelo puede muy bien ser el retrato del hom: bre nuevo de su época, Sabe iu que busca conseguir: s cruel sirviendo su ideal. Es francamente materia- lista, sin el estordo de cualquiera «le esas otras va dades mundanas tan arraigadas en las costumbres medievales. La utilidad es la piedra angular de su método con el poder como criterio de utilidad. Sus aspiraciones son enteramente seculares, y su estado mira solo a la tierra. Si la religién entra en sus calculos, ¢s tan sélo como un instrumento valioso para doblegat al hombre al servicio de sus fines. Maquiavelo es un hombre genial, y e} hombre ge- nial no es quizés nunca por completo tipico de su tiempo. Pero es muy significativo el que en los um- brales de una nueva época apareciese un libro que, de modo tan franco, ensatzara su esencia intima, porque, después de todo, el personaje de su principe no es una caricatura del siglo que siguid, sino un 2 EL PANORAMA sugiere entonces que hay ciertos principios a los cua- les debe ceder la primacfa. Estos son la Ley ‘a, las leyes fundamentales de la Republica y aquella ley “natural” que prohibe al principe despojar la propiedad de sus stibditos.> Estas limitaciones son claramente de_gran impor- tancia. Significan, asi lo supongo, que Bodino vio y dese6 a inevitabilidad de un Estado puramente sect pero se dio cuenta, por su propia y vivida expe- riencia de la monarquia de los Valois, dle los peligros, del poder ilimitado. Por consiguiente, las cortapistas que traté de imponer estén todas ellas concebidas en el espiritu de su tiempo. Son, por una parte, una aceptacién de las convenciones morales de stt gene: racién, hecha bajo el nombre convencional de la Ley Divina; por ta otra, un esfuerzo para encontrar gar al consentimiento de los sibditos a los actos de autoridad, con una relacin especial a la necesidad de seguridad en cuestiones de constitucién econd- mica. Por ejemplo, el sefialar la irrevocabilidad de la Ley Salica es el reconocimiento inflexible del rea- lista de que el hombre del Renacimiento era capaz de servirse de la debilidad de una mujer en el trono. La atribucién de una santidad especial a la propie- dad privada, de manera que su control ha de nacer, finalmente, del consentimiento a través de Ia ley, es el resultado de su conocimiento de que los hombres nunca estén mas dispuestos a luchar que cuando se imaginan que su propiedad peligra. jLa teoria de la soberanta, de Bodino, es la busqueda consciente de ha fSrinula. dé"paz en una época atormentada por ta contienda civil. Da la medida de la atmésfera trastrocada a que se enfrenta el que encuentre su re- medio en la idea de la supremacia civil. Con él se sepulta al fin la dualidad molesta de la Edad Me- ia. La lucha entre el poder civil y el eclesiastico se decide en favor del primero. Y esto y €s notable que lo signifique, que las sanciones a Ia conducta han de ser, en medida creciente, seculares y no divinas. La tesis de Bodino, en el fondo, se asicnta sobre tuna base de utilidad que hace del orden el bien mas EL PANORAMA a alto; una perspectiva tipica, recordemos, forjada por un jurista en una época de’ anarquia. Es un intento para hallar la razén fundamental de la obediencia Uentro de los confines de la ley misma. Lentamen- te, dentro de aquel periodo, iban concibiéndose hipate- sis opuestas. Las mas notables de ellas son la idea —de ningim modo nueva, y con la buera garantia de Sagrada Escritura que la apoyaba— del Derecho Di vino de los Reyes, y la doctrina, otra renovacién, del contrato social. El motivo de su reaparicjén es bas- tante obvio. Era una época de confusién en Ia cual los hombres se sentian en presencia de una novedad revolucionadora. Todos los contendientes trataban de probar, primero, que no buscaban la pelea; y. segun. do, que estaba justificada su lucha. Por lo tanto, de Lutero en adelante, todos cllos fueron impulsados a examinar los fundamentos de la autoridad politica. Todos convenian en que debia haber obediencia, y no menos los reformistas, quienes no retrocedian ante acusacién tan airada como la que los declaraba pro Ponentes de la confusién social. Pero no estaban dispuestos a la obediencia sin condiciones, e inven- taban_principios para explicar que de hecho sus pro- pios fines eran principios cternos y universales que todo hombre razonable debia aceptar. En gran parte su visién del Estado se engendraba en la estructura del debate religioso que dio su contexto inmediato al conflicto. Pero, como trataré de mostrarlo, detrés de aquel contexto puede descubrirse un horizonte més amplio. Quiza la manera mas facil de ver la significacién del argumento sea mirarlo en la época de su mayor riqueza: la de la Contrarreforma, y hay poca duda de que en aquella época Ia discusién més notable fue la que se originé en Francia después de la funesta matanza de San Bartolomé, y que continué con apa- sionada intensidad hasta la entrada triunfal en. Pa- ris de Enrique IV, mas de veinte afios después. El problema son los’ términos sobre los cuales puede, de la confusién, hacerse cl orden. Existen diferen: cias religiosas, conflictos econémicos, rivalidades di- ndsticas, desacuerdos constitucionales. Antes de San “4 EL PANORAMA Bartolomé los hugonotes habian protestado aceptar la autoridad de la Corona: se alzaron en armas s6lo contra sus malos consejeros. Después de In matanza icieron mas radicales. Argiiian que el poder es un fideicomiso que obliga a gobernar bien a quienes Jo detentan. Nace de un contrato entre el Principe y el pueblo, en que éste tiene el derecho de ret autoridad que ha conferide si recae en un . +La caracteristica de la tiranfa es perseguir a un stib- ito que cumple su deber fara con su Dios, porque aquél ha hecho un contrato con su creador para ‘paner su alianza con ¢1 por encima de cualquier obli- ién humana. Por to tanto, su derecho a la resis- tegeia comlenan en sl momento, en que so le perst ; pero este derecl jercerlo con ciertas itaciones. El feme propietario, bajo"cuvos aus picios se construyé Ia teoria hugonote, nunca ol cosas como la guerra de los campesinos en Alema- nia; el comunismo andrquico de los anabaptistas; el peligro, cuando a ta rebelién se ta proclama como un derecho, de que puedan ponerse en duda todos los grandes principios. En consccuencia, negaron al hom- bre ordinario el derecho a la resistencia. Su deber era pasivo, mientras no fuese Hamado a la pelea por sus dirigentes naturales, los principes por ta sangre, Ia nobleza, la magistratura constituida de la nacién. Ellos son los jueces de cudndo puede emprenderse tuna rebelién Tegal. Podemos suponer que cuidardn de que ninguna resistencia tratari de echar abajo el principio de la propiedad privada como tal. Una rebelidn en nombre de la cenciencia religiosa no ha de servir de disfraz a un radicalismo social indebido. ‘Son innumerables los panfletos que urgian la adop- cién de esta actitud: algunos de ellos, como los de Buchanan y Beza y el autor de Vindiciae, han dejado huella permanente en el pensamiento politico. Pero, después de 1589, Enrique de Navarra, un hugonote, ¢s rey. A partir de aqui, cambia el tono de la disputa hugonote. Todos sus protagonistas estén por aceptar el Derecho Divino de los reyes. Tienen cn el trono a un monarca en cuya conducta confian. La idea de la resistencia les parece pecado mortal. Los poderes EL PANORAMA 45 que hayan de tenerse ha de ordenarlo Dios; resistir 2 sus mandatos es blasfemia. Después de 1589, los hugonotes estin atin en minoria, pero son una mino- ria con esperanzas. Saben que no habré dificultades en cuanto a su toierancia una vez que sea firme el titulo de Enrique. Por lo tanto, consumen todas sus energias en tratar de probar que el Estado civil des- cansa en ivinos, que quienes resistan sus mandatos son culpables de blasfemia y enemigos del bienestar del reino. Hay en cllos escaso sentido de congruencia; en una generacién, las nuevas con- jones han hecho de la paz su objetivo, como las anteriores, en otra, hicieron el de la guerra. Su tini- co afin era sobrevivir; continuar incélumes su ca- mino a través de la vida. Lo mas probable es que aceptasen el argumento para servirse de como base adecuada para una filosofia pol Los catélicos siguen la direccién opuesta. Hasta 1589, sus protagonistas sienten una indignacién ho- rrorosa hacia los hombres que amenazan los cimien- tos del orden social. Sienten que el Estado es su estado y exaltan con’ entusiasmo el derecho del Prin- cipe a dirigir sus actividades, simplemente porque a partir de San Bartotomé actia en su favor. Pero sus opiniones cambian totalmente después del adveni- miento de Enrique IV. Un hereje ha subido al trono, y Jos partidarios de ‘la Liga no dudan de que la rebelién es mejor que aceptar un rey hereje. Pre can, en consccuencia, que la soberania del pueblo es imprescriptible, alegando que el pueblo puede confe- ritla o retirarla a su gusto. La confiere, dicen, para gobernar bien. Pero sin religién es imposible un buen gobierno; por de contado, ha de ser la verda- dera, la de Roma. Los predicadores de la Liga, por consiguiente, desarrollan una teoria democratica de Ja autoridad politica, sabiendo que la mayoria cs! de su parte. En verdad, apenas es excesivo decir que las Vindiciae es la fuente de ta moderna filoso- fia Whig, como los sermones de hombres como Bou- cher lo sean de la filosofia radical posterior. La opinién cat6lica, por supuesto, no es sino una fase temporal que s¢ alimenta de la pasién fantica de

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