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__ LOS PUREPECHAS DE PATZCUARO: — UNA APROXIMACION ECOLOGICA Victor Manuel Toledo Javier Caballero Cristina Mapes Narciso Barrera Arturo Argueta Miguel Angel Nifiez if INTRODUCCION El interés por investigar las maneras como los grupos indigenas cono- cen y utilizan su entorno natural, ha cobrado una relevancia notable en los Ultimos afios. En México, un pais pluricultural donde coexisten atin mas de 50 grupos étnicos, los aspectos ecoldgicos han estado presentes en una buena parte de los estudios realizados sobre la historia (e.g. Sanders & Price, 1968; Palerm & Wolf, 1971; Harrison & Turner, 1978) o la situa- cion actual (e.g. Pennington, 1963 y 1969; Lucero & Avila, 1974; Zizum- _ bo & Colunga, 1980) de esas culturas. Tan s6lo en lo referente al conoci- ee miento indigena sobre la naturaleza, hoy en dia se dispone de informa- 4 A cién sobre investigaciones realizadas en casi 20 grupos indigenas de Mé- - xico (ver Cuadro 1, en Arellano & Toledo, 1980) y se tiene noticia de ; que se realizan otras tantas. En el presente articulo, se ofrece un panora- ma preliminar de las investigaciones que un equipo interdisciplinario _ (ge6grafos, botanicos, ecdlogos y antropélogos) viene realizando desde el , otofio de 1977 entre los purépechas (o tarascos) de la cuenca del Lago ae de Patzcuaro, un grupo indigena con notable presencia histérica en el : VICTOR MANUEL TOLEDO, del Instituto de Biologia de la Universidad Auténoma de Mé- q xico; JAVIER CABALLERO, CRISTINA MAPES, NAKCISO BARRERA, ARTURO ARGUETA = y MIGUEL ANGEL NUNEZ, de la Direccién General de Culturas Populares, SEP, México. América Indigena.— Vol. XL, no. 1, enero-marzo, 1980. CUADRO 1 LAS COMUNIDADES INDIGENAS DE LA CUENCA DEL LAGO DE PATZCUARO Y DATOS SOBRE SU POBLACION POBLACION 1970° San Geronimo Purenchépuaro Santa Fe Ojo de Agua Tarerio Ichupio Ucasandstacua Cucuchuchu Thuatzio Urandén de Morelos Urandén de Morales Caria: San Pedro Pareo® San Bartolo Pareo® ISLENAS Jarécuaro Janitzio Tecuena Yunuén La Pacanda “De acuerdo a los datos de West (1948) *De acuerdo al V Censo Nacional de Poblacion “De dudosa ubicacién indigena i occidente de México, actualmente sujeto a un intenso proceso de cambio econémico y cultural. EL AREA DE ESTUDIO La regién del Lago de Patzcuaro en el Estado de Michoacan, México, una de las cuatro regiones que forman la moderna Area cultural Tarasca (West, 1948), reviste una enorme importancia geografica, ecol6gica e historica dado que en épocas prehisp4nicas constituy6 un centro de gran concentracion de poblacién, y dado que su particular configuraci6n fisio- grafica le hace depositaria, en un espacio relativamente poco extenso, de una gran cantidad de recursos. Asiento principal en tiempos prehispani- cos del imperio tarasco,' la region del Lago de Patzcuaro es hoy en dia escenario notable de los violentos procesos de desintegracion economica y de subordinacién cultural y politica que inciden sobre las comunida- des indigenas que la habitan y, al mismo tiempo, de la enorme capacidad mostrada por esas comunidades para amortiguar dichos procesos. Situada a escasos 400 Kms. de la capital de la Repdblica Mexicana, la cuenca de Patzcuaro constituye una depresién tecténica que se extiende sobre una superficie de casi 1 000 Kms.,? de los cuales aproximadamente un 10% corresponden al espejo del Lago (Figura 1). La regién se encuentra cir- | cunscrita por diversos sistemas serranos que destacan principalmente so- _ bre sus margenes septentrional, meridional y occidental, y que hacen que esta cuenca endorreica presente altitudes que van desde los 2000 m. (a la orilla del Lago) hasta los 3 000 m. o mas. La region de Patzcuaro se caracteriza por tener un clima templado con tempera medias de — 16° C,, maximas de 37°C. y mfnimas de -5°C., y una precipitacion anual _ de 1 000 mm. la mayor parte de la cual ocurre durante un perfodo que va de fines de mayo a octubre, y que alterna con una estacién seca de noviem- bre a principios de mayo y en la cual de entre 30 a 50 dias se presentan heladas. Desde el punto de vista edafoldgico, la region esta constitui- da en gran parte por suelos de ando, caracteristicos de regiones templa-_ das y de origen-voleanico; sin embargo los luvisoles, tipicos por su gran contenido de arcilla, abarcan también importantes superficies principal- mente de la porcién oriental de la cuenca. Un tercer suelo de considera- ble importancia, es el denominado suelo de gley, asiento de la vegetacién acuatica de las margenes del Lago. a De manera general en la cuenca pueden distinguirse tres zonas bien idas formadas por las riberas lacustres entre los 2000 y los 2 100 ‘Sn.m., las llanuras riberefias de pendientes suaves que van de aproxima- damente 2100 a 2.500 m. de altitud, y los montes de topografia mas identada entre los 2 500 y los 3 000 m. Debido al avanzado proceso de desforestacién que alcanza alrededor del 75%de la cuenca (PLAT, 1971) y de la consecuente erosion, algunas porciones del Lago presentan oblemas de azolve. Con una poblacion de casi 80 000 habitantes, la enca conforma un complejo mosaico de mas de 100 asentamientos humanos mestizos e indigenas, entre los que destacan dos grande ciuda- des de origen colonial (Patzcuaro y Quiroga) dos asentamientos inter- dios (Erongaricuaro y Tzintzuntzan, antigua capital esta altima del perio purépecha) y mas de 50 comunidades o poblados con poblacio- nes de entre 500 y 3 000 habitantes. La poblacién indigena que represen- hoy en dia alrededor del 25% del total de la poblacién de la cuenca, halla distribuida en 24 comunidades de las cuales sélo dos son serranas cinco islefias, pues la mayor parte (17) se localizan en las riberas del | uadro 1). Aproximaci6n Ecolégica ANTECEDENTES La cuenca del Lago de Patzcuaro, sus recursos, y sus habitantes mes- tizos e indigenas, han sido desde el siglo pasado, un constante tema de estudios para numerosos investigadores. La revision bibliografica de los trabajos que abordan bajo algan enfoque esta regién, arroja un total de 548 titulos repartidos en 20 diferentes rubros (Argueta, 1979). Tan sdlo en los dltimos cincuenta afios, la Regién de Patzcuaro ha sido motivo de siete proyectos de investigacién y de un sinnimero de programas de desarrollo regional (Moone, 1973) patrocinados por instituciones mexica- nas © extranjeras, y ha ocupado parte fundamental de la obra de estudios notables como el del naturalista N. Leén, el arquedlogo J. Corona-Nijfiez, el bidlogo F. de Buen, el antropélogo R. Beals o el geégrafo R. C. West. Fue precisamente en la regién de Patzcuaro el area de donde el contro- yertido antropélogo norteamericano G. M. Foster obtuviera sus materia- les que sirvieron de base a sus teorias sobre el contrato diddico y la ima- gen del bien limitado tan en boga en la década de los cincuentas. No obstante lo anterior, y a pesar de que en afios recientes se han realizado una multitud de estudios de carécter regional como los de Brand (1943) sobre geografia cultural, el de Moone (1973) sobre desarrollo de las co- munidades, o el de Lise & Pietri (1976) sobre empleo y migracién, y de que también existen investigaciones sobre el nivel més preciso de la comunidad campesina’ el aspecto de la relaci6n Naturaleza-Sociedad con excepcion de la excelente monografia de West (1948), no ha sido aborda- do mas que parcial y tangencialmente o, en muchos casos, ha permanecido intocado. Debe subrayarse el hecho de que esto sucedié dado que desde la perspectiva biolégica los trabajos que se venian desarrollando se ocupa- ron sélo de aspectos muy particulares y fragmentarios, sin llegar nunca a ofrecer un panorama completo de la geografia, la biologia y la ecologia de la cuenca. METODO Los estudios sobre la relacién entre las 24 comunidades de indigenas de la cuenca del Lago de Patzcuaro y su entorno natural, fueron realiza- dos bajo la idea de que tal relacién puede abordarse sobre dos planos que aunque parecen diferentes en realidad se hallan en intima relacién a tra- 5 ee ge, ae a ee : Be América Indigena yés del proceso por el cual la etnia produce y reproduce sus condiciones materiales. Tales planos corresponden a lo que podriamos llamar la apro- Piacién cognoscitiva y la apropiacién material de la naturaleza, es decir, a la forma como los miembros de un grupo étnico conocen y utilizan su entorno ecolégico. Por lo anterior, todo un primer conjunto de investiga- ¢ciones estuvieron dedicadas a revelar las maneras como los indigenas purépechas conocen su mundo natural, conocimiento que refleja los tres niyeles en que puede “fragmentarse” la naturaleza: el geografico, el ecolé- gico y el biologico. De forma paralela, un segundo grupo de investigaciones fueron dirigidas a estudiar los aspectos relativos a la “utilizacién de la naturaleza”, expresados en las formas de apropiacién material, el cardc- ter de las practicas productivas, la variedad de los productos obtenidos y los destinos de la produccién. Por iiltimo, un tercer conjunto de investi- gaciones que por razones obvias precede a las anteriores, estuvo dedicado a revelar ese “mundo u objetividad natural”, objeto del conocimiento y fuente de la producci6n, representado por los fenémenos geograficos, los sistemas ecolégicos y las especies de organismos que conforman la cuenca, es decir, por los recursos de que disponen las comunidades indigenas, Por tazones de espacio, los apartados siguientes estaran dedicados a presentar una apretada sintesis de los tres aspectos antes sefialados, y a examinar los resultados de una manera general y panordmica, para terminar mos- trando dos aspectos de la ecologia de la region que estan en intima rela- cidn con los procesos de cambio que tienen lugar en el 4rea de estudio: el uso miltiple y la complementaridad ecolégica. EL ESCENARIO ECOLOGICO En la cuenca del Lago de Patzcuaro, la interrelacién entre las comuni- dades indigenas y la naturaleza se da, por razones obvias, en funcién de dos grandes condiciones ambientales: una acudtica, la otra terrestre. En ambas condiciones es posible reconocer la presencia de dos tipos de eco- _ sistemas: los naturales y los artificiales, los que a su vez dan lugar a dos 3 “paisajes” reconocibles de inmediato: el medio ambiente natural (MAN) __ y el medio ambiente transformado (MAT) (Toledo, 1980b). Los ecosistemas naturales estan representados por las unidades de e ‘vegetacion, los suelos sobre los que se asientan, y los animales asociados a ellas, que de manera natural ocupan una buena parte de la cuenca. Los en ee Aproximacién Ecolégica 235 ecosistemas artificiales se encuentran representados por aquellos espacios dedicados a la agricultura, la arboricultura, la horticultura, la ganaderia y al manejo de algunas plantas acudticas (tulares y carrizales). En térmi- nos generales, puede decirse que el medio ambiente transformado, ocupa las riberas lacustres y las Hanuras riberefias de la cuenca, mientras que el medio ambiente natural lo circunscribe a través del lago y de los bosques localizados por encima de los 2 500 m. de altitud. En la regién estudiada, los ecosistemas naturales terrestres estan re- Presentados fundamentalmente por los bosques de pinos, los bosques de encinos, y los bosques de pino-encino. En forma similar como ocurre en muchas otras partes de México (Rzedowski 1978), en laregibn de estu- dio los pinares y los encinares ocupan nichos ecolégicos semejantes, por lo que ocurren formando complejos mosaicos o bien dando lugar a las comunidades mixtas como son los bosques de pino-encino. No obstante esto, es posible distinguir un patron general de distribucién de estas co- munidades en funcién de la altitud y de factores edaficos, asi, como de los procesos de disturbio ecolégico de origen antropogénico. En las mayores elevaciones de la cuenca, alrededor de los 3 000 m. §.n.m., se presenta también en cuarto ecosistemas representado por el bos- que de pinabete (Abies religiosa) que puede ser mas o menos puro o cla- ramente mezclado con pinos. Un quinto ecosistema natural en la region esta representado por una comunidad que algunas veces se ha identifica- do como matorral crasicaule, el cual se desarrolla en las partes bajas de la cuenca, en lomerios y pendientes suaves con afloramientos rocosos. En los ecosistemas mencionados se presentan como componentes do- minantes 0 importantes: seis especies de pinos, ocho de encinos y unas diez especies de otros arboles (Arbutus xalapensis, Alnus spp., Tilia mexicana, etc.) arbustos (Senecio spp.,) cactaceas (Opuntia spp.) y ma- gueyes (Agave spp.) (véase la figura 2). Como es de suponerse, la compo- sicién e inclusive la estructura de los ecosistemas mencionados (funda- mentalmente los bosques) no es homogénea en toda la region, sino que sutiles variaciones en los elementos del clima, en la topografia y en el suelo determinan variaciones en la naturaleza de los bosques. Por otra parte, la continua actividad humana en la regién, ha gene- rado la presencia de comunidades derivadas de los bosques originales, las cuales deben ser consideradas también como ecosistemas naturales, con los que los purépechas establecen procesos de interrelacién. Estas comunidades secundarias por lo comin ocurren fisionémicamente como matorrales o pastizales (segin el grado de avance de la sucesion ecolégi- ca), donde diversas especies de gramineas y compuestas (fundamental- mente Baccharis spp. y Senecio spp.) son las dominantes, Estas comuni- dades secundarias se presentan sobre todo en las partes bajas y medias de la cuenca donde se practica la agricultura, la ganaderfa o donde se extrae madera en gran cantidad. Por iltimo, y atin cuando no es facil reconocer, delimitar y descri- brir claramente los ecosistemas naturales en el medio acuatico de manera similar a como puede hacerse en el medio terrestre, es posible reconocer tres unidades de vegetacién acudtica que responden a condiciones eco- légicas diferentes y que de hecho Parecen tener también una fauna asociada. Estas comunidades son la de hidréfitas emergentes (tulares y carrizales), la de hidrofitas emergentes de hojas flotantes, y la de hidré- fitas sumergidas (Lot et al. en preparacion). Estas tres unidades acuati- cas se desarrollan sobre suelos de tipo gley en una sucesién especial bastante definida, que va de la orilla del Lago hacia las partes mas pro- fundas, la cual se encuentra determinada Por factores tales como la cantidad de luz o la composicion quimica del sustrato. © La figura 2 muestra, de manera esquematica, los diferentes ec mas naturales, terrestres y acudticos, que pueden reconocerse en la cuen- ca de Patzcuaro, los suelos sobre los que suelen asentarse y las principales especies de plantas y animales que los caracterizan. ETNOGEOGRAFIA El profundo conocimiento purépecha sobre su entorno geografico, > ‘sobre los fendmenos meteorolégicos y su fisiografia circundante, asi como sobre los diferentes tipos de suelos que se localizan en esta region lacustre, ya ha sido evidenciado por diversos autores. Los diferentes diccionarios de Lengua Purépecha, revelan a su vez una vasta y riquisima terminologia fisiografica, meteoroldgica y edafolégica entre este grupo étnico. En el presente apartado expondremos algunos resultados que se _ obtuvieron en la investigacién sobre el tema, como son: la clasificacién purépecha de los suelos, el conocimiento de los vientos en el ciclo clima- tico anual, y la relacién de las fases de la luna, de gran importancia para la actividad pesquera. Los primeros resultados obtenidos sobre la clasificacién purépecha de los suelos, indican que ésta se basa principalmente en la diferenciacién- de sus colores, textura, productividad y usos que se da a los mismos. Exis- ten tres grandes tipos de suelos Echeri dentro de la clasificacion tra cional: el suelo denominado Tupuri (polvillo), se localiza preferente- mente en las zonas montafiosas de la porcién occidental de la Cuenca, mientras que el suelo llamado Charanda se encuentra primordialmente en la porcién oriental, en altitudes menores y con escasa pendiente; por alti- mo el Atzimu, otro tipo de suelo, se localiza en las margenes del lago, pues es un suelo inundado, asiento de los tulares y en general de la vegetacién acuatica. A partir de estos tres tipos de suelo, los purépechas reconocen diversas variedades hasta Megar a reconocer 10 diferentes situaciones edaficas (Cuadro 2). Como se puede apreciar en ¢l Cuadro 2, el uso de estos suelos va di de la agricola, forestal y de pastoreo, hasta los usos medicinales, de construcci6n, en alfareria y para el abono de plantas de solares comoen caso de la Terenda o tierra de pudricion. Para el caso de la confecci6n de la alfareria, por ejemplo, asi com para la hechura de los adobes para la construccién de las casas tipicas de OUVNIZIVd IG OOVT 190 VINAND V130 SOTANS SOT Ad VHOFATAN NOIIVIIISV'1D a Aproximacién Ecolégica los adobes blancos (de Ihuatzio, Arécutin y Jaracuaro) se usa sola- “mente el suclo denominado uiras 6 echeri tupuri urapiti, también denomi- nado japupata, 5 Es asi como los indigenas purépechas de Patzcuaro logran confor- _ mar su propia clasificacién de los suelos de la region, la que por cierto, _ coincide en lo general con la obtenida con la propuesta por la FAO- _ UNESCO y modificada para las condiciones del pais por la DETENAL juadro 3). En cuanto a los fendmenos y hechos meteoroldgicos y astro- “ROmicos, éstos juegan a través del conocimiento purépecha, un papel damental de la vida cotidiana, puesto que sirven como “mareadores tiempo” dentro del ciclo mensual y el ciclo anual para la calendari- cién de sus practicas productivas, ___ Existe toda una terminologia apropiada para clasificar los vientos, las _ nubes, los tipos de Iluvia, las constelaciones, la orientacién, etc., como _ gemplo de esto, exponemos aqui solamente la clasificacion de los prin- CUADRO 3 CORRELACION DE LAS CLASIFICACIONES PUREPECHA Y OCCIDENTAL DE LOS SUELOS DE LA CUENCA DEL LAGO DE PATZCUARO Clasificacién Purépecha Clasificacion FAO-UNESCO-DETENAL echeri tupuri andosol echeri tupuri terenda andosol himico echeri tupuri turipiti andosol mélico echeri tupuri ts’pambiti andosol ocrico echeri tupuri urapiti = echeri charanda luvisol echeri charanda charapiti luvisol vértico echeri charanda turipiti 2 echeri charanda urapiti Invisol caleico echeri atsimu gleyso! molico region, se usan mezclas de los suelos tupuri y charanda, y en el caso -esté asociada no solamente con la estacién climética prevaleciente, sino que ademés, los nombres estin compuestos por las adscripciones de los Puntos cardinales o direccién de donde proceden (Cuadro 4). Otro ejemplo de gran relevancia dentro de este rubro, es el que se refiere al conocimiento sobre la luna (Nana Kutsii); pues ésta, es un ele- mento indicador de fertilidad, tanto en Ja agricultura y en la pesca, como para la propia mujer. _ Enel caso de la pesca, las fases de la luna, de las cuales cada una se reconoce por un término purépecha (figura 3), determinan la abundancia _ © escasez de la ictiofauna, asf como las estrategias tecnolégicas usadas - durante cada una de las fases. ee Aproximacién Ecolégica CUADRO 4 LOS PRINCIPALES TIPOS DE VIENTO QUE SEGUN LOS PUREPECHA, OCURREN EN LA CUENCA DEL LAGO DE PATZCUARO TARIATA YAUAKUA Se produce en el inviero o en la época de secas, y anuncia las heladas. TARIATA TS’AKAPEUKUARHU Rige casi todo el afio, tras llu- (viento del sur) vias de la Emenda (estacién luviosa). TARIATA TERUJCHUKUA (viento del este) Son los vientos alisios que ocu- rren durante la estacion llu- viosa, principalmente en el verano (Hozta). i ETNOBOTANICA Desde los tiempos prehispanicos, los purépechas desarrollaron también un gran camulo de conocimientos acerca de su universo vegetal. En el presente, a pesar de los violentos procesos de cambio social y cultu- ral que inciden sobre las comunidades indigenas, los elementos de esta | __ botanica tradicional, persisten mas 0 menos modificados. Algunos aspee- | tos de ésta (como la nomenclatura botdnica) han sido parcialmente F mostrados por Leén (1887), Reko (1946), Yepez (1955) y Velazquez (1978). Sin embargo, un estudio completo y detallado del conocimiento etnobotanico purépecha, no fue realizado sino hasta con la presente in- vestigacion al obtenerse informacién de casi 50 informantes de 14 comu- nidades de la regién dél Lago de Patzcuaro. Tal investigacion ha venido a mostrar que por lo menos el 50% de las especies vegetales presentes en la regién (+ 400) reciben nombre en purépecha (+ 200). En general, los nombres que los indigenas dan a las plantas, se refieren a caracteristicas morfoldgicas de las mismas expresadas casi siempre en forma alegérica. Asi, por ejemplo: jauiri tsiktsiki (Calliandra grandiflora) es flor de pelos 30 América Indigena con piojos de los nifios; akumar tsiktsiki (Lupinus montanus) es flor de aktimara, porque los pétalos de la flor son de color azul como el pescado llamado akimara. Otros nombres se refieren también a aspectos como el habitat de la planta, como es el caso de kerentsiktsiki (Begonia spp.) o flor de picdra, porque se da siempre en pequefias cafiadas sobre rocas, © bien se refieren a algan aspecto de las relaciones planta-animal como kuch tireskua, porque los puercos comen de esta planta (kuch = puerco, tireskua = comen). La nomenclatura botanica refleja algunas veces con claridad un fino conocimiento de las especies vegetales; en otros casos esto no sucede, sin embargo, es comin que de cada especie de planta los purépechas conoz- ean aspectos de su morfologia, su fenologia y su ecologia. Asf por ejem- plo Quercus castanea (urik urapiti) se reconoce porque “tiene el palo de color blanco, da hojas chicas (mas chicas que las de otras especies de Quercus) pardas delgadas, da mucha bellota y muchas pdnchiguas (aga- las producidas por una larva de insecto) y se da donde quiera, asi entre- verado, pero mas en el malpajs, ahi donde hay mucha piedra y es mas caliente y reseco, donde no hay tierra buena”. Ademés, los indigenas no s6lo reconocen distintas “clases” de plantas {y aspectos de su biologia), sino que también reconocen agrupaciones o conjuntos de ellas de manera similar 0 como lo hace el “cientifico”, de tal modo que los purépechas se refieren por ejemplo alos bosques de pino © pinares y alos bosques de encinos o encinares como uanikua pukuricha o uanikua urijuicha. Asimismo, y aun cuando no ha sido todavia suficiente- mente analizada la terminologia correspondiente, es indudable el recono- cimiento que los purépecha hacen de la regeneracion de los bosques (sucesién secundaria) como un proceso, ya que por ejemplo a la pregun- ta de: jqué ocurre cuando se abandona una milpa que se ha hecho en un claro del bosque?, una respuesta comin suele ser: “se vuelve a hacer monte (uentatia pukuricha); poco a poquito, hasta llegar a ser lébrego en unos 18 afios”. Hay de hecho también un reconocimiento de las distin- tas etapas sucesionales caracterizadas por la dominancia de algunas espe- cies vegetales, asi como de algunos de los eventos ecolégicos que tienen lugar durante la regeneracién, todo lo cual sugiere que en la vision indige- na del mundo natural existe también un nivel ecolégico representado por los nombres asignados a las unidades ambientales y a sus procesos. Por otra parte, el conocimiento boténico esta vinculado, sin duda, a la apropiacién material de la naturaleza o los ecosistemas. En efecto, puede decirse que el conocimiento de las plantas se expresa de algan CUADRO 5 NUMERO APROXIMADO DE ESPECIES DE PLANTAS UTILIZADAS POR LOS PUREPECHAS DEL LAGO DE PATZCUARO 99 30 20 16 12 9 z 7 6 4 4 4 3 3 2 7 82 América Indigena modo en la utilizacién de éstas. En términos generales se han registrado cerca de 250 especies de plantas (arboles, arbustos, hierbas y epifitas) tanto de los bosques y matorrales como de la vegetaci6n secundaria de- rivada de ellas, que son utilizadas para los mas diversos fines (Cuadro 5). Por ultimo, debe consignarse que las investigaciones sobre etnobotani- ca del presente estudio, atin en desarrollo, habrén de arrojar muy amplia informacién en relacién con los aspectos del conocimiento indigena, la morfologia de las plantas y fundamentalmente sobre los sistemas de cla- sificacion vegetal (taxonom{a folk), pues como lo hacen muchos otros grupos indigenas, los purépechas poseen también un cuerpo sistematiza- do y jerarquico de ordenacién y clasificacién de las plantas. ETNOZOOLOGIA Como en el caso de las plantas, también existe un elevado ntmero de nombres purépechas para los animales. Nuestras investigaciones registran 160 nombres dados a especies de diferentes grupos zoolégicos: mamife- ros (25), aves (44), reptiles (14), anfibios (6), peces (10) ¢ insectos y otros grupos. Cabe destacar el notable conocimiento que existe sobre la fauna acudtica y sobre algunos aspectos de la biologia de las especies, como son las formas de apareamiento, tiempos y sitios de ovopositacién, conducta individual y colectiva, habitat y relaciones alimenticias de las principales especies de peces; y lugares de anidacién, procreacién de po- Iluelos y alimentacién de la mayor parte de las nueve especies de patos que se reconocen en el Lago. En este sentido no dejan de asombrar las interesantes relaciones que los pescadores purépechas establecen entre los fenémenos de los ciclos lunares (figura 3) y los habitos de nado y distribucion de los peces, de tal forma que es posible calcular dia con dia la profundidad a la que deben ser colocadas las redes fijas o cheré- mekuas para operar con eficiencia. De la misma forma sorprenden sus conocimientos sobre la morfologfa de algunos animales, un ejemplo de lo cual aparece en la figura 4. Por altimo, dado que uno de los objetivos fundamentales de la investigacién sobre este tema ha sido el de revelar a través del lenguaje, los sistemas clasificatorios por medio de los cuales los indigenas purépechas ordenan a las especies del reino animal. En el Cuadro 6 se muestra el sistema indigena de clasificacion de los peces del Lago de Patzcuaro. En dicho sistema se ponen de manifiesto feterakua ‘irrokoa tairinicho (Gxuturi) entre otras cosas: la enorme correspondencia entre la taxonomia tradi- cional purépecha y la cientifica en relacién a las 10 especies nativas del Lago, la mayor precision y fineza de la primera, dado que existen tres nombres indigenas mas de peces (chardkuti, karoni y tipoecha) sin con- traparte en los inventarios ictiolégicos y dado que no existen nombres en espafiol para las cinco especies de godéidos, y la ausencia de nombres indigenas para las 4 especies introducidos al Lago en las altimas décadas. ECOLOGIA Y PRACTICAS PRODUCTIVAS Asi como el conocimiento de los indigenas purépechas sobre la na- turaleza (la “apropiacion cognoscitiva”) adquiere diferentes connotacio- nes (geografica, ecolégica, botanica, zoolégica), asi también la apropia- cién material toma dos formas fundamentalmente diferentes. En el primer caso las comunidades indigenas (y en sentido estricto sus unida- des familiares de produccién) llevan a cabo la apropiacién alterando, dese- quilibrando o modificando parcialmente los ecosistemas naturales, pero nunca haciendo desaparecer su estructura. Tal es el caso de la caza (terrestre y acuatica), la pesca, la recolecci6n y la extraccién (terrestre y _ SProurpes srsoydoxoryy, einajdourjou wider, suejnoeds snursdé) snqjepr uoposuueydouayy susnoe] vosuRaTy 20780 10,80 ewoysony") oounyg jeseys OMAINALD OUWNIZLVd AG OOVT 14d SaDdd S01 3a vavunyT pidpan-vyonany niduiny-odozony, odosony rurenyeyo idnsyd-nyany nyordes-nyiy gn enyeyo nuioroyo NOIDVOIAISV1D Fd OOTALLNAID A VHIIATUNd SY! WALSIS SOT eypoqonany VHOTdTAN VIMODTLVI miitica) que los indigenas purépechas realizan dentro de la cuenca del ; o de Patzcuaro. En el segundo caso la apropiacién conlleva la desestruc- n de los ecosistemas naturales y su sustitucién por un ecosistema ial (o un artificio ecolégico® ) como sucede con la agricultura, la icultura, la horticultura, la ganaderia y otras practicas productivas menores. De esta forma arribamos a una distincién fundamental desde el nto de vista ecolégico que permite ordenar de manera coherente y en un solo proceso la naturaleza de los recursos que se apropian (ecosis- naturales y artificiales), las formas de apropiacién, las practicas Productivas asociadas a cada una de esas formas, y los productos mate- rales que son obtenidos a través de dicha apropiacién (Fig. 5). Figura No. 5 Dada la presencia del Lago, en la regién estudiada pueden distinguirse dos tipos fundamentales de caza: la terrestre y la acuatica. Si bien es cierto que la caza de animales terrestres es ya practicamente una activi- dad sin importancia dentro de la cuenca (en términos econémicos o de la dieta cotidiana), existen atin comunidades como la de Pichétaro en la parte serrana o las de Arécutin y San Andrés en la ribera sur y occiden- tal del Lago, en las que la eaza de conejos, ardillas y palomas es todavia frecuente. Para la caza de estas especies los indigenas utilizan por lo comiin “escopetas taqueras” de municiones. En el mismo sentido no pue- de soslayarse la caza comunal que a manera de reminiscencia todavia se ~~ realiza cada afio en ocasion de la fiesta religiosa del Corpus, y en la cual grupos de vecinos de algunas comunidades parten por 3 0 4 dias a los bosques mas proximos en busca de piezas para ofrendar. Sin embargo, esto constituye mas una remembranza que una practica de verdadera im- Pportancia para la economia de las comunidades. En cuanto a la caza acudtica, ésta es por antonomasia la caza de patos, la cual se realiza entre los meses de octubre y abril, perfodo en el cual estas aves migratorias arriban al Lago. La caza de patos es una _actividad casi exclusiva de una media docena de comunidades indigenas islefias (como Jardcuaro y Janitzio) y riberefias (las Urandenes), cuyos productos se llevan a vender al mercado de Patzcuaro. Para su caza se utilizan cada vez con mas frecuencia diversos tipos de escopeta en sustitucién del tsipajki, el propulsor o disparador de arpones de origen prehispénico, todavia hasta hace algunos afios componente fundamental en Ja caza tradicional de estas especies. Entre las especies més cominmen- te cazadas se encuentra en el pato golondrino (Anas acuta), el pato cua- resmefio (Spatula clypeata), el pato triguero (Anas diazi) y la gallareta (Fullica americana). Si bien la cantidad de patos que anualmente Ilegan al lago ha venido decreciendo de manera notable, la caza de éstos continaa _ constituyendo una practica caracteristica de los purépechas de Patzcua- To, a tal punto que cada afio hacia finales de octubre suele todavia _ celebrarse el Kuirisi atakua, la caza comunal de patos que a manera de tradicion ancestral renueva el contacto y las relaciones sociales entre las Aproximacién Ecolégica _ LA PESCA La pesca constituye una practica productiva de enorme importancia para las comunidades indigenas de las islas y riberas del Lago de Patzcua- To, a tal punto que es una actividad casi exclusiva en tres de ellas (las de las islas Tecuena, Yunuén, y La Pacanda), la mas importante en otras cinco (Espiritu, Tarerio, Ichupio y las Urandenes) y de caracter funda- mental en otras ocho. Asi, se estima que alrededor de 1 500 pescadores de cerca de 18 comunidades acuden al Lago de Patzcuaro en busca de 14 especies de peces (10 nativas y 4 introducidas) un anfibio (el “achoque” 0 Batysiredon dumerilii), y algunas tortugas y ranas. Las investigaciones Tealizadas sobre esta practica, revelan que la pesca en el Lago de Patzcua- to ha estado sufriendo profundos cambios con consecuencias diversas sobre la economia de las comunidades indigenas. En efecto, a raiz de la introduccién en el Lago de la trucha (Micropterus salmoides) en la década de los cuarentas, y de la carpa herbivora, la carpa de Israel y la mojarra (ver cuadro 6) en los setentas, especies todas ellas que han estado disminuyendo de manera notable la ictiofauna local, representa- da por cinco especies de godéidos y cuatro especies de aterinidos entre los que se cuenta el conocido “pescado blanco” (Cuadro 6). La pesca de tipo tradicional, dirigida en lo fundamental al consumo indigena local y regional ha sido profundamente desequilibrada. Estos cambios quedan revelados a nivel tecnolégico en el invisible pero definitivo desplazamien- to de las artes de pesca indigenas, de cardcter familiar y selectivo, por las { utilizadas para una pesca comercial e indiferenciada. Hi oy en dia porlo me- : hos cinco artes de pesca tradicional no son ya utilizadas (Cuadro 7) y en general se habla de un marcado descenso de la productividad pesquera del Lago. De los datos obtenidos en diversas comunidades donde la pesca | es importante (Ichupio, Tarerio, La Pacanda, San Andrés, Urandén Mo- relos), puede asegurarse que la pesca que los indigenas realizan se enct tra todavia dirigida fundamentalmente al consumo familiar, co regional y que ella es resultado de un conjunto de estrategias a 1 de las cuales cada pescador o conjuntos de ellos van pesear a su conocimiento sobre las especies, la hora del dia o el perfodo del el area del Lago que se apropian y el tipo de arte utilizado. “sooed 80] ap sooyyituayo esquiou eed 9 OIPEND [2 EPA gy QuaMITENIVB OMsIP UD EX Oe ee, OWODd EpI90U0d ‘esjoq K s0po} Sozeiq Woo axyseume ap por ud 1ua.¥ VayOUvA uideyy eyonn ‘exewnye ‘ sofesoye] satzodos sodazony nidean eyonany A soxopryoyy ‘sesod woo pax VONAWaNaHD peprpunjoud esondd eypeut ap. A fLAoUL , vuvrpour op sodazony ‘saopeul op o8ueut oe w09 por aVIVIVUVE eee SEP: sodesony £ eyonany wopew op o3uei A ose woo por «VIAL SOprulzayye zepn3ueny woog £ & soprapo8 wopuut op ofueut A o1e woo por »OHUNISL peprpungoud euy Anu eyeut A zepnduey901 w0q Buvrpour op soprapo3 ‘exopuur ap oSueu 4 ore uod pas OdMIn aoproy £ yon omuaeo op oSueur woo ojanzue vayvurdnt vHonday ‘seyquo sooad . zeuz90ue,, exed se] 2p sopropod ‘Opuoy Urs OZIwO op ¥y899 #VIVIMISL omareo op o8ueut woo sefnde oxjeno op uode vaNvaviv VOSAd AC TLUV OUVNOZLVd Ad OOVT Tad SVHDadauNd SVNASIGNI SOT Od SVAVZITILA VOS3d AG SALYV SVT + guavas Aproximaci6n Ecolégica _ LARECOLECCION Y LA EXTRACCION En el presente, la recoleccién de productos de los ecosistemas natu- tales es todavia una practica productiva de gran importancia, ya que con ella se satisface una porcion significativa de las necesidades de alimenta- cién, salud y energia de la poblacion indigena. La recoleccién no se realiza como una practica autonoma, sino que se Ieva a cabo asociada con el trabajo agricola. En efecto, al dirigirse cada mafiana a “la labor”, el hombre casi siempre va buscando (al tiempo que camina) los productos que 4 su regreso habra de recolectar y llevar 4 su casa. Esta biisqueda por lo comin se hace sin un plan predetermi- nado, mas bien se recolecta lo que se encuentra y tiene algén uso (ex- cepto en el caso de la lefia, algunas plantas medicinales u hongos). Por tratarse de una prdctica asociada a la agricultura, la recoleccién casi siempre la realiza el hombre aunque también puede ser hecha por la mujer. Por lo general los productos que se recolectan son destinados a la autosubsistencia familiar, aunque es frecuente la recoleccién de “pro- ductos” para su venta en los mercados regionales e incluso su “‘exporta- cién” a la ciudad de México. Tal es el caso de algunos tés, hongos, frutos (a zarzamora por ejemplo) o plantas medicinales. Entre los principales productos que se recolectan estén: flores, frutos, semillas, hojas, ramas, raices o plantas enteras que son utilizadas como alimentos, condimentos, aromatizantes, colorantes, forrajes, medicinas, etc, Como es de suponerse muchas de las especies no pueden ser recolec- tadas todo el tiempo, sino s6lo en alguna época del’afio, es asi que por ejemplo, los hongos y algunos tés, son obtenidos sdlo en la temporada de Iluvias, mientras que la zarzamora y algunos otros frutos son obteni- dos fundamentalmente durante la “época de secas”. Es interesante hacer notar que la obtenci6n de lefia para los fogones domésticos e inclusive para los hornos de pan y alfareria es una yerda- dera practica de recoleccion ya que pocas veces se cortan rboles y mas bien se recolectan ramas y troncos secos y cafdos. Es importante destacar también como una practica de recolecci6n la obtencién de miel de abejas silvestres, la cual es un producto muy apreciado, tanto para su consumo cotidiano como durante algunas fiestas. Finalmente, debe mencionarse que los ecosistemas naturales de Ja regién, fundamentalmente los bosques, proveen de cierto tipo de productos mediante las practicas de extraccién. Estas practicas estén e ligadas con la produccién de bienes y materiales para cl mercado mas que para la autosubsistencia familiar. Los productos que se obtienen mediante la extraccién, se pueden agrupar en tres tipos: resina, materia prima para artesania y madera ase- _ grada. De varias especies de pinos se extrae la resina, sobre todo en aquellas comunidades serranas o riberefias que poseen més y mejores extensiones de bosque, tales como Pichdtaro o San Jeronimo. Aunque la resina es extraida en forma individual, casi siempre es vendida colec- tivamente por la comunidad a compafifas resineras estatales o ejidales que se encargan de su primer procesamiento industrial y su distribu- cin al resto del pais y el extranjero. Las materias primas que se extraen para la actividad artesanal que se realiza en la regién es de dos tipos: madera y plantas acuaticas (ca- rrizo, tule, chuspata). Esta materia es extraida por lo comin individual- mente por los mismos artesanos, aunque también hay quienes se dedican a su venta. Estas practicas se realizan principalmente en las comunidades tipicamente artesanas, riberefias casi todas, como Thuatzio, Cucuchuchu, Ucasandstacua. Por otra parte, la madera aserrada que los purépechas extraen de los bosques se emplea por lo coman para la construccién y reparacién de sus casas. LA AGRICULTURA Sin lugar a dudas, la agricultura constituye junto con la pesca la actividad mas extendida entre las comunidades purépechas de la region del Lago de Patzcuaro. A diferencia de la que se practica entre algunas comunidades mestizas de la cuenca consideradas como pertencciendo a un sector moderno y comercial (Erongaricuaro, Quiroga, Tsurumiutaro), la agricultura realizada por los indigenas posee un conjunto de caracteris- ticas particulares como son la de estar dirigida basicamente hacia la auto- subsistencia, la de practicarse en combinaci6n con otras muchas activida- des (pesca, artesania, arboricultura, recoleccién, etc.), y la de adecuarse constantemente a las condiciones ecolégicas particulares de los espacios 4 peat or * en que se realiza. Conformada de elementos prehispanicos (la trilogia de _ origen mesoamericano formada por el maiz, el frijol y la calabaza), colo- _ niales (cl uso del arado, el cultivo del trigo, el centeno, la cebada, y de frutales y hortalizas diversos) y modernos (los fertilizantes quimicos y algunas semillas hfbridas), la agricultura tradicional purépecha presenta un panorama complejo y heterogéneo, reflejo tanto de la diversidad ecolégica de la cuenca, como de los cambios culturales y técnicos a los que se ve sujeta dia con dia la region. Asi, como una respuesta a la dife- tenciacién climatica, edafica, topografica e hidrografica existente en la cuenca, los indigenas purépechas se han visto obligados a utilizar diver- _ sas estrategias de cultivo, concretizadas en diversos ecosistemas artificia- les que aqui denominaremos en un sentido amplio, sistemas agricolas,* _ __ pues como veremos en seguida, estos pueden llegar a incluir no solo plan- tas como gramineas y leguminosas sino drboles, arbustos y hortalizas. Las diversas exploraciones realizadas sobre esta practica productiva entre las comunidades indigenas del area de estudio, permitieron reconocer un total de 6 sistemas agricolas agrupados en dos grandes tipos: la agricultu- ra de campo y la agricultura de terrenos especiales (Cuadro 8). Dentro de la agricultura de campo se logran distinguir cuatro sistemas agricolas: la agricultura de tierras altas, la agricultura de tierras bajas, la agricultura riberefia y la agricultura en terrazas. Todos ellos se caracte- rizan por aprovechar el agua que naturalmente ofrece la regién en forma de Iluvias, neblinas, rocfos y humedades provocadas por la topografia © por la cercanja al cuerpo del Lago. Mientras que los tres primeros se practican a diferentes altitudes, con diferentes condiciones de humedad y de temperatura, y sobre diferentes tipos de suelo (en tupuri el primero, generalmente sobre charanda el segundo y en suelos “lacustres” el ter- cero), el cuarto constituye mas bien un caso especial que se emplea casi exelusivamente en la llamada peninsula del Tariakeri (porcién oriental del Lago) en donde las pendientes pronunciadas y lo pedregoso del terre- no han hecho necesario el terracéo. Todavia hoy puede notarse la presencia de terrazas, muy posiblemente de origen prehispanico, en los alrededores de Tzintzuntzan, y de ms reciente origen junto a las comu- nidades de Ichupio y Tarerio. En general, en estos cuatro sistemas agrico- las el implemento principal es el arado tirado por bueyes 0, menos cominmente, por tiros de caballos. En los primeros dos sistemas (cuyo limite de transicién son aproximadamente los 2 300 m.s.r.m.) se practica oye Popo} ,onsnoe,, 0007 F SVZITVINOH * senn oye epueryo ouvnxa Popo. undny OoLuanH * ofeur -owose erquistarp —epuereyo SVZVUUAL -orunf NaVUNLINONSY * okeu ,oneoe,, svuqara © eaquistaou FAVUNLINONUOV + ofeur -oyso8e caquiororp — upuezeyo SVIVa SVUUSIL -orunf sean aavUNiInonoV % eaquierip = undny SVITV SVUUaLL ~onteuL ga vunsinorov * ¥Z SOAILINIAG VISOTONDEL SVAVAILIND Curwru) wad NOIDVLOU GALLTY OUVNIZLVd 3d OOV1 Tad VONAND VIaG STIVNOIDIGV UL SVTOOIYOV SVWALSIS “Pa we ae OT ee AP Aproximacién Ecolégica 43 el cultivo de maiz, frijol y calabaza, alternado con trigo y cebada, en ci- clos anuales de cultivo de temporal que son rotados afio por afio con periodos de descanso variable (de 1 a 3 afios), con el objeto de proteger la fertilidad de los suelos. En la regién se distinguen dos ciclos agricolas: el de verano y el de invierno. El ciclo agricola que va de marzo a diciem- bre en las tierras altas y de junio a diciembre en las bajas esta particular- mente marcado por dos factores climaticos: las heladas en las partes altas, y la ausencia de Huvias en las partes bajas. Esto determina que en las tierras altas el ciclo vegetativo sea mAs largo y se inicie m4s temprano, mientras que en las dreas més riberefias el ciclo sea mas corto pero de- penda mas de la precipitacién puntual de las Huvias. El ciclo agricola de invierno suele ocurrir, aunque no exclusivamente, en los sistemas agricolas de tierras bajas de agosto a mayo. Finalmente, la agricultura riberefia © de jugo localizado en algunas zonas como las porciones sur y norte del Lago, da lugar a un ciclo agricola de invierno (de noviembre a mayo) en el que se logran sembrar trigo y otras especies como lenteja, jana- margo y haba. HORTICULTURA Y ARBORICULTURA El segundo grupo de sistemas agricolas que hemos denominado de terrenos especiales corresponden en sentido estricto a sistemas en donde la agricultura se practica en combinacién con otras actividades como la arboricultura, como es el caso de los huertos domésticos o ekuarus, o bien donde el manejo de las plantas domesticadas adquiere tal particula- ridad que mas bien se trata de una practica diferente, como es el caso de los espacios dedicados al cultivo de hortalizas. En ambos casos la “agri- cultura” se practica en espacios reducidos, bajo una estrategia de cultivo intensivo, con algun tipo de irrigacién, y utilizando el azadén y eventual- mente la pala como utiles agricolas principales. En ambos casos también lo cultivado se produce intermitentemente a lo largo del afio y la fer- tilizacion es de tipo orgénico. Los ekuarus o huertos domésticos son comunes en toda el 4rea cul- tual tarasca (West 1948), y en la cuenca de Patzcuaro pueden hallarse mas o menos bien integrados como sistemas (como en Pichataro) aunque otras veces no existen ms que como formas relictuales o deformadas (como en las islas). Los ekuarus se caracterizan por combinar en un _ solo espacio, localizado junto o alrededor de las viviendas, toda una gama de especies de plantas como son: diferentes variedades de mafces de colores, plantas aromiticas, medicinales, forrajeras y de ornato, y ___ hasta una veintena de arboles frutales entre los que destacan peras, mem- ay brillos, manzanas, duraznos, chirimoyas, aguacates, higos, etc. En la _ mayor parte de los casos los arboles son especies semidomesticadas que algunas veces crecen esparcidos por los terrenos proximos a las casas. La = _ importancia de los huertos domésticos radica en que son espacios en _ donde se concentra una enorme variedad de especies domesticadas y semidomesticadas y en que constituyen el terreno donde los indigenas (y en forma predominante las mujeres) realizan la experimentacion de nuevas técnicas y la domesticacién de diversas especies y variedades, a En cuando a los sistemas de hortalizas, éstos se realizan en terre- nos proximos a la orilla del Lago, de tal forma que es posible de algain modo utilizar el agua del mismo para su regadio. Asi, a través de la horticultura logran cosecharse verduras diversas como: cebolla, zana- horia, rébano, col, repollo, cilantro, ealabacita, betabel, frijol, jitomate, ejote y otros, La horticultura se practica de manera notable en algunas comunidades como San Pedro y San Bartolo Pareo, Ucasanastacua, Espiritu y Cucuchuchu, y su produccién se dirige fundamentalmente al mercado. De acuerdo con la técnica empleada para regar, pueden Teconocerse cinco modalidades en los sistemas de cultivo de hortalizas. _ En el primer caso el riego se realiza “‘a brazo”, es decir acarreando agua del Lago con algin recipiente, una practica todavia comin entre los cam- pesinos mas pobres o con terrenos muy pequefios. Una segunda modali- dad lo constituye el riego por “pocito”, es decir, cuando a poca distancia _ del lago entre 100 y 200 metros se realiza una perforacién de 2a 4m. de profundidad que alcanza las aguas bastante superficiales del manto freé- tico. El regadio mis interesante es aquel que se realiza a través de un sencillo instrumento, muy posiblemente de origen prehispinico, conoci- do entre los indigenas como taparatarakua (cuchara o tasa), y que a manera de palanca sube el agua del Lago por canales previamente consti- tuidos con piedras. Las dos tltimas modalidades las constituyen el riego _ Por norias o “malacates” movidos por traccién animal, un caso mas bien _ Faro en las dreas riberefias, y finalmente, aquel que emplea bombas eléc- -tricas que mueven el agua directamente desde el Lago o que aprovechan _ Ppozos perforados de antemano. LA GANADERIA Y CRIA DE ANIMALES Entre las comunidades indigenas del Lago de Patzcuaro, la ganaderia, tal y como se concibe desde la modernidad, no existe. En vez de ello existen un conjunto de zooculturas de cardcter familiar, en intima rela-_ cién con la agricultura, el transporte y la alimentacion, formado de uno. o dos animales mayores (bueyes, caballos, vacas 0 burros) y de “especies menores” como cerdos, gallinas, guajolotes, patos, conejos, ete. Lo més comin es encontrar uno 0 a lo sumo dos bueyes o yuntas por familia. los cuales son utilizados como animales de tiro durante los periodos de siembra (esto constituye un ahorro en términos economicos y energéti- ticos), o bien un caballo o un burro en aquellas comunidades (como Santa Fe), en donde es necesario el acarreo de ciertas cantidades de lefia o de resina. Resulta interesante observar la manera miltiple como el ganado mayor es alimentado, sin tener que recurrir a espacios espe- ciales de agostadero, pues por lo comin los indigenas recurren a cuatro fuentes de forraje: las yerbas y arbustos de los matorrales y los bosques, algunas plantas acudticas de la orilla del Lago (Eichornia crassipes, Nym- phaea mexicana, Potamogeton spp.), los deshechos de los cultivos més comunes (el rastrojo del maiz y la cdscara del frijol) y algunos forra- jes de facil produccién (como la cebada, el janamargo, la alfalfa y el tré- _ bol). Una practica comin es el introducir al ganado en los campos de cultivo previamente a su preparacién, con el doble objeto de remover los rastrojos y “estercolar” los suelos. En algunas comunidades es intere- sante hallar con mayor abundancia algunos animales domésticos; asf en Pichataro abundan los borregos de cuya lana se elaboran textiles, mientras que en Ichupio son frecuentes los gansos. Finalmente, un tipo de apicultura, més tradicional que moderno, es frecuentemente prac. ticada en aquellas comunidades como por ejemplo Napizaro, Pudcuaro, — Ichupio, Oponguio, dada la gran cantidad de flores que se presenta en la vegetacién de sus proximidades. LA ACTIVIDAD ARTESANAL En intima relacién con las prcticas produetivas que hemos venido describiendo, por lo menos 16 de las 24 comunidades indigenas consi- deradas en el drea de estudio, realizan algan tipo de artesanfa. Los ecosistemas naturales y artificiales de la region ofrecen las materias primas para la puesta en practica de 6 de los 7 tipos de artesanifa recono- cidos en la cuenca (arcillas y madera de las principales especies arb6éreas de los bosques para la confeccién de figuras y para los hornos de ceré- mica y de pan, plantas del lago y trigo para la elaboracién de figuras, utensilios y petates, lana para la confeccion de textiles). Una relacion de Jas actividades artesanales que realizan diversas comunidades de la cuenca puede hallarse en el Cuadro 9. ESTRATEGIAS ECOLOGICAS Y DESTINOS DE LA PRODUCCION Los grupos indigenas de México poseen, por lo comin, una economia fundamentalmente productora de valores de uso, es decir, dirigida a la autosubsistencia local o regional. Ello supone que la satisfaccion de Jas necesidades mas apremiantes como son las de alimentacién, salud, Yivienda y energfa, a través de los cuales la etnia se reproduce material- mente, se logra a partir de los productos obtenidos de la naturaleza (y no de los provenientes de la “sociedad nacional”) y de su circulacién entre comunidades con economias complementarias. El anilisis teérico de las implicaciones ecologicas que conlleva este tipo de economia (Toledo 1980a) revelan al menos dos aspectos de suma importancia. Por una parte muestran la existencia de una continua adecuacién entre los Procesos econémicos de reproduccién social y los Pprocesos naturales de Teproduccién de los ecosistemas. Por la otra, y como consecuencia de lo _ anterior, revelan la presencia de toda una gama de estrategias al nivel de la produccién (el uso miltiple), la circulacién (la complementaridad ecolégica) y el consumo (las clases y patrones de satisfactores) entre quienes practican este tipo de economia! Si alguna conelusién puede btenerse de la descripcién general, panordmica y preliminar que hemos tealizado sobre las interrelaciones que se establecen entre las comuni- dades indigenas del Lago de Pétzcuaro y su entorno ecolégico, es que éstos presentan todavia, y a pesar de la explotacién econémica y los sistemas de dominio a que estan sujetas, diversos rasgos relacionados con __ los aspectos antes sefialados. En efecto, no obstante la condicién cada _ vez més vulnerada de las economias indigenas de la regién, en virtud de continuo contacto con la econom{a capitalista (el modo de produc- dominante), el estudio de sus conocimientos sobre la naturaieza y Sus practicas productivas y artesanales, sefialan la existencia de un con- * A as . apes eer Aproximacién Ecolégica 47 Junto de estrategias de apropiacién y distribucién de sus recursos que, aunque amenazadas de desaparicién, constituyen la base ma‘ rial de lo _ que las identifica como etnia, es decir culturalmente. / ~ 44 a1 oA, w: La iltima parte de este ensayo estard dedicado a rater: breve- mente, dos rasgos generales visualizados, el uso miltiple y la complemen- taridad ecolégica, como una muestra de algunas conclusiones generales que pueden derivarse de las descripciones aqui realizadas. USO MULTIPLE Y COMPLEMENTARIDAD ECOLOGICA Un anilisis preliminar de las practicas productivas y las actividades artesanales realizadas en cada una de las comunidades indigenas del _ Lago de P&tzeuaro, es mostrado en el Cuadro 9. Aunque en sentido es- tricto los datos de dicho cuadro deberian de ser examinados a nivel de la unidad familiar de produccién’ y no por comunidad, ellos muestran sobre el plano general de la region, una marcada tendencia a la diversifi- cacion productiva, es decir el uso miltiple de sus recursos. Como sucede en otros muchos casos (Toledo, et al, 1976) tales economias diversifica- das no son sino la consecuente respuesta a la heterogeneidad ecolégica de su entorno, que el caso particular de Patzcuaro se encuentra consti- tuida por los diferentes ecosistemas naturales que conforman la cuenca (figura 2) y por las diversas condiciones edaficas, topograficas y micro- climaticas de sus ecosistemas artificiales, su medio ambiente transforma- do (figura 5). Tal uso miltiple es un reflejo de la heterogeneidad y la po- tencialidad ecolégicas de la cuenca y al mismo tiempo una muestra del reconocimiento que implicitamente hacen los purépechas (revelado tam- bién en sus diversos conocimientos) de las condiciones naturales bajo las que se debe desarrollar, sin menoscabo de su perdurabilidad, la produccién. En cuanto a la complementaridad ecolégica, tan sélo la revisién de los aspectos relacionados con la alimentacién —uno de los cuatro pilares sobre los que descansa la reproduccién material de la etnia— es revelador de las miltiples combinaciones que pueden lograrse a partir de los pro- ductos obtenidos para tales fines por cada una de las comunidades indigenas de la cuenca (figura 6). En efecto, las investigaciones especialmente dirigidas a examinar este aspecto desde una perspectiva ecolégica, han venido a mostrar que por ouorey, ordayoy og Himes oxendgypuamg ourmozef ues orupuomzy, Sxpuy UES f oxmnoeng oyun ugnoory oareg O1ped UPS oareg jourg US sopezoyy wopueaL] sopeaopy UOpURAL] SVNINAATH alan ett pele a tetesh Po Tsk er ea Lp tae letras (eles lo Rede et swsanwlititti! 1 Seach loo !ltiwttitt Liliane ne Ime TAM HTAMOSHeD | PEL td bowen lan Potato Pe aes Prpttt toa ttt opt ed a eo laa ! aS 1 \ SHTVNVSALUV SAAVCIAILIV WWIVd Ia - vuaavn ag OOTaL Ad SVOLLVNIV SVINVTd IO vuaALInod¥ TALSTAAAL NOIDIVYLXD WORLVNOV NOIDOVALXT g S 5 = a VUNLTAIYIV VOILYNIV VZV TULSTYAAL VZV @ eayonpord eonayad wpeo sroumpiodum wo edroo onb sen yo weorpuy sosoemy S71) _ SVNASIGNI SadVGINANOD SV1ad VNA VdV9 Na SHTVNVSALUY A SVAILNGOUd SVILLOV Ud SV1 ad NODV1da SVOILLVNO¥ SVINV1d 7a VWINTavATY ACTIVIDADES ARTESANALES VuALTNOIv TULSTMAAL NOIDOVYLXT VOLLVNOV NOIDOVULXT NOIDIITODTY TALSTUMAL WZVD VOILVNOV WZVI VUALTANLYOH VUALTNNYOK PRACTICAS PRODUCTIVAS RIBERENAS Ue ua Espiritu Cucuchuchu thuatzio ISLENAS eae E ; : : PESCA hair IDS on Vii tee a Lee mucho tiempo, las comunidades indigenas han dependido casi exclusiva- mente de los recursos que proporciona la regién para satisfacer sus nece- sidades alimentarias, lo cual es revelador del enorme potencial alimenticio de la cuenca y de su capacidad para autoabastecerse.* Ello es posible a través de la gran variedad de productos que los indigenas purépechas de cada una de las comunidades lacustres, riberefias y serranas, obtienen de sus ecosistemas naturales y artificiales a través de mas de una decena de practicas productivas, y de sus maneras de combinarlos y prepararlos. En términos globales, la cuenca proporciona, a lo largo del afio, toda una gama de alimentos que van desde los peces (14), patos (4), ranas, tortu- gas y el achoque provenientes del Lago, hasta hongos (25), miel, larvas, plantas para tés (15) y condimentos (10), frutos, hojas y tallos silvestres (40), ete. de los bosques y matorrales. Los ecosistemas artificiales (cul- tivos, hortalizas y huertos) proporcionan. 9 variedades de maiz, 2 de trigo, 14 de frijol, 8 clases de quelite y 3 de chia, ademas de leguminosas (haba, lenteja, chicharo) y cucurbitdceas diversas (5 variedades de cala- hbaza). Esta variada gama de plantas alimenticias basicas es complemen- tada con mis de 20 frutos provenientes de los huertos 0 ekuarus (ciruelas - Aproximacién Ecolégica 51 (8), membrillo, manzanas (8), peras (5), chabacano, duraznos (4), limas (2), chirimoya, aguacate, higo, ete.) y cerca de 15 verduras diversas proporcionadas por las dreas horticolas riberefias (como ejote, acelgas, zanahoria, betabel, lechuga, jitomate, cebolla, coliflor, etc.). Los anima- les domésticos criados a nivel familiar y en pequefia escala (pollos y cerdos), junto con la escasa carne de res que se vende esporddicamente en cada una de las comunidades, viene a completar el Panorama de la alimenta- cién tradicional purépecha. De esta forma, la cantidad y heterogeneidad de productos alimenti- cios que provenientes de las comunidades convergen al mercado indigena en la poblacion de Patzcuaro es particularmente notable. En efecto, los censos realizados mensualmente de enero de 1978 a abril de 1979, entre los casi 400 vendedores del mercado indigena en Pétzcuaro, muestran . que a pesar de que la circulacién intraétnica de productos ha sido cons- trefiida por el avance y el desarrollo de las mercancfas de un sector co- mercial cada vez mas en expansion, el ndmero de productos intercambia- do por las comunidades a través de las diferentes épocas del afio, alcanza casi los 200. Ello es una muestra del potencial alimenticio de la cuenca y de su diversidad representada en la abundancia y la variedad de alimentos ofrecidos intermitentemente, pero también y sobre todo, de la comple- mentaridad ecolégica que, cada vez més amenazada por el desarrollo de la sociedad capitalista, todavia persiste como una muestra de la presencia indigena en la region. De esta forma, la diferenciacion productiva que por las condiciones ecolégicas de la cuenca presentan las comunidades islefias, serranas y riberefias y las particularidades que existen entre estas Altimas en lo referente a por ejemplo la produccién agricola, horticola y arboricola, se ven neutralizadas, al nivel de la circulaci6n, en el intercam- bio de productos que se complementan. FINAL: ETNIA, ECOLOGIA Y CAPITALISMO Los aspectos que los investigadores invocan frecuentemente para ex- plicar la capacidad de resistencia de un grupo étnico frente a la expansién de la econom{a capitalista, por lo comin sélo incluyen las formas de orga- nizacién social, la tradicion histérica y sobre todo el “vigor cultural”. Aunque su demostracién excede los objetivos del presente articulo, pue- de afirmarse, a manera de conclusion general, que uno de los factores de _ mayor relevancia para explicar la todavia vigorosa presencia indigena en la cuenca del Lago de Pétzcuaro es, sin duda alguna, el ecoldgico; todo ello y a pesar de los algo mas de cuatrocientos afios de iniciada la coloni- zacion espafiola y de los escasos cuatrocientos kilémetros que separan a esa region de la ciudad de México, capital financiera, comercial e indus- trial del capitalismo nacional. Las particulares condiciones ecologicas de Ta cuenca que la hacen depositaria de una variada gama de recursos po- _ tenciales, y la capacidad indigena para reconocerlos y aprovecharlos, evidenciada en sus conocimientos y en sus procesos de produccién y cir- culacién econdmicos, han constituido sin duda alguna, una barrera alos esfuerzos desplegados por el capitalismo por lograr la integraci6n de esta _ etnia al “desarrollo nacional”, es decir su inclusion a los procesos de _ acumulacién, concentracién, y centralizacion de capital. Es por ello que algunos aspectos aqui examinados como el del uso miltiple de los eco- Sistemas o el de la complementaridad ecoldgica regional, deben ser vistos como elementos que han venido operando del lado de la resistencia indi- gena y que han estado impidiendo, de alguna forma, su desintegracién. En esto radica, como habremos de mostrar en posteriores trabajos, la validez y la importancia practica y estratégica del anilisis ecolégico de un grupo indigena como el que aqui hemos estado realizando. NOTAS No deja de ser interesante sefialar la notable similitud ecolégica entre la cuenca del Lago de Patzcuaro y los Valles de México y Toluca, asientos también de dos enormes centros urba- nos prehispanicos: Tenochtitlan y Teotenango. Se trata de los estudios de Foster (1948) sobre Tzintzuntzan, Brand (1951) sobre Quiroga, Aparicio-Quintanilla (1965) sobre La Pacanda, Belshaw (1969) sobre Huecorio, Gortaire (1971) sobre Santa Fe, Van Zaritwijk (1974) sobre Ihuatzio, Nelson (1973) sobre Erongari- / cuaru, Dinnerman (1974) sobre varias comunidades. Para la discusion de este y otros conceptos y de la metodologia utilizada en el estudio de la apropiacién material de la naturaleza, véase Toledo (1980b). Algunos autores han venido utilizando también el término de agroecosistemas. Por supuesto que la comunidad es el reflejo de la suma de las pricticas productivas y artesa- nales que realizan las unidades familiares (véase el caso de Ihuatzio en Lise & Pietri, 1976: 130-131), Nuestros célculos indican que la dieta comin indigena no emplea mas de 30 % de productos extraregionales, principalmente chiles, algunas frutas y variedades de frijol, y productos ela- borados como sal, aziicar, café y algunos enlatados. BIBLIOGRAFIA ARELLANO, J. & V.M. TOLEDO 1980 “La etnoecologia: un aspecto no estudiado del conocimiento ind © tradicional.” 40 pp. (en prensa), ARGUETA, A. 1979 Una visién bibliogréfica general choacan. Mecanografiado, 13 pp. APARICIO-QUINTANILLA, J.A. 1965 La Pacanda: anélisis de un programa de desarrollo en Purépecha, Tesis Esc, Nal. Antrop. e Historia, 68 pp. BELSHAW, M. : 1969 La Tierra y la Cente de Huecorio. 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AVILA 1974 “Las relaciones ecolégicas en el norte de La Chinantla”, Cultura y S ciedad 2: 48-58. México. MOONE, J. R. 1973 Desarrollo tarasco: integracién nacional en el occidente de México. Inst. Indigenista Interamericano Eds, Especiales 67, 211 pp. de la cuenca lacustre de Patzcuaro, una comunidad — Cultura Econémica, México 362 pp. gion de Pétzcuaro, SEP-Inst. Nal. Indige- ZUMBO, D. & P. COLUNGA. 1980 Le utilizacién de los recursos naturales entre los Huaves de San Mateo del Mar, Tesis Fac. de Ciencias, UNAM, 375 pp. SUMMARY __ A preliminary overview is presented of a long term research project undertaken ‘by an interdisciplinary team that includes geographers, botanists, ecologists and — anthropologists that is being carried out among the Purépecha Indians (Tarascans) o HF the Laks Pécscacro Basin in Mexico. The approach includes not only a descrip- of the ecosystems of the study area but also the ways in which the Purépecha h know and utilize their ecological enviroment. Beginning with a description of the geographical and ecological conditions of the area, the authors then describe a aaa some aspects of Indian knowledge about soils, metereological aspects ethnogeography), plants (ethnobotany) and animals (ethnozoology). They contin- with as ciate of the way the Indians take possession of their enviroment pressed in eight types of productive activity (hunting, fishing, collecting, extract- g, agriculture, horticulture, orcharding, animal-raising and handicraft production). The article ends with a brief discussion of two important aspects of Tarascan gical management: the multiple use of diverse ecosystems and the ecological iplementarity of the region which can be observed through studies of their diets of their marketing system. Tarascan eco-management stresses the important that this overall strategy plays in the ability of this ethnic group to resist the ght of capitalist development.

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