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LIBRO X
La ascension A Dios ¥ LA MEMORUA
ESTADO ESPIRITUAL ACTUAL DE AGUSTIN
CONFESARSE ANTE DiOs ES . En todos los casos se agrega a una raiz verbal el
infijo ~il-, de sentido iterativo 0 frecuentativo.
860. Esta actividad del pensamiento, que distingue y conectaentre si
las cosas antes dispersas, se apoya en la memoria, pero corresponde
propiamente a la ratio (cf. De ord., 1, 11, 30).
CONFESIONES: 271
no son imagenes de aquellos: por eso son intensamente.™”?
Que se ria de mi, cuando digo esto, aquel que no los ve, que
yo me compadeceré de quien de mise rie."
X. 18, 20. Todo esto lo retengo con la memoria, y también
retengo con la memoria como lo aprendi. También muchas
cosas que sin fundamento alguno se objetan ao dicho, y que
he odo, las retengo con la memoria. Aunque son falsedades,
no es falso que me acuerdo de ellas. Asimismo recnerdo que
he distinguido entre aquellas verdades y las falsedades que
se alegan contra ellas; y el ver ahora que hago tal distincién
es algo distinto de recordar que la he hecho frecuentemente,
cuando pensaba frecuentemente en estos temas. Asi pues,
por un lado recuerdo que muy a menudo he entendido estas
cosas, y por el otro lo que ahora diferencio y comprendo lo
guardo en la memoria, para después recordar que en este
momento he comprendido. Por lo tanto, recuerdo también
que he recordado, asi como, si recuerdo més tarde que he
podido acordarme de esto, lo recordaré ciertamente mediante
el poder de la memoria.
‘LA MEMORIA Y LOS SENTIMIENTOS,
X. 14. 21. Asimismo, la misma memoria no contiene los
afectos de mi alma de la manera en que los tiene ef alma
misina cuando los experimenta, sino de otra muy diferente, la
propia de la potencia de la memoria. Efectivamente, recuerdo
861. Ladistincién, probablemente de origen pitagérico, entre las dos
clases de mimeros corresponde a la que se da entre los objetos sensibles
‘numerados y los ntimeros inteligibles,o ideas de los nimeros. Ag. pudo
encontrarla'en Plotino, Ena, V, 5,45, ete (ef BA, nota ad lac}
862. «Son intensamenter = valde sunt.
863. O'Donnell ad loc. Hama la atencién sobre esta referencia de
‘Ag. auna posible burla de sus Conf, que es «a leit-motif of the whole
works (cf. ya supra, 167).279 ‘SAN AGUSTIN
sin alegria haber estado alegre, me acuerdo sin-tristeza de
mi tristeza pasada, evoco sin (emor el temor que en agin
momento tuve, y conservo sin deseo el recuerdo de mi desea
de otrora.** Incluso algunas veces recuerdo, por el contrario,
con alegria mi tristeza ya superada, y con tristeza la alegria,
Ello no es extraiio cuando se trata del cuerpo, ya que el alma
¢s algo distinto del cuerpo. Por ende, si recuerdo con alegria
un dolor corporal pasado, no ¢s tan asombroso. Pero en este
caso, la misma memoria es mente: decimos, en ee: 0, cuando
encargamos que algo se conserve en la memoria: «Mira, ten
eso en mente»; y cuando olvidamos algo decimos: «No
lo tenia en mente», o «Se me fue de la mente», Ilamando
«mente> también a la memoria. Siendo asi las cosas, écomo
» €8 que, cuando con alegria recuerdo mitristeza pasada, en la
mente hay alegria y en la memoria tristeza, y la mente esta
alegre porque hay en ella alegria, en cambio la memoria no
esta triste de que haya en ella tristeza? ¢Acaso la memoria no
pertenece a la mente? €Quién va a decir tal cosa? Sin duda,
pues, la memoria es como el est6mago dela mente, y la alegria
y Ia tisteza como los alimentos dulces y amargos: cuando
son confiadas a la memoria, es como si hubieran pasado al
estomago; pueden ser depositadas alli, pero no tener sabor.
Provoca risa pensar que haya similitud entre los dos dominios,
pero no obstante no son del todo disimiles
X. 14, 22. Pero he aqui que dela memoria lo saco, cuando
digo que hay cuatro perturbaciones de la mente: el deseo,
64. Se mencionan aquilas cuatro «perturbaciones» o pasiones de la
‘mente explicadas endl pirrafo siguiente, La vente infoinss sin
dda Cicerén, De in. I, 10, 35; isc, TV, 6, 11; etc. Ag. se opone,
empero, a la doctrina de ios estoicos, segtin la cual lodvafecto del alina
esalgo contrario a la razén y a la naturaleza, y el hombre sabio debe
ser absolutamente imperturbable; ef. De civ. Dei, XIV, 6 ss., etc,
65. «En mente» = in animo. «Se me fue de la mentes = elapsum est
animes.
CONFESIONES 273
la alegria, el miedo y ta tristeza; y cuanto pueda reflexionar
acerca de ellas, dividiendo cada una, como wn
especies, y dando definiciones, en la memoria encuentro qué
decir y de alli lo saco. Sin embargo, no me perturba ninguna
de dichas perturbaciones, cuando las recuerdo y las menciono,
Y antes de ser recordadas y analizadas por mi, alli estaban
por ello pudieron ser de alif extraidas mediante el recuerdo
Por lo tanto, quizas se las saca de la memoria recor dando, tal
como los alimentos salen del estémago al rumiat. éPor qué,
entonces, el que trata de ellas, es decir el que las recuerda, no
iente en la boca del pensamiento la dulzura de la alegria o la
amargura de la pesadumbre? éSera que en ese punto difieren
estas realidades, que no son similares en todos los aspectos?
éQuién queria, en efecto, hablar de estas cosas, si cada vez
que nombramos la tristeza o el miedo, inevitablemenie sin-
tiéramos afliccién 0 temor? Y, no obstante, no hablariamos
de ellas si no halléramos en nuestra memoria, no solo los
sonidos de las palabras, ee acuerdo con las imagenes impresas
por los sentidos del cuerpo, sino también las nociones de las
cosas mismas. Esas nociones no las hemos recibido a través
de ninguna puerta del cuerpo, sino que la mente misma, al
sentirlas por la experiencia de sus propias pasiones, las confio
a Ja memoria, o bien esta las retuvo por si misma sin que le
hubieran sido confiadas.
yénero en
RECUERDO, IMAGENES ¥ REALIDADES
X. 15, 23. Pero équién respondera sin dificultad si eso
se realiza mediante imagenes o no? Sin duda menciono Ja
piedra, menciono el sol, cuando las realidades mismas no
estén presenies ante mis sentidos; obviamente sus imagenes
estan a mi disposicién en mi memoria. Menciono el dolor
fisico, y mientras nada me duele, el dolor no esta presente
ante mi; empero, a menos que su imagen estuviera presente
en mi memoria, no sabria qué decir, ni, tratando de él, lo
distinguiria del placer. Menciono la salud corporal, cuandoSAN AGUSTIN
ini cuerpo est sano: la cosa misma esta presente para mi
No obstante, a no ser que también su imagen estuviera en
mi memoria no recordaria nunca qué significa el sonido de
ese nombre; tampoco los enfermos reconocerian, cuando se
nombra la salud, de qué se habla, si la misma imagen no se
conservara por la potencia de la memoria, aun estando la rea:
lidad en si misma ausente del cuerpo. Meaciono los mimeros
con los cuales numeramos: alli estan en mi memoria, no sus
imagenes, sino ellos mismos. Menciono la imagen del sol, y
ella esta alli presente en mi memoria, porque no recuerdo
Ja imagen de su imagen, sino la imagen misma: ella misma
est a mi disposicién cuando recuerdo. Nombro la memoria
y teconozco lo que nombro. €Y dénde lo reconozeo, sino en
Ja memoria misma? éAcaso también ella es!
si mediante su imagen, y no por si misma?
presente ante
Memoria Y OLv1bo
%, 16, 24. Bueno, pero cuando nombro el olvido, y de la
misma manera reconozco lo que estoy nombrando, éesmo lo
reconocerfa si no me acordara? Me refiero no al mismo sonido
del nombre, sino a la cosa que significa. Silo hubiese olvidado,
evidentemente no seria capaz de reconocer qué quiere decir
ese sonido. Por consiguiente, cuando recuerdo la memoria,
la memoria misma esta presente ante si por si misma; mas
cuando recuerdo el olvido, tanto la memoria como el alvico
estén presentes: la memoria, por la cual recuerdo, y el olvido,
al cual recuerdo. Pero équé es el olvido sino la privacién de
memoria? éDe qué manera, entonces, esta presente para que
lorecuerde, si cuando esta presente no puedo recordar? Pero si
lo que recordamosio retenemos con la memoria, y sino recor-
dasemos el olvido no podriamos de ningiin modo reconocer,
al oir ese nombre, la realidad significada por él, entonces al
olvido lo retenemos con la memoria. Luego, esta presente, para
que no lo olvidemos, eso que, cuando esta presente, olvidamos,
eTal ver. se colige de aqui que el olvido no esta por si mismo
CONFESIONES 275
en la memoria cuando lo recordamos, sino por medio de su
imagen? Pues si estuviera presente por si mismo, no haria que
recordaramos, sino que olvidasemos. €Y quién averiguaré es0?
éQuién comprenderd cémo es la cosa?
%. 16. 25. Yo, por cierto, Sefior, estoy aqui en una dificul-
tad, ¥ estoy en dificultades conmigo mismo. Me he convertido
Para mi mismo en una tierra ingrata, que me hace sudar
demasiado. Porque en este caso no estamos «escrutando
los espacios del cielo», ni midiendo las distancias entre los
astros, ni investigando el equilibrio de la tierra: soy yo quien
Fecuerda, yo la mente. No es tan asombroso que esté lejos
de mi aquello que yo no Soy. Pero équé esta mas cerca de mi
que yo mismo? ¥ resulta que el poder de mi memoria no es
comprendido por mi, cuando no puedo decir mi mismo yo
iho €s por ella. éQué voy a decir, en efecto, cuando tengo
la certeza de que recuerdo el olvido? éAcaso voy a decir que
no esta en mi memoria lo que recuerdo? £O voy a decir que
el olvido esta en mi memoria para que no olvide? Ambas
cosas son totalmente absurdas. €Y qué tal esta tercera idea?
£Como voy a decir que, cuando recuerdo el alvido, lo que
retiene mi memoria es la imagen del olvido, no el olvido mis.
mo? Eso también, écOmo voy a afirmarlo? Porque cuando so
imprime en la memoria la imagen de una cosa, es necesario
que primeramente esta presente la cosa misma, de donde
pueda provenir laimagen que se imprime. Asime acuerdo de
Cartago, asi de todos los lugares donde he estado, asi de los
Tostros de las personas que he visto, de las cosas percibidas por
los demas sentidos, asi del bienestar o de los padecimiertos
de mi propio cuerpo. Cuando esas cosas estaban presentes,
666. Cf. Gén. 3, 17 55,
267. Estas palabras son una reminiscencia de un vetso de Ennio,
frngige sin duda a través de Cicerén, De rep, 1, 18, 30; De divin,
H, 13, 30.276 SAN AGUSTIN
la memoria tomé de ellas imagenes, para contemplerlas pre-
sentes, y repasarlas mentalmente al recordar esas realidades
también cuando estuvieran ausentes. Si, pues, el olvido esta
contenido en la memoria mediante su imagen, no por si
mismo, es evidente que él mismo habia estado presente, para
que de él se pudiera tomar una imagen. Pero cuando estaba
presente, 2cémo es que inscribfa su imagen en la memoria,
si incluso Jo que encuentra ya trazado lo borra el olvido con
su presencia? A pesar de todo, de algiin modo, aunque sea
un modo incomprensible e inexplicable, estoy seguro de que
me acuerdo incluso del olvido, por el cual queda sepultaco
Jo que recordamos.
PODER DE LA MEMORIA. DIOS LA TRASCIENDE
X. 17. 26. Grande es el poder de la memoria, un no sé qué
terrible, Dios mio, una multiplicidad profunda ¢ infinita; y eso
esla mente, y eso soy yo mismo. éQué eslo que soy, entonces,
Dios mio? {Qué naturaleza soy? Una vida variada, multifor-
me y tremendamente inmensa. He aqui mi memoria con sus
llanuras, grutas y cavernas innumerables, y Henas de inmu
merables clases de innumerables cosas; 0 bien por medio de
imagenes, como.todos los cuerpos; o bien por presencia, como
las artes; o bien por medio de no sé qué nociones o notas,"*"*
como los afectos del alma, que incluso cuando el alma no los
experimenta, la memoria los retiene, aunque todo cuanto esti
en lamemoria esta en el alma." A través de todo ello circulo,
y revoloteo por aca y por alli, me introduzco también tanto
como puedo, y no encuentro ningiin limite. ‘Tanto es el poder
de la memoria, tanto el poder de la vida en el hombre, que
vive una vida mortal! {Qué he de hacer, pues, til, verdadera
vida mia, Dios mio? Sobrepasaré también esta potencia mia
868. «Nociones o notas» = notiones vel nolationes.
869. CE. supra, X 14 21-22
CONFESIONES 277
que se lama memoria, la sobrepasaré para tender hacia ti,
dulce luz. éQué me dices? He aqui que ascendiendo a través
de mi mente hacia ti, que moras por encima de mi, sobrepa
saré también esta potencia mfa Hamada memoria, queriendo
alcanzarte por donde es posible alcanzarte, y adherirme a ti,
por donde es posible adherir. Pues tienen también memoria
Jos animales y las aves, quede otra manera no volverian a sus
madrigueras 0 sus nidos, ni harfan muchas otras cosas a las
cuales se acostumbran, puesto que no podrian acostumbrarse
a cosa alguna sin la memoria, Sobrepasaré, pues, Ja memo-
ria, para llegar a aquel gue me distinguié de los cuadripedos y
me hizo més sabio que las aves del cielo.*” Sobrepasaré también
la memoria, épara hallarte donde, verdaderamente bueno,
segura suavidad, para hallarte donde? Si te hallo fuera de
mi memoria, no tengo memoria de ti. éY cémo te hallaré
después, si no tengo memoria de ti?
LAS COSAS PERDIDAS SE CONSERVAN EN LA MEMORIA
X. 18. 27, Habia perdido una mujer una dracma y la buscé
con su lémpara,*"' y si no la bubiera recordado no Ta habria
encontrado. Pues habiéndola encontrado, écémo hubiera
sabido si era la misma, si no la hubiese tenido en la memoria?
Recuerdo que yo he buscado y encontrado muchos objetos
perdidos. Lo sé porque cuando estaba buscando alguno de
ellos y me decian: «Es esto tal vez?», «Es tal vez aquello?»,
yo seguia diciendo «No es», hasta que me presentaran lo que
buscaba. Si no lo hubiera recordado fuera ese objeto lo que
fuese-, aun cuando me lo hubieran presentado no lo habria
hallado, porque no lo habria reconocido. Y siempre sucede
asi cuando buscamos y encontramos algo que se ha perdido.
Pero si, por casualidad, algo se pierde para los ojos, pero no
870. Cf. Job 35, 11 (VL).
871, Le. 15,8.o78 SAN AGUSTIN;
para la memoria, como cualquier cverpo visible, su imagen
re conserva interiormente y se lo busca hasta que reaparez:
ca. ¥ cuando es hallado, sé lo reconoce mediante la imagen
interior. ¥ no afirmamos que hemos encontrado algo que se
habia perdido si no lo reconocemos; y no podemos reconocer
sino nos acordamos. Pero ese objeto estaba perdido para los
ojos, mientras que la memoria lo conservaba.
LAS COSAS OLVIDADAS TAMBIEN PUEDEN CONSERVARSE
PARCIALMENTE EN LA MEMORIA
X. 19, 28 Bueno, pero cuando la memoria misma pier~
de algo, como acontece cuando olvidamos y tratamos de
recordar, édénde buscamos, en definitiva, sino en la misma
memoria? Y si por casualidad se nos presenta alli una cosa
por otra, la rechazamos, hasta que aparezca aquello que bus-
camos. ¥ cuando se presenta decimos: «Es esto», cosa que no
afirmariamos si no reconaciéramos, y no reconoceriamos si
no recordaramos. Ciertamente, pues, habiamos olvidado. Tal
vez no se habia olvidado la totalidad, sino que a partir de la
parte que se retenfa se buscaba la otra: pues la memoria se
daba cuenta de que no consideraba juntas las cosas que solian
estar juntas, y reagueando, al haber quedado su costumbre
como mutilada, reclamaba que le devolvieran lo que estaba
faltando. Por ejemplo, si vemos ante nosotros a una persona
conocida, 0 pensamos en ella, y buscamos su nombre, que
hemos olvidado, cualquier otro que se presente no cuadra,
porque el pensamiento no tiene costumbre de asociarlo con
ella; por eso es rechazado, hasta que aparece aquel con el
cual el conocimiento, habituado a la vinculacién, se siente
satisfecho y no incompleto. éY de dénde aparece ese nom-
bre sino de la misma memoria? En efecto, aun cuando lo
reconocemos después que otra persona nos lo sefiala, de allf
sale; pues no creemos que es ese como si se tratara de una
novedad, sino que,al recordarlo, aprobamos que es el que nos,
han dicho. Mas si llega a borrarse totalmente de la mente, no
CONFESIONES 279
lo recordamos ni aunque noslo indiquen. En realidad, atin no
hemos olvictado totalmente aquello que al menos recordamos
haber olvidado. Pues ni buscar pod:
hubiésemos olvidado completamente.
mos algo perdido que
MEMORIA Y VIDA FELIZ
X. 20. 29. éCémo te busco, pues, Sefior? Realmente,
cuando te busco a ti, Dios mio, busco la vida feliz. Que te
busque yo, para que viva mi alma. Pues mi cuerpo vive de mi
alma, y mi alma vive de ti. {Como hago, pues, para buscar
la vida feliz? Porque no es mia hasta el momento en que yo
diga: «Basta: iahi esta!» Ahora debo decir cémo la busco: si
por el recuerdo, como si la hubiese olvidado y aiin retuviera
gue la he olvidado, o por el deseo de aprenderla como algo
desconocido, sea porque nunca la conoci, sea porque la he
olvidado de tal manera que ni siquiera recuerdo haberla
alvidado. éNo es acaso la vida feliz. lo que todos quieren, y
que nadie hay en absoluto que no quiera? éDénde la han co-
nocido, para quererla asi? Donde la han visto, para amarla?
Ciertamente la poseemos, no sé de qué manera. Y hay otra
manera, segiin la cual cuando uno la posee es feliz; también
hay quienes son felices en esperanza. Estos la poseen de un
modo inferior al de aquellos que son ya felices en la realidad
misma, pero, con todo, es mejor que el de aquellos que no
son felices ni en realidad ni en esperanza. Pero incluso estos
Ailtimos, si no la poseyeran de algiin modo, no querrian de
tal manera ser felices: y es absolutamente seguro que quieren
serlo. No sé cémo la han conocido, y por ende la poseen en
no sé qué nocién; me esfuerzo por saber si esta se encuentra
en la memoria, porque si esta alli, ya hemos sido felices en
alguna época.*”” Noindago por el momento silo fuimos todos
872. Como se ha visto supra, 16 7, Ag. no toma nunca'una posicion
definida sobre la cuestidn del origen del alma y su posible preexis
lencia respecto del cuerpo, afirmada en particular porel platonismo.280 SAN AGUSTIN
separadamente, o bien en aquel hombre que fue el primero
en pecar, en quien también todos hemos muerto, y de quien
todos hemos nacido en la desdicha.*” Lo que investigo es si
Ja vida feliz esta en la memoria. En efecto, no la amariamos si
no la conociéramos. Oimos este término y todos confesamos
que deseamos la cosa misma, porque no es el sonido lo que
nos agrada, Efectivamente, si un griego oye la palabra latina
no se complace, porque no sabe qué han dicho; pero nosotros
nos deleitamos, y también él silo oye decir en griego. Pues la
realidad misma no es griega ni latina, y anhelan conseguirla
los griegos, los latinos y los hombres de las otras lenguas. Por
consiguiente, es conocida por todos, y si todos pudieran ser
interrogados con una misma palabra si quieren ser felices, sin
duda alguna responderian que si." Y eso no ocurriria si la
cosa misma que leva dicho nombre no estuviera conte
en su memoria.
COMO ESTA PRESEN
EEN NUESTRA MEMORIA LA VIDA FELIZ.
X. 21. 30. dAcaso esto es como cuando una persona que ha
visto Cartago se acuerda de ella? No: la vida feliz.no se ve con
los ojos, porque no es un cuerpo. és comocuando recordamos
los niimeros? No: pues el que los posee en su conocimiento no
sigue buscando adquirirlos; en cambio, la vida feliz la poseemos
CE. Delib arb, ITT, 21, 59; De Gen, ad litt, VII, 28, 433 De nat. et org
an. Retr. 1, 1, 3. En cuanto a su actitud frente a la doctrina de la
reminiscencia, cf. supran, 858.
873. Alusién al pecado de Adan; cf. 1 Cor. 15, 22
874. En el original, una voce puede referirse a si interrogari pessent
{es la interpretacién que hemos seguido en nuestra versién), 0
responderent: «cesponderian con una sola voz», Sobre la «vida feliz»
Ag. escribié en Cassiciaco su {idlogo De beta sta (386)-CE- acerca
de este tema W. Beierwaltes, Regio beatitudinis, estudio aparecido en
aleman en Heidelberg, 1981, en trad. inglesa en Villanova, 1981, y
en trad. italiana en su Agostino e il Neoplatoniimo cristiano, Milano,
1995, 47-90.
CONFESIONES 281
en nuestro conocimiento, y por eso ia amamos, y sin embargo
seguimos deseando adquirirla, para ser folices, ZAcaso sera
como cuando recordamos la elocuencia? No. Es verdad que
cuando oyen esa palabra recuerdan la cosa misma incluso los
que aiin no son elocuentes, y que son muchos los que desean
serlo, lo cual muestra que estan en conocimiento de ella, Em.
pero, por los sentidos corporales han percibido que otros son
locuentes y se deleitaron y desean serlo ellos, aunque sin la
nocién interior no se deleitarian ni querrian ser elocuentes, En
cambio, por ningiin sentido corporal percibimos la vida feliz en
¢Acaso seré como cuando recordamos laalegria? Tal
Pues me acuerdo de mi gozo incluso cuando estoy
triste, tal como recuerdo la vida feliz.siendo desdichado; y mi
goz0 nunca lo he visto, ni oido, ni olido, ni gustado ni tocado
con ningiin sentido corporal, sino que lo he experimentado en
mi mente, cuando me alegré, y su nocién se fij6 en mi memo-
ria; asf puedo recordarlo, a veces con desprecio, a veces con
anhelo, segtin los diversos objetos que ha tenido mi gozo. Pues
también por cosas vergonzosas me inundé un cierto ‘8070, que
al recordar ahora detesto y aborrezco; a veces el gozo era por
cosas buenas y honestas, yestelo recuerdo con anhelo, aunque
tal vez lo que lo provocé no esté presente, y por eso recuerdo
con tristeza mi gozo de otrora.
UNIVERSALIDAD DEL DESEO DE FELICIDAD
X. 21, 31. Donde y cudndo, pues, he experimentado
ri vida feliz, para recordarla, amatla y desearla? No soy yo
solamente, 0 unos pocos conmigo, sino todos absolutamente
quienes queremos ser felices. Y sino conociéramos eso con
un conocimiento firme, no lo deseariamos con una voluntad
tan firme. Pero écémo es esto? Que si se pregunta a dos si
quieren ser soldados, puede suceder que uno de ellos respon-
da que quiere, y el otro que no; pero si se les preguntare si
quieren ser felices, ambos inmediatamente y sin vacilacion
alguna responderan que si; y no por otra razén quiere uno