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254 LIBRO X La ascension A Dios ¥ LA MEMORUA ESTADO ESPIRITUAL ACTUAL DE AGUSTIN CONFESARSE ANTE DiOs ES . En todos los casos se agrega a una raiz verbal el infijo ~il-, de sentido iterativo 0 frecuentativo. 860. Esta actividad del pensamiento, que distingue y conectaentre si las cosas antes dispersas, se apoya en la memoria, pero corresponde propiamente a la ratio (cf. De ord., 1, 11, 30). CONFESIONES: 271 no son imagenes de aquellos: por eso son intensamente.™”? Que se ria de mi, cuando digo esto, aquel que no los ve, que yo me compadeceré de quien de mise rie." X. 18, 20. Todo esto lo retengo con la memoria, y también retengo con la memoria como lo aprendi. También muchas cosas que sin fundamento alguno se objetan ao dicho, y que he odo, las retengo con la memoria. Aunque son falsedades, no es falso que me acuerdo de ellas. Asimismo recnerdo que he distinguido entre aquellas verdades y las falsedades que se alegan contra ellas; y el ver ahora que hago tal distincién es algo distinto de recordar que la he hecho frecuentemente, cuando pensaba frecuentemente en estos temas. Asi pues, por un lado recuerdo que muy a menudo he entendido estas cosas, y por el otro lo que ahora diferencio y comprendo lo guardo en la memoria, para después recordar que en este momento he comprendido. Por lo tanto, recuerdo también que he recordado, asi como, si recuerdo més tarde que he podido acordarme de esto, lo recordaré ciertamente mediante el poder de la memoria. ‘LA MEMORIA Y LOS SENTIMIENTOS, X. 14. 21. Asimismo, la misma memoria no contiene los afectos de mi alma de la manera en que los tiene ef alma misina cuando los experimenta, sino de otra muy diferente, la propia de la potencia de la memoria. Efectivamente, recuerdo 861. Ladistincién, probablemente de origen pitagérico, entre las dos clases de mimeros corresponde a la que se da entre los objetos sensibles ‘numerados y los ntimeros inteligibles,o ideas de los nimeros. Ag. pudo encontrarla'en Plotino, Ena, V, 5,45, ete (ef BA, nota ad lac} 862. «Son intensamenter = valde sunt. 863. O'Donnell ad loc. Hama la atencién sobre esta referencia de ‘Ag. auna posible burla de sus Conf, que es «a leit-motif of the whole works (cf. ya supra, 167). 279 ‘SAN AGUSTIN sin alegria haber estado alegre, me acuerdo sin-tristeza de mi tristeza pasada, evoco sin (emor el temor que en agin momento tuve, y conservo sin deseo el recuerdo de mi desea de otrora.** Incluso algunas veces recuerdo, por el contrario, con alegria mi tristeza ya superada, y con tristeza la alegria, Ello no es extraiio cuando se trata del cuerpo, ya que el alma ¢s algo distinto del cuerpo. Por ende, si recuerdo con alegria un dolor corporal pasado, no ¢s tan asombroso. Pero en este caso, la misma memoria es mente: decimos, en ee: 0, cuando encargamos que algo se conserve en la memoria: «Mira, ten eso en mente»; y cuando olvidamos algo decimos: «No lo tenia en mente», o «Se me fue de la mente», Ilamando «mente> también a la memoria. Siendo asi las cosas, écomo » €8 que, cuando con alegria recuerdo mitristeza pasada, en la mente hay alegria y en la memoria tristeza, y la mente esta alegre porque hay en ella alegria, en cambio la memoria no esta triste de que haya en ella tristeza? ¢Acaso la memoria no pertenece a la mente? €Quién va a decir tal cosa? Sin duda, pues, la memoria es como el est6mago dela mente, y la alegria y Ia tisteza como los alimentos dulces y amargos: cuando son confiadas a la memoria, es como si hubieran pasado al estomago; pueden ser depositadas alli, pero no tener sabor. Provoca risa pensar que haya similitud entre los dos dominios, pero no obstante no son del todo disimiles X. 14, 22. Pero he aqui que dela memoria lo saco, cuando digo que hay cuatro perturbaciones de la mente: el deseo, 64. Se mencionan aquilas cuatro «perturbaciones» o pasiones de la ‘mente explicadas endl pirrafo siguiente, La vente infoinss sin dda Cicerén, De in. I, 10, 35; isc, TV, 6, 11; etc. Ag. se opone, empero, a la doctrina de ios estoicos, segtin la cual lodvafecto del alina esalgo contrario a la razén y a la naturaleza, y el hombre sabio debe ser absolutamente imperturbable; ef. De civ. Dei, XIV, 6 ss., etc, 65. «En mente» = in animo. «Se me fue de la mentes = elapsum est animes. CONFESIONES 273 la alegria, el miedo y ta tristeza; y cuanto pueda reflexionar acerca de ellas, dividiendo cada una, como wn especies, y dando definiciones, en la memoria encuentro qué decir y de alli lo saco. Sin embargo, no me perturba ninguna de dichas perturbaciones, cuando las recuerdo y las menciono, Y antes de ser recordadas y analizadas por mi, alli estaban por ello pudieron ser de alif extraidas mediante el recuerdo Por lo tanto, quizas se las saca de la memoria recor dando, tal como los alimentos salen del estémago al rumiat. éPor qué, entonces, el que trata de ellas, es decir el que las recuerda, no iente en la boca del pensamiento la dulzura de la alegria o la amargura de la pesadumbre? éSera que en ese punto difieren estas realidades, que no son similares en todos los aspectos? éQuién queria, en efecto, hablar de estas cosas, si cada vez que nombramos la tristeza o el miedo, inevitablemenie sin- tiéramos afliccién 0 temor? Y, no obstante, no hablariamos de ellas si no halléramos en nuestra memoria, no solo los sonidos de las palabras, ee acuerdo con las imagenes impresas por los sentidos del cuerpo, sino también las nociones de las cosas mismas. Esas nociones no las hemos recibido a través de ninguna puerta del cuerpo, sino que la mente misma, al sentirlas por la experiencia de sus propias pasiones, las confio a Ja memoria, o bien esta las retuvo por si misma sin que le hubieran sido confiadas. yénero en RECUERDO, IMAGENES ¥ REALIDADES X. 15, 23. Pero équién respondera sin dificultad si eso se realiza mediante imagenes o no? Sin duda menciono Ja piedra, menciono el sol, cuando las realidades mismas no estén presenies ante mis sentidos; obviamente sus imagenes estan a mi disposicién en mi memoria. Menciono el dolor fisico, y mientras nada me duele, el dolor no esta presente ante mi; empero, a menos que su imagen estuviera presente en mi memoria, no sabria qué decir, ni, tratando de él, lo distinguiria del placer. Menciono la salud corporal, cuando SAN AGUSTIN ini cuerpo est sano: la cosa misma esta presente para mi No obstante, a no ser que también su imagen estuviera en mi memoria no recordaria nunca qué significa el sonido de ese nombre; tampoco los enfermos reconocerian, cuando se nombra la salud, de qué se habla, si la misma imagen no se conservara por la potencia de la memoria, aun estando la rea: lidad en si misma ausente del cuerpo. Meaciono los mimeros con los cuales numeramos: alli estan en mi memoria, no sus imagenes, sino ellos mismos. Menciono la imagen del sol, y ella esta alli presente en mi memoria, porque no recuerdo Ja imagen de su imagen, sino la imagen misma: ella misma est a mi disposicién cuando recuerdo. Nombro la memoria y teconozco lo que nombro. €Y dénde lo reconozeo, sino en Ja memoria misma? éAcaso también ella es! si mediante su imagen, y no por si misma? presente ante Memoria Y OLv1bo %, 16, 24. Bueno, pero cuando nombro el olvido, y de la misma manera reconozco lo que estoy nombrando, éesmo lo reconocerfa si no me acordara? Me refiero no al mismo sonido del nombre, sino a la cosa que significa. Silo hubiese olvidado, evidentemente no seria capaz de reconocer qué quiere decir ese sonido. Por consiguiente, cuando recuerdo la memoria, la memoria misma esta presente ante si por si misma; mas cuando recuerdo el olvido, tanto la memoria como el alvico estén presentes: la memoria, por la cual recuerdo, y el olvido, al cual recuerdo. Pero équé es el olvido sino la privacién de memoria? éDe qué manera, entonces, esta presente para que lorecuerde, si cuando esta presente no puedo recordar? Pero si lo que recordamosio retenemos con la memoria, y sino recor- dasemos el olvido no podriamos de ningiin modo reconocer, al oir ese nombre, la realidad significada por él, entonces al olvido lo retenemos con la memoria. Luego, esta presente, para que no lo olvidemos, eso que, cuando esta presente, olvidamos, eTal ver. se colige de aqui que el olvido no esta por si mismo CONFESIONES 275 en la memoria cuando lo recordamos, sino por medio de su imagen? Pues si estuviera presente por si mismo, no haria que recordaramos, sino que olvidasemos. €Y quién averiguaré es0? éQuién comprenderd cémo es la cosa? %. 16. 25. Yo, por cierto, Sefior, estoy aqui en una dificul- tad, ¥ estoy en dificultades conmigo mismo. Me he convertido Para mi mismo en una tierra ingrata, que me hace sudar demasiado. Porque en este caso no estamos «escrutando los espacios del cielo», ni midiendo las distancias entre los astros, ni investigando el equilibrio de la tierra: soy yo quien Fecuerda, yo la mente. No es tan asombroso que esté lejos de mi aquello que yo no Soy. Pero équé esta mas cerca de mi que yo mismo? ¥ resulta que el poder de mi memoria no es comprendido por mi, cuando no puedo decir mi mismo yo iho €s por ella. éQué voy a decir, en efecto, cuando tengo la certeza de que recuerdo el olvido? éAcaso voy a decir que no esta en mi memoria lo que recuerdo? £O voy a decir que el olvido esta en mi memoria para que no olvide? Ambas cosas son totalmente absurdas. €Y qué tal esta tercera idea? £Como voy a decir que, cuando recuerdo el alvido, lo que retiene mi memoria es la imagen del olvido, no el olvido mis. mo? Eso también, écOmo voy a afirmarlo? Porque cuando so imprime en la memoria la imagen de una cosa, es necesario que primeramente esta presente la cosa misma, de donde pueda provenir laimagen que se imprime. Asime acuerdo de Cartago, asi de todos los lugares donde he estado, asi de los Tostros de las personas que he visto, de las cosas percibidas por los demas sentidos, asi del bienestar o de los padecimiertos de mi propio cuerpo. Cuando esas cosas estaban presentes, 666. Cf. Gén. 3, 17 55, 267. Estas palabras son una reminiscencia de un vetso de Ennio, frngige sin duda a través de Cicerén, De rep, 1, 18, 30; De divin, H, 13, 30. 276 SAN AGUSTIN la memoria tomé de ellas imagenes, para contemplerlas pre- sentes, y repasarlas mentalmente al recordar esas realidades también cuando estuvieran ausentes. Si, pues, el olvido esta contenido en la memoria mediante su imagen, no por si mismo, es evidente que él mismo habia estado presente, para que de él se pudiera tomar una imagen. Pero cuando estaba presente, 2cémo es que inscribfa su imagen en la memoria, si incluso Jo que encuentra ya trazado lo borra el olvido con su presencia? A pesar de todo, de algiin modo, aunque sea un modo incomprensible e inexplicable, estoy seguro de que me acuerdo incluso del olvido, por el cual queda sepultaco Jo que recordamos. PODER DE LA MEMORIA. DIOS LA TRASCIENDE X. 17. 26. Grande es el poder de la memoria, un no sé qué terrible, Dios mio, una multiplicidad profunda ¢ infinita; y eso esla mente, y eso soy yo mismo. éQué eslo que soy, entonces, Dios mio? {Qué naturaleza soy? Una vida variada, multifor- me y tremendamente inmensa. He aqui mi memoria con sus llanuras, grutas y cavernas innumerables, y Henas de inmu merables clases de innumerables cosas; 0 bien por medio de imagenes, como.todos los cuerpos; o bien por presencia, como las artes; o bien por medio de no sé qué nociones o notas,"*"* como los afectos del alma, que incluso cuando el alma no los experimenta, la memoria los retiene, aunque todo cuanto esti en lamemoria esta en el alma." A través de todo ello circulo, y revoloteo por aca y por alli, me introduzco también tanto como puedo, y no encuentro ningiin limite. ‘Tanto es el poder de la memoria, tanto el poder de la vida en el hombre, que vive una vida mortal! {Qué he de hacer, pues, til, verdadera vida mia, Dios mio? Sobrepasaré también esta potencia mia 868. «Nociones o notas» = notiones vel nolationes. 869. CE. supra, X 14 21-22 CONFESIONES 277 que se lama memoria, la sobrepasaré para tender hacia ti, dulce luz. éQué me dices? He aqui que ascendiendo a través de mi mente hacia ti, que moras por encima de mi, sobrepa saré también esta potencia mfa Hamada memoria, queriendo alcanzarte por donde es posible alcanzarte, y adherirme a ti, por donde es posible adherir. Pues tienen también memoria Jos animales y las aves, quede otra manera no volverian a sus madrigueras 0 sus nidos, ni harfan muchas otras cosas a las cuales se acostumbran, puesto que no podrian acostumbrarse a cosa alguna sin la memoria, Sobrepasaré, pues, Ja memo- ria, para llegar a aquel gue me distinguié de los cuadripedos y me hizo més sabio que las aves del cielo.*” Sobrepasaré también la memoria, épara hallarte donde, verdaderamente bueno, segura suavidad, para hallarte donde? Si te hallo fuera de mi memoria, no tengo memoria de ti. éY cémo te hallaré después, si no tengo memoria de ti? LAS COSAS PERDIDAS SE CONSERVAN EN LA MEMORIA X. 18. 27, Habia perdido una mujer una dracma y la buscé con su lémpara,*"' y si no la bubiera recordado no Ta habria encontrado. Pues habiéndola encontrado, écémo hubiera sabido si era la misma, si no la hubiese tenido en la memoria? Recuerdo que yo he buscado y encontrado muchos objetos perdidos. Lo sé porque cuando estaba buscando alguno de ellos y me decian: «Es esto tal vez?», «Es tal vez aquello?», yo seguia diciendo «No es», hasta que me presentaran lo que buscaba. Si no lo hubiera recordado fuera ese objeto lo que fuese-, aun cuando me lo hubieran presentado no lo habria hallado, porque no lo habria reconocido. Y siempre sucede asi cuando buscamos y encontramos algo que se ha perdido. Pero si, por casualidad, algo se pierde para los ojos, pero no 870. Cf. Job 35, 11 (VL). 871, Le. 15,8. o78 SAN AGUSTIN; para la memoria, como cualquier cverpo visible, su imagen re conserva interiormente y se lo busca hasta que reaparez: ca. ¥ cuando es hallado, sé lo reconoce mediante la imagen interior. ¥ no afirmamos que hemos encontrado algo que se habia perdido si no lo reconocemos; y no podemos reconocer sino nos acordamos. Pero ese objeto estaba perdido para los ojos, mientras que la memoria lo conservaba. LAS COSAS OLVIDADAS TAMBIEN PUEDEN CONSERVARSE PARCIALMENTE EN LA MEMORIA X. 19, 28 Bueno, pero cuando la memoria misma pier~ de algo, como acontece cuando olvidamos y tratamos de recordar, édénde buscamos, en definitiva, sino en la misma memoria? Y si por casualidad se nos presenta alli una cosa por otra, la rechazamos, hasta que aparezca aquello que bus- camos. ¥ cuando se presenta decimos: «Es esto», cosa que no afirmariamos si no reconaciéramos, y no reconoceriamos si no recordaramos. Ciertamente, pues, habiamos olvidado. Tal vez no se habia olvidado la totalidad, sino que a partir de la parte que se retenfa se buscaba la otra: pues la memoria se daba cuenta de que no consideraba juntas las cosas que solian estar juntas, y reagueando, al haber quedado su costumbre como mutilada, reclamaba que le devolvieran lo que estaba faltando. Por ejemplo, si vemos ante nosotros a una persona conocida, 0 pensamos en ella, y buscamos su nombre, que hemos olvidado, cualquier otro que se presente no cuadra, porque el pensamiento no tiene costumbre de asociarlo con ella; por eso es rechazado, hasta que aparece aquel con el cual el conocimiento, habituado a la vinculacién, se siente satisfecho y no incompleto. éY de dénde aparece ese nom- bre sino de la misma memoria? En efecto, aun cuando lo reconocemos después que otra persona nos lo sefiala, de allf sale; pues no creemos que es ese como si se tratara de una novedad, sino que,al recordarlo, aprobamos que es el que nos, han dicho. Mas si llega a borrarse totalmente de la mente, no CONFESIONES 279 lo recordamos ni aunque noslo indiquen. En realidad, atin no hemos olvictado totalmente aquello que al menos recordamos haber olvidado. Pues ni buscar pod: hubiésemos olvidado completamente. mos algo perdido que MEMORIA Y VIDA FELIZ X. 20. 29. éCémo te busco, pues, Sefior? Realmente, cuando te busco a ti, Dios mio, busco la vida feliz. Que te busque yo, para que viva mi alma. Pues mi cuerpo vive de mi alma, y mi alma vive de ti. {Como hago, pues, para buscar la vida feliz? Porque no es mia hasta el momento en que yo diga: «Basta: iahi esta!» Ahora debo decir cémo la busco: si por el recuerdo, como si la hubiese olvidado y aiin retuviera gue la he olvidado, o por el deseo de aprenderla como algo desconocido, sea porque nunca la conoci, sea porque la he olvidado de tal manera que ni siquiera recuerdo haberla alvidado. éNo es acaso la vida feliz. lo que todos quieren, y que nadie hay en absoluto que no quiera? éDénde la han co- nocido, para quererla asi? Donde la han visto, para amarla? Ciertamente la poseemos, no sé de qué manera. Y hay otra manera, segiin la cual cuando uno la posee es feliz; también hay quienes son felices en esperanza. Estos la poseen de un modo inferior al de aquellos que son ya felices en la realidad misma, pero, con todo, es mejor que el de aquellos que no son felices ni en realidad ni en esperanza. Pero incluso estos Ailtimos, si no la poseyeran de algiin modo, no querrian de tal manera ser felices: y es absolutamente seguro que quieren serlo. No sé cémo la han conocido, y por ende la poseen en no sé qué nocién; me esfuerzo por saber si esta se encuentra en la memoria, porque si esta alli, ya hemos sido felices en alguna época.*”” Noindago por el momento silo fuimos todos 872. Como se ha visto supra, 16 7, Ag. no toma nunca'una posicion definida sobre la cuestidn del origen del alma y su posible preexis lencia respecto del cuerpo, afirmada en particular porel platonismo. 280 SAN AGUSTIN separadamente, o bien en aquel hombre que fue el primero en pecar, en quien también todos hemos muerto, y de quien todos hemos nacido en la desdicha.*” Lo que investigo es si Ja vida feliz esta en la memoria. En efecto, no la amariamos si no la conociéramos. Oimos este término y todos confesamos que deseamos la cosa misma, porque no es el sonido lo que nos agrada, Efectivamente, si un griego oye la palabra latina no se complace, porque no sabe qué han dicho; pero nosotros nos deleitamos, y también él silo oye decir en griego. Pues la realidad misma no es griega ni latina, y anhelan conseguirla los griegos, los latinos y los hombres de las otras lenguas. Por consiguiente, es conocida por todos, y si todos pudieran ser interrogados con una misma palabra si quieren ser felices, sin duda alguna responderian que si." Y eso no ocurriria si la cosa misma que leva dicho nombre no estuviera conte en su memoria. COMO ESTA PRESEN EEN NUESTRA MEMORIA LA VIDA FELIZ. X. 21. 30. dAcaso esto es como cuando una persona que ha visto Cartago se acuerda de ella? No: la vida feliz.no se ve con los ojos, porque no es un cuerpo. és comocuando recordamos los niimeros? No: pues el que los posee en su conocimiento no sigue buscando adquirirlos; en cambio, la vida feliz la poseemos CE. Delib arb, ITT, 21, 59; De Gen, ad litt, VII, 28, 433 De nat. et org an. Retr. 1, 1, 3. En cuanto a su actitud frente a la doctrina de la reminiscencia, cf. supran, 858. 873. Alusién al pecado de Adan; cf. 1 Cor. 15, 22 874. En el original, una voce puede referirse a si interrogari pessent {es la interpretacién que hemos seguido en nuestra versién), 0 responderent: «cesponderian con una sola voz», Sobre la «vida feliz» Ag. escribié en Cassiciaco su {idlogo De beta sta (386)-CE- acerca de este tema W. Beierwaltes, Regio beatitudinis, estudio aparecido en aleman en Heidelberg, 1981, en trad. inglesa en Villanova, 1981, y en trad. italiana en su Agostino e il Neoplatoniimo cristiano, Milano, 1995, 47-90. CONFESIONES 281 en nuestro conocimiento, y por eso ia amamos, y sin embargo seguimos deseando adquirirla, para ser folices, ZAcaso sera como cuando recordamos la elocuencia? No. Es verdad que cuando oyen esa palabra recuerdan la cosa misma incluso los que aiin no son elocuentes, y que son muchos los que desean serlo, lo cual muestra que estan en conocimiento de ella, Em. pero, por los sentidos corporales han percibido que otros son locuentes y se deleitaron y desean serlo ellos, aunque sin la nocién interior no se deleitarian ni querrian ser elocuentes, En cambio, por ningiin sentido corporal percibimos la vida feliz en ¢Acaso seré como cuando recordamos laalegria? Tal Pues me acuerdo de mi gozo incluso cuando estoy triste, tal como recuerdo la vida feliz.siendo desdichado; y mi goz0 nunca lo he visto, ni oido, ni olido, ni gustado ni tocado con ningiin sentido corporal, sino que lo he experimentado en mi mente, cuando me alegré, y su nocién se fij6 en mi memo- ria; asf puedo recordarlo, a veces con desprecio, a veces con anhelo, segtin los diversos objetos que ha tenido mi gozo. Pues también por cosas vergonzosas me inundé un cierto ‘8070, que al recordar ahora detesto y aborrezco; a veces el gozo era por cosas buenas y honestas, yestelo recuerdo con anhelo, aunque tal vez lo que lo provocé no esté presente, y por eso recuerdo con tristeza mi gozo de otrora. UNIVERSALIDAD DEL DESEO DE FELICIDAD X. 21, 31. Donde y cudndo, pues, he experimentado ri vida feliz, para recordarla, amatla y desearla? No soy yo solamente, 0 unos pocos conmigo, sino todos absolutamente quienes queremos ser felices. Y sino conociéramos eso con un conocimiento firme, no lo deseariamos con una voluntad tan firme. Pero écémo es esto? Que si se pregunta a dos si quieren ser soldados, puede suceder que uno de ellos respon- da que quiere, y el otro que no; pero si se les preguntare si quieren ser felices, ambos inmediatamente y sin vacilacion alguna responderan que si; y no por otra razén quiere uno

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