You are on page 1of 10
Revita Mexicana de Anilins de ly Coodacta Vol 14 Noo. Ly 2 (1990) Junie-siciemmre, pp. 68-83 Una aproximacién paramétrica al andlisis de la conducta (A parametric approach to behavior analysis) Claudio Antonio Carpio Ramirez! Escucla Nacional de Estudios Profesionales Iztacala-UNAM RESUMEN Se examinan algunos problemas concepwwales y experimentales en e| estudio del eomporta- micnto, subrayando las ventajas que aporta un andlisis de Lipa paramétrico, Palabras clave: Analisis paramétrico, sistema T, problemas conceptuales, Abstract Some concepiual and experimental problems in the suedy of behavior are exumined, stressing the advanage procured by a parametric analysis. Keywords: Paranetric analysis, T system, concepitat problems. La psicologia, como cualquier otra disciplina, se distingue de otras ciencias por su abjeto conceptual de estudio, a cuya definicin se subordinan tanto los eritcrios de seleccién de los problemas a estudiar como lus estrategias de indagacidn empjrica, cl tipo de datos a obtener y la naturaleza del anali- sis que se realiza, En este sentido, la significacién de los datos es valorada sicmpre en relacién con el modelo conceptual que les da origen. Por cello. los datos que provienen de distintius concepeiones tedricas, aunque se des- prenden de eventos coneretos comunes, son [dgicamente incontrastables. En cl caso de Ja psicologia, la carencia de un objeto conceptual de estudio consensualmente accptido ha permitido la acumulacién de una amplia ga- ss Hermanus sus valiosos spensable ayuda cn be con- 1 Bbawtoragradece a Virginia Pacheco, Guillerme G comentarias.a las versiones preliminares Ue este Unabapo. duccidn de algunos de los experimedios aqui cudos, rez y Row cd CARPIO RAMIREZ Mam. #72, vel. 18 ma de datos que resultan ca muchos casos inconmensurables y por lo tanto imposibles de integrar'en un s6lo punto de vista tedrico. La no comparabilidad de tos datas disponibles en nucsti disciplina, ademds de constituir una limitante para su integraci6n teérica, refleja su estado pre-paradigmética (Kuhn, 1972). En nuestra perspectiva, esta situa- cién no puede superatse mediante experimentos “cruciales” ola mera acu- mulacién de datos, sino que representa un problema de orden estrictamente conceptual gue requicre un andlisis de los supuestos que fundamentan nuestras practicas de investigacién y teorizacién sobre la conducta. En otras palabras, en tanto que los datos son significativos en cl contexto de una teoria o modelo, es una necesidad ser explicitos en la na- turaleza de los que s¢ obticncn, y su relevancia, para un determinado mar- 0 conceptual, destacando as posibles ventajas que ello representa respecto a otras formas de (eorizaciGn ¢ investigacidn En eoncordancia con le anterior, en el presente trabajo cxpondremos de manera suscinta lo que nos ha permitido desarrallar un programa dé in- vestigacidn experimental, asi come los principales resultados obtenidos y 5 portancia para diversos (Gpicos de interés tradicional en In worts de la conducts, ANTECEDENTES: En primer término, el reconocimienty de li conducta como objeto concep- tual de ls psicologia delimita nuestro Smbito de andlisis a la interaccidn de » actividad del organisa individual y los aspecte iculares de su me- dio ambiente. Desde luego, en tanto relacién, de Ia conducta no es prede~ cible su observabilidad o inobservabilidad, por fo que nuestros sistemas de reeoleccién de dalos siempre estin referidos a la actividad del or, mismo, diseretizada analiticamente como respuesta, y la correspondiente. actividad del medio ambiente, dis zada como estimulo, Del misma modo, las es Irategias de andlisis de la conducta se han orientado b:isicamente a Ja ma> nipulacién de propiedades especificus de los cstimulos a la medicidn de cambios particulares en la respuesta. Por razones histdricas que no discutiremos aqui, estos rasgos de la con- ducta y laadopeitn del modelo del reflejo (Skinner, 1931) implicé asumir oo- mo légiea de Ja teoris dela conducta el anilisis de relaciones entre evenins moleculares, por lo que los procedimientas y técnicas de an: i tal han propiciado una sobresimplificacién conceptual d ulares que ha adopludo este modo de teoriea iamente discutidus por Kantor (1924~ 1900 APRIOXIMACION PARAMETRICA or 1926), Schoenfeld y Farmer (1970) y Ribes (1982, 1983, 1990), por lo que aqui nos remitiremos mds a las cuestiones de orden empirico, La estrategia tradicional de andlisis experimental de la conducta, inau- gurada con los primeros trabajos de Skinner (1931, 1935, 1937, 1938), se puede caracterizar por: a) las restricciones impuestas a los puntos geogré- ficos del contacto entre la actividad del organism y los eventos de estimu- lo, mediante cf recurso de jar espacialmente el aperanda, el dispensedor de alimento y las fuentes de cstimulos Juminosos 0 sonoros; b) la disponibi- lidad continua del contacto con cl operando, que permite la emisién de respuestas en cualquier punto del tiempo real, yc) la importancia olorgada a [a programacidn de los estimulos en tiempo y sus efectos sobre la tasay la distribucién temporal de la respuesta experimentalmeme definida. Estas tres caracteristicas de la estrategia experimental conocida como “operante libre" (Ferster, 1953) permiticron estudiar los efectos de variables coma magnitud, frecuencia, demora y naturaleza del reforzador sobre a conduc~ te en tiempo real, con lo que se trascendieron las limitaciones impuestas por Ia metodologfa dc cnsayo discrcto cn la medida que hize pasible obte- ner regularidades individuales cn |2 conducta como funcién de la manipu- lacién en las variables de estimulos antes enunciadas. En este contexto, los programas de reforzamiento (Ferster y Skinner, 1957) constituyeron el medio idénco para cl cstudio de los parémetras de estimulas sobre la conducta. Tales programas, cn sentido estricto, constitu yen reglas que permiten identificar la instancia particular de una clase de respuesta que seré seguida del reforzador (Schoenfeld y Cole, 1975). Asu- mienda la equivalencia de las instancias de la clase, la identificacién de una de clias cn particular sélo cra posible mediante cuulquiera de dos eriterias: Ja posicién ordinal de la instancia cn la sccucncia de cmisién de respucs~ tas, computeda a partir de un cvento previo, normalmente el reforzador lente (programas de razén), o bicn, por su posicién temporal respec to-a tal evento (programas de intervalo), El cardcter sistemdtico de lox efectos de los programas simples de re forzamiento sobre la tsa de respuesta y el patrdn de ¢jecucién, sirvieron de fundamento a la suposicidn de que las ejecuciones resultantes eran de- terminadas por la accién de variables distintas. Tales variables, se asumid, eran las prescritas por los propios programas y, como consecucncia, Ins di- ferencias en las ejecuciones ran explicables satisfactoriamente por refe= rencia a las caracter(sticas de Jos programas mismos (Ferster y Skinner, 1957, Morse, 1966; Zeiler, 1977), En relacién con este supuesto, y en ef contexto ofreeida por It expla- tacién, no sicmpre ordenada y sistemitica de los efectos de estos progra- mas y algunas de sus diversas combinaciones, Schoenfeld, Cumming y Cy CARPIO RAMIREZ en 49 2, ‘Hearst (1956) cuestionaron que las diferencias operacionales de los ‘gramas de reforzamiento constituyeran diferencias esenciales cn la produ cién de efectos conductuales, destacando principalmente la posibilidad producir ejecuciones de razin sin necesidad del cSmputo de El planteamiento de Schoenfeld, et al. (1956), en relacién con la nizacién de los programas de reforzamiento, descans6 cn un rechazo de ia utilizacién de dos reglas para la presentacién de los estimulos y en fa bigs queda de un sistema paramétrico que ofreciera la posibilidad de identifier continuidades entre los distintos efectos conductuales y Operaciones expe= timentales para procurar una organizacién més racional de cstos. Con esta. finalidad, propusicron el sistema T como un marco organizativo de los gramas de reforzamiento, construido exclusivamente a partir de la men lacién de parémctros temparales, cl cual consist bésicamente en un cielo repetitive de tiempo (denominado, ciclo T) que se subdivide en dos perio- dos alternantes de disponibilidad (1D) y no disponibilidad de reforzamien= to (1-delta). Los componentes formates del sistema T propuesto, son los siguientes: T: ciclo repetitive de tiempo; «D: periodo del ciclo T durante el cual la probabilidad (P)-de que unm respuesta (R) produzca un reforzador (ER) es mayor que el resto del ciclo. t-delta: periada del ciclo T, durante el cual la probabilidad de que una R produzea un ER es menor que en tD. T-testada; proporciin del ciclo ocupada por LD. Una expresién de em ta proporcidin es T-testada=tD/T. P: probabilidad de reforzamiento (como proporcién de ciclos en una sesidn en los que esté disponible el reforzador para la primera respuesta entD). Los estudios originales con sistemas T fucron disefiados adoptando. cuatro ” ciones paraméiricas”: a) alternar 1D y t-delta; b) mantener fija Ia duracién del ciclo T, al menos durante una fase, sesién 0 condicion experimental; c) reforzar s6lo la primera respuesta en UD, y d) no reforear ninguna respuesta en t-delta. Bajo estas condiciones gencralcs, como ha sido ampliamente docu- mentado por Schoenfeld y Cole (1972), la manipulacién de: a) la duracién del ciclo T; b)-cl valor de T-tesiada, yc) el valor de P, permitié no sola mente. reproducir ejecuciones de algunos de los diversos programas de re forzamiento, sino también generar nuevos programas no formulados previamente, De este modo: a) Los programas de reforzumiente continuo (RFC) sc pueden repro ducir empleanda ciclos T con una duracién menor a la del reforea- micnto,y manteniendo fijas en 1.0 los valores de T-testada y P, 1990, APROXIMACION PARAMETRICA, oo b) La extincién (EXT) se puede reproducir empleando valores de T- testada cercanos acero, o bien con P=0.0, al margen de la duracién del ciclo T. ¢) Los programas de intervalo fijo al reloj se pueden generar mediante el uso de ciclos T de duraciones medias y largas cn los que cl valor de Py T-testada sean igual a 1.0. d) Por otro lado, la manipulacién de T y P da lugar a los programas de intervalo y tazén aleatoria (IA y RA, respectivamente). Los prime- ros se gcneran cuando sc emplean ciclos T cuya duracién es relati- vamente grande, con T-testada=1.0 y con valores de P menores a uno (P); mientras que los programas de RA se generan cuando el valor del ciclo T es menor al TER minimo, con T-testada=1.0 y P. ¢) En los programas de intervalo aleatorio, la expresién T/P pronostica el intervalo tedrica promedio entre teforeadores (dada una tasa de ‘Téspucsta constante mayor a 1/T; su manipulaciGn dentro del siste- ima T constituye probablemente una de las mejores maneras de pro- ducir ¢jecuciones andlogas a ias de intervalo variables (IV). Otra manera de hacer contacto con los programas IV consiste en la varia- sistemftica del valor de T al interior de cada sesién experimen- tal. £) Por dltimo, aunque los programas de razén fija y de razén variable no se pueden reproducir con exactitud en el sistema T, ejecuciones similares a las que se producen bajo estos programas, x pueden ge- nerar mediante la reduccién sistematica de T 9 T-testads, lo cual es. i ningdin ntimera de respuestas como requisito para la presentacién del reforzadar (Schoenfeld y Cole, 1972), Conviene aclarar que él intento de reproduccidn de los programas de reforzamiento mediante cl sistema T no se extendié-a programas més com- plejos debido a que se considers que estos constituian combinaciones de Jos més simples, en cuyo anilisis xe concentré cl sistema propucsta. Debe scfalarse, sin embargo, que en las manipulaciones antes mencionadas se mantuyo como una constante el reforzamiento de s6ks Is primera respues~ taen {D, es decir, se mantenfa intacto el criterio ordinal de identificaciéa. de la respuesta a reforzar que se rechazaba originalmente. Una primera s0- lucién ofrecida a este problema consistié en la formulacién del Hamada sis tema tau (Z) (Schoenfeld y Comming, 1960). En el sistema Z, dos periodas equivalentes a 1D y t-delia (ZDy tA) se sobreimponen al periodo tD, de tal manera que la respuesta reforzada €s aquella que ocurre durante la coincidencia de (D y ZD. Este sistema ES mite que la primera respuesta en LD no sea necesariamente la reforzada sino solamente una susceplible de serlo. La naturaleza estricti~ 70 CARPID RAMIREZ Moon. 192, mente temporal del criterio de reforzamiento aleanzado con-el sistema Z permitié que éste s¢.constituyera en un marco organizativo de los progra- mas de ceforzamiento mucho més general que el sistema T (Schoenfeld y — Cole, 1972). Siguiendo a Sussman, podemos scalar que mediante la programaci6n de proBabilidades de reforzamiento superiotes a cero dada la respuesta (PER/R> 0.0) se generan los procedimicatos tipicos de reforzamiento y castigo positive (dependiendo de Ia intensidad del estimule empleado); jentras que la programacién de probabilidades de cstimulos superiores 3 vero dada la no-respucsta (PER/R> 0.0) produce los procedimientas de relorzamiento y castigo negativa, asi como los procedimicntos de “reforea~ ‘miento diferencial de otras conductas" (RDO). Por dltimo, el empleo de valores de probabilidades iguales para la respuesta y para la no-respucsia (PER/R=PERR), da lugar » los procedimientos de no-contingencia: (Sus- sman, 1972; Schoenfeld y Cole, 1972), ‘Aunque lo arriba mencionado es televante, casi dirfamos que en sf mismo, la importancia del trabajo desarsollado por Schoeafeld y sus cola- boradores no reside exclusivamente en la demostracin de que las ejecu ciones de interval y de razén son ubicables como casos de un continua, definido por los parametros temporales y de probabilidad de estimulacién, sino fundamentalmente en que permite diseutir la pertinencia de concep- tos como el de respuesta, estimulo, contingencia, refarzamiento, etc, y 8 torna.relevante en el andlisis de distinciones tradicionales en la teoria de la conducta, tales como contingente-na contingente, apctitiva-aversivo, tes- pondiente-operante, razén-intervalo, etc. De hecho, los trabajos posteria- res de Schoenfeld (Schoenfeld, 1972 1976, 1983; Schoenfeld y Cale, 1975; Schoenfeld y Farmer, 1970 Schoenfeld, Cole, Lang y Mankoff, 1973), han insistide con mayor fuerza en la légica de la teoria desarroliada por Skin- ner (1938) y sus limitaciones como modelo descriptive de Ia conducta. Co- mo sefala Ribes (1990), una de las principales aportaciones de Schoenfeld es cl considerar a los problemas ¢ incongruencias de la investigacién empl rica como problemas fundamentalmente conceptuales. De manera similar, Ribes (1982, 1984, 1985, 1986, 1989, 1990, Ribes y Lépez, 1985) ha mostrado un conjunto de inconsistencias ]dgicas en Ia teo~ ria del condicionamiento como tcoria general de la conducta y ha destaca~ do Ja necesidad de replantear el estudio de la conducta en el marco de un nuevo modelo que sescate Is cspecificidad conceptual de lo psivaldgico, de mado tal que sea posible “ajustar lus categorias, métodos y procedimicntos, de andlisis empiricos de los hechos significatives a la nueva teoria” (Ribes, 1990, pp. 29). 1000. APRORIMACION PARAMETRICR n Con este Gltime proposito, en nuesiro programa de investigacién he- mos orientado nuestro esfuerzo al andlisis de una seric de problemas tradi- cionales en el estudio de la condueia, desde un punto de vista paramétrica, empleando la metodologia del sistema T con algunas modificaciones. UN PROGRAMA DE ANALISIS PARAMETRICO” En un trabajo anterior (Ribes y Carpio, en prensa) hemos resefisdo de ma~ nera general los diversos estudios realizados hasta ese entonces en nuestro Programa de investigacién, por Io que mis que repetirla, en esta seccién presentaremes algunos dc esos esiudios y otros més recientes en torno-a una serie de problemas de relevancia para la teoria de la conducts. Con propésitos de exposicidn, 1a presentacién se organiza en torno a tres de las cucstiones mis importantes que nuestros datos nos permiten diseutir: a) funciones de adquisicién y mantenimiento de Ja respuesta; b) control de estimulo, y c) perlinencia y relevancia de Is tasa de respuesta como medida de conducta, Estas tépicot se discuten por separado en el presente trabajo exclusivamente con fines. de andlisis, aunque cn ningtin caso nucsiros estu- dios se han dischade con Ia finalidad unica de incidir ca algunos de ellos, Funciones de adquisicién y manterrimiento de la respuesta. Tradicionalmente, a partir de los trabajos de Skinner (1937 1938) y de Ferster y Skinner (1957), se ha sostenido como uno de las principios basi- cos en la preparacién de los sujetos para los estudios sobre candiciona- micato operante cl moldear ja respuesta experimental (usualmente oprimir una palanca o picar una iccla), win cusndo cl propio Skinner (1938) ha sefmlado que respucstas como éstas son normalmente dispani- bles en el repertorio conductual de los sujetos antes de cualquier opera- cida de condicionamiento. Sin embargo, los estudios de Brown y Jenkins (1968) y de Williams y Williams (1969) sobre automoldeamiento y auto mantenimiento, respectivamente, despertaron un gran interés en lox inves= ligadores operanics al encontrar que bajo contingencias entre estimulas (luz-alimento) Is respuesta de picotea en la tecla se presentaba de manera consistente, y atin s¢ mantenfa a pesar de contingencias negatives respues~ forzador. Una amplia gama de estudios sobre lo que se han denomini- nes operanie-respondientes” han venido discutienda desde enlonces si respucsius consideras tipicamente operantes son susceplbles 2 Este proyecto forms parte del Proyecto de Investigacion en Aprendizaje Humanode la EMER ‘etacs lade 8 UNAM gic ditigé €! Miro, Emilio Ribes [esi ay CAREIO RaMlniEZ Nine 12, vol de control par contingencia entre estimulos, si las proceses de condiciona- micnto operanie y rexpondicnte son reductibles a uno ado, si sus efectos son aditivos, ctc. (Gamzu-Williams, 1971; Davis, 1977; Locurto, Terrace y Gibbon, 1981). ‘Desafortunadamente, pacos han sido los estudies donde se ha evalua- do de manera sistemitica |a disponibilidad del segmento de actividad defi- nido como respuesta antes de exponer a los sujetos a las contingencias programadas, En nuestro caso, particado de los trabajos de Cabrer, Daza y Ribes (1975) en los cuales sc demostré fehacientemente que las relaciones temporales cntre la respuesta y Ins eventos de cstimulo constituycn los pa- rametros relevantes en el desarrollo de fu nes espceificus de cxtimulo y de respuesta, hemos incarporada como prictica comin en nucstras stu: dios someter directamente # los sujetos » lax situaciones experimentiles sity moldcamicnto de las respuesta, evaluando los clectos de la presentaeién, contingente y no-contingente de estimutos reforzantes. Lo anterior se jus: tifica en virlud de que no estamos interesados en Ta “adquisicién” de ha res~ puesta coma actividad potenciada por los subsistemas biolégicos del organismo, de hecho la suponemos, sino en las condiciones de contacto con el ambiente que prefigura el desarrollo de funciones especifieas de di- cha actividad en Ia interaceidn bajo estudio. Con ese punto dé partida, un trabajo de Ribes y Lopez (1979a) estu- dig los efectos de fa present gente y no contingente de wlimene to en ratas cxperimentalmentc ingcnuas ulilizando un programa T de sesenta y ocho segundos, con ID=8 seg. y I-delta=60 scg., manteni¢ado constantes las probubilidales de reforzamicnto en uno durante tela, Un grupo de rates fue expuesto primero a una fase de linea base (LBY) en fa que las respuestas no tenian ninguna consccucneia programada;, enseguida pasaron a la fase cantingente (C), cn la que cl sujeto debia emilir una res puesta en tD, el cual-se acompaiid de una luz blunca arriba de la palanes, para recibir slimento en cl dispensador; después se expuso nucvamente & una fase de linea base (1.B2) idéntica a la primera, y finalmente a la fase de ciGn ne contingents (NC) del alimento. Un segunda grupo de st el mismo tratamiento, excepto que la secuencia de exposicida a las fases fue LB ~ Los resultados mas importantes de este-es tudio dejaron ver que todos ls sujetos presentaron un nivel operante su perior a cero y que la tasa de respuesta fue en constant ascenso a to largo de las sesiones, independientemente de Ia fase vigente y de la secuencia de exposicién a éstas. Datos similares en cuanto a ta exisiencia de niveles operantes supe es a cero, y niveles de respuesta consistentes bajo condiciones de pre sentaciéa contingente y no contingente de estimulas reforzantes, han ido PARAMETRICK er] enidis en otros cstudios tanto con ratus (Carpia, Gonzilez y Ribes, ; Carpio, Lopez y Vézquez y Ribes, 1987; Ree Carpio, Pallares , 1986) como con pichones (Ribcs, Robles y Hickman, 1986). Cree- que tales dates descartan la necesidad del moldeamiento Para la ocu- in de le respucsia y cucstionan la legitimidad de otorgar a le testa en sf misma un carécter de operante o respon tc. Adicional- “Mente. sugicren que la existencia de una morfologia reactiva especilica, no “Sonstituye sino In condicién de Jo psicolégico como accidn regulada func: Ralmente a partir de la historia ontogénética del organismo, y conlirman la Secesidad de dirigir cl aniilisis 2 las condiciones paramétricas y funcionales le dicha interaccién para explicarla, En ese sentido, debido a que pudiera Pensarsc que la presencia de la luz durante (D ene! estudio de Ribes y Ld- Pez (1979a) constituia un “predictor” o “sefial” del reforzador y que a Jeto respondia ante “sefiales informativa”, el estudio fue replies por ne mismos autores (Ribes y Lépez, 1979b) con la variante de que Ia Juz no'se presenté durante (D sino en t-delte, De manera general, los distos obtent. dos mostraron niveles de respuesta superiares a coro durante todas las fac ses del cxperinento, a pesar de no existir moldcamicnio de la respuesta, Adicionalmente, sc encontré que en los sujelos expucstos a la secuencia contingente-no contingente ta tasa de respuesta decrecié al pasar a esta dle ui fase, menras que cn los sujetos expucstos a ta secuencia inversa, la il ucsla auments icich tater penis ‘6 al pasar de la condicién no contingente a la Consideramos que estos datos, ademis de scr contradictori i: pétcsis clisica de inhibicién condicionada, apuntan en Sete Sostenida por las teorias de “seguimicntos de scales” (Heatsi ¥ Jenkins, 1974) o teorfas de Ia informaciin (Gollub, 1977) que han pretendida car las funciones de adquisicicn y mantenimicnio de la conducta en situacios nes de prescntacién contingente y no contingente de estimulos. Desde nucstro punto de vista, fos datos obtenidas hacch bincupié en la importancia de recuperar en el anilisis de lu conduct wn punta de vista paramdélrice mis que “centrado en el problema” (Cabrer, Daz y Ribes, 1975; Bruner, en Prensa) para reorientar el andlisie de lax condiciones que detcrminan el-de. sarrollo de fanciones especificas de estimulo y de respuesta, El control de estimules Aun cuando nuestro progeima nd hi teniie. ch las problemas tradicionales del inca de cach anus eee buestros datos som pertinentes # Esta. ™ ‘Ganeio aaminez Hom 1 ya woh 36 Nuestros estudios se han caracterizado POF Mantener constante una uz de cinco walls durante 1D o t-delta (EN), que dicho al margen, es muy parecida la prpareionada par cl foco de iluminacién gencral de la cdina- ta experimental empleada, De manera general, podemas decir que nues- tros datos sugieren que los efectos de este estimulo san, apurentemente: a) relativos a su intervala respecto al reforzador (EN-ER); b) dependientcs de Ia condicién baja ta eual s¢ presenta (contingencia 0 no contingencia, y #) interdependientes con valores purticulares de probabilidad de teforic. mienio. En el primer caso, el estudio ya citado de Ribes y Lépez (19796), en el cual Ia presencia del EN durante (delta mantuvo texas relativamente alts sun cuando se presentaba cn un periods de no disponibilidad de reforea. misnio, cs plausible pensar que el intervalo becve cmire dicho cstimulo y £D, con 1a consecuente contigiidad con el reforautlar, constiluye un para- metro responsable de este efecto. Un estudio actualmeme en preparacia evaluara las densidades de respuesta tania en 1D coma en Ldeltn en fag, ciéa de distintas telaciones de intervalo/duracidaidemara del EN respect al reforzador, de la cual se espera obicner datos pertinentes en relaeséa con esla supasicida. En cuanta al segundo aspecto, Curpio, Gonuilez y Ribés (1986) teali- Zeroa un estudio utilizando tambign un programa T de sesenta y acho se. Bundos, con 1D=8 seg: y tlelta=60 scg. Al interiur de cada sosidn, ua Btupe de sujetos pasé de la candicidn de contingencia a Ja condicion de na ‘conlingencia. En ambas condiciones se redujo ja probubilidad de presenta- ein del EN (PEN) y simultinca peru independientemente, se fedujo entre Sct la probabilidad de cefarzamiento (PER) en los mismos valores que PEN, Oto. grupo de sujeios recibi6 un tratamiento idénticn excepto que {a intrasesion pass de la condicién de na contingoncia a la de vontingencia, Entre los resultados de este estudio destaca que 1)

You might also like