Si desestinas 1a Bestia cono simplemente una excusa conve—
niente para mestras transgresiones, alguna clase de proyeocién
subconseiente 0 1o que sea que la actual variante de alienicta
postule, no me sentiré
de sentir ou cdlido aliento en tu alma. Ia primera ves que train
ofendida. Ko, me deleitaré en que ain hayas
cones una promesa mortal @ causa de un deseo monstrucso seré lo
bastante pronto cono para que jusgues 1a realidad de la Bestia por
ti mismo.
prinera vez que la Bestia lo domind.
cada Vastago recuerda
} Modos tenemos 1a noche en 1a que nada logre que alloje suo garras,
fen la que no seamos ya capaces de retornar a nosotros mismos. Saber
que perderde 01 control, que te vas a iallar, corree tu mente como
una ata roe las maromas de un barco, burldndose de 1a existencia
eterna. Algunos tratan de silenciarlo con obsesiones: arte, juegos
polities. Otros buscan refugio en
ropas elegantes, la interminabi:
Gelirios negando sus actos bestiales o explicdndolos con pretensio~
nes de inteneionalidsd. Dibujan bordes en torno a su locura: sé10
matan a los indignos, a 105 que lo nerecen o para proteger a los
yerdaderanente buenos. Tales soismas pueden calmar 1a culpa, pero
en @ la Bestia durante mucho tiempo.
no ais
Para mantener 1a Bestia a raya, muestra maldicién nos Zuersa a
saciar nuestra Ansia aliment&ndonos de sangre. Nuestra Ansia conbi-
ma todas lac puncadac del hanbre y la sed mortales con el constante
estdmalo del logro y el desesperado terror del niffo que busca
seguridad, Es 1ujuria, motivaoién, un nareético més fuerte que ia
moriina, una aguja nds puntiaguda que 1a cocaina. Peco de prosa
florida, pero en verdad el Ansia arroja este oper{stico toco a
muestras sencaciones y nosotros jadeanos para mantener el ritmo.
Impulse, enloquece y distrae y o610 se marcha por completo cuando
Grenanos toda 1a sangre de un ser humano. ¥ aun asf retorna la
noche siguiente, y 1a siguiente, para sienpre.
Za sangre que bebenos hace mis que saciar mestra Ansia,
Bungue Si s610 hiciera eso ya seria suiciente. Tanbidn eleva
~sran tus ¢
I leros,