You are on page 1of 10

A m b . y Des., Vol.

IV - Nº 3: 13-24
ARTÍCULOS Diciembre 1988

La diversidad biológica de Latinoamérica:


un patrimonio amenazado
VICTOR M. TOLEDO*

ABSTRACT. This paper lists the conditions of biological livestock producer in the world and also the largest
richness and ecological diversity in Latin America and the importer of these products. This accounts for the expan-
Caribbean, representing a wide range of different ecosys- sion, since the sixties, of livestock farming in the main
tems (from tropical rain forests to moorland to conifer forest reserves of Latin America, namely, the rainy-hot
woods). The application of new methods and technologies and dry-hot tropical areas. This phenomenon involved
has proved that this is the region of the Earth that has the both the national enterprises and the transnational cor-
greatest wealth of species and, at the same time, the porations. In view of this serious destruction of the natural
region most seriously affected by the destruction of its resources, the author emphasizes the urgent need to
natural ecosystems, i.e. deforestation (60% of the world create protected areas to guarantee the preservation of
total deforestation) and livestock expansion (considered such biological and ecological diversity. He considers that
as the main agent of ecological change in Latin Ameri- the inventory of resources which has been undertaken by
ca). The latter is seen as the direct result of the appear- some countries are measures that were necessary, but not
ance of two phenomena in the world: the consoli- sufficient. The great challenge ahead is the inclusion and
dation and expansion of beef as the main source of animal specification, within the context of social development,
protein in the dietary patterns of the countries of the of the need to acknowledge and preserve such wealth. The
northern hemisphere and the substitution of England as study includes an interesting comparative analysis of the
the main pivot of the monopolic network of the world phenomenon in the different countries of the Region.
neat trade for the United States the largest meat and
Visitada por naturalistas tan famosos como
* Profesor invitado, Universidad de California, Berkeley,
Darwin y Humboldt, y estudiada con pa-
USA.
sión por biólogos contemporáneos de mu-
chas partes del mundo, la América Latina
14 TOLEDO

(y el Caribe), es decir, la llamada Región altitud, hasta los ecosistemas desérticos y


Neotropical, conforma el área donde las semidesérticos, las sabanas tropicales, las
fuerzas de la evolución biológica hicieron selvas bajas caducifolias, los bosques de
depositar el mayor número de especies de coniferas o la vegetación de los Andes
organismos conocidos en el mundo. Así la (páramos, punas, selvas de niebla). Esta
región, en su conjunto, aloja cerca de inigualable riqueza orgánica convierte a esta
120.000 especies de plantas con flores, y región no sólo en la zona biológicamente
unas 180.000 si se agregan los helechos, más interesante del mundo, sino que hace
hongos, musgos y líquenes (cuadro 1), una depositarios a los países que la componen
cifra que triplica el número encontrado en de una indiscutible riqueza, dado el número
Africa y Madagascar juntos, y que es dos de satisfactores potenciales que podrían
veces y medio el encontrado en todo producirse a partir de estos elementos
Australasia (Gentry, 1982; Toledo, 1988). naturales. Hoy se reconoce que esta inusita-
Lo mismo puede decirse para los principa- da variedad de especies puede ser la fuente
les grupos de animales: la Región Neotropi- de todo un caudal de viejas y nuevas
cal contiene el mayor número de mamífe- materias primas, desde maderas, fibras,
ros, reptiles y anfibios del planeta y com- medicinas, combustibles y alimentos, hasta
parte con el Asia tropical la máxima diversi- forrajes, aceites, resinas, taninos, hules na-
dad de aves. En conjunto, la región aloja un turales, gomas, ceras, colorantes, saborizan-
total de 9.299 especies de vertebrados tes, fragancias y pesticidas. Siguiendo cier-
terrestres (es decir, excluyendo los peces), tos criterios, puede estimarse que en con-
las cuales se distribuyen por los diferentes junto la región aloja unas 24.000 especies
países, tal como lo muestra el cuadro 2. De de plantas útiles (Toledo, 1987), de las
la misma forma, la lista de los seis países cuales unas 8.000 deben poseer alguna
biológicamente más ricos del mundo, don- propiedad anticancerígena (Duke, 1982).
de se estima se encuentra del 50% al 80%
de toda la biodiversidad del planeta, es
encabezada por tres países latinoamerica- La destrucción de los hábitats
nos: Brasil, Colombia y México (Mitter-
naturales
meier, 1988).
Esta riqueza biológica se ve correspon- Hasta hace todavía algunos años, la posibili-
dida por la gran diversidad ecológica repre- dad de evaluar con un mínimo de confiabi-
sentada por toda una gama de diferentes lidad los cambios ecológicos de las diferen-
ecosistemas: desde las exuberantes selvas tes regiones del mundo era una tarea
tropicales húmedas de las porciones de baja técnicamente imposible. El avance logrado
por los inventarios biológicos y forestales,
Cuadro 1 aunado al desarrollo de la cartografía mo-
derna y sobre todo a la aparición de los
Estimación de la riqueza en especies de los sensores remotos (fotografías aéreas, radar
principales grupos de plantas y los hongos
e imágenes de satélite), hacen hoy posible
de Latinoamérica y el Caribe.
Fuentes: Gentry, 1982; Toledo, 1985 y 1988b
la evaluación de las diversas formas de
utilización de los espacios naturales del
planeta. Así, un estudio reciente de la FAO
y el Programa de las Naciones Unidas para
el Medio Ambiente (PNUMA) acerca de los
recursos forestales de las regiones tropicales
del mundo, permite evaluar con cierto
detalle el estado de los ecosistemas foresta-
les de las diversas regiones y países de la
mayor parte de lo que suele llamarse el
Tercer Mundo. El estudio de FAO-PNUMA,
D I V E R S I D A D BIOLÓGICA DE L A T I N O A M É R I C A 15

que incluyó 76 países de los trópicos de (36) países de Africa pierden anualmente
África, Asia y América Latina, es hasta el un total de 3,67 millones de hás y los (16)
momento la fuente más autorizada para de Asia 2 millones de hás. Ello deja a la
evaluar los recursos forestales tropicales y región latinoamericana en una situación
sus niveles de destrucción. Dicho estudio paradójica: es el área de la tierra con la
muestra (cuadro 3) que de un total de 11,3 mayor riqueza de especies en el mundo y al
millones de hás que anualmente se defores- mismo tiempo la que sufre el mayor grado
tan en las regiones tropicales del mundo, de destrucción de sus ecosistemas naturales.
5,6 corresponden a los (23) países de Ello significa que cada año Latinoamérica
Latinoamérica y el Caribe, en tanto que los pierde un área forestal equivalente al terri-
16 TOLEDO

torio de Costa Rica. La situación anterior estudios más recientes indican que el em-
se vuelve aún más acentuada cuando sólo se pleo de la imaginería de satélites podría
comparan las pérdidas de los "bosques revelar ritmos mayores de deforestación y
cerrados" (selvas medianas y altas y bos- nuevos reportes derivados de los inventarios
ques de confiteras). En este caso Lati- nacionales forestales (por ejemplo, de Bra-
noamérica contribuye con casi el 60% del sil), que registran cifras mucho mayores.
total de la deforestación anual (4,3 de un Para el análisis a nivel de países, es
total de 7,49 millones de hás). De acuerdo necesario distinguir entre los valores absolu-
con Lanly (1981) el ritmo anual de la tos y relativos de la deforestación. Así,
deforestación de las selvas tropicales de la como la muestra la figura 1, es posible
región (1981-85) fue de 0,61%, en tanto distinguir un primer grupo de países donde
que el de los bosques abiertos de 0,59% y el la deforestación alcanza más del 1% anual,
de los bosques de coniferas de 1,25%. No y que incluye a México, Centroamérica
obstante parecer elevados, los ritmos de (con excepción de Belice y Panamá), Ja-
deforestación reportados por el estudio de maica , Haití y sólo dos países sudamerica-
FAO-PNUMA pueden ser considerados co- nos: Colombia y Ecuador. El resto de los
mo estimaciones conservadoras de la des- países soporta, en términos relativos, una
trucción ecológica. Así, el concepto de deforestación menor, con excepción de las
deforestación utilizado en el estudio denota tres Guyanas, en donde la deforestación es
el desmonte total de las formaciones arbó- insignificante. Por otro lado, los valores
reas para la agricultura, la ganadería u otros absolutos revelan que dejando fuera las
usos. Esta conceptualización estrecha con- Guyanas, la deforestación en los siete paí-
trasta con los términos de conversión, ses de Sudamérica tropical contribuye con
disrupción y depauperación utilizados en el 78% (o 4,39 millones de hás) del total
otros estudios para indicar cualquier cam- anual de la región, y que incluyendo a
bio sufrido por los ecosistemas forestales, México, la figura alcanza el 90% (figura 1).
ya sea por desmonte o clareo completo, El caso de Brasil resulta excepcional: en su
entresacado selectivo de madera, o cual- territorio tiene lugar el 45% de la deforesta-
quier forma de degradación (por ejemplo, ción de toda la región. En la actualidad
sobrepastoreo o incendios). Así, por lo todo el mundo tiene los ojos puestos en la
general, la extracción de madera es tomada región amazónica, olvidándose de otras
como una acción deforestadora, en tanto porciones no menos importantes, como la
que en el estudio de FAO-PNUMA fue costa atlántica o el nordeste, y mucho más
considerado por separado. Por otro lado, deterioradas que la primera. El enorme
D I V E R S I D A D BIOLÓGICA DE L A T I N O A M É R I C A 17

(las cuales todavía poseen una superficie


forestada de aproximadamente 355 millo-
nes de hás) que en las secas y semisecas
(con sólo 211 millones de hás forestadas),
dejando a estas últimas valores relativos
mucho mayores. Ello sólo viene a confir-
mar lo que es un claro proceso en el espacio
geográfico brasileño: la deforestación que
comenzó desde el siglo pasado en la costa
atlántica (Deam, 1983), se interna tierra
adentro y hoy toca ya la prístina amazonia.
En esta secuela las selvas tropicales de la
costa atlántica han desaparecido práctica-
mente (según este estudio sólo quedan unos
3 millones de hás), la caatinga del nordeste
ha sido también muy degradada, y de las
selvas subtropicales meridionales de la costa
atlántica, que alguna vez cubrieron los
estados de Espíritu Santo, Río de Janeiro,
Sao Paulo y un tercio de Minas Gerais, sólo
quedan reductos aislados. Las cifras de
nuevo hablan por sí mismas: hoy práctica-
mente no existen más selvas subtropicales
del Atlántico, que llegaron a cubrir 50
millones de hás (Deam, 1983), es decir, un
territorio de ese país sudamericano (851
equivalente a la cuarta parte de México o
millones de hás) enmascara, por otro lado,
casi todo Centroamérica. Por último, los
los altos niveles de deforestación al relativi-
bosques de coniferas del sur brasileño, que
zar los valores absolutos (sólo el 25% del
alguna vez cubrieron buena parte de los
país ha perdido su cobertura vegetal). De
estados de Paraná, Santa Catarina y Río
acuerdo con el minucioso análisis que hace
Grande do Sul con una área global de 16-17
el estudio de FAO-PNUMA, el Brasil pierde
millones de hás, hoy han sido reducidos a
anualmente 2,53 millones de hás de selvas
1,2 millones de hás y se deforestan a un
tropicales (1,36%), de bosques de coniferas
ritmo de 120.000 hás por año.
(0,12) y de bosques abiertos (1,05). Esta
cifra puede aparecer conservadora si se Las cifras anteriores muestran que es en
toma en cuenta que tan sólo en la región los países de Sudamérica tropical donde
amazónica las últimas cifras oficiales (gene- está teniendo lugar la mayor deforestación
ralmente bajas) sugieren una destrucción dado el gran tamaño de los países y las
anual de 2,3 millones de hás con bosques grandes áreas con vegetación natural que
(Salati y Vosé, 1984). Aún así, el total aún existen (72,8% en conjunto).. Sin em-
registrado por el estudio FAO-PNUMA es bargo, desde la dimensión nacional, los
impresionante: cada año Brasil pierde una procesos de destrucción ecológicas son más
superficie forestal equivalente a Belice o agudos en Centroamérica, el Caribe o Méxi-
Haití. El mismo estudio indica que la co, donde las áreas con vegetación natural
deforestación afecta por igual a las selvas son mucho menores. La situación más
tropicales húmedas que a los bosques de difícil está teniendo lugar en Centroaméri-
coniferas y a los cerrados (el estudio no da ca, en donde el tamaño pequeño de los
estimaciones precisas para otras forma- países y sus medianos porcentajes de vege-
ciones arbóreas abiertas como las caatingas tación (44,5% en promedio) dejan un 2,1%
del nordeste). De esta forma, la misma de deforestación anual. En el Caribe, donde
cantidad se deforesta en las áreas húmedas las superficies de los países son similares
18 TOLEDO

(Cuba, República Dominicana o Haití) o extraordinario, porque será el país que


menores que las de los países centroameri- experimentará el mayor descenso de sus
canos, y en donde los procesos de defores- bosques naturales en veinte años (del 31,3
tación aguda tuvieron lugar en el siglo al 5,9% de la superficie nacional), llegando
pasado (Lugo et al., 1981), los índices incluso a afectar, en teoría, su privilegiado
anuales son menores, quizás porque las sistema de reservas ecológicas que hoy
grandes áreas planas con vegetación natural cubren el 12% del territorio. Por otra parte
ya no existen y sólo quedan reductos sobre Belice y Panamá enfrentarán una situación
laderas y lugares inaccesibles. de deforestación moderada, en tanto que
La crítica situación ecológica de la Guatemala ocupará una posición interme-
región se expresa mejor cuando los ritmos dia. En conjunto, los países de Centroamé-
de deforestación anual por país son proyec- rica pasarán de un 44,5% de su territorio
tados hacia las próximas dos, tres y cuatro con vegetación no afectada en 1980 a un
décadas (sin incluir la tasa de incremento 23,5% dos décadas después. Ello indica que
anual que según Lanly (1983) alcanza al 1% los países centroamericanos casi igualarán
anual, y que según Fearnside (1982) en la en veinte años a los países del Caribe, los
región amazónica es todavía mayor). De que por diversas razones históricas y econó-
acuerdo al estudio de FAO-PNUMA hacia micas son hoy el área más deforestada de la
el año 2000 sólo el 17,4% del territorio región.
mexicano estará cubierto por vegetación
natural. La delimitación geográfica de las
áreas con y sin disturbio en 1980 y su La expansión de la ganadería
distribución por entidades políticas y tipos en Latinoamérica
de vegetación revelados en una investiga-
ción reciente (Toledo et al., 1988) corrobo- Los principales estudios dedicados a exami-
ran con mayor detalle la situación de nar los procesos de deforestación y degra-
México. Así, por ejemplo, de seguir las dación ecológica del Tercer Mundo (inclu-
tendencias actuales de 1,3% de deforesta- yendo el de la FAO-PNUMA), aparecidos
ción anual nacional, los principales estados recientemente, coinciden en señalar a la
del sureste mexicano terminarán el siglo expansión ganadera como el principal agen-
con una vegetación inexistente o posible- te de cambio ecológico en la América
mente reducida a una quinta o sexta parte Latina (véase Lanly, 1983; Myers, 1982;
de su distribución original. Es este el caso Guppy, 1984). Ello ha surgido como conse-
de Tabasco (con sólo un 19% de vegetación cuencia de la aparición de dos nuevos
natural), Chiapas (con 50%), Veracruz (con fenómenos a escala mundial: la consolida-
26%) y la península de Yucatán (con toda ción y expansión de la carne de res como
su porción norte convertida ya en área primer recurso de proteína animal en los
agrícola o ganadera). Hacia el norte la patrones alimentarios de los países del
situación es relativamente similar, pues hemisferio norte (incluyendo los países
estados como Sonoroa o Chihuahua han socialistas) y la sustitución de Inglaterra
visto reducidas sus áreas con vegetación como pivote central de la red monopólica
natural a un 26,5 y 26,7%, respectivamen- del comercio mundial de carnes y su
te. reemplazo por los Estados Unidos. Así, el
En Centroamérica la situación es aún consumo anual de carnes rojas en los
más grave: la vegetación y la flora de El principales países y regiones del hemisferio
Salvador es ya, de acuerdo con Durham norte pasó de los 18,9 millones de tonela-
(1979), virtualmente inexistente, y en tres das métricas de 1961 a 30,4 en 1979 (véase
países (Honduras, Nicaragua y Costa Rica) el cuadro 4), en tanto que en los últimos
las áreas con vegetación sin disturbio serán treinta años los Estados Unidos se convir-
fuertemente reducidas hacia el año 2000. tieron no sólo en el primer productor de
De éstos, el caso de Costa Rica resulta carne y ganado, sino en el primer importa-
DIVERSIDAD BIOLÓGICA DE LATINOAMÉRICA 19

dor mundial de estos productos. De esta decir, sus áreas tropicales cálido-húmedas y
forma, no obstante los avances técnicos secas. El mismo cuadro 4 nos revela con
logrados en la industria ganadera, los nue- asombrosa exactitud los incrementos en la
vos requerimientos cárnicos y el rearreglo producción de carne y su exportación entre
geográfico del principal centro de consumo los principales países de Latinoamérica
provocarán la búsqueda de nuevos espacios entre 1961 y 1979. Así, al tiempo que en
para la producción pecuaria. Si en su sólo veinte años los Estados Unidos incre-
dominio del comercio mundial de la carne, mentaron sus importaciones de carne en un
Inglaterra estimuló y favoreció el desarrollo 137%, los principales países de Latinoamé-
de la ganadería en los principales espacios rica aumentaron sus exportaciones de
con vocación pecuaria del globo (planicies 487.000 toneladas métricas en 1961 a casi
con pastos naturales o formaciones arbó- un millón en 1979, además de elevar su
reas abiertas en climas templados y fríos), propia producción de 4,6 millones de tone-
tales como Australia, Nueva Zelandia, Ar- ladas métricas a 7,8 en el mismo período.
gentina, Uruguay y ciertas porciones de Hacia la década de los setenta, Latinoamé-
Europa, los Estados Unidos se vieron obli- rica suministraba ya a los Estados Unidos
gados a echar mano de lo que siempre han entre el 26 y 30% del total de sus importa-
considerado su reserva estratégica de recur- ciones de carne, además de otros países
sos naturales: la América Latina. De esta como Japón y la Comunidad Económica
forma, desde principios de los sesenta, la Europea. Esta tendencia se hace más nítida
ganadería comenzó a invadir las principales cuando se dejan fuera los aportes de carne
reservas forestales de Latinoamérica, es provenientes de Argentina y Uruguay, los
20 TOLEDO

dos proveedores tradicionales del producto, gubernamentales y privadas de los Estados


y sólo se examinan los incrementos en el Unidos y varias decenas de corporaciones
resto de los países de la región. De esta entre las que destacan la Volkswagen, la
forma la "fiebre ganadera" se hizo presente United Brands, la Mercedes Benz, o la
en los principales polos de colonización de Tsuzuki, para señalar sólo a las más conoci-
nuevas áreas de la región, y sobre todo de das.
sus porciones tropicales cálido-húmedas,
dado que en estas áreas los coeficientes de
agostadero (número de hectáreas re- Conservacionismo y desarrollo:
queridas para alimentar a una cabeza de una reflexión final
ganado) son mucho menores. El reciente
" b o o m " ganadero fue en realidad el pro- En Latinoamérica y el Caribe el agudo
ducto de todo un conjunto de factores. proceso de disminución de las áreas natura-
Así, por ejemplo, los estímulos fiscales les es al menos para el futuro próximo un
implantados por los gobiernos de muchos evento indetenible. Frente a ello la creación
países de la región (en el caso de Brasil de áreas protegidas que garanticen la preser-
llegó a la condonación de hasta el 50% de vación de la diversidad biológica y ecológi-
los impuestos a los nuevos proyectos gana- ca de los países y las regiones se ha vuelto
deros de la región amazónica), se vieron una urgente tarea de salvamento. La revi-
acompañados por los enormes empréstitos sión del estado que guarda la conservación
que tanto la banca internacional como la de en el conjunto de los países de la región
las propios países derramaron con generosi- muestra que, no obstante el acelerado
dad para la expansión de la ganadería desde incremento de áreas protegidas que ha
mediados de los sesenta. De acuerdo con tenido lugar en las últimas dos décadas, las
los estudios realizados por Feder (1980), (alrededor de) 300 reservas apenas alcanzan
entre 1971 y 1977 los países de Lati- el 2% del total territorial de la región
noamérica recibieron por parte del Banco (Budowski y McFarland, 1984). Así, no
Mundial y del Banco Interamericano de obstante que en algunos países el área
Desarrollo más de mil millones de dólares teóricamente protegida alcanza el orden de
para proyectos directa o indirectamente los 3-4 millones de hás (Colombia, Chile,
ligados a la ganadería, los cuales recibieron Bolivia, Perú), 7 (Venezuela) y hasta 10
como contrapartida más de 1.200 millones millones (Brasil) de hectáreas, en términos
de dólares de los bancos locales. relativos estas oscilan entre el 1 y 4% del
La expansión ganadera no sólo involu- territorio nacional, difícilmente alcanzan el
cró a miles de nuevos prósperos rancheros y 7-8% (Panamá, Venezuela, Ecuador) y muy
empresas de capital nacional, sino que de rara vez más del 10 (Bahamas y Costa Rica)
inmediato atrajo a un número elevado de (véase figura 2). Muchas de estas superficies
corporaciones transnacionales. En un me- son, por otro lado, "reservas en el papel",
ticuloso estudio realizado en trece países de pues no existe un verdadero sistema de
la región entre 1977 y 78, Shane (1980) protección, lo que supone contar con una
logró poner al descubierto la compleja red mínima infraestructura administrativa, de
productivo-comercial que pone en la mesa investigación, de seguimiento de las condi-
del ciudadano norteamericano (o sus mas- ciones naturales, etc. Además, los procesos
cotas) el bistec, la hamburguesa o el alimen- deletéreos, que tienen lugar por fuera de
to concentrado que en sus orígenes creció estas "islas naturales" y que deben ubicarse
bajo los cielos de Latinoamérica. De acuer- en el contexto de lo social, lo cultural, lo
do a ese autor, cientos de entidades se económico y lo político, rara vez son
vieron involucradas en la producción de contemplados en el diseño e implementa-
carne en la región, desde bancos internacio- ción de las áreas protegidas en el mediano y
nales y nacionales, agencias de desarrollo de largo plazo. Todo ello lleva a concluir que
las Naciones Unidas y la OEA, agencias esta concepción conservadora de la conser-
DIVERSIDAD BIOLÓGICA DE LATINOAMÉRICA 21
22 TOLEDO

vación, que deja todo el esfuerzo protector Global Deforestation and the Nineteenth Cen-
en la creación de reservas, es una medida tury World Economy: 81-95. Duke Press.
necesaria pero no suficiente. Por desgracia DUKE, J. 1982. Contributions of Neotropical
y por fortuna, las tareas conservacionistas forests to cancer research. Manuscrito inédito.
DURHAM, W. 1983. Scarcity and Survival in
no pueden visualizarse de manera separada
Central America. Stanford Univ. Press.
de las estrategias, los estilos y las racionali-
FEDER, E., 1980. The odious competition be-
dades que toma el desarrollo de la sociedad tween man and animal over agricultural re-
(y esto es particularmente cierto para los sources in the underveloped countries. Review
países latinoamericanos). Ello deja, por lo 3 (3): 463-500.
tanto, el enorme reto de incluir y dimen- GENTRY, A.H. 1982. Neotropical floristics diver-
sionar en el contexto del desarrollo social la sity. Ann Missouri Bot. Garden 69: 557-593.
necesidad de reconocer y mantener la gran GUPPY, N. 1984. The tropical deforestation.
riqueza biológica de los países y de la Foreign Affairs 54: 235-80.
región entera. No se trata de ceder a un LANLY, J.P. 1981. Síntesis Regional. En: Tropical
mero capricho naturalista (o ecologista) Forest Resources Assesment Project. Vol. I.
abstraído de la perspectiva social, económi- Los recursos forestales de la América Tropi-
cal: 3-82. FAO, Roma.
ca y aun cultural; de lo que hay que
1983. Assesment of the forest resources
percatarse es del enorme potencial que
in the tropics Forestry Abstracts 44 (6):
encierra esta diversidad biológica para el 287-318.
presente y futuro de los pueblos latinoame- LUGO, A. et al., 1981. Tropical forest in the
ricanos, potencial que debe ser traducido Caribbean. Ambio. 10 (6): 318-324.
en la generación de toda una gama de MITTERMEIER, R., 1988. Primate diversity in
nuevos bienes, materias primas, recursos the tropics. En: E.O.Wilson (ed.) Biodiversity.
energéticos, percepciones culturales y hasta A National Acad, of Sciences.
nuevas fuentes de inspiración civilizatoria. MYERS, N. 1986. Tropical forests: patterns of
Antes que riqueza universal, la diversidad depletion. En: G.T. Pramce (ed.) Tropical
biológica de Latinoamérica es un patrimo- Rain Forests and the World Athmosphere.
nio nacional y corresponde a cada país Westview Press.
usufructuarlo (muy a pesar de lo que SALATI, E. & P.B. VOSE, 1984. Amazon basin: a
insisten en hacernos creer las voces de los system in equilibrium. Science 225: 129-137.
países industriales). En última instancia, SHANE, D.R. 1980. Hoofprints on the Forest:
cattle ranching and the destruction of Latin
habría que preguntarse: ¿por qué los
America's tropical forests. Philadelphia.
países biológicamente más ricos del mundo
TOLEDO, V.M., 1985. A critical evaluation of
son todavía países económicamente po- the floristic knowledge in Latin America and
bres? the Caribbean. Report to the Nature Conser-
vancy International Program. Washington,
D.C.
1987. La etnobotánica en Latinoaméri-
ca: vicisitudes, contextos, desafíos. En: Me-
LITERATURA CITADA morias del IV Congreso Latinoamericano de
Botánica (Simposio de Etnobotánica). Me-
BUDOWSKI, G. & C. MCFARLAND, 1984. dellín, Colombia.
Keynote address: the Neotropical Realm. In: 1988. The floristic richness of Latino-
MC NEELY, S. & K. MILLER (eds.) National américa and the Caribbean as indicated by
Parks, Conservation and Development: the botanical inventories. Enviado al Ann.
552-560, IUCN, Smithsonian Intitution Press. Missouri Bot. Garden.
Washington, D.C. et al., 1988. La producción rural en
DEAN, W., 1983. Deforestation in Southeastern México: una evaluación ecológica. Edit. Uni-
Brazil. En: Tuckers, C. & R. Richards (eds.) verso XXI. (en prensa).

You might also like