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BASICAS DE FORMACION CULTURAL . “'PBGos. curso ce filosofia j. t&. volverde Loaoecas ro | | LOGOS Curso de Filosofia José Mi." Valverde eATEDRATICO SRN EE pan e308) S lal EDITORIAL TEIDE - BARCELONA Obra eprobade por et Montsrenta ne Enesco v Cuber (O.M, de 17- IT 1964) PNP. 85 pas Le edieidn: 1959 28 elickin: 1962 32 edicién: 1965 48 edie: 1967 52 ediei6n: 1969 69 edicién: 1970 78 edicidn: 1971 83 edicién: 1972 92 edicién: 1973 © 1962 eoevonsat Tee, A. - Vilsdomat, 291 - nancecowad5 ~ Printed in Spain ISBN: 84.307:3151-2 | &. raNsA. - Gonzalo Pons, 25 - Hosptslet (1972) Depésito Legal, B. 15.513:1973 PROLOGO Quien aborda por primera ver el estudio de la filosofta, es probable que lo haga con miedo: esté muy difundido el prejuicio de que la filosofia es algo difictl y extrutio, algo asi como una coleccién de ocurrencias pere- grinas reunides por algunos sabioe ociosos, cuyo sentido estaria reseroado 6 ciertas personas especialmente aficionadas a tales cavilaciones. Pero la filosofia no es mds que el desarrollo del pensamiento del hombre en su natural tendencia a comprender el conjunto de la realidad y el sen- tido de su propia vida. Por eso, aunque presente la dificultad de usar las ideas y las palabras en su significado més profundo y riguroso, también acaba por resultar siempre accesible a la mente de cualguier persona que ‘sepa hacer pleno uso dol lenguaje diario de todas. La jilosofia habla con ‘nuestro idioma comtm, pero concentréndose en su sentido mds abstracto y genérico: palabras que todos conocemos—“sustancia”, “idea”, “ser” — ‘aparecen en ella dotadas de un alcance a la vex més preciso, més profun- do y mds dlesprendido respecto a sus referencias concretas. Eso quiere decir que para entender ta filosofia basta saber leer: no hacen falta conocimientos ni téenicas especiales. Ta dificuliad de la filosofia hay que irla a buscar, probablemente, en algo que no es sit lenguaje: a pesar de que — como dice Aristételes — “todos los hombres, por naturaleza, desean saber", la mayoria de ellos se contenta con injormaciones parciales y utilitarias, no lanzdndose al “saber en gone- al", quizd por no esperar de ello provecho para sus intereses inmediatos. Hace falta, sin duda, entrogarse a la reflexin filosdfica como quien se entrega a un ejercicio deportio. De aqui que ta juventud sea la edad en que toda persona tiene su méxima oportunidad de penetrar én la filosofia; porque es propio de j5- ‘tenes probar hesta el extremo sus fuerzas —fisicas y espirituales— sin nece- sidad de recompensa material. Pero la habrd, sin embargo, como premio al desinterés: al dedicarse luego a otros estudios y otras actividades, Tos que han probado el pensar filoséfico se encontrarén dotados de especial sentido de precisién al pensar, hablar y escribir, y —lo que es mejor—~de especial anchura imaginatioa ¢ intelectual al abrir los ofos ante el mundo. INTRODUCCION GENERAL 1. LA FILOSOFIA Resumen La palabra “fiosofia” significa saber aniversal, 0 sea. saber que toma en cuenta cnjnto mds empio de toda a reddy lo etude del mado mis ‘general. Sus razonamientos se parecen a los de ta cieneia en que tratan de apoyarse on la relacién de “eausat a efectos. Pero las ciencias estudian cada una sdlo un tipo de cosas, bajo un. solo capaci, minis que 1a losis plea en ta forma mds empia y profunda posible. La filosofia reflesiana a partir de lo natural: la revelacién sobrenatural de Dios es objeto de la teologta, un saber que aplica la filosofia a ta fe pare delimitar los contenidos de la creencia, La fiosofia, a pesar de su universalidad de temas y de método, tene Tamites: no puede prever por si sola le revelacién sobrenatural, ni le corresponds tnatar de los objetos singulares, uno por tno. Significacién originaria de la palabra “filosofia”,— Desde tiempos muy antiguos aparecié entre los hombres esa especial actividad —minori- taria y de eseasa utilidad inmediata—que designamos con el nombre de “filosofia”, y que, a pesar de imbonrables semejanzas y parentescos, no con- fundimos con la vida religiosa ni con la investigacién cientifea. La misma palabra “Blosofia”, en su nacimiento dentro de la lengua griega, apuntaba ‘2 una peculiaridad: frente a la sofia (“sabiduria” como saber tedrico y a la vez prictioo), “fo-sofia” (“amor al saber”) acentuaba un cardcter mi ‘cho més tedrico y general, y por ello mismo més profundo. Frente al sofés, el sabio tradicional como maestro de costumbres y coleceionador de informaciones stiles sobre la Naturaleza, ol “flésofo” pretendia ir mis alli do todo provecko y averiguar las razones iltimas de las cosas, reconocten= do, sin embargo, lo inagotable de su empeio: la, filosofia se le presentaba como una tarea cada vez més rica, pero nunca definitivamente cerrada 12—J. M, Vawwenne Eso es lo que habria querido decir Pitégoras, cuando, segiin In Teyen- da, inventé Ja palabra “filésofo": a alguien que le preguntaba si él era sabio (so{és), se dice que Pitkgoras le contesté, con ixénica modestia, que s6lo aspiraba a ser “fil6sof0”, 0 sea, como quien dice “aficionado al saber”. Esa “alicién” — como en el aficionado (amateur) de ciertos deportes, frente al profesional —representaba que el saber era amado sélo por si mismo, por su propio valor intrinseco ~ “por puro gusto.de saber”, como diria- ‘mos corrientemente—, no para hacerse valer més ante Jos hombres en Prestigio técnico 0 autoridad moral ‘Su aparieton histérica, — De hecho, Jos primeros que dejan eserita In palabra — por eco, en au forma verbal, “Blosofar” — son Herédoto y Tucldides, o sen historiadores ¥ no fifwofes, que le dan’ un significado amplio, entonces usual, de “desear saber” 0 “gustar del saber”, El primer Ssofo que la emplea, Herdclito, todavia le da exe mismo sentido vulgar, no profesional, aunque ya la usa para indiear que of flosofar no puede ‘quedar linitado « un solo terreno de saberes. Pues dico: “Es preciso que los hombres HH6sojoe sean sebeddores de muchas cosas”. Y esto es To que distinguiré a la flosofia proplamente dicha de las diversas “aflelonos” a los saberes clentfions: si cardeter de ‘maxima niversalidad, “Ast pues, las palsbras “‘Blosofla”, “losofae” y “flésofo", fueron adguiriendo un sentido mds preciso y radical a medida que radur6 of saber a que so refieen. Los Drlmeros fsofos ariczos ni skqulera fueron Hamados Blsofos: eran los que luego Aris- {Bteles — al recordazles como inicladores del pensamionto floséico ~ llams fen sentido de “estudiosos de la naturaleza” (ysis = naturalezn). Eran Tales de Mileto Y sus contionadores, que reflesimaron sobre el mundo fisico, en buscx de explicacioncs, gual que los sabios y los astrénomos orlentales, pero —y en ello radieé su fecanda no- vvolad~ tratando de hallar un sola prlnefplo que podiera sex base de todos los cambios dal universe. Es vorosimil, como deciamos més arriba, que Pitigonss se titulase ya “fldsof0" su relleriin se distinguo de la cloner en que no se contenta con encontrar un fondo friginario material que so transforre en los variables aspectos del universo, sino que Trucs una "ly" invmutable quo vijay a manera de wn esquera ideal, tanto las esferas ‘elestes como él mundo terrestre y fa propia aba del hombre, Esa Tey, segin el pita- ‘Boris, ert el “Ndmera” (en sentido de proporcién arménico}. TEI tipo del “AlGsofo” se sopara todavia més del tipo del “sabio” conforme se va corieutando hacia la madurer metafisten, com Partaénides: no interesan ya Tas cosas como bjotos naturales y_separados, ino el canjunto de todo Jo que es, en cuanto tiene de ‘Comin goo mango: “ser”. (Pero a la vez, ese rao de unfdad, “sec”, tiene que evar purcjada la multpleidad cambinnte de los diversos "seres”: Hericlto acentéa la mo- vilidad fluyente. del ser) TLueyo Ta “flosfia”, con Séerates, cobra conciencia de otto aspecto suyo necesarlo: el “saber” no es slo hacer presentes unas expliceciones del mundo, sino que et una fetividad nuestra, del hombre. Yel hombre se presenta también ante si mismo como tin objeto entre los demas — para ser esplicado, pero con la diferencia de que se ve desde dentro, y de qne la idea que tenga del destino de su propia existencla depends de su rele. Es decis, el hecho de que ef saber Aloséifioo lo haga el hombre Te da wn earfoter do Drisqueds mova, no yn slo come desinteresads contempluetén def universo, sino como Locos ~ 13 interés urgente, com deseo de wna explfeaclin del sentido de su vida, y de su posible relecién personal con lo que ordena él Universo — Dios — ; Su acepelin aetual.~ En rowmen, le wnivera cen vnion tanns'a ln vor! Natuaese, formes teats, S. sbre todo, eon Aristtles nfs Hea cs bs pla ee Rosalia’ adenis de adi a una voliad de saber univer, tuplee te la cieuci do ‘ter diverss abjetos fundamentals wipes, den elles sempre Smpresctoe {Thee y recs, sume cata fsofo posterior se haya referido prinonichnente ins nor que 9 otros “Tl el ele ntl que en toa Heng elt ene I palabra “Alsi a “fore sna” nds ampliay coheronte del scber,y es “contender” rds genereles. Abn as Deve ‘Shas gus se ceupen ehpeiaimente Gola flosfa enen Ta diosa concen ee tak “lorem sta pla. ‘No impute quer do hecho, on ck yo dro, le demos wm sentido prdnningnte- routs ural com eaanddecimos: “Pulaoo toma sae desracas con filoaia en Sendo Ge "son relsonlou” Paes persbins, al dei, que esa “rosignacion” punt Win ono do sazones nora posclase sisal de To famedato on lava ol rune do, 'un fando ino, fies, tsako'por sh popia entidad como por ol camino de pentamiento 4 Io largo dl et hr alkrraros lad de In Glosofia ve diversiica nbre_y Dios. Gon Platon Saber vulgar y saber por causas.—En el sentido vuigar de Ts ex- presién, “saber” equivale simplemente a tener noticias, informaciones 0 ‘mpresiones de hechos, que, en todo caso, Megan a dar “experiencia”, pero sin quo se pueda explicar- por qué de unos datos se sacan unas consecuen ins, Fl curandero de pueblo llega a saber que una determinada Wterba del campo cura una determinada enfermedad, pero es incapaz de explicar la razén, a diferencia del médico, que sabe, por ejemplo, que el escorbuto es debido a una carencia de vitamina C, por lo que se cura suministrando ‘cualquier verdura o frata que la contengs, 0 comprimides de esa vitarnina Este ejemplo muestra la diferencia entre el saber enlgar y el saber por ceausas. Pero este diltimo saber s6lo tiene lugar cuando Ins eausas son av das por exporimentacién y razonamiento. Es decir, no basta con proponer “causas” posibles 0 imaginarias, sino que hay que comprobarlas con eui- dado, Pues cl vulgo propone a menudo causas fantisticas para muchos Fendmenos naturales cuyo motivo ignora, atribuyéndolos a intervenciones sobrenaturales, que no tienen que ver con la creacidn y conservactén habi- {ual del mundo por parte de Dios. Entre gentes primitivas 0 ignorantes, todo se explica por milagros, © por obra de duendes © demonios Histicamente, este esl rasgo que marca 1a patralera pe tar de ta flosofia respecto al antiguo pensamiento oriental: se quiere preseindir del “ponsar mitico” (mythos = narracién, leyonda) y usar en lo posible el “pensar logieo” (I6gos — razbin, y a Ja ved, expresién, palabra). Les explt 4]. M, Vatvmnpe caciones de los hechos naturales no se proponen ya como historias fantis- ticas, 0 como opiniones moralmente plausibles, sino como tales explica- Clones, emontintdose de wn fendimevo a ot, aun dentro de ls ineviables limites humanos. Pero ahora yeremos que la filosofia no consiste sin més, en un saber por eausas: hay suberes por causas que no son filosdficos ~ los exclusivamente cientificos —, y, por otro lado, en Ia filosofia no todo es un saber por causas, pues hay’ en su base una visién general de la realidad que no requiere un razonamiento causal, porque os anterior a él. La més clara relaciin del saber por causas con la filosofia en general, est en su cardcter intelectual, erftico, rigaroso: In filosofia tiene sierapre esa actitud mental consistente en contemplar los objetos en andlisis exigente, al mar- gen de (odo interés subjetivo, para determinar sis causas y su ser. EI saber de las ciencias y el saber filoséfico. Distineién entre las, ciencias y Ja Filosofia. — La flosofia se distingue de las ciencias en que no se limita a un campo de fendmenos, sino que considera todo.Jo roal, y sun todo lo posible, precisamente en su aspecta més general. Pero ademas, y como consecuencia de esto, su método tiene que ser también el mas tuniversal: no puede contentarse con procedimientos particulares, buenos sélo para dlertos tipos de cosas y hechos. Al principio, Jos primeros peussdores gelegos no vieron clara esta diferencias que sn hacer ciencia sobre et mando, ¥ la filosotia Tes earecia simplemente el conjunto mss Amplio de ese saber, Todavia Aristteles parece querer hacer su filosofia coro expli- tcuclin del orbe de los objets naturales: pero precisamente él llega a alumbrar las di Terencias esenciales, en objeta y método, entre ciericla y faxofia, Asi es: el pensamiento se remonta generalizando més allé de la osfera de lo experimentable, de lo natural, y en el curso de su trabajo encuer también otros temas de consideracién que al principio no se le aparecian direotamente visibles al considerar ef mundo: la propfa humanidad del filésofo, la forma que adoota su razonamiento, como respondiendo a reglas lcales, la necesidad dle una base cn toda la realidad (Dios), y, como pets- peetiva especialisima, la posibilidad de pensar en todo lo que es (Dios y Io creado, lo efeetivo y lo posible) bajo esa mistna razin de ser, de entes. ‘La ciencia, puos, queda como algo particular, limitade, aunque en el punto de partida histérico paseciera serlo todo, En su aleance, clige sélo Giertos tipos de cosas: en su ruzonamiento, se limita a causus préximas. Pero fademis, la ciencia, al desanollarsc, ha revelado una intima variedad: més que de la ciencia, hay que hablar de las ciencias. 1 realidad, en sus dife- rentes aspectos, da jugar a diferentes formas de tratamiento y orcenseién Locos — 15 para lograr esa homogencidad en un grupo de observaciones que permite hablar de una ciencia. Por un Indo queda Ia ciencia fisica, que hoy se define como el estudio de “Ins eoin- cldeneias y las reqularldades de Tos fenémenos observables” (X. Zubis), estudio que toma forma en diversas expresiones matemiticas, pero que tiene wma base previa a Setar, Por etto lado, la biologia —y como caso especial en ella, 1a medicina humana — deja mucho menot juego a 1a formalizacién.mateméties, “rambign Iemanos eiencis a la economia, ala sociclogia e, incluso, a In historia, Ja flologia... Es cvidente que el significado de “olencia” cobra aqui matices ms clis- ‘tencia” por su designio de rigor en la formulacién y en el J causal, pero sin pretender esa formulaciin exacta propia de la fsica, BY la matemitien? Esta olencla, modelo de evidencia indiseatible, tiene un contacto inisimo, cast mulo, con la realidad nataral: puede ser construida cast sin ninguna ex perieneia, La fisien wsa Ie matemétiea, paro Ta mnatemitica no necesita usa la fsions Lo Baste con le observacion de que en Ia vida hay fenémenos axrupados pare descobrir a idea de “nvimero”, y usarla con sutonomia, Asi pues, aunque la flosoffa, desde su madurez aristotélica, se reve diversa de las ciencias, y por encima de ellas, siempre tiene con ellas un parecido en su procedimiento mental, unitario, 6gico y bien ligado. Es nis, en una época posterior de inseguridad — a paatir de Descartes — los pensadores sentirén vivamente cl prestigio indudable de Ia ciencia fisico- matemitica, por contraste con la duda critica de que ellos arrancan, ¥ fagpirarén on vano a dar a sus flosoffas la misma autoridad de evidencia indiscutible que ostenta la ciencia. La filosofia permanece siempre como depositaria de los “primeros pprincipios” que dan sentido y forma general a los hallazgos concretos de Jas cieneias: y a ella tienen que ir a parar, on busoa de una formulaciin con pleno sentido intelectual, los resultados concretos de las ciencias en sus progreses y deseubrimientos. EL saber teolégico. Distincién entre el saber natural y Ia teologia. — En toda reflexién filoséfica, aparece I necesidad de un principio causal Yy sustaneial del mundo, el ser absoluto; Dios. Ya Ja misma filosofia, pues, incluye una “teologfa natural” (teo-logia =: saber de Dios). Pero ésta sélo nos da una idea genética de la Divinidad, no una plena vida religiosa como Ta que oftece un Dios personal que pueda entrar en relacién personal con el hombre, De hecho, el hombre cuenta también con la posibilidad de la Revela: ci6n: Dios misino puede manifestarse al hombre para confirmar su exis- tencia, I6gicamente prevista, y para patentizarle aspectos que el raciocinio humano no sospecharia. 16— J. M. Vatvenpe Esa revelacién no ha de consistir sélo en mensajes y palabras: la re- velacién de Cristo es la suma de toda palabra divina revelable al hombre, Ja Palabra hecha Hombre, “La Palabra se dice el Evangelio de San Juan, “y ucampé entre nosotros". La “teologia revelada” —o mejor di cho, Ia “teologia de Io revelado” — gira, por tanto, en torno a un hecho exeldo, no aun axioma, ni a un concepto: un hecho, la Encarnacién de Dios, que se despliega en una gran riqueza de aspectos: los diversos dogmas. ‘La vida de fe y Ia participacién en Jo revelado no requieren en principio tuna reflexién filoséfica ni une “teologfa”: la mayor parte de Tas vidas reli= giosas se desarrollan sencillamente, sin teorias ni razonamientos, Pero cl Cristianismo, al aparecer entre la cultura greco-latina, y al desarrollarse Inego en el Ambito europeo y occidental, se revistié de reflexién intelec- tual sobre su contenido de ereencia: hizo teologta, en sentido de teologia de lo revelado. Algunos cristianos de la Edad Antigua, educados on Ia actividad filo- séfica, tendieron en seguida a dar razén de. su ereenela, es decit, a inves- tigar cémo la reflexién natural no se oponfa & Ia Revelacién, sino. més bien Ia hacia aparecer como razonable (que no es lo mismo que racional), sin suprimir, claro esta, el misterio y el caricter imprevisible de aquellas verdades que slo pueden constar por la venida de Dios al mundo. De este modo, ademis de disipar prejuicios aparentemente filoséficos contra la cxeencia, se precisaban los Himites y el alcance de ésta, frente a las herejias {que en seguida comenzaron a intentar deformar la Enearnacién y ta Pala- bra de Cristo, La teologia, por tanto, tuvo que hacerse precisamente en los términos preexistentes de la filosofia griega, porque ésta formaba el lenguaje y la base cultural que entonees tenia vigencia, y porque desde ella podian venir principalmente los malentendides y falseamientos del Cristianismo. La filosoffa fue aplicada como ancilla theologiae ("sierva de la teologia”), hhaciéndosela custodiar el tesoro de lo Revelado, dl marcar en torno a los dogmas los limites donde comienza la herejia, la deformacién. ‘La teologia cristiana alcanz6 su plenitud con Santo Tomas de Aquino, quien decidid gentalmente dejar en segundo término el idealismo espiri- tualista de Platén, y aplicar sobre todo a las definiciones teolégicas Ja filo soffa de Aristteles, més realista, humana y unitaria, y més effeaz en su instrumental de reflexién Iigica, Definicién de la filesofia. Sus limites. De todo lo dicho, se desprende el sentido en quo cabe definir Ia flosofia como la reflexién (generalizadora 4 por causas) que busca el saber iltimo sobre el conjunto de lo real (efec- too y posible). Locos ~17 2Consigue la filosofla su objetivo? En cierto modo, sf lo ha consegui denitvamente(philasophia perenns), en cuanto que todo flosofwr events xya con un horizonte conquistado de objetos tiltimos siempre presentes a la mente —el mundo, el hombre como pensar y como conducta, el conjunto del Ser, y Dios ~y tarmabiéa en cuanto que dispone siempre de un sentido Vgico sobre larectitud y evidencia en el razonamiento, Pero Ja filosofia es un saber con limites, porque, aunque se ocupa de tan smmplios temas en tan amplia forma, sélo los trata desde el punto de vista de la universalidad, no ocupandose en cambio de Io conereto y sit gular en Ia realidad, Ja cual, en sus diversos aspectos y en cuatito se com- pone de hechas, es imprevisible y no necesaia. Omne individuum est Ineffabile, “cada individua es inexpresable”, dice el clésico axioma, Asi, volviendo al tema de poco mis aria, la Blovofia puede ocuparse de Dios y ‘sun dar demottraciones naturals de su sxstenci, poro no logania « conocer por sf sola 4 Dios ama a los hombres y les prepara en Bl mismo una felicidad eterna, 0, en el plano torrestre, In sofia puede ocuparse de los sres vives, mostdadolos reunidos en especies, cuya idea Hegamos a poseer por observacion de efemplares (darmos sentido a Ta palabra’ “esballo” al verla aplicada 2 yarlos caballo); pero la flosofia no puede decir por qué hay caballos, y por qué sf hay caballo y no unleoraios, y por qué ‘existe este caballo, ¥ humanamente, la flosofla puede analizar la realidad del hombre, ¥ definiela como “snimal racional”, pero no fuede considerar como neoesario el que haya hombres en general. Y, an wltino extremo, Ia flosafia no me puede razonar por ‘qué eristo yo, ademés de los otros hombres. Toda realidad singular. tiene un cardcter, por decirlo asi, gratuito, sobre: afiadido: podia haber sido de’ otro modo 0 no haber sido. ¥ la flosofia, ‘que discurre sobre la base de lo necesario y lo universal, no puede dar razén de eada cosa y cada persona. Los limites de la filosofia, por tanto, no son como paredes que cortan su campo de alcance, pues éste se extiende ‘hasta lo infinito y el ser en general: son limites en su propia naturaleza, en consecuencia procisamente de su misma ambieién. Para lograr unos principios generales indiscutibles, hay que renunciar a hablar de exda cosa y cada persona por separado. Sélo Ja mente divina es capaz de pensar, a la vez y con plenitud, en términos de universalidad y de individualidad concreta, fundiendo en una sola uni- dad absoluta estas dos perspectivas. esse Ge ie verdad eine ps (Gots maya): teed em ela Tes joes Ie condenarea a mite ‘Sfornton ser soadean Snjute, Nn cece evade de ln pin Sor ae fake a ls lye. 2. DIVISION DE LA FILOSOFEA Resumen, Para dividtr la flosofia en sus partes, se hace un recorrido histérico: primero jue teoria do la naturaleza (cosrologia), luogo estudio de las formas ideales égica), luego estudio det ser (ontologia}, luego estudio det hombre (entropo- Togia), hasta quedar esenciaimente completa con Platén, y, sobre todo, con Aris- ttoles. La filosofia modorna no parte del punto de vista del ser, sino del hombre Asi, la filosofia se divide en filosofia racional o del conocimiento (légica y teoria del conoctmiento); fitosojia real (ontologia, cosmologia, psicologia y teolo- ia natural 0 teodicea) y flacofia préctica (6tica y sus desivados), Los primeros pasos del pensar filoséfico, ~ Para comprender qué es a filosoffa, en sus diversas partes, es «itil considerar eémo ha egado a ser, observando su desarrollo histérico: cada, etapa del trabajo Bloséfied hha contribuido a la maduracién de uno do los elementos 0 diseiplinas que integran Ia filosofia. | | | i i {| i {i 20—J. M. Vauvenos En Ia leceién anterior nos hemos referido ya a las épocas iniciales de la filosofia griege, para ver cémo se fue separando del saber cientifico: ello nos permite volver 2 ese panto de partida con cierto conocimiento de lo ocurtido, para dar una ojeada general a toda la historia filoséfica Etapa cosmolégica.— Primero, ol pensar filoséfico se ocups de cus podfa ser la base material que entrara en todos los cambios que vernos en el mundo: la escuela milesia propuso diversos elementos —agua, aire, Jo indefinido o dpeiron, etc.—, pero se encontré con la necesidad de supo- ner ademds un principio animador y regulador de esos cambios, una espe- cie de alma del mundo. Fuo ésta una etapa cosmolégica, de teoria de la noturaleza, Los pitagéricos, Iuego, admirados por la armonia (a la vez proporcién en las medidas de las cosas y base de sn efecto de belleza), creyeron haber hallado en los Néimeros la ley del Universo y de cada objeto: con ello, sin ‘embargo, pensaban sélo en cémo son las cosas y cémo se mueven, pero no en por qué hay cosas y por qué se muecen. ‘Al descubrit y estudiar los niimeros, los pitagbricos descubrieron que hay entidades y principios que aparecen como evidentes aun antes dé experimentarlos en la realidad: basta pensar y comprender cfortas ideas, ‘para sacar de ellas inmedintamente una relacién necesaria con otras ideas. Por ejemplo, basta pensar lo que ¢s un triingulo para obtener automitica- mente muchos teoremas ~ el de Pitégoras, ete, —sin necesidad de andar midiendo tridngulos pintados en la pizarra o hechos de madera, y sin calcular para ver si se cumplen esos teoremas. Y, de manera parecida, basta entender Ja palabra todo y la palabra parte para deducir que el todo ‘es mayor que la parte, sin que haga falta comprobarlo en la realidad, Es decir, gracias a los pitagéricas se hizo posible no sélo la matemdtica, sino la légica como parte esencial de a flosofia. Etapa ontolégica. — Después, el pensar filoséfico entré en el terreno de Ja ontologie: ya dijimos que Parménides vio que todo lo existente puede ser considerado a la vez, en lo que tiene de comin con mayor amplitud: en cuanto ¢s, simplemente, en cuanto ente. Pero si slo importara y tuviera realidad el ser, los rasgos diferenciales de cada cosa mo serfan: como consecuencia paradéjica, todo lo que re- presenta cambio, diversidad, fugacidad, diferencia con otras cosas, ete., no seria nada, apenas una ilusién. No habria més realidad que lo que n0 cambia, precisamente en cuanto no cambia: todo serfa una sola cosa, una ‘enorme esfera idéntica, inalterada. Las diferencias no contarian, Ni siquie- 8 nosotros mismoas, los hombres, tendriamos verdadero ser ‘Logos —21 Era necesario, entonces, buscar ol modo do admitir una y deatto dela uniad del ser, Heréelto dies que husmerte al oat eentaan en estar cambiando (hay un fuego central que remuove continuamente el tuniverso), Otros pensadores dividen en trozos 0 elementos el sor: osas par tes, aun siendo andlogas, dan lugar a la variedad de las cosas por sus Aiversas eombinaciones y por Ios aspects que toman al reunie en cone junto. Demécrite, incluso, llega a atomizar of ser: In realidad se reduce a in- ‘numerables puntitos de materia, como wn polvillo que se condensa en forma de cosas, Pero es necesario que esos puntos tengan relacién entre si, flotando en un medio comin, y por otra parte Deméerito reconoce que, al menos desde el punto de vista humano, tiene que haber otras cosas: una Justicia y una sabidurfa, con un modelo ideal de vida sabia, Es decir, la etapa ontologiea del pensar floséfico giré en tomo al pro- blema de que, por un lado, hay algo comin a todo, que es lo que Hama- mos ser, el hecho de que todo es algo, y es en cuanto existe: pero por otra parte, esa cualidad comin (ser), aun siendo siempre una sola y la misma, tiene que admitir matices de diverso sentido, segiin se aplique a unos he. cchos 0 a otros. a Etapa antropolégica. — Esta paradoja no se desentrafiaria hasta Aris- tételes: por el momento, después de Demécrito, Ia filosofla, al darse cuenta de que, aparte de tan diffeil problema, est muy claro que hay una manera justa y sabia de existir para el hombre, deja de ocuparse del ser y la onto- Togia, y pasa a estudiar qué es el hombre. Esto constituye su etapa antro- poldgica, con los sofistas, y, sobre todo, con Sécrates. Pues no cabe duda de que, para nosotros, lo més urgente es saber qué es el hombre, qué sentido tiene Ia vide humana, y qué conducta debemos seguir para que nuestra existencia no se pierda, sino que se salve. El pensar Alosco abandona ese davinterés, entre deportvo y cletilen, que parodia tener al principio, estudiando el mundo porque si: entonees empieza a in= quietarse con el interés por el destino humano, “Conécete a ti mismo” es el lema que adopta Sdcrates, Ese conocimiento, la antropologfa, tiene diversos aspectos: la ética o moral, la psicologia, In sociologia, Platén y Aristételes. ~ Pero en seguida vuelve la filosofia a stu punto de partida, a 5u primera actitud: para hallar un sentido de la vida dol hom- bre, es preciso encontrar también el sentido del mando y de toda la reali dad, en medio de la ewal se encuentra el hombre, Hay que hablar de Dios ¥ de las cosas: por eso Ia flosofia no se limita a ser antropologia, estudio del hombre, y con Platén adquiere mayor amplitud, | | | | | | 22—J. M. Vanverpe Segin Platén, el alma de cada hombre vivia originalmente en los ‘cielos, de donde cay un dia para quedar prisionera en um cuerpo ma- terial. En esos ciclos habia contemplado las Ideas, los modelos puros y ‘eternos de las cosas que luego encontrarfa en la tierra, Por eso el alma, al conocer las cosas del mundo, recwerda esos modelos, las Ideas, y de ese modo tiende con nostalgia 2 elevarse hacia los cielos, cuando la muerte Ja separe de su carne. (Conceer, por tanto, ot Se de los ensos particulares al concepto general: a fuerza de ver muchos eaballos, lego a la idew del caballo, Platéo diee que Ia Idea del Cabello 1s Gnica y existia sobre los cielos antes de que huiblera en ol mundo caballes, los eualos tno tlenen realidad sino en cusnto participan de esa Wea.) Como se ve, la filosofia empieza a tener gran riqueza con Platén: es ya ontologia, cosmologia, antropologfa, lgica, teorla del conocimiento, etc. Pero adolece del defecto general de estar hecha volviéndose de espaldas al roundo donde estamos y vivimos: el Ser, la verdadera realidad, est, segiin él, en una esfera altisima y lejana, y nuestro mundo no es més que una sombra, una mala copia del Mundo de Tas Ideas. Aristételes corrige el desenfoque de Platén: con él, puede decirse que Ja filosofia Hoga a su plenitud madura. Su filosofia es realista, no ideatista; es una reflexién sobre a realidad, que incluye también la necesidad de Dios como causa del mundo (teologia), pero que, por Io pronto, se ocupa de la entidad propia de los objetos del mundo (cosmologfa}, y, en espe- ial del hombre, en su conducta equilibrada (éica), en stu manera de ser mental (psicoiogia), en su manera de darse cuenta del inundo (teoria det conocimiento), y en las leyes de conexién entre las ideas, leyes que pre~ siden la regularidad de sus razonamnientos (Idzica). Pero, envolviendo todo ésto, el pensamiento aristotélico resuelve la dificultad que dejé planteada y sin resolver la etapa ontolégica de la flo- sofia primitiva (segiin dijimos poco més arriba): que el ser tiene que ser tuno, en cuanto es lo mas comin a todo, pero a la vez tiene quo ser diversa, fen cuanto que hay muchas clases y aspectos en los seres. En efecto, Aristétcles establece que hay una anclogéa en el ser: quiere decir que, sin dejar de significar lo mismo, ta palabra ser varia en clertos matices de sentido, Pues podemas decir: “dos y dos son cuatro”, “Luis es bueno”, “ahora son las once”, “Dios ¢s", “esto ¢s una mesa”, “esto es negro”. Aunque el signifieado de “ser” permanece constante, notamos que no es exactamente igual afrmar “eso ¢s ina mesa” (clase de cosa} que “esto es negro” (cualidad de la cosa). Ni es Jo misme “Dios es” que “Luis es bueno”, “El ser se dice de muchas maneras”, establece Aristételes. Desde 4) Ia filosofia también “se dice de muchas maneras”, pero todas ellas con referencia 2 la unidad perenne por él planteada, 2, Bhatin 4277947 a, de J.C) Discpets de Soertes, Bn jin eens ama de’ Akadema, et Selene deeten Welty ques Ist ilegado en le famoser "Did Teens" de tram eller errs Desarrollo de Ia filosofia hasta el momento actual. — Filosofia me- dicval, Gon base en Platén, pero, sobre todo, on Aristotcles, so desarrollé una forma peculiar de actividad filoséfica en la teologta cristiana medieval: Ja filosofia fue aplicada en tomo a un dato previo, procedente de la revelacién divina. Por tanto, no se trata de una filosofia en.el sentido hasta centonces existente, pero trae a la filosofia problemas nuevos y perspectivas muy fecundas, como la cuestién de Ia ereacién, Etapa critica, — Luego, con Descartes, entra la flosofia en una época muy diversa de la anterior, tanto en sus preocupaciones como en sus puntos de partida. La filosofla se vuelve una bisqueda de seguridad, un fiir de resolver Ia angustia de la vida, tratando de establecer mediante la sola reflexién valores morales, ¢ incluso religiosos, sin contar con le fe como algo posofdo ofectivamente. Por eso, Descartes y sus sucesores, hasta Kant, aspiran a dar a sus razonamientos filoséficos el mismo tipo de autoridad evidente que tienen Jos razonamientos de la ciencia (gracias, sobre todo, a su formulacién ma- temitica). Deseartes, como su contemporiineo el personaje de Calderén, €l principe Segismndo, se pregunta angustiado si “la vida es suefio”, 24—J. M, Vanvenpe: Hegando a tranguilizarse s6lo porque piensa que Dios existe, por no poder ser una idea inventada por el hombre, y por tanto, Dios no puede dejar que nos engatiemos: el mundo no es una ilusién, sino una realidad que est abi ‘Kant va més lejos: Ia filosofia —segiin &l— no es capaz de hablar de sus objetos con la misina seguridad con que la ciencia habla de Ios suyos, pero cl hombre, aunque perciba la realidad sélo parcialmente y @ sw ma- hera, amoldindola a su forma de ver y entender, siempre tiene Ja clari- sima concfencia de que su conducta debe ser ejemplar, y su yoluntad debe ser buena toluntad. Dice: “Dos cosas me han Henado siempre de respeto: tl cielo estrellado sobre mi cabeza, y la ley moral en el fondo de mi corazén”, Para Kant, pues, Dios y nuestra razin de ser humana, en armonia con Dios y con el mundo, no estén garantizados por una demostracién tebriea, sino por el sentido moral. Filosofia idealista.—La etapa critica de 1a filosofia, centrada en Des- cartes y Kant, deja paso luego a la filosofia idealista roméntica, de los alemanes Fichte, Schelling y Hegel. Partiendo del sentido moral de Kant, estos pensadores acenttian la dignidad e importancia de lo espiritual, de un Espfritu en general, del cual el espfritu de cada hombre es sélo un frag- monto, Como se ve, las ideas de estos pensadores tienen poco que ver con la flosofia en el sentido clésico de In palabra: mis que una investigacién sobre la realidad son una afirmacién poética de la primacta del Espiritu, absorbiendo en la unidad de este Espfritu a Dios, al espiritu del hombre, y a Ia realidad esenefal de las cosas del mundo. En Hegel, parece como si Dios mismo, desdoblandose sucesivamente, diera Ingar a’ los contrastados aspectos de? mundo y de la historia, en su evolucién, y al vivir del hombre mismo. Peto lo grave es que si todo lo que ‘cure es resultado del desplicgue de! Ser divino, entonces las cosas parti- clares y los individuos pierden valor y sentido. Para Hegel, el hombre encuentra razén de set s6lo como eslabén de la Historia y como parte integrante del Estado: sus problemas personales, e incluso Tas injusticias que sufza, no euentan nada, Filosofia contempordnea. A partir de Hegel, la flosofia se dispersa fen una gran diversidad de corrientes y escuelas: algunas, contra Hegel, facentiian la pasicién aislada de In vida humana respecto a todo el resto de a realidad —existencialismo—; otras tienden a un humanismo cientf- fico en que la idea de Ia Humanidad pretende reemplazar a la de Dios: otras, restauran una posicién especalativa, de pura observaci6n intelectual fenomenotogia—; alguna quiere cefirse al momento de la intuicién Girecta © instanténea, previa a todo razonar y demostrar —bergsonis- mo—, ete, Locos — 25 Por otra parte, han ido apareciendo numerosas disciplinas ~ psicologa, sociologia,extétic, flosfia do In ctncia,flosotia de kt hitorin,flovstic de la religibn, ete. — que no sélo se presentan como parte de Ia fllosofia en general, sino que en doterminados pensadores sirven de eje a toda su respectiva filosofia. Divisién de la filosofia.— Homos visto oémo Ia filosofia quedé inte- grada muy pronto en sus diversos aspectos fundamentales: Ya Avistotcles tuvo clara conciencia de las partes esenciales de la filosofia, y ofrecid un cuadro de su clasificacién, que posteriormente ha sido reelaborado — sobre todo, on el siglo xvm, por Wolff — dentro de su misma escuela, al adqut- rse idea més clara de Jos limites y relaciones mutuas de algunas discipli- nas, Esta clasificacién, adoptada en nuestro programa, traza tres grandes apartados: filosofia racional, real y préctica (en la terminologia de Wolff, teérica, metafisiea y prictica). Cada una de estas partes abarca diversas disciplinas, segiin vamos @ ver. La filosofia racional 0 del conocimiento.—La parte de la filosofla que versa sobre el flosofar mismo, sobre la actividad del pensar y conocer, y no sobre las cosas pensadas y conocidas, es la Tamada filosofia racional Hay en ella dos disciplinas may diversas: el estudio ge las leyes de rela- cidn y encadenamiento entre las ideas (Idgice), y el estudio de eémo Nega- ‘mos a tener esas ideas a partir do las cosas, os decir, de cdmo nuestra mente llega a poseer conocimientos (teoria del conocimiento, que segin el aspecto que acentie en éste se conoce también con los nombres de epistemologia, gnoscologia, criteriologia, ete.). Fonas dos dicpins, por tanto, peoiten al saber Slotco dame onenta do su propia elctcla Bare ay etre clas erent souy importantes qe convene subrayat Eder an snmmntor atin In Heap extadarn como ete debi pena tn saber anton todo uso aplica, La lgon cx cl extudio del fomna dels ets Y de su cones: dessobe cil ex ew saangra de exter blen ercccraray las Ides {ue cuando, en un momento dado, se hao presen en este pensar, ao da seg tad de ave uct azonaniento cs exons coeto, Fro gh. perenec Denniston que se hace presente en ef pensomiono. La toon dal cmovimien, Doral cnr, sa lindo cova eral Go cvs ote eto que ext elated ean Heys sr parte det tent, y be hace werent de roi vida intelectual. se fe - Bere atbr eto ylretemos emotes eines Filosofia real.—Es la filosofia misma, en cuanto saber general, in ‘luso saber sobre el ser; pero no sobre el modo de saber. En su sentido més amplio, en cuanto versa sobre el ser, se Yama Ontologia (0 Metafisica general); en cuanto versa sobre los grandes obje- | i 26—J, M. Vauvenne tos de la filosofia — mundo, hombre, Dios — y no sobre el ser en general, se llama Metafisica especial, dividiéndose ‘en tres ramas respectivas: cos- mologia, psicologia (o més ampliamento, antropolegia) y teolegia natural (0 teodicea). La Ontologia se refeze al ser en su unidad y en su analogia = recuérdese To dicho antes sobre la analogia—, con las diferencias que caben en ésta: ser sustancial, ser accidental, ete. La cosmologta (saber sobre el mundo), 0 filosofia de la naturaleza, estudia el sentido filoséfico de las observaciones cientificas sobre el Uni- verso, al reunirse en una visién de conjunto. No se ocupa sélo dol terreno propio de la fisica, sino también del dominio de Ia Biologia. A la eosmno- logia le corresponde estudiar, por ejemplo, Jas ideas de espacio y tiempo, y ver cul es su relacién con la experiencia cientifica ‘La psicologia es estudio del alma: de hecho, se teffere al hombre en- tero, no sélo a su alma, sino al hombro desde el punto de vista de su alina, que es donde se diferencia de otros seres. F ‘La teologia natural —o teodicea —- se refiere a Dios, dejando a un lado los saberes roveladas y el orden sobrenatural: 0 sea, considerindolo en ‘cuanto entra en cl alcance de nuestra mente, la cual es capaz de demos- trar su existencia y de establecer numerosos atributos suyos que, para nues- tra comprensin limitada, vienen a ser como sus facultades y cualidades Filosofia préctiea.—Es el estudio filoséfico del hombre, no ya en cuanto sabe y filosofa, sino en cuanto acttia y opera. Su.centro es la ética, estudio del earicter bueno o malo del hombre y de sus hechos libres. (Tam- Dien se llama jilosofia moral.) Pero este estudio, aunque se haga a partir del hombre singular en medio ,de los dems, implica el estudio de tas estructuras y organismos colectives, que dan forma a la vida en comunidad fen que se desarrolla Ja vida individual. ‘De la ctica, por tanto, se desprenden la sociologia (estudio de la socie~ dad, sus formas’ y evolueién), ol derecho (estudio de las normas de Ja ‘moral comin), ete, La ética resulta asi prictien y teérica a la vez Otras disciplinas filoséfieas. — Quedan todavia, al margen de esta di- vistin clésica, otros saberes Biloséficos de gran interés: por ejemplo, Ja filo- Jofia de le historia (que no debe confundirse con Ia sociologia, pues se Tefiere al individuo en cuanto ser historico); la filasofia de la religion (que ho debe confundivse con la teodicea, porque estudia la religién como ‘imensién propia del hombre); la estética, que estucia lo bello y el arte, ete ‘La historia de la filosofia no es otta disciplina més, sino wna perspec tiva para Ia entrada en todas las disciplinas floséficas, y en la flosofia general LOGICA LA LOGICA Resumen, La liga os ol estudio do la forma del pensar; 0 sea: do cdmo son las rela- ciones mutuas de las ideas. Su objeto formal no es lo que se sabe, sino odo es ese saber. La légica, en su parte elemental, versa sobre tas ideas simples de clases de cosas (concepts), sobre las relaciones entre dos ideas (juicios), y sobre aquellasrelaciones entre dos 0 mds juicios de las cuales se desprende ofro nuevo juioto (razonamiento). La légiea tiene tena parte més compleja (metodologia) que estudia las combinaciones de loe razonamientos. La ligica hace presentes sus leyes on la vida de la mente, que estudia la poicatogia, y en toda eportacién det conocimiento, que estudia la epistemologia. La légica’ y ef lenguoje so encuentran en correspondencia on el conjunto de sus formas, pero varian los recursos particulares aplicados en cada caso por cada idioma. Concepto de 1a Logica. La palabra “Wéglea” empieza a adquirir su sentido actual desde que la ust Arstteles, por cierto silo en fora de adjetive (ta loetks), “Io Wegico”, “las cosas Tégicas”, derivado do la palabra (1égos),cayo rico sentido abarea a la ver aiaestros significadas de “idea”, “raz6n”, “comprension” y “palabra”. Avistteles, oon ‘ese adjetivo, se refre principalmente al sentido de “manera de saber”, “modo de com- render y ponsar”; no a Io cabido, a las idoas y objetos que contonga el saber. Tal os precisamenta el sontida do Ia ralz “log-” en palabras come gea-logi, teo-lo- la, cto “saber o estudlo sobre la terra” 0 “sobre Dies”, eto. Se vo que la termina- iin -logia no expresa lo estudiado, sino edmo se estudia, In forma del estudio. La 16- ‘oa, pues, resulta un estudio sobre qué es el estudiar, un saber sobre ef mismo saber. Se pueden dar otras definiciones con mayor exactitud, El estudio del modo de penser. O bien: La dienca gue se ooupe de qué son las ideas y ‘odio se relacionan unas con otras. O bien: El andlisis de la estructura formal del pensar y el razonar. Para verlo més claro, conviene insistir en que la légica no es simple- mente el estudio de edmo hay que pensar para alcanzar Ia verdad, aunque se aplique efectivamente para esto: la lgica es la forma correcta en el pensar, y cuando nuestro razonamiento la adopta, podemos famnos de él ppor Io menos para estar seguros de que las conclustones son fieles a los Puntos de partida. | 30—J. M. Varverne Hay que tener cuidado, pues, cuando se dioe que Ia ligica es un arte de pensar: tno lo es del mismo modo que Ia eulinatia e+ ol arte de guisar, con secetas ebtenidas {ports de la experiencia de su hyon resultado, como consejos ulilitasios. La logica es ate de pensar solo en cuanto permite ver basta gué ponto se da o no se da en nuestros ezonamiontes [a fidelidad a unos principos indiseutibles que, garuntizan su correccién, Dich de otro iodo: Ia Vogiea es el estudio de Ia forma de las ideas y de su cone sién. Descubre, pues, que existe una manesa de quo vayan bien encadenadas las ideas, Inanera ésta que, cuandd la vemos realizada en auesteo pensamiento em wt moniento dlado, nor da la seguridad de tue nuestra form de razouar en ese momento es legiti- ‘na. Pero To lgied no es silo algo prodncide por nuestra mente, sino un conjunto de hnormas idoales que se hacen visibles a través def pensamiento De hecho, of pensamiento humano no suele moverse solamente dentro de las Jeyes Wégicas: se sale hasta cierto punto de ella, introduce elementos sin valor ligico, etc., pero siempre lo hace diindose cuenta de que hay wna linea légica de total evidencia en el paso de una idea a otra, Tinea de la ‘cual no se prescinde nunca del todo, y contra la cual nunca se puede i. La logica no es algo separado de Ia realidad, ni mucho menos contea- rio a ella: no es un artilugio de ocurreneias nuestras y procedimientos arbitrarios de razonar que apliquemos a la realidad como quien aplica un molde, desdeftando todo Jo que no eneaje en su forma. Por lo mismo ‘que es una ciencia del pensar, la idgica es una ciencia de la realidad, del ser. Las leyes ldgicas son también leyes de las cosas: responden a las cosas mismas en cuanto se puede decir algo en gencral sobre cllas. Basta reflexionar un momento para convencerse de que es inconce- bible que la légica y Ia realidad sigan caminos en desacuerdo: un mundo donde “el todo” no fuera mayor que “Ia parte”, donde los efectos no correspondieran a causas, no se puede pensar en absoluto — como “un trién~ gulo cuadrado” —. Y es0 no. s6l6 por razin de las palabras mismas (es decir, porque In palabra “todo” suponga ya la relacién de “mayor” res- ecto & Ix palabra “parte”), sino porque, en su totalidad, ta realidad y el pensar no pueden recibir diferentes leyes y formas por separado, Otra cosa sorfa impensable, absurda en cl sentido estricto de la palabra. ‘Objeto material y objeto formal de 1a légiea. — Quizs veamos mejor qué es la légica —y qué no es ~ distinguiendo su objeto material de su abjeto formal. Su objeto material es todo Jo que se sabe y se piensa. En todo saber, bay légica: la légica encuentra realizados sus principios siemr pre que se hace alguna observacién o reflexién cientifica Pero todo ese contenido —objeto material — no le interesa a Ia Vigien més que en cuanto se somete.a los principios Idgicas, © sea, on cuanto responde a la forma de las Toyes generales del pensar. Es decir, la Yogiea no se ocupa de sabor qué es el mundo, né qué es Dios, ni las piedras, ni el foneionamiento del cerebro humano; sino de odmo esti organizado: todo Locos ~31 saber que merezea tall nombre de’saber, y de edmo es un concepto y un razonamiento, Ese es su objeto formal, la estructura de las ideas y de sus corvelaciones. Asi, en una ciencia determinada, por ejemplo, la fisica, el objeto for- imal de Ta légica no es lo observado por la misma Hsia, sino la manera de azonar, de defini, y, en general, de combinar las ideas sacadas de las observaciones. for Division de fa Hogies, — Aunque Ia Togica es on conjunto cerrado de fonnas y principios en mutua relacién, y-sin partes que quepa afiadir o quitar, es posible, sin embargo distinguir dentro de cll dos esferas, segéin |e mayor © menor complejidad de las estructuras estudiadas. Son la ldgica elemental y la metodologia o légica de la ciencia, No bay ete allo tnitins,dfenty de tral: peo i lent se suite ya on listen aco Oe musio penanienty minus qe Ix mere ini neo on fons mds seeds, cece vale a oa anna ou Isl eng dette he inte po pot ss, cts ad on we Toe se ju adr demain err de reenter ele way ‘eas por eulanca dom enedons fom (cao), necead Se ‘nnuevas comprobaciones experimentales, , En Ia Iogica elemental, a su vez, distinguimos tres elementos de ere. iente complicacién: ef voncepto, el juicto y el razonamiento, ¥ concepto, ‘que viene a ser como el elemento simple o Ta particula elemental de ta Iie, el iden do una con y po tnt, también idea do tod la case e cosas de la misma especie). Ejemplos de conceptos: casa, caballo, tlsm,dovene, Blanoura corer, " ° Fl juicio es Ta puesta en relacién de dos conceptos, el enlace de na flea con otra. Por ejemplo: La casa es blanco, el caballo es bella, el caballo corre, hay doce casas. EL razonamiento es la xelacién por la cual de dos (0 amis) juicios se despronde otxo. Por ejemplo: “Este caballo es blanco” y “este caballo es bello"; luego “hay algo blanco que es bello”. Sobre estas tres formas de la logics elemental hemos de volver con ands detencién en las sucesivas Teeciones La metodologia. — Hay otros élementos y combinaciones de superior complicactén que forman parte del método de Tas eiencias. Al estudiar tomiticas o ciencias Hsicas se ven claramente aplicados tales recursos l6gi- os; asi, In definicidn, la divisién o elusificacién y Ia demostracién. Qué es un tridngulo, qué clases de tridmgulos hay, y qué teotemes se deducon i 32—J. M. Varvene, inmediatamente de Ja idea de triéngulo y de sus clases: tales son los ejers- pplos respectivos de esas tres formas ldgicas. En otto sentido, consideramos aqui también le induccién: por ejem- plo, en fisica, ademis de definir, dividir y razonar, se observa que, de ‘hecho, hay grupos de cosas que Hevan siempre una cualided que no era necesprio que se diera segiin Ia idea misma de lo que son esas cosas: asf, Ja radioactividad en los détomos de determinada complejidad, Cada ciencia, ademss de usar todos estos tipos de razonamiento com- plejo, Jos combina de un modo peculiar: tiene su método, dentro. de Ia ‘metodologia general. Cabe también hablar de los métodos propios de las ciencias cuyos objetos no se prestan a una determinacién totalmente exae- ta: se habla del método iilolégico, del histérico, ote. Pero de la metodologia nos ocuparemos con mayor amplitud en olxa leceién dedicada a ella exclusivamente, Relaciones de 1a Iégiea con In psicologéa.— Aunque la. légica, como hemos dicho antes, es algo previo ¢ independiente respecto all hecho de ‘que nuestro pensamiento se sujete a ella con mayor o menor fidelidad, hay tna honda conexién entre légica y psicologia. Puesta ante la realidad, nues- tra mente elabora y posee conceptos, hace fuicios y sigue razonamicntos: aunque su marcha efectiva no se sujete al cauce del razonamiento logico, sino que lo desborde ¢ introduzea en él elementos imprevistos, proceden- tes do experiencias coneretas, mines deja de contar con ésa Hinea do refe- rencia, la légica, donde el raciocinio se desenvuelve en forma indiseutible, Dicho de otro. modo: nuestra actividad mental tiende a dar pleno sentido & aus in presiones, hacléndove una ideo, 0 sea hallando su concepto, Si yo veo wna forma delante BE an, inmediatamente la percibo bajo wn eoncepto (hombre, animal, Arbol) $6lo era- ae cate, 9 fea gracias a que mi mente interpreta todas"Ias impresiones y los objetos Coane cjemplos portiealares de conceptos generates, puedo yo penser y hablar do Tas costs, @ sea emitir jucioe. ‘No me limite a observar unas inanchas de color, ni aun a ponerles un nombre des puis (“caballo”), sino que mi percepetdn, desde el primer Snstante, ya se he prosentado evn valor general cl concepto “caballo” —, ademis de mostrar las condiciones par- cPies due componen el concepto. Ocurre, adends, que en el momento mismo de perc fir algo notamos que ello no presenta unas cuslidades, entre las cuales hay algunas Corstitotives 0 imprescindibles. (Joy rasgos esenciales por Ios que sabemos que aquello es in “caballo”, y ottas que podian haber sido do otra manera 0\no haber exstido deni Juma manera, a seguida, pues, poremos hacer jucios: probablemente, sl queremot ftablar de nucstea tnpresis, empersremes por decir algun condicién de las ane pods aber sido de otra manera "es un caballo blanco” ~, pero también podemos hacer jilos exprasendo las cuulidades exenciales del concepto, para distinguirlo do otros Irctene las orejas cortas”, para subrayar “es un-eaballo y no un burro” — Locos —33 Nuestra mente no se queda en Jos juicios simples: un juiefo nos invita ‘en seguida a hacer otvos, y la combinacién de éstos nos leva hacia otres, Es de experiencia comin que a menudo basta con haber afirmado un par de juicios para que, automiticamente, aparezca otra afirmacién en nuestra mente: “Este caballo es 4rabe; es muy rpido”, representa, en forma abre- viada, este razonamiento: “Todos los caballos frabes son veloces: éste es drabe: Inego...” Ciertamente, la autoridad de la conclusién es igual —no mayor — que la de las promisas, (Para estar seguros de que este caballo sea veloz por ser arabe, tendriamos que saber que no hay excepciones a esa regla). En nuestra experiencia cotidiana, pues, el razonamiento Wdgico se aplica muchas veces sobre afirmaciones aproximadas, con valor de pro- babilidad solamente: pero por lo menos sabemos que el margen de error que haya al final no sera culpa del razonamiento misono, sino s6lo del rineipio de que se arraneé. BI sentide légico no abandona {eda pslqnica, Incluso en muchos casos patulé- ico: de locura, se conserva el sentido Togico al margen de Ta expacidad misma de per fepeiéa de la tealidad: ol alfenado, sugestionado por Ja clridad del razomamiento Vig fo que hace, no ve que sus puntes de partida —Ios juicos de que arranea son diseu~ libles, aunque sex bucno el procodinniento de sacar conelssione, Relacién de a Higica con la epistemologia y con la Tingiifstiea, — Yo se dijo que Ia opistemologia se ocupa del conocimiento, analizando el pro- ‘eso por el cual Hegamos a tener en nuestra mente una idea que respondo ao que haya delante de nosotros. Su misién es observar cémo surge aquélla a partir de esto. Siendo asi, se comprende que Ja epistemologia tendré estrecha relacién con Ia légica, pues colabora con ésta dindole su materia — las percepciones de las cosas —y recibiendo de ella cfertas formas ~ la forma de concepto asumida por las percepciones, con Ja capacidad para entrar en juicios —. De especialisimo interés es Ta relacién de Ja gica con la ciencia del enguaje (gramética general, tcorka del lenguaje o linglitstica). Por To pron- to, notamos que el estudio de la gramatica de nuestro propio idioma y de otros extranjeros nos sirve de introduceién al estudio de Ja légica, y aun tal vez de la flosofia en general. Al estudiar qué es “nombre” y qué es “oracién” distingnimos facilmente entre “concepto” y “juicio”. Esta rela- cién es mis profunda que una simple ocasién azarosa dada por la gramé- tica para que estudiemos Idgica: todo idioma humano deja transparentar las distinciones entre los diversos elementos logicos y las eategorias. Pero =y aqui radica Ia dificultad — cada idioma tiene sus procedimientos pecu- Tiares en cada caso para indicar las diversas referencias Idgicas posibles, 34—J. M. Vatvenne sin que quepa tampoco decir que hay idiomas més‘perfectos que otros en su ajuste a la légica Una inisma relactén Iogica se indica en unas lenguas por la flexién dada a una raiz; en otras, por una palabra especialmente destinada a ello; ‘en otras, por el orden de las palabras en la frase, 0 por Ia entonacién, 0 or el acento, etc. Entre lus palabras de un mismo idioma notamos una gran distincién: unas exjivesan yn concepto (mesa, bondad), y otras sélo acitian enlazando a aquellas (de, y), 0 como alusién a la eircnnstancia en que se esti y a las personas que conversan (aqui, antes, eso). Luego, considerendo Ins frases, notamos que siempre hay en ellas un significado de sujeto, otro de predi- cado y otro de unin (cépula, ser), pero a veces no hay més que dos pala- bras (Pedro habla) o wna sola (voy), que funden esos tres elementos, teb- ricamente separables en expresiones del tipo “S es P” ("Pedro es hablante” ¥y “Yo soy uno que va", serian los equivalentes logicos de los ejemplos inme- diatamente anteriores). En general, cualquier idioma es capaz de expresar todo el repertorio posible de situaciones, relaciones y clasificaciones légicas, bien sea por flexién o por palabras ad hoc (asi, In situacién de “tiempo pasado” puede expresarse diciendo “ayer” 0 modificando el verbo en “pretérito”). Ell anilisis Kégico del lenguaje es indispensable para todo estudio gra- matical, y por tanto para estudiar idiomas. Comprendiendo Jo que es un juicio y quales son sus partes, aparte de las formas idiométicas, podremos ‘comprender que cl juicio “voy” se exprese en espafiol con una sola pala bra y en inglés con dos o tres “T go" 0 “I am going” (segiin los casos). No es la lgica, pues, un eriterio de “eorreccién” para los idiomas, como un modelo que debieran Adopter, sino un sistema do referencias ~como los paralclos y meridianos do la geografia, para los viajeros — que permite entender las formas gramaticales de un idioma y trasladarlas a las de otro, Resumen Concepto es la idea obtonida de un objeto, mediante su captacién intelec. tual, Todas los objetoe de una misma espocie responden al misma congepto. Comprensién de wn concepto ex el conjunto de notas 0 raszos que lo definen. Extonsién es el-compo de objetos que abarca. ‘Con mayor 0 menor universalidad légiea, cabe tener concepto de un objeto tomando en consideraciin la especie a que pertenece, el género en que se incluye sa especie, o la nota caracteristica que diferencia su especie de las domds det género, o bien otra cualidad, fija (propiedad) 0 eventual (accidente). Estos son loe predicables. En cambio, para preciser ta determinacién de un objeto en una sttuactén lo hacemos segin determinadas perspectivas, (predicamentos 0 categories), segsin (qué sustancia es, 0 segiin sus clrounstancias (cantidad, cualidad, tiempo, Lugar, et ceétora), Término es la expresin verbal del concepto. Aprehensi6n intelectual y coneepto,— Ya en muestre experiencia corrente nos dauoy cuenta de que ao es lo mismo oapter una casa que hacemos una idea de lo que {es o20 cosa, aun cunndo To vio y lo otro censran al mismo tempo. Miames por la ven= fama y notamos algo que so aweve: fijéodenos en esas sensaciones dpticss, Megamos a tence una isn unitaria, tmi-8gara complets con everpo, brazos y'plemas; adem, pero @ la bes, sage an nosotros la idea, el concepto: hombre, Llamamos aprehensién intelectual a la eaptacién total det objeto en nuestra mente, no como adicién de sensaciones, sino poseido como un solo hecho entero, aunque sin considerarlo todavia como perteneciente a toda tuna clase de objetos anilogos, dotados de wna misma manera do ser. ‘Otro ejemplo: vamos por un camino al anochecer, y de repente se nos aproxima uns n rasa oseura que mena con ruidae motiiees. Lo gue vemos y lo gus oimos = forma J velocidad de acercaniento, numbides y taquoteos — no 0 presentan sopacidas como ensaciones disperses, sino que Se dan fundidos como une sola cost: y esn cost, @ st ver, inmediatamente la clasifieames en un tipo o, else de cosas: un auto, pensamos i tantineamente, y nos echames a um lado. Quiet nuesteo concepto es bastante ampli y fenévico: un vehicula con motor; qulzh hemes precisado mis; wn turlsma, un eamide, tin tractor | | | 36—J. M, Varvenoe, Fl concepto.—Tenemos concepto de lo que hemos aprehendido en la medida cn que reconocemos en ello unos rasgos eseneiales que responden fr uma idea general. No 8 preciso reconocer todos exos rasgos (notas): hhastan los indispensables para poner el objeto en su clase y no en otra; tenemos una idea clara de cuando lo que vemos es un avién sin necesidad Ge damos cuenta do todas las cualidades constitutivas (notas) de un avién. Solo en conceptos muy simples, como algunos entes de razin (en especial, matematicos), tener el concepto equivale a tener conciencia de todas sus notas, y viceversa. Por ejemplo; no lamamos a algo trapezoide sin ver que posee las notas del trapezoide. Y viceversa: en cuanto obser~ Namos on un objeto esas notas (“cuatro lados rectos todos desiguales”) ya tenersos el concepto general de ese tipo de figuras, aunque no nos acor~ demos de que se llaman con él nombre de “trapezoides”. Pues osto es otra cosa diferente: Hamar de algiin modo a un concepto. La exprestin verbal de wn concepto (0 sea, el término Tégico) puede ha- cerse con una sola palabra (elefante) 0 con vatias (“Los espaftoles nacidos tn 1939"), un mismo concepto puede designarse con diferentes palabras Ninicas(“entrada” 0 “acceso”) 0 con mas de una (“zona destinada a pasar al interior dle wn recinto”). Elaboracién del concepto.— Hay, pues, varios aspectos que distinguit las sensaciones, por separado, su unidad en una imagen, su aprohensién intelectual, su conceptuacién y su denominacién, Yo siento y mi sentir es lino, y ese sentir es algo prosentado a mi inteligencia, a cual se hace wn comepto (qué clase de cose es ésto) y Jo nombra. El concepto, pues, es eb resultado de la aprehensién intelectual. Doro conviene afiadir que para el paso de unas de estas fases a otras, hay quo contar también con la colaboraeién de lo recardado, de la expe- onclas pata dazme cnenta de que mn bulto que veo es un animal y pro- Teamente una vaca, y que en mi idioma se lama “vaca”, he de contar fan el recuerdo de experiencias anilogas. Dor otva parts, la memoria me permite manejar y asociar conceptés si necesidad de empezar en cada caso por Jas sensaciones correspondientes, a esambién al contrario: decimos “vaca”, y todos pensamnos en el mismo sancepto, aunque la imagen que To acompaiia leva roferencia a sensa- GGonee parcialmente diversas: el muchacho eriado en el campo, al oir Ques”, evocaré sensaciones coneretas y directas, no sélo de color y linea, sea Semidy y aun de olor; el muchacho de ciudad vera tal vex ante see Te daca pintada en una caja de queso, y s6lo Tejanamente y en gris, Teivaca en general. Asimismo, esa palabra no se unird al mismo eoncepto ce mente de un nifio alemén, que usa la palabra “Kuh” para tal con- opto, El concepto de “viajar” sigue teniendo hay las mismas notes esen- ocos — 37 Giales que en ol siglo xvmt, pero Tleva imigenes miy cambindas detwis de esa, palabra, Es preciso decir-algo mis sobre lo que son las notas esenciales en wn ‘concepto: no todo lo que ponemos en un concepto es nota esencial. Tene- mos un concepto como unidad de unos rasgos (notas) gracias a Tas cuales tna cosa es aquello que es y responde a un cierto tipo general de gosas (cepecie); ademés, nuestra imaginacién personal ahade al concepto otros rasgos y cualidades que no le son esenciales, porque otra persona no se fos pondria, aun estando de acuerdo con nosotros en entender del mismo modo ese concept. As, el concepto de “tranvin es una unidad que puece descomponerse on a ma: rojo de condiciones (natas) que hicen que algo sea truvia y no otra cosa ~ no un to- Tehis, por tener vias; no un tren eléotfeo, por ser mis eexto; no una cass, porque se rmueve Peto fampoco arte que wna calidad se dé siemyire en un determinado tipo de objetos pure que tea ume nota conceptual saya: os preciso que sea constittioa suye, gi mt mpreble o lsni goecotsba come ene wT cn ek lo quo es. Pues, en efecto, hay cualidades (las llaspadas propiedades Iégicas, sobre a5 cuales insistiremos un poco inds adelante) que se dan siempre fen un tipo de objetos, pero que no le son esenclales: concebimos que podrian no estar y los objetos serian los mismos. Por ejemplo, Tos leones podrian muy bien no tener melenas, y serfan Ia misma especie animal. Las cigarras podrian no saber cantar, y vivirian lo mismo, serfan la. misma especie de insectos. En cambio es nota conceptual (esencial) de los leones tener dentedura capaz de desgarrar came: ello es indispensable y distintivo de toda especie de fieras, Fs nota esencial de las cigarras tener seis patas, y no ocho ni cuatro: tal es el concepto cientifico de insecto. ‘Al tener un concepto, tenemos idea de sus notas, pero en conjunto y de modo quizk borroso; a veoes no nos os fécil distinguiclas por separado y oxprosarlas, sobre todo tratndose de objetos de uso o de hechos, vitaes. @Céimo definiriamos las notas esenciales de “mesa”? g¥ de “esealera”? <¥ de “qmor”? Y de “simpatia”? Comprensién y extensidn de los conceptos.— El conjunto de las notas que bastan para integrar un concepto constituye su comprensién. En lecto, el concepto, segin deciamos, comprende un haz de eualidades tesenciales, Hse haz puede ser mas 6 menos rico en cuslidades: el con- ‘eepto de “chino” comprende todas Ins notas que pueda comprender el concepta “hombre” y ademés otsa nota: haber nacido en China, 0 si se prefiere, tener determinados rasgos raciales 38—J. M. Varvenon En cambio, Ilamamos extensién al campo de individuos u objetos sobre Jos que se extiende un concepto, abareéndolos. Cada concepto se rofiere a muchos 0 paces casos. La extension del concepto “fiera” es mayor que Ja del concopto “Teén”: abarca también a las demas fieras. Se comprende, entonces, que la comprensién y la extensiOn estarén en proporeién inversa: cuinto mas condiciones supone_ un concepto, menos Jndividuos se ajustan a eso concepto. El concepto “hombre” se extiende ‘a mds seres que el concepto “chino” porque comprende menos nolas 0 re {uisites, Cuanto ms condiciones exijan para entrar en una carrera, menos personas podriin entrar. sin embargo, havlamos mal en entender Ia idea de extensién del concepto en un sonido vmeareeite numérico y estadisticn: ms bien hay que ontendesls como campo segtamign, como aplitud en la referencia: “chino” tene eatensién andlogs » “dra, Hoaeeaeer de se mayor némero de personas; “conejo” tiene andloga extensiin ave be eran Micevera, ol concepto “portugueses” tiene mayor extensn ligion ave aT omante "chinos nacoe en 19657", a pesar do que ln efra de indviduos ave shares Divisién de los conceptos.—Dividiendo os conceptos por la com: premiin, pueden ser compuestos (de mis de una nota “éoido sulfirtea’, FRombro’) 0 simples. Es difill, sin embargo, poner ejemplos de conceptos simples, aparte de “ser” y “nada”, (“Dios” es concepto simple slo ante Su propia inteligencia). Concepte abstracto es el quo expresa una cualidad aparte de Jot hechos en que se da: “justica”, “blondura”, 0 temnbién “hombre” en eb sentido de “naturaleza humena” (como en “El hombre es racional”), Con- reto es el que abarca un conjunto de individuos reales, refiriéndose eillos procisamente por el Tado de su realidad efectiva: “ternera’, “ma- drileio” Dividiendo los conceptos por su extensién, hay autores que bablan de conceptos singolares ("el satdlite netural de la Tierra” —In Luna), con traponiéadolos a los conceptos generales, quo so refieron a toda uns clase Uansores © hechos: “caballo”, “blancura”, “bicicleta”, “prudencia", “ree- tdngulo”, “dcido sulfirico”. ontio de éetos, los hay colectives (“cuarteto”, “seloa’, “constelacién’, srebano") y distiibutivos (“misico”, “drbol”, “estrella”, “oeeja”, en co respondéncia, respectivamente, con Tos cuatro ejemplos anteriores) Suhordinacién y coordinacién. Los drboles Wgicos.—Entre si, dos conceptes pueden relacionarso vertical w horizontalimente, sogin abarque sno aratro (subordinacién) 0 queden ambos abarcadas, en el mismo plano, por otro concepto nis amplio (coordinacién). Ast, el concepto de sat Locos —39 Géner0 supremo Diferencia Giro (sibaltern Diferencia Diferencia espeifica Especie PEDRO [Arbol de Por, sedinte cual of fldmto grees det wisne womire rere de mesa = “cloruro sédico” queda subordinado al concepto de “cloruro”, ¥ coordinado eon el concepto de “cloruro patisica”. El concepto “oacd” ‘queda subordinado al do “rumianto” y coordinado con el de “camello”. Pero hay grados ent Ia subordinacién: se lame remote 0 présima segin haya otros planos intermedios entre el concepto més amplio y el menos amplio, “Vaca” (y “camello”) tienen subordinaciéa proxima respecto al concepto “rumiante’, y subordinaeién remota respecte a “mamijero” y “animal”. "Eos conceptos, pues, pueden estar verdaderamente coordinados cuando tienen subordinecion proxima respecto al mismo género (como “aca” y “eamello” respecto a “rumiante"): J coordinaciin se hace inditecta ¥ heterogénca cuando hay que apelar a.m género més alto para hallar 40—J. M, Vauvenoe tuna subordimacién comin: “vaca” y “gallina” sélo se coordinan en cuanto ambos se subordinan al concepto “animal vertebrado". ‘La idea de subordinacién nos leva a la idea de “érbol l6gieo”. Un concepto delimitads de especie queda bajo otro concepto més genérico, y Gte a su vez bajo otro, y asi sucesivamente, Cada concepto queda ‘abarcade, en unin de otros, bajo uno més amplio. Bsta relacién so expresa grifcamente en waa figura arbérea, El griego Porfirio (s. 11) fue ol primoro ‘en representar de tal modo esta’ relacién de los conceptos (wéase fig, 3). Los predicables ¥ los predieamentos.—Predicables. Cuando desimos algo s0- bare iin “goes, ese algo puede ser de varios Hpos: determinando st especie ("es un hombre”) o mis amplismente un giénero sapetior ("es un ser animado”)s subrayando Ip que Te diferencia come hombre entre los sores animados (“ene intligencia”): apur— ade un casgo caracterstico e inconfundible, aunque no constitutivo o esencial (“es tapiz de reise” 0 "es capaz de taventer stezslios’)s 0, fnalmente, haciendo una ob~ Sovucign azamxa y superfina, sin que exe algo que decimos tenga utilidad pare def fil ("es rubio", "es aficionado al Kitbol”) Hemos encontrado asf los cinco predicables de Porfirio: 1° Género, ‘© concepto comin a varias especies (“ser animado”);, 2° Especie.(“hom- he”), el concepto que expresa Ta esencla comin do diversas cosas 3° Diferencia especifica (“inteligente"), la eualidad que distingue la espe cic aqui ejemplificada respecto a las otras especies; 4." Propiedad (eapuz de relrse”), un rasgo, que, sin ser esencial, es imprescindible — como kx tnelena para los leones, deofamos mis arriba, y 5° Accidente (“subio”, “aficionado al fitbol”), algo que podia muy bien haberse dado de otra manera 0 no haberse dado en absoluto, Estas cinco clases en lo que cabe decir sobre algo, se Haman pre- dicables, porque predicar significa afirmer. Predicamentos. Pero también hay otra manera de considerar las afr- inaciones: por los mods de hablar en conereto sobre una cosa determni- hada, no por el ipo de altara logiea que tenga la afirmacién, seyiin se haga mas 9 "menos en general, O sea, ademés de que al decir algo sobre tnd qosa To decmnos en cuanto es su especie, o sa diferencia, 0 una pro edad. 0 una cualidad accidental, qcurre que encontramos diferentes paeiseeiee ven esa cosa para referimos a ella. Son Tos Tamados predica~ prenfos 0 categorias: vulgarmente, las maneras de hablar sobre sina cosa funa cosa en situacién conereta, como hecho). an hecho dad ‘Asi st nos lanan coro testigos ante tn buna para. delarar sobre mn bec fe )), aplicaremos, para delim in tijco's prone oo um momento ¥ le determined, plese, (ey ee es ncn; por snp “Ua bre, joven, a ore Locos —41 info, ayer tarde, en Ta estacién, conta perseguido, con el abrige puesto, y con la eabera ‘agichada”, Esta frac responde sucesivamente alas diez catogorlas que loga a dstingalr ‘Arstteles, una do cardcter substanclal (qué © quidn) y as nueve restantes de orden no substanclal (cme, dénde, cudndo, etc), de esta mancra: Substoncia (“un hombre"), Cuatidad (“joven”), Cantidad ("alto"), Relactén (Yeonocido mia"), Tempo (ayer tate ide"), Lager ("en ta estacion”), Accton ("coreer”), Pasiin ("persequido”), Estado (0 H- bio} (“eon el abrig puesto”) y Posicidn (“oon la cabeza agachada”). En el siglo xvm, Kant usa la palabra categorfas en otro sentido bas- tante diverso: sus categorias del entendimienio son las maneras que el entendimiento tiene de poner en relacién sus nociones unas con otras. Es la inteligencia la que establece estos tipos de conexién entre los fend- menos, dice Kant: no sabemos si es la realidad misma quien los impone. Para enumerar cudntas y cules son sus categorias, Kant toma los tipos de juicio de Aristételes (que estudiaremos en otra leccién), y les da valor de categorias, en ese sentido suyo de la palabra: cantidad, cualidad, relacién y modalidad, Es decir, Kant considera que el hecho de que al hablar de un dato A, cen conexién con otro B, esa conexidn tenga cardcter cuantitativo, cualita: tivo, o de relacién 0 de modalidad, no es sino una “costumbre” innata, una forma de la mente humana. (Pero zo «5 bastante y aun sobrado so para ung fideided del conodimlento® La hipdtesis de que Ia realidad fuera “inf!” al conocimlento humano es sencillamente imposible de imaginar, De hecho, hay agai una paradoja: pfeciximonte por querer Iinitar el sleance del conocimiento, Kant se ve Hevado suponer algo on realidad nfs alld de nuestras epresentactones, algo, pues, de lo eval dice que no cabe saber fiada_presiso. Entonees, no. podria hablar squiera de ese “alas” xi no contara con fotra vin de acceso al margen del entendimiento: la “raxén moral”, ly “fe” en cuanto cenfenea on el sentido. divino de To existent.) EI concepto y el témino.—Se llama término Iégico el signo usado para referirse a un comicepte, Normalmente, ese signo es una palabra (0 varias reunidas), pero las palabras no se limitan a ser términos de ‘conceptos (cada una de un concepto) sino que Hevan en si otros valores no ldgicos, y pueden también indicar formas do relacién entre conceptos (categorias). Recuérdese lo dicho en la leceidn anterior sobre la relacién entre légica y lenguaje. Todas las divisiones de los conceptos antes hechas pueden aplicarse sin més a Jos términos, pero ademas hay otras divisiones peculiares. Por lo pronto, son términos propiamente dichos los Namados categoreméticos, © sea los que por i solos expresan un concepto; los sincategoremiticos gemine significacién solamente adheridos a otros términos (“algunos 49—J, M. Vatvenve 1 otro lado, los términos pueden tener valor univaco, equivoco 0 andloyo. Es uningco el que no se tema mis que en un solo sentido Y sn Sree Go de mates, como “ieosaedro". Es equfooco el que enciensa dos Signileados que no tienen relacin: en realidad se trata de, dos términos vigioinciden por casualidad en su forma sonors. As, “haya” como &rbol yo subjuntivo del verbo “haber” Fearing andlogo es el que admite diversas perspectivas dentro de la misma significacion: es clisico el cjemplo de “sano” en “hombre sand’ “iment sano”, “color sano", “sano realiuno”, ete A ports do Ia fem, Glbmde Avisételes “el ser se dice de muchas maneras”, se ve que, “ser ce ie cmaree como término andlogo: ser de Dios y ser de Jo ereado; ser pared y ser blancos ser verdadéro y ser falso, ete. 5, EL JSUICIO Resumen Juicio es la afiemacién (9 nogacién) de un concepto respecto a otro. Conita de sujeto, predicado y elemento de unién {edpula), que es lo que le daforme dé jnicio. Puede ser afirmativo y negative: en otro sentido, puede ser universal y particular, segin se rofiera ono a todos los individuos que responden al con: ‘cepto del sujeto. De aqus se derivan ctertas leyes interiores del juico: ofirmando algo de toda una especte, no cabe negarlo de ninguno de sus individduos, et. La exprosién verbal del juicio se Hama proposicién: en ella es a aces dificil disingut chmo estin manijesador on ot Tenge los rs clement del jetta iigico. Nocién del juicio.—Juicio es el poner en relacién un concepto con ot70, afirmando 0 negando aquél respecto a éste. O también: Es un acto do la monte por el cual se une (afirmando) 0 se separa (negando). Ror consiguiente, tiene un cardcter compuesto, mientras el concepto ex ol elemento simple, Fero no basta con unir un concepto con otro para que esto consti- tuya un juicio~ por ejemplo, al decir “los nifios esparioles,..” —, sino que cs preciso formar una relacién con sentido afirmativo o negativo para que haya juicio—“estos nifios son espafioles”, 0 “algunos nifios no son es- aiioles”, ete. BI juicio todavia no supone por si solo la verdad: las frases “Luis es espaiiol” y “Luis no es espariol” son ambas juicios logicos, sin dife- encia en este aspecto: pero sélo una de ellas puede ser verdadera, No se advierte en un juicio, en cuanto tal, por la simple integridad de su forma, si su significado es verdadero 0 a0. Para saberlo, hay que apelar a la experiencia, hay que observar. Por eso; aunque parezra un juego de palabras, podeimos decir: “Hay yerdaderos juicios que no son juicios vordaderos”, en sentido de “hay auténtices juicios que no expresan Ia realidad de hecho”, Fl juicio “Hoy es lunes” cs siempre un auténtico juicio,” pero no es verdadero més ‘que Jos Ines. seinen 44— J. M, Vauven, La verdad, en el estricto significado Iégico de esta palubra, es algo ‘que se da o deja de darse precisamente en los juicfos: no en los concep tos ni en los razonaniientos,- Un concepto puede ser adecuado a, una especie: un razonamiento puede ser correcta; s6lo de un juicio se puede decir con rigor que sea verdadero 0 jals. Fis decir, sdlo acierlo o yerxo cuanda afirmo (0 nfego). Puedo tener tuna idea poco real de algo (por ejemplo, p-2do pensar en Ios automéviles tomo movides por ef vapor de agua): sélo hay verdad légiea o deja de Ihuberla cuando yo afirmo, por ejemplo: “Los automéviles son unos vehfeu- los de motor de explosién” 0 “Los automéviles son unos.vebiculos mo- vidos por el vapor”. Materia y forma del juieio.—Deciamos hace un momento que no basta, para que haya juicio, con dos conceptos relacionados — “los mitios expaiioles...”"—sino que hace falta contar con el acto misiio de estable- cer su relaciéns “estos nifios son espafioles”, Por tanto, distinguimos tres ele snentos: vin sujeto, un predicado y la puesta en relacién de ambos, eépula, "Asi, el sujeto y el predicado vienen a ser la materia del juicio, mien- tras la cépula dx lugar a la forma, poniendo unidad y estableciendo pro- piamente el juicio. La cépula se expresa de manera especialmente clara fon formas del verbo ser, pero frecuentemente esté incoxporada formas Je otios verbos quo expresan una accién o situacién: “Pedro estudia” cequivaldria a un julcio de este tipo “Pedro es estudiando” 0 “Pedro es un sujeto de estudiar”. Todo juicio se reduce, pues, a esta estructura: $ es (0 no es) P. Unos autores eseriben “S +P (o “S—P"); otros ‘sp, ete Divisién de los juicios por su cualidad y su cantidad,— Cuatro puntos do vista se nos aparecen ante todo para clasifiear Ios juicios: enali- dad, cantidad, relacién y-modalidad. i By el orden de Ia cuaidad Jos uci som afirmations 9 sepaties fn que el concepto que hace de “sujeto” se presente incluyendo 0 seeveldo el concepte “prediendo”. (Se ha hablado también de “juictos adefnidos”, como “Juan es no espafiol”, pero se reducen a afirmativos: “Juan es extranjero") or la cantidad, es decir, segin que:se tome el sujeto en la totalidad fo on parte de su extensién, los juicios pueden ser universales ~ *(Todos) Tos hombres son hijos de, Dios” — partculeres~ “Algunos hombres son nogros’” 0 singulares — “Juan ¢s europeo” —. Pero es dudoso que poda- aE Joe netdadeno interés 1gico Tos joiios singulares, dado que paren de conceptos singulares, ¥ no pueden Servir de base pura niagune deducets Locos —45 Prescindimos de ellos, pues, y combinando los otros dos tipas obte nidos segin Ia cualidad, obtenemos estos cuatra casos posibles en los juicios Iégicos, designados con tradicionales siglas de abreviatura (de Ajfirmo y nF gO): A= juicio universal afirmativo: “Todos los hombres son inmortales” juicio universal nogative: “Todos los animales no saben leer”. 1 = jucio particular afirmativo: “Algunos expafioles son rubios”. ‘O=juicio particular negativo: “Algunos espaiioles no son rubios” Formas de oposicién entre los juicios.—Fstos cuatro casos posibles cen Ia forma de los juicios dan lugar a determinadas relaciones cuando se ‘enuncian, con el mismo sujeto y el mismo predicado, las diversas clases de juicios. Si alguien dice “Todos los alumnos de esta clase son buenos” no puede decir “Ningyim alumno do esta clase es bueno”, ni tampoeo “Algiin alumno de esta clase no es bueno”, y en cambio tiene que suponer también “Alain alumno de esta clase es bueno”. Y¥ asi sucesivamente. Vamos a trazar el cuadw general de las oposi- ciones entre los juicios que tengan igual sujeto (8) e igual predicado (P): Las leyes resultantes son las sigulentes: Juicios contradictorios: (“Todo ledn es Reto” y “Algtin leon no es fiero"). L’ No pueden ser los dos verdaderos. 22 Uno de los dos tiene que ser verdadero. © sea: falsos Jos dos. no pueden ser Juicios contrarfos: (“Todo leén es fiero” y “Todo leén no es fiero”). L® No pueden ser los dos verdaderos. 2° Pueden ser los dos falsos Juicios subcontrarios: (“Algtin loin es flero” y “Alin leén no es fiero”). 1° Pueden ser los dos verdaderos. 2° No pueden ser los dos falsos. Juicios subalternos: (“Todo Ieén es fiero” y “Algiin lebn no, es Beto, © “Todo leén no es fiero” y “Algim leén no es fiero”). Le $i el universal es verdadero, el particular To es también (pues si “Todo leén es fiero”, “algumo” Jo sera también). 2 Si el particular es fals0, lo es también el universal correspon- diente; pero si el universal es falso, no se deduce nada para el particular (pues si es falso que “algim ledn es fiero", sors {also que “todo leén es fiero”; pero si es falso que “todo leén es fiero”, no sabemos si “algiin leén es fiero” 0 no). 46—J. M. Vauveroe: Seutin el aspecto de la relacidn, un juicio puede sor entegdrico, cuando relaciena directamente el sujeto con el predicado (“Todos los Jeones son Feros’), hipotético, cuando consiste en el enlace condicional de dos.jeieios Ge tal modo que al verificarse’ el primero se verifica el segundo (“EL hielo, si'se calienta, se dervte”), y disywntioo, cuando expresa que a un sujeto le tiene que corresponder un predicado, bien sea por via de, af Tineién 0 por via de negacién ("Un billete de cien pesetas o es bueno a es falso”), Ee decir, entre las dos formas de predicacién queda agotado todo un campo de posibilidades, en qne’se afirma situado el sujeto. No Son juicios disyuntivos, por lo tanto, “Una tela os azal o amarilla” (podria ser do otro color), ni “Un triingulo es bueno © malo” (el sujeto no entra cn al campo del predicado, y vieeversa). La relacién disyentiva, como se ve, se establece en Ia cépula. También se pueden dividir los juicios por su modalidad, como aver- téricos, problométicos 0 apodicticos. Los asertéricos sfirman algo como hecho, sin mis: “Los leones son fieros” {ios problemiticos o afirman como probabilidad © como. suposicién rhetamente verosimil: “Normalmente los hijos aman a sus padres” 0 “Es posible que alguien sea anis sabio que nosotros”. Los apodiction expresan igo necesgro: por defiicién, por Ia idea misma de aquello de que se habla “La suma de los dngulos de un triéngulo cuctidiano es siempre de 180 grados.” En rigor, esta closificacidn por la modalidad! queda fuera de la logiea, por referirse al valor real dol juicio, a su verdad. Todavia existen otros grupos de clasificacién, ademas de Jas: mencio- nadas cuatro perspeetivas clésicas, Generalmente, se salon también fuera Ute lo eatrictamente l6gico, Asi, cube dividirlos en analiticcs 0 sintéticas, Segrin que el predicado se obtenga extrayendo una de las notas esencia Jeo del concepto que actéa como sujeto (EL agua contiene hidrégeno”) 6 bien afiadiendo algo nuevo ("EI elefante es itil”) Por otro lado, se llama juicio a priori aquel enya validez se deduce sin noooidad de comprobacién experimental, sélo con observar Jos, con- optos puestos en juego (“El todo es mayor que la parte”), y se llama jute a posterior’ el que se verifica como cierto sélo teniendo en cuenta fa experiencia ("EI agua y el aleohol se contraen al mezclarso") Deade ol punto de vista del modo de la predicacién, se establece otra intorcomte division, Bn primer lugar, cuando el predicado indica slgo fue estt en el sujeto mismo: Juicios determinations ("Esto es wna mesa’), Ticios atnbudoos ("esto es ez") y juiios de ser (‘Esto es un ente, de sree” oun ser extente real”, ete). Después, cuando el predicado indica vermtelacién mas all del sujeto: Jucios de comparacién (“Esto no es como wa Teter es un tranvia’), de pertenencia (“Este libro es de Juan’), de Uependencia (Este barto es de la lavia de ayer”), ete Loves — 47 EI juicio ya proposicién. "La proposicién os la expresié juice mediante el lengua. Ye hemor ineado que el Tongue se vale paar dome sol prlbra. para indir Tos ret elementos légicos del juicio ("Estudiamos”, “vamos”, “yfuego!”), y que cast siempre lac (to eat Inoopoade al verbo tome uno de ls valores de sludeneon juicio, en el lenguaje, puede encerrat mis do une, Por ojemplo, las Hama das proposiciones exclusivas, como “Sélo Dios es etemo", que Teva en si dlos juiios: “Dios es eterno” y “Nadie que no sea Dios es eterno” ‘De hecho, el decir una propasicién comporta una intencién. afirmativa aunque sea ficticia:, proyectamos el juicio sobre la realidad, aunque en el fondo no nos adhiramos a tal proyeccién, y, mintamos Las wopasiiones adoptan forma de orci. gata. Feo ay oraciones cuyo valor afirmativo (de proposicién) queda en sus i sree ein tropes), cn sea por veer comm are (i peracidn) E 6. EL RAZONAMIENTO Resumen Razonamiento es ta ebiencién dle un juicio « partir de otro. El razonamiento e+ deductivo 0 inductioo segin parte de wn enunciado go- neral para sacar wna conctusidn (particular 0 general), 0 se remonte @ un entin- ciado general a partir de una suma de datos particulares, El tazonamiento deductioo puede ser categérice, hipotética o disyuntico, ‘con arreglo al primero de los juicios de que parte. Este vazonamiento se Tama silogismo, pero usualmente este nombre se reserea al silogismo categérco. EE silogismo tiene unas determinadas leyos que extablecen la correcctén para obtener la coneclusién desde las premisas. Bl silogismo consta de tres términas, repetidas cada uno en dos de las tres proposcones (prema y conusin. £1 témino medio el qu v6 rite on las premisas Se Haman figuras. y-modos det stlogismo, respectivamente, lax combinaciones, ‘en sus proposiciones, de los diversos cesos de cualided (ofirmativa y nogation) y cantided (extension universal o particular del sujeto), dentro de las distintas Posiciones del téeming medio en las premisas (como sujeto a. como predicado). La induccién, que establece wna afirmacién universal u'base de diversos cases particulares, es completa o incompleta segtin tenga en cuenta todos lor casos posibles 0 una parte de ells. EL razonamiento: materia y forma.—Razonamiento es la obtencién de un juicio a partir de otros, dé los cuales deriva por necesidad intrinseca, En el razonamiento, la mente, por el hecho de poseer claramente unos juicios, deduce de ellos’ otto juicio nuevo, sin necesidad de ulterior com- probacidn, Por tanto, es una relacién entre juicios, que a su vez da lugar a un juicio: al admitir dos 0 mis juicios que tienen conexién entre sf, queda admitido también otro juicio que supone a los anteriores. Se lama argumentacién a la expresién dol razonamiento mediante el Jenguaje. 50 — J. M. Vatvenox, La materia que intogra el razonamiento esta constituida por Tos juicios (y Gtos, a su vez, por los conceptos). Pero la forma que hace que estos juicios sean un razonamiento, y no una mera yuxtaposicion de afirmaciones, 5 la consecucién, o°consecttencia, 0 inferencia, 0 sta, su encadenamiento. En ef razonamiento cabe una forma inmediata y una forma mediata. La forma inmediata.consta sdlo de dos juicios con los mismas térrinos fen Ia leccién anterior veiamos oémo hay unas relaciones de oposicién entre juicios hochos sobre el mismo sujeto y el mismo predicado, de ‘manera, por ejemplo, que afirmar “Todos Ios leones son fieros” equivale a afirmar “Algunos leones son eros", y a negar “Algunds’leones no son fieres", y “Todos los leones no son fieros”, Pero este razonamiento no obtiene nada nuevo. El razonamiento propiamente dicho es el mediato, que tiene en su ante: cedente a dos 0 mas enunciados y,’por tanto, alcanza su consecuente 2 través de una serie de pasos. Las razonamientos mediates pueden ser deductivos o induetivos. El razonamiento deductivo arranca de varios juicios que tienen en sn materia una parte comin y otra diversa, para obtener otro juiciv que relacione esas partes diversas, Consta, pues, de ian minimo de tes juicios La parte comin de cada par de juicios de que arranca, se llama ¢érmino medio. El razonaiiento inductivo no se basa en el andlisis de sus juicios inte- grantes sino mis bien ea el de los fendmenos que étos describen, La induceién tata do alcanzar la explicacién general de todo un tipo de fondmenos, partiendo solo de datos acerca de unos pocos de ellos. chon, y todas las jlo del rier caso; “Sts rants denen mls fan me ". Asi es el modelo vacas son conniantes, enéoncee todas las vacas tienen molares ancho el ruzonnnlento deuctivo aistotea, vaca dln i Bjomplo del seguado caso: comprobéndose on cada-uno da Jos elementos quiinices ‘conocidlor que su respectivo dome pose ncleo, se induce que todo dtomo pestle ene nielea;o, dicho de otro modo, que el nitcleo es parte indispensable de todo éromo, EI razonamiento deductive (silogismo) y las reglas de su legiti- midad, — El razonamiento deductivo tiene tres tipos: categérico, en que se parte de un juicio hipotético, y disyuntivo, en que se parte de un juicio disyuntivo, Suele darse el nombre de silogismo, por antonomasia, al pri mero de ellos, pero también cabe hablar de silogismo hipotétieo y silo- gismo disyuntivo, EI silogismo categbrico es el razonamiento que en virtud de dos afir- miaciones (premisas) obtiene legitimamente otra afirmacién (conclusibn). Ejemplo: $i “todo hombre necesita comer” y “Ios reyes son hombres”, en- tonces “los reyes necesitan comer”. Su materia préxima son las premisas y la Locos ~ 51 conclusi6n: entre Ins premisas, lade més ampli cone sas, la de mis amplio aleance (0 extonsién), de Isc parse azouamint, se Hae meyer y Ie ese inicios © proposiciones. Son-también tres, como los juicies, 7 aes concepto’en dos juicios. Por ejemplo, “si A= B y BC, ontouces 5G. No hemos usado més que tes letras on las ts igualdades, forma del fog (por eonrapsetin a su mater) es coneni su capacidad de Mlegar a una conclusién por jo. eng eau su cick a clusion por el propio engranaje de sus EV sllogino, pate exist con su capacidad de ebtener un couch, sigue unas determinadas reglas: no basta con ligar tres juicios dandoles forma aparente de razonamiento (por ejemplo: “Todos los hombres son imortales, y los perros son mortales, luego los perros son hombres”), Es prociso que haya una correccién; euyas leyes se lian podido reducfr a ocho {cuatto de ellas sobre conceptas 0 términos, y cuatro sobre los juicios). or repetirse 1" Los términos son sélo tres (mayor, menor y medio). ae Los términos no pueden tomarse en la conclusién con mayor ex- oo ae la me eee en las premisas, Asi, no podemos concluir afir- mando algo sobre todos los hombres, a partir de algo que se dijo sobre algunos de los hombres. a nae ete 3° El término medio no puede entrar en ta conelusién. Asi, si decimos: “Todos los hombres sori mortales, y nosotros somos hombres...”, se con prende que en la conclusién no puede entrar ya Ja palabra. “hombres sino que hay que combinar Jos otros dos términos diciendo “...uego nosotros somos mortales” 4° El término medio tiene que estar tomado en toda la extensién de su concepto al ser usado en una premisa, por lo menos, 0 en las dos. En el ejemplo recién utilizado, “hombres”, est tomado en sentido uni versal en la primera frase “Todos los hombres...”, y en sentido particular en la segunda “nosotros somos (algunos de los) hombres”. Eso basta para la validez, pero también pudo tomarse’ en sentido universal en las dos premisas: “Todos Jos hombres son mortales” y “todos los animales racio- nales son (todos los) hombres”, luego “Ios animales ¥ Enunciamos ahore las leyes sobre las premisas: ales son mortales” 5 De dos premisas afirmativas, no se puede deducir una conelusién negativa. $i “Todos los hombres son mortales” y “Los espaiioles son hombres"... Ia conclusién es inevitablemente afirmativa, | | i i i 52]. M, Varvenos A © A is vas, no se deduce nada. Si “Todos los Bo oe eee frees ens no es espaiol”... imposible deducir, fioles no son franceses” ¥ ede agra pis es francés” porque podria sex alemin w obra 6 72 La conclusién sigue siempre la peor parte. Hay aqul dos aspes- tose 'St una premisa ex general y Ja otra particular, es, decin si os 1 fox un reg conceptos ene una parte en com, Ia coelunidn tho puede extenderse mis alli de esa zona contin. Por ejemplo (dict S en ver de “algun0s”) a ate de ee een pte de fox) expafoles y (Une peste 7 joneses son (uma parte de los) espartoles, Tevlos Tos bareetone (ann parte de Tos) aflonades al fithol 20) bare hon esas son (a parte dels) aioads a] fitbol” ‘Pero ademés: Si una pr s negative: cakes oe eeodos Tos estudiantes son (ana parte de Tos) hombs vdos Jos perros no son hombres. Fate etfon los pears no sop estates cemisa es afirmativa y otra negativa, la conclusién Locos — 53 8° De dos afirmaciones particudares, ‘no se deduce nada, Asi, si “AL ‘gunos espatioles son misicos” y “Algunos espafioles son filtélioos”, de lo dicho no se puede deducir con seguridad que algunos. smsicos sean Slatélicos, porque cabe la posibilidad de que ambos grupos no coincidan en ningiin miembro comin, Para representar visualmente las condiciones de Ia consecuencia silo- agistica, se utilizan los cfrculos de Euler (Rg. 4), donde se advierte cémo los conceptes pueden tener partes (0 totalidades) comuncs en su extensién, ¥ ebm esto delimita la extensién de los términos de Ia conclusién, Figuras y modos del silogismo.—EI término medio, al repetirse en las dos premisas, puede ser sujeto o predicado en cada una de ellas Caben cuatro situaciones, Hamadas figuras del silogismo, a saber: 18 Cuando el término medio es sujeto en las primeras premisas (ma- yor) y predicado en la segunda (menor). 2* Cuando es predieddo en Tas dos. 3" Cuando es sujeto en las dos. 4* Cuando es predicado en la primera (mayor) y sujeto en Ta segun- da (menor). Pero osta caarta figura, atribuida indobidamente a Galeno, por no admitirse la evidencia de sw validez, solia ser reducida a la pri- mera gure. Segin la cualidad y cantidad de los juicios que constituyen las premi- sas (recordemos cémo se désigoaban en la leceiGn anterior: A, afirmativa universal; E, negativa universal; 1, afirmativa particular; O, negativa par- ticular) resultan los diversos modos del silogismo. Esta casifieacién, Ta de las figuras recién sefialadas, sirve para obtener todos los tipos posibles de silogisino validos, dentro de las leyes antes éxpuestas, que eliminan algumas de las combinaciones resultantes al reunir estas dos clasiicaciones. Silogismos abroviados y de otros tipos. — Cuando razonamos, no sole mos desarrollar por entero Ios sifogismos, sin que abreviamos Ja argu- mentacién, Asi, en el llamado entimema, so elide una. premisa Todos los ciclistas son fuertes. Bahamontes es fuerte, Aristételes Tama también entimema al razonamiento basado en Ia probabilidad moral, en la verosimilitud Antonio es padre de Luis. Antonio perdonaré a Luis arrepentido. Polisilogismo es un encadenamiento de silogismos; cuando éstos se enlazan sin expresar las conclusiones intermedias, se Hama sorites. Esta Forma del sorites es especialmente famosa por prestarse con facilidad a BA—J. M, Vatvenoe sofismas, cuando se introducen términos vagos 0 affrmaciones imprecisas. Tecordemos el célobre sorites hecho por aquel personaje que se conside- rabe ef inejor estudiante del mundo porque era el mejor alumno de la tnejor clase del mejor colegio de la mejor ciudad del mejor pais del mundo, ‘Tpiquerema es um silogismo en que’ alguna premisa va acompafiada de ta vxplicacién causal, “Todos los cuerpos son pesados, porgue les atrac Ia tierra” “Los gases son cuerpos”, luego “Ios gases son pesados” Dilema es wm razonamiento disyuntivo en que las dos: altenativas de le disyuncién levan a Ia misma conchsién (por eso se habla de los dos cuernos del dilema...) ‘Ademds, hay que contar con os silogismos hipotéticos y disyuntivos. zn los primeros, la primera promisa es un juicio hipotético, mientras Ja segunda aflrma, 0 niega alguna de las dos partes del mismo, con To cual Inotra resulta afirmada o negada en-In conclusién. Los silogismes disyun- tivos se ajustan al siguiente esquema Todo A, 0 es Bo es C. Este Ano es B. Lucgo es C. Razonathiento inductive. —A diferencia del silogismo (razonamicnto que tiene au eje en un concepto, sobre el cual gira de una promisa a otra, sefno sobre un gozne), la induccién es el razonamiento que por enumera- clin de casos indlividuales 0 de partes, obtiene un juicio de cardcter uni- sersal, sobne un concepto tomado en toda su extensién, Se puede volver Jat revés ef razonamiento: lo que se dice de cada leén se dice de todos, del “Teén” en goneral, y viceversa. ‘Annu el proceso de Ta induccté sex el mismo que el dé.la abstrac- ibn (obtencién de un concepto universal n partir de ls casos singular), wo re confunden sus resultados: In indueciOn mira a un juicio, 0 seay a poser el concepto enmo elemento de una afirmacién, mientras qve 1a vpatyaccién busea el concepto por s, por aprehenderlo, ye csducrién completa es el rezonamiento que, una vez observados todas Tos individuos de un grupo, entiacia un rasgo. que Tes es esencial reson ol concepto de si esencia comin, Asi, dbservacdos todos los spamales sunsiantes, se puede emunciae quo el rumiante se caracteriza por tener wn estomago mitiple Es importante me Taber djado ere nigin eae nto del grupo: podriamos observar varios metales y enuncisr que “todo metal eepptioe el eaxo del mercurio invalidaria esta xegla Fe smamnos induccién incomplete a la que enuneia una afrmacién gene- ral a partir de la observaclin de parte de los casos posibles, Para due va Ptneaién tenga valor cielo es preciso que la observacién supla Locos 35 su cardterieomplets con el hodho de refrrse lo esc en observades. Asi, volviendo al ejemplo anterior, no parece que haya nada els extracts até de los metles que ln aga siempre incospacsle con el estado liquido a a temperatura del avibiente humane. En combis, seguramente bests ishserar ‘unos cuantos metales pare ver que, asus caricter esencialel hecho de que sean buenos conductores de electiidacl, habria aqui una induccién incompleta de legitimo valor. fence Fundamento ligieo de la induecidn.— Bl fundamento de ta cin reside on la constancia de las leyes naturales, y en sp principio de causalided — “todo tiene una causa adecuada” =, en les mismasfonémenesresponden as mismas caus : si, In induccién cuenta con ai i con que un concepto en general incluya agvel gn en to ce meer es enn vt mismo efecto, icho de otra manera: al tener ideas de las cosas, captamas en ellas Jo que da luger a sus respectivos efectos. ¥ a partir de estos efectos, obser vvindolos en su constancia, nos vemos llevados a ft unidad de la causa. Lo tinico problemtico, pues, en In induccién, reside en af base previa de herein de los Fenimenes; no en a ected szenamiento Jogioo. En toda Ja medida en que los recursos cientificos nos den observa- nes, podemos utilizailas para inducir, dentro de Ia advertencia ya hecha’sobre Ia esencialidad de lo inducido y generalizado, cuando no se toman series completas de hechos due. Len el enanto 7. METODOLOGIA CIENTIFICA Resumen Metodologia es ef estudio del razonamiento complejo utlzado por le clone De él forran parte la definictin, divisién, demostracion, y el "método” do cada elencia, Definicién es la expresién de lo exoncial 0 de To caracteritico de wn concepto (definicién esonctal 0 descrptica) Divisién es la distribucién de algo complejo on partes homogéneas que lo agotan. Demostraciin es el razonamiento que parte de un principio general para Yegar, mediante otro mds concreto, y después de cierto desarrollo, ¢ una vine clusin cienifca (ley, teorema, ete). Método de una ciencia es ol tipo de razonamientos que emplea en su des- arrollo, Merece especial interés el método matemético, tanto constituyendo la ciencia matemética, como formendo parte del método de la fsioa y otras cienctan Idea de la metodologia, — Método (que ctizmolégicamente viene ¢ stgnifcar “ea. tino”) ov el procedimienta o.conjunto de leyes que regulan la Investigacion intelectual, 4gorantizando ol acuerdo de los resultades con tos dates, y de las leyes generales con los hechos partiouleres. ‘Ya anunciébamos que por encima del shple raronamiento hay una esfera mis come plicada en e1 peusamtento légico, que sitve a los fines de Ta cioncia: ésta es la Heanada ‘metedoosia cientiiea, que comprende, sobre todo, la definicidn, la divisién, la demos. tacidn y, en general, el método de cada ciencia Ga definicién. Sus clases, — Definicién oquivale a delimitacién. Hs la expresiin que dice qué es un objeto, en cuanto lo distingue de los demés tipos de objetos (especies) y lo une con los de su mismo tipo. Por tanto, os Ia explicacién de un coneepto. Una defiaicién puede ser mertmente nominal, en cuanto se limita « aclarar qué palabra eonocida podemos usar en vez do otra menos cono- ida, como “avién” en vez de “aeronave”, Pero nos interesa més la definicién real, 0 sea, la que desentrafia la cosa mistna, enunciondo sus 58—J. M. Vasvenne condiciones 0 sus rasyos diferenciales. La definiciin real, en efecto, puede iaedar el objeto por 1o que constituye su osencia (definiclén esencidl) aor elo unas enalidades distintivas, pero no esenciales (definicién des: Criptiva). Ejemnplo de la primera: “Avién = aparato que vacla sustentin gone en al aire”. Ejemplo de la segunda: “Soldado == hombre armado y vyestido de uniforme”. ‘Dero estas dos clases de definciones son éntrinseeas, porque se refleren ‘alge cosas en cuanto ya son: cabe otra manera extrinseea de defini, por Srorigen 0 por el moda de producrse (genética) Ass, por el origen: “Tru 2 orlee do producido por la descarga eléctrica en las nubes”. For el mode Be panducine: “Cilladro = volumen engendrado por wn rectingulo: sl girar sobre uno de sus lados” is muy corrinnte en Ia cieneia enconieas dos tipos diferentes de, defi tose a, Sere de wa Jefiniton descriptive pare legar « wns definicin, exenet), dos: at gas saber do gue se habla sates de exp gud es aqvell ee prgue oF Erdonasincielmente Je acuerdo sobre euil objeto tomamds em cute, ise rane Per defniciin proporsta& ls denis, Empeasinos por doi “el sai oo Soe Meza © i dlgn decrinova) avo conclir“c) gua es wa combinaein de oxigen fe Hidrogeno” (definiciin esencial) En una dofiaiciin debe haber por lo menos dos elementos, due se llama slasicamente género préximo y diferencia espectficn, 0 sea, la indi- dari fle a qué género Pertenece la especie que pretendemos defini, y Gué es lo que ln diferencia dentro de ese génevo. Por ciemple “Hom Bee SS mal xacional”; aqui “animal” es género y “racional” diferencia especifica. Ts condiciones de una buena definicién son més complejas. Tod definicign, por tener que lograrse inediante palabras, haciendo equivalente ar Hunifcado de ta. Tos significados reunidas de varias, se debe ajustor ce aaias reglas préeticas para su validez y para su utilidad. ree ee Mtofintcidn ho de ser més clara que lo idea dafinido. Es total mente initil definir: “calle ~ via piblica”, Be Le palabra definida no puede entrar en Ta definicién. Pues on. efinicién meramento nominal, como dan Tos “Galudable, dicese de.lo que produce tonces, estarfamnos en una diccionarios para los_adjetivos: salud” ia definicién debe ser adecuada para todo To definido, en todss tes y pastes, y solo para ello. No podemos definir “mesa” come falta decir algo més,,ni como “tablero con enateo tas, ni como “mueble”, sus varia “tablero”, porgue hace putes”, porque hay mesas con tres y con sels pal porque hay otros muebles que no som mesos, cane AY sepiniclén debe ser reversible, en consecuencia de la regla 3 Hu Locos ~59 0 mismo que si A= entonces animal racional » si hombre = animal racional, La divisién. ~La divisién es .— La divisién es el rizonamiento Conjnto empui distibuido en todas sup La divisiin puede ser deni, stn poe sor ice rel, gin se ditingan Tos sub Gent deg, ss pts ou ipo de bjs real divin i suadriléteros “de dngulos rectos en euadrados Es division zeal distingutr en el ba lin debe endo as cae outta + Debe aburcar ta integride 2 oct a pitt integridad del compuesto a definir. No dod "el ae es una mezoa de-ntogeno y oxgeno peat an gases en pequeiin cantidad. eae 22 Las partes resultantes de la divisidn le la divisién cl No podones dividr a lor hebltnte do tan ced co Yn Yancanos, orgie ete timo grap aba pare de oa ote doa. a division debe estor hecha siguiendo siempre, el mismo eriterio No cabe repartir los alu No abe sy umnos de-una clase en rubios, morenos y aficionados por el cual un todo su partes 9 ehimentas homo. Al hablar de Ja divisién, he livisién, hemos de ocuparnos fein: ee dvi hs sxin in aspeto determine, Ba pate ir, este término se usa en sentido cientific inelin de hedhos ee a tifico, como agrupacién de he boats t. No seria clasifica clentifica dividir Jos animal Bonitos , 9 en de color claro y de color oscuro. ee btn aaa ee ison el criterio de la reproduceién Fértil: los perros, a psu de Frame, capeclo, quo a ou Yea voslven a erar {Los burs y los eaballes forman difeentes pei pre min r,t ene en) lat des por gm (stena prc de Mente) La deméstracién. — La demostracis ph doméstracn nostracidn es el proceto racional que Hea, fo a i comet te etapa, deuce wna afrmacin Set on serdatery ido de unos prineipios conocidos como verdaderos elo Heal de la demostacion es la demmstnciin atoning 60-—J. M. Vatven: mnpleja que ol silogismo (euya estruc- La demostracién no sélo es més compleja que el silog 9 ture nonserve, pero complica), sino que hace ver y supone Ta verdad de Jcko on su punto de partila. No interesa, pues, como estructura Tégica vvacla, sino porque Sirve para algo real. princpios de quo parte Ia tesis « que quiere llegar y el camino recorioy Gite, sobre todo, en cuanto sapone Te apertacién ‘de un modio, 0 sea, Un: aflrmacién mnereta que Ja del princip ; algnaes tienen un valor limitado al alcance do un terrend de hechos ("las area sg atraen”): pero hay, on la base de todo razonar, unes primeros rasa ox menerales, que no Tequieren deiostracion Tégiea ni, comproba- aaa ectnental sin ellos, las domostaciones, faftas de wna base defi fe i as x las otras, en ofreulo vipiose. pitiva, girarfan envidndose las unas + . fa rcntramos, asf, 10s principios ldgioos — y en otro sentido, los axiomns i reducirse az matométicos —. Bsos principio pueden : vincipio de identidad: Todo 10 que os, es: En el terreno lgico, esto sign eeu doa so puede ajirmar de si misma y de las abjetos que se rende, “Un caballo es xm caballo” (y “todo caballo es un caballo" y “tate caballo es un caballo”) ; i sso de! no-contradictén: Uns cosa no puede ser o no ser. ara eects puede ofirmar y nego lo mismo de une misma cot, a Ja oi ye ot eal mbmo sentido, No puedo decir que esto es vino imo tiempo Ho tiempo y eh ol mismo sentido (pues en diferente Jape el masto no es vino, pero Jo send; y en diferente, sentido, de aspecto y realidad, un vino falso, em ferto modo, e& vino) wate de exchstin det t2rmino medio (0 de excision de terre) Ease sor, no hiy ofro término medio. En Wgica: Cuando hey Erie et uw ontadictorins referibles a tin mismo sujto, tiene que dos predict os, no cade oto. Ui dngolo plano recto 0.00 To 6 fo eabe otra posibilidad. : : ae aoe ncluyen los principios de eausalidad ¥, Badd ene _ gues arin, poro no son propiamente de curdeter Wgicg: su 1, er rie aden metafisio, coemeéieo y psiclbgico ee sjomas mateméticos nos referiremos luego 6 Jnguen ante todo Jas demostraciones clases de demostracién. — Se distinguen ante t demostractone Tree IS Go hacen evidente que algo es ast—y las indirectas 9 a acing que hacen evidonte que algo no puede no ser ash ¥ Sou Saaerda que fuera de otro mato que en el enunciado de In tess a mostrar, Locos ~ 61 Dentro de las demostraciones directas, unas son a priori y otras a pos- teriori. Las primeras van de principio a consecuencia o de esencia a pro piedades o de causa a efecto, mientras las segundas van de consecuencia principio, de propicdades a esencia o de efecto a causa, En le discs, oon valor més Hated, se emplenn fia angumentciones tzativas: por empl, la llamada ad hominem, ie consiste en tomar ins pepe ee aados por obm periona pare demostar como de els deivta conseeuendias te oa pursona no queria edn, Pero co ello eatrames en el tereno de la seusien, cox todos sus matices de implicacién moral y personal en Jas aflrmaciones: salimas asi de Jn lnion propiamente dic. __ BI método.—En sentido especial, métogo es todo tipo de demostra- ‘ciones, razonamientos 0 conceptgs de que se vale In-ciencia, y cada ciencia en particular. Se habla asi de método onalitice — cuando se divideri los objetos en sus elementos, 0 los conceptos en sus notas o en los individuos de su extensiin—, y de método sintético, cuando se sube a conceptos generales desde Ia observacién de elementos parciales ‘ambién se distingue el método experimental del riclonal: las ciencias naturales no sélo se atienen a la observacién de los fenémenos, sino que procuran reproducirlos artifcialmente creando las que se suponen ser sus casas. Por es0 el método experimental no es simple anotacién do hechos, sino que requiere hipétesis de trabajo. En otto sentido, se distingue el método heuristico del didéctico: en cuanto al referirse ung ley, no se rizona lo mismé para encontrarla que para ensefiarla con claridad a los demas. Explioando una leceién, a menudo conviene partir de lo que Tégicamente debia haber sido el final, asi como introducir elementos y desviaciones en orden a Ja facilidad de Ia capta- cién_ por parte de los alumnos. Cada ciencia elige su’ propio método, que puede Hevar en si proce- dimientos de indole may diversa, en uso complementario. EI método matematico.~Convieno decir algo mis sobre el método matematico, tanto por constituir en s{ mismo una efencia (la matematica) como por aplicarse esencialmente al desarrollo de la cfencia fisica, y en cierto modo, también a otras ciencias (economia, sociologis, biologia). En rigor, la matemitica no se presenta simplemente como un método como uva manera de ordenar y deducir conocimientos sobre algo -, sino como. un mundo auténomo de felaciones formales, con razonamientos, demostraciones, eto., pero que no versan sobre objetos. ‘Tampoco es, sin embargo, la matemitica algo completamente aparte del mundo real, una parte de la Idgica, pura y simplomente, porque tiene en su base In idea niimero, que implica una intuictén zeal y algunos supiiestos eonventdos. @2—J. M. Vatvenoe (Cada wGinero es la idea comin de todos los conjuntos que tienen anélogs SCmposician de elementos, de modo que a cada elemento de uno de esos Sonjuntos corresponds exactamente otro elemento en cada uno -de Tos demés conjuntos, sin que sobren ni falten en esa correspondencia) ‘Diche de otra manera: Aparte de Tos prineipios Idgicos (como “E] todo es mayor que la parte”), Ia matemitica aplien sus propios axiomas (como SSiempre hay un_mimero mayor en una unidad que otro” (n+ 1), @ carro la idoa del “cero ‘matematico”. Sobre estas bases, In matemética Jecamolla todos sus teoremes y razonatientos, sin necesidad de volver fl mundo real para ulterior referencia. Doro la matemitica es utilizadi por otras ciencias coma parte funda- mental de su método: sobre todo, por Ia fisica, El fisico observa una sree fondmenos y los relaciona contindoles, numerindolos, midiendo Ser pecto de espacio y tiempo, en una palibra, matematiséndolos, A parte sr priaterpretacién matemética dada q unos fenémenos observaclos, opera fede obtener formulas mis soncillas y generales. Estas operaciones son porfectumente seguras en cuanto se desaollan como paras formals mate peftoas; pero bay’ en su punto de partida algo mas diseutible: la redueeiém mformutas maternaticas que hizo de sus observaciones el fisico, Muchas Veces, por eso, un ssn fenfeno se ia pedo interpetar con formulas te Ne dive ipo, todas ellas de algun tlidads un electin en wo) stom mated jy como ai ora nna pedeis inna dando vucltas,o como! Foer una Fede centads en ut debit, sin nnn punto preciso donde eff el losin, onda coveaciones mateo son [etary tenen fundamento zeal: ead wn Aaa ote eelar que se complementan con nt otras, y cuya intecpretactin on ts lls evn uaje vag 0 Slosdce (ya no de formula matemétes) lene gue cere re onan iversa To bec al pinepio, (Lo ave se mii al princi como desandande or sete a fru cono mass; [0 que se ext como asclhetén, debe Ser explicady como oselacion). i eaten tapibién en el método de otras eioncns que no son Ta fice Pere ecttie mneko mencs decide. Eo econo, por efemplo, tiene un val cies parm foesalizar los fenimencs ocuerids y dar forms s ls-pre- Arent eeinemdtca no aseurn el cumpliniento de ls previsiones en cum. ae nagvos factores fmprevistos: so funeiéa es determinat 1 nie, sujotes @ In apari ri ues dicjmena enue fs Fenémencs, en el e3x0 de gue ve produzcan, Bs pave: form Me Ta mplicacin materia a la bologa y a 1 socolot a mn estes som aplicos por ofas ctencias, como In ology Ie histories Bone eet tpoes y eo cela region Ja evoluctén fndéica de wn {lows sgUe rate tute, ene seat formas antiguas de pleras acts, al menos con ‘on amplio inargen de probabilidad. al ae gaaavan el acnso at conacimiento de an hecho.» tawés de Tos tee sqonar harass m nests: en 6 cuenta macho lo tenon Bh Tine sas Noy contin, pore seme nao, se rete al grado de Formas Hizaciin propio de ta fsi. COSMOLOGIA & EL ESPACIO Resumen El espacio se entendlié en principio como condicién de todo cuerpo, en cuanto éste tlene un volumen que puede medirse. Aristételes lo consideré como “sitio” y como “sitio de los sitios”: en su conjunto, también, una especte de campo de gravitacién que hacia a cada cosa ir “a su sitio”. Luego le mecénica elisica vio el espacio como una extensién hasta el infinito de dimensiones rectas (coordonadas-cartesianas): algo, pues, que no tiene por qué ‘ser material ni estar “Hono” de materia. Newton lo interprets como el “sensorio” de Dios. Kant no estudis el espacio como problema fisio, sino como forma de la sen- sibilidad humana, que daria cardoter de espacio a las impresiones. La relatividad ha desteriado Ia idea eldsica de especio, propugnando tuna idea “funcional” de espacio, como el sistema de férmulas geométricas que sirven préc- tioamente para la obsereacién cientifica Espacio y cuerpos. La existencia espacial de los cuerpos.— Nuestra experiencia atestigua una.cualidad comin de log euerpos, que Hamamos espacialidad. Todo se nos presenta referido sl espacio, ocupando lugar, © por lo menos extendiéndose en una imagen pléstica (espacial), aunque nada se reduzca exclusivamente a esa cualidad espacial: hay siempre algo mas, un sustrato 0 un hecho que estdé en el espacio, y que no er es- pacio. En cuanto a su captacién por parte de nuestra mento, ol espacio siem- pre se percibe en el tiempo y con ol tiempo: una mirada no pereibe, los objetos en el espacio simultineamente, sino que tarda un tiempo, y zeco: re un camiind sucesivo por el campo de lo visible hasta. hacerse cargo del conjunto espacial. Por otra parte, aunque el sentido de la vista sea predo: minantemente espacial —y el oido, temporal—, nuestra experiencia del ‘espacio no és s6lo visual, sino que se establece también gracias al tacto, que nos da el volumen de los objetos, componiendo en nosotros esa intui- teién del espacio que ya no es patrimonio de un sentido sélo, y que los ciegos tienen como los videntes. 66 — J, M. Vauvenne Do hecho, aun cuando pensames en las ideas més abstractas, no pode- mos desprentiernos de ciertas imagenes de caricter espacial, por pocs Importancia que concedamos a éstas én Je comprensién, rel eapucio, como deciames antes, se presenta unido al empo, pero no so confunde de ningtin modo con éste: es cierto que para medir un espacio 13 Geveribimos a veces en forma temporal (“esti a diez minutos de aqui”) y vieevers (amamos wn ao al emp quo tarda J ir on gar en set sal, pero sicmpre los distinguimos: el espacio es reversible, est Pend de Praralidad le direcciones (dimensiones); el tempo es irever- Nible, dinimico — fluye solo —y unidimensional. LEspacto real y espacio imaginario, 2 0 real ea ry etn on oo, iin, or tanto, wos furs oe ee ae ee fadaedamonte. Su imagen primi es lx del sie terete ae tas, ediflcias), Hasta aqui hemos estado contande con com eons enim coin fos fos ces. Puro ee agen sete, m0, pe ao Ceretindos yew ose tote en tera EE erate Pablando, sb paroco tun tanwneo slo o, quad met, 4 del pace, wien pared materiel interminable, de tel So fondo sn Un fes sobre cl cual estén las cosas igual que sobre una pizarra, fon conae encimn Quombres, plant sta idea, aunque todos nos Ia bacemos ~al menos en nuestra niiez wane se ens tn universd material into no tiene sentido Fisico (ma- Sealy porque las partes infitamente alejadas darian yn de poder rela~ ter omtuamente, y por tanto, ya 00 habria unidad del universo. Pero ceaae Tan idea es valida por otra rizén més fieil: nuestra mente no coer cane suponee, sino le consta por abservacién, que detrs do las tiene Por lalooas estelares (enlasas) que percibimos, sigue habiendo otras resin in acabarse jas, Por el contrario, en In materia no parece baber » Gireqae nos leve a pensar que se prolongue indefinidamente: mas bien su ardeter inmediato parece sex a limitaelén Locos ~ 67 Lo que hacemos, pues, cuahdo-pensimos, mis © menas oscuramente, en ese espacio total infnito, es extender infinitamente las condiciones geomé- tsicas que nos sirven para la comprensién cotidiana de los objetos, En efec- to, en nuestro mundo de las magnitudes medias (0 sea, sin entrar en lo may pequefio, el interior de los tomos, ni remontamos a lo muy grande, a las esferas astrondmicas) medimos y manejamos muy bien los volimenes por referencia a coordenadas cartesianas (tres ¢jes en sngulo recto: anchera, altura y profundidad). Y puesto que las rectas imaginarias de estas coor. denadas geométricas se prolongan sin limite, tendemos también a extender hasta el infinito las condiciones materiales de nuestro mando de voliimenes y distancia, olvidando que Ia materia no se presta 2 la infiniti. {Esto lo hacomos gracias a que lx materia no mone wna fronton precisa ns als dl in cul no pueda extendrso: somo podemosimaginar wn oco'mds, wa tebulea {nis inn estlla mis: Kn exo parece al ifnto matorticn, quo poede tener sem dean wnidad ins [nf 1} gue congsier mimero dado. Pero to. lo mismo el Infinit mateo que ol fino materiel cays pests tondrian quo exis ods sera alan conraditrio) Un espacio infinito, pues, es tn espacio imaginario, susceptible de con- cobirse con diversas estructuras geomitricas, pero ineapaz de Henarse de voliimenes materiales y de ser material él mismo. ‘A pesar de todo, aunque la expresién “espacio infinito” Heva en si uma mezela de ideas contrarias, hay que reconocer que nos es muy dificil sepa- rar la idea del espacio fisico (material) de la idea del espacio infinito, en tuna forma goométrica cuclidiana, La flosofia y la ciencia han tardado més de dos mil aflos en poner en claro esta distincién. A continuacién veremos algunas etapas en esta roflexién, El espacio absoluto dé la mecdnica clisiea, — Aristdteles no habl6 det espacio en un sentido puro, vacio, sino en enanto lugar comin de todo, sitio que abarea a todos los sitios. Su espacio es el universo en su conjunto: no tendria sentido para él preguntarse si el universo esta a su ver en un ugar del espacio en general. La tiltima esfera del universo fisico, la que Aristétcles llamaba de las estrellas fis, equivalfa al espacio en el sentido para & més amplio de la palabra: esa edfera no se movia respecto a nada exterior @ ella Por otra parte, el espacio de Aristételes no era sélo una referencia para Ia colocacién de las cosas, sino que era también To que hoy Tamarfamos tun campo de fuerza (un campo electromagnético, pudiéramos decir), que influfa para que cada cosa fuera a st sitio (el aire arriba, las piedras absio) encamindndolas alli por trayectorias de movimiento natural. De este modo, la idea avistotdliea del espacio resulta hoy admirable 68—J. M. Vanvanoe para Ja cioncia fisica: es nada menos que un campo unificado — fuerza ¥ sitio a la vez, parecido al que la fisica actual trata de coneebir con diversas teoxfas matemiticas. (1950, Einstein; 1958, Heisenberg) —., Pero fl espacio de Aristételes ex solamente material y no se cstidia con una clara estructura grométrica on su interpretacién. Después de Aristételes, por pensarse en el espacio midiéndolo por Iineas rectas, la mente tiende a concehirlo como ese suelo infinito de que hhablébamos ‘antes. La mecinica clésica (hasta Galileo, Descattes y New- ton) gira en tomo a esta idea hfbrida y contradictoria de espacio, a la vez sitio de las cosas y red de lineas rectas infinitas (notemos una consceuencia incidental: por la claridad que ostentaba la iden do ‘espacio al quedar reducida a geometria de dngulos recta, el estudio del universo s¢ xo~ Gujo a sa ver a espacio y goometrin; la idea de fuerza Te parecté oscura x, Descartes y preseindid tanguilamente de ella, imiténidase a estudiar eémo se desarrolla ua movie Jhdeito-—o sea como puede meditse —, perD no por qué hay movimientos precisantente fn una o en otra direccldn, y por qué los euerpos van unos hacia otros. Todavis hoy Sia, como apuntébarnos poco mis ariba, la dificltad de la Bisica sigue siendo el Togro ‘do une interpretacion maternética del mundo que abarque a la vez sa aspecto de espa- tio y au aspecto de atracoién 0 fuerza.) Lop fsicos elisioos encajaban el universo mnbvil perceptible sobre un fondo inm@eit ‘efnmenso (mis 0 mencs msteril, aunque ellos se negaran a aceptar esta conseovencia), Newton, viéndose ebligado a reconocerla asi, busca une hibil explicacién religiosa que fodavia quiero ser Fisica: el espacio, dice, esl sensorio de Dios. El sensorio (véase pi- {dine 107} es exe dmbite mental nuesto donde so nos dan las imigenes de las coses, uni- fies y completas, no como sensaciones diferentes; esto quiere decir que para Newton, te fori inuy seligiose pero bastante idealists, ef uaiverso viene a ser un pensamlento {Se Dios, y Dios pereibicla el anando adaptindose a una forma Fnmana de.pereibir con tun sentorlo de carieter espacial EI espacio como forma de Ja sensibilidad en. Kant.—Si Newton Heva el espacio a ser un clemento en la mente divina, Kant Jo reduce a une forma de la mente humana, con Jo cual saca dei terreno fisico Ia cuestién del espacio, que ya no le interesa como posible cualidad del mundo en si. Porque todavia en Newton el espacio seguia siendo objetivo: la mente divin que adoptaba forma de espacio para percibir el mundo, por otro lado habria creado antes ese mundo como objeto con cualidad espacial, como objeto adecuado del sensorio divino. Kant no parte del mundo ni de Digs; parte de Ia mente humana, y récongce qo hay en ella hechos que rio pazecen s6lo obra de ella misma fimpresiones que aluden algo extemo, diferente). Qué carter tienen {ses impresiones? Por Jo pronto, a menudo tienen cardeter de espacio; Sempre, de tiempo; a veces, de espacio y tiempo reunidos. ‘Sin eso, no habyia impresiones: se trata, pues, de formas a priort de nucsta seasibilidad. Como las tenemos siempre, carece de sentido pre- ‘Locos — 69 untarse si las cosas de fuera son ya espaciales 0 no antes que las perci- amos: si las percibimos, ya es con caricter de espacio. (No obstante, por apelar a fundamentos morales, estéticos y de sentido de a finalidad del universo, Kant puede ocuparse de cosas sobre las cuales no podria hablar ‘con soguridad si se limitara al alcanco cientifieo del conocimiento.) Por tanto, Kant Uanis espacio ana dlsposicién de nesta senstbiidad que hace dane todo fonimeno percibide tens ese aspecto extonso, mensorable, ete, ipico de lo ‘material, No entra Kant en la cuestiin de si en Jo que nos Uega do fuera (la materia Ade ese forma do muestra sensibiidad) hay ya xm caricter de espacio, @ al mencs una predisposicin para adoptar ese forma espacial quo nuestra mente le confire: el conc- Ciniento, tal como Kant Io entiende, no paodo ir més alla de sf mismo para ver qué Thay antes y fuera de dl Como se ve, esta posicién de Kant abandona el planteamiento fisico de la idea del espacio, para ver su planteamiento fhumano; ahora volve- remos al desarrollo propiamento fisico de la cuestién, Nueva nocién del espacio en In teorin de Ja relatividad. — A finales del siglo xnx entra en crisis el concepto clisico de espacio que, como ad- vertiamos, pretendia a la vez valer como cualidad de las cosas y como infinito desarrollo de coordenadas rectas: estas coordenadas ya no poden ser simples ideas geométricas, sino que tendian a pensarse como base real, fondo del universo, a manera de gran tablero sobre el que se pusiera €1 universo con sus planetas, sus objetos y sus dtomos — idea, en el fondo, contradictoria —. Ocurre en 1a teorta fisica, al Hegar nuestro siglo, lo que en muchas otras ciencias: cada disciplina adquiere una idea més clara de sus limites y de sus posibilidades més ricas. La matemética, por su parte, concibe tuna gran variedad de espacios geométricos, ademés del elésieo (eucliciano y cartesiano), y a la vez subraya claramente que ninguno de ellos se pre- senta como mds real ni mds verdadero que los demas, porque a la mate- mitica no le tooa estudiar su propia aplicacién a Ia realidad. Es Ia ciencia fisica Ja que echa mano de la matemitica para imponet alguna forma (véase leceién anterior) a sus observaciones de fenémenos, pero sin comprometerse con ninguna expresién matemética determinada, porque ésta ya supone colocarse de un salto més alla de Jo real. Lo que haco 1 fisico, simplemente, es probar interpretaciones matemiticas de sus observaciones, sacando consecuencias mas 0 menos fecundas, pero sin. ‘que ningvina formula matemitica sea la tinica y In definitivg. ‘Aunque la geometria cuclidiana (tres dimensiones rectas que se pro- Jongan indefinidamente) nos resulte més habitual e incluso més titi, hay otzos innumerables sistemas geométricos que se pueden emplear también 70—J. M. Vauveno, para ordenar © iiterpretar los hechos fisicos: hay geometrias curoas y cerradas, en que se prescinde de la hipétesis del infinito en la recta, de modo que una recta es sélo la linea que tiene mas amplia eurvatura de toda, Por otra parte, lo mismo que hay una geometria de dos dimen- siones rectas (la que se estudia como geometria plana) antes de la geo- metria de tres dimensiones rectas, tiene sentido establecer geometrias de ‘cuatio o mas dimensiones. v deducir todas sus férmulas y teoremas, aun- ‘que a muestra ‘imaginacién ya no le sea, dado segmr 10s razonamientos mediante representaciones plisticas adecuadas, como Ie ocurria en exmbio al hablar de una geometria de tres dimensiones rectas. Pero estas ideas son bastante dificiles y requieren un par de aclaraciones, que vamos a hacer Una aclaracién: espacios geométrieos eurvas.—Un espacio geométilca eave no os an espacio donde las cosas son feddnias, sino tna manera do medir en que los Imovimientos y dimensiones se consideran siguiendo lineas curuns. Para entenderlo mejor Yeemos un ejemplo: uns hoja de papal (fig. 5) ocupa un trzo de espacio de dos di- Inensiones, que son rectas cuando et papel caté liso. Si enrollamos la hojs, una de sos dos diinersiones seguir siendo roote, pero la ea sa abré vuclto earva y cerada: una hhormniga que caminara a lo largo de ella terminaria por dar vuelta. (Pero las dimen- siones, para la hormiga, seguiian siendo dos, aunque para nosotros haya tes ahora, porque el movimiento de la hortaiga tiene que ix adberido al papel, micntras nosotros Jo consideramos desde fuera). St en ver de una hoja de papel tomamos un globo 0 una polota grande, Ia Kormiga se movers alli en un espacio de dos dimensiones oureas Asi os el exspaciorde Is navegaelén maritima, con trkingulos esférieos, ete. —véare fi sora 6). Puss blen, se compronde que To snismo que se puede calcular con uaa geometsia de tres dimensiones rectas, se caleularia con otra ee tres dimensiones curoas (corvas las tues, 0 dos, o uns de ellas; y hsbria que indicar los coelcientes de curvatsra), aunaue nosstea imeginacién plistea no nos ayude a concebirla, porque esta acostumbrada a In petspection ile lineas zoctes 5. Dot dimeoronee sets Locos —71 6. A To tequerday dor dimensiner carvan, A te recht fo dimensiones una sets y wan cor Otra aclaractén: el continue espacio-temporal de Minkowski. Presto que antes se bablé de “castro dimensiones", debemos aclarar que al hablar do wna cvarta imension geométvioa nose precisa que reprsiento 0 no el tiempo (considersdo como tsuarta dimensién do los fendmenos fisicos) Para delimitir cémo se desarrlla un femémeno fisico, hay que tomar cuatro refe- toncias — tres de espacio y una de tiempo, que foman el Hlamado continuo expecio- temporal de Minkowski. Asi, un avign da su situacion diclendo que, on tal momento, fst em tal longitud, tal Iaitad y volando a tal altura, Esto no quiese decir que est tat referencias teagan carketer andlogo y homogéneo a todos Tos efectes; ya sabemos ue una de elles, el tempo, Hqne Ta peopiedad de que, aunque el avién osté quicte, signe desplaaindose por ella, porque ol tiempo pasa solo Tio quo ccurre es; amplesnante, que para clertas eélculos y consideraciones se puc- den eauiparar esos cuatro aspetos, reprosentindoles por unt geumetria de cuatra di- Imensiones humostéveas; pero para bes afectos no podremes equiparacos. Por eso no tiene sentido decir — como se oye a veces —que “el tiempo es Ja eusrta Adimensiéa del espacio”. Continuacién de In idea relativista del espacio. — Advertido esto, volvemos a la relatividad y sus consecuencias en el aspecto del espacio (y del tiempo, porque no podemos dejarlo ahora fuera de esta considera- cidn: la idea, recién expuesta, de Minkowski, esté incorporada a Ia fisiea relativista). La rolatividad tiene, por lo pronto, un aspecto de critica: es una nega- tiva a seguir usando aquel viejo concepto de espacio a que aludiamos antes, mezcla de geometria y materia, Ahora la fisica s6lo usa conceptos 72—J. M, Vauvenos quo tengan pleno sentido experimental, aplicables en Ia observacién cien- tia. ("Todos los movimientos son relativos al sistema de referencia en quo se encuentra el observador que los mide”, tal os la base do ta teorfa “especial” de la relatividad presentada por Albert Einstein en 1908) Desaparece, por tanto, la idea de espacio infinite, que no eabe en la experiencia, y desaparece la idea de simultaneidad: un punto no puede Ser observado en su relacién con otro a la vez que éste, sino dentro de un margen de retrasos 0 adelantos posibles en el margen de Ia velocidad de Ja luz en el vacio. Tha velocidad de la luz en el vacio, por ser la luz ol medio de zela- cién mas rapido que se conoce, se convierte en Ia “Frontera” de Ia fisies, ¥ entra on los coeficientes de todas les formulas de equivalencia do los Fendmenos fiseos, Asi, por ojemplo, Ia masa y In energia son dos formas que, entre las dos, nos dan idea completa de un hecho fisico (son dos “ispectos complementarios”, en t6rminos do Niels Behr), y por tanto se equivalen: la “energia de fusién” —bomba H —es la que se desprende de Gortos cambios de masa al fundirse dos étomos. Entences, en la formula {Ge esta equivalencia entra la velocidad de la Iz, por ser ésta la referencia “iltima on toda relaciin entre fendimenos: “la enexgia es igual a la masa ‘ultiplicada por el cuadrado de la velocidad de Ta luz”. La ciencia fisica, sentado el requisito de limitarse a su canicter de observacién humana de fendmenos considerados en sus relaciones men Surables, pasa # deducir de esto ciertas condiciones a que ha de sujetarse tina idea fisiea ~ experimental ~ del espacio real de fos hechos. Asi, por Jo pronto, ese espacio ho puode ser abierto, sino cerrado y curvo (no “redon~ fo" sino "curvo” en sus relaciones y dimensiones, de modo que un rayo fie ius no sale “hacia fuera” del universo, sino que va girando por dno ecesariumonte para volver al mismo punto de partida), Ademés, Ia cur- Vatara de las dimensiones puede ser mis 0 menos acentuada en cada punto, (Con ello, la geometrizaoiin del espacio abarce a toda Ja realidad, Incluso ‘tla masa: toda masa llega a interpretassé como si donde ella est las dimensiones del espacio se volvieran mds cutvas) La teoria de Ia relatividad, que empoz6 refiriéndose s6lo a movimien- tos uniformes, después tendié a abarvar toda clase de movimientos.y feerses, von la teoria generolizada de ta reltioidad (1916) y la teorta det Gampo unificado (1953), en que Tos campos de gravitacion y de meane- fismo se estudian con las mismas fSrmulas que los fenémenos de movi- imiento espacial. ph el fondo, la conseewencia de ln erica velativista et acer patente 1h Separacién ~ enenbierta durante milenios — entre el espacio fisico y une toa baolute del espacio. Los fendmenos en fisica pueden interpretarse € xT onden, del espacio a través de variados sistestas geométricos, mis 0 Locos 73 menos valiosos por su diversi utilidad en Ja observacién Septet cs sun as cones generale que bemos a cado dos pérrafos antes. Por su lado, la flosofia se queda con una idea de espacio todavia sin ninguna determinacién de dimensiones ni estructura scoméini, simplemente como cualidad de volumen de toda realidad natin 7, Allert Binlein, creuor Je to seria de ts Fett, taco eu View on 1008" mut on Mique de Bison Aeanetos de Prine (istdee ios, on DSS. Sleplo tatrin my seats que ‘amd y° peed Basi st 9. EL TIEMPO Resumen, sempre Ailes eof ema el mornin de ca | San Agvet Wo conideré como condictén de nuestra olda ompiual y rains, La Fad Media dja en herenclo al racoalioma Ta idea en el fondo contra desea da an’"enpo abealte”, come wea base cpara que mastenta el em I po del universo. Kent antudle eb tiempo silo como forma de ls sonssitad humana, | Feciostomante tv pencadores~= Bergson, Hetdegger~tssen en innate | valeza “existencial” del tiempo, mientras los cientificos prescinden de toda idea absoluta det tiempo, limiténdose a tomurlo como conilicién en cada observactén, | om forma relacuta, | ‘En msumenel tempo et la sucesickdad on la existnca, tanto fiseacomo espinal El tiempo como sucesién de movimientos.en la flosofia cl Bl tempo (Rhinos) ers considerado por los peosadores griegos slnplemente en cuanto sucesibn i tan los movimiontos de Ins costs, El tempo del vivir del alma era designado con otra palabra (aiom, “o6n"}, te luego fue cambiando de sentido hasta sinifear primero “el leance de toda una vida”, y por iltimo “etoznidad”. (Esta iltima evoluciin en el sig- hifeado s¢ comprende mejor tecordanda que la expresién cristiana “por los siglos de los siglor” quiere decir “eternaments") i Después, en la teologia evista, In palabra “ea” ha sido wsada por algin autor para indicar esa duraelda due — como Ie de la vida angéliea ~no of el tiempo historico ’ fel mondo, pero que twimpace es exactamente lo mismo que la eteridad diving. Puss I eternidad divina —sibre esto hemos de velver—no es un “tiempo may largo € in- acabable", ino un “po-tlempo”, una “no-durucé E] tiempo era para Aristételes, sencillamente, esa cualidad que entre en el movimiento junto con el espacio, y, en general, que entra en todo i cambio aunque no haya desplazamiento de sitio. Cuando un tren se mueve, hay dos factores que medir: su cambio de “aqui” a “alld”, de i Madrid » Barcelona —espacio— y su cambio de “antes” a “después”, de | tal hora de la mafiana a tal hora de lk noche — tiempo —, Por eso Arist: 16—J. M. Varvene teles define el tiempo como “Ia cuenta del movimiento segiin el antes y el después”, ‘Todos los movimientos del universo se relacionan unos con otros, i luyendo entre ellos Jas cosas que en un momento dado no se mueven: ppor eso el tiempo no deja de pasar para mf aunque yo me quede quieto. El sol sale y se esconde, y las esferas plinetarias giran siempre: hay un wiempo general del universo fisico. Pero Aristételes no habla de un tiempo absoluto —semejante al espacio absoluto—dentro del cual discarriera el tiempo del mundo fisico: esta fdea, mezcla de elementos en contradiccién, sélo apareceré mucho después. Tl Cristianismo, con San Agustin, propone el tiempo como modo de Ia ida humana, acentuando su caricter temible de fugacidad y de itever= sibilidad —el pasado no es recuperable ni modificable ~. Esta considera- ibn es muy fecunda: por ejemplo, en el orden psieolbgico, da ugar a la clisica divisign de las faeultades del alma que recogia el Catecismo: me- rmoria, entendimiento y voluntad (la memoria es Ta facultad del “antes”, tentendimiento es la facultad del “ahora”, voluntad la del “después”, del “afana”). Pero, on general, San Agustin subraya el hecho, a menudo olvidado por la filosofia a fuerza de evidente, de que el hombre se rela~ ciona con todo ser preoisamente en el tiempo y a través del tiempo. (Avistételes se habia asomedo al borde del problema cuando efi su obra Sobre lr memoria se pregantés “ePor qué no es posible pensar sin el tiempo realidades que no Tin en el HempoP” Pero luego no le interesd considerar la euestén en todo su aleance lool y por eso no sapo decir que hay, ademés dé'la diferencia analégica de “ser substncial” y “set accidental”, ota diferencia para nosotros también muy importante: “ser presente”, “ser pasado” y “ser futuro”) ‘Dice San Agustin en sos Confesiones: “ZQuién negark quo las cosas futuras todavia no son? Y, sin embargo, su expectacién ya esté en muestra alma. ¢Quién negaré que Ins cous pasades ya no son? Y, sin embargo, su recuerdo dura en nuestra alma, ¢Quién rogirk que el presente no tiene ninguna exteusién, porque pase en un momento? Y, sin fonbargo, muestra concienola daa, y, yor ell, Jo que todavin no es, acude sprisa para Tleyar a scr y desvanecerss, Por tanto, of futuro no puede ser Uamado largo, pues wi largo tempo futuro no es mit que usa lasga expectacién de tiempo futuro, Tampoco Jay un lage tempo pesado, pues éte ya no es: un largo tiempo pasado es sélo.un largo recuerdo de tempo que pass EL hombre, pues, es ua ser temporal, y su alma esta hecha de manera ‘que pueda seguir viviendo y sebiéndose la misma a pesar de la hufda del tiempo: la memotia, ef lenguaje y Ta duracién de nuestro cuerpo frenan hasta cierto punto el poder aniquilador del tiempo. Pero, ademnés, el tiempo para nosotros no s6lo pasa, sino que se acaba: el tiempo humano es un caminar hacia la muerte, aunque el tiempo fisico podria concebirse como interminable, San Arwstin. (E30), sgn Zasbad Srazmmoto el casero hoot de Senta Torts St Sift se faniaen_ con Steon san tlie, Naso y vais ee Aten ist divrat wastes ‘Mobhese Ye ‘leue al Critainmoy om iste gor ina de nade Santa mien Gonoce = Sun Aa Brie ex Milly, 'y fue abiopo de Hiponn ‘Gans «Tne Ahora ‘bien, esta consideracién “existencial” del tiempo que inicia San Agustin no es continuada hasta tiempos muy recientes, que egan {los nuestros. El pensamionto medieval se ocups del tiempo sobre todo en un sentido “teoldgico”, no “antropolégico”; por devivacion de Ia eter- nidad de Dios. Santo Tomés usa la definicién aristotélica de movimiento {que eltamos mis arriba, pero Te da una perspectiva absoluta: el tiempo de las cosas que pasan'a nuestro alrededor no se inserta solamente, en dofinitiva, dentro del girar de las érbitas_astronémicas, sino en la. propia eternidad de Dios, que es como su “techo" 0 stt “fondo”, como una especie de “suelo”, sobre el cual se mueven “los tiempos” de los fondmenos cés- ‘micos, (Podemos aplicar aqui, con bastante sproximacién, lo dicho en Ia leceién anterior sobre ol espacio absoluto). La Edad Media, de esto modo, prepara a idea de “tiempo absoluto” que maneja, en Ja entrada de la Epoca moderna, el racionalismo. El tiempo absolute del racionalisme. — Segiin Io ya indicado, el tempo absoluio vendria a ser coro una finencia total, vaela, sobre la cual apareceria el transcurrir del mundo fisfco; algo, pues, que en realidad no tiene sentido, Las pensadores que contaban con la hipétesis del espacio 18—J. M, Vatwenox absoluto —hipétesis que ya vimos que carece de sentido real—, necesi- taban suponer igualmente un tiempo absoluto, derivandolo de aquella idea, aunque ésta es més dificil todavia de forjar. Por otra parte, ya se dijo que a Descartes, y en general, al raciona- lismo, le interes6 considerar el mundo sélo como extensién: los conceptos de fuerza y tiempo le resultaban difieiles de captar con la razén, por lo que era preciso “traducitlos” a términos de espacio para manejarlos rucio- nalmente, Asi, una hora se entenderia como lo que tarda la aguja grande del reloj en recorrer todo el circulo. El racionalismo, pues, encontré que el tiempo es mis érracional que ef espacio. Por oso, cuando Jos penadores racionalistas crefan hablar de tiempo absoluto camo tana referencia nds amplia que la det tempo fisico do los fendmeno, en realidad esta- ban pensando sélo en el tempo del conjunto del mundo, o bion en’ Dios mismo, con- cfléndele en forma fisia, como una gran caverna dentro do ls cusl se inseria el Unl- eno, 0 un gran rio fuyente sobre el cual se desliza el tempo del mundo. “Algo de esto ccurre con el Gempo sexi lo concibe Newton: su espacio ebsolato ‘era —seisin dios en la Tecelon antenior al sensorio de Dios, donde el mundo esté presonte ante In conelencia divina: sx tempo absoluto viene a ser es0 mismo, el tiem yo de Dior bajo cays exfera sa insertan los tlempas de los hechos naturales. Peso Dios, or su propio ser, no Hene por qué estar'saeto al tempo: esté Ibre del tempo, en st ‘tecnidd, En goneral, la contradiccién entre la idea de tiempo” y la idea de “abgoluto” queda ya marcada desde el racionalismo, aunque las conse- cenencias no se saquen hasta In critica hecha por la relatividad,, Saliéndose de esta linea de discusién del problema, aparece otra linea: la que estudia cl tiempo como forma do la conofencia humana, El tiempo-forma del kantismo.—Kant, Jo mismo que convierte en forma de la mente del hombre el espacio que Newton habia visto como forma de la mente de Dios, concibe igualmente el tiempo, no como cuali- dad del movimiento de las’ cosas, sino como una manera de percibir que tiene Ja mente humana Pero ese tiempo —"forma a priori de Ia sensibilidad” — es todavia més importante que la otra forma — el espacio — porque se da siempre: nucs- tras sensuefones unas veces tienen aspecto de espacio, otras veces no, pero siempre tionen tiempo, revisten aspecto temporal. El tiempo ¢s, asi, la condicién més general de toda experiencia nuestra, Un sonido est en el tiempo ¥ no en el espacio: una visién est en el espacio y también ea cl tiempo; dura. Como se ve por el Ienguaje valgar, todo lo que nos pasa, fe que paso; aunque sea In Contemplacién de una estatua, La estatua est quivta, pere nuestra mente, que le observa, fluye y pasa. Locos 79 Por otra parte, el tiempo no sélo es para Kant algo propio de toda sensacién, sino que determina las maneras de combinarse entre sf las sensaciones, 0 sea, oémo relacionamos una sensacién con otra en una de- terminada categoria det entendimiento. Esta idea (la de los lamados esquemas} ¢s wn poco dificil y ahora no podemos ahondar bastente ea lla, pera quia se entienda bastante con esta indicacién: en el mero hecho de que la sensibilidad presente un fendmeno después de otro, entendimiento suele deseubrir una conexi6n necesaria, enlazando dichos fendmenos como causa y efecto; si la sensibilidad ofrece dos datos simul. tdncos, el entendimiento los relaciona mo como cualidad del otro... y asi sucesivamente. Kant, por tanto, se rele al Sempo como cuslidad de Ja conciencia humana, sin ‘entrar « preguatare si la realidad que eath fuera os ye, en sf, de tal maturaleza'que hhya on ella tna suseston temporal. Pues Kant vione a decie que no podemos hablar de ono es exe realidad antes de verla nosotor: si hublamos de Ia realidad, ya In estamos fDoniendo en ef tlampo. No tendrla sentido intentar averiguar sil tleapo lo tkenen Ins foeas 0 To ponemos nasotros solamente, La “duracién réal” en Bergson. Esta consideracién del tiempo como asunto de la mente tiene Inego interesantes desarzollos en otros pensadores. Ante todo, consideremos a Bergson. Para el filésofo francés Hien! Bergson (ruerto on 1941) hay un tiempo humano (durée, davacion) 9. Meni Bese (AS91941), alo fis tae fins pesado feeds, expos fer ca ch eonsitnta Af catia en SibleTeosiyot ents Sbuotin—= le evo a interes hnedamarte port exprble 80 J. M. Vatvanpe gue constituye Ia manera de ser de muestra alma, y que no s posible medi con referencia al tiempo objetivo o exterior, porque. éste es an arti Ingio mecénieo y axtificioso que pretende reducir a téminos: de espacio (por ejemplo, midiendo movimientos de agujas de reloj), lo que es una realidad completamente diferente del espacio. Hay, en general, en Ia flosofia de Bergson una contraposicién entre Ja realidad fotima de la vida espiritual, que sélo podrfa ser intufda en un reldmpago de iluminacién “mistica”, y por otro Indo, todas las estructuras jimpersonales de conceptos, razonamientos y formas genéricas comunes a todos los hombres, ditiles para sus relaciones précticas, pero que, segtin él, son incapaces de hacemos comprender lo que realmente es la vida indi- vvidual de un alma, En esta vida es donde tinicamente se da la duracién real, que no tiene nada que ver con los demés tipos de realidad que se aman ser, a juicio de Bergson. En el aspecto del tiempo, ese ticinpo ntimo de nuestro espiritu tiene su manera peculiar de flair: a veces, en unos breves minutos fluye répida- mente con gran densidad de experiencia e intuicién, dejindonos la im- presién de haber vivido un tiempo mis extenso; otras veces, en cambio, Gurante toda una hora apenas avanza un poco perezosamente. Para captar esa intevioridad auténtien de nuestra alma individual, dice Bergson que no sirven los conceptos abstractos ni las palabras imperso- nales: quiz’ servirla mejor Ja misica, segin él, porque con su fuir intemo da nuestra “duracién”, Pero hasta la misma misica le parece @ Bergson demasiado mecdnica y tosca — con sus ritmos fijos, impersonales — para revelamos esa duracién interior en que consiste Ja auténtica vida de nuestro espiritu, con un fluir que no se sujeta a ningin compés fo, sino que oscila de manera imprevisible y libre, Como se ve, la teorfa de Bergson es Ia tandia expresiin floséies de fo au {deol roméntico dol arte y Ta literatura: captar con toda “sinceridad” y “aute ‘interior del ala individual, iatuyendo su pora naturaleza an fluencia sucesiva. Pero tite ideal Teva a no poder decir nada, al sllenclo, porque teda palabra o concepto — Seria une cosa demasiado tovea e impersonal para captar los matices do la vida de un alma individual en un momento dado con una contiouidad dada. Y, en flosofia, esto Teva, sencillamente, » a0 poder pensar, dado que todo concepto ha de tener un earieter general. no individual, ¥ que todo rivonamlento e> Impersonal, do estructura objetv Xolvemos al proverbio medieval: Omne individuwm est Saejfobile ("Cada cosa indivi dual es inexpresuble") Otros pensadores coetineos y posteriores admiten wna correlacién entre 1 “tiempo interior” y el tiempo objetivo. Husserl habla del tiempo feno- rmenoldgico y el objetivo. Expresada en términos sencillos, la teorfa husser- Tiana de la temporalidad de Ia concieneia se basa en las lamadas “reten- Locos — 81 cién” y “protensién” do nuestras vivencias, Se trata de que cada uno de Jos actos de conciencia enlaza con la de los anteriores y anticipa la de los osteriores, sin quedarse reducide al mero instante en que tiene lugar Esta continuidad de la conefencia de cada viveneia con la de sus inne. diatas es precisamente lo que nos permite tener sentido del tiempo, cosa que no ocurriria si las viveneias se encerraran en si misinas; en lal caso, nuestra conciencia se estabilizaria en el presente y careceria de enlace con él pasado y con el futuro. En su teorfa del tiempo, Heidegger-parte de la posicién de Husserl Mientras éste entiende la temporalidad que acabamos de describir como algo puramnente mental, Heidegger la hace rebosar mis alli de los fendme- nos de pura conciencia, hasta todos los provesos en que cada hombre conereto teje su vida cn contacto con los dems y con las cosas que le rodean. Pero para Heidegger, la temporalidad tiene la misma estructura que para su maestro, En cada instante del tiempo se dan los tres “éxtasis temporales”, como él los Tama, En cada momento el hombre se enfxenta con una situacién; éta Ie viene ya dada (dimensién del pasado) pero esté en ella (dimensién del presente) tratando de transformarla en otra revista (dimensién del futuro). De ahf que Heidegger sostenga que el hombre no esté en el tiempo, sino que se hace tiempo; no habla de ka temporalidad de nnestra existencia, sino de su fermporizacién, Para Heideg- ger ol tiempo fisico, o sea el de los relojes y de las revoluciones de los astros, no es mis que un artificio para tratar de medir los procesos inter- nos de nuestra existencia, Jo cal leva @ le conclusién de que el tiempo 5 algo externo y objetivo, Fl tiempo relativista, Entropia. ~ Pero estos pensadores se referlan al tiempo como elemento de In experiencia tnterma del alma; los cientfcos, mientras tanto, 2e- plantean radicnlmente el problema del tiempo como condicién en las ahseronciones fie soas, eiminando la ides, mixta de dos ideas contradictoria, de tempo absoluto, Esto ‘one lugar, sobre todo, én la Fisica zoativista, Pero antes de hablar del tiempo relativieta, como supuesto general de Ia fision ac tmal, vale la pena de que, como preparacién, consideremes ese aspecto particaa es In iden de In entropia, contenida, ya en el siglo xx, en el segundo priceipio de ln femodindmaien (principio de Carnot-Clansies) El tiempo, deciamos mis arriba, es como un wanscurso Tinea, de una Gintea dimen- si6a, que se mueve y avanza por af solo, sin que auepa volver del revés el sentide de ‘sx marcha. En nuestra experiencia humana, sabemos muy bien que bay an “antes” dic ferente de “despnés”s en ef “después”, sabomos lo anterior ocurride ~ ¥ nos sentinos aide cerca de In muarte—, reoordindo lo de “antes” como vivido: en el “antes”, por el contrario, no sabiamos qué iba x ser el “después Pero, faem del alma humans, en Tos objetos fisicos, que no tienen conciencia ni memoria, geabe decir que tienen también un sentido de “antes” y “después”? O pre- funtandolo de una manera mils clentifea: st subemos que eines euerpos han pasado g2—J. M. Vatvenoe por das situactones diferentes, A y B, epodemes saber siempre eu de las dos situs RUF le cetsido antes qe la otta? Por To regular si, nos dice el principio antes sludidos Ibs cuerpos tenden a compensar sis diferencias de temperatura, de modo que st pongo voc pieden ealieate jonto s ona ffa, al cabo de un rato estarin las dos tbias. Y en Tenet, Jos dosniveles de energia inden a equfibrarse. Entonces, podemos saber st el Ectado A tovo logar antes que el B; si en eso estado A los niveles de temperatura y Gnonula en los cuorpos extsbon menos equilibrados que en ol estado B, es que A era fnterior a B (Y vicevers)- ‘Axi Ia ley de In entropfa consiste en que el Universo entero thende « igualar y ni- velar os desoquilibrios de calor (y energia), quedéndose muerto. Parece, por lo tanto, The también en el tirmpo de las cosss, como en el tempo de la vida homana, hay um fentide de “antes” y “después” ero hay una diferencia esercal: esta nivelactén do las desigualdades de calor y cenergla no dourre siempre, ni ocurre por necesidad cuando ocurre. Por ejemplo, en loo Cloceans de la vida animal hay una marcha diferente, Y, en genera, bay sleampre wit Pichebiided, ounque sou pequonisena, de que Tas diferencias de calor sumenten, en veo iguatasse, Por consiguients, 0 senda inevitable que los procesos vayan asf Jado cease que el Universo, hace millones de as, tuviera un prootso diverso, tek Bunge ans Dien a desequilbrios y desnivoles do energia, y que luego entrara en sa cette! tendencla al igutlaeniento. ¥ tampoco es imposible que en un remoto futuro en aM Gniveno vaelva @ domingr In tendeneia a desnivelarce la energi, sobre Ia tendencia fs nivelas. "Por Io tanto, of dar, modiaate Ia entropia, un “sontida de marcha” al tiempo fifiea andtogo al del tempo bumano, s6lo srve rlaticamente y de hecho, en la mayorka de fos easos y en el Hempo en que estamos. El tiempo relativista (continuaeién).— Esta manera de relativizrse la conside- racitn del tempo fisco 10 se aplica s6lo, sogin acabamos de ver, a su “antes” y a su “Yoopule”, sino a todos sus aspectes y valores. Para efectos ciontion, ol tempo es slo una forma de relacién entre los fendmenos que se presentan ante un observador: Je ideas da tempo general y de steultaneidad so tienen ningiin valor pebctic, porque ye observar un punto desde oto hay que eontar con el ir y venir de Ja Iuz, ave ra clea tempo, y que no ee puede saber cémo combinara sa velocidad respect totes vejoetades eon que se snuevan To observado y ol abservador: todo esto escape 2M omtrl general desde fuera”, porque no hay un “fuera” fision ni un “ebserva- dor absolutameate iamdvil”. Novnecesttamos extendernos mucho sobre lo ye indicado en la leccién anterior a propésito del continuo expacio-temporal de Minkowski: l tiempo e+ una componente propttparte de las tes componentes de espacio, para individuar cl proceso de desarrallo ee Mfendmeno. Subrayemos que esta equiparaciéa, en forma de coardenadas geomé- ae ro significa que el Kempo sea una cuarta dimensién idénticn a las ots tos, sino UMutnarable slo para cests efectos de estudio y eflewlo (y aun ast, eon la diferencia Tenine se hace procso utilizar “nimeros imaginaros” para el efleuo en esta coordena~ Te iienteas que para las ots tres se emplean “némeros reales”: recuérdese que en ve rnicas son “nimeros inaginarios” log afectados por el coeficiente =i). EI tiempo como modo de existir sucesive,—De todo lo visto hasta ahora; se obtiene uma consideracién del tiempo, no como algo “absoluto”, ft manera do una duracién inmensa sobre la cual se desarrolla el tiempo ‘Locos — 83 dol mundo, sino en un sontido-“realista modorado”: on efecto, ef tiem asm, en eal mend dc, ol eg idéntica, on los procesas de nuestra vida interior y on las relaciones de los fenémenos fisicos. Viene a ser, simplemente, la sucestvidad que 0s comin a estas dos meneras de exist. El tiempo en el alma es fiel al tiempo del mundo, pero tiene otra base de realidad: no se aplica a los rmismos objetos. El tiempo no esta aparte de Jas cosas, sino en Tas cosas, pero distin. ‘guiéndose de ellas como una forma coméin en su condfetén de “fendmenos”. 10, EL HILEMORFISMO Resumen El cambio en ef mundo natural no permite una explicaclén “monista” por un ‘nico elemento; sobre todo, teniendo en cuenta que el cambia Nega a afectar a sustancia misma de muchas cosas (la manzana comida por ef hombre) Es posible diferencler en todo cambio wna materia y una forma: un ele- mento que puede adoptar otra estructura; 0 una estructura que se conserva aun- que combic aquello de que esté hocha, ig ei ites ater forma tion su mds evidente sentido on of mand En genoral, la forma os el principio eustancialzador ~lo que hace que algo pertenezca a una determinada especie de cosas — mientras la muteria e¢ ta bave primaria, en que se presentan, multiplicades, los individuos do wna misma especie Los sistemas monistas del ser y el devenir. — En lecciones anterio- res hemos aladido a las dificultades con que han tropezado todos los pensadores que han querido reducir a-un solo elemento bésico toda la naturaleza (monismo): el mundo muestra a Ja vez un sentido de cons- tancia y permanencia (ser) y otro de variaci6n (devenir), Asi, los primeros filésofos jénieos, que consideraban el mundo como si no consistiera més que en un solo elemento en diferentes estados y aspectos (p. ej. agua evaporada, liquida o solidificada, segin Tales de Mileto) se veian obligados a suponer ademés un principio animador, una vida en la materia (hilozoismo), para que ese elemento se moviera y cam- Diara, pasando ineensantemente por sus cambiantes formas. ‘Tampoco sirvié que los eledticos ~ con Parménides —declararan que el Ser es uno, y que todas las variaciones que observamnos son meras itusiones, carentes do verdadero ser. Pues con semejante doctrina, aun- que se estudiaba bien el carécter de unidad que hay en la idea de sor, se renunciaba en cambio a explicar e? mundo natural en que vivimos, con sus alteraciones y multiplieidades, 86~J. M. Vanvene ¥ ef filésofo no puede contentarse con esto: aunque nuestro mundo de la experiencia inmediata no lo sea todo, y aunque tampoco sea la reali- dad mejor, hay que empezar por hablar de él. La filosofia no puede desdefiarlo y pasar desde el principio a ocuparse de otras cuestiones. Por eso, para poder aplicar efectivamente 1a idea de Ser al mundo natural, la Knea de filésofos que va desde Herdclito a Deméerito, opind que ol Ser era ya algo fuido y cambiante, o bien algo miltiple, dividido cen trozos. Dicho de otro modo: pensaban que el mundo podria consistir ea ‘un solo elemento, si este elemento fuera algo necesariamente cambiante, 0 si estuviera fragmentado en partes anélogas, que con su ir y venir y con sus combinactones produjeran las diversas casas Pero ya dijimos en otra leccién que tampoco asi se logré un monismo ‘convincente: aunque el mundo estuviera hecho de un solo material cam inte, harla falta algin smpulso que Jo agitara, moviéndolo para cambiar (Fuego heraclitano): si el mundo estuviera hecho de trozos iguales, estos trozos como subraya la fisica actual—necesitarian un medio comin page relacionarse, y ademés arian nocesario wa principio espiritual y Paral para explicar Ia vida del hombre, cuyos ideales de justicia, sabi- daria y libertad van siempre més allé de a simple explicacién materia- lista st « difeutad estaba, pues, en que el mundo no se reduce a wn solo elemento y sin embargo, el Ser tiene que ser Uno solo, Ya veremos obmo ‘aristételes propone la idea de un dualismo de materia y forma que, en el mando natural, corresponde ala dualidad de ser en potencia y ser en ficto (lo que algo puede Usgar « ser y To que es ya, respeetivamente), dua- {idea que no rompe la unidad del ser, sino que se limita a marear una A diferencia de dos sentidos andlogos en esa misina unidad. Pero es preciso ahondar en las dificultades que la relativ para comprenderlo mejor, tcuestién Heva en si EI problema del cambio sustancial,—Los cambios que observamos son do may diversa especie: wna nube cumbia de forms, ereciendé 0 SRapaciéndose ante nuestra mirada ‘una planta se soca; un animal ereces el sol se pone ‘Mlqunss veves, el cambio no nes preceupa, porque vemos claramente aque tf lo midmo, pero de otry modo, Rero en eieras ocasiones, ol cambio ae oe inquietante: la manzan que nos hemos comido ayer ya no existe, “ne toda st materia se ha vuelto came y sangre nuestra. O al eontra- ntts veces, conservandose ciertos aspectos externas, cambia todo lo te hay debsjo, Em efecto: In biologis nos ensefia quo tas eélulas que ate MY gestro cuerpo se renuevin continuamente de manera que cada povos atios no queda ninguna de I ias que tenlamos antes. De modo que, Locos ~ 87 por. asombroso que parezca, si yo tengo ahora ima cicatria de una opera- ida, dentro de diez afos'las oélulas que la forman habrin cambiado todas, pero la cicatrlz soguirs estando ahi, apenas cambiada de aspecto, Dura mi personalidad, pero tamhién ella cambia en gran medida: den. tro de veinte afios quizA no reconoceriamos a nuestro eompaiero de Danco ie eneontrumon por Is calle y aun reamoeiéadol, qui ten- driamos poco en comin de que hablar: no nos gustard hablar de Jo que hoy bablamos, Hi eae Sin embitrgo, ahora no hemos de entrar en el cambio como hecho también psicolégico y humano: nuestra propia experiencia nos interesaba sélo ejemplo especialmente evidente de ese cambiar del mundo. A veces, como deckamos, no cambian sélo aspectos de las cosas, sino Tas cosas mismnas: se hunden los bosques: bajo un nuevo plegamiento montafioso y se convierten en carbin o petréleo. Conservindose su materia hha cambiado su forma, o sea lo que les hace sex Jo que son. © al contrario: perdura una cosa en su forme aunque exmbia su ma- teria, Frente a las costas de Noruega hay un célebre remolino Hamado Maelstrom donde naufragan embarcaciones: el agua que gia en él es continaamente otra agua, pero el torbellino sigue existicndo siempre. Podemos deeir que es su materia la que cambia, pero no su forma. En general; los cambios de las cosas no se limitan siempre a un aspecto extemo y sin importaneia. A menudo afectan a las cosas mismas: son cambios sustanciales, Composicién de lox cnerpos segtin ‘Arist6teles. —Deefamos que Aris- tételes distingue, en general, ser en potencia y ser en acto. La potencia cs Ja capacidad que algo tiene para obrar 0 para padecer, es decir para hhacerse (a sf mismo), para hacer (algo distinto) 0 para ser hecho (por otzc) lo que atin no es. Eb acto es la actividad o el estadoen que culmina el desarrollo de Ja potencia. Asi, un tronco de madera es troneo en acto y mueble en potencia; a su vez una bellota es bellota en acto y encina en potencia. Un bloque de manhol es bloque en acto y estatua en potencia, Un carbén es mineral en acto y humo + ceniza calor en po- tencia. Ahora bien, ya con estos ejemplos nos damos cuenta de que las ideas de potencia y acto, al aplicarse al mando natural, adquieren un sentido muy concreto y determinado. Sirven para interpretar metafisicamente los ‘cambios éomo paso de una potencia a un acto, abandonando otro acto, pero no se aplican al azar, de cualquier manera: en ceda cosa hay una ‘materia, que esti. en acto como tal cuerpo porque tiene la forma de ‘ese cuerpo. Por ejemplo,.Ja materia “hierro” est en potencia para que tuna forma determinada la haga ser on acto una rueda de méquina. 85— J. M. Varvenne, Luego, esa rueda de maquina, vendida como chaterra, seré fundide otra vez, ¥ la misma materia adoptara otra forma, por ejemplo, la de efe © Ia de plancha. Hay una correlacién natural de cada materia con una serie de formas pposibles, y vieeversa: no podemos hacer un auto con tierra cocida. Pero ‘esto Smporta, sobre todo, en el mndo natural, prescindiendo de las inter venclones de la mano del hombro: hay una previsién muy determinada de todo lo que puede Jlegar a ser aquello que ya es algo. Especialmente en Ios seres vivos, plantas y animales, es conde cobra todo su sentido Ja idea aristotdliea de materia y forma: una materia cambiante y crectente (ef cuerpo de un perso), Heva una sola forma eteciente (la que Te hace ser peito), que Ie da umidad a lo largo de su vida y la orienta a ser lo que debe ser. “Aristoteles Hama enteleguria a tn-cosa que ya ha legado a su plenitud, a ser todo Jo que le comrespondia ser: el animal adulto, el arbol que da fnuto, el roueble o la estatua que salen de manos del artifice. texia prima y forma sustancil.~ Corinteiete so habia en ln pestis on Maker pein» i terres prim, singles Bt le pro ex snide ecole «ey enoren sas atariar pas god, miners de 1 Paar tm ve os pct Inbred con eaters ts, maquina Tr emvepto comer de nati pins, so enbary, too més ave yea defor ne Re ee igor agua de que est hecho in prod iain a eid) no coo la mates sundae 6, puso qe Yee ago ate et de ona coe (olor susinistos mu tctbe une fyi a Det determina SH ol mrs a autanten moter prima ea aquello sola itis, or Sani Page iin hecas te Int coco (tn ol algdén com THRE Seta uml and or go ge once Ss mato purl rszpeén de ann fam Bo el ntverso no 8 2 a i eta inarontnets dona fast det ent ng ai teva ria, ita no ct hlemento ic, sino metaico Se ae coms Por su forma, pues, un cosa se pede eonsiderar como una sustancia, perros aaa especie genet de cones y respondiendo a una det icin esencial Por aun materia, en cambio, es algo concreto y plural. La forma es séntea para todos Tos objetos de fa misma especie: lo que les diversifica se aeetateria, en enanto tt070 de materia de-una extensién doterminada ‘Tamnpoco ete confundir Ie forma con la figura geométrca de las cosas Hay adilin de stints gor prod, mais, stn, Ho, cs Gealos, etc), pero todos tienen lx misma forma sustancial, que los hae palaripereery ‘clase de cosas, 0 sea ladrillos y no piedras. Pero, Locos ~ 89 {a excise el Uaseorss fu de Ue lag sna st poe fo" Pat, Sato eI gi Tigo th sRersein por. toe pone. bres gates ademis, resulla que hay muchos ladrillos de las mismas caracteristicas, Esto plantea ck problema de dstinguir una cosa de otra dentro de Ta misma clase: resulta que se distinguen porque estin constitui diferentes porciones de‘ materia, en Povt'® SMO oomatodas por ___ Por eso se dice: lo que hace individuales a los objetos es la mat ‘marcada por Ia cantidad” (signata quantitate). Pero entiéndase la cun- tédad no en evanto se mide — todos los ladrillos del montén pueden tener igual cantidad de barro cocido~, sino en euanto que Ia materia, por la eantidad, se separa en trozos diversos en el espacio, La forma sustancial es lo que hace que un animal-o una planta por- tenezcan a su especie, orientando en su desarrollo Ja materia prima que tenga y vaya asumiendo el ser vivo. La forma sustancial de “gallo” esti ya en el embrién dol huevo qué se va a incubar, y a ella obedece In marcha de Ta materia: el alimento consumido por el pollo transforma su. materia para que ssuma Ja forma de gallo, ay, pues, uns jerarquia de Ia forma respeeto a st materia: Ia una es sbstanei Vizadora, la otra es fuerte, primar. Sit diferencit se observa con peculiar claridad en 90— J, M, Vavenoe los sexes que estudia Ia biclogia: no slompro os tin fécil distinguir materia y forma ex es sere Uifacowutinigo. Pues sl resulta evidente que Ta estructura Hamada, por ejem= Sle “onigeno?, ex forma respecto & la materia “eloctnones y nieleo” —y exos electrones, Pee foots, poirian pasar @ entrar bajo olza forma, 00 nos es igualmente fic diserl- Saar udl‘ce el sapects material y cuit el formal ex Tas partfoulas elemantales o en la caepo no inwotbe n ie Hlosafia el deber de estudiar emo y hasta gué punto In dua~ Teiad matoria forma se abserva en todas lag cosss: Te basta con saber que som idoas {tas el bosibie aplica on general a Ja zealidad, por su experisncia ded mundo nature ‘in lov seves purarpente esplstuales se comprende que no eabe hablar de mateeia y forma, poro puede dase un caso ~y es precisiinente asf es como estudiaremos ot otra Teelan ai hombre —en que wn paacipio espititual — el alma—aetie como forms subs: tancial de tina materia prima — To corporal PSICOLOGIA 11, LAS FUNCIONES PSIQUICAS Resumen La psleologia versa sobre unbs hechos caracterizados por su subjetividad y su intencionalidad (referencia a otra cosa). Estos hechos devioan de la unidad de tuna psique (0 alma, en el hombre), cuya peculiar estructura, en su modo de estar abierta al mundo constituye un “mundo” 0 cosmdcisiin, Entre Tos hechos psiquicas se distinguen fundanentalmente tos de conock Into los do eueitin que, a su ez, pueden pertenccer al psigusmo inferior 2 al superior En general. se entiende por facultades del alma los distintos modos que tiene of alma de reaccionar ante la realidad. Ls psicologia tiene gran riqueza de métedos ante sw itimitada variedad de hechos, pero no puede aplicar.procedimientos de medida con la misma valides que las ciencias fisicas Entre sus aspectos prdcticos sefalamos la psicotventa, pura determinar aptitu- des profesionales, y el psicoandlisi, afloraciin y sectificacién do factores psiquicas en que no se quiere pensar, pero que producen anormalidades priquicas. Idea do ln psicologin. — La pricoogis, en ciertes épocas y autores, se fan pode definir sin més como estudio. del alma (“psieolozia” viene del griego nevié, “alma”, “sida” y “aliento"), pero el alma es una realidad que debe ser estudiada indirectamente, 8 través de sus operationes, es decir: pensamsentos, palabras y actos corporaes, Tncluso su estudio metafisco ha de parti del anflisis de tues actos Ha habido excuelas modernas que fan quecilo linia Te pscologie a un mero et tudio de datos fisivs, de heches fiolégioos y actas mecinios externas, peescindiend de tora hipstesis “metafisiea” sabre al alma; pero no han cumplida ai propio progr toa porque hen tomado en euents silo algunos heckos Fisicor que tuviern wn candcter peculiar (psiquico), y procisamente on Ia medida en que tenian tal euricter, Ex deci, ‘aunque el psledlogo 29 quiera mirar mis qua el gepecto Fisica — natural, medible~de I vids, courre que, dentro de los hechos de esa vida, él seloceions ciertos aspector que Jo interesan precistmenta porque ne son sélo fiscas ‘Asi la eseucla nortormericana Hanada ounductismo (hehaeioriem) pretende tener se a le obvervactin de la conducta exteran de los seres vis, sin decir nada sole una O4—J. M. Varvenpe posible realidad Hamnada afin, sino estableciendo s6lo estadisticas y_probabidades Mepre Jas “conductas” que se producirin en determinndas eircanstincins. Pero da Ia ca Malided de que el gonductismo observa mas bien ciertos hechos externas que otros: le Interesa, on fe marcha de un hombre, no el juego repetido de las ertculaciones, sino Ios cambios de diseceiin ante esthnulos externcs: mo Ie digestign-normal, sino In alte- ‘reign digestive ante un disgusto; en una palabra, lo que ofeece un aspecto de “proble- Ia” para una consideracién puramente Fisica, Evitando, pues, ambas posturas extremas (la de partir a priori de una doctrine *mo- talisiet” y la de querer roducirlo todo © datos Fsicos), In psieologia se define seior caine estedio de wn elert tipo de hechor — los Uamados’psiquioos ~ sobre caya natura Ton propia diremos ahora algo, dejando abicrts a Ja voz la perspectiva metafisiea det atin”) Ta perspectiva fisica del “hecho observable”, pero sin entrar de. leno ex xi sono de estos dos sentidas, Entre los hechos psiquicos se distinguen fundamentalmente Jos de conocimiento y los de apeticién que, a su vez, pueden portenecer al pst quismo inferior o al superior En general, se entiendo por facultades del alma tos distintos modos que tiene de reaccionar ante la realidad. Nocién de hecho psiquico,— Aunque los hechos psiquicos no se se- paran del resto de nuestra vida como cortados por un abismo, ya que se intogran en Ia unidad natural del hombre, cabe una diferenciacién muy Clara respecto a los hechos fisicas. No es To mismo Ix vibracién en nuestro nervio auditivo que el darnos cuenta del significado de unas palabras que hhos han dicho, y que nos alegran 0 entristecen: no es lo mismo, pero seria imposible trazar una frontera visible que marcase donde termina Jo tmo y dénde empieza lo otro, (Digase lo mismo en cuanto a separar la psique animal de su base fisiea). ‘Todo hecho psiquico va acompafindo de hechos fisiens, fvera cle mestro cuerpo: si yo pienso en el teorema de Fitin Tajando ¢ incloso fatigandose. Y hasta cierto punto se podria decir lo recnroco: todo pein norporl iadluye, aunque sea muy Isjanamente, en los heches lavleas; pero puede ocurris que ne nos detnas cuenta, porque el infljo Fico no atraviese el umbral Thinimo de conciencia, y cl inflajo sen vago y general. Si go estoy debiltade. por una enfermedad, mis bochos psiquicos, en general, re- sultan foduidon: tienen oto nitso, ofa viveza y quizé otro tono afectivo de humor, Pero esta estrecha unién no impide una clara dlstineién entre hechos fisicos y psiquicos: una cosa os digerir y otra cosa es pensar: una cosa es ofr ¥ otra cosa es comprender, Hay rasgos communes entre estos dos tipos de hechos, ademas de su unidad natural: el transcurrir en el tiempo hhumano, y el sucederse en una conexién, no azarosa, sino por alguna razén que determina que después de un hecho venga otzo Las diferencias son varias: ante todo, Ia diferencia de Io que se lama Locos — 95 intericridad y exterioridad. Esto no akud idad. Esto no abide @ que se den dentro o fuera el eterpo: In digestiin 0 ln renovactén de glébulos ros ‘en al Mga son procesos interfores, pero no psiquicos. Los hechos psiquicos se. lla- man interiores en cuanto no consisten flo en un proceso en el espacio, ni en cambios mecinicos y quimicos, aunque los presupongan, : parece nada a an producto Sisiologico de tales oélulas. zl ie ro cardcter, tan diverso de su base como puede serio In idea de Stila specto a Otro carécter diferencial seria Ia condicién de que los hechos psiqui postion arse en le concionie stent. prceamate el eric de hecho nuestro, sobre el cual tenemos una relacién de voluntad e inteli- gencia diversa de Ta que nos cabe frente a los hechos que lamamos Fisicos. Dicho de otto modo: sabemos que unos hechos los podemos cali: ficar como propios de diversa manera que otros. ik ns ie in de ap ie nee oes ane de la conciencia.) eee eee sae oy agecraete geo Sg nm Pero es mucho més interesante la diferencia de la intencionelidad idea ésta expuesta por el filésofo tirolés Brentano —: los hechos psi- guicos se distinguon de los fistoos porque Meoan siempre una referencia @ otros hechos, fsicos 0 también psiquicos. En efecto, un hecho fisico consiste en Jo que ya es, sin més, y no en referirse a otra cosa: en cambio, el hecho psiquico, por paradéjico que parezca, consiste en ser otra cosa, en referisse a algo que no es ét mismo, Un pensamiento ¢s siempre pen- samiento de algo: una emocién es emocién por algo; un deseo es deseo de algo; el miedo es miedo a algo. Por el contrario, una piedra es una piedra, nada més, y una Hluvia, es s6lo una Iluvia: no Tleva en si Ta rete rencia inevitable a otra cosa (aunque incidentalmento pueda secvir para otra cosa, 0 aunque a nosotros nos haga pensar en otra cosa) 96]. M. VALVERDE tix psigue, entonces, como contro de los hechos que Tamamos pslguieas, contri on Leieonalided en cada horabre 0 en cadn animal —: estamos ablertos a To que eo eho novotees miguos, El ser com sensibilidad tiene que estar eaptando siempre 20 somotidades: su pslgue extd ouelta hucia fuera, por decirlo es, y no puede Toposar nsf misma, sola y vaca Tale hecho priquice, pues, se caractoriza porque “tlende” hacia algo que no exté directamente en 6 Sone iin apacte os cémo ese “tender bacia algo" logra, en efecto, rolacionarse con el shjetivo hacia el coal tiende; ahora no nos correspunde hablar de ello. Ln fono- wee Slosie, doctive floséiea de Huser), discipulo de-Brentano, “pone entre parénte- rena cos psiquicos, roconocienda 0 intencionalidad hacia ota’ eases, pero abste- Sado de comprobar elmo so vealiza la conenién con esis cosas tim psique coma “mundo”. —El cnjuate de los hechorpsigles, at ditogut Aone Pee al contonida de wou pique: en evant seviste wa etrcturs aes dt vias aa mun fon soo de mando iter, o de money deer ob rine nee Watenshaveng, patra alomans toy nay wed}. En aa cance undo, co Wr gue cada expect de animal senile tenet tio pocuto de Se ee sae por su mancra lo pec (rganosexternese ites), ee eg caladn por ol bidlogo alemin ven Vest, nos deseubre ave, oe acne ae eel conjento do in rslidad, ene easo do tora mass, exh oe eo occas slips, por su pecan manera de lt GI ev de feutoada pos eM agonos sect én nod rudiments eas par dete) bs motes ct en as por ellato™agedsino, or So senda & Bar conc oaaees no ercbinc, y que pace unn most sun tas fonda cies os pra noctoy Ia aferencia Ge ly osetia nals camo Pat Mando” tenga ana estritr opi el ginal no pede saber waded ee Se ane es apar do pensar en hs “manos” de los goles ow naa a ie eh. Gasper completa. Clesrtmente, por empl. = Ba que el eanocbiton 79 I ar, con en eovlado analog al de Ik fotografia le Gio ech ern ia retina de it cdo tl ser matad, pro eo nae més lean Smagon ae ae nisms inagnarenos acta al oni” Al cent) Hechos de conocimiento y hechos de apeticién, ~ Entre los hechos psiquieos hay una profunda divsién: nos son de conacimiento y otros Ae upetietin, cs deci, nos comportan sélo cl darse cuenta de algo y Stor el desear (0 temer) algo. Un gato nos mira con indiferencia, déndose cuenta dle nuestra presencia, pero sin reaccionar: de pronto, nos tlene nied y huye. Son dos hechos diversos. Cierto es que un hecho de ape- Heidn supone previamente un conocimiento, pero no se confunde con fate como parte © prolongicién suya: es iro hecho nuevo Hechos de! psiquisme inferior y hechos del superior. — Ya antes apuntibamos algunas diferencias entre Ts psique animal y Ta bumana: Je Jeanana posee todo Jo que hay en la animal, pero hay en ella un nuevo plano que cambia incluso el valor do la parte inferior. ‘ha tfeeto, Te psique htamana cuenta con Ta conprensién mediante ideas Locos — 97 generates y con la libertad en sus decisiones. La libertad (véasv leccién 15) Se puwie dercer inca a en compen, pegus ta permite a I mente salir més allé de una situacién dada, imaginar otra situacién po- sible, y entender los objetos en sus aleances y motives. ‘Tradicionalmente, los hechos del psiquismo superior se designan como racionales, para distinguils de los del psiqusm0 inferior, carateizados como sensibles. También podelamas distinguirlos desde el punto de vista de ia libertad, si bien este eriterio tiene mas sentido moral que psicolégico. ‘Teoria de tas facultades. — Antes distingufamos entre los hechos pst- quicos, unos de conocimiento y otros de apaticién: un mismo objeto puede dar lugar en nosotros a un hecho de conocimiento o también a unt ape- ticidn. Esto quiere decir que nuestra psique—y la de los animales — tiene diversas manoras de actividad, La divisiin puede hacerse de diversos modos, que no se contradicen necesariamente si responden a diversos modos de enfocar Ia cuestién: asi, Ia clasificacién, de San Agustin, de las facultades del alma en memoria, entendimiento y voluntad (véase pag. 76) esté hecha considerando la posi- ién en el tiempo (antes, ahora; después) del objeto a que se reflere intencionalmente In psique humana y, por es0, n0 se opone a otzas clasi- feaciones, como la conocida de inteligencia, volunted y sentimiento (0 sea respectivamento las capacidades de conocer, de decidir y de sentir emo- En la psique inferior animal hay también facultades — percibir y desear, ‘en general —y, en particular las facultades sensitivas (sentidos), de movi- riento, ete. ‘No conviene interpretur rigidamente ninguna clasifencién de las facul- tades psiquicas, como si, — por decirlo as{—el alma tuviera ya unas “cos- tumbres” predeterminadas antes de enfrentarse con In realidad, Como indicdbamos, el alma se cafacteriza por estar abierta a Ia realidad, y por tanto sus facaltades derivan de la realidad misma: son lo que le cabe hacer ‘a un ser intencional (como es el alma) en su relacién con “lo otro”, con quello a que so refiere, Clisicamente, esto se expresa diciendo que las facultades se especifican ‘con anreglo al objeto, En tézminos vulgares diremos que las facultades del ‘alma son Jas maneras de reaccionar del alma al ser afectada por la ealidad (pereibicla, deseatla, emocionarse con ella; verla, reeordazla, espe- rarla, ete) To que cs innogable es que, en general, cl alma dispone de varias facultades, pero su enumeraeién especifica depende de en qué términos ‘se establece la relacién ontre e) alma y “lo otto". 9g —J. M. Vanvanne rn sepuciaes de tm pleolorin.Pulclecale EL cng dels etude ayctey, especial, Sea eee eben un ic auc inure pricafgicos hum fo ls palabras do eualguer person, la Tectura de una novela, tan tt Sn asin np ers 0 ito ex tet SEE cha el mde: dt iether yea so oe ps te EL problems pon nto my Lol sera expen ss ts En i i sera lic coprany ‘rem mus ere ene ae rent Sein ae toes By jc mn soe era for Ege ee ne or ida props de la cienei fsa se aplicnn santo mal a In Cs nem ny Hh rt nent ad, a, host, con aersos expec ne ae esa is toe perimental ex8t> Oe vos pustn en determinadas scion, Por ists tones priteas 6" ios no oo puoden medi: se iden sdlo sus consecencas fis care Fe uch io am sl esi Loy tox gue da de er sen famine 0 estin en proportin exacts al vollaje de la descarens sonas al recht Wtivamentehiayan notado, I Ean te a ae yp dni be ple en open Paes: ee soe In Pc, den Ee dle Sas personas Date eial importancia Ja psicolgia Industrial, Cuando un ingenero I ca a open Tac I ace Glepame, Diet SOP yo seve ms peat Ta riay cules mejor par Ls sake ripldamente cull Oop mautda hacor unos tests (prueba), en que, respoiiendy & unas dhuras, ete. Bntonees O* jestones pritions, se revelan las habitdades respectvas reamesos problenss 1 conductismo, = que autes nos hsmos refrido, et ol de zedu- Eatee Js ome jenlgla @ I observaldn y experznontacin de las manifest, cir los métados Pe Fae pslauiea ajent. Frente a esto, debe afimnarso fa prabilidad Ci ed ai pb Ee ree sh yn ales 0 de la eapacldad de rflestn,consstente en pensar sobre me ‘yes estamos otal eo, con mas eractitud, en que mvestos hechos psiquicos pue- toes pros Renee gute 4 stmsmos o, or 1 abenos, «ees que Tes, son fnme= dio refer and de la concioncia La ineosgeslén es también vila, po s6lo mc serla oy ncn fn, so aie i lo yh, ws mete co Bor Js dente a ia pte do co. Jo que ocr en de ozo, Une wrante Fer fe OM once uel tego mt oes Ee ee Str eon» hi sd oti i heck ran Ete bs ei y I eka pod te gn pga lo en ee emp de met mundo de bor: cevain emt 0 ves or dba de gull de gue nos dames eve, es oa api atone mre mat ero tun, dete, yc feo conatntr sige vos, pero a han ave Ronee ae cn or se Su aged Yor Jo cal cng de ells nos dau vergdenen o nor exnson dolar eada vex ane tne or he sy ge we Locos — 9 iodo undies on laos, Eo ga 9 dr Igas exten en Iss og ae pest asm lens cen aos noe por cont en cars yc Metso snc pute (om so ndash cen omic de aka: inchoo ditiisog Sonos Soka eee yy Hoge de et Fox songl el state 8 cane st Sector er ergy eee ameter opeeeteeeeret tte eee ee Srresere ec aurareee nareneneem ate toepiromenuecteer apeeeeea ae a he loeeads oka fo For pros te B tends Seasetord 9 lp tcige orem te nmecto ex gue Aa de om. ae recreate ee tee cea ce Gol cutee sy apa emt la Tees Tutlelr pcos, Hen, do ws wn deforma dele ric Sea sons que ene compe sriade on ey eon a ae Pe con ells, cesar ésta, ___Insistimos: no Hamamos ahora imaginacién a la eapacidad de crear imagenes de cosas irveales, ni a la capaeidad de sacar del archivo del recuerdo imégenes de cosas pasadas, sino a algo anterior @ todo esto: imaginacién es la facultad de dotar del cardeter de imagen a todo conte- nido de nuestro sensorio, Al recibir sensaciones; no sélo las poseemos reunidas en un solo hecho, estimado a favor 0 en contra, sino que ese hecho se presenta con aspecto concreto, como cosa obsereads, no como idea general 6 esquema abstracto. 1Las imagenes: conservacién y reproduccién.—Todavia es menester remachar este punto: al Gecir imagen, tendemes corrientemente a pensar en una imagen visual, como una estampa proyectada eh nuestra mente. Pero las imdgenes tienen también posibles elementos auditioos {4 -técti- les, etc.): comprendlen a la vex todos las aspectos sensoriales, y son como a presencia de tn cosa en nuestro espiritu, en cuanto reviste una Ssonomia conereta, La imagen es algo que yo me hago ahora ante ta cosa; es To que yo obtengo de la cosa. Aparte de eso, puedo generalizar y aplicar la idea de “mesa” en general a muchas imégenes de “mesas”, pero las imagenes son tan vivas e inconfundibles como percepeiones, Cabria deeie quo uno de Ios rasyos que definen Ia mente humana es éte de captar las cosus formindose una imagen de cada una de elles. La imagen es el aspecto que individualiza las cosas ante nosotros: sobre Ja imagen vamos afiadiendo referencias genéricas, definiciones, explicaciones, etoétera M0—]. M. Vauysnoe! Pero Ia imagen, que empieza por pertenecer al presente de la impresign de la cosa, queda, como una huella, mientras la cosa se aleja y pasa. De hecho, nuestra capacidad de conservacion de imagenes de lo percihido es ‘mucho mayor de la que solemos creer: en general, conservamos las imd- ‘genes sin saberlo ni aun sospecharlo, y nos sorprende comprobar un dia que, ante la excitacién de una impresién evocadora, nuestra memoria es capexde dar detalles nitidos en las imfgenes recordadas. ‘Mis any st Hogamos a conocer algo es gracias a la petsstencia de toda imegen, aque dura més que la poroepetin que la preuce. Sabido o8 quo, vite plano Bsoligico, SR oslita In cinematografia: Ta impresiin de algo visto persiste ost fracciin do Seeattp sufciente pera que mientras tanto pueda cimbiar el objeto proyectado, Tkuponiéiddose asf un movimiento aparentemente continiado hecho de proyecelones tne tormaitntes : "Feds tinagen queda presoate durante cierto tiempo minimo: puede dente ae este bea ae t ullefente pare que la agen se imponga claramente en la conclen- See Pere contqater manera queda abi, giabada en of subconscente, y an al caso Gevvtver a encontrar el obieto de est imagen tenemos Ia oscura certidumbre de que Sfquello lo hubiamos visto en otto sitio Me ftulo de uresidad experimental disemos que este efecto de persstencia innd- verlda se ha probado en Nortoamérica, ex el cine y la televisiin, en, efectos lamados wePtminales Glel latin sub Hine = por debalo del umbral): en inedio de una pelioula see tovocta poy sépidamente tra palabra o ama imagen que el espectader no leas aoe nercaclencia clara do haber vist, pero que opera sobre 41 sin que él mismo com- ‘tacls cho Por ejemplo, so proyecta “Beba el refrsco X°, ol expectador, al entrar Tragoven un bers prefria In aaron X, porgue tend ls oscars fmpresén de que, ya ree a mache, © proyectando fagazmente la palabra “sangre” o tna calavera sobre teeters angustiada’ (hg. 11), s¢ scentuaré la emocién del espectador sin que éste Tins conclensia de que yx bin puesto en sx mento le expioeibn do esn'emocién, Leyes de Ja reproduccin imaginativa.— Las imégenes, al ser evo- cadae de modo voluntario 0 automatico, van enlazadas en una sucesion Gque puedo parecer caprichosa, pera que tiene leyes ocultas. Una imagen tra de otra por razones explicables para cada persona, aunque no siempre ppara las demi. f ‘Algunas de estas razones se comprenden on seguida: la semejoncay la asociacién, ol contraste, la contigiidad... Ejemplos respectivos: Fulano nos Gwea la imagen de su hermano, porque se parece mucho a él; Fulano thos evoea la imagen de st amigo inseparable Mengano; Fuleno—que es AImde alto de In clase —nos evoca al compaiiero ms bajito; Fulano nos ‘evoca Ja imagen de su compafiero de banco... oro, de hecho, el mecanismo do la reproduecién imaginative funciona vio sb} por imagenes de cosa, sino tambiési por imagenes de palabras: sree habla do aluien Tamado Valverde, tenderemos a pensar en cualquier Jimagen conocida de color “verde. Ua simple parcekde verbal, una rima, Locos — M11 despiertan en nosotros imagenes que a los demas les parecerlan arhitrarias pero que nosotros sabemos muy bien por qué se nos vienen a la mente. La fantasia,~ A diferencia de ta simple tmaninasn, como presoneta de oie reales ctntes 0 pasos, tn fonts es In Fuld de eaborar idqunes nese Ccriponieni elementos ya poseidon. Sin llogtr «steer, prodace, contents mentles aver ot real a aren ct oun nn ejemplo, los personajes iccién literaria o espectacular. Sanclw Panza, Pinocho o el Pato Donald son personajes de fantasi ee La memoria sensitiva.— Ya hemos aludido antes a Ix memoria —otxo sentido interior —como la facultad de actualizar imagenes pasadas, & vo- Inntad o por estimulo de imagenes presentes. Se dice memoria sensitioa, en su sentido conereto de recuerdo de impresiones: dificilmente eabria contraponerla a una memoria abstracta de puros eonceptos, pues na se da Ta una sin Ja otra y viceversa. Nunca se subrayaré bastante la importancia de la memofia en la vida intelectual: para que unas sensaciones adquieran significade de objeto ‘en nuestra mento, es preciso contar con la intervencién del recuerdo de otras experiencias y objetos andlogos, que han creado una auténtica costumbre de que haya objetos, Una lesién total en el centro cerebral do la memoria equivaldria a Ia péedida de Ia inteligencia misma. No slo no habria palabras ni ideas para la mente sin memoria, sino que aun las mismas impresiones no hallarian yn cauce para reunirse en forma de casas. Conciencin del pasado y locallzacién temporal, ~ Las imdgenes evocales por Ia memoria so presantan con una referencia el tlempo: no sé, paes, como visiones de ‘cons ausentes, sino come hechos que ecurtieron en una épace determinede de nesta 19. Sain dal Hes”. A fas eomleonse enue be (abe impueia: neous de evatado formate for fr tase penton U2 —J. M. Vatvenne ¥ que, por tanto, siguen contando en nuestra experiencia, Toda imagen tlende 4 sitasrse en un punto ins © menos distant, como si In imagen, por su calidad misma, Nevase en si visible su antigtedad. NNos produce gran desazin no saber situar exaclamente mas mayen reeordada en si momento previo, purgue es como si ese recuerdo no fuera muestro mis que a medias. Hay, pies, un engarce de toda imagen en una linea continua de sicesiin: eso 6 fist mente lo que nos da conciencia de que las imégenes son nuestros propias, ¥ n0 ad ridas por Ieetura de un libro, en la experiencia de un personaje imginario. 13. EL APETITO SENSITIVO Resumen Tos seres vivas Nevan en si tendencies (apetitos) de‘diversa clase: unas, me- amenie fisolégica, ajenas a Ia conciencia; ots, incoluntaras, pero adverts por la conciencia; otras, plenamente conscientes. Se llaman apetitaseliitos estas titimas tendencias, que ponen en marcha toe actos al encontrar determinadas percepciones externas Por su logro 0 fracaso, las tendencias dan lugar a estados afectivas (senti- imientos): placer o dolor; emoctones; pasiones, ete. Las tendeneiar encuentran su roalizacion a traoés de movimiontos, que puc- den scr refleos involuntaris),intintioas, hebituales o deiberades (libres en eb hombre) 1Las tendencias.— El hombre no se limita a conocer la realidad: inme- diatamente la-desea, la sa, la consume, se apodera de ella, Y no lo hace sélo por roflexién, deduciendo que le conviene querer algo, y queriéndolo Por consecuencia; como ser vivo, con una parte comén con los animales, el hombre tiende por naturaleza a relacionarse con la realidad, moviéndose cen ella y haciéndola posesién propia. ‘Todo ser vivo lleva en sf muchas tendencias: 1°, unas, meramente naturales, gene- aimente no advertidas, como la tendeneia del intestino a hacer avanzar por él Ls ali- mentos; 2°, ots, natariles, de las que nos damos cuenta, pero que no depexxlen de nuestra voluntad (el parpadeo eando se nos mete un grano dé arena en el ojo) y 30, otras, peeuliaes del hombre, que dependen de Te libre voluntad (andar, habla) “Aqut prescindiremos de Ins tendencias puamente fialégiens (as del primer tipo), para oeuparces do los otros dos Upos (el segundo es tambien propio de Tos animales) fue reeiben el nonubre comin de apetitoe (0 sea doveos) alictor (0 sea desplegados en Dirtud de fra cosa, par la percepetin do algo). Un gato hanbetento se precipita sobre tin trozo de camer a tendencia natural fel hambye) se despliega en actos al haber Cconocimiento en el gato de que alli delante bay uo alimento. Claro que en los aai- tales no interviene le. libertad, con otro po de considereciones morales, eted- tora); no se verd un gato que, tenienda hambre, deje de comer la peesa que se le cofrece por razanes de deber. En cambio, todes low dias veins situaciones en que 10 T=]. M. Varvenoe chs hombres se abstiener Je satisfacer wn deseo natural por sazones que ne son mero temor a consceuencias desegradables, sino por sentide del debes, o incluso par volun tario sterfeio en obsequlo moral (en defintiva selisiose) ero aunaue et hombre sepa ir nis errtbe de so naburaleza animal, no pitede ir contra ella, porate serfa-un saletdio: el hombre ha de empezar por aveptar st D8 tnleza, con todo To que Heva'de tendenelas, deseos ¥ apetitos, y con el innpuso @ St prolongacidn y conseraciin, Sobre ein aceptacién se inserta et esfuerso amano de Inojoran y gular rectomente Ia naturalezn, perfeceiondndota sin suprimiia En resumen, pues: los animales y el hombre tienen tendencias (0 ape- titos) que Hevan a continuar Ia vida: entre esos apetitos se Haman elicitos sensiticos (0 sensibles) los que se desarrollan en conseenencias al contar con el conocimiento de un hecho externa. En el hombre los apetites se sitives tienen en muchos casos eardcter vountario y libre (no somos libres para toser 0 no toser cuando nos atragantamos; pero si somos libres para echar mano, 0 no, al alimento que nos ponen delante}: estos son los apetitos elicitos racionales. Los apetitos humanos se dividen tradicionalmente en concupiscibles © irascibles: los primeros son los que Hlevan a la satisfaccién espontinea y directa; los. segundos surgen nando Tas circunstancias impiden una satisfaccién inmediata Los sentimientos. —Los apetitos dan fugar, segéin se logren o se frus- tren, a diversas situaciones con una base de estado orginico, corporal. Los petites naturales dan lugar simplemente al placer y al dolor: al ver Ta comida, cuando tengo hambre, siento dolor, y cuando me saci comiendo, siento placer. Pero los apetitos iis elevalos (os elicits y, sobre todo, dentro de cllos, los racionales) matizan este dolor y placer en situaciones muy com- plejas y variadas que llamaremos en general sentimientes 0 estados afec- Hoos. Las emoctones. Por lo pronto, entre los sentimientos encontramos las ‘emociones: son situaciones rpidas en que un hecho, que satisface 0 con- twarfa nuestras tendencias, da lugar a una excitacién general que, por un lado, afecta a todo nuestro estado corporal, y por otro lado, afecta a Ta situacién de conjunto de nuestro espiritu. Asi, por ejemplo, si sentimos temblar la tierra y oscilar Ia casa donde estamos, nos invade una emocién (cl “miedo”: nuestro cuerpo, sibitemente, funciona de otra manera, suda twos frio, se nos eriza el pelo, palidecemos, las plandulas suprarrenales descargan adzenalina en la sangre) y & la vex nuestro espiritu se siente ceambiado, quizi sin podemos mover de emociSn, © quiz, con una reaecién contraria, echando a correr con wna velocidad qtie jamés habriamos alcun- ‘Locos — 115 zado de intentarlo sin emocién. Aun In misma inteligencia se nota dife- enté: quizé nos quedamos atontados, sin comprender bien, o quiz’, por el contratio, reflexionamos répidamente sobre la posible muerte, acor- indonos de toda nuestra vida pasada, ete. Algunos soldados han contado de su experiencia de la guerra, que, bajo la emocién de un momento de peligro, realizaron en poquisimos instantes una serie de complicados movimientos (por ejemplo, desmontar una espoleta, abrirse paso por una alambrada) en que normalmente habrian tardado un largo rato. La emotividad (facilidad para emocionarse) varia mucho de persona a persona, entre otras cosas, segin su tipo fisioanatémico (los tipos linfé- icos se emocionan menos que los biliosos), y cambia segin las citcuns- taneias (en especial, segéin el mimero de personas presentes y su acuerdo © desacuerdo ante In situacién emocionante). Las pasiones. — Entre los sentimientos encontramos también las pasio- nes, Las pasiones se distinguen de las emociones en que tienen una fisono- mia constante, no ocasional, con caréctér de inclinacién dominante en un individuo. Pero ademés se caracterizan porque no son reacciones pasivas de situacién 0 estado, sino que son activas, volitivas: una pasién tlende a algo, pretende siempre un objeto; mueve el énimo. Esto lo expresa con claridad ef lenguaje habitual: st deeimos que uno tiene pasién de mando, no es simplemente que le guste mandar, sino que sa es su inclinacién dominante, que no cesa en esa persona y que contra su cardcter. La pasién tiene cierta corespondencia con una manera de ser cor- poral, pero ya no como la emociin, que determina ripidamente una alteracién pasajera: 1a pasién supone cierto paralelismo entre el rasgo dominante del alma y ef del cuerpo. Sin embargo, nos seria dificil deter- minar eual es Ia causa y cudl es el efecto: dicho vulgarmente, no sabemos si es la pasién de Ia buena mesa la quo hace engordar, o el ser gordo To que inclina & disfrutar més de la comida. (Sobre las pasiones en su sentido ético volveremos en la leceién 27). Otros sentimientos, — Todavia podiamos hablar de otves estados afeetivos 0 sen- timientos, diversot de las emociones y las pasienes: serian los Haraados estadas do dn ‘mo, como alogtia, tristeza, angustia, optimisme, ote., que, aunque. producldos en oca- siones por realidades concretas, pueden darse también, en general, como maneras de ser persinals, talantes (“Fulano os un hombre alegre”, “Mengano es un hombre kigw bre"), e incluso como formas cactas, todavia sin contenido (Hietdeager ha dicho que la “prooeupaciéa” o “angustia” es la manera Fanlamental de encontrarie que tiene toda existenct). [En general, todos estos sentimientor o estadas afectivos so han interpretado de ai versas maners, que osclan entre dos extremes ee ae Ee eee ee eee 116 —J. M. Vatverne 1+ Un intclectualiamo (ggeritico-platénico) sogiin el cual ol conocimiento intelec tual del objeto es Io que pone en marcha los sentimientos, simplemente, de modo que todo lo que pueda haber adeiés es imporeza corpocal que debe dejarse a un lado. 2° Un fsiologismo materialist, segiin el eval el estado de énimo es mera conse- ‘cuoneia de una siuscidn extema, como reaeeién corporal Inmediata, aun antes de dar ros cuenta mentalmente (Segin el norteemeriesuo Willan James, “no Honames porque estamos tristes, ino que estatnes tistos porque Tloramos”), "Ambos extremos resaltan inkumanos: desde le idea de Ia unidad natural del home bre, consagrada por el Cristianismo, y en nuestros dfs vuelta a adopter por la. med ‘lua (medioina pricctomtica), el hecho de conocimiento y el hecho filégico forman tun hecho en la vida humana, Lo quo yemoe nos hace loraro reir, pero por lorar 0 reir lo vemos mejor, © incluso vemos Io que de otro modo no veriamos. Los movimientos de fos seres vivos: sus clases.—Las tendencias 0 apetitos de los sexes vivos dan lugar en éstos a movimientos para su realizactén, y en general, para la realizacién de la vida misina, En un sentido muy amplio, hasta las plantas tienen una tendencia natural a execer hacia un lado 0 hacia otro segim la situacién. Son los Hamados tropismos: la primera raz. que sale de Ja semilla tionde a hundirse en tierra y el primer tallo tiende a elevarse, Las plantas de salin tienden a crecer hhacia la ventana por donde entra Ia Juz y el sol 1Los animales y el hombre realizan movimientos de estructura y tipos muy variados. ‘Ante todo, considéraremos los reflejos: son unos movimientos involin- tarios que tienen lugar por reaccién inevitable ante un determinado estimu- lo extemo: el sujeto puede darse 0 no darse cuenta, pero sa cuerpo realiza la accién de todos modos, incluso aunque é1 no quiera, Asi, si nos golpean con un martillito en un punto determinado de la rodilla, teniendo Ia pierna doblada, nosotros Ia estiraremos, sin poderlo evitar. O también, cuando saboreamos un caramelo, sabemos que 10 hemos de Hevaslo hasta Ia tmitad posterior de la longua, porque automitieamente entrarfa en accién el reflejo de doglucién: muestra garganta, aunque nosotros no quisié- ramos, harfa todos los movimientos necesarios para tragar el caramelo, que bajarfa al estémago. En el movimiento reflejo, la corriente nerviosa que procede del es- Limulo exterior (del golpe del martilito, en el ejemplo de antes) antes de llegar al cerebro se transforma en la médula espinal en coxtiente de sen- tido inyerso, que hace mover los miiscalos correspondientes. Hay muchos reflejos naturales, no s6lo de movimiento muscular, sino de seerecidu: si nos ponen delante Ia comida, s6lo de verla empezamos fa sogrogar saliva y jugos gistricos (“se nos hace la boca agua”, decimos). Pero Hlega a haber también reflejos artificiales (reflejos condicionados), fa fuorza do asociar por castumbre un hecho exterior con otro que es el que realmente puede poner en marcha el reflejo, Asi por ejomplo, si du- ‘Locos ~ 117 a0. Perro de Faviow. Le thenles de be rteioscontiioador,estutiads ‘nce metio igo for el zuso Pavley, eseaenta plea, jst anaes 2 joe“anlmlee, ernie solrvire cn Sromnsonces cpesiee, rante varios meses a la hora de sentamos a comer en casa suena on la radio una misma melodia, siempre que oigamos osa melodia, aunque sea a otra hora, “se nos hard la boca agua” sin que importe que no haya comida delante. El estudio clisico de los reflejos condicionados fue hecho por Pavlov con un perro, que segregaba jagos gistricos aunque la comida no Ilegaba a su estémago, por haberle sido cortado el eséfago: las sen- saefones de los ojos y de la lengua bastaban para hacer que el estémago segregara jugos digestivos (fig. 20). Asimismo, acostumbrando al perro 8 off un sonido al mismo tiempo que se Ie presentaba el alimento, bastaba Tuego hacerle ofr ese sonido — sin presentarle alimentos — para que el perro segregara jugos gistricos y saliva como si fuera realmente a comer, Instintos.— Otto tipo de reaccién mévil do mayor complejidad es el instinto, importantisimo en los animales, Cada especie animal tieno sus instintos, 0 sea, tendencias @ realizar en ciertas situaciones ciertos actos cuya finalidad no puede ser conocida por el animal. El instinto existe siempre, desde el nacimiento: no se adquiere gradualmente ni por imita- ci6n (los patitos se echan al agua y nadan en cuanto rompen el cascardn): es perfecto, de modo que cumple exactamente su finalidad ignorada (uo margen de error, en muchos casos, representaria la desaparicién de la especie), Ast la gallina no sélo tiene instinto de incubar cuando se pone clueca, sino que de vez en cuando cambia de posicién los huevos: si fal- tara este détalle, los embriones, desarrollados desigualmente, no serfan capaces de vivir en el exterior. No hay que confundir cl instinto con ciertos aspectos de la sensibilidad animal que se nos eseapan: la abeja tiene énstinto para hacer las celdillas | 118— J. M. VaLvERDE de la colmena con exactitud matematica, pero tiene sensibitidad para en- contrar su colmena, El bombce tiene también instinfos genéricos, pero estin muy poco estructurados, porque los desplazan la inteligencia y el habito, no sabiendo hacer instintivamente toda la serie de movimientos para una finalidad determinada. Pero en cambio sabe cudles son sus finalidades, y por eso lloga a deducir y comprender cules deben ser sus movimientos ~ incluso, cligiendo entre vasios prooedimientos posibles, a diferencia del instinto animal, que sigue un sélo camino, y no siempre el mas sencillo. Es decir, el enimal no sabe lo que hace, aunque lo haga muy bien: et roedor que tiene el instinto de almacenar semillas en el hueco de in firbol, seguir haciéndolo aunque vea que le desaparecen por un agujero ‘que hagamos para experimentar. El hombre, en cambio, en el principio de su vida no tiene siquiera el instinto de Hlevarse a la boca lo que agarra, para saciar su hambre, y ne- cesita educacién aun para a Jactancia. Pero después supera a todos los animales en resultados précticos. Hébitos.— Un graclo més clevado en los movimientos representan los movimientas habituales, propios del hombre también, En general, se Hama habito a una disposici6n, adguirida a fuerza de repeticiones, que nos fa- tilita hacer algo. La mayor parte de nuestros movimientos van regulados por el habito: nuestra conciencia tiene que intervenir sélo en las altera- Giones o en los problemas nuevos que se presenten, i vamos endando por ec, np tenes ae comes conscetes de mistion pos at San por ln fweres dol hibits 980 st aparece un auto ant oesten act avg nostic psn er woe Een Se ar erdkcaimos todas mir enegis eats cuss masini con ae ie corbin, se cnvartrian on coms complkadisinas, comp To antes: Ves, Mabie ne on mea nises Por ejemplo, not anudam Ya carat fueron cm culo ch uta coms poro hs pimeras veces nos fue uy il eee olga cnn, dais ere crate do nz yo crt Fame yo aoe el msg cavern, con Ta ialtad adcional do que 9 Inca, todos ey Ucar el mud deol manera 3 tenemos que prescindr Jo he cstanbre pra ag ofr, En Ia vida intelectual y cientifica, Jo mismo que en las artes y las le- tras, el babito es decisive. ‘Los habites, a fuerza de adquirides y poseldas, tienden a parecerse a lis reflejos condicionades: um disco rojo mueve el pie del automovilista avin ol freno, sin que éste doje de ponsar en otsas cosas, (Decimos: “Con- duce bien: tiene reflejos répidos”). O mAs claraanente: los pequefios virajes Locos 119 Y oscilaciones que hacen que nos sostengamos en una bicicet Ins haces Fetes, egy nos ovine ont ses cuenta. Si dejamos de montar durante varios atios, deck rdilo mucho de mis reflejos”. Scare ero ess manera ineacta de hablar estos hibitos no son reljoe set vn sae Tegando al ciebro a Te stant at e vlerde c tisculos, mientras que en los relejor In comriente vuelve desde'la media, La oeace ts de esto es que conservimes certer reeerden de ow ator habitsles anon al ‘mcs no pasen de! subcorscote) y que nos inc falta tert cociecla pata rel zarlos; medio dormido, nadie conduce un auto, y, sin embargo, los reflejos de sus _ Sits ago dl wart sven sino esas” 1” PH ew re Aovinlonlos delerado.— Fo tine, ln mosadeion spores vm dele bora conincente Soecondonto'y cme, ped ete eso ee eee ge ee snk one a le er ee stat a Fy ey iinet sts napa inns” Ne NTE NEW Ste ee eer ae experimentando con chimpancés, Hea a apurar todo el aleance de Ia inteligencia de Se ene eee eae teat eset Shastra cee oo cl yore hacen we place doh e ees aia hk fy ern cape wows eens e Posh es ete Het solv ue tc hn ae ian ee ee neeeemninte inert ee tees eee ea ies de en souceens ecto des sous ial eather setae tiseet peaioadl sas sss oa ed a 44. EL ENTENDIMIENTO Resumen EL conocimiento intelectual ex ta facultad, tipicamente humana, por la cual, ante una cose, nos dumos cuenta dea qué clase (especie) perteneco, hallando asi su sentido general y su representacién conceptual. Estos conceptos gonerales, segrin el platonismo, serian recuerdos de lax Ideas — tinioas, eternas — vistas en una vida anterior: segin el empirismo, serian etiguetas que, por convencicn, pondriamos 2 doterminados grupos de. cosas Segin el pensamionto aistotélico-tomista, esos conceptas generales no son algo aparte y anterior respecto w las cosas, nl tampoco tna ereacion nuestra ar. Bitraria: existen, pero en las cosas, y estén on muestea mente. con fundamento en ellas EL entendimiento agente se encarga de buscar en nuestra improsién la idea universal que contenga, para que la asuma el entendimiento paciente El entendimiento cobra conciencia de su propia actividad, requiere la memo- ‘ia para su funcionamiento, y la usa para volver a entender to conocido ante- ioimente. EL entendimiento tiene naturaleza espiritual, immaterial: es capas de refle- sionar sobre sus propios actos y contenides, Nocién del conecimiento intelectual, ~ Ex la leooién anterior deciamos que’ el hombre no se queds, como los animales, en una situacién de simple rosecién sutemse Hea frente a cada circunstancia conereta, sino que comprende (en términos abstretos) ¥ decide lbicmente; en otras palabras, Une conociniento intelectual de sw mindo y or ello puede ejercer su voluntad en forma libre. Ello es de experiencia continus: yo, por sjemplo, no nie encuentro simplemente en sttuaciéu hambrienta, en Ia cual se aparece na sonsselin apeitese que desencadena en mai Ta rencctin inevitable de echarme encima del estimila y devorale: yo. nto “humbre” y veo algo que sé que se Tama “pan”, y entonoes, si ave fo han puesto de. lante en oi propia mesa, decid coméinale, Es-docir, tengo conocimiento intelectual, que es algo més que la percop- ci6n de Ia presencia del objeto: supone el saber qué clase de cosa es (cbmo se llama, generalmente) y desde esta idea puede actuar ta coluntad en forma consciente, libre y responsable. 122]. M, Vanvenne Esta facultad, tipicamente humana, de tomar en cuenta la realidad pasando de Ia sensibilidad concreta a las ideas generales, para razonar JP decidir con ellas, se Hama entendimfento, en su conjunto: su clemento Fundamental es: ese paso desde cada impresién conoreta a sw concept general, que Slimamos precisamente conocimiento intelectual. Y no es que el hombre pueda utilizar 0 no, a su antojo, este procedi- miento de conocer, subiendo de la cosa a su idea especifica: el hombre tiende necesariamente a recorrer ese proceso, obteniendo una idea general yy buscando su nombre. Pod’, tal vez, no recorver el proceso con toda I perfecciin a que él tenderia (diré: “Esta pintura no representa nada, ‘ontra Jo que yo suponia: no es més que un juego de colores” o dird: “Ya Sé qué clase de miquina es: sélo que no sé cémo se Tama”), pero la ac- uacién natural de su mente Heva esa diteccién, El hombre, pues, vive en un mundo que esti estructurado en casas y situaciones semejantes, °y él las compretde, mis alla de su ‘tircunstancia momentinea; sabe lo que son, y por ello sw voluntad decide no como reaecién animal, sino con motivos y previsiones de largo alcance. Funcién abstractiva y concepts, ~ Sexiin lo dicho, el recurso tipiea- mente humavo de la'mente consiste en absiraer en lav cosas singulares fu concepto general. Aqui se plantea un magno problema (el Mamado de Jos universales) que ha ocupado durante muchos siglos a los Slésofos. {iim tenemos ideas generales? gQué son y de dénde salen éstas? 'A grandes rasgos, diremos que ha habido dos posiciones extremas: la realista exagerada (caracteristica de Platén) y la nominalista (quo tiene su ase en una actitud empirista). ‘Para Platén, las Ideas existen antes y al margen de Tas cosas: son como mos modelos eternos, tinices, inalterables, que el.alma habria visto en un Sunda super-celeste, antes de nacer en un cuerpo de carne y hneso, El ima, al ver las cosas de este mundo, se itia acordando poco a poco de gens Teas: asi, a fuerza de ver diversos caballos, empezaria a recordar Je Idea del Caballo (0 el Caballo ideal, mejor dicho), que vio en su ex tencia anterior a la tierra, Las cosas no serian més que copias multiplica- das, pezo inferiores y borrosas, de esos modelos ejemplares. ‘esta teorfa, aunque tiene innegable belleza de mito literario, no es nada convincente: epor qué habria cosas, entonces? Es decir, epor qué Ine [dens producisfan esas imitaciones suyas, miltiples y de baja calidad, que son las cosas? Pero hay otras muchas objeciones: gobmo se explica que una. misma cosa, segiin reconoce Platén, participe a Ia vex de varias ideas? — este Caballo blanco vesponde a Ja ver.a la idea de “caballo” y a Ia idea de 21, Bioeson ideal ence Matin Saisie tate por “blancura”~, ¥ ademés: en el mundo, sivamente, Sin embargo, a pesar de todas las Aristtcles a las Ideas platénica, oat tne foe eee tan ea Ee : p ta teoria fue recogida, con algun antes, por ciertos Blisofos cristianos de le Alta Edad Medio a mat adelante ~ de los siglos xvu y xvim: esas Ideas, dijeron, estin en le mente de Dios, que al ercar las cosas se hit vali Selo au alexa las cons se vio de estar models previ, in ahabria Ideas tan sélo de las cosas que xi ‘ohabria infinitas Ideas de todos los sores posibles? Y ast cet El alma humana habria contemplad ia contemplado esas Ideas en Dios, bi antes de nacer (en el momento de ser creada por Dios), bien sea durante in via, on cada momento do ver abjets Es dev, seg ets sew ans cuando yo veo un Arbol, Dios me iluminaria ‘es también viera,’on El, la idea general de “érbol”” En el lado opuesto del idealismo platonista, esté | 6 ; a latonista, esté Ta afirmacién (empi- rismo) de que las teas generales nacen por simple comencion hice Seaiin ol empirisio, se nos antoja reunir una serie de objetos que tienen esta tltima teoria, specialmente para que 124—J. M. Vanvenoe, ‘algo semejante, y luego, discutiendo con los demés hombres, nos ponemos de neuerdo para dar determinados nombres a determinados grupos de cosas : it objetos: Pero esta teoria resulta insdstenible para algunos tipos de objetos: cuandy yo doy el nombre gencral do “caballo” a esa clase de seres ani tnales, ne to hago libremente, sino obedeciendo a una semejanza esencial: no 09 To mismo que si djera “volmenes de color blanco” — que abarcarfa ilgunos caballos, algunos libros, algunas casas, ete,—o “animales que Fiven en Argentina” que abarcaria algunos caballos, algunas vacas, ete —. Las especies vivas, por lo menos, nos obligan a reconocer wa ideas gene- rales que no han sido establecidas por nosotros. ii ee etal la sal angie ri gens oie, ey age sien ne yy, es on Tome a Powe yo a me a a enn om eon ‘tar ya mis o menos de acuerdo en algunas ‘palabras, Sin compartir ya al- ss 9 as ny en a a Seo a Se A oe dig kea sp a ee Oh ee ch me ee consemnencia et ‘sn nombre 00> al mismo sntre las dos tendencias opuestas que hemos visto, queda una efa me- a {jue establece Aritétles (seguide, y revisado por Santo Tomés de ‘Aquino), Ys el Ilamado realiimo moderado: los ntoersales no existen parte y antes de las cosas, sino en Lav cosus, y los pensames con fula- smonto en las costs; In propia realidad nos ofrece los indviduos que tain gan agrupedos en especies, y nucstras ideas generales son rellejo de los ccaracteres comunes de cada especie. i sntendimiento tie~ cimiento. —De este modo, nuestro enten me tue desoubrir earactores generates en cada cosa singular poreibida, para Tatdaderi bien poder eaptaia no slo como sensacibn, sno como objeto le rien Fhe. Nusetio entendimiento, por tanto, realiza varias fun- eee ate re, Nuss srr eoneretameate, dos, que se Haman en 1a ‘eiologia arbtotdicetomists, entendimiento agente (0 actea, nos proteus) entendiniento piente (0 pasion, note att, a tiki) entelta, entonees, el siguiente: La imagen de una cosa, = eek ie ae cMleavds de Ie Sensibilidad, es iluminada por el en- aarnento agente, en busca de lo que hay.enellarde idea general abstrac- Proceso del cono Looos ~ 125 {& Dreseindiendo de sus aspectosindvidvales y materiales (Asi al aparccor €n mi interior una vision, mf entenditmiento agente la expen, apes err eect ee or Gent ape bol ‘caballo”,) Entonces esa “idea” 9 “especie” im entendin ente en ol entendin ; iad de poe a ent agente ene entendindento pene, rrr acl dep sta teoria del conocimientd se hasa toda ella, como deciam realismo moderado en Yas ideas: el entendimiento eet ie hay earacteres generales y se aplica a buscarlos en las imgenes, pero ve dénde ha sacado esa tendencia a generalizar y een seguridad deo hhay"universales’en las casas? a Aristételes indicd que las ideas so obtienen “por ‘costumbre” (héxt no es accidental y azarosa: las especies vivas (animales y vegetales) ~ verse Jo dicho antes contra el empirismo — imponen a Ta mente la necesidad de reconocer caracteres generales: a fuerza de ver seres volando, no tenemos mis remodio, por la costumbre, que concebir una idea gonecal (llamada ‘péjaro”), dndonos cuenta de que esa idea responde a una realidad general esencial, y no es un grupo establecido por convencién— como. seria. frp “obiotos que pesen de un Kilo «dos kilos” o bien “objetos redndos y de color verde” — Luoyo, una vez. se ha reconocide que hay cosas de la Naturaleza viva que nos obligan a pensarlag bajo una idea comtin, Ia mente humana po rd aplicar muy bien su adquitida capacidad de generalizar a toda clase de objetos, impresiones y situaciones. Sin embargo, Iny que advertic que, de hecho, en Ia vida real del hombre, Is facale tnd de fever trl tes on coms ct yabitad, Sate ner ey edad, vor ef lenguije, To cunt hace que no tenga sentido real poner « pensar emo tendsitmoe ideas universales st no tiéamoeTongusie. A los dor afos do chad, @ he tes, of iio empieza a hnblar, ¥ por tant, en at inipente fneltad de. shavacete ‘unt ides e8 algo que viene con une palabre y esi le parece qe se resnlve com ell’ (Cuando on vito nos pregunta “Zl que es?” y le decinos “Un mlerscepio”, os ‘todavia may pequefio so eallark satisfecho y no progontaré mis, aunque, por supuesto, xo sabré To que es un microscopio) Fe ‘También hay quo desir que est linea de abwraccisn s patie do To conret, sure caves sfeotivamente recrtida por el entendimiento, no afota el conodimtent, soy uo constituye sélo su elemento articulador de sentido bisico, Ademés, hay que contar sii cot de ns para ence igo no 2 ons ue es een alae © un dbo, sino ne lo conocer en singular (ee caballo cons aspects Pecan the dol con's cry 8 fap) ne genie Aunque exda individuo sea imposible de explcar y defintr como indistduo (“ene Indiv et tata), todos nets anienitn, bo sintaco ae, esten 4 evn dent ol aspect concetsno de Tos ebses ve Deis min ca 196 —J. M. Vanvenow or eso Duns Seoto, en la Baja Edad Media, quiso modifienr Io teorin aristotélico- tomisty, dclende que tl entendiniento agente 29 sélo halla en. cada cosa su forma ge fae a especie — sivo we Forma iavidual para ella sola: Aaecceitar, El entendimients como conciencia y como memoria. — El entendi- miento humano, ademas de darse cuenta de las casas —en la especie co- min y ea ih peculiuridad individual de cada una — tiene la posibilidad de dosse cuenta de que se da cuenta (cutoconciencia). Frases vulgares y dia- tias como “Si, ya lo entiendo muy bien” 0 “Me parece que alli viene al ignien, pero no estoy seguro”, revelan, por la gradacién relativa que ex- preva, que percibimos ol hecho de ln actividad de nuestro entendimiento como un hecho objetivo, aun siendo al mismo tiempo subjetivo. "Por eso, con posterioridad a su actuacién, el entendimiento puede volver sobre sus pasos y estudiar cbmo ha actuaclo, y qué fases y elementos ha bide en sus operaciones. Esta capacidad se Hama reflesién y es exclu siva del entendimiento. £1 es la inca facultad que reffexiona sobre si Tnisma y s6lo gracias a él podemos reflexionar, también, sobre los demis aspects de nuestra vida psiquica. “Tambien el entendimiento es memoria, en muchos sentidas a la vez: al entendimiento se da cuenta de To recordado, no s6lo de To presente. Rchacemos on nosotros las experiencias de que el entendimiento sac en otro momento ideas y saberes, y quiz4 abora las entendemos mejor: hoy ‘que aquello que vimos ayer eva, otra cosa de lo ficados nuevos caeinos en la cuenta de ‘que crefamos entonces, y encontramos otras idexs y signif asociaclos con esas imigenes. Poro hay mis: el entendimiento es mnemoria desde el primer momento de cadn actuacién svya, Si una sensacién no nos recordara otra, mal po- Griamos encontrar que este objeto se parece a otro ya conocido, y, por Consiguienté, 10s resultaria imposible aplicarle esa idea general que ye tenfamos por haberla usado en el otto objeto. Hpe esta ananera —recnérdese To dicho poco mis arriba sobre el origen dle las ideas segtin Arist6teles — aun part tener conceptos, ¥ naturalmente, pparn nombrarlos con palubras, hay que fener memoria, asociando lo sc- Taejante, Y todavia insistimos en que Avstiteles hubla de fa memoria en Guanto “costumbre”: Io nis importante no es que recordemes elaramente Stros y otros caballos cuando vemos un exballo, sino que adguiramos “cos: Tumbre” de ver ese determinado tipo de animal, aunque no recordemos ‘exactamente como era ninguino de Jos caballos por separado, 1a funcién diseursiva. — El entendimiento, des- ‘comprenderlas en sus esencias, y ademds de re- Nas, diseurre, pasando a afirmaciones, 4 de éstas EI entendimiento en 51 pués de eaptar las cosas y cordarlus, etc., opers con el Locos ~ 127 ‘9 otras afirmaciones. Eu las lec fata femacion clones de Ia parte login bi 7 ro no Bemos de rept ahora todo lo dicho entoecs, sito Sip subrayay ue Ja vida del entendimiento, por su gran riqueza y eomplejidad, tre ols, cambia de ditecciéa en su reflexion, vuelve atti, ete, todo ello respetando el valor de sarge reepetando el valor de ls eyes logis, pero sin contentarse on _Naturalean espinal del entendimonto,— todavia a estudiar con detenimiento el alana y tual (leceién 16), podemos cantar con la noc Busta a lo mater como aquello ue escapes Independencia de ta materia, Para esto no e¢ obstacle ol caso del hombre, actée a partir de datos mteriales, puesto que, al actuat See Nab at cdtos mutes, puesto qu al atuar she 5 Process y rsutads que deshordan abvoltamente precisamente el andlisis do sus operaciones k aod re a wciones lo que demuestra fa es: Dstusldad dl entendimiento, Tenemes, en mee gar, ly productos Gel gonocimiento intelectual, es decic los conceptos 0 ideas, generals Ese merit de woivradad o generalitad no puso ser dab ml un principio que sea distinto y superior a ht materia ata aud inevitablemente redueida a to singular, oe elena cimiento sensible, que os verifad: nos eorporales. Te segundo niente we es verificado por Srganos corporales. En ei Inga, viene J capaciad de reflesin exclusive del Catendinints Nas WY mfs alejado del aleance de lo material, pues, la materia es consttuti, vate Impenetrable y, Dor fant, no puede meters dento de sh ‘misma. aig ts comidercién condudente a a tosis de Ia expntualidad del eaten. Alndeto, es Ia cmparactn del ongunisino nano con el de la mayor de las animales superiors, So el hombre est dado. de entendimiento pero, en eambio, no posee ningsin érgino que esos animales no posean ni que esté dotade un desarto! aru esté dotado en él de un desarrollo notablemente distinto del alean- Aunque no hemos Hegado Sus actos, como ser espiri- in de To espiritual, contra: de existir y de actuar con 15. LA VOLUNTAD Resumen La voluntad es el apetito racional, y su acto propio, ol quorer. En el acto voluntario hay conocimiento intelectual det fin, valoracién y decisién del mismo 1 una serie de movimientor resultantes, La voluntad tiene libertad, es decir, puede tomar sus decisiones en un sentido © en otto sin que esa eleccién esté predcterminada necesariamente, en contra de Jo que opina el determinismo. Pero osa indeterminacién no ex azarosa (no se da el indetorminismo puro): toma en cuenta una motivacién. En la prdctica nadie prescinde det sentido de la reeponsabilidad y éste supone 1a tibortad. La voluniad. — Bn lecciones anteriores hemos aludido ya a la yoluntad y a su conexién con el entendimiento: ahora coneretaremos su concepto. La voluntad no se confunde con el deseo: el deseo es una tendencia jinmediata, propia también de los animales, en que se reacciona apete- ciendo algo sit clara conciencia espectfica de qué es lo deseado, percibido solamente como estimulo material, no como objeto con una esencia general, andloga a la do otros objetos. En cambio, fa voluniad es un impulso que tiene lugar contande con wn conocimiento intelectual, 0, dicho de otro modo: es la facultad de tomar resoluciones para una accién, sabiendo qué son los objetos y hechos impli- ‘eados en la accién y por qué se lat emprende. Naturalmente, la voluntad tiende siempre a 1m hen: st un acto de Ja ‘voluntad puede ser malo relatioamente, es porque a veces se prefiere un bien inmediato o parcial o un bien lejano y més completo, a pesar de que el entendimiento les hace presentes, el uno y cl otro, en su valor respec tivo, Pero, en si, toda decision de Ia voluntad es resultado de Ja tendeneiti natural del ser humano hacia su conservaciin’y mejora: resultaria absurdo que la voluntad fuera negativa, tendiendo a empeorar y destrair el ser de que es Facultad. 190]. M. Vatvenne En resumen, la voluntad es la capacidad de querer lo que se conoce. La cldsica maxima dice: “No se quiere nada sin que se haya conocido antes”, Anilisis del acto voluntario. La decisién. — Cada vex que ejercomos nuestra voluntad, podemos dames cuenta de que se realiza un proceso comple, con elementos de prepuraion ol acto do Is voluntady elementos de consecuencia: L° Ante todo, el entendimiento capta cosas y situaciones: es el acto de conocimiento intelectual 2° Este acto de conocimiento intelectual se presenta inmediatamente en compleja relacién con otras ideas y hechos: acarrea supuestos ¥ ana- logfas, presenta probables consecuencias en diversos sentidos, revela valo- 15, ete, Este es el momento de la valoracién y deliberacién, 3 Entonces es cuando tiene lugar el acto caracteristico de ta volun- tad: Ia toma de una decisién, Nos damos cuenta de que la decisi6n unas ‘veces parece emanar inmediatamente del conocimiento que la motiva, pero otras veoes hay que tomarla después de una gran indecisién, ¢ incluso sin que la yaloracién y deliberacién nos parezcan suficientes: de ese modo advertimos claramente la diferencia entre un momento y otro. ‘La decisién, en general, tiene caricter de eleccidn entre diversas posi- bilidades: en cierto sentido, también se dice que podemos decidir entre hacer algo y no hacer nada, pero la voluntad, en genoral, no puede quedar fen suspenso ni en el vacio: siempre tenemos que querer algo. Fijéinonos bien: yo digo que puedo querer andar 0 no querer andar, pero de hecho esta oleceién se da entre dos posibilidades: andar o estar sentado, como ya estaba, 4° Por iiltimo, la decisién da paso a la ejecucién, 0 sea, a los actos Jisicos resultantes del acto de la voluntad, Sin embargo, puede ocurrir que Ja decisién no comporte una nueva ejecucién de actos original do sentado, delibero si saldré de paseo 0 no, y por fin no quiero salir, cesta decisién se ejecuta sin ningim nuevo acto, sélo por la contimuacién del hecho de estar sentado. (Esto os hmportante. para entender los perados ele omisiin; el que no hace vada cuando ve a alguion en peligro, comete una mula aceién,) Aunque 10 s® pueda pasar a la ojecucién porque algo nos lo iaypide materialmente, el eto do la voluntad osté comploto ya: si quioro entrar, y enewentro que Ik puerta no ge abre, mi acto de volunted quedé completo, y soy responsable de él an si con -eeneias, (Inluso wn intento frasteado de anesinate ex penadla por las leyes) 0 es ooies» subrayar Ia dlstinclin entre los actos de 1a volntad (leckiones) pro- plamente dichos y los meros Reconoeimlentos fedricns de que estoria bien hacer slg, Locos ~ 131 pero sia que queramos hacerlo de veras, Ks Ja diferencia entre el “queria” y el “qu TO” expres, en temordimiento de conciencta religios, por ol soneto de Miguel An- igel que comienz “Querria, oh Dios, querer lo quo no quiero, Nocién de Ia libertad. — La voluntad tiene libertad en cuanto que no etd sujeta a determinaciones externas, sino que se autodetermina, La Vi Dertad no es algo afiadido a la voluntad, sino la manera de ser del acto mismo de la voluntad, que tiene un caricter esponténeo, no sujeto, nuevo y casi creative. La libertad en el acto de la voluntad encuentra un campo de posibi- lidades variadas en que desplegarse, gracias a que el conociniento inte Jectual de las cosas y las situaciones tomadas en cuenta lleva en si la con- ciencia de que hay varias posibilidades siempre en cada caso. Cuando yo decido si comeré una naranja 0 una manzana, ono comeré hoy ningiin postie, conozco que lo que me presentan son Yales frutas, y esa idea general me ofrece motives para algunas: acciones y a la vex posibilidades para otras acciones. El conocimiento abstracto, pues, crea el campo de’ ejercicio de la Ue hertad en la volicién. (De hecho, nuestro mayor conocimiento aumenta el alcance de nuestra libertad, Bs uno de Tos sentidos de la frase bibliea: “La verdad os hard libres”) Teorias’ deterministas © indeterministas.— Dado que en el orden natural del universo, los hechos son siempre determinados por casas, ciertos autores han tendido a pensar que las decisiones de la voluntad también estaban inevitablemente determinadas por sus datos 0 condicio- nes (con lo canal se suprimiria lo peculiarmente humano de la voluntad, 6 sea, la libertad). En una forma elemental, esta manera de ponsar (determinismo) ven- dria a suponer que lo mismo que el agua de los rios corre porque la fuerza de la gravedad la hace tender a lo més bajo, asi la voluntad se- guiria inevitablemente el resultado de unas condiciones fisicas, en que domina wna resultante de fuerzas. De hecho, sin embargo, este materia- lismo puramente fisico no es profesado por nadie hace mucho tempo: porque la peculiaridad de la naturulera iva y de lx condicién pstquica del hombre es reconocida aun dentro del materialismo en el sentido mo- demo de esta palabra. Desdo esta posictin, hay quien niega Ia libertad de Ja voluntad (aun- que en el propio materialismo dialéctico hay también algunos autores que fdmiten en la voluntad sw margen humano de libertad: entre otros, ol nnisino fundador del sistema, Mars). 4192 —J. M. Vatvanos El determinismo, por otra partd, no es tampoco opinién exclusiva de autores materialistas. Entre quienes niegan Ia libertad de la voluntad, algunos Jo hacen por razones psicolégicas: conocidas las posibilidades, automiiticamente Ia vohmtad, como una balanza, seguitia lo que pesa mis y cuenta como mejor. Esta idea, que no esté lejos del intelectualismo soexatico-platénico (el hombre sigue lo mejor: si hace el mal, es porque no sabe que es0 es malo) adquiere versiones mas complejas’en autores modernos: nuestra voluntad soguiria necesariamente, sin libertad, lo que se le presenta como mejor segin nuestra: manera personal de ser (sein nuestra mentalidad, o segin nuestro temple corporal, 0 sogiin nuestras eostumbres, 0 segun nuestra educacidn, etc,). De este modo, aun cuando eada individuo quiera algo diferente en una misma situacién, en cada tuno ese querer no seria libre, sino algo inevitablemente determinado por su modo particular de ser. Esta posicén hn dado Inga, por ejempld, a las toorias penales de Lombroso: ser Aelincente serfa le conseeuoncia psiquiea inceitable, para ciertos individues, de tener ‘un cuerpo y unt aatursleza psigulea conformadas de un modo que le haria tender al flelito, sin culpa por su parte. Habria “cara de eximinal” y "tipo'do delincueate”, en ‘parte por nacimlento y en parte por el nodo de etlarse. Los delincuentes, entances, no ferlan respansables de 818 actos, por ao ser Ubres, pero debersen ser de todos sodas teneareclados para reformaeles en's nataralera,inelaso con le alimentacién y Ta hgiene ‘Una parte de verdad hay en esta teoria: Ia naturaleza corporal, 1a saludo enforme= dad, al media ambiente, contduyen al delito; pero hay personas que, a pesar de todas Jas circunstancias desfavorables, 0 incuznen en &l, y, por el contrario, hay personas tive delinguen sin que ningun cirounstancia fsioa lo haga especialmento provisible Modernamente, es importante el determinismo sociolégico, segiin el cual nuestros actos, ¢ incluso mfuestras idea’, derivan de muestra insercién fen la sociedad (Gobre todo, de muestra clase social). Pero, si bien es cierto que el medio social estructura el horizonte de nuestra vida, no suprime la inieiativa personal, tan diversa en personas’ situadas en la misma clase. Ha habido también quien ha negado Ja libertad humana como conse- cuencia de su idea de Dios, que exeluia la independencia de la decisién humana, Esto odurre de dos maneras muy diferentes: para el panteismo “Ja doctsina de que todo es Dios, y Dios se identifica con todo, sin dife- reneias ni grados— no cabe admitir, por supuesto, Ja libre voluntad, ‘puesto que el hombre no es mas que um aspecto 0 un “momento” denteo del Ser divino. Todo es necesario, perfecto y absoluto, y por tanto no hay ‘margen para indeterminaciones y diversidades de resultados. Dentro de Dios mismo, evidentemente no cabe que haya elementos que pueden vol- verse de modo imprevisible en wn sentido en otro respecto al conjunt. TE) otro modo como se ha negado Ia libre voluntad (el libre albedrio) por una doctrina teolégica, et el predestinacionismo, que se expresa en el Locos— 133 famoso argumento: “Si Dios sabe desde antes lo que yo voy a decidir cada caso, yo no soy libre para decidir otra cosa: tendré que decidir eso ‘que Dios sabe ya que voy a hacer”. Pero'lo uno y lo otro—el saber de Dios, y mi decisién— van en dife- rentes planos: respecto al tiempo, Dios, como est al margen del tiempo, conoce igualmente mi.antes, mi ahora y mi después; mientras que yo, como ser temporal, tengo mi libertad en ef tiempo y puedo todavia determinar eso después, (Para comprender mejor estas ideas, hay que evitar pensar en Ja etemidad coino si fuera un tiempo interminable paralelo al nuestro, @ lo largo del cual se extionde Dios: no es tiempo, Dios no esta en el tiempo). ios ha querido damnos la libertad, aun sabiendo siempre lo que hare- ‘mos de ella: esto no Te transfiere a Et la libre responsabilidad de nuestros actos. No hacemos las cosas porque Dios Jo sepa, sino que lo sabe porque Jas hacemos. En la omnisciencia divina, como en cualquier clase de cone- cimiento, éste es influido por lo conocido y no viceversa, Yo sé cémo funcionara un juguete mecéinico antes de ponerlo en marcha, pero éste rio funcionaré de esa manera porque yo lo sepa, sino por estar construido de cierto modo y por haberle dado cuerda, En el orden general del destino humano, el hecho de que Dios sepa si nos salyaremos, 0 no, es compatible con nuestra libertad: si nos salva- mos, es gracias al mévito libre. Puode ocurrir que por tener libertad, nos condenemos, pero no por eso hace mal Dios en damos el peligroso don de la libertad, porque sin libertad tampoco habria mérito para salvarse. EL predestinacionismo, —0 sea, el considerar que el hecho de que Dios sepa cul serf nuestro destino, nos incapacita para lograrlo por nuestro propio esfuerzo— da lugar a un pleno fatalismo, con los dos ex- tremos del orgullo de quien se considera elegido o el pesimnismo de quica se considera pecador y réprobo (pues con semejante idea sobre la lbertad pierde sentido la posibilidad de la conversién, el arrepentimiento y la penitencia). ‘Teorias indeterministas.— La libertad humana no supone un espri- cho, que serfa un azar, y por tanto negarfa la propia Kbertad tanto como la niega el determinismo, La libertad tiehe sentido porque hay motivos, y ta coluntad obra teniéndolos en cuenta, y escogiendo entre ellos, con plena espontaneidad, ya que los motivos no suelen presentarse de forma ue se vea enseguida cuél pesa més (en ta mayor parte do Jas ocasiones, los actos libros de voluntad no consisten en decidir si tomar més © menos del mismo bien, porque entonces tomariamos siempre el mayor bien, sin lugar a dudas, sino que consisten en elegir entre bienes de diversos tipos ¥y consecuencias, no comparables inmediatamente) 194—J. M. Vauvenoe As{ pues, al defender el indeterminismo en la voluntad, no se da paso al caos: hay un sentido, compatible con ta liberted, en las motivaciones Incluso frente 2 las puras easualidades, que pueden desempefiar un papel repentino e importante en nuestra vida, la reaceién de la voluntad com- pensa el @zer introdueido: si nos toca’ el “premio gordo” de la loteria, nuestra manera de inyertir el dinero caidlo.en suerte responderd a nues. tros habitos e ideales anteriores; es decir, a las motivaciones permanentes que cada uno Heva presentes en su vida (aunque siempre con la posi- bilidad de um brusco abandono).. No es preciso extenderse en las pruebas de un indeterminismo mode- ado (libertad con motivacién): todos los drdenes morales, y la idea, gene- ral en los hombres, de la responsabilidad, .con premios y penalidades, suponen esta idea de libre albedo. Naturaleza espiritual de Ia voluntad.— Ya es ficil concluir de todo o dicho que la voluntad tienc cardcter espiritual, no estrictamente ma terial, aunque contando con el elemento corporal del hombre e insertén- dose en wi mundo fisico. Sélo en el orden espiritual cabe la voluntad, pues a indeterminacién de que se habla en la Fisica actual (principio de Heisenberg) se reftere a Tos mirgenes de posibilidad on el conocimiento de In causacidn de cada fend- ‘meno por parte de otro, Pero en el orden fisico no se puede hablar mis que de determinismo o de puro azar —segtim el plano en que nos ponga- mos para considerar ~. La voluntad requiere conocimiento y porsonaliddd individuada: lo ‘cual no aparece en el terreno estrictamente fisico, 16. EL SER HUMANO Resumen El hombre es, en el mundo, un ser excepcional, a ia vex conciencia y materia, espa cuerpe ; ce Poro\es materia adguire personalidad por wm principio inddual esp tual neligencia y Hbertad, 0's, al. ‘ra Potin el hombre era slo eoplrit,encenado eccdentalmente en un erp de materia, "Por Desores, el expt diva el cuerpo a través de un punto (sndla pineal f Tetbnitz no establece conesdn entre overpo ala: étos coincide indepen- dientemente en sus actos paralelos porque Dios los ha hecho de modo que fun- tlonen ai : Tr dctrina dole unin sustonca es lx expres, en lengua aistotico, do ta iden corinto de que el hombre est sola unida cus fora sete ema tla materis el cuctpo= esta idea comin est, xegin To Revelaton eitiana, fovonanda y enafgurad por haberse hecho Dis “en” hombre: no so. un tla de honibre, ino tambien un erpo Intsoduecién. Ent tos fos sores del nivero, ol hombre es el ms extrafo y parsdien, A tna Inteligenia pun que observara por primera ex el mundo le sor Jreneris mtcho encontrar esta cuioy case de sete} que somos nostos, I pers Ment Te costa adit que, adevnés de Jw tony Tos atmos, grado Beles Turteyes, ¥ sdemis de las plantas ¥ animales, sometidos sin problemas y sin cot Seana Sac scndeneten vite, ennton ote seres, In ver materiales expats, 1 ee Tames ous mis nos esta epic es el set Iunapo. Si dams une xpliceclon del mand fico, tenoncs duego que dejar sitio dentro de él pata ext excep- Se fam queco cl hombres une "ees porn “cosa” capex de comprender las {Ton tae yl amivor entero, ana “east” captz de estropeat © Tejorar con so ied ol orden itl de ae “cos ve ae een del run de Tr es, de te contenido inilectales y do a inteigencta tsna, inmdatamente hemor de reeonecer ve dentro de een = Term et bebe co na inteigenla uy pecsla, cop muchos aspecter qe no ener fh de espinal: won Bntligenca que, pars ms ms pas Kens, ba vequerido Ia co M. Vanvenoe 136 — Jaboraclin de unas soniaclones materiales, unos sentides fsioligieos, un euerpo (y un Tenguaje articulado con un material sensible): una inteliganeia que se sabe destnaa ori, que sufte hanbre y suefio, y—sobre todo—que, aunque se sente sobersna- ments libre en sus decisiaves aoUvas, se reconoce también humidemente sets a. cit- Comstanelas externas. ‘Todio son paradlojas en ef hombre; siendo el mis indefenso e inadaptado de log ani rales, suple su debilided con su inteligencia, canvittiéndose en el domainsdor dol man~ do; siondo el mas intoligento de los sores del mundo, frase lamentablemeate muchas de sus postilidades por no saber convivie moralmente con los ottos hombres, a. quic~ nes teme slempresmés quo a lor peligros do la naturaleza, Poco lo mis tipico del hombre es su insatisfactifn con todo estado que aleance, por ‘bueno que sea: su pretansién incesante de “mis y mejor” en forma, conscente © indl- vidual (no silo como serfa una foctinacién bioligica a evoluclonas) La eontiadiceién entre los grandes dones del hombre (sa eapacided de pensar en ‘Dios, en el smundo, en las ideas) y su misoria de hecho (su insogurldad moral, se dei lidad fisiea, su mortaidad) ha Hevedo siempre —aun donde falta la creenciacristimna en una “caide original”, en una “redenelén” y “salvaciin” —a sospechar que el hombre no puode estar llamado a ser siempre tal como so encuentra en sw situxciin actual ‘gue viene de un estado mejor ~ 0, por lo menos, mas unitario, mis homogéneo ~ y, sobre todo, que puede ir hucia un defiitivo estado de rosolacién y felicidad. Por eso el hom: bite, on general, es un ser enperanzado, aun cuando no eroa nf aun sepa on qué conslste fon coneroto su esperanza; y euyn conducts, activa y rocanacedora de principios morales 1 pesar de sus aspectos de malogro y de falta de sentido, ya es wn acto pretico do fe Y espera La gran divisiin en el modo de coniebie esta esperanza general del Nonibre cousste fen que unos tenden a suponer que el hombre Ilegard a ser absolutamente fez consigo misino, en la perfeceién de la Humenidad (humanismo), miontras que otros tienden 2 poner Ia esperanza en otra cos que no sea ys solamente humans, (La fe y la esperanza del cristiano reGnen ambos sentidos: Dios, slondo también hombre [ol Hijo del hombre, Jesucrsto}, so presenta a In vex como satisfaccién de ‘nuestro ser humano, resucitado, individual, y como “otra cost’, incfable e imprevista, que secle esa apertira del hombre, hacie algo que no see a imismo, visible en todo conocimiente y acto de querer) alina como forma humana, Naturaleza espizitual. La flosfia, com tox Aencia a la muidad intelectiva, ha troperado siempre cou el hombre como eam el ms Aified! de sus problemas para le interpretacién, pero a ta ver como el mis indudable f inevitable de sus objetos: la filosofia Ia hace el hombre, y- para aaismo lo mis ine mediate of st existenela y Ia conelenoia de su propia naturalezn Las teorlas puramente especulitivas han tendido siempre a redacir al hombre a uno de sus aspectos: @ espiritu 0 a materia, Pero no Io han conseguido. Sise pretende defnir al hombre como espiritu, ocurre que es un espiritu encarnado, con tna eonciencia consustanciada cn un sistema nervioso, unos sentidos y un cuerpo de came y hueso (el hombre seria “inteligencia sintiente”, en formula de Ziubiri) Si se pretende definirle como materia, ocurre, en primer Iugar, que 6s tuna materia viva, no semejante a las piedras, sino a los animales, lo que Locos ~ 187 por tanto ebligarfa a considerar que la materia del universo en general ya leva en si espiritu, y esté animada: pero ademis, cl hombre es un animal may peculiar, capaz, de comprender a los demis seres y de hablar de ellos por puro designio tedrico (el hombre, asi, resulta “animal racio- nal”, como dice Ia férmula clésica. En todo caso, el hombre siente indudablemente que estd en ste con- ciencia, en el sitio donde piensa en si mismo y en todo lo demis: esto es To que, provisionslmente, podemos amar ya “alma”, Aunque algunos ‘quieran negar su carécter espiritual, no pueden negarle su capacidad de conocerse'y de pensar en su propia individualidad, desde el momento en que dice "yo", “ti”, “6”, De hecho, lo qie quieren decir en el fondo los que niegan la toorla espiitual del alma ¢s, sencillamente, que el alma no se da como algo sobresfiadido, pues) encima de lo natural sin proceder de ello, sioo que el alma es una capacidad a que gradual- mente ba Hegado la Naturaleza en unos determinados animales. Pero esta cuestién (@e la que nos ocupareines cou mayor amplitud en la Jecciém siguiente) no tiene aqui im pportancia deeisiva: el alma humana (0 si se quiere, la eonctancia y Ja voluntad), venga ‘te donde venga, ba Hegnda a trascender el orden materia ~fisico y' biog —en buanto que se sabe capaz de comprender las cosas, y de dar raza de sf misma, en una individvalidad constante a través de los cambios matersles de rivestro cuerpo y rhusstrz vida. Nog basta con esto para contar sin dada con a naturaloza espirtual del lina {ix Blosotia —aparte de-ese préblema del “origen destino” del alma, que ya ve- cemos en otra leccién —ha eneontrade siempre que en el horabre existe ese principio tontciente y volitive ("alma” sctuando en un medio biolégion, “cuerpo"). De hecho, la dualidad es evidente; pero inis todavia lo e# au unidad en el hombre. La prewunta lar sido, pues: como se explica el hecho tnnogable de Ta unidad del hombre, st en él distinguimos dos tlementos diferentes? Unién accidental de alma y cuerpo en Platén.— Pata el platonismo yen su ratz, para las religiones orientales, especialmente Jas de origen indio—, el hombre es su alma, nada més, si bien esta alma pueda, acci- dentalmente, encontrarse encarcelada en un cuerpo de came y hueso, El alma habrfa tenido otra vida anterior en los cielos: caida en un cuerpo, aspiraria a volver al cielo — directamente 0 a través de otras reenearna- Pero Platén, no explica edmo esta el alma en el cuerpo, es decir, cémo se ingexta en él ni, especialmente, qué conexién hay entre Ta manera de ser de un alma y la de su cuerpo. Todos podrfamos poner a Platén difcultades elementales, como, por ejemplo: Un cuerpo se crea cuando un alma va a caer de los ciglos? 4Cémo recibe el alma as impresiones materiales de los ojos y tos oidos; ¥ cémo transmite sus drdenes a los nervios? Ete. 138— J. M. Vatvenne cates (5061680, Htisofe'y mateniieo fraets on Sede” el Tuodador de is Alo ‘ino indudale ("Fens Tuexo exis tery, pat demesne dete aa Ie ‘ion aepear in weacléad dl o> No nos eansiresos do sti sure ts hod diferencia que para a plore det Caitanionm, sungue muchos autores cistianes tomen clertas expresiones platOn ae ublando de la “edreel corporal” y del “alma independiente”, estas maneras de Sablon tenon un cavdeter relative y de hipéebole, desde el momento en que se cree en In resurrecclin ie Ta came. Paro sobre esto volvsrenos. Par shore digams algo sobre lo que parece ser ol crterio de Arhstételes: en el hombre habria, ademis de un alia sensitiva y motriz—semejante a In de los anima sary morta Sul que la de estos, otra alma superior, inmortal, al parecer concre- KSie onal “entendsiiento agente” (reeuérdese Ta leceién 14), que regia el everpo ‘como e} timonel la nave. ‘Peso no cath clang si esa ismortaidad seria personal, en el seatide individual que daoiee » esta palabra, o a se trataria de tna pervivancia del entendimiento agente fun- Tile sa Dicsven wma gean unidae que, riongue se habsia presentado por seprrado en tada hombre, teadzia una elernidad sna para todos Esto intsvese decino, mas que nada, para subrayar que el Cristinnisme, amnque tome ronceptos aristotdicos para expllear se doctsina del alma, esti aqui may alela- jado de Ta dactrina aristotélica ‘Unién accidental de Descartes, — Parecida a a situaelén del alma en Platén es Jn que tiene sein Descartes: ef espiritu humano se instala en un cuerpo animal sin identificarse con él, (Para Descartes, todo animal era Silo un mecanismo muy sutil y elevado. Un gato o un perro le pareefan Locos — 139) como unos juguetes perfectos, sit ningiin principio animador: la vida, en general, sélo le parecia un estado complejo de la mecinica material.) Entonces, cl alma regirfe cl cuerpo modificando una glndula muy pequefia (glindula pineal) que hay dentro de Ia cabeza: esa vendrfa a ser el “botén de control” del mecanismo humano, y alli irfan a parar también Jos estimulos sensibles, que Descartes concebia como unos cuerpecillos sutiles que recorrerfan el sistema nervioso —para él, una red de delgados baibos ~. Pero es evidente que esta teorla no resuelve nada: ta relacién del alma con la glindula pineal sigue siendo tan dificil de explicar como la rela cin del alma con el cuerpo entero. Teoria del paraletismo en Leibnitz.—Més curiosa aiin es ta teoria del paralelismo psleofisico en Léibnitz: Dios ha erendo alma y cuerpo con una “armonia precstablecida”, de manera que siempre irdn de acuerdo, como dos relojes porfectamente sineronizados. Las impresiones y los movi- mientos del cuerpo no se comunican con las ideas y decisiones del alma, sino que coinciden con éstas. El alma es una ménada, aislada y com: pleta y el cuerpo también Como se ve, Leibnitz rebuye reconocer Ja unidad humana y pone sélo ‘en Dios la conexidn de sus das drdenes, fisieo y mental Doetrina de Ja unién sustanc! garantizar In unidad del Rombre, esa unidad de Ia que todos vivimos con- 20, Gott Whelan Lette (1961730, fata staniy Se pest epee eciueee ant en To Aen “sel la mado, come eno. meats Gendueidn tal eel inbettese, so ‘Ma de fw cenfeioen eta eer european 140]. M. Varverve vencidos, pero que a la filosofia le cuesta tanto reconocer, por haber dis+ tinguido los dos elementos ~ materia y espiritu— que entran en tal uni= dad. (¥ es que la filosofia, en fin de cuentas, ests hecha por uno de estos dos clementos, el espiritu, el cual tiende a elevarse orgullosamente, negan- do el otro elemento, esa condicién de realidad material, on Ia’ que se halla encarnado por ser espiritu. humano). Pues el Cristianismo consiste en la ercencia de que “la Palabra se hizo come”; es decir, que Dios —en la segunda persona de su Trinidad— se hizo hombre, con cuerpo y todo. No es que Dios se hiciera sélo alma de un ser humano, sino que se hizo un hombre, y su came misma fue de Dios, para siempre, lo mismo que mi carne y mis huesos forman parte de mi. La teologia cristiana ha expresado esta doctrina en lenguaje aristo- télico pero, como ya apuntibamos, bien lejos del sentir del propio Aris~ tételes, el cual, como hombre anterior y ajeno a la Encarnacién, y como Alésofo wn tanto espiritualista, aunque menos que su maestro Platéa, 10 se hubiera atrevido a sospechar esta doctrina que tanto ennoblece In realidad natural del hombre: que el mismo Dios tome naturaleza humana, ‘no como apariencia ocasional, sino hecha un solo hombre para toda Ja etemided. La expresién de esa doctrina, en términos aristotélicas, ex que el hombre constituye una unidad sustancial: en ésta, el principio espititual (alma) desempefia et papel de In forma sustancial, y el clemento biolbgico (cuerpo) cumple In funcién de materia, Ahora bien, a su ver. esa materia y esa forma — para ol Cristianismo — admiten cierta separacién, como sus- tancias incompletas: al morir un hombre, se separan cuerpo y alma, aunque no para siempre. BI alma pervive, pero sigue extando seferida « ese enexpe (al cul, dice ta fe cris tiova, volverd en It tesurrecclén, que es precisamente “sesurreccién de la came” no ‘ilo de los euerpos como aspecta ¥ forma, sia de los “cuexpos,glovioos"). Pus la Diewaventuranza tiene que ser disfeuteda por nosoteas no como espiritus purus y ange licos, sno como hombues, hombses transfiarados, pero siempre los mismos hombres; recowdemos que, por ejemplo, algunos sintes hablan del gozo accidental que los bicnaventurados pueden tener cone afadiduva, al encontrar @ qulenes fueron us fa Tiares en este nando, disfrutanda también ean ellos de Dios en In otra vide. Esto tnfirna que In Telieddad eterna no es exchidvamente intelectual, sino en concreto humana: fol idea que se quiom tenor sobre la dicha de la posesiéu diving ba de hacerse partic de Ix doctring de la “resurteceiin de ls came” ‘La doctrina de In unidn substoncial es, pucs, lt expresiiu, en un deteruinado Jeo suaje Mlosdfco, de Ia idea que todor tenemos de nuestra unidad como hombres, » a In vex de In garantie de esta idea por parte de la fe cristiana, es decir, de In fe en {que Dios ve hizo hombre, Se trata, por tanto, da an eoncepto de I natvraleza human due se encuentea como el eonceplo inks corefente, y que Ia doctrins de In Eneamnactin ¥ Redencién no alter, sino que confiana y perfeccfonn. 17. ORIGEN ¥Y DESTINO DEL ALMA HUMANA Resumen EL alma humana no esté producida por “emanacién” de Dios, ni por “gene- racién” a portir de los padres: Dios la produce coronando unas condiciones citales que pueden haber Uegado a davse por un proceso de evolucién Biolbgica de es- pecies. (Esta evolucién sera por si sola insuficiente para producir el alma humana en toda su plenitud efectica}. El alma humana se da cuenta de sus deseos de inmortalidad y felicidad absoluta, que son efectivamente su destino, dado por Dios a In vez que ha dado al alma esa naturaleza que le hace tener tales descos (pera que el hombre puede malograr con su libertad). Origen del alma en las teorfas evolucionistas.— Ante el problema de la procedencia del alma —ese principio superior. consciente y volun- tario, en el ser humano—, se han dado histéricamente diversas respuestas que reuniremos en varios apartados fundamentales, dentro de los cuales, sin embargo, habra diferencias de matices a veces més, importantes que las que separan algunos de esos apartados entre si Para quienes consideran que en ol universo fisico hay una fuerza que, en algunos: terrenos, Hega a producir una evolucién progresiva, primero hhacia Ia vida, luego hacia una mayor complojidad vital (especies animales) Y por iitimo haeia la conciencia y la libertad, el alma serfa simplemente ‘el Bnal de este proceso, que en el ser humano habrfa aleanzado su mayor éxito Pero, en el fondo, el evolucionismo da por supuesto que desde el prin- cipio habia en la naturaleza una tendencia, inconsciente quiz pero sabia, a mejorar'y a explorar nuevos eaminos de progreso, que en los primeros pasos no dan todavia frutos suficientes, Por eso el evolucionismo pede ser considerado con igual rezén espiritualista que materialista, puesto que supone una suerte de animacién del universo fisico desde su misma base y arranque. 42 J. M. Vatveape Fin owe onde 6 cows, para unos etores el eelueinisna se ha tomado coma anc eevee autnelshons, pace oto en esmbie, conse preosmente Te exposicicn 1 Sno debe ect Selo yl hone, eo emer Sis do doer ep eucraezs on un sentido Pefooive. quo en algunos ciscsprevaloeo, Pee eras do lntenclinanteliginn, on roalidedy lo qve han hecho ca dicinter te sotnsoan ener, en forma nds 9 menos pantsst. tentas tant, los que oer cae tar on not religoso al evoluctoninmo ian de dejar an margen ine cere deka planes divinos; aunque ol soa del ore se site en el tenaita Sue ae euducin, ela misina no puede dar razin do tode la naturale y de su pronio scr sr individual lbre co sci cl volicontsmo, tan Gt para trzay una explicacén general de la fie chon ton complements en tna expieaién total; por lo pronto, en an ee nts Esco, I orguntncinatémice y molecolar no pista le esponte- wedded cdl ce porque hay reve estrctra orgdnica, en sentido quimice (oc han crete eae loses womnlesinas materss oganicsscarentes de old, en To que és dae ee ey clove parce facble sntlinrsastanclus que, en medion adecut see de eine erty vencsoncs props de algunas foxmas.primasies de vida wate pero no parece pow prdvtt organismos, Tr ieee votucton biologics sige wna marcha con eareter de nacpacién: di eee an co ineacta y vulgar, on elertas stuaclones, Tat especies vives aim soacuide capton 4 deserroller Gets fncknes y Grganor que no les erin Raa eid ee eeir civ, y ave todavis no repretentaban un provecho vl, aa an yn hace qué tondlany aon sin saberlo do hecho, rire a bigogdr cuenta con el fenbmeno de ie mitacones I aparciin brusca, eee ieee cores nuevos, que 4 cooservan por erenei. Es famoso el caso $e Te nbeioe que tive Inger ep ta planta de taco — oom hoje mis mumerosis y Seine ST po hasta entonees exstentey quo dio lugar a toda ume nueva Sande oe Geouva: Ho ln actalad, ef bidlogo fants Jean Rostand bu btenido dance eedaie a el imanto do erear mitectones ails: parece set quo ha lo. deere Sar tos enrateres mnevos sve eonsrvan sis descendents. Sa oe ce cyontaneded progrevon de la Natiralera tenia que acen- ee er Staaf por deco asi para deerminadot tinstos. Prncpalento, eee erate ro pos coupe, a del ana humane, spareoen eamiceres que Ya ae eee Sur progres ol lampoco un roirocosn, sino camo una suurto de deion- “Nan lateral, ponte al urges del mejoranento ard. Tee ees et onden dela libertad extamos fuera do la soguidad peefota 0 ee eee. en Jec hay temenos ¥ ocssies en que el hombre soata como Sea aenceee injec de go voluntad, profacila por st misma perfeetin, y Tey codstes ol ajnte infaliede la conduct. anna. Seer Rea at lenguee, ol hombre se Talla en um sistema de formas que, a ee eed da cite medida de comprensin, también le fllan inevitable aout Je sn etna inpesooals Bl borne tbe, ademée,constolt sistemas per- eae Per ie iputan cone fr que emplin lot “cerebro elasionicos”, pero Ia a are a i snven para ly quale sive el Tenguafe eoniento, con todas su Agate de ose fie do sctido fntetar una mora del lenguajo human que To iiecoe's bs orfocolon mtemitics, porave entonees no dia nada. Kin general, lo que nuestra alma tiene de personal (su inicintiva, sus esperunzas, su ambicion ya no slo de mejorar, sino de totalidad defintiva J de porennidad), todo eso, sin conttadecir la evolucién biolégica, Ta tras- ‘ Locos 143, ciende: el alma humana no se contenta con menos que con legar a lo diving, con divinizarse y tener a Dios; y esto ya es otto tipo de evolucién, que no es aquél al que se refiere el evolucionismo como teoria sobre ei elemento biolégico del cosmos. Emanatismo ¢ idealismo platénico. ~ E] emanatismo, doctrina de in- terés meramente histérico, consideré que las almas humanas son “emana- ciones” de un Alma general del mundo, la cual las reabsorberia una vez ‘terminado el poriodo de su vida. ‘Ahora bien, si el alma fuera una “emanacién” de Dios, no podria perder la plena conciencia de serlo, La difcultad de sostenerse es, para testa doctrina, la misma que para el pantelsmo, del cusl viene a ser una ‘version pasticulay: si fuéramos Dios — y no s6lo hijos de Dios — lo subria- ‘mos: seriamos todos una misma alina, en vex de estar separados. Para Platén eu cambio, las almas existian desde siempre en un mundo supercelestial, contemplando el mundo de las Ideas, y, después de su caida y reencarnaciones, volverlan a su primer estado, abandonando Ja creel corporal, Generacionismo, — Esta teosia afirma que el alma de cada ser huma- no es engendrada por los padres. En una forma puramente material, esta teoria se llama treducianismo: el alma brotaria como resultado de la apa- ricién del cuerpo de un nuevo ser (0 sea: de un hecho matorial, en cada caso, tendsia que proceder su propio principio individual y animador) Pero se llama generacionismo en su forma espiritual: el alma humana serfa producida por las almas de los padres. Es diffe, sin embargo, ex: plicar cémo unos principios espirituales puedan reprodueirse entre sf, sin Saberlo bien ellos. Esto irfa en contra de su unidad, adserita a la figura: tendrlan que toner alguna parte fuera de su referencia al cuerpo —y otra parte conservada en tal referencia — Creacionismo, — El creacionismo es la explicacién del oxigen del alma humana mediante un acto de ereacién divina, Pero caben aqui dos pers- pectivas diferentes: segiin un creacionismo ocasionalista, Dios erearia las Fimas de manera directa y sin tener en cuenta las circunstancias fisicas'y corporales. Dicho de oto modo: el alma seria una produecién divina hhecha para componer, con un cuerpo, una wnidad sustancial humana, ‘Pero aunque Dios tenga poder para crear un alma de esta manera, y situarla en’ un cuerpo To misino que podia ponerla en una piedra o en una planta, de hecho no lo haco asi, porque sigue también en esto el orden patural por El ordenado y querido, incluso con el evolucionismo biolégieo a que antes aludimos.

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