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dos tendencias -un lirismo peligrosamente anodino y un academicismo volcado hacia ciertas tecnologias del andlisis literario- le ha sustraido hoy al género su sustancia critica. David Jiménez Panesso es profesor de la Universidad Nacional y autor de Histo de la critica literaria en Colombia, Por DAVID JIMENEZ PANESSO profesor Universidad Nacional ensayo, pese a todas sus apariericias en contra, po- ‘see un fondo constitutive de ficcién al que no puede renunclar, aunque intente ‘dé muchas maneras disimularlo, Esa |ficeion propia del ensayo reside, ante |todo, entla invencién de un tono, deun jpersonaje que emite y respalda los lenunciados criticos y de un adversa- loode un aliado aqulen van dirigidas las reflexiones del ensayista. Desde los inicios del género, Montalg- ne dio la nota ina Inventandose un yo y tratando de imponerlo a los lectores: “Yo mismo soy el asunto de mi bro", eserfbié en la advertencia preliminar. ¥ ya en esas lineas prolo- gales inicia sit tarea de construir el ersonajenavelesco que confundimos con el autor: “Quiero mostrarme en mi manera de ser sencilla, natural y ordi- naria, sineontenclonmiartificio". Hasta Ja invitacion final del prefacio a aban- donar el libro sin leerlo hace parte de ese juego ficticlo, irénico: "No hay ra- zon, entonces, para que emplees tu ‘oci¢ en un tema tan frivolo y tan vano ‘Adios, pues". Ese adiés es, de hecho, Ja Dienvenida en la puerta del libro y dela historia del género. Desde enton- ces los ensayistas han venido arman- do toda clase de estrategias, casi slem- predestinadas, noa desnudarse, como pretendia Montaigne con clertaastuta ingenuidad, ‘sino a transvestirse: de ignorantes, de sablos, de indignados, deindiferentes; deluchadores, deson: lentes, de amargos, de reformiadores, de escépticos. La ironia'del ensaytsta, les como la del narrador: la verosimili- tud de lo que afirma depende de su tono aun antes de haber comenzado a esgrimir sus arguments. Y la funcién (def tono es hacer creer en la autoridad del personaje ficticio que se desen- wvuelve al tempo con las palabras del: ‘ensayo. Confesar, de entrada, que se carece de toda autoridad, como lo ‘hace Montaigne, s parte de la estas tegia. En Colombia, Tomas Carrasqul- la realiz6 toda una labor de polemista en contra del miodernismo, con ‘elo e usa, Sus ensayos sews Ton desermones,homlias"los lama Bae para mor srprender al adver Ssarloconsu carga de ibrepensamien- tay deseufade, decision de sepultar los pronom: (Stes personales dcbalo de Ios argu: rd ponerunyoerpl nace . fesbertte vealed Stente del-texto, No \cludirel escenario, oe Jandolo hasta dejaro vacio. La ‘argu: mentacion, por seria que jarezea, \slempre serd tna actuactén: No es [extrato que los didlogos y la forma 4 splstlas hayan sd ecurdos ane tuentes del ensayista, por el germen teatral que contcne. Hemnande Teles ‘wlizo con signiicativa insstencia el rtfelo de un supuesto interlocutor anénimo que irrampe con su discurso Yio espeta sin predmbulos a un sor prendido Telle, tambien persona fe- Eoin, quien lo eseucha yo transertbe sin comentarios, Bsos discursos. ge- nraienteprovienen djovenespe- {ue se presentan de improviso en fa oflcina del estudio Gel tea y Tanzan contra la autoridad del ja Iterarto, pero terminan habituaicbent te derrotados por su propia ineompes tencia Teller acfingetun oyente sles oso del pobre lirco atormentado por Su propia medioeridad y la. de sus Congéneres, sf ben la tronia del en eno May tal dialog impostada del venemente auto- critco ef no e6lo la Ge un personae fnventado sino que todos esos pasales Suenan en Teles & ventriloaua. Los itulos de los ensayos revelanm a'mentido que drama va a represen arse en el texto o desde qué ficcién: Tabla. Una de las mds exquisitas ‘uestras del género en la literatura’ colombiana reciente cuenta la histo") a de una centclenta, tema finda} 4 Colombia, cuyo suefo es llegar a'"la~ mayoria de edad”, es decir, a la edad’ de merecer, para poder contraer ma-| 4 trimonio y conocer por fin la aventura’ feliz. Muere antes de realizarlo y s6lo! al final se descubre que la heroina es| laliteratura colombiana disfrazada de’ ‘Maria. Es uno de los textos ensayisti- 0s fundamentales de nuestra litera- p tera, y su autor, Hernando el, igualmerite uno de los gran- fes del género entre nosotros; pero La’ | ‘mayorta de edad podria leerse tam- ‘bién como tin rélate de fiindacion, en ‘el que se habla de infancias, periodos, Suefios de'madurez, frustraciones y muerte. Las vatiaciones alrededor del. tema dela cenictenta-favorito denues- tracritica-son miiltiples. Se ha conta- do también en la versién de la joven haraptenta, cuyo nico abolengo y tradicién es la pobreza. Pero no se trata de una historia triste o patética sino més bien alborozada y de final feliz, pues los nasradores acaban casi slempre por descubrir, tras breves asedios, que la Joven a fin de cuentas es menos pobré de lo que aparenta y. que, incluso, se puede vivir de ella, La cuestién de fondo, obviamente, no} [tiene que ver con la moralina del cuen- bjt con las implicaciones politicas| ‘una institucién social como la Ute , con Sus Titos proplos y sus ceremoniales. Es la impotencia mis- la literatura, su situacion ac- jada de toda eficacla masiva| y de todo efecto decisivas d de que sucedié por tanto tiempo en C Jombia, en un pasado no tan lejano-_ que ha suscitado ese tono amargoyy reproche en la critica, Toda ilusion de MAGAZIN DOMINICAL 4 ol texto lterario en un acto de fuerza hacia afuera ha cesado, no ‘sin dejar una sensacion de vacio que trata de lenafse con clertas retoricas de salvacion o con clertas salvacione: personales sin retérica El ensayo es un genero particular- ente sensible a estos problemas, __ pues na le sienta bien hacerse el des- 2 neni ago qve.n in poesia, por jemplo, si le va muy bien. El tono Politico "ho-se ha perdido del todo Aunque ya no conserve ese vigor de otras décadas que hacia del texto un ‘campo de batalla con movimientos de clases enemigasy barricadas ideologl- ‘eas, 0 esa convicelon con que podia afirmar que clerto rasgo formal en una obra se debia no sélo a deliberacion téenica del escritor sino a “secretas determinaciones de estructura que emanan dela dialéetica del movimien- ‘tohist6rico literario". Esta clta provie- ne de un excelente ensayo de Jaime ‘Mejia Duque -otro nombre clave del nero= Sobre la obra narrativa de ‘Tomas Carrasquilla. Y viene a cuento orl seguridad con que entra esce- ‘na un personaje que podriamos deno ar frateralismo, histrico,_cuya funcién en el terreno de juego consis- {86 en imponer a los movimientos ts “Hos del ensayista un marco estrat ion global, de conceptos y de lexico, entro del cual adquirio el jucio criti coun Figory una severidad propios de Pane EI tono.asertivo. que-se ‘apoderd, por entonces, del ensayo no es. menospreciable. Los textos se titulaban, por ejempio, Literatura y realidad o Poesia y desa- rrollo soctal en Colombia. Una resenia + -sobre la Bvolucion del lenguale poético podia comenzar asi: “gEvolucion? {dAcaso la poesia no es eterna? No, no ‘Setema. Bs historica’. Y no se trata “Ge aiscutir la verdad del enunciado, | mas compartible hoy que nunca, sino de asombrarse con su envidiable en- fonacion, tan claramente fechada y hoy imposible. De esas posiciones ¢l_ ensayo se ha eplegado, mas recientemente, en dos /airecciones: un lirismo que podria re- tar peligrosamente anodino y-un femicismo voleado'hacla’ clertas logias del andlisis iterario, ba- das en clencias instrumeniales jenos Comprometidas, o comprome- fedoras, que el marxismo,(Los lirica \ > ponen en escena al alma serisible que Se pasea por las obras en actitud de Extasis, locual le prohibemancillarias “+ con julcios de valor o discernimientos cexcesivamente racionales oanalliticos. fos académicos tienden a convertir + os textos en campos deejercicio, cuan- dono de malabares, para su gimnasia © conceptual y lexicografica. Podria de ‘irse, ahi si, con toda propiedad, que al ‘ser_el protagonista Hamando Valencia Goolkel ‘Rubén Sioa Mella. Rafael Gutérrez Glrardot. Ricardo Cano Gavia. y se gana todos los aplausos debidos (al espectaculo, En ambos caaos sel jhe sustraido al ensayo la sustancia leritea que parecla_corresponderlé (como su esencla propia. En América Latina, el ensayo eritico hha sido, por tradielén, espacio propio, casi exclusivo, de poetas y novelistas. Colombia noes laexcepeiony atin hoy podria deciree, sin temor a exagerar, {que los mejores ensaylstas se ene fan en la némina de los escritores consagrados en otros géneros: poetas como Femnando Chany Lara, Juan Gustavo Cobo y Willlam Ospina, 0 hharradores como German Espinosa, Oscar Collazos, Dario Rutz, Helena ‘Araujo, RH, Moreno Durén y Ricardo Cano Gaviria, Sin embargo, hay otra némina. de procedencia. acaderica Cuyo desconocimlento mutilaria gran parte de la vitalldad intelectual del ensayo contemporaneo: Rafael Gullé- ‘rez Glrardot, Eduardo Camacho, Es- {anislao Zuleta, Carios Rincon, Ruben Sierra, casi todos ellos provenientes de predios lloséfteos, han insufladoal ensayo literario un allento de reflexion teoriea indispensable para el género Ta separacion en dos grupos puede resultar mas o menos arifical: fo que hace del poets o del narrador un ensa: Yista es "su voluntad de aplicacion ertica nities: 16 quie hace del fildésofo un ensayista es su voluntad de estilo, a pantande ‘que unos y otros poseaii lo que les corrresponde por ticle. Es el dldlogo permanente de ia) Iteraiuracon la Mlosona yas clencias Sociales lo que conflere au lugar cen- fal al ensayo en el contexto de una | calla que se fehuse « separar 1 | islico deo intelectual ycxtica. Por | tlio sigue siendo valida la apreciacion de Barthes: el ensayista ene qua estar comprometid en a aventura intelectual de eu época y pasar por todos los debates de la Gencla ta politica y el arte; pero a la hora de Escribir esta solo yrno hay’clencia ni Secta que lo salve. El coniicto que se dramatica en su textoincluye, aunque Jovele, su propio yo. De lo contrario, nno'es un cscrtior. & 5 MAGAZIN DOMINICAL

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