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Proyecto editorial: Coordinacién general de {a obra: Asesor general: Investigacin iconograifica Disetio de coleccién Federico Polotto Juan Suriano Enrique Tandeter Graciela Garcia Romero Isabel Rodirigué NUEVA HISTORIA ARGENTINA TOMO 9 VIOLENCIA, PROSCRIPCION Y AUTORITARISMO (1955-1976) Director de tomo: Daniel James EDITORIAL SUDAMERICANA, [BUENOS AIRES, COLABORADORES “eras, Gare “Volenin,eeaciein y alarms: 1855-876, - 2 ea. - Weep bac a= cena toa pening: 2) Ricardo Aroskind 'san as0-07.2548-4 Universidad de Buenos Aires 1. Histo Patten Arganing |, Tilo op san'ea2| Javier Auyero State University of New York at Stony Brook PRIMERA EDICION ‘ania de 2008 Monica B. Go “ONICET - Universidad Nacional de Cordoba ‘TERCERA EDICION “Agosto de 2007 Mark Alan Healey University of Mississippi Rodrigo Hobert Universidad de Buenos Aires Daniel James Indiana University ‘CONICET - Universidad Nacional de La Plata [Leas Rubinich Universidad de Buenos Aiers Maristella Svampa Saat ‘Universidad Nacional de General Sarmiento nt pusticacton no ete ser reprodcia, oi en todo ni en prt, ni egisada en, César Teach wanstida por un stead reeoperacin de iatormaci, en anguna forma CONICET - Universidad Nacional de Céedoba i porningin modo, 208 meciico fotoqimien, electnica, magnétic,elesrooptce, | | Sergio A. Pajl or foa2apia ocualauter 0 in permit previo por escrito dels editorial IMPRESO EN LA ARGENTINA Queda hecho ef dep que previa la ley 11.72 {© 2003, Editorial SudamericancSA°, Humbero 1531, Buenas dives. ISBN 10-950.07-2344 ISBN 13: 978-950-07-25444 ISBNO.: 950-07. 1365.3 ww sudamericanalibros.com.ar Schoo, Emesto, “La nveva canci6a de ls argentins", en Primera Plana, Bue nos Aires, 1/6/1968. Sigal, Silvis, Jtelecmcles y poder en la décade del sesenta, Buecos Aires, Pantosur, 1991 Spineto, Horacio, “Buenos Aires era un happening” en Toda es Historia, Buc- os Alea, octubre de 1990. Steimberg, Oscar, Leyendo hitorietas, Buenos Aires, Nueva Visién, 197. ‘Texin, Oscar, Nuestros aks segenta, Buenos Aires, Puntos, 1991, ‘Troncoso, Oscar, Buenos Aires se divierte. La historia popular, Buenos Aires, RAL, 1971. VV.AA., “Los "60. La culture dela revolucisn", en Tempe Argentino, Buenos Aires, 277771986, Walger, Syvina, y Ulanovsky, Carlos, TV Gute negra, Buenos Aires, Eaiciones de ia Flo, 1974, ‘Yoonet, Paul, Juegos, modas y masas, Barcelona, Gedisa, 1988, —— 328 — VU Protesta, Rebelién y movilizacion: de La resistencia a La lucha arasada, 1955-1973 por MONICA B. GORDILLO Y 2A -aevlusin Lite Pa L dors", que derrocé al gobierno de Juan Do- mingo Perén, pretendia ter minar_con_una forma” de hacer politica y disefiar un 4 - nllevo modelo de “cepuiblica aM ARIMON posi” baa eala panier —~ Lattiih—4 pacidn de Tow partidos quey nnn é hablan conformado Ja oposi- 5 aT ciGn al gobierno. Sin embar- eae Soar ast formal, los sucesivos gobier~ nos adolecerfan de una ilegi- timidad esencial que llevaria a Jos marginados del sistema ! a la utilizaciéa de canales extraparlamentarios y a Ta. cfeaciGn de nuevas redes por | donde exteriorizar la protes- z ta, Asi, comenzaron a defi- nirse précticas sociales de accion directa al estar veda’ da para el partido mayorita- rio la mediacién politica ‘Una situacién de casi ple- no empleo cred, a'suu vez, condiciones més favorables para el éxito de las reivindi- 4 caciones, A ello se sumaron, / como factores de movilize ci6n, Ia frustracion_pol en ampliog sectores y Ia in- fluencia de los diferefites movimiento de liberacién nacional que surgian en el mundo en el contexto de la Guerra Fria, En este senti- do, puede marcarse como rasgo dominante de todo el periodo la permanente recurrencia : a la accign colectiva y a Ja exteriorizacién de Ta protesta, qie aiguiris erferentes formas y contenidos segiin [os momentos histéricos especificos. Bsas diferencias tienen que ver con los marcos culturales que en cada momento encuadraron las ac- ciones, es decir, con las representaciones simbélicas y las in- torpretaciones colectivas acerca de los acontccimientos que condicionaron los modos de accién y Ilevaron a la utilizacién de distintos repertorios de confrontacién, segtin los actores so- ciales involucrados y las oportunidades politicas abiertas para la exteriorizacién de In protesta. Se pueden discriminar tres etapas dentro de.este perfodo en las que se observa una base comin: Ta de la inestabiliciad polf- tica y su imposibilidad de legitimar un modelo econdmico y 1) Desde 1956 a 1969 predominaron la resistencia y la protesta = obreras que, Sin embargo, fueron tomando diferentes formas we do ¥ Sgnténidos al mismo tiempo que se iban conformando Pee evos actores provenicnes fundsmentalmente de los see- comes juveniles 2) Entre 1969 fines de 1970 se produjo un momento explosi- GB _— vo. En ese corto lapso emergié lo acumulado en los aitos 2 previos, estallando la rebelién popular y conformandose “7 ovimientos sociales de oposicien al régimen que ensaya. ona Gh ee el periodo que va de 1971 a 1973 se produjo el pasaje ala i, win potica, que aopis diferentes formas y vias de oX- 220 _presi6n segiin los actores involucrados y las alternativas po- ee iiss que cada uno sostenta. Sin embargo, es necesario destacar que en este capitulo no serén tratados todos los momentos con la misma profundidad, ya que el propésito principal es explicar el pasaje a la moviliza- cin y accign colectiva que tuvo lugar a fines de los “60 y co- mienzos de los *70, que adquirié la forma de rebeliones popula- 1g, movimientos contestatarias 6 movimnientos pollticos para Ja toma del poder, alternativas todas que se fueron conformando en, el periodo anterior, de ahi la necesidad de reconstruir la genesis Elo que luego saldria abiertamente a la superficie, — 332 — a El hilo que subyace este perfodo es la mudanza de una cultu-, politica de resistencia a otra de cosfrontacién, donde se en- jaron diferentes alternativas caracterizadas por su intencién de egeluieliminar deadversano- on Ulgieoe cooys SaBOTES ‘excluir/eliminar al adversario, en algimos casos simbolica y en otros hasta fisicamente, DE LA RESISTENCIA A LAS REBELIONES POPULARES La “pura resistencia”; los “gorilas”, los “caiios”, la revolucién... EL gobierno militar que se instalé en 1955 quebranté mo- ‘mentneamente Ia estructura legal dentro de la cual Habian ve- nido funcionando las organizaciones siidicales, a la vez que intent aniquilar todo vestigio de la ideologta p. como se puso de Gisolvia el partido, inhabilitabs para ocupar cargos piblicos ¢ ejercido durante los gobiemnos peronistas y prohibfa el uso de todos Tos s{mbol6s peronistas, incluidas las canciones, distinti- vos-y consignas hasta ef extremo de no nombrar a Perdn 0 @ Eva Pern de manera pifblica o privada. Pero, contratiamente al efecto buscado, esto pradujo un re- fuerzo de le identidad peronista alimentado por discursos y ticticas violentos que Hamaban resistir hasta que se hiciese efectivo el esperado y seguro retorno de Pern desde el exilio. Comenzé asf un perfodo de reconstitucién de 1a identidad po- pular peronista en circunstancias muy diferentes de aquellas en Tas que S€ habla consolidado, donde se puso en juego un Intenso trabajo de representacién, autorreconocimiento, clasi- Ticaci6n y distincién frente a los valores que se intentaba im- poner desde los sectores dominantes. En efecto, la idea del tomo sitvig como elemento aglutinante para la réSistencia po: pillar ya que, a partir de ella, se conformé el mito del “avién negro”, que era sostenido tanto por los partidarios como por Jos temerosos enemigos. EI imaginario del retorno servfa, entonces, para justificar por pare del gobierno medidas extemadaments repress — 333 —_ Fachada del figorifice Lisandro de la Torre el dia OS desu ocupacién por los obreros, enero de 1959. necer el optimism coro el fusilamiento del general Valle y de otros seguidores el 9 de junio dé 1956, acusados de preparar un golpe con el obje- tivo de traer a Perda de nuevo al poder. Al mismo tiempo, este imaginario sirvi6 para alentar diferentes prdcticas violentas. Alcomienzo, ellas estaban desorganizadas y erat Tevadas a cabo por pastidarios y bases politicas que se dieron una débi organizacién de comandos, generalmente barriales y sin mu cha coordinacién. Algunos trabajadores comenzaron también a porticipar de esas précticas, a la vez que intentaban reestructu- rarse internamente y ganar a través de nuevos dirigentes los diferentes sindicatos De li tencia individual o més espontinea que predomi- nd en la primera mitad de T356 se paso a otros repertorios de confrontacién como el de Ia preparaci6n y colocacién de bori- bas, los famosos “caflos”, que requerian mayor organizacién. Esta practica se encuadrabe dentro de um marco cultural tipico de la resistencia que-recomendaba la aniquilacién del otro, del enemigo, pero de una manera solapada, encubierta, ‘Arturo Frondizi Ilegs al poder en [958 con el apoyo del voto peronista tras haber “pactado” con Perén el levantamiento de la proscripeién y el restablecimiento de La Ie- gislacién laborat que ha- bia sido dejada sin efecto durante el gobie Revolucion L lumbrarss ¢ llevaron a desva- — 334 | | ' Frigonfico Lisendro de ka Torre ecupado por sus bros, 191-1958. los trabajadores y a restablecer algunas précticas de la ctapa anerior, aunque ahora organizadas con mayor participacién obrera al haberse reconstituido los sindicatos. Un ejemplo importante de la accién obrera/sindical en esta etapa fue la huelga y ocupaci jrifice Nacional Li- sandro de la Torre én energ de(1959)La operacién militar de salojo por dos mil séldados y"uatro tangues dio un saldo de 95 jetenidos, varios heridos y cinco mil cesantes. En el berrio de Mataderos la lucha se proiongé por varios dfas, vacién- del conflicto los sindicatos y organize cio. peronistas como las 62 Organizaciones, que habfan decretado un paro nacional, comenzaron a argumentar gue se estaban creando las condiciones para un nuevo golpe y decidieron levantar el paro. Durante todo el gobierno de dizi se percibfa esta tensién entre una combatvidad obré- 5s medidas econdmicas y sociales del go- arte de Tas organizaciones sindicales de ‘ones logradas, Al fin el sector mayoritario 0 estaba dispuesto a dejar de ser un Ante 1a conti s_gremial —— 335 —

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