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Capitulo 1 LOS MOVIMIENTOS SOCIALES COMO POLITICA «La construccién de un movimiento social fuerte a favor de la democracia», rezaba el editorial del Harare Daily News de Zimba- bue el 5 de diciembre de 2002, corresponde siempre a la sociedad civil cuando el contexto en el que se encuentra es de opresién politica... La capacidad de definir ‘un movimiento social podria ser un punto de partida. Tal y como su nombre indica, los movimientos sociales son organizaciones globa- les formadas por diferentes grupos de intereses. Los movimientos sociales incluirin a las capas ms significativas de la sociedad, como obreros, grupos de mujeres, estudiantes, jévenes y al esta- ‘mento intelectual. Estos distintos grupos de intereses de la sociedad estarén unidos por un agravio comiin que, las mis de las veces, seré la ausencia, percibida por todas las capas de la sociedad, de demo- cracia en un escenario politico determinado. Asi ha sido, especial- ‘mente, en las tltimas dos décadas en la lucha contra la segregacién racial en SudAfrica 0, mas importante si cabe, la que se ha librado en Zimbabue durante los Gltimos cuatro aflos. La Gnica diferencia sig- nificativa entre la situacién en Zimbabue y el movimiento contra la segregacién racial en Sudéftica estriba en que el primero, por lo 18, LOS MOVIMIENTOS SOCIALES, 1768-2008 general, no esté tan definido y es algo mas difuso. De hecho, en Zimbabue, ala gente se le puede perdonar que, en ocasiones, piense que el movimiento social se ha escindido. (Harare Daily News, 2002, p. 1.) Cinco aftos y medio més tarde, los lideres de la oposicién contra el régimen violento y vengativo de Robert Mugabe en Zimbabue seguian lamentando las divisiones que aquella mezcla de represién y cooptacién que practicaba el régimen habia provocado entre los suftidos cfudadanos de un pais sitiado. Munyaradzi Gwisai, un an- tiguo diputado del Movimiento por el Cambio Democritico (MDC), sostenia que la oposicién debia trabajar con la diaspora para «cons- truir un movimiento solidario que agrupara a los movimientos de base, los movimientos sindicales y los movimientos sociales» (BBC, 2007). A pesar de la represién, 1o han logrado hasta cierto punto. En marzo de 2008, 3.000 delegados de cincuenta organiza- ciones civicas, movimientos sociales, sindicatos y de la «lzquierda Revolucionaria» se reunieron en Harare y crearon una Convencién Popular. Aunque el MDC, el principal partido de la oposicién, in- tenté lograr el apoyo electoral de este foro, muchas de las organiza- ciones participantes votaron en contra de la propuesta, pues desea- ban mantenerse al margen de la politica electoral (Tonderai, 2008). En abril de 2008 se celebraron los comicios, pero Mugabe se negé a permitir el recuento de las papeletas. El movimiento a favor de la democracia respondié movilizindose. El 5 de mayo de 2008, la or- ganizacién del movimiento social Mujeres del Zimbabue Levan- taos intenté marchar hasta la sede del Tribunal Supremo, en Bu- lawayo, exigiendo el fin de la violencia politica que asolaba al pais. La policia detuvo a diez miembros y, presuntamente, golped a do- cenas de mujeres (Rusere, 2008). La oposicién zimbabuense no estaba sola en su deseo de resolver ‘un problema politico mediante la creacién de un movimiento social. En 1997, el periédico socialista de Manchester International View- LOS MOVIMIENTOS SOCIALES COMO POLITICA, 19 point abogé por la creacién de un «movimiento social europeo» que defendiera los derechos de los trabajadores en un momento en el que la Comisién Europea se decantaba por recortar el gasto social (international Viewpoint, 1997). A pesat de estar radicada en Euro- pa, la red mundial Jubilee 2000 alzé su voz para pedir la erradicacion de la deuda del Tercer Mundo. Segiin uno de sus organizadores, alrededor de esa causa nacié y se articul6 un movimiento social glo- bal. En 2000, después solamente de cuatto aos de campafia, las ccampafias de Jubilee 2000 habian llegado, con una fuerza y un cariz variables, a 68 paises. Las campatias nacionales eran auténomas, pero compartian objetivos, simbolos e informacién, asi como un ex- traordinario sentido de la solidaridad, Hubo campafias en paises tan Aistintos entre s{ como Angola y Japén, Colombia y Suecia, Hondu- ras. Israel o Togo y Estados Unidos. La capacidad para colaborar y coordinar las campafias se beneficié en gran medida del uso de In- temet. (Pettifor 2001: 62.) En 2008, muchos europeos confiaban en que las movilizaciones contra el capitalismo global no sélo se convertirfan en el movimien- to que habia de devolver a los obreros europeos su esperanza sino también remediar los problemas del Tercer Mundo. América Latina y Asia se sumaron a la fiesta: en noviembre de 2007, el periédico de Bangladesh New Nation publicé que la Alian- za para la Soberania Alimentaria pedia la creacién de un movi- miento social contra los alimentos genéticamente modificados, que, en sus palabras, constitufan una grave amenaza para la salud humana. También en Estados Unidos ha habido esperanzados llama- mientos para fundar movimientos sociales. En 2007, un grupo de activistas pro derechos humanos se reunié en una conferencia inter- nacional en Berkeley, California, bajo el lema de «Responsabilidad para protege. Uno de los talleres que se celebraron durante la con- 20 LOS MOVIMIENTOS SOCIALES, 1768-2008 ferencia sirvié para juntar a varios grupos, entre ellos los Estudian- tes de la Fe Progresistas, Amnistia Internacional, el Centro para el Progreso Americano, el Grupo sobre la Crisis Internacional, la Coa- licién pro Darfur de la Bahia de San Francisco, STAND-UC Berke- ley, el Consejo de los Asuntos Mundiales del Norte de California y el Movimiento Federalista Mundial-Instituto para la Politica Glo- bal, con el fin de discutir la creacién de un movimiento social para poner fin a las atrocidades en masa. Ese mismo afio, Mare Train, de los Veteranos de Irak contra la Guerra, se manifesté a favor de un movimiento contra la guerra que aglutinara a la gente. Declaré: Este modelo también puede servir como fuente de inspiracién para que otras organizaciones pacifistas construyan un poderoso movimiento social en este pais que permita poner fin a esta guerra y convertir de veras a Estados Unidos en el pais que creo que debe ser; el pais por el que lucharon y murieron esos patriotas de finales del siglo xvi que llevan tanto tiempo enterrados. Y cuantos mis grupos adopien este modelo, més y més norteamericanos verdn que vviajamos todos en un mismo barco que nauftaga, y més preparados estaremos para coordinarnos y alcanzar el objetivo comin, que no ¢s otro que acabar con esta farsa llamada Guerra Global contra el ‘Terrorismo que ya ha ido demasiado lejos y que ya no es (jjamés lo fue!) motivo de risa, (Train, 2007) En pleno siglo xx1, gente de todo el mundo vio en la expresion «movimiento social» el toque de rebato, el contrapeso a un poder opresivo, un Ilamamiento a la accién popular contra un amplisimo abanico de plagas. Pero no siempre fue asi. Aunque hace miles de aflos que, en todo el mundo, el pueblo se rebela por un motivo u otro, lo que el Harare Daily News describié como «organizaciones globales for- madas por diferentes grupos de intereses» no existia hace tres siglos en ningtin otro lugar del planeta. A finales del siglo xvut, los habi- LOS MOVIMIENTOS SOCIALES COMO POLITICA 21 tantes de Europa Occidental y de Norteamérica comenzaron, en un gesto profético, a dar forma a un nuevo fenémeno politico, con lacreacién de los primeros movimientos sociales. Este libro traza la historia de esa forma politica inventada. Trata los movimientos so- ciales como una forma inica de la contienda politica; contienda por cuanto ¢s0s movimientos sociales plantean una serie de reivindica- ciones colectivas que, de ser aceptadas, chocarian con los intereses de otras personas; politica por cuanto, de un modo u otro, los go- biernos, con independencia de su signo politico, figuran en tales reivindicaciones, bien como autores, bien como objeto de la reivin- dicacién, bien como aliados del objeto, bien como érbitros de la disputa (McAdam, Tarrow y Tilly, 2001). Los movimientos sociales, 1768-2008 demuestra que esta version particular de la contienda politica obliga a un enfoque historico de una cierta profuundidad. La historia es de utilidad porque explica el motivo por el cual los movimientos sociales abrazaron algunos rasgos crucia- les (por ejemplo, las marchas callejeras disciplinadas) que distinguie- ron al movimiento social de otras formas de politica. La historia tam- bign es de utilidad porque identifica una serie de cambios significativos en la labor de los movimientos sociales (por ejemplo, la aparicién de actores profesionales debidamente remunerados y de organizaciones especializadas en llevar a la préctica los programas del movimiento social) alertindonos asi de la posibilidad de nuevos cambios en el fu- turo. La historia es de utilidad, por diltimo, porque se centra en las cambiantes condiciones politicas que propiciaron la aparicién de los movimientos sociales. Silos movimientos sociales comienzan a desa- parecer, su desaparicién sera la prueba de la debacle de uno de los, principales vehiculos de participacién del ciudadano de a pie en la po- litica piblica, El auge y cafda de los movimientos sociales marca la cexpansién y la contraccién de las oportunidades democraticas, A la vista de su desarrollo en Occidente desde 1750, el movi- miento social fue el resultado de la sintesis innovadora y trascen- dental de tres elementos: 2 LOS MOVIMIENTOS SOCIALES, 1768-2008, 1. Unesfuerzo piblico, organizado y sostenido por trasladar a las autoridades pertinentes las reivindicaciones colectivas (lo denominaremos campaiia). 2. El uso combinado de algunas de la siguientes formas de ac- cién politica: creacién de coaliciones y asociaciones con un fin especifico, reuniones piblicas, procesiones solemnes, vi- gilias, mitines, manifestaciones, peticiones, declaraciones ay en los medios publicos, y propaganda (denominaremos a este conjunto variable de actuaciones: repertorio del movi- miento social). 3. Manifestaciones piiblicas y concertadas de WUNC de los participantes: valor, unidad, nimero y compromiso, tanto de los actores como de su circunscripcién (lo denominaremos demostraciones de WUNC). A diferencia de una peticién ‘nica, una declaracién 0 una con- centracién multitudinaria, una campafta no se detiene en un solo episodio, a pesar de que los movimientos sociales a menudo recu- rren a peticiones, declaraciones o concentraciones multitudinarias Una campafia siempre vincula, como minimo, a tres partes: el gru- po de quienes se atribuyen la autoria de la reivindicacién, el objeto uw objetos de dicha reivindicacién y el piblico, quienquiera que sea. Aunque las reivindicaciones pueden dirigirse contra funcionarios gubernamentales, las «autoridades» en cuestin también pueden in- cluir a propietarios, funcionarios religiosos 0 a otros grupos cuyas acciones (u omisiones) afecten de un modo significativo el bienes- tar de mucha gente. Lo que constituye el movimiento social no son las actuaciones en solitario de los contendientes, su objeto(s) 0 su piiblico, sino la interaccién entre estos tres elementos. Aun cuando un pufiado de fandticos se entregue en cuerpo y alma al movimien- to, el grueso de los participantes divide su tiempo entre la reivindi- cacién piblica y otras actividades, como, por ejemplo, la organiza- cién cotidiana que hay detrés de una campafi LOS MOVIMIENTOS SOCIALES COMO POLITICA 23 El repertorio del movimiento social se solapa con el repertorio de fenémenos politicos como Ia actividad sindical o las campafias electorates. Durante el siglo xx, las asociaciones con un fin especifi- co, y sobre todo las coaliciones transversales, comenzaron a desa- rrollar un amplio abanico de actividades politicas por todo el mundo. Sin embargo, la integracién de la mayoria o de la totalidad de estas actuaciones en el seno de campafias prolongadas es lo que distingue los movimientos sociales de otras formas de hacer politica. La expresién « WUNC» resulta extraiia, pero alude a algo con lo ‘que ¢stamos familiarizados. Las demostraciones de. WIJNC nueden adoptar la forma de declaraciones, esloganes o etiquetas que impli- quen las nociones de valor, unidad, nimero y compromiso: Ciuda- danos Unidos por la Justicia, Signatarios de la Promesa, Defensores de la Constitucién... Con todo, el colectivo suele representarse a s{ mismo a través de un Lenguaje con el que el pblico local esta fami liarizado, por ejemplo: + Valor: conducta sobria; atuendo cuidado; presencia del clero, de dignatarios 0 de madres con hijos. + Unidad: insignias idénticas, cintas para el pelo, pancartas 0 vestuario; desfiles; canciones e himnos, + Mimero: recuento de asistentes, firma de peticiones, mensajes de las circunscripciones, ocupacién de las calles. + Compromiso: desafiar al mal tiempo; participacién visible de gente mayor o discapacitada; resistencia ante la represién; ha- cer ostentacién del sacrificio, la adhesion o el mecenazgo. El lenguaje varia enormemente en funcién del contexto. Sin em- bargo, si algo comparten estos lenguajes es la difusién general del WUNC. Evidentemente, hay precedentes histéricos tanto de los tres ele- mentos como de sus subdivisiones. Mucho antes de 1750, por citar un ejemplo obvio, los protestantes europeos habian organizado en 24 LOS MOVIMIENTOS SOCIALES, 1768-2008 repetidas ocasiones prolongadas campafias piblicas en contra de las autoridades cat6licas para defender su derecho a practicar aque- Ila fe hereje. Durante dos siglos, los europeos se enzarzaron en gue- ras civiles y revueltas articuladas alrededor de la divisién entre ca- t6licos y protestantes (Te Brake, 1998). En cuanto a los repertorios, ya existian por separado distintas variantes de las asociaciones con un fin especifico, las reuniones piblicas, las marchas y del resto de formas de accidn politica mucho antes de que se combinaran en el seno de los movimientos sociales. En breve veremos c6mo los pio- neros de los movimientos sociales adaptaron, ampliaron y conecta- ron entre si estas formas de actuacién. Desde hacia mucho tiempo, Jas demostraciones de WUNC habian sido un elemento habitual en el martirio religioso, el sacrificio civico y la resistencia a la con- quista; lo que distingue a las manifestaciones que llevaron a cabo los movimientos sociales de las realizadas por sus predecesores es la regularizacién de las mismas y su integracién en un repertorio estandarizado. El caracter distintivo de los movimientos sociales no se debe a un elemento en concreto, sino a la combinacion, durante las campafias, del repertorio y de las demostraciones de WUNC. Coincidiendo con los movimientos sociales, también aparecie- ron algunos fenémenos politicos que compartian entre si algunas caracteristicas, Tal y como se demostrara detalladamente en capitu- los posteriores, las campafias politicas, con sus partidos y sus con- tiendas electorales, interactuaron generosamente en ocasiones con los movimientos sociales, al tiempo que desarrollaban sus propios repertorios de derechos, obligaciones, personal y practicas. En dife- rentes momentos del siglo xix, los obreros de los paises capitalistas se hicieron acreedores, en su mayoria, de los derechos de asocia- cién, reunién, huelga y expresién colectiva; en algunos casos, al- canzaron estos derechos gracias a campafias, actuaciones y demos- traciones de WUNC de los movimientos sociales. Otros grupos de intereses organizados, como los fabricantes o los profesionales de la medicina también se hicieron con algunos derechos politicos espe- LOS MOVIMIENTOS si SIALES COMO POLITICA 25 ciales, como el de expresién 0 actuacién colegiada; sin embargo, en estos casos, raras veces lo lograron por la intervencién de los movi- mientos sociales. En su mayoria, aquellos grupos que ya manejaban tuna cantidad considerable de recursos y que tenfan contactos y prestigio consiguieron esos derechos a través de la negociacién di- recta con los gobiemnos. Durante los siglos x0x y xx, la mayoria de estados que habjan fundado iglesias concedieron a las nuevas sectas religiosas al menos elderecho de reunién y de expresién, ¢ incluso el derecho a imponer su doctrina y sus prdcticas entre sus miembros. Algunas comunida- des separatistas —ya sean religiosas, politicas o las que propugnan otro estilo de vida— han nacido a rebufo de movimientos sociales, aunque la mayoria de regimenes han reprimido estas comunidades 0 han limitado considerablemente sus actuaciones. Asimismo, en oca- siones las organizaciones que participan en los movimientos socia- les han dado el salto a otras esferas politicas, encabezando campaiias Politicas, fundando sindicatos, creando grupos de intereses durade- ros, convirtiéndose en sectas religiosas o instituyendo comunidades separatistas. Esta mezcolanza no ha de ser obstaculo para admitir que, después de 1750, alrededor de los movimientos sociales surgié un poderoso niicleo de leyes y de précticas. INTERPRETACIONES DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES En un libro de 1850 titulado Historia del movimiento social Jrancés desde 1789 hasta la actualidad, el sociélogo aleman Lo- renz, von Stein introdujo la expresién «movimiento social» en los debates académicos sobre las luchas politicas del pueblo (Von Stein, 1959). En un primer momento, la expresién aludia @ un pro- eso continuo y unitario en virtud del cual el conjunto de la clase obrera cobraba conciencia de si misma y fuerza. Cuando Von Stein escribié su obra, el Manifiesto comunista (1848) de Marx y Engels 26 LOS MOVIMIENTOS SOCIALES, 1768-2008 habia adoptado recientemente esas mismas palabras al declarar que «todos los movimientos histéricos anteriores fueron movimientos de minorias, o persiguieron los intereses de las minorfas. El movi- miento proletario es el movimiento consciente e independiente de la inmensa mayoria y obedece a los intereses de la inmensa mayo- ria» (Marx y Engels, 1958, vol. I, p.44) ‘Aun asi, los analistas politicos también hablaban de movimien- tos sociales, en plural: en 1848, el periddico aleman Die Gegenwart [EI Presente] declaré que «los movimientos sociales no son, por lo ‘general, sino la primera etapa en la busqueda de un resultado hist6ri- co vilido» (Wirtz, 1981, p. 20). La mayoria de analistas decimond- nicos de los movimientos sociales los distingu‘an en funcién de su programa, su organizacién y su contexto. El propio Engels adopté la forma en plural en el prefacio a la edicién inglesa del Manifiesto, de 1888, subrayando que «allé donde los movimientos proletarios in-

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