Debates sobre el derecho a la salud mental: la
indicacién y prescripcién de psicoférmacos en
poblacién infanto-juvenil en la estrategia de Atencién
Primaria de la Salud (Rosario, Santa Fe)
Sandra Silvana Gerlero y Ana Cecilia Augsburger
Introduccién
La Ley Nacional de Salud Mental (N°26.657/2010) y su Decreto Regla-
mentario (603/2013), promueven la efectiva proteccién de los derechos de
las personas con padecimiento psiquico ¢ impulsan cambios y adecuacio-
nes de las pricticas y los modelos de intervencidn destinados al cuidado
dela salud mental, Su entrecruzamiento con la Ley de Proteccién Integral
delos Nifios, Nifias y Adolescentes (N"26.061/2005), consolida una trans-
formacién de paradigmas que atafie al campo de la nifiez, y que implica
el pasaje de la infancia como objeto, a la infancia como sujeto de pleno
derecho. La ruptura con el paradigma tutelar y la consolidacién de un pa:
radigma de proteccién integral permitié avanzar en el establecimiento de
politicas sociales y sanitarias de la nifier basadas en la garantia de derechos.
Sin embargo, vale sefialar que el enfoque de derechos propuestos mantiene
tuna fuerte Censidn en los contextos y espacios sociales concretos, ya que no
sélo implica transformaciones juridicas sino también, y al mismo tiempo,
profundos cambios en la cultura social e institucional.
De manera que, de la mano de esta dupla legislativa se configura un esce-
natio privilegiado para analizar las politicas de salud mental en la infancia
y su correspondencia con las précticas de cuidado que consideren efectiva-
mente a nifios, nifias y adolescentes como sujetos de derechos.
La creciente complejidad social y sanitaria ha generado nuevas y mayores
demandas a los servicios de salud mental, cuyo compromiso no s6lo se liga
a problemas histéricos de la infancia, ino a situaciones vinculadas con pro-
bleméticas familiares y terricoriales dificiles de abordar s6lo desde el sector
salud, y muy diversas en sus expresiones concretas. No siempre los requeri
mientos alos que se ven sujetas las insticuciones permiten elaborar respuestas
acordes y coherentes a las exigencias de los recientes principios instituidos.
er‘Aun cuando durante los iiltimos afios diversos documentos internacio:
rales, nacionales y regionales incentivan la bisqueda de adecuacin entre
los principios juridicos, las politicas, los programas y las acciones de los
sujetos implicados, se hace evidente que operan miltiples obstaculos para
lograr efectiva coherencia (Barcala, 2015). Son numerosos los autores que
coinciden en sefialar que al momento actual
cen el campo de la infancia, el
reconocimiento jurfdico de los nifios y nifias como sujetos de derechos no
garantiza su cumplimiento efectivo en todas las citcunstancias y espacios
concretos (Bustelo, 2007; Luciani, 2010).
Conforme lo expuesto, resulta esencial investigar y relevar el quehacer de
las politicas piblicas en salud mental, en especial aquellas que atafien a
la nifez, en la medida que constituyen un esfuerzo del Estado que tiene
por destino apuntalar los mecanismos de proteccién. Al mismo tiempo, es
oportuno interrogar las respuestas brindadas por los servicios y los profe
sionales de salud que operan como productores ¢ intermediarios institu-
cionales en el cumplimiento efectivo de los derechos (Luciani, 2010).
‘Atendiendo al plano normativo de los cuidados en salud mental, la legis-
lacidn instituida y el Plan Nacional de Salud Mental que se formulé en
2013, se establecid que las modalidades de abordaje para los problemas
de salud mental privilegiaran el acceso a la atencién de las personas con
padecimiento psiquico fuera del Ambito de internacién, el desarrollo de los
servicios de carcter comunitarios basados en los principios de la atencién
primaria de la salud, y las précticas interdisciplinarias e intersectoriales.
Asimismo, se fijaron pautas claras para los procesos terapéuticos que re
quieren tratamiento psicofarmacolégico estableciendo criterios para la
prescripcién de medicacién, asi como sustentando el derecho a contar con
informacién adecuada a disponer de autonomia en las decisiones ya garan-
tizar el consentimiento de la persona que lo recibe
Sin embargo, como se ha seftalado en un trabajo previo, el debate instalado
a partir del nuevo paradigma no puede permanecer ajeno a las situaciones
paradéjicas que se establecen en el cjercicio cierto del derecho a la salud.
Se destaca en particular que las posibilidades reales de acceso los psicofir-
macos, como logro y expansién de los cuidados de salud mental integrados
en la estrategia de atencidn primaria, presenta aristas contradictorias cn el
marco del proceso social creciente, y cada vez mis aumentado, de interve
nir medicalizando la vida cotidiana de las personas. Como sefalan diversos
estudios en Latinoamérica, se trata de reflexionar sobre la caracteristicas y
68el compromiso de los servicios de salud en torno de las respuestas que se
claboran sobre los procesos vitales como la sexualidad, el nacimiento, el
dolor y la muerte, y as circunstancias sociales y politicas vinculadas ala es-
cucla, violencia, la incertidumbre, el trabajo, etcétera, todos ellos ambitos
donde se produce sufrimiento (Augsburger y Gerlero, 2017).
Conforme los elementos expuestos, y atendiendo al debate que supone
Ia garantia del derecho a la salud en un proceso socio-sanitario complejo,
que se tensiona al plasmar politicas sanitarias que garanticen la equidad
y el acceso a los servicios de salud mental, no habrfa que soslayar, como
sefala Alicia Stolkiner (2010), que el derecho a la salud incluye también el
derecho a la no medicalizacién. Y que la posibilidad de disponer de medi-
camentos psicofarmacolégicos en el primer nivel de atencidn es indivisible
de practicas asistenciales integrales, asi como de la disponibilidad de los
miitiples y variados recursos terapéuticos que no se reducen a la prescrip.
cién y consumo de medicamentos.
El concepto de medicalizacién social, rabajado ampliamente en las cien-
cias sociales por Ivn Ilich (1975), Peter Conrad (1982), Michel Fou-
cault (1996) y Eduardo Menéndez (1990), entre otros, es utilizado en
Investigaciones recientes que coinciden en sefialar que la utilizacién de
psicofirmacos se ha acrecentado en las iltimas décadas, y que la poblacién
infantil constituye un nuevo grupo poblacional en el que se ha incentivado
cl consumo (Faraone, 2008; Faraone ef al, 20092; Bustelo,2005; Untoi-
glich, 2014; Bianchi er al, 2016). La medicalizacién implica un proceso
continuo de expansidn de las categorias e intervenciones de la medicina
hacia nuevos Ambitos de la vida, los comportamientos y las relaciones s0-
ciales. Esta compromete una redefinicidn de eventos vitales en términos
médicos. Y en referencia a la nifiez significa que el cuidado, la socializacién
y ha formacién en [a infancia se tornan objeto de la incumbencia médica
(Brzozowski y Cucurullo, 2013; Colangelo, 2017)
En consonaneia con esta perspectiva, el uso de psicofirmacos en ese grupo
ctario puede analizarse desde la nocién de patologizacién. Son valiosos los
aportes que la definen como un proceso que transforma y traslada caracte-
risticas 0 rasgos del sujeto en patologias. Diversos autores afirman que en la
actualidad existen una serie de pricticas que llevan a patologizar la conduc-
ay comportamiento de los nifios y nifas de diferentes formas, cuando el
proceso de desarrollo infantil se encuentra “fuera de la norma’, y a inaugu-
rar el comienzo del uso de psicofirmacos (Untoiglich, 2014; Janin, 2013)
69De manera que se halla un conjunto de autores que adoptan una visién
reflexiva y critica sobre el consumo de psicofirmacos en la poblacién in-
fancil, como respuesta a los problemas de los procesos vitales y la vida co-
tidiana propios de este grupo etario (Faraone et al, 2009b; Iriart¢ Iglesias
Rios, 2012; Freitas y Amarante, 2015: Miguer, 2015).
Complementando esa linea de indagacién, que vincula los procesos de me
dicalizacién social con el consumo de psicofarmacos, otras investigaciones
interrogan el proceso de prescripcidn de esos medicamentos al interior de
la red de servicios de salud, ponderando las estrategias de gestién y actua-
cidn de los servicios y los profesionales de salud mental conforme las prac
ticas que desarrollan. Focalizando en la variedad de potenciales respuestas
terapéuticas para abordar los problemas de salud mental se hallan estudios
que analizan la trayectoria de atencidn y el recorrido que transita la po
blacién previa y posteriormente a la indicacién de los medicamentos, asi
como la banalizacién de la prescripcién de psicofirmacos en los servicios
de salud (Andrade Ferrazza et al, 2010).
La medicacién psicofarmacol6gica también ha sido objeto de trabajos que
examinan los criterios de su prescripcién y uso racional, la adecuacién de
su indicacién conforme diagnésticos, y el cumplimiento de las pautas le-
gales que rigen su indicacién (Falcso et al, 2007; Lopez Peig et al, 2006;
Andrade et al, 2004).
De modo que el consumo de psicofirmacos, tanto en la poblacién adulta
como de nifios, nifias y jévenes, da cuenta de un fendmeno complejo y
tuna tematica que ha adquitido mayor relevancia en las iltimas dos décadas
en forma de debates académicos, politicos y de investigacidn. Pese a ello,
son escasos en el contexto nacional y local los estudios con enfoque epide-
miolégico, sobre la indicacién y utilizacién de psicofirmacos, y mas atin
aquellos que denotan la situacién actual de la provisién de tratamientos en
la poblacién que accede a los centros de salud de atencién primaria y en
particular de la poblacién infantil.
Este trabajo se detiene particularmente sobre la prescripcién de psicofir-
rmacos en el grupo infanto-juvenil como modalidad de cuidado y de res-
puesta profesional e institucional oftecida por la red sanitaria de atencién,
primaria en el municipio de Rosario, Para elaboracién del problema y las
hipétesis que lo guian se retomaron resultados obtenidos en investigacio.
nes previas, asi como el conocimiento disponible de references nacionales,
regionales y locales en la problem:
70Una primera linea de indagacién, que antecedié a la tematica que se pre
senta, buscé evaluar el estado de situacién de las politicas en salud mental,
Ia legislacién especifica y las organizaciones de los servicios de salud mental
en provincias seleccionadas del pais. Uno de los hallazgos mas sustantivos
de ese diagnéstico inicial alerté sobre el insuficiente desarrollo de servicios,
y-dispositivos dedicados al cuidado de la atencién de la salud mental infan-
tilen el pais, asf como la notoria ausencia de informacién sanitatia y epide-
miolégica sobre sus problemas prevalences (Gerlero y Augsburger, 2012)
Dando continuidad a ese estudio, en segundo lugar, se analizé el avance
yeel grado de inclusién de los cuidados de salud mental en la estrategia de
atencién primaria de salud en algunos centros urbanos del pais como un
eje privilegiado de los procesos de reforma del sector (Gerlero etal, 2011)
Problematizando las condiciones de accesibilidad a los servicios frente a
los problemas de salud mental, se destacaron la expansi6n y distribucién
territorial de los servicios del primer nivel de atencidn que bregan por
garantizar, con modalidades heterogéneas, la continuidad de los cuidados
¢ integralidad de las respuestas en la red de atencidn. Conforme los resulta-
dos hallados, se destacé la experiencia en la politica sanitaria del municipio
de Rosario, que ha sostenido un proceso de descentralizacién de la aten-
cidn de los problemas de salud mental y garancizado la continuidad de los
tratamientos en servicios territorialmente localizados
Postetiormente, como continuacién de la linea de investigacién propuesta,
se colocé la problemética de la accesibilidad y la preseripcién de psico-
fiemacos como un componente nuclear de la capacidad resolutiva de los
servicios y del acceso equitativo a los cuidados de salud. En un primer
estudio sobre la temética, realizado entre 2015 y 2016, los hallazgos sea
laron que la cobertura de los medicamentos esenciales en salud mental en
la poblacién de Rosario era muy amplia y que esto podria ubicarse como
tun logro de los afos de expansidn y de consolidacién de la atencién prima-
ria a nivel local. Ademds se mostré la existencia de dispositivos y normas
institucionales que favorecen la accesibilidad a los psicofarmacos; lo cual,
y conforme un parémetro de equidad, revela una garantla de acceso para
disponer de estos medicamentos
Los hallazgos describicron la magnitud y la frecuencia de medicamentos
psicofarmacolégicos prescriptos en el conjunto de los centros de salud y los
principales grupos de Farmacos indicados, identificando las especialidades
de los médicos que operaban como prescriptores. Se reconocis la preserip-
m1cidn de medicamentos ansioliticos y antipsicdticos en nifias y nifios por
parte de pediatras, psiquiatras y médicos generales de atencin primatia.
Fl conjunto de estos resultados apuntalé la necesidad de debatir algunas
controversias y contradiceiones que el acceso y la disponibilidad de obten-
cidn de la medicacién supone pata los servicios de salud y para la situa-
cidn de salud de la poblacién infantil. En particular, es relevante centrar
Ia reflexidn sobre la calidad de los procesos de cuidado y de las decisiones
terapéuticas referidas a la indicacién de psicofirmacos, asi como interrogat
las modalidades de la estrategias terapéuticas con las que se responde a las
demandas generadas por la poblacién infantil
‘Al mismo tiempo, no puede eludirse el conflicto entre la expansién de
los cuidados en salud y el proceso de medicalizacién de la vida diaria de
las personas. Resulta paradojal la sicuacién que deviene de los logros de la
expansién de los cuidados en atencién primaria y la accesibilidad al trata-
miento con relacién a los procesos de medicalizacién y patologizacién de
la infancia, Estos dltimos representan hoy; sin duda, una sefal de alarma
para la implementacién de la politica sanitaria, la gestién de los servicios
de salud y las respuestas que los equipos profesionales brindan a los pade
cimientos psiquicos.
Atendiendo a lo expuesto, la exposici6n que se compartesintetiza un recorte
de una investigacién que petsigue el objetivo de elaborar el padrén epide-
miolégico de la poblacién de nifios, nifas y jévenes con tratamiento psico
farmacol6gico dispensado en Centtos de Salud del municipio de Rosatio.
Enfoque metodolgico
Asumiendo un enfoque epidemiolégico, se sistematiz6 y analizé la infor-
macién de los medicamentos psicofarmacolégicos prescriptos en Atencién,
Primaria. Se identificé la poblacién infantil en tratamiento con psicofie-
macos en los centros de salud del municipio de Rosario.
El estudio comprendié un total de 42 centros de salud dependientes de la
Direccién General de Centros de Salud de la Secretaria de Salud Péblica
‘municipal. Representan la mayorfa de los centros de salud (42 sobre un to-
tal de 54), seleceionados segin disponibilidad de profesionales especializa-
dos, recursos organizativos de farmacia para la provisién y dispensacién de
los psicofirmacos. Estas organizaciones sanitarias se distribuyen esteatégica
72y territorialmente en los seis distritos de la ciudad de Rosario y cuentan
con equipos de profesionales multidisciplinarios (médicos/as clinicos/as
ylo generales, pediatras, enfermeros/as, psicélogos/as, trabajadores/as so-
ciales, farmacéuticos/as entre otros). También hay profesionales de otras
especialidades médicas, entre los que se halla un grupo de psiquiatras, que
actiian bajo una modalidad organizativa y funcional de “soporte matri-
cial de referencia territorial” para brindar mayor capacidad resolutiva a los
equipos de atencién primaria
Los datos se obtuvieron de fuentes secundarias de Auditoria Central de
Farmacia y Servicios de Salud correspondientes a un semestee del fio 2016.
La chasificacién de los psicofirmacos se elabord en base a la taxonomia que
sefiala la Organizacién Mundial de la Salud, que establece grupos de firma-
cos conforme a los trastornos mentales segin la décima edicién de la Clasifi-
cacin Estadistica Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados
con la Salud (CIE-10)(Cuadro 1). La totalidad de los datos recabados se
procesaton con Software Estadistico SPSS (versién 11.5/ Windows XP); y el
analisis contempls el uso de herramientas de estadistica descriprtiva,
Cuadro 1, Clasificacién de drogas psicofarmacolégicas segin diagnéstico
Diagnéstico de trastorno mental Recomendacién de grupo de férmaco
Trasornaspsiétcos Grupo
Trastornos dopresivos Grupo
Trastornos bipolares| Grupo th
‘Ansiedad ytastomnos del suefo Grupo
Trasiomes obsesivo-compulsivo ypanico | Grupo V
(Otros —Trastomos convulsvos Grupo Vr
Fuente: OMS (2010),
Resultados preliminares
En el semestre analizado de 2016 se realizaron 7.671 prescripciones de
psicofirmacos de las cudles 403 (5%) se refirieron a la poblacién infantil
El conjunto de indicaciones estuvo destinado a 4.956 pacientes usuarios/as
de los 42 Centros de Atencién Primaria que se incluyeron en el estudio. Se
atendicron 299 nifios, nifias yjSvenes, lo que representé el 6% de la pobla-
73cidn coral. El promedio de prescripcién de psicofirmacos que recibieron
nifios, nifias y jévenes fue de 1,3.
Conforme la organizacién territorial de la red de servicios y la distribucién
entze los seis distritos que estructura la atencién sanitaria en el municipio,
se revel6 que la poblacién infancojuvenil es referente de todo el ejido mu-
nicipal. El distrito noroeste acumulé la mayor proporcién de pacientes con
prescripciones, con més de un tercio del toral (33%), seguido del distrito
sudoeste, que rcunié aproximadamente el 21% de poblacién infantil con
prescripcién psicofarmacolégica (Cuadro 2)
Cuadro 2. Poblacién infanto-juvenil en tratamiento psico-farmacolé-
gico segin distritos sanitarios y sexo
Distrito segin centro de salud Varones [Mujeres | Total
centro 3 @
Noroeste 5 ny 9
Norte 30 5 s
Oeste 30 ie ae
Sudoeste a7 27 4
Sur 16 18 34
Sin datos 1 1
Total 76 122 299
Fuente: Elboracién del estudio conforme informacién de Auditoria Central de Far-
‘macia y Servicios de Salud, Secretarfa de Salud Pablica del municipio de Rosario.
Al distinguir los grupos etarios para el conjunto de la poblacién infantoju-
venil, se destacé que el mayor niimero de prescripciones es para el grupo de
10 aftos 0 mas. De los 299 usuarios y usuarias que recibicron medicacién,
1 70% tenian al momento de la indicacién entre 10 y 19 afios de edad,
mientras que el restante 30% era menor a una década de vida. Una mayor
desagregacidn de los grupos mostré que la proporcién de preseripciones
realizadas se incrementa a medida que aumenta la edad de la poblacién,
1 31,5% de las indicaciones se realizé a menores de 10 aos, el 33% en el
grupo de 10a 16 afios y la mayor proporcién, el 35,5%, entre jovenes que
tenfan entre 17 y 19 afios (Grafico 1),
74Gréfico 1. Prescripciones realizadas segin grupos de edad
Fuente: Elaboracién del estudio conforme informacion de Auditoria Central de Fat-
racia y Servicios de Salud, Secretaria de Salud Pablica del municipio de Rosato,
La distribucién de la poblacién infantil segin género express que el 59%
(176) de los varones recibieron medicacién de psicofirmacos, mientras
que la indicacién aleanzé al 41% (123) de las nifias y j6venes mujeres
Al indagar al interior de cada grupo etario, se hallé que los y las meno-
res que tecibieron medicacién presentaron paridad genérica entre quienes
tenfan menos de 10 aios de edad, mientras que entte los 10 y 19 aos
fueron los varones los que acumularon mayor cantidad de prescripeiones
de psicofirmacos,
Al comparar la poblacién de nifios y jévenes varones medicados en rela-
in a todos los varones el peso de la prescripeién de psicofirmacos repre-
senta el 9%. Mientras que la magnitud de nifas y j6venes con medicacién
‘entie la poblacién de mujeres, alcanza el 496, es decir menos de la mitad
que lo varones (Grifico 2).
Los resultados del andlisis sobre las prescripciones realizadas (N: 403) a la
in de nifios, nifas y jdvenes segtin el tipo de firmaco, sefalan que
1 fueron el principal grupo de psicofirmacos, con el 41% de
las prescripciones registradas. En segundo lugar, se observé medicacién
indicada para trastornos psicdticos (28%); y en orden semejante, aquellos
provistos para trastornos bipolares (24%). El cuadro 3 describe la magni-
tud del conjunto de las prescripciones conforme la recomendacién para
cada uno de los grupos propuesta por OMS
75Grifico 2. Relacién entre poblacién adulta y poblacién infantil con
tratamiento psicofarmacoldgico segin sexo
a —
talon ‘ °
Buen: Ela
rmaciay Servicios de Salud. Secretarfa de Salud Piblica del municipio de Rosato,
‘én del estudio conforme informacién de Auditorfa Central de Far-
Cuadro 3. Frecuencia de prescripciones segiin tipo de psicofirmacos y
trastornos mental
Grupo de farmacos | Recomendaciones de uso segin
oMs (2010) iagnésticodetrastomo mental [Frecuencia _| %
Grupo Trasornos psiotcos 113 2
Grupo Trastornos depresvos tt 3
Grupo I Trasornosbipolares| 7 2
Grupo Nv ‘Ansodad ytrastomos del suafo| 16 o
Grupo Vil (Otros —Trastomos convulsivos 6 4
Todos los grupos rd 100
‘Nota: *Una preseripelén figura segin medicamento por trastorno de dependencia
en un menor de 10 afios
La medicacién para los tastornos de ansiedad presenta proporciones se
mejantes entte los grupos de edades. A diferencia de esto, los firmacos
antipsicéticos aumentan a medida que se incrementa la edad, acumulando
tun 18% de esta indicacién en la poblacién menor de 10 afios, el 33% en
aquellos y aquellas que tenian entre 10 y los 16 afis y concentra el 49%
de las prescripciones para problemas de salud mental graves, el grupo de
17 a 19 afios de edad.
76Cuando se analiz6 la situacién para cada uno de los grupos de psicofir
:macos los hallazgos pusieron en evidencia que los ansioliticos representa-
ron, tanto para varones como para mujeres, el tipo de medicamento més
prescripto, Entre las nifas y jévenes acumul6 el 44% (73) de la totalidad
de prescripciones (165) y la mayor cantidad se indicé en las edades mas
precoees, entte un aio y los 9 afios. En el grupo de varones represents el
39% (93) de todas las prescripciones de psicofirmacos (237) y més fre-
cuentemente indicado entre los mayores, de 17 2 19 afios.
Los medicamentos clasificados como antipsicéticos se indicaron con ma-
yor magnitud en los varones, con el 31% comparado con el 24% en las
mujeres nifias y j6venes,
Por iiltimo, los medicamentos estabilizadores del animo o para trastornos
bipolares mostraron una distribucién més pareja entre varones (23%) y
mujeres (25%)
Los y las profesionales que realizaron la prescripcién de psicofirmacos per-
tenecfan a distintas especialidades, tal como se muestra en el cuadro 4
Cuadro 4. Prescripciones por tipo de psicofirmaco a la poblacién in-
fantojuvenil segiin especialidad médica
Peril —_|Ansiedad [Ant Bpolaes [Dependencia Anil Anti] Total
profesional convusivos depresivos | pscéticos
an eo ft 3 7% | x0
Pedavia [a7 [2 | 0 ® 7
Paiquatia [4 z a - 3 n |e
rot —_([185 [18 aiff a
Fuente: Elahoracién del estudio conforme informacién de Auditoria Central de Far-
maciay Servicios de Salud. Secretaria de Salud Piblica del municipio de Rosario.
Reflexiones provisorias
La escasez de estudios previos refuerza la necesidad de contar con informa-
cidn epidemiolégica de la poblacién consultante que permita problema-
tizar aspectos de la calidad de los procesos de cuidado y de las decisiones
ccrapéuticas referidas a la indicacién de psicoférmacos en la poblacién in
”fancojuvenil. Monitorear la adecuacién de los tratamientos, la reevaluacién
de los diagndsticos y su duracién podria contribuir evitando procesos de
medicalizacién en la poblacién usuaria
Se aspira a que la consecucién del estudio abone a una agenda de de-
bate para valorar de manera sistematica las earacteristicas contradictorias
y paradéjicas que podsian establecerse entre las posibilidades efectivas de
acceso a la medicacién en el primer nivel de atencién y el proceso social
reciente, cada vez més expandido, de intervenir medicalizando la vida
cotidiana de grupos poblacionales altamente valnerables.
Bibliografia citada
Andrade Ferrazza, C.A. Lurio, LC. da Rocha yR. Rodrigues San-
ches (2010)."A banalizagio da prescrigio de _psicofirma-
cos em um ambulatério de satide mental”. Paidéia, 20, 47,
381-390. Disponible en _hetp://www