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PAUL BERGMAN LA DEFENSA EN JUICIO SEGUNDA EDICION ABELEDO-PERROT BUENOS AIRES Capiruto V ALEGATO FINAL A. CONSIDERACIONES GENERALES 1. La mistica del alegato final El alegato final cede poco ante Ia repregunta como ve- hiculo de la mistica. A juicio de muchos, el alegato final, se asemeja a un juego de basquetbol profesional: todo representa ‘el preludio de los tltimos momentos, cuando se gana 0 se pierde ‘el encuentro 0 el juicio. Sea, cual fuere la evidencia, el abogado ‘que puede despachar al juzgador a Ja sala de deliberaciones ‘euando en sus ofdos todavia resuena el soliloquio més vibrante y elocuente, obtendré la victoria en el juicio. ‘La mistica puede no carecer totalmente de fundamento. El principio de la “novedad” sugiere que el influjo del alegato final puede ser mayor que el efecto del interrogatorio directo o las -guntas, pues ese alegato es nuestra éltima palabra. Pero es ‘que este posible significado se vea compensado por otros es. En primer lugar, aunque las reglas pretendan lo con- es tipico que los juzgadores evalden la evidencia a me~ ‘supongamos que un testigo de trénsito y afirma que el cita, En el caso ti dida que se desarrolla. Por eje declara en un caso de accider conductor de un vehiculo legal pico, el juzgador no almacenaré la informa almacena nueces, y més bien combinai formacién acerca del “retraso para la ci idencia, y formulard una hipétesis provisoria acerca de la velocidad que Gesarrollaba el conductor. Como este proceso de evaluacién contintia a fo largo de un juicio, el juzgador generalmente ha pensado un poco en el asunto antes de que uno empiece a 186 PAUL BERGMAN hablar, y a menudo por lo menos ha Ilegado a una conclusion que los psicélogos denominan isposicién mental” creada por una wuede inducir al juzgador a subestimar o in contradictoria. La disonancia cogni es un proceso conocido en virtud del cual evitamos la incom dad psicolégica desechando mediante la racionalizacién la evi- dencia que contraria nuestras creencias. El furador que ignora Jos argumentos contrarios al consumo de tabaco procede asi en parte para evitar la disonancia cognitiva. De manera semejante, el juzgador que provisionalmente decidi6 que un conductor no estaba acelerando puede evitar la disonancia cognitiva dese~ chando mediante la racionalizacién el hecho de que el conduc- tor estaba llegando tarde a una cita. El juzgador puede descreer de la evidencia, o descubrir que el conductor no estaba tan re- trasado que necesitara acelerar. __ La “disposicién mental” y 1a disonancia cognitiva se com- binan para atenuar el posible impacto del alegat iea que los jurados tienden a a ran, en lugar de dedicarse a los argumentos de los abogados. Sin duda, la argumentacién que cl abogado formula puede producir cierto efecto en un juzgador, pero si uno se basa en la hipérbole y las invocaciones emocionales para superar las opiniones provisionales desfavorables, con mucha frecuencia se decepcionard. 2, Objetivos del alegato final El principal objetivo del alegato final es convencer al juz- gador de que nuestras proposiciones facticas son exactas. Como un juzgador gen: te desea sentir que una decisién no sélo es legalmente ‘moralmente justa, una meta afin y es formular razones en el sentido sejan que uno comience a planear el alegat. entra por la puerta del esti E| | | LA DEFENSA EN JUICIO 187 tun poco; Zpor qué necesitamos planear la argumentacién en beneficio de alguien que quiz4 viene a vender libros de derecho? Pero como lo sugiere la image uno planea argumentar debe conformar la evidencia qui 1, y no a la inversa. Uno ‘depende esencialmente de la evidencia, no de la argumentacién, para crear una disposicién mental favorable. Por ejemplo, supongamos que uno representa al deman- dado en un problema por despido impropio. Al afirmar que el demandante fue despedido con causa justificada, una de las roposiciones facticas que uno intenta demostrar es que se lo * Gespidié porque formul6 comentarios despectivos acerca de la mercancia dé la empresa en presencia de clientes mingristas. Por lo tanto, uno obtendré el testimonio directo (acerca de los ‘comentarios despectivos) de los testigos de la demandada y re- reguntaré acerca del mismo asunto a los testigos del deman- Gante. Por Jo tanto, antes de hacer lo mismo durante la argu- ‘mentaci6n, el eje de la evidencia consistiré en declarar ante el juzgador que uno sostiene que el demandante fue despedido por haber formulado comentarios despectivos. ia diferencia de lo que sucede conmigo, usted es una per- jonada a los deportes, reconocera que el alegato final de, juego trazados por los entrenadores eja a los pl de fatbol. Un plan de juego determina las maniobras del equipo. ‘Después del encuentro, el entrenador puede analizar ef plan, pero en general el plan es evidente en el juego mismo. De ma- era andloga, nuestra argumentaci6n es el plan de juego, y uno abriga la esperanza de que el juzgador lo comprenda a medida luso tiene dos ventajas En el curso de la are yente su plan de juego es. Ademés, no necesita ‘gumentacién uno puede revelar antes de que se resuelvan las cui usar suéters de aspecto emico. ican sobradamente, que son moraimente necesarias para impedir que el demandado perjudique a otros sin recibir su ‘castigo. O bien, si uno representa a un demandado cuyo libreto evado a una pantalla no ha respetado los derechos de autor de 188 PAUL. BERGMAN tun tereero, puede arguir no solo que las obras son demasiado di- ferentes y no permiten formular el reclamo, sino también que el piiblico se veria privado de un conjunto de ideas ereadoras si to- das las semejanzas observadas en los relatos lito. Al representar a un acusado a quien se res de las leyes acerca de los bonos y los argiir que no sélo la conducta del acusado no implicé manio- bras dotosas, sino que él practica el tipo de supervision contable que deberfa reclamarse a todos los corredores de bolsa. Tales argumentos no invitan dor a ignorar las leyes. En cambio, explican por qué un veredicto favorable es equita- tivo y justo. Sin duda, la parte de un argumento referi “promocién de la justicia” debe estar vinculada con la Pero es una fase del argumento en que uno puede uti dos maniobras oratorias, si asf le place. ibuyen violacio- lores, uno puede 3, Limite la argumentacié Esgrimir “hechos ajenos formulacién errénea puede con: impropio. Una icidn comple- juiler? Reti ion’. Una formulacin erronea de esta . Pero en general , uno puede afirmar la igo difiere en cierto modo de lo que uno esperaba que él dijese, uno puede referirse errdneamente a lo que crey6 que debia ser el test ‘A menudo, una formulacién errénea consiste en extraer ejemplo, supongamos que a partir de la evidencia de que Carrie legs tarde a una reunign uno pide al juzgador que inflea que la reunign fue decisi inferencia probablemente no se ju: 7eacior que infiera que Carrie tenia que estaba presionada. Pero la i6n entre Hegar tarde a una reu- €, Por Jo tanto, la inferencia carece nign y que ésta sea impo LA DEFENSA EN JUICIO 189 de justificacién, y afirmarla equivale a afirmar un hecho fuera del registro. 'Si se apoya la objecién de que uno formulé erréneamente Jo actuado, podemos disculparnos, asegurar al juzgador que uno trata de ser preciso, y recordarle que en todo caso él es el juez definitivo de la evidencia. ‘Si nuestro adversario cita errOneamente el registro, nuestra respuesta puede depender de que uno tenga o no la oportunidad de replicar. Si uno no dispondré de otra oportunidad para ar- gumentar, objetar es el tinico modo de corregir el registro. Mas atin, al combinarse con nuestra objecién un. recordatorio del verdadero estado del registro, uno puede aprovechar una for- mulacién errénea para exponer un breve miniargumento. Por ejemplo, uno puede objetar del siguiente modo: “Objecién, Su Sefioria. No hubo evidencia en el de que Jack acompafiase a Jill al ascender la monta testigo declaré solamente que ambos escalaro: El de la parte contraria nunca pregunté silo hicie- ron simultdneamente. Ademas Hansel, amigo de ambos, de- lar que Jack salié de la casa por lo menos veinte minutos ‘antes que Jill, de modo que es probable que no escalaran juntos la montafa. Solicito que se instruya al jurado en el sentido de que ignore esa observaci6n.” Si el abogado tendré otra oportunidad de argumentar, puede contemplar la posibilidad de desechar la objecién. Si | formulaciéa err6nea es bastante importante o esta repetida, lesarrollar una argumentacién de acuerdo con Bl abogado de la parte contraria desarrollé rgumentacién. Lastima que no se basara en la evidencia de este caso”. Asimismo, muchos jueces interpretan laxamente la norma que impide esgrimir hechos que no estén en el registro, con el argumento de que cierto exceso de celo es comprensible y que, de todos modos, “es nada mds que un. ar- tanto, al desechar una objecién, uno se pro- jurados que razonan que, como el juez deseché la afirmacién del oponente debe haber sido Laing ‘es que la falta de objecién puede 1 que se renuncia a plantear el asunto en apelacisn. iy 190 PAUL BERGMAN ‘Cuando se considera la posibilidad de que el argumento se ‘encuéntre “fuera del registro”, recuerde que usted puede refe- rirse a la informacion extraida de la experiencia cot de testimonio. Por ejemplo, si clarado que él no salié de su casa pi un delito, usted puede destacar que “ de delitos ha determinado que mucha gente tema salir sola de noche”. Los juicios se alargarian demasiado y serian muy costo- sos si cada afirmacién.general formulada durante la argumenta- cién debiera apoyarse en la evidencia. Por otra parte, cuanto més especifico es un argumento, mas probable es que resulte impropio a menos que se apoye en la evidencia contenida en el registro. Por ejemplo, si uno hubiese a ‘su conocimiento personal de un estudio reciente, que ice de delitos en este vecindario ha aumentado el 23% tres afios”, su argumento probablemente habria sido impr 4, Exageracién cual un anunciador formula afirmaciones generalizadas y exage- radas acerea de un prodte, En partes tolera stat partir de la teorfa de que pocos creerén de nuestro zapato de i flotando en el aire” 10 es una empresa comercial, y la exageracién suele ser menos eficaz como promotora de inferen- adversario ‘basada en evidencia con- la exageracién porque un © al de celo ible y porque la Iinea divi- soria entre las inferencias propias y las impropias a menudo no es muy clara. Més ao los juzgadoressuclen tener experiencia suficiente para reconocer la exageraci6n y no permit induzea a error. Sees Pero advierta que un juzgador puede tomar en serio la exageracién que usted formulé. En el ejemplo mencionado més arriba, un juzgador que tenfa ciertas dudas acerca de la credibi- LA DEFENSA EN JUICIO 191 lidad de Nelson pudo dictaminar contra nuestra posicién, por- que el argumenio que esgrimimos vincul6 implicitamente. un ‘dictamen en nuestro favor con la observacién de que la eredibi- idad de Nelson estaba por encima de todo reproche. Compa- ‘remos la exagerada insistencia en que una persona razonable no puede dudar de Nelson con este argumento: “Por supuesto, Nelson desea que. su cényuge tenga Exito en este juicio. Eso es comprensible. Ustedes conside- afirmase lo contra- i yerden Este argumento sugiere que si bien el juzgador puede cues- tionar la credibilidad de Nelson, su testimonio era veraz y exacto. Este argumento probablemente sera mucho més persua~ sivo para un juzgador que se esfuerza por evaluar la evidencia, {que la insistencia hiperbélica en la pureza del te ‘La exageraciGn puede cruzar la linea divisoria ¢ ingresar en ‘el terreno del argumento impropio, sobre todo en los argumen- tos que esgrimen los acusadores en los casos penales. Por ejem- plo, la referencia de un fiscal a un acusado como “un animal Ealvaje, wna bestia inmunda” probablemente eruza el limite y se interna en el drea de la argumentacién impropia. ‘Un argumento no tiene por qué ser una formulacién “lisa y diluida”. Aunque la mera exageracién de épocas anteriores ha Sido eliminada, el abogado puede mostrarse enfitico, enérgico € incluso agresivo, segin convenga a su estilo personal y a la natu- raleza de un caso. Pero es tfpico el hecho de que und debe apo- yar los ataques con Ia evidencia para persuadir a un juzgador ‘de Jue el caso que defiende consiste no s6lo en energia sino tam- bién en sustancia, 5, Formulacién de opiniones personales ‘Una norma aparentemente estable advierte que el abogado no debe aludir a sus creencias personales durante la argumenta- 192 PAUL BERGMAN ci6n. Pero esa norma general es mento es, en cic val i permite que el abogado formule su cre que un juzgador debe resolver una cuesti6n, ble, pues cualquier argu- del abogado acerca del inte, en general se ejemplo, supongamos que uno arguye del “Jack quiere hacernos creer que subié a la montafa para obtener una jarra de agua. Pero como lo declaro Jill, y como uno puede esperar, el pozo estaba al pie de la mon- tafia. Creo que la evidencia de Jill demuestra que Jack su- it6 Ia formulaci6n de su . En general, si uno la frase “Yo creo...” por “Sefalo el argumento esta sdlidamente El argumento es adecuado: propia creencia al estado di puede remplazar mentalment que la evidencia demuestra, bbasado en la evidencia. En cambio, un enunciado de la creencia perso: ral es impi presenta ante los ojos del juzgad dad personal o la credibilidad del abogado, 0 la de ‘mule un dictamen basado en parte en sus ser la honestidad y Ia integridad del abogado. Si que puedan impedir que un juzgador ext ferencias basa- das en el cai ‘conducta 0 la apariencia del abogado, no podemos pedir explicitamente al juzgador qué proceda de ese : Jos tres argumentos mencionados mis arriba son impropios. LA DEFENSA BN JUICIO, 193 6. Técnicas de comunicacton La capacidad persuasiva de un argumento es producto no s6lo'de lo que usted dice, sino del modo de decirlo. Recuerde a Jos oradores que lo impresionaron, Probablemente mantienen el contacto ocular, hablan extempordneamente, varian el tono de ‘voz, utilizan oraciones sencillas y palabras comunes, explican ‘términos complejos, utilizan un poco de humor si tal cosa es adecuada, parecen confiar en ellos mismos, y utilizan otras téc- nicas andlogas. (Vestir una toga ¢ instalarse de pie sobre el dés- pota masacrado frente al Foro romano es otra técnica eficaz, ‘pero no es fécil utilizarla). Uno no necesita recibir lecciones de featro o ser un orador dotado para desarrollar una argumenta- cin eficaz. Uno puede arreglarse bastante bich con las técnicas usuales de oratoria pablica. Entre esas téenicas una es hablar més lentamente que lo ‘que uno podria hacer en la conversacién cotidiana. En general, tino argiiré en presencia del juzgador separado del mismo por jerta distancia, y quiz4 con la ayuda de un micréfono. Ambos 1uya la velocidad de su expresién iado, Mas ain, si uno habla len- imidado cuando hace una pausa factores exigen que uno si quiere ser entendido y r tamente, tal vez no se si para ordenar sus pensamientos. ‘Aunque en general uno no debe leer un argumento, de tan- to en tanto puede remitirse a las notas. Ciertamente, referirse @ Jas notas puede demostrar a un juzgador que uno est realizan- do referencias. exactas y cuidadosas a la evidencia. Las notas ‘en un boceto, quizé con citas exactas del tes- y las instrucciones fundamentales destinadas al B. LAS COSAS QUE DEBEN DECIRSE ‘DURANTE LA ARGUMENTACION El alegato final no incluye una contraparte al formato tpi- camente cronoldgico del interrogator 10, 0 al formato i tas. Porque el ntimero de reglas que del juicio, la argumentaci estilo personal, Las transcripciones del ju 194 PAUL BERGMAN de argumentos y las visitas a la sala del tribunal son fuentes ade- cuadas para comprender el paisaje variado de los estilos argu- mentales. Lo que-uno dice y cémo lo dice en esencia es producto de la dindmica original de cada juicio. Piense en el alegato final ‘como una cosa de Ia cual no existen planos. El siguiente andlisi las habitaciones que pueden formar esta “casa”. nes elige uno, y c6mo las distribuye es, en defini- tva, una cuesti6n del criterio que cada uno ero un solo argumento probablemente no incluird todas las “habitaciones”, salvo el caso en que la carrera entera del abogado esté formada por este tnico caso. qué hal 1, Repaso de la evidencia El repaso de la evidencia es una repeticién de la misina sin argumentar explicitamente su credibilidad o su conexi6n con las proposiciones fieticas. Uno querté revisar la evidencia cuando una historia es (a) compleja (por ejemplo, el testimonio concen- trado en la informacién técnica); (b) prolongada en el (dos dias de testimoni fos en ocho dias de causa de las festividades anuales “Dias confusa (cronologfa incierta porque se rrogatorio directo y la repregunta de caso de que nuestra historia gene efecto emocional y mor La revisin de la evidencia puede parecer un tedioso es- fuerzo “no adversativo” para fijar un concepto probatorio co- i embargo, consideremos una revision fe la misma perspectiva que Lewellyn de los hechos de las presentaciones en el modo como uno relata la historia puede impresio- nar al juzgador. Al elegir la evidencia que uno relatar4 y resaltar Ja prueba mediante técnicas como el énfasis vocal y la repe- ticién, una revisin de Ia evidencia puede aportar tuna jintensa impresién de la justicia de la causa cliente. ‘Un modo de revisar la evidencia es relatar la historia com- pleta. 10 sabemos, los relatos narrados suelen aportar ele- tra historia general aparece fragmentada a través de diferentes teresantes y significativos. Sin embargo, cuando nues- LA DEFENSA EN JUICIO 195 testigos, es posible que el juzgador no per realmente”. Por lo tanto, uno puede me dos igos para formar una sola his de revisién puede ser stil cuando una aun lap prolongado, o contiene elementos que pueden conducir aun juz- gador a mostrar una reacci6n emocional favorable. Asimismo, si tino se preocupa por la credibilidad de uno'o dos testigos especi- ficos, este método puede ayudarle a enfocar la atencién d en la historia general, y no en los detalles de las histori juales. ino puede relatar una historia general adoptando el si- guiente formato: “Comprendo que, a causa del modo en que los aboga- dos a wees debemos presenta Ia evidencia sn el iby nal, es posible que usted no tenga ds Io que realmente sucedi6. Como usted sabe, al 30 de junio {a sefiora Jones estaba recibiendo ayuda federal para ella i ijo Jack. En esa fecha, le enviaron por formando a la seftora Jones que se le ha~ ‘bia suspendido la ayuda. Dominada por el pénico, ordend a Jack que vendiese una vaca, el tinico valor que la familia posefa. Jack partié para cumplir Ia orden, pero en el ca- nino se detuvo frente a un vivero. Sabemos que en cierto ‘momento compr6 habas en esa tienda ‘Aunque es posible que la historia se base en el testimonio de la sefiora Jones, de Jack y el empleado del vivero, uno la re- lata como una sola historia general. é ‘Un segundo método consiste en repetir la prueba testigo por testigo. Este método subraya los relatos de los testigos indi- Niduales en el bloque de una historia general del grupo. Uno puede usar este método cuando sus.testigos gozan de elevada «set mucho més importante quela historia general, "Una revisi6n testigo por testigo puede adoptar la siguiente forma: 196 PAUL BERGMAN “Permitaseme revisar brevemente la deciaraci6n de los testigos que declararon por el demandante. Fueron Sonny Boulevard, Max Avenue V, Della Street y Rocky Road, cu- nombres son todos sindnimos de muchas de las vias dia siguiente con el acusado. Deseribié ese encuien ciéndonos que... Finalmente, Rocky el mayorista que es el principal proveedor del acusado nos dijo que...” La correccién téctica de cualquier tipo de r cevidencia depende de una serie de consideraciones. Una implica el alcance de la atencién del juzgador. Quizd uno no desee so- meter una porcién especifica del argumento a la revisién de la ‘evidencia si poco después se remitira de nuevo a la agrupar la evidencia relacionada con los elementos j segundo aspecto implica con cudnta amplitud uno revisa ta prueba, Es evidente que necesita resumir, pero.que debe ha- cerlo de tal modo que no permita que el adversario afirme que gumentacién esté un resumen incompleto.) 2, Analice los principios legales pertinentes PI el otro estd formado por reglas que orientan el proceso de di cidacién de los hechos. Las tipicas reglas de procedimiento in- cluyen la carga de la prueba, los factores que gr. credibilidad, y la evaluacién de la evidencia ‘Como la facultad de derecho sin duda le demostr6, los procesos menudo no son menos explicitas que Ia discusi6n de las normas sustanciales, Mas atin, si una norma de cualquiera de estos tipos probablemente es poco conocida por un juzgador, usted puede 4 | LA DEFENSA BN JUICIO 197 cexplicarla en el idioma cotidiano. Después, puede agrupar la evidencia relacionada con una norma, lo cual ¢s frecuentemente Ja funcién decisiva de un argumento. "Aunque el anélisis de los principios legales a menudo es fundamental en los juicios por jurado, uno debe remitirse a ellos incluso en los juicios presididos por el juez. Uno puede ue los afios de practica, asi como los informes prevics a J las discusiones orientadas hacia un arreglo, habrén fa Zado de tal modo a un juez.con los prineipios juridicos pertinen- tes que la repeticién de los mismos amenaza someter @ dura prueba Ja paciencia del juez. De todos modos, los jueces a me- Judo aprecian que se les recuerden las euestiones controvertidas precisas, Incluso un juez que ha estado atendiendo casos penales Gurante treinta afios no se molestaré si el abogado defensor le recuerda que es necesario demostrar la culpabilidad del acusado fuera de toda duda razonable. Por supuesto, si el abogado se en- frasca en una disertaciGn abstracta acerca del significado de una duda razonable, es posible que do, uno basa una di truceiones del jurado. es, en cierto momento anterior a la argumenta- sbogado y el juez se retinen para decidir cuales son las es que se impartirén al jurado. Sin embargo, no de- bemos basarnos en Ix formulacién que hace el juez de esas ins- trucciones para orientar el razonamiento legal de los jurados. Durante la argumentacién uno desea destacar las normas que cree mis fundamentales para Jograr que los jurados resuelvan favor del caso que est4 defendiendo. En su trucciones son enunciados de principios abs- ‘uno posee la oportunidad decisiva de reformular los pi bstractos en la forma de pr nes fdcticas, y de proponer explicaciones, en términos de lo que significan las reglas. Por ejemy i ala venta de mercancfas, uno puede an tuna instrucci6n referida a los daftos y per} las juri cin, el al inst } juez les explicaré enseguida que el incumpl de la garantia por el acusado GlueAll provocs sufrida por el sefior Letwin, si ese incumplis factor sustancial en la determinacién de la pérdida. En términosconcretos, debemos demostrar que el hecho de que 198 PAUL BERGMAN GlueAll equivocadamente llenase el tubo con crema helada y no con adhesivo, fue un factor fundamental que lev6 al derrumbe del edificio del sefior Letwin. La expresi6n ‘factor fundamental’ es decisiva. que paralograr que uste- des otorguen datios y perjuicios al sefior Letwin, no necesi- tamos demostrar que ¢l error de GlueAll fue la causa tnica del derrumbe del , 0 incluso que fue la causa més importante. Mientras el error de GlueAll fue una razén im- portante del derrumbe, mientras haya sido més que una causa secundaria, més que un factor insustancial, la ley obliga a ustedes'a conceder datos y perjuicios al sefor in”. ‘Un jurado que escucha cémo el juez recita las instrucciones puede parecerse a una persona que nada sabe de arte y que in- resa en el Louvre. En vista de todas las posibilidades de elec- i6n, ni el jurado ni la persona ansiosa de cultura tal vez pueda decirnos cuales son las normas o los cuadros més importantes. Consideremos entonces que nuestro andlisis de la ley es una suerte de guia oral acerca de las normas en las cuales un jurado debe concentrar la atencién durante las deliberacio- nes. Por ejemplo, aqui tno concentra la atencién del juzgador en el elemento individual disputado en un caso de fraude: “El juez les explicars Jos cinco elementos del fraude. ‘Hemos demostrado la totalidad de los mismos. El acusado no ofreci6 ningén testimonio acerca de cuatro de dichos elementos. El acusado reconoci6 haber dicho que el cielo se desplomaba, que sabia que esa declaracién era falsa, que tericién, de engafiar a mi ior Little ha necesitado chado esa declaracién. Todos esos hechos son indudables. se refiere al quinto elemento, a saber, que el sefior Little en efecto crey6 en ta declaracin. La confianza razonable en la declaracién es la Gnica cuestién que el jurado necesita tener en cuenta al momento de deli- erar. Cuando uno considera la evidencia, no cabe duda de ‘el caso en favor del sefior Little. En pri- ios lo que significa ‘confianza razona- jana.” ble’ en Ja vida cot i LA DEFENSA EN JUICIO 199 Concentrar la atencién de un juzgador en una cuesti gal discreta puede ser decisivo cuando uno quiere alejar Gliente de los aspectos emocionales de un caso. Por ejemplo, El alegato de “no culpabl sugeriria que el cliente es indiferente al abuso en per Jos nifios. Al concentrar Ia atenciGn del juzgador en la cus controvertida limitada, uno puede salvar la distancia emocional entre el juzgador y el cliente: “Ustedes escucharon el testimonio de los nifios que fueron yictimas de actos brutales y repulsivos. Para mi liente, ha sido por lo menos tan dificil y doloroso escuchar, esto como seguramente lo fue para ustedes. De ningtin modo minimizamos la severidad de las lesiones sufridas por los nifos. Solamente:formulamos una afirmacién ante Ustedes: a saber, que el sefior Atila sencillamente no fue la persona responsable de esos actos terribles”, ‘Tanto si uno es juez como si pertenece al jurado siempre debe dedicar un momento a examinar la carga de la prueba. Re- ‘conocemos que los estudios realizados sugieren que no es pro- able que los juzgadores resuelvan las cuestiones fécticas de acuerdo con las probabilidades. Es decir, en general un juzgador no razonaré asf: “Hay un 60% de posibilidades de que él pueda identificar al ladrén, y eso deja en pie una duda razonable”. Pero el argumento referido a la carga de la prueba puede re- cordar al juzgador las normas sociales, y en un caso con poco ‘margen puede ser determinante, Otorga al juzgador que desea dictaminar en nuestro favor un conjunto de términos y un pro- ceso de razonamiento que justificard su posicién. Con respecto a la carga de la prueba, recuerde que el.co- nocimiento de los juicios en la mayoria de los jurados proviene de la television y el cine. En las obras dramiticas, los juicios ge- neralmente implican acusaciones criminales. Por consiguiente, fen representacién del demandante y en el tipico juicio civil por jurado, uno debe destacar que, a diferencia de los juicios penales, s6lo se necesita demostrar la responsabilidad (no la culpa) mediante cierta preponderancia de la evidencia. Como el facusado en el mismo caso, uno debe subrayar que el deman- dante asume la carga de la prueba. Como fiscal en un caso pe- 200 PAUL BERGMAN nal, uno destaca el hecho de que debe superar sélo las dudas “cazonables”, no todos los vuelos de Ia fantasia concebidos por elemento (0 propo: demostrarlo o a refutai narracién, el agrupami relatos los rubros espectficos de la prueba correspondientes a un principio. Aunque uno puede realizar el interrogatorio directo y la repregunta de un modo que destaque las inferencias que uno desea que el juzgador extraiga, el argumento basado en el agra- Bamiento de es generalmente la tinica oportunidad or ici juzgador puede ser el blanco de la argumentaciéa basada en el agrupamiento de la evidencia. Con respecto a un elemento indi ‘imonio de una de las part Por ejemplo, supongamos que usted est defendiendo a un empleador en un caso de despido sin causa, y afirma que un empleado administrativo (gerente de uno de los restaurantes de comidas répidas de la empresa) fue despedido con causa justifi- cada por recibir comisiones. El argumento basado en ei agru- pamiento de la evi juecle adoptar la siguiente forma: io aports sobradas pruebas en el sentido de que en efecto eso fue lo que hizo. Primero, esté Ia evidencia sumi- : : i i : i 2 i LA DEFENSA EN JUICIO 201 nistrada por Len Scap, el subgerente. El sefior Scap declaré ue cierto dia, cuando el senor McCarl no estaba en el res- taurante, un empleado de Aqueduct entreg6 a Scap un so- bre de papel madera y dijo: ‘Esto es para McCarl. Digale que corresponde a marzo’... Después, Anna Turney, que representa a Aqueduct y fue la testigo del propio deman- dante, reconoci que Aqueduct no ofrecia al restaurante mejores condiciones que lo que habia sucedido con el ante- rior proveedor de carne... Tercero, observe de nuevo en la prueba C del acusado, la nota de putio y letra de McCarl Pidiendo a Turney que ‘resista un par de semanas, veré si edo trace a otro gerente! MeCarlfrmlé algunas exh Eaciones acerca de los pedidos importantes, pero al mismo tiempo... Finalmente, recuerden que en su declaracién inaugural la sefiorita King afirmé que ella demostraria por qué McCarl podia aumentar la eficiencia del restaurante ‘cambiando a los proveedores de earne, ZUstedes escucha- ron siquiera un minimo testimoni Elector tal vez compruebe que gravita naturalmente hacia Ja “narraci6n de una historia” 0 hacia una forma argumental que implica el “agrupami ia”. En abstracto, ninguna de estas formas es superior a la otra. Pero en un caso particular es posible que convenga la forma con la cual uno se Siente menos cémodo, o incluso sean viables ambas formas de argumentacién. Asi, siempre las dos, de modo que la decisi6n se base en el criterio profesional, no en un acto reflejo. 4, Obtencién de inferencias Una de las funciones més importantes de la argumentacién cconsiste en persuadir al juzgador de la conveniencia de extraer inferencias favorables para relacionar la evidencia con los ele ‘mentos juridicos. Ciertamente, una caract principal ‘que distingue la argumentacién de la declaracién inaugural es nuestra capacidad para extraer inferencias durante la argu- mentaci6n. ‘Como el lector recordard del Capftulo Il la evideneia cir- ccunstancial no demuestra nada, excepto por via de inferencia. Por ejemplo, que un acusado huya de la escena de un delito violento tiende a demostrar la culpa sélo si uno infiere, entre 202 PAUL BERGMAN otras cosas, que “Las personas culpables tienen més probabili- dades de huir de la escena de un erimen violento que las perso- nas que no son culpables.” ‘Aunque uno puede organizar el testimonio de tal modo ‘que induzca al juzgador a extraer inferencia favorable a medida que se desarrolla el testimonio, slo durante la argumentacién uno puede formular inferencias explicitas, Volviendo al ejemplo de la “fuga” mencionado més arriba, supongamos que en su condicién de acusador usted est4 interrogando a un testigo que escuché un disparo y vio al acusado huir alejéndose del estam- pido. Con ranza de que el juzgador extraiga una inferen- cia de culpabilidad a partir de la evidencia representada por la hhuida, uno continga interrogando del siguiente modo: P: iCuénto tiempo transcurrié entre el momento en que usted oy6 el, disparo y el momento en que el acusado pasé a su lado? i R: No puede haber sido mas que un par de segundos. P: GPuede explicar con qué velocidad se desplazaba? R: Bien, ciertamente no caminaba de prisa ni trotaba, ni nada por el estilo. Yo dirfa que estaba corriendo. P; ZObserv6 algo acerca del lugar hacia el cual miraba mientras corria? R: Si, un par de veces volvi6 la cabeza para mirar hacia atras. Pero, por muchas preguntas que usted formule, no puede decir al testigo: “Estaba huyendo porque fue la persona que disparé el tiro?” Y abandonado a sus propios procesos menta- les, es posible que el juzgador no extraiga dicha inferencia. Por ejemplo, un juzgador puede inferir que la persona estaba hu- yendo para evitar que la alcanzara una bala. Durante el desa- rrollo del argumento, como la inferencia de culpabilidad seria apropiada, uno puede pedir explicitamente al juzgador que la formule: “Como usted recordar, Bess declaré que apenas un par de segundos después de escuchar el disparo, vio al acu- sado que, al huir, pasaba a su lado. El acusado no estaba LA DEFENSA EN JUICIO, 203 ‘caminando ni trotando. De acuerdo con Bess estaba 0o- triendo, y mientras corrfa volviendo la cabeza en direccién al disparo. Unida a la restante evidencia que ustedes escu- charon, la que aporta Bess demu: alld de toda duda razonable. {Qui dades de huir de un tiroteo que la persona que disparé un tiro? ¢No es esa la primera idea de un criminal...‘huir’? Es- taba mirando alrededor para comprobar si alguien lo per- feguta, La evidencia de\ Bess es la prusba clara que’ de- ‘muestra la culpabilidad”, ‘A menudo, unio identifica las inferencias que desea.que el juzgador extraiga como parte de un argumento basado en el agrupamiento de la evidencia. Remitimos al ejemplo del des- pido incausado, més arriba. Alli, usted observé que Len Scap re- cibié un sobre de papel madera de manos de un empleado Aqueduct, pero dejé a cargo del juzgador contemplar la posibi lidad de que la evidencia se relacionara con el pago de coms nes. La formulacién de inferencias destaca explicitamente portancia de la evidencia, y puede inducir al juzgador a extraer precisamente aquéllas: “.. y declaré: ‘Esto es para McCarl. Digale que corres- ponde a marzo.’ £No le parece que eso tiene el aspecto de una transaccién comercial comin? Podemos inferir que ‘en el sabre habia dinero. Tenemos un sobre de papel ma- dera, sin marcas, y la declaracién: ‘esto corresponde a marzo’. No se trata de Ia tipica transaccién comercial. Podemos inferir que el dinero era una comisién. Como el restaurante compraba carne a Aqueduct, cabe presumir que MoCarl debia realizar pagos a Aqueduct, y no a la in- ionados més arriba describen un argu- la un elemento o dos de evidencia (por ejemplo, “un sobre sin marcas y una declaracién”) con una proposicidn féctica discreta (por ejemplo, “recibi6 comisiones”). La formulaciéa de inferencias también nos permite formular rfa general del ‘elementos de la ica completa, y no 204 PAUL BERGMAN ica. Por ejemplo, un argumento ba- fhuestras observaciones estén basadas en la evidene! gumento en general es adecuado. Consideremos fragmento: “La evidencia demuestra que MeCarl cambié de com- mente porque deseaba llegar a un contrato la oportunidad de of i imbién demuestra que después de tres meses de operaciéa, las utilidades netas provenientes del funcionamiento del restaurante estaban estancadas. Y entonces, durante el cuarto mes, un miembro de Aqueduct se acerca y dice: “Eh, deémo van los nego- cios?” GQué pasa por la mente de McCarl en este mo- mento? No puede tratar de cambiar tan rapidamente de empleo, sobre todo cuando atin no ha conseguido nada con empresa. Percibe pocas posibilidades de mejorar todo, como lo demostré también el proyecto de inaugurar en- for, dedicado también a las, se desespers, y considers que el ofrecimiento de Aqueduct era su tiltima esperanza, Probablemente imagind que no podia perder. Si todo , Obtendria un pequefio suplemento de Aqueduct i se Megaba a descubrir el asunto, afirma- injustamente, y tr que no podia reci tener mediante un juici mente.” Esta argumentacién incorpora varios elementos de Ia evi- estén suficientemente afirmadas en Ia evidencia como para que las consideremos apropiadas. ‘embargo, la linea que separa las inferencias adecuadas de las impropias puede ser muy delgada. Por ejemplo, qué ha- bria sucedido si en el argumento resefiado mds arriba el abo- La DBFENSA EN JUICIO 205 jtaba McCarl ese dinero extra? oe gado decfa: “aPara qué ne &Un nuevo automévil deportivo? 2La compra ilegal de drogas’ Si suponemos que no hay pruebas acerca de ninguna de las dos ‘cosas, la sugerencia referida a las drogas es ofensiva, y sin duda impropia. Muchos jueces también considerardn que la sugeren- cia acerca del auto deportivo es una conjetura impropia, la cual quiza depende de que se i © de un juicio por jurado. Los jueces plias formulaciones teSricas ante el por jurado. Otros jueces, utili dice que “es slo un argumer r en las cuali dades de los jurados para i ira, y pueden permitir el comentario acerca del autom6vil incluso en un juicio por jurado. racional que .dor que crea en un testigo Y.no en otro, que extraiga ciertas inferencias, y que llegue a Certo resultado. Sin embargo, usted también puede identificar ue desea que se atenga el juzgador para llegar a te, usted indica al juzgador lo que debe decidir, y cdmo egar a la decisién. Por ejemplo, usted puede ateners mediante el cual un juzgador puede usar la experi ina para eva- luar la historia de un testigo. Suponga que usted desea que un juzgador descrea de George, basado en el comportamiento de George mientras declara. Usted puede arguir: gador. Por ejempl “Al evaluar la evidencia de George, piense en el com portamiento de las personas cuando se muestran francas y Sinceras con usted. Lo miran a los ojos, y hablan con segu- ridad y claramente. Usted puede evaluat la sinceridad de la sala del tribunal exactamente como hace en la , George no acepta mirarme a los ojos, ‘© hacer lo propio con mi cliente © con usted, y vacilé ite mientras declaraba. Usted no debe creer 206 PAUL BERGMAN ismo, si usted arguye que la historia de un testigo no uede ilustrar del siguiente modo ese proceso de {guien nos esti diciendo es la verdad, consiste en compa- rarlo con nuestras propias experiencias, y con sabe acerca de la gente. Por ejemplo, si alg que perdié 1.000 délares en una carrera de caballos, pero que no se sintié decepcionado, usted probablemente no creerd en la palabra de esa persona, Lo mismo se aplica a la historia del sefior Wolfe. Sabemos. que después de una hora de agitarse y jadear una persona est fatigada. Juzgue la historia del sefior Wolfe de acuerdo con su propia ex- periencia, y comprobaré que es inverosimil”. inverosimilitud Observe que el segundo ejemplo ilustra mediante una analogia; la pérdida de dinero en caballos. Las analogias conocidas a menudo deter argumento sea més persuasivo. Cuando usted ilust de razonamiento con una anal fe usar nuevamente una analogia en pre- \dor; es desalentador que después del Juicio el juzgador nos recuerde que uno “esta vez omitié una palabra en la analogia de la cucaracha”. 6, Refutacién al adversario Es tipico que un argumento eficaz. nos eve a ‘en dura lucha con la posicién del adve investigacién formal se ha limitado a es el nifio que estd diciendo la verdad cuando ambos LA DEFENSA EN JUICIO, 207 mprende que resolver las controver- | Por Jo tanto, un enfoque persua- lo que uno debe vencer, sino también no debe imponerse. , supongamos que usted representa al deman- io por lesiones personales. El acusado declaré: “Unos pocos momentos antes de la colisi6n, vi que en la esquina suroeste habia tres nifios que esperaban para cruzar la calle, El ‘abogado defensor sostiene que la declaracién confirma una infe- rencia en el sentido de que el acusado conocfa muy bien cusles ‘eran las condiciones del manejo, y por consiguiente es probable ‘que haya prestado mucha atencién al trénsito, y por Io tanto no manejase con negligencia. Uno puede refutar mediante: @. La denegaci6n. Uno puede argiir que el juzgador no debe creer que ef acusado vio a tres nifios, porque, por ejemplo, ‘el acusado habia estado bebiendo, el acusado no puede recordar ‘otros detalles, el acusado haba formulado previamente declara- ciones contradictorias, eteétera, 'b. La aceptacién de la evidencia, pero extrayendo una in- {ferencia distinta, Uno reconoce que el acusado advirtié la Presencia de tres nifios, pero arguye que la evidencia demuestra, j jue el acusado no estaba prestando mucha aten- en Ia calle porque habia fijado la atencién en los nifios, y por lo tanto exhibi6 una actitud negligente. Guando el adversario arguye antes que nosotros, podemos refutar los argumentos que el adversario formula’ realmente. Pero cuando uno arguye primero, es posible que se vea obligado jén ‘de dos facetas”, Es decir, uno a presentar una arguments debe formular primero el argumento que el adversario proba- blemente esgrimird, y después refutarlo, En el contexto del ejemplo mencionado' mas arriba, nuestro argumento de dos ca- ras puede adoptar la siguiente forma: “Ahora bien, en un esfuerzo por convencer a ustedes de que él estaba manejando con cuidado, el acusado pro- bablemente sefalaré que él vio a tres nifios de pie en la es- quina. Pero no importa lo que ustedes puedan pensar de sa evidencia, no es prueba de manejo cuidadoso. Sugiero fen primer término que la evidencia desafia la credulidad. El acusado también declaré que no podia recordar en qué momento Ia luz que tenia enfrente viré al verde; pero atir- 208 PAUL BERGMAN ‘ma recordar a tres nifios al costado de la calle, Segundo, si ustedes creen en ese testimonio, e! mismo contri mostrar nuestra afirmacién de negligente. En lugat de prestar atencién Obsérvese que este argumento refuta mé y también extrayendo una inferencia contra‘ ‘guiente, ofrece al juzgador dos modos de manifestarse en favor de nuestro cliente. laraciones de un advers: io, as{ como el énfasis ‘argumentos que el adv formulara. Sin embargo, uno desea ser cuidadoso, ante la posibilidad de elaborar argumentos convincentes en los que no fan pensado ni el adversario ni el juzgador. 7. Argumentos en relaci6n con la credibilidad Como es tipico que las partes aporten vers competidoras en relacién con 10s, la argumentacién que viene a apoyar y a atacar la credi Acesta altura del desarrollo seguramente ya factores que influyen sobre la credibilidad. algunos conceptos acerca del manejo de estos factores durante el desarrollo de la argumentaci6n, «a. Mentiroso, err6neo o desconfiable? Durante una encantadora repregunta de obtiene un testimonio en el sentido de que, si siste en que el demandante cruz6 con luz roja, el testigo es el ‘eényuge del acusado, formuld dos declaraciones anteriorés in- consecuentes, ha mencionado un hecho poco plaus puede recordar muchos detalles del hecho. Pero, Zcudl es hues- tra “conclusion final” durante la argumentacidn? ZEI testigo © s6lo se equivoca? 40 uno sencilla- mente argii jonio no merece confianza, sin espe- cificar la Causa fundamental de ello? La linea de ataque que uno adopte puede ser decisiva. Asi como los juzgadores pueden ab- solver antes que hallar al acusado culpable de un delito excesi- vamente severo, también pueden creer en un testigo en lugar de LA DEFENSA EN JUICIO 209 aceptar nuestra argumentaci6n en el sentido de que el testigo es lun mentiroso. Por lo tanto, @ menos que uno tenga suprema confianza en que un juzgador considera mentiroso a un test generalmente se bene! faca que el testigo esta equivocado, 0 que ligno de confianza: (después de sefialar la evi ipa) “Por lo tanto, uno no puede confiar en el ton, Su incapacidad para recordar lo que sjar a Manchester, ais decaracones cor, fa, determinan que su afirmacién de que la luz que el acusado tenia ante los ojos era verde, uno debe recordar que en su condicién de esposo de la acusada, tiene una actitud naturalmente tendenciosa. Cuando tenemos cierta tendencia, recordamos Jas cosas como deseamos que sean, no como sucedieron realmente. Compérese el testi- monio de Whittington con el de ‘Stockpor ‘Como el argumento esta de confianza y el error, permite qué Whittington sin obligarle a creer que b. Los factores “emocionales” Como nos sucede a todos, en el caso del juzgador la con- fianza en un testigo a menudo ¢sté influida por los sentimientos y los estereotipos. Por ejemplo, la apariencia personal de un tes- tigo, su empleo, su su sentido del humor pueden afectar la credi Sin embargo, como sn a actuar en el nivel subconsci gumentacién explicita ace Ios mismos puede ser bastante embarazosa. Por ejet “Uno debe creer en Bryan, pues es impecablemente”, 0 que “El sentido del humor de Edward ¢s andlogo al de John Candy, y por lo tanto no puede creerse en la palabra de Edward”, (iQuizd uno podria creer en este argu- mento!) Tales argumentos incluso pueden conseguir que los juz- incémodos acerca de sus reacciones subjeti- repensar éstas. , si uno cree que un juzgador tendrd sent s acerca de un testigo basado en los factores em se de hablar durante la discu: 210 PAUL BERGMAN acerca de dichos sentimientos. Por otra parte, uno puede tre de desencadenar esos sentimientos con un recordatorio cito de los factores en qu imonio franco de la sei ‘uno puede afirm: jempo a sus tareas com: : uno cree que un juzgador aceién negativa acerca de la credibilidad sobre la base de los fac- tores emocionales, es posible que desee llamar explicitam fe Sam es inverosimil, porque Sam no das ni usa ropas muy elegantes. Pero *Uno no puede juzgar un jue Sam dijo, no las pala- ‘comprenderé que su tes todos conocemos el libro por las tapas. sugiere que el malvado opon: te en una argumentacién tan inadecuada. . Medida en que una parte del testimonio infecta 0 inmuniza ‘otras partes ‘A veces la prueba de la credibilidad conduce naturalmente aun argumento en el sentido de que Ia declaracién global de un es crefble o increible jemplo, la “neutralidad” o el ento experto de un t ido de que todo lo que Pero en otras ocasiones la e puede afectar sélo un aspect ejemplo, es posible que un t relacién con ciertos hechos, p 20 tal vez formuld una declaracién previa contradictoria acerca de una faceta de un episodi i LA DEFENSA BN JUICIO 2 Por lo tanto, durante la argumentaci6n uno a menudo roza. Ja medida en que la credibilidad de un testigo con respecto a un hecho afecta otras partes de la declaracién del testigo. Es tipico que cuanto més importante es un hecho, més eficazmente uno puede demostrar su efecto sobre el conjunto del testimonio. Com- érense estos posibles argumentos que atacan la credibilidad: 1. “Recuerden la historia de Sossin, acerca de los tres afios las seiscientas trece reuniones quellevaron al acuerdo ‘orientado hacia una paz mundial duradera. Aquf, en el tribu- ral, Sossin dijo que el delegado inglés habia acudido a la trigésimo segunda reunién con zapatos de lazo. Después, re- ‘cusamos a Sossin, al demostrar que 61 habja dicho a un pe- Tiodista que el delegado inglés usaba mocasines. La contra- diccién determina la inverosimilitud de la versién de Sossin acerca de ia trigésimo segunda reunidn, y proyecta graves Gudas sobre su testimonio acerca de los restantes en- 2, “Sossin declaré aqui, ante el tribunal, que las reuniones se celebraron en las Naciones Unidas. Entonces, recusamos a Sossin demostrando que él habia dicho a un periodista que las reuniones se celebraron en un gran ho- fel. Esa contradiccién sugiere que Sossin no sabe donde se nes, y prayecta graves dudas sobre la jonio de Sossin acerca de lo que ocurrié El argumento de que la evidencia relacionada con la eredi- bilidad afecta el testimonio global, es més plausible en el segundo iplo que en el primero. La mayoria de la gente considera que et lugar en que se celebra una reuniGn es importante. Si alguien asistié realmente y recuerda bien el encuentro, esperariios que ‘esa persona recuerde donde se celebré el encuentro. No puede Gecirse lo mismo de los lazos usados para atar los zapat ‘Son aplicables consideraciones anglogas cuando uno insi ‘en el efecto afirmativo de la evidencia acerca de Ja credi ‘Compérense estos breves ejemplos: 1. “Sones nos habl6 de la amplia investigacién y las ‘muchas pruebas que precedieron a fa comercializacién del jabén liquido Zapclean, El testimonio de Jones es suma- 212 PAUL BERGMAN mente verosimil. No s6lo tiene un diploma de ingeniero, sino que ya no es empleado de Zapclean, y por lo tanto no tiene absolutamente nada que ganar con su test 2. “Jones es ingeniero, y por lo tanto: su t acerca de los rasgos faciales del ladrén es sumamente vero- simi?’ En el primer ejemplo, la “neutralidad” del testigo cierta- mente refuerza la credibilidad de toda su historia. En el se- ‘gundo, que el testigo sea ingeniero puede elevar su jerarquia a los ojos del juzgador, pero agrega poco a la verosimilitud de su 8, El resultado En general, indique a un juzgador cudl es el resultado al que usted desea legar. Si usted representa a un acusado penal, diga al juzgador, por ejemplo, que considere no culpable al cliente, 0 culpable séio de homicidio involuntario. Si uno repre senta al demandante en una accién por dafios y perjuicios, diga al juzgador que conceda, por ejemplo, 785.000 dolares en gene- ral y 2.000.000 de délares como punitorios. En esencia, un juicio sel reciamo de que otra persona, el juzgador, adopte medidas, Por Jo tanto, en su forma tipica uno debe decir al juzgador qué medidas desea que adopte. Aunque esto puede parecer evidente por sf mis causa de diferentes razones usted 0 el resultado que solamente reclama '$ 500.000? Pensaba otorgarle el doble de esa suma.” Segundo, uno puede creer que el juzgador mirard con malos ojos el res tado que deseamos. Por ejemplo, si en un caso de muert uno subrayé la pécdida irreparable de una vida humana, pu irado mirard con malos ojos que uno asigne jo al asunto. Fi ito tan mal por ese cliente. CQué puedo ha- ‘cer? Ya lo sé. le otorgaré una suma de dinero, mucho dinero”. se nd LA DEFENSA EN JUICIO 213 Pero en general uno sirve mejor a un cliente aportando al ado. gumentacién fue 0 q tende que yo haga?”. La argumentacién no necesariamente ata por compléto las manos del juzgador. Por ejemplo, uno puede 50.000 absolucién lisa y lana, 0 transforma el discurso juridico abstracto en un pedido de accién, Ms atin, consideremos la posibilidad de informar al juzga- dor en una etapa temprana acerca de,cudl es el resultado que tuno espera, en lugar de revelarlo draméticamente al final de una argumentacién. Si uno sigue este Gltimo curso, el juzgador puede estar medio escuchando y medio preguntandose qué es lo ‘que uno pedird. Ademds, consideremos nuestro propio aprieto siun juzgador sobrestima nuestro pedido. Suponiendo que uno finalmente pedira la absolucién lisa y lana, © una restitucién que no contempla en absoluto el pago de datios, y ereyendo que esos pedidos son injustos, un juzgador puede reaccionar con hostilidad ante nuestra argumentaci6n. En cambio, si uno final- mente formuld un resultado que el juzgador contemplé de ma- -omo de pasada”, aquél puede prestar més ice. Un “resultado de la argumentacién wuiente: “Se acusa a mi cliente, la sefiorita Borden, de asesinato buyendo esp: Borden como huérfano. Después. C. TECNICAS ARGUMENTALES 1. Analogias ‘Los relatos fécticos de las partes a menudo son originales, complejos, y extrafios a los ojos del juez o el jurado; para este Gl- 214 PAUL BERGMAN timo, Jos propios principios legales pueden ser complejos y ex- trates, Tales caractersticas bien pueden confundi al proceso ues los juzgadorestienden a apoyarse en sus expe- jo eval los relatos e i jorfes jur cas confieren a las analogias tn poder persuasivo especial. analogias pueden transformar lo exrato en lo conocido, ‘Giande un juzgador acepta que una ‘poco conocida es bastante semejante a otra conocida, a una situaciGn cotidiana, es probable que el propio juzgador evalie del mismo modo ambas situacio- nes. Por lo tanto, tna analogfa eficaz.es conocida por el juzgador, y por consiguiente es probable que origine un eco previsible. Un proceso de dos pasos puede ayudarnos a desarroliar Ins analogias. Primero, trate de reformular su situacién especifica ‘como ejemplo de una situacién general. Después, identifique un ejemplo mis conocido de a sti genera 3 ejempld, suponga que usted persigue la obtenci reparacin por dafod en epresentacén de'un demvaniante gus a causa de un defecto congénito en Ia espalda sufrié lesiones reclama dafios en ‘ac : ee a ee on plan abstracto los jurados crean que ese principio cast mente al demandado. En general, la regla especifica es un ejem- plo de un principio més amplio en el sentido de que somos res- Bonsables det Isones que provrams a casa de nuestra negligencia. Como ejemplo conoci rinelpio % freee pine ejempl lo de este principio mas am- ué significa que usted toma al demandante tal como lo encuentra? Supongamos que usted tenia tres mufiecas, todas del mismo tamaiio, y todas vestidas exac- tamente igual. Pero una mufieca es de acero, la otra de madera y la tercera de cri B pagar el costo, Usted no debe per el page afimando que no babe hubiese derribado ‘que la persona evite habe infligido ningin dato si se der theca de acero. 10 por el inflgido realmente ~tal es el significado def prin- cipio que afirma que usted toma al demandante como lo encuentra”. dai LA DEFENSA EN JUIGIO 215 ‘Uno también puede concebir analogfas para las normas le- gales que influyen sobre Ia credibilidad. Supongamos que en el mismo caso el acusado declaré: “Apenas estaba moviéndome ‘quando lo toqué”; y uno lo recusa demostrando que el acusado dijo a un agente de policia: “Yo avanzaba a sdlo 40 kilémetros par hora cuando lo toque”. Uno abriga Ia esperanza de que una Gnalogia conocida destacaré de qué modo esta discrepancia perjudica la eredibildad del acusado. Al generalizar dremos ue la situacién especifica es un ejemplo de un principio més 2mplio que nos induce a desconfiar de las historias que varian al ser relatadas. Como ejemplo conocido de este principio mas ge- neral, uno puede arghir lo siguiente: “Esta contradicci que uno no puede confiar en la historia del acusado. Por ejemplo, supongamos que usted estaba planeando la visita a un museo, y deseaba sa- ber si abria los domingos. Llama al museo, y'la telefonista Te asegura que el museo est to. Al dia siguiente uno vuelve a llamar, y la telefonista le dice, que estard ce- rrado. La contradiccién destruiré nuestra confianza en la telefonista. En el mismo sentido, sefalo que uno no puede confiar en el telato del acusa La analogia —visitar un museo- probablemente halagaré al juzgador. Ast, un juzgador puede aceptarla més prontamente {que aquella en que uno dice que “esté planeando divertr ere saber si Ja sala de billares local estaré abierta hasta las 3:00 de la madrugada”, Y nunca uti af muestre al juzgador bajo una luz desfavorable: “Todos hemos realizado la experiencia de robar golosinas a un nifio pequefio", Por supuesto, uno puede modificar una generalizaci6n de acuerdo con 1a idea que desea demostrar. Sobre la base del mismo conjunto de declaraciones, uno también puede generali “Cuanto mas cerca est incidente una macién, més probable es que sea Una analogia completamente distinta, (Este argumento seria admisible en jurisdicciones que aceptan una declaracién contra- dictoria a causa de su verdad). Finalmente, uno puede trazar analogfas correspondientes a situaciones fécticas con las cuales el juzgador quizés no esté familiarizado. Por ejemplo, supongamos que en el mismo caso 216 PAUL BERGMAN uuno representa al acusado. El acusado declaré: “Yo estaba manejando con muchisimo cuidado y lentamente, porque soy fa, Y transportaba muebles de cocina muy caros, para én un edificio en construcci6n”. Generalizando, uno puede interpretar esta afirmacién como un ejemplo de la formula: “La gente maneja con cuidado cuando trans porta ob- jetos valiosos”. Como ejemplo conocido uno puede arghir: posible comprender muy bien con cudnto cuidado mi cliente manejaba. Quizés usted no es contratista, y ‘nunca transporté muebles de cocina en un camién. Pero sin duda llev6 a un nifio pequefio en su automévil, 0 quizés transport6 una eostosa figura de cristal que acababa de re- cibir como regalo. Sabe que instintivamente uno maneja ‘con més cuidado cuando transporta nifios u objetos va- loss”. iye dos ejemplos. Si uno no influye so» ga el otro. ‘Obsérvese que las analogias son breves, Cuanto més extensa una analogia por ejemplo, una descripcién de los trabaj Heércules~ més probable es que tanto uno mismo como dor se absorban de tal modo en ella que olviden la idea cialmente uno intent6 ilustrar. Asimismo, son analogias con das. Pocos juzgadores considerarén que una analogia co sentimientos de Pip, cuando s ham, en Great Expectatic nante, Tampocola anal entre los dedos del bien uno puede hallar an portes o la televi Cidas. La fuerza persuasiva de una analogia “exacta” se vio ilus- trada con particular efica pagina de los de- iento bésico es que sean cono- norma que exigia que los posi identificaran 2 quienes. prefe presidente antes de que comenzara la votacién. Los delegados que apoyaban Ia candidatura de Gerald Ford se oponian a la LA DEFENSA EN JUICIO 217 idea. Durante el debate, una delegada ante la Convencién uti- liz6 la siguiente analogia para ilustrar su argumento en el sen- tido deque era injusto modificar las normas en medio de la Convencién: “En Carolina del Sur tenemos dos conjuntos de reglas en el juego de las damas. De acuerdo con una regla, uno, debe comer al contrario si se le ofrece I idad. Se- ‘gin la otra, comer al contrai hay otra regla que siempre aplicamos, sin que importe cual de las dos primeras se utiliza. Uno no puede cambiar en mitad del juego la norma acerca de la obligacién 0,n0 de comer al contrario”. Quizés con Ia ayuda de esta analogia, los partidarios de Ford derrotaron la propuesta. : Invertir una analogia en la argumientacién del adi puede ser una técnica dramitica y eficaz de refutacién. que uno invierta una analogia demostrando que no concuerda con las circunstancias fcticas fundamentales. Por ejemplo, si tres muifiecas”, abogado utiliz6 el ejemplo de las tres mufiecas en wvencerlo de que el sefior Kuperberg debia. jiones sufridas por el demandat - una persona arroja una piedra con I, debe pagar el dafio. Pero 50 no ¢s lo que este caso, una pieza de cristal fue arrojada ira, y la persona que sostiene ésta no es 218 PAUL BERGMAN “Bl abogado nos pide que creamos que el acusado es- taba manejando con especial cuidado a causa de muebles de cocina. Uno debe pensar todo lo coni ‘veces, si tenemos un nifio 0 un hermoso objeto de cristal en el automévil, lo cuidamos tanto que prestamos menos atencién que la necesaria al trénsito, Afirmo que eso fue lo que sucedié aqut..”. 2. Las guias Una guia es un breve esbozo con el cual uno pued una argumentacién, quizés después de algunas formul das, como el hecho de apradecer a los jurados su atencién, gufa tiende a conferir cierto sentido de coherencia y organiza- ein a una argumentacién. Mas atin, puede ayudar a superar el limitado alcance de Ta atencién de un juzgador. Si usted se re- mite firmemente a la guia 2 medida que desarrolla la argumen- tacién, el juzgador comprenderd que se est encaminando hacia tuna meta definida. ‘Uno puede frasear la guia del siguiente modo: trilla- “Afirmamos que la evidencia demuestra claramente que [a sefiorita Revness estaba fuera de la ciudad en el momento del tiroteo, y que por consiguiente es inocencia. En primer lugar, revisaré algunas de clones que el juez les impartiré, destacando la que asigna a Ja acusaci6n la carga de demostrar la culpabilidad de la se- forita Revness mds alld de toda duda razonable. Después, examinaré brevemente el testimonio de la sefiorita Revness y de los dos testigos que declararon que la acompaiiaron fuera dé la ciudad cuando suce: teo, y demostraré la elevada eredibilidad de ese te . Mas tarde, desta- caré los muchos elementos les y tas contradic- ciones contenidas en los relatos de los testigos de la acusa- cin, Al finalizar mi argumentaci6n, pediré que ustedes pronuncien un veredieto de no culpabilidad”. Por otra parte, una guia puede ordenar las teorias juridicas que uno utilizar4, Por ejemplo, uno puede decir a un juzgador que primero analizaré el incumplimiento de contrato, después la LA DBFENSA EN JUICIO 219 luso una guia breve aumenta Ia longi- tud de un argumento. Por I no comience con una guia si ‘el argumento seré breve. As si uno espera a partir de la ‘experiencia anterior. que en un juicio sin jurado es probable que cel juez.repita las preguntas, puede desechar la gufa en lugar de verse obligado a manipularla en los dos primeros minutos de la argumentaci6n. 3. Orden de la argumentacién Una ojeada a cualquier recopilacién de argumentos demos- traré fécilmente que la argumentacién es el Srea mas cratica de los juicios. Nuestro sentido de los temas que ‘ocupan a la mente de un jizgador supera a cualquier concepto de un orden ideal. De todos modos, ¢s posible que el lector con- sidere tiles Jentes comentarios. Por otra parte, tal vez opine lo cont . “Tanto si escribimos como si hablamos, muchos exhibimos el sindrome que se expresa en las palabras “tercero, y lo que ‘Es decir, asignamos a lo que creemos es ‘como si fuera un postre, y lo re~ servamos para los estudios acerca de la capacidad de persuasiOn sugicren que nuestros argumentos més sdlidos eben ocupar el primer lugar. Si uno tiene tres teorias distintas ‘acerca de las razones por las cuales nuestro cliente debe vencer, mas vale que enuncie en pri nes sugieren que nuestro parte contraria, sostenga lo que es més importante. Es tipico que inch aporte evidencia en apoyo de las proposiciones facticas. Pero durante la argumentaciGn uno puede esgri Ios defectos de Ia historia del adversario antes de aludir a las cualidades de nuestra propia argumentacin. Si nuesias espe: ranzas se apoyan principalmente en la incapacidad del adversa~ rio para afrontar Ia carga de la prueba, es natural seguir este orden. Pero cuando uno afronta la carga, o cuando ha presen- tado un s6lido caso afirmativo eri representaci6n de la defensa, uno debe defender generalmente Ia exactitud de sus proposicio- ‘igo es mds verost mero la raz6n mas ji uno representa a un acusado, 20 PAUL BERGMAN nes ficticas antes de explorar las debilidades de Ia evidencia del adversario. Finalmente, librese temprano de las cuestiones que no es+ tn siendo controvertidas, para poder atacar con su posicién en jos'y eriticos. Por ejemplo, si su adversa- pero afirma que la violacién i, en el caso tipico uno destacaré el reconoci- con la materialidad, 4, ArgumentaciGn explicita versus argumentaciGn implicita ‘Compare los siguientes argumentos acerca de la credibi: a. “Recuerde e! testimonio de Jeanie McCalla, lo que ella ijo a su hermana. éEs a clase de fi ified a Larry Richard como la persona que cometié el robo. Sin embargo, cuando ella hablé con su hermana Jane, unos cinco minutos’ después del robo, casi las primeras palabras que pronuncié fueron: “No ien. ZY ta?” Estas palabras, pronunciadas por la feCalla, no como respuesta a una repregunta, i suscitan en su espiritu idad del sefior Richard. McCalla trat6 de explicar que estaba tando habls con su hermana. Sin duda fue una experiencia t Pero el robo habii et argumento es casi fiere a un testimonio especitico, deben mover al juzgador a desconfiar del ma que el juzgador no debe creer que en la declaraci6n del testigo. El segundo argumento cubre explicitamente estos temas. (Por su- puesto, en un caso concreto uno puede ser incluso més explicito. Por ejemplo, uno debe suministrar detalles adicionales de la evidencia, formular explicitamente y ofrecer un ejemplo del pro- LA DEFENSA EN JUICIO 221 cceso de razonamiento que segin uno desea debe desarrollar el i trar una analogia, etc.) medida del éxito de un argument explicito no siempre es mas persuasivo que el imy estudios sugieren que la gente se aferra més firmemente a las conclusiones cuando las obtienen mediante su propio razona- ie ea divisoria que separe la Por ejemplo, uno puede "més arriba, del rechazo por una pre- jonio en que usted puede ‘larga los argumentos, y tos acerca de reemplazando ‘gunta como “Esa es la clase d ” Tercero, el cardcter exp! los jueces a veces pueden mostrarse muy ex} nuestra necesidad de finalizar la argumentacidn, recuerde que ciertas cuestiones pueden desa- in. La afirmaciGn explicita en el sentido de que wuy buena aparien- , uno puede verse io sincero” de fiar la explici “Usted debe creer en Sydney porque tenta m cia mientras declaraba’ Pe obligado a referirse i Sydney. Asimismo, quizés uno recusé Ruth proponiendo la evidencia de su jones contradictorias. Una conclusién completamente explicita probablemente nos obligue a argumentar que Ruth ests mintiendo 0 que se equivocs. Una referencia més implicita al hecho de que Ja deciaracién de Ruth es indigna de confianza evita lo que puede ser una eleccién desagradable. De todos modos, a menos que uno intente consciente- ida cotidiana hay pocas cosas que nc detallados y légicos de los filmes que hemos al que Soportamos. Por Jo tanto, muchos hablamos en una especie de taquigrafia que se ‘adapta mejor que la argumentacién a la relaciGn social, Para mostrarse persuasivo, es tipico que uno deba estructurar las ra- zones por las cuales nuestro cliente debe imponerse, y apoyar las mismas con elementos especificos de la evidencia. Para for- 222 PAUL BERGMAN mular dicha argumentacién, es posible que uno deba superar arraigados habitos sociales. ‘Asimismo, nuestra familia ‘a promover el enfoque . Asi como un profesor To infinitesimal tal vez. no recuerde qué dificiles le par otrora las fracciones, la convivencia con un caso a lo largo de fad con un caso también tiende meses 0 afios nos lleva a olvidar hasta qué punto esas historias inicialmente parecieron complejas. Asi, uno puede omitir deta- les importantes o ciertas inferencias porque le parecen obvios. Sin embargo, tal vez un juzgador no los erea tan obvios. ‘Asi, en la medida en que nuestro argumento es implicito, este rasgo debe ser nuestra preferencia consciente, no un reflejo socializado inconsciente. 5, Responda a los comentarios y las preguntas de los jueces El lector probablemente sabe, graci dos en los cursos de seminario, que tanto la cortesia como el sentido comin lo inducen a responder a las preguntas y los co- mentarios del tribunal de apelacién. Las mismas consideracio- nes son validas en el caso del juicio. Los comentarios de un juez durante la discusién o las conferencias, as{ como las preguntas que él formula a los testigos, generalmente son indicios acerca de las conclusiones provisionales del juez. Por Io tanto, corres- pponde que el abogado contest sea para reforzar las reaociones favorables o para intentar la superacign de las desfavorables. Y asi como uno podria haberse sentido halagado en una clase de la facultad de derecho cuando un profesor recordé en el aula un punto que uno formulé en una clase anterior, también un juez 2 menudo se s lagado cuando la argumentacién del abo- gado se refiere especificamente al punto que el juez formulé antes. A veces, un juez formula un comentario que sugiere comprendié mal una parte de nuestra argumentac ejemplo, un juez pregunta: d no discute las afi de la poco después que ust. que Por puede ser adulacién servil si asume Ia responsabilidad del malentendido: “Al parecer, me expresé mal (0 “lo induje a error”) hace unos LA DEFENSA EN JUICIO 223 momentos, Su Seforis sicién en las declaraciones anteriores de la otra parte es la Por supuesto, los jurados no pueden formular comentarios por lo menos, comentarios que uno pueda es- cuchar. Sin embargo, los jurados a menudo se orientan respec- to de lo que es importante a partir de lo que un juez ha dicho Asimismo, si mantiene contacto ocular estable con los diferentes jurados, uno puede extraer inferencias de sus expresiones facia- Tes el lenguaje corporal acerca de los elementos de la evidencia, {que les impresionan, 6,Definicién de las cuestiones Un aspecto rutinario de una argumentacién es la re de las cuestiones que el juzgador debe resolver. En su forma ino define francamente las cuestiones, de acuerdo con los ‘ZHubo una promesa implicita de KevHil Co. en el edir a Andrea s6lo con verdadera justificacién?” in de Goldilocks, que no cerr6 bien la puerta, ¢s la causa legal de las heridas del sefior Ursa?” De todos modos, nuestra formula puede ser un esfuerzo persuasi i Tepresentando a Andrea en un j formular del siguiente modo la cu {Una _compai puede despedir a un empleado valioso y antiguo por mero capri- cho?” Este fr jgna menos importancia al factor legal de la “promesa it ‘Uno no puede disimular defi ese factor; cabe presumir que en el caso de Andrea tendr& que comprobar que la compafifa formulé una promesa implicita. Pero la formulacién de la cuesti6n sin atender al fac- tor legal puede ayudar a soncentrar la atencién del juzgador en consideraciones relacionadas con la justicia, y a plasmar su acti- tud en relacién con el factor legal. ‘Por supuesto, las dos partes pueden utilizar la misma téc- tica, Por ejemplo, supongamos que un caso ventilado en un con- dado rural, Snider alega la existencia de lesiones personales provocadas por el manejo negligente de Mantle. Mantle afirma que él no se mostré negligente, y que Ia causa del problema fue que él tuvo que virar repentinamente para esquivar a un grupo de gallinas que de pronto irrumpié en el camino. El abogado de 224 PAUL BERGMAN las ienen una prioridad més elevada que los seres huma- EI acusado puede contestar: “La verdadera cuestién de este caso consiste en determinar si todos los agricultores de este estado estén obligados a levantar alrededor de toda su propie- dad barreras para evitar el paso de las gallinas”. Por supuesto, el Juzgador no resolverd ninguna de las dos cuestiones. Pero el eje ‘moral generalizado puede influir sobre la consideracién del pro- blema legal por el juzgador. También podemos defini evidencia mas que de las cus Es decir, uno puede subrayar el significado de los rubr etos de Ia evidencia. Por ejemplo, consideremos el comienzo de un argumento que uno puede formular en defensa de Andrea, en el caso del des- ido impropio: es en términos de la “El hecho decisivo en este caso, atestiguado por Andrea ¥ reconocido por todos los ejecutivos de KevHill que Geclararon, es que en més de cinco aios no se evaluacion de Andrea como empleada. Veamos or qué este hecho tiene importancia tan fundament ‘Nuestro argumento selecciona un hecho que el adversario parece admitir, y defiende su cardcter fundamental. Si el juzga- dor acepta nuestra formulacién de la cuestién, puede desechar ‘otros elementos desfavorables de la evidencia D. ILUSTRACIONES DE LA VIDA REAL Nuestra comprensidn del contenido y las técnicas de la ar- gumentacién pueden verse realzadas por fragmentos extraidos de un argumento real. Como el niimero de fragmentos es redu-

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