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Miguel Angel Mesa Bouzas CUIDA CON AMOR TUS ESTRELLAS Orar, vivir, compartir Miguel Angel Mesa Bouzas CUIDA CON AMOR TUS ESTRELLAS Orar, vivir, compartir EB Cubierta foto: Pixabay.com © PAULINAS 2018 Carril del Conde, 62 - 28043 Madrid Tel: 91 721 89 84 - Fax: 91 759 02 04 E-mail: editorial@paulinas.es wwwpaulinas.es © Miguel Angel Mesa Bouzas ISBN: 978-84-17398-06-4 Depésito Legal: M-17178-2018, Impreso en Gar.Vi, 28970 Humanes (Madrid) Printed in Spain, Impreso en Espatia CCualquier forma de reproduccion, distibucién, comunicacién piblica 0 ‘ransformacién de esta obra s6lo puede ser realizada con autrizacién de sus tutulares, salvo excepcion prevista por la ley. Dinjase a CEDKO (Cen- 180 Espafiol de Derechos Reprogrificos) si necesita fotocopiar 0 escancar algin fragmento de esta obra (wwwconlicencia.com) 91 702 19 70 /93 2720845, Presentacién Leer un libro que invita al «cuidado» ya es por si su- gerente, y si ademds esté escrito por un hombre resulta cuanto menos provocador. Pero si el «cuidado» esta re- ferido a «las estrellas», es decir, a la utopia y al hondén del ser donde habitan las motivaciones y los anhelos mis profundos, entonces resulta imprescindible. Soy lectora y «divulgadora» de los textos de Miguel Angel Mesa desde hace muchos afios. Su poesia y sus reflexiones «me hacen biem» y «hacen bien» a los gru- pos cristianos, interreligiosos 0 simplemente de perso- nas «en biisqueda», en los que me muevo, por eso va- loro tanto esta nueva publicacién como un recurso que nos sera, sin duda, de gran ayuda en nuestras oraciones y celebraciones, y cuya profundidad y creatividad hard crecer también la nuestra, Miguel Angel Mesa es un contemplativo en accion, un contemplativo en relacién, con una gran capacidad de captar la magia escondida en lo cotidiano y la fuerza de la vida envuelta en su absoluta y paradéjica fragili- dad. Este libro nos ayuda a rescatar lo inédito, a acoger la bienaventuranza de la «vida comin» desde la gra- tuidad y la Buena Noticia que porta dentro, porque el Evangelio no es una Palabra escrita en un libro sino que el Evangelio acontece, es dinamico, se revela en nuestro aqui y ahora y se nos ofrece como esperanza contra toda desesperanza, Miguel Angel Mesa nos devuelve una vez mas la conciencia de algo que olvidamos frecuentemente, y es que la espiritualidad y 1a mistica son un don, pero «no tienen derechos de admisién», sino que estan al aleance de todos y todas las que se atreven a con-moverse por el Misterio y dejarse trabajar por su radical gratuidad y libertad, en el corazén humano y en la historia. Por eso termino mi presentacién haciendo mio uno de los poe- mas-oraciones del libro, titulado «Creer que atin pode- mos», convencida como mucha gente hoy en el mundo, aunque no sean noticia, que la fe es nuestra fortaleza, nuestra creatividad y nuestra resiliencia: Creer que atin podemos sonreir cada amanecer inédito. Poder dar voz al silencio impuesto. Podemos regalar caricias, anhelos, suefios, alas (...) derramar por las calles estrellas ardientes. (Pepa Torres Pérez, Ap.CJ) | | | | Introduccion Este libro que tienes en tus manos se compone de va- rias teméticas, pero todas estén interrelacionadas, son transversales, unas se entrelazan con las otras, pues si no fuera asi le faltaria algo esencial a cada una de ellas. En estas paginas el lector o lectora encontrara varios credos, la mayoria desde una perspectiva cristiana, pero muy abiertos, porque la fe que no crece y avanza cada dia se va apagando, Por eso no se debe detener, sino irse modificando en el contacto con la realidad, con la vida de fe de otros creyentes, o con personas que no pertene- cen a ninguna religién, pero que poseen una profunda fe en el ser humano y su dignidad, en el amor por la naturaleza y la vida. ‘También se hallaran parafrasis de padrenuestros (sin desmerecer en absoluto el Padrenuestro que ensefié Jestis, que es una oracién inigualable, que tendra plena vigencia siempre), porque si ponemos en palabras de hoy algunas oraciones de ayer, se pueden entender mejor y aterrizar con mis claridad y mayores posibilidades de que nos Meguen mas adentro, nos motiven y comprometan, Y no hay oracién sin agradecimiento, sin alabanza, sin celebracién. Pues todo en la vida es don, aceptado © entregado, por eso es necesario ser agradecido, dar las gracias, sentirse feliz por todo lo que se recibe, por lo que se aprende, por lo que se compare. Y todo ese agradecimiento tiene un momento culminante: la cele- bracién de accién de gracias, donde se hace presente la vida, con sus suftimientos y sus alegrias. La fe y la vida tienen que estar plenamente unidas, Jesiis formé una comunidad de hombres y mujeres, que Ie acompafiaron por los caminos de Galilea. No se pue- de vivir la fe de forma aislada, ni al margen de la exis- tencia concreta. La fe, para ser auténtica y fértil, debe ser compartida en comunidad y solo tendra su verifica- cién en la realidad cotidiana. La fe, la oracién, la celebracién, el compartirlo todo en comunidad, solo adquiriré su plenitud si esta impreg- nada de una mistica de ojos, oidos y manos abiertas, que lo envuelva todo, que nos ayude a ver la realidad en profundidad y lo que acontece detris de ella: la trascen- dencia de cada acto, de las opciones, de la humanidad dolorida y esperanzada. La trascendencia inmanente de la Divinidad, que esta presente en todo, que todo lo im- pregna y sustenta con su presencia. ‘Una mistica que se enlaza profundamente con la es- piritualidad. Esta nos ofrece el aliento para poder vi- vir de otra manera y, por lo tanto, mas felices. En mi caso seré desde una perspectiva cristiana, al compas del evangelio y las bienaventuranzas. Otros, desde sus propias creencias religiosas. O desde el més profundo humanismo. Al final todos coincidimos en la espiritua- lidad mas humana, si esté teflida de carifio, compasin y compromiso por un mundo més justo y fraterno. Si, porque la oracién, la comunidad, la mistica o la espiritualidad, solo serén creibles si se concretan en la solidaridad, en el amor verdadero, efectivo hacia las personas que sufren injusticias en nuestro mundo: refu- giados, mujeres maltratadas, nifios y nifias victimas de trata o prostitucién, personas en paro, ancianos sin re- cursos para sobrevivir en el tltimo tramo de su vida... ‘Nos dice Pedro Casaldaliga, un auténtico profeta de nuestros dias: «No basta ser creyente, hay que ser creible». 8 Pues no daremos un auténtico testimonio hablando mucho sobre Dios, sino mostrando con el testimonio de nuestra vida que el amor por los demas es lo que nos mueve. Solo asi podremos contemplar al Dios verdadero y los demés podran acercarse al Misterio a través de nuestro testimonio encarnado. Ante estas realidades, en 1a mayoria de las ocasio- nes, solo se puede callar y hacer silencio, porque no existen_ palabras para definir bien lo que se experimen- ta, O, como maximo, intentar que lo inefable se pueda expresar con el lenguaje de la poesia, que se manifiesta de muchas formas, con mil matices. El autor. Padre, Madre nuestra.. Padre nuestro del cuidado Padre bueno que estas entre nosotros. Sentimos tu pre~ sencia cuando nos cuidas por medio de nuestros herma- nos y hermanas. Padre misericordioso, nos invitas a ser cuidadosos con los que mas sufren. Asi damos testimonio de tu in- finito amor por todas tus criaturas. Deseamos que te hagas presente en nuestro mundo, por medio de personas que se comprometan a vivir el mensaje de fraternidad, de dignidad y de justicia hacia todo ser humano y hacia toda tu creacién. Queremos dar nosotros el primer paso para ser asi ‘Cumplir tu voluntad hacia todos los seres es nuestra misi6n en la vida, Desvivirnos por los demas. Dar gratis lo que gratis recibimos. Cuidar como ti nos cuidas: aca- riciando al triste, levantando al caido, curando al apa- leado, luchando por los mas débiles, sembrando la paz. con la verdad. Viviendo con cuidado, sencillamente. Estamos hambrientos de pan y de ternura. De justicia y de belleza. De conocimiento y de silencio. De con- ‘templacién y de lucha. De felicidad y de compromiso. De compartir y de belleza. De serenidad y de esperanza. De lagrimas y de regocijo. ‘No seremos plenamente felices hasta que no lo sea el resto de la humanidad, hasta que no se aleance la dignidad de todos los seres humanos, hasta que no tra- temos con delicadeza a nuestra madre Tierra. Seremos u perdonados cuando nuestra vida sea un testimonio de fraternidad hacia todo lo creado. No permitas que nos acomodemos, que nos enftie- ‘mos, que nos recostemos en la hamaca del olvido. Que ‘no apaguemos nunca la lama que arde en nuestro inte- rior, la chispa que broté de tu fuego, la ardiente nece- sidad de compartir tu amoroso cuidado con todos los demas seres vivos. Asi sea, que se cumpla en nuestras vidas. Te lo pe- dimos a ti, buen Dios nuestro, que nos cuidas con tanto carifio, Padre bueno, Madre nuestra Padre bueno, Madre nuestra, no solo mia sino de toda la humanidad, la familia grande de nuestro mundo. Estas presente en todo el universo, en las estrellas, en el Sol, en nuestra Tierra, este hermoso y dolorido planeta azul. Tu Nombre no es solo uno sino muchos, con los que te nombran en nuestro planeta millones de personas de distintas religiones. Ti quieres otro mundo distinto, mejor, més fraterno. en el que se comparta todo y la solidaridad sea el nuevo nombre del amor. Hacer tu voluntad es sentir profundamente, en el co- az6n, las alegrias y las tristezas de los dems, intentan- do que sean felices. Aytidanos a ganamos el pan con honradez y compar- tiendo nuestros bienes con los empobrecidos. ‘Ti nos perdonas antes de que te lo pidamos, y solo perdonandy nos hacemos mas humanos. __ Intentaremos vivir cuidando a quienes nos acompa- fan y a la naturaleza de la que formamos parte, 12 Pero somos débiles, fallamos y nos cansamos. Da- nos tu fuerza, tu amor y tu ternura. Amén. Padre y Madre nuestra, Plenitud de la Vida Padre, Madre nuestra y de toda la humanidad, que es- tas dentro de cada uno de nosotros y nosotras. Especial- mente en los mas débiles, excluidos y marginados. En todo lo que palpita, respira y vive a nuestro alrededor. Decimos tu nombre con respeto, confianza y fami- liaridad: Dios, Yahvé, Alé, Buda, Olorum, Krisna, SI va... Bondad, Ternura, Liberacién, Justicia... Y otros muchos nombres con los que te llaman millones de per- sonas desde todos los rincones de la tierra. Sentimos tus gemidos en todos los excluidos, despo- seidos y empobrecidos, en toda tu creacién herida. Por eso no podemos hacer otra cosa que dejamos invadir por tu espiritu para intentar construir otro mundo més fraterno y més justo, Esa es tu voluntad: la dignidad y la felicidad de las mujeres y los hombres, el cuidado de toda la tierra: de los mares, los animales, las plantas, las montafias, los, bosques... del universo del que formamos parte. Tai eres puro Perdén y Misericordia. Nosotros nos sentimos perdonados cuando pedimos perdén, cuando perdonamos a los demas y a nosotros mismos. Y esa liberacién nos Ilena de alegria y de ganas de vivir. Danos tu fuerza y tu aliento para ser mas que por tener, para comprometernos en la liberacién diaria del mal que hay en nosotros mismos y del que se hace a los demés, para no caer en el conformismo, en la desilusion yen el miedo, que es la falta de fe. 13, A ti te lo pedimos, que eres nuestro Animo e Impul- So, nuestro Manantial, nuestra Esperanza y nuestra Paz profunda, Amén. Padrenuestro en Navidad Padre y Madre nuestra, alabado seas en todo el uni- verso. Aytidanos a comprometernos por la verdadera az que nace de la justicia, en esta tierra, para los hom- bres y mujeres que tanto amas. Te pedimos que nos encaminemos cada dia hacia Belén, con el deseo de mejorar nuestro mundo, com- partiendo el pan y la acogida, la paz y la amistad, la ternura y la equidad, Cumpliremos tu voluntad de felicidad y dignidad para la humanidad y todo nuestro mundo, cuando seamos sencillos en nuestra existencia, desprendidos, comprometidos por una vida en plenitud y abundancia. La Navidad de cada dia nos invita a ofrecer nuestro perdén y a dejamos perdonar, a sentirnos perdonados, a llevar la reconciliacién a nuestro mundo y a quien camina a nuestro lado. Quienes sufren la marginacién, el odio y la noche de la desesperacién, son la llamada para encontrarte en sus existencias heridas. Alli te hallaremos si nos hacemos pr6ximos, si abandonamos nuestro bienestar y salimos a su encuentro. Solo asi hallaremos la verdadera estrella de la felici- dad y la integridad para nuestras vidas, para el mundo y el universo que nos rodea y envuelve con cuidado y ternura. Amén, 14 Padrenuestro de la Transparencia Dios de toda bondad, ayiidanos a ser bondadosos, a conmovernos, a compartir el dolor y la alegria que sientan los demés, a cambiar nuestras miradas frias y distantes por otras célidas y compasivas. Padre y Madre de todas las caricias, enséilanos a acariciar y acompafiar con la palabra, con la empatia, con la busqueda del bienestar y la felicidad del otro, especialmente de quien necesita més ternura, cuidado, justicia, ‘Mamé, Papa de todos los vivientes, sabemos que tt estis muy dentro de nosotros y nosotras, te sentimos también a nuestro alrededor, en los demés, en la cima nevada de la montafa, en la brizna de hierba y en el agua clara y transparente. Tu voz resuena en la brisa, en la ola que acaricia la playa, en la Iluvia que empapa la tierra, en la sonrisa, en Ja Solidaridad y en el abrazo acogedor. Pero también se te escucha en el grito desolado, en la angustia ante la soledad, en la noche oscura de quien se abisma en las aguas de la indiferencia. Te haces presente, didfano, transparente en nuestro mundo, cuando las manos acarician, cuando los brazos protegen, cuando las miradas comprenden, cuando el corazén se estremece, cuando se comparte el tiempo y Ja abundancia, para que otros puedan vivir més felices encontrandose bien, sinti¢ndose tratados con dignidad. Tu iinica voluntad es que las mujeres y los hombres puedan crecer en una sana sabiduria de la vida, en hu- manidad, siendo dichosos, compasivos, cercanos al otto. Sabemos que si compartimos habra suficiente para todos y sobrard, Queremos ser capaces de vivir com- partiendo y diciendo: «Lo mio es tuyo y lo tuyo de los 15 dos», pues nada nos pertenece cuando los demas pasan necesidad. Ta siempre nos perdonas hagamos lo que hagamos, antes incluso de pedirte perdén, Somos nosotros los que no perdonamos, 0 «perdonamos pero no olvida- mos». Aytidanos a entender que el perdén nos puede sanar a nosotros, a quienes hacemos mal, a quienes nos lo hacen, a nuestro entorno vital. ‘Ayddanos a mantener una mistica de ojos abiertos, para no caer en el conformismo, en la indiferencia, en el egoismo. Enséfianos a aceptar nuestros errores y nues- tros limites. A confiar en los demas y en ti, buen Dios, Ternura infinita, Madre de entraiias ardientes, que nos cuidas y nos abrazas a quienes realizamos el esfuerzo cotidiano por la vida y la esperanza en otro mundo mas fratemo, justo y en paz. Amén. 16 Credos. Una fe sin fronteras Creo que Jesiis vencié a Ia muerte Creo que Jestis vivid y se desvivié para dar vida en abundancia, y que mantuvo una lucha encarnizada con- tra todas las fuerzas y estructuras que imponian cadenas de muerte. Creo que Jesis recorrié los caminos de Israel sa- nando a los enfermos, abriendo los ojos a los ciegos, bendiciendo a los nifios, rehabilitando y liberando a los cautivos de la desesperanza, repartiendo pan, confianza e ilusion, Creo que de sus palabras brotaron torrentes de agua viva que enardecieron corazones, invitando a seguirle, a escucharle, a comprometerse, a elegir la mejor parte. Creo que su entrega por los mas débiles y margina- dos para darles vida, le Hevé a un enfrentamiento inevi- table y por lo tanto a la muerte, y una muerte de cruz. Creo que su Padre, con un amor infinito, y después de secarse las lagrimas, «hizo estallar los limites de la carne histérica de Jesiis» y le resucit6. El sepulero que- 6 vacio para siempre, la Vida desbord6 todas las expec- tativas y la Tierra se lend de Luz, Amor y Esperanza. Creo que Jess resucitado acompaiié y animé a los abatidos en el camino hacia Emaus, que se aparecié a sus temerosos amigos, que infundié alegria y fe a los, inerédulos, que se dejé abrazar por Maria Magdalena, primer testigo de la Resurreceién, y que envid a sus 7 discipulos a anunciar la Buena Noticia de la Liberacién por toda la tierra. Creo que la Muerte ya no tiene ningun poder, porque Dios la ha vencido en la vida de Jesis rescatada, y nos la oftece, para vivir ya, ahora, como resucitados, Creo en la Resurreccién. Vivir como resucitados Cuando contemplo la noche y no me cierro a su os- curidad més densa, sino que mi retina estalla de admi- racién ante miles de estrellas fugaces... es tiempo de Resurreccién. Si mi actitud vital busca pacificar tensiones, renovar ilusiones, tejer lazos de acuerdo, liberar los corazones del odio... es tiempo de Resurreccién. Cuando abrazo a alguien que Hora desconsolado, cuando mis manos cierran las heridas causadas por los zarpazos de la vida... es tiempo de Resurreccién. Cuando siento a todos como hermanos, como ciuda- danos de un mismo mundo, si les acojo y no les margi- no por el color de su piel... es tiempo de Resurreccién. Si llevo una vida sencilla, sin dejarme consumir por el consumo, y comienzo aser... es tiempo de Resurreccién. Cuando el silencio penetra en la cama de mi alma, me lena de paz y me conduce al encuentro en soledad con mi buen Dios... es tiempo de Resurreccién. Si mi existencia la empleo en una entrega sincera hacia los empobrecidos y marginados, si mi felicidad es la suya y son asiduos en mi casa, en mi mesa... es tiempo de Resurreccién. Cuando comprenda que mi fe no tiene sentido sin creer en la Vida, en la Esperanza de unos nuevos Cie- Jos, de una nueva Tierra, y comprometa en ello cada dia mi vida... serd el tiempo de mi Resurreccion. 18 ‘Creemos en ti, Padre y Madre de la humanidad Creemos en ti, Dios, Padre y Madre de la humani dad, que deseas que esta Tierra sea para disfrute de to- dos, amando y respetando la Naturaleza, trabajando y compartiendo sus bienes para el bien comin, Creemos que Jestis de Nazaret es el Hijo de Dios, que nacié y vivid como uno mas entre nosotros, que dio su vida especialmente por los mas pobres y margi- nados, que por esta causa fue asesinado y que resucit6 por el amor de su Padre, dejéndonos un ejemplo vivo a seguir para construir su Reino de amor, fraternidad y justicia, Creemos en el Espiritu Santo, que nos ayuda, fortale- ce e impulsa a ser fieles al testimonio de vida de Jestis. Creemos en una Iglesia, comunidad de comunida- des, en la que todos somos hermanos y hermanas, y que quien se piensa que es el mayor esta al servicio de to- dos; una Iglesia pobre entre los pobres, abierta, senci- Ila, fraterna, libre ante los poderosos, ejemplo vivo de Jestis, su tinico Sefior y Maestro. Creemos que resucitamos dia a dia cuando ayuda- ‘mos a los demas a vivir como personas, liberdndolos de sus opresiones. Creemos que resucitaremos a una felicidad completa junto a todo el Universo y a toda la Humanidad, a la que espera nuestro Padre y Madre con los brazos abiertos. Creo que la utopia es posible Creo que la fraternidad es nuestro ADN. Creo que la bondad vence al odio. Creo que cuanto mas compartimos, més nos enri- quecemos. 19 Creo que el Sur esté dando a luz un nuevo Norte. Creo que acabarin los dolores de la Creacién. Creo que ya est en el surco la semilla del nuevo dia. Credo (segin Ap 21,1-8) Creemos que nuestra tierra, nuestra ciudad, nuestro barrio y nuestra comunidad han sido y son la morada de Dios entre nosotros. Creemos que su Misericordia enjuga las ligrimas de los empobrecidos y marginados por nuestro medio. Creemos que la Divinidad es el principio y el fin de rnuestras vidas, Creemos que Ella nos da a beber el agua viva que nos convierte en hijos e hijas suyas. Creemos que habra para los débiles y oprimidos, y para todos los que optan por ellos y ellas, un cielo y una tierra nueva, sin dolor ni llanto, con paz, justicia y felicidad, Creemos que es posible, pero solo si nos comprome- ‘temos a hacerlo presente con una esperanza inquebran- table, Credo de la comin humanidad Creo en el regenerador descanso nocturno, en cada nueva caricia de la mafiana que comienza, en la lumino- sa presencia del sol, que nos da calor y ganas de vivir, en el frescor del agua de la ducha que nos limpia las legatias de las sombras y la desidia. Creo en los pasos de la gente hacia el trabajo que les permite vivir; hacia el instituto o la universidad que les abre nuevos caminos; hacia la diversién y el entreteni- miento que les ayuda a reir y gozar de la amistad; hacia 20 la profundizacién y el conocimiento de su propio ser en solidaridad con los demas. Creo en las personas que dan su tiempo por construir una nueva sociedad, en la medida de sus posibilidades. En quienes no se dejan anclar por el statu quo, lo de siempre, sino que se abren a nuevas realidades en todos Jos ambitos de la vida. Eso les hace mujeres y hombres libres, siempre jévenes, sin ataduras. Creo en los seres humanos que acompafian y se de- jan acompaiiar. Que acogen sin pedir el DNI, ni el papel de residencia, ni la idoneidad con las propias creencias. Simplemente porque son personas, de su misma familia humana. Y que luchan porque se acepte asi en el seno de la sociedad y en las leyes. Creo en la amistad, en la fraternidad, en la comin humanidad, en el necesario cuidado del universo vital que nos rodea. Creo en la bondad de las personas, que esta presente en sus genes, y que se puede imponer so- bre la maldad (que también existe) hasta llegar un dia a Ja plenitud humana, Creo que estamos destinados al encuentro, a la pro- fundidad, a la trascendencia, a la felicidad. Creo que todo esto se debe experimentar en esta vida sin término que estamos disfrutando ya, y que solo se podra sentir si vivimos una honda espiritualidad humana, un profundo cambio de paradigmas, una verdadera asuncién de la sobriedad y la solidaridad como norma de vida, y un desinterés hacia los valores que la sociedad de consumo intenta que sigamos. Creo en el Amor, en la Ternura, en la Sinceridad, en la Pasién por la vida. Creo en la familia de sangre, abierta al otro, sin dogmas ni prevenciones, y en la gran familia humana de la que formamos parte. Creo en la Esperanza que se construye desde el dia a dia. Creo en 21 Ja Solidaridad, en la Justicia, Y en la Paz, que es fruto de elas. Creo en la Poesta, en la Belleza y en la Armonia que laten en todo nuestro Universo. Y que los hombres y mujeres de este hermoso Planeta azul debemos ser co-creadores y cuidadores de todo cuanto existe y exis- tird después de nosotros. Creo en el Dios de la Vida Creo en el Dios de todos los nombres, de todos los pueblos, Padre y Madre de toda bondad e infinita temu- ra, que es el Misterio profundo de la vida, la acogedora Presencia que me acompaiia cada dia, la Fuente de todo consuelo, la Luz que ilumina mis pasos y mis sombras, el Aire que me permite respirar y descansar, la Esencia que me invita a vivir y desvivirme por los demés y el, universo que me rodea. Creo en Jesiis, en su buena noticia, en su vida, en su proyecto para la humanidad. £1 me muestra un camino de felicidad, mediante la propuesta de sus bienaventuranzas, que solo se podr cumplir sila hago extensiva al otro que camina a mi lado, sobre todo al mas débil y excluido. Jesiis, como hijo de Dios y hermano mio, me invita a resucitar cada dia a una nueva vida, a una primavera de fraternidad y solidaridad. Creo en el Espiritu que da consistencia a todo, que todo lo hace nuevo, que es el Aliento vital que me des- pierta a la existencia cada mafana, el Entusiasmo por construir un mundo mejor, més justo y fraterno, la Pa- sién que no me deja caer en la inhumana herida de la indiferencia, el Fuego que me arde por fuera y por den- tro para sentirme uno con toda la creacién, responsable y fraterno con mi familia humana. 22 Creo que la Iglesia solo puede ser un referente para nuestro mundo, si se deja convertir por el espiritu de Je- siis, por su forma de ser y de vivir, por su compromiso en la liberacién y la felicidad de los hombres y mujeres, en especial de los mas empobrecidos y marginados, por su audacia y ausencia de legalismo, por su com-pasién, su ternura, su alegria y su profecia, Creo que la mejor forma de seguir a Jestis es en pe- quefias comunidades, como él lo vivié con sus amigos. Queriéndonos y ayudéndonos a ser fieles cada dia al mensaje de amor, de compromiso, de cercania a quie- nes peor lo pasan en nuestra sociedad. Gozando y ce- Iebrando cada momento de la vida. Manteniendo ia es- peranza activa. Sabiendo que no somos perfectos, pero que en comunidad nos ayudamos a ser un poco mejores y mis felices. Creo en el agua que me limpia y me da la libertad de compartir mi vida con los demas, sintiéndome hermano € hijo; en el perdén que me libera y ayuda a sanar al otro; en la donacién gratuita de lo que soy y lo que ten- g0, pues me humaniza; en la espiritualidad encamada, que me abre a la trascendencia de mi propia vida; en el servicio desinteresado a los demas, que me invita a des- centrarme, a abandonar mi yo egoista, a reencontrarme en profundidad. Creo que la muerte no tiene ningéin poder sobre la vida, aunque parezca todo lo contrario. Creo que para quienes confiamos en Dios, en el ser humano, en todo lo que nos une... la vida no termina, sino que se transforma. Que no tiene un punto final, sino un punto y seguido. Que si damos vida al otro, si la recibimos de los demés, si recordamos y nos recuerdan, no moriremos nunca, Como el mismo Jests, como nuestros familiares, amigos y tanta 23 gente que nos ha precedido y nos ha ofrecido un testi- monio profundo de amor y entrega con su propia vida. Creo en el Misterio y en la Misericordia Creo en el Misterio de la Vida que me hizo nacer del abrazo amoroso; que me sustenta, me envuelve y me ayuda a respirar de otra manera; que me invita a ser mas que a poseer; que es mi tierra fértil, mi latido y mi esperanza. Que me urge a la felicidad y la alegria, a celebrar cada dia el gozo de estar vivo. Creo que el Misterio se revela alos sencillos y se ocul- taa los poderosos y a quienes creen saberlo todo. Habita en el hond6n personal de cada mujer y cada hombre; en los arboles, los animales, los rios y las montaiias; en las estrellas, los agujeros negros, las galaxias... el universo que nos asombra y fascina. Creo que el Misterio es un eco y una llamada. El eco que resuena siempre en nuestro ser més intimo, el eco que nos hizo abrir los ojos a la luz, La llamada a cre- cer en relacién, sintiéndonos una fraccién de! Todo del que formamos parte y, a la vez, siendo también el Todo consciente, que camina, sufre, goza y ama. Creo que el Misterio queda mancillado y encubierto tras el lamento del dolor y la soledad, las lagrimas del suftimiento, la sinrazén del odio, la indiferencia ante el hambre y la guerra, Y se manifiesta y visibiliza en la ar- monia, la belleza, la ternura, la solidaridac que sembramos con semillas de sensibi misericordia. Por eso creo en la Misericordia, que es la epifania del Misterio. Que sana las heridas por nuestras manos, que acaricia con la mirada a quien se siente frustrado, que clama con nuestros gritos ante la exclusién, que aco- 24 ge al refugiado, a la mujer maltratada, a pesar del miedo y la indiferencia general. Que es puro don gratuito. Creo en la Misericordia, que se encarné en la per sona de Jesiis de Nazaret y a la que llamé Abbé, Papa, Mamié: es el Hijo que nos invita a confiar como hijos y nos muestra el camino de la felicidad y la solidari- dad; el Sanador que nos mueve a curar tantas heridas; el Hermano que nos convoca a vivir como hermanos en comunidad, abiertos a toda la humanidad y en profunda comunién con toda la creacién, Creo en la Misericordia, que es atencién, paz. e im- pulso, para poder escuchar y dar nuestro apoyo a las, alternativas que surgen cada dia, y asi seguir constru- yendo ese otro mundo més justo, pacifico y fraterno, que esta latiendo en nuestros corazones, que ya estd aconteciendo en tantos proyectos a lo largo y ancho del planeta, por minimos que parezcan, Creo en la Misericordia, que anida en nuestro inte- rior como un fuego, un desasosiego, un empefio. Que hay que alimentar para que no se apaguen sus brasas. Que hay que cuidar, para que siga siendo nuestra se- gunda piel y nuestro balsamo para los demés. Felices quienes se muestran siempre misericordiosos porque, solo asi, se sentirdn afortunados y satisfechos del senti- do que han dado a su vida. Creo en las estrellas de Navidad Creo ena paz del corazén y en el esfuerzo por llevar sa paz.al mundo en que vivimos. Creo que Belén es la Casa del Pan, un pan partido, repartido, compartido, para que no haya mas hambre en nuestro barrio, en nuestra ciudad, en nuestro mundo. 25 Creo en los pastores que escuchan la buena noticia y donde se encuentra el «Dios con nosotros», que salen a su encuentro y, por lo tanto, comparten lo que son y tie nen con los marginados y excluidos de nuestra sociedad. Creo en las estrellas que ya murieron, pero que nos han dado vida y conducido a donde nos encontramos hoy, a lo que somos, a lo que anhelamos ser. Creo en las estrellas que continéan naciendo y nos siguen abriendo nuevos caminos, inéditas sendas a re- correr, ilusiones que prender en nuestro ojal, destellos nos de fulgor para nuestros ojos apagados, Creo en la buena noticia de Jesiis de Nazaret, la més profunda humanizacién del misterio del amor de Dios, en Ia alegria y la esperanza que nos infunde y, a través de nosotros, en los demi, Creo en ese otro mundo posible que nos animé a construir, por la dignidad y la felicidad de los seres hu- ‘manos, para eliminar la injusticia, el odio, el Ilanto, la desilusién, Creo que la Navidad acontece cada dia del afio, cuando trabajamos por la paz y la justicia, por el amor encamado, por una nueva humanidad més fraterna, li- bre, en paz, Junto a la naturaleza y el universo que nos rodean, nuestro verdadero hogar, en el que nacimos y al que volveremos, para ser de nuevo polvo de estrellas, luminosas, ardientes. Credo de la comunidad Creo en Dios, Madre y Padre, Fuente, Vida y Co- munién de cada comunidad, Sustento de la entera ere cién, De todo el universo y de cada hombre o mujer. La Divinidad nos ayuda a ser y a sentimnos mas unidos, en comunidad de vida con todo lo que nos rodea, pues Ella 26 misma es el mas elevado ideal de Comunidad, la mejor Comunidad. Creo en el Espiritu de Dios, que no es estatico, sino que camine a nuestro lado, fluye muy dentro de nosotros ¥y nosotras, que nos impulsa y alienta a renovarnos cada uno para revitalizar e impulsar a nuestra comunidad, Creo en Jesis de Nazaret, Hijo de Dios como noso- tros y nosoiras, pero que nos revelé con su vida la mejor forma de acercarnos a Dios, para vivirle en comunidad, Siguigndole, con el espiritu de las bienaventuranzas, construimes un mundo nuevo, renacemos cada dia como comunidad y crecemos como personas en humanidad. Creo en una Iglesia como comunidad de comunida- des, pobre, sencilla y alegre, que anuncia la buena no- ticia de Jess, y se esfuerza por construir cada dia otro mundo mis justo, fraterno, solidario, en paz. Creo en mi comunidad, en mis hermanos y herma- nas, con quienes recorro el camino seftalado por el es- piritu de Jesiis, una senda de felicidad, justicia, solida- ridad, armonia y encuentro. Creo que sin mi comunidad no seria como soy ahora. Ni Ilegaria a ser lo que estoy llamado a intentar dia tras dia, junto a ellos y ellas. En mi comunidad suplen cualquiera de mis carencias y me ayudan a crecer como cristiano, como ser humano. Creer que ain podemos Creer que aiin podemos. Podemos sonreir cada amanecer inédito, Podemos alzar la frente y las manos, Podemos aclarar la noche y sus sombras. Podemos dat voz.al silencio impuesto. Podemos cortar los hilos de la mansedumbre. Podemos sembrar nuevos brotes de esperanza. 27 28 Podemos despertar la fe agotada, rendida, Podemos descifrar los pliegues de tanta mentira, Podemos abrazar la tuminosidad del sol en las plazas, Podemos compartir el dolor del humillado. Podemos regalar caricias, anhelos, suefios, alas. Podemos derramar por las calles estrellas ardientes, abrazos motivadores, palabras sinceras. Podemos avivar nuevos amores, entusiasmantes, apasionados, enriquecedores. Alabanza. Agradecimiento Celebracion Alabado seas por la Creacion Alabado seas mi Sefior, creador de todo lo viviente. Ante tu creacién, lo més idéneo es mantener un respe- tuoso silencio... {Unos quince mil millones de afios nos contemplan! {Quién podria imaginar que un punto, miles de mi- ones de veces mas pequefio que un punto, podria Ile- gar a dar a luz el universo que hoy existe? Tal era el calor y la densidad de la energia, que ex- plot. Tal era la inmensidad del Amor condensado, que estall6 en una hermosisima danza césmica. Bendito seas bondadoso Origen de la materia: Tit la ge- neraste, y te contiene, y la sobrepasas, y la trasciendes.... Y tu Espiritu revoloteaba alegre en la velocisima ex- pansién del universo Alabado seas por Antares y Andrémeda, por la Ca- bellera de Berenice, por Casiopea y la Via Lactea, por nuestro Sol y nuestra Luna, En especial, por nuestra célida morada, la Tierra, este planeta azul de 4.600 millones de afios. Bendito seas, cuidadoso Hacedor, por sus continen- tes y océanos, por sus animales terrestres y marinos, por la capa de atmésfera que nos permite respirar y la de ozono, que nos protege del sol. Alabado seas, Padre y Madre nuestros, por los ho- minidos que fueron naciendo y desarrollandose durante 29 millones de afios: austrolopitecus, homo erectus, homo habilis, homo neardenthalensis, homo sapiens (et de- mens, que diria Boff)... Bendito seas por la mujer y el hombre que, como un ito importante de la evolucién, estin llamados a ser hijos tuyos, fraternos, felices y libres. Te pedimos que perdones nuestra falta de amor hacia nuestra madre la Tierra, por desangrarla, por aniquilar sus bosques, contaminar su aire y envenenar sus aguas. iQue a nuestro planeta (que lanza gritos de dolor, ‘como de parto) no le causemos heridas de muerte! {Que la humanidad no desaparezca para siempre! Transforma nuestros corazones, para amarte mas en tu creacién, en tu humanidad que trabaja y lucha diaria- mente en nuestros pueblos, ciudades y barrios. ‘Alabado seas buen Dios por todos los dioses que no compiten contigo. Por Buda, por Mahoma, por Moisés; todos estos profetas nos invitan a recorrer en un bello macroecumenismo, el camino hacia la Verdad, mos- trandonos al tinico Dios, vivo y verdadero. Bendita seas Madre buena, por tu hijo Jesiis, que quiso compartir nuestro destino, nuestras tristezas y alegrias, nuestras desesperanzas y nuestro amor. El comprometié su vida con los mas débiles y mar- ginados. Para mostrar la misericordia de su Dios por ellos, por toda la creacién, entregé su vida en la cruz, y por esta muestra de infinito amor la recobré de nuevo de manos de su Abba, aleanzandonos asi la més plena liberacién. Alabado seas Dios nuestro y cercano, por la amistad, la justicia, la fraternidad, la paz, la solidaridad... Por todos los valores que humanizan y deifican a los hom- bres y a las mujeres; por todos los avances realizados 30 para reducir distancias, unir, interrelacionar, comuni- car, para mejorar y dignificar el trabajo de las personas. Queremos pedirte perdén por tanta gente en paro, por todas las personas que dejamos al margen de este proceso, por quienes no cuentan porque no pueden con- sumir, aunque si tienen que pagar la deuda externa im- puest Bendita seas, dulce Esperanza nuestra, por la vida con dignidad y por la muerte a su debido tiempo; por- que si nos analizamos somos polvo de estrellas; porque hemos nacido de ti y a ti volveremos. ‘Alabado seas siempre y en toda circunstancia: por todo lo que supera nuestro entender, por todo lo que ve- ‘mos y gozamos, por todo lo que nos cuesta y nos hace crecer. Ayiidanos a dar a luz una Nueva Creacién, Y, mientras tanto, ante la que observan nuestros ojos, permitenos extasiamos, dar gracias, contemplar y callar. Agradecimiento Unicamente quien llega sediento estima sinceramen- te el vaso de agua fresca. Unicamente quien se ha quedado desnudo agradece el vestido que le ofrecen, Unicamente quien ha sufrido en las duras cunetas de la vida, valora el gesto de cercania y la mano que se le tiende. Unicamente quien camina a tientas en la oscuridad, queda deslumbrado ante la luz de la amistad. Unicamente quien ha pasado hambre de verdad, besa el pan y la solidaridad con que se le ofrece. Los satisfechos, en cambio, no estiman, ni agradecen, ni valoran, ni se dejan deslumbrar, ni besan, ni suefian, 31 ni esperan... Tienen bastante con asegurar el hoy y el maiiana, tan incierto, Porque ninguno de ellos puede comprar un amane- cer, la luz, el cuerpo, la caricia, la rosa, el viento, el mar, Ja mirada, una sonrisa, el amor. YY, aunque pudieran, jams podrin gozar, perdiendo el oro de su tiempo, contemplando tanta belleza... Le doy gracias a la vida Por depositar en mi la semilla de la confianza, de- jandome conducir por la voz. presentida, le doy gracias a la vida. Por el sentido del humor, por las manos tendidas, por la caricia sentida y su ardor, le doy gracias a la vida. Por la luz y su mafiana, por el corazén cordial, com- partido, por la sonrisa acogedora, cereana, le doy gra- cias a la vida. Por la mar en calma, por sus olas embravecidas, por la espuma depositada en mi alma, le doy gracias a la vida. Por el manantial de la amistad, por su fuente clara, vertida, por su frescura y su sinceridad, le doy gracias ala vida, Por la palabra libre, inspiradora, por la pasién que me provoca y me cuida, por alumbrar en mi su accién creadora, le doy gracias a la vida. Por la fértl tierra y sus frutos, dolorido por sus légri- mas afligidas; por el instante en que me dara cobijo, le doy gracias a la vida. 32 Oracién de agradecimiento al empezar el nuevo curso Creemos que, al empezar un nuevo curso, la mejor palabra que podemos decir es Gracias. El agradecimiento enriquece a la persona, la Tlena de esperanza, de confianza, de fe, de ternura, de ilusién, de ganas de vivir. Gracias, en primer lugar, por estar de nuevo juntos, por Ia alegria de vernos, abrazarnos, besarnos, sentirnos unidos en un mismo proyecto de fe y de vida. Gracias, pot haber disfrutado del sol, la playa, la ‘montafla, nuestro pueblo o ciudad sin agobios ni prisas. Gracias, porque algunos hemos podido visitar otros paises, otros paisajes. Por haber conocido otras cultu- ras, yacimientos arqueolégicos, la historia de otros pue- blos, que tanto nos enriquecen y nos abren la mente y el corazén, Gracias, porque hemos podido dedicar més tiempo a la familia, a los amigos, a las personas con las que no nos encontramos habitualmente. Gracias, porque hemos conocido a otras gentes en nuestros viajes, con las que hemos charlado y comuni- cado algo de lo que intentamos ser y vivir. Gracias, porque nos hemos acordado, en la distan- cia, los unos de los otros, porque cada uno de nosotros ‘ya forma parte de nuestra propia familia, la gran familia que Jesis vivi6 y queria. Gracias, porque hemos tenido mas momentos para la charla sin prisas, la lectura sosegada, el silencio, la contemplacién de los acontecimientos, las personas, los paisajes, la oracién confiada y agradecida con nuestro buen Padre y Madre Dios, 33 Gracias, porque no nos hemos desentendido del do- lor de la humanidad suftiente, del grito de una Tierra exhausta, de las luchas y esperanzas de los empobreci- dos y marginados del mundo. Gracias, porque seguimos creyendo que la mejor forma de seguir y acompafiar a Jest, es en comunidad, intentando vivir con sus mismos sentimientos, segin nos va aconsejando su Espiritu en cada momento, y ala luz de las Bienaventuranzas. Gracias, porque a pesar de los afios que llevamos juntos, no nos cansamos, seguimos adelante, con avan- cesy retrocesos, intentando dar sentido a nuestras vidas, perdondndonos y animandonos, ofteciéndonos carifio y cercania en cada momento, compartiendo las dificulta- des y las alegrias que experimentamos cada uno. Gracias buen Dios, por animarnos a seguit buscan- do sin descanso tu rostro, en los mas desfavorecidos y en nuestra mas intima intimidad. Con tu ayuda y con un sincero deseo de renovar nuestro compromiso, nues- tra alegria y nuestra esperanza, empezamos este nuevo curso, con animos renovados, abiertos a todo lo nuevo y a las sorpresas que nos esperan, si sabemos mirarlo iodo con los ofdos y los ojos bien abiertos. Nuevo céntico de las criaturas Oh Profundidad, Vulnerabilidad del Amor, infinita Ternura y Bondad, por ti vivimos, en ti adquiere consis- tencia toda la realidad, bendecirte es concretar en el dia a dia tu misericordia y tu presencia, siendo la sencillez o que offece valor y dignidad a nuestra existencia Que te alabe todo lo creado en el universo por amor y, en nuestra galaxia, quien nos da luz y vigor, el hermano Sol, pues nos despierta al alba y nos invita a gozar del 34 asombro y la belleza, llevando a la cotidianidad la buena noticia de tu constante gentileza, ‘También por la que protege nuestros suefios, la her- mana Luna y su halo, y por las nebulosas, los planetas, las estrellas que has creado, que nos invitan al asombro y la contemplacién, brillando, aunque ya hayan desapa- recido en su titima y definitiva explosion. Por la kermana agua que forma las tres cuartas partes de nuestro cuerpo, que es imprescindible para la vida, que nos salta desde dentro, y por el hermano fuego, pot su lumbre, sus brasas y su llama, imagen de la luz, de la hoguera que arde dentro de quien ama. Por la hermana Tierra, de la que formamos parte, nuestro hogar, la Madre Tierra que nos ensefia a alabar, dar gracias, cuidar, pues nos regala el agua, el oxigeno, el alimento para sobrevivir, y por las montaiias, los ma- res, las flores y sus colores, que nos hacen sentir. Por todas las personas que se dan a los demas sin despertar la admiracién, quienes suften persecucién por la justicia y responden con el perdén, jfelices quienes han descubierto la verdadera alegria de ser pleno y ve- raz antes que poseer; de sanar, de liberar, porque recibi- ran consuelo y paz! No damos gracias por la muerte temprana, injusta, dolorosa, homicida, a la que hay que combatir hasta lle- gar a dar incluso la propia vida. ‘Nos sentimos en armonia, cuando nos llega la her- mana muerte a reclamar, si sabemos que la vida sigue y que, sin saber bien cémo, vivimos para resucitar. Felices las personas para quienes la voluntad de Dios no es estar sometidas, sino ser felices y en ello se empefian sanando a los demas de tantas heridas, siendo sencillos y alegres, danzando al son del universo y su 35 cancién, agradecidos y alabando cada momento que vi- vimos con ternura y pasion. Todos estamos invitados a respirar pura alabanza junto a toda la creaci6n, y a derramar lagrimas de ale- gria ante tanta belleza, con humildad de corazén, por- que el universo es inmenso, hermoso, y el buen Dios nos hace una propuesta: bendecirle siempre en cada criatura, para acudir todos como hermanos a su fiesta. Ser instrumentos de paz jFuente de toda armonia y fraternidad: ayédame a caminar por sendas de justicia, paz y no violencia! Para que, cuando a mi alrededor surjan brotes de ra- cismo y desprecio, me ponga siempre yo al lado de las victimas, para que ante los insultos y afrentas extienda yo el balsamo del respeto y la tolerancia, para que cuan- do haya divisiones y desavenencias recorra yo la senda del dialogo y el entendimiento. Para que si los medios de comunicacién proclaman ‘mentiras, sepa yo desmentirlas y hacer asi que brille la verdad, para que cuando la gente se sienta descorazona- da, les dé yo la opcién liberadora de la fe y la confianza. Para que si la desesperanza parece ser la tltima pala- bra, siembre yo semillas de ilusién, fortaleza y énimo, para que si la oscuridad no deja vislumbrar el futuro, sea yo una pequefia llama, un destello en el camino, para que si la angustia y el pesimismo ocultan el ho- rizonte pueda yo iluminarlo con suejios, constancia y creatividad ‘Que mi empeiio diario, Dios de toda bondad, sea Ile- var cuidado y consolacién, comprensién y compasién, cuidado, cercania y felicidad. Siempre de forma gratui- tay desinteresada. 36 Porque la generosidad es lo que da el auténtico valor a la perscna, dando lo que eres y tienes, sin esperar re puesta, aunque sea muy humana la necesidad de ser co- rrespondidos. La cumbre del amor es llegar a dar la vida por quienes uno ama, incluso por gente desconocida. Pero, en verdad, lo mas duro es entregar tu existencia dia a dia, en los buenos y en los malos momentos. Y ese es también el mayor, el verdadero amor: la amistad, la ternura, el carifio cotidiano, que te hace go- zar ya la vida eterna, que se hace presente en cada mo- mento de la cotidianidad, dando vida en abundancia, es decir, resucitando y ayudando a resucitar a los demas a una nueva vida. Jueves Santo (La felicidad, a raudales) La fraternidad es redonda, como un pan tiemno, enor- me, crujiente. La alegria es la chispa que surge de la celebracion regada con buen vino. En la comunidad de Jess los mas importantes son los més sencillos, quienes mas se entregan a los demas. Cuando nuestras vidas no tienen otro sentido que es- tar pendientes de quienes nos necesitan, y cuando asi Jo hacemos, los ojos se nos abren de par en par y solo entonces le descubrimos partiendo y repartiendo felici- dad a raudales. Se nos van lentamente los afios procurdndonos bien- estar y calidad de vida, pero el ritual consumista de la existencia solo nos deja depresién, tristeza y sinsabores. Cuando nos abajamos y nos ponemos a los pies de quienes sufren, cuando acercamos posiciones limando asperezas, buscando lo que nos une, reciclando las li- mitaciones y los errores, entonces hacemos presente el 37 sagrado corazén de la humanidad que bendice el buen Dios. Le pregunta Jesis: Mujer, ga quién buscas? Y ella responde: A ti, amor mio, Y él la promete: Ven a comer y a beber de los frutos més exquisitos de la comuni- dad, Dile a mis hermanos que solo me podrin ver si se mueven entre los mas humildes de Galilea, de Irak, de Colombia, de Tibet, de Siria... ‘Anuncia a mis hermanos que sino aceptan vuestro testimonio, si no imitan el amor incondicional, pasio- nal, hasta las lagrimas, si no buscan en su corazén el lado femenino y materno como el de mi Madre Dios, no podrin ser nunca discipulos mios de verdad. ; Mujer, hoy es un dia tan especial... Me recordaréis, y yo estaré presente siempre entre vosotros y vosotras cuando celebréis la vida, actualizando estos gestos con el pan y el vino. ; Pero sobre todo cuando compartiis lo que sois y te- néis, solidarios samaritanos, para eliminar tanto dolor, derramando el agua viva de la felicidad, a raudales. Viernes Santo (La cruz de la historia) No os paréis. Si hacéis una pausa, que sea para to- ‘mar impulso, un esfuerzo sereno por ser més: mas sen- timientos, mas cercanfa, mas misericordia. La cruz es la consecuencia ineludible de la inmer- sién de Jesis junto a los olvidados de la historia, Para llegar a gozar de la revolucidn de la resurreccién hay que pasar por el crisol de la ternura, de la verdad, de la defensa y la fortaleza, por ser més, por acompafiar y dejamos acompaitar, por brindar con la dulzura de la amistad y beber, a veces, la amargura de sus lagrimas. 38 Seguir a Jestis es acercar la belleza, un trozo de cielo azul a quienes malviven doloridos en la tierra. Y esto ocasiona inseguridad, miedo, tristeza y dudas. iQue pase ya tu céliz amargo! Pero que se cumpla tu deseo de felicidad para quienes sufren tanto desam- aro... Y pare eso debemos transformar nuestras vidas: Re- pensar qué sofiamos, cémo vivimos, cémo contempla- mos, qué compramos, con quién andamos, por quién vivimos, dénde esti nuestro corazén, nuestra riqueza, nuestra pasién, Y la Cruz de Jestis, la Cruz de Ia historia, en la que estén clavados millones de crucificados, serd el espejo donde nos miremos cada nuevo amanecer, el agua don- de lavemos nuestras infidelidades, la luz que ilumine nuestro diario caminar... ‘Sabado Santo (Renovar nuestra confianza) Tenemos ain miedo, Miedo a la resurreccién. Miedo a cambiat. Miedo a tocar las manos y los pies traspasa- dos por los clavos del dolor y la muerte. Miedo a la re- volucién de Dios. Miedo a la subversion de los valores. La resurreccién es la transformacién de la angustia en serenidad, del temor en confianza, de la tristeza en alegria, de la violencia en pacificacién, del ansia por tener en el gozo de ser, Miramos a todos lados excepto al cielo de la nueva creacién, la promesa y la certeza de una nueva vida im- pulsada por la resurreccién de Jesits «No tengais nunca mas miedo. La paz esti ya en vo- sotros. Las dudas se disipan viviendo la nueva vida en comunidad, como resucitados, Yo os envio para que co- muniquéis la alegria de vivir la fraternidad, y para eso 39 hay que bajar de la cruz a los crucificados, llamarles por su nombre, ofrecerles carifio, que recobren su dig- nidad de seres humanos. Un nuevo nacimiento. {Por qué teméis? Se nota que estdis desanimados ante un mundo violento. Ante una Iglesia alejada del Evangelio, Ante millones de personas muertas de ham- bre, de mentiras y odios, por la guerra, por las violaci nes a sus derechos humanos. Por los aflos que pasan y pasan, y no lograis cambiar vuestros corazones. Pero yo camino a vuestro lado, Yo parto para voso- tros el pan de la fraternidad, os invito a la fiesta en la que beberéis el vino de la alegria, que os fortalecerd y hard que marchéis corriendo hasta donde estan ocultos vuestros hermanos y hermanas a decirles: le hemos vis- to, esta vivo y nos ha invitado a renovar nuestra con- fianza en su persona y a renovarnos por dentro, desbor- dando humanidad, para construir un mundo nuevo, el reinado de Dios, la utopia necesaria y posible». Maria, mujer y apéstol Maria, nuestra madre, no fue ningin personaje en- cumbrado, ninguna consorte, ninguna reina. Fue una mujer pobre, sencilla, comprometida con su pueblo, una mujer solidaria con las mujeres en necesidad, aten- ta, consoladora de los que pierden la alegria, mujer de prudencia, de preguntas y de escucha atenta en su cora- z6n, mujer fiel hasta el final, en la mayor dificultad, a costa incluso de la posible persecucién, una mujer que espera serenamente, que atrae el fuego del Espiritu ha- cia los primeros miembros de la primitiva comunidad cristiana, ‘No es una reina de corona, es la reina de la oracién, del silencio, de la confianza, de la fe, de la ternura, de 40 Ja duda en las manos del Padre, del compromiso inclau- dicable en el seguimiento de Jesiis. Sigamos con pasién el espiritu de Maria, primera apéstol entre todos los apéstoles, hombres y mujeres con el mismo Espiritu de Jestis, su hijo. 41 Comunidad de fe y de vida El sacramento de la comunidad Una comunidad se recrea cada dia en la mesa de la vida, del compartir, de la intimidad, de sentimos unidos por el anhelo renovado de una auténtica fraternidad y amistad, La comunidad nace de una llamada que se escucha desde distintas realidades existenciales, que se nos co- munica por medio de otros, que se metaboliza y discier- ne en lo hondo de nosotros mismos. La comunidad convoca a la oracién del corazén mi- sericordioso, en el que resuenan las siiplicas, las ale- gias, las ligrimas y las esperanzas de la humanidad, de nuestro mundo. La comunidad es garantia de ta presencia de la Di- vinidad, por medio del otro que camina a mi lado en cualquier circunstaneia, que sé que nunca me faltaré cuando le necesite. La comunidad verdadera practica el don del perdén liberador, de la revisién fraterna comprensiva, de la au- tocritica compasiva y favorece el crecimiento personal de todos sus miembros. La comunidad nos ayuda a humanizamos (y, por lo tanto, a divinizamos), cuando contemplamos {a injus- ticia, el desprecio, el abuso y nos comprometemos a combatirlos, pues no podemos permanecer indiferentes, ante los atropellos hacia los mas débiles. La comunidad es un espacio para el encuentro gozo- so de unos con otros. Para el encuentro con el otro, que 43 en su diferencia me enriquece, me ayuda a crecer y me invita con carifio a salir de mi comodidad. La comunidad es el lugar donde se experimenta la gratuidad, la donacin desinteresada al otro, como se- milla y signo de una nueva sociedad, donde se da el testimonio de que es més importante lo que se es y se offece que lo que se tiene. La comunidad nos ayuda a valorar lo que de verdad es lo mas importante, lo que tiene mas interés y trascen- dencia, el tesoro mas valioso, el gozo de estar unidos compartigndolo todo. La comunidad suaviza y hace Wevadera la cruz de cada dia, aceptando el cardcter propio del otro, ayudan- dole en sus necesidades, practicando la humildad, de- jandose guiar y transformar.... La comunidad es un don y un quehacer diario, que hay que regar, abonar y cuidar para que crezca, se for- talezea, dé frutos y adquiera asi su maxima plenitud, La comunidad es siempre deudora de otras personas que la precedieron y que nos han ofrecido su ejemplo de vida; de otras realidades que se han vivido en co- min; de experiencias historicas que la ayudan a cami- nar hacia lo que esta llamada a ser. La comunidad es una escuela de mistica, de espiritua- lidad eneamada, de trascendencia, vislumbrando e inten- tando hacer realidad la utopia, ese otro mundo posible y necesario, que hoy no es todavia, pero que puede ser si nos empefiamos con esfuerzo, constancia y esperanza, La comunidad nos enseiia a vivir con la mayor na- turalidad, sin doblez ni fingimiento, con sinceridad y alegria, tomando con humor nuestra propia vulnerabili- dad, nuestros defectos, y con paciencia nuestros avan- ces y retrocesos. Es el templo donde se celebra la vida con sus gozos, esperanzas y tristezas. 44 La comunidad ayuda a vivirlo todo con sencillez, compartiendo lo que se es y lo que se tiene, para que otros puedan vivir con dignidad, teniendo las puertas de cada casa y de cada corazén abiertas. Una comunidad es cristiana cuando sigue a Jess de ‘Nazaret, intentando vivir con sus mismos sentimientos, para buscar de su mano una plena humanizacién y la unién intima con el Misterio de la Divinidad, el Amor que habita dentro de nosotros, en cada ser humano y en todo el universo. Asi Jesiis se convierte en el modelo y paradigma de una nueva humanidad. Enuna comunidad cristiana se intentan vivir las bien- aventuranzas, lo contracultural, lo alternativo de la buena noticia de Jestis, en la realidad conereta de nuestro mundo. Por eso nunca podra ser conservadora, sino abierta, libe- radora, en progreso continuo, renovada y comprometida desde las fronteras existenciales de los empobrecidos y excluidos. Solo asi se disfrutard de la alegria, la paz y la felicidad verdaderas. La comunidad que se esfuerza y desea vivir de forma integral su fe y su vida, es un nuevo sacramento que «contiene, visualiza y comunica otra realidad diferen- te a ella, pero presente en ella... una grieta por la que penetra una luz superior que ilumina las cosas, las hace transparentes y diafanas». Rasgos de espiritualidad comunitaria + Para vivir en comunidad necesitamos realizar un esfuerzo diario por ser cada dia més humanos, con, nuestros/as hermanos/as y con la gente que nos rodea. + Jesiis nos dice: «A vosotros/as os llamo amigos! as». Valoramos profundamente la amistad que nos tene- 45 mos, como un don y una gracia que hay que agradecer y fortalecer constantemente. + La llamada que Jesiis nos ha dirigido para for- mar parte de nuestra comunidad, esta en el origen de este bello y gozoso proceso de vida al que intentamos ser fieles cada dia, + Dios es el Misterio de Amor y de Vida que nos mantiene en una busqueda permanente de su Ser, en lo mas intimo de nuestros corazones, en todas las perso- nas y en el mundo que nos rodea. + Jestis es quien nos ha descubierto, con su vida, el verdadero rostro humano, misericordioso y cercano de nuestro buen Dios, Abba, Padre y Madre. + Elpredicé la Buena Noticia del Reino a los em- pobrecidos, excluidos y marginados. Ellos y ellas son los rostros que nos permiten descubrir la presencia silencia- da, dolorosa y esperanzada del Espiritu en nuestro mundo. + Lasolidaridad es, en nuestros dias, el nuevo nom- bre del amor. Sin una entrega y un compromiso real con las personas mas débiles, oprimidas y marginadas, nuestra vida y nuestras palabras serfan una farsa. + Precisamos de una mistica muy profunda para vivir cada dia con mds sencillez, con una alegria y una felicidad mas intensas. Las bienaventuranzas y los em- pobrecidos/as nos lo ofrecen y nos lo exigen. + Nuestra espiritualidad no admite parcelas, ni tiempos: debe encamnarse y abarcar toda nuestra vida, Siempre y en todo momento, debemos ir adquiriendo, con la ayuda de los demas, una _nueva forma de ser y actuar mas humana, agradecida, gratuita: més divina. + No precisamos tener més, sino ser y entregarnos mis. Para ello tendremos que vivir con mas sencillez, ser menos consumistas y «perder el tiempo», enriquecién- donos al contemplar la belleza, disfrutando y cuidando 46 de la Naturaleza, fortaleciendo la amistad, dialogando en profundidad, escuchando atentamente, celebrando la vida y la fe, en la biisqueda permanente de la auténtica libertad, que esta en servir a los demas, como dice san Pablo. + La Verdad no la posee nadie por completo. En- tre todos y todas, durante el camino que recorremos en la vida, la vamos vislumbrando, nos va transformando, pero no llegaremos a poseerla nunca en plenitud. + Junto a Jestis, nuestro principal Camino y Ver- dad, debemos vivir y beber de miles de manantiales que nos aportarén cauces para Hlegar a la auténtica Fuent. ejemplos de vida comprometida, testimonios que ilu- minardn nuestra senda, los empobrecidos que nos cues- tionan, animan y evangelizan. + Lacontemplacién y la lucha, el silencio y el anun- cio, la ternura y a rebeldia profética no son actitudes contrapuestas, sino las dos caras de una misma moneda que debemos llevar a toda nuestra existencia, * Todos y todas recordamos diversas circunstancias ya muchas personas que han influido poderosamente en nuestras vidas, que han fortalecido nuestro compromi- so y nos han ayudado a reconocer lo que es de verdad esencial en la vida. Debemos recordarlos con carifio y mantener su presencia viva entre nosotros y nosotras. + Apesar de las derrotas permanentes que sufren los oprimidos por parte de los poderosos de la tierra, ayer y hoy, debemos continuar siempre la lucha por la Justicia y la Esperanza. Si Jestis resucité, nosotros y nosotras, junto a los excluidos de la historia, resucitare- mos también a una nueva vida. En el Reinado de Dios que empieza ya en esta tierra. + El camino hacia la fraternidad universal lo real zamos junto a todas las Iglesias, las diversas religiones 47 y todas las personas que trabajan por la paz y la justi- cia, Formando redes de amor y solidaridad, porque otro mundo, més cuidadoso con la madre Tierra y con la humanidad, es cada dia que pasa mas necesario y solo posible si unimos nuestras manos, nuestras mentes y nuestros corazones. (Comunidad Cristiana de Base de Canillejas) Musién ‘Vamos a sembrar ilusiones. Y vamos a ilusionarnos de nuevo. Porque lo necesitamos. Porque nos lo requieren clamores silenciosos. La ilusién suena a suefio, a utopia, silencio, contem- placién, certeza y esperanza. La ilusién resuena en el interior, y reclama compro- miso, busqueda, anhelo, manos entrelazadas. La ilusidn solo se realiza en comunidad, sin egois- ‘mo, con énimo de servicio, con alegria, con urgentes y compartidos deseos. ‘Vamos a ilusionarnos, lo necesitamos para vivir fe- lices de nuevo. El camino Se puede caminar solo, regular los pasos asombrindome, deleitindome solo al sol. Y se puede caminar en compaiiia, entre palabras vibrantes, silencios compartidos, manos que aguardan para brindarte ayuda, Sin duda, es mejor, mucho mejor, caminar por el sendero arbolado de la amistad. 48 Mistica cotidiana Necesitamos misticas y misticos muy humanos Podriamos considerar que una persona mistica es la que potencia al maximo, en todas sus capacidades, la mas profunda dimensién de humanidad que esta llamada a alcanzar, En estos cuantos rasgos podemos intercam- biar el término mistica por espiritual y obtendremos el mismo resultado: Una persona mistica no se cree que lo sea, sino que vive con mucha naturalidad todo lo que sucede a su al- rededor, lo que experimenta en el dia a dia, lo que da sabor, valor y aliento a su cotidianidad, lo que le oftece luz para seguir mirando, a través de su ventana, el hori- zonte que siempre hay més alld Una persona mistica favorece un buen clima a su alrededor, sonrie al compaiiero de estudio 0 trabajo, in- tenta crear armonia, disculpar los errores de los demés, alentar los animos, enjugar una ligrima, llevar alegria para contrarrestar tanta tristeza y mantener siempre el buen humor. Una persona mistica busca espacios propios para pro- fundizar sobre todo lo que vive, lo que acontece en el mundo, lo que siente en su hondén personal. Serén cinco minutos 0 una hora, en su habitacién o paseando, char- lando o callando, pero no dejara de intentarlo cada dia Una persona mistica se deja afectar por las injus- ticias, la exclusién, el odio, la enfermedad, la muerte. Intenta que no le ahogue el mar de la indiferencia y se 49, mueve como pez en el agua por senderos solidarios, jun- toa otras muchas personas que se esfuerzan por cambiar y mejorar su mundo. Una persona mistica hace todo lo posible para no dejarse abatir por las dificultades, las derrotas perso- nales 0 las de los empobrecidos y desheredados. Eso no significa que no derrame lagrimas amargas, que no gtite ni se enfurezca ante la prepotencia y el abuso de los poderosos. Una persona mistica sabe que «no se remienda con una tela nueva en un vestido viejo, ni se echa vino nue- vo en barricas viejas». Por eso, cuando ve que algo ya no sirve, ni tiene sentido seguirlo o creerlo, lo abandona con gozo, agradeciendo lo positivo que le ha aportado. Una persona mistica esta siempre abierta a lo nuevo, a lo inédito y sorprendente. A lo que puede descubrir por si misma o junto a los demas, manteniéndose siem- pre en busqueda, en todos los érdenes de la vida. Una persona mistica se desprende de viejas creen- cias, de dogmas rancios, de ideologias desfasadas, de oxidadas formas de entender la vida (cuando ya se han superado). Y, después de valorarlo bien, se apunta y con- tribuye a crear a nuevas realidades sociales, politicas, culturales 0 eclesiales, que aportan nueva savia a las instituciones, los partidos, estamentos y asociaciones. Una persona mistica procura ser coherente entre lo que piensa, habla y vive, en medio de un mundo de en- gafios, ocultamientos y mentiras, de tantas medias ver- dades. Porque solo asi sera aceptada por los demés. Solo asi se podra aceptar a si misma. Una persona mistica se deja afectar por el dolor, el suftimiento, la discriminacién, las leyes injustas, el odio, la guerra, el hambre de tanta gente, en tantas par- tes del mundo... Sentira ante estas realidades cémo se 50 Je conmueve el coraz6n, ¢ intentaré remediarlo de algu- ‘na manera, en la medida de sus posibilidades, Una persona mistica cree que otro mundo mas justo, fraterno, pacifico y solidario es posible y se compromete para conseguirlo. En primer lugar en su entorno cercano, junto a otras personas solidarias, llenas de humanidad, Pero no olvidaré ni dejara de trabajar nunca por cual- quier persona, de cualquier parte del mundo, que sufra 0 esté oprimida. Una persona mistica se sentiré unida a todos los se- res humanos, en sus alegrias y tristezas. Y también a todos los seres vivos, a toda la naturaleza, a la Madre Tierra, al sistema solar, al universo entero, Porque sabe que todos estamos unidos e interrelacionados con Todo Y que formamos parte de una tnica familia, Nuestro ‘DN proviene del polvo sideral inicial. Una persona mistica reconoce que hay un eco de fondo, una Presencia inefable, que le invita a realizarse, a humanizarse, a entraflarse en la realidad. Siente un aliento vital que le da la vida; que forma parte de un proyecto comiin, junto a toda la humanidad y el planeta ‘Tierra del que forma parte. Una persona mistica no cree a pie juntillas o se deja influenciar solo por lo que ve y escucha en los medios de comunicacién, sino que atiende a otros medios alter- nativos y mira con otros ojos, con otra mirada, més alla de lo que los hechos coneretos le muestran. Sin des- pegarse de la realidad, sabe encontrar otros sentidos y mensajes ocultos, sabe esperar a que otros brotes vayan surgiendo a su alrededor y dentro de ella misma, Una persona mistica’ reconoce que su comporta- miento y consumo afectan al medio ambiente en el que vive y a la humanidad més empobrecida y excluida, Por €s0 se esfuerza en vivir de una forma sencilla, austera, 51 responsable, solidaria, Pues esta forma de vida, a pesar de los mensajes publicitarios, le hace que disfrute de tantos pequefios placeres que se le oftecen cada dia y que estén ahi, a mano, gratuitos, para ser degustados. Una persona mistica weuida sobre todo de su corazén, porque de él brotan los manantiales de la vida», e intenta satisfacer en lo posible en su cotidianidad el anhelo de interioridad, de espiritualidad, de realizacién personal y humana que lleva dentro. Y desde ahi sale renovada, ‘mas humana y dichosa, para seguir caminando humilde- mente, en el dia a dia, con sus compaiieros y compafieras, de camino, compartiendo amor, ternura, afecto, ilusién, para vivir en plenitud, desviviéndose por los demas. Cuida con amor tus estrellas No dejes que silencien las estrellas que levas impre- sas en el corazén, que estallan dando a luz a intrépidas y jévenes nuevas estrellas. ‘No permitas que te arrebaten las estrellas que resplan- decen entre tus manos y que son tu fuego sagrado, el cordén umbilical que te une a la historia sideral de tantas, otras estrellas desde el inicio de la vida en el universo. ‘Alza tu voz contra quienes pretendan herir la lumi- nosa presencia de las estrellas, la hermosa sencillez de las estrellas, la fuerza volednica y nuclear de las estre- las, la vida propia de cada estrella. Haz visibles en esta larga noche los suefios de tantas, estrellas, la necesidad de conocer su larga andadura, la pureza de sus manchas, las luchas por llegar a ser lo que estan llamadas a ser, la deslumbrante sorpresa de sus auroras Cuida y mira con ternura y confianza a las estrellas. Cada una de ellas nos permite contemplar el firmamento 52 ensu grandeza, y en los pequeftos detalles cotidianos, el aliento y la brisa de la sabiduria, haciendo que surja la ae en los més insignificantes detalles de cada nuevo ia, Cuida con amor de cada una de tus estrellas, y nunca, nunca las vendas, porque son tu tesoro mas preciado, lo que te distingue, lo que sella tu identidad, Nuestro universo esti grivido de ese esperado nuevo futuro que tanto anhelamos. Y que est siempre prefia- do de estrellas luminosas. Solo el amor Solo el amor te acompaita cada dia, como tu sombra, como tu piel, en cada momento de tu vida; ser quiza la eterna causa perdida, pero también la fuerza necesaria para renacer, Solo el amor recorre el universo con la musicalidad de un eco de fondo, ain asi hay que aguzar la caracola y el oido para acoger su mensaje primigenio, hondo, como a espuma y su ola, su latido. Solo el amor resuena en la roja estrella, la pasién que dio a luz y se dispers6 por inéditas rutas interestelares, Ja huella indeleble que imprimié en nuestras pupilas y amares, Solo el amor desvela el milagro cotidiano de la ternura y su brisa, solo el amor vislumbra entre escombros unos ojos negros, su clara sonrisa, la brevedad del instante y su asombro. Solo el amor invita a la gratuidad de la sonrisa y las manos extendidas, solo el amor es capaz. de invisibili- zar las fronteras impermeables de corazones y frentes divididas, solo el amor perdura en el intento y su locura. 53 Solo el amor moldea nuestro corazén para el asom- bro y la maravilla. Suefios que se presienten Los suefios de este invierno y de su herrumbre per- manecen desconsolados ante el umbral de la incerti- dumbre. Pero los suefios auténticos de la pasién vislumbran lo posible, lo que puede llegar a su sazén: Sueftos que convocan para la libertad. Suefios que alientan y convocan, Suefios abiertos a un horizonte de paz, que invitan a caminar y nos provocan. Suefios que desvelan el misterio. Suefios que se sue- fian con los ojos despiertos al ensuerto. ‘Suefios que ofrecen pleno sentido a la vida. Suefios de lo que todavia no es, pero que evan en su entrafia la herida, la simiente de lo que ser a la hora de la mies. ‘Suefios que més que evocar el mas intimo subcons- ciente, te estimulan, te reviven, se presienten. Soledad Camino por este mundo nuestro, con la soledad a cuestas, sintiéndola profundamente mia, intransferible, como una segunda piel. Soledad trenzada por finos hilos en la paciente red del silencio, soledad en medio de las masas, soledad colmada de misterios. Soledades que abrasan, legan hasta mi mas intimo centro, soledad poblada de vientos, soledad habitada por cientos. 34 Soledad deseada, irresistible, a veces dolorosa, im- pasible, soledad para crecer desde dentro, soledad en busca del tesoro encubierto. Soledad de| ser vulnerable y eterno, que muestra sus manos vacias, soledad agradecida por el don de la vida, soledad dichosa tras sus aciertos, Soledad como una célida morada, luz dentro de otra luz mayor en su seno. Soledad de ausencias, distancias, soledad como antesala de su infierno. Soledad abiertaa la silente palabra, al sonido de la bri- sa, al viento, Soledad repleta de clamores, soledad para el callado sosiego. Soledad que se deja acompaiiar por la soledad de la sombra amada, soledad inflamada por la pasién y su se- creto, soledad que ser, al fin, nuestro més intimo desvelo. Cada experiencia es un fuego Cada experiencia es un fuego que nos arde cautelo- so, sosegado. Dentro de ti, de mf, crepita un mismo fuego cuyas silentes lamas convocan a una existencia encendida. Pero también nos asolan las gélidas lamas del desa- liento, que abrasan como hielo. Cada dia se alzan llamaradas que se animan y apaci- guan, y tenaces procuran reavivar de nuevo las brasas veladas bajo las cenizas del anhelo perdido, Contemplamos absortos el fuego, tantos destellos de oscuridad y fulgor, sus rifagas intangibles en la noche... La presencia como un fuego: la hoguera del encuen- tro. Ascuas de fuego en todo lo que palpita y vive Nacidos en el centro de una hoguera y urgidos por su resplandor, asi nos conduce la vida a cada despunte del alba, prendiéndonos, de fuego en fuego. 55 El Misterio de la vida EI Misterio solo adquiere sentido cuando nos abre al asombro, la admiracién, la contemplacién callada. Y tam- ign cuando nos deja conmocionados ante el suftimiento injusto, el dolor, la marginacién y el odio desalmado. EI Misterio no se refleja en lo secreto, en lo oculto, sino que se vuelve didfano en la transparencia de una mirada, en la calidez del abrazo, en la fascinacién ante Ia belleza, en el encuentro con el amigo. La Divinidad nos envuelve, nos respira, nos invita a ser més humanos, Se la descubre en las entrafias de la tierra, en la mar serena o arbolada, en las caricias que regalan tus manos. Todo es Sagrado. Cada nuevo amanecer lo hace pa- tente: en la chica que corre a mi lado, en el nifio que son- rie a su madre, en el cartel de la manifestacién contra la guerra, en el abeto majestuoso que crece junto al asfalto, en el beso profundo que se da una pareja de enamorados. El Amor solo adquiere plenitud en la donacién gra- tuita. En la entrega desinteresada, en la compasi6n ante el desconsuelo, en la solidaridad cotidiana. Al compar- tir la alegria, la fiesta, la celebracién de los afios. La Fuente nos invita a detenernos para calmar la sed, a mirar entorno, a seguir caminando. Pero, al momento, se siente de nuevo la necesidad de acudir al manantial, al hontanar, para seguir bebiendo de un agua que de verdad nos sacie. EI Espiritu nos habita. El Aliento vital, que esté en la montafia, en el rio, en la alondra, en el sol, en la brisa. Y en cada ser humano. Es una llamada, un rumor perma- nente para acudir a su llamada. Para recrear cada nuevo encuentro y asi reencantarnos. 56 Nuestro Dios no es un Dios de muerte, sino de vida, Por eso estamos convocados a la vida, a vivir con gozo y a llevar vida a nuestro alrededor. Solo calmando el hambre, acogiendo al extranjero, apoyando a la mujer maltratada, llevando paz ante la violencia, justicia con- tra tanta opresién... le haremos presente y diéfano en nuestro mundo, en la cotidiana sorpresa que nos regala cada nuevo dia. Vida en plenitud El iinico antidoto contra la muerte es vivir cada dia con mayor intensidad: la intensidad de una presencia latente en uno mismo, en el otro. Para que toda imagen desfigurada llegue a mostrar la dignidad de su identidad transfigurada. Sentir que podemos llegar a abrimos como la rosa, 0 transformarnos en mariposa mediante el sacramento de la luz. El misterio de la ascensién, desde la profundidad al resplandor. Vivir cada dia una vida nueva también es experimen- tar la frégil y vulnerable ternura del humus de la tierra que soy, una tierra que germina en los contornos de la primavera, La semilla siempre a punto de florecer en lo que permanece. La vida gravida ya de vida eterna cuando la vivimos en plenitud, en este breve instante y su incertidumbre, Sabiendo que lo decisivo es no dejar de caminar ha- cia el propio horizonte comin, paso a paso tras la som- bra cotidiana y su fulgor. 37 Bienaventuranzas de lo cotidiano Felices quienes se levantan cada dia con una sonrisa, en los labios, y la regalan, y la multiplican. Porque la luminosidad de la sonrisa da otro color, otro sabor a la jomada. Felices quienes celebran los cumpleafios, los aniver- sarios, la amistad, el placer de estar juntos, el encuentro inesperado. Felices quienes realizan las labores cotidianas con g0z0, sabiendo que contribuyen a crear un ambiente més cordial, alegre y agradable. Felices quienes rompen la monotonia con un regalo inesperado: un libro, una noche solo para dos, una sali- dal cine, a dar un paseo... porque nunca les atraparin los lazos de la costumbre. Felices quienes esparcen a su alrededor semillas de perdén, el abono de la reconciliacidn, el agua del didlo- go y el respeto, la luz de la comprensién, Felices quienes siguen el camino que les marca el corazén, quienes tienen su tesoro en la sencillez, en las pequefias alegrias de cada dia, en el beso y el abrazo que te arroba y sorprende, Felices quienes acogen al desconocido, quienes brin- dan su vida con el vino de la solidaridad, quienes levan- tan del suelo al caido, quienes trabajan sin descanso por la esperanza, Felices quienes disfrutan cada dia que les ha tocado vivir, quienes no se angustian por el mafiana, quienes no confian su tranquilidad en el dinero ni en los seguros de vida. Felices quienes se divierten jugando, quienes se rien de si mismos, quienes recorren nuevos senderos, quienes aman con las entraflas, con el corazén, con todo su cuerpo. 58 Felices quienes no se dejan llevar por la superficiali- dad, los chismes o el consumo, y reconocen con admi- racién y sorpresa el Misterio constante de la vida, tanto en el mundo que les rodea como en el propio hondén personal. Felices a quienes el trabajo cotidiano no les hace ol- vidar los suefios compartidos, la esperanza y la utopia de otro mundo posible, la equidad y la acogida como un sentimiento de donacién gozosa. Felices quienes celebran diariamente el hermoso don del agradecimiento por la vida, por quienes estan siem- pre a su lado, por todas las cosas buenas que reciben, por las ensefianzas que les ofrecen las experiencias ne- gativas y dolorosas. Felices quienes siguen cada dia de su vida a Jesiis de Nazaret, quienes se han dejado seducir por sus senti- mientos y por su buena noticia de la liberacién, El miedo que nos inoculan En estos momentos de nuestra historia lo peor que podemos hacer es dejarnos influenciar por los medios que nos invitan a la desconfianza, a encerramos en nues- tro pasado, a transmitir desilusiOn, a dejarnos acunar por la desesperanza, a sucumbir al fantasma del miedo. Porque el miedo solo es falta de fe. Todo lo contrario a lo que vivi6 Jestis. Su sociedad no era peor que la nuestra y, sin embar- g0, él se embareé mar adentro, para sanar heridas, libe- rar del desencanto, prometer felicidad a los oprimidos, levantar del polvo a los abatidos. ‘Nuestra misién hoy dia es sembrar semillas de ilu- sién, dejando para tiempos mejores una vision pesimis- ta del mundo en que vivimos. 59 Y aunque no podemos ni debemos dejar de lado la rea- lidad, si nos dejamos atrapar por los mensajes catastro- fistas, habrin sumado uno més al nlimero de quienes se quedan al margen de la bisqueda de otro mundo mejor. Cuando nos dejamos inocular por los virus de la apa- tia, del desénimo, de la desconfianza y del temor ante el futuro, habran conseguido su propésito. Solo si nuestra mirada es capaz de traspasar la niebla de la incertidumbre que nos intentan transmitir, legare- mos a sentir la paz interior, la satisfaccién personal y la libertad mas profunda a la que estamos llamados. iQué mejor oficio que ser! iQué mejor oficio que ser para llegar a ser! Sin ser uno mismo, sin buscar infatigablemente la felicidad y la libertad, la dulzura junto a quien nos acompafia, las aguas de- jan de fluir, las ascuas se apagan sin remedio. Seamos, pues. Para alumbrarnos, para deslumbraros, para crear claridades. Caminante Constancia y polvo, piedras y horizonte, Caminante en el camino, tortuoso a veces, duro como Ja roca, gozoso y sencillo, como la vida. El horizonte llega paso a paso, hasta el de hoy, que convoca al siguiente. La sabiduria del instante. El momento asumido como principio, alzando la sue- la del pasado, emprendiendo con valor el movimiento que conlleva la incertidumbre. Caminante, ese camino lo construyes con el esfuerzo de cada pisada, ante el hermoso paisaje que te envuel- ve, contemplando en silencio lo que te deslumbra, lo que te espera enfrente, alrededor, muy dentro de ti, Lo esencial es imperceptible Las noticias que més salen en los periédicos, los pro- ‘gramas més vistos, los personajes que mas influyen en nuestro mundo, estén revestidas de dramatismo, de ru- mores malsanos, de frivolidad, de vacio. Pero lo que da sentido a la vida, lo que invita a recu- perar cada dia la cordura y la ilusién, se mueve por los estratos del silencio, de la entrega gozosa. El perfume de una rosa, el cuidado de una relacién, el arreglarse cada mafiana para ir al trabajo, la confi- dencia al amigo al decirle que es imprescindible para ti, el devolver la dignidad y nombrar al humillado por los demas, el ser rico en estrellas y suefios, el poema hecho cancién, mirada, atencién y desvelo, el brotar de una lagrima sincera ante el dolor, la suplica o la felicidad del otro, solo se puede contemplar desde un corazén agradecido... Porque lo esencial, lo verdaderamente importante, es imperceptible para unos ojos empaiiados por la niebla de la superficialidad. 61 Espiritualidad encarnada Encarnacion Contemplar tu rostro en los olvidados y en la miisica callada de sus manos obligadas al desamparo. Descubrir tu huella en el Hanto de un nifio sin maiia- na o de una mujer silenciada por el desprecio, Experimentar tu presencia amorosa en el hedor de la miseria, mientras la rabia asciende como incienso, Compartir mi casa con los que mantienen la esperan- zay con los expulsados de tierra y sangre... Si pudiera ahuyentar el miedo mi deseo estaria cum- plido y mi alegria no tendria fin... Confianza y fortaleza La confianza es como realizar un vuelo sin motor, amparados y protegidos solo por el viento. Como los pajaros en el aire o los peces en el agua. Ese ambiente inmaterial, tan real, es la certeza de su propia fuerza para desplazarse por la atmésfera o los mares. La confianza es un don y una tarea. Porque todo lo que somos es fruto de la ensefanza, el desinterés y el carifio de nuestros padres, profesores, amigos... Todo Jo que hemos recibido nos llena de energia, para darnos a los demas con generosidad. Laconfianza no responde a ningiin tipo de interés, no busca su provecho ni desea beneficio alguno, Responde con desprendimiento y termura, con un animo leno de 63 vigor, para decirle al mundo que la mayor rentabilidad es la donacién gozosa sin esperar recompensa. La confianza cree, se fia, espera con ilusién. Tiene una fe firme en los contornos definidos de unas manos, de un corazén, de una palabra, un silencio, un abrazo. Y esta certeza le da fuerza para seguir potenciando el valor de la amistad, siguiendo el amplio camino de la fraternidad. La confianza se mantiene serena ante las dificultades, en la seguridad de la presencia y el carifio del otro. Ese {intimo convencimiento ofrece una nueva vitalidad, para seguir resistiendo, para continuar buscando el tesoro de la felicidad, el cuidado para uno mismo y para los demés. Laconfianza va mas alla de nuestras propias fuerzas, ‘empieza a asentarse y crecer cuanto més vacios estamos de nuestro egoismo y autosuficiencia. La solidez interior nace en la cuna de la vulnerabilidad, en la mesa de la hu- mildad, al compartir con el otro la noche y sus lagrimas. La confianza se maravilla ante el milagro de cada dia, se continda sorprendiendo ante el amor que nos en- tregan, se queda fascinada al contemplar los destellos de la Divinidad en la naturaleza, en lo cotidiano de la vida, en los demas. Y esto nos fortalece y anima a dar énimo, esperanza, temura ¢ ilusién a nuestro alrededor. Semillas profun- das, s6lidas, resistentes, que daran un fruto de solidari- dad, gozo y esperanza, un fruto con el atrayente color de la confianza. on ee sa Heer ii ti iia ppm oleate Los otros Tenemos vida porque otros nos han convocado a la existencia. ‘Vemos todo lo que nos rodea porque otros nos ven. Sentimos a través de la epidermis que nos une a los otros. Respiramos por el amor que aceptamos de otros. Sembramos caricias que antes hemos recibido de otros. Devolvemos sonrisas que antes han alumbrado otros. Sofiamos en un planeta que ha sido poblado previa- mente por otros. Formamos parte de un mundo que proviene de mu- cchos otros. ‘Abandonamos nuestro desamparo cuando nos deja- mos acompafiar por otros. No alcanzaremos nuestra mas intima identidad sin descentramnos, para llegar a ser junto con el Otro. No dejes que se pierda No dejes que se pierda la sonrisa en tus labios recién brotada, el brillo intenso de tus ojos cercanos, la pala- bra libre, sincera, alborotada, el vuelo de tu pelo y de tus manos. ‘No dejes en el olvido la paz inalterable de tus aden- tros, la huella indeleble de tus pisadas, la flor nivea, abierta del almendro, la delicada luz de tu mirada. No dejes para maftana el beso que te nace ardiente, el latido vibrante de la vida, la caricia tiema, sugerente, la noche traspasada por la amanecida. 65 {Qué mandiis hacer de mi? Solo llegaré a ser en plenitud, cuando algo se mueva en mi por cuanto te suceda a ti, Qué mandéis hacer de mi? ‘Altos muros conforman nuestra insensibilidad, va- las de sangre que fluye hasta enrojecer el mar. No sé si algin gramo de compasién Ilegara a quedar por las oscuras sendas de Ia humanidad, que transitamos con indiferencia, sin piedad. Porque no es justo cuidarse mas que de si... Qué mandéis hacer de mi? Una puerta se derriba y acrecienta el Ilanto, hasta que salen heridos, vencidos, desahuciados. A veces la ternu- ra no es algo descabellado y paraliza la irracionalidad y su espanto, porque mafiana me puede vestir el mismo ‘manto y cubrirme la noche si no estuve también alli... Qué mandéis hacer de mi? Cuando se abandona Ia atencién de nuestros ancia- nos, cuando la educacién y la sanidad se convierten en negocio, cuando la ambicién y el beneficio son los més brutales socios, cuando las areas piblicas se reparten entre pocas manos y no me implico como un conscien- te, comprometido ciudadano, seré cémplice en este per- verso desorden de mi pais Qué manddis hacer de mi? Si los abusos no me estremecen, ni los insultos, ni as amenazas contra cualquier mujer, si callo y vuelvo la espalda ante las victimas para no ver, daré alas a mi conflicto latente, insepulto, sin dar a luz el abrazo que Ilevo en el corazén oculto y un temible vacio me sepul- tard tal como vivi Qué mandéis hacer de mi? Pero en las calles algo nuevo esta surgiendo, apare- cen en el asfalto tiemnos brotes de esperanza, lo ajado ya 1no nos sirve, pues ya comenzé la danza, Si no me con- mueve tanta alegria floreciendo, si me reviven tantas locuras, o la gente sonriendo, lograré vencer los miedos que me impiden ser feliz... Qué mandéis hacer de mi? Oracién desde los sentidos Dios de toda bondad, ayidanos a conmovernos, a compartir el dolor y la alegria con los demas, a cambiar nuestras miradas firfas y distantes, por otras calidas y comprensivas. Padre de las mas dulces caricias, enséfianos a acari- ciar con la palabra, con la empatia, con la busqueda del bienestar y la felicidad del otro, especialmente de quien necesita més temura, cuidado, justicia, Madre del corazén misericordioso, que siempre es- cuchemos los clamores desesperanzados, las ligrimas amargas, los gritos de auxilio, las manos suplicantes, y que sepamos atenderlos, atin a costa de nuestro tiempo, de nuestro bienestar. También las alegrias, las sonrisas y las esperanzas serdn parte de nuestra escucha y de nues- tro abrazo generoso. Jestis, ti estabas siempre atento ante el dolor y la dicha, tus manos tocaban para sanar y liberar, te estre- mecias al contemplar a tanta gente sedienta de dignidad y justicia, y asi dejaste a tu alrededor un olor a mise- ricordia, cuidado y bondad. Comias y bebias con los marginados y excluidos, para mostrarles la acogida y la cercania entrafiable y compasiva de tu buen Padre Dios. Fuente de agua viva, de limpieza, claridad y senci- llez. Danos de esa agua para vivir sencillamente y asi 67 otros podrin sencillamente vivir. Para ser mas felices, compartiendo lo que somos y poseemos con los més débiles y desheredados y trabajando cada dia por otro mundo mas equitativo y fraterno. Dios de la mesa ofrecida y compartida, invitanos a sentarnos a la mesa de la vida, con quienes no pueden disfrutar de nuestras comodidades, brindando nuestra solidaridad, nuestros esfuerzos y luchas junto a ellos y ellas, para que alcancen su plena dignidad, para que vivan con justicia, como hijas e hijos tuyos, como verdaderos hombres y mujeres, al fin libres y dichosos. Solo asi te transparentaremos y alcanzaremos la més profunda y verdadera humanidad. ‘Como pequefias semillas Cuando miras de frente al futuro la oscuridad se des- vanece, cuando alzas el rostro y la cabeza sepultas esta noche gris cenicienta. Cuando tus manos se alzan en gracil vuelo y se es- trechan con otras el mundo se tite de colores vivos. Cuando las semillas ahondan en el corazén dan un fruto diferente, desconocido. Cuando sonries, tu complicidad empapa todas las lagrimas. ‘Cuando derrochamos nuestro tiempo en la solidari- dad fecunda, igualamos los resaltes y derribamos los muros. Cuando tos suefios vuelan sobre las alas del viento se borran las distancias y las diferencias. ‘Cuando levantas la vista y la mantienes, cuando en una guerra contra el odio se crean ticticas y estrategias conjuntas suele ser practicamente segura la victoria. 68 Cuando sientes como propias unas lagrimas, una su- misi6n, una depresidn, un silencio... desde lo hondo de ese abismo no se puede mas que ascender por la escala de la esperanza. Cuando no te importan las fronteras, ni sellas visa- dos, ni te diferencia la piel, ni las palabras, ni las labo- res caseras, el corazén se alza libre y caudaloso. Cuando siembras cada dia con confianza, miras al cielo y abonas con cuidado la tierra, el fruto llega abun- dante. Cuando tu alma se contagia del dolor o la alegria de los demas contraes la contagiosa enfermedad de la ternura. Cuando sientes en tu interior alumbrar la vida, cuan- do la acunas y la acaricias, descubres y experimentas el inicio amoroso del universo. Reerear una nueva espiritualidad La espiritualidad nos provoca a mantener una renova- da actitud ante la vida y nos ayuda a contemplar las cosas con paz, a superar los malos momentos y a gozar de los buenos, encontrando la trascendencia en cada experien- cia cotidiana e impulsdindonos a ser mejores personas. La espiritualidad nos ayuda a encontrar el Misterio Ultimo e intimo, a Dios, al Amor, cada dia; nos hace sen- timnos amados, necesarios y nos impulsa a dar lo mejor de nosotros/as mismos/as, para ser felices y llevar felicidad a quienes nos rodean. La espiritualidad nos ayuda a plantearnos otra forma la vida, en todas sus facetas, en lo que pensamos y sen- timos y eémo lo llevamos a la existencia concreta. Para que fructifique es imprescindible vivirla junto a otros, en comunidad, porque si no, se iria empobreciendo y 69 marchitando. Esta experiencia es imposible vivirla solo dentro de uno mismo, invita a compartirla en el entorno vital en que nos movemos, para dar solucién a los pro- blemas que hay en nuestro mundo. La espiritualidad es el arte de vivir en paz y armonia con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea. Es la capacidad de descubrirte a ti mismo y saber que no es- tas solo, que formas parte de algo mayor, inabarcable, inaleanzable e incomprensible, pero que da un sentido concreto a tu existencia, Esta sensacién de pertenencia universal debe Hevarnos a trabajar para construir otro mundo mejor, mas pacifico, solidario y justo. La espiritualidad nos conduce a plantearnos una exis- tencia més alld de lo que podemos percibir a través de los sentidos, pero que se expresa en funcién de dife- rentes circunstancias personales y vivencias, sean estas religiosas 0 no. La espiritualidad adquiere distintos aspectos, segin la cultura y la religién que se profese. En nuestro caso, nos mueve a vivir enraizados en el espiritu de Jest, a quien intentamos seguir desde sus mismos sentimien- tos, encarnados en el hoy de nuestra historia, nuestra sociedad y nuestro mundo, intentando vivir las bien- aventuranzas como un proyecto de vida plena y feliz para nosotros, para toda la humanidad y nuestra Madre Tierra. 70 Rumores de lo inefable Fuente de vida Sus vetas subterréneas horadan la tierra. Rios silencio- sos, como topos invisibles, recorren cual venas interio- res el subsuelo de mis pies. ‘Niveas cumbres derraman gota a gota sus nieves inver- nales para sonreir en primavera y derramarse en el estio. Nacimientos imperceptibles, nervios y corrientes, arroyos que crecen hasta formar rios de vida. Llega en conducciones humanas al cafio que ofrece brio y sonoridad, frescura y descanso, misica y caden- cia, saciedad de fuente. Origen y final, quiza de nuevo principio, recreando la vida en mis venas, rociando gozosamente la tierra, volviendo como incienso, humo, vapor para alimentar nubes, para volver a derramarse apasionadamente, pe- netrando de nuevo la tierra. Fuente de vida en el camino de la existencia, remites al bondadoso, creador, cuidadoso y amoroso Origen de todo, Un dia fui silencio Un dia fui silencio. Formé parte de las primeras mo- léculas de helio e hidrégeno. Y me acuné el movimien- to de la expansién del universo. Un dia fui polvo sideral. Me protegieron las estrellas en sus vientres de magma y fuego. Muchas de ellas ex- plotaron y me invitaron a viajar por el firmamento. 71 Un dia senti el calor, la leve luz del sol. Fui escama, ientre, cerebro, sangre. Y me adormeci en el ala del colibri. Sofié con los ojos cerrados desde las profundi- dades abisales de! océano. Un dia fui ternura. Y me uni en un abrazo que acabé de nuevo en explosién y dulce dolor. Naci de un ma- nantial, y desde altas cumbres me fui deslizando por el rio de la vida. Un dia sin dias, ni tiempo, ni espacio, fui la nada, estrechado ardorosamente por la nada, deseando dejar de ser solo la nada. Y fui. Todo fue. Y vi que todo estaba espléndidamente encadenado. Entonces nacié de la nada un gesto. Y fui sonrisa. Y palabra. Nada procede dela nada Nada procede de la nada. Las gemas brotan después de que la savia haya fe- cundado la invernal rama. La incandescente estrella surgié de extensas nubes moleculares. Una mirada es la réplica apremiante a la intangible sefial de otra mirada. El beso responde delicado o ardiente al apremio de la ternura o el deseo. La ola desplaza el ferviente anhelo del mar por repo- sar sobre la playa. Tu sutil, cotidiana presencia en mi vida, es fruto de una ofrenda compartida. Cuando mis dias regresen al manantial, se revelaré el fulgor de nuestro inicial, breve e indeleble encuentro. 72 Estrella silente Dentro de ti hay una estrella, oculta, silente, aguardando a desplegar su fulgurante estela en tu entrafia, tus sentimientos y tu mirada ardiente. Para que llegues a dar la luz que anhelas, solo precisas pasién, hontanar, simiente.... Esperanza ‘Aunque te acogiera la nada, la Nada te abriré célida- mente sus brazos. ‘Aunque te escondieran en la tierra, la Tierra te fe- cundard para siempre. Aunque te perdieras en la oscuridad, la Oscuridad seria la dulce sombra que te protegeria de tanta luz. ‘Aunque te conviertas en pura energia la Energia vi- tal te hard estallar en un inmenso y nuevo big-bang de felicidad, Porque no hay otra vida, sino una transformacién y extensién de esta, tu propia vida, Y ahi estard Ella, sin nombre, sin palabras que la li- miten, sin forma que la aprisione, sin dogmas que la fijen, en una sorpresa inimaginable. Y ya ti, como una gota, fundiéndote en el mar infini- to, desapareciendo y recobrando tu mas intima identidad, sembrada de recuerdos y vivencias, rostros, presencias reales, unidas por el amor con el que habis entrelazado ‘uestros corazones. 3 Como angeles caidos Como angeles caidos, incapaces de elevarse sobre esta tierra umbria, sedientos, perdidos. Algunos, tras el esfuerzo de numerosas tentativas, acepian el sometimiento, las cadenas de la deriva. Otros no desisten, y se esfuerzan por alzar las alas, la frente, el corazén y la mirada hacia los ecos de sus recuerdos. 'Y pronuncian palabras y anhelos, las sellan y los lanzan al universo, gritan, entrelazan sus alas, para no sucumbir al desaliento. No dejan espacio a la melancolia ni a la persistente crudeza de los dias, pues saben que provienen de otros cielos, por los que se desviven y empefian sus suefios. {Qué queda? A través de esta densa niebla, mis ojos traspasan la descarnada realidad hasta llegar a palpar lo primordial, la esencia que nos identifica en el mar envolvente de la vida. Por las sendas de! desamparo he contemplado sus- pendidos en las ramas resecas de la impotencia, jirones, harapos, lamentos en el eco callado del silencio. Y como alivio ante tanto desconsuelo solo me que- dan las manos abiertas, el grito desolado, la tibia man- sedumbre, la frigil esperanza arropada de abrazos. Me pregunto para qué sirven las palabras lanzadas al océano, confiando que Hleguen a algin destinatario, si servirin de bilsamo y consnelo, si lograrin que alguien eleve su mirada, 14 | | | | i | ' Detris de quienes han sido arrebatados por las som- bras 0 el fulgor, de su recuerdo vital, tangible, detrés incluso de mi, {qué queda? Ellos mismos en mi y yo enellos. 15 Solidaridad: esperanza de un mundo mejor No cierres las puertas de tu corazén No cierres las puertas de tu corazén a la claridad del nuevo dia, a la sorpresa de la melodia de una cancién, al delicado pétalo de la alegria. No cierres las puertas de tu corazén al recuerdo de a arena sobre tu cuerpo, al desierto, un pueblo, tu emo- cién, a las manos que sanardn tanto desconcierto. No cierres las puertas de tu corazén a la amistad que no es flor de un dia, a la ternura que limpia la herida como una bendicién, al verde clamor de la esperanza y su utopia, No cierres las puertas de tu corazén al incierto ca- mino y su admiracién sorprendida, a los pasos que lo recorren sin desazén, al pan caliente del carifio sobre la mesa compartida, No cierres las puertas de tu corazén a la pregunta, a la duda, a la busqueda incesante, pues a la verdad no se la puede encerrar en ninguna prisién, porque conquistar un espiritu libre es el horizonte mas apasionante. No cierres las puertas de tu corazén a los muros que dividen, incomunican y abrasan, a los cuerpos dolori- dos por la sinrazén, a las lagrimas que tanto ensefian y amasan, No cierres las puertas de tu corazén, deja siempre abierto un resquicio, una hendidura, para que penetre 1 un rayo de luz, la enardecedora pasin, una brecha por la que se deslice el amor y su finura. No cierres las puertas de tu corazén, no dejes que nada ni nadie las dé por concluidas, lleva siempre a mano las Haves de la ilusién, porque solo asi te manara desde dentro el manantial de la vida. Valores para una nueva sociedad La alegria, para celebrar el gozo de existir, como un brindis por cada instante de nuestra vida, sin que nos dobleguen los fracasos, haciendo que la luz que nos alumbra por dentro ilumine a los demas por medio de nuestra sincera sonrisa. La solidaridad, para no encerrarnos en nuestro pro- pio yo, para sentir como nuestro el sufrimiento de los demas, para caminar a su lado, buscando una alternativa liberadora a su dolor. Para sentir que cualquier persona, en cualquier parte del mundo, es nuestro hermano/a, La sobriedad, para vivir en plenitud, no dejandonos consumir por un consumo absurdo, para valorar lo que tenemos, para percibir que somos participes en el em- pobrecimiento del mundo, en el deterioro de nuestra madre Tierra, realizando acciones concretas para reme- diarlo. La interioridad, para detenernos un momento ante tanto estrés diario, para que, en el silencio y la soledad, callemos tanto ruido y nos adentremos en nuestro inte- rior, para reconocer la Presencia que nos vivifica, para valorar nuestra existencia, para gozar de nuestro propio corazén y de tantos rostros impresos en él. La cooperacién, para mostrar nuestro rechazo ante una competitividad inhumana, para unimos a los demas 8 en contra de cualquier causa injusta, para romper con el egoismo que nos aisla. La com-pasién, para seguir siendo verdaderos apasio- nados por la vida, para padecer/sentir-con-los-demis sus, suftimientos y sus alegrias, para abandonar la dureza del corazén, para salir al encuentro de quienes se encuentran tirados en las cunetas de los caminos de! mundo. La autoestima, pero no la de los manuales que te en- cierran en ti mismo, en tu propia autosatisfaccién, sino la que te ayuda a reconocer tus cualidades y a valorar tus capacidades, poniéndolas gratuitamente al servicio de los otros. La sociabilidad, para no aislarnos en nuestra propia casa, en nuestra propia familia, en nuestro propio barrio © comunidad, para abrir y derribar fronteras que nos se- paran, para sentir el inmenso y sencillo placer de estar juntos. La acogida, para encontramos y hacernos cercanos a cualquier persona, de cualquier parte del mundo, de cualquier religién, idea o cultura, y asi mostrarnos feli- ces y orgullosos de formar parte de nuestra comin hu- manidad. El perdén, ante tanta violencia, ante tanto dolor cau- sado a los demas 0 por los otros, ante los engafios que sufrimos, ante las decepciones. El perdén que nos ense- {6 Jestis a practicar siempre, como nos muestra en cada momento nuestro buen Padre y Madre Dios, hagamos Jo que hagamos, el perdén como semilla y fruto de un mundo nuevo y reconciliado. La convivencia, como una mesa bien dispuesta y abierta al otro, como la alegria de charlar con el que lle- ga de fuera de nuestro pequeito mundo, como respeto y tolerancia hacia uno mismo y hacia los demas, creando 79 una sociedad mas abierta, mas colorida, mas plurifor- me, mas gozosa. La paz, para alcanzar el didlogo auténtico, para so- lucionar los conflictos como seres humanos, para que nos Ilene el corazén, para combatir la violencia que hay en uno mismo y en los demas, para que, de la mano de Ja justicia y la verdad, se avance hacia un horizonte de plena armonia y cordialidad. La amistad, como regalo continuo, como fuente de satisfacci6n, como gratuidad y alegria, para poder com- partir los gozos y las penas, para dejarte deslumbrar por la belleza del instante en que compartes y celebras la vida con tu amigo/a. La esperanza, como una planta que no se deja abatir por el temporal, como trabajo permanente ante la adversidad, como horizonte y camino, utopia y empefto diario, como signo de que nada esta perdido, como fruto del esfuerzo por no dejarse abatir por nada. Y que ofrece confianza, perspectiva y animo a quienes se encuentran abatidos y desilusionados por los golpes de la vida. Destellos para un mundo mejor * Qué alegria cuando alguien camina a nuestro lado y esta cerca aunque no le necesitemos: alguien que celebra nuestros gozos, y seca nuestras lagrimas; al- guien que nos ofrece su silencio o una palabra oportuna. * ‘Nuestro mundo es como un barco: para llegar a puerto, unimos nuestras manos, remamos a la par, de- fendiendo al oprimido. En la dura travesia levantamos al caido y compartimos pan y dignidad con todos los hambrientos. * De una mirada limpia nace la transparencia. Acabaremos con la mentira y en el corazén de todos se 80 asentaré la palabra verdadera, Brindemos por una vida clara, sin engafios ni tapujos. *” En la estrella més alejada del universo, en el brote de hierba mas débil, en la sonrisa, en el beso y el abrazo, en lo més intimo de los corazones, en las cimas mais altas y en las simas mas hondas, habita silencioso y ardiente el Amor. * Lapluralidad nos enriquece: abrimos las puertas a todas las culturas del mundo, alegra nuestra vida la variedad y diversidad de tantos colores; acogemos con respeto y calor a los que vienen de lejos o de fuera. * Es tiempo de globalizar la lucha por una nueva humanidad: ofrecemos nuestra voz.a los silenciados, regalamos nuestro tiempo a los marginados, comparti- ‘mos nuestros bienes con los empobrecidos. * Al atardecer me sentiré bien, después de ente- rrar todos los rencores. Voy a disculpar todas las he das que he suftido, Antes de que anochezca buscaré la palabra sincera que precede al abrazo del reencuentro. * El trabajo dara su fruto, la fraternidad se hard visible. El hambre seré un cuento del pasado, La son- risa iluminard millones de rostros. La noche dard paso al amanecer. Necesito tu mano Necesito tu mano, para descifrar lenguajes ignotos, para dejarme cautivar por tu hechizo, para poblar de ima- genes mis suefios, para que mi paso se acompase al tuyo. Necesito tu mano, para avanzar por los itinerarios del viento, para que me guie durante el camino de re- greso, para no retener la claridad de tu mirada, para que cada instante sea eterno. 81 Necesito tu mano, para que mi soledad sea comparti- da, para que me escuches con atencién conmovida, para dar luz a mis callejones oscuros, para que mis horas no se pueblen de polvo y ceniza. Necesito tu mano, para que seas la luna de mis noches y la sombra de mis dias, para renacer a la ternura desde el eco del tiempo, para sentir juntos la fragilidad de la vida, para conducir mis labios hacia el fervor del beso. Necesito tu mano, para deshojar con sosiego la flor de la existencia, para recorrer unidos las sendas del asombro, para sembrar mis jornadas de trémulas estre- las, para sofiar con tus caricias, mientras te espero. Levantate (Le 7, 11-17) Nos jugamos la partida a una sola carta: la compa- sién, La compasién y la acogida como forma de vida, como un sentimiento profundo, real, conmovido, ante tanta angustia, suftimiento y muerte como ocurre y pasa cada dia a nuestro lado: Cuando nos impacta la desesperacién de los padres y las madres ante la muerte injusta de sus seres queridos. Cuando vemos la imagen de un nifio exanime en los brazos de un voluntario que lo contempla impotente, Cuando escuchamos la noticia de un nuevo suicidio de alguien que ha sido injustamente desahuciado, Cuando vemos en la televisién a miles de personas celebrando la victoria de su equipo de futbol mientras nadie sale a la calle a denunciar que 700 personas se han ahogado en un solo dia en el mar intentando llegar a nuestros puertos de insensibilidad. Cuando los golpes, los desprecios y la mano asesina siguen acabando con la vida de tantas mujeres. 82 Cuando el hambre, el frio de la noche y la desilusién continia creciendo como una mancha de aceite a nues- tro alrededor... Es el momento de decir a los demas, de decimnos so- bre todo a nosotros mismos, como Jesis: «A tite lo digo, levantaten. Porque no podemos pasar de largo ante las lagrimas de afliccién de tanta gente. Es hora de levantarse, de compadecerse, de sentir cémo se nos conmueven las centrafias ante la desesperacién, la marginacién, el ol- vido, para buscar soluciones y Ilevarlas a la vida, para desprendernos, como hojas de otofio, de tantas comodi- dades, evasivas y disculpas. Porque entre todos y todas podemos hacer, con ges- tos pequefios, con la solidaridad compartida, con un deseo profundo de justicia, que tantas historias tristes, desgarradoras puedan transformarse en liberacién, es- peranza, alegria de vivir. Es hora de levantarse para sanar las heridas, para en- jugar tantas légrimas, para despertar nuestra humanidad dormida, Renunciar para ser mas humanos Renunciar no significa desperdiciar, sino aumentar nuestra riqueza interior tomando una opcién alternativa, Renunciar a poseer sin medida no implica rebajar la calidad de vida, sino elegir sentimos més libres para poder respirar mejor. Renunciar a consumir mas no debe producirnos an- gustia, sino la serenidad de saber que estamos constru- yendo un mundo mas habitable. 83 Renunciar a gastar sin control no solo es un esfuerzo, por la austeridad, sino un acto de justicia para con los empobrecidos. Renunciar al egoismo narcisista no es dejar de mimar- nos lo indispensable, sino alcanzar el verdadero amor que nos debemos a nosotros mismos. Renunciar al inmovilismo, a la apatia, no es tomar- nos un descanso sabatico, sino entrar jubilosos en la per- manente y necesaria novedad del cambio para mejorar. Renunciar al poder del que disponemos no signifi- ca el abandono del esfuerzo, sino empezar a vivir con sencillez la vida, junto a los sencillos, los pequeiios, los vencidos a los que Dios revela al odo los secretos de una nueva sociedad, anhelada y construida desde un modo de ser diferente: mas espiritual, cuidadoso, comprometido, natural, simple, gozoso, terreno, cercano, trascendente, comunitario, feliz. Mas humano. Rumor de ilusiones Rumor de hojas marchitas, acunadas por el viento, rumor de lluvia empapando Ia tierra baldia, rumor de pisadas que se alejan del padecimiento, rumor de bra- 20 unidos que hacen posible la utopia. Rumor de ilusiones en frigiles pateras, rumor de sendas rumbo a lo desconocido, rumor de aguas ain frias en esta primavera, rumor de olas que acunan cuer- pos heridos. Rumor de aullidos tras la pared de los ultrajes, rumor de golpes amortiguados por la indiferencia, rumor de manos cerrando un rapido equipaje, rumor de abrazos, que sanan amargas dolencias. Rumor de hormigas minando la base de los muros, rumor de tenazas cortando el temor a las alambradas, 84 rumor de puertas abiertas que acogen en los dias mas oscuros, rumor de redes de ternura hasta incendiar la alborada. Bienaventuranzas del samaritano que se hace préjimo Felices quienes abren sus ojos a la realidad, quienes no miran hacia otro lado cuando ven al extranjero mar- ginado, a la mujer maltratada, a la familia desahuciada, al hombre mayor en paro, al joven que tiene que emi- grar para sobrevivir. Felices para quienes el dolor, la miseria, el atrope- Ilo, el hambre, el odio y el desprecio representa todo lo contrario a la dignidad humana, y el enfrentarse a situa- ciones de abuso, el impulso interior que les convierte en expertos en humanidad, Felices quienes, ante estas realidades de margina- cidn, sienten cémo se les revuelven las entrafias, se in- dignan, les subleva la injusticia, deciden hacer algo para solucionarlo y se ponen en marcha trabajando con otros en soluciones concretas. Felices quienes no pueden soportar las lagrimas de impotencia, desilusién y exclusion del otro, quienes ejercitan cada dia su corazén para que no se les endurez- ca, quienes abren sus oidos para escuchar los sufrimien- tos y las esperanzas que estén latiendo a su alrededor. Felices quienes tienen su mayor gozo en adelantar- se en dar, acoger y ofrecerse de forma desinteresada, gratuita, sin esperar al agradecimiento. Felices quienes pasan del miedo y la hostilidad a la implicacién, la hos- pitalidad y la acogida. Felices quienes se hacen préji- mos, prdximos, sin esperar a que se lo pidan, 85 Felices quienes se desprenden de lo superfluo, e in- cluso de lo necesario, quienes comparten sus bienes y su tiempo, porque sentiran una gran dicha cuando su dinero y su preocupacién rindan beneficios, no en la Bolsa, sino en justicia, en sonrisas y abrazos, en pleni- tud y dignidad humana, Felices quienes se acercan al caido al borde del ca- mino, quienes dejan a un lado sus ocupaciones y deci- den perder su tiempo atendiendo las siiplicas, sanando las heridas, firmando manifiestos, acompaitando a los, tribunales de justicia, manifestindose en la calle por las ‘causas justas. Felices quienes no se acostumbran nunca a la insen- sibilidad, quienes saben que lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia, el desinterés, la desgana. Quienes se sienten satisfechos ayudando a los demas y, or eso, tienen como lema: «Sé egoista, haz el bien». Coneédeme tu paz y tu ira Coneédeme tu paz y tu ira. Dios mio, ayiidame a llevar tu paz a mi alrededor, porque hay mucha violencia en la calle, en el puesto de trabajo, en las conversaciones de los amigos, incluso entre las mismas familias. Coneédeme paciencia y constancia para crear un buen ambiente a mi alrededor, para que mis palabras consue- len, para que mis abrazos animen, para que mis tomas de postura estén guiadas por la verdad y la rectitud. Permiteme que sea siempre un instrumento de tu paz, de concordia, de perdén, de confianza. Que lleve esperanza a este mundo tan falto de ilusién y horizon- tes, que aporte un rayo de luz entre tanta tiniebla, que comprenda y disculpe los errores de los demas y vea 86 antes lo positivo y la potencialidad del otro que sus ca- rencias y su egoismo. Buen Dios mio, al ver la opresién de tu pueblo en Egipto llenaste con tu fuerza a Moisés para que liberara atu pueblo. Dame la fortaleza de tus profetas, la audacia de tus mis fieles seguidores, la indignacién de tus santos y santas, la rabia de quienes, ante el atropello de los pe- quefios e inocentes, anuncian tu Reino: un nuevo mun- do de justicia, solidaridad, verdad y paz. Que me traspase tu santa ira contra cualquier injus- ticia y opresién, contra la corrupcién y el desprecio de los mas olvidados, desfavorecidos y excluidos. La santa ira de nuestro hermano Jesiis, que se en- frent6 a las autoridades politicas y religiosas de su pue- blo, que entré violentamente en el Templo derribando los negocios sucios, el dinero injusto, la connivencia con el poder politico, la falsedad de una religién vacia. Traspdsanos con su misma indignacién ante el de- rroche y el consumo de nuestro mundo, ante la explota- cién y la violencia contra las mujeres y los nifios, ante la desproteccién social de los mas débiles, ante el des- precio de la clase politica a las reivindicaciones de los, mas sencillos y humildes, y de quienes defienden sus derechos. Que sepamos ser siempre pacificos como alondras en vuelo permanente de armonia, y profetas ardorosos, licidos, valientes, para denunciar todo lo que se opon- gaa tu voluntad de felicidad para todos los seres de la tierra, Anunciando con nuestra propia vida el Reinado del amor, la equidad y la fraternidad para todos los que convivimos en este hermoso y doliente planeta azul 87 Esplendidez Si todo lo que sucede a tu alrededor, las alegrias y el dolor, las lgrimas y la felicidad tiene cabida dentro de ti, si escuchas atentamente lo que te dice al corazén y te provoca, te ayudard a crecer como persona. 'Y la respuesta solo podra ser la esplendidez, la do- nacién personal, que es lo que te mostraré tu verdadero valor. Solo entonces, la pequefta semilla de solidaridad y temura que has sembrado en los demas, la recibirés au- mentada con creces en amistad y espigas prefiadas de esperanza. 88 indice Presentacién. Introduccién . Padre, Madre nuestra... Padre nuestro del cuidado Padre bueno, Madre nuestra, Padre y Madre nuestra, Plenitud de la Vida. Padrenuestro en Navidad Padrenuestro de la Transparencia... Credos. Una fe sin fronteras... Creo que Jesis vencié a la muerte Creo en la Resurteccién. Vivir como resucitados .. Creemos en ti, Padre y Madre de la humanidad Creo que la utopfa es posible Credo (segiin Ap 21,1-8) Credo de la comin humanidad Creo en el Dios de la Vida Creo en el Misterio y en la Misericordia Creo en las estrellas de Navidad Credo de la comunidad... Creer que aiin podemos... Alabanza, Agradecimiento. Celebracién.. Alabado seas por la Creacién Agradecimiento .. Le doy gracias a la vida Oracién de agradecimiento al empezar el nuevo curso.. ‘Nuevo ciintico de las criaturas Ser instrumentos de paz... . Jueves Santo (La felicidad, a raudales).. ‘Viernes Santo (La cruz de la historia. ‘Sabado Santo (Renovar nuestra confianza) Maria, mujer y apéstol Comunidad de fe y de vida... El sacramento de la comunidad. Rasgos de espiritualidad comunitaria Tusién Elca Mistica cotidiana Necestamos mistica y misticos muy humnos Espiritualidad encarnada 90 Cuda con amor tus estrellas Solo el amor... Suefios que se presienten Soledad Cada experiencia es un fuego ... EI Misterio de la vida... ‘Vida en plenitud. Bienaventuranzas de lo cotidiano El miedo que nos inoculan Qué mejor oficio que ser! .. ‘Caminante .. Lo esencial es imperceptible Encamacién ... Confianza y fortaleza... Los otros No dejes que se pierda {Qué mandi hacer de mi? 34 36 37 38 39 40 43 43 43 48. 48 49 49 52 53 34 54 35 56 37 58 59 60 61 6 63 63 65 65 Oracién desde los sentidos. ‘Como pequeitas semillas. Recrear una nueva espiritualidad. Rumores de lo inefable Fuente de vida Un dia fui silencio... Nada procede de la nada. Estrella silente Esperanza ... ‘Como angeles caidos {Qué queda?. Solidaridad: esperanza de un mundo mejor No cierres las puertas de tu corazén .. ‘Valores para una nueva sociedad Destellos para un mundo mejor ‘Necesito tu mano Levantate (Le 7, 11-17). Renunciar para ser més humanos.. Rumor de ilusiones Bienaventuranzas del samaritano que se hace pr6jiMO orn Coneédeme tu paz.y tu ira... Esplendidez.. 67 68 69 1 1 1 2 B B 4 4 7 1 B 80 81 82 83, 84 85 86 88. ou SALMOS PARA OTRO MUNDO POSIBLE Miguel Angel Mesa Bouzas - 88 paginas Estos salmos, que encaman los slmos biblicos en un lenguaje muy actual, se pueden convertir en una oracién sinera y profunda, natural ¥ directa, humana y divina Se puede leer, reflexionar y orar con ellos de forma persons, pero con el anhelo de fortalecr Ia vide comunitara, «Salmos para otro mundo posible» son un gemido profundo desde la gran urbe por una vida mas humana, més soidaria, més esperanzada para todos, Son un canto confiado y amoroso hacia el buen Dios que nos eubre con st mirada de amigo y compaiero de camino. UN GANCHO EN MEDIO DEL CIELO Giulia Gabrieli- 128 paginas Giulia Gabrieli nacié en Bérgamo el 3 de marzo de 1997. En el ve- rano de 2009 enfermé y durante dos afios Iuché tenazmente contra tun sarcoma de los més agresives, transformando su enfermedad en tun canto a la vida y proponiendo, con énimo y entusiasmo, su expe- riencia en numerosos testimonios piblicos dirigidos a los jévenes. Al atardecer del 19 de agosto de ese mismo atio, murié en su casa de Bérgamo, mientras se estaba concluyendo en Madrid la Jornada Mundial de la Juventud con et Via Crucis de los jovenes. El dia. an- terior habia terminado de escribir el texto de una coronita de «puro aagradecimiento» al Sefor. VENID Y LO VEREIS Pistas para la evangelizacién de los j6venes en tiempos recios, Francisco Cerro Chaves - 136. paginas En este libro se presenta una sintesis del trabajo realizado con los {jovenes durante 25 afios por la gente que trabaja en la Pastoral Juvenil ¥¥ que confian en la potencialidad de los j6venes concretos de nuestra sociedad. Y es, a Ia vez, una apuesta por seguir presentindoles el ideal vivo de Jesiis de Nazaret, ofteciendo la felicidad que puede pro- ducir en ellos y ellas el seguimiento de Cristo, Nawal Bagchee NAWAL El dngel de los profugos Daniele Biella - 152 paginas Las paginas de! libro narran no una historia novelada sino una historia vverdadera: un acontecimiento de solidaridad que nace de una profun- dda compasién porque, en general, solo quien ha suftido comprende a quien suffe y 1o ayuda, asi como quien es pobre tiene compasidn de cualquier forma de pobreza, CUIDA CON AMOR TUS ESTRELLAS Enestas paginas el autor nos oftece, con una gran creatividad, belleza y profundidad, diversos credos y padrenuestros en un lenguaje actual, desde la vida concreta de nuestros dias, textos de alabanza y agradecimiento, de solidaridad y compromiso, de espiritualidad y mistica encarnada. Si, porque la fe, para que sea auténtica y fértil, tiene que estar verificada en la realidad cotidiana, y estar alimentada por el compromiso, la oracién y la celebracién de la vida, impregnada también de una mistica de ojos, oidos y manos abiertas. Solo asi contemplaremos el verdadero rostro de Dios y Jos demés podrén vislumbrar ese Misterio de Compasién y Bondad que nos da plenitud, a través de nuestra alegria, nuestra esperanza y nuestro propio testimonio vital. «Este libro nos ayuda a rescatar lo inédito, a acoger la bienaventuranza de la “vida comin” desde la gratuidad y la Buena Noticia que porta dentro, porque el Evangelio no es una Palabra escrita en un libro sino que el Evangelio acontece, es dindmico, se revela en nuestro aqui y ahora y se nos ofrece como esperanza contra toda desesperanza» (Pepa Torres). @.....___‘Mllll

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