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LAS DIFERENTES PERTURBACIONES DEL SELF La funcion-personalidad Se trata de una funcién que puede resultar perturbada, en el sentido de que un sujeto puede tener representaciones de su experiencia que no corresponden a la «realidad»: esto es lo que habra de denominarse perturbaciones de la fun- cidn-personalidad. Si, por ejemplo, pienso de mi que soy un creador y me presento ante alguien como novelista, ese alguien estara en todo su derecho de comentarme: «jQué bien! ¢Y qué obras ha escrito?» Y mi respuesta seria: «jOh! Por ahora no he escrito nada, pero el caso es que esa idea forma parte de mis intereses y proyectos; tengo realmente la intencién de dedicarme a la 58 JEAN-MARIE ROBINE novela.» Esto constituiria una perturbacion de la funcidn-personalidad porque, por el momento, no soy novelista. Me pasé toda la infancia convencido de que era nulo en matematicas (funcidn-personalidad), hasta el dia en que, antes de completar el bachi- lerato, me dije que quiza fuese adecuado poner toda la carne en el asador: yo deberia, al menos, mirar de soslayo las matematicas, saber de qué tratan y hasta dénde podria llegar con ellas (jpor- que eran una asignatura que me saltaba regular- mente!). Entonces adverti que resultaban total- mente accesibles y que yo habia vivido durante quince o dieciséis afios con la idea de que era nulo en matematicas. Se me habia convencido de ello: formaba parte de la herencia familiar, de generacién en generacién, aceptar ser nulo en matematicas y declararse mas bien «de letras». Esto constitufa una perturbacién de la funcién- personalidad en concordancia con la tradicién familiar. Cada perturbacién de la funcién-persona- lidad intervendra en las elecciones que efectuemos mediante la funcién-yo. La neurosis se manifestara de alguna manera a través de perturbaciones de la TERAPIA GESTALT 59 funcién-personalidad, de representaciones errd- neas del «quién soy». El nifio ya citado, el que temia a su padre amenazador, habia inscrito en su funcién-personalidad una representacién de si mismo segtin la cual: «yo tengo miedo del adulto, y el adulto resulta amenazador para conmigo». Asi pues, habia procedido a elecciones que eran una manifestacién de la perturbacién de la fun- cién-personalidad: no se trata forzosamente de alguien que tiene miedo, sino de alguien que ha adquirido este habito. En la neurosis se encontra- ran perturbaciones de la funcién-personalidad que impiden el pleno funcionamiento del yo. La funcion-esto Esta funci6n resultara perturbada de manera caracteristica en la psicosis. En la neurosis pode- mos perder la conciencia de nuestro «esto» del momento, de nuestro deseo, necesidad, apetito, pero no perdemos el deseo o el apetito; podemos perder la conciencia del hambre, pero no perde- mos el hambre, mientras que una persona psic6- 60 JEAN-Marié ROBINE tica puede perder la sensacion de frio, por ejem- plo, y salir poco abrigada para una temperatura inferior a 15 °C; es decir, ha perdido el frio, la necesidad, el «esto» de la situacidn. Estas dos funciones, la funcién-esto y la fun- cidn-personalidad, pueden resultar perturbadas. Si estas dos funciones —o incluso sdlo una de ellas— son perturbadas, y puesto que ambas van a confluir en el contacto con el mundo a través de la funcién ego, gqué puede ocurrir? ¢Cémo podra actuar la funcién-ego si han resultado per- turbadas sus «fuentes de informacién»? Quedara perdida la funcién-yo. «Perdida» significa que el sujeto hara algo que recuerde una eleccién, pero que no ser tal, ya que no puede dejar de actuar de ese modo: hard algo que no sabria hacer de otro modo, habra perdido su libertad, ya que no puede hacer otra cosa habida cuenta su historia, lo que sabe de si mismo, etcétera. El pasado retorna al presente. La respuesta ha caducado; era buena en su contexto, una vey mas, pero ya no lo es en el presente, y la respuesta constituye una torpeza, esta mal enfocada. La tarea del terapeuta consistira entonces en ayuda TERAPIA GESTALT : 61 al paciente a restaurar su facultad de eleccidn, para que mediante esta facultad pueda Ilevar a cabo nuevamente los ajustes creadores. Asi pues, especifiquemos algo mas la funcién- yo, uno de los modos de funcionamiento del self. Y ésta es la funcién que permitira que el self ex- prese a la vez lo que le proviene de la funcidn- esto y de la funcidn-personalidad, y que va a ase- gurar las identificaciones y las alienaciones, las elecciones y las desestimaciones en contacto con el entorno. Ya hemos hablado de la secuencia de construcci6n/destruccién de las Gestalten y de esa fase consistente en proceder a las identifica- ciones y a las alienaciones (fase de toma de con- tacto, en especial): la funcién-yo constituye aqui el modo activo del self. Las pérdidas de la funcién-yo y sus consecuencias Cuando hay una pérdida del funcionamiento del modo «yo», en esta ausencia se precipitan ciertos fenémenos que seran, a su manera, fend- 62 JEAN-MARIE ROBINE menos de contacto y de frontera. Asegurar la conduccién a la frontera del organismo y del entorno, es funcién del yo; el fenémeno sustitu- tivo de un funcionamiento sano del modo «yo» debera también presentarse como un fendmeno de frontera. Estos fendmenos —que abordare- mos— podrian ser fendmenos «sanos», pero cuando se los asocia a una pérdida de funciona- miento del yo, estamos en presencia de fendme- nos no sanos, disfuncionales. Son cuatro en total. Algunos autores afiaden otros, pero los mecanis- mos esenciales son los siguientes: confluencia, introyeccidn, proyeccién y retroflexién. Estos tér- minos técnicos exigen ser elucidados. La confluencia En la confluencia hay una situacién de no contacto, de no frontera y de no conciencia: nada surge de ella, no hay distinciones, por decirlo esquematicamente, entre el «yo» y el «no yo». No hay distincién entre la figura y el fondo, o bien no hay figura que se destaque. Por ejemplo, TERAPIA GESTALT G3 yo me hallo en confluencia con la lengua francesa y no la distingo de mi cuando hablo; cuando me expreso, lo hago en lengua francesa, pero se trata de una confluencia que puede considerarse sana porque puedo volver a contactar con la lengua francesa en tanto que objeto distinto y decirme: «jVaya! He empleado determinada palabra: ¢se trata de la palabra adecuada?» En este momento, la lengua se convierte en un objeto distinto de mi. La madre posee una amplia confluencia con su bebé, y el bebé con su madre, es decir, que, en la experiencia del bebé, la frontera entre el «yo» y el «no yo» no es muy marcada. La confluencia es un fenédmeno basico que puede designar el «modo de contacto» con todo lo que no se conforma como figura en el campo en un momento dado. Cuando la confluencia interrumpe la construc- cidn de la Gestalt no permitiendo que, en la fase de precontacto, surja una figura y haciendo de este modo que todo quede en el fondo (para que surja algo es necesario que se cree una frontera, es preciso que se distinga un objeto 0 una sensa- cidn), la confluencia impedira que pueda afluir una figura y la excitacién que la acompafia. 64 JEAN-MariE RoBINE La introyecctén Luego, cuando comience a surgir una figura, aparecera una excitacién que proporcionara la energia para poder contactar con el entorno. El fendmeno de frontera que puede acudir a inte- rrumpir este movimiento, ante la pérdida de la funcidn-yo, es la introyeccién. En tanto que fené- meno frontera, es la modalidad consistente en captar algo del exterior haciéndolo pasar al inte- rior. Su prototipo a nivel de las funciones vitales es la conducta alimentaria: tomo algo del «no yo en el exterior, un objeto distinto, lo incorporo al organismo; dicho objeto se convierte primero «en mi» y después, progresivamente, mediante la masticacién, la integracion, la asimilacién, se convertira en mi «yo». Una introyeccién «acerta- da» es una introyeccidn que acabard en asimila- ci6n; en una introyeccién no acertada, este objeto permanecerd como un cuerpo extrafio en el inte- rior del organismo (si ingiero un alimento sin masticarlo, lo reencontraré idéntico en los intesti- nos y no habra servido de nada, a no ser para entorpecerme). TERAPIA GESTALT 65 Se habla de una introyeccién no acertada, patolégica, cuando se ha ingerido claramente algo: ideas, opiniones, los «es necesario que» y «no es preciso que», que va a actuar en mi cual pesadez de est6mago, que habra de encaminar mi ser en el mundo «hacia mi lugar». La introyec- cién puede ser un medio de interrumpir el con- tacto con el mundo, cuando el sujeto pierde su capacidad de identificacién/alienaci6n sustitu- yendo su propio deseo por el deseo del otro. Este deseo del otro que viene a sustituir al propio, cuya excitacién se vuelve demasiado ansiégena, designa el fendmeno esencial de la introyeccién que acompaiia a una pérdida de Ja funcidn-yo. Si un padre le dice a su hijo «Haz esto» 0 «No hagas aquello», el nifio no puede sino obedecer, es decir, introyectar la orden del adulto como sustituto de su propia voluntad. Si hay reiteracién de esta conminacién, la situaci6n podra conver- tirse, de manera no consciente, en «En la vida hay que hacer esto y no hay que hacer aquello»; lo importante en este proceso no es tanto el con- tenido de lo que ha sido introyectado como el hecho de que el deseo del otro acabe sustitu- 66 JEAN-MARIE ROBINE yendo al propio. Si bien hay introyeccién en todas las relaciones humanas, el problema con- siste en que no se pierda la funcién-yo, la facultad de estar en condiciones de proceder a identifica- ciones/alienaciones, 0 sea, que dicha funcién no haya desaparecido de la conciencia. La proyeccion Una vez que ha surgido la forma, que ha sur- gido la excitacién sin ser interrumpida por la introyeccién del deseo del otro, el desarrollo de la secuencia de ajuste creativo puede dar acceso a otra manera de perder la facultad de efectuar identificaciones/alienaciones: la proyeccién. Se trata de otro fendmeno frontera en la direccién inversa de la introyeccién: algo que en realidad pertenece al sujeto habra de ser atribuido al entorno. Mediante la introyeccién, algo pertene- cia al entorno y el sujeto lo hacia pasar al inte- tior del organismo; mediante la proyeccién, coloca en el entorno algo que le pertenece, siendo esto, en general, aquello que no puede TERAPIA GESTALT 67 asumir, en especial sus emociones y afectos. Por ejemplo, puede considerar a tal persona muy angustiada, muy preocupada o muy agresiva porque no puede aceptar ser consciente de que él es el agresivo o ansioso. La proyeccién del afecto, de la emocién, 0, de modo mas amplio, de la experiencia, nos atafier4 en primer grado en el proceso terapéutico. La dificultad residira, para el paciente, en la necesidad de reintegrar tal afecto o tal emocién que intenta ignorar atri- buyéndoselos a algin otro. El contenido de la proyeccién es con fre- cuencia algo que ha sido introyectado previa- mente, y las proyecciones que nos atafieran en la terapia seran en especial situaciones inacabadas. En la situacién presente, ¢c6mo va a proyectar el sujeto las situaciones anteriores, c6mo va a atribuir a la situacién presente o a las personas presentes, caracteristicas 0 emociones que habran de permitirle proseguir sus situaciones inacabadas, sus Gestalten fijadas, su busqueda de satisfaccién? 68 JEAN-MARrIE ROBINE La retroflexion El siguiente de los fendmenos que pueden interrumpir la construccién/destruccién de una Gestalt, es la retroflexién. «Retroflexién» es un término original de la terapia Gestalt, mientras que «proyeccién» e «introyeccidn» son comunes a otras disciplinas. Designa una experiencia que va a dar inicio como contacto con el entorno, pero que habra de retornar al propio organismo; es decir, que el sujeto va a realizar sobre si aque- Ilo que esta o estaria destinado al entorno: por ejemplo, en vez de agredir, se dara golpes en la mano; en vez de morder, se morderé las ufias, etc. Lo que se acostumbra denominar dolencias psi- cosomaticas es, en general, resultado de retrofle- xiones. Suele tratarse de las agresiones que el sujeto no se autoriza a dirigir hacia sus verdade- ros destinatarios, y que devuelve a su propio organismo como si su propio organismo fuese el entorno. El suicidio es la suprema forma de retroflexidn: el sujeto se mata en vez de matar a quien le ha hecho sufrir. Pensar es una forma de retroflexién: cuando yo pienso, me hablo a mi TERAPIA GESTALT 69 mismo, pero ¢soy yo el verdadero destinatario de mi palabra? Puede tratarse aqui de una retrofle- xidn sana en la medida en que ella me permite una preparacion para la accién o una preparacion para la comunicacién, pero si yo no hago otra cosa que pensar y no hablo, entro en el dominio de la retroflexién inmovilizada. Una forma particular de retroflexién consiste en lo que se conoce como egotismo. Mediante el egotismo, el sujeto mantiene una frontera suma- mente hermética con el entorno. Por supuesto, la frontera nunca es total. El egotismo se manifiesta a través de un freno, una ausencia de soltar aside- ros en el momento en que esto seria necesario para acceder al contacto final. En el egotismo, el caracter deliberado de la labor de orientacién y de manipulacién que marcaba las fases preceden- tes no puede ser abandonado en beneficio de la espontaneidad. Todas estas modalidades pueden ser tanto modalidades sanas como modalidades insanas del contacto, segtn si estan ajustadas al contacto con el entorno o no, si son flexibles 0 no, si son cons- cientes 0 no conscientes, si son rigidas 0 no, y, 70 JEAN-MaRrIE ROBINE sobre todo, si permiten que la funcién-yo se ejerza o si, por el contrario, acaban reemplazando dicha funcién. Si hubiese pérdida de la funcién- yo, en su lugar, uno de estos fenémenos de fron- tera acudirfa a «ocupar el terreno» para expresar la pérdida de la funcidn-yo a la vez que para crearla o mantenerla: si el terreno esta ocupado, resultar4 casi imposible que la funcidén-yo sea ejercida plenamente en la experiencia en curso. EI objetivo de la psicoterapia puede mostrarse mucho mas claramente gracias al conjunto de los conceptos que acabamos de esbozar. La terapia Gestalt apunta a permitir que un sujeto restaure su facultad de establecer contactos de ajustes creativos, lo que implica que sea capaz de asegurar las identifi- caciones y alienaciones requeridas en su contacto con el entorno. Esto exige una funcién-yo sana, res- tablecida, «limpia», de alguna manera, de lo que le impide funcionar (a saber, proyecci6n, retroflexién, introyeccién, confluencia, etc.) y articulada armo- niosamente con las otras funciones en un se/f espon- taneo y comprometido con la situacién. Terapia GESTALT 71 EI psicoanilisis tenia por definicidén y objetivo efectuar el andlisis de la psique. La terapia Gestalt se propone efectuar la terapia de la Gestalt; es decir, la terapia de la facultad de un sujeto para formar Gestalten y destruirlas una vez que han caducado. Se trata de volver a encontrar la apti- tud para realizar la totalidad de la secuencia, y con el fin de lograr que el sujeto restaure sus facultades de elegir y desestimar que le permitan realizar los ajustes creativos.

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