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Estado y cuestién indigena El destino final de los indios sometidos en el sur del territorio (4878-1910) Enrique Hugo Mases Prometeo libros/Entrepasados © Enrique Hugo Mases, 2002 iin, Enrepasadas J Prometeo 185 1918 (C10g5AAO), Buenos A 11) 4952-4486 [8923 Fax (561) 4953-4065 ‘email infoaprometeoibros com ISON: 950-9257-26-7 Hecho el depésito que marca la ley 3.723, Proibide su reproduccén total parcial Derechos reservados Disefo de tape y dagramacion de interior: CaROl.Go Universo Graco Impresa por CaRol-Go Universo Grico en diciembre de 2002 Tucumn 1484 38 “F"|(Ctos0AAD) ! Suenos. Telefe (54-1) 4372-2067 / 4373-4491 atlga@carlga.com ar Agradecimientos. Intraduccin, Capitulo Antecedents Elmunde Lacampafia ysuspobladores. Lacuestin dela ion Elgobieino de Avellaneda ylacuestin Lasalternativas, Lasinicatvas ofclales Lastepercusiones. Capito ti aylas INDICE cas estat Elsistema de distibucién: su aplicacin. Ellargo ytortuoso camino ata clizacén.. Incorporacisn indfgenaenla Marinade Guera Caprtulo iv Sistema decolonias: debates ycontroversias Lasiniathas oll, Los debates patlamentatos de los afios 1885 y 1888, Losargumentos Lascuestionesimplictas, 24 8 30 36 49 5° 85 87 430 at 345 a7 353 AST [22 y haste la desaparici6n de a from or & partir de le ofensiva final en la primavera dde 1878. En el se analiza el cambiante y complejo espacio fronterizo asi como los cambios producidos en el mundo indigena, en ls sociedad blanca que puebla la campana las distintas polticas estatales destinadas a resolver la cuestinfrontera y el problema. indigena segundo capitulo se pasa revista a las distintas alterativas planteadas respecto al destino final de los indigenas a partir de la ocupacién militar del desierto, habitat natural de estos. Se examina entances tanto las opciones formuladas por algu funcionarios nacianales, coma la de aquellos presentados par la propia Iglesia Catélica a través de las iniciatvas de los misioneros salesianos; la viablidad de los mismos y el porque de su rechazo. En el mismo sentido se analiza el sistema de distribucién que es en defintiva el que se adopta en esta etapa; las razones que fundamentan su eleccin, asi camo las controversias que laimposici6n del mismo desata en el seno de la sociedad, Eneltarcer capitulo se describe la apicacién del sistema de distibucién; es decir eltraslado, desmembramiento y posterior reparto de as familias ndigenas en diferentes actividades, en distintos destinos, lejos de la frontera. En el mismo se examina la rmetodologia empleada, las irregularidades cometidas y los resultados de esta experien: cia -disimiles y contradictorias- asi como las consecuencias que produjo el empleo del mismo en los propios indigenas El capitulo cuarto esté referido a los debates parlamentarios que se suceden @ partir de [a finalizacién de la campatia militar, y ante la iniciativas oficiales que plantea ior de distribucién e integrat al indigena a través del sistema de colonias lo que implican una nueva vision sobre el problema indigena. En se analizan no sélo las distintas posturas ideolégicas presentes en los debates sino también las cuestiones implicitas que aparecen en el marco de las nuevas propuestas radas en algunos casos al destino productivo de los tertitorios ecupadas y al ador de la agriculturay, sma de la inmigracién masiva ya nde la ciudadania-nacionalidad de los indigenas. El capitulo quinto nos presenta el andlisis de las nuevas miradas que a fines de ls década del ochenta y hasta el final del periodo estudiado tienen el Estado y buena parte de la sociedad respecto del indigena. imagenes distintas de las anteriores y, a la ‘vez, contrapuestas entre si pero que van marcando el amino de a defintiva integrac En las conclusiones finalmente se ensayan una serie de veflexiones acerca de la falta de una politica univaca y globalizadora de parte del Estado respecto della cuesti6n Indigena y del destino final de los indigenas sometidos y de como las soluciones, coyunturales, sustentadas en el clima de ideas predominantes en cada etapa solo contebuyeran a consolidarlapersistencia del misma y sobre las consecuencias que esto ‘raj aparejada para el devenir de los propios indigenas. CAPITULO | | ANTECEDENTES “(..) En el Sud de la Republica no existen ya dentro de su teritario fronteras humillantes impuestas a la civilzacién por las chuzas del salvaje, ‘Ha concluido para siempre en esta parte, la guerra secular que contra Lindo tavo su principio en las inmediaciones de esa Capital el aio de 1535 (0) Con esta breve comunicacién del General L, Vinter al entonces Presidente de la Nacién Gral. J. A. Roca daba por concluido un secular enfrentamiento entre indios y blancos en el centro y sur de nuestro pals. La derrotaindigena y la ocupacién definitiva de su teritorio determinaba, al decir de Halperin Dongti, que “(.) esa presencia que habla acompafado la entera histo espafiola e independiente de las comarcas platenses se desvanecia por fin (.)”? y con, ella se producia la defnitiva desaparicisn de la frantera entre indios y Blancos, dolter fen el marco de un cambiante y complejo espacio de interaccién 20 donde las modificaciones, tanto en el mundo indigena coma en la sociedad blanca, se van sucediendo sin soluci6n de continuldad, se van a insertar, desde muy 5 poitcas estatales destinadas a resolver la cuestién fronteray et problema del india las que fluctdan desde el uso de la fuerza hasta las alianzas y la seduccién, y en algunas ocasiones la combinacién de todas éstas sa del General. Viner al Pesdete de a Noein ae Guera ym 8s. 55 2 Nspein Dong, Tuo. “Proyecto yconsbucein de una na fu Ls aplicacién de las mismas van a signifiar, 9 to largo del tiempo, avances retrocesos, Exitos y fracasos hasta desembocar, a mediados de la década del ochenta, fen la dima y definitiva dertota indigens transcriaimos al comlenzo El mundo fronterizo y sus actores Los indigenas Durante mucho tiempo, casi dos siglo, el desierto, tal como se denominaba al espacio que se extendla mas alli dela frontera entre Indios blancos, comenzaba a muy poca distancia del sur de le ciudad de Buenas Aires, En él se desarrollabs un mundo indigena integrad por diferentes parcialidades, algunas de las cuales se aposentaban desde antafo y otras se hablan trasiadada mas recientemente desde sus an asentamientos en el sur de Chile Precisamente, el contacto con la sociedad europea y cx ‘estos indigenas, cazadores y recolectores en sus origenes, cambiaran algunos habitos ‘orporaran atias a su vida cotidiana por ejemplo el caballo y otros 10 al caballo, el indigena también incorpora otros a introducidos por los eurapeas, como vacunos y ovinos lo cual, con el correr del lega a tener una decisiva importancia econémica dentro del mundo indigena. Eneste sentido, uto de a importancla de la act | delrol que jugaba siy con la sociedad blanca, ya desde el siglo XVII los aborigenes que poblaban estos terttorios, manejaban una vasta ted de caminas y comercio que abarcaba un ancho corredor interregional entre el Rio de la Plata y Chile, por el cual circulaban tos ganados y bienes diversos del mercado colonial. Esta realidad se mantuvo alo largo de la etapa Independiente donde los distintos grupos indigenas o tes intermedia los ganados de las pampas argentinas y la demanda de la sociedad mercantil ‘central chileno.* Pero esta situacin, ya desde el siglo x¥1 erando cambios profundos en social de los indigenas, pues la nueva riqueza, representada por la posesién del ganado, fe determinando que, poco a paco, los jefes tribales comenzaron ‘8 acumular prestigio y poder contralandio vastos tenitorios y por consiguiente las rutas comerciales iaron de excel na, 3992 ES 32 738 ‘ Sencon, Suse.“ evita Entepasosor Este proceso se mantiene en el Siglo XIKcon ciertas peculiaridades y segmenta cin, lo que va ir dando lugar a la formacion de los grandes cacicatos caracteristicos ae este siglo Estos tenian, funciones de eminente cardcter mi los guerreros en algunos malones contra los balancos 0 en contra de otras parcialidades Indigenas. Con el tiempo fue creciendo la autoridad yla podierosos y sus figuras pasaron a ocupar un lugar signficaivo en el desenvolvimi de las comunidades indigenas a favor de su relacién con las autoridades gubecnamen tales. Precisamente esta relacién les permitia atesarar y manejar un cimulo de informa cidn que les servia para consolidar su poder. £Lfuncionamiento palitica-administrativo de los cacicatos, pasabe por una com plela y bien ordenada jerarquia de caciques, desde aquellos que tenian autoridad sobre una tolderia hasta los grandes caciques generates, Estos iltimos, aunque carecian de tucturas formales de poder, igualmente poseian una autoridad muy grande por la Influencia que ejercian en las desiciones fundamentales Por atra parte, los grandes caciques desempefiaban una serie de funciones que ‘ban desde la organizacién, planificacién y di suerreras, hasta el control de la circulacién por sus tetritorias por derecho de paso a aquellos que lo transitaban, Finalmente digamos que para alcanzar el grado de gran cacique, no s6lo jugaba el tema de la herencia fa 10 que, ademés, aquél que aspirara al cargo debia pposeer una serie de condiciones especiales que, segin Mandrnl y Ortell, eran ser un rombre de reconocido valor, un expertojinete,habil en el maneja de las armas y datado {de condiciones naturales para mandar y arganizar asus huestes durante las malones ‘Acestas primeras cualidades debia sumar experiencia en las tareas rurales y fundamen talmente ser un excelente orador, ya que era una condicién determinante para dig controlar parlamentos y asambleas * Completaba estas serle de condiciones la necesaria posesién, por parte del aspirante, de una cuota importante de recursos, ls cuales podia obtener através de los malones 0 bien de los regalos y raciones que, tanta el gobierna nacianal coma los dlistints gobiernos provinciales, enttegaban a cambio de mantener pacificadas las fon teras y neutralizar cualquier posibie ataque ‘estos cambios ena estructura social debemos sumar aquellos que se producen dentro del mundo Indigena en lo que respeta ala localizaci6n espacial, cuando, también fen las primeras décadas del siglo XIX, importantes contingentes de indigenas que habitaban suelo chleno, se establecen en las pampas acompafados de sus respectives uerreros y familias, empulados por la guerra de la independencia, que ya a fines dela cada del diez traslada el escenario bélico a sur de Chile en el marco del conflicto realistas y patritas. Es0s cantingentes estaban integrados por varios caciques, algunos tan prestigiosos como Levenopan y Toriana, cia de los caciques mas asl 7 En efecto, desde 1819 y hasta 1825 se desarrallé la llamada guerra a muerte, en la cual se enfrentaron grandes contingentes aborigenes, unos adhiriendo al bando realista y ottos al bando patriota, determinando este conflcto, la emigracion hacia toro argentine de numerasos contingentes indigenas, Naturalmente esta nueva realidad alteré la situacién fronteriza y a la propia igen de las pampas inaugurando un nuevo escenario caracterizado por e confictos intraétnicos e interétnicos que tuvieron que ver con la ya sefia lada lucha independentista, pero también con el particular proceso de construccin del Estado nacional Asi, durante el transcurso de esta guerra a muerte, buena parte de los indios ‘vorogas que habian apoyado a los realstas en el sur de Chile se desplazaron a la pampa ‘aigentina, instaténdose sobre el arroyo Guamint, el lano de Masalléy el lago Carhué: constituyéndose a partir de entances en el mayor poder indigena de la zona, Sin embargo, ain en su nuevo asentamiento fueron perseguidos por el ejército icano chileno y por agrupaciones indigenas enroladas en el bando patriata, entre idas por el cacique mayor de los Indios pehuenches Toriano, y los do Hux, este chileno, sino invitado por el gobernador de Buenos Aires, como diré, y por propias venganzas demoradas (..) Caulcuré confesaré més tarde que vino conchabado con 200, Indias suyos para petseguir a los indios alzados”* En efecto, estas canflictos intraétnicos se vieron impulsados y favorecidas en los anos siguientes por la propia actitud del gabernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas, qulen aplicande una habil politica disocladora intents y logr6, mediante dédivas yamenazas, dvidir y hacer enfrentar entre sa las diferentes tribus indigenas para que se fuesen debilitando y eliminando mutuamente Fruto de esta estrategia fue Ia destruccién y desintegracién de la parclalidad ‘vorogana, no s6la por los asesinatos de sus caciques Rondeau y Melin a manos de los indigenas de Cafulcuré, Namuncur4, Tranamilla y Cheuqueta y del jee Cafiuiquir por las autoridades militares de Bahia Blanca, sino también por las propias divisiones internas centre sectores que estaban a favor y en contra respectivamente de cumplir con las Grdenes impartidas por Rosas, de perseguir y enfrentat a viejos aliados y parientes de los voroganos, como habian sido las ranqueles. Pero al mismo tiempo, la participacién de as parcialidades indigenas en la poltica is cobra cada vez mayor importancia a favor de los conflictos internos que genet el praceso de construccién del Estado Nacional. Como acertadamente sostiene Marta Bechis “el guerrero indigena, pastor de su propio ganado en tierras comunales pero semiéridas, productor para el consumo interno y el intercambio y secolector de blenes en zonas de ta campata crola llegé a inci en la prosperided econémica y politica de individuos, grupos y pueblos crollos que usaban su capacidad combativa can la mds es y Salers, Buonos Ales Manat, 19%, py 3 dad de guerra de recursos, en banefico propio, La violencia insttucionallzada aborigen se convirtié en ura mercancia an ef mercado criollo de la violencia."” Esta misma autora plantes una serie de caractersticas acerca de la presencia Indigens en la pal ia, entte las que sobresalen aquellas referidas a quiénes participan y cémo se efectivies dicha participacién. Enel primer caso, Bechis sefala que segin las circustancias, quienes actuan pueden ser una confederacién de etnias, una bu, una parcialidad o incluso, en ocasiones, tan sélo un reducido grupo de guetreros. Respecto a cOmo se concreta esta participacién también de acuerdo a las crcustancias ya las motivaciones de la propia sociedad indigena, las mismas se materializan en un ‘absnico amplio de procederes que oscilan desde ataques masivos -con su terrible secuela de desttuccién y muerte: hasta simples pero efectivas demostraciones de fuerza co sibitas sublevaciones de contingentes de indigenas que formaban parte de los life rentes ejérctos crollos en pugna €sta partcipacién adquiere un protagonismo importante ya en tas primeras luchas entre unitatios y federales y se continda después de Caseras y durante buena parte del periodo de organizacién nacional. Precisamente, Juan Cafuleuta sera qui instalado en cercanias de las Salinas Grandes pueda, a tavés de una serie de pactos mediados de la década dal treinta una poderosa Confederacién indigens que mantuvo ‘durante largos afios en constante zozobra la linea de franteras. Explatandbo las diferen cias entre Buenos Altes y a Confederaci6n, primero, y la partcinacién de nuestro pais lerta con el Paraguay después, Cafulcuré mantuvo la hegemonia indigena sobre la linea de fronteras durante laigos afios neutralizando los intentas que se sucediero te los gablernos de Mitre y Sarmiento de acabar con ell Esta situacion se mantuvo hasta los primeros afi setanta cuando comienzan a plantearse serias divisiones en el seno de la Confederacién Indigena, en la medida que algunos caciques y oarcialidades volvian a unirse mediante tratados de paz con el gobierno portefio,’ lo que finalmente es aprovechado por el Coronel Ignacio Rivas en 1872 para dertotar alos lanceros de Cafulcuré en la batalla de San Carlos can la ayuda determinante de los escuadrones de Indios amigos pertenecientes a las comunidades 4e los caciques Catviely Coliqueo. A esta deriota militar se le suma, un afa después, la muerte de Cafulcurd, lo que inicia et decisive repliegue y dacadencia de la Confede: racidn experimentado en los sucesivos y continuados reveses que sufre su hijo sucesor fen el mando Manuel Namuncuc, a. “fueras ingens on Is el sel Xe, sn Goldman, M5 Sokstor, audilsmo Roplaterse eas rraeas 3 un Wao poilama Buenos Aes, EUDEES 1998. 286. 36 8 Betis Mana, Op. ct. a8. aps 9 Las dense camionesenviados por el General fe estos caiues on pata 2 © | La campaiia y sus pobladores Fronte a este mundo indigena, se alingaban en un principio, detrés de la linea de frontera, que se extencia desde la corillera de los Andes al Atléntico describiendo una curva.a través de las actuales provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Cérdoba, San fan con grand clas de propietarios ro Impartante de par celas ocupadas por familias locales o migrantes de las regiones nortefas las que cultivaban algunos cereales 0 criaban algo de ganado sobre la base del trabajo fam yy habian levantado un modesto rancho dande mantenian a su prole, Todos ellos resguar ddados por miserables fortines con escasez de medios y de hombres que trataban de gerantizar la seguridad de los mismos. Este escenario poblacional se mantiene précticamente in: que la linea de frontera, durante todo el periodo colonial yrecién se modifica este panorama radicalmente luego de 18t0, cuando las guerras y ls ruptura del espacio virreinal, con trolado hasta ese momento por los comerciantes parteios y la ape lexternos para los productos pecuarios rieplatenses, vuelcan los de clertos grupos dominantes de Buenos Aires hacia el hi ye que la continua expan n ganadera -saladeros en ‘omplementacién can fa explotacin del sebo, cueros y arasas- implica la necesidad de incorporat nuevas tierras para la produccién y, par ende, una expansién dela frontera bbonaerense, fundamentalment, poblamienta de este espacio fronterizo se va a dar a partir de la instalaci6n de migrantes compuestos en buena parte por campesines pobres provenientes, muchos de ellos, de las provincias del norte y del litoral, los cuales se fueron instalando junto sus familias alrededor de los fortines, lo que va a dar lugar a la formacién de nuevos ndcleos pablacionales Por otro lado, este avance poblacional va a significar la ocupacin de las tierras disponibles, lo que va a forzar 2 muchos productores a traspasar la fiontera en busca cde nuevas tieras, sin contar con la proteccién adecuada , por la tanto, verse sametidos al asedio de los indigenas. Incluso, algunos de éstos se internan y ocupan tiertas Uubicadas hasta 75 leguas al sur del fo Salado fundando chacras y estancias, sin que existan en esos lugares ningin tipo de autoridad civil ni militar que los proteja, por el contraria “atrostréndose a los peligros de ser sacrificados por los infleles” to Gelman, jorge. “nfunclonio an Busca dei Estado. Pedro és orca yl ues bonaerense, 13101822" Buenas Ales, Unieriad Nacional Culms, :997. pl. lo. La expansion gonadera ena canpats de Buenos es” En los Aigentnes, los ogments cet pode. Suenos hres, Jorge Aaes 1969. pags. 4957 De esta manera el escenario que nos presenta la zona fronteriza a mediados del siglo pasado esté caracterizado por el cre ddoras, las que conviven con un nimero importante de mecianas y pequefas explotacio: nes de tipo familiar dedicadas principalmente a la actividad agricola.»Junto a éstos coon tes nclegs urbanas, especialmente en la provincia de Buenos Aires rales como Dolores, Azul y Baha Blanca entre otros, Estas centros urbanas san el cen de un activo intercambio comercial con {a campafa citcundante y con los propios indigenas que legan desde sus asentamientos,allende la frontera, a comercializat, no s6l0 lo producide por la caza y por sus artesanias textes, sino también hacienda robada y provisiones entregadas por el gobierno nacional, contanda con la adquisencla de comerciantes y funcionarios venales, tal cual lo denuncia Alvaro Barros en el caso del pueblo de Azul Este panorama se mantiene en los aflos siguientes y asf llegamos 4 la década Gel setenta, donde en visperas de iniciarse la ocupacién definitiva del espacio indigena el escenario fronterizo vive una doble realidad expresada primeramente, como ya se ha sefalado, por relaciones pacificas entre indiosy blancos, plasmada en un activo yfluido intercambio comercial, pero @ la ver, trastocada violentamente por las periédicas y

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