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/;puracton DEL PAGO EN EL CODIGO CIVIL PERUANO DE 1984 LUIS MOISSET DE ESPANES SUMARIO 1. Concerto.—IL, TwruraciOn Pox EL pEuvOR: a) Deudas liguidas; b) Plazo vencido; ¢) Intereses; 6) Gastos o expensas.—IT1. IMPUTACION POR EE ACREEDOR—IV. IMPUTACION LEGAL, 1 CONCEPTO E; requisito principal para que funcione la Hamada «imputacién» del pago es que existan varias relaciones obligatorias gue tengan prestaciones de la misma natura- eza; el caso més frecuente es el de las obli- gaciones de dar sumas de dinero ', pero tam- bién podria presentarse en las obligaciones de dar cantidades de cosas; por ejemplo, un molinero podria adeudar, por distintas cau- sas, varias obligaciones de entregar harina a un panadero. El segundo requisito es que sean los mis- mos sujetos quienes ocupan en todas esas relaciones la posicién de acreedor, por una parte, y de deudor, por la otra Cuando el deudor efecttia el pago es me- nester determinar a cudl de esas prestaciones se aplica, y a ello se refiere el articulo 1256 del Codigo civil peruano cuando nos dice: «Quien tiene varias obligaciones de la misma naturaleza constituidas por presta- ciones fungibles y homogéneas, en favor de un solo acreedor, puede indicar al tiempo de Roorico Bexcovirz y RopRIGUEZ CANO, en sua li- bro La imputacién de pages (Montecorvo, Madi, 1973), dice que hay «predominio total de las obliga ciones pecuniarias, que confirma nuestra jurisprue dencia, en Ja que sélo se encuentran casos de impur tacién de pagos dinerarios» (pag. 64). hacer el pago, o, en todo caso, antes de acep- tar el recibo emitido por el acreedor, a cual de elas aptica éste...». it En cambio, aunque entre los mismos su- Jetos haya varias obligaciones, si las presta- ciones son de diverso tipo (por ejemplo, una consistente en la entrega de cinco caballos pura sangre; otra, en el pago de 500 mil so- Jes, y una tercera, en la construccin de una casa), cuando el deudor ejecuta una de las prestaciones no habra problema alguno de imputaci6n, ya que si entrega dinero, o ca- ballos, o construye la casa, esa conducta so- lamente puede aplicarse a extinguir la co- rrespondiente obligacién, y no las otras, El Cédigo no se conforma con establecer que las prestaciones deben ser de «la misma naturaleza», sino que insiste precisando que se trata de prestaciones «fungibles y homo- géneas», es decir de tal tipo que si no se efec- tuase una determinacién adecuada, podria haber dudas de cudl es Ia obligacién a la que debe aplicarse el pago, En efecto, cuando las prestaciones tienen la misma naturaleza re- sulta indispensable precisar cudl es la que se abona, y cudles subsisten, tanto por las rela- ciones que unen a las partes y la posibilidad de que exista mora, o devenguen intereses, 0 alguna de ellas prescriba, cuanto por la si- tuacién en que pueden encontrarse algunos terceros interesados, como son los fiadores Ng 134 Algin autor ha dicho que no existe nin- gtin obstéculo para aplicar las reglas de la {mputacién a «aquellos casos en que nos en- contremes con obligaciones de hacer o de no hacer de una misma especie, es decir cuyas prestaciones sean fungibles» %, Aunque qui- 24s en pura teorfa la afirmacién resulte val da, parece muy dificil imaginar que en la vida ‘prdctica se encuentre alguna hipétesis de obligaciones de hacer, y muy en especial de «no hacer», que sean de la misma especi Por aplicacién del viejo principio del favor debitoris, la Ley concede en primer término al sujeto que paga Ia facultad de expresar cual de las deudas abona y subsidiariamen- te, si nada se hubiese dicho, permite que la imputacién la efectiie el acreedor o, en dilti- mo ¢aso, frente al silencio de ambas partes, determina una forma de imputaci6n legal. I, IMPUTACION POR EL DEUDOR De los propios términos del articulo 1256, gue hemos reproducido més arriba, surge que es una facultad del deudor declarar eal tiempo de hacer el pagon, por cul de las obli- gaciones lo hace. La expresién utilizada por esa norma nos obliga a efectuar una acotacién: gse ha que- rido, acaso, limitar la facultad del deudor a expresar su voluntad de imputar en el mo- mento mismo de efectuar el pago? ¢Significa esto que no se le permite al deudor comuni- car por anticipado que las remesas de dine- To, u otras cosas que dé en pago, deberdn ser imputadas en cierta forma, cancelando pri- mero unas deudas, y luego las otras, mien- tras no haga una nueva manifestacién que modifique esa manera de imputacién? Estimamos que no ha sido éste el propési- to del legislador, ya que si el propio articulo, a continuatién, permite que la imputacion se efectiie atin después de realizado el pago, pero antes de que el acreedor haya extendido el recibo, con mayor raz6n ser suficiente que la voluntad del deudor se exteriorice con anticipacién al momento del pago, siempre * Ver Ropaico Bencovirz, obra y lugar citados Luis Moisset de Espanes que se ajuste a las pautas que fija la dltima parte del ya mencionado articulo 1256, en cuanto no admite que se trate de pagos par- iales, 0 que se procure imputarlo a «deudas ilfquidas o no vencidas». a) Deupas Ltounpas ‘Ya en el segundo pérrafo del articulo 1221 del Cédigo civil peruano, al tratar de la indi- visibilidad del pago encontramos otra men- cién a las «deudas I{quidas», por contraposi- cidn a las «ilfquidas», lo que hace necesario tratar de caracterizar con precision estos dos tipos de obligaciones. Recurriremos para ello a lo que manifestaba don Dalmacio Vé- lez Sarsfield en la nota al artfculo 819 del Cédigo civil argentino «.,.Se lama deuda liquida aquelia cuya existencia es cierta, y cuya cantidad se en- cuentra determinada, cum certumt est an et quantum debetur (Pothier, nim. 268)...». Dos son los requisitos que debe reunir la obligacién para ser liquida: certidumbre acerca de la existencia de la obligacién, y certeza respecto al monto. Puede suceder, por ejemplo, que una per- sona haya sido condenada por sentencia fir- me a pagar los datios y perjuicios que ocasio- n6 con su automévil en un accidente, pero gue Ja fijacién’del monto de esos dafios se haya dejado para la ejecucién, en la que se rendirén pericias u otras pruebas necesarias para saber el valor exacto de los dafios; en tal caso la obligacién es cierta en cuanto a su existencia y, sin embargo, es ilfquida, porque la cantidad no se encuentra determinada. b) PLazo vencio EI Cédigo no admite, si unas deudas son Iquidas y otras iliquidas, que el deudor efec- tie la imputacién a las segundas, por el con- trario, insistimos, exige que sean Ifquidas y de plazo vencido. En’lo que se refiere a este diltimo requisi- to, deberfa interpretdrselo con alguna ampli- ud Iniputacién del pago en el Cédigo civil peruano de 1984 tud, ya que no debemos olvidar que el ar- ticulo 179 establece, en principio, que el pla- zo suspensivo se presume estipulado en fa- vor del deudor, «a no ser que del tenor del instrumento o de otras circunstancias, resul- tase haberse puesto en favor del acreedor...» Como el deudor puede renunciar al bene- ficio del plazo, no habria inconveniente en que la imputacién la efectuase a deudas no vencidas, cuando el plazo estaba estipulado en su exclusivo provecho, c) INTERESEs También el articulo 1257 limita las facul- tades del deudor cuando expresa: «Quien deba capital, gastos ¢ intereses, no puede, sin el asentimiento del acreedor apli- car el pago al capital antes que a los gasios, nia dstos antes que a los interesesn Las razones que justifican la disposicién son claras; si quien adeuda una suma de di- nero, mas los intereses compensatorios o moratorios, y los gastos que debié afrontar el acreedor para obtener judicialmente el ago, pretendiese abonar primeramente el capital, perjudicaria notablemente al acree- dor, porque estarfa disminuyendo la fuente productora de los intereses. Se explica, al tratar las obligaciones de dar sumas de dinero, que los intereses —en su calidad de frutos civiles del capital— son siempre lo accesorio; si se aceptase que se extinga la obligacién principal, quedaria ex- tinguida la obligacion accesoria, razén por la cual hay que proceder pagando primero los intereses, Es menester tener en cuenta, por otra par- te, que el articulo 1243 del Cédigo civil pe- ruano dispone que el Banco Central de la Reserva del Perd fijard la tasa maxima legal de los intereses compensatorios y morato- rios, y cualquier pago de intereses que exce- diese ese tope debe ser restituido al deudor ©, a su voluntad, imputado al capital que se adeudaba, No encontramos en el Cédigo civil perua- no una distincién entre los plazos de pres. 135 cripcién que tienen la obligacién de pagar el capital y la del pago de intereses; ambas son acciones personales y quedan sometidas al plazo general de diez afios (art. 2001, inci- so 1). En otros Cédigos estas acciones estan sujetas a plazos diferentes, asi, por ejemplo, en Paraguay se fijan diez afios para el capital (art, 659 del Cédigo civil del Paraguay), y cinco afios para los intereses [art. 660, inci s0.¢)] y algo similar ocurre en el Cédigo civil argentino (diez afios para el capital, artfcu- Jo 4023; y cinco para los intereses, art. 4027, inciso 3)+. En esos sistemas legales si se ad- mitiese que se imputara primero a capital, el acreedor correria el riesgo de que la deuda de intereses prescribiese. Por tiltimo, no debemos olvidarnos de es- tablecer la necesaria concordancia entre esta norma y un principio que estudiamos al con siderar la prueba del pago, donde vimos que «el recibo de pago del capital otorgado sin reserva de intereses», hace presumir que se han pagado, salvo que se pruebe lo aontrario (art. 1232 del Cédigo civil peruano), Miltiples son, por tanto, las causas que abonan la soluci6n adoptada por el legislador, d) Gasros 0 ExPENSAS Debemos destacar, ademas, que el articulo 1256 del nuevo Cédigo tiene como fuente las previsiones del articulo 1266 del Codigo de 1936, pero invierte el orden de preferencias entre los gastos ¢ intereses. Hemos recorrido muchos Cédigos, tanto europeos > como americanos *, sin encontrar en ellos referencias a los gastos o expensas, > Esta abreviaci6n del plazo de prescripcién de las deudas de intereses se inspira en el articulo 2277 del Cédigo civil francés. 4 Articulo 1266 (Cédigo del Pert de 1936): «EI que debe capital, intereses y gastos, no puede, sin consentimiento del acreedor, aplicar el pago al capi- tal antes que a los intereses, nia éstos antes que a Jos gastos», > Cédigos de Francia, Bélgica, Espafia, Alemania, * Argentina, Bolivia, Brasil, Chile (y los otros que siguen el modelo chileno, come Colombia, Ecuador, E] Salvador), Méjico, Uruguay. ly 136 hasta que llegamos al ya mencionado artfcu- lo 1266 del Cédigo peruano de 1936, En un. breve comentario a esta norma Guzmdn Fe- rrer expresa que: «La preferencia de los gastos armoniza las reglas de la imputacién con las que reglan la prelacion de los créditos (Ley 7566, art, 112)». Con posterioridad esta idea se consagra en el Cédigo italiano de 1942, cuyo articu- Jo 1194, bajo el titulo de «Imputacién del pago a los intereses», nos dice que: «El deu- dor no puede inaputar el pago al capital, antes que a los intereses y a los gastos, sin el con- sentimiento del acreedor>. : En la misma linea, pero dando un paso més, se encuentra el Cédigo portugués de 1966, que dedica al problema su articulo 785, que lleva el titulo de Deudas de intereses, gas- tos ¢ indemnizacion’. Pires de Lima y Antunes Varela? sefialan que el viejo Cédigo del marqués de Seabra s6lo se ocupaba del capital e intereses . Acla- ran también que no es posible indicar concre- tamente cuales son las expensas, «porque va: rfan de acuerdo a las circunstancias de cada caso», pero consideran necesario que estén vinculadas con la deuda, y que el acreedor tenga derecho a su cobro La Hamada «indemnizacién» corresponde a lo que nosotros denominamos «intereses moratorios», estableciendo una preferencia de cobro de esta categorfa, por sobre los in- tereses convencionales o legales que deven- gue el crédito. 7 Ver FeawaNno GUZMAN FERRER, Cédigo civil t. I, Lima, 1977, pig. 849, * Articulo 785: «§ 1. Cuando, ademas de capital, el deudor estuviere obligado a pagar expensas o in- tereses, 0 a indemnizar al acreedor como conse- ccuencia de la mora, la prestacién que no llegue a cur brir todo lo que es debido se presume hecha por cuenta, sucesivamente, de las expensas, la indemni- zacién, los intereses y el capital § 2. La imputacién al capital sélo puede hacerse en tiltimo lugar, salvo que el acreedor aceptase que se hiciera antes.» 9 Ver FeRNanbo ANDRADE Pines DE LIMA y JOAO DE Maros ANTUNES VARELA, Cédigo civil anotado, ¢. I Coimbra Editora, 1968, pag, 28, articulo 785. 1 Ver articulo 730 del Cédigo portugués de 1867. » Ver autores, obra y lugar ya citados. Luis Moisset de Espanés La caracteristica comtin a estos Cédigos ®, que se repetiré eri el Cédigo de Paraguay de 1986, es que el orden fijado para la imputa- cién coloca en primer lugar a los gastos 0 ex- pensas, y luego a los intereses, para concluir con el capital. En la doctrina de esos paises que hemos podido consultar no encontramos ningin justificativo para el orden propuesto, salvo el comentario de Guzmén Ferrer al Cédigo pe- ruano de 1936 al que hicimos referencia mas arriba. Tampoco hernos encontrado la men- cién de casos de jurisprudencia en que se haya hecho aplicacion de la norma. 2Qué razones han inspirado a los autores del actual Cédigo peruano para invertir este orden? Sin duda algin justificativo debe ha- berse esgrimido en el seno de la Comision reformadora por el ponente de esa seccién, pero tampoco hemos encontrado los antece- dentes, Solamente nos queda imaginar qte se ha pensado que los «gastos» o «expensas», aunque configuran una obligacién auténo- ma, tienen més las caracteristicas de una deuda que a su vez puede generar frutos, es decir otros intereses distintos de la deuda principal, raz6n por la cual se prefiere dar primacia en la imputacién a todas las deu- das de intereses, para proseguir con los gas- tos, y concluir con el capital originario. Til. IMPUTACION POR EL ACREEDOR Si el deudor no ha imputado el pago a ninguna de las obligaciones, podra hacerlo el acreedor; se trata, como anticipamos, de una facultad subsidiaria que slo puede ser ejercitada por el acreedor cuando el deudor no us6 de ella. El artfculo 1258 del Cédigo peruano prevé el caso: «Cuando el deudor no ha indicado a eudl de las deudas debe imputarse el pago, pero ® Cédigo del Pert de 1936, italiano de 1942, y portugués de 1966. ® Articulo 592 (Cédigo civil de Paraguay): «E pago’ por cuenta de capital e intereses y gastos, se Imputara, en primer término a los gastos, luego a los intereses y por tltimo al capitals WS Inpsen o pago en el Cigo evil peruano de 1984 hubiese aceptado recibo del acreedor aplicén- dolo « algunas de ellas, no puede reclamar contra esta imputacion, a menos que exista causa que inspida practicarta>. En prinwr jugar sefialamos que la dnica oportunidi'! que tiene el acreedor para ejer- citar esta facultad de imputacién es el mo- mento.de dar el recibo que serviré al deudor de prueba de su pago y es requisito indispen- sable para que pueda ejercitarla que el deu- dor no haya indicado cual de las deudas pagaba. Si cl acreedor deja pasar esa oportu: nidad ya s, podré hacer valer su prerrogati- va, sino que estaremos frente al silencio de ambas partes que abre camino a la aplica- cién de la imputaci6n legal. En segundo término conviene destacar que esta wirma aventaja a aquéllas que ha- blan de la existencia de «dolo, violencia o sorpresa por parte del acreedor», como la tl- tima frase del articulo 775 del Cédigo civil argentino, La referencia de manera genéri- ca a una +causa que impida practicarla», en- globa todss las situaciones posibles, y evita las dudas yue suscita en el Derecho argenti- no el uso de vocablos como «sorpresa». * El término habia sido tomado por VELEZ ‘Séxsrieiv de manera literal del modelo fran- cés, donde su empleo provocé las mismas cavilaciones que en la doctrina argentina, pues introducia —al parecer— una nocién distinta a la de los clasicos vicios de la vo- huntad: error, dolo y violencia. La mayor parte de los asuntos estimaba que con esa referencia a la «sorpresa» se pro- curaba proteger los intereses de personas inexpertas, jletradas, analfabetas o incultas, de cuya inferioridad se aprovechaba el acree- dor avisado que, sin dar tiempo al deudor a que reflexionase —aqui estarfa el factor «sor- presa»—— se hiciese aconsejar, realizaba la imputacién, Artfeulo 775 (Cc. argentino): «Cuando el deu- dor no ha escogido una de las deudas liquidas y ven- cidas para ls imputacién del pago, y hubiese acepta- do recibo del acreedor, imputando el pago a algunas de ellas espscialmente, no puede pedir se impute en cuenta de ira, a menos que haya mediado dolo, violencia o sarpresa par parte del acreedor» 137 Abora que el nuevo Cédigo peruano ha in- corporado normas que condenan el ejercicio abusivo de los derechos (art. If del Titulo Preliminar), y el aprovechamiento lesivo de los sujetos que se encuentran en situacién de inferioridad (arts. 1447 y ss.), la mencién de la «causa que impida practicar» la imputa- cién es comprensiva de todas las hipétesis que pueden provocar la invalidez del recibo otorgado por el acreedor. IV. IMPUTACION LEGAL El articulo 1259 da la solucién para los casos en que ninguna de las partes haya hecho uso de sus facultades de imputar el Pago: «No expresdndose a qué deuda debe hacer- se la imputacién, se aplica.el pago a la me- nos garantizada; entre varias deudas igual- ‘mente garantizadas, a la mds onerosa para el deudor; y entre varias deudas igualmente ga- rantizadas y onerosas, a la mds antigua. St estas reglas no pueden aplicarse, ta imputa- cin se haré proporcionalmente». Estas previsiones legales de imputacién son de carfcter supletorio, y s6lo funcionan cuando ninguna de las partes (deudor y acreedor), han manifestado su voluntad de ninguna manera. La nueva norma modifica en algunos as- pectos los criterios que consagraba el articu- Jo 1267 del Cédigo de 1936 para la imputa- cién legal En primer lugar, no encontramos mas la mencién al «plazo cumplido», exigencia cuya mencién desaparece ahora en la imputacién legal, aunque se ha mantenido en la imputa- cidn por el deudor, ya que Ja parte final del articulo 1256 no le permite imputar el pago a una deuda no vencida, salvo que medie consentimiento del acreedor. Interpretamos, sin embargo, que el requisi- to subsiste, pese a la falta de mencién en el texto legal, pues parece contrario a la légica que la Ley disponga que la imputacién del pago, en caso de silencio de las partes, sé efectiie a deudas que todavia no son exigibles. We En segundo lugar, en el Cédigo de 1936 prevalecfa el criterio tradicional del Derecho hispénico en esta materia: favorecer al deu- dor imputando el pago en todos los casos a las deudas mas gravosas, criterio del que se aparta el nuevo Cédigo, al establecer que la imputaci6n se efectuara sobre aquellas deu- das que se encuientren menos garantizadas. Ast, por ejemplo, si una deuda estuviese ga- rantizada con hipoteca, y otra solamente con, fianza, la imputacién legal haré que el pago se aplique a la deuda afianzada, por tratarse de una garantia de menor rango que la hipo- teca 'S, Esta postura, inspirada en el B.G.B.', en el Cédigo italiano”, y en el actual Codigo portugués #, da prevalencia a intereses del acreedor, y recién toma en cuenta la onerosi- dad para definir la imputaci6n entre deudas que tengan iguales garantias. Sefialamos, ademés, que la norma se limi- ta a mencionar la mayor «onerosidad», sin brindar ejemplos, como lo hace el Cédigo de Vélez, en el Derecho argentino. Creemos que Jas hip6tesis mencionadas en el articulo 778 de ese cuerpo legal pueden brindar una gufa Wtil al intérprete ®, Se estimard, entonces, que son mds onerosas las que llevan intere~ ses, 0 entre varias que leven intereses, las que paguen una tasa més alta; la existencia de clausulas penales es otro indice de onero- sidad y, como bien se ha resuelto por Ia ju- risprudencia, deberd entenderse que una obligacién que se encuentra en estado de ser reclamada por via ejecutiva es mas gravosa que aquéllas sometidas a la via ordinaria, cu- '* Conf,, en el Derecho portugues, Pines Lima y Antunes Vartta, ob, cit, t. II, pag. 27. % Ver articulo 36 del Cédigo alemén. " Ver articulo 1193 del Cédigo civil italiano de 1942 ™ Vor articulo 784, inciso 1, del Cédigo portugués de 1967, : Luis Moisset de Espanés yos trémites son mas lentos, lo que origina menos peligrosidad para el deudor i En ditimo término el articulo 1259 toma en cuenta la antigtiedad de la deuda, para el caso de que tuviesen iguales garantias y one- rosidad. La formula adoptada puede mantener viva Ia polémica sobre qué debe entenderse por mayor antigiiedad: gdebe para ello tomarse en consideracién Ia fecha de nacimiento del crédito, o la del vencimiento de la obliga- cidn? Puede suceder, en efecto, que una deu- da nacida antes venza con posterioridad a otras obligaciones més recientes, porque sus plazos de exigibilidad son diferentes. El debate suscitado sobre el punto ha sido ardoroso y ainbas posturas cuentan con soste- nedores de primera linea, tanto en Francia, como en Alemania e Italia™, y sin duda ha de costar trabajo a la jurisprudencia peruana re- solverse en uno u otro sentido. Por nuestra, parte entendemos que ya que el legisladot se inclin6 a adoptar el criterio de la «antigtie- dad», hubiese sido preferible tomar como mo- delo el articulo 784 del Codigo portugués de 1966, que establece sucesivamente ambas for- mas de antigtiedad, expresando que si varias deudas fuesen igualmente onerosas, la impu- tacién se efectuard a la que primero haya ven- cido, y si varias hubiesen vencido simulténea- mente, a la més antigua en su nacimiento. La parte final del artfculo expresa que cuando las reglas enunciadas anteriormente no pudiesen aplicarse, el pago se imputaré a todas de manera proporcional. Ariiculo 778 (C.c. argentino): «... ala més one: rosa al deudor, o porque llevara intereses, 0 porque hubiera pena constituida por falta de cumplimiento de Ia obligacién, o por mediar prenda o hipoteca, 0 or otra razén semejante...» » Ver Bexcovrz, La imputacién de pagos, Ed. Mon- tecorvo, Madrid, 1973, pag. 265, notas 279 y 280. we

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