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er ins | Antonio Ribera | eHan sido Ere Tl cele eae Welter wa TU eee Eee Rta on ~ Secuestrados iyi _extraterrestres Uy “ bi Uno de los aspectos mas fascinantes del complejo y polifacético fendmeno OVNI esta representado por las abducciones, 0 supuestos secuestros de seres humanos a bordo de naves extraterrestres. Existen. actualmente varios Peer ne tor Reena eel CeeE Ertea nice en mM a ar oe rene Rae eM Luar Cute eee caracteristicas intrinsecas de la abduccion, Entre éstas, figura la “amnesia” del sujeto abducido, que aoe tla OC em Cet Ce ele ESPON ono Caet ceca ec Ree een eek ie cme MMU CRA let ane) testigo los recuerdos bloqueados en ella. El cuadro Ree ue eer eM elif Me) ome siempre unas impresionantes concordancias; el SU ee MWe uC ala Me Raed espacial”, donde unos seres humanoides (generalmente de pequefia estatura y gran cabeza) lo a Mma eee ulema t] comme lle Ete Cee a CU CCR URC em colli [oke sale sucedido de su mente consciente. Por primera vez en Espana se recogen en esta eeu eter ean eee eerie ESC oe sey arr cine oon armel eM Mel oA 0] ol geet 2zo lel abducido con su perro en Soria. Bes eee ee NOC ues pues, por unos misteriosos visitantes del espacio (oa ge Cem melee ete Ret remot se olor Tai ee uel sel Mme tt Re BLT a eT elo Ceetucne Siu N Cen ee reer ore eee Ae MMe cia uM eed que es Antonio Ribera. Coto rat MoT) ee Antonio Ribera Secuestrados por extraterrestres Documento/74 Antonio Ribera ‘ados por extraterrestres Planeta couecetow pocumenTo ie: Rafe Ber Be de Retain: Na Teen NarelPlan, Carle Fuel ee es © Antonio Ries, 1981 oral Pasta $ A Cincy Plt Bae 4 Gin, 7527, lise tl cided de Xaver Vad Proced-acia de las iustraiones: Archi Ealtorial Planeta, Parascarch, a de Vicente y Autor — Primera edicién: diciembre de 1961 Segunda edicién: febrero de 1982 Deptsito legal: B. 3558-1982 ISBN 8432036145, Printed in Spain Impreso en Espa Tales Gufs «Dipley $A Gd di oui 960; Btona30 Indice quardia intemporal del cabo Valdés. P itcacisn de Toe animate 8; Conchsionss, SE y «platillos volantes» . ola, 0 los pescadores pescados. in den os tnt lisio Llanca, o la inocencia . Bute tarayinarg enact. La nec, 2 Tee ARR A eae Mon Si eats an rca A iw B, 108; El caso Balvidares, 1//; Relacién con el aba Aveley:abduceién en el Gran Londres... she, 18 Penis consenting el nce. Di ace en eet a floos de la familia, 126; Los suefios y la reyresion Mk pa hk ne bile Yo SMa ica ah" sions Se nai 1ST slancia a bordo de Ia nave, 147; Bl sexaminador», 143; ees gy ies anes Fl Hs nel bse 3 BES u cu 4B 8 89 47 7. Fortunato Zanfretta: el suefio de una noche de Rearesion hipnética de Zanfreti, 162; Addenda, 165) Spa por tere cunts wef 8, Rivalino Mafra da Silva: abduceién total. Aadends, 176 9. Bebedouro: a componente onirica. El orn watipicon, 0 En ln bese espacial? 8; Una vision y un Secreto, #9; Investigaciones, 197 10, Herb Schirmer: un ovni mal aparcado. Addenda, 215. ‘Tres casos inéRicos 1, Abduccién en el aeropuerto de Barcelona. 2. Adela: abduccién psiquica. 2... Tas cartas, 283; Una sesién hipnética, 235; Adden cay aif 3. Julio F: el cazador cazado. . . 1 se Habla Julio, 245; El viaje, a Medinaceli, 246, Sesiones hipnéticas. ie-41990, 241990, 251980, 25; Ellos, 200, ‘Sesion hupnotica, Octubre de 1979, 264: La conducia elatuendo de lg trpulanies, 271, El agpecto fsco, 270. La'nave, 276; Sesion hipndiica, Octubre de 1999; 278, El cilindso y Jos" pa nea. Oct Dre-de 1979, 286; La sala 2 Ee es Te : tore de 199, 37, Bl hombre. de la. pantalla, 08, Sesion Ihfpnotica, Gewubre-de 1979, S05. Ue toma de muestras. ‘Sesion hipndties. Cetubre de i979, $08,"El viaje (con tna la seni, 314 La escapeta lot cartuchos, 3/8, ‘Sesién hipnotica. Octubre 61979, Coche, 328 Sesion hipnotics Qutub de 99,32 ‘ida hipndtiea (Jesus Durdny, 25; ANEXO. Algunas con- lusionesanatgmico-morfloyica, 327; Conclusones al Obras contultadss 2 2 1) ltt Indice onomdstico . . 6 1 we ee 155 168 181 19 219 23 242 34 337 3a A Enrique de Vicente, ‘que tanto sabe de ‘abducciones y abducidos. Con afecto y agradecimiento por la ayuda que me ha prestado. -y he aqui que un carro de fuego... separé a uno de ‘olx0, y Elias subia al cielo en el torbellino. Reyes, I, 241 en menos de media hora la isla (volante) se aproxim6 hasta tal punto, que no habla mas de cien pasos de dis- {nncia entre ella y yo. Adopté entonces diversas posturas Ihumildes y suplicantes, y hablé con el tono més conmo- Vvedor, mas no recibi respuesta. Los que se encontraban Is cerea de mi me parectan, a juzgar por su vestimenta, Personajes distinguidos. Se consultaban entre si y mi- Taban a menudo hacia donde yo estaba. Finalmente uno Ae ellos se me dirigié en un lenguaje claro, cortés y muy. idulee, cuyo sonido recordaba al italiano: fue pues en esta Tengua que yo le respondi,.. Aunque no nos entendiame mi alliccién fue comprendida; me indicaron por sefias jque me bajase de la roca, y que fuese hacia Ia ora, cosa ue hice; descendié entonces la isla volante hasta un nivel eonveniente, me arrojaron desde la galeria inferior una feadena que evaba sujeto un pequefio asiento, en el que ‘me senté, y en un santiamén fui abducido por medio de tuna potea. Joxarnan Swrrr, Viajes de Gulliver 3° parte, «Viaje a Laputas INTRODUCCION (Ceest icy un livre de bonne foy, lecteur. Moxtaroxe No es al ufélogo a quien se dirige este libro, sino al lector furioso no especializado. Pretende contarle, y de paso con- farme de nuevo a mi, las eabduccioness que, por ina razén otra, considero mds dignas de referirse. «Abduccidn» es lun término juridico que ha pasado a ta jerga ufoldgica, Y que viene'a significar también esecuestro> 0 «rapion Como tos miembros de otras diseiplinas mds respetables, los ufélogos —o sea los que pretendemos investigar et ‘enigma de los ste término a amnesia— del sujeto abducido), lan muchos mds casos que, por definicion, per- jpara siempre ignorados. Y estén luego las po- iducciones totales», es decir, sin devolucién det le sospecho que existen también, y tal vez en Hay inquietantes estadisticas policiacas sobre desaparecidas, que dan mucko que pensar (de- liparte las desapariciones por trata de blancas, hui- Mlomicilio paterno o conyugal, etc). o penerai, ios seres huwnanos abducidos que se han ‘utrevistar recuerdan el principio y/o et final del Ha parte central del mismo —que es ta mas im- orlanle— hay que extraera del subconscente media feeicas de regresin histones af subconacete suleto parece que fue relegate) En wa pad i ipnoticar al sujeta y hacerlerevvir el alacinonte saved (Ce ‘muchas veces resulta traumatizante para a jeter quied de ahi que le fer sonergear Conlon pra protein s, 10.aie'en esas sestones de hipnosssute strata ‘muy interesante y epor qué no™* revsiadon a 0 euyo interior se haan, repeta de shantllags coy radas muchas vce @ lt dee ilevsany de panel as con faces que se encicnden 9 te gan. Frente a estos tables suelen trabajar unos ee Gefaio, uma fos hay tabi ay tambien may altos (ens de Fala 4 veces aberrantes(erobotse de Pace mon saa (caso Zanfretta). oe a Sujeto es sometido casi siempre a to tenderns, podria lamar un sreconainients mc jue suele poner énfasis en los aspect OH blemente genéticos); en al; jutsinstioneser J: en algunos. pogutsimos casos (Vl Boas) hay cépula entre «1 cera Boas) hay copula enre terrestres y mujer cesar Tegados aqu, se plan i se plantea una cuestin muy important flay que tomar a si face val, at ple dela lett, fo Suentan ios abducidos en tas sesiones de hipnost? Este nderamente el meolo de la cussion. Podramos de a ay don tendencias interpretation, La pet el famoso estudio de Iniversi fe aif ¢L amor esudio dele Univestad de ColoradeSa Wertheimer y su equipo—, todo el episodio como un’ suceso reals. Los psicdloy ilar Spence ga te ef nee a B Ina gestado ta psgue del sujet. Pero esta planes | Slo problema dey ccna on def abc St et Ie Fado or tania ese demas Puraente sinagvarin habrd que supondh eager Iumarlad. Ya'no jon tos arguetpes hee al alan, to que emerge, sino unos hechos, unde lugares 9 cane R Me curiosamente siempre son tos mismos 0 (esto en amas de casa, en camioneros, en can Wy inspectores de policia, que ni en su vida pi O espiritual tienen nada en comin. parte, la segunda tendencia quiere considerar I el episodio relatado bajo hipnosis. Es decir: ise el sujeto fue efectivamente secuestrado Usiraterresires», que 10 Wevaron a bordo de su ometerto aili-a una serie de pruebas y de Ta posibilidad que esta segunda interpretacion ‘empero, no deja de ser menos inguietante, Ahi extraterrestress de origen desconocido, re- Merra a bordo de sus naves, se dedican a aterré- Wes parece, y secuestran a Semejantes nuestros, ilos a placer, como si de especimenes zo0lé- la mds que especimenes— se tratara, Luego tos horrarles cuidadosamente todo el episodio fonsciente, ios la realidad de estos sucesos, varias pre- lintean de inmediato: ¢Por gué los abducen? YOué finatidad tiene ef eexamen fisico»? ¢Por Malan? ¢Tienen acaso estas abdueciones alguna las reses y animales que periédicamente apa- fos, desangrados —y a veces eviscerados— en oncretos del globo? Como encajan estas teen las que no hay mensaje de ninguna clase, Ite del sujeto— con las serdficas historias de | y con sus «extraterrestres» rubios, bellos, y bondadosos? Wis tres mil quinientos casos que forman el ca- lal de aterrizajes de ovnis —Ia «punta det Haun ne do personaimente el dotoy Jacques Mo @ la naturaleza intrinseca del fendmeno hnocturnidad y aislamiento—, hay muchos casos ios cercanos del tercer tipo» (no de la etercera i) se dice equivocadamente por ali), pero pocos, ile sabdueciéns, Eso parece indicar que ta ac- Incipal de los (the ), pero observ6 que los «tripulantes» tenfan un as- ‘mongélico, con rostros anchos y aplanados, ojos gran- ‘oblicuos y acabados en punta muy hacia los lados de |. Esta apariencia «oriental» se completaba con una aplastada y pequefia, La cabeza era grande con rela- fil cuerpo, y éste mostraba un térax de una anchura jorcionada, j, Por st parte, mantuvo los ojos cerrados casi el tiempo, detalle observado por su esposa duran- oda Ia duracin del episodio, En realidad, a Barney lo ban. casi a rastras entre varios chombrecillos», por Io ns puntas superiores de sus zapatos rozaban el suelo podria explicar las erascaduras> que presentaba el ilo del hombre). Ambos fueron subidos a bordo del objeto e introducidos en cémaras distintas. Una vez ‘Mili, parece ser que ambos fueron despojados de sus ropas '¥ sometidos a una serie de reconocimientos fisicos. Betty Peveld que acercaron extraiios instrumentos a su cuerpo fn varios lugares, obtuvieron una muestra de piel por ras- Dpaddura en el brazo, le cortaron un trozo de ufia y le arran- f@aron unos cabellos de Ia cabeza. Por tltimo le introduje- Fon una larga aguja por el ombligo, causandole un dolor considerable, que Ia oblig6 a protestar ante el «examina. dor», que le'practicaba la extraia operacién. El «jefe» (el sexaininador» y el «jefe» cran dos seres distintos) le pasé fenionces una mano frente a los ojos, y el dolor cesé. Le dlijeron que aquello era una prueba de embarazo, Barney observ que el «jefe» tenia unos ojos enormes y almendrados, que parecian extenderse en cierto modo a hacia ambos lados de la cabeza, déndole Ja impresién de uuna mayor visién periférica que la que nosotros tenemos. La boca de este ser, dijo, era una simple hendidura, com- pletamente desprovista de labios, y con una linea vertical a cada lado. (Una reconstruccion de este ser, basada en las declaraciones de Barney Hill, figura al final de la pelicula de Stephen Spielberg Close Encounters of the Third Kind, difundida en Espaiia bajo el titulo de Encuentros en ta Tercera Fase.) No tenia nariz propiamente dicha, s6lo dos pequefias hendiduras. Barney recordaba también que la mesa sobre la cual lo pusicron durante el «examen» a que fue sometido era muy corta, pues las piernas le colgaban por su extremo (Barney Hill media casi 1,74 m). La mesa era dura y fria y a su lado vio un «taburete», probablemen- te usado por el zexaminador». Téenica de la regresion hipnstica Aqui legados, no estar de mas que digamos unas palabras sobre Ia técnica empleada por los investigadores para bu- cear en la mente subconsciente de los «abducidos traer de ella informacién. Los sujetos, recuerdan el principio y el final del episodio, pero la parte central del mismo —la més importante— ha sido borrada de su mente consciente. Este feerea del Canad4, o una familia inglesa abducida en el Gran Londres, no deja de ser cuando menos sorprendente, ‘Todas estas personas no se conocian entre si; estos episo- dios ocurrieron en lugares muy distantes unos de otros ¥ en afos diferentes; en una gran mayoria de casos, los Abducidos no tenian conocimientos previos sobre el tema fovni, y en muchos casos Jo ignoraban o no le prestaban Ja menor credibilidad, Todo nos leva a creer, pues, que se trato cada vez de una experiencia «real», entendiendo por 2B Betty Bamey Hil on 1961, gpoca en que ve huge __ ene Hil bai hipnosi, az ldoctor Benjamin Sion, ‘el psiquatra de Boston ‘quesometéahipnosis ‘Smatimonia real algo que ocurrié «fuera» de Ja mente del testigo, y enel interior de ella Pero volvamos a la técnica de la regresién hipnoti ‘Mediante la misma, un hipnélogo experto puede retrot al sujeto a cualquier momento de su vida anterior. Puc regresarlo a su nifiez, por ejemplo —en este caso el sujet hablara con voz infantil—, y hacerle recordar con detall cémo transcurrié el dia de su primera comunién, que part Ja mente consciente del sujeto es ya un evento totalmente olvidado. Pero el fabuloso ordenador que es el cereb humano, con sus millones de neuronas y sinapsis, guat en su «banco de memoria» los mas nimios recuerdos de vida del hombre. Estan ahi, Slo hay que saber extraerlos, Con algunas regresiones, se ha levado al sujeto hasta su etapa prenatal, haciéndole evocar recuerdos supuestamente! intrauterinos: color rojo de la sangre, latidos, sensacién de: bienestar profundo en el seno materno, etc. Pero hay hipnotistas que han ido més alla ( mas atrés), yy aseguran que han Ilevado a sus sujetos a «vidas anterio- res. Lo que se ha grabado en tales sesiones de hipnosis ssuele presentarse como «prueba» de la reencarnacién; de Ta existencia de vidas anteriores para un mismo sujeto. Es posible, pero no tal como pretenden presentirnoslo los par tidarios de la reencarnacién. Lo que tal vez suceda en estos casos —apunto una mera hipétesis— es que el hipnotizador tenga acceso a unos ‘recuerdos genéticos» del sujeto. Yo siempre he creido que €n nosotros sobreviven los que sos precedieron, pero a ni- vel genético, a nivel de memoria genética, conservada tal vez en Ja famosa espiral del ADN. Nuestro inconsciente no s6lo, segiin afirmaba Jung, esté en contacto con el incons- cienie colectivo de la humanidad, sino con nuestra propia memoria atavica. En el inconsciente colectivo se albergan Jos arquetipos de la humanidad, el famoso «mandala» jun- giano, pero también millones de recuerdos especificos, Es por ah por donde van los tiros, en mi opini6n. No se trata del concepto —verdaderamente burdo e infantil— del es- prita que «abandonas un cuerpo para «encarnarse> en ‘tro, como sostienen los partidarios de la reencarnacién ‘© metempsicosis (que asi se la llamaba también), sino de la pervivencia a nivel genético, repito, de recuerdos y viven- ias ancestrales, de una familia o de la especie toda. Pongamos un ejemplo muy sencillo: debido a la limita- cin de la vida humana, podemos llegar a recordar cémo eran —fisica y moralmente— nuestros abuelos, pero no % eneralmente ya a. nuestros bisabuelos y mucho M Mucstros tatarabuclos. Es corrente off decir que Mot soe pareces a su padre, 1 madre, su abuelo t,o s61o en To fsio, sino en lo espiritual. Es aude! padre, la madre, ct abueto o fa abuela «per Whi eritara 2¥ por qué no puede «pervivire tam ella aigo de su bsabuelo o de su tatarabuela o de Jusaddsuyo desconocio del siglo XVI? Porque es Mec ia criatura en cussion no nacio por genera tinea, sino que es el resulado de unt suma Ch ae ita hal tr se present et prose nctrig) que a entronca practicamente, cOD eihumantdad. La hnumanigad, pudiéramos decir, es Mipercucrpo> compuesto de trllones de clulas (noso- Fier teamoyortan el mismo mensaje gentico desde Jifsaltiucsen quienes fuesen estos senores) ¥ este dices (perdn por la palsbrea) es stetradimensionals in ve ademas en el tiempo, en To que pudicramos nun Eterno Present. Mire tado ese, mucho mejor que yo y ademds con la Mis gusantes, ya lo dijo el cura Mendel hace mucho fo Incluso formuld yes: las famosas sleyes de uel». subconsciente, fabuloso «banco de datos» m lo que voy a decir, prefiero a Pict Gete"ag’ pra muchos pieslges ambos fon sindnimos). Subconsciente se refiere a lo que esté «por Msbajo» det consciente, de la consciencia individual. Con {ina Imagen manida pero grifica, podriamos comparar al fuibeonsciente con Ta parte sumergida del iceberg mental fin parte emergida —Ia consciencia— es una parte peque- fisimna de la masa total de hielo, de la masa total de datos, tle conocimientos y de experiencias —y de vivencias tam- sn— que alberga el ser. ue sistido a Dastans ssiones de oul 0 «vasoer y en muchas de ellas he estuchado estos comentarios: YyPero esto es imposible! £1 —o ella— no pottia conocer {ul dato» Flo ella—, a nivel consciente, no; pero él —o {lla nivel subconsciente,tenfan acceso al més fabuloso hance de datos que imaginarse pueda. Ahi es nada: todo cL acervo espiritual de la humanidad; todas las memorias Sdvieas de la especie; todo cuando saben los hombres, y a que ha quedado enterrado en Ia memoria colectiva, Des Primera cosa que me preocup6, una vex comprobado Juego, no son los «espiritus» —hoy muy desacreditados— mde mi «suo», era saber emo habia llegado a mi. Jos que surgen en tales sesiones, sino 1a memoria colecth le el suefio, el stibconsciente domina totalmente Ia vade la humanidad, | ésta esta abierta y receptiva a lo que pueda llegarle Y es también a ese nivel del subconsciente, donde se os misteriosos canales del inconsciente colectivo. Asi producen y se generan todos los fenémenos que hoy llama i legs a mi la vision. Y quiero subrayar visidn, por- ‘mos paranormales: telepatia, clarividencia, stiefios premo- 10 que Ta clarividencia tiene mucho que ver con nitorios. En cuanto se cortocircuita la mente consciente, Gentros épticos del cerebro, y no con otros, Es otra se establece el contacto directo con este riquisimo banco) a de ver. Y sospecho también que estas comunica- de datos. ¥ son precisamente aguellas personas en las que’ 8 son instantdneas; no hay lapso temporal entre ella la mente consciente est menos desarrollada (subnormales,, Dproducen en la misteriosa dimension atemporal del in- adolescentes retrasados, personas de un tipo humano tos Jente colectivo, por lo que yo llamaria un efecto de 0, «primitivos) las que suclen proporcionar los mejores manciay. Nada’ de . Esta sconversaciéne, como apuntan Jos Lorenzen, e tuna de las cosas més extrafias que ocurrieron en tod este extraio episodio, porque si bien parecié existr algun clase de conversacién entre el «jefer y los stripulantes (que se comunicaban mediante unos sonidos parecidos al tun chummm»), la comunicacién del «jefe» con Betty fue Ainicamente mental, telepdtics. Durante esta. «conversa cidn», se produjo un incidenie curiosisimo, De pronto entro uno de los «tripulantes», con la dentadura postiza| de Barney en la mano, La vista de la protests dental pro- Gujo una gran excitacién en el «jefes. Betty se dio cuenta, de ello, y le expli entonces que Barney habla perdido sus jentes a causa de un accidente, y que habian tenido que jirselos por una prétesis. Afiadié que las personas ancianas suelen perder también los dientes, y entonces Hlevan dentaduras postizas. Esta idea parecia ser total- mente nueva para el «jefes, 1o mismo que el concepto de svejezs o de stiempo» en general, Por més que se esforz6, Beity no consiguié aclararle estos concepios, ‘A-causa del temor que le inspiraban los «ojos», Barney rmantuvo los suyos cerrados durante casi todo el tiempo {ue permanecié a bordo de la nave. Por su parte, Betty vio a su marido, «andando como un sondmbulo», cuando Io 30 ‘usala de reconocimiento». Confirmé que Ile- feerrados, por lo que «se perdié muchas Bn cuanto a la iluminacién existente en el Ta nave, Betty la comparé a la producida por el “Moreurio, que observé una vez que visit6 el Hayden de Nueva York. Esto es importante, fniluir en la descripcién del color de los tri ida por los Hill. La luz producida por el vapor dda a la piel humana un tinte azulado o grist yy hubiese mirado a su alrededor, probable- era visto esa tonalidad en el rostro de su fes de tez muy blanca. En cuanto a él, posible- ly no le observé ninguna alteracién al tratarse }-que si bien no era muy oscuro ni achocolatado le tener un grado de mestizaje bastante alto— si jientemente sombrio como para que aquella ho alterase sustancialmente su tonalidad. iéndose a los ocupantes de la nave, Betty dijo que ez gris azulada; las pocas veces que los miro, dijo que le daban la impresién de tener una tona- Ypelilica, Si las entidades hubiesen tenido una tez Ti luz especial que reinaba a bordo de la nave les conferido exactamente Ia apariencia descrita por 1 curso de una conversacién telefénica que el ma ilo sostuvo con la sefiora Coral Lorenzen, ambos ac- f darle unos datos que no figuraban en el libro in Fuller. As{, le revelaron que tras las sesiones de flerapéutica con el doctor Simon, los Hill fueron ca ‘de localizar el lugar exacto donde ambos fueron {dlos. Result6 ser el extremo de una carretera forestal ialida. Segsin Ia reconstruccién posterior que hicieron Jncidente, legaron a la conclusién de que «alguien» Ja vuelta a sti automévil, para dejarlo encarado hacia la ‘lida del camino forestal, afin de que pudieran volver a su (iiss, tina vez fueran puestos en libertad al término de la @xperiencia, Dijeron también que los seres abrieron sin uila el maletero del coche, porque ellos lo levaban cerr Wo, y estaba abierto cuando llegaron a su casa en la mafiana fle aquel dia, Sin embargo, no faltaba nada en el interior. ‘Tras el comienzo de las sesiones de hipnosis, cuando los. detalles de su alucinante experiencia empezaron a aparecer, Betty Hill empezé a tener suefios sobre su captura. En fest08 suefios, los miembros de la tripulacién se le aparecian feon enormes narices en lugar de mostrar la nariz chata 31 y mongoloide que ella afirmé haberles visto. Most ademés, en sus suefios, el cabello y la tez oscuros, a que bajo hipnosis ella no mencioné en absoluto que seres tuvieran pelo ni cabello. Los investigadores del le hicieron algunas preguntas acerca de las difere precisamente, que existian entre la apariencia de los en sus suefios y en la «realidad», tal como aparecia bt hipnosis, Betty aventuré la opinin de que tal vez se tase de una racionalizacién inconsciente por su parte, h con el deseo de conferirles una apariencia més «hum: Sin embargo, conviene observar aqui que cada vez bajo hipnosis se Ia preguntaba acerca del «jefe», su a cién era visible, su pulso se alteraba y el doctor Simon, veia obligado a no continuar, por los efectos turbador que cualquier pregunta sobre ia apariencia fisica del «jef provocaba en Betty. ¢Tendria acaso el «jefe» una apari Gia monstruosa? En otros casos que expondremos asf El «mapa estelars Llegamos aqui al que quizé sea el punto clave de todo episodio. En un momento determinado, Betty observ tuna pared de Ia cdmara un extrafio dibujo, compuesto ineas continuas, lineas de puntos, y puntos. Pregunt6 jefe qué era, y éste le repuso que se trataba de un mapa. ‘Los puntos son estrellas: ésta es la vuestra (el Sol), aflax dié, sefialando un punto situado en la parte superior dere- ccha del dibujo, «Las lineas seguidas, son lineas comercis- les; las punteadas, viajes de exploracin.» _ Posteriormente, en una sesién de hipnosis con el doctor Simon, celebrada en 1964, Betty Hill reprodujo el mapa en tun dibujo hecho por sugestién post-hipnotica. Es preciso observar aqui que este mapa ya habia aparecido repetida- ‘mente en una serie de vividos suefios que Betty tuvo a par- tir aproximadamente de una semana y media o dos después de sit supuesta abduccién. En estos suefios, se vefa a ella misma y a su marido siendo abducidos por seres huma- noides y sometidos a un examen fisico a bordo del ovni, ‘Tanto impresionaron estos suefios a Betty Hill, que en noviembre de 1961 escribié un informe de cinco hojas sobre estos episodios oniricos, describiendo por primera vez y entre otras cosas, un mapa estelar que al parecer mostraba 2 Monde procedian sus raptores, ademas de ru- ¥ de exploracién entre otras estrellas. facertadamente Walter N. Webb, asesor en {lel APRO, este mapa es la nica cosa. «tangi hia quedado de Ia abduccion de los Hil, Si el lice una porcién real del espacio galictico, educen inmediatamente de ello: 1) la es: debe de ser uno de los dos grandes circulos arias lineas; 2) el mapa fue trazado desde un joso de observacién, situado cerca de 1a estrella W) tuestro Sol debe ‘de hallarse presente en el tuna linea que Heve hasta él; y 4) el mapa tiene far nuestra zona local de Ia Galaxia, go, la tarea de aislar e identificar aquella di fesielar especial representaba una tarea verdade- {mproba. Pero hubo una persona que acept6 este persona fue Marjorie E. Fish, que en 1966 femper6 Ia tarea— contaba treinta y cuatro aos, fra de escucla en la pequeia poblacién de Oak fn Ohio, Miss Fish decidio tratar de localizar las Ge figuraban en el mapa dibujado por Betty Hill, mndo un modelo tridimensional del volumen de fue rodea a nuestro Sol, y situando adecuadamente Jas estrellas mis préximas a nosotros. fino ser mas que una modesta maestra de escuela, Fish era —y es— una persona extraordinariamen- ligente y dotada, Autodidacta en astronomia y_ en Uisciplinas, su curiosidad cientifica es insaciable, smo que st entusiasmo, Entre sus intereses —como fe dice— se cuentan ademés de la astronomfa, 1a opi, Ia Biologia, el arte, la fotografia, Ia escultura jencia en general. Pespucs de terminar su primer pequefio modelo de fas estrellas conocidas en un radio de cinco parsecs fafosluz) alrededor del Sol, Marjorie comprendié que Tunidria que abarear un volumen mayor de espacio, si queria Tenet éxito. Los modelos siguientes que construyé Megaron Th comprender hasta 259 cuentas suspendidas de sendos Hilos. Cada cuenta tepresentaba naturalmente una estrella, ¥ esiaba coloreada de acuerdo con sti tipo espectral; el Tamafio también era el correspondiente. Estas cuentas esta- han suspendidas a las distancias proporcionales correctas del Sol. ‘Cuando empez6 su agotador trabajo, Miss Fish suponia que irfan surglendo muchas agrupaciones de estrellas que 3 2-steuesrmanos POR EXTRATERRISTRES se parecerian al mapa Hill, Pero no fue asf, y por dltim consiguié aislar una serie de estrellas que parecian co ponder a las del misterioso mapa (que sin duda era tambié «tridimensional», seguin se colige de lo que manifesté Bett Hill). Esta paciente busqueda requirid seis aflos de ajo, la utilizacién de una sala de grandes dimensior donde Marjorie colgaba sus bolitas de colores, y la truccién de mis de veinte modelos distintos de nues cercanias estelares hasta la distancia de 20 parsecs (6 afios-luz). Ademés, Marjorie tuvo que consultar docenas d ‘catélogos estelares para comprobar las caracteristicas y coordenadas galicticas de miles de estrellas, sin hablar de cientos de horas de trabajo 0 dedicadas a fotograf fe inspeccionar visualmente los modelos desde todos os Debido a lo dificil que le result6 encontrar los catélo gos estelares que necesitaba, Marjorie tardé dos aiios Tocalizar las que creia eran las cinco primeras estrella del mapa. Tardé siete u ocho meses mas en localizar otras cuairo. Finalmente, segtin refiere Webb, fueron ne« sarios més de tres afios adicionales de trabajo intensivo Para encontrar las iltimas tres estrellas del dibujo. Gracias a una visita que hizo a casa de los Hill en 1969, Marjorie se enteré de que el mapa era al parecer «tri mensional», segiin hemos dicho. Es decir, que sin duda era ‘una especie de holograma de un metro de ancho por unos sesenta centimetros de alto, y contenta estrellas de colores que brillaban, La estrella Zeta Tucanae (Zeta de la constelacién del) Tucdn, una constelacién del hemisferio austral), aunque no era visible en el mapa Hill, fue la que condujo directa- mente al descubrimiento de las tltimas estrellas del dibujo, ‘a comienzos de otofio-de 1972. Durante algtin tiempo, fue el ‘candidato mimero uno para el puesto décimo en el dibujo, pero sin embargo se negaba a encajar en el lugar que debe. fa corresponderle en el mapar estelar. Finalmente, Mar- Jorie comprendié que la estrella podia estar oculta por Zeta! o Zeta? Reticuli (Zeta! o Zeta? de Ia constelacién del Reticulo, también en el hemisferio austral) desde el punto de vista de Betty Hill (ella describié estas dos iltimas es- trellas diciendo que eran mayores que las restantes, com- parables por su tamafio a moneditas de 25 centavos, y por ello podian haber ocultado a otra estrella), Para que Zeta Tucanae resultase ocultada, Marjorie hallé que tenfa que mirarla desde abajo, a un angulo de 45° respecto al modelo. 34 aa nates Jo intent6, inmediatamente se le hizo aparente Ia correcta. Marjorie habfa hallado las estrellas iponian el mapa estelar que los extraterrestres mos- ‘Betty Hill. ene ahora hacer dos observaciones. En. primer Jide que once de las estrellas localizadas por Mar- ill corresponden al tipo espectral G (el mismo al Hlenece nuestro Sol). Hay Iuego cuatro del tipo K lel ipo F. Ahora bien: dentro de la Gran Secuencia, ada en el diagrama de Hertasprung-Russell, las se ordenan en razén de su masa y luminosidad, eorrelacién 0 - B-A-F-G-Ky M (la serie se ‘extender aun a los tipos espectrales R, Ny 5). Las se disponen asi en orden decreciente de tempera uperfical. Por ejemplo, las del tipo O son gigantes 4 tle elevadisima temperatura; las comprendidas en illas y de tamafo y temperatura me- M son enanas rojas de baja tempera. Gada clase se divide a su vez en diez subgrupos, de Bannan nannnnnne Distanela a la tierra sanRaaesoeeee ppppeSeor>ppope> SLSSUSAUSsesssss Jo poquisimo que sabemos hoy sobre exobiologia ‘extraterrestre), Ia vida tal como Ta conocemos en la s6lo puede aparecer en torno a estrellas de los tipos YK. Todas estas estrellas estan representadas en el Mili-Fish. En cuanto a las Zeta Reticuli las dos estre- fn forno a las cuales posiblemente orbita el planeta de de los visitantes, pertenecen al mismo tipo espectral iuestro Sol. ¢Simple coincidencia todo ello? Es evi We que Marjorie Fish podia haber hallado la misma dis- in de estrellgs que en el mapa Hill, pero sin que correspondiesen a tipos espectrales tan parecidos al Ihuestro Sol. Aqui hay algo mas que mera coineidencia, Pero esto no es todo. En julio de 1969, Marjorie Fish bia localizado nueve de las estrellas del mapa Hill. Pero faltaban ain otras. Finalmente, en 1972, tras seis aos de Hntenso trabajo, Marjorie Fish ‘pudo localizar el tridngulo ip estrellas del fondo, que completaban el mapa visto por jelly Hill. La razén de esta tardanza se debe a que estas @itrellas s6lo figuraban en la iltima edicidn del catélogo Mle Gliese, aparecida en el otorio de 1969. Por lo tanto, supo- hriendo que el mapa de Hill fuese un fraude, su autor no Podia conocer la existencia de esas tres estrellas, seRaladas {on los nimeros 86,1, 95 y 97 en la nueva edicin del Gliese. Asi, cuando Betty Hill hizo su dibujo en 1964, la estrella Gliese 86,1 no figuraba en ningtin catdlogo estelar terrestre. ESTRELLAS IDENTIFICADAS POR M. FISH EN EL MAPA HILL clones, pese a que en la mayoria de cartas estelares figura el nombre latino; Cetus (Ballena), NOTA, En la presente tabla, se ha preferido utilizar el nombre castellano de las constela- Piscis (Pez), Fornax (Horno), Reticulum (Reticulo), ete, Tau! Eridani Zeta! Reticuli Zeta? Reticuli 82(e) Eridani Alpha Mensae Kappa Fornacis Sux a En cuanto a las otras dos estrellas, si bien figuraban, apa- recian en posiciones de paralaje incorrectas. Como dijo el doctor Hynek a Ralph Blum, ufélogo norteamericano: «Nin- gin astrénomo de la Tierra, entre 1961 y 1964, podia haber sabido que el tridngulo de estrellas del fondo existia en st presente posicién geométricas (Ralph and Judy Blum, Beyond Earth, Bantam Books, Nueva York, 1974). Pues bien: pese a toda esta impresionante evidencia astronémica, ha sido un astrénomo, y famoso uf6logo por mis sefias, quien con mas safla ha atacado los resultados de Marjorie Fish, Me estoy refiriendo al doctor Jacques Vallée, astrénomo, doctor en ciencias exactas por la Sor bona, director de un importante instituto de informatica en Santa Ménica (California), y asesor de Ia NASA en el proyecto «Mapa de Marte>. Vallée, ademas, es autor de importantes obras sobre ell fenémeno Ovni. Fue quien formulé las leyes aplicables a los. aterrizajes de la oleada francesa de 1954, y hasta la fecha de Ja publicacién de un polémico libro suyo (traducido por mi, Pasaporte a Magonia, mantuvo una posicién absoluta- mente el psiquismo humano, haciéndole ver lo que no es y levandolo por donde conviene a sus oscuros desig- ‘Segtin Vallée, nada es lo que parece ni parece lo que es, en Ufologia, El hombre asiste, impotente, a una fantasma- goria de luces y colores,,con el aditamento ocasional de shumanoidess. Pero nada de esto es cierto. Hay una inte- ligencia poderosa y maquiavélica, tras el fenémeno, que cs la que mueve los hilos de toda esta tramoya. cExtra- terrestres? No necesariamente, Me confesé un dia perso- nalmente, que el niimero de observaciones mundiales es demasiado elevado, en su opinién, para postular un origen extraterrestre del fenémeno, Observacién valida hasta cierto punto. Pero volvamos al Hamado «modelo Fish», 0 al «Zeta Reticuli Incident» (Vallée lo denomina «Zeta Ridiculous»). iwuralmente, el bueno de Jacques tiene que atacarlo, por- ie de aceptar su autenticidad, toda su teoria, trabajosa- le elaborada, del «sistema de control» y del origen «no (raterrestre» del fenémeno, se vendria por tierra. Y apela, ‘lo que mejor conoce: Ia estadistica y 1a programacién ordenador. La objecién més grave que al final puede werle, es Ia de que «el mapa no esta trazado a escala ile), Y luego esta otra: «EI mapa no estaba alli para que vlese el piloto de la nave, sino para que lo viese Betty; Alecir, que ello formaba también parte del «sistema de ols, 0 de la «manipulacién» del psiquismo humano H Ja que Vallée aboga, En resumen: Vallée no cree en la idad objetiva de la abduccién. Cree que Betty efectud viaje» (trip) no fisico, controlada y guiada por un flema del que ain no tenemos idea clara...» (op. cit. 45). Evidentemente, la hipotética «superinteligencia» de llée acude a métodos muy maquiavélicos para condicio- ‘el psiquismo de sus victimas. «Sin olvidarsele siquiera rascar a parte superior de Zapatos del hombre abducido, para que el secuestro pa. Feclera mas ereal», © Porque, queridos amigos, en mi opinién, el secuestro ue «real». En cuanto a la posicién sustentada por Vallée, ‘Wile es «su» problema, no el mio. Es él quien tiene que ‘Tesolverlo.. Addenda Warney Hill fallecié en febrero de 1969, a los 46 afios de “Wlad, a causa de una hemorragia cerebral, la misma dolen- ‘His que causé también la muerte de su padre. No hay que Mibuir, pues, a los trastornos psicosomaticos que Barney Wsperimenté a consecuencia de su abduccién, esta muerte J edad tan temprana, sino probablemente a’ causas here. Mitarias ‘ras la muerte de Barney, su viuda, Betty Hill, empez6 4 Interesarse en serio por todo cuanto hacia referencia al Henomeno ovni, que antes de su impresionante experiencia jonas si le habia interesado. Dio algunas charlas sobre su Wbduccién, aparecié en programas de television y radio, Val propio tiempo, dice que empezaron a sucederle «cosas arias» en su casa de Portsmouth (New Hampshire). EL 18 de enero de 1976, el reputado psiquiatra doctor Werthold Eric Schwarz, autor de interesantes estudios ufo- x » Idgicos, visité a Betty en su casa. Mas tarde, los dias if y 13 de marzo del mismo afio, fue Betty la que lo visi én su consultorio. Los resultados de estas entrevistas fuer publicados con detalle por el doctor Schwarz en vari niimeros de la prestigiosa publicacién inglesa Flying cer Review. Una de las cosas que descubrié el doctor Schwarz que Betty Hill era un sujeto «psiquico»; es decir, que mujer estaba dotada de ciertas facultades PSI, 0 paranot males. Esto solo podria explicar algunos raros fenémer tipo poltergeist que ocurrieron en la casa de Portsmout sin necesidad de acudir a la hipotética intervencién «extraterrestres». Es curioso —y acaso significative— ol servar aqui, que muchas personas «abducidas» presents un cuadro de facultades paranormales bastante acentua ¢Son abducidas precisamente porque rednen estas carz Teristicas? 20 estas facultades se «disparan» a consecuem cia de la abduccidén? Hay casos —de abduccién o de simpl encuentro cercano del tercer tipo»— en que lo segun parece ser cierto: tal el caso francés del «Doctor X», poi ejemplo. Otras «cosas extrafias» que creyé descubrir Betty en st ‘casa quiz se deban a su propia soledad. Una viuda ati Joven y que habia pasado por su alucinante experiencia, es Persona propensa a ever cosas raras» en sucesos en reali dad perfectamente explicables (sin que esto quiera decir ni mucho menos que estuviese desequilibrada). El doctor ‘Schwarz. la describe con estas palabras: «Betty me impre- sioné... y Ia encontré ser una sefiora altamente inteligente, abjerta, franca y de un cardcter muy agradable, sin menci nar su incuestionable probidad. Graduada por Ja universi dad de New Hampshire y trabajadora social durante mu chos aiios, Betty posce un espléndido sentido del humor ‘yuna gran captacién de la realidad.» Otra de las cosas que descubrié el doctor Schwarz fue que Betty estaba bajo vigilancia constante. Su teléfono estaba intervenido, y una vez que se produjo un cruce fortuito, Betty se enterd de que estaba siendo objeto de escucha telefdnica por parte de una «agencia federal» (probablemente el FBI, la Inteligencia de la USAF 0 tal vez la CIA). Un ufdlogo de Cleveland lamado Earl Neff mostré al doctor Schwarz unas fotocopias de un manual de las Fuerzas Aéreas titulado Introduccion a la ciencia del espacio, en su capitulo 33, que se utiliza como texto ‘en un curso optativo sobre Fisica 370 en Ia Academia de la 0 | Este capitulo trata del problema ovni y contiene les pérrafos sobre los Hill. También le mostro de una edicién posterior, altamente diluida compa- ‘on la primera. No obstante, las autoridades negaron encia de este capftulo mas completo y detallado, ierto inicamente gracias a la tenacidad de Earl Fillo significa que tanto los servicios secretos como los mandos de la Aviacién, conceden una enorme im- a al fenémeno ovni en’ general y al caso Hill en ar. lero terminar este capitulo sobre los Hill (o sobre el le Zeta Reticuli), citando unas palabras del propio, Schwarz, que corroboran lo que antes he sefalad {caso de abduceién de Betty, como en algunos ejem- le contactos con ovnis, se tiene la impresion general il individuo protagonista es un tipo tinico de persona facullades (es decir, su capacidad para sumirse ré- winte en un profundo trance hipnotico, sus rasgos ivos y sus potencialidades PSI de alta calidad), les 0 no, son necesarias para los ovnis o para las w que se esconden tras ellos, y que estos factores ser vitales para la generacién de la aparente expe- ja de relacién mente-materia.» ¥ un poco mas adelante eseribe: sGorresponde totalmente a Betty el mérito de poseer ‘ojo solidamente estructurado, que le ha permitido ma una Saludable vision hacia of exterior y también haci Ierior. Otras personas dotadas de un yo menos estable Ivan haber sucumbido ante la combinacién de psicopa- fa, PSI, la experiencia ovni, el hostigamiento que ésta j0 sparejado, y en algunos casos los efectos de un sin- me supersticioso de mala suerte, engendrado por el pio sujeto. Es una coincidencia, si no una sineronicidad, fle entre todos los psiquiatras ‘de los Estados Unidos, ity y Barney Hill, ras algunos intentos previos con otros ultativos, eligieran a un médico que no s6lo dominaba I hipnoterapia, sino que estaba familiarizado con la post Dilidad de transferencia mental» Si bien en algunos casos estas caracteristicas parecen fallar totalmente, en otros que eu este libro examinaremos Yoremos que también se han puesto de manifiesto. Es muy Posible que ésta sea una de Tas claves de los casos de ab- tluccién, cuyo estudio continuado tal vez nos dé un dia la wolucion del inquietante enigma Diré por tltimo, citando palabras de Hernn Rodriguez a en Contactos extraterrestres n° 10, que «los resultados las sesiones de hipnosis hechas a los Hill por el dk Simon— nunca hubieran trascendido més alla del me sino hubiera sido porque un periodista se enterd d incidente, publicando luego un explosivo reportaje en Herald Traveller de Boston, en 1965. Después del es: dalo originado por el periédico, los Hill decidieron dar’ conocer su historia completa a fin de evitar las ines tudes. Asi nacié El viaje interrumpido, libro de John Ful que pronto alcanzé enormes niveles de venta en todo Precisién que considero altamente importante. loso periddico de Santiago de Chile E! Mercurio jha esta sorprendente noticia en su edicién del mar- mayo de 19 LEXTRASo SECUESTRO (CA. (Por Enrique Jorquera Marquez). — Un cabo det jfreito desaparecié durante casi 15 minutos, Iuego que uviera contacto visual con un objeto volante no identi- Hicaso (ovni) en Ia localidad de Putre, a unos 150 kilé- iietros al interior y noroeste de Arica. El cabo tenja a su mando una patrulla militar que feumplia tareas rutinarias en ésta el dia 25 de abril recién pasado. Bl ovni avistado —de acuerdo a declaraciones de los ‘mismos integrantes de la patrulla militar— précticamen- {e aterriz6 en el sector de los cerros de Putte, a unos 400 metros de distancia de donde ellos se encontraban, fn Ia zona denominada Pampa Lluscuma. Cuando el cabo aparecié nuevamente ante sus compa- heros de patrulla —siete en total—, 15 minutos después dle haber desaparecido... lucfa una barba espesa, como hhubiese estado varios dias sin afeitarse, 10 que habia hhecho pocos momentos antes, al iniciar el patrullaje. Lo més asombroso es que el reloj del cabo Valdés mostraba haber avanzado 15 minutos, pero la fecha, en lugar de indicar el 25 de abril, marcaba el dia 30 de abril. La pavorosa experiencia fue vivida por el cabo dei ‘eército Armando Valdés junto a una patrulla integrada por los conscriptos Humberto Rojas, Ivan Robles, Ger- man Riguelme, Raul Salinas, Pedro Rosales, Juan Reyes y Julio Rojas Sigue la noticia dando mas pormenores del caso, que Juego expondremos y comentaremos. Quiero sefialar aqui “8 “inicamente que en mi comunicacién lefda ante el grupo: estudio ovni de la Cémara de los Lores briténica el mat II de diciembre de 1979, entre la gama de efectos prot idos por el fenémeno ovni en el entorno fisico, apunt Js posible distorsién del campo espacio-temporal, y po como ejemplo el caso chileno de Putre, que a continuaci voy a relatar, ‘Ocurri6, como queda dicho, el 25 de abril de 1977, en zona de Pampa Lluscuma, a unos kilémetros de la fi tera con Bolivia y en las cercanias de la ciudad de Put en la provincia andina de Arica, En la clara noche estrellada del altiplano, a 4 000 met de altura, la patrulla se hallaba descansando junto a fogata y al reparo de un talud formado por grandes Gras, que les protegian del viento. Dos soldados montat guardia en los extremos del pequeio campamento. Pronto, uno de los soldados sefialé hacia el cielo: dos « trellas» descendian lentamente. Algunos hombres cons taron sus relojes: eran las cuatro menos diez de la m: gada. En aquel preciso instante el soldado Rosales, qi estaba de guardia, Heg6 corriendo hasta el grupo para la vor de alarma: —Mi cabo... venga para que vea una Iuz que est en cerro. El jefe de 1a patrulla, al frente del resto de sus homb1 Mego hasta la zona indicada, para ver qué ocurria, Los dos soldados de guardia informaron entonces cabo que ellos habian visto «caer» las dos estrellas, mi Ientamente. Y afadieron: «Una de ellas bajé al otro lado del cerro y atin se ve el resplandor alli, mi cabo. Mientras ambos soldados hablaban, el grupo vio cémo la otra luz que descendia se posaba entre los cerros, a tunos 500 metros de distancia. El ovni despedia una luz violeta y en los extremos tenia dos puntos luminosos de un rojo inienso. Luego el extrafio objeto empezé a acercarse Jentamente a los soldados, El cabo ordené de inmediato cubrir el fuego del campa- ‘mento con mantas, en tanto que sus hombres se agrupaban estratégicamente en posicién de combate, al observar que €l extrafio objeto Iuminoso seguia acercdndose a baja altura, mientras con la luz que despedia alumbraba todo cl sector. ‘Mientras esto ocurria, el cabo Valdés se alejé de sus hombres en direccién a la luz y sibitamente desaparecié. Eran en aquel momento las 4.15 de la madrugada. Los “ EEE ECR Be ccs ccrioade boca oxo cron Peearen Tits sn use cabo Vals apureir Amproviso, sin-que oyeran sus pasos, el cabo reapa- ee eee Res eerioeegs mete BI eventarou yo eynron iat in opute Bocce apa caanernees eee. Ba ne con clepdescrtenicey huss exclans ears: Mitedes no sxven quienes somos... al de dénde ve ero les dgo qu pronto vlvereios I ese tec toca scttnitie apnea eS oldadcs,estupetactos, observaron que el suboficiak Pitta taren Sopee'y croc coms ds unoa cleo Bi os cunnso oo ne) de lcs fo poctoctaneais Mo. Mi cabo Valdés despert6 de su desvanecimiento alrede- de las siete de la mafiana, Parecia extrafiado y confu- Y silo atin6 a decir: No recuerdo nada desde el momento en que me alefé ustedes. Tego ordené: s-Preparense para partir, porque ya son las cuatro y de la mafana. Aver que sis hombres lo miraban etrafaos, com hd que su reloj digital se hallaba detenido a esa hora is, el calendario indicaba una fecha cinco dias pos. yra ta actual a A su regreso a Arica, el cabo Armando Valdés rindié ‘un completo informe de'lo sucedido a sus superiores. Se upo, sin embargo y de forma extraofical, que no recordaba hla de los quince minutos en que permanecié ausente. Intervene la censura ‘Como ya era de esperar, y como tantas veces sucede en felacién con los ovn, las autoridades no dijeron esta boca ‘es mia, No solamente eso, sino que la censura gubernativa intent6 poner cortapisas a la difusién de este caso. Para ello, y ampardndose en un Decreto-Ley (el que lleva el ni- mero 12/81, del 11 de febrero de 1976), el coronel Oscar Figueroa Marquez, gobernador provincial de Arica, ordené 4s que fuesen sometidos a su aprobacién previa todos I articulos y publicaciones relacionados con el suceso pI tagonizado por la patrulla militar en Pampa Lluscumay Esta actitud de las autoridades obligé al periédico La Est la de Arica a retirar un extenso reportaje sobre el caso, ‘que tenia ya en prensa. Pero ante la enorme difusién que alcanzé la noticia en} todo el pais, principalmente gracias a los reportajes de El Mercurio’ de Santiago, el gobernador Figueroa se vio obligado finalmente a anular su propia orden de censura y autorizar la publicacién de articulos y reportajes sobre: el «caso Valdés». Fue a partir de entonces cuando diversos enviados especiales de Ia prensa chilena entrevistaron. re- petidamente a los protagonistas del insdlito suceso. Tratando de responder a la presién popular —impor- tante incluso en un pais de régimen autoritario como Chile—, que pedia més informacién, Ia Comandancia en Jefe del Ejército difundié un comunicado oficial, redactado. en los siguientes términos: Ante numerosas consultas de medios de comunicacién’ social respecto a los sucesos ocurridos en las proximida- des de Putre el 25 de abril de 1977 a una patrulia militar, se aclara lo siguiente: Ce) ey Efeto noe pronuncia a los hechos mismeox (sic) relatades por los integrantes de Ia patrulla. 2) Desde el momento que sucedié el hecho, hasta que éste fue dado a conocer por Ia prensa, no se habia dado version oficial por parte de Ia institucién. 3) Conforme a las consultas realizadas por via oficial ‘se manifiesta que las versiones dadas por la prensa hasta ‘este momento, son en lo general coincidentes con los Te Tatos de Ios integrantes de Ia patrulla. Una interesantisima grabacién Aproximadamente a las nueve de aquella misma mafiana del 25 de abril don Pedro Araneda, profesor de enseftanza primaria y corresponsal del diario La Estrella de Arica, interrogaba en Putre a los componentes de la patrulla, gra- bando en un magnetéfono sus palabras y sus impresiones, ain frescas. Este impresionante documento de primera mano fue publicado integramente en El Mercurio del 19 de mayo, y por su enorme interés Io vamos a transcribir a continuacién: 46 fgrabacién se inicia en Pampa Lluscuma. Uno de Holdados trata de explicar Io sucedido y comienza con palabras: Li luz nos estuvo jodiendo’ toda la noche... Nadie ide qué se trataba...» La vor de este soldado, como fle sus compafieros, tiene una nota de ansiedad. Todos iy atropelladamente. ido Araneda: «Como a qué hora vieron ustedes esa \daclo: «Como diez para las cuatro...» ilro Araneda: «Tt, Rosales, estabas de guardia y fuiste mero que lo viste... gQué viste?» La pregunta va diri- Al soldado Pedro Rosales. \dado Rosales: «Yo vi primero una luz que venia ba } Luego otra... Eran dos... Una bajé por este lado del y la otra hacia el otro lado... Una de ellas por alli le esta esa mancha amarilla més o menos, donde os cardos.... All arriba... Arriba...» Se confunden Woees de todos los miembros de la patrulla, que tratan de explicar el avistamiento. ierviene el cabo Armando Valdés, para decir: «Noso- teuando vimos esto nos agrupamos y nos colocamos pposicion de combate, hombro con hombro y dijimos: lie se mueva. Si nos pasa algo que nos pase a todos..."» invaneda: «:Después vieron desaparecer Ia luz ustedes?» Soldado: «Yo estuve de guardia viendola y no se fue... cuando Ieg6 el sol desaparecié de Ia vista...» TAraneda: «cUstedes calcularon qué magnitud tenia la a Varias voces: «No podriamos decir porque a medida iba accrcéndose iba ereciendo y lanzaba fulgores... Era Iz medio violeta...» Unraneda: «;Pero ustedes vieron qué forma tenfa la luz?» Soldados: «Era redonda como una bola... Medio ova- ln. Oue aumentaba y disminuia... Como que avanzaba. ue n0s fregaba. IAraneda: La dotacion, ccudntos hombres tenia?» Gabo Valdés: «Siete hombres... Todos vimos lo mismo Juntos... Yo entonces me perdi... Segiin ellos, me llamaron, The buscaron, luego apareci y yo me desmayé... Segtin dicen fiue estuve con espasmos... (sic) Yo no sé... Yo no recuerdo Nada.» 4. it verbo sjoder» no tiene ninguna connotacién sexual en Chile fuguiden dnicamente cfantairs a rueba d IVERSIDAD_DE CHILE 2 LO © Por Qué se Lleman OVNI Araneda: «Las dos luces estuvieron mas o menos ralelas, una més arriba y Ia otra més abajo?» Cabo Valdés: «No... la primera luz, cuando Rosales llamé, se empez6 a intensificar y luego bajé suavemen a Ja loma, y la otra se bajé frente a nosotros asi... cOm que nos llamara... Como que nos quisiera intimidar, asta, Araneda: «El perimetro que iluminaba la luz, al braba los sembrados, el pasto, los cercos?» Cabo Valdés: «Al Cerro, lo iluminaba y pudimos apreci sus contornos y los sembrados, a pesar de que la no estaba muy oscura porque no habfa luna... Incluso costaba mucho poder caminar en la oscuridad, Y cua bajé Ia luz, Ia primera, bajé por atrés del cerro y salia fulgor tremendo... ¥ la otra se mantuvo frente a nosottg aqui... Hubo un resplandor, un reflejo grande... como i incendio...» Las palabras del cabo son acotadas a cad instante por el resto de los soldados integrantes de patrulla, Una de las partes de Ja grabacién finaliza aqut, p Juego continuar en el instante en que Ios ocho protagonista del insdlito suceso se refieren a la reaparicién del cad Valdés bajo extrafias circunstancias. Voces: «jClaro! La voz de mi cabo... se refa... empe a refise y decia: “Ustedes nunca sabrin quiénes somos de dénde venimos... ¥ volveremos ac de nuevo...» Araneda: «¢¥ hablaba el cabo con la voz normal?» Voces: «jClaro! La voz que tenia siempre él... pero poco mds apresurada... alterada (el subrayado es nuestro Y cuando perdié el conocimiento y volvié a reincorporars nos miraba asi como que no nos conociera y daba vuelt a Ja cabeza para atras y decfa: ¢La luz... Ia luz...?» Otro soldado: «Después perdié el conocimiento y volvi a despertar y a hablar nuevamente... Nosotros lo arropab mos y ahf decia: “jSuéltenme! ;Suéltenme!”... y fored | jeaba...» | ThOto!ssidado: eY 10 que rakvomiraca era la, luz nuiraba con los ojos muy abiertos...» | ‘Araneda: «¢Cusinto rato se perdié el cabo?» bamos por el nombre... ¥ la luz ahi estaba...» Holdado: <¥ no Ie sentimos ni las pisadas cuando ilo una persona Ilega se siente en la quietud «¢Cudnto rato estuvo asi en este trance?» ios! «Estuvo como diez minutos en que reaccio- eonocia a algunos y de repente se desmayab: ba y nos desconocia... después se qued6 dormido dia: «eT, Valdés, no te acuerdas por qué quisiste fle ‘tus hombres unos metros y acercarte a Valdés: «Lo inico que puedo decirte es que algo bi la atencion... que algo me atraia... Era como Ninicacin interna con la luz... incluso sentia, cuan- zo nos juntamos y nos pusimos en guardia Mupalos... no sé si decir que sentia algo realmen- Willoso o algo espantoso... Era algo extraordinario algo que somos siete menies... ocho ments... Esta i una persona hubiera sufrido una alucinacion clin... pero que siete digan lo mismo... Lo que Tecuerdo es lo que pas6, s6lo sé lo que ellos me Lio que si me acuerdo es que evando recién vimos Aulsimos desplazarnos para buscar refugio, pero algo ela quedarnos... Como que algo nos detenia a mirar {Yo me acuerdo que no me alejé més de dos o tres Wile ustedes...» cabo Valdés prosigue: «De aht yo, perdi Ia no- Bilos dicen que yo desaparect como por arte de 1. De repente lo més asombroso es que yo sparcci Male dle magia...» eda: «Te acuerdas (de) lo que hiciste en ese lapso?» Who Valdés: «Oh... No... Lo enico (de) que me acuer- s 1o-quc aparece en mi mente es algo como cuando yo suelo asi y desaparezco en un pozo profundo... Ast edondo... como tin abismo asi... De ahi mi cerebro WMA vacio... No atina la mente a saber qué pasé...» Masta pausa, el cabo Valdés continua: sPhieo decir que fue algo ast como una advertencia Who queriendo decir que no es la primera vex que nos va. Wa Yer..O como que no me metiera en lo que no debia, W) sé. No Iubo palabras que me hayan dirigido.. si es fie realmente existen esos seres.» Varias voces se atropellan: «EI cabo estuvo perdida ‘unos quince minutos... Nos acercamos al final de la pi ca?.., Lo lamamos... Primero salimos cuatro a buscarlo luego salimos los otros tres...» Otra voz: «De ahf caminamos algo... Gritabamos.. 2 rea: cerca pared otapia de pldras 50 Reaccién de tos animales «Incluso habia pastando cerca de nosotros un pio? de jas... y en vez de arrancar, como hacen cuando sienten al extrafio, se quedaron quictas... Se agruparon y en sil absoluto... Mas nos desconcerté... Igual que el perro, a es Ia mascota... Huamachuco se llama... también se que quieto junto a las pircas, cerca de la fogata... No se es haba itingin ruido... Habia un silencio sepuleral... Y. invoqué a Dios y le dije a la luz: Vete... En nombre de Di te lo ordeno... Nosotros estébamos dispuestos en esos mentos a cualquier cosa... A morir juntos, pero nadie separaba... Incluso hicimos un juramento de permanes juntos...» Varias voces intervienen para decir: «Antes de que cabo se perdiera, nos dijo que tapdramos el fuego con ‘mant: Cabo Valdés: «Claro... Era como si el fuego les Il la atencidn, Igual que a un nifio curioso que el fuego ama Ia atenciGn... Como que ellos sintieran que el fue Ies llamaba la atenci6n...» Interviene un soldado para decir: «Después que mi cal nos ordené que sacéramos las mantas... Lo vi que se ale al extremo de la pirca... yo erei que iba a hacer alguna cesidad fisica... Pero cuando pasaron cinco minutos, ‘© menos, y no venia, lo fuimos a buscar y habia desap: ido...» Otro soldado: «Me acuerdo que cuando reaparecié, grité: {Muchachos!... Fue un grito como pidiéndonos at lic ‘La verdad —explicé otro soldado— es que no senti miedo ahora, sino la inquietud de que seguramente vs a contactar nuevamente con ese extrailo objeto que visité.» Luego, volviendo a la experiencia vivida por todos el hhablan todos los soldados a 1a vez —como se aprecia en ‘cinta magnetofénica— en un tono de gran nerviosismo, ps precisar que «la luz empez6 a aparecer en la distancia fue aumentando su luminosidad, como un tubo fluorescent mientras se acercaba a nosotros», Precisan ademas que resplandor era esférico. i ‘Otro soldado afirma que «la luz brillanté parecia co si nos estuviese atrayendo hacia ellos... Sentf como si ne “2, Rebate 2 ay entonces realmente nos asustamos, al extremo fos iomamos de la mano unos con otros para padiese adelantarse. lego los soldados informan que el fenémeno empez6 leirse cuando faltaban dier minutos para las cuatro ‘maudrugada. Es el soldado Rosales el que hace esta win. Mas adelante precisan que’ «cuando. nuestro Mesaparecié, decidimos esperar unos diez minutos Iniximo y en caso contrario, acercarnos a investiga. 80 estabamos cuando mi cabo Valdés aparecié entre 108» blando todos al unisono, aseguran més adelante que fubiamos de donde venia ese objeto luminoso, Sélo nos mos como amenazados ante su presencia, pero mun. Ae Nos ocurrié imaginar, en esos instantes, que podria we de seres del espacio» (subrayado mucstro). ste momento interviene cl cabo Valdés —como se n Ia cinta magnetofénica— para precisar, dirigién- los soldados: «¢Ustedes imaginaron como que yo tscapando de algo cuando me acerqué nuevamente?» ‘Los soldados responden: «Efectivamente, mi cabo. Asi pprecié.» El cabo agrega que «realmente no recuerdo dicho nada. solo recuerdo el momento que desperté mis», ‘Al apariado de efectos sobre animales habria que afladir Aijuiente: «Los caballos que nos acompatiaban —decla. Jos soldados— tambien se quedaron como paraliza fuando aparecié Ta luz y sobrevolé hacia. nosotros. ero se inquictaron y luego se quedaron casi inméviles uc el objeto se retid.» Hi formidable lingiiista y gran investigador de lo insé- 6 inglés Gordon Creighton, ha publicado una impre- He lista con cientos de casos de efectos producidos Ta proximidad de un ovni sobre los animales, A esta ils cabria afiadir ahora las ovejas, el perro y los caballos Putre que, como es sabido, «m0 leen ciencia‘ficcién>. Jin grabacién realizada por el profesor Pedro Araneda ‘ui Putre es mucho mas extensa, pero por necesidades de ‘ipacio y por no cansar al lector con repeticiones, tenemos fie abreviar, Sin embargo, constituye un notable docu. Jiento humano, por la sinceridad indudable que demues- {iin los componentes de ln patrulls, dominados muchas ves por un innegable nervicsismo, y por su tono de au fenicidad, Reaccién de tos animales «Incluso habia pastando cerca de nosotros un pio? de @ Jas... y en vez de arrancar, como hacen cuando sienten fextrafio, se quedaron quietas... Se agruparon y en silem absoluto... Mas nos desconcerié... Igual que el perro, es la mascota... Huamachuco se llama... también se qt quieto junto a las pircas, cerca de la fogata... No se es chaba ningin ruido... Habia un silencio sepulcral. invoqué a Dios y le dije a la luz: Vete... En nombre de D te lo ordeno... Nosotros estébamos dispuestos en esos mentos a cualquier cosa... A morir juntos, pero nadi@ separaba... Incluso hicimos un juramento de permane juntos...» Varias voces intervienen para decir: cabo se perdiera, nos dijo que tapdramos el fuego con u manta. Cabo Valdés: «Claro... Era como si el fuego les I Ja atencidn, Igual que a un nifio curioso que el fueg Mama Ia atencién... Como que ellos sintieran que el Jes amaba la atencién...» Interviene un soldado para decir: «Después que mi cat nos ordené que saciiramos las mantas... Lo vi que se al extremo de la pirea... yo crei que iba a hacer alguna cesidad fisica... Pero cuando pasaron cinco minutos, m ‘© menos, y no venia, lo fuimos a buscar y habia desapat ido...» Ciro soldado: «Me acuerdo que cuando reapareci6, n grit6: {Muchachos!... Fue un grito como pidiéndonos at Tio...» ‘. Jos soldados informan que el fenémeno empez6 euando faltaban diez minutos para las cuatro Irugada. Es el soldado Rosales el que hace esta | Mas adelante precisan que «cuando nuestro parecio, decidimos esperar unos diez minutos Wikimo y en caso contrario, acercarnos a investiga. ildbamos cuando mi cabo Valdés aparecié entre flo todos al unisono, aseguran més adelante que de donde venia ese objeto luminoso. Solo nos ‘vomo amenazados ante su presencia, pero mun- ‘ocurriéimaginar, en esos instantes, que podria de seres del espacio» (subrayado nuestro). ‘tale momento interviene el cabo Valdés —como se Ja cinta magnetofénica— para precisar, dirigién- os soldados: «Ustedes imaginaron como que yo eapando de algo cuando me acerqué nuevamente?> oldados responden: «Efectivamente, mi cabo. Asi i.» El cabo agrega que «realmente no recuerdo Wicho nada... s6lo recuerdo el momento que desperté mise. Inpartado de efectos sobre animales habria que afladir mle: «Los caballos que nos acompafiaban —decla- soldados— también se quedaron como paraliza- «lo aparecié la luz y sobrevolé hacia nosotros. 0 se inquietaron y luego se quedaron casi inméviles que el objeto se reiird.» formidable lingiista y gran investigador de lo ins6. ‘el inglés Gordon Creighton, ha publicado una impre- We lista con cientos de casos de efectos producidos I proximidad de un ovni sobre los animales. A esta ‘eabria afiadir ahora las ovejas, el perro y los caballos Putre que, como es sabido, «no leen ciencia-ficcién» ‘lis grabacién realizada por el profesor Pedro Araneda Pure es mucho mas extensa, pero por necesidades de io y por no cansar al lector con repeticiones, tenemos labreviar, Sin embargo, constituye un notable docu- into humano, por la sinceridad indudable que demues- Wn los componentes de la patrulla, dominados muchas ‘Weces por un innegable nerviosismo, y por su tono de au- {wnticidad. qué mundo inimaginable permanecié Armando Val ante los cinco dias de tiempo subjetivo —marcados tparba y su reloj—y qué seres 0 qué cosas vio en ese En el folklore mundial hay algunas leyendas a del pescador japonés Urachima, que permanecié para él fueron tres afios en el palacio del Rey de [Pero que en realidad fueron tres siglos—, que evocan Iargamiento —o este encogimiento; depende desde se mire— del tiempo. dijo el fsidlogo inglés J. B. S. Haldane: «El Uni no sélo es mas fantastico de lo que imaginamos; es Hyntistico de lo que podemos imaginar.» algo parecido. Conctusiones Qué ocurrié en realidad en aquella desértica region d Pampa Luscuma, en la madrugada del dia 25 de abril 1977? Es indudable que al menos DOS objetos volantes identificados aterrizaron muy cerca de donde estaba pada la patrulla, Estos objetos —no muy grandes— p: cian ser de forma esférica, y despedian una intensisi ‘energia fot6nica, 0 luminosa. Quiero creer que el objeti de esta «operacién» era la abduccién de por lo menos ser humano. Es posible que los objetos emanasen una fluencia 0 energia —posiblemente de tipo hipnotico— qu produjo efectos «sedantes» en los animales, e inqui fen los seres humanos (que también experimentaron, cextrafia atraccién hacia la luz). ¢Cémo se explica el hecho —inexplicable segtin pats umanos— de que la barba del cabo Armando Vale creciera hasta el equivalente de unos cinco dias sin af tarse, tan slo en un cuarto de hora? El adelanto del cal dario de su reloj de tipo digital podria explicarse causas mecénicas, pero no asf el crecimiento de la barbs El propio Valdés hizo posteriormente el experimento permanecer cinco dias sin afeitarse: la barba que crecié en ese lapso de tiempo, no era tan cerrada como ‘que mostraba, tras permanecer quince minutos ausente sus hombres. No tenemos més remedio que admitir que hubo m: pulacién del tiempo. El cabo Valdés fue sacado de nuesti espacio normal —y de su tiempo— y Ilevado a otro espaci ya otro tiempo, donde o bien éste transcurria més dj prisa, o bien se trataba de un universo paralelo en el q Ja flecha del tiempo incluso podria ir hacia atrds. Es al que escapa a nuestra légica, pero también el concept einsteniano relativista del Universo. ¢Someticron los médicos militares a regresién hipnétis al cabo Valdés, como este mismo parecia solicitar? ¢Qué salié a la luz durante Ia experiencia hipnética, si es que ésta llegé jamas a realizarse? ¢Serd el cabo Valdés uno de los pocos hombres que ha traspuesto la barrera de las dimensiones y ha viajado por el «ttinel del tiempo»? Algu- nos incidentes registrados en el famoso Triingulo de las Bermudas y otros puntos similares del globo, apuntan tam- bién hacia una «manipulacién del tiempo». ¢Por parte de Jos mismos agentes que abdujeron al cabo Valdés? Pre guntas, preguntas, preguntas... de momento sin respuesta. 4 3. SEXO Y «PLATILLOS VOLANTES» “Adhemar> por Gordon Creighton en sus articu- proteger su anonimato), que tenfa entonces 22 ios fon su familia en Ponta Pora, cerea de la poblacién Francisco de Sales, Estado de Minas Gerais, préxima mntera del Brasil con el Paraguay, se encontraba aran- fampo con un tractor cuando de pronto vio correr Hi ciclo una «estrella (recuérdese el comienzo del inc- Mill) que se aproximaba a gran velocidad, para inmo- finalmente sobre el campo de labranza. antes de continuar, quiero decir dos cosa: ues. La primera es que ya veo la mueca de is bromas sobre el «polvo césmico» habrén produci- algunos puristas de la ufologta, desde ex sacerdotes ipresentan a los ovnis como el «demonio» (sic) hasta de UMMO desprovistos totalmente del sentido del j 10 mismo que los ummitas a quienes reverencian. flo, yo les diria que el humor (y su brazo armado Ja) eS una de las pocas defensas que nos quedan Jo desconocido, Gracias a la ironia quiz consigamos. {an importante como es salvar nuestra integridad Wal ante hechos que, tomados demasiado en serio, jy resultar alienantes y en algunos casos han tenido Inismos efectos sobre mentes inmaduras que los que mn los libros de caballerias en el cerebro de Don 2A quién no Ie gustaria que un buen dia se lo Hevasen smarcianos» a bordo de un «platillo volantes, y que, ul vez en el interior del mismo, le ofreciesen amablement una bella y desnudita cextraterrestres, para que se acos con ella? A cualquier evarén bien nacido», supongo. Pt bien, lo que podriamos lamar el més divulgado y comentade es el del joven labrador brasilefio Anténio Villas BO: (bien, joven en el momento de producirse el incidente; tualmente ser ya un cuarentén). Este caso lo he expuest yo mismo detaliadamente en uno de mis libros, basandom principalmente en la informacién reunida por mi querid amigo Gordon Creighton (a la sazén cénsul de Su Majestac briténica en una ciudad del Brasil), y publicado luego pot éste en la Flying Saucer Review. Me da un poco de reparo, ‘pues, repetirlo aqui. Quien Io desee que acuda a las fuen- tes, como dicen los eruditos. Pero de todos modos hab que resumirlo, para dar facilidades al sufrido lector. ‘Alrededor de las doce de la noche del 15 de octubre d 1957, el joven campesino brasilefio Ant6nio Villas Boas Pastorets (Los Pastorcillos), en que los demonios son fos en el mas tremendo de los ridiculos por dos pas- los que penetran en el Infierno... Esto hace perder a los toda su dimensién satdnica y malvada. Apliquemos into a los ovni, y seguramente los haremos més nues- ¥ quiza asi lleguemos un dia a lo que se esconde tras . Esto, por supuesto, sin descuidar la investigacién Tas segunda cosa que queria decir es que el encuentro urno del 15 de octubre de 1957 estuvo precedido por fobservacién semejante de Ia «estrella» la noche ante | Desde el mismo campo, Anténio y su hermano obser- ‘Warn las evoluciones de la misteriosa «estrellas, que esta ‘Wis no legs a posarse en el suelo, Y unos dias antes, una Wisteriosa luz band de noche su casa, desde lo alto. Y Ia diltima cosa es que el caso de Ant6nio Villas Boas '% en cierto modo «atipico», pues su protagonista record6 ‘Mompre y perfectamente la totalidad del episodio, sin que W hiciese necesario recurrir a la hipnosis para extractlo 56 37 tiempo después del supuesto incidente, atin pudo ob- ir las cicatrices de estas heriditas. Acto seguido los lanoides desnudaron al joven con una destreza sor- lente, y luego lo condujeron a través de una puerta io compartimiento, cuyo tinico mobiliario consistia en litera recubierta de una especie de material plistico. ‘bligaron a tenderse sobre ella y le restregaron todo el spo con una esponja impregnada en un liguido refres- Me. "Antonio calcula que pasé unos cinco minutos en el compartimiento y unos veinte en el segundo, donde Juimanoides lo habian dejado solo, Sibitamente noté ‘olor penetrante, Alain gas desconocido invadia la estan- Antonio experimenté néuseas y un gran malestar du Mun rato. Mabia en el aposento otra puerta que él no aprecié de lento y que de pronto empez6 a abrirse. Dos de los antes introdujeron por ella a una mujer ~cabria mas iruuna emujercitas— de una estatura comprendida entre ¥y 1,50. La dejaron con él y se fueron, La mujercita, y que iba completamente desnuda, avanz6 hacia Jo sonriendo y tendiéndole los brazos. Pese a 10 ito de la situacién en que se encontraba, cuando la ela empez6 a restregarse contra él con gestos inst es, AntGnio not6 que su virilidad reaccionaba posit le y realiz6 el acto sexual con ella sobre la litera. Villas ‘Boas explicé al doctor Fontes que la mujercita lunos cabellosfinisimos pero muy escasos, de un rubio ilo. No le observé la presencia de cejas, pestailas ni piibico. Tenia las orejas pequefias; el mentén, Tos js y la nariz eran de una delicada conformacién; joj0s tenian un aspecto «achinados y los pomulos eran tes, 1o que aumentaba su aspecto oriental» (recuerde Aor la descripeién hecha por los Hill de sus captores). la los dientes blancos y bien formados. Anténio calcul6 ddebia de pesar unos 35 kg. No se entabl6 conversacién ina entre Anténio y la mujer «extraterrestres; ésta tink te se limité a lanzar unos grufidos, durante la co- | que el joven brasilefio comparé a los de un cerdo. Durante mucho tiempo Anténio no relaté a nadie lo su- lilo, pues «estaba envergonhado» (tenia vergtienza), ni JO que, después de consumarse esta extraita unin, Ios ipulantes de la nave Te devolvieron sus ropas y lo echaron ‘ii contemplaciones. Finalmente se atrevid a hablar de 1o ‘Wie habia ocurrido con su madre y su hermano, y luego de su memoria subconsciente. Por lo demas —salvo el ‘centro sexual— esta abduccién presenta rasgos muy p cidos a otras que conocemos, y que el joven cabéclo ( tizo de indio y portugués), semianalfabeto, no podia sal de ningin modo, y menos en una fecha como aquel —1957— en que atin no se habia producido el caso Hill, rninguno de Ios casos de abduccion més importantes qi hoy conocemos. Sigamos relatando el episodio. Cuando la «estrella» inmoviliz6 a cierta altura sobre el campo, el asustado ténio quiso volver a su casa, y para ello empez6 a accion el dispositivo hidréulico de desenganche del arado. (No dicho que Anténio trabajaba de noche en su campo a cau del calor intenso que reinaba de dia.) Pero el dispositi zo funcionaba y, para colmo de males, el motor del trac se par. En aquel preciso instante la «estrella» descendi6. c rapidez, convirtiéndose en una méquina gigantesca y forma de péjaro, que aterri26 a unos veinte metros d tractor detenido, De la nave surgieron hasta cinco pequeti seres humanoides, cubiertos con una especie de traj espaciales o escafandras que les ocultaban el rostro. Pest a ser mas bajos que Ant6nio (el cual mide 1,64 m), ent Jos cinco consiguieron reducirio y subirlo a bordo de nave por una larga escalerila La nave eaviformes era ovoide y se hallaba rodeada po una Plataforma, en la que se abria una portezuela por que sus raptores introdujeron a Ant6nio en el aparato. Joven se encontré entonces en una cémara circular q mediria entre 1,50 y 1,80 m de altura y de 1,80 a 2,10 m Aidmetro. Todos estos datos fueron facilitados posteri ‘mente por el propio Antonio al doctor Olavo Fontes, médi investigador brasilefo ya fallecido (en mayo de 1968) quien examiné detenidamente al joven campesino, elabs rando a continuacién un informe totalmente posi que manifestaba hallarse convencido de que Anténi mentia», y relataba lo que para él era una experiencia r En el centro de esta primera cémara habia una columt que iba del suelo al techo, y en las paredes, unos orifci cuadrados, «parecidos a los que se ven en las instalacion eléctricas», - Sobre una mesa de tres patas Anténio vio un instr mento desconocide. Mediante un dispositivo flexible, s captores tomaron muestras de sangre de Antnio, en d puntos de la barbilla del muchacho. El doctor Fontes, mv se 9 Reaccién de tos animales «Incluso habia pastando cerca de nosotros un pio? de @ Jas... y en vez de arrancar, como hacen cuando sienten fextrafio, se quedaron quietas... Se agruparon y en silem absoluto... Mas nos desconcerié... Igual que el perro, es la mascota... Huamachuco se llama... también se qt quieto junto a las pircas, cerca de la fogata... No se es chaba ningin ruido... Habia un silencio sepulcral. invoqué a Dios y le dije a la luz: Vete... En nombre de D te lo ordeno... Nosotros estébamos dispuestos en esos mentos a cualquier cosa... A morir juntos, pero nadi@ separaba... Incluso hicimos un juramento de permane juntos...» Varias voces intervienen para decir: cabo se perdiera, nos dijo que tapdramos el fuego con u manta. Cabo Valdés: «Claro... Era como si el fuego les I Ja atencidn, Igual que a un nifio curioso que el fueg Mama Ia atencién... Como que ellos sintieran que el Jes amaba la atencién...» Interviene un soldado para decir: «Después que mi cat nos ordené que saciiramos las mantas... Lo vi que se al extremo de la pirea... yo crei que iba a hacer alguna cesidad fisica... Pero cuando pasaron cinco minutos, m ‘© menos, y no venia, lo fuimos a buscar y habia desapat ido...» Ciro soldado: «Me acuerdo que cuando reapareci6, n grit6: {Muchachos!... Fue un grito como pidiéndonos at Tio...» ‘. Jos soldados informan que el fenémeno empez6 euando faltaban diez minutos para las cuatro Irugada. Es el soldado Rosales el que hace esta | Mas adelante precisan que «cuando nuestro parecio, decidimos esperar unos diez minutos Wikimo y en caso contrario, acercarnos a investiga. ildbamos cuando mi cabo Valdés aparecié entre flo todos al unisono, aseguran més adelante que de donde venia ese objeto luminoso. Solo nos ‘vomo amenazados ante su presencia, pero mun- ‘ocurriéimaginar, en esos instantes, que podria de seres del espacio» (subrayado nuestro). ‘tale momento interviene el cabo Valdés —como se Ja cinta magnetofénica— para precisar, dirigién- os soldados: «Ustedes imaginaron como que yo eapando de algo cuando me acerqué nuevamente?> oldados responden: «Efectivamente, mi cabo. Asi i.» El cabo agrega que «realmente no recuerdo Wicho nada... s6lo recuerdo el momento que desperté mise. Inpartado de efectos sobre animales habria que afladir mle: «Los caballos que nos acompafiaban —decla- soldados— también se quedaron como paraliza- «lo aparecié la luz y sobrevolé hacia nosotros. 0 se inquietaron y luego se quedaron casi inméviles que el objeto se reiird.» formidable lingiista y gran investigador de lo ins6. ‘el inglés Gordon Creighton, ha publicado una impre- We lista con cientos de casos de efectos producidos I proximidad de un ovni sobre los animales. A esta ‘eabria afiadir ahora las ovejas, el perro y los caballos Putre que, como es sabido, «no leen ciencia-ficcién» ‘lis grabacién realizada por el profesor Pedro Araneda Pure es mucho mas extensa, pero por necesidades de io y por no cansar al lector con repeticiones, tenemos labreviar, Sin embargo, constituye un notable docu- into humano, por la sinceridad indudable que demues- Wn los componentes de la patrulla, dominados muchas ‘Weces por un innegable nerviosismo, y por su tono de au- {wnticidad. qué mundo inimaginable permanecié Armando Val ante los cinco dias de tiempo subjetivo —marcados tparba y su reloj—y qué seres 0 qué cosas vio en ese En el folklore mundial hay algunas leyendas a del pescador japonés Urachima, que permanecié para él fueron tres afios en el palacio del Rey de [Pero que en realidad fueron tres siglos—, que evocan Iargamiento —o este encogimiento; depende desde se mire— del tiempo. dijo el fsidlogo inglés J. B. S. Haldane: «El Uni no sélo es mas fantastico de lo que imaginamos; es Hyntistico de lo que podemos imaginar.» algo parecido. Conctusiones Qué ocurrié en realidad en aquella desértica region d Pampa Luscuma, en la madrugada del dia 25 de abril 1977? Es indudable que al menos DOS objetos volantes identificados aterrizaron muy cerca de donde estaba pada la patrulla, Estos objetos —no muy grandes— p: cian ser de forma esférica, y despedian una intensisi ‘energia fot6nica, 0 luminosa. Quiero creer que el objeti de esta «operacién» era la abduccién de por lo menos ser humano. Es posible que los objetos emanasen una fluencia 0 energia —posiblemente de tipo hipnotico— qu produjo efectos «sedantes» en los animales, e inqui fen los seres humanos (que también experimentaron, cextrafia atraccién hacia la luz). ¢Cémo se explica el hecho —inexplicable segtin pats umanos— de que la barba del cabo Armando Vale creciera hasta el equivalente de unos cinco dias sin af tarse, tan slo en un cuarto de hora? El adelanto del cal dario de su reloj de tipo digital podria explicarse causas mecénicas, pero no asf el crecimiento de la barbs El propio Valdés hizo posteriormente el experimento permanecer cinco dias sin afeitarse: la barba que crecié en ese lapso de tiempo, no era tan cerrada como ‘que mostraba, tras permanecer quince minutos ausente sus hombres. No tenemos més remedio que admitir que hubo m: pulacién del tiempo. El cabo Valdés fue sacado de nuesti espacio normal —y de su tiempo— y Ilevado a otro espaci ya otro tiempo, donde o bien éste transcurria més dj prisa, o bien se trataba de un universo paralelo en el q Ja flecha del tiempo incluso podria ir hacia atrds. Es al que escapa a nuestra légica, pero también el concept einsteniano relativista del Universo. ¢Someticron los médicos militares a regresién hipnétis al cabo Valdés, como este mismo parecia solicitar? ¢Qué salié a la luz durante Ia experiencia hipnética, si es que ésta llegé jamas a realizarse? ¢Serd el cabo Valdés uno de los pocos hombres que ha traspuesto la barrera de las dimensiones y ha viajado por el «ttinel del tiempo»? Algu- nos incidentes registrados en el famoso Triingulo de las Bermudas y otros puntos similares del globo, apuntan tam- bién hacia una «manipulacién del tiempo». ¢Por parte de Jos mismos agentes que abdujeron al cabo Valdés? Pre guntas, preguntas, preguntas... de momento sin respuesta. 4 3. SEXO Y «PLATILLOS VOLANTES» “Adhemar> por Gordon Creighton en sus articu- proteger su anonimato), que tenfa entonces 22 ios fon su familia en Ponta Pora, cerea de la poblacién Francisco de Sales, Estado de Minas Gerais, préxima mntera del Brasil con el Paraguay, se encontraba aran- fampo con un tractor cuando de pronto vio correr Hi ciclo una «estrella (recuérdese el comienzo del inc- Mill) que se aproximaba a gran velocidad, para inmo- finalmente sobre el campo de labranza. antes de continuar, quiero decir dos cosa: ues. La primera es que ya veo la mueca de is bromas sobre el «polvo césmico» habrén produci- algunos puristas de la ufologta, desde ex sacerdotes ipresentan a los ovnis como el «demonio» (sic) hasta de UMMO desprovistos totalmente del sentido del j 10 mismo que los ummitas a quienes reverencian. flo, yo les diria que el humor (y su brazo armado Ja) eS una de las pocas defensas que nos quedan Jo desconocido, Gracias a la ironia quiz consigamos. {an importante como es salvar nuestra integridad Wal ante hechos que, tomados demasiado en serio, jy resultar alienantes y en algunos casos han tenido Inismos efectos sobre mentes inmaduras que los que mn los libros de caballerias en el cerebro de Don 2A quién no Ie gustaria que un buen dia se lo Hevasen smarcianos» a bordo de un «platillo volantes, y que, ul vez en el interior del mismo, le ofreciesen amablement una bella y desnudita cextraterrestres, para que se acos con ella? A cualquier evarén bien nacido», supongo. Pt bien, lo que podriamos lamar el més divulgado y comentade es el del joven labrador brasilefio Anténio Villas BO: (bien, joven en el momento de producirse el incidente; tualmente ser ya un cuarentén). Este caso lo he expuest yo mismo detaliadamente en uno de mis libros, basandom principalmente en la informacién reunida por mi querid amigo Gordon Creighton (a la sazén cénsul de Su Majestac briténica en una ciudad del Brasil), y publicado luego pot éste en la Flying Saucer Review. Me da un poco de reparo, ‘pues, repetirlo aqui. Quien Io desee que acuda a las fuen- tes, como dicen los eruditos. Pero de todos modos hab que resumirlo, para dar facilidades al sufrido lector. ‘Alrededor de las doce de la noche del 15 de octubre d 1957, el joven campesino brasilefio Ant6nio Villas Boas Pastorets (Los Pastorcillos), en que los demonios son fos en el mas tremendo de los ridiculos por dos pas- los que penetran en el Infierno... Esto hace perder a los toda su dimensién satdnica y malvada. Apliquemos into a los ovni, y seguramente los haremos més nues- ¥ quiza asi lleguemos un dia a lo que se esconde tras . Esto, por supuesto, sin descuidar la investigacién Tas segunda cosa que queria decir es que el encuentro urno del 15 de octubre de 1957 estuvo precedido por fobservacién semejante de Ia «estrella» la noche ante | Desde el mismo campo, Anténio y su hermano obser- ‘Warn las evoluciones de la misteriosa «estrellas, que esta ‘Wis no legs a posarse en el suelo, Y unos dias antes, una Wisteriosa luz band de noche su casa, desde lo alto. Y Ia diltima cosa es que el caso de Ant6nio Villas Boas '% en cierto modo «atipico», pues su protagonista record6 ‘Mompre y perfectamente la totalidad del episodio, sin que W hiciese necesario recurrir a la hipnosis para extractlo 56 37 tiempo después del supuesto incidente, atin pudo ob- ir las cicatrices de estas heriditas. Acto seguido los lanoides desnudaron al joven con una destreza sor- lente, y luego lo condujeron a través de una puerta io compartimiento, cuyo tinico mobiliario consistia en litera recubierta de una especie de material plistico. ‘bligaron a tenderse sobre ella y le restregaron todo el spo con una esponja impregnada en un liguido refres- Me. "Antonio calcula que pasé unos cinco minutos en el compartimiento y unos veinte en el segundo, donde Juimanoides lo habian dejado solo, Sibitamente noté ‘olor penetrante, Alain gas desconocido invadia la estan- Antonio experimenté néuseas y un gran malestar du Mun rato. Mabia en el aposento otra puerta que él no aprecié de lento y que de pronto empez6 a abrirse. Dos de los antes introdujeron por ella a una mujer ~cabria mas iruuna emujercitas— de una estatura comprendida entre ¥y 1,50. La dejaron con él y se fueron, La mujercita, y que iba completamente desnuda, avanz6 hacia Jo sonriendo y tendiéndole los brazos. Pese a 10 ito de la situacién en que se encontraba, cuando la ela empez6 a restregarse contra él con gestos inst es, AntGnio not6 que su virilidad reaccionaba posit le y realiz6 el acto sexual con ella sobre la litera. Villas ‘Boas explicé al doctor Fontes que la mujercita lunos cabellosfinisimos pero muy escasos, de un rubio ilo. No le observé la presencia de cejas, pestailas ni piibico. Tenia las orejas pequefias; el mentén, Tos js y la nariz eran de una delicada conformacién; joj0s tenian un aspecto «achinados y los pomulos eran tes, 1o que aumentaba su aspecto oriental» (recuerde Aor la descripeién hecha por los Hill de sus captores). la los dientes blancos y bien formados. Anténio calcul6 ddebia de pesar unos 35 kg. No se entabl6 conversacién ina entre Anténio y la mujer «extraterrestres; ésta tink te se limité a lanzar unos grufidos, durante la co- | que el joven brasilefio comparé a los de un cerdo. Durante mucho tiempo Anténio no relaté a nadie lo su- lilo, pues «estaba envergonhado» (tenia vergtienza), ni JO que, después de consumarse esta extraita unin, Ios ipulantes de la nave Te devolvieron sus ropas y lo echaron ‘ii contemplaciones. Finalmente se atrevid a hablar de 1o ‘Wie habia ocurrido con su madre y su hermano, y luego de su memoria subconsciente. Por lo demas —salvo el ‘centro sexual— esta abduccién presenta rasgos muy p cidos a otras que conocemos, y que el joven cabéclo ( tizo de indio y portugués), semianalfabeto, no podia sal de ningin modo, y menos en una fecha como aquel —1957— en que atin no se habia producido el caso Hill, rninguno de Ios casos de abduccion més importantes qi hoy conocemos. Sigamos relatando el episodio. Cuando la «estrella» inmoviliz6 a cierta altura sobre el campo, el asustado ténio quiso volver a su casa, y para ello empez6 a accion el dispositivo hidréulico de desenganche del arado. (No dicho que Anténio trabajaba de noche en su campo a cau del calor intenso que reinaba de dia.) Pero el dispositi zo funcionaba y, para colmo de males, el motor del trac se par. En aquel preciso instante la «estrella» descendi6. c rapidez, convirtiéndose en una méquina gigantesca y forma de péjaro, que aterri26 a unos veinte metros d tractor detenido, De la nave surgieron hasta cinco pequeti seres humanoides, cubiertos con una especie de traj espaciales o escafandras que les ocultaban el rostro. Pest a ser mas bajos que Ant6nio (el cual mide 1,64 m), ent Jos cinco consiguieron reducirio y subirlo a bordo de nave por una larga escalerila La nave eaviformes era ovoide y se hallaba rodeada po una Plataforma, en la que se abria una portezuela por que sus raptores introdujeron a Ant6nio en el aparato. Joven se encontré entonces en una cémara circular q mediria entre 1,50 y 1,80 m de altura y de 1,80 a 2,10 m Aidmetro. Todos estos datos fueron facilitados posteri ‘mente por el propio Antonio al doctor Olavo Fontes, médi investigador brasilefo ya fallecido (en mayo de 1968) quien examiné detenidamente al joven campesino, elabs rando a continuacién un informe totalmente posi que manifestaba hallarse convencido de que Anténi mentia», y relataba lo que para él era una experiencia r En el centro de esta primera cémara habia una columt que iba del suelo al techo, y en las paredes, unos orifci cuadrados, «parecidos a los que se ven en las instalacion eléctricas», - Sobre una mesa de tres patas Anténio vio un instr mento desconocide. Mediante un dispositivo flexible, s captores tomaron muestras de sangre de Antnio, en d puntos de la barbilla del muchacho. El doctor Fontes, mv se 9 escribié a Joio Martins, quien desde la revista O Cruzeit [Pocos instantes estaba dormido como un tronco, {nvitaba a que le escribiesen quienes hubiesen tenido © ilo estrepitosamente, cosa que sorprendié mucho . Asi Ileg6 el easo a Rio de Janeiro, qi ivjer, ya que «su cuero» (su marido) no solia roncar fo durante el suefo, mujer permanecié despierta por algtin tiempo, con- ido a su marido e incapaz de conciliar el suefio. @ investigador Joao Martins, y el ya citado doctor Ola se produjo una de esas tempestades tropicales, Fontes, asesor médico de dicha sociedad. Ambos invest ¥y acompafiadas de gran aparato eléctrico, y el ruido gadores emprendieron entonees el largo y penoso via Inuenos desperté a Liberato. Pero para entonces rasta aquella zona perdida del sertao brasilefio, adon i, después de dar de cenar a los més chicos, habia llegaron tras inniimeros trasbordos de autocar, nav ldo finalmente quedarse dormida, por rios y viajar a lomo de mula o a pie. falo se sentia raro... «Como si algo extrano estu- ‘Al principio costé mucho vencer Ia reticencia de Ant6 [punto de ocurrirme...» De pronto sintié la necesidad pero finalmente éste les fue contando a retazos su inc wa de abandonar la hamaca y salir. Estaba nervioso, bie aventura de Casanova (a la fuerza) césmico. copiosamente y comprendié que ni sus actos ni sus mes eran normales. Hizo la sefial de la cruz, musit6 nuestro y salié disparado de la casita El caso del vaquero colombiano: triple sligue> ba dos aios en aquel empleo de vaquero en la extraterrestre eonocida por el nombre de , fotocopia de un articulo, abundantemente ilustrado Hegar al arroyo que éruza los terrenos de la granja, fotografias, que se publicé en la revista Vea de Bogot cho para refrescarse la cara, Eran las doce y media (nim. 270/271 de diciembre de 1976). Estas serén pues hhoche. Poco antes de Hegar a los establos, pereibié fuentes de informacién. Jo rayo de luz que ilumin6 el ciclo, Instintivamente, El curiosisimo episodio fue protagonizado por un i al suelo. La luz se fue acercande mas y més. Libe- quero llamado Liberato Anibal Quintero, empleado en un {rato de levantarse, pero sus piernas cedieron bajo su granja préxima a El Banco, en la provincia de Magdalen Por tiltimo logré arrastrarse hasta unos arbustos y Situada’en el norte de Colombia. Al anochecer de un di jnderse en un hueco, desde donde esperaba poder ver euya fecha no se facilita, Liberato lego a su casa Wer visto. trabajo. Tiene esposa y tres hijos de corta edad, y la f mnilia ocupa tna casita en la finca donde él cuida un rebati de unas cuarenta vacas. Liberato entr6 en la casa, se quit nave ovoide fas sandalias y se tendid en la hamaca nueva que Su esos que responde al espléndido y wagneriano nombre sin refitié Liberato més tarde: «Todo parecia extraio. Brunilda— habia comprado recientemente en La Guaji Diinelpio yo pensé que debia de estar sofiando, pero © a constrain del enuentro de Aino ite Bos con mujer extratereste, ‘eyun lout de na revista populr mexicana. Por ertela ola revita Dudas) via a hacer ni el menor movimiento. Pero de pronto de ellos se planto a mi lado. Traté de echar a correr, pe ellos me agarraron inmediatamente. Aquellos hombre eran mucho mas dgiles que lo pueda Ser yo, 0 cualqui 64 pronto comprendi que aquello no era una alucinacién, muy verdadero. Un enorme aparato luminoso, que forma de huevo de gallina, estaba descendiendo lentat del cielo, iluminando vividamente todo cuanto me rod Y noté un cambio en Ia temperatura. Poco antes, des} de la tormenta, habia refrescado considerablemente, ahora hacia un calor de infierno. insoportable. Continus observando aterrorizado cémo el extrafio rato aterrizaba cerca de Jos establos, emitiendo entor tuna luz tan brillante, que Jo deslumbr6 y lo ceg6. Du unos segundos reind un un calor complet mncio total. Luego se oy6 fuerte ruido metilico, cuando una escalerilla descendié tuno de los costados de la nave. « para Liberat Pero hay muchas més semejanzas: la escalerilla metf Jica; la estatura de los seres; su tez blanca; sus pémula salientes; los «grufidos» o «ladridos» lanzados por mujercitas; la toma de muestras de sangre a ambos; y brillante iluminacién que reinaba en el interior del ov eatorobotde Francisco lena, ol spvesto ‘otevet don Franeisco ‘Dona Orton 168. 7 Villanueva para Liberato. He transcrito ya la opi. Wel doctor Villanueva, Veamos ahora lo que dijo el or Fontes sobre Anténio Villas Boas: “Hil testigo A. V. B. fue sometido a nuestros métodos wmos mas sofisticados de interrogatorio, sin incurrir Hiinguna contradiccién. Resistié todas las trampas que Aondimos para saber si lo que buscaba era notoriedad jero, Fue sometido a un examen meédico completo, Oy psiquico, y demostré hallarse en un estado comple- ite normal ‘de equilibrio fisico y mental.» (Citado por Martins.) ‘que hay que suponer que lo que se buscaba en estos {easos era un semental. Mas adelante pondré de mani- tina pista que quizA nos dé la explicacién de todo. fantes, quiero aludir también a unos curiosos paralelos felcaso Hill. En ambos casos se empleé la fuerza fisica para reduci los raptados, i aa ae Algunas de estas caracteristicas se encuentran tambi fen el caso Hill y en otros casos de abduccién, como Pasemos ahora a enumerar las diferencias. Las mujei que «sedujeron> a Liberato (znombre predestinado?) nfan ojos saltones, segin éste, y mostraban abun vello, a diferencia de la mujercita de Villas Béas, que ef lampifia. Ademés, Ant6nio se refirié a los ojos azules achinados de la mujercita, Comentando este c2s0, Gordon Creighton dice que, duda, no tardaré en salir alguien con la juiciosa «explic cin» de que todo fue una patrafia urdida por el vaquet colombiano, que ya conocia Ia historia de Anténio Vil Boas, por haberla leido. Y afiade Creighton: «Esto, yo 1 Jo creo ni por un momento. En primer lugar, el conti sudamericano es inmenso y hay una gran distancia di Ja aldea donde vivia Villas Béas, en el sudoeste del Bras hasta la morada del vaquero, al norte de Bogotd, cerca df Panama y del golfo de Darién. Si bien sabemos que Ia his toria de Villas Boas se publicé antes en espaiiol que portugués (en la edicién argentina de una revista brasilel Yy luego, en 1966, en el libro de Antonio Ribera El gran en ‘ma de los platilios volantes, publicado por Ia editor hispano-chilena Pomaire, S. A), no sabemos que se hubi publicado en Colombia. Alude después Creighton, basindose en las fotos de Ve al aspecto primitivo y pobre que tienen tanto Liberato com su familia y su casa, y supone —sin duda acertadamentt por su amplio conocimiento de la América Latina— que protagonista del incidente no sabia leer. A lo cual yo afta {que me hubiera sorprendido en extremo saber que en hhumilde casita, y sobre un estante, figurara un ejemplar mi libro citado, Otro tanto podria decirse de Ant6nio Vill Boas, en cuyo caso, por Ia fecha en que sucedi6, la lite tura sobre abducciones era précticamente inexistente. ‘Antes de cerrar los comentarios sobre estos dos de abduccién, quiero resaltar otro paralelo entre ambo para m{ muy importante y que quiz contenga la clave Jos mismos. Me refiero al «perfecto estado de salud» de a lelos con el caso Hill puss de efectuar Ia eépula, la mujercita «extraterres- sonrié y miré a A. V. B, e indicdndose el vientre, 6 después, con el brazo extendido, hacia el sur, como [Alsiera decir «alli nacera tu hijo». WAnies de salir del ovni, cuando A. V. B. ya se habia ldo, uno de los «tripulantes» lo llev6 a visitar el exte- del vehiculo, pasedndolo en Ios dos sentidos por un fiecho «puenter o plataforma que rodeaba la nave, sefia dole todos los detalles de la estructura, Io que permitié (a Ant6nio hacer un croquis muy aproximado del ovr Miripulantes Jo acompafia después a la escalerilla y le Jig a descender por ella. Cuando A. V. B. llega al suelo, ynia Ia mirada y el ese sefiala a si mismo, después al suelo, y luego mente al ciclo, en direccién al sur». Voco después el ovni despega, tras acelerarse los giros Ja ciipula, el aparato se eleva lentamente con un leve inibido, el «tripode de aterrizaje» se recoge y desaparece, have se inmoviliza a unos 35 metros de altura sobre el Plupefacto Anténio, su Juminosidad aumenta hasta el rojo Vivo, y, con un ruido seco, desaparece en direccién al sur ‘doh una velocidad fulgurante. Pues bien: desde la latitud de Ponta Pord, que es de ‘ 22" Sur, en pleno Tropico de Capricornio, cerca de la ‘orra de Maracaji, la constelacidn del Retfculo se encuen- B sin vicios, y este magnifico estado fisico es puesto de m nifiesto por los informes de los dos médicos que los. nocieron, el doctor Olavo Fontes para Antonio y el doct n tra precisamente al sur de esta latitud, en el cielo aust éSerian también «zeta-reticulanose los seres que abd ron a A.V. B.yaLiberato? Otro curioso paralelo entre el caso Hill y el de A. V, ¢s el siguiente: en un momento determinado de su estat a bordo de la nave, Betty traté de apoderarse disimula mente de un «libro», escrito en extraiios caracteres @ Puestos en columnas’verticales, que vio sobre una me Pero el jefe» se apercibio de su intento y se lo impidi6, A.V. B. traté de hacer lo propio con una especie sreloje, pero uno de los tripulantes también le impid Mevarselo, eo Donis, y quedé prendado de su senile, intell Stallidad y sinceridad evidente. Recuerdo. una fh reunion que se celebré en su casa de Ia calle de vere en Madden urs de a al don Fran fos leyo alos presentes todos personas interesadas Ja ufologia y en especial por el enigma de UMMO— tarts gee Fabia Fecbido de tos ummitas, en Ia. que Te'pedian que les pusiee en contacto personal (Com nen ast na de sus relas mds estritas de anonima- nl sistrios sFancsco Atsno, e any site del sefor Donls, procedente del planeta Uri, I ate ajo a Dons, yque los ummitas decfan descono- Parse scr que os selores de Ummo se enteraron de Ilo por La‘accuatidad espanola, leyendo Tos articulos los por el misterioso «F. Sinod» (que ahora ya sabe- Mina seni todos nos presentamos con lars las ae que_queriamos que don Pranciaco sometiera ralaa Mag or lo isto estos se enteraron, 9 fue es cuando se produjo la célebre llamada (grabada Mac Faris en que tna vor gangosa ries con linda Donis ue stud hermanos reunidos en a dom Phe formien brogentas a mls hermanos, ata proba: Mi cdo ansiieds'en dversoslaboratorios de cttia, hes" entranjeros, y sus frecuencias «20 son hur D esto es otra historia. Vayamos al encuentro del Mons con Atenas, ya la curiosa Tevelacion que és & sila clave estuviese en Espaita? €Y si la clave de los casos de abduccién con contacto sext incluido que acabamos de relatar, se hallase en un espaiiol, que en su tiempo hizo mucho ruido? La revista —hoy extinguids— La actualidad espand publicé a finales de 1968 y comienzos de 1969, una set de articulos firmados por un tal «F, Sinods, sobre supuesto encuentro de este sefior con un extraterresth amado «Francisco Atienza», cerca del pantano de Al con. Estos articulos aparecieron en los nimeros_§ (1212-1968), 885 (19-12-1968), 886 (26-12-1968), 888 (9-14 1¥ 893 (132-1969) de la revista citada, Posteriormente, yo mismo publiqué un resumen d caso en el segundo fasciculo de la publicacién Ciclope — inedgnita del espacio (Barcelona, 1969). Y el propio Si ‘expuso con amplitud los mensajes recibidos telepaticamel te de su amigo del espacio Atienza, en un suplemento di Ja publicacion mencionada titulado «Ciclope informa», Hace ya varios aiios que la persona que se ocultaba ti el seudénimo de «Sinod» ha muerto, y creo que se pued revelar ya su verdadera identidad, conocida por otra part entre los principales ufdlogos hispanos. «Sinod» era met tesis del apellido Donis; tras ese nombre se ocultaba do Francisco Donis Ortiz, un distinguido financiero espafio que a través de la empresa CRECINCO representaba ef Espafia los intereses del holding Rockefeller, y que pol cuestiones de negocios y de fincas (posefa una en Alicante efectuaba frecuentes viajes en automévil entre Valencia Madrid. Yo tuve ocasién de conocer y tratar personalmente a dom I dia 12 de noviembre de 1968, cuando se dirigia a Ma- Hsde Valencia en su automévi, el seGor Donis perc Jun incosajetclepatico (anteriormente ya hxbia recibigo Wo, pero siempre confuso e ininteligible), en el que se Miinicaba que cuando ligase al desvio que. conduce Purndor Navional de Alarcon, abandonase Ia NAIL y t- por esa carretera, porque alt establecerfa contacto fim entraterrestre, 3 be le pare cl coche y gracias a-un amable camione fe ayldd a ponerlo nuevamente en marcha, el sefior Js (era ya de noche, despus de cenat) pudo dirigirse nents ci el Parador. ecto co despues de Hegar al cruce y tomar por el desy Wun eonduck st mismo el asombrado Snaacer perio IMtenorme objeto discos, suspendido en el aire al borde lid in carretera Estaba como-a uns tres metros del suelo, 3 " B i flotando sin tocarlo por parte alguna de su estructura. P era un aparato, un clasico , Resumiendo, diremos que el asombrado Donis vio del disco surgia una escalera extensible, por la que b un eser humano», que se le acerc6 con los brazos ext didos en son de paz, Aquel personaje le dijo, hablando correcto castellano, que se Hamaba Francisco Atienza y descendia de terrestres. Sinod dijo que su aspecto era co pletamente normal y corriente, y que sin el buzo gris 0 t del espacio que levaba, no hubiera llamado Ia atenci6 nadie, Se inicié entonces una larga conversacién entre ambol proseguida luego en el interior del automévil de Dont Entre otras cosas sobre su origen, Atienza le dijo que procedia de un planeta lamado Urin, cuyos habita autéctonos eran pequefios humanoides’ macrocéfalos. Pe poem tn Lorenzen, ens obra Fbing Sacer Oceupan i neem, canta opinion e um expeiasts nen mre an) marectes in DO = (cago nombre ne Villas Boas cs 0, ntes del ovnl deben ser de secre man, Es en nia. Bao sera es proceents een de un orgenpneicd Me emg re de lon Lorenzen fe Po bs (Opi 20 cable ue Dosis concise cla pe 1967, No or pero dar rea 8 taban bajo grandes cipulas con aire, puesto que la at fera de Urin era irrespirable para los hijos de la Tierra. Pero la vida en estas condiciones habia provocado est rilidad entre los terrestres y sus descendientes (entre 19 que abundaban mas las hembras que los varones), 1o mis mo que suele ocurrir con los animales que viven’en tividad, Y NO SOL{A BEBER DEMASIADO, SECON MANIFESTARON. SU SPOSA Y SUS EMPRESARIOS. SEGUN AFIRMARON LAS. AUTO- TRIDADES, XINGUNO DE 10$ DOS HOMBRES HIAB{A DEBIDO CUAN- [0 TUVO LUGAR EL INCIDENTE, PERO RECONOCIERON QUE DESPUES 4s{ QUE FUIMOS ‘A TOMAR UN PAR DE cOPAS, FARA REHACER- [NOS DE LA IMPRESION», LAS AUTORIDADES AGREGARON QUE PAR- KER SE DESMAY CUANDO LOS TRES SERES —A LO QUE PARPCE Di NARIZ ¥ OREIAS EN PUNTA SALIERON DEL. APARATO. D1JO (QUE NO RECUPER HL CONOCIMIENTD HASTA QUE LO DEIARON NUEVAMENTE EN EL MUELLE, LOS AGENTES DE 1A LEY TOMARON DECLARACION A 10$ DOS HOMBRES Y LUEGO LOS DEIARON SOLS THM UNA THABITACION DONDE PREVIAMENTE HABIAN OCULTADO UN NMAGNETOFONO, A FIN DE COMPROMAR SI ERA VERDID LO QUE ANTFESTARAN. MATEIS D140 QUE NO THABEA NADA EN LA CINTA ‘Our INDICASE UN FRAUDE, HICKSON CALCULAMA QUE EL Y PAR- KER ESTUVIERON UNOS 15 0 20 MINUTOS DENTRO DE LA NAVE NO IDENIIFICADA, DIJO A LOS AGENTES QUE 10 TENDIERON SOBRE UNA ESPECIE DE MESA, DONDE FUE EXAMINADO DE PIES A Ck Jicza CON Lo QUE DESCRIBIO COMO UN «010 ELECTRENICO®, UPI 10:2 04:08 PED. [BAAN BN Los aSTILLEROS WALK NINGINo D6 tos os Hounnes sua asters an PARA VER SI_PRESENTABIN. SALES De RADIACION, SECON DECLARARON Los AMLIrARES, ar gSHERTF DEL coxDADO DE JACKSON, BARNEY MATH UE 105 00S HOMBRES LE DUERON QUE ESTABAN (CANDO EN UN MUFLLE, EN LA ORILLA DERECIA Det RIO NILA, HACIA LAS 7 De LA TARDE DEL TUEVES, CUANDO A es el texto completo, traducido del inglés, que la jela de prensa United Press International (UPI) difun- fil dia siguiente del alucinante incidente vivido por dos lestos y sencillos trabajadores norteamericanos, y que ide headlines» (hizo grandes titulares) en toda la prensa is y en alguna de la internacional. fos dos hombres vivieron su extraordinaria —y traue Wizante— aventura el dia 11 de octubre de 1973. Este =1973— es conocido como «afio de los humanoides» los ufélogos (a raiz de un estudio de David Webb que el mismo titulo), por la proliferacién de casos que se lujeron en los Estados Unidos. Entre estos casos abun- mn. los xencuentros cercanos del tercer tipo». Es pre- sefialar —acaso sea significativo— que esta oleada, iirada en octubre de 1973, coincidié matemdticamente fon una oposicién de Marte, que tuvo lugar también en Helubre de aquel aio. Bi extrafto incidente de Pascagoula (Mississippi) creé DB . NOs FOTORINTARON Yea OLN Moe EL ae nome corte ESTOCIE i zt. Se FUERON coll UN eave EL DESPACHO DEL SHERIFF ANU} eee ‘aaunis owas ta soci, Nn ¥ be aseeURaaaN Hore AZOLe ON HL CIELO. TAM a8 HA INFoRiibo De ene tuna enorme conmocién, En medio de aquella «oleada» humanoides, que habia sensibilizado ya a la opinién blica, surgia ahora una historia increfble, contada por hombres sencillos, sin cultura, que no habian leido j cienciaficcién, y que por lo tanto no podian inventarse. relato inverosimil, pero plagado de detalles que encajat con el de otros casos similares, sdlo conocidos por los. vestigadores. Regresién hipnética de los testigos Las autoridades de Pascagoula avisaron a los servicios, informacién militares, y el dia 13 el doctor Hynek (que bia sido 22 afios asesor cientifico del proyecto Blue B de Ia Aviacién) se present6 en el teatro de los hec! Encontré allf al doctor James A. Harder, ingeniero pero asimismo diplomado en hipnosis y asesor de la rana organizacién civil APRO (Aerial Phenomena Res Association), de Tucson (Arizona). El doctor Harder someti6 a hipnosis a los dos testi del alucinante caso. He aqui sus conclusiones: ‘Los numerosos informes reunidos durante los ulti veinte o treinta afios, apuntan hacia una realidad que no terrestre. Tras eliminar todas las explicaciones posit y cuando atin nos resta algo que sabemos que es real, ‘quedan explicaciones menos probables, y yo me quedo Ja conclusién de que nos enfrentamos a un fendmeno ext terrestre.» Cuando un periodista Ie pregunt6 si crefa que Hicks y Parker explicaban lo que les sucedi6, Harder dijo que ‘experiencia que sufrieron fue bien real. Es imposible fingi bajo hipnosis, un vivisimo sentimiento de terror como que ellos manifestaron. Por su parte, el doctor Hynek declaré: «No hay ‘guna duda, para m{, de que estos hombres han sufrido experiencia bien real y terrorifica, sobre cuya naturs fisica no estoy seguro... ni creo que la podamos expli Pero opino que bajo ninguna circunstancia se debe pont en ridfculo a estos hombres. Son absolutamente si Han vivido una experiencia fantistica, que creo hay a considerar conjuntamente con experiencias semejantes qt otras personas han vivido en este pais y en el mundo.» sinceridad de Hickson y Parker se pone de manifies- dos draméticos documentos, que voy a transcribir inuacién. Se trata del interrogatorio al que, unas tres después del incidente, fueron sometidos ambos tes- ‘en la oficina del sheriff por éste, Fred Diamond, y el juin Glen Ryder, aproximadamente a las once de la del jueves, y de Ta grabacién que se les hizo sin fe enterasen. in comenta Ralph Blum, de quien recogemos esta ripeidn, «es Ja primera vez en un importante en- iro con un ovni en que el testimonio fue recogide con jez, y grabado». 5 {grabacién comienza con la voz de Hickson, diciendo: uunque fuese el hazmerreir del pais, yo les diré 10 he visto, y la experiencia que he tenido. \Cémo dice usted que se llama? “Charles Hickson, Hickson (lo deletrea). Aunque se fwnto de mi, que tenga que marcharme del condado Jackson, yo haré lo que sé que tengo que hacer. Es 1o que puedo hacer. Aunque no espero que nadie lo is tan incretble. Mijsheriff sigue preguntando: Sefenemos que saber lo que pasé. Lo que les pas6 ledes desde el principio. “Bien, ésta sera la tercera vez. Lae Sélo'queremos estar seguros. Escuchar su historia. Jo que nos convencié. i OK,, OX. Calvin y yo... este chico —trabaja conmi- fuimos por el rio, hasta el pie del elevador de grano. ymos algunas carpas... un par de corbinas... no gran Entonces yo le dije a Calvin: hijo, vamos a probar farriba, junto a los viejos astilleros Schaupeter. Alli [pescado bastantes gallinetas, hasta algunas truchas a Es hijo suyo, Calvin? No, no: Noes mis que un amigo. Es del condado de Yo me erié all Tengo una granja y una casa all asf es que nos fuimos allé para seguir probando. los pusimos a pescar. No sé cimo... pero creo que Timos aquello a la vez. Era una iuz azul, que dio mas vueltas.- mnyA ae alta estaba? Tits diel decirlo. No estaba muy cerca. Pero no estaba ‘don nia tres millas, Estaba bastante cerea. Y una luz a ‘azul... resulta sorprendente mirar al cielo y ver una luz Es algo que verdaderamente lama la atencién. Lu al cabo de un ratito, descendié exactamente encima muelle, Se quedé a unos dos o tres pies de altura sobre suelo, ‘—gEstaba muy cerca? A unas veinticinco o treinta yardas (una yarda aproximadamente 1 metro). Pero igual podian haber si treinta y cinco o cuarenta yardas, {Cuando uno ve una co asi, le da un susto de muerte! ¥ yo no podia creerlo. pet a dirigirse hacia el rio... —¢Hacia algan ruido? —Un pequefio zumbido, nnnnnnnn, nnnnnnnn, algo eso era todo. No le vi ningdin escape trasero ni nada pat cido. Me parecia estar sofiando, ¢sabe usted? ¥ entonces puse a golpear el rfo, Y Calvin también... él se puso h térico. -{Cudl es el apellido de Calvin? —Es Parker... Calvin Parker, Junior. Lleva el mist nombre que su padre. Tras una breve pausa, Charles Hickson prosigué —As{ es que estibamos en el rio, Aquello no tocé. suelo. Flotaba. Hasta que de pronto —en el extremo de cosa aquella— apareciéeuna abertura, y tres de aquelld seres salieron flotando del objeto. No tocaban al suelo. —gNo tenian pies? —No, no parecian tener dedos de Ios pies, Pero sf tenia la forma de pies... Era més 0 menos como una cosa redof da al extremo de una pierna... si es que puede lamérsel una pierna...' Yo estaba muerto de miedo. ¥ lo tinico q 1, arece ser que tow tres robotide ereatwres (sores pareidos a tots) ie sbdjeon ishsony Burt, yu so taba dado Tasauer Valls en la Aha namero i da mi Cutéloge Mayomia Exec monte, en fobrere de 10, yen Pucusata (Per), un eaballro aus ral thas las iniclales G. A, ., emplendo on una compaiia petrol airgis's pie hacia e} cxtro ereetucta parm investigar” Hsia waae a ton que table abandonado au vehiedlo, caundo sel aparata desc Cli in fe Acura Prin min in, olan a porns al ‘Sbomos sobre que: ee sipone que no hablaron el tempo), y pare calm ie iieraron a da sin paseo en fu aparato. or Jo vist, GW tenia dervioe mds templadow que los pobres 7 tacrados Hickson Pater Wel 2 ha (sogun David Web, ‘cares Hickaon ye oven Cavin Parker, ow doe modetosrabejacores rorteemeleanos due potgonizaron ‘iveaeo nero. doctors, Alen Hye, constr durante ‘2aoe dela Avie Netarercana nin cuesin onl Proyecto Libro Az), Sal recor de CUFOS (Center for UFO ‘Sucles)yqueinvesigg personae teaso de Paacagoul, Hymekes un eminent ‘shrofstcnsepecatzaco en lis, _ reclr Gol Obsertor Linaheiner ‘Sitio, dnt aa Universidad ‘elNoroeso yo tenia alli era una cafia de pescar. No podia... ver4, est tan asustado... como usted no puede imaginarse. Calvin uso histérico perdido a mi lado... —gQué pasé entonces? Ellos se acercaron a ust —Pues verd... se acercaron deslizéndose hasta mi. tonces uno de ellos lanz6 un pequefio zumbido... 10s o dos no emitieron ningiin ruido. 0... no podia moverme. Sélo podia mover los ojos. ‘sé cuanto tiempo me dejaron asi. No sé siquiera si ject consciente, aunque creo que si. Y entonces volvieron. = {Cuinto tiempo le dejaron solo? = No lo sé. No suelo llevar reloj. {Pero cuanto tiempo diria usted? Pues diria entre veinte y treinta minutos. Entonces, indo volvieron, me examinaron de nuevo. S(No traté de hablar con ellos, de preguntarles qué Aan? 4 Si... pues claro que si. Pero lo tinico que conseguia ‘era tin zumbido, que salia de uno de ellos. No me pres fn la menor atencién, por més que les hablase o les j{Cudntos ojos tenian? = “Eis posible que tuvieran ojos, pero yo no se los vi jue si tenian algo saliente en el lugar aproximado don- jin ser humano hubiera tenido la nariz. ={Tenian pelo o cabellos? é No lo sé. Le juro que no lo sé. Hay un blanco en mi te. “Usted los miraba, ¢no es cierto? ¢Respiraban? Le juro que no lo sé. {Qué altura tenian? SAenian unos cinco. pies (1,50 m_aproximadamente). “gllevaban alguna clase de ropas, 0 no llevaban nada ima? “=No se lo sabria decir. {Pero podria decirme de qué color eran? Vera, con lo asustado que estaba... —; ran blancos? ¢Palidos? ¢Azules? Verdes? “Por lo que recuerdo, me parecieron palidos. —jTenian la piel arrugada? —Puadiera ser, Parecia que Hlevaban algo ajustado como piel, Tanto podian haber levado algo, como no. No sé i decir. {Dice usted que bajo la nariz tenfan una abertura? ‘Como una raja... y nunca la vi moverse. ¥ tenfan algo ‘) cada lado de Ia cabeza que parecia como unas orejas, ero no era igual a las orejas que conocemos. Y en cuanto } la cabeza... no vi que tuviesen cuello. Parecfa como si Hlescansara sobre el cuerpo. —zOcurrié esto después de oscurecer? Si, no hacia mucho que habia oscurecido. -zCémo era ese zumbido? —Si, como eso, Debia de estarse comunicando con ‘otros dos. Aunque veré, yo-no lo sé, Para entonces es Ya tan asustado, que no sé nada. Y més cuando dos de e Se situaron flotando detrés mfo y me levantaron del Tos Brazos? —Si, por los brazos. Con su especie de pinzas. Debi de hacerme algo. Yo slo sé que me levanté del suelo, ~Emplearon la fuerza? No, en absoluto, No me hicieron daiio. Yo no se nada, “ZY qué hacia entretanto su compaiiero? ~se'desmays. Y me evaron flotando hasta aque! cosa, hasta meterme en ella, Como cuando usted guia alguien, sabe? Todos nos moviamos como si fuésc flotando ‘por el aire, Cuando legué alli, es que ya tenian, ¢sabe2, se habian apoderado de mf. Alli no hal asientos, ni silias; solo me movian de un lado a otro. Yo podia resistirme, me limitaba a flotar... sin sentir nin Sensacidn, ni ningtin dolor. Me mantuvieron tn rato en Posicién, y luego me pusieron boca abajo. —Dice usted que le aplicaron tua especie de inst to, gno.es eso? “Si, una especie de instrumento, No sé lo que era. vi nada que pudiese comparar a un instrumento que biese visto antes. —{Cémo era? zPodiria usted describirio? —Ko, no puedo deseribirio. Era como un aparato de rayos X? —No, no era como tn aparato de rayos X. No hay nera de describirio, Parecia un ojo. Un ojo enorme. Esta sujeto a algo, Y se movia, Parecfa un ojo enorme. ¥ sig todo mi cuerpo. Arriba y abajo. Y después de esto dejaron, —¢Le dejaron dentro de la maquina? —Me dejaron solo. Y en la posicién en que me hat a fo —Bueno, ¢y por qué esperé hasta tan tarde para sarnos? —Verd, mister Fred, cuando salf de alli, sabia que iba a creerme. Me fui al Mississippi Press y lamé puerta, Habia un chico de color sentado ante una mesa, dije que queria ver a un reportero, F1 me dijo que no bria ningdn reportero hasta la mafana, Entonces em a rumiar qué haria. Si voy al despacho del sheriff, me, ‘no me creerén. Si voy a la policia, tampoco me creerd —¢Pero cémo podia saberlo, si no Io intentaba? —Si, es verdad, le ruego que me disculpe. Pero est Jo que yo pensaba. ‘—¢Habia estado bebiendo, anteriormente? No habia bebido nada, antes, pero durante los renta y cinco minutos o una hora que tardé en venir a v sf que bebi, Tenfa que calmar mis nervios. Estuve a pt de volverme loco. Y tengo que volver a casa para que entere mi mujer. Debe de estar histérica. —Su esposa esti bien, gSe acuerda de cudndo —2Cudndo sali de dénde? —De la nave. Cudndo Io sacaron de ella. —Lo tinico que recuerdo es que este chico, Calvin, ign estaba alli. Nunca he visto tal miedo reflejado cara de un hombre, como el que vi en la cara de Cal Tardé un rato en hacerle reaccionar y recuperar el j Lo primero que le dije fue: «Oye, hijo, esto no 10 creer nadie. Ser mejor que no lo contemos a nadie.» Pe a medida que le fui dando vueltas al caso, més me pare que debia comunicarlo a las autoridades. —gQué hicieron ellos, después de soltarles a ust —Se oy6 un zumbido, y aguelio se fue. —gPodria describirnos el vehfculo? —Si, por supuesto. Tenia unos ocho pies (unos 240 de alto, No era redondo, sino oblongo, mas o menos ob! abertura que tenia estaba en un extremo del mis as luces que le vi en la parte de afuera eran aqt dde esto, el sheriff y el capitén Ryder se despidieron los, y dejaron a los dos hombres en la habitacién, con etofono en marcha, Ni la cinta quedé entonces grabada la siguiente con- ion entre ambos. Empieza por oirse la voz temblo- Me Hickson, que dice a Calvin Parker: 'Ya no podia aguantar mucho més, te lo aseguro. joven Parker dijo entonces con frenest ‘lengo que ir a casa y acostarme, 0 tomar algo para rvios, 0 ver al médico 0 hacer algo. No lo aguanto | Pienso que me voy a volver loco. licrson—Verds, cuando hayamos terminado, te daré que te haré dormir y te calmara. kx —Ahora no puedo dormir. Me voy a volver Toco. {—Si, Calvin, cuando ellos te sacaron... cuando ellos facaron de aquel maldito armatoste, comprendi que que hacer algo por calmarte. 4 (Levantando la voz.)—No sé qué demonios me pasé Jos brazos. Recuerdo que se me quedaron como muer- que no podia moverme, Como si me hubiese mordide forpiente de cascabel, | (Suspirando.)—A mi me pasé lo mismo. {Amos hombres empiezan entonces a hablar, como si luno Io hiciese consigo mismo.) H—Yo me desmayé. No creo haberme desmayado en Vida, ‘Yo tampoco he visto nada como esto en toda mi i No puedes esperar que la gente te crea. J=Yo no quiero seguir aqui sentado. Quiero que me un médico. H.—Mis valdra que despierten y empiecen a creer... més Ith que empiecen a creer. P—;Viste cémo esa condenada puerta se levantaba? H.—No sé cémo se abrié, hijo. No lo sé. Pues se levant6 y precisamente entonces... entonces hijos de puta salieron a por nosotros. H.—Ya lo sé. Es increible. La gente no querré ereerio. »—Entonces me quedé paralizado, sin poder moverme H—No lo querrén creer. Pero un dia de estos termi- Win por creerlo. Pero quiza ya seré demasiado tarde. Yo mpre he sabido que ha habido gente de otros mundos iu{ entre nosotros. Yo ya Io sabia, pero munca pensé que se a ocurrirme a mi. luzazul, e¥ dentro, qué luces tenia? =No vi bombillas ni nada parecido. Sélo lucia una I Pero era brillantisima... Tras unas cuantas preguntas mas, Hickson dijo qt traté de avisar primero a la base aérea de Keesler, p alli le dijeron que se pusiera en contacto con el sheriff, término de la entrevista, el sheriff Diamond pidié a Hicl que volviera por la mafiana, para hacer una declaraci % P.—Ta ya sabes que yo no bebo. H.—Ya lo sé, hijo. Cuando vuelva a casa me tot Re ee ea eee cra otra copa, a ver si duermo. Oye, ¢qué hacemos aqui tados? Tengo que ir a contérselo a Blanche... ga qué e P. (Con pénico)—Tengo que irme a casa, Me encu mal. Salgamos de aqui, Hickson se levanta entonces y sale de la pieza, dej a Parker solo. Musita éste entonces: —Es dificil de creer... Dios mfo, es espantoso... que hay un Dios, alls arriba... El joven Calvin Parker quedé muy traumatizado por RRs nae aCe ae erie ce as del joven camionero argentino Dionisio Llanca es no tanto, pero nunca pudo desprenderse de un profu fovertido, Esto quiere decir que unos dicen que sf, sentimiento de terror al evocario. Por que fueron es dicen que no, como en Ia cupla. Lo cual no obsta dos estos dos hombres sencillos y sin formacién cult ‘que el joven ¢ inocente testigo de este caso haya sido 'No sabemos si las ratas de laboratorio se hacen taml Sco por dos impresionanies equipos médicos,\. En la em di, virus espanol trasplantado al Plata Pero vamos a los Fesultados de In investigncién, y a aque salié de ella. Los resultados Ahorraré al lector el detalle de las miiltiples sesiones 4 hipnosis y de narcoanilisis a que fue sometido el décil paciente Dionisio Llanca. Vamos al cuadro general. q ‘surgié de ellas. En estado hipnético, Dionisio recuerda el principio d su abducciGn. Vio salir del ovni a los tres seres «bajan por lo que I llamé «una plancha de hormigén luminoso seguramente un haz compacto y coherente, como los figuran en la casuistica mundial del fenémeno y que, Wetter dela nave, Sisraptores slontan systema ac ‘beers odo. psiquica» efectuada arteramente en la débil mente sujeto por un «especialista en el tema ovni>, para d asi un caso eauténtico» que en realidad seria el resulf de una solapada manipulacién del supuesto testigo, maquiavélica operacién habfa estado apoyada por varios facultativos, que hubieran facilitado la «inforn médica», Y afiade (op. cit., p. 135): «... esos aportes logicos, testimoniales y psiquidtricos, pueden perte en la realidad a un namero indeterminado de individ inescrupulosos que prepararon el fraude, y que pud haber burlado lanamente a los inexperimentados mé (Sic) en técnicas narcoanaliticas —asi al menos se mieron— actuando de buena fe y a alain investigadon campo de los ovnis. Eso si, sabemos que para la pob intelectual de Dionisio Llanca, no le seria posible urdir sf solo la fantasiosa versidn, a pesar de su marcada dencia mitomaniaca, aunque ésta habria facilitado el I de los objetivos.» Entre esos «inexperimentados médicos en técnicas # ‘coanaliticas», se encontraba precisamente el doctor Roba ‘Smirnoff, forense y médico de la policfa de Bahia Bl Pero eso no arredra a Banchs, quien pretende llega fondo de la tenebrosa conspiracin. Finalmente, apt hacia el «culpable»: un «degradante sujeto» de quien di que «tal ver no sea dificil tener Ia presuncién de la pers de quien se trate». Y yo digo: Estos, Fabio, oh dolor, som los tristes p nalismos que enturbian la serena investigacién del enigma. ¢Por qué, una vez que tenemos un caso irrel ble, nos empefiamos en hundirlo PORQUE NO HEM SIDO NOSOTROS —o nuestra entidad— QUIEN LO. INVESTIGADO? éTan dificil es crear cespfritu de equipo» entre los logos? entre los ovnilogos, que para el caso es lo mismo) Para terminar, si algo tuviese yo que destacar del «« Lanca», seria precisamente Ia inocencia —casi virgin: del testigo. Y la verdad, nos recuerdan los Evangelid «habla por boca de la inocencia»... gQué mejor testigo B driamos tener, para mandarlo en lugar de nosotros interior de un «platillo volantes, que un ser simple, sofisticado, no deformado por lecturas seudocientifi mal digeridas? Dionisio Llanca es el etestigo ideal». Cuent sencillamente lo que vio con palabras sencillas. A nosotro a los ufdlogos, nos corresponde sacar interpretaciones: 100 procedimentoempleade pars tomar una muesira de sangre a Dionisio. wc un gat prov dere parzones, mur pict Uroincuisnenelpmrtal eee genes. consecuencias. Llanca no fue més que «un estuvieron alli». 2 pec ofc igo un zumbido, como el de una colmena de ‘Con su mirada limpia, un inocente en Mi 0 una radio mal ajustad.. puede pedir mas? ia .;Te amenazan? No... Uno de ellos se acerca, me toma la mano y me con un sparato... Addenda’ A: Transeripcién de tas. primeras grabacio, ‘fectuadas a Dionisio Lianca bajo hipnosts No g Cémno es ese aparato? feo examinado: Dionisio Lianca, camionero, 25 aflos, Parecido a una rasuradoraeléctria, Médico examinador: Doctor Eladio Santos, hipadlows. {Qué te hacen ahora? Méotco--Cuéntame lo que Biciste a1 7 dee ‘me llevan... ¢A dénde me llevan?. después dela medianoche ante 1a mafiana del 28 de octubre, Dionisio Llanca, sabemos, Ileg6 al Hospital Espatiol de Bahia Blanca, bia_despertado en un apartadero ferroviario de Ia Jad Rural. Se puso a andar y un automouilista lo lew M-~gPor dénde circulas? pal, ras pasar Dionisio por varias comisarias. El S—Por la Ruta 3. donde recuperé el conocimiento se encuentra a tinds del punto donde qued6 abandonado el camidn que licis, En este intervalo, tanscurrieron unas dos horas. je habia estado el camionero durante este lapso de 2 H domingo por la maftana, Dionisio fue examinado fl doctor Ricardo Smirnoff, traumat6logo y médico tos que hace Lianca, en estado de hipnoss, al reproduc se. Seatin este examen, el joven no presenta lesiones con gestos, movimientos y actitudes, lag imanicbras les, pero se niegn a que le toquen la cabeza, como si realmente efectuaba el domingo 28 de octubre de 1975, hat era alli un dolor profundo. Apenas si se ven (pero la 115 de la madrugada, para cambiar la rucds deo ces no se da gran importancia a este hecho) algunas hieulo) js excoriaciones sobre el parpado izquierdo, en forma MyOud haces ahora? Sire. Pocteriormante, ete etalla Sard feodamantal ;—Me dispongo @ cambiar la Hanta... Veo legar estudio del caso. Juz amarila.. parecida ala de Tos faros de an Proce Mil estado de confusién mental de Llanca se mantiene (Lat voz de Bont Lanca Seva digas, Ree lm 25, pro antes do esta fecha ya ha odio recordar con Vor entrecoriada que sients una geen fate enfen To que pasé desde que sali de ln estacion de servicio rofunda, Su estado denota un debilitamienta totals a saquel lugar» S~eQuiénes son?... ;Qué quieren?... No, por favor, n0 ia noche anterior, Dionisio sufrié pesadilla. Esta fati me hagan nada... Liévense of camaion y of nen loy deprimido, Pero la noche siguiente, se recuperé algo Mme Qué ves, Dionisio? Wonsint, « peticion de los médicos, en someterse al Ripe dogliartrea!) Hay ‘ambien roujer, Wotal, afin de saber qué sucedié también durante las dos MezCémo van vesticos? mis perdidas. Sin embargo, llevado al parecer por un :—Con trajes platendos, muy ajustados al cuerpo pulso momentineo, Dionisio abandona el hospital y se Y¥ con botas y guantes. Nlee eter? ala en la modesta vivienda de sa tio, situada en el M=2De qué color son los guantes? BE cid de ia calle Chabal. Tuvieron aoe racer ales .—Amarillos, de un amarillo naranja. Ns dias, después de que las pesadillas noctumas en que M-—gTe hablan? Hf vela ccon seres extrafios de otro planeta» se hublesen Hiwedido, Nenéndolo de angustia, para que scudiers, por 102 103 su propia voluntad y en busca de ayuda, a la consulta) doctor Eduardo Matas. Fue hospitalizado por segunda y, aquella noche, Dionisio fue entrevistado por un de psiquiatras ditigidos por el doctor Matas, Se le hici algunos tests y el camionero dibujé el eretrato robote los cextraiios visitantes». Surgié entonces entre los en tadores 1a primera duda grave sobre la personalidad: Lianca y en cuanto a Ia veracidad de su versién de hechos: los dibujos reproducen seres demasiado pareci a los héroes de los cémics Unos dias mas tarde se habla de ver que esta duc bien fundamentada, podia tener una sélida contraparti Se le hizo un electrocardiograma para saber si s@ podia inyectar pentotal, y, una vez hecho esto, el cal nero volvié a casa de su’ t{o, tras quedar citado con doctor Matas para presentarse a su consulta el 6 de viembre por la tarde, Sin embargo, legada esa fecha, Dionisio no acu: cita y los médicos se vieron obligados a desplazarse Ia humilde casita de la calle Chubut, Dionisio Llanca hak comido con abundancia, aquel dia, y habia bebido ‘ino. Imposible pues administrarle el pent En cambio, se le sometié a la primera sesién de hipnt El selecto grupo de profesionales reunido para estu el «caso Llanca> estaba dirigido por los doctores Mat Santos y ademas de éstos, comprendia a dos psiquiat lun traumatdlogo y dos psicélogos, Una de las condici impuestas para participar en estas sesiones fue que no divulgase el nombre de estos facultativos (aunque pot riormente se supo quiénes eran). Continuemos con Ia grabacién de esta primera sesién hipnosi 'S—Subo con los dos hombres. M.—¢Por dénde subes, por Ia escalera? —No, por un rayo de luz. ‘M.—Cuéntanos todo lo que ves. S.—La pared es como de plomo... plateada... hay sola ventana, redonda, M.—2Qué te recuerda lo que ves? S—Un barco. ‘M.—Describeme todo lo que ves. S—Hay muchos aparatos, muchos... dos televisores una radio, Por uno de los televisores, sé ven las estrellas, ‘M.— de Hispecimenes humanos aptos para la procreacién 0 le lapiacion a... gUrIn? Quiz. pero hay algo, en este caso, atin més intrigante. La des, Kripeign de los dos chombres» y de Ia «mujer» les pareci@ le momento a los doctores sacada de un «cémic>. Sin cm fargo, la morfologia de estos seres cuadra maravillosa, Twente con la morfologia de los chombres de UMMO>, tal Mono ellos la describen en su informe Anatomia del oemit {hombre) de UMMO comparada con el oemii de la Tierra! 1, BI sisterio de Usa, de Antonio Ribera, Plasa & Janéa,§. A. ealiores, Ueplugae de Llcbreest 160. 106 107 Pero hay otros rasgos «ummitas» en el caso Llan ejemplo, el hecho de que la «mujer» fuese quien mand: ‘Muchas expediciones de UMMO han estado dirigidas mujeres: YU 1, por ejemplo, la joven que se present Madrid en 1967. ¥ el ultimo deialle es impresionante ¢ verdad: dijeron a Llanca que estaban en la Tierra desd el afio 50. Ahora bien: en sus informes, los ummitas dic que llegaron a la Tierra «en tres naves discoidaless, el di 28 de marzo de 1950. Parece haber en este caso una fusi6a de elementos que aparecen en otros, y que el pobre Dion sio Llanca no podia conocer de ninguin modo (ademés, en psicoandlisis salié que «los platos voladores no le intel saban»). 2Existiré un «camuflaje deliberados, tras el casg UMMO, que oculte otras realidades quiz4 no tan agrad bles? Todo es posible. Fuentes: Phénoménes Spatiaux nims. 40-41-42, 2°, 3 y 42 trimestres, 1974, reproduciendo un arifculo de Robert E. Torres, publicado en el nim, 444 (24-1-1974) de la revist argentina Gente y la actualidad. Addenda B El articulo de Roberto E, Banchs titulado «Affaire Llancass El gran fraude se publicé en el nimero 34 (diciembre dé 1978) de la revista barcelonesa Stendek. Banchs reprodujo este articulo —integro, sin quitarle ni ponerle una coma— en su libro Los ovnis'y sus ocupantes, que vio Ia luz dos afios después, en 1980, y bajo el mismo titulo (pp. 124 y sss Pero no contento ‘con eso, volvié a la carga en él nile mero 43 de Stendek, con un breve articulo titulado Mas (y punto final) sobre el «Affaire Llanca». La base de la argumentacin de Banchs en este articulo consiste en estos dos puntos: Dionisio Lianca tenia una seria lesién ceres bral que jams habfa sido revelada por quienes abordaron. el caso apenas ocurrido, y Iuego, Dionisio Llanca era un «débil mental». La lesion cerebral aludida, segiin Banchs, le provocaria (cito textualmente) eal lado de los trastornos sensovisuales existen alteraciones psicovisuales... Se ori gina entonces una ceguera psiquica: el sujeto ve a los objetos, pero no los identifica». Este articulo suscité una réplica mia, en forma de carta al Director de Stendek (no publicada atin en el momento de escribir estas lineas) de la que entresaco lo siguiente: 108 nvesgar wget Fabio Zap ze eau, cat conres Soong castro Esa xcoctr Simatic lorenae de Bahia bianca, aplcsnd petstl dic aDsoislo Lancs, 110 st seas wala tasted equipo médico que examiné al joven ‘ance eal ee See Seen cme ae eee Ome ee eeees ig ite mate ta compen ne ee eee Beene aes oe ee eee eae aiost ead ‘caso Llanca ser ni asi de ciert Bel Sor enamine oa ee Pacer ar ge eee a oe False a See Ee a meme ete ‘ados en la mente del sujeto, es la impresionante oe también en los detalles. in ce lesién cerebral erzada locallzada en : 4 que esta lesion creabasalucnacones vistiee da iuinosos Al ad de Tos & Se ee a ease ascaae a pare O tenia un coefiiente intelectual (CI) pobrisimo, lo Inia dn cei meta, segan anche,” orn Yo Prepunios cae ate es i Argenting Se ee Sites va, cmv un cain sno a Paraigeaes nisi eee ges ees a ‘obtener su carnet de primera (o su equivalente en la ein habia taco prevmee por won sicometncas, como es norma en Espeéa on cal mats mo aro oc a fe eras Aegeess cet in a imental y personas que . Pero aqui aparece de nuevo Banchs, en su papel sempi- Jerno de «tio Paco con la rebajay, para decir que no, que fese mismisimo dia lunes 29, ya habfan aparecido en los Miarios del pais (.. por ejemplo La Razén...) las primeras Nersiones del caso Llanca, que ya indicaba la descripcién. Mle las entidades...» (Los ovnis y sus ocupantes, p. 148). De acuerdo, PERO ME APUESTO UN TUBO DE Nt- QUEL DE SANTA MONICA, SENOR BANCHS, A QUE DALVIDARES IGNORABA EL «DETALLITO» DE LAS VO- CES RADIOFONICAS DE LOS OVNINAUTAS... porque {30 sf que no lo habia publicado la prensa argentina... POF sencilla razén de que salié mucho més tarde a la luz, durante las sesiones de hipnosis. 20 no? ¢O también tiene lisied respuesta para eso? En sus deseos de hundir todo cuanto se relaciona con el que usted, elegantemente, llama el eaffaire Llanca»,a veces se pasa, y mucho. ¥a no se vefan ni los seres nla luz que por espacio de de tna hora y media habian acaparado su atencién,E exactamente Jas 18.55 horas, Tanto la cerda que se halla dentro’ del chiquero cuando se retirron Ibs seres Ovni yen el momento de percibir el testigo el oor a omd algunas ovejas que habitualmente eran encerradaa & lnvertres a racion por pas, 9 decir gue muchas clones medieval del Maligno bo eran mas fue’ alertuajer de elena endrn ntrca en char agua eu nolan prsctan eat Si aitolcn ante au rey temerene © Ignorant: hae ea Su ‘let Gstrme Condon, faz) ne MP erent de acto 44 45

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