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Este nuevo volumen de los «Etudes trata 3E1 | de explicar of decarrolo'y eae siglo de los conocimientos recurriendo a un veimtino) proceso central de equilibracion. Piaget parte de una idea basica: los conocimien- tos no proceden ni de la sola experiencia de los objetos, ni de una programacién innata preformada en el sujeto, sino de construcciones sucesivas con constantes elaboracio- nes de nuevas estructuras Por diferentes que sean los fines perseguidos por la accién y el pensamiento (modificar los objetos inani- mados, los vivos y a si mismo, 0 simplemente com- Prenderlos), el sujeto trata de evitar la incoherencia y tiende siempre a ciertas formas de equilibrio, pero sin alcanzarlas jamés, excepto en ocasiones, a titulo de tapas provisionales: incluso en lo que sé refiere a las estructuras logicomateméticas, cuyo cierre ga- rantiza la estabilidad local, esta realizacion se abre constantemente a nuevos problemas debidos a las operaciones virtuales que sigue siendo posible cons- truir sobre las anteriores. La ciencia mas elaborada sigue estando de este modo en un devenir continuo y en todos los campos el desequilibrio desemperia un papel funcional de primera importancia en la me- dida en que hace necesarias las reequilibraciones. El concepto central que parece imponerse en la ex: plicacién del desarrollo cognitivo (ya se trate de his. toria de las ciencias o de psicogénesis) es, por tan- to, el de una mejora de las formas de equilibrio, o, dicho de otro modo, de una «equilibracién maximi: zadora». El esfuerzo de Piaget ha consistido en bus. Car sus mecanismas, ya que el problema es explicar sus dos dimensiones inseparables: la compensacion de las perturbaciones responsables del desequilibrio Que motiva la investigacién y la construccién de las novedades que caracterizan a la maximizacion. De Jean Piaget (n. 1896) Siglo XX! ha publicado Bio- logia y conocimiento, Adaptacién vital y psicologia de la intel © Investigaciones sobre la contra- diccién. 968-23-1987-0 I | Ih Jean Piaget La equilibracin de las estructuras cognitivas — Problema central Ueber, lel desarrollo imu | tras coguativas 155.413 7.ed 6.03 »P5790.E serra ceteneten an, La Jean ES f = Traduccién de Epvarpo Bustos LA EQUILIBRACION DE LAS ESTRUCTURAS COGNITIVAS PROBLEMA CENTRAL DEL DESARROLLO por Jean Pracet 55.403 Po7Sa.F Te si veintiuno editores U/23, [2009 . 953454 > siglo xxi editores, s.a. de cv. SERIO UEL AGUAHE DELEGACEN COVOACAN O10, HENEO.OF siglo xxi editores argentina, s.a. frioners edie en espaol. 97S 1 sig xsi de espa editores, ‘Spiny edicin en espaol, 2005 (siglo ssi eitores, 2a. ds ow ‘sl 968-23-1987-0 primera adicin en fanets, 1973 “presses universitaire de Hance, pris ule orignal: equilibration dee structures cognitves. _prohlime contrat di developpenent tudes depstemologee geniigu, x23) orecas reservados conform la ly Jmpreso v hecho en meaicoprinted and wade in mesico INDICE para ua epee eC t Primera parte LOS PROCESOS DE LA EQUILIBRACION 1. MLANTEAMIENTOS OE £05 PROBLEMAS © HIPOTESIS EXPLICATIVAS 1, El equilibrio de los sistemas cognitives, 5-2. Las tres formas de equilibracién y Ia correspondencia de las negaciones y las ‘afirmaciones, 10.3. La razén de los desequilibrics y de su fre ecuencia iniclal, 144. Las regulaciones, 21-5. Las. compensacio- nes, 29.6, La equilibracién maximizadora, 34.—7. Conclusion, 44. 2. EL PUNCIONAMIENTO DE LA RQUILIBRACION Y LAS FTAPAS UE LA COM> 8, Los observables las coordinaciones, 49—9. Las interacciones clementales de tipo 1, 53-10, Las interacciones de tipo 11, 38— U1 Las interacciones de tipo tt y la abstraccion reflexiva, 66.— 12, Las Interacciones entre objetos (tipo tic), 7013, Las etapas de la compensacién, 71.14, Otras formulaciones posibles de la cequilibracién, Segunda parte LA CONSTRUCCION DE LAS ESTRUCTURAS. 43. ALGuNos ASPECTOS DEL DESARROLLO DE LAS ESTRUCTURAS SENSORIO- MOTRICES, PERCEPIIVAS. Y ESPACIALES ei 15, Construcciones, regulaciones y compensaciones, 87—16. Las regulaciones sensotiomotrices, 90.17. Las regulaciones percept ‘vas, 10h--18, Las rogulaciones’ de la representacién espacial, 111. 4. LAS ESTRUCTURAS LOGICOMATEMATICAS fos i sn nen oe idades, 123-20. Las clasificaciones «8 1m i 1 | | Tercera parte CUESTIONES GENERALES 5. LA BUTLIBRACION DE LOS OBSERVABLES Y DE LAS COORDINACIONES .. 143 Tae regulacones rcatvas a Ts observables en el objeto, 18— Bae ees pelaias alos Obserabies en la acién 9 = Be ee eonclcncla, nde, Lae Feglaciones relates a is 1 a ne os ebservaies, 1212 Las rerlacines de Ise ce La eauvaldad, 16? 26, Tas Fepuaciones de ls coerce Tas cooraiiacones loqleomatemdtias. = Staa Se in reeulaciones, W327. Conclusion, 8h APENDICES 1. RESPUESTA A ALGUXAS OBTECIONES ce To MORFISMOS Y REGULACIONES ws so oe oe oe : 138 UL. PENOCOPIAS # TSTERIORIZACION DE LAS FERTURBACIONES so 200 PREFACIO Esta obra constituye una refundicién completa del volu- men 11 de los «Etudes d’Epistémologie génétique» cuyo titulo era Logique et equilibre. En efecto, se han mostrado clara mente insuficientes los modelos que entonces se utilizaron y se trataba de volver a abordar, por lo tanto, el problema en su conjunto, tanto mas cuanto domina todas las cuestiones del desarrollo de los conocimientos. La idea central es que éstos no proceden ni de la sola experiencia de los objetos, ni de una programacién innata preformada en el sujeto, sino de construcciones sucesivas con constantes elaboracio- nes de nuevas estructuras. En este caso, los mecanismos ‘que se deben invocar sélo pueden ser los de las regulaciones que desembocan entonces no en formas estaticas de equili- brio, sino en reequilibraciones que mejoran las estructuras anteriores. Esta es 12 razén por la que hablaremos de equili- bracién en cuanto proceso y no solamente de equilibrios, y sobre todo de equilibraciones «maximizadoras» en la me- dida en que corrigen y completan las formas precedentes de equilibrios. Este nuevo volumen de los «Etudes», como los preceden- tes, es el resultado de las actividades del Centre International d'Epistémologie Génétique, que son posibles gracias al con- tinuo apoyo del Fonds National Suisse de la Recherche Scientifique y de la Fundacién Ford, a los que damos las gracias vivamente. mw PRIMERA PARTE LOS PROCESOS DE LA EQUILIBRACION 1. PLANTEAMIENTO DE LOS PROBLEMAS E HIPOTESIS EXPLICATIVAS El objetivo de esta obra es tratar de explicar el desarrollo e incluso la formacién de los conocimientos recurriendo a un proceso central de equilibracién. Por esto entendemos no la aplicacién a todas las situaciones y a todos los niveles de una misma estructura general de equilibrio, dada de una vez por todas, como es la de la Gestalt (inspirada en las leyes de «campo») para la psicologia de la forma, sino un proceso (de ahi el término de cequilibracién») que conduce de cier- tos estados de equilibrio aproximado a otros, cualitativa- mente diferentes, pasando por miiltiples desequilibrios y reequilibraciones. Por lo tanto, los problemas que hay que resolver son los de las diferentes formas de equilibrio, de la raz6n de los desequilibrios y sobre todo del mecanismo cau- sal de las equilibraciones y reequilibraciones. En particular conviene insistir desde un principio en el hecho de que las reequilibraciones sdlo en ciertos casos constituyen regresos al equilibrio anterior: por el contrario, las que son mas fan- damentales para el desarrollo consisten en formaciones no solamente de un nuevo equilibrio, sino también de un equi- librio mejor en general, lo cual haré que hablemos de sequi- libraciones maximizadoras» y suscitaré Ja cuestién de la autoorganizacién. Este primer capitulo estara dedicado a precisar nuestras hipétesis sobre estos diferentes temas. § 1. EL EQUILIBRIO DE LOS SISTEMAS CoGNITIVOS.—Excepto en lo que respecta a la existencia de trabajos virtuales, los equilibrios cognitivos son muy diferentes a un equilibrio mecénico, el cual se conserva sin modificaciones 0, en caso de «desplazamiento», sélo da lugar a una «moderacién» de Ja perturbacién y no a una compensacién completa. Son aiia 6 Jean Piaget ms diferentes de un equilibrio termodinémico (con la ex- cepcién de la reversibilidad), que es un estado de reposo tras la destruccién de las estructuras. Por el contrario, se acercan mds a esos estados estacionarios, pero dindmicos, de los que habla Prigogine', con intercambios capaces de «construir y mantener un orden funcional y estructural en un sistema abierto», y sobre todo estan mas préximos a los equilibrios bioldgicos, estaticos (homeostasis) o dinamicos (homeorresis). En efecto, igual que los organismos, los sistemas cogniti- vos estan a la vez abiertos en un sentido (el de los intercam- bios con el entorno) y cerrados en otro, en cuanto «ciclos». Llamemos 4, B, C, etc., a las partes constitutivas de un ciclo de esta clase y 4’, B’, C’,etc., a los elementos del entorno que son necesarios para su alimentacién; estamos entonces en presencia de una estructura, cuya forma esquematica es: (AX A’) > B; (B X BY) > C;...; (2 XZ’) >A, ete.?. Ademés, conviene afiadir a esto una diferenciacién del sistema total en subsistemas jerarquizados, cuyas estructu- ras son anélogas, que estén unidos unos a otros mediante conexiones igualmente ciclicas *. Se advierte entonces la ori- ginalidad de tales formas de equilibrio, ya que éste se basa en las acciones conservadoras que los elementos o los sub- sistemas ejercen unos sobre otros, por oposicidn a las fuer- zas de sentido contrario que se encuentran como contrapeso en un equilibrio mecdnico (observemos que, en un sistema I6gico, incluso las afirmaciones y las negaciones se implican © se conservan mutuamente). En particular una accién con- servadora de esta clase se aplica al sistema total mediante los subsistemas o sus elementos, y viceversa, lo que equivale a afirmar que el equilibrio se basa entre otras cosas en una solidaridad de la diferenciacién y de Ia integracién. El resul- tado de esto es que, en caso de una perturbacién exterior, equivalente, por ejemplo, a una sustitucién de B’ por B”, 0 * Glansdort y Prigogine, Structure, stabilité et fluctuations, Paris, Mas- son, 1971, p. 27. * Naturalmente con la posibilidad de cortocircuitos variados, o de inte seccfones, etc. "Por ejemplo tendriamos dos subsistemas AM y NZ 0 KZ formando cada uno un ciclo, pero coordinados entre si con o sin interaceldn, y sub- ordinadoz al ciclo total. Planteamiento de los problemas 7 bien esta conservacién del todo se hace imposible y hay muerte del organismo (o, si se trata de ur sistema cognitivo, debe ser rechazado), o bien hay modificacion compensadora (modificandose B en B2, que sigue inserto en el ciclo) y hay adaptacién con supervivencia en el caso de un organismo © nuevo equilibrio del sistema cognitivo (con posibilidad de que el sistema anterior siga siendo valido a titulo de sub- estructura para la clase de objetos B’ y engendre una nueva subestructura para los objetos B”). Pero la diferencia entre los sistemas biol6gicos y cogni- tivos es que los primeros no logran la elaboracién de formas sin contenidos exégenos: dicho de otra forma, la conserva- cién mutua de los elementos del ciclo A, B, C, etc., no es posible sin su alimentacién continua por medio de los ele- mentos exteriores 4’, B’, C’, etc. Ahora bien, aunque la me- yoria de los sistemas cognitivos se aplican a la realidad, asimilindose también su forma A, B, C, ..., a un contenido exterior A’, B’, C’, ..., existen, por el contrario, sistemas formales de tal clase que el sujeto no considera, como obje- tos tematizados de pensamiento, ms que a los primeros de estos elementos, con su estructura, pero sin proporcionarles contenidos exteriores. Por ejemplo, un nifio utilizaré espon- téneamente desde los 78 afios una tabla de doble entrada para clasificar en sus casillas cuadrados y circulos, rojos o blancos, formando las cuatro clases as{ construidas y sus contenidos un ciclo de elementos formales interdependien- tes A, B, C, D, pero aplicados a los objetos 4’, B’, C’, D', mien- tras que un légico o un matematico que haga la teoria del producto cartesiano se atendra sdlo a las formas para des- prender de ellas las propiedades algebraicas. Igualmente se supone que, en el nivel de los esquemas sensorio-motores, los diferentes movimientos e indices perceptivos constituti- vos de un esquema se unirén en un ciclo de elementos en interaccién ABC, etc., indisociable del contenido material de, las acciones y de sus objetivos, y por tanto, de los a’, B', C’, etcétera, mientras que un mismo esquema (por ejemplo, un grupo de desplazamientos), cuando se traduce en operacio- nes —pero mucho mas tarde—, puede dar lugar a conside- raciones puramente tormales. Recordemos una vez mas (porque lo que precede ya se 8 Jean Piaget ha dicho en otras partes) que tales ciclos epistémicos y su funcionamiento se basan en dos procesos fundamentales que constituirén los componentes de todo equilibrio cognitivo. El primero es Ia asimilacién o incorporacién de un elemento exterior (objeto, acontecimiento, etc.) en un esquema sen- sorio-motor 0 conceptual del sujeto. Asi pues, se trata, por una parte, de la relacién entre los A’B’C’... y los ABC..., pero ademas se puede hablar de asimilacién recfproca cuando dos esquemas 0 dos subsistemas se aplican a los mismos objetos (por ejemplo, mirar y coger) 0 se coordinan sin tener nece- sidad de contenido real. Incluso se puede considerar como una asimilacién reciproca las relaciones entre un sistema total, caracterizado por sus propias leyes de composicién, y los subsistemas que engloba en su diferenciacién, porque su integracién en un todo es una asimilacién a una estructu- ra comin y las diferenciaciones conllevan asimilaciones de acuerdo con las condiciones particulares, pero deducibles a partir de las variaciones posibles del todo. El segundo proceso central que hay que invocar es el de la acomodacién, es decir, Ia necesidad en que se encuentra la asimilacién de tener en cuenta las particularidades propias de los elementos que hay que asimilar. En el caso de las relaciones entre los ABC... y los 4’B'C’... las diferenciaciones que se deben a la acomedacién son evidentes: por ejemplo, el esquema de coger no se aplica de la misma manera a obje- tos muy pequeiios y muy grandes. Pero, una vez mas, con- viene generalizar este proceso a las relaciones entre subsis- temas y a las que unen su diferenciacién y la integracién en una misma totalidad: si las asimilaciones reciprocas no estu- vieran acompafiadas por acomodaciones igualmente recipro- cas, se producirfa una fusién deformante en vez de una coordinacién entre los sistemas que se unen. Por ejemplo, la sintesis de estructuras numéricas y espaciales, en la que desemboca toda métrica, supone la divisién del continuo en unidades que, sin embargo, no suprimen la continuidad, etc, Pero es evidente que si la acomodacién se encuentra conti- nuamente subordinada a la asimilacion (porque siempre es la acomodacién de un esquema de asimilacién), esta subor- dinacién es més ajustada y sobre todo més previsible en el caso de estas acomodaciones reciprocas que en el de las Planteamiento de los problemas 9 adaptaciones a los objetos exteriores A'B'C’, etc., cuando nuevos observables surgen de forma inesperada bajo la pre- sin de la experiencia Una vez dicho esto, es necesario entonces, con el fin de elaborar una teoria de la equilibracién, recurrir en un pri. mer momento a dos postulados ya enunciados a propésito de nuestias investigaciones sobre la abstraccién reflexiva', Primer postulado: Todo esquema de asimilacién tfende a alimentarse, es decir, a incorporar los elementos exte- riores a él y compatibles con su naturaleza. Este postulado se limita a asignar un motor a la investigacién, y por lo tanto a considerar como necesaria una actividad del sujeto, pero no implica por si mismo la construccién de novedades, porque un esquema bastante amplio (como el de «entes») podria asimilar todo el universo sin modificar éste ni enri- quecerse en cuanto a comprensién. Segundo postulado: Todo esquema de asimilacién se encuentra obligado a acomodarse a los elementos que asi- mila, es decir, a modificarse en funcién de sus particulari- dades, pero sin perder por ello su continuidad (y por lo tanto su cerramiento en cuanto ciclo de procesos interdependien- tes), ni sus anteriores poderes de asimilacién. Este segun?. postulado (que ya es valido en el plano biolégico con la formacién de las «adaptaciones» fenotipicas) afirma la nece- sidad de un equilibrio entre la asimilacién y la acomoda- cién en la medida en que la acomodaci6n se impone y sigue siendo compatible con el ciclo, modificado 0 no. Pero si se expresa de este modo la posibilidad de modificaciones de Jos ciclos no se prevé su naturaleza porque, dependiendo de que haya acomodacién a objetos exteriores 0 a otros esque- mas (con ocasién de las asimilaciones reciprocas), estos cambios pueden ser exdgenos 0 endégenos y conllevar par- tes muy variables de transformaciones. ‘Hablamos de postulados en el sentido de hipStesis generales extrat das det examen de los hechos. 10 Jean Piaget Observemos sobre todo que, si bien el segundo postulado leva a la exigencia de le formacién de un equilibrio entre la asimilacién y la acomodacién, esto no implica nada mas que afirmar: 1) ta presencia necesaria de acomodaciones en les estructuras de ciclos, y 2) la conservacion de tales estructu. ras en caso de acomodaciones conseguidas. De este modo nnos quedamos en el estadio de la desctipcion y no prejuz, gamos Ia explicacién de estos equilibrios ni de las regula. Giones o compensaciones eventuales que se podrén invocar a este efecto, El equilibrio cognitivo, hasta ahora, no se ha caracterizado mas que por mutuas conservaciones, lo cual es un simple dato de observacién: atribuir estas conserva: ciones a la asimilacién (postulado 1) y englobar en ella los rocesos complementarios de acomodacién (postulado 2) no rejuzga, por lo tanto, mecanismos estructurales en juego, Porque estas dos nociones slo corresponde cri : ‘ caiat : cién funcional, ” oie § 2. Las TRES FORMAS DE FOUILIBRACION Y LA CORRESPON: DENCIA DE LAS NEGACIONES Y LAS AFIRMACIONES~-La conside- raci6n de los ciclos descritos en § 1 muestra desde el primer momento la necesidad de tres clases de equilibraciones y esto si continuamos ateniéndonos a la primera aproxima- cidn de una definicién mediante las conservaciones mutuas: 1° En funcién de la interaccién fundamental de partida entre el sujeto y los objetos, existe en primer lugar una equi libracién entre la asimilacin de éstos a esquemas de accion y la acomodacién de estos uiltimos a los objetos. Observe. mos que ya hay un comienzo de conservacién mutua, porque el objeto es necesario para el desarrollo de la accion y, reci. procamente, el esquema de asimilacién es quien confiere su significado al objeto, transforméndole (desplazamiento, uti- lizacién, etc.) gracias a esta accién: asimilacion y acomoda. cién (cuando ésta se consigue) forman entonces un todo cuyos dos aspectos Ay A’, By B’, etc., se implican mutua- mente, mientras que Sélo corresponden a dos factores de sentido contrario en caso de fracasos que conduzcan al aban- Planteamiento de los problemas W 2° En segundo lugar hay que asegurar una equilibra- cién en las interacciones entre los subsistemas. Ahora bien, esta equilibracién esté lejos de ser automatica o de estar determinada desde el principio, porque los subsistemas pue- den depender de esquemas que primero eran independientes En efecto, la incorporacién a un esquema de todos los ele- mentos que se prestan a ello tal como la describe el postulado 1 de §1 sélo funciona de un modo progresivo, sobre todo en el caso de las asimilaciones reciprocas y, por otra parte, los subsistemas se construyen normalmente a velocidades diferentes, con desfases temporales més menos importantes: hay, pues, razones para posibles desequilibrios y necesidad de una equilibracién. Pero ésta es de un tipo diferente del de la primera, porque si la acomodacién de los esquemas a la realidad exterior se encuentra expuesta a la intervencién de multiples obstéculos inesperados, que se deben a la resistencia de los objetos, la asimilacién recipro- ca de los subsistemas validos y su acomodacién recfproca tienen éxito tarde o temprano y conducen entonces a una mutua conservacién. 32 Ademds hay que considerar aparte el equilibrio progresivo de Ia diferenciacién y de la integracién, y, por lo tanto, de las relaciones entre los subsistemas y la totalidad que los engloba. Esta tercera forma de equilibracién no se confunde con la segunda, ya que afiade una jerarquia a las simples relaciones entre colaterales. En efecto, una totalidad se caracteriza por sus propias leyes de composicién, que constituyen un ciclo de operaciones interdependientes y de rango superior a los caracteres particulares de los subsiste- mas. Por ejemplo, la sintesis en una totalidad de dos sis temas de coordenadas (el referencial exterior a un mévi como un tren, y el referencial interno en el caso de un via- jero que circuld en el tren en marcha) conlleva leyes de com- posicion (grupo de cuaternalidad) diferentes de las de los subsistemas (grupos de desplazamiento con sdlo las de ida y vuelta). En este caso la integracién en un todo es cucs- tion de asimilacién y la diferenciaci6n exige acomodaciones; no obstante hay conservacién mutua del todo y de las partes 2 12 Jean Piaget y, en este sentido, asimilaciones y acomodaciones reciprecas, pero de acuerdo'con una dimensién de jerarquia y ya no solamente colateral. Las tres clases de equilibraciones que acabamos de dis- tinguir presentan en comtin el doble aspecto de ser todas relativas al equilibrio entre la asimilacion y la acomodacién y de referirse sin més a los caracteres positivos que perte- necen a los esquemas, subsistemas 0 totalidades en juego: incluso en el caso de una estructura que entrafia operacio- nes inversas, éstas constituyen propiedades como las otras (y en ese sentido positivas) del sistema considerado. Pero hay que afiadir, porque esta observacidn sera esencial mas adelante, que la equilibracién de cada una de las estructu. ras consideradas conlleva, ademas, una cierta corresponden- cia, cuya naturaleza se tratara de determinar, entre las afirmaciones y las negaciones, 0 los caracteres positivos y negativos, siendo éstos necesarios para la delimitacién de los caracteres positivos 1° En el caso de la equilibracion entre los esquemas del sujeto A, B 0 C y los objetos exteriores 4’, B’, etc., a los que se refieren las acciones, previsiones, juicios, etc., es ne- cesario no solamente que posean ciertos caracteres a’, sino también que el sujeto los distinga de caracteres diferen- tes x, y, considerados como no-a’. Igualmente, en presencia de objetos A’ de caracteres a’, es necesario, para utilizarlos © juzgarlos (clasificarlos, situarlos en una serie, etc.), recu- rrir al esquema A y no a otros, considerados entonces como no-A, Por lo tanto, es evidente que no importa cudl término se oponga, tanto en extensién como en comprensién, a los que de él se distinguen, lo cual entrafia tantas negaciones ‘como afirmaciones, pudiendo esta correspondencia quedar implicita, pero a menudo exigir una explicitacién mas o menos sistemética. 1°bis. Pero hay mas. Constantemente sucede que un esquema A no encuentra sus alimentos ordinarios 4’, pero puede acomodarse a términos A” de caracteres proximos a”. Si esta acomodacién tiene éxito, el esquema A se modifica entonces en A2, pero esta novedad no suprime Ia existencia de A en su antigua forma AJ, conllevando entonces el esque- ma inicial A simplemente la presencia de dos subesque- Planteamiento de los problemas 1B mas Af y A2, por lo que A= Al + 42, Sélo que para que esta subdivisiOn se estabilice bajo una forma de equilibrio (utilizando A2 sdlo los 4” y Al los A’), las negaciones par- ciales A? = A.no-Al y Al =A.no-A2 son indispensables (y son constitutivas de clases secundarias de grupos y, por To tanto, complementarias en la clase incluyente mas préxi- ma), De este modo se advierte la necesidad funcional de las negaciones. - ‘22 En lo que respecta a la equilibracion por asimilacién y acomodacién reciprocas de dos subsistemas SI y 52, volve- mos a encontrar naturalmente los mismos mecanismos. Pero a ellos se afiade una estructura de interseccién que por s{ misma exige nuevas negaciones. En efecto, coordinar los dos subsistemas Si y S2 es descubrirles una parte operativa comin, SI . $2, que se opone a SI. no-S2y a $2. no-S, y esto implica de nuevo negaciones parciales, pero indispensables para la estabilidad coherente de esta coordinacién 3° En cuanto a la equilibracion de la integracién y de la diferenciacién, la funcién necesaria de las negaciones es también muy clara. Por una parte, diferenciar una totali- dad T en subsistemas S, no solamente es afirmar lo que cada uno de éstos posce en propiedad, sino también y no obstante excluir, y por lo tanto negar, las propiedades que no entrafia y que pertenecen a otros. En segundo lugar, cons- tituir un sistema total T, es extraer positivamente las pro- piedades que son comunes a todos los S, pero también es distinguir, y esta vez negativamente, las propiedades comu- nes a los caracteres particulares que no pertenecen a T. En una palabra, la diferenciacién se basa en negaciones y la integracion las implica a su vez, a la espera de que Ja tota- Yidad T se vea ella misma superada y se convierta en un subsistema TJ de rango superior a los S, junto a una segun- da estructura T2 y en el seno de una nueva totalidad am- pliada. En resumen, las tres clases de equilibraciones, 1 a 3, que primero hemos descrito en sus caracteres positivos que son él resultado del progresivo ajustamiento de Ja asimilacion y de la acomodacién (postulados 1 y 2), pueden efectuarse de manera espontanea e intuitiva, por tanteos sucesivos, i Jean Piaget eliminando los fracasos y reteniendo los éxitos; pero en la medida en que el sujeto busca en ellas una regulacién, es decir, tiende a obtener una estabilidad coherente, se hace necesario entonces utilizar las exclusiones de forma siste- mitica, asegurando sélo el equilibrio una exacta correspon- dencia de las afirmaciones y de las negaciones. § 3, La RAZON De tos nesenutLianros ¥ De sv FRecuENGrA Hic. —Bstas observaciones puramente descriptivas con- ducen a suscitar el probleme inicial de toda teoria de la quilibracion: si la pregnancia de las «buenas formas» cognitivas y el carécter obligado del equilibrio no se en- cuentran dados desde el principio, ni con una misma forma a fodes los niveles, cpor qué se producen desequilibsios? x desempefian éstos una funcién previa inevitable? En fecto, es evidente que en una perspectiva de equilibracién una de las fuentes de progreso en el desarrollo de los cono- cimientos ha de buscarse en los desequilibrios como tales, que por si solos obligan a un sujeto a superar su estado actual y a buscar lo que sea en nuevas direcciones. Sélo que no es menos evidente que, si bien los desequilibrios constituyen un factor esencial, pero en primer lugar motive: cional, no podrian desempetiar todos la misma funcién for- madora y s6lo lo hacen a condicién de dar lugar a supera- ciones, y, por lo tanto, a ser superados y a desembocar asf en reequilibraciones especificas. Pero ges entonces cl des equilibrio inherente a las mismas acciones del sujeto o sdlo se basa en situaciones histéricas contingentes? Y, si es asi gcudles son sus diferentes formas posibles? Se trata, pues, de establecer si los desequilibrios, 0 dicho de otro modo, las contradicciones, son inherentes, por una especie de ne- cesidad intrinseca, a la constitucién de los objetos, por una parte, o a las acciones del sujeto, por otra, o si son sédlo el resultado de conflictos momenténeos, como los que supone cualquier desarrollo histérico: en este caso se_deberiar simplemente a la diversidad de los sistemas y subsistemas de observables y de coordinaciones, al hecho de que ning- no de ellos estd desde ua principio acabado (¢ incluso los sistemas causales no lo estén nunca) y al hecho de que se desarrollan a diferentes velocidades; én una palabra, al he- Planteamiento de los problemas 15 cho de que ninguna forma de pensamiento, se considere al nivel que se la considere, es capaz de abarcar simultdnea- mente, en un todo coherente, la totalidad de lo real ni del universo del discurso. Por otra parte conviene insistir en el hecho de que en Jas dos interpretaciones la funcién de los desequilibrios y de los conflictos sigue siendo la misma en cuanto al meca- nismo de] desarrollo. En efecto, en los dos casos son estos Gesequilibrios los que constituyen el motor de la busqueda, porque sin ellos ‘el conocimiento continuarfa siendo estatico. Pero igualmente en los dos casos los desequilibrios s6lo desempefian una funcién de desencadenadores, ya que su fecundidad se mide por la posibilidad de superarlos, dicho de otro modo, de salir de ellos. Por lo tanto, es evidente que hay que buscar la fuente real del progreso en la reequilibra- cign, naturalmente no en el sentido de una vuelta a Ia forma anterior de equilibrio, cuya insuficiencia es responsable del Conflicto al que esta equilibracién provisional ha abocado, sino en el de una mejora de esta forma precedente. No obs- tante, sin el desequilibrio, no se habria producido una creeguilibracién maximizadora» (expresién que designa la reequilibracién con la mejora obtenida). ero aunque la funcién de! desequilibrio sea la misma en las dos soluciones, es interesante no obstante preguntarse Si este estado conflictivo es necesariamente el resultado de jas leyes de lo real y de las acciones del sujeto 0 si sélo cons- tituye un resultado inevitable de hecho, pero no de derecho, de las insuficiencias iniciales o duraderas de estas acciones en sus coordinaciones internas y en sus relaciones con los objetos. De acuerdo con que se resuelva este problema en un sentido o en otro, en efecto, la nocién misma de equili- bracién progresiva resulta subestimada en favor de la del desequilibrio o, por el contrario, su pleno significado se Cneuentra restituido en cuanto conformador del desarrollo. "Ahora bien, la cdialéctica de la naturaleza» ha querido con cierta exageracién encontrar «contradicciones» hasta en el seno de las operaciones de sentido contrario en jue: go en el mundo fisico, o en las situaciones de acciones y veacciones, ete., cuyos modelos causales estén en realidad 16 Jean Piaget exentos de cualquier contradiccién Iégica o normativa*, En el terreno biolégico, por el contrario, parece que las posibles perturbaciones cuya accién pertenece a las categorias de 0 «normal» y de lo eanormal» (esbozos iniciales de lo «nor- mativon en el sentido cogntivo) hablan en favor de desequl- ibrios inherentes a las mismas leyes de la vida (porque en un Ambito as{ Ja muerte no es la operacién inversa de la supervivencia, como se puede considerar la disociacién de una molécula en relacién con la correspondiente combina- cin quimica). En ef terreno sociolégico la dialéctica marxis- ta insiste igualmente en la funcién fundamental de los conflictos y de los desequilibrios, pero no tenemos compe- tencia para juzgar sobre ello. Por el contrario, en el plano del desarrollo cognitive, la tesis de los desequilibrios 0 contradicciones inkerentes a los caracteres mismos del pen- samiento parece dificil de sostener, por lo menos en el estado actual del saber, ya que hasta ahora no se ha conseguido dar una elaboracién formal de la elégica> dialéctica: en consecuencia, la econtradiccién» dialéctica aparece como tuna noci6n cuyo significado sigue siendo psicogenético, so- ciogenético o histérico, no inherente a las estructuras ope- ratorias ase Senden aun estado de cerramiento *, see __ Pero si bien los desequilibrios y contradicci inherentes a ls estructuras formalea de In Iisa Sel sojote queda el hecho de que siempre hemos hablado de una pre. J6gica o de niveles preoperatorios. Ahora bien, si los defec- tos de equilbrio que presentan se basan, com se ha sugerido ‘ace un momento, en las dificultades de ajtistamiento entre el sujeto y los objetos, o de coordinacién entre los subsiste- 2 Es cierto que subsite un prob am ame robloma a propéito det cual se pod hablar de contradict 0 de persrbscone ce natalia Hales or razones de la irreversibilidad de ciertos fendmenos. Pero, incluso lnvocando le probabilidad creciente de tos meclag os itereren'a tr es cauaies indopenienes (oy af senca, de Goutne)y uta eh ene ce goo ate ody et eseden como tl seni trgei ne fant operaciones en sbvcute conteacieterias como son as dela cons se eel clad wadatcs edn" ir at dl esenia de cualquier, contradiceién. eee eee "lo cual no imple para once que el dserrl as gies ave odidopreeniae ajo um forma ire, cm sce ‘aso de un desarrollo histérico de la Idpica y no Ge la legies misma, Planteamiento de los problemas 7 mas y entre la diferenciacién y la integracién, debe haber ‘ahi una razén que quizés atafie més a la psicologia del pen- samiento en sus estudios iniciales que a su estructura ldgica general, pero que explica la lentitud de la estructuracion Jogica y los obstéculos con que se encuentra, En efecto, Jimitandonos a lo que més arriba denominamos contingen- cias historicas, se comprende la existencia de desequilibrios momenténeos, pero no se capta en absoluto la razén por la cual serfan mas numerosos en los estadios elementales que en los posteriores, porque, en todos los niveles (incluidos los del pensamiento cientifico), se producen nuevos conflic- tos entre el sujeto y los objetos, entre los subsistemas (cf. los de la micro y la macrofisica) e incluso a menudo se plantean més graves problemas de integracién (cf. la historia de las teorfas «unitarias»). ‘Ahora bien, las ocasiones histéricas o psicogenéticas de conflictos son mucho més frecuentes en los estadios iniciae les y sobre todo estos desequilibrios son superados mucho més dificilmente. Por lo tanto, esta es una razon que no puede deberse a la naturaleza de los problemas encontrados, ya que éstos son elementales, y a cuestiones simples debe- rian corresponder sélo conflictos igualmente simplificados. La razén que hay que encontrar debe ser entonces de un orden muy general y depender de métodos corrientes de Tazonamiento del sujeto (0 de sus «estrategias», segin el término de moda) més que del contenido de las soluciones que hay que encontrar. ‘La respuesta nos viene dada por las observaciones prece- dentes sobre la negacién y sobre todo por nuestras anterio- res investigaciones sobre la contradiccién: se trata de que como la actuacién espontanea del espiritu consiste en cen- trarse en las afirmaciones y los caracteres positivos de los objetos, de las acciones © incluso de las operaciones, las negaciones son entonces descuidadas o sélo se construyen de un modo secundario y laborioso; como son necesarias para todas las formas de equilibracién (§2), éstas sdlo se Fealizan a través de multiples dificultades, y su elaboracién ‘Scapa largos periodos. Por lo tanto, no tenemos que postular la existencia de profundos desequilibrios iniciales como postulamos, para que la razén funcione, la necesidad de un 18 Jean Piaget equi ibrio mediante conservaciones mutuas entre elementos diferenciados:, los desequilibrios de partida son un hecho, y como la busqueda de la coherencia es otro (que la légica expresa de un modo normativo), queda por explicar el paso de los primeros a la segunda, lo cual es la tarea propia de una teoria de la equilibracién, Pero, para introducirse en ella, conviene precisar todavia la razén por la que la cons- truceién de las negaciones plantea problemas para el sujeto. Recordemos en primer lugar que en légica matemética cuestign de la negaclon te encuenta lejos de seus memati? se la define mediante la tabla de verdad clasica se descuida la diferencia linglfstica entre el rechazo de una proposiciéa y Ja aceptacién de su negacién. Si, como en los sistemas de légica denominada natural, se define no-p mediante «p implica fe, en que f es un enunciado falso, o bien hay tantas negaciones como enunciados falsos, o bien se considera a todos éstos como eq} valentes, lo cual no es més natural. En cuanto a los sistemas de Griss o de Nelson, definen la negacién como una simple diferen. ia, pero en ellos hay una distincién muy notable desde el punto e vista psicolégico, mientras que desde el punto de vista logico a diferencia presupone la negacién, Ademés, serfa necesario un sept 1yo dominio de variacién fuera el conjunto de las "or lo tanto, se nos permitira que desde el punto de vista ratorio nos Iimitemos & unit la negacion con ta reveralodidae y Con los cuantificadores corrientes «todos», «algunose, «tno» y shinguno>. Por lo que no-p = (0, p) por identidad con la neg clon y el rechazo, pero con inversién, porque p. (nop) = 0 ¥ no (no-p) = p. Igualmente, si P es la clase de valores verdade. ros de p, su anulacién (clase vacia) da P —P = 0. Estas formula. Giones coinciden con la tesis principal de nuestra obra sobre la contradiccién, de acuerdo con la cual habria que concebir ésta como una compensacién incompleta p.(no-p) > 0. Desde el punto de vista psicolégico recordemos (véanse las Investigaciones sobre la contradiccién) * que los tinicos casos en que la negacién es precoz son aquellos en que el sujeto no tiene que construirla, porque le viene impuesta desde el exterior: por ejemplo, un desmentido de los hechos como respuesta a una falsa previsién (0 efectivamente un rechazo, cuando se produce un conflicto con una voluntad { Agradezoo a L. Apostel sus indicaci bre el x indicacfones sobre el tema, Volimenes xxur y xxxit de «Etudes d'Bpistémologic Génétiques, Dlicados por Siglo XXI de Espafia, Madrid, 1978. eH Planteamiento de los problemas 19 contraria). Pero incluso cuando un acontecimiento falsea una previsién, o de una forma general, cuando fracasan los intentos de acomodacién a un objeto, queda el hecho de que para comprender las razones de la falta de éxito y sobre todo para cambiarla en éxito, hay que distinguir las propie- dades positivas a y su ausencia no-a con justificacién de esta negacién. En cuanto al esquema A que se utiliz6 en el momento de la previsién, es importante disociar A en Al y en A2, de acuerdo con que a se encuentre dado 0 no; en re- sumen, hay que sustituir Ia clase simple inicial por una clase B y sus subclases A/ y A2, cada una de las cuales con- Ileva sus caracteres positivos, pero tambi¢n la negacién de los demas. Ahora bien, las investigaciones sobre la toma de conciencia y sobre el triunfo y la comprensién, lo mismo que las investigaciones sobre a contradiccién, nos han demos- trado de modo suficiente la lentitud de estas construcciones, porque sélo encuentran su base cuando estén acompafiadas por una regulacién de las cuantificaciones (B=Al + A2 significa «todos los Ai son B>, pero sélo «algunos B son Al»), siendos éstas solidarias con Ja reversibilidad (B—A2 = Al, etcétera) que es la consecuencia operatoria de le coordina. cién de las negaciones y de las operaciones positivas. Por Jo tanto, en numerosos casos, hay que esperar a la forma- cién de las «operaciones concretas» (que se inicia a los 78 afios) para llegar a esta elaboracién de las negaciones. A fortiori lo mismo sucede con las coordinaciones entre ‘subsistemas y entre las diferenciaciones y las integracione: ‘en todos los casos el sujeto ha de construir las negaciones y éstas en absoluto se encuentran dadas, como las que son el resultado de las resistencias del objeto. Ahora bien, esta construccién es mucho més lenta y dificil que las compo- siciones, mas o menos directas, de los caracteres positivos. En cuanto a estos iiltimos, es inutil insistir en las razo- nes de su inicial preponderancia. Perceptivamente sélo se registran observables positivos y la percepcidn de la ausencia de un objeto se produce sélo de un modo secundario y en funcion de expectativas o de previsiones que dependen de la accién completa y superan la percepcién, En lo que respecta a las acciones, se centran en el fin que hay que aleanzar y no en el alejamiento a partir de su punto de origen. Los. ta Jean Piaget desplazamientos en general se conciben ante todo en funcién del punto de Hegada mas que del espacio que deja vacio el mévil en marcha (de ahi los errores bien conocidos en cuan- to a la no conservacién de las longitudes, etc.). Las concep- tualizaciones se inician con una organizacién de los carac- teres positivos y el mismo lenguaje lleva elocuentes marcas de ello: «més 0 menos pesado» significa cualquier peso, mientras que «mds 0 menos ligero», que légicamente es exac- tamente equivalente, pero en términos negativos, solamente se refiere a los valores inferiores. En una palabra, todo con- tribuye a la preponderancia de lo positivo en los estadios elementales, en cuanto corresponde a lo que, en el plano de lo vivido, representa los «datos inmediatos», mientras que la negacién depende de comprobaciones derivadas o de construcciones cada vez més laboriosas de acuerdo con ! complejidad de los sistemas. En resumen, se advierte que la equilibracién, que, en sus diferentes formas, nos parece que constituye el factor funda- mental del desarrollo cognitivo, no es simplemente uno de Jos. aspectos, sobreafiadido de algin modo o por lo menos secundario, de las construcciones caracteristicas de cada es- tadio, un aspecto cuyo grado de importancia o de necesidad permaneceria més 0 menos constante en todos los niveles: por el contrario, comprobamos que durante los periodos iniciales existe una razén sistematica de desequilibrio, que es la asimetria de las afirmaciones y de las negaciones, lo cual compromete el equilibrio entre el sujeto y los objetos, entre los subsistemas y entre el sistema total y las partes. De ello se deduce que ia equilibracién progresiva es un pro- ceso indispensable del desarrollo, un proceso cuyas manifes- taciones se modificaran en cada estadio en el sentido de un mejor equilibrio tanto en su estructura cualitativa como en su campo de aplicacién, debido a que con la construccién y el afinamiento de las negaciones y con las cuantificaciones que suponen, las diferentes coordinaciones. distinguidas en § 2 se precisan y se consolidan continuamente. La funcién de las negaciones, ampliamente expuesta en nuestras ante- riores investigaciones sobre la contradiccién, va a servirnos, pues ahora para intentar deducir el mecanismo de la equili- bracién, pasando de la primera aproximacién de una conser- ay Planteamiento de tos problemas a yvaci6n mutua al andlisis de las regulaciones y de las com- pensaciones. § 4. Las REGULACIONES—Hemos admitido hasta este mo- jnento, a titulo de hechos de observacién, la existencia de Yarias formas de equilibrio, pero caracterizéndolas sélo por bus aspectos de conservaciones mutuas, lo cual todavia no es mas que una descripcién y no una explicacién. Por otra parte, hemos insistido en la importancia de las negaciones y fn su carencia al inicio del desarrollo. Estas negaciones hablan sido descrites y explicadas en otra parte, pero era importante recordarlas aqut para explicar los desequilibrios jniciales. Ahora se trata de precisar el . Desde el punto de vista del sujeto, esto equivale a decir que un esquema de asimilacién confiere un cierto significado a los objetos Jean Piaget asimilados y que asigna de este modo objetivos definidos a las acciones que tienen relacién con él (tales como coger, equilibrar, etc., en el plano de la consecucién practica, 0 comprender una relacién, etc., en el plano de Ja represen- tacién). Si se define una perturbacién como aquello que constituye un obstaculo para una asimilacién, tal como la Hegada a un objetivo, todas las regulaciones son, desde el punto de vista del sujeto, reacciones a perturbaciones. Pero hay atin que precisar las variedades de éstas ¢ insistir en el hecho de que Io recfproco no es cierto, es decir, que toda perturbacién no implica una regulacién (y, por lo tanto, una equilibracién). En lo que respecta a las variedades de perturbaciones, hay que distinguir en ellas dos grandes clases. La primera comprende las que se oponen a las acomodaciones: resisten- cias del objeto, obstaculos para las asimilaciones reciprocas de esquemas o de subsistemas, etc. En una palabra, constitu- yen las causas de fracasos 0 de errores, en la medida en que ‘el sujeto se hace consciente de ellos, y las regulaciones que les corresponden entrafian entonces retroalimentaciones negativas. La segunda clase de perturbaciones, fuente de desequilibrios, consiste, por el contrario, en lagunas que dejan las necesidades insatisfechas y se traducen en la ali- mentacién insuficiente de un esquema. Pero es conveniente precisar, y esto es esencial, que cualquier laguna no consti- tuye una perturbacién: ni siquiera un hombre de ciencia se encuentra motivado por el considerable campo de lo que ignora, en la medida en que se trata de ambitos que no le conciernen. Por el contrario, una laguna se convierte en una perturbacién cuando se trata de la ausencia de un objeto 0 de unas condiciones de una situacién que serfan necesarias para realizar una accién, o incluso de la carencia de un conocimiento que seria indispensable para resolver un pro- blema. La laguna en cuanto perturbacién es, pues, siempre relativa a un esquema de asimilacién ya activo, y el tipo de regulacién que le corresponde entrafia entonces una retro- alimentacién positiva, como prolongamiento de la actividad asimiladora de ese esquema (postulado nim. 1 de § 1). Pero, ademés, es importante recordar que si toda regu- lacién es una reaccién a una perturbacién, la rec{proca sélo Planteamiento de los problemas se verifica de un modo parcial: no se puede hablar de regs: fucién cuando la perturbacién simplemente provoca una Hi peticién de la acciém, sin ninguna modificacién, son la Hitcoria esperanza de lograr algo mejor (como es ef case Frosuente en los nifios); alin menos cuando el obstéculo Tlevs rec ue ate de la aceidn, incluso cuando el sujeto, interesado on un aspecto imprevisto de la perturbacién, dirige su acti- stad en otra direccién. En efecto, en estos diferentes casos Ro se puede hablar de una repeticién A’ de Ja acelén A com weoditicacion de A’ bajo el efecto del resultado de 4, y cuanto esta regulacién esté ausente no hay reequilbracton, Die 10 Ge otro modo, para que haya regulacién es precisa la intel oe eign de un regulador y seré conveniente investigar en. a8 venklote éste, Pero antes examinemos las diferentes varieda- des de regulaciones. 2° Observemos en primer lugar que la dualidad clésica de ins retroalimentaciones positivas y negntivas no es dico- Suiza en realidad més que cuando se trata de sectores 3) de un comportamiento de con- Junto, tal como la formacién de una estructura, sino qe esta formacién como: tal intervienen una y otra. En efecto, fs primera consiste en refuerzos y la segunda en corect'o: la Prihora bien, estos dos procesos son en general necesa Mos para et funcionamiento de una conducta por poco Fon, pleja que sea. Por ejemplo, la adquisicién de un habit Pie normalmente como si conllevara retroalimentaciones Positivas, pero es evidente que supone, ademds, numero Penteos: ahora bien, éstos corresponden a retroalimen!acte™ nes negativas. En este caso, como en muchos otros, refuerz0s } correcciones son continamente complementarios. Una dicotomia que, por el contrario, interesa a las auctas consideradas cada una en su totalidad, es Is, de las fegulaciones que tratan de conservar un estado y las al intervienen en la progresién hacia un estado que atin no se jnteranzado, lo cual corresponde en términos biolégicos * las homeostasis y a las homeorresis (entrafiando estas Sy was la mezcla, sefialada hace un momento, de las retroal mentaciones positivas y negativas). 4 Jean Piaget Otra dicotomia esencial es la de las regulaciones que afectan a las relaciones del sujeto con los objetos a los que tiene que adaptarse (ya que la asimilacién y la acomodacién persiguen la posesién practica 0 noética de estos objetos) y las que conciernen a las relaciones entre esquemas 0 entre sistemas de esquemas (subsistemas del conjunto de los ins- trumentos de accién o de pensamiento de los que dispone el sujeto en su nivel), En efecto, estas relaciones, que desem- bocan en asimilaciones y acomodaciones reciprocas, no llegan a ellas sin més, incluso en el caso de que cada uno de los subsistemas considerados sea en si mismo coherente. B. In- helder, H. Sinclair y M. Bovet han proporcionado bonitos ejemplos de estos conflictos en sus estudios sobre el apren- dizaje cognitivo': asi es como la comparacién de dos longi- tudes, cuando los trayectos se representan con varillas alineadas. punta con punta puede dar lugar a conflictos duraderos segiin las longitudes se evaltien espacialmente 0 mediante el niimero de elementos componentes (sobre todo si las unidades no son iguales). En tales casos, se trataré, pues, de completar los subsistemas que se unen, 0 de modi- ficarlos hasta la superacién de los conflictos 0 contradiccio- nes, y es evidente que entonces son necesarias multiples regulaciones. Ahora bien, volviendo de nuevo a las relaciones entre el sujeto y los objetos, éstos sdlo sirven como soportes para relaciones més complejas, que son las de los subsiste- ‘mas entre sf. Dicho de otro modo, se tratard entonces de una regulacién, no ya de las abstracciones empiricas, sino de las abstracciones seudoempiricas (es decir, que atafien a pro- piedades que las operaciones del sujeto introducen en los ‘objetos, como el orden o el ntimero, etc., y no a las propie- dades fisicas). Hay, por lo tanto, aqui un tipo més complejo de regulaciones. La tercera dicotomia atafie a los medios empleados y a este respecto distinguiremos las regulaciones casi automé- ticas de las regulaciones activas. Las primeras se presentan en los casos sensorio-motores simples, cuando los medios se encuentran poco sujetos a variaciones, salvo en la pre- *B. Inhelder, K, Sinclair y M. Bovet, Apprentissage et structures de la’ connaissance, viz, 1914 [Aprendizaje estructuras del conocimlento, Madrid, Morata, 1975) Se eee eee ae Planteamiento de tos problemas 25 cision de las acomodaciones 0 ajustamientos (por ejemplo, tratar de coger un objeto teniendo en cuenta las distancias © su tamafo requiere una apertura mayor o menor de las manos), Por el contrario, hablaremos de regulacién activa en el caso en que el stjeto se ve obligado a cambiar de medios o puede dudar entre varios (por ejemplo, cuando el nifio construye un castillo de cartas) y en que, por lo tanto, interviene una necesidad de efectuar elecciones. Aunque Ja frontera entre las dos categorias es dificil de trazar, su dis- tincién es importante porque las regulaciones automaticas no implican sin mas toma de conciencia, mientras que las regulaciones activas la provocan y son, por Jo tanto, la fuen- te de una representacién o conceptualizacién de las accio- nes materiales, lo que llevar a subordinar sus regulaciones tan control por una instancia superior, lo cual constituye tun inicio de regulacién de segundo grado. De ahi surge un nuevo principio de clasificacién de las regulaciones, de acuerdo con su jerarquia: regulaciones sim ples, regulaciones de regulactones, etc,, hasta las autorregu Iaciones con autoorganizacién, susceptibles de modificar y de enriquecer su programa inicial mediante diferenciacién, multiplicacién y coordinactén de los fines a conseguir, © integracién de los ‘subsistemas en un sistema total. Volvere- mos sobre esto en §6. ee Naturalmente las regulaciones podrian ser clasificadas de acuerdo con otros criterios, por ejemplo, segin sus con tenidos (regulacién de los observables, de las coordinacio- nes, etc.). Pero, a este respecto, &s més significativa una “ribucién del tipo precedente: en efecto, regular el regis: tro de los observables consiste en adaptar una forma @ un contenido material (= asimilarlo a un concepto), y la con- Sinuacién del desarrollo equivale a construir nuevas formas iipre esa forma de primer grado, etc., lo que conduce a la euestion de las regulaciones de las regulaciones y finalmente fla de autoorganizacién con equilibrio de las diferencia: ciones y de las integraciones. 32 Pero esto lleva al problema fundamental del o de los reguladores, porque una regulacién supone un control pro- 26 Jean Piaget gramado como en una méquina (cf. un termostato para las temperaturas). Una primera interpretacién podria entonces consistir en identificar este programa con la naturaleza de las cosas, es decir, con las propiedades, en un primer mo- mento desconocidas, de los objetos, pero con las que el sujeto se relaciona asintoticamente y cuya presién sufre en el curso de las experiencias y de los tanteos. Esta hipétesis podria parecer correcta en io que respecta a la lectura de los obser- ‘ables fisicos, pero, ya en este caso, hemos mostrado en otro lugar* que esia abstraccién empirica sdlo se hace posible, a todos los niveles, gracias a los marcos asimiladores (cf. los instrumentos légico-matematicos gracias a los cuales el fisico no solamente enuncia sus leyes, sino que también registra los datos), que se extraen de las coordinaciones de las accio- nes del sujeto mediante abstraccién reflexiva. En cuanto a las estructuras légicomatematicas en general, seria inconce- bible atribuirles como regulador la naturaleza fisica de los objetos, ya que los superan por todas partes, Si hay concor- dancia entre las matematicas y lo real es, por lo tanto, a través de las operaciones del sujeto, cuyos caracteres se basan en sus raices orgénicas: en efecto, el organismo es un objeto fisico més, pero més activo, lo cual es la raz6n al tiempo de Ja concordancia y de la superacién. Una vez dicho esto, el tinico regulador que podemos asig- nar a las regulaciones cognitivas es un regulador intergo. Ahora bien, como su programacién no es hereditaria, sdlo quedan por invocar las conservaciones mutuas inherentes al proceso funcional de la asimilacién. Esto puede parecer un inquietante circulo vicioso, ya que el ciclo de las interac: ciones seria de este modo causa y resultado al mismo tiempo de las regulaciones. Pero en todo sistema biolégico y cogai- tivo, hay que definir al todo como primordial y no como si procediera del ensamblaje de las partes, siendo éstas el re- sultado de diferenciaciones a partir de aquél. Por esto, el todo presenta una fuerza de cohesién y, por tanto, propie- dades de autoconservacién que lo distinguen de las totalida- des fisico-quimicas no orgénicas, Le Dantec, que por cierto * Véase nuestro estudio sobre Labstracti i coast estudo sobre Labstraction rélichissante, que apace Planteamiento de los problemas 27 no tenfa nada de vitalista, decia que al contrario de Jas Feacciones quimicas, en que la composicién de dos cuerpos Gestruye o modifica uno y otro para engendrar nuevos, la reaccign caracteristica de Ia vida en su asimilacién puede escribirse A + A’ =A + A” en que A Ja sustancia del or- ganismo, A’ = las sustancias ingeridas, A” = las sustancias Fechazadas, y i> 1; lo que traduciremos (a este efecto he- mos utilizado las letras de nuestro habitual simbolismo) en A= un sistema cognitivo, A’ = los objetos que lo alimen- tan, y A’ = los que no asimila. Lo esencial de esta ecuacion fs, pues, la conservacién de Ia totalidad como tal, que con- Serva su estructura en el curso de la asimilacién en lugar de verse modificada por los elementos asimilados. En efecto, es una circunstancia significativa que en todos los ambitos Gitales y cognitivos la forma total parezca mas estable que sus componentes. Asi pues, no solamente un organismo man- tiene la suya a pesar de un continuo metabolismo, sino que también P. Weiss ha observado que, en una célula, el com- portamiento de conjunto «es infinitamente menos variable de un instante a otro que las actividades momentdneas de sus elementos» *, En cualquier sistema cognitivo, las leyes de totalidad prevalecen sobre las propiedades cambiantes de los componentes, y Pressburger, citado por Tarski, incluso ha podido mostrar la existencia de sistemas completos y completamente decidibles, mientras que sus subsistemas dejan sitio a lo indecidible. Recordemos igualmente que en ‘matematicas «una teoria mas ’general’ que ‘contiene’ teorias menos generales, explica més que éstas, ya se las tome de forma aislada o en su conjunto» (G. Henriques) ". Por lo tanto, no hay ningtin circulo (0, mas precisamente, existe, pero no tiene nada de vicioso) cuando se admite que Ia totalidad de un sistema desempefa la funcién de regu: Iador con respecto a las regulaciones parciales, porque les impone una norma extremadamente restrictiva: someterse ‘a la conservacién del todo y, por lo tanto, al cerramiento Gel ciclo de las interacciones, 0 verse implicadas en una dis Jocacién general, comparable a la muerte de un organismo. © Vinse P. Weise, «The living systems, en Beyond reductionism (Atpbach, Symposium, 1968), Londres, Hutchinson, 1969, p. 12, Tiga Texplication dans tes sciences, Paris, Flammarion, 1973, cap. Ul 5 28 Jean Piaget Como el juego continuo de las asimilaciones y de las acomo- aacones provoce sin cesar refuerzosy correccions, los dos rel 1a de regulaciones de retroalimentacié a je retroalimentacién fan Pronto como se prolongan (y el mecanismo asimilador kes lige a acerlo) en procesos retroactivos y proactivos, pero bajo el control dinamico permanente de Ia totalidad ige su conservacién. Ciertamente en ello s6lo hay una programacién funcio: ‘i ‘uncional, pero que se 2 tuaciones, Pero que se adapta a todas las si- ie a 4 doing Wlviendo a la euestisn esencial de las afirmaciones 3d las negaciones, se puede comprobar que las regulaciones desempeian una funcion importante a este rexpecto, augue ¢l sujto no stempre tome conciensia de ello, En efecto, ea wnismo, cualquier regulacién hi i 5 mn hace que inter- engan dos procesos de sentido contra ‘etroactiv, gue, conduce del resultado de una accién a su repeticién, cl otro proactive, que conduce a tna correccidn 0 a i relucrzo, Estos dos movimientos de direcciones opuestas no Gonstituyen alia operationes directas © inverses 2 causa de gus travectos diferentes; por ello, con read, se les califcs de sbuclese, aungue en To gue reapecta asus orentaciones la otra y existe ahi, por lo t 2} ; anto, Preparacion ara a reversbilidad, Pero sobre todo es en aut ia en donde intervienen las negaci I : gaciones. La rel alimentacién negativa, como su nombre indica Consiste en una corzeccién supresora, ya se trate de apartar obstéculos cove 2 ‘icar los esquemas eliminando un elemento en provecho de otto, disminuyendo su fuerza 0 su extension, ee ja retroalimentacién positiva, e un i , se trata de un cee x pati por tanto, ajena a cualquier negacién. , en el ambito cognitivo, difiere de la simple actividad asimiladora que trata de gene rentnein (porta le generalizar su alimentaci6 mntacién (postu- Jado 1, 81) Drecsamenie en que tiende a reforzaria celle laguna (debilidad, etc.), mient: i estabilizacion no se aleancen Facil rice aa Icancen Ficilmente: ab qzisbilactn no nnte: ahora bien, una acter negativo y lenar la , leg n car 7 ir Ta laguna con wi abril fs ti mbiéa una supresin, aunque afecte a esta in cia como tal. Por lo tanto, no es jugar con las pala rio: uno retroactivo, Planteamiento de los problemas 29 bras ver en la retroalimentacién positiva la negacién de una negacién, por ejemplo cuando se trata de suprimir la dis- tancia espacio-temporal que separa de la Ilegada al objetivo. ‘Una observacion mas sobre el caracter constructive de las regulaciones. Por una parte, desembocan casi todas en com- pensaciones, camo vamos a ver. Pero, por otra parte, estas compensaciones son indisociables de un problema de cons- truccidn: o bien, en efecto, la regulacién termina por supe- rar la accién inicial en la direceién de un equilibrio més amplio y mas estable, y la equilibracién es entonces maxim zadora, o bien se limita a estabilizar esta accién inicial, pero afiadiéndole nuevos circuitos retroactivos y proactivos y au- mentando el poder de las negaciones, que es sistemética- mente deficitario, en los niveles iniciales, lo cual constituye, por tanto, también un progreso constructive, ya que los desequilibrios de partida se deben esencialmente a este deficit de los caracteres negatives (§ 3). § 5, Las COMPENSACIONES.- La intencién de una teorfa que trata de explicar el desarrollo de las estructuras cognitivas mediante la equilibracidn es evidentemente explicar la rever- Sibilidad final de las operaciones Iégico-matematicas (inver- Sign y reciprocidad) mediante mecanismos que no la presu- ponen desde el comienzo, pero que conducen a ella mediante Papas sucesivas, haciendo de ella un resultado necesario de Jas construcciones psicogenéticas al ticmpo que conservan ‘gu estatuto terminal de norma intemporal y general. Para tealizar este proyecto, hay que cumplir entonces dos condi- clones: mostrar de qué modo la reversibilidad se encuentra preparada por sistemas de compensaciones de diferentes Piveles; y encontrar por qué estas compensaciones son indi- Sociables de construcciones propiamente dichas igual que, feciprocamente, cualquier construccién nueva se encuentra hho solamente orientada en el sentido de compensaciones 0 de complementos, sino también dirigida por sus exigencias. 1° Un nuevo paso consiste, por tanto, en establecer ahora en qué medida las regulaciones desembocan en com- pensaciones. Pero en primer lugar observemos que, si bien ba Jean Piaget no toda reaccién a una perturbacién (obstéculo o laguna) engendra una regulacién (ya que ésta s6lo interviene bajo la presidn de los sistemas de conjunto), tampoco toda regu Jacién produce una compensacién. Constituyen una excep- cién ciertas retroalimentaciones positivas, cuando conducen a un refuerzo del error. Pero en el terreno cognitivo esta excepcién sdlo es momenténea: pronto o tarde el error con- duce a contradicciones y éstas, como hemos visto en otra parte", consisten en compensaciones incompletas (a no-a #0), y entonces su superacién equivale a com- pletarlas, Si denominamos compensacién a una accién de sentido contrario a un efecto dado que tiende, por Jo tanto, a anular- Jo o a neutralizarlo, es evidente que las retroalimentaciones negativas desempefian tal funcién en cuanto instrumentos de correccién, Cuando se trata de corregir la propia accién, como en las conductas de un ciclista en sus comienzos, estas especies de negaciones motrices son evidentes: enderezarse en caso de inclinacién que conduce a Ia caida 0, por el con- trario, inclinarse en una curva cuando una posicién dema- siado vertical hace peligrar el equilibrio. En cuanto a las perturbaciones que se deben a obstaculos exteriores, éstos se apartan o se rodean, lo cual equivale a compensar la per- turbacién mediante una negacién completa o parcial, corres- pondiendo esta dltima entonces a una diferenciacién del es- quema en subesquemas, de acuerdo con que el objetivo pueda ser alcanzado mediante un itinerario directo 0 no. Igual- mente si se trata de asimilaciones representativas y no so- lamente sensorio-motrices y, por lo tanto, de perturbaciones provocadas por objetos inasimilables por medio de esque- mas que estan a disposicién o por hechos contrarios a las previsiones, se vuelven a encontrar variedades andlogas: 0 bien se niega el acontecimiento exterior en la medida en que es perturbador (por negligencia o incluso a veces por una especie de rechazo) o bien hay modificacién de los esque- mas y, por lo tanto, diferenciacién en subesquemas con las negaciones parciales que entrafian; y en todos estos casos hay compensacién (mas 0 menos estable). " Véase nuestras Recherches sur la contradiction, (Hay trad. castella- sna: Investigaciones sobre fa contradiccién, Madrid, Siglo XXi. 1978.) Planteamiento de los problemas a1 ‘De forma general, las regulaciones mediante retroalimen- taciones negativas desembocan siempre en compensaciones, pero en cuyo seno se pueden distinguir dos clases: las com- pensaciones por einversién», que consisten en anular la per- turbacién, y las compensaciones por ereciprocidads que consisten en diferenciar el esquema para acomodarlo al elemento inicialmente perturbador. Por lo tanto, las prime- tas implican negaciones completes y las segundas negaciones parciales, pero esta vez internas en el seno de] nuevo sistema asi reestructurado. En el easo de las perturbaciones que se pueden producir con ocasién de la asimilacién reciproca de Exquemas o de subsistemas, es evidente que las regulaciones desembocan entonces en compensaciones por reciprocidad. 22 En cuanto a las retroalimentaciones positivas, Ia si tuacion parece més compleja, pero no excluye en absoluto el desembocamiento en compensaciones (excepto en el caso, pero momentineo entonces, de los refuerzos de un error); Sino, no se podsfa comprender por qué bay regulacién, Ba primer lugar, recordemos el hecho esencial de que la adqui- sicién de toda conducta en la que intervienen refuerzos supone por este mismo hecho correcciones: en efecto, en los casos en los que los refuerzos son initiles, es porque hay éxito 0 comprensién inmediata, mientras que los a 2 refuerzos implican la presencia de dificultades y, por lo tanto, de correcciones. Esto equivale a decir que las retro- alimentaciones positivas estén, en general, unidas a otras negativas y a-las compensaciones que éstas conllevan sa particular es el caso de lo que en §4 hemos denominado eregulaciones activas», porque un cambio de medios bi relacionado a la vez con el refuerzo y con Ia correccién. Pero hay més, ya que el refuerzo que se debe a la retroal rmentacién positiva esta destinado a llenar una laguna (poder insuficiente de 1a accién, distancia. espacio-temporal, que separa de un objetivo demasiado alejado, ete): ahora bien lenar una laguna es una compensacion, de acuerdo con le definicién adoptada (y sin volver a la doble negacién). Pero eso no es todavia Jo esencial: el factor principal, cuando se forma una retroalimentacién positiva, es el valor que el su- 32 Jean Piaget jeto atribuye al objetivo perseguido y que le hace juzgar como indispensable la satisfaccion de la necesidad (practica © puramente cognitiva) a la cual corresponde. Ahora bien, todos los autores que se han ocupado de las necesidades, y en particular el puro funcionalista que era Claparéde (que vio bien las relaciones entre las necesidades en general y la «pregunta» en cuanto momento inicial y necesario del acto de Ja inteligencia), han presentado la necesidad como un desequilibrio momenténeo y su satisfaccién como una reequi- libracién: basta con decir que el refuerzo en la investigacion (cualquiera que sea su caracter positive) desempefa una funcién de compensacién en relacién con el déficit de un «presupuesto» (para utilizar la terminologia de Janet, otro funcionalista), que sin ello arrojarfa un saldo negative. Por otra parte, volveremos en § 27 al problema de la eleccién de los objetivos, en relacién con la asimilacién reciproca de los subsistemas y sobre todo con el equilibrio de las diferencia. ciones y de la integracién y veremos que esta eleccién en si misma ya se encuentra condicionada por necesidades de compensacién. Hay que afiadir el problema de las regulacio- nes de regulaciones. Ahora bien, también en este caso, si una regulacién es insuficiente, es decir, si no consigue anular todas las perturbaciones o relienar las lagunas, se hard ne- cesario subordinarla a otras, que desempefiardn una doble funcién de correccién y de refuerzo: volvemos a encontrar entonces las mismas cuestiones y andlogas compensaciones, excepto que una vez més nos queda por explicar la posibili- dad de: tales perfeccionamientos (véase § 6). Pero como las compensaciones en juego son entonces mas complejas, ya que en este caso afectan a mecanismos que son ya compen: sadores, las negaciones que engendran son igualmente de un tipo més elaborado y comienzan a parecerse a operacio- nes inversas. Los aspectos negativos de las compensaciones elementales pueden, en efecto, no ser aprehendidos fécil- mente por la conciencia del sujeto, en la medida en que éste razona en términos de simples diferencias, como es la ten- dencia propia de los juicios de «comprensidn» y ha de reco- rrerse un largo camino hasta e! manejo de las negaciones operatorias u operaciones inversas. Las compensaciones pro- pias de las regulaciones de regulaciones marcan una nueva 33 Planteamiento de los problemas etapa en esta direccién, en particular por el hecho de que, en vez de oponerse a perturbaciones inicialmente ex : se interiorizan cada vez mas. 3° Examinemos ahora los caracteres comunes @ a diferentes compensaciones reguladoras. Bl primero es ¢l que hasta aqu! se ha descrito: toda compensacién se orienta en direccién inversa 0 reciproca a, la de la pertarbacion (obs tdculo o laguna), lo cual equivale a es ee Tee it i ‘bacion {recipros ), al neutralizarla en cuanto pertur! P nn 1 de ella informaciones utiles (y See einen lo de las negeciones 108 en §6), ademas del desarro! 7 {ee implican, etapa tras etapa, los pares perturbacion ompensacién. : 7 cond segundo carécter general de las compensaciones cog nitivas es conllevar una eS eel bg setiaclon ‘icienci & unido al ori insuficiencia, que esté unido al lacté misma, Al estar este origen constituido por un desequlibio de la asimilacién y de la acomodacion debido a la presencia de una perturbacién que impide alcanzar el objetivo: me- dante el esquema de partida, la evaluacién nal onsite en i 2 to, parc . uicio sobre ese acceso (complet ante asimilacién recognitiva en los casos ase més simples, pero Juego con, posibilidad de comprensién de las nuevas relaciones debidas a Ta reequilibracion de la asimilacién y de la ae a las be ee : e i inicialmente perturt xtraidas de los elementos inicial ores finalmente integrados en la conducta readaptada (volvers- ellos en § 13). mes eser eardoter comin a todas las compensaciones es ue tienden a conservaciones a través de transformaciones: eaeervocidtl de un estado o de una progresién, de un a vt i tendencias conservador: © de un subsistema, etc. Estas 3 estén lejos de desembocar sin ids en la construcsin de inci turales de conser nociones o principios estruct servacin (sustan i se punto, hay qué cia, etc.) porque, para llegar a es h tt n ificaci ensaciones, pero, ain una cuantificacién de las comp* 0, iva inick yreionan desde el co- a cualitativa iniclal, éstas proporcionan co" serena “ccbouos funeionales de estas vealizaciones posterio 34 Jean Piaget res, de igual modo que las negaciones implicitas que suponen a todos los niveles preparan las operaciones inversas igual mente necesarias para las conservaciones operatorias.. : Se Jmpone una iltima observacién. Si las regulaciones y. Jas compensaciones que provocan explican el mecantsrno de Ja equllibracin, es importante subrayar con fuerza el 10 de que estos procesos formadores ya son a la v constructivos y conservadores. En si misma una repulacion es ya une construccién, ya que afiade a la trayectoria lineal le tna acci6n retroacciones o trayectos en bucles: incluso si entonces el resultado no es més que el de estabilizar esta accion, ya se produce un enriquecimiento por construccién le nuevas relaciones, que entre otras cosas conllevan la for- macién de negaciones implicitas. Pero, de forma mucho mds general, la intervencién de elementos perturbadores y las acomodaciones resultantes de las compensaciones engendran nuevos conocimientos, relativos unos a los objetos y otros a las acciones mismas del sujeto, de tal manera que la reequt Iibractén a0 hace indisociable de construcciones, construyen- dose éstas gracias al poder anticipador que, antes 0 después es el resultado de las retroacciones. ror § 6. La EQUILIBRACION MAXIMIZADORA.—El examen Tegulaciones nos ha mostrado como se efectia la Salat ci6n en sus tres formas de equilibrio entre el sujeto y los objetos, entre los esquemas 0 los subsistemas del mismo nivel jerérquico y entre su diferenciacién y su integracién en toialidades superiores. Pero lo que queda por precisar es que a equilibracién cognitiva nunca sefale un punto de si no es a titulo provisional; y en el nada que lamentar, ai especialmente el indicio Eapeeeens re de pecado original como lo seria la contradiccién que leterminadas dialécticas querrian instalar en el corazén mis- mo de la inteligencia. El hecho de que los estados de equi- librio scan siempre superados se debe, por el contrarlo, a una razén muy positiva. Todo conocimiento consiste en sus- citar nuevos problemas a medida que resuelve los preceden- tes. Esto es evidente en las ciencias experimentales, en que el descubrimiento de la causalidad de un fendmeno susciia la cuestién del porqué de los factores invocados, y asi suce- Planteamiento de los problemas 35 sivamente, Pero esto sigue siendo cierto en los dominios I6gico-matemiaticos en que, nO ‘obstante, es maximo el equi- Vrio, ya que una verdad adquirida mediante demostracion se conserva indefinidamente: sin embargo, no constituye en Sbsoluto un punto de detencidn, ya que una estructura aca bada siempre puede dar lugar a exigencias de diferencia: ciones en nuevas subestructuras 0 @ integraciones en estruc- furas mas amplias, La razén de esta necesaria mejora de todo equilibrio cognitivo es entonces que el proceso de la equilibracién como tal implica de forma intrinseca una ne- cesidad de construccién y, por lo tanto, de superacién, por fl hecho mismo de que sélo garantiza una cierta conser- Vacién estabilizadora en el seno de transformaciones de las Guales esta ultima constituye sélo la resultante: dicho de Stro modo, compensacién y construccién siempre son indi- sociables. Fn efecto, un sistema nunca constituye una realizaci6n absoluta de los procesos de equilibracién y siempre se deti- Yen nuevos objetivos de un equilibrio alcanzado, inestable © incluso estable, entrafiando cada resultado, incluso si es {nds o menos duradero, nuevas progresiones. Por tanto, seria muy instficiente concebir la equilibracién como una simple qnarcha hacia el equilibrio, ya que ademas es constantemente tuna estructuracién orientada hacia un equilibrio mejor; nin- fguna estructura equilibrada permanece en un estado defic nitivo incluso si mas tarde conserva sus caracteres especia- les sin modificaciones. Esta es la razén por la que conviene hablar, ademas de equilibraciones simples, siempre limita: das ¢ incompletas, de equilibraciones maximizadoras en el Sentido de estas mejoras, e incluso hablariamos de una ley de optimacién, si este término no conllevara significaciones técnicas que no estamos en condiciones de precisar cuanti- tativamente atin, ‘Esta maximizacién se traduce de dos maneras, segiin que Jas mejoras sean simplemente el resultado del éxito de les re- gulaciones compensadoras y, por lo tanto, del equilibrio mo- Srentaneamente alcanzado, o las novedades se extraigan (mediante abstracciones reflexivas) del mismo mecanismo de estas regulaciones. En efecto, toda regulacién afiade nue- Vas transformaciones al sistema por regular y estas trans: a formaciones tienen su propia estructura, especialmente en cuanto a las negociaciones, lo cual puede enriquecer en su forma al sistema que se trataba de equilibrar. 1° Entre las mejoras de la primera categoria (resulta. dos de Ia equilibracién en su contenido) hay que senalar en primer lugar una ampliacién del campo del sistema en su extensién: en la medida en que los elementos perturbadores se asimilan al esquema que hasta ese momento no podia acomodarse a ellos, la extensién del esquema queda acre- centada, por esa misma razén, En nuesiras Investigaciones sobre la contradiccién ya habiamos observado que su supe- racién iba acompafiada (a titulo de condicién o de efecto) de una ampliacién del referencial (por ejemplo, considerar Jos pesos ya no solamente segtin sus presiones, sino también segiin sus posiciones, etc.), lo cual corresponde al mismo proceso. 2° En segundo lugar, el éxito de las regulaciones com- pensadoras tiene como consecuencia diferenciaciones de com- prensién y no solamente de extensién (esto en cuanto a las Tetroalimentaciones negativas en relacién con los objetos perturbadores, mientras que las retroalimentaciones positi- vas estén orientadas en la direccién integradora): en efecto, su resultado es que los elementos inicialmente inasimilables se convierten luego en partes de un nuevo subesquema, 0 subclase, del esquema que antes era inoperante. Natural- mente esta diferenciacién es ya un enriquecimiento, pero, ademés, exige a titulo de complemento necesario una inte. gracién de grado variable, pero proporcional al de la dife- renciacién, si se denomina integracion a la asimilacién re- efproca (en cuanto interacciones y conservacién mutua) entre sistemas que no son del mismo rango, pero uno de los cuales engloba al otro (total 0 parcialmente) de acuerdo con relaciones de subordinacién. En efecto, toda diferencia- cién constituye una nueva especie de posible perturbacién, pero por relacién a la cohesién del sistema efclico total del que el subsistema forma parte: 0 bien entonces se rompe i i interacciones conservadoras) Jclo 0 bien esta cohesion (nt ) Sass sa poder asimiladar sobre los subsistemas diferen tiados y la diferenciacién queda compensada por una hve. gracidn, nuevo enriquecimiento que se debe a la eq cién. i ‘| Pero es preciso comprender bien que este poder inte idades no es un deus ex ina grador de las total s fs aching gue i je yn ocasién de una diferenc surge sin més trabajo con oc : iacion: se e la asimilacion (la cual, asa en las propiedades de 1 ct vi mneral, en todas sus ma- deus, lo es entonces de la vida en general, s sus nifestaciones y no solamente de las funciones cognitivas) : =ct0, similacién es necesariat En efecto, todo proceso de asim 2 esariamente ic +: de ahi la resistencia de un ciclico y autoconservador: cia ¢ ie i wus diferenciaciones, y s ma total (de cualquier rango) a sus dife ones, ¥ 3 i de integraciones. A este ciones compensadoras en forma propésito recordemos que todas las regulaciones cogeitivas i imilacién-acomodacién, comt basan en la bipolaridad asimil ; alos ‘esquemas y a todos los sistemas, asi como a st carécter Giclico (constituyendo esta propiedad misma una condicién necesaria de la asimilacion) 8, El equilibrio, en cuant Servacién mutua, de las diferenciaciones y de las integra- ae s relation ayar a diferencia entre as sompensacones eoes feet eterna a tow eaquenas del comportamieno (2s como 2 ns organic jones biolézicas) y las que interviencn un eC ui io job see ee) SA Shree ser’ Caundo. en une balanza ta accion de un peso compensa la del Beara Gat sto sive eed ue agi is ins gu Cuando en ventadn ce este comprime un gat que, se callenta tends resin simyfuiarse moderendo con elo la aeién del piston, las pare catences ae iven 2 au vez de mediadores pasivos, ete, En un e& Sel recipies racion de forma, (4x A)-+(B x B')> + AXA, lap Sue aek cutee cada oer J Tos demés constituyen por el eontearo’ una Heats @eserats > colons care Ay Ay se magica # Sree acon ry J eleteto (cm state Mee Mesos opuestog en una. Dalanza), pero son solidarioe del, conjunto oe a ny Wield td a ais it GEC Me Selamente dea, sino del conjunto de os, demés element 2G ¢'8) bon cada uno de los demas (veose § 1), Esta establlidad rel ae lo be duanto ciclo 9 satemn, es ls que dosempefa ia foncion pri ‘pal en iat + smodaciones o compensaciones, interviniendo, a ti SP actor endegeno, ln ‘debida a las telaciones cfclicas oa net aT Ede Gein gece ns acon cle eee eae eoueon ge Aveta canara aco 42 sin de cuando ln modlcaién exonena 16 sfeado th val © ial Puno. 38 Jean Piaget clones no es, pues, més que un caso particular del de las acomodaciones (0 compensacic seomodaci ;pensaciones elementalos) y de las asi- 32 Pero aeste respecto i nos encontramos en presenci: un problema exencial, Cada esquema de colina conliora rta capacidad de acomodaciones, : i » pero dentr Giertos mites, que son los de Ia no ropturs del leo da lo, y a este respecto se podria habl: «norma de acomodaciones» et sme ote n d » en el mismo sentido en que biologia se denomina snorma de reaccién> al Conjunto de fenotipos posibles para un cierto genotipo en relaciin con las variaciones dadas del eniorno. Esta norma de aco aciones depende naturalmente entonces de la resistencia y de la plasticidad conjuntas felo que gat eae de k s del ciclo que garantiza la asi : a asi- millacién, pero no podemos juzgar a ese primer factor, oe estado actual de los conocirsientos, més que ala vista de los resultados observables, sin poder’ dar leyes ni un modelo detallado. Por el contrario, un segundo factor es mas acce sible: es el nimero de los esquemas elementales o de los subsists (esquemes unis) ya consruidos en el sistema , into mds elevado es este ntimero, ma: are a de acomodaciones del esquema considera. , sus probabilidades de relacione es aumentan enone oe de las regulaciones aumenta ‘gual. sibles acomodaciones. Pet “i roca es igualmente certs, es deci, que cuanto mis ae amplts a norma de scomodaciones de un esquema elemental (Gamblén se le podria denominar «norma de asimilaciéns), Zale proba ilidades hay de que entre en relacién de asimila. iproca con otros y que constituya de vos subsistemas en el seno de la toaligad, nn? SE vag ni ferers categoria de los enriguecimientes debidos a tas requlaciones y a las equilraciones que son su resultado onsite al mismo tiempo en ampliar les normas de ‘acomo- jones y en favorecer la formacién de nuevos subsistemas, GE a ley de Zipé on el modelo que dy cuyas ontesuoncas es ave el noms de especies aurea conde lot ur petles tment con el de los Planteamiento de los problemas 39 con las nuevas conexiones y necesarias relativizaciones que SSnllevan (en nuestras investigaciones sobre la contradic: tidn hemos visto que su superacién no se basaba solamente en la extensién del referencial, sino también en la relativic facién, y esto en «comprensiéns, de los predicados inicial- mente considerados bajo formas absolutas). 42 Llegamos ahora a las variedades de equilibracién maximizadora en las cuales las mejoras que constituyen ya no son simplemente resultantes del éxito de las regulacio- hes, sino que se extraen de la estructura misma de esas regulaciones. A este respecto el progreso mas general es el de la construccién gradual de las negaciones de diferentes clases, y ahi reside sin duda alguna el enriquecimiento mas importante, porque hemos visto (§2) que constitufan una condicién necesaria del equilibrio, y (§ 3) que su jnicial ca- rencia, en relacién con una primacfa sistematica de las afir- maciones, constitufa la razén de los desequilibrios tan numerosos, profundes y dificiles de superar, propios de los estadios preoperatorios (cf. las no conservaciones, etc. ‘Ahora bien, las regulaciones compensadoras constituyen fen su misma estructura instrumentos formadores de negar Giones. Para las retroalimentaciones negativas esto es evi dente, ya que consisten en anular perturbaciones 0 en com- pensarlag por reciprocidad (acomodacién del esquema) con Tas negaciones parciales que esto entrafia. En cuanto a las retroalimentaciones positivas, hemos visto que compensan fan déficit, lo cual equivale a una especie de negacién de la negacién. Sélo que, en tales mecanismos, nada se traduce directamente en la conciencia del sujeto, porque al principio Solo se trata de las dimensiones negativas de la accién, y porque los observables en juego sélo se conciben ante todo bn términos de diferencias. Pero estas negaciones practicas y de alguna manera motrices no tienen una importancia Jhenor por ello, porque sirven de base a las negaciones com Ceptualizadas posteriores. Aqui, el andlisis, puramente des- criptivo entonces, que hemos dado en §2 sobre la funcin de las negaciones en una equilibracién, puede venir a inser- arse a titulo de intento de explicacién psicogenttica: ta deur cuager conceptualizacién de los esquemas, por ejemplo en una cla- sificacion como A + A’ = B; B + B’ = C; etc., supone, en efecto, tantas negaciones como elementos positivos por- que 4’ = B.(no-A) y A= B .(no-A’), etc., y el conjunto de Jas operaciones inversas que se elaboran en los estadios operatorios constituye el punto final de estas conceptuali- zaciones que se fundan en su punto de origen en las nega. ciones en la accién exigidas por las regulaciones compensa. doras, desde sus formas sensorio-motrices iniciales. Asi es como la equilibracién en sus formas fundamentales de com. pensaciones entre las afirmaciones y las negaciones se en- cuentra dirigida por la estructura misma de las regulaciones. 5° Pero este proceso de reflexién de las negaciones practicas en negaciones concepiuales es la expresién de un proceso de construccién estrechamente unido al juego de las regulaciones y del cual, por otra parte, constituye un aspecto inseparable: es la abstraccidn reflexiva, estudiada en otro lugar, cuyo mecanismo interfiere continuamente con la formacién de las regulaciones de regulaciones, hasta tal unto que parece tratarse en este punto de un solo y mismo tmecanismo analizado en d& 2 le ‘mecanismo analiza los lenguajes y desde dos puntos __La abstraccién reflexiva conlleva dos momentos indiso- ciables: un eproceso de reflexién» en el sentido de una pro- yeccién en un nivel superior de lo extraido del nivel prece- dente (acabamos de ver un ejemplo de ello) y un «producto de la reflexién» en el sentido de una reconstruceién o reor- ganizacién cognitiva (més 0 menos consciente 0 no) de lo que de este modo ha sido transferido. Sélo hay que preci- ‘sar que esta abstraccién no se limita a utilizar una sucesién de niveles jerarquicos cuya formacién le serfa ajena: ella es quien los engendra mediante interacciones alternadas de eprocesos de reflexién» y «productos de reflexiéne, pero precisamente en una unién tan estrecha con el afinamiento de las regulaciones que se trata de un solo y*mismo meca- nismo de conjunto. ™ Sip Flaién con el simboismo de Ios cilos de § 1 septides Obra sobre la abstraclon que aparecerd pronmamentes so? 87 Pianteamienw ue ws provienus 7 a) En primer lugar, recordemos que, por su mismo ejercicio, toda regulacién progresa en los dos sentidos de !a retroaccién y de la anticipacién (de ahi las variaciones de amoplitud de las correcciones o de los refuerzos). Ahora bien, Jas anticipaciones se basan en indices (cuyas formas inicia- les son muy precoces y se reconocen desde las regulaciones del amamantamiento del recién nacido durante la primera semana), y los indices se coordinan de acuerdo con una ley que se ha denominado de «transferencia» 0 mejor de «recu- rrencia»: @ anuncia a x, después b que precede a a anuncia aay x, después c que es anterior anuncla a b, aay a x, et cétera (cf. los indices sonoros que anuncian la comida de un niflo de pecho). Es evidente entonces que esta organizacion de los indices constituye ya un nuevo nivel en relacién con les regulaciones iniciales que sélo proceden por correcciones 6 refuerzos a posteriori, Por ejemplo, en la evolucién de las seriaciones, entre el nivel de los pares o trios y el de las seriaciones’operatorias sistematicas, existe un nivel de lo- gros mediante tanteos en que las correcciones a posteriori se coordinan poco a poco gracias a progresos anticipadores y retroactivos hasta hacerse cada vez mds raros y finalmente initiles: lo cual significa la formacién de un nivel represen- tativo intermedio entre la simple accién material de tanteo y la operacién programada. Asi pues, se advierte la funcién de las regulaciones en la elaboracién del «proceso de refle- xién» en un nivel que engendran con sus mismas coordina- ciones. 5) Ahora bien, cada nuevo nivel da lugar, en la forma que hemos denominado «producto de la reflexidn», a nuever equilibraciones mediante regulacién (de los indices, etc.) y estas regulaciones de rango algo superior (en diferentes zrados) prolongan naturalmente las del nivel de partida me- diante «abstraccién reflexiva». ¢) Pero reciprocamente es evidente que el sistema su- perior constituye entonces un regulador que ejerce su con- trol sobre las regulaciones del nivel inferior. En el caso de todos los niveles en los que interviene un «producto de la reflexidn», ya que éste constituye una regulacién por su misma naturaleza de producto de la reflexién «sobre» lo ad- quirido anteriormente: asi pues, el «producto de la refle- 42 Jean Piaget xin» representa el prototipo de una regulaciés Sones, ya que te por st ilar un reyuledor y repute gue se encuentra insuficientemente regulado por las re; slacion nes anteriores. Es lo que se ve en el caso de las regulaciones activas 0 cuando la conceptualizacién llega a dirigir la ac ign, pero este mecanismo se renueva en todos los estadios ®, siendo la unin de un nuevo proceso de reflexién y de un nuevo producto de la reflexion lo que caracteriza 2h for macis de cualquier nueva etapa del desarrollo. = ate Eat formacion dela reglacionss de requlaciones, c nguaje o en Senin 0 productos de le releion propios dé Te abstee Gién reflexive, constituye, por tanto, un proceso muy general ¥ aparentemente paradéjco, de acuerdo con el cual todo sis tema copntvo s¢apoya en el sgulente para extract de . y la realizacién de su regulacién. Con esta condi- én (que corresponde por otra parte a muchos ejemplos en las matematicas contemporancas)" se constituye poco poco una autorregulacién, es decir, un juego de diferencia: ciones y de integraciones tal que las totalidades sirven de reguladores con su accién sobre los subsistemas y los ex quemas particulares, en el sentido descrito en §4 (en 3°) Esta colaboracién (si_no iden : tidad) de I - ciones y de la abstraccién reflexiva, moviéndose ies ae este modo de niveles en niveles, explica, pues, el proceso central del desarrollo cognitivo, es decir, la formacién inde- Tas Jee ns exis oe oe ces a corr de tte ae oprler te sameae c aceess e s mediante regulacién progresive, de los observables mal registrados Peete SA eae eS ies Sauron as arta: tee ee fe as te ena arco ote om xn, que permitré entonoss un sproducto de la rflexéne sobre lag trans: eed tae ay Rae nee a O59 anne tb eee ahatanmes {a Rae RSS Sa oe s, Bosteriores que acabamos de trater. bain “sR a pear sae ane 0 SSS re ees Ris Planteamiento de tos problemas “ finida de operaciones sobre operaciones. En efecto, si exis: tea, como se acaba de recordar, regulaciones de regulaciones y si, como se ha mostrado en otro lugar ”, existen igualmente Jroductos de reflexiones de diferentes potencias, ¢s evidente que en un sistema operatorio dado siempre ser& posible Splicar nuevas operaciones, extra(das de otros sistemas y sabre todo extraidas de los precedentes en el seno del mismo Sistema, pero elevadas a una potencia superior (como las adiciones de adiciones, origen de Ja multiplicacién numé- ica). Pero se imponen a este respecto dos observaciones. La primera es que tales construcciones son indisociables de compensaciones en el sentido de que las asociaciones fratan de llenar una laguna que es origen de desequilibrios. Por ejemplo, las funciones

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