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Ingrama oe rt e Gabriela Camaly Los impasses de la feminidad Goces y escrituras- \ EE CAPITULO 2 La problemitica freudiana sobre la Sexualidad femenina Creo que el retormno a los textos freudianos [ed me ha dado la idea cada ver wrac segura de que no hay captura mas completa de ls eal ing que 22 que realizala experiencia freudiana, y ques fe Puede dejar de volver a las fuentes y apre hender estos textos en todos los sentidos de la palabra (Lacan, 2005a, pp. 13-14) l objetivo de este capitulo consiste en seguir el trazado de los estudios y elaboraciones de Freud sobre la sexualidad femenina desde sus primeros encuentros con las histénices “de Charcot hasta sus uiltimos escritos Para extraer de alli sus coordenadas fundamentales asi como sus Puntos de impas- se. La originalidad de Freud al establecer que la serualidad femenina,se organiza, al igual que la del hombre, alrededor del falo como unico referente en el inconsciente para ambos “sexos, consistid en una revolucién para el pensamiento de la ~ €poca. La insistencia de Ta pregunta referida a qué quiere una mujer y cudles son sus modos particulares de satistaccién e eutectic peetieae atraviesa todo el recorrido, a la | vez que funciona como el motor fundamental de sus elucu- braciones en tono a la feminidad. : Sin embargo, la imposibilidad freudiana de obtener una Tespuesta final que diera cuenta de los avatares de la a xualidad femenina es la brecha que pesteriormente se abre para Lacan. Allise origina la elaboracién lacaniana sobre los Modos de goce articulados a la logica de la sexuacidn ya la. inexistencia de “La mujer”, los cuales seran abordados en el capitulo siguiente. P GADIITEA CAMALY y n 1 lazo con las mujeres eyed y ste la 1. Freud } pidgrafos, Freud vivie ro, Ie ae ena favo rele Segtin rea Te milia con quienes ta Mlaciones af ue! Las des tumerosas amipas ¥ is ipl oe ou ac Umut, s on variados es| A, as fatensas las traté. Existen variacdos © ue ios ¥ eri vas vs que (alo. : cid con la Jas pacientes J que Freud ester F eheet mules P relaciones . » los efe le sobre as relay, 1988), asf como = 0s ¢ tos au tov’ : gpoca (n" ersona en sus elal aquella wanes en su vida personal y OFACIong, on dichos 1420 (emenina. rare la sexualidad ine y hostilidades que Muchas sar de las rests - iente sculj Pp cule encontraron en un ambienta Masculino, en a sus diseipulas en una jerarquia médica tradicional y Tigida ademas Re ticiparon del nacimiento del Sicoandli, chas mujeres pe Sab Spielrein, Helene Dey mucl “hndreas-Salomeé, bina Spie n ne Deutsch, Sis.Lou 4 k Brunswick, Marie Bonaparte, Joan Riviere ys ck Brunswick, Marie Bonaparte, Joar Rec ead son algunos de los nombres mas Teconogi. hija Anna ae sud y por la impr dos por la relacién cercana con Freud y p Pronta que sic isis. Freud apoyaba dec ididamente | dejaron en el psicoandlisis. me Sey ena Secididame a i clus de las mujeres ii ot dmbite Petcoanalitico, En 31g “bis gRPAETS que consideraba una alta e col lerencia que por principio se excluyera a las mujeres” de la Sociedad Pej. coanalitica de Viena (Appignanesi y Forrester, 1996, p.216), avalando de este modo su inclusién como miembros. No obstante, Freud habia sido acusado de _miségino y de haber sido una especie de Patriarca victoriano que condena- baa las Mujeres a ser reproductoras de la especie humana, en im Posicién de eterna sumisién a los hombres. A pesar de f Primeras elaboraciones Presentadas en “Estudios sobre la —isteria” (Freud, 1893-1895 ee Prelacién medi 7 5), donde toma distancia de la inter- Spat sensors Binecolgicas y las intervencio- ’ sah Ta cura Por la palabra -que ya e eon enel tratamiento de los sintomas Muchas oe Catartico-, Freud fue fuerte: le las femin: . i istic Ss feministas de la primera época etrim, Mo una Victima y a las teorias lento de la igual wla'y Bualdad e independencia en- sobre que 109 IMEASSES DE LA FEMINIDADy n el hombre Y i muller, Seat alee lan tee) on la desigualdad de low sexos, ot fated ae pesar de que paralelamente sneaitcentrsm yel tare agar de eCONOCITNICHIO en Tow au a ed feia de ha sextatidad, en contea de la veprenee eee de la libertad sexual (Appignaneni y Forrester 194, y esicion de Freud mantuvo ana eierta descontignyy jel movimiento feminista de ta época, aunque apn damente la igualdad de derechos que las fevretert eminismo pedian. Segtin algunos historiadoren, on ja personal Freud mantuve ta idealizacion propia dun lelo de mujer sumisa, dedicad. familia y a complacer nel pl Lapoyé las anpiracio- quellas que querian convertitse en analistay, valorane aportes y su inteligencia (Gay, L984; Appignanesi y Fo ; 1996). En este sentido, reconocia que las mujeres pue- mas competentes que los hombres en el ejercicio de la analitica y consideraba que ellas no obtenfan grandes icios del moderno movimiento de liberacién femenino, n embargo, en el debate sobre el lugar y los derechos de ‘mujer en la civilizacién, la cuestién de la sexualidad fue ran (readianasy be > pregnado del discurso que Freud y sus mujeres inven- faron que es imposible concebir un lenguaje futuro de la xualidad que no invoque el nombre de Freud. (Appig- Nanesi y Forrester, 1996, p, 515) a reud supo, en tanto padre del psicoandlisis, explorar el i cmenina més allé de sus propios ideales respecto de ner, en tanto hombre. El genio freudiano avanz6 hasta ¢! ismo del senta, en materia de sexua- E supo leer que se GABRIFLA CAMALY traba allf ante un indecible y lo nombrg, encontr’———— “~~ manera, 2. De la mano de Ia histeria ‘ Freud reconoce que el psicoanali 8 Sabe de i tical de la nina que de la del nifio y Sostionet ~algigano weatal lemenino ho dessmpes Papel alga "dy Seen deninguno de los sexos. Afirma entoncesg, th vida De Ja. mujer adulta sigue siendo un dark contin “(eontinente oscuro) para la psicologia” (Freud, 1935/78 199). Poco después, en_una carta dirigida a Ernest Jo que todo cuanto ha llegado a saber Sobre la Sexualid nina le resulta “insatisfactorio e incierto (Gay, ee P. 454) a vida sexual de la mujer encierra aun un problema ne es el modo freudiano de decir que hay un imp de saber referido a la sexualidad femenina, En arta, dirigida a Marie Bona arte y escrita en Ta “ca, Freud confiesa ‘su _profunda_ afliccion de més de treinta ai vB. Nes dirs tere otra famosy Misma 6 debido a que, lug, Pregunta que pasaré a la Posteridad, si \el saber: “Was will das Weib?” (Gay, 1988, P. 454). Entonces, | la interrogacién Sobre équé quiere la mujer?” Permanecers , | abierta para e] Psicoanal EI punto de lle menina puede sintetiy miento “incomple | (Freud, 1933/199 | Conferencia re | ‘anzado en este campo f -fectivamente, en el final de su33. ; < “La femineidad”, Freud invita a quienes inticran satisfed OS acerca de las elaboracion _&as hasta el mo ento ay fl: \ “la indica no se mento a ditigirse 4 los poetas. Esta sugerem nae ©, su Propia discontormidad respe rprendente +m '€N puede ser lefda como un . el genio freudiano: no tanto porque T( Sobre e] argumento, sino porque LOS IMPASSES DE LA FEMINIDAD, » una relaci én posiblefentigila feminidad y Ja ca oud Ta intuiciGn de atic es posible ncercaee ae iste ‘ulariza la femineidad a traves de La esc Hitura posti i que ne « sabido, el ingreso de Freud en ef campo de laine rie jue promovide por la histeria. En ef inicio del psi- xualic ta el encuentro de Freud con | - as histéricas que ile ro ¢ as que ai Charcot en la Salpétriére. de Baris, donde Freud habia atenci —ppfenido una beca de formacion que le permitié una estan. 1885 y 1886, Para Charcot, Ja histeria.constitufa un fesorcen onganico del sistema nervioso superior con una los. Zahizacion anatomica y fisiolégica desconocida o difusa que -produicin n trastorno uncional. Fueron aquellas pacientes niones revelaron a Freud la existencia de la sexualidad en el sentido amplio del término, encarnando un sufrimiento que po respondia al saber de la ciencia. Desde el caso de Emma en _ , “Proyecto di _psicologia’” (1895) y la conceptualizacién de Ta proton pseudos histérica, pasando por los cinco historiales, de los “Estudios sobre la histeria” (Freud y Breuer, 1893-95) a —parlir de los cuales queda despejada tanto la causacion adqui- rida de la histeria asf como la sobredeterminaci6n de los sin- tomas asociada a una etiologia de indole sexual, hasta el caso. princeps de Dora (1905), todas ellas entran en el psicoandlisis a partir del trauma sexual. Ya sea como objetos pa: vos ante la~ cién por parte de un adulto o bien confrontadas a la ex- periencia de un goce desconocido y sexualizado, ese encuen- tro se inscribe como una marca reprimida pero imborrable. En 1897 Freud le escribe a Fliess confesandole su desilusién ante fa imposibilidad de distinguir entre la verdad de los re- latos de sus pacientes y una ficci6n investida psiquicamente. Entonces afirma: “Ya no creo mas en mi “neurética’” (Freud, 1897/1998, p. 301) y relata haberse confrontado con la nece- sidad de renunciar tanto a la curacién total de la neurosis asi Como también al deseo de arribar a un conocimiento certero desu etiologia infantil. En esos momentos, Freud se confronta ‘ 1 es Toor por ™Pranamente con los limites del _ tratamiento del goce por elo de la palabra, Sera poco despues, en “La interpretacion, <* Suerios”, donde Freud planteara la diferencia sustancial, a GABRIELA CAMALY . ica como forma peculj tre la realidad psiquica cor valid r ar de ey), ent inconscientes y la realidad Material», %, de los deseos inco! Atigng ala vide de lo pacientes (Freud, rit | factica- referida un, 47). La tesis de la realidad psiquica sera retomay, siderables ocasiones as ls ae sostiana el estudio de he s j en la histeria macion de rad peal Ia reformulacion det mecgn, aad sintomas histéricos, acentuia la eine de ene mnémicos” acerca de la infancia y 105 prey Se Fadieatmente diversos de las huellas dlejadas por lor dine fesles. Los traumas sexuales infantilys fueron Meados 4, lado, cediendo paso alas experiencias infantiles co telatvg “a una excitacin sexual no tramitada. De este modo, jos a “tomas ya no se presentan como retofios directos del viy infantil, sino que “entre ellos y las impresiones infantiles y intercalan las fantasias (invenciones de recuerdos) de los en. fermos, casi siempre producidas en los afos de la Pubertad’ (Freud, 1906 / 2000, p. 266). A la experiencia temprana de «. Gtacién vivenciada en el cuerpo infantil, se ABTe RA A posterion una interpretacion que imprime un sentido sexual y cuya me nifestacién en la edad adulta adquiere la forma de sintomas en los que coagula una satisfaccién sexual inaceptable. Esta conceptualizacién freudiana sobre la causacién de los sintomas en las neurosis histéricas Se presenta, a lo largo desu obra, como el reverso de la vivencia supuestamente normal de la sexualidad Para una mujer. En sintesis, Para Freud la conformacién de | sis histérica se debe a que no hubs una catch re lucién de la sexualidad temprana, ni de Tes tos ane epee pulial Gur dejaton au hudlaina? 3. Cons fess ‘Onsideraciones Preliminares a la sexualidad femenina Las primeras hipétesis . *Pattads me hiptiesis sobre la histeria mencionadas enél _ “Bologia general qe oe ¢l papel de 1a sexualidad en la TOSis, a la vez que la verificacion ey +_ LOS IMPASSES DE _LA FEMINIDAD 75 de laexistencia de una realidad psiquica tanto ma: ja material, fueron los caminos que Lo condujere ae "TON a Freud al Foscubrimiento de la sexualidad infantil y Faipo ¥. en particular, a la localizacién de ios mod oddn sexual de caracter perverso polimorfoen lay de Recien a partir de 1923 en el ensayo “La or i a 6 pital intantil’, Freud distingue dos vertientes edipne ee s para eLvardn y para la nifa. Allf se pitglintt eum e ~ diferencia entre Ja sexualidad infantil y la sexualidad ale { ) ad adulta. Fata piegumitw’ho es nueva. Freud ya habia da ; sewual”, donde la diferencia entre la sexualida adulta consiste en que en la adultez |, ubordinan al primado de los genitales. r En cambio, en 1923 lo que pasa a caracterizar Ja sexualidad | infantil reside en que “para ambos sexos solo desempefia un ~ papel un genital, el masculino. Por tanto, no hay un primey) ~fenital, sino un primado del fnlo” (Freud, 1923/2000, p. 146), \ “Ya no se trata sélo de la unificacion de las pulsiones bajo el primado de lo genital, sino que la primacia del falo para ame bos sexos introduce una. simbolizacidn.del objeto.en-cuestisn. | | ‘Este viraje es fundamental en la elaboracién freudiana de la | sexualidad femenina ya que no se trata de tener 0 no el orga- no genital, sino de que atin en el caso de no tenerlo, la noticia de la diferencia sexual en las niftas conlleva la organizacion de la sexualidad bajo la primacia de ese tinico drgano del cual el varén es el portador. Se trata ahora de un objeto que-se suede ser sustituido por otro en una serie Jo puede perder _y pi P de equivalencias simbdlicas. Sin embargo, alli mismo Freud ~expresa la desdicha de poder dar cuenta de dichas constela- ciones s6lo respecto del varén porque carece de los elementos necesarios para describir los pormenores de dicho proceso en la nifia pequefa. De este modo se constata que el estudio yla comprensién de los procesos propios de la sexualidad icine. nina se presentan desde los inicios del ps icoandlis p de ba Manera menos lineal y mas oscura que Jos que correspon ala sexualidad masculina. del c Hel complejo de Satis- ancia, f a teoria | xualidad infantil y la jas pulsiones parciales se GABRIFLA CAMALY - o sexual infantil se oy, 5 ica del pensamiente seal Optic ‘de; a La lagica © sencia del Organ Plicitada ye, “i ia o aus resencia 0 les, ya antic Pe ’ fag sexuales infantiles, 'Padag,. , 7 teorias Se’ ndetalle, Las a ntadas en tanto tales en Jas “¢ incr, ‘d vos: Tres ensayo NG ey, pre psicoanlisis” (Freud, 1909/1999, p43 rencias sobre sartir del falo. El organo genital mase Uling de pr sho at eTniio, quien desconoce la falta do} Mig tro de aten e enujeres. Ante el encuentro con la ausencia del 65." la :| varoncito interpreta esa falta como el result Se on e instaura la creencia de que el Mismo : Serene y fue removido” (Freud, 1923/9 ves ae si la ausencia de pene es el resultado de y ion, la misma pasa a estar en relaci6n directa con [a ersona. Tempranamente, el nifio piensa UE SOLO Las De, despreciables fueron privadas de pene, mi res respetables como su madre lo poseen rtir de Jas anteriores consideraciones se desp; omplejo de castracién silo puede ser estudiado ve tamente teniendo en cuenta el primado del falo Para am. exos. Consecuentemente, Freud concluye que en el esta. de la orgaruzacion genital infantil “hay por cierto lino pero no algo femenino” (Freud, 1923/2000, por lo cual, la antitesis se encuentra entre Nasculino o estar castrado. Sdlo el final Pubertad permitird el ordenamiento de la polaridad términos de masculino y femenino. De esta forma, eud, lo masculino estard ligado a la actividad y ala del pene, es di ie i f 1 ecir, al tene: asociado a la a Mientras gue lo femenino usencia del objeto y ala pasividad, & i - \ Eneste reco i Tid resulta Necesario detenerse en tres cues tione: que se ace desprenden de las elaboraciones freudianas ¥ es ituirdn una parte esencial de la lectura que realizaré ss mente sobre la sexuacién femenina descubrimiento de la diferencia sexual_ ‘a interpretacion de la ausencia de organo da. Freud ya abia senalado que el nifio entras que las Poseer el del desarro- & yerio adquiere la representacién de lap érdida i sateen ‘ érdida a partir del jaf narci sta experimentado con la separacién de ciertos” ete 8 saber: el pecho materno y las heces. La lectura de ja presencia-ausencia de pene viene a inscribirse en esa serie, 4 partir de esta mente, a la vez que aginarias a las que adjuntandose a Ja misma un sentido sexual. Es ribe simbé se despliega la serie de significaciones se ha hecho referencia. operacion que el talo se ins se o En segundo lugar, Freud advierte que no hay ninguna ins- cripcion posible de lo femenino en el aparato psiquico, mien- “ras ques hay una inscripcién de lo masculino a partir de a anotacion de simbolo falico. Lacan retomaré esta cuestion bajo las coordenadas de la logica de la sexuacion. Sera tam- bién el sustento de su afirmacion sobre la imposibilidad de definir a “La mujer’_en tanto tal, Io cual serd desarrollado en el proximo capitulo. En tercer lugar, en un pasaje de “La organizacion genital infantil” (1923 / 2000), Freud reflexiona acerca del notorio me-_ nosprecio por la mujer en la cultura, incluso el horror hacia Bila como consecuencia de Ta falta de pene adjudicada incons- cientemente a la efectivizacion de la castracion. Es el modo freudiano de leer el rechazo a la feminidad, de la que Lacan —— — hablaré posteriormente y que también serd estudiado en el Apitulo siguiente. 4. El complejo de Edipo y la diferencia sexual anatomica Poco después, en el texto “El se pultamiento del complejo de Edipo” (1924 /2000b), Freud estudia las coordenadas parti- culares de la salida de dicho complejo para cada sexo . El interés deT Vardn por el propio pene se manifiesta a tra- vés de la masturbacion, comportamiento no aprobado por los adultos. La tesis Sostenida por Freud es que la organizacieh 8enital félica fracasa a raiz de la amenaza de castracion (Ibid. i S af Org. jlico, Su- anterior). S6lo dicha amenaza respecto del organo tas von: mada a la observacidn de la falta del pene en las mujeres, GABRIELA CAMALY ™ 5 el horror ante la posibilj oe SS la aceptacion Ung ean tui acion a partir de la intelecci6n de 2 Po, aguilitied’ ve 7 ee pone fin a los deseos de satisfaccigg la oe erie de Edipo. En el caso del varon, ja cone teecedichn satisfaccidn conllevaria la Pérdida de] pene calidad de castigo” (Thid., p 184). Siguiendo a Freud, la yan ecipica implica un conflicto entre el Yo “inte . narcisisticamente en el pene- y la investidura libidina] Sobre jos obietos parentales. En general, triunfa el Yo y las invest. ‘Quras paremtales son abandonadas y Sustituidas Por ideng, ficaciones. La autoridad patema se perpetia al conformar nucieo del supervo vy las tendencias libidinales edipicas Son en parte desexualizadas v sublimadas, transformadas en mo ciones tiernas. Semejante proceso constituve una OPperatoria mucho mas compleja que una simple represion ya que “equi- vale a una destruccian v cancelacién del complejo” en tanto tal (Ibid. p. 185). En el caso en que esto no suceda, el complejo es repmmido en el inconsciente desde donde ejercera SU ac. cin patogena en la conformacién de sintomas. La articule. cron gue Freud ha establecido entre Ja organizacién flit sompinus de Eesao | -castracié Sel supero v dg entrada en la épaca de Ja laten sosiener su tesis sobre ] Sa. 1c mite causa de la salida del complejo edipi- enaza de castradon De todos modos, este TOCERT ES SOTO valido para el Varon, Con respecto a la nifia, Freud explica que el material se vuelve mucho mas oscuro y leno de lagunas. Inclusive llega al extremo de Preguntarse si efectivamente se le puede atri- buir a la nifia una organizacién falica y un complejo de cas tracion. La respuesta es afirmativa, pero existen con respecte f ¥2r0n divergencias que es preciso situar. Para Freud, las Frusmas dependen de n de las diferencias anatomicas propias de S Por eso. que, igh parafraseando a Napoleon, afirma es —Sostomia ev el desting” Trend, 1923 2000b, p. 189). | Ensitabao “Algunas Consecuencias psiquicas de la - ) se apr Fada sexo ¥ oa 79 LOS IMPASSES DE LA FEMINIDAD a en la analogia entre el clitoris y jentimiento de inferioridad de Ja n con el varon. La falta de un érgan como la consecuencia de haber sido no resulta extensible a otras mujeres a las que si les atribuy, un pene. Por consiguiente, la diferencia fundamental cbt el varén es que “la mifita acepta Ja castracion Some _un hecho 5 consumado, mientras que el varoncito tiene miedo ala Posibi- c4idacrdesu consumacion” (Freud, 192472000b, p.185) Desde -ermomento en que para la nifa la angustia de castracion no tiene razon de ser, se pierde el mas Poderoso motivo para la institucién del poder del supery6, Segun Freu: _menino parece ser mds bien la consecuencia de en particular, de la amenaza de la pérdida del amor parental, pero no implica el temor ala pérdida de un objeia del cst nina est desprovista. _ Sin embargo, la nina no aceptaré la renuncia al pene sin la busqueda de un resarcimiento. Aquf se sustenta, para Freud, la -equivalencia Simbdlica que se establece entre vl pene y un nif -objeto falico que puede ser adquirido-, condicién para la sali- da del Edipo y la entrada en las vias de la demanda de un ob- jeto que venga a sustituir aquél que nunca se ha tenido. De este modo, Freud lee la culminacién del complejo de Edipo femeni- no en el deseo de obtener un hijo del padre. La direccionalidad de la libido de la nifta hacia el padre como objeto de amor seré sustituida en la adultez cuando se produzca el desplazamiento del amor al padre hacia la relacion con un hombre. Tanto el deseo de poseer un pene como el de recibir un hijo permanece- ran en el inconsciente; allf “se conservan con fuerte investidu- tay contribuyen a preparar al ser femenino para su posterior Papel sexual” (Ibid., p. 186). Conviene subrayar que estos dos deseos, restos del desarrollo edfpico, son retomados mas tarde Yarticulados a las tres soluciones posibles ante el problema de la castracién, nalmente, Freud concluye contesando una vez Ms su descontento respecto de los conocimientos adquiridos tobre el devenir sexual de Ja nia ya que le siguen pareciendo Msatistactorios, lagunosos y vagos” Ubfd. anterior). el Pene, y el} consecuente ina ante Ja confrontacion 1 semejante es asimilada castrada; dicha condicign el superyé fe- ducacién y, i "pas 5, asf CO! i a Sse ey 7 = Freud se confronta consiste en que su lectura de} ante e] cual Pe ELA CAMALY ’ GABRI { 80 te, Frew se encuentra ante una dif : Efectivame? ae Jos Fumerosos casos e los que ses elve © : “Pegan a = 0 se resuel¥® Tig escribe “Pegan a un es timers | Ya en 1919 rae 3g su disposicion es sin uda mayor a casos femen linos. Sin embargo, sostiene que el ma a | de casos mast nte y que la oscuridad del mismo le j Pia i suficiente ) i sae le clinico es iM -ondiciones de salida del complejo edipico en le aseverar las mo de la construccion del fantasma. E} jp | : dipo femenino conlleva una limitacién inti compli? see elaboracion. El problema es que No Hep, > seca a st —_ | < ‘ 7quela vic | de la mujer no se reduce alae. —aespejar que lavida sexua im e reduce ala l6gis fi Sa ecuaciones simbélicas que se puedan estable. ren relacién a la misma. Este serd el paso fundamental que dard Lacan y que sera desarrollado mds adelante. oe 7 5. La ligazén con la madre De las investigaciones sobre el complejo edipico en las ni- fias emerge un dato importante referido a la prehistoria de dicho complejo. El punto en cuestién es que para ambos sexos la madre es el primer objeto libidinal. El varén lo mantiene en el complejo de Edipo, pero ,cémo Jlega Ja nifia.arenunciar a dicho objeto y dirigirse al padre?__ —— La respuesta a éste interrogante Freud la encuentra en el ae - © xualidad femenina adulta, Cuyos avatares es necesatio Situay n= por caso, ——— 6. Salidas femeninas del complejo de Edipo y sus consecuencias El temor a la castraci6n en el nifo era ya conocido para Ereud desde hacia tiempo. La posibilidad de la castracién se habia consolidado a partir de la vision de los genitales feme- ninos. El temor que dicha vision habia generado imponja en el varén la superacién del complejo edipico y Ia interioriza- cién de la instancia Paterna en el supery6, dejando ademés como resto cierto de: ‘sprecio por la figura de la mujer en cuan- to castrada. Pero, gedmo reacciona la nifia ante el descubrimiento de la Propia castracién? Ante dicha constatacién se Te impone, tal como ya fue Mencionado, el sentimiento de inferioridad. Si multéneamente, lejos de someterse a la e' dencia, la nifia “s? revuelve contra esa Situacion desagradable” (Freud, 1931/2001, Pp. 231), Qpone resistencia Psiquica y busca soluciones de com Promiso entre la constatacin de la cae racién y la posibilidad i | 108 IMPASSES DE LA FEsunipap 83 de obtener Un SUSITULO. Siguiendo los degg tanto en el escrito “Sobre la sexualidad fae” mo en la Con. Cueniidar ugar altres alic Trollos de Freud ina” de 1931, as, 1233, dicha conste. fas de salida posible. En primer lugar, puede producirse Ja renuncia dad fifica'y a la sexwalidad en general y especial componente viril. El descubrimiente ‘atension de Ta misma a otras mujer madre conducen por un lado, ala desvalorivacion general de las mujeres y por el otro, a la renuncia a procurarse pla- cer por medio de la actividad masturbatoria. La nifta “ve estropearse el goce de su sexualidad falica por el influjo de la envidia del pene” (Freud, 1933/1997, P. 117). Dicha envidia produce, segtin Freud, un efecto de rechazo de la satisfaccién que le producia la masturbacién infantil y con ello la renuncia total a la sexualidad 7 En segundo lugar, puede constituirse la conformacién de un conta de masculinidad en el que se mantiene el anhe- lo inconsciente de poseer el brgano falico mas adelante. La nifa porfia de la propia castracion y se mantiene por tiempo indefinido en el campo de la masculinidad, lo cual puede conducir, en algunos casos, a una posterior eleccién de objeto homosexual. Para Freud, lo esencial de esta mo- dalidad de respuesta a la castracién es que la nina se man- tiene en posicién activa por la que se mantiene el modo de Satisfaccién masturbatoria, a la vez que se obstaculiza el desplazamiento a Ja posicion pasiva que, segun él, abriria el camino hacia la feminidad. En tercer lugar, se ubica la sexualidad considerada normal la cual implica tanto el cambio de zona erégena con el con- Secuente pasaje del clitoris a la vagina, como el cambio de objeto de amor: de la madre -objeto de amor primordial- al padre -en tanto prometedor del falo-. De acuerdo con la elaboracion freudiana, con la renuncia a Ja satisfaccién que *portaba la actividad onanista, comienza a prevalecer fe actitud pasiva que introduce a la nifia en el campo de la snidad. A su vez, el abandono de la madre como objeto “amor y la vuelta hacia el padre no son atin suficientes es, €n particular a a GABRIFLA CAMALY 84 eatablezea la posicién fomnenina La ping g, inicialmente a la espera del objets lel para que se at adre rige al P' crivado y silo posleriormente ' fa madre fa ha privade y ual le NOHOtA iy verar de} padre uit pene para espeniede Shun nig espera | que entd priv ” Ml fitato simbdlico del pene del queests privada Con ty gy ro de pene no queda totalmente reprinia ids, “1 antiguio dest ¢ al antig mantione desfigurade . ay se sino que se transforma y " AUN oy Jos casos de “feminidad consumada Segtin los desarrollos freudianos puntualizados, 8 deduc, que las tres salidas posibles del complejo de Edipo en ia my ge producen por la relacién al falo. Een el primer caso, ef de la renuncia completa a la satisfy cién sexual, prevalecen la desilusion © insatisfaccién por ¢f descubrimiento de la castracién en las mujeres, lo cual cop eva la represion de la posicién viril de la mujer sin vehiey lizar el viraje a la posicién femenina pasiva. No hay eambia de zona erdgena ni de objeto de amor, asf como tampoco {y constitucién de la ecuacién simbélica pene-nifo que le permi- ta obtener el objeto por la via sustitutiva. En el segundo caso, correspondiente al complejo de may culinidad, hay un rechazo activo de la castracién que impi- de el cambio de zona erégena, manteniGndose la satisfaccidn onanista. Respecto del cambio de objeto de amor, puede pro- ducirse como no; en el caso de que se produzca, ante la desilu: sién (debida a que el nuevo objeto de amor no brinda el objeto anhelado) la mujer generalmente vuelve al objeto primordial. Asf, sus elecciones posteriores estarén condicionadas por di- cha regre “an al perfodo de la pre-historia del complejo edipi- ict en una identificacién mascu- del pene- y en el mantenimiento de daar ad peony Enel tercer case cane ae lela meta pulsional activa. normal en la mujer, la as eee considera la resolucién castracion y ha exlendide in : 7 a confrontado conla propia las mujeres, la acepta. Se : a lencia de la prueba al resto de ¥ de objeto, Ambos pee luce el cambio de zona erdgen4 un objeto que le puede en a Permiten sostener el anhelo de s lonado por el padre y, en la vida es LOS iMPasses pe Ly Feat ap 83 dulta, por otro hombre, La aceptacion dela a orta el sentimiento de una falta que compen por la via de la maternidad acest tides tunica que hace que bre, el cual ser amado en ¢. ao ‘ouestion Freud llega a asever trimonio depende de que om de su marido también su hijo" ( sicién femenina normal es aqi fon la maternidad. I, cual se estable Propia Castracién la mujer buscarg ~ ES importante Subrayar Posible la relacign con un ante dador del objeto félico Br Ue la felicidad en el ma- let haya conseguido har, Freud, 1933/1997" 7. Elenigma femening inici capitulo, “ fue presentado al iniclo de este capi oe ics er?” es la pregunta sin respuesta con la Paes ont nnta al final de su obra. Asimismo, afirma que oe an sis or su particular naturaleza, no Pretende been a sii dagar como deviene, cémo se il é es la mujer, sino in ag, i ke ees Partir del nino de disposicion bisexu desarrolla la mujer a 1997, p. 108). 5 Fee h rehistoria del Edipo femenino, Frew cen P de la sexualidad esta fuertemente a s de la relacién amorosa con ‘ditado a los restos Psiquicos de | doe aitiernst ct ay Ss timiento a los cuida js oe la madre y el someti Alatconseetie in oe de los mismos sobre el ee ibang oan cttcion de las zonas erégenas. Las a hace ees fa i -edipica son frecuentes y esta pa las que predomina le

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