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1 EL CONCEPTO DEL AMOR CORTESANO El término “amor cortesano” no se originé durante la Edad Media. Fue introducido al lenguaje de eruditos y legos en 1883, En ese afio un gran medievalista francéa, Gaston Paris, us6 las palabras amour courtois para caracterizar una actitud acerca del amor que se manifests por primera vez en la literatura francesa del siglo xit. Paris se interesaba primordialmente por el contenido de poemas y leyendas, pero pensaba también que el amor cortesano permes la cultura medieval como ideal social. Llevados por su influencia los eapecialistas émpezaron a hablar de un “sistema” de amor cortesano, de un “eédigo”, un “cuerpo de reglas", y aun de una “forma de vida". Daban con frecuencia la impresién de que toda la literatura secular escrita en Europa entre los siglos x11 y xv se relacionaba de alguna manera con este fenémeno, defendiéndolo 0 atacandolo, o al menos mostrando sus efectos sobre el pensamiento culto, Como era de esperar, la teoria critica se fue volviendo mds y més difusa. En afios recientes, sobre todo en las dos tltimas décadas, varios eruditos ® se han quejado de que ahora el término “amor cortesano” es demasiado difuso para servir de algo. Algunos adujeron que la tesis original de Paria es inherentemente insostenible; otros han dicho que en el siglo xt y después puede haberse producido un cambio gradual en el pensamiento y el comportamiento, pero que no fue tan dréstico como se suponia antes, y un especialista neg6 incluso “que existiera lo que se suele llamar amor cortesano durante la Edad Media”! 4D, W. Rebertaon, Je, “The concept of courtly love as an impediment tothe understanding of Medieval text’, en Francia X Newnan (comp), The meaning of ‘uri love, Albany, State University of New York Prea, 1958, pI. Para encontrar Inportantes asevoracioncs de Gaston Paris, vease su “Etudes ur len romana de le table onde: Lancelot dv Lac", Romani 12,1883, pp. 459-504. Véane también su Mélanges de lixérature frangaise da Moyen Age, Paris, Champion, 1912, y Primes et légendes du Moyen Age, Paria, Société Edition Artiatique, =f [35] 36 ELHUMANISMO EN LA EDAD MEDIA En vista de que nos ocupamos del pensamiento, la literatura y aun del comportamiento social de varios siglos —de muchas personas en diferentes paises, de docenas dé lenguas, de varias tradiciones separadas—, seria notable que hubiese un tinico cédigo o sistema de reglas que pudiese haber caracterizado al continente europeo en su conjunto, La naturaleza humana pocas vyeces se presta a este tipo de uniformidad. Con lo dificil que era la comunicacién durante la Edad Media, se puede tener la certeza de que las ideas sobre el amor variaban mucho. Por lo tanto, es de gran interés saber si existié alguna vez lo que pudiera llamarse Propiamente un concepto del amor cortesano en el periodo medieval. Si podemos comprender la idea, los historiadores y socidlogos podrian determinar hasta qué punto correspondis a la literatura y la filosofia, en qué medida contribuyé al pensa- miento cotidiano de la gente comtin, en qué grado estuvo limi- tada a una u otra clase socioeconémica y hasta qué punto puede haber afectado al cambio histérico./En su enfoque del concepto de amor cortesano, el historiador Johan Huizings? distinguio entre ideales representativos e ideales compensatorios: Veia n los primeros como simbolos de lo que realmente existia en una cultu- ra; a los segundos, como compensaciones de lo que no existia pero era considerado deseable. Huizinga sostenia que el amor cortesano era un ideal del segundo tipo. Lamentablemente solo hizo un intento limitado por aclarar el significado del término. T Gaston Paris creia que In esencia del amour courtois podia ‘encontrarse en un romance postico de Chrétien de Troyes, autor del siglo xu, que narra las aventuras de Lancelote y Ginebra. El romance, titulado “Le chevalier de la charrette” ("El caballero de la carreta’), describe el adulterio con un fondo de aventuras caballerescas en una sociedad feudal que sostenia que el matri- monic es sagrado y nada puede justifiesr una violacién de los votos conyugales. Paris définis la nueva actitud hacia el amor como inherentemente ilicita, furtiva, iddlatra y ennoblecedora, Porquefaunque el amor adtiltero iba en contra de las normas religiosas y seculares, y por lo tanto debia mantenerse en secre- to, se lo trataba como algo que ennoblecia a los amantes y 25. Huizinga, The waning of the Middle Ages, Nueva York, Anchor Books, 1954, en particular lon eapitulos 2.5, 8 y9 (El oloro de la Edad Media, trad. de Joa Gnos, Madrid, Alianza Editorial, 8 ed, 1088). EL.CONCEPTO DEL AMOR CORTESANO ameritaba su dedicacién total. El amante sentia que debia dedicarse por entero a su dama, aceptar su autoridad en todas las dreas de la vida, someterse a sus doseos y servirle humilde- mente en todas las formas posibles. Al glorificar una idolatria de este tipo, el amor cortesano tenia que socavar los deberes feudales que un caballero tenia normalmente para con su eefior —en este caso el rey Arturo— y violar también los mandamien- tos religiosos acerea del amor a Dios, Al adorar Lancelote a Ginebra como una diosa, llegando incluso a hacerle una genu- flexién en un momento, cuando abandona sus aposentos, no puede decitse que ame al Dios cristiano con todo su corazén y toda sti mente y toda su alma, Semin Paris, el romance teje su trama con este conilicto inevitable entre el amor cortesano, por un lado, y las instituciones establecidas del Estado y la religis por otro. ‘Aunque diferentes autores y diferentes sociedades se ocup: ron del conflicto a su manera, Paris pensaba que la naturaleza del amor cortesano seguia siendo sustancialmente la misma. Su definicién se vio apoyada por un libro que tuvo gran influencia, The allegory of love (La alegoria del amor}, que C. S. Lewis eseribié en 1936. En él Lewis describe el amor cortesano en términos de cuatro caracteristicas: humildad, cortesia, adulte rio y Ia teligién del amor. Consideraba que se unian en una “coherencia sistematica” que definia a un sentimiento tinico ¥, al igual que Paris, sostenia que la mayor parte de la literatura ‘amorosa medieval podia aclararse haciendo referencia a él. Pero si esto es lo que se entiende por amor cortesane, de in- ‘mediato se encuentran razones para dudar de que el concepto funcionara en la Edad Media, como creian Paris y Lewis. Si tomamos la relacién de Lancelote con Ginebra como modelo 0 caso paradigmatico, dqué hemos de decir respecto a la usual insistencia de los trovadores en la continencia sexual? Lewis? asevera no muy enérgicamente que el amor cortesano se mani- fiesta “a través de la poesia amorosa de los trovadores en su conjunto", y por trovadores se refiere a los poetas de Provenza que florecieron durante doscientos o trescientos afios a partir de finales del siglo xr. Pero éstos suelen excluir el adulterio como 5C.S. Lewin, The allegory of love, Nueva York, Oxford University Pros, 1908, pd. & « { ( { cl i ( ‘ 3 c € « « ‘ ‘ 4 4 « « n \ 4 4 4 ¢ i f ' t £ 3 EL HUMANISMO EN LA EDAD MEDIA parte del verdadero amor. En ocasiones descartaf incluso la posibilidad de desear sexualmente a ln mujer de otro. En su desarrollo posterior In poesia trovadoresca se convierte con frecuencia en meros eantos de alabanza que hasta un marido celoso podria considerar gratificantes. ‘Los especialistas han cuestionado también la confiabilidad de algunos de los otros atributos definitorios.4 Estoy convencido de que la definicién de amor cortesano que formularon Paris y Lewis es muy engafioaa, Pero, antes que eliminar el término del Anlst eu, rvo que ov ma pradente limitarse a redefinir el concepto de manera tal que dé cabida a la gran diversidad de actitudes hacia el amor que encontramos en'la Edad Media. No hay una obra literaria que por si misma nos proporcione la esencia del amor secular del periodo, y no es necesario suponer ‘que hubo un concepto tinico con la difusién sistemdtica que buscaban Paris y Lewis. Sin embargo, la historia de las ideas acerca del amor experiments un nuevo desarrollo a fines del siglo x1 y principios del xi. En ese temprano renacer surgié un nuevo enfoque de las relaciones humanas, que se prolongs durante cientos de afios, en algunos aspectos hasta el presente, como fenémeno recurrente que bien puede requerir un titulo propio. Lewis simplifica en extremo las cosas cuando dice que los poetas franceses de los sigs xLy it inventaron 0 descubrie- ron, o “fueron los primeros en expresar’, la pasién romantica de la poesia decimonsnica. Pero hay sin duda un vineulo de paren- tesco entre las ideas sobre el amor sexual en estos diferentes periodos. El concepto romantico del amor se relaciona mds estre- chamente, de varias maneras, con las ideas medievales que con cualesquiera otras que las precedieron. Enel siglo xit ocurris algo especialmente signficativo, y quienes ven alo largode ochocientos aoa una continuidad —e incluso una evolucisn de las ideas— no son culpables de falsear los hechos. Ye que este fendmeno nuevo del pensamiento, de a literatura ‘Ct. un artidule excelente de John C, Moore, “Courtly love: A problem of terminology”, en Journal ofthe History of Ideas, octubre-diciembre de 1979, asi como ou Love in iwelfth-contury France, iladelfis, University of Pennaylvania Press, 1972. Véane también Roger Boase, Theorigin and meaning of courtly love: ‘ ertical study of European scholarship, Totowa, Rowman and Littlefield, 1977, y Henry Ansgar Kelly, Love and marriage in ihe og¢ of Chaucer, theca, Cornell University Press, 1975, en expecial las pp. 19-28 ELCONCEPTO DEL AMOR CORTESANO 39 y,hasta cierto punto, del comportamiento social, se nutrié enlas Zirtes medievales, y no en los monasterios o las iglesias, y ya {que se ocupaba de actitudes relacionadas con lacortesania, nada de pierde si seguimos usando el término “amor cortesans”. Al mismo tiempo, és importante advertir que el concepto no puede. Gefinirse en términos de atributos fijos e invariables, de condi- Giones necesarias y suficientes. Porque eso implicaria que todo famor que deba ser Ilamado cortesano tendria que satisfacer todas esas condiciones, y viceversa. Parece mas razonable bu: car un conjunto de ideas que puedan no implicarse todas unas ‘otras en toda ocasién, pero que con frecuencia se presentan juntas de una forma caracteristica, particularmente reconocible durante el periodo que estamos considerando. ‘Si enfocamoe aai el amor cortesano podemos decir que aunque no ee la unica concepcién del amor entre los sexos que corres Donde al pensamiento de la Edad Media, influyé er muchos Ratores del periodo e involucré, en general, las siguientes creen- tias: 1) el amor sexual entre hombres y mujeres es, en st mismo, algo espléndido, un ideal por el que vale la pena esforzarse; 9] el amor ennoblece tanto al amante como al amado; 3] por ser tun logro ético y estético, el amor sexual no puede reducirse a un mero impulse de la libido; 4] el amor se vincula con la cortesia y el cortejo, pero no necesariamente con la institucisn del ma- {eimonio; 5} el amor es una relacién intensa y apasicnada que gotablece una eagrada unicidad entre el hombre y la mujer. Una Vez que ubicamos estos conceptos, no siempre explicitos, en su tontexto medieval, descubrimos diversos tipos de idealizacién que se traslapan o asemejan lo bastante como para ser denomi- fades con el mismo término general. Antes de estudiar los diferentes tipos de amor cortesano, sin embargo, quisiera acla- tar los cinco criterios que he sugerido para su definicisn. 1] El amor sexual entre hombres y mujeres es, en si mismo, algo espléndido, un ideal por el que vale la pena esforzarse. Esto puede no parecer revolucionario pero ea, de hecho, una concep” Rn radical que pocos pensadores europeos habian asumido Seriamente antes del siglo xi. Platén, por ejemplo, describié el mor come el mas grande de los ideales y como clave para comprender la naturaleza de la realidad, pero no creyé que se al amor perfecto. Menciono a Platén porque es el més grande filésofo del amor del mundo antiguo, y eu influencia en la cultura occidental oe Shame ug on tn Fecurso permanente einagotable, Pero el plats, Posibilidad ideal. La teologia cristiana ortodoxa herética, institucional y mistica, platénica y no platsnica, seatenis que el ta ao cbieto digno de amor, la tinica persona capaz de prowess ee Deer Auténtice, era Dios mismo. Todo el amor se originaba sp.Dicey, en iltima instancia, regresaba aél. Dios era, de hecho, el amor mismo, y ése era su atributo supremo, Lee Pensadores ge nanos no sélo te hubiesen escandalizado ante la sugerencis de que hombres y mujeres podian amarse, sine que siempre itzretaron ese amor como subordinado a un amor a Dice ses EL HUMANISMO EN LA EDAD MEDIA BL. CONCEPTO DEL AMOR CORTESANO. ero nose concentraron, en general, en la intimidad sexualentre hombres y mujeres, Aristoteles, Cicerén y sus seguidores, a lo largo de los siglos, exaltaron la amistad como una virtud supe- rior, y admitieron en ocasiones la posibilidad dé que hombres y mujeres pudiesen ser amigos; pero en la naturaleza de la amis. tad, tal como la veian, no habia nada de particular relevancia Para la sexualidad humana o los anhelos que unen a hombres y ‘mujeres, Aunque las mitologias paganas reconocian que el amor sexual era una fuerza que ejerce control sobre la naturaleza humana, solian describir la capacidad destructiva que puede emanar de él; muy pocas veces consideraban la necesidad ersti- ca de unirse como base de un ideal separado o sostenible. El amor entre los sexos podia siempre convertirse en locura, y si bien en ocasiones ésta podia ser divina, no la recomendaban en la forma en que cientos deescritores medievales defenderian con el tiempo la pasicn en el amor cortesano. Por su parte, el amor que la Biblia ordens a hombres y mujeres bien pudo haberse establecido como unicidad ideal entre ellos; pero ‘una vez que se cristianizé el Antiguo Testamento se volvié dificil gue alguien en el mundo occidental pudiera emancipar el amor sexual de las limitaciones impuestas por el amor a Dios. Incluso El cantar de los cantares, que ahora nos parece tan moderno, tan libre y natural en su celebracién de la sexualidad, fue reinterpretado como el amor entre Dios y su Iglesia, En el periodo helenistico las fabulas sobre la pasién joven e inocente capturaron la imaginacion de muchos lectores, pero tuvieron que pasar mil afios para que la bondad esencial de tal amor se afirmara como un ideal al cual hombres y mujeres podian dedicar su vida sin sumergirla necesariamente en el amor a Dios. Lo que en la tragedia griega habia sido una calamidad inevitable, esa ruin preocupacicn de los fildsofos, esa pecamino- sa desviacin del amor religioso que veian los tedlogos, se convertia ahora en una meta que hombres y mujeres’ podian Perseguir legitimamente amandose como hombres y mujeres. ‘Tras idealizar esta potencialidad humana, quienes propenian la zueva concepcién tenian entonces que determinar si era compa- tible ono con los criterios tradicionales del cristianisme que casi todos aceptaban también en la Edad Media. 2] El amor ennoblece tanto al amante como al amado. Al convertirse en un ideal para los seres humanos, y posiblemente BERK + AAS A SR BARADAB DED BADER NDAD SSTE TO 42 EL HUMANISMO EN LA EDAD MEDIA en el mas clevado de todos, se considers que 1a unicidad del hombre y la mujer los ennoblecia a ambos. El amor cortesano, surgido dela sociedad dominada porlos varones que todos daban, por sentada, empled automaticamente el término activo “amian- te” para el hombre y el pasivo “amada” para la mujer. Esto, por simismo, podria haber constituido un problema para muchos de sus seguidores. Sin embargo, para todos ellos era asunto de fe que el amante y la amada gozaban de una nobleza peculiar que no podia alcanzarse de ninguna otra manera. Lejos de ser un infortunio, como sostuvieran la tradicién filoséfica y la teoldgica, el amor sexual podia tornar a la gente mejor, mas fina, con més probabilidades de coneretar su naturaleza humana. Shakespea- re, que escribia al final de la tradicidn cortesana e incluso la atacaba como una ilusin peligrosa, representa el anhelo de nobleza del amor cuando hace que Antonio abrace pblicamente a Cleopatra y prociame: “La nobleza de la vida/ es hacer esto; cuando tal pareja mutua/y tal dio puede hacerlo, . ."° éSignifica esto que el amor no podtia ser nobleza a menos que fuese representado por un hombre y una mujer que tuviesen las cualidades de Antonio y Cleopatra? Ennoblece el amor a aque- los que dé otro modo serian inferiores, o deriva su valor de la bondad previa de los amantes mismos? Diversas voces de la tra- dicién cortesana responden esta clase de pregunta de diferente manera. Es un problema al que regresaremos. En todas las distintas respuestas, sin embargo, se supone siempre que la nobleza del amor —cualquiera que sea su origen—mejora a los amantes corio seres humanos. Si no tuvieran amor, o lo hubie- ran perdido, su vida perderia su sabor. Hombres y mujeres privados de su amado languidecerian, moririan con el corazén destrozadoo sufririan alteraciones psicosomaticas. Aunque has- ta el amor triunfante podia crear esa patologia, ya que el “mal de amorts" era una desorientacién total, al mismo tiempo dolo: rosa y placentera, los amantes eran personas superiores mera. mente por experimentar la experiencia amatoria. El amor, al ser la causa, o por lo menos la manifestacién de la nobleza, debia duplicar las virtudes morales que se asociaban con la nobleza en general. Ya que la estructura social dela Edad Media era fundamentalmente feudal y jerarquica, se esperaba acto 1, escena 1. EL CONCEPTO DEL AMOR CORTESANO 43 ‘que los hombres sirviesen a sus sefiores y las mujeres mostraran fidelidad. En el amor cortesano esto se trasforme para significar ‘que el amante debia servir a su dama y ésta debia serle fiel. Suele decirse que el amor cortesano puso ala mujer enn pedestal y convirtié a los hombres en caballeros cuyas vidas heroicas, en. lo sucesivo, habrian de pertenecer a las elevadas damas. La idea proviene del hecho de que los hombres usaban frecuentemente llenguaje de la caballeria para expresar su relacién servil hacia la mujer amada, y a veces la describian como una divinidad ala cual podian aspirar pero con la que nunca podian pretender equipararse. Buena parte de la poesia trovadoresca repite este estvibillo, Pero la actitud cortesana también podia mostrarse moderada en su actitud hacia la amada, reconociendo que se la podia amar aunque no fuera una diosa. Por su parte, la mujer po- dia expresar, a través de diveraas clases de fidelidad, la excelen- cia que el amor habia creado en ella. Por ejemplo, podia negarse fa tener relaciones sexuales con cualquiera que no fuese su amante, Mas también aqui la nobleza del amor podia manifes- tarse de manera menos extrema. Una mujer casada podia some- terse alegremente alas demandas de su esposo sin impugnar su devocién hacia el hombre al que amaba de una forma en que no amaba a su marido, En ese caso, su conducta simplemente seria paralela a la virtud de un caballero que servia a su sefior y tal ver a su Iglesia al mismo tiempo que a la dama amada. De manera similar, éste podria gozar la sexualidad de otras muje- res —su propia esposa, su amante, y aun, de vez en cuando, una muchacha campesina— sin confundir los placeres experimenta- dos en esos encuentros con el especial éxtasis hallado en la compaiiia de su amada. Su amor por ella era una dedicacién espiritual que no podia existir en la relacisn con otras mujeres; y, de manera concomitante, la fidelidad de ella hacia él mani- festaba que nada superaba ¢l valor del servicio que el hombre le prestaba. El amor, al encarnar este tipo especial de afinidad ideal entre un hombre y una mujer, sélo podia darse entre un hombre en particular y una mujer en particular. La mutua nébleza de su Gevocién creaba una unicidad nica entre ellos. Un hombre que se enamoraba de una mujer, y perdia por lo tanto su capacidad de amer a otras damas al mismo tiempo y de la misma manera, eataria celoso de todos los otros hombres, porque se daria cuenta 4 7 ELNUMANISMO EN LA EDAD MEDIA de que si su dama los amaba, no podia amarlo a él con la singula- ridad que exige el amor cortesano. Y aunque solia considerarse ‘que los celos eran un vicio cuando aparecian en un esposo, se los veia ennoblecidos por asociacién con la idealidad del verdadero amor. Los celos, como algo experimentado por los amantes, eran dignos de encomio. Lajos de revelar posesividad o brutal domi- nacién, atestiguaban los vincules de amor ineludibles que ata- ban aun hombre, y sélo uno, con una mujer, y sélo una. Los celos eran necesarios para defender un amor que mejora el cardcter de los seres humanos, igual que los actos de valor y de sobrehu- mana constancia ante la oposicién social. Lo que en otros podia ser falla se convertia, asi, en signo de virtud. 3] Por ser un logro ético y estético, el amor sexual no puede reducirse a un mero impulso de Ia libido. Una de laa razones por las que el mundo antiguo tendia a ver al amor como una cala- midad era el hecho de que se relacionaba de manera tan obvia, con el instinto sexual. Como éste era puramente mecanico, segtin aducia Lucrecio, el amor entre los sexos no podia ser otra cosa que una esclavitud impuesta por nuestro ser corpéreo. El amor sexual, ya fuera que el interés estuviera dirigido hacia el placer de los sentidos o fuera apasionado y, por ende, una excita- cin emocional, dificilmente podia involucrar condiciones adecua- das para el logro de ideales elevados. Esta clase de materialismo existia mucho antes de que Lucrecio comenzara a escribir. Platén lo atacé al sugerir que el amor no es reductible al sexo y ‘que, de hecho, el sexo es reductible al amer. Al hacerlo, inicié la gran tradicién idealista que se continué no sélo en la actitud cristiana hacia el amor, sino también en las ideas cortesanas y, en tltima instancia, roménticas, respecto a la unicidad espiri- tual que brinda una bondad que el sexo, por si solo, no puede igualar. Antes de que surgiera el amor cortesano hubo intentos por idealizar la sexualidad amalgamandola con diferentes ritua- les religiosos del mundo antiguo. Pero el amor cortesano se aproxima al sexual de otra manera. Al igual que el platonismo yotros desarrollos de la tradicién idealista, subordina los meca- nismos fisiolégicos y bioldgicos de la atraccién sexual a una ammonia entre las almas, un vinculo cuyo valor no puede expli- carse por entero en términos fisicos. El amor cortesano era explicitamente sexual buena parte del tiempo, aunque no siem- pre, pero no se lo confundia con las meras vinculaciones sexua EL CONCEPTO DEL AMOR CORTESANO les. Tratar a otra persona como un simple objeto sexual era soslayar la nobleza de un amor que implica mas quela busqueda de una gretificacién directa. Por otro lado, no hay necesidad de minimizar el papel de la sexualidad en el amor cortesana. De hacerlo, el concepto resul- taria inaplicable a la mayor parte de la literatura caballeresca medieval, a las ensefianzas de los moralistas seculares y a casi toda la poesia trovadoresca de Francia (asi como a sus equiva- lentes en Alemania o Espafia). De Rougemont, inspirado on Dante Gabriel Rossetti y en la mentalidad de los victorianos prerrafaelitas, popularizé la nocidn de que el amor cortesanoera “realmente” antisexual, purista y ~seético, de conformidad con su supuesta dependencia de la herejia catara. Pero esto no sdlo altera notablemente a influencia de esa herejia, sino que dis- torsiona también la naturaleza de a literatura no religiosa sobre el amor en la Edad Media. En la mayor parte de ella 1a carencia sexual no era un principio central 0 basico; y hasta centre los trovadores, a los que De Rougemont cita como prueba de su argumento, la represién y la renuncia sdlo raras veces se identificaban con el ascetismo o la negacién de todos los compo- nentes sexuales del amor. 4] El amor se vincula con la cortesia y el cortejo, pero no necesariamente con la institucién del matrimonio. Si conside- ‘ramos la cortesania como la adquisicién de esos gestos amables y equilibradores que le permiten a los seres humanos comuni- ‘carse sin invadir la intimidad de los demas, y penetrar en el santuario de un ser separado sin irrumpir en él como lo hace la autoafirmacién material, comenzamos a ver cudn adecuada resulta la palabra cortesanta para hablar del amor cortesano. ‘Aun en el comportamiento de especies no humanas se advierten rudimentos de la relacién entre cortejo, cortesiay cortesania. En los rituales ceremoniales de apareamiento de aves y mamiferos suelen encontrarse esos gestos afectados, dancisticos, del acer- camiento tentativo y el alejamiento momentaneo que caracteri- zan buena parte de lo que los seres humanos consideran la finura del comportamiento cortés o civilizado, A medida que Ia Edad Media iba saliendo de los oscuros siglos de ignorancia y pobreza, adquiris la capacidad de disfrutar los encantos gra- ciosos y formales dela sociedad culta. Hombres y mujeres podian hallar formas nuevas y aun lujosas de demostrar su mutuo ‘ ‘ ‘ ‘ ‘ € ‘ « « ¢ ¢ ¢ 48 EL HUMANISMO EN LA EDAD MEDIA interés erstico, Ya fuera puramente verbal o indujefa la posibi- laa aus area sata Fined eais'oSorestar Ting o aueafa! fugaz o permanente, esta actitud proporeionaba una manera de disfrutar la compaiia ajena en un contexto mas o menos sexual, pero no necesarisinente relacionado con una institueidn como eF matrimonio. Bato no significa que el amor cortesano se limitara al coqueteo extramarital o al cortejo premarital. No era lo mismo que el Aso cna, pro aso en ocsiones se Jo considera esen- Imente incompatible cont el matrimonio. Este punto impor- tala on walter ot ius divulgitares 8 Wes por eruditos que quisieron tratar el amor cortesano como un anhelo fantasioso o bien como una forma de adulterio. Ninguno de estos elementos resulta necesario para el concept. En algu- nas de sus versiones, el amor cortesano bien podia darse entre cényuges como un suplemento y un refuerzo del matrimonio. En general, el amor cortesano cobré existencia en respuesta ala institucidn del matrimonio en la Edad Media,” como un intento por recomendar el valor de la.cortesia sexual Ia eleceién individual en un drea de la vida que habia sido controlada por consideraciones econdmicas, politicas y, en gran medida, imper- sonales. El amor cortesano contribuyé a una forma de pensar que aceptamos facilmente en el mundo moderno,a saber, la idea de que el matrimonio no puede tener éxito a menos que los cényuges se hayan elegido libremente sobre la base de su atrac- cin reciproca y su adaptabilidad mutua. Aun cuando el amor cortesano no conducia al matrimonio, como en el caso de los trovadores, revelaba la importancia de a eleccisn y a preferen- cia personal on la creacisn de un amor auténtico entre hombres y mujerés. [Los romances cortesanos de la Edad Media se preceupaban de manera especial por la armonizacién del amor y el matrimo- nio, En el periodo helenistico se multiplies ta literatura popular que se ocupaba de relatos sobre jévenes amantes que buseaban la felicidad permanente en los brazos de su pareja. Como el publico tendia a ser més sentimental que rebelde, lo que se TReapecta a la compatibilidad d idad de amor y matrimonio en Ia literatura medieval, véase Kelly, Love and marriage in Uieage of Chaucer, dior wi . 12e of Chaucer, en especial ELCCONCEPTO DEL. AMOR CORTESANO aT representaba como meta apropiada era el placer sexual dentro Ge la comodidad del matrimonio convencionsl. A medida que se Gesarrollé la era cristiana, las actitudes humanistas acerca del sexo fueron condenadas por la Iglesia como un peligro para las ideas ortodoxas respecto a la conyugalidad. Los romances me~ dievales procuraban frecuentemente reconciliar ambas posicio- nes y, como veremos, dentro de los limites establecidos por el panorama del amor cortesano se planted cierto mimero de oluciones posibles al conilicto entre amor y matrimonio, entre placer erstieo y conformidad social. Aunque la Edad Media deri ‘Yaba sus conceptos de rectitud conyugal de los tedlogos y filéso- {os cristianos, su sentido del goce marital y del deleite interper- sonal provenia de la nueva actitud definida por el amor cortesano. ‘Ovidio desemperia un papel especial en el desarrollo de este ideal humanista. Sus obras eran muy leidas durante la Edad Media y aceptadas frecuentemente como fuente de autoridad, pese a sus supuestos paganos. Los autores medievales malinter- pretaban el cinismo del Arte de amar o lo descartaban como Consecuencia de la preacupacién de Ovidio por los problemas del famor entre los sexos, Sus textos Metamorfosis y Heroidas i Gluian varios relatos sobre la pasién mutua, sincera, vital y permanente, Servian de ejemplos de amor sexual, y aun de amor conyugal, sobre los cuales los romances cortesanos podian bor- dar al estilo de la época. ‘Varios estudiosos han destacado la contribucién de Ovidio al pensamiento, tanto no cortesano como cortesano, sobre el amor tn la Edad Media. Brooks Otis sostiene que en Ovidio habia en realidad dos poetas: uno, el libertino ingenioso que trata el matrimonio o la constancia en general como nocivos para los deleites del devaneo, y el otro, el primer defensor occidental del ‘amor verdadero y perdurable entre hombre y mujer. Otis en- cuentra en la Metamorfosis una defensa del amor conyugal como ‘el mas alto valor amatorio, e insiste en que éste es el aspecto mas original de Ovidio: “realmente nadie en la literatura hele- nistica o romana anterior se anticipé a él"® Esta linea de interpretacién es proseguida por otros especialistas que sostie~ rook Otis, Ovid as an epic poet, Cambridge, Cambridge University Press, 1966, p. 206. 43. EL HUMANISMO EN LA EDAD MEDIA nen que en la Edad Media se opinaba frecuentemente que Ovidio “dio un espaldarazo” al amor conyugal.? Si consideraramos siempre al amor cortesano como una de- vocién no sexual, 0 como una intimidad sexual irreconciliable con el matrimonio, la afirmacién de que Ovidio tuvo un efecto importante pareceria ridicula. Y, sin embargo, los estudiosoe que menciono tienen razén al afirmar que aai fue. En toda su poesia Ovidio manifiesta una actitud realista hacia las relacio- nes humanas que dificilmente puede equipararse con Ina aspi- raciones idealistas del ainor cortesano, pero su enfoque, no cobstante, le proporciona sustento de muchas maneras, Al crear sus propias clases de ideslizacién, los defensores del amor cortesano no tienen por qué descartar por entero la influencia de Ovidio, De hecho, como procuraré demostrar, la teoria de! amor cortesano de Andreas Capellanus es virtualmente un intento sistemitico por sintetizar el realismo de Ovidio con elementos idealistas que se derivan de Platén y el cristianismo, 5] El amor es una relacisn intensay apasionada que establece una sagrada unicidad entre el hombre y la mujer. Hoy en dia tendemos a dar por sentado que el amor y la pasién van de la mano y que contribuyen a crear vinculos que los seres humanos, justificablemente, pueden valorar. Antes de la revolucién corte. sana, sin embargo, el amor entre hombre y mujer solia definiree de otras maneras, mientras que la nocién de unicidad apasionada se reservaba al amor religioso. Siempre se ha reconocido el deseo sexual intenso como algo tipicamente humano; en la ficcién podia ser incluso causa de las guerras troyanas. Pero asi como el mundo antiguo no concebia en general a la pasién como base de una conducta aceptable, tampoco consideraba que indicase cémo podia alcanzarse a unisn tiltima entre hombres y mujeres. Enel Symposium Platén hace que Aristéfanes narre el mito del amor como busqueda del otro yo, del alter ego, del ser comple- mentario sin el cual no se puede lograr la sensacién de estar completo. En Fedro incluye descripeiones de almas que buscan fusionarse entre si a través de la quemante intensidad de la emocién sexual. Pero el parlamento de Aristéfanes es irsnico, y Sct Kelly, Love and marriaye inthe ageof Chaucer, pp. 71-100 y passim. Cf. también Edger Finley Shanon, Chaucer and the Reman poets, Noeva York, Raseoll & Ruseell, 1964, EL CONCEPTO DEL AMOR CORTESANO la condicién que se describe en Fedro ce muestra como enferma © como previa a un estado mas elevado, El “amor puro” por el que abogaba Platn liberaria al hombre de lo nales y perturbadores que suelen estar presentes en la sexuali- dad. Podia dar por resultado, como consecuencia tiltima, una ardiente unidad, pero sélo por permitir que el alma individual se fusionara con principios abstractos mas allé del cuerpo y la mente de otro ser humano. El amor apasionado por Dios, tal como lo describen todos los misticos cristianos, implicaba una totalidad similar, excepto que los principios abstractos eran, en 41, atributos de una persona suprema y sobrehumana.!? El amor cortesano de la Edad Media no tenia nada que decir respecto al tipo de apasionada unidad que buscaban los filésofos y los misticos; pero exaltaba el valor y la conveniencia de un estado comparable, que hombres y mujeres podian alcanzar en surelacién mutua. San Pablo habia ordenado a todos los cényu- ges cristianos que se amasen, y esta maxima se repetia en los edictos de la Iglesia, mas siempre se entendia que el amor conyugal significaba afecto, aprecio, simpatia o buena voluntad. Era una virtud doméstiea que permitia a esposo y esposa des- empefiar los deberes conyugales con una alegre fe en la bondad de la orden divina. Lo que Dios habia unido nadie podia querer separarlo. El amor cristiano entre hombre y mujer debia ser, por lo tanto, una benigna disposicién a vivir en paz y armonia con la persona a la que se estaba atado por el sacramento del matrimonio. La pasién dobia reservarse para Dios; la pasion hacia el conyuge slo podia considerarse inapropiada e incluso pecaminosa. ‘Al asegurar que los hombres y las inujeres podian amarse.con pasién, y que-ese ardiente deseo les proporcionaria un gozo supremo que no podia encontrarse en ningun otre ambito de la vida, una unieidad que podia satisfacer plenamente e incluso santificar, el amor cortesano entré en un conilicto inevitable con "acerca de ansliaiarecientos del amor en Pratén, wianse Donald Levy, “The definition of love ia Ptata's Symposium", en Journal of the History of Ideas, abril junio de 1979; Gregory Vlastoe, “The individual as ebject of love in Pato", ‘en Platonic studier, Princeton, Princeton University Press, 1973, y J. ME Moravenik, “Reason and eros inthe ascent passage of te Symposium", en J. P. Anton y G. L. Kustas (compa), Essays in Ancient Greek philosophy, Albany, ‘State University of New York Preae, 1972. IORI ND OLN LLL LN OA nnnnen Her COReeRS ea. F 20 ELHUMANISMOEN LA EDAD MEDIA el dogma religioso. Se hicieron diversos intentos por sintetizar ambas visiones;y con el curso de loa sigioe las dos fueron cambian- do, Dentro de lit tradicién idealista el amor cortesano cedié el paso a otras actitudes seculares —el neoplatonismo del Renaci- miento, el romanticismo del siglo xxx—, pero las ideas sobre el amor religioso de la'Edad Media se subordinaron también a otros desarrollos, aun dentro del catolicismo, y fue el coniicto con las demandas humanistas del amor cortesano lo que contri buyé a que esto fuera necesario. ‘Al tratar al amor como una biisqueda de la unién apasionada con otro ser humans, la nocién cortesana debe confrontarse también con la idea de que el amor procura eumentar la bondad del placer sensual. El amor, pueda o no reduecirse al sexo, ha sido definido en ocasiones como la oportunidad éptima para disfrutar a otra persona a través de los sentides. En un libro anterior analicé estos diferentes conceptos en términos de la distincisn que hago entre lo “sensual” y lo “apasionado’. Mientras lo apasionado implica anhelo y emocién intensa, lo sensual se apoya en placeres superficiales —pero que posiblemente no causan hastio— proporeionados por lo sentidos.'! Como soste nia alli, 1a actitud sensual podia dar eabida a su propia clase de amor, que mucha gente podria encontrar preferible a los terri- bles goces de la pasion. Pero no era el amor sensual el que determinaba la naturaleza del amor cortesano. Aquél requeria. en general que los amantes se dejasen llevar por su necesidad erética mutua, Aunque los amantes podian disfrutar también. de lo sensual, su amor se demostraria en una emocionalidad extrema, asi como en la capacidad de renunciar al placer sexual ai las cireunstancias del amor demandaban tal sacrificio.(Como la cortesia y el cortesanismo implicaban los refinados modales de cortes y cortesanos, el amor civilizado entre hombres y muje- res podia siempre transformarse en un deporte, en una justa que dependia de un juego de palabras més que de verdaderos sentimientoa, Pero, por su mismo cardcter, esa justa presuponia, Iogicamente, la importancia de la intensidad emocional. Y si MAI respocto, viase mi capitulo “The eenauoua and the passionate”, en The ‘goals of human sexuality, Nueva York, W. W. Norton, 1913, reproducide en Alan Soble (comp), Philosophy of sex: Contemporary readings, Tatows, Litlefeld, ‘Adana, 1980. t,CONCEPTO DEL AMOR CORTESANO 51 2 por esa simula- bien el juego del amor estaba dominado a veces por esa sin tiga, oasiatia en fing que laa palabras que se pronunciaban Geultaban sugerian la existencia de deseos apasionades que, gn un lugar adecuado, Se revelarian claramente, Un soductor gagaz, un don Juan del medievo, podia convertir la icién cortesa- hha en una nueva forma de sensualidad; pero aus éxitos depen: dian siempre de los ideales de la pasién. Bl amor cortesane, « desarrollar estos ideales a su propia manera, fue mucho més, alld de lo sensual, Desde el primer momento sefalé que eae aie se zaria no podian proporcionar las condicions ran ea el concep del ainorcartenano, poraue ning coneepto de este tipo puede delimitarse con tanta precisién, ¥ ninguna definicién puede agotar la gran diversidad que exis tntre los elementos particulares que une. Para ver qué significa Tealmente el amor cortesano debemos dirigirnos a las diferentes Yariaciones que lo manifiestan de maneras diversas, cada una ‘su modo. El hecho de que los ideales cortesanos fueran arsicw, Jados en el siglo x1 0 a principioa del xu, en una época en. que 2 waa desde el punto de vista bistéri mi irre de ls expleacionee ausales que del sndlisie 2 log conceptoe que eatructuraron la nueva actitud hacia el amor amor cortesano me interesa principalmente como un desarrol'e de la capacidad humana de idealizar, ysélo en forma secundaria: como fenémeno temporal. El sélo hablar del amor cortesano co- ro un acontecimiento de un momento canes ae comets tinico ti ideas puede inducir a error, porque lo hace ioe ree movisenta coberente o una doctrina eodif- cada que representa univocamente a una or Ne sae tor cortesano de Chrétien de Troyes muchisimo de ea ata do un mero sounds fase de eigen Sacional: Chrétien difiere también de Bernard de Ventadour, su contemporineo, tanto como Dante de Petrarea y Cavalcanti. No sclo Platén, Ovidio y la Biblia, sino también los egipcios de la Antigtiedad anticiparon algunos elementos del enfoque cortesano. Buena parte de au ideclogia se origind con la poosta la filosofia arabes tempranas, que se introdujeron al sur 52 EL HUMANISMO EN LA EDAD MEDIA Francia a través de Espafia.'?El primer gran moniento del amor cortesano culmind con la literatura de los trovadores provenza- les, Esta fase suele subrayar Ia adoracién a la mujer, a la que debe amarse con un deseo no recompensado que’purifica los sentimientos del amante y los trasmuta en versos. La dama del trovador suele ser una mujer en particular, pero le sirve de fuente genérica de inspiracicn, de musa que ee ha ganado ou pedestal por su capacidad de estimular el arte al miemo tiempo que reina sobre los deleites de la civilizacién. En una etapa Posterior el amor cortesano se va al norte, a Aquitania y luego a Inglaterra. Aqui tiende a reducirse la desigualdad entre los ssexos; con la mujer se retine, en su pedestal, un hombre de noble corazdn, al que el amor ha ayudado a elevarse. En su version septentrional el amor cortesano es en ocasiones adiltero, gene- ralmente de intencién abiertamente sexual, y sélo raras veces se interesa por los valores del amor no correspondido. Se con vierten en norma la emocicn amorosa mutua y el benéfico placer compartido, La mujer deja de ser un objeto de adoracién o de inspiracisn distante y se trasforma en la amada que desencade- na acciones nobles y que, al mismo tiempo, devuelve la pasisn de su amante. Pero este tipo de amor cortesano resulta tan inaceptable para la autoridad eclesidstica que la Iglesia hace todo lo que puede por destruirlo, El amor cortesano sobrevive, pero con dificultad, y el siguiente gran momento se deriva de la tradicién provenzal, no de la septentrional: en Sicilia, y luego en Italia, la-amada es hecha una vez mis objeto de’ adoracién Postica, sdlo que ahora se vuelve cada vez mas eterea* Las influencias neoplaténicas penetran mas abiertamente que en la etapa anterior, y se dan pasos decididos para reconciliar las actitudes cortesanas con las exigencias del amor religioso. Este efuerzo final no es un logro del amor cortesano, sino su culmi nacién dentro de una era histériea dominada por las fuerzas superiores de la Iglesia. Una vez que, en el Renacimiento, se lo desmaterializa y armoniza con el dogma cristiano, el amor cortesano se atentia y desaparece. O, mejor dicho, pasa alaclandes- tinidad, para regresar en una forma totalmente diferente can. do el amor roméntico lo revive en las postrimerias del siglo xvi TICE. Peter Dronke, Medieval Latin and the rise of European love tyre, Oxford, Clarendon Preaa, 1905, 1: 9-11 53 EL CONCEPTO DEL AMOR CORTESANO. y lo fuerza a servir a un ideal que dificilmente reconoceria ‘le lange de Lae sata livteuldad (nn ade ten tte Oy he indicado aqui), el concepto de amor cortesano afirma que el amor entre los seres humanos es, en si mismo, auténtico y magnifico. Es un amor basado en inclin lees eel prs tna loser 8 el pi hombre oceidental por demostrar que las nobles aspiraciones, del idealisme no tienen por qué ser incompatibles con una gozosa aceptacién de la realidad sexual. Donde el platonismo buscaba trascender el mundo ordinario mediante una idealizacisn de los mitos naturalistas acerca del amor, y la religidn medieval fundia lag ideas platsnicas (y aristotélicas) con los conceptos judeocris- tianos de divinidad, el amor cortesano es la naturalizacién, ola humanizacién, del platonismo y de la religién. En este sentido es, en su periodo de la historia, la rueda peace completo, pero con una diferencia. Al utilizar los conceptos (doaliatas porn gallon ralaclotam a abla ode tenidan et menos por la filosofia griega y la doctrina del cristianismo, desperté nuevas y excitantes posibilidades para la imaginacion erotica. Had hier dlc sdb Saloon ereanamaeee ental concepto occidental del amor (en su aspecto heterosexual y huma nista) fue, si no “inventado” 0 “descubierto’, si por lo menos desarrollado en el siglo xit como nunca antes. Sdlo en esa fecha tan tardia el hombre fue capaz de pensar consecutivamente en for- mas de armonizar los impulsos sexuales con los motives idealistas, de justificar la intimidad amorosa, no como un medio de preservar la especie, o de glorificar a. Dios, o dealcanzar_algin objetivo ‘metafisico ulterior, sino mas bien como un fin en si mismo que ha “cia ala vida digna de ser vivida.|En la Edad Media el aire que respiraban todos los hombres educades estaba saturado de neo- platonismo y de la cristianizacisn de Aristételes. Sin esta pre- seneia constante en las muchas variedades de la cultura humana, ol sie vo pois Haber mgs, Paro un ver ave co inieis, evolucioné de acuerdo con su propia logica interna, digi- ee here tcie nngratsedeslivaionse, luchando patéticamente contra las realidades de su tiempo, crean- do el futuro tanto con lo que dejaba de decir eomocon lo que decia. AAR AR ARAARAAAR

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